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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA


Facultad de Artes y Ciencias
Carrera: Licenciatura en Psicología
Cátedra: Clínica II
Docentes Responsables: Lic. Norma Terceros, Lic. Eleonora
Naranjo, Lic. Raquel Sosa.

Integrantes:
Bikauskas, Iván Nicolás D.N.I: 37.302.301
Chaile Martínez, Melisa D.N.I: 40.387.835
Costamagna, Daiana D.N.I: 32.893.422
Olivarez Zamar, María de Fátima D.N.I: 38.034.740
Vasquez, Karina Rosalía D.N.I: 40.150.291

2019
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Marco epistemológico
El Amor
La naturaleza humana es apertura e intencionalidad, en fenomenología, la
intencionalidad era una propiedad básica que alude a un principio: «Toda conciencia es
conciencia de algo», es decir, lo que está en nuestra conciencia es siempre la
manifestación de la relación que tenemos con alguna cosa fuera de nosotros mismos.
Partiremos diciendo que para Víktor Frankl, reducir el amor a un fenómeno psicosocial o
biológico es un reduccionismo y puede producir equívocos de alto coste personal y social.
«El reduccionismo puede definirse como un subhumanismo. Los fenómenos
específicamente humanos se convierten en meros fenómenos, detrás del amor no queda
más que los llamados instintos reprimidos...» (Frankl V., 1991).
El amor es una realidad primordial de expresión biológica y psicosocial y acontece,
ante todo, en la dimensión de lo espiritual, una dimensión que habla de nuestra libertad, de
nuestra responsabilidad.
Según Frankl: «Se puede definir el amor como poder llamar tú a alguien y además
poder aceptarle positivamente; en otras palabras: comprender a una persona en su
esencia, tal como es, en su singularidad y peculiaridad...» (Frankl V., 1990).
El amor actúa como un sostén, como nexo de unión, desde la libertad de elegir con
quien compartir la vida en la búsqueda de la mutua felicidad, y acontece en la dimensión
noética.
«La relación directa con lo espiritual... constituye, por tanto, la más alta forma posible de
emparejamiento... El amor es, por tanto, la orientación directa hacia la persona espiritual
del ser amado, en cuanto algo único e irrepetible (rasgos que hace de ella una persona
espiritual» (Frankl, 1978).
Entonces, comprender a una persona en su esencia implica una alta permeabilidad
al otro, un salto de riesgo inevitable a la entrega, y esta última es la clave de la
autotrascendencia, es decir, de nuestra capacidad de salir de nosotros mismos e ir a por
ese «tú» al que amamos.
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La entrega para la logoterapia es un salto sobre el abismo del aquí y del allí
(Ceballos, 2016.) sobre el futuro desconocido y el riesgo inminente de sufrir o gozar, y
acontece en la dimensión noética o espiritual.
Por otro lado, Frank sostiene que el amor es un acto existencial es donación,
gratuidad, complacencia, pero también es pasión, emocionalidad, pensamiento, reflexión y
deseo.
El amor como la persona es un misterio, pero un misterio que aterriza en lo
fenomenológico.
“Nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser humano si no le ama”
(Frankl V., 2001). Es decir, en el primer momento del amor, cada parte en la pareja suele
delimitar su territorio, intenta controlar la situación por el miedo a perder o provocar
desamor, pero cuando el tiempo transcurre, el territorio ya no puede ser demarcado,
porque los años permiten desenmascarar un yo auténtico que se deja mirar por el «tú», es
entonces el acontecer en el vínculo el que va configurando a la pareja
Una vez que nos entregamos, la vida se enriquece, se amplía y se reinventa. Esto
incluye tanto a esos momentos cumbre de éxtasis como a esos difíciles en los que se vive
sufrimiento, decepción y dolor.
Eliana Ceballos plantea la existencia de tres principios a la hora de hablar de pareja:
1.- La pareja es el encuentro de dos seres multidimensionales.
2.- El encuentro existencial de la pareja humana es un altero acontecer.
3.- El encuentro amoroso es una didáctica de las más significativas en nuestra vida y un
camino al sentido.
La logoterapia basa todo su trabajo en el paradigma de que somos seres
multidimensionales en unidad indisoluble. Frankl sostiene que, si bien se abordan las
dimensiones de manera diversificada, en el hombre se encuentran unidas, “(…) se trata de
una unidad a pesar de la diversidad (…)” (Frankl V., 2003).
A partir de esto cabe señalar entonces, que, para pasar al Dos en la pareja, cada
integrante de la misma debe sentirse Uno ante el otro y viceversa.
Así, si hablamos de unicidad, esto implica totalidad, por lo tanto, es imposible
pensar en la existencia de la media naranja, porque el hombre y la mujer no son seres a
medias, sino que encarnan una naturaleza humana completa, aunque exista un estilo o
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modo masculino, y otro femenino; esto último es a lo que se llama la igualdad y la


