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Leonardo López Luján

Arqueología de la
arqueología
Leo nardo López Luján

Arqueología de la

arqueología

Ensayos sobre los orígenes


de la disciplina en México

fv~Hci000~ ~
~ 20:¿c)

Arqueología
PORTADA: Máscara teotihuacana de serpentinita, roca metamórfica verde cuyos principales yacimientos se encuentran en los actua­
les estados de Puebla , Guerre ro y Oaxaca. Fue encontra da en 1981 por los arqueólogos del Proyecto Templo Mayor en la ofrenda
82 del Huei Teocalli de Te nochtitlan , en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En la segunda mitad del siglo 'IN d.C., los mexi·
cas recuperaron esta reliquia de algú n contexto arqueológico del Clasico (siglos III·V d .C.) y la llevaron a su capital insula r. A llí le
practicaron dimin utas p erforaciones sobre la frente, horadaron sus orejas, la pu lieron nuevamente y la bruñeron. A continuación,
le añadieron aplicaciones en forma de d ientes elaboradas con concha $pondy lus princeps del océano Pacifico, así como en forma
de ojos hechos con caracol Turbinella angu/ata del océano Pacifico y obsidiana verde de la Sierra de las Navajas, en Hidalgo. Por
último, llevaron a cabo una ceremonia religiosa en la que inhumaron esta antigua máscara junto con dos orejeras de pied ra verde,
una máscara de trave rtino y una cabeza humana en el interior de una ampliació n del Templo Mayor que se remonta al reinado de
Axayacatl (1469-1481 d .C.). Véas e al respecto, López Luján, Leonardo, "Echoes of a Glo ri ous Past: Mexica Ant iquarianism" , Alain
Schnapp (coord.). World Antiquarianism: Comparative Perspectives, Los Angeles, The Getty Research Institute, 2013, pp. 273-294.
FOTO: Oliver Santana

Primera edición: 20 17

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Instituto Naciona l de Antropología e Historia

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ISBN INAH: 978-607-484-986-8


ISBN Editorial Raíces: 978-607-9100-37-7

Impreso y hecho en México


Printed in Mexico
-.

Arqueología de la arqueología
DE LA ÉPOCA PREHISPÁNICAAL SIGLO XVIII
Leonardo López Luján

a H.E. Nicho/son

.~ucho antes del surgimiento de la arqueología como ciencia , el hombre prehi spáni co

manifestó una gran curiosidad y una profunda veneración por los vestigios de las civiliza ­
cionesdesaparecidas: frecu entó cen ros ceremoniales en rui nas, excavó en ellos , exhum ó
reliquias e imitó viejos estilos . Tiempo desp ués, durante la Colonia , los conquistado res y
los ind ígenas siguieron realizando excavaciones, aunque ahora co n fine s de lucro .

