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CULTURA TOLTECA

La cultura tolteca fue una antigua civilización mesoamericana que habitó el


norte del altiplano mexicano entre 900 d. C. y 1200 d. C.

La ciudad principal de los toltecas fue Tollan-Xicocotitlan (también conocida como


“Tula”) y se cree que eran un pueblo guerrero que conquistó gran parte de la
región. Su lengua principal era el náhuatl, pero hay evidencias de que el estado
tolteca era multiétnico (con población otomí y huasteca).

Los toltecas son reconocidos por su amplia influencia en otras culturas de la


región, como los mayas y los aztecas. Sin embargo, para historiadores y
arqueólogos constituyen uno de los misterios más interesantes de las culturas
precolombinas. Para la época de la conquista española, muchas de las dinastías
reinantes de las civilizaciones americanas (como los zapotecas, los aztecas y los
quichés) afirmaban ser descendientes de los toltecas. Sin embargo, muchos de los
registros sobre la cultura tolteca mezclan elementos mitológicos con datos de la
realidad, por lo que su historia es difícil de interpretar

Ubicación geográfica de los toltecas


Los toltecas habitaron el norte de la región mesoamericana, en los actuales
estados mexicanos de Zacatecas, Hidalgo y parte de Jalisco. Se cree que durante
el siglo X d. C. emigraron desde los desiertos del norte (al que en su mitología
llamaban Huehuetlapallan o “Vieja tierra roja”) hasta Culhuacán, en el valle de
México.

Las fronteras de su imperio fueron extensas, y su influencia se extendió hasta el


sureste de la península de Yucatán, y se expandió su cultura a otros pueblos de
la época, como los mayas, según se evidencia por la arquitectura y
representaciones toltecas presentes en Chichen Itzá.

Historia del pueblo tolteca

La historia de los toltecas nos ha llegado a través de los aztecas y de los


relatos que los conquistadores españoles escribieron para conocer a los
pueblos americanos. En estos textos se mezclan sucesos históricos con creencias
y suposiciones. Sin embargo, el análisis de las fuentes escritas y su comparación
con los restos arqueológicos permitieron a los especialistas conocer mejor la
historia y la cultura tolteca.

Aunque algunas de las crónicas mitológicas afirman que el primer


gobernante tolteca data del siglo VII d. C., las evidencias arqueológicas ubican
el origen de la cultura tolteca tres siglos más tarde, con la llegada del pueblo al
valle de México.
Según las crónicas, bajo el liderazgo del rey Topiltzin (también llamado
Quetzalcoatl), hacia 960 d. C. los toltecas se instalaron en la ciudad de Tula y la
convirtieron en su capital. El auge de la civilización tolteca con capital en Tula duró
hasta 1156 d. C., cuando el poder fue derrocado y la ciudad se sumió en una crisis
profunda por disputas internas.

La última etapa de su historia comenzó cuando Huemac, el último rey de la


dinastía tolteca, mudó la capital a Chapultepec. Luego de su muerte, cerca de
1162 d. C., se dio el fin de la independencia de la dinastía real y la caída del
imperio tolteca. Durante el siglo siguiente, la influencia y el poder toltecas
decayeron, cuando diferentes pueblos bárbaros penetraron en la región desde el
norte y atacaron las ciudades de la zona central del Valle de México.

Organización política y social de los toltecas


La monarquía tolteca era dinástica y cumplía algunas funciones religiosas.
La sociedad tolteca era profundamente militarista. Los toltecas obedecían a
una monarquía guerrera legitimada por las creencias religiosas. La élite
gobernante estaba integrada por guerreros, funcionarios, sacerdotes y jerarcas,
encargados del gobierno, la organización estatal, la expansión militar y las
ceremonias religiosas.

El resto de la población se componía de campesinos y trabajadores de oficio como


artesanos, alfareros, carpinteros e hilanderos. Debajo en la escala social, se
encontraban los esclavos, que eran capturados de los pueblos sometidos con
las victorias militares.

Monarcas toltecas
Las listas de reyes que llegaron a los historiadores enumeran a los gobernantes
del pueblo tolteca. Sin embargo, las listas difieren entre sí y algunas incluyen
datos que no pudieron ser corroborados con las evidencias arqueológicas (como
la existencia del pueblo tolteca previa al siglo X d. C.).

Mitología tolteca
El mito de Quetzalcóatl tuvo su origen en la cultura tolteca.
La mitología tolteca influenció las creencias de otras culturas mesoamericanas
contemporáneas y posteriores, como los aztecas y los mayas. Su cosmovisión
incluía una serie de dioses centrales como Quetzalcóatl, Tláloc, Centéotl,
Itzlacoliuhque y Tezcatlipoca, a quienes rendían culto y ofrecían sacrificios
humanos.

De esta cultura proviene el mito de Quetzalcóatl. Esta historia fue apropiada


por otras culturas, lo que generó una multiplicidad de versiones.
En la cosmovisión tolteca, el mito cuenta de la caída del monarca-dios
Quetzalcóatl. En su origen, Quetzalcoatl fue guía de su pueblo, enseñó sus
artes y oficios religiosos y, además, alcanzó una profunda espiritualidad. Sin
embargo, a través de engaños, el dios Tezcatlipoca le mostró a través en un
espejo una imagen de vanidad e inmortalidad y llevó a Quetzalcoatl a cometer
diferentes errores que lo hicieron caer en desgracia.

Religión tolteca
Los Chac Mool eran estatuillas que se usaban en los sacrificios humanos.
La religión tolteca era politeísta, es decir, creían en la existencia de múltiples
dioses. Veneraban a los dioses que consideraban más poderosos. Entre ellos se
encontraban:

 Quetzalcoatl, la serpiente emplumada. Era el dios más importante de la cultura


tolteca y en la ciudad de Tula se encontraron miles de representaciones con su
imagen. Este dios representaba la dualidad física y espiritual de los seres
humanos. Muchos especialistas creen que los mitos de Quetzalcoatl se crearon a
partir del gobernante Topiltzin (923-947 d. C).
 Tezcatlipoca, el espejo humeante. Representaba el misterio y la transformación
de las cosas. Tenía matices protectores, pero también se lo identificaba como el
dios que destruyó la obra de Quetzalcoatl a través del engaño y la manipulación.
 Tlaloc, el dios de la tormenta. Los toltecas tomaron a Tlatoc de la cultura
teotihuacana y lo adoraban también como un dios guerrero y feroz en la batalla.

En su veneración a los dioses, los toltecas practicaban ceremonias religiosas


que incluían sacrificios humanos. Entre los edificios principales de la ciudad de
Tula se descubrieron tzompantli, altares en los que se apoyaban los cráneos
humanos. Dentro del Palacio Quemado y de los templos principales, los
arqueólogos hallaron Chac Mool, pequeñas estatuas con forma humana con un
contenedor sobre el que se depositaban los corazones humanos de las personas
que se sacrificaban.

Arquitectura tolteca
La arquitectura tolteca es reconocida por la decoración de sus edificios.
El sitio arqueológico de la ciudad de Tula muestra el esplendor de la
arquitectura tolteca. En el centro de la ciudad se ubicaban edificios que parecen
haber compartido funciones políticas y religiosas. Estos edificios, algunos de ellos
con forma de pirámides, impactan por su tamaño, decoración e ingeniería
arquitectónica.

Es característico de los toltecas el trabajo artístico sobre las columnas y otras


estructuras de los templos. Es especialmente conocida la “Pirámide B” del
sitio, en la que cuatro estatuas de guerreros toltecas (también conocidas como
“los atlantes”) sostenían el techo. Algunos arqueólogos creen que este edificio fue
un santuario de uso privado de la dinastía gobernante y que estaba dedicado a
Quetzalcoatl, en su imagen de dios guerrero Tlahuizcalpantecuhtli.

En la ciudad se identificaron tres campos de “juego de pelota”, juego que


practicaron diferentes culturas mesoamericanas a lo largo de su historia. Se cree
que además de tener fines de entretenimiento, el juego tenía un papel sagrado.

Además de las pirámides principales, en el centro de la ciudad se ubicaba un


gran edificio que los arqueólogos llaman “Palacio Quemado”. Se cree que allí
vivía la familia gobernante, pero algunos especialistas consideran que puede
haber utilizado con propósitos religiosos. Lo llamativo de este edificio es su
estructura e ingeniería: cada una de las tres salas que lo componen tenía un patio
interno abierto que cumplía funciones de ventilación, entrada de luz y recolección
de agua.

Arte y artesanía tolteca

Una de las obras de arte más conocidas de la cultura tolteca son los Atlantes.
La producción artesanal y artística tolteca estaba vinculada a los rituales y la
práctica religiosa. Como en otras culturas mesoamericanas, a través de estas
piezas se ostentaba el estatus social y se veneraba a los dioses.

Una de las principales obras de la cultura tolteca que ha perdurado hasta nuestros
días es el conjunto de guerreros de piedra o “atlantes” que aún permanecen
en la ciudad de Tula, y que habrían estado decorados con mosaicos y plumas.
Estas estatuas fueron labradas en bloques de basalto ensamblados, miden más
de 4,5 metros de altura y sostenían el techo del templo. Los guerreros son
representaciones de Quetzalcoatl y visten los trajes bélicos, con pechera y armas
curvas, típicas del estilo tolteca.

ECONOMÍA TOLTECA

La base de la economía tolteca fueron la agricultura y los tributos impuestos a los


pueblos conquistados.
La agricultura se centraba en el cultivo de campos irrigados por un sistema
complejo de canales. Allí se cosechaba maíz, frijoles y otras hortalizas
características de la región mesoamericana. Además, algunos estudios indican
que el amaranto era un alimento clave en la dieta tolteca.

El trabajo de metales, piedras y cerámicas se hacía principalmente en las


ciudades. Además, a través del comercio y la imposición de tributos a los pueblos
conquistados, los toltecas obtenían aquellas materias primas que eran escasas en
la región y otros bienes de lujo que les permitía ostentar su poder.

Influencia tolteca en otras culturas


Muchos relatos sobre el pueblo tolteca sobrevivieron a través de la tradición oral
azteca y sus escritos del siglo XVII. Sin embargo, en estas historias los toltecas
son vistos como un ideal elevado al que debían apuntar como sociedad: un
pueblo civilizado, distinguido por su sabiduría, riqueza y poder.

Según los aztecas, los toltecas inventaron todas las artes y los oficios
sagrados (como el calendario y la escritura) y fueron gobernados por el dios
Quetzalcoatl. Además, creían que sus líderes eran semidivinos, y sostenían que la
clase gobernante azteca descendía directamente de ellos. De esta manera, a
través de historias mitológicas sobre los toltecas, la élite azteca legitimaba su
poder.

Desde el punto de vista religioso, el culto a Quetzalcoatl se esparció entre otras


culturas mesoamericanas durante el auge de la civilización tolteca. En la ciudad
maya de Chichen Itzá, además de otras similitudes arquitectónicas con la ciudad
de Tula, se levantó un templo dedicado únicamente al dios tolteca Quetzalcoatl.

Fuente: https://humanidades.com/cultura-tolteca/#ixzz8Smnd2WoX

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