diversidad complementaria del hombre y la mujer.
El sentido en la pareja
Recordemos que, para Frankl, el sentido no se da, sino que se busca, y además
que difiere de hombre a hombre y de día a día, es decir, centrado en la situación; así
también Frankl considera que la libertad es la puerta de esta búsqueda de sentido:
El sentido de la vida en pareja es una aventura consciente por la vida de Dos.
Aprender en amor es la más sólida de las propuestas. Toda la ciencia lo apunta, nadie
niega que el amor es la fuente misteriosa que nos hace libres y serenos. (Ceballos, 2016.)
Esa búsqueda en común es el “proyecto” de la pareja, y la buena
comunicación resulta ser el mejor recurso para lograr una sana convivencia.
Entonces ¿qué es la comunicación? El diálogo y la comunicación se relacionan
con la inteligencia emocional, con el uso inteligente de las emociones y propenden
a un vínculo ordenado y posible. Así podemos ver que existen tipos de
comunicación
-La que se refiere a temas puntuales del día, aspectos cotidianos habituales (qué
hizo cada uno durante el día, dónde ir de paseo, qué comer, etc.)
-La que se refiere a temas básicos, estructurales de la historia y de la identidad de
cada pareja (ideales, deseos, aspectos que unen y separan, acuerdos y
desacuerdos, etc.) (Efrén Martínez, 2005)
Etapas en el ciclo evolutivo de la pareja:
a) El noviazgo: la búsqueda de ser uno mismo y la mirada del otro que me
definen, las semejanzas y diferencias, la ilusión y la desilusión, todos estos
aspectos refieren a los primeros pasos en la construcción de un proyecto de
vida. El respeto por la diferencia, y la necesidad de acordar en los valores
básicos para llegar al matrimonio.
b) Matrimonio: refiere al aprendizaje de vivir juntos, la adaptación mutua, la
intención de acordar en la función del bien común, el espacio de la
nostridad, la convivencia, la autoafirmación y el clima emocional de la
pareja.
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c) La llegada del primer hijo: remite a llevar a cabo los ajustes necesarios para
aprender a ser padres, los deseos de un hijo, la renovación de los acuerdos
matrimoniales. También hay que considerar cuando se dan situaciones
especiales: cuando el hijo no llega, cuando no es buscado, cuando llega y
no es esperado.
d) La crianza del primer hijo: el sentido del sacrificio por amor, objetivos en
común, proyectos, la responsabilidad compartida en decisiones y acciones
concretas ya que los hijos son de los dos.
e) Crisis de la mitad de la vida: refiere a la juventud de los hijos, cuando estos
se van de casa, el cambio en la dinámica familiar y la transformación del
dolor de la pérdida para resignificarla positivamente, nuevos proyectos
personales y comunes del matrimonio, vivir un segundo noviazgo.
Para Frankl, el amor se expresa en tres planos, los cuales se corresponden a las
dimensiones del ser humano:
-Dimensión corporal: en la misma se expresa el amor como sexualidad en
términos de genitalidad, constituye el impulso sexual que se despierta en los
miembros de una pareja
-Dimensión psíquica: en esta dimensión se expresa el amor como enamoramiento
en términos de personalidad, del carácter que atrae a dos personas a iniciar este
proceso de enamoramiento
-Dimensión espiritual: se expresa en el amor auténtico y verdadero por una
persona en su esencia, así como en la unión de la múltiple unidad de cuerpo, alma
y espíritu.
En las dos últimas dimensiones hay una predominancia de la voluntad de
placer y voluntad de poder; mientras que la integración solo se logra cuando el
amor se manifiesta desde la dimensión espiritual caracterizada por la
intencionalidad y la voluntad de sentido. El amor de pareja puede iniciar por
cualquiera de las dimensiones, pero la realización del amor propiamente dicho, no
tiene lugar si sólo se permanece en el plano corporal y/o psíquico.
Para Frankl, el deseo de placer y el deseo de poder solo surgen cuando se
ha frustrado el deseo de sentido y representan, en el caso del placer, una
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consecuencia de la voluntad de sentido y, en el caso de la voluntad de poder, un


medio para encontrar el sentido.

Los conflictos de pareja


Desde la logoterapia, el conflicto puede ser un momento para la adaptación,
el crecimiento y la construcción de una pareja, sin embargo, teniendo en cuenta
las consecuencias o implicancias que estos tienen a nivel emocional y cognitivo, a
partir de los mismos se experimentan revivicencias, actualizando cada uno de sus
integrantes ya sea recursos o restricciones. El vínculo que se estableció, de esta
manera, puede restringir más o menos las manifestaciones espirituales, así como
promover posibles desrestricciones a través del amor como motor de cambio.
Se pueden establecer dos grandes grupos de posibles conflictos que se
pueden presentar en la pareja:
1.            Conflicto por colisión de planos dimensionales
-Preponderancia de la dimensión corporal de uno de los miembros y de la psíquica
en el otro: se presentan como dificultades la disminución del deseo sexual y del
orgasmo. En este tipo de conflictos el sexo se constituye como estrategia
compensatoria o de afrontamiento, así como hay problemáticas vinculadas a los
mitos o colisiones de formas de ver el mundo
-Preponderancia de la dimensión corporal en uno de los miembros y de la
espiritual en el otro: tiene lugar una relación infeliz e irrealizada, manifestaciones
de vacío y ansiedad para el miembro en donde predomina lo corporal, y por otro
lado, el choque de valores para la persona en donde predomina el espiritual
-La dimensión psíquica en ambos miembros: se pueden establecer conflictos por
la colisión en la forma de ver el mundo
-Preponderancia de la dimensión psíquica en un miembro de la pareja y de la
espiritual en el otro: el miembro con preponderancia psíquica, atraviesa
sentimientos de vacío y ansiedad, mientras que en el otro el principal conflicto es
el choque de valores
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En la prominencia ya sea del plano corporal o psíquico, tienen su origen en la vida


vivida y en lo que la persona ha hecho de sí misma en su interrelación con el
mundo. En estas dimensiones hay una predominancia de la voluntad de placer y
de poder, las mismas se manifiestan en la tendencia a buscar la distensión ante el
conflicto, provocando implicaciones relacionales de alta ansiedad y sufrimiento
subjetivo.
2.            Conflicto por colisión de visiones del mundo o epistemologías divergentes:
la forma de percibir la realidad en general es selectiva y está influida por la vida
vivida, que va a determinar cómo se ve y cómo se relacionara con el mundo.  Con
vida vivida, se refiere a las vivencias de su propia historia (historia genética,
relación con padres, escuela, circunstancias socioculturales), por el cual, se
interrelaciona desde que nace con circunstancias que le han sido dadas, esta vida
que es vivida se constituye como un particular modo de manifestarse, un modo de
ser y forma de ver el mundo externo, interno y trascendente, así como la forma de
relacionarse con él. Así, como señala Martínez (2005) la construcción de sí mismo
a través de las vivencias introyectadas posee un alto contenido emocional que se
influencia y retroalimenta a través de los vínculos emocionales que la persona
entabla
Esta manera de ver la realidad puede ser rígida y estrecha, dando lugar a
conflictos que no le permiten comprender la visión del mundo del otro, aferrándose
solo a su propia realidad. Se produce así, una disonancia entre este mundo propio
ideal y el del otro que puede dar lugar a dos aspectos:
-                     Construcciones y adaptaciones que permite la realización de la pareja en

-                      Estrategias de afrontamiento que tienen lugar cuando uno o ambos
intentan hacer que el otro cambie de percepción, se adapte y acepte su mundo,
para convertirlo en la pareja ideal
La logoterapia, así también, a partir de su fundamento antropológico y
consideración de lo que implica una pareja, se establece que uno de los
principales motivos por los cuales en una pareja puede tener lugar el conflicto y la
desunión son:
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-una relación de desigualdad, la problemática en una pareja empieza cuando uno


de los dos o, piensan yo soy mejor que tú o yo soy peor que ti , poniéndose ya por
encima o por debajo del otro ,se empeña en definir una porción de la realidad
como mejor que otra , cuando alguien decide que es bueno y que es malo, así
como se cree en la posición de imponerlo e enjuiciar al otro .Esto da lugar al
maltrato , que cuando crece se convierten en juegos psicológicos fatales y en
violencia . En la pareja cuando uno de los dos se siente mejor que otro, o que la
familia del otro, en el alma, surgen fisuras.
- Cuando uno da mucho y el otro puede recibir y devolver poco (aunque tal vez
exija mucho), se crea frustración y desigualdad, entonces ya no hay pareja sino
una falta la paridad.
El enamoramiento
1.Comprendido como un movimiento incontrolable, estado de gracia y de
apertura, a la vez que supone la proyección de anhelos, es decir no vemos a la
persona como es, sino como esperamos que sea, se tiene la esperanza de que, a
través del otro, los asuntos no resueltos de la infancia o de nuestra familia de
origen encontrar una solución. Así en el enamoramiento entran en juego
mecanismos inconscientes de reconocimiento y de atracción hacia el otro, que
están en consonancia con nuestra historia y sistema familiar de origen. A la vez
que se produce una apertura se produce una ceguera por la cual, inventamos al
otro a medida de nuestras necesidades y conveniencias (Garriga, 2013).
2.Después del enamoramiento, la relación empieza a tener otro significado,
se tiende a percibir mejor quien es el otro en realidad, ante lo cual la persona
puede elegir o no, así pasa de ser un movimiento incontrolable a ser una elección
propiamente dicha. Esta elección implica una aceptación de la otra persona, su
pasado, sus vínculos anteriores, su forma de ser, sus valores, emociones y
estados afectivos, asumiendo tanto los aspectos positivos como negativos del
otro, con los riesgos y bendiciones que esto implica.
3.La siguiente fase va a ser el compromiso, como proceso, implica un
nosotros, en lo cual su vínculo y amor, así como lo que han logrado crear en
común tiene más peso y más prioridad que el pasado y la familia de origen,
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implica empezar a hacer cosas en conjunto de una manera diferente y crear una
realidad propia.
En el compromiso dos personas unidas por la sexualidad, el amor, por el
reconocimiento como igualmente adultos y válidos, por la decisión de
compartir su intimidad, consolidan su camino común, fruto de haber tomado
su pasado tal y como fue, y logran que la energía de la relación fluya hacia
el futuro. Sueltan sus lealtades y ataduras con los anteriores. (Garriga,
2013, p.40).
Una fuerza superior al compromiso, es la entrega, es un amor trascendente
que es generoso, en él se ama la vida y los hechos tal como son, despojándolo de
pasiones egoístas, es un amor que está en sintonía con el movimiento de la vida,
es la pareja como proyecto y vivencia espiritual.
Salud
La salud es la capacidad de luchar en la vida, de responder y crear en el
seno de una comunidad compleja y móvil. El hombre es sano porque el eje
frankleano de la persona va más allá de la enfermedad. La neurosis y psicosis son
auténticas formas de “estar en el mundo” que pueden condicionar, pero no
determinar al hombre que las porta.
En síntesis, los indicadores básicos de esta capacidad de lucha tienen total
relación con lo que definimos como pareja funcional: cohesión flexible,
comunicación flexible entre los miembros, búsqueda y reafirmación de un sistema
de creencias en común y la calidad de resolver los problemas para el
enriquecimiento de la pareja y de cada uno.
Neurosis Noógenas en la pareja
Como consecuencia de las neurosis noógenas, se deteriora la voluntad de
seguir buscando, de seguir explorando la vida. Se desorienta, se pierde en la
angustia del vacío. La vida carece de sentido, los valores a los que antes se sentía
atraída se desvanecen.
Por ejemplo, «neurosis del domingo», es decir, la sensación de vacío que
se manifiesta cuando cesa la actividad y la persona advierte, en la inactividad, un
sentimiento sobre el absurdo de su vida. En pareja, esta sensación de vacío se
evidencia, por ejemplo, en el llamado «nido vacío» o en las «vacaciones sombra».
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La primera, alude a parejas que advierten distancia y apatía cuando sus hijos
salen de casa y respecto a la segunda, refiere a parejas que al compartir
vacaciones se dan cuenta de que no tienen puntos de encuentro.
Son eventos como estos en los que muchas veces las personas viven la
vacuidad, la ausencia de sentido, la carencia de motivación e interés. Muchas
parejas lo viven con perplejidad pues se sorprenden de la distancia que se ha
generado entre ellos, casi sin signos evidentes de advertencia.
Por otro lado, Frankl alude a las neurosis enmascaradas.
Para ello, pone un ejemplo: «Pensemos simplemente en la enfermedad de
los "ejecutivos", que se lanzan a una actividad laboral en la que la voluntad de
poder -por no hablar de su más primitiva y trivial expresión, la "voluntad de hacer
dinero"- reprime y desplaza la voluntad de sentido». (Frankl V., 1992).
Como un añadido a las neurosis noógenas, Frankl incluye a las neurosis
colectivas, estas serían por decirlo de otra manera, la enfermedad de la sociedad.
Señala cuatro síntomas de estas neurosis colectivas: la actitud provisional
ante la existencia; una postura fatalista ante la vida; un pensamiento colectivista y
el fanatismo.
La actitud provisional ante la existencia y el fatalismo neurótico constituyen
huidas ante la responsabilidad. Una especie de fuga hacia la masa propiciando el
colectivismo y el fanatismo, es decir, la pérdida de sentido y el conformismo de
vivir como espectadores y perdidos en un rostro grupal anónimo.
Eliana Ceballos sostiene que la logoterapia como terapia específica dirige
su esfuerzo a la tríada neurótica de masas: depresión, agresión y adicción;
entonces propone integrar esta tríada trágica con la pérdida de la didáctica del
amor en pareja.
Propone que la mayoría de las crisis relacionadas con la didáctica del amor en
pareja, cuyas manifestaciones pueden surgir en infidelidad, dilema moral, pérdida
de alteridad, conflictos espirituales, etc., son claras manifestaciones de neurosis
noógenas. Además de las sensaciones de falta de sentido en el nido vacío y en
las «vacaciones sombra» existen muchas otras de no menor trascendencia. Por
ejemplo, la identificación con el «rol» social de «ser pareja de...» que borra
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identidad; el cambio de atractivo sexual que alberga fatalismo; el ideal trastornado