Una eterna y universal mente por los musulmanes del siglo x


curiosidad por el pasado como obra y efigie de Cosroes II (590­
El vestigio de sociedades extin tas siem­ 628 d.C.). Pero, de manera infausta para
pre ha atraído, deslumbrado, seducido la memoria de este rey persa. no leye­
al ser humano. Al aparecer un tiesto Co­ ron la vetusta escena pétrea como su co­
yotlatelco entre la tierra, un bronce ronación a cargo del dios Ahura-Mazda
griego en las aguas marinas o un zigu­ y la diosa Anahita, sino como el testi­
rath mesopotámico en las arenas del monio fehaciente de un triángulo amo­
desierto, la reliquia cautiva de inmedia­ roso entre dicho soberano, su esposa y
to a quienes tienen la fortuna de presen­ el arquitecto del reino.
ciar ese espectáculo único. Lo sabemos: Ob"l-iamente, el interés por los tiem­
cualquier antigüedad es, sin reservas, pos idos fue más allá de historias apó­
ese oscuro objeto de la curiosidad que
invoca tanto a nuestra razón como a
nuestra imaginación ...
Las sociedades antiguas -sin
importar su latitud geográfica­
manifestaron una fascinación
precoz por los monumentos del
pasado. Por lo común, atribuye­
ron su presencia en el paisaje a
los poderes sobrenaturales de
dioses, héroes míticos, cíclopes,
duendes o magos. En numerosas Pectoral 01 meca con
ocasiones. no obstante, los expli­ un pa r de 91ilos ma­
caron como creaciones de seres de yas tempranos. Se ex­
hibe actualmente en
carne y hueso. Así sucedió, por
la Galería Mexica na
ejemplo, con los relieves de Taq-I­ del Museo Británico.
Boustán, Irán, interpretados correcta­
da cientos de años atrás por Hammura­
bi (1792-1750 a.c.). El texto aclara que,
gracias a esta exploración, Nabónido
pudo restaurar el templo a la manera de
su antecesor. Móviles distintos tuvieron
otros pueblos del pasado. Recordemos,
como muestra, a los soldados de César,
quienes profanaron sepulcros en las
ruinas griegas de Corinto para extraer
n bronces y cerámica que más tarde ven­
derían en Roma a precios exorbitantes.
En contraste, los arquitectos de Abd al­
Rahmán 1 surcaron el subsuelo urbano
de la Córdoba califal con el fin de recu­
perar columnas romanas para soportar
las arcadas de la reina de las mezquitas
_:5 anti guos na hu as crifas de amor galante, llevando al andaluzas.
" :Juían a los gigan· hombre a emprender verdaderas exca­ Como era deesperarse, muchos de es­
- e5 la constru cc ión
vaciones en sitios arqueológicos. La pri­ tos hallazgos tempranos -intencionales
==as p irámides de
mera de que se tiene memoria quedó o fortuitos- incitaron el coleccionismo.
-;; :):,huacan y Chal u­
3.. ::1ori gen de est a
consignada en la piedra fundacional del Los emperadores chinos de los siglos Il
: ' "2 11cia quizá se en­ templo de la ciudad de Larsa, en Irak. Y1 a.c. atesoraron vasos de bronce con
::~ '? ~tr 2 en el nallaz­ Su texto cuneiforme nos revela que Na­ inscripciones, algunos de ellos del siglo
o ::)rtuitodehuesos bónido (556-539 a.c.), rey de Babilonia, VII a.c.; los gobernantes incas aprecia­
:;=' wna p leisto cén i­ penetró por mandato divi no los cimien­ ron particularmente la cerámica moche
== Códice Florentl '
~~, 'ib. v, f. 11 v. tos de este santuario, encontrando la con escenas eróticas; la residencia de
_.:-.:.~..:, ', ~ '::' '' 1I':':.=i..i piedra fundacional primigenia, coloca­ Lausus en Constantinopla -presa de las

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5. "lf·l~
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.: -napa que acompaña a la " Relación de Tequizistlánysu partido" mues­ Relieves de estilo mexica de Ce Ácatl Topiltzin
- o las pirámides del So l y de la Luna, así como va rias de las estructuras Quetza lcóatl y Cha lchiuhtlicue escu lpidos en una
:;,~ e fla nq uean la Calle de los Muertos en Teotihuacan. Al centro de las peñ a del Cerro de la Malinche. Desde este s;tio
~ r as fue anotado "oracu lo de Monte~uma". elevado se domina la Gran Plaza de Tu la, HiOe go.
-_--=-';;''':'':-1.: f.'Ao :'~ ¡, ': - .":, :; ' ~ '.:.: ",r::-' 'I~,C:S: "'= '7 0 t.!:,, ~~ ,1.C'1C~;::"'E;,!LI,) .. -·~

A' QrJ~ D I ~~ '3 ~ e la¡ · ~':!IJI¡jil.i / 11


Incensa rio efigie de
Posclásico Tard íoq ue
representa a un di o;
descendente. FUE
depositado co me
ofrenda sobre las rui·
nas del Templo VI dE
Dzibanché, Quinta n¿
Roo.

