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010 - Desordenes Alimenticios Tu Rela - Brad Hambrick
010 - Desordenes Alimenticios Tu Rela - Brad Hambrick
Presentación por:
Brad Hambrick, M.Div., Th.M.
Pastor de Consejería, The Summit Church
www.proyectocoramdeo.com
INSTAGRAM @ALESURA
Yerania Poliné, Karen Durán, Ma. Augusta Mosquera, Ma. Alejandra Osorio, Karen
Durán, Diana Barrios, Gabriela Pineda, Kelly Pérez, Shirley López, Zucethy
Obando, Dominique Barros.
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Table of Contents
Capítulo 1 ....................................................................................................................... 4
«La comida ha sido más que un ...................................................................................... 4
combustible para mí» ..................................................................................................... 4
Capítulo 2 ..................................................................................................................... 21
«Una mirada honesta en el espejo» .............................................................................. 21
Capítulo 3 ..................................................................................................................... 38
«¿Por qué la comida se convirtió en una ....................................................................... 38
batalla de mi alma?» .................................................................................................... 38
Capítulo 4 ....................................................................................................................... 1
«Dios, Tú me satisfaces más que ser delgado»................................................................ 1
Capítulo 5 ..................................................................................................................... 12
«Mi relación malsana con la comida me llevó a una relación malsana contigo» ........... 12
Capítulo 6 ..................................................................................................................... 29
«Quiero tener dominio propio en mi vida; no luchar con la balanza» ............................ 29
Capítulo 7 ..................................................................................................................... 53
«De una dieta equilibrada a una vida equilibrada» ...................................................... 53
Capítulo 8 ..................................................................................................................... 74
“Probando la Alegría de Comer para Vivir en lugar de Vivir para Comer” ..................... 74
Capítulo 9 ..................................................................................................................... 85
«La comida simplemente te provee lo necesario para que vivas la vida que Dios diseñó
para ti» ........................................................................................................................ 85
Apéndice A ................................................................................................................... 90
QUIÉN SOY EN CRISTO .................................................................................................. 90
Apéndice B ................................................................................................................... 92
Cómo comenzar una conversación con alguien por quien estás preocupado ................. 92
Apéndice C ................................................................................................................... 96
¿Qué hago ahora? ........................................................................................................ 96
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Capítulo 1
«La comida ha sido más que un
combustible para mí»
ADMITIENDO que tengo una batalla que no puedo superar sin Dios
«No superar mi pasada relación con la comida sería más costoso que cualquier cosa por
la que Dios me lleve en la búsqueda de Su libertad. Dios es bueno por haberme llevado a
este punto de admitir mi relación pecaminosa con la comida.»
Memoriza: Filipenses 3:19 (NBLA), «cuyo fin es perdición, cuyo dios es su apetito y cuya gloria
está en su vergüenza, los cuales piensan sólo en las cosas terrenales.» Mientras memorizas
este versículo reflexiona acerca de estos cinco puntos importantes:
● «cuyo - su»- Mientras lees este versículo reemplaza la palabra «su» por «mi», y
pregúntate si esto se aplica a alguno de tus patrones de alimentación.
● «fin es perdición»- ¿Como comes o como dejas de comer contribuye a tu
crecimiento o a tu decaimiento?
● «cuyo dios es su apetito»- ¿En qué medida la satisfacción de tus patrones de
alimentación determina que estés en paz?
● «cuya gloria está en su vergüenza»- Si obtuvieras todo lo que quisieras de la comida,
¿serías saludable-santo o hambriento-obeso?
● «los cuales piensan sólo en las cosas terrenales»- ¿Comes para tener fuerza y servir
a Dios, o para complacer a otros o para distraerte un rato?
Notas de enseñanza
«Me sentí tan comprometido con mi trastorno alimenticio y mi sistema de creencias,
que fue difícil admitir que estuve equivocado todo este tiempo (p. 111).» Carolyn Costin
y Gwen Schubert Grabb en 8 ways to Recovery from an Eating Disorder (traducido como
«8 claves para recuperarse de un trastorno alimenticio»).
«El desorden alimenticio es generalmente un patrón de uso de los alimentos con otra
motivación distinta a la nutrición… La alimentación desordenada se convierte en un
trastorno alimenticio basado en el comportamiento, la gravedad y el tiempo (p. 241).»
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Gregory Janz en Hope, Help & Healing for Eating Disorders (traducido como «Esperanza,
ayuda y sanidad para trastornos alimenticios»).
«La anorexia y el comer de manera compulsiva pueden parecer dos cosas opuestas, pero
no lo son. La comida es el medio compartido para controlar lo que parece incontrolable
(p.19).» Gregory Jantz en Hope, Help & Healing for Eating Disorders (traducido como
«Esperanza, ayuda y sanidad para trastornos alimenticios»).
«No somos dueños de nuestros cuerpos; no son nuestros para abusar o cuidar de ellos
de acuerdo con nuestros propios deseos. Por el contrario, Dios no sólo nos creó; pagó
un alto precio para redimirnos. Y cuando nos redimió, no sólo redimió nuestras almas;
redimió nuestros cuerpos y los reclama para su uso también. Por lo tanto, honren a Dios
con sus cuerpos (haciendo referencia a 1 Corintios 6:19-20) ... La forma en que tratamos
nuestros cuerpos es una cuestión de mayordomía, incluso antes que de salud,
comodidad, disfrute o placer (p.47).» Gary Thomas en Every Body Matters (traducido
como «Cada cuerpo importa»).
«Hay un undécimo mandamiento no escrito en Estados Unidos: no estarás gordo (p. 3)
... Cada limitación que tenemos puede verse como una invitación de Dios a hacer por
nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Cuando nos rendimos, no nos
damos por vencidos ni nos hacemos los muertos ni esperamos a que Dios nos arregle.
En cambio, nos convertimos en participantes activos con Dios y abrimos un nuevo
camino de esperanza hacia la curación (p.8).» Stephen Arterburn y Linda Mintle en Lose
It for Life (traducido como «Perderlo de por vida»).
«Sé por experiencia personal que mientras mi corazón esté concentrado en verse bien,
éste nunca estará satisfecho con mi apariencia (p.41) … El proceso de cambio (o de
santificación) requiere que veamos a nuestro comer en exceso, nuestros atracones y
nuestra hambre como pecado - no sólo como algo inconveniente, vergonzoso o
problemático- (p.99).» Elyse Fitzpatrick en Love to Eat, Hate to Eat (traducido como
«Amo comer, odio comer»).
«Empiece por admitir lo renuente que es: esta podría ser la primera cosa honesta que
haya hecho con su obsesión en mucho tiempo (p. 14).» Ed Welch en Eating Disorders:
The Quest for Thinness (traducido como «Trastornos alimenticios: La conquista de la
delgadez»).
«La recuperación se da cuando la persona puede aceptar el tamaño y la forma natural
de su cuerpo y ya no tiene una relación autodestructiva con la comida o el ejercicio.
Cuando te recuperas, la comida y el peso toman una perspectiva adecuada en tu vida, y
lo que pesas no es más importante que quién eres; de hecho, las cifras reales tienen
poca o ninguna importancia. Cuando se recupere, no comprometerá su salud ni
traicionará su alma para verse de cierta manera, usar una cierta talla o alcanzar un cierto
número en la báscula. Cuando se recupera, no utiliza comportamientos de trastornos
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alimenticios para lidiar, distraer o hacer frente a otros problemas (pp. 16-17).» Carolyn
Costin y Gwen Schubert en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (traducido como
«8 claves para recuperarse de un trastorno alimenticio»).
Estudio integrado
¿Cuál es tu objetivo para este estudio? Más adelante discutiremos varios objetivos
contraproducentes, pero por ahora consideremos cuál objetivo sería bueno y sostenible
para este estudio:
● Desarrollar y mantener un estilo de vida saludable
● Buscar honrar a Dios siendo un buen administrador del cuerpo que Él te dio
● Relacionarse con la comida de una manera saludable
● Reconocer que Dios nos dio la comida como un combustible agradable para
nuestro cuerpo
«Necesitamos una relación nueva con la comida, viendo a la comida como un
aspecto de la vida pero no como la razón de ésta. Si bien la comida es, en última
instancia, combustible para nuestro cuerpo, también es algo que aceptamos como
un regalo agradable y bueno de Dios. Los alimentos son una evidencia del cuidado
de Dios por nosotros y de su provisión, esto muestra su generosidad y amabilidad
(p. 53)». Gary Thomas en Every Body Matters: Strengthening Your Body to
Strengthen Your Soul (traducido como «Cada cuerpo es importante: Fortaleciendo
el cuerpo para fortalecer tu alma»).
En este estudio no usamos números para la salud, es decir, no usaremos: peso ideal, talla
de pantalón deseada, libras que perder-ganar por mes, etc. Simplemente queremos que tú
te conviertas en un buen administrador del cuerpo que Dios te dio, ése es el éxito.
Hablaremos de números más adelante, pero simplemente sirven para el propósito más
amplio de administrar nuestro cuerpo. Cuando los números se ponen al frente de nuestra
mente y nuestras prioridades, suceden cosas malas.
Esto se contrasta con las formas en que a menudo pensamos sobre cambiar nuestros
hábitos alimenticios (en contraste con los cuatro puntos anteriores):
● Pensamos en soluciones a corto plazo de las que abdicaremos en un futuro
próximo
● Intentamos manipular o condenar nuestro cuerpo para que se adapte a alguna
forma o peso idealizados
● Al relacionarnos con la comida de formas poco saludables o manipularnos con
la comida como recompensa o castigo
● Tratar de usar la comida para distraernos o resolver luchas sobre las que ésta no
tiene influencia
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Con suerte, puedes comenzar a ver que la mayoría de las personas intentan cambiar sus
hábitos alimenticios volviéndose personalmente abusivos. La vergüenza, la condenación y
la coerción son sus motivadores emocionales. Si criaran a sus hijos o trataran a sus
compañeros de trabajo de la manera en la que se relacionan con la comida seguramente
serían arrestados o despedidos. Dios quiere algo mejor para ti.