de Hollywood que produce una desresponsabilización; el dilema de la sexualidad
colectivizada, entre otras.
En la vida de pareja se toman en complejos juegos relacionales, como por
ejemplo en la víctima-victimario; poder-sumisión, etc. En estos juegos relacionales
se puede apreciar con facilidad cómo la voluntad de sentido se desplaza
totalmente por la voluntad de poder o de placer.
La mayor parte de las neurosis noógenas relacionadas con la pareja, según
Ceballos, están ancladas en la instalación en el placer o en el poder.
Un ejemplo claro de esta manera de asumir la relación de pareja se advierte
cuando las personas confunden al amor con devoción, con autosacrificio, con
inmolación, asumiendo una verdadera deportación del yo, cuya fuente es el otro y
el ideal inalcanzable.
Igualmente, Ceballos sugiere que no todo conflicto matrimonial o de pareja
deviene o proviene de una neurosis noógena, pues muchas veces responden a
patologías psicógenas complejas o bien responden a conflictos.
Incluso Frankl alude a la imposibilidad de convertir en patología al conflicto
matrimonial ya que hablaríamos de patologizar los conflictos de pareja.
A partir de esto Eliana Ceballos propone que un buen diagnóstico
diferencial garantiza una buena intervención, ya que una visión patologizante de
los conflictos de pareja no solo complicaría aún más la dinámica del vínculo, sino
que justificaría relaciones de poder, en las que el «sano» ataca y responsabiliza al
«enfermo».
En este caso, se refiere a la logoterapia como complemento de otras
psicoterapias.

Modelo Estrategia para abordar un trabajo de psicoterapia y


aspectos a considerar para el diagnóstico con fines terapéuticos

La logoterapia se acerca al hombre desde dos aspectos: la promoción de la


salud y la curación. Se trata de un método que cura y de cuidado.
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La función del logoterapeuta va a ser que el paciente encuentre el sentido


de su vida cooperando con él para que tome conciencia tanto de sus núcleos
conflictivos, que son los que lo traen a la consulta, pero que también sepa que hay
en él espacios libres de conflicto, partes sanas sobre las que debe fortalecerse
para vencer la angustia que causa el sin-sentido de la existencia.
Así, el enfoque desde el que vamos a trabajar va a partir de la “connotación
positiva”, es decir, desde la posibilidad de depositar la mirada y la escucha en los
aspectos favorables o potencialmente buenos de toda persona en situación o de
todo sistema relacional.
Entendiendo que a toda crisis se puede responder desde dos alternativas,
vivirla como un problema o como una oportunidad, aquí, se va a tratar de resaltar
la crisis en su lectura de “oportunidad” respondiendo a la cosmovisión de hallarle
un sentido al sufrimiento. Como el Dr. Frankl lo sentenció: “a pesar de todo, si a la
vida”.
A su vez, la palabra “crisis” proviene del griego crisis, que significa “decisión” y
como toda situación límite conlleva a un malestar que resulta subjetivo en cuanto a
lo que es tolerable o no para una persona, es que vamos a presenciar una gran
variedad de actitudes frente a la angustia y a los momentos de decisión.
Los mecanismos de afrontamiento que se usan por lo general frente a la angustia
son:
a) Que los recursos internos se ajusten a las necesidades del momento,
b) Que no cuenten con respuestas apropiadas a la ocasión, pero ensayen
otras
c) Que no sepan qué hacer y se paralicen.
Lo funcional o esperable sería que, ante nuevas demandas, aparezcan
nuevas respuestas y habilidades, como consecuencia de ejercer la capacidad de
lucha, de adaptación y creatividad. Así, la reorganización personal y vincular van a
requerir de nuevos aprendizajes para crecer y fortalecerse ante los nuevos
desafíos.
Enrique Fabbri (en: Alegría y trabajo de hacerse hombre. Ser persona,
Guadalupe, 1992) plantea que cuando el hombre se cuestiona ¿Cuál es mi visión
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en la vida? (crisis de identidad), ¿Cómo me relaciono y me comunico con los


demás? (crisis de intimidad), ¿Cómo intervengo en la comunidad de la que formo
parte? (crisis de participación) y ¿Cómo vencer la muerte? (crisis de
trascendencia), esto indica un camino de maduración, compatible con la
intencionalidad terapéutica que nos va a llevar a dar nuestra propia respuesta. De
esta manera, la dinámica logoterapéutica es causa de crisis, pero también motivo
para salir de ella.
La tarea del logoterapeuta vincular es la de promover la liberación de su
paciente, en su unicidad y singularidad, para desarrollar valores de creación
(trabajo), de vivencia (amor) y de actitud (testimonio), que se vive en comunidad.
Otra premisa fundamental a tener en cuenta es la “libertad para…” ya que
este enfoque nos obliga a hacernos cargo del modo en que enfrentamos cada
situación de la vida y como decidimos responder al sufrimiento, lo cual es una
decisión personal. Así, libertad y responsabilidad son como dos caras de una
misma moneda.
Como objetivos generales para un tratamiento vincular podemos tener en
cuenta:
- Que la pareja logre reconocer sus aspectos saludables o fortalezas para, desde
allí, visualizar un posible recorrido.
- Que reparen en situaciones anteriores de crisis, y analicen los mecanismos de
afrontamiento de las mismas, ya sea para rectificarlos o para provocar un cambio.
- Que acuerden sobre los aspectos para poder crecer individual y grupalmente y
legalizar la angustia para poder metabolizarla.
- Que propongan nuevas y posibles alternativas de resolución de conflictos,
animándose a los cambios.
Cuando las parejas acuden a terapia generalmente es cuando las
estrategias de afrontamiento han dejado de ser útiles, cuando agotaron aquellos
recursos que le permitían mantener un sistema relacional fructífero. Primeramente,
nos encontramos con el motivo de consulta que presentan los miembros de la
pareja, cuyo planteo es que existe un conflicto o problema que por lo general
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trataron de solucionar con anterioridad pero que no resultó y es por esto que
llegan a la consulta con un profesional.
La logoterapia y la resiliencia tienen en común el reconocimiento de los
factores protectores y la transformación de los comportamientos negativos en
nuevas posibilidades. La resiliencia requiere un “marco de valores” que la
logoterapia promueve, así, una pareja funcional tiene mayores posibilidades de
enfrentar situaciones difíciles y de madurar con ellas, sosteniéndose mutuamente
en las mismas.
Según Martínez (2005) cuando se presenta el conflicto en la pareja hay dos
posibles alternativas a seguir, la resignificación del conflicto y de la pareja o la
separación de la misma.
En la resignificación del conflicto y de la pareja la modalidad de abordaje
del logoterapeuta, va a ser a través del acompañamiento y este proceso va a estar
conformado por tres fases:
1. Fase de evaluación: en los primeros encuentros se busca evaluar la relación
en sí misma y sus miembros, para así poder elegir la mejor estrategia de trabajo.
En primer lugar, se deben realizar encuentros individuales que facilitan, por un
lado, las evaluaciones posteriores, a la vez que permiten comprobar si uno o
ambos tiene algún trastorno psíquico y por otro, permite a la persona sentirse
aliviada de sus preocupaciones y verter al otro su infortunio.
Esta fase se tiene como objetivo:
a) Evaluar la motivación para el proceso de cambio, el sentido de la
relación, los para qué del cambio y las posibles huellas de sentido que se pueden
actualizar
b) Encuadrar y fijar las expectativas del proceso
c) Evaluar los recursos noéticos de autodistanciamiento y de
autotrascendencia para determinar, si es preciso tener en primer lugar un abordaje
individual, antes que el de pareja
d) Evaluar los niveles de amor y cómo funcionan
e) Evaluar la visión del mundo y la mitología de cada quien
f) Evaluar la historia de la relación y su vínculo con el punto anterior.
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En esta instancia, para poder lograr dichos objetivos es muy importante