llamas en 475 d,C.- res­


Las sociedades
guardaba un conjunto
desaparecidas en
único de escul turas
la imaginación del
griegas clásicas; Na­
hombre prehispánico
bucodonosor(605-562
Los pueblos del México
a.c.) encerraba en su palacio ba­
antiguo también sintieron una
bilonio imágenes de culto que iban del
inmensa curiosidad por el pasado, Aun­
tercer milenio al siglo VII a.c. y que ha­
que los zapotecas, los epiolmecas, los De acuerdo con los
bía arrebatado a sus enemigos para res­
mayas, los mixtecas y los mexicas desa­ informantes de Sa­
hagún, hay " perso­
tarles poder; los habitantes de la penín­
rrollaron sistemas de escritura, no logra­
nas que conoce n
sula itálica usaban como amuleto
ron la misma profundidad y precisión dó nde se crían las
antiquísimas puntas de pedernal (ce­
temporal en sus registros históricos que p iedras prec iosas, y
raunia) para protegerse de las incle­
otras civilizaciones en el mundo. Susgo­ es que cualquier p ie­
mencias del tiempo; el general Li Shou­
bernantes se valieron de este poderoso dra prec iosa ... está
li fue enterrado en el año 741 d.C. con
instrumento con fines fundamental­ echando de sí va­
po r.. . y donde ven sa­
su colección de monedas bizantinas,
mente propagandísticos, comisionando
lir un hu mito delica­
persas, japonesas y chinas, algunas de
la elaboración de códices y monumen­ do .. . cavan la t ierra y
más de mil años de antigüedad.
tos pétreos para dejar huella de su paso ha llan alguna caja de
Los casos sobran, demostrándonos por la Tierra. Por desgracia, en la dimen­ piedra, d onde están
una yotra vezque estamos ante una fase sión de los milenios, tales testimonios algunas piedras p re­
ciosas escondidas" .
embrionaria de la arqueología que dis­ fueron tan limitados como vulnerables
Códice Fl orentino,
ta mucho de su moderno ejercicio cien­ a la acción de los detractores, las catás­ lib. XI, f. 207r.
tífico. Antes de la !lustración, la reliquia trofes naturales y la intemperie.
era considerada un objeto singular, pre­
cioso, emotivo, sacro, sobreviviente de
mundos desaparecidos y, por tan to, dig­
no de ser coleccionado, En cambio, hoy,
como ha señalado el arqueólogo fran­
cés Alain Schnapp, el científico no bus­
ca la calidad o la emoción en el vestigio
material, sino reconstruir a través de
él y de su contexto la vida de los ances­
tros de toda la humanidad, Para ello se
vale de una disciplina rigurosa y preci­
sa que se aproxima a los restos del pa­
sado con la mayor de las objetividades
y que cuenta con complejas técnicas,
métodos y teorías.
del pas-a h En semejantes condiciones, el pasa­
we
Jios
-------- do remoto se volvió tan maleable como
el futuro, convirtiéndose en un juego
:ue
mo
de espejos en el que el recuento histó­
rui­ rico y el relato mítico se reflejaban, Lo
de anterior explica por qué los antiguos
ena nahuas del siglo XVI aseguraban que
·~ s
las grandes pirámides del Clásico fue­
ron erigidas por seres porten tosas y no
por simples mortales. Dichas creen­
cias surgieron tanto del desconoci­
miento arqueológico como de la atóni­
,I ta comparación de los antiguos
edificios con sus propios templos, de
mucho menores dimensiones. Bajo
esta perspec tiva, la majestuosa Pirá­
mide del Sol en Teotihuacan sólo po­
día ser obra de dioses , gigantes o pue­
los blos míticos como los toltecas o los
Sa ­ emigrantes del paraíso de Tamoan­
so­ pila de huesos identificación de lo s
largos y cráneo huesos de la noble
chan. De hecho, toda la metrópolis ar­
en
queológica adquirió un aura divina du­
la s
==-:: : ,.ir¡ David Stuart, el A ltar 5 de Tikal registra la excavació n prehi spáni­ rante el Posclásico: fue concebida
s, y
:2 -:e una tumba rea l y la posterior re inhGmación del cadáver. Al ce ntro
)ie­ como el venerable lugar de los oríge­
;; "escena, e ntre dos personajes arrodill ados, se observa una pila de
stá
- ~==c scoronada por un cráneo . La inscripción identifica los huesos como
nes, cuna del Quinto Sol y foco de dis­
va ­ persión de los pueblos originarios.
=s -:enec ien te s a una noble de Topoxté, Guatema la. Además, el texto
sa­
~¿- = ~ e señalar que la tum ba fue "a bierta" (pas-ah) unos ocho años des­
ca­
'. ~ 3 de su enterramiento. To mado de Jones y Satterthwa it, 1982. Las actividades prehispánicas
'a y ;.!.!."~...., ¡. .:.{:!],

de en los sitios arqueológicos


tán Sabemos que el hombre prehispánico
)re­ visitaba con asiduidad centros ceremo­
,s " a b niales en ruinas, explorando ávidamen­
~o,
te edificios y monumentos cuyas for­
mas se adivinaban bajo la vegetación.
En estos peculiares escenarios, caracte­
rizados por el silencio y la desolación,
llevaba a cabo una amplia gama de ac­
tividad es. Lamentablemente, muchas
de ellas no dejaron huellas perceptibles
para los arqueólogos modernos. Esta­
mos en terados de su realización gracias
a varias fuentes históricas redactadas
en el siglo X.'VI, como la "Relación de Te­
Rel iq ui as del Preclásico halladas en quizistlán y su partido". Este interesan­
contextos m ayas del C lásico. al te documento señala que las sociedades
Ofrendade la Estructura A- XVIII, Ua­ que vivieron nueve siglos después del
xactún, Guatemala. bl Tumba de la
turbulento colapso teotihuacano , la
plataforma VI-e, San Gervasio, Co­
zumel , Quintana Roo .
mexica entre ellas, destinaban las ve­
FOTO'i M~:" Z,.l!ifJ PP:OYl:C1"O t.~ &:';:-:J.' G .D /" , .~.j. 200· tustas pirámides del Sol y de la Luna al

