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1. Coagulación de la leche
2. Corte del coagulo, según variedad
3. Calentamiento de la cuajada
4. El escurrimiento
5. Prensado
6. Salado
“Tipos de Coagulación”
Cruda
Se le denomina así a la leche que no se trata previamente al proceso de
elaboración del queso,sin afectar así al gusto de la leche.
Pasteurizada
La leche que se somete a un elevado efecto de calor para destruir así las
bacterias y gérmenes dañinos sin alterar su composición y cualidades se le
denomina pasteurizada.
LA FABRICACIÓN DEL QUESO
QUESO
COAGULACIÓN
Acto seguido, se añade el cuajo (extracto obtenido del cuajar del estómago de
los rumiantes –cuajo animal- o a partir de determinadas plantas –cuajo vegetal)
Es en este momento cuando la leche pasa a transformarse en queso puesto
que la caseína (la más importante proteína de la leche) es coagulada a unos
30-32º, englobando la mayor parte de la grasa y otros componentes. Otra
forma de coagulación es la que se consigue mediante la acidificación de la
leche, ya que si ésta se deja a temperatura ambiente, su acidez va subiendo
progresivamente, hasta que adquiere un aspecto de cuajada ó de “leche
cortada”. Mediante este sistema de fabricación se elabora el famoso queso
Afuega´l Pitu.
Introducción
Paso 1: Coagulación
Categorías
Quesos Procesados
Quesos Naturales
Se caracterizan por una masa (pasta) mas firme y cohesiva, con un menor
contenido de humedad y mayor contenido de calcio. Esto se obtiene con un
mayor trabajo mecánico de la cuajada, que termina con el prensado. Al tener
menor contenido de humedad el tiempo de maduración es mas largo: de 1-4
Los quesos comúnmente llamados azules, se caracterizan por las vetas azules
que aparecen en su interior y que son mas o menos intensas según la
variedad. Estas se deben al desarrollo del Penicillium glaucum, que se inocula
en la leche y se aplica a la cuajada en el moldeo. Durante la maduración que
se efectúa a bajas temperaturas (7-10o C) y alta H.R de 85-95% el hongo se
desarrolla, mediante la ayuda que se le hace llegar por perforaciones. Esto le
da al queso su aspecto y sabor característico.
7. Quesos Fundidos
Contenido en Grasas
Tipos de Corte
Pasta blanda.
Quesos de cabra.
Detalle.
Como regla general, cuanto más blanco y fresco es el queso, tanto más fresco
y frutal debe ser el vino. Los quesos más fuertes y robustos pueden
acompañarse con un buen blanco, como el Chardonay o un tinto suave.
Con quesos duros. Como el sabor de estos quesos va desde el suave hasta
el extremadamente penetrante, casi cualquier vino puede hacer buena pareja
con ellos. En general, cuanto más fuerte sea el queso, tanto más cuerpo debe
tener el vino.
Quesos Frescos
• Saborizados: Guayaba, Mango, Coco, Limón, Naranja, Naranja-Piña.
• Bon-ail
• Neufchatel cubano
• Fontainelleau cubano
• Cremoso
• Cremoso ahumado
Pastas Blandas
• Monster • Livarot
• Pasafe
• Dambo • Gratina
• Samso • Caribe
• Edam • BroodKaas
• Gouda • Flora
• Patagras
Quesos Duros (prensados cocidos)
• Gruyere cubano
• Emmental cubano
• Sbrinz cubano
• Grana cubano
• Caribeño
• Granita
Bibliografía
• Enciclopedia Encarta 2004
• Notas del Maestro Quesero Gualfredo Chao.