realizar una recolección de los antecedentes familiares a través del diálogo y
nuestras preguntas para empezar a darle sentido a las argumentaciones. Ver
como describe el malestar o el motivo de consulta cada uno, respetando cada
versión subjetiva y propiciando la escucha para ir vinculando los conflictos con la
dinámica propia de esa pareja.
Las primeras entrevistas deben ayudarnos a lograr un diagnóstico
presuntivo para decidir cuándo ver a los miembros individualmente y cuando en
pareja. A su vez en estos primeros encuentros podrán detectarse varios aspectos
como ser: estilo de comunicación que predomina, modalidad de contacto, la
tolerancia o no al silencio, el respeto por la diferencia, la capacidad de expresión
de los afectos, los roles y funciones de cada uno, el sistema de creencias, los
valores que privilegian, los recursos creativos y adaptativos frente a la crisis, el
grado de apertura a los posibles cambios.
2. Fase de intervención: Cuenta con tres momentos:
-Autodistanciamiento: se realiza tanto en los encuentros individuales como en los
de pareja, en la misma, se busca lograr una responsabilidad compartida con
respecto a cómo se ha construido la relación , como se ha dado lugar al conflicto ,
así como la identificación de lo que cada uno hace para que la relación se dé
como lo está actualmente
-Resolución de conflictos: tiene lugar a través de dos trabajos:
a) Cortar círculos: se busca interrumpir los juegos relacionales que permiten que
se mantenga el conflicto, las colisiones de visión del mundo y sus estrategias de
afrontamiento, rompiendo la coerción que tiene lugar recíprocamente. El segundo
trabajo.
b) Trabajar la comunicación: se orienta a que la comunicación se asertiva,
incluyendo la verbal y la no verbal, es un factor fundamental que lo relacionamos
con la virtud de la prudencia para entender que cuando se comunica algo, se trata
de decir con delicadeza y sentido de la oportunidad, lo que se tenga que decir. Es
un ajuste del “como” y del “cuando”, lo cual con voluntad se aprende.
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El cuidado, en cuidar de lo que se dice y cómo se dice evidencia que una


persona nos importa y nos preocupa. Ese alguien a su vez, puede motivarnos a
tener un aprendizaje ya que uno desea aprender algo que aparece como bien en
su vida. Y al connotarlo y comprobarlo como bueno, se aprende a cuidar aquello
que se ama.
Es por esto que en las relaciones interpersonales debe haber cuidado,
cuando la vida de la otra persona me importa, aparece la preocupación y el sentir
señala un compromiso: hacer lo necesario para que esa relación prospere y
crezca. Entonces lo que sostiene la unidad de la pareja en las buenas y en las
malas es la fuerza del buen amor y también la figura de la comunicación como una
buena opción para lograrlo.
Siendo la comunicación un vehículo de expresión y de relación debemos tener
en cuenta los indicadores que apunten al buen desarrollo de este proceso:
● El respeto por uno y por el otro,
● Sistema de lealtades mutuas (confianza mutua),
● Capacidad de escucha y de diálogo,
● Constancia en la intención de dialogar (buscar el momento oportuno),
● Voluntad de despejar los malos entendidos,
● Respeto por los espacios vinculares,
● Acuerdo sobre la necesidad de cerrar los temas a fin de evitar reproches,
● Capacidad de perdonar y de pedir perdón. Reconciliación.

-Autotrascendencia: se centra en el sentido de la relación, la actualización de


huellas de sentido y el despliegue de la espiritualidad en la pareja.
3. Fase de prevención y seguimiento: cuenta con dos momentos:
-A nivel individual se busca el esclarecimiento existencial de las preguntas que la
vida le ha planteado y la búsqueda personal de sentido de vida, a través de la
crisis de pareja como oportunidad.
- A nivel de la pareja, se centra en la prevención de conflicto futuros, permitiendo
detectar cuando la misma se está entrampando nuevamente en dinámicas
destructivas.
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Por otro lado, la separación de la pareja tiene lugar cuando el


enfrentamiento o choque de las visiones del mundo de cada uno de los integrantes
se convirtió en una crisis muy difícil de resolver o cuando las restricciones
personales son muy contundentes. La separación puede ser constructiva o
destructiva, se reconoce que es un momento en donde se presentan fracturas en
cuanto al proyecto de vida y un elevado estrés pudiéndose convertir en una
situación límite. Terapéuticamente, en este momento, el esclarecimiento del
sentido del sufrimiento juega un papel importante para su superación.

Posicionamiento y actitud del terapeuta en logoterapia de pareja:


A partir de la mirada antropológica de Viktor Frankl se trata de que el
terapeuta se enfrente a un cambio paradigmático en la comprensión de la
persona, también su pensamiento se erige como terreno fértil para acercarse al
amor y a la vida en pareja, reorientando la terapéutica y permitiendo una
resignificación social del encuentro amoroso.
Frankl invita a trascender en ese llamado; a que el terapeuta sea atraído y
no empujado; invita a comprender al amor como una entrega y no como un
reclamo. También se trata de que se comprenda la relación de pareja como un
encuentro genuino y auténtico. A rebasar la transacción de necesidades, el
equilibrio del poder o la satisfacción de deseos recíprocos. Frankl permite
comprender la felicidad y el placer como efectos y no como la finalidad del
encuentro amoroso. Pero, sobre todo, invita a reflexionar sobre el otro, sobre su
singularidad, su libertad, su temporalidad, su posibilidad, eleva a comprender el
amor desde la autotrascendencia como una poderosa alternativa frente al amor
visto desde la autorrealización de los amantes.
“Se puede definir el amor como poder llamar tú a alguien y además poder
aceptar positivamente; en otras palabras: comprender a una persona en su
esencia, tal como es, en su singularidad y peculiaridad…” (Frankl 2003).
Así es como, la práctica terapéutica en pareja implica una de las tareas más
complejas y desafiantes, además de partir de la singularidad de las personas que
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la componen, abarca temas insondables como el amor, la confianza, el


compromiso, la intimidad, entre otros.
Cevallos (2013) va a decir que en su actitud el terapeuta debe tener en
cuenta que:
-El “estar-junto a” debe respetar la intencionalidad propia de la persona.
Intencionalidad que significa apertura al mundo, al otro, al sentido y a los valores.
-El “encuentro amoroso”, se caracteriza por la respectividad, es decir, la alteridad
en donde el “yo” no se queda en sí mismo, pero tampoco se pierde en el “tú” y; por
la reciprocidad, pues al reconocer esa singularidad del otro, nos volvemos
insustituibles en la relación.
A partir de esto, se entiende que el terapeuta puede trabajar la co-
dependencia, los modelos y juegos relacionales como, por ejemplo, el eclipsar al
otro, identificarnos con el otro o sentirnos desplazados o en confluencia. Así es
como, el terapeuta desde su posicionamiento debe dejar a un lado la idea de
“compatibilidad” rigidizada en creencias inamovibles y supuestas verdades
inquebrantables ya que se comprende que el amor es una construcción viva que
merece respuestas y atención cotidiana, situando a la pareja más allá de los
límites de la acomodación o adaptación.
Frankl desafía a la pareja a mirar atrás y re definir. Mirar adelante y re
definir. “Si todo está almacenado en el pasado, es importante decidir en el
presente, qué es lo que queremos eternizar haciéndolo formar parte del pasado.
“…La responsabilidad humana se basa en el activismo del futuro, en la propia
elección de posibilidades a partir del futuro, y en el optimismo del pasado, es decir,
tornando estas posibilidades en realidades al rescatarlas del puerto del pasado”.
Se puede decir así que, desde la Logoterapia, el terapeuta se compromete
existencialmente a ser afinador de conciencia del otro, porque el encuentro
amoroso y el diálogo con los significados del otro, van afinando la conciencia
personal y del nosotros. El genuino encuentro no se orienta sólo al logos, sino que
también ayuda al compañero a trascenderse hacia el logos. Esto porque, cada
persona se va configurando en sentido y valores en el encuentro amoroso y, que,
19

al mismo tiempo, el encuentro amoroso va configurando a la persona gracias al


aporte del tú amado.
Según De Barbieri (2007), en logoterapia la relación personal paciente-
terapeuta es crucial para el proceso de cambio y de transformación del paciente. A
partir de sus postulados se puede decir que, en el trabajo con pareja, lo que va a
curar es el vínculo, no curan ni el psicólogo ni la técnica, lo que cura es la relación
entre el terapeuta y la pareja, el encuentro entre una persona dispuesta a ayudar y
la otra parte dispuesta a estar ayudada. La pareja a través de este vínculo con el
terapeuta tiene la oportunidad de vivenciar un “vínculo sano”.
El terapeuta cura simplemente por estar con el paciente, en este caso se
dirá por estar con la pareja. Este terapeuta debe tener cuatro características de
personalidad:
1-Interés por la gente.
2-Enfoque teórico que ayude al paciente a comunicarse libremente.
3-Ausencia de patrones neuróticos que obstaculicen el encuentro.
4-Receptividad.
Aunque el encuentro que la pareja tendrá con el terapeuta es temporal, el
encuentro genuino, la experiencia de la intimidad es permanente. Nunca podrá
eliminarse, quedará guardada como diría Frankl.
El objetivo del terapeuta es que se produzca un encuentro verdadero, para
que los miembros de la pareja se lleven esta experiencia y puedan ante el conflicto
ya sea lograr una resignificación del mismo o se dé la separación de la pareja. Es
importante que se construya un vínculo sano, para lograr que la pareja reconozca
su red vincular y esto les permita actuar con sentido.
No se busca el valor de seguridad, si no el valor de verdad, de descubrir,
develar. Esto quiere decir que el encuentro con la pareja puede resumirse en
ayuda asistencial a dos personas que sufren. Se trata de un servicio de un hombre
experimentado en cosas de la vida (terapeuta) a dos personas que no quieren o
no pueden o no saben enfrentar la tarea de vivir.
Por otro lado, Martínez (2005), dirá que:
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se trata de acercarse a la terapia de pareja desde una visión constructivista


crítica, se asume la existencia de una realidad óntica a la que se accede
ontológicamente de manera selectiva y que en términos de las terapias de pareja
tradicionales depende de la mitología familiar e individual de los consultantes
(p.125).
Esta postura constructivista en logoterapia hace alusión a que no se trata
de comprender la totalidad de la realidad porque ésta en su totalidad permanece
incomprensible. La comprensión de la realidad va a depender de los órganos de
un ser, es decir, se comprende lo que ofrece un acceso a través de lo
específicamente sensorial o de lo mental, y ésta comprensión de la realidad está
influenciada por prejuicios o supuesto básicos acerca de las características de
esta realidad.
Siguiendo a Frankl el terapeuta desde su posicionamiento debe tener en
cuenta que el amor se expresa en tres planos correspondientes a la dimensión del
ser humano: la dimensión corporal, psíquica y espiritual. Ha de saber que la
pareja puede moverse y permanecer en diferentes planos, bien sean corporales y
psíquicos o en la integración corpóreo, psíquico y espiritual.
El desarrollo del amor de pareja, puede iniciar por cualquier dimensión; sin
embargo; no siempre se llega a la realización del amor cuando se permanece en
planos corporales o psíquicos solamente, más aún cuando la pareja está
conformada por dos personas que deben moverse en un mismo plano y que en
dicho plano se dé un buen desenvolvimiento.
Hay que tener en cuenta desde el rol de terapeuta que cuando las parejas
acuden a terapia generalmente es porque han agotado sus recursos para
mantener un sistema relacional fructífero o porque el mantenimiento de la relación
ha agotado a sus miembros. Ante el conflicto de pareja hay dos grandes cursos a
seguir: la resignificación del conflicto y de la pareja o la separación de la misma.
La resignificación del conflicto y en general de la relación de pareja, se
centra en un proceso de mutua implicación a través de las tres fases de
acompañamiento que ya se han explicado anteriormente, fase de evaluación, de
intervención y de profilaxis y seguimiento.
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La logoterapia requiere y nos propone poner en práctica una actitud


fenomenológica en la relación terapéutica, donde podamos encontrarnos y
mirarnos más allá de las apariencias (Husserl citado en Paredes 2015).
En el caso del trabajo en pareja, actitud es toda una invitación a un
encuentro más transparente y auténtico, donde puedan intencionar uno hacia el
otro y donde el camino terapéutico será el proceso que la pareja requiera para
llegar a ser más libre y responsable.
Entonces, para desarrollar una actitud fenomenológica en la relación
psicoterapéutica en logoterapia el terapeuta debe cuestionarse cuál es su actitud
frente a la otra persona, hasta donde cree conocer o saber sobre la experiencia
del otro, cuanto de lo que ve en el otro es realmente su experiencia como paciente
y cuanto es su experiencia como terapia, qué cosas vienen a su mente cuando el
otro le cuenta sobre su experiencia, que siente frente a la experiencia del otro,
cómo interpreta la experiencia del otro, qué significados le da a la experiencia del
otro, sí realiza hipótesis sobre la experiencia del otro, sí las pregunta que utiliza en
la relación van dirigidas a que el otro describa o explique su experiencia, sí tiende
a imaginar la causa del problema del otro, de qué forma los valores del otro
chocan con sus propios valores, sí tiende a señalar al otro sus posibles valores.
En el trabajo con parejas, esto es importante para que los miembros
puedan ver con una perspectiva más clara el papel que cada uno ocupa en la
relación, movilizando la autoconsciencia en ambos y ampliando la consciencia
respecto al otro y su experiencia, propiciando así que el vínculo sea más
auténtico.
También se tiene en cuenta que somos seres inacabados y la relación de
pareja también es un quehacer inacabado para comprenderla y poder vivirla con
sentido lo único que pueden hacer los psicoterapeutas de pareja es abrir la
perspectiva y esperar que su pericia despierte en la persona la curiosidad
suficiente para buscar su propia pericia ante su situación.
La logoterapia ante la pareja humana es un llamado a la apertura, una
especie de estirón al pensamiento para llevarnos a un paradigma inclusivo,
paradigma que no elimina ni excluye, sino que se atreve a aceptar lo
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multidimensional de la existencia humana adoptando una visión antropológica que


amplía la perspectiva al incluir lo espiritual en la persona. La pareja humana se
perfila en un marco de coexistencia con énfasis en la responsabilidad personal y
en la conciencia de las diferencias. El verdadero dilema en pareja es
comprenderlo y actuar en coherencia. La autora redacta que ha tenido que
bucear sin oxígeno en la profundidad del vínculo amoroso más que desarrollar un
sistema de explicaciones al porqué de los conflictos, en el mundo de la
psicoterapia, el foco es la posible solución y la confianza es el punto de partida.
Con Frankl la autora entendió como terapeuta que el amor es el amor y que el
vínculo biopsicosocial es su manifestación, pero no el único elemento, el amor no
puede ser objeto de terapia, sino que debe acompañar a la terapia.
Esto significa que, en logoterapia, el terapeuta debe saber que el amor no
es un fenómeno que provenga de otros fenómenos, a saber, genéticos,
reproductivos o sociales, el amor es una realidad primordial de expresión
biológica y psicosocial y acontece, ante todo, en la dimensión de lo espiritual. Una
dimensión que habla de nuestra libertad, de nuestra responsabilidad, de nuestra
soledad más íntima y, por tanto, de nuestros encuentros también más íntimos. La
logoterapia de Frankl apunta al vínculo de dos personas que libremente eligen
construir sus vidas y responder por un sentido profundo al hacerlo.
Por otro lado, el terapeuta debe asimismo saber que el núcleo de una
relación amorosa está en el encuentro y en ese insondable misterio del amor tan
único e irrepetible como son las personas que lo asumen. No debe reducir su
acompañamiento al mundo del comportamiento y poner énfasis solamente en
aquello. A pesar de todas las dificultades que tenga la pareja, los miembros
sienten un hilo invisible que los une, una pertenencia íntima que no se puede
explicar con palabras. Una experiencia maravillosa que en terapia no necesita ser
explicada, sino asumida como una verdad experiencial.
Se trata de integrar una verdad experiencial, para esto se debe procurar
que cada sesión y cada diálogo tengan presente esa verdad experiencial,
provocando en los miembros de la pareja la atención persistente a esa realidad; y
23

procurando que la pareja comprenda que hay que partir del amor y no del
conflicto.
El reconocimiento del amor y su presencia en la pareja, debe ser el primer
eslabón, aun si este amor parece oculto, desvanecido o vulnerable. En terapia es
lógico que las parejas duden sobre el amor porque están en pleno conflicto, los
terapeutas de propiciar, provocar y facilitar que esta premisa esté presente. La
duda, la ansiedad ante la pérdida, el deseo de defensa, la distancia, etc., son parte
de la dinámica pendular de la vida en pareja y coexisten con las certezas y los
buenos tiempos. Integrarlas como partes de la vida y como tensiones propias del
vínculo no tiene por qué ser atemorizante y menos ser una señal de que el amor
no está presente.
Es imprescindible partir del amor antes que del conflicto y del encuentro
entre dos personas ante las circunstancias. Los terapeutas pueden y deben
integrarlo. Sin duda, muchos aprenderán que la técnica debe silenciarse allí donde
el amor se hace presente. Desde su experiencia considera que el amor por sí
mismo posee la fórmula misteriosa de sanar sin necesidad de intervención alguna.
El vínculo se enriquece cuando se lo comprende como fuente y confluencia del
amor, como espacio fértil para aprender recíprocamente y sin necesidad de excluir
o temer a los dilemas propios de la vida.
Técnicas en Logoterapia de pareja:
Martínez Ortíz (2005, p. 68) menciona como técnicas en el tratamiento de pareja
desde la logoterapia a las siguientes:
La Actualización de Huellas de Sentido:
Se trata de actualizar las huellas de sentido que hubo en la historia de la
pareja, es decir, marcas del pasado que permiten resignificar la relación actual, el
para qué de la relación que atraviesa una colisión. Permite la función de la
autotrascendencia.
El Diálogo Socrático:
Se parte de cuestionamientos para buscar el sentido de vida y de pareja en
los consultantes.
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Se parte de las versiones, de las suposiciones y de los mitos de la pareja y


de cada miembro. Se inicia un proceso conversacional, a través de
cuestionamientos se generaba la purificación de las ideas y creencias. Es tratar de
entender por qué se sostienen esas creencias y no otras; de llegar a la esencia de
las cosas, a lo que hace que algo fuese eso y no otra cosa.
Tiene dos momentos: la refutación y la mayéutica. La refutación busca que
el consultante descubra sus contradicciones y asuma su propia ignorancia, para
ello se utilizan preguntas del campo fenoménico y una postura irónica.
Utiliza los recursos noéticos de los consultantes, el autodistanciamiento y la
autotrascendencia, bien sea para el cambio de la pareja e el abordaje de las
afecciones de lo psicofísico, o para el despliegue de la espiritualidad en descubrir
el sentido de la vida.
Las Preguntas ingenuas:
Son parte del diálogo socrático, según Lukas (citado por Martínez Ortiz,
2005, p. 108) son preguntas realizadas con cierto tono irónico e ingenuo, en el que
se acepta aparentemente la conducta insana del consultante, quien lleno de
inseguridad intentará defenderse nuevamente de la aceptación del terapeuta
redefiniendo su problema como un verdadero problema. Se aprueba y refleja
aparentemente las actitudes negativas e insanas del paciente y provoca así su
oposición a ellas.
Posturas de ignorancia:
Es un tipo de pregunta ingenua, que es la postura de “no saber”, que busca
que se genere el insight en el consultante, que el mismo consultante se posicione
frente a lo que ya sabe o que cuestione el conocimiento que supone poseer.
La Intención paradójica:
Utiliza la capacidad humana del humor y moviliza el autodistanciamiento.
Se trata Todo síntoma (fugaz e inofensivo), causa el temor fóbico de su repetición,
este miedo refuerza el síntoma, y el síntoma aumenta el temor del paciente.
En el caso de la logoterapia de pareja, se trata de tomar una posición
irónica sobre los conflictos de pareja, sobre los mitos y las colisiones de las formas
de ver el mundo de cada miembro de la pareja.
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Por ejemplo, en el caso de situaciones cotidianas de peleas, o situaciones


conflictivas que se quieren evitar, se le pide a los miembros que la actúen pero de
manera intencionada, que exageren los detalles e intensifiquen su
comportamiento.
La Derreflexión:
Se basa en la autotrascendencia, intenta superar la auto-observación, la
hiperreflexión (auto-reflexión excesiva) y la hiperintención. La persona ignora los
síntomas, o se descentra de su sufrimiento o preocupación egocéntrica, por lo
tanto, recobra el organismo su funcionamiento habitual normal y su estabilidad.
En el caso de la terapia de pareja, permite evitar la colisión y el conflicto, a
través de centrarse en otras actividades.
La Modulación de Actitudes: el cambio de actitudes intenta ampliar el
horizonte de valores significados, otorga nuevas perspectivas al consultante y su
circunstancia vital actual.
Es capacitar al consultante para ver valor en una situación de sufrimiento
inevitable, como la tríada trágica (sufrimiento, culpa y muerte) y en una situación
que se ha vivido en el pasado y que permanece eterno hoy.
Es la corrección de actitudes insanas para la salud. La actitud no está
determinada por nada, y depende del consultante.
En el caso de la terapia de pareja sirve para casos en los que la pareja está
pasando por situaciones difíciles como la pérdida de un hijo (por ejemplo, un
aborto), de estabilidad económica, o de infidelidad.
Alcance y Limitación del modelo logoterapéutico en pareja:
Los alcances del método abarcan a todo tipo de parejas, mientras que no
sea una aventura sexual sin importancia, que pase por un momento actual de
colisión de visiones del mundo u otro tipo de problemáticas. Abarca la vida vivida
de cada pareja, es decir, en algún momento de la historia de su desarrollo hubo
huellas de sentido y se puso en juego la mitología familiar de cada miembro, es
decir, la visión del mundo captada por las personas que estimula la percepción.
También, incluye la vida facultativa de las parejas, es la posibilidad de cambio, y
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capacidad de re-actualización constante, sin que no exista una determinabilidad


de su destino.
Se trata sobre todo de evaluar la posibilidad si en la pareja se puede
desplegar la dimensión espiritual del amor, en cuanto amor verdadero y
trascendente.
Las limitaciones del modelo según Overholser, (citado por Martínez Ortiz,
2005, p. 123), están expresadas en la disminución y restricción de la dimensión
espiritual, sus recursos noéticos y sus potencialidades, debido a la preponderancia
de las dimensiones psicofísico en la pareja. Presentan déficits metacognitivos.
El método logoterapéutico no es recomendable para pacientes que
presentan problemas de psicosis, retardo mental, problemas mentales orgánicos,
desórdenes del desarrollo, o con tendencias suicidas.
El diálogo socrático no es recomendable en especial a personas
excesivamente habladoras y con tendencia a tener un habla circunstancial o
tangencial.
Las preguntas ingenuas si no se hacen con cuidado pueden reforzar la
actitud nociva.
La postura de ignorancia del terapeuta puede generar estados de
inseguridad y desconfianza, que lleva a la baja adherencia al tratamiento y a la
falta de credibilidad.
El centrarse en la técnica puede llevar al descuido de la persona que se
tiene enfrente, hay que escuchar lo que la persona dice y a quién lo dice.
Es necesario tener una sólida relación terapéutica con el paciente para
utilizar estas técnicas.
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BIBLIOGRAFÍA

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pensamiento de Viktor Frankl. Revista online Bonding.
Cevallos, E. (2016). La didáctica del amor en pareja. Una visión desde la
logoterapia. San Vicente: Editorial Club Universitario
De Barbieri, A. (2007). Lo que cura es el vínculo. VII Congreso Latinoamericano de
Psicoterapia.
Frankl, V. (2003). Logoterapia y Análisis Existencial. Barcelona: Herder.
Garriga, J.(2013) . El buen amor de pareja. Buenos Aires:Planeta.
Martínez Ortiz, E. (2005). Psicoterapia y sentido de vida. Ed. Colectivo Aquí y
Ahora. Bogotá.
Paredes, A. S., (2015). La logoterapia: una psicoterapia fenomenológica. Revista
Peruana de Psicología y Trabajo Social 2016, Vol. 4 – Número 2: 99-107

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