También puedes ver que muchos de los intentos de cambiar nuestra relación con la comida
son autosabotajes a corto plazo. Ya sea que se trate de alguien que se restringe las comidas
para que las personas alrededor no los molesten, o alguien que come demasiado para
«ponerse a dieta» pronto; la relación disfuncional con la comida sigue siendo la «norma» de
la que se comprometen a apartarse temporalmente. Recuerda Dios quiere algo mejor para
ti.
«Uno de los mayores mitos que las personas creen es que perder peso las hará
felices (p.38) … No podemos pensar en algo más deprimente que hacer dietas.
¿Quién por voluntad propia quisiera embarcarse en una vida de privaciones y de
comer la comida que no disfruta? (p.49)». Stephen Arterburn y Linda Mintle en Lose
It for Life (traducido como «Perderlo de por vida»).
«Me sentí tan comprometido con mi trastorno alimenticio y mi sistema de creencias, que fue difícil
admitir que estuve equivocado todo este tiempo (p. 111).» Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb en 8
ways to Recovery from an Eating Disorder (traducido como «8 claves para recuperarse de un trastorno
alimenticio»).
«El desorden alimenticio es generalmente un patrón de uso de los alimentos con otra motivación
distinta a la nutrición… La alimentación desordenada se convierte en un trastorno alimenticio basado
en el comportamiento, la gravedad y el tiempo (p. 241).» Gregory Janz en Hope, Help & Healing for
Eating Disorders (traducido como «Esperanza, ayuda y sanidad para trastornos alimenticios»).
Este capítulo es el primer paso para tu viaje hacia una relación saludable con la comida. Ese
viaje comienza admitiendo que tienes que cambiar y aceptando el rol de Dios para el
proceso de cambio. Empezaremos esta travesía en 3 secciones:
1. Evaluando tu nivel actual de motivación para el cambio
2. Las diez frases que encapsulan tu viaje
3. Evaluando tu relación actual con la comida
Antes de comenzar hay una recomendación más que debemos hacer. Acude a una cita
médica con tu doctor de cabecera. Esto te ayudará a tener una base para medir tu salud (lo
cual es el objetivo principal de esta travesía, que puedas ser un mayordomo de tu salud).
Tu médico también podría ayudarte a determinar si sería útil tener asesorías con un
nutricionista.
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En todo este proceso es importante que seas honesto. Tú nunca serás una persona
saludable si no eres honesto. Dile a tu doctor tus hábitos alimenticios, tus hábitos después
de las comidas y tu rutina de ejercicios. Esto ayudará a que tu doctor pueda darte consejos
apropiados para este proceso de cambio. El resto de este capítulo te ayudará a determinar
qué información debes compartir con tu doctor.
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de decidir si el cambio es «posible» y, si lo fuera, si éste «valdría la pena». Quieres
saber qué demandará de ti y si los sacrificios que implicarían van a producir una vida
llena de más satisfacciones que si sólo siguieras descuidándolos.
3. Preparación (pasos 2 al 4): En esta fase tus ideas ya se convierten en un plan
concreto. Reúnes la información necesaria para realizar un plan efectivo y
sostenible. Evalúas los obstáculos tanto logísticos (cosas externas) como
motivacionales (cosas internas). Es en este punto en el que comienzas a reclutar
personas que puedan acompañarte en este viaje.
4. Acción (pasos 5 al 7): En este punto los planes se hacen una realidad, las ideas se
convierten en decisiones. Cada día hay progresos y aun los contratiempos son
manejados correctamente. Hay días exitosos y también fallas, lo importante aquí es
seguir adelante en tu travesía. Las técnicas se convierten en hábitos y los hábitos en
un estilo de vida. Empiezas a disfrutar el fruto de vivir de una manera diferente.
5. Mantenimiento (pasos 8 al 9): Ahora has adoptado un nuevo estilo de vida. Tus
emociones y patrones de pensamiento se ajustan cada vez más a este nuevo estilo
de vida de administrar tu cuerpo para la gloria de Dios. Aprendes a manejar los
cambios relacionados en diferentes eventos (por ejemplo, una boda o vacaciones) y
en los cambios de la vida (por ejemplo, cambios en el metabolismo por la edad).
Ejercicio: En el margen, junto a estos cinco niveles de motivación, escribe «hoy» al lado de
donde esté tu motivación ahora. Escribe en el margen fechas o eventos significativos que
vinieron a tu mente cuando leíste cada descripción. Evita escribir los nombres de las
personas. No es que no podamos aprender de los demás, pero hay una tendencia a
compararnos con los demás y decir: «No soy como ellos. Esto sería más fácil si fuera
como…». Si eso es cierto o no, no es útil. Este es tu viaje. No alimentes el hábito de
distraerte-desanimarte con las comparaciones.
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Mientras lees la siguiente sección, podrás observar cómo el cambio es un proceso, no un
salto de donde estás a donde Dios quiere que estemos. Reconoce que Dios es bondadoso y
paciente, Él te acompaña en todo este viaje del cambio. Cuando pienses que no puedes
hacerlo, es probable que sea porque estás tratando de cubrir múltiples segmentos de
cambio en un sólo momento. Permite que éste estudio te ayude a caminar con tranquilidad
en este viaje y que no te sientas abrumado, con este estudio podrás crecer en
contentamiento para dar cada paso por la gracia de Dios y en su fuerza.
1. «No creo que tenga un problema» (Negación) Si no tuvieras un problema lo más
probable es que no estuvieras empezando este estudio. Si te encuentras aquí,
considera esta afirmación: «Me gustaría evaluar de manera justa mi relación con la
comida para determinar si honra a Dios y si está contribuyendo a que yo viva la vida
plena y satisfactoria que Dios desea». El objetivo de este estudio es que tú puedas
tomar decisiones que honren a Dios, lo importante aquí es ser honesto con tus
respuestas.
2. «Podría tener un problema pero no estoy tan mal» (Minimizando) Aquí «tan mal»
es una frase recurrente. A menos que estemos en el hospital, no pensamos que
estamos «tan mal» e incluso entonces podemos pensar que el médico no está siendo
razonable o que dado que entendemos los peligros, podemos controlar mejor
nuestros hábitos alimenticios. La persona sabia evalúa el grado de su lucha antes de
que una crisis lo obligue a hacerlo. Eso es lo que comenzarás a hacer en los primeros
pasos de este estudio.
«No hay una forma o apariencia corporal en particular que una persona deba
tener para determinar si tiene un trastorno alimenticio. Cualquier persona,
hombre o mujer, de cualquier raza, edad, estatura o peso puede tener un
trastorno alimenticio... Muchas personas con trastornos alimenticios no
buscan ayuda porque no se sienten lo suficientemente enfermas como para
tener un trastorno alimenticio (p. 63)». Jenni Schaeffer en Life Without Ed
(traducido como «La vida sin Ed»).
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«No somos dueños de nuestros cuerpos; no son nuestros para abusar o
cuidar de ellos de acuerdo con nuestros propios deseos. Por el contrario, Dios
no sólo nos creó; pagó un alto precio para redimirnos. Y cuando nos redimió,
no sólo redimió nuestras almas; redimió nuestros cuerpos y los reclama para
su uso también. Por lo tanto, honren a Dios con sus cuerpos (refiriéndose a
1 Corintios 6: 19-20; p. 46-47) … La forma en que tratamos nuestros cuerpos
es una cuestión de mayordomía incluso antes de que sea una cuestión de
salud, comodidad, disfrute o placer (p.47).» Gary Thomas en Every Body
Matters (traducido como «Cada cuerpo importa»)
4. «Quiero cambiar pero no sé cómo y tengo miedo» (Pánico) A menudo llegamos a
esta frase y retrocedemos en lugar de avanzar. Cuando nos comprometemos con el
viaje nos sentimos intimidados por su duración. Eso es normal y comprensible, es
parte del proceso. Sé honesto con Dios al respecto. Deja que el Salmo 56:3, «Cuando
tengo miedo, confío en ti [Dios]», sea tu oración perpetua cuando éste sea tu
pensamiento dominante. Dios se siente honrado cuando corremos hacia Él con
nuestros miedos; como un padre se siente honrado cuando su hijo corre
instintivamente hacia ellos cuando tienen miedo.
5. «Traté de cambiar pero no lo conseguí» (Desesperación) La desesperación es el
primer paso hacia la confianza. Esta es otra parte del viaje que será incómoda.
Fracasarás muchas veces en este proceso. Estás luchando contra tu naturaleza
pecaminosa, no sólo contra un mal hábito. En este punto, simplemente
comprométete a fallar en la gracia y la fuerza de Dios. La desesperación que te lleva
a Dios es tu amiga; encontrarás que fue la semilla de la esperanza en lugar de la
destrucción. Si te sientes atrapado aquí, lee el libro de Eclesiastés. Observa cómo
Dios inspiró todo un libro de callejones sin salida para mostrar su paciencia, gracia y
sabiduría para guiar a las personas en el proceso de cambio.
6. «Puedo detener algunos de los comportamientos pero no todos» (Cambio inicial)
Por lo general preferimos resultados por encima de los procesos, pero la clave para
alcanzar una meta es disfrutar cada paso en lugar de estar siempre descorazonado
por cuánto falta del proceso. En el preescolar empezamos por reconocer algunas
letras, pero a medida que memorizábamos y avanzamos en todo el alfabeto
aprendimos que era posible leer. Ahora tú estás avanzando en este estudio, tu
respuesta emocional podría ser que esto es algo retador, pero si continúas el
proceso será algo tan gratificante como cuando aprendiste a leer.
7. «Puedo detener algunos de los comportamientos pero no mis pensamientos»
(Cambio intermedio) Los comportamientos son más tangibles que los pensamientos
y las emociones, de los que no podemos ver resultados inmediatos, así que tiene
sentido que uno cambie antes que el otro. No te decepciones por aquello que es
predecible. Esta será una temporada en la cual aprenderás a «llevar cautivo todo
pensamiento» (2 Cor. 10:5), pero permite que la fidelidad de Dios con tus
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comportamientos sea vista como un anticipo de su fidelidad con tus sentimientos y
emociones. En este punto de tu viaje, ya habrás llegado más lejos de lo que creías
posible al principio.
8. «A menudo estoy libre de los comportamientos y pensamientos, pero no todo el
tiempo» (Cambio último) Mientras más libertad experimentamos también
sentiremos más problemas con los contratiempos y la tentación. Cuando el volver
atrás era un estilo de vida no nos molestaba. Pero al llegar a esta etapa es posible
que lleguemos a experimentar ira o enojo al menor retroceso. No te preocupes, esto
es algo bueno. Esto significa que tu conciencia y tu sentido de la normalidad se están
aclimatando a una expectativa de que vivirás más de acuerdo con el diseño de Dios
de cómo ser un buen mayordomo de tu vida y tu cuerpo.
9. «Soy libre de los pensamientos y comportamientos» (Cambio maduro) No asuma:
«Mi vida siempre será así de difícil si trato de tener una relación saludable con la
comida y administrar bien mi cuerpo». No lo harás. Comenzarás a disfrutar tanto de
lo saludable que lo poco sano tendrá mucho menos sentido para ti. Esto requiere
renunciar a muchos de los ídolos que alimentan tu relación actual con la comida
(paso tres) y establecer un estilo de vida donde los hábitos saludables sean parte de
tu ritmo de vida (pasos seis y siete), pero no te estás inscribiendo a pelear una batalla
perpetua que será tan difícil como se siente en este momento.
10. «Estoy recuperado» (Recuperación) Nuestra santificación, siendo mayordomos de
nuestra vida como Cristo lo sería, nunca será un objetivo que podremos lograr en
esta vida. Pero tú no irás por la vida diciendo «Hola, soy _____ y tengo una relación
poco saludable con la comida». La cita a continuación es una buena definición de lo
que significa estar «recuperado»:
«La recuperación es cuando la persona puede aceptar el tamaño y la forma
natural de su cuerpo y ya no tiene una relación autodestructiva con la comida
o el ejercicio. Cuando te recuperas, la comida y el peso toman una
perspectiva adecuada en tu vida, y lo que pesas no es más importante que
quién eres; de hecho, las cifras reales tienen poca o ninguna importancia.
Cuando se recupere, no comprometerá su salud ni traicionará su alma para
verse de cierta manera, usar una cierta talla o alcanzar un cierto número en
la báscula. Cuando se recupera, no utiliza comportamientos de trastornos
alimentarios para lidiar, distraer o hacer frente a otros problemas (p.16-17)».
Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb en 8 ways to Recovery from an Eating
Disorder (traducido como «8 claves para recuperarse de un trastorno
alimenticio»).
Ejercicio: En el margen junto a las frases que ves escribe «hoy» en aquellas con las que te
sientas identificado. Escribe aquellas fechas importantes o eventos que vienen a tu mente
mientras lees estas frases. Este viaje no será fácil de llevar ni tan lineal como las diez frases
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o los nueve pasos que implican este estudio. Utiliza estas frases y este estudio para
orientarte a (a) localizar dónde te encuentras en un determinado momento de lucha en el
proceso de cambio, (b) reforzar los enfoques apropiados y más efectivos para esa parte de
la lucha, y (c) evita la mentalidad de pensar que tienes que estar «mejor» o que podrías
«rendirte».
(N) Nunca, (R) Rara vez, (A) A veces, (F) Frecuentemente, o (S) Siempre.
7. Sé cuántas calorías debería comer por día para mantener mi peso en los rangos
N R A F S
normales.
8. Me alimento de comidas que permiten que mi aparato digestivo funcione de
N R A F S
manera adecuada.
10. Me resisto a usar la balanza como una medida para determinar si tengo una
N R A F S
relación saludable con la comida.
11. Frecuentemente como para distraerme de mi culpa, inseguridad u otras
N R A F S
emociones.
12. Con frecuencia confundo estar molesto con tener hambre, porque es más fácil
N R A F S
saciar el hambre.
13. Me siento culpable por sentir hambre, porque tengo miedo de aumentar de
N R A F S
peso o me siento avergonzado de mi peso.
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14. Después de comer me siento decepcionado porque la vida no es «mejor». N R A F S
15. Cuando no tengo nada qué hacer lleno mi tiempo con bocadillos. N R A F S
16. Tengo una lista de «buena comida» que puedo comer, y evito comer «mala
N R A F S
comida».
17. Estoy dispuesto a mentir acerca de mis hábitos alimenticios cuando pienso que
N R A F S
alguien me desaprobará.
18. Cuando comparto la mesa con otros creo que debo comer menos que los
N R A F S
demás.
19. Me castigo a mí mismo cuando rompo las reglas acerca de las comidas. N R A F S
20. Lo que como o no como influye en mi percepción de si fue un buen o mal día. N R A F S
23. Tengo una urgencia de esconder mis hábitos alimenticios de otras personas. N R A F S
24. Debido a que utilizo la comida para calmar las emociones desagradables, confío
N R A F S
menos en las personas.
25. Debido a que las personas están preocupadas por mis hábitos alimenticios
N R A F S
tiendo a evitar a las personas.
31. Tengo miedo de ganar peso incluso cuando técnicamente estoy por debajo de
N R A F S
mi peso normal.
32. Estoy preocupado por mi peso y sé cuántas calorías debo consumir en cada
N R A F S
comida.
33. Frecuentemente pongo excusas para no comer y le digo a las personas que no
N R A F S
tengo hambre.
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35. (Sólo mujeres) Mi ciclo menstrual es irregular o se ha detenido. N R A F S
36. Frecuentemente tengo frío y me visto con ropa más abrigada para compensar. N R A F S
37. Las personas me dicen que estoy flaco, pero me siento gordo. N R A F S
38. Tengo dificultad para recordar las cosas y a veces me siento desorientado. N R A F S
40. No tengo energía o interés para hacer las actividades que disfruto. N R A F S
41. Si hago ejercicio o no determina si creo que he tenido un día bueno o malo. N R A F S
42. Hago ejercicio incluso si estoy lesionado porque siento que debo hacerlo. N R A F S
43. Sufro de ira o ansiedad si alguna cosa se interpone con mi sesión de ejercicio. N R A F S
44. Siempre siento que debería hacer menos ejercicio, pero no puedo
N R A F S
convencerme de hacerlo.
46. Como una gran cantidad de comida y me siento fuera de control mientras lo
N R A F S
hago.
47. Cuando como demasiada comida, lo compenso provocando vómito o usando
N R A F S
laxantes.
48. Soy reservado sobre mis hábitos alimenticios u oculto la comida para poder
N R A F S
comer en exceso.
Cómo cuantificar tus resultados: Obtendrá un punto por cada respuesta «S», dos puntos
por cada respuesta «F» y tres puntos por cada respuesta «A». Si su puntuación total
coincide con el número total de preguntas en un subconjunto determinado, se trata de un
área de preocupación. Si su puntuación total se acerca al doble del número total de
preguntas, es una preocupación importante. Si su puntuación total es más del doble del
número total de preguntas, se trata de un área de lucha importante en su vida.
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puntuación deberá ser utilizado de manera inversa. Estas son cualidades positivas que
indican una relación saludable con la comida. Mientras vas en esta travesía verás cómo
estos resultados incrementan en lugar de decrecer.
Este conjunto de preguntas describe los hábitos alimenticios saludables. Es fácil que
las evaluaciones se centren exclusivamente en lo que no es saludable. Esos detalles
son importantes y necesitamos saberlos. Pero esta evaluación comienza
identificando las prácticas que son fundamentales para estar saludable. En este
estudio, al igual que con cualquier esfuerzo de cambio, es tan importante
concentrarse en lo que estás haciendo como en lo que no estás haciendo.
Usos de la comida: Cuando nuestra relación con la comida se vuelve poco saludable,
comenzamos a usar los alimentos para fines sobre los que no tienen ninguna influencia y
desarrollamos reglas para la comida que tienen poco que ver con el cuidado de nuestro
cuerpo. Cuanto más influyentes se vuelven estos usos y reglas, menos saludable se vuelve
nuestra relación con la comida.
Este conjunto de preguntas describe el uso de la comida como una herramienta para
controlar las emociones. Usualmente comemos o dejamos de comer por razones
que tienen poco que ver con saciar nuestra hambre. La comida fue hecha para ser
el combustible de nuestro cuerpo, no para aquietar nuestra alma. Cuando usamos
la comida para calmar nuestra alma terminamos consumiendo más calorías de las
que nuestro cuerpo necesita, porque nuestro enfoque no está en cuidar nuestro
cuerpo sino en tratar de calmar o distraer nuestra mente y alma.
«La anorexia y comer de manera compulsiva pueden parecer dos cosas
opuestas, pero no lo son. La comida es el medio compartido para controlar
lo que parece incontrolable (p.19).» Gregory Jantz en Hope, Help & Healing
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for Eating Disorders (traducido como «Esperanza, ayuda y sanidad para
trastornos alimenticios»).
¿Cómo describirías o resumirías tu uso de la comida para causas emocionales?
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Este conjunto de preguntas describe las implicaciones sociales de una relación sana
con la comida. La comida en general es muy social. Comúnmente comemos en
eventos sociales y es allí en donde salen a la luz nuestras inseguridades relacionadas
con nuestro peso y con nuestros hábitos alimenticios. A medida que cambiemos
nuestra relación con la comida, habrá repercusiones en nuestra vida social.
Comer en exceso: Uno de los lados de nuestra mala relación con la comida puede ser el
exceso. Cuando consumimos más calorías de las que nuestro cuerpo necesita, es un fuerte
indicador de que estamos consumiendo alimentos por razones distintas al combustible. En
capítulos futuros veremos cómo disolver el motivo y debilitar los patrones que dan como
resultado esta dependencia excesiva de los alimentos.
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de una abundancia de alimentos y una cultura de porciones gigantes trae nuevos
desafíos.
Restringir: El otro lado de nuestra mala relación con la comida puede ser la restricción. En
esta parte de la evaluación veremos tres patrones que están presentes con frecuencia
cuando nuestra relación malsana con la comida se vuelve restrictiva: anorexia, ejercicio
compulsivo y bulimia.
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contribuir a un mejor estado de salud, aporta al deterioro de nuestro cuerpo. El
ejercicio compulsivo puede estar presente en la anorexia o la bulimia.
Conclusión
En este punto, esperamos que tres cosas sean ciertas: (1) que seas capaz de expresar
tu lucha en palabras mejor que unas páginas atrás; (2) que tengas una mejor
perspectiva de cómo será el viaje que realizarás por delante; y (3) que veas tu
necesidad de Dios para superar esta lucha que enfrentas. Dios siempre está
disponible; la cuestión es si vemos nuestra necesidad de Él. Nuestra esperanza
comienza cuando lo hacemos.
Para algunos lectores, el lenguaje moral utilizado para describir nuestra relación con
la comida puede resultar incómodo. Esta es una razón importante para hacer este
énfasis. Llamar pecado a la alimentación poco saludable significa que nuestra meta
es la santidad, no la delgadez. Dios no tiene un tipo de cuerpo ideal. Habrá muchas
formas y tamaños en el cielo, esto debe darnos esperanza y ser nuestra motivación.
Nuestro objetivo es convertirnos en buenos administradores de nuestro cuerpo,
esto es algo que podemos lograr todos los días.
Debemos saber que llevará un tiempo recuperar nuestro peso corporal en un rango
saludable para nuestra edad, sexo y estructura corporal. Pero hoy podemos
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comenzar a vivir una vida saludable que honre a Dios. Cada día puede ser una
«victoria» cuando nuestro objetivo es simplemente honrar a Dios.
Al final de cada paso, te proporcionamos algunas preguntas que nos gustaría que le
hicieras un compañero de ánimo mientras emprendes esta travesía. Esta persona
podría ser un pastor, consejero, amigo o miembro de un grupo pequeño. Usa esto
como una forma de educar a aquellos a quienes estás reclutando para que formen
parte de la red de apoyo comunitario sobre lo que pueden hacer para ayudar.
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Capítulo 2
«Una mirada honesta en el espejo»
RECONOCER la amplitud y el impacto de mi pecado.
Memoriza: Eclesiastés 6:7-9 (NBLA) «Todo el trabajo del hombre es para su boca, sin
embargo, su apetito no se sacia. Pues ¿qué ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Qué
ventaja tiene el pobre que sabe comportarse entre los vivientes? Mejor es lo que ven los
ojos que lo que el alma desea. También esto es vanidad y correr tras el viento.» Al
memorizar este pasaje reflexiona sobre estos puntos clave:
● «Todo el trabajo» – Considera toda la energía que pones en comer y no comer. ¿Es
una buena inversión de tu vida?
● «es para su boca» – Esta es una lucha común que las personas enfrentan.
Naturalmente no tenemos una buena relación con la comida.
● «su apetito no se sacia» – Todos nuestros apetitos se resisten aceptando lo
«suficiente» o sintiendo orgullo en tener el «control».
● «¿Qué ventaja…?» – No hay ventaja cuando nuestros apetitos están fuera de
control. El resultado es siempre perjudicial.
● «vanidad…correr tras el viento»– Las cosas que nos llevan a abusar de la comida
nunca cumplen lo que prometen.
Notas de enseñanza
«Para comenzar a cambiar tu relación con la comida, es importante mirar tu conducta
actual, para que puedas ser honesto contigo mismo sobre lo que estás haciendo y lo que
necesitas trabajar para cambiar (p.129).» Carolyn Costin & Gwen Schubert Grabb en 8 Keys
to Recovery from an Eating Disorder (traducido como «8 claves para recuperarse de un
trastorno alimenticio»).
«Intenta no obsesionarte con la justicia de la carga genética que te ha tocado (p.71).»
Stephen Arterburn y Linda Mintle en Lose It for Life (traducido como «Perderlo de por
vida»).
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«Para empeorar las cosas, perder una libra no parece suponer ninguna diferencia, aunque
perder una libra puede ser difícil de hacer. La relación entre el sacrificio y la recompensa
está fuera de lugar (p.96).» Gary Thompson en Every Body Matters: Strengthening Your
Body to Strengthen Your Soul (traducido como «Cada cuerpo importa: Fortaleciendo tu
cuerpo para fortalecer tu alma»).
«Nuestros cuerpos son capaces de tolerar enormes cantidades de abuso, pero tarde o
temprano comienzan a quebrarse (p.26).» Gregory Jantz en Hope, Help & Healing for Eating
Disorders (traducido como «Esperanza, ayuda y sanidad para trastornos alimenticios»).
«Hace años que la gente me felicita por mi talento, mi mente, mi buena personalidad y mi
sentido del humor, pero estos nuevos cumplidos eran tóxicos. Me doy cuenta de la verdad
de la afirmación: ‘Nada sabe tan bien como la sensación de delgadez’. Para mí, ser más
delgada cumplía la necesidad de ser amada y aceptada por otros (p. 43) … Eventualmente,
me convencí que la muerte – al menos la apariencia de inanición – era hermosa. Yo quería
ser ‘bella’ con la apariencia de desnutrida (p. 44) … Me ‘sentía peor’, pero creía que me ‘veía
mejor’. Cuando pesé 90 libras (40 kilos), mi piel era papel crepé y sólo colgaba de mis
huesos. No tenía la suficiente cantidad de músculo o grasa para tener algún tipo de forma.
Obviamente, yo veía esto como ‘gordura’ (p. 47).» Sheryle Cruse en Thing Enough: My
Spiritual Journey through the Living Death of an Eating Disorder (traducido como
«Suficientemente delgado: mi viaje espiritual a través de la muerte en vida de un trastorno
alimenticio»).
«Claro que los anoréxicos aún tienen hambre, pero su miedo a engordar les causa controlar
sus crisis de hambre. Y cuando estas sensaciones naturales de hambre se reprimen, los
anoréxicos experimentan el placer de control. Si tú eres anoréxico, deberás ser muy
honesto contigo mismo sobre tus patrones alimenticios. Quizás quieras felicitar tu fuerza
de voluntad sobre la comida (p. 20) … Como los bulímicos se aíslan ellos mismos, la comida
es el sustituto obvio de las interacciones sociales. La comida reemplaza a las personas como
la fuente de comodidad y compañía. La decepción y la evasión reemplazan la apertura y la
camaradería (p.24).» Gregory Jantz en Hope, Help & Healing for Eating Disorders (traducido
como «Esperanza, ayuda y sanidad para trastornos alimenticios»).
Aplicación personal
Gracias por continuar en este camino. Requiere coraje perseverar en algo que es difícil. Hay
que felicitarte por haber completado el primer paso y por haber comenzado el segundo. En
este paso examinaremos la amplitud y el impacto de nuestra mala relación con la comida.
En el primer paso nombramos nuestra lucha, ahora la examinaremos.
Puede resultar extraño darse cuenta que todos hemos aprendido a utilizar la comida como
instrumento de satisfacción y de castigo desde que somos bebés. La comida es una
herramienta primordial en la estrategia motivacional y de disciplina. «El bebé está llorando.
De repente tiene hambre. Dale un biberón… Si no dejas de hacer berrinches, no tendrás
postre… Te has portado tan bien que esta noche tendremos tu cena favorita.» Estas cosas
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no son malas. Sólo revelan cómo nos relacionamos con la comida desde antes de saber
hablar.
«Tú comienzas la vida con hábitos alimenticios normales. Comías cuando tenías
hambre y no comías cuando ya estabas lleno. Pero en un mundo consciente del peso,
donde la comida se usa como comodidad, tomas pequeños pasos y lo ‘normal’
gradualmente desaparece. Quieres ser delgado, entonces te vuelves más serio con las
dietas. Te gusta cómo la comida te hace sentir entonces comes en exceso y te das un
atracón (p. 4).» Ed Welch en Eating Disorders: The Quest for Thinness (traducido como
«Trastornos alimenticios: La conquista de la delgadez»).
Con toda esta historia es difícil imaginar que nuestra relación con la comida no impactaría
significativamente en nuestras vidas. Permite que este pensamiento te ayude a abordar
este capítulo de manera no defensiva. Es fácil que este tema provoque un sentimiento de
juicio o vergüenza. Eso hace que este camino sea más difícil, porque hace que sea solitario.
Si puedes usar este estudio para invitar a otras personas a acompañarte en tu lucha, sería
una ayuda muy significante.
En este capítulo examinaremos el impacto de nuestra mala relación con la comida en cuatro
secciones:
1. ¿Cómo es que una mala relación con la comida se parece a una adicción?
2. 10 patrones de pensamiento que sustentan una relación poco saludable con la
comida
3. ¿Cómo es que mi mala relación con la comida me afecta?
4. ¿Cuáles son las marcas iniciales de una sana relación con la comida?
¿Cómo es que una mala relación con la comida se parece a una adicción?
No te obsesiones en identificar si tu relación con la comida es una «adicción» o no. No es
necesario entrar en una discusión sobre los síntomas de abstinencia y los niveles de
tolerancia en este punto. Sin embargo, las dinámicas de una adicción pueden
proporcionarnos buenas preguntas para evaluar la gravedad de nuestras malas relaciones
con la comida. Gregory Jantz en Hope, Help & Healing for Eating Disorders (traducido como
«Esperanza, ayuda y sanidad para trastornos alimenticios»), (p. 82-83; sólo el texto en
negrita) identifica 8 paralelos entre la adicción y los desórdenes alimenticios.
1. Ambos prometen libertad, pero traen esclavitud. ¿Sientes que tu patrón
alimenticio provee lo que esperabas cuando lo estableciste? ¿Las cosas debieron ser
«mejor» o «más felices» que lo que son? La gula (obsesión con la comida), como
todo pecado, falla al querer cumplir su promesa. Personificar tu relación con la
comida y estar molesto con ella es una manera de comprender mejor cómo el
pecado miente.
¿Cuáles son algunas de las promesas que tus patrones alimenticios han dejado sin
cumplir?
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2. Ambos son progresivos. Tu relación con la comida no comenzó donde está ahora.
Cualquier rol poco saludable que le pidamos a la comida que desempeñe en
nuestras vidas, crece hasta que lo cambiamos intencionalmente. Por esto, tenemos
momentos de shock cuando nos damos cuenta que las cosas se pusieron «así de
mal». Es importante no caer en negación en estos momentos de gracia.
¿Cuáles son algunos «momentos de claridad» en los que te das cuenta que las
cosas están peor de lo que creías?
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3. Ambos son engañosos. No podemos creer a nuestros propios ojos y pensamientos
porque están atrapados en patrones de alimentación destructivos. Ya sea que nos
digamos a nosotros mismos que sólo comeremos un poco o digamos que nuestro
cuerpo demacrado se ve gordo, nos cuesta ser honestos con nosotros mismos (y
mucho menos con cualquier otra persona) cuando tenemos una relación poco
saludable con la comida.
¿Qué distorsiones has notado en tu propio pensamiento y percepción sobre la
comida y peso?
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4. Ambos roban la intimidad. Mientras menos honestos somos con nosotros mismos,
más amenazante es estar cerca de personas que nos aman lo suficiente como para
ser honestos con nosotros. No es que no queramos cercanía, sí la queremos.
Odiamos estar solos. Pero tenemos miedo de las implicaciones de ser conocidos con
mayor exactitud. Ya sea por el aislamiento o superficialidad, una relación poco
saludable con la comida nos tienta a alejarnos de las personas que realmente nos
importan.
¿Cómo has notado que tus relaciones se convierten más distantes a medida que tu
desorden alimenticio se vuelve más pronunciado?
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5. Ambos promueven la vergüenza. Ya sea por el autodesprecio o por el humor
autodespectivo, una relación poco saludable con la comida, no te dejará ser amable
contigo mismo. Mientras más secretos tengas, más vergüenza sentirás. Mientras
más trates de distraerte de la vida o de controlarla, más indefenso te sentirás.
¿Cómo tus patrones alimenticios han contribuido a un sentimiento de vergüenza?
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6. Ambos producen aislamiento espiritual. Lo que comemos o no, no nos acerca a
Dios. Pero si tratamos de manejar nuestra vida en relación a lo que comemos o
dejamos de comer, entonces estos patrones nos harán sentir definitivamente más
lejos de Dios. Mientras menos confiamos en Dios con lo que es más importante para
nosotros, menos relevante sentimos a Dios para nuestras vidas. La alimentación
desordenada es a menudo una fuerte evidencia de tratar de manejar la vida sin Dios.
¿Cómo es que tus patrones alimenticios han incrementado la sensación de que Dios
no se preocupa o no tiene intención de relacionarse contigo?
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7. Ambos causan cambios fisiológicos. Nuestros hábitos cambian nuestros cuerpos.
Daremos más información detallada sobre esto más adelante, pero por ahora,
pregúntate a ti mismo «¿cómo es que mis patrones alimenticios cambiaron mi
cuerpo en formas poco saludables?» Mientras reflexionas en esta pregunta enfócate
más en los asuntos de salud que en la figura del cuerpo.
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8. Ambos nos llevan a aceptar el miedo y la ansiedad como algo normal en nuestra
vida diaria. Mientras más manipulamos la vida con patrones destructivos, más
aterrador es pensar en comprometerte con tu vida de maneras saludables. La idea
de comer lo que «expertos» llaman «saludable» parece terriblemente irreal cuando
ese no ha sido nuestro estilo de vida.
¿Qué partes de una relación saludable con la comida te ha hecho sentir molestias
(ansioso, ofendido, derrotado, etc.)?
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Otro aspecto de una relación poco saludable con la comida puede ser el patrón de conducta
de pesarte. El número en la balanza puede convertirse en nuestra gloria o condenación. En
realidad, no es ninguna de ellas; sólo es un hecho temporal. A continuación, algunas
recomendaciones que te ayuden a romper con la «adicción por la balanza».
● Si tu lucha es con la anorexia o bulimia, sólo pésate con tu doctor o consejero.
● Sólo pésate una vez por semana; las fluctuaciones a corto plazo no significan tanto
como creemos.
● Cuando te peses, siempre házlo a la misma hora del día; esto provee una
comparación más precisa.
● Si has estado administrando correctamente tu cuerpo, entonces no te peses. El
número no es lo más importante.
● Si no estás emocionalmente preparado para ser decepcionado, no te peses.
● Cuando te guste el número que ves en la balanza, no permitas que ese gozo suplante
la satisfacción de ser un buen administrador de tu cuerpo.
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Lee 1 Corintios 10:23-24. Una de las defensas clásicas de la conducta adictiva es la pregunta
«¿qué está tan mal con [en blanco]?» y el espacio en blanco se llena con una descripción
minimizada de la conducta adictiva. Este pasaje, que es sobre comida, responde esa
pregunta con todo y nada. Puede ser que no exista nada técnicamente malo con la
conducta, pero si te está destruyendo o controlando, entonces va en contra del diseño que
Dios ha creado para tu vida. Una prueba de fuego es cómo este comportamiento afecta tus
relaciones (v. 24). ¿Facilita una amistad más significativa? ¿Es una bendición que quisieras
para otros? ¿Te lleva a que seas más auténtico? ¿Te lleva a ser más vano (centrado en ti
mismo) o preocupado (pensar en los demás)?
10 patrones de pensamiento que sustentan una relación poco saludable con la comida
Los patrones de desórdenes alimenticios comienzan a unos cinco centímetros al noroeste
de nuestras bocas; en nuestro cerebro. Los patrones de comportamiento han sido patrones
de pensamiento antes que se formen en actividades. En esta sección no nos
concentraremos en contenido de pensamiento (por ejemplo, «No valgo nada» o «estoy
gordo») como sí lo haremos con los patrones de pensamiento (por ejemplo, las formas en
que filtramos, procesamos o reaccionamos a la información). A menudo somos ineficaces
cuando queremos cambiar el contenido de nuestros pensamientos porque fallamos al ver
los patrones en los cuales están establecidos.
Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb describen 10 patrones de pensamiento que
contribuyen a los desórdenes alimenticios (p. 98-100 en 8 Keys to Recovery from an Eating
Disorder (traducido como «Esperanza, ayuda y sanidad para trastornos alimenticios»; sólo
texto en negrita). Estos patrones son muy característicos de la mayoría de los desórdenes
de ansiedad. Esto revela el rol que el desorden alimenticio juega en nuestros intentos
fallidos en la regulación emocional.
1. Pensamiento de todo o nada: Si no soy perfecto, soy basura. Si no obedezco mi plan
alimenticio, no valgo nada como ser humano. Si la vida no va según el plan, entonces
la vida se está desmoronando y está completamente fuera de control. Si esta es la
manera en que procesas las decepciones, entonces será difícil que tengas una
relación sana con la comida; o con otras personas. Se vuelve difícil tener un «buen
día» porque en estos pensamientos de todo o nada, los días son geniales o terribles.
El agotamiento emocional hace que se recurra a la comida por comodidad o que se
castigue sin comer.
2. Sobregeneralización: En este estilo de pensamiento cada evento negativo es
percibido como parte de un patrón emergente. La respuesta al evento negativo es,
por lo tanto, tan intensa como si fuera un asunto de larga duración. «Mi amigo no
me ha devuelto la llamada, seguro piensa que soy irritante. Nunca nadie va a querer
ser mi amigo.» O, «comí una segunda porción de postre. Soy un fracaso que merece
ser castigado y rechazado.» Cuando ningún momento puede ser una isla, cada
momento se siente como un maremoto.
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3. Descontando lo positivo: Esta es la otra cara de la sobregeneralización. Cada evento
positivo es una excepción y cada cumplido es una cortesía basada en lástima. «Creo
que he tenido un buen día, pero no hay forma que pueda estar a la altura. Ellos
dijeron que me veía bien, pero debe ser sólo porque la última vez que me vieron era
un desastre.» Cuando descontamos lo positivo, nuestra narrativa de vida permanece
irremediablemente negativa. «Sabemos» que nuestra historia de vida es mala,
entonces nos preparamos para no permitir tener esperanza y así, no experimentar
el dolor de la decepción. Sin embargo, una vida sin la posibilidad de la decepción es
una fantasía (irreal) o es deprimente (apartado de la esperanza).
4. Razonamiento emocional: El razonamiento emocional confunde la «realidad» de
nuestras emociones con la «veracidad» de las mismas. Las emociones son
experiencias reales. No hay duda de que nos sentimos gordos o sin esperanza.
Nuestras emociones no siempre son veraces. Podemos no ser gordos y nunca estar
sin esperanza. Una habilidad vital para combatir el proceso de pensamiento que
subyace a los desórdenes alimenticios es la capacidad de dudar de nuestras propias
emociones; no tenemos que negar nuestras emociones (porque son reales, esto
sería una manera de mentir), sin embargo, debemos dudar de ellas (exigir que
cumplan con un estándar de veracidad antes de actuar según lo que nuestras
emociones nos llevan a hacer).
5. Leer la mente: Todos tratamos de proyectar nuestros miedos y autoevaluaciones en
la mente de los demás. Si somos inseguros, creemos que los demás piensan mal de
nosotros. Si somos orgullosos, asumimos que las personas se sentirán honradas de
ser nuestros amigos. Si valoramos la delgadez, creemos que perder peso resolverá
nuestras carencias sociales y explicamos los conflictos interpersonales o los desaires
por causa de nuestro peso. «Sabemos» que las cosas que son más importantes para
nosotros tienen que explicar las conductas de las personas que nos rodean. Las
personas dejan de ser personas reales y se convierten en personificaciones de
nuestros miedos.
6. Personalizando y culpando: Somos increíblemente creativos al inventar formas para
explicar nuestro comportamiento de manera que no tenga nada que ver con
nuestras elecciones. Culpar es cuando decimos que la mala decisión de otra persona
causó que nosotros tomemos una mala decisión. «Me di un atracón porque mi
amigo se olvidó de mi cumpleaños.» Personalizar es cuando inflamos el significado
de las acciones de las demás personas haciendo que nosotros seamos el centro de
sus mundos para excusar nuestras malas decisiones, «mi amigo no me ha devuelto
la llamada porque me odia, entonces necesito consolarme con la comida.» Siempre
habrá suficientes eventos no óptimos a nuestro alrededor para que la
personalización y el cambio de culpa nos dejen atrapados en nuestros hábitos de
desórdenes alimenticios. Debemos desarrollar la habilidad de lamentar las
desgracias sin permitir que se conviertan en combustible para la disfunción.
7. Magnificación y minimización: Nuestra mente opera como los espejos de un parque
de diversión. Hace que algunas cosas parezcan muy largas y otras muy pequeñas. Si
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tenemos una fuerte sensación de lo que es verdad, nos asombraremos por su
distorsión (como cuando vemos nuestra propia apariencia como si midiéramos 6
metros de alto en un espejo distorsionado). Desafortunadamente, muchas veces no
tenemos la habilidad – o voluntad – de identificar estas distorsiones y comenzamos
a ver la vida como si esta distorsión fuera verdad.
8. Filtro mental: Si el último patrón fue sobre la magnitud de una experiencia, los filtros
mentales son sobre la relevancia de una experiencia. Considera este escenario: si
tienes tres días buenos y uno malo en tu relación con la comida, ¿sientes que estás
ganando o perdiendo? Si tu respuesta es «depende de lo que diga la balanza»,
entonces tu enfoque aún está más en una figura corporal y no en la correcta
administración de tu cuerpo. De cualquier manera, esta pregunta revela un filtro
mental. O el número tres será considerado como más importante que el número
uno, o el peso de estar «mal» será más considerado que el peso de estar «bien».
Conoce tu filtro y sé capaz de tenerlo en cuenta en tu razonamiento emocional.
9. Declaraciones de debería: Las afirmaciones de «debería» suelen estar basadas en
una verdad suficiente para ser poderosas, pero existen en una realidad hipotética
que las hace inútiles. «Hubiera comido mejor ayer». Esto también es VPI: verdad
pero inútil. Crea culpa, pero da poca dirección para cambiar. Es raro que lleve a una
solución positiva como, «quiero ser un buen administrador de mi cuerpo hoy.» De
la misma manera, «hubiera estado en mejor forma» es VPI. Todo lo que genera es
vergüenza y descontento. Muy pocas veces lleva al compromiso de «hoy seguiré las
recomendaciones de mi doctor para hacer ejercicios y comer.» Los cristianos
muchas veces somos más propensos a los estatutos de hubiera, porque sentimos
que estamos sosteniendo altos ideales. En su lugar, deberíamos centrarnos en
caminar fielmente con Dios mientras buscamos ser buenos administradores de la
vida y el cuerpo con los que hemos sido bendecidos hoy.
10. Etiquetas: Etiquetamos cuando convertimos los verbos y adjetivos en sustantivos e
identidades. «He fallado» se convierte en «Soy un fracaso». «Estoy solo» se
convierte en «Nadie me puede amar». Los verbos y adjetivos son temporales. Los
sustantivos e identidades son permanentes. Este es el motivo por el que este
intercambio es tan peligroso. Puedes haber fallado en seguir tu plan para
administrar correctamente tu cuerpo hoy, pero por la gracia de Dios, eso no se
convierte en una realidad permanente. Convertir verbos en sustantivos nos hace
pasivos. Convertir adjetivos en identidades nos quita la esperanza. Esto es más que
gramática, es una enorme llave a la motivación humana.
Lee 2 Corintios 10:4-6. Muchas veces restringimos la idea de «llevar cautivo todo
pensamiento» a contrarrestar el contenido de pensamientos teológicamente inexactos.
Después de leer esta sección, esperamos que puedas ver el beneficio de permitir que esta
práctica se extienda a tomar cautivos patrones de pensamientos que deshonran a Dios y
que son personalmente destructivos. De la misma manera en que podemos querer batallar
la lujuria en la imaginación, no sólo en el comportamiento, vamos a querer reconocer los
patrones de pensamiento que nos permiten comenzar a tomar pensamientos destructivos
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cautivos al comienzo del proceso. En el siguiente capítulo examinaremos en un nivel incluso
más básico en el cual debemos tomar cautivos nuestros pensamientos - motivos. Hasta ese
punto, comenzamos a prestar atención al momento en que estos patrones te llevan a
direcciones destructivas.
Ejercicio: Escribe tus iniciales en cada uno de los patrones de pensamientos en los que
sucumbes frecuentemente. Escribe el diálogo interno por el que promulgas estos patrones.
Pídele a un amigo que te lea estos diálogos. Mira si la lógica es tan convincente cuando se
escucha de la voz de otra persona y fuera de tu mente. Permite que esto cause un despertar
en ti de la forma en que el pecado nos atrapa con facilidad cuando intentamos luchar a
nuestra manera.
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compensar esta deficiencia. Los moretones y cortes de la piel se vuelven cada vez
más fáciles de hacer. Un deterioro similar sucede también con tu cabello.
● Desbalance gastrointestinal – Nuestro sistema digestivo ha sido diseñado por Dios
para operar en un cierto ritmo de actividad e inactividad. Los periodos de inactividad
anormalmente largos afectan a nuestro sistema como dejar el auto en la vereda sin
conducirlo durante seis meses. Puedes pensar que porque no se usa, no se puede
malograr, pero eso es falso.
● Conteo anormal de sangre – En estos días parecemos estar más preocupados en los
desbalances neurológicos que en los desbalances de la sangre (ambos son
importantes). No sólo la anorexia resulta en un deficiente suministro de nutrientes
para que la sangre se transporte al cuerpo, sino que también existe un desequilibrio
en la proporción de glóbulos rojos (anemia – niveles de energía), glóbulos blancos
(resistencias a las enfermedades) y otras células sanguíneas.
● Hipoglucemia – Cuando tu cuerpo tiene un nivel inadecuado de glucosa en la sangre,
experimenta temblores, mareos, cambios de humor, disrupciones visuales, mayor
sensibilidad al frío y dificultad de concentración… entre otras cosas. Cuando ves las
calorías como algo malo, estás cortando el suministro de glucosa que estabiliza estos
síntomas.
● Pensamiento pausado –Los niveles inadecuados de glucosa para el cerebro es una
causa de este tipo de pensamiento y del siguiente síntoma. Cuando el cerebro no
tiene un suministro adecuado de energía no funcionará de manera óptima. Mientras
más sea la reducción de energía, mayor será la reducción en su habilidad para
procesar la información.
● Cambios de humor severos – La mala alimentación tiene un impacto en la
estabilidad emocional en muchas formas. En primer lugar, el rendimiento cerebral
subóptimo dificulta el procesamiento de los acontecimientos vitales. En segundo
lugar, la falta de energía crea una inestabilidad emocional comparable a la privación
prolongada del sueño. En tercer lugar, la falta de suministros nutricionales
compromete la capacidad del cuerpo para producir los neurotransmisores
necesarios relacionados con la emoción.
● No hay periodo menstrual – El cuerpo es excelente en priorizar aquellas funciones
que son más necesarias para sobrevivir. Como la malnutrición se pronuncia más, el
cuerpo va a apagar el ciclo menstrual de una mujer. Esta es una señal que la
desnutrición ha alcanzado proporciones severas. La infertilidad puede ser resultado
de estos cambios.
● Ritmo cardiaco irregular – Como todo el cuerpo está débil y tiene que trabajar más
fuerte para mantener las funciones de sobrevivencia básica, entonces disminuye el
potasio y, por lo tanto, puede aparecer un ritmo cardiaco irregular que puede
generar fallas en el corazón. No es necesario que estés «peligrosamente delgado»
para que estos efectos existan. Muchas veces la muerte ocurre porque las personas
creen que tienen que estar en el peor punto de degeneración de la anorexia para
experimentar las fallas cardiacas.
Efectos físicos de la bulimia
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Todos los efectos de la anorexia también pueden ser considerados como efectos de la
bulimia. Como la purga interrumpe la absorción de nutrientes, los alimentos ingeridos
durante el atracón no compensan estos efectos. Los síntomas que se enumeran a
continuación son los que empiezan a surgir de forma exclusiva de los distintos enfoques de
la purga.
● Constipación severa – Cuando se abusa de los laxantes en una purga, los intestinos
se vuelven dependientes en su influencia. La rapidez y facilidad con la que los
laxantes hacen que los alimentos pasen hacia los intestinos, provoca un decaimiento
muscular comparable a lo que ocurre con los músculos de nuestras piernas y brazos
cuando llevamos un estilo de vida sedentario.
«Las pastillas dietéticas y los laxantes no sólo son emocionalmente adictivos;
sino también son extremadamente adictivos en el aspecto físico –
especialmente los laxantes, de los que el tracto intestinal y el sistema digestivo
se hacen dependientes para funcionar (p. 243).» Gregory Jantz en Hope, Help &
Healing for Eating Disorders (traducido como «Esperanza, ayuda y sanidad para
trastornos alimenticios»).
● Inflamación corporal – Los vómitos son resultado de la deshidratación del cuerpo.
Tu cuerpo resiste a esto acumulando agua. Y esto ocurre porque a tu cuerpo le
gustas más de lo que a ti te gusta tu cuerpo. Quiere que sobrevivas y sabe que los
fluidos son necesarios. Las consecuencias pueden ser inflamación en el rostro, en el
área abdominal, manos, piernas y pies.
● Caries dentales – Los vómitos y la purga hacen que los ácidos estomacales pasen
por tus dientes con frecuencia. Tus dientes no fueron creados para este ambiente
ácido, entonces se descomponen. Las caries y pérdida de dientes pueden ser la
consecuencia.
● Daños en el esófago y la laringe – Los ácidos al vomitar no sólo afectan a la boca.
También afecta el camino de tu estómago a tu boca. Este es tu esófago e incluye la
laringe. Las complicaciones de salud por estos efectos pueden ser severas.
● Úlceras estomacales e intestinales – Mientras más vomites, mayores ácidos
estomacales pierde tu cuerpo. Mientras más ácidos estomacales pierda tu cuerpo,
más ácidos producirá tu estómago. Cuando acostumbras a tu cuerpo a producir los
ácidos estomacales, los produce en cantidades excesivas. A esto súmale una
cantidad inadecuada de comida para que los ácidos estomacales trabajen y
comienza a erosionar las paredes estomacales e intestinales.
Efectos físicos de comer en exceso
La sobrealimentación puede ser tan perjudicial como la desnutrición. Recuerda, nuestro
objetivo es encontrar el rango de ingesta nutricional que nos permita administrar bien
nuestro cuerpo y aprender a estar contentos viviendo en ese rango. Eso significa que
también necesitamos examinar el impacto de proveer a nuestro cuerpo mucha comida.
● Obesidad – Este podría ser el efecto más obvio tanto lógica, como físicamente.
Nuestro cuerpo almacena el exceso de calorías ingeridas en forma de grasa. Esto se
convierte en peso que nuestro cuerpo tiene que cargar y en una masa viva adicional
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de la que nuestro cuerpo debe ocuparse. En ambos casos, mientras más grandes
somos, más estrés le ponemos a nuestro cuerpo.
● Desbalance gastrointestinal – El comer en exceso crea un desbalance opuesto al
que se genera por la falta de alimentación. Cuando comemos en exceso, nuestro
sistema digestivo no descansa como Dios manda. Este uso adicional no provee el
tiempo necesario para los procesos de recuperación naturales que Dios diseñó para
nuestro sistema digestivo. Comer en exceso hace a nuestros intestinos lo que la falta
de sueño hace a nuestro cerebro.
● Colesterol Alto / Enfermedades del corazón / Presión arterial alta / Infarto – Estos
cuatro efectos se agrupan. Nuestro sistema circulatorio no fue hecho para ser
atascado con carga extra y para entregar nutrientes a través de un cuerpo que
comienza a crecer a lo ancho después de haber terminado de crecer a lo alto.
Cuando estiramos nuestro sistema circulatorio de esta manera, el colesterol y la
presión arterial elevados darán lugar a ataques cardíacos y accidentes
cerebrovasculares.
● Diabetes – La obesidad es la principal causa de diabetes tipo II y responsable del
95% de los casos de diabetes en los Estados Unidos. El cuerpo comienza a tener
problemas para procesar la glucosa en la sangre. Muchos más efectos sobre la salud
comienzan a surgir debido a la presencia de la diabetes.
● Apnea del sueño – La obesidad también puede causar apnea del sueño, la
obstrucción de aire mientras duermes, que resulta en una calidad de sueño muy
baja. A menudo, esto se convierte en un espiral porque duermes mal y luego tienes
antojos de dulce o carbohidratos para compensar la falta de energía que el sueño
debió proveer.
● Artritis – Cuando se le pide a tu cuerpo que cargue con un peso extra, afecta a tus
articulaciones. El resultado es un dolor persistente y una menor movilidad, factores
que dificultan el ejercicio físico para perder el peso extra.
Si estás pensando «Esto no me va a pasar a mí», estás equivocado. Esta es la manera en que
nuestro cuerpo trabaja. Si gastas más de lo que obtienes, entonces te irás a la quiebra. Si
fallas en obedecer la ley, irás preso. Si no tratas bien a tu cuerpo con la comida, estas son
las consecuencias en tu salud.
Puedes permitir que estas advertencias te hagan más sobrio y que comiences trabajando
en compensar el estilo de vida que produce estos efectos ahora, o puedes esperar hasta
que sean tan pronunciados que no puedas evitarlos y tengas que enfrentar retos mucho
más intensos. Como seres humanos atados al cuerpo, no tenemos otras opciones.
Lee Génesis 2:5-9 y Juan 1:14-18. Observa cómo Dios está a favor de nuestro cuerpo. Dios
pensó que valía la pena hacer un cuerpo para nuestras almas. Cuando Jesús vino pensó que
era bueno tener un cuerpo. No permitas que las realidades de esta sección sólo produzcan
en ti cambios basados en el miedo (evitando dolorosas condiciones de salud). Permite que
esta sección te despierte a la bendición de administrar el regalo de un cuerpo. Esfuérzate
por pensar más en honrar a Dios que en castigarte o consolarte cuando participes en una
comida.
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Lee Éxodo 20:13. Antes de esta sección quizás parecía extremo poner en paralelo un
desorden alimenticio con el mandamiento «No matarás». Pero si Jesús dijo que la lujuria es
un adulterio precoz (Mateo 5:27-30), entonces matarte de hambre (anorexia y bulimia) o
adoptar un estilo de vida de obesidad, es un suicidio precoz. Muchas veces sólo pensamos
en los 10 mandamientos en términos de cómo tratamos a otros. Pensamos «mentirme a mí
mismo no es en realidad mentir». Pero los 10 mandamientos aplican igualmente en la
manera en que nos tratamos a nosotros mismos. Está mal abusar de la comida; no porque
Dios desea ser un policía de la comida, sino porque Dios es un Padre amoroso que quiere
ver florecer a sus hijos. Los mandatos de Dios son para nuestro bien; no para hacer de la
vida un tormento moral.
¿Cuáles son las marcas iniciales de una sana relación con la comida?
No queremos dejar todas las sugerencias «prácticas» hasta el sexto paso; de otra manera,
este estudio podría comenzar a sentirse como si estuvieras aprendiendo tanto sobre lo que
está mal que la esperanza se desvanece. Líneas abajo hay varias sugerencias que permitirán
que tu relación con la comida se vuelva sana.
1. Dormir adecuadamente – La comida es un combustible. Si no descansas
correctamente, serás tentado a compensar el cansancio, cognitiva y físicamente,
consumiendo más combustible. Mientras buscas expresar el autocontrol, tus
esfuerzos pueden ser más fáciles si no luchas contra la neblina de un sueño
inadecuado.
2. No te saltes el desayuno – Puedes tener argumentos con base en tu metabolismo,
pero los argumentos motivacionales son mejores. Cuando te saltas el desayuno (a)
comienzas tu día con una medida de castigo y, (b) te haces mentalmente débil a
resistir la tentación el resto del día. Disfruta un desayuno saludable, agradécele a
Dios por esta bondad y comienza el día mentalmente alerta.
3. Planea lo que comerás – Comienza planeando lo que comerás. Un presupuesto es
una buena práctica para tu dinero; mientras menos disciplinado eres, entonces más
lo necesitas. Un plan de alimentación es una buena práctica si no tienes una buena
relación con la comida; mientras menos sana sea tu relación con la comida, más
necesitas un plan alimenticio. Encontrarás un ejemplo de un cuadro de alimentación
al final de este capítulo. Aquí te damos una guía de cómo usarlo.
o Nombre: Este es tu cuadro. Házlo tuyo. Haz que encaje con tu vida. Está aquí
para que te sirva. Escribe las comidas que disfrutas o que te interesa probar.
Esto no es un castigo; es una forma de elegir una vida que puedas disfrutar
y que honre a Dios y tu cuerpo.
o Fecha: No tienes que completar uno de estos cada día por el resto de tu vida.
Haz varias que te funcionen y alterna entre ellas si quieres. Al principio, será
importante que sigas el plan de cerca. Una vez que comiences a
naturalmente disfrutar vivir en el rango de lo que es sano, la guía de un plan
escrito será por instinto y el plan escrito será cada vez menos necesario.
33
o Información calórica: Comprométete a estar dentro de tu rango. Para
determinar tu rango de calorías saludable, primero determina tu peso
saludable basado en tu edad, género, altura, nivel de actividad y forma de
cuerpo. Tu médico puede ayudarte a identificar tu rango de peso saludable.
Si el conteo de calorías ha sido una parte pronunciada de tu alimentación
restringida, entonces, por favor, omite esta parte del plan de alimentación
diario.
1. Para las mujeres, multiplica tu peso sano por 9 y 10 para que consigas
tu rango de calorías sano.
2. Ejemplo: Si tu peso sano es 140 – 150 libras.
● 140 x 9 = 1260 (rango menor del consumo diario de calorías)
● 150 x 10 = 1500 (rango mayor del consumo diario de calorías).
3. Para los hombres, multiplica tu peso sano por 11 y 13 para que
consigas tu rango de calorías sano.
4. Ejemplo: Si tu peso sano es 170 – 180 libras.
● 170 x 9 = 1530 (rango menor del consumo diario de calorías)
● 180 x 10 = 1800 (rango mayor del consumo diario de calorías).
o Comidas: Comer comidas más pequeñas y permitiendo comer snacks
saludables es bueno para tu sistema digestivo, optimiza tu metabolismo y
previene que experimentes un hambre intensa (Ver abajo). Planificar tus
comidas también ayuda a prevenir que compres en el supermercado
alimentos que te tientan a tener atracones o alimentos que rompen el plan.
o Alimentos y cantidades: Ya sea que hayas estado sobrerestringiendo los
alimentos o comiendo de más, «saludable» se sentirá raro cuando lo
escribas. No parecerá «práctico» o «real». No permitas que esas emociones
te hagan desistir. Es normal tener un periodo incómodo de aclimatación a lo
que es saludable cuando no has estado comiendo bien.
o Nivel de hambre: Usa un adjetivo en una escala del uno al diez; donde uno
es «hambriento» y diez es «muy lleno». Tu objetivo es vivir entre tres y siete
y no comer a menos que estés por debajo de cinco. Este es un enfoque
mucho más sostenible del hambre y la alimentación. Escribir estos números
te ayudará a ser más consciente sobre tu sensación de hambre y satisfacción.
Aquí hay una escala desarrollada por Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb
en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (traducido como «8 Claves
para recuperarse de un trastorno alimenticio», p. 134-135; parafraseado y
resumido).
1. Extremadamente hambriento, mareado, dolor de cabeza, sin
energía.
2. Todavía con mucha hambre, irritable, con el estómago gruñendo,
pensando constantemente en la comida.
3. Con hambre de una comida completa, siento hambre, pienso en
comida y en lo que sería bueno comer. Este es el nivel de hambre
ideal para comer una comida.
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4. Un poco de hambre, un bocadillo sería suficiente, o hacer planes para
comer pronto.
5. Neutral: no tengo hambre ni me siento lleno.
6. Un poco lleno, no muy satisfecho, no he comido suficiente.
7. Satisfecho y cómodamente lleno, podrías levantarte y dar un paseo.
Este es el objetivo ideal para que los que comemos a conciencia,
paremos.
8. Lleno, a veces sucede, espera a que tengas hambre nuevamente para
comer, pero no esperes tanto.
9. Demasiado lleno, incómodo, como lo que pasa en feriados, trata de
aprender de esto.
10. Extremadamente lleno, adolorido, similar al momento posterior de
un episodio de comer por emoción o por un atracón. Con mucha
angustia física y emocionalmente.
o Sentimientos: Presta atención a cómo te sientes antes, durante y después de
comer. Si te das cuenta que quieres comer por otras razones además del
hambre, sé honesto sobre eso. Nombra lo que estás experimentando y
encuentra otras maneras, además de la comida, para resolver esas
emociones. Habla sobre estas experiencias con amigos, tu pastor o consejero
con quien estés llevando este estudio.
o Purga: Esta columna es para rendir cuentas sobre la purga. Si te purgaste
después de comer, escribe una «S» de sí. Si has sido tentado, pero resististe,
escribe una «T» de tentación. Si no tuviste pensamientos sobre la purga
entonces escribe «N» de no. Si tu lucha con la alimentación no incluye
purgación, puedes ignorar esta columna.
4. Cada comida balanceada y proporcional es una victoria – La victoria no es un
número que cambia en una balanza. La victoria es cada comida que le da la honra a
Dios al cuidar correctamente tu cuerpo. Tu objetivo no es un nombre, sino una
relación – una emocionante relación con Dios, una honesta relación con otros y una
relación de compasión contigo mismo.
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Enfoque de responsabilidad (RECONOCER):
Con cada paso te haremos preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente, y te ayude a ver cualquier contradicción entre tus palabras y tu vida.
● ¿Qué aspectos de los patrones similares a la adicción has descubierto en tu
relación con la comida?
● ¿Qué patrones poco saludables de pensamiento son los que alimentan tu
mala relación con la comida?
● ¿Compartirías conmigo tu plan diario de comidas y qué tan bien estás
honrando ese plan?
Con cada paso, te recomendamos confiar un nuevo elemento del aprendizaje sobre
tu relación a tu compañero de ánimo. Estos compromisos son preliminares al capítulo
seis «restructurando la vida», pero sirven para construir un avance hasta que llegues
a ese punto.
● ______________________________________________________________
● ______________________________________________________________
36
PLAN DIARIO DE COMIDAS
Nombre:
Día: Rango sano de calorías:
Compromiso mínimo de calorías: Compromiso máximo de calorías:
Desayuno
Snack de la
Mañana
Almuerzo
Snack de la
Tarde
Cena
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Capítulo 3
«¿Por qué la comida se convirtió en una
batalla de mi alma?»
ENTENDIENDO el origen, motivo e historia de mi trastorno
alimenticio.
Memoriza: 1 Corintios 10:31 (NBLA) «Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan
cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.» Conforme memorizas este pasaje,
reflexiona en estos puntos clave:
«Ya sea real o imaginario, consciente o no, de una manera u otra, tu trastorno alimenticio
te sirve para un propósito o función (p. 216)… Por otro lado, si tienes anorexia o si eres muy
restrictivo con la comida, eres más propenso a experimentar satisfacción, o incluso orgullo,
en tu habilidad para controlar tu consumo de comida en tu peso (p.39).» Carolyn Costin y
Gwen Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (traducido como
«Ocho claves para la recuperarse de un trastorno alimenticio»)
38
«Cuando estaba en las profundidades de mi trastorno alimenticio, “Estoy delgada” solía ser
mi respuesta a todas las preguntas difíciles de la vida. ¿Soy feliz? Sí, estoy delgada. ¿Me
desempeño correctamente? Claro, estoy delgada. ¿Soy confiable? Por supuesto, estoy
delgada. Mientras que estuviera delgada, realmente no tenía que pensar en nada más
(p.81).» Jenni Schaeffer en Life Without Ed (traducido como «La vida sin Ed»)
«El problema con el modelo terapéutico ̶ comer y ejercitarse para verse bien y sentirse
mejor ̶ es que todo está relacionado con uno mismo: “no debería comer de más porque eso
me hará menos saludable” “debería hacer ejercicio porque no quiero volverme débil y perder
el aliento cuando suba las escaleras”. Hablar acerca de discipulado, vuelve a poner a Dios en
el centro: “no debería comer de más porque Dios dice que no lo haga, y al desobedecer, lo
deshonro como Señor, y quiero ser tan fuerte como pueda para servirle de la mejor manera”
(p.48).» Gary Thompson en Every Body Matters: Strengthening Your Body to Strengthen Your
Soul (traducido como «Cada cuerpo importa: Fortaleciendo tu cuerpo para fortalecer tu
alma»)
«La comida era mi consuelo. La comida era mi recompensa. La comida era mi alegría.
Buscaba comida en tiempos de estrés, de tristeza e incluso en tiempos de felicidad. La
idolatría, en el caso de la comida, significa el consumo de porciones de un tamaño enfermizo
y elecciones no saludables porque sentimos que nos lo ganamos o lo necesitamos para
sentirnos mejor.» Lysa Terkeurst en Fui hecha para desear
«Podemos asegurar que la gente que aprende a responder a las dificultades emocionales sin
usar la comida para anestesiar o escapar de sus emociones, mantiene su peso mejor y por
más tiempo que aquellos que sólo tratan con la alimentación y el ejercicio.» Stephen
Arterburn y Linda Mintle en Lose It for Life (traducido como «Perderlo de por vida»)
«Los ídolos crean leyes que se multiplican exponencialmente (p.174)… la ley de los
rendimientos decrecientes se fortalece en la adoración a los ídolos. El compartimiento
crecerá y crecerá hasta que te consuma completamente y desperdicies tu vida entera
comiendo compulsivamente, teniendo atracones, purgándote o muriéndote de hambre. Tu
dios tiene un hambre insaciable ̶ y si lo alimentas, crecerá (p.180).» Elyse Fitzpatrick in Love
to Eat, Hate to Eat (traducido como «Amo comer, odio comer»)
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Aplicación personal
Ojalá se pudiera decir que se come porque se tiene hambre, y se dejara de comer cuando el
hambre fuera saciada. Pero ¿realