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actividades, necesitaban de cálculos muy precisos que, al ser cantidades grandes, los resultados
de ejercerlos sin un método específico eran a gran escala inexactos. En este tiempo, aparece
matemático Escocés John Napier (1550 -1617) quien, al ver la inexactitud de los resultados, se
tomó el tiempo y dedicación a buscar una manera en lograr realizar dichos cálculos de manera
Napier dedicó alrededor de veinte años en crear una serie de cálculos que consistían en
multiplicar un valor llamémoslo (N) por otro valor llamado (B), en el que la suma de sus
resultados por cada dígito, darían el resultado del logaritmo. A finales de 1617 el inventor dio a
conocer su proyecto de unas varillas conocidas como Los Huesos de Napier, las cuales contenían
las tablas de multiplicar de cada una de las diez cifras básicas del sistema de numeración
una diagonal que separaba en la parte superior de la diagonal la parte de las decenas y debajo de
la diagonal la parte de las unidades. Al colocar cada varilla una a la par de otra, iba formando un
rectángulo en donde los valores de arriba serian el número (N), la expresión del extremo sería el
valor (B) y los números en el interior separados por las diagonales, los resultados de sus
en forma de tablas, en dónde los siguientes inventores aportarían al tema de los logaritmos.
Luego apareció Herry Briggs, propuso un ejemplar del Mirifici Logarithmorum Canonis
Descriptio, donde Napier había puesto la idea de los logaritmos, era muy difícil de entender para
Briggs, así que fue en ese momento donde se disparó su imaginación y propuso la idea de los
logaritmos en base 10 (en la que el logaritmo de 10 sería 1). En 1624 publico su Aritmética
Logarítmica, este trabajo contenía los logaritmos decimales de treinta mil números naturales con
catorce cifras decimales (del 1 al 20 000 y del 90 000 al 100 000) (Wikipedia, 2021).
En el año 1620, John Speidell fue el que pudo y dio calculó a las tablas de los logaritmos
naturales los que inmediatamente conquistaron una enorme popularidad así haciéndose muy
conocido. En 1620 el profesor Edmund Gunter empezó a investigar y elaboró una escala
logarítmica, que fue la primera variante de la llamada regla de cálculo que eso también fue algo
de gran ayuda. En el año 1628 el holandés A. Vlacq siguió en lo suyo y terminó el trabajo de
Briggs, conformó y editó tablas de logaritmos decimales con 10 cifras que fue algo complicado,
pero consiguió lo de los números del 1 al 105 completó hasta el final las tablas de logaritmos
decimales con 10 cifras de las funciones trigonométricas con una frecuencia de cada 10. Gregario
de St. Vincent, en su Opus Geometricwn 1647, fue el que proporcionó y propuso las bases para
1665 empezaron de nuevo y Newton también se dio cuenta de la conexión entre el área encerrada
bajo la hipérbola y los logaritmos, y empezaron de nuevo en las búsquedas e incluyó esta
relación en su 1 Method of Flzccions que fue algo sumamente importante. En 1667, Kauffman
conocido bajo el nombre de N. Mercator, el empezó usando la aplicación de los elementos del
análisis infinitesimal dio una manera nueva, más cómoda y mucho más fácil para el
cálculo de los
logaritmos. Partió de la relación demostrada por Saint-Vincent trasladando el eje de
ordenadas a la derecha en una unidad. Todo esto dio a cabo a una gran ayuda a base de
1.4 Antecedentes
posibilidades de aplicación que tienen en nuestra vida cotidiana. Desde mediados del
siglo XIX hasta su caída durante el tercio final del siglo XX su uso era generalizado en
diversas ingenierías. Para el inicio de las décadas del siglo XX tenía una utilización tan
regla de cálculo. Los modelos más antiguos se realizaban en escalas grabadas en madera,
de cálculo, en concreto sus principios constructivos, los cuales a largo plazo formarían
parte del eje central de la matemática infinitesimal. Nadie pensaba que la función
logarítmica se habría de transformar en un acceso para la solución de integraciones.