Arq"".g" de " ,,~, ..I. gi. / 13


culto, las consultas oraculares y el sa­
crificio de cautivos de guerra.
Por el contrario, otras actividades
prehispánicas dejaron una marca inde­
lebleen numerosos sitios arqueológicos
de Mesoamérica. En un primer grupo se
incluyen acciones que podemos califi­
car como "aditivas". Ejemplo típico de
este fenómeno es la adoración de los re­
lieves de Chalcatzingo, Morelos, dos mi­
lenios después de su elaboración. En b
1200 d.C., los tl ahuicas añadieron un
adoratorio y una escalinata monumen­
tal a este sitio arqueológico con el pro­
pósito de acceder fácilmente a los relie­
ves del Conjunto S, de 1000 a.c. Un caso
distinto es la elaboración de los relieves
del Cerro de La Malinche, esculpidos
por los mexicas frente a las ruinas de
e
Tula Grande a finales del siglo xv. Esta
singular obra, compuesta por las efigies
de Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl y
Chalchiuhtlicue, ha sido interpretada
ya como un homenaje mexica a las dei­
dades heredadas de sus antepasados
toltecas, ya como una "imagen históri­
ca retrospectiva" del célebre gobernan­
te de Tula, para validar la tradición
mexica de esculpir los retratos de sus tas del Golfo de México, Hernán Cortés A ntigüedades olme­
cas reutilizadas po r
soberanos en las peñas de Chapultepec. envió a Motecuhzoma un regalo consis­
los mayas. al Ca ra an ­
También son claras "adiciones" la in­ tente en vino y bizcochos. Al recibirlo,
terior de un pectora l
humación de cadáveres y el enterra­ el tlatoani mexica se negó a ingerir los de 300 a.c., actual­
miento de ofrendas en el interior de edi­ alimentos -no sabemos si por su esta­ men te en Dumbar­
ficios derruidos, expresiones que do tras la larga travesía transoceánica­ ton Oaks . b ) Cara
denotan la sacralización que se hacía de y señaló que "era cosa de los dioses". posterior del m ismo
pectoral con inscrip­
las ruinas. Como ilustración, mencio­ Mandó entonces a sus sacerdotes que
ción e imagen de un
nemos los restos mortales introducidos llevasen la ofrenda a las ruinas de Tula dignatario maya lla­
por gente del Posclásico Tardío dentro y "que lo enterrasen en el templo de mado " Cielo-ave
de la Estructura 1-R de la Ciudadela en Quetzalcoatl, cuyos hijos eran los que Moan " , grabado ca .
Teotihuacan; el fastuoso ajuar funera­ habían venido". 50-1 a.e. el Cuchara
ceremonial con un
rio, también del Posclásico, depositado Las fuentes históricas también nos
texto maya que aludi­
en la Tumba 7 de Monte Albán, y los in­ ofrecen testimonios de actividades ría al " Señor del lugar
censarios-efigie colocados en el mismo "sustractivas". Hablan específicamen­ nocturno", encontra­
periodo sobre el derrumbe de templos te de la excavación de edificios para ex­ da en Guanacaste,
del Clásico Tardío en Dzibanché, Quin­ traer materiales de construcción, es­ Costa Rica .
FOTO COR'TE St.l. DiJM9 .~•.ltTON
tana Roo. Una de las últimas acciones culturas , ofrendas dedicatorias y O,lJ($ OIWJO' Al.-EXANDfI €
TO¡(C\ .."I1M , CORTE SI.\ D'JM.
de este tipo de que se tiene memoria es sepulcros, acciones que muchos auto­ BARTO N QAICS REPX:CGR.:.F~
M,ÁP..l.CHECO I RAleES
relatada por fray Diego Durán. El domi­ res modernos han denominado con los
nico cuenta que, estando aún en las cos­ términos peyorativos de "saqueo" y"pi-

14 / A'Qu eologí3 Mex ¡ C~I13


a e d

- -, g üedades reutilizadas por los mexicas, a) Fragmento de una figurilla humana con yelmo de ave, b) Fragmento de una
~ _' :lIa de hombre barbado, e) Pendiente en forma de colmillo de felino, posiblemente procedente de Guerrero, d) Cu­
::- =-3rit ual, quizá de Guerrero, Las tres primeras piezas proceden de la Cámara 3 del Templo Mayor, en tanto que la cuar­
'~ =_= hallada en la Ofrenda 2 de la Catedral Metropolitana,
::5: "--~. RAfc=s

: o .(luías reinhuma­ llaje" , Sin embargo. salta a la vista que chas obras que allí hicieron. entre las
,,:-, ; cor los mexicas
la mayoría de estas operaciones no per­ cuales dexaron,,, unos pilares de la he­
; ,- " Recinto Sagra­
=- : :e Tenochtitlan, seguían el lucro. sino la recuperación chura de culebra", Dexaron también
, V ¿scara de estil o de objetos apreciados estéticamente y. una sierra o un cerro que los dichos tul­
- =( a, b ) Máscara sobre todo, tenidos como mágicos. tecas comenzaron a hacer y no lo aca­
:: 0 e st il o Mezcala puesto que eran obra de dioses, gigan­ baron, y los edificios viejos de sus casas
: ::: - .:¡ ecoraciÓn me·
tes o pueblos míticos, Un pasaje conte­ y el encalado parece hoy día." Sácanse
::= - ?íntura facial de
_ - :ecuhtli , el Vas o nido en la obra de Sahagún nos habla también de baxo de tierra joyas y pie­
=- '. L p O Anaranjado tanto del profundo conocimiento que dras preciosas, esmeraldas y turquesas
:,~; ado , con la ima­ tenían los mexicas y sus contemporá­ finas", Otras fuentes nos informan que
neos de los vestigios de Tula, como de también los tia te loicas y los tlaxcalte­
la exploración del subsuelo en busca de cas estaban im plicados en la extracción
=- ¡ RAf:ES antigüedades: "hay señales de las mu- de las antigüedades toltecas, Tales bús-

~ b e

j ~
- ,- ~

••
ArQue ologiade la 3(q Ul'Dl og il l 15
quedas, llevadas a cabo de manera in­
tensiva, tUv1eron un efecto devastador.
Esto es fácilmente perceptible a nivel
arqueológico. La pérdida masiva, cuan­
do no total, de esculturas y piedras de
recubrimiento ha sido registrada por
doquier en Mesoamérica. Por lo gene­
ral, las áreas dañadas tienen volúmenes
considerables de cerámica temporal­
mente posterior, hecho que delata in­
equívocamente a los causantes,
seres portentosos, decidió a los nuevos Es te chacmoo/, ha­
La recuperación de un pasado llado recientemente
propietarios a reinhumarIos en el inte­
bajo la Casa del Mar­
glorioso: reutilización e imitación rior de templos y palacios como parte
qués del Apart ado.
Las actividades "aditivas" y"sustracti­ de ofrendas dedicatorias y funerarias. Ciudad de México,
vas" tUv1eron también un fuerte impac­ Al parecer, no sólo las piezas completas es casi idéntico en
to en las poblaciones de quienes las rea­ tenían este carácter, sino que su poder fo rm a y dimensiones
lizaron. Las reliquias recuperadas en se extendía a sus fragmentos. De no ser a los descubiertos
por Jorge R. Acosta
excavaciones premeditadas, así como así, es difícil concebir la causa de que
en Tula, Hidalgo. Se­
las descubiertas accidentalmente y las varias piezas rotas y simples fragmen­ guramente fue tra i­
transferidas de generación en genera­ tos de reliquias se hubieran incluido en­ do desde Tula por los
ción, fueron reutilizadas, aunque no tre dichos dones. mexicas
;:c.'jO 1.'''. ~ , ~·~ I c :: ;
siempre se les asignó la función para las Muestras de reutil ización son las nu­
que habían sido creadas. Seguramente merosas figurillas, máscaras, pen­
la elevada calidad de las materias pri­ dientes, cucharas rituales, ca­
mas y de la manufactura de tales obje­ noas miniatura, hachas y
tos influyó en su valoración. Pero, ante fragmentos de piedra verde,
todo, la supuesta calidad sobrenatural tanto olmecas como de sus
de bienes cuya creación era atribuida a contemporáneos del Preclá­

a b

Esculturas mexicas que imi tan imágenes y estilos de Teotihuacan, estado de Mé­
xico; Xochicalco, Morelos; y Tula, Hidalgo, respectivamente . al Dios del fuego con
atributos de Tláloc. bl Cabeza de serpiente con la fecha 8 caña en la cara inferior.
el Guerrero con tocado y pectoral de mariposa .
~fCS ' /_.~ "C? ~f fT C ' , tCi p:. -:", - sc:; r JI,L ~~

16 / ArQ,-(!DlcI5'I¡ lüri:::¡;a
La Casa de las Águi­
las es un edificio re­
li gioso mexica cor
ornamentación aro
ca izante. Sus ba n­
quetascon procesio·
nes de guerreros, su;
mu rales con cen efa;
m I¡i colores y sus
braseros Tlá loc imi·
tan la decoración de
los edificios toltecas.

colocándoles incrustaciones de obsi­ como evocaciones fragmentarias de


diana y concha en ojos y boca, y aña­ tiempos extintos que como réplicas fie­
diéndoles grandes orejeras antes de les e integrales de conjuntos plásticos
ofrendarlas en el Templo Mayor. Recu­ específicos. A este respecto, traigamos
brieron otras antigüedades con pintu­ a la memoria las tallas mexicas que se
ra y chapopote o les pintaron símbolos basan en las tradicionales imágenes
y glifos que acentuaban sus significados teotihuacanas del dios viejo del fuego ,
religiosos originales o que les conferían en glifos calendáricos xochicalcas con
uno distinto. barras y puntos, y en los típicos monu­
Las exploraciones prehispánicas en mentos toltecas de "atlantes", portaes­
sitios arqueológicos fueron lo suficien­ tandartes, "hombres-pájaro-serpiente",
temente profusas para que los excava­ procesiones de guerreros, serpientes
dores pudieran copiar viejos estilos es­ ondulantes, aves rapaces, felinos y bra­
cultóricos,pictóricosyarquitectónicos, seros con la efigie de Tláloc.
además de escenas iconográficas com­ En lo que toca a las evocaciones en
pletas. Entre todas las ciudades meso­ la arquitectura sacra, Tenochtitlan y
americanas, la imitación tuvo en Te­ Tlatelolco suman entre sus ruinas va­
nochtitlan su principal centro de rios "templos rojos", pequeños adorato­
expresión. Como nunca antes, los rios que resucitan en sus fachadas el ta­
mexicas reprodujeron en su capital lud/ tablero y las pinturas teotihuacanas.
añejos cánones artísticos, aunque mu­ Paralelamente, la sombra de Tula se
chas veces sin respetar cabalmente proyecta sobre la llamada Casa de las
forma y significado originales. Puede Águilas y las capillas aledañas al Tem­
afirmarse que sus imitaciones reinter­ plo Mayor, donde el predominio apabu­
pretaron el pasado, entreverando llante del arcaísmo anuncia una suerte
eclécticamente lo antiguo con lo nue­ de "neo-toltequismo" en el arte de la isla.
vo. Sus arcaísmos fungieron así más De allí que no carezca de sustento la ob-
la colonia: una nueva
I perspectiva del pasado
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mixe cambió los arcabuces por las pa­
o ~"l' ~ '.J, . '. "~ • -:::;-. las. De acuerdo con Bernal Díaz del Cas­
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/:,:~~;.~ ~ .,-'= tillo, se dedicó con éxito a violar las tum­


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~ . - . /' ;2{;: bas de los caciques locales, cosechando
~ ~ .t el equivalente de cinco mil pesos de oro.
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'-.. -:----.... , ~~ ~ < ~i~~J:,--''' ' .' ,,,.l ' Con el paso de los a¡'¡os, estas lucra­
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\) tivas expediciones se volvieron tan fre­
.;.'-r... ••• ¡ ,," cuentes que la corona española se vio
en la necesidad de expedir media doce­
na de reales cédulas a lo largo del siglo
XV I. La finalidad no era, evidentemen­
servación de Octavio Paz, quien apun­ te, proteger el patrimonio enterrado,
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la fortaleza
~ !:: e
Zac ule u ,
tó que "si Tula fue una versión rústica sino asegurar la parte que le correspon­
e--.=C"'"la. Fue e la- de Teotihuacan, México-Tenochtitlan día al rey. En un sonado incidente fecha­
fue una versión imperial de Tul a". Vale do en 1538, el conde de Osomo, benefi­
decir que la reutilización de reliquias y ciario de una licencia pa ra "a brir
la construcción de edificios arcaizan tes enterramientos" en Nueva España,
en Tenochtitlan coinciden con el perio­ Guatemala, Venezuela y Cabo Vela, se
do en el que se integra, consolida y ex­ queja con razón de los nuevos graváme­
pande al máximo el imperio mexica. La nes que se le imponían: el 1.5 % por de­
recuperación y el enaltecimiento de ci­ rechos de fundición , luego el quinto real
vilizaciones extintas en este contexto y, por último, ¡la mitad del rem anente
histórico quizás deba entenderse como para la Real Hacienda! Cabe decir que
una de tantas estrategias para susten­ los propios indígenas también se vieron
tar ante propios y extraños una nueva envueltos en actos de pillaje, los cuales,
posición dominante. Con el paso de los aclara Motolinía, estuvieron motivados
siglos, lasantigüdades habrían adquiri­ por los onerosos tributos que debían pa­
do la calidad de símbolos sacros por ex­ gar a los peninsulares. También tene­
celencia y de legitimadores genealógi­ mos noticia de halla zgos fortuitos ,
cos de las acciones de sus beligerantes como el de las ofrendas del Templo Ma­
usuarios. yor de Tlatelolco, exhumadas durante

'1CI\.II!'JIC¡ra ~~ la a'~¡/telo:gi~ / 19
la construcción de la iglesia de Santia­ fue re evaluado por motivos científicos
go ycuya venta sirvió para la edificación y políticos. Entonces se realizaron re­
de dicho templo. conocimientos de sitios virtualmente
En este panorama marcado por el la­ desconocidos como Xochicalco y Can­
trocinio, también hubo espíritus visio­ tona; relaciones acerca de ruinas dis­
narios. Durante los siglos XVI y XVII, ci­ tantes como El Tajín y Palenque, yes­
viles y religiosos examinaron antigua­ tudios eruditos de los monumentos
llas y visitaron sitios arqueológicos. El escultóricos que estaban siendo exhu­
resultado fueron lacónicas descripcio­ mados como resultado de obras urba­
nes -a veces acompañadas de croquis nas en la Ciudad de México. Allí, en la
imperfectos- que por lo común servían capital colonial, también proliferaron
de base a divagaciones históricas y teo­ las colecciones arqueológicas priva­
lógicas de los orígenes del hombre ame­ das, atesoradas por funcionarios de go­ El sabio no von isp¡
ricano. En este contexto, se inscriben bierno, dignatarios religiosos y "hom­ no Ca rlos de Sigüer
las referencias de Diego de Landa al Cas­ bres de letras", tanto europeos como za y Gó ngo ra (164:
tillo de Chichén Itzá (1566); de Antonio criollos. Entre ellos podemos mencio­ 1700). Incursionó e
la lite ratura , la his!(
de Ciudad Real a las ruinas de Uxmal y nar al cardenal leonés Francisco Anto­
ria, las matemáticas
Oxk.intok (1586); de Gerónimo de Men­ nio Lorenzana, los sabios locales José la astron omí a. S
dieta a Teotihuacan (1596); de Francis­ Antonio Alzate y Antonio de León y fama ll eg ó hasta I
co Antonio de Fuentes y Guzmán a Za­ Gama, el oidor sevillano Ciriaco Gon­ corte del soberan
culeu (1690), y de Giovanni Francesco zález de Carvajal, el botánico extreme­ francés Luis XlV.
Gemelli Carreri a San Ángel, Azcapo­ ño Vicente Cervantes , el capitán lu­
tzalco y Teotihuacan (1697). xemburgués Guillermo Dupaix, e 1sabio
Punto final de este periodo de la ar­ prusiano Alexander van Humboldt y el
queología mexicana y prefiguración de benedictino catalán Benito Moxó. Con
los tiempos por venir es la presencia lu­ excepción de Lorenzana y Humboldt,
minosa en la Nueva España del italiano estos individuos apreciaban las anti­
Lorenzo Boturini Benaducci y del crio­ güedades no sólo como útiles recursos
llo Carlos de Sigüenza y GÓngora. El pri­ para la reconstrucción histórica, sino
mero reúne, entre 1736 y 1744, una co­ en tanto fuentes inagotables de placer
lección única de pictografías indígenas. estético. Este gusto compartido hacía
Al segundo, en cambio, se debe la pri­ que se reunieran con frecuencia para
mera excavación arqueológica del con­ mostrarse sus adquisiciones recientes,
tinente en las ruinas de Teotihuacan al­ y para intercambiar objetos, dibujos y
rededor de 1675, según lo subrayan publicaciones.
autores como Daniel Schávelzon y Mit­ Paralelamente surgieron en la ciu­
chell A. Codding. Aún se discu te, sin em­ dad de México las primeras colecciones
bargo' si la exploración de Sigüenza fue públicas de objetos arqueológicos. Ci ­
realizada en la Pirámide del Solo en la temos a este respecto el Gabinete de
de la Luna, y si su objetivo fue averiguar Historia Natural, fundado en 1790 por
si estaba hueca y contenía una tumba o el cirujano español José Longinos. Su
simplemente si era completamente ar­ colección se formó con los ejemplares
tificial. Cualquiera que sea el caso, el que él mismo había traído desde Espa­
gran aporte de Sigüenza fue haber inau­ ña, con los que obtuvo en sus expedicio­
guradoel método experimental en la ar­ nes por la Nueva España y con aquellos
queología mesoamericanista. aportados por 11 coleccionistas,casi to­
En la segunda mitad del siglo XVIII, dos ellos altos funcionarios locales. De
al arribar las ideas de la Ilustración a la acuerdo con la Cazeta de México, esta
Nueva España, el pasado prehispánico colección se exhibía al público los lunes
y libros traídos desde España e Italia.

.
Para dar una idea de su importancia, di­
In .
gamos que su pinacoteca reunía obras
de Ribera, Zurbarán , Cortona y Miguel
Ángel; entre los yesos se encontraban
copias del Laocoonte, la Venus de Me­
dicis y el grupo de Cástor y Pólux, y su
biblioteca atesoraba obras de Piranesi y
los nuevos volúmenes de las excavacio­
11 ' . ,. nes de Herculano. Es muy interesante
que junto a estas obras europeas se en­
contraran al menos cuatro esculturas
sp a­ mexicas. Según los escritos de Dupaix
üe n­ y de León y Gama, eran piezas que ha­
64 5­ bían sido descubiertas en los cimientos
Ó en
del Mayorazgo de lVIota. Nos referimos
isto­
:as y al fam oso "1 ndio triste" y a las imágenes
Su de un ahui zote, un sapo y una serpien­
[a la te de cas cabeL Década s m ás tarde, es­
'ano t as mismas piezas con formarían el
:5
acervo base con el que fue inaugurado
el Mu seo Nacional en 1825.

Leo n ardo Lópe z Luján. Docto r en a rqueolog ía


po r la Uni vers ité de Paris Oues t Nan terre.ln ves­
ti gador del Mu seo del Te mplo Mayor, INAH. Pre­
mi o de Investi gac ió n 2000 de la Academia Mex i­
ca na de Ci e ncias. Fo rma par te d e l Com ité
Ci e ntífico d e la exposición sob re his tori a de la
arqueología mexica na orga ni zada por el Antiguo
Co legio de San lldefo nso.

Para leer más ..•


BERXAL. Ig n ac io. His toria d e la arqueologia en Aíé­
y los jueves, de 10 a 13 y de 14 a 17 ho­ xico. Porrúa, i\ íéxico, 1979.
LÓPEZ Lu) .. i. :-.: , Leo nardo. "Echoes of a Glori ous Past:
= "' ,,:0 Gonzá­ ras_En 24 estantes estaban distribuidos l\'lexica Anti q uaria ni sm",en AJain Sc hnapp con
== :"rv ajal en
una biblioteca científica, instrumentos Lo thar von Falke n hausen , Pet er N. j\'lill er y Tim
" -609. Ól e o . l\ lurray (coords.). H/orld Antiql1arial1ism: Com­
=- •• "d o nal del como microscopios, máquinas eléctri­ paralive Perspeclives, The Getty Re sea rch In sti­
lule. Los .~ngele s, 2013, pp. 273-2 94.
-: -~¡C' . cas y cámaras oscuras, y especímenes _ _ ' " EI Vaso 9-:'\i: Un rec ipient e ,-\ nara njado Del­
_,~ · .... ' l - :'
pertenecientes a los tres grandes reinos gad o e nco ntrado en Tenoc hr itlan ", en ¡"·la ría
Elena Ru iz GaLlut (coord .). Ideología y politica a
de la naturaleza. La Cazeta especifica tra vés de materiales. imágenes y simb% s: Me ­
que el estante 19 contenía "tierras y an­ moria de la Primera Me sa Redonda de Teo tihua­
can, u i\A i\¡/Ii\ AH. j\'l éxico, 200 2, pp. 731 -760.
tigüedades", pero desgraciadamente _ _ ' El capitán Guillermo DI¿paix y su álbum ar ­
queológicode 1794. !;\AH. Edi cio nes del ¡" lllseo
no da más detalles al respecto. Nac ional de Ant ro po logía, ¡" Ié x ico, 20 15.
Mucho más importante es la Acade­ _ _ .La recuperació/1 m exíca de/pa sado teo tih ua ­
cano, ''''AH . .iVIéxico, 19S9.
mia de San Carlos, establecida en 1783. _ _ . y Al fred o Ló pez Austin. "Los mexicas en Tuja
: J'_:!t : :=co Desde un principio, esta institución fue v Tuj a en Mex ico-Te noc h ti tl a n". Estu dios de Cul­
.::r- '::'~1 t e en íura Náhuatl. vo l. 38. 2007. pp. 33-83 .
dotada porel rey de un generoso presu­ iVIAT os ¡vJOCTE ZU:'< íA, Eduardo, A rqueología del J.Hé­
x ico a n t iguo, Ja ca Book /Co n acu lta. i\léxico,
pues to, profesores del más alto nivel y 2011.
espectaculares colecciones didácticas S CH NA PP, .Alain. La conquete du passé: au x origines
de I 'archéologie. Editions Carré, Par is, 1993,
de pinturas, grabados, medallas, yesos

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