• El queso y el vino. www.planetavinos.com
LA CURACIÓN DE LOS QUESOS
Los quesos pueden llevar distintos tipos de curación, dependiendo del período de tiempo que
se les haya dedicado. Un queso fresco no ha tenido ningún periodo de curación, es decir, se
ha llevado al consumo inmediatamente después de su elaboración. Los quesos tiernos su
período de curación ha sido muy corto pero lo suficiente para su mejor conservación. Los
semicurados llevan una maduración superior a un mes, sobre todo en quesos de oveja, lo
que hace incluso que su sabor en general sea más fuerte y persistente. Por último los quesos
curados su periodo de maduración es extenso, su sabor se convierte en fuerte y persistente
también dependiendo de su textura.
Curado
Los quesos demasiado curados son aquellos que han estado en periodo de maduración
durante un periodo largo de tiempo antes de su consumo, suelen ser a su vez los más
fuertes, predominando los quesos de oveja .
Fresco
Este tipo de queso no conlleva curación alguna.
Semi-curado
Esta curación corresponde a quesos generalmente semitiernos o semicurados, con un sabor
entre medio y fuerte.
Tierno
Esta curación a penas lleva periodo de maduración, una vez elaborado puede ser consumido
y su sabor suele ser suave, predominando los quesos de vaca.
Quesos
Cantidades Kcal.
Camembert 50 g 136
Ementhal 30 g 85
Gorgonzola 30 g 119
Gruyere 25 g 93
Motzarella 15 g 47
Parmesano 30 g 115
Requesón 1 c. sopera (20g) 60
Roqueford 25 g 100
Crema de queso 1 c. sopera (20g) 25
Fundido 35 g 124
LA CATA DEL QUESO
Para saber de una forma más o menos objetiva si un queso sabe bien, se suelen utilizar
métodos perfectamente protocolizados de cata. En el caso del queso, no hay un manual
altamente especializado, pero la utilización de las internacionales normas UNE, pueden
servir perfectamente para llevar a cabo una cata.
En las catas, se resaltan las características del sabor, de los aromas, de la textura, del color,
de la vista. Igualmente, la cata la suelen realizar un grupo de catadores entrenados y que de
forma más o menos unánime y uniforme detectan estas características anteriormente
descritas.
Tipo de leche utilizada: Se indican por orden descendente los tipos de leche utilizados.
Leche pasterizada o cruda: indica si la leche se ha sometido al proceso térmico de la
pasterización o no.
% de extracto seco total MINIMO, esto significa, tal y como indicamos en el apartado de
fabricación, qué % del queso NO es agua. El queso está compuesto más o menos por: 25%
de materia grasa, 25% de proteína, 50% de agua y 1% de otros componentes. Los
componentes que no son agua son el extracto seco. Por otra parte, el porcentaje de extracto
seco sobre el peso total del queso, está constantemente variando, ya que el agua se va
evaporando en las cámaras de maduración, mientras que el extracto seco permanece
constante. Es por ello por lo que se indica el extracto seco mínimo. Si un queso por ejemplo
indica que el extracto seco mínimo es del 45%, lo que nos indica, es que si a 1 kg de queso
le extraemos todo el agua que tiene, al menos nos quedan 450 grs. de materia seca.
% de materia grasa sobre extracto seco. Este apartado, lo que indica es el porcentaje de
materia grasa que hay en la materia seca total. En la medida que este porcentaje sea mayor ,
hablamos de queso desnatado, semigraso, graso y extragraso.
DEGUSTACIÓN DEL QUESO
La respuesta es muy sencilla, cuando más le apetezca. Las costumbres en los diferentes
países son muy distintas y no por ello están mal. Los franceses, suelen tomar el queso al
final de la comida como colofón a una buena comida, los españoles al principio en las
“tapas”. La ventaja de tomar el queso al inicio, es que permite descubrir y percibir aromas y
sabores que en ningún caso se verán eclipsados por ningún otro plato que previamente haya
saturado nuestros sentidos.
Los quesos deben de consumirse a una temperatura entre 20-25º C más en la banda
superior para los quesos con textura dura (curados, viejos y añejos) y en la banda inferior los
semicurados, oreados y tiernos. Si el queso es fresco, se recomienda no superar los 15ºC
Todos los tipos de queso aportan a una nuestra dieta un gran valor nutritivo. El ser humano
puede vivir sin sufrir enfermedades causadas por carencias vitamínicas consumiendo
únicamente queso, pan y fruta, puesto que el conjunto de estas tres llevan las vitaminas,
sales minerales y proteínas necesarias para vivir. Según pasa el tiempo el queso aumenta su
aportación de calorías y mejora su calidad bacteriológica.
El queso combinado con pan se convierte en una dieta equilibrada para nuestra salud porque
se complementan, el primero con las proteínas y los lípidos y el segundo con los hidratos de
carbono. Es un gran alimento a cualquier edad. Los quesos frescos por su alto contenido en
agua son más adecuados para una dieta, con inferior número de calorías que uno
semicurado o ya curado.
Polémica: el vino tinto no es el mejor para acompañar a los quesos. Al igual que otras
muchas generalizaciones, dichos o creencias populares (con el pescado...), eso de que hay
que beber tinto con el queso no es verdad. Cada queso tendrá su vino, y si tenemos que
generalizar, lo más fácil es que haciendo recuento, haya más quesos que armonicen mejor
con un blanco que con un tinto. En nuestra añorada Gastroteca de Stéphane y Arturo en la
castiza plaza de Chueca (aún no hemos probado su sustituto, ‘Azul Profundo’...) llegaban al
extremo de (casi) negarse a servir un plato de quesos para el que los pedía “para terminar la
botella de tinto de la comida”. En Suiza, si no pides un chasselas –el blanco local más
popular– con la ‘fondue’ o la ‘raclette’, te expulsan del país. Aunque no hace falta llegar a
esos extremos, claro...
La noble tradición es la de acompañar el plato de quesos bien afinados con los mejores
‘claretes’ o grandes borgoñas tintos, igualmente ‘afinados’. Para nosotros es un desperdicio
de los vinos y de los quesos. Sí, sí, de acuerdo, están buenos, pero el queso hace que estén
buenos muchos vinos, y con sus fuertes sabores y aromas, no son lo mejor para los
delicados vinos viejos.
Como bien explica el escritor británico Hugh Johnson año tras año (porque todos los años
repite la sección...) en su guía 'Pocket Wine Book', la regla de oro es muy sencilla: “cuanto
más duro sea el queso, más taninos aguanta. Y cuanto más cremoso, más acidez necesita.”
Manchego y rioja
El problema que vemos es que el queso más popular en España es sin duda el Manchego. Y
cuanto más curado, sí que vemos –y además sigue la regla de oro de ahí arriba- que sea
adecuado tomarlo con un rioja. Y mejor todavía con un ‘vino fino’ de Rioja. Y de aquí puede
venir la generalización. Como la mayoría de la gente no sale del manchego (ni del rioja...),
pues deciden que el queso, con tinto. También muchos, que no han salido del manchego, se
atreven a afirmar que ‘no les gusta el queso’. Y queso, hay en casi todas partes. Y muy
diferentes. Ya tiene que ser pobre la gastronomía de una zona para que ni siquiera haya
algún queso decente. En regiones tan pobres en estos temas como lo es Inglaterra, una de
las mayores aportaciones del país a la cultura gastronómica mundial, es el stilton.
Sin embargo creemos que en quesos, como en muchas otras cosas, cada vez hay mayor
interés por conocer más, probar tipos diferentes, de regiones distintas. Vamos a dar una
vueltecita por algunos de los diferentes quesos y tipos, y contarles con lo que nos gusta
tomarlos...
Los frescos y los blandos
Los frescos son los más neutros (y sosos), con lo que se pueden acompañar de vinos más o
menos neutros, refrescantes y sin complicaciones. Blanco, rosado o tinto. La verdad es que
para nosotros tienen poco interés, pero si en un verano caluroso se toman una ensalada de
mozzarella, ¿por qué no acompañarla de un rosado fresquito?
Los de pasta blanda (y leche cruda, que ahí está la verdadera diferencia) como brie o
camembert, hacen los honores de los borgoñas blancos envejecido, eso sí, cuando el queso
esté igualmente envejecido, no como los suelen vender por aquí, con el centro totalmente
crudo, que parecen de polyespan. Se dice que los paisanos locales mojan el ‘brie noir’ (ultra-
envejecido) en el café con leche para desayunar...
Para los de cáscara naranja, con su aroma y sabor punzante, principalmente el munster
alsaciano, pero nos vienen a la mente también otros más suaves como el magnífico pont-
l’évêque, lo mejor que hay es un gewürztraminer, y si es de vendimia tardía mejor todavía.
Uno de los mejores quesos del mundo, el francés o suizo reblochon, es de los más difíciles
de emparejar. Opiniones hay de todos los tipos. Tintos, blancos, dulces, generosos, e incluso
sidra u orujo. Hay quien dice que lo más adecuado es un viejo Oloroso, aunque nosotros nos
quedamos otra vez con un Grand Cru blanco borgoñón.
Los quesos azules tienden a ser afines a los dulces, semidulces o generosos. El roquefort es
acompañamiento clásico de los sauternes, pero un tokaji de la ‘nueva era’ hace el papel
igualmente bien. Nuestro azul preferido es el stilton y nos gusta acompañarlo con un oporto
LBV. Los picones de Tresviso y Cabrales, los encontramos excesivamente fuertes y picantes
para no matar cualquier vino que se ponga por delante. Al italiano gorgonzola también nos
cuesta buscarle pareja. ¿Un madeira? Hmmm... seguro que aguanta, por su alta acidez. A
los azules daneses y demás industriales, les recomendamos que no se acerquen.
Claramente, los que tienen la pasta dura son los que mejor se las apañan con los tintos.
Además de los manchegos de los que hablamos al principio, el rey de los quesos italianos, el
parmigiano reggiano, sigue la regla de los manchegos: éste sí que es para tinto. Pero
podemos hacerle unas adaptaciones locales, que es otra de las reglas seguida por muchos.
Un barolo o barbaresco correctamente madurado es ideal, incluso un amarone, o mejor
todavía, un reciotto. O si se resignan a dejar quieto el vino por un ratito, prueben a
espolvorearlo con unas gotas del mejor Aceto Balsamico Tradizionale (Tradizionale, que
ponga Tradizionale, que de lo contrario no es el producto verdadero...) y tomarlo
acompañado de algo de fruta fresca, como peras o higos. Superlativo.
Al final, como gran parte de lo referente al vino (y muchas otras cosas...), todo esto no es
más que una cuestión de gustos, que nadie se sienta ofendido. Así que, si a usted le gustan
los quesos industriales con cerveza bien fría... bueno, ¡probablemente no estarían leyendo
esto!
EL QUESO Y EL VINO
El queso y el vino forman una buena trilogía de la gastronomía junto con el pan. Los quesos
incluso los más suaves son dominantes y uniformes en su sabor por lo que no es
aconsejable descorchar grandes vinos para acompañarlos puesto que el paladar se
convertiría en una batalla y no podría apreciarse bien ninguno de los dos sabores.
Blanco
El vino blanco acompaña sobre todo a quesos de cabra, sean vinos frescos o incluso vinos
dulces andaluces. Para los quesos de vaca gallegos se aconseja el vino de la región,
Ribeiros, Albariños….
Cava
El cava acompaña sobre todo a los quesos catalanes, predominando los de cabra y con
alguna variedad de vaca también.
Fino
El fino es un vino dulce blanco elaborado en el sur de la península y por lo tanto
recomendado sobre todo para los quesos sureños.
generoso seco
estos vinos son más frecuentes en los países mediterráneos y en las islas atlánticas, con un
alto contenido en azúcar, muy utilizado por tanto como vino de postre.
Orujo
Aguardiente.
Rosado
El vino rosado sea seco o espumoso acompaña a quesos semicurados o quesos tiernos,
pero es el vino menos aconsejado para cualquier tipo de queso.
Sidra
La sidra bien escanciada como los propios asturianos saben hacer acompañan como no a
los quesos de cabra de la zona sobre todo o incluso a los quesos picones asturianos.
Tinto
El vino tinto suele acompañar sobre todo a quesos de oveja y quesos de vaca curados,
suelen aconsejarse vinos tinto con cuerpo o buqué. No es aconsejado para quesos de cabra.
Vino dulce
Vino de alto contenido en azúcares residuales con una fuerte personalidad propia.
CONSEJOS DE CONSUMO
Tanto pan como queso y tanto queso como pan, tómalo si lo dan.
Consejos de consumo
Cada tipo de queso se corta y presenta de diferente manera, por ejemplo los curados se
cortan en forma de cuña y después de forma triangular, en cambio los duros se rallan, se
desmenuzan. Los quesos de poco volumen o untables se presentan enteros. El queso de
cabrales combina bien con pan rústico y vino tinto del país. Los quesos cremosos se
presentan en rebanadas tipo canapé o bien se untan.
Algunos quesos se utilizan incluso para cocinar, por ejemplo un queso de oveja curado
rallado sobre algún plato. Los quesos de oveja y los azules meclados con nata líquida se
convierten en excelentes salsas para carnes y pescado azul. Los quesos cremosos son un
complemento para un buen plato de verduras, una ensalada o incluso unos canapés. Los
quesos frescos son un buen complemento para un postre o incluso algo dulce, como
confituras o mermeladas. Los acompañantes idóneos para el queso son el pan, de cualquier
clase,e incluso los patés. También los frutos secos como las nueces, almendras o avellanas
y frutas que no sean demasiado dulces. Los quesos de oveja mantecosos van bien
acompañados de uvas.Para los quesos frescos como para los azules la miel realza y
pronuncia su sabor. Los quesos deben conservarse en una bodega, casa, o incluso un
sótano fresco y ventilado puesto que ofrece unas buenas condiciones de temperatura y de
humedad y así su consumo será óptimo.
Polémica: el vino tinto no es el mejor para acompañar a los quesos. Al igual que otras
muchas generalizaciones, dichos o creencias populares (con el pescado...), eso de que hay
que beber tinto con el queso no es verdad. Cada queso tendrá su vino, y si tenemos que
generalizar, lo más fácil es que haciendo recuento, haya más quesos que armonicen mejor
con un blanco que con un tinto. En nuestra añorada Gastroteca de Stéphane y Arturo en la
castiza plaza de Chueca (aún no hemos probado su sustituto, ‘Azul Profundo’...) llegaban al
extremo de (casi) negarse a servir un plato de quesos para el que los pedía “para terminar la
botella de tinto de la comida”. En Suiza, si no pides un chasselas –el blanco local más
popular– con la ‘fondue’ o la ‘raclette’, te expulsan del país. Aunque no hace falta llegar a
esos extremos, claro...
La noble tradición es la de acompañar el plato de quesos bien afinados con los mejores
‘claretes’ o grandes borgoñas tintos, igualmente ‘afinados’. Para nosotros es un desperdicio
de los vinos y de los quesos. Sí, sí, de acuerdo, están buenos, pero el queso hace que estén
buenos muchos vinos, y con sus fuertes sabores y aromas, no son lo mejor para los
delicados vinos viejos.
Como bien explica el escritor británico Hugh Johnson año tras año (porque todos los años
repite la sección...) en su guía 'Pocket Wine Book', la regla de oro es muy sencilla: “cuanto
más duro sea el queso, más taninos aguanta. Y cuanto más cremoso, más acidez necesita.”
Manchego y rioja
El problema que vemos es que el queso más popular en España es sin duda el Manchego. Y
cuanto más curado, sí que vemos –y además sigue la regla de oro de ahí arriba- que sea
adecuado tomarlo con un rioja. Y mejor todavía con un ‘vino fino’ de Rioja. Y de aquí puede
venir la generalización. Como la mayoría de la gente no sale del manchego (ni del rioja...),
pues deciden que el queso, con tinto. También muchos, que no han salido del manchego, se
atreven a afirmar que ‘no les gusta el queso’. Y queso, hay en casi todas partes. Y muy
diferentes. Ya tiene que ser pobre la gastronomía de una zona para que ni siquiera haya
algún queso decente. En regiones tan pobres en estos temas como lo es Inglaterra, una de
las mayores aportaciones del país a la cultura gastronómica mundial, es el stilton.
Sin embargo creemos que en quesos, como en muchas otras cosas, cada vez hay mayor
interés por conocer más, probar tipos diferentes, de regiones distintas. Vamos a dar una
vueltecita por algunos de los diferentes quesos y tipos, y contarles con lo que nos gusta
tomarlos...
Los frescos son los más neutros (y sosos), con lo que se pueden acompañar de vinos más o
menos neutros, refrescantes y sin complicaciones. Blanco, rosado o tinto. La verdad es que
para nosotros tienen poco interés, pero si en un verano caluroso se toman una ensalada de
mozzarella, ¿por qué no acompañarla de un rosado fresquito?
Los de pasta blanda (y leche cruda, que ahí está la verdadera diferencia) como brie o
camembert, hacen los honores de los borgoñas blancos envejecido, eso sí, cuando el queso
esté igualmente envejecido, no como los suelen vender por aquí, con el centro totalmente
crudo, que parecen de polyespan. Se dice que los paisanos locales mojan el ‘brie noir’ (ultra-
envejecido) en el café con leche para desayunar...
Para los de cáscara naranja, con su aroma y sabor punzante, principalmente el munster
alsaciano, pero nos vienen a la mente también otros más suaves como el magnífico pont-
l’évêque, lo mejor que hay es un gewürztraminer, y si es de vendimia tardía mejor todavía.
Uno de los mejores quesos del mundo, el francés o suizo reblochon, es de los más difíciles
de emparejar. Opiniones hay de todos los tipos. Tintos, blancos, dulces, generosos, e incluso
sidra u orujo. Hay quien dice que lo más adecuado es un viejo Oloroso, aunque nosotros nos
quedamos otra vez con un Grand Cru blanco borgoñón.
Los de cabra van de maravilla con algún blanco de acidez viva. La combinación clásica es la
de los ‘chèvre’ del Loira con los blancos de la región, los sancerre o pouilly fumé. Es nuestro
país, nuestro cabra favorito es sin ninguna duda el Monte Enebro, de La Adrada en la
provincia de Avila. Si lo pueden probar con un Silex o Pur Sang de Didier Dagueneau (ni el
queso ni el vino son fáciles de encontrar), se lo recomendamos. Si no, con el Sauvignon
Blanc de Castelo de Medina en Rueda.
Los quesos azules tienden a ser afines a los dulces, semidulces o generosos. El roquefort es
acompañamiento clásico de los sauternes, pero un tokaji de la ‘nueva era’ hace el papel
igualmente bien. Nuestro azul preferido es el stilton y nos gusta acompañarlo con un oporto
LBV. Los picones de Tresviso y Cabrales, los encontramos excesivamente fuertes y picantes
para no matar cualquier vino que se ponga por delante. Al italiano gorgonzola también nos
cuesta buscarle pareja. ¿Un madeira? Hmmm... seguro que aguanta, por su alta acidez. A
los azules daneses y demás industriales, les recomendamos que no se acerquen.
Claramente, los que tienen la pasta dura son los que mejor se las apañan con los tintos.
Además de los manchegos de los que hablamos al principio, el rey de los quesos italianos, el
parmigiano reggiano, sigue la regla de los manchegos: éste sí que es para tinto. Pero
podemos hacerle unas adaptaciones locales, que es otra de las reglas seguida por muchos.
Un barolo o barbaresco correctamente madurado es ideal, incluso un amarone, o mejor
todavía, un reciotto. O si se resignan a dejar quieto el vino por un ratito, prueben a
espolvorearlo con unas gotas del mejor Aceto Balsamico Tradizionale (Tradizionale, que
ponga Tradizionale, que de lo contrario no es el producto verdadero...) y tomarlo
acompañado de algo de fruta fresca, como peras o higos. Superlativo.
Al final, como gran parte de lo referente al vino (y muchas otras cosas...), todo esto no es
más que una cuestión de gustos, que nadie se sienta ofendido. Así que, si a usted le gustan
los quesos industriales con cerveza bien fría... bueno, ¡probablemente no estarían leyendo
esto!
CONSEJOS DE CONSUMO
Tanto pan como queso y tanto queso como pan, tómalo si lo dan.
Cada tipo de queso se corta y presenta de diferente manera, por ejemplo los curados se
cortan en forma de cuña y después de forma triangular, en cambio los duros se rallan, se
desmenuzan. Los quesos de poco volumen o untables se presentan enteros. El queso de
cabrales combina bien con pan rústico y vino tinto del país. Los quesos cremosos se
presentan en rebanadas tipo canapé o bien se untan.
Algunos quesos se utilizan incluso para cocinar, por ejemplo un queso de oveja curado
rallado sobre algún plato. Los quesos de oveja y los azules mezclados con nata líquida se
convierten en excelentes salsas para carnes y pescado azul. Los quesos cremosos son un
complemento para un buen plato de verduras, una ensalada o incluso unos canapés. Los
quesos frescos son un buen complemento para un postre o incluso algo dulce, como
confituras o mermeladas. Los acompañantes idóneos para el queso son el pan, de cualquier
clase, e incluso los patés. También los frutos secos como las nueces, almendras o avellanas
y frutas que no sean demasiado dulces. Los quesos de oveja mantecosos van bien
acompañados de uvas. Para los quesos frescos como para los azules la miel realza y
pronuncia su sabor. Los quesos deben conservarse en una bodega, casa, o incluso un
sótano fresco y ventilado puesto que ofrece unas buenas condiciones de temperatura y de
humedad y así su consumo será óptimo.
Nuestra línea de ceras para quesos ha sido desarrollada para cumplir con estas
funciones. Al forrar el queso permiten mantenerlo refrigerado a bajas
temperaturas sin que se fracture la cera. La permeabilidad de la cera impide la
pérdida de humedad. Por carecer de nutrientes, la cera evita el crecimiento de
cualquier tipo de microorganismo en la superficie del queso.
El tiempo de vida de un queso se incrementa en forma significativa cuando se
encera para protegerlo.
P. Fusión Penetracióna
Producto Color Proceso
°C 25ºC dmm
Descripción:Es uno de los quesos más populares de Asturias, está fabricado con leche
pasteurizada de vaca Frisona, principalmente, aunque también se utiliza la leche de las
vacas Ratina, Roxa o Carreñas. Tiene forma troncocónica, con color blanco si está recién
hecho y amarillo si está más curado y enmohecido, en este caso blanco. Tiene un corte ciego
y textura granulosa. El sabor es cremoso y tendente al ácido, con un aroma muy particular.
El rojo se diferencia del blanco además de por el color, presenta un tono rojo anaranjado sin
corteza definida, por el sabor, ya que ha sido amasado con pimentón. Su sonoro nombre se
debe a su textura y sabor, untuoso y recio, que hace que algunas veces se pegue a la
garganta.
Afuega´l pitu, significa en bable "ahogar el pollo", ya que antiguamente, para saber si el
queso estaba en su punto, se le daba a un pollo para que lo probara, si a éste le costaba
tragarlo, entonces el queso estaba bien hecho.
Historia del Producto: También se dice, que significa "ahoga el gaznate" es decir la
laringe, ya que cuando se consumía muy curado, y debido al alto contenido graso por el tipo
especial de leche, producía un bloqueo en la garganta.
Su zona de elaboración abarca los concejos de Pravia, Cornellana, Salas, Grado, Morcín,
Proaza y Ambás, en la parte centroccidental de Asturias.
SUGERENCIAS DE DEGUSTACIÓN
Queso ideal para degustarlo con sidra y pan de hogaza. Es aconsejable tomarlo junto con
otros tipos de queso acompañado de sidra, en el caso del blanco, y de un vino tinto recio, en
el caso del rojo.
QUESO CANTÁBRICO
DESCRIPCIÓN: Textura mantecosa, sabor fresco con un corte uniforme, cremoso, sin ojos,
de color crudo, y aroma a mantequilla. También conocido como queso de nata, está
elaborado exclusivamente con leche entera de vaca frisona y santanderina de la región de
Cantabria, es de pasta prensada, semicocida, con corteza lisa, limpia y cerosa. La forma es
cilíndrica o en barra, tiene un peso entre 400 g. y 2,8 kg
SUGERENCIAS DE DEGUSTACIÓN
Este queso especial resulta sumamente gustoso combinado con alimentos suaves y con miel
y yogourt, a su vez se utiliza se con frecuencia en potajes y sopas, ya que al calentarlo, tiene
muy buenas características fundentes. Igualmente es un buen acompañante para pescado
azul o pollo y todo ello puede ser regado con un tinto joven o de crianza
QUESO IBÉRICO
DESCRIPCIÓN: El queso Ibérico es elaborado durante todo el año, utilizándose las tres
razas de ganado principales (vaca, oveja, cabra) con leche pasteurizada. Es un queso
semicurado con un periodo de maduración de uno a tres meses, pasta prensada, masa
compacta pero no cerrada, con pequeñas oquedades por todo el corte y de coloración
amarillo pajizo sobre un fondo marfil, debido a la mezcla de las tres leches. Se presenta en
formato cilíndrico similar a un manchego y tamaños variables de uno, dos y tres kilos
aproximadamente.
SUGERENCIAS DE DEGUSTACIÓN
Es un queso franco, suave y mantecoso, típico de las pastas prensadas y no cocidas, donde
se aprecia las características de las tres leches: la acidez de la leche de vaca; el aroma, el
toque picante y la coloración blanquecina de la leche de cabra; y la mantecosidad y sabor
profundo de la leche de oveja.
Es el típico queso de mesa y de bocadillo, el prototipo del gran consumo diario de queso en
España, entre pan y pan y a cualquier hora, momento u ocasión del día.
QUESO VALDEÓN
DESCRIPCIÓN: Leonés de sabor fuerte, algo picante pero muy aromático, graso y
mantecoso al paladar. Quizá sea el menos fuerte y agresivo de los picones. Es un queso
madurado, de semicurado a curado, elaborado con leche de ganado. Presenta una corteza
rugosa e irregular, de color gris oscuro con manchitas rojas y azuladas. El interior es cerrado,
de textura blanda y color amarillo pálido, surcado de galerías y pequeñas cavidades donde
crece un moho blanco y azul verdoso. De formato cilíndrico irregular, se presenta envuelto
en papel metalizado. El peso oscila alrededor de los dos kilos.
SUGERENCIAS DE DEGUSTACIÓN
Cuando está en su punto óptimo puede deshacerse fácilmente. Por tanto, se recomienda
utilizarlo para untar, bien directamente, bien rebajado con un poco de crema de leche,
Oporto, Pedro Ximénez o algún oloroso dulce.
Es perfecto para preparar cualquier variante de salsa de queso azul, aderezado con pimienta
blanca y nuez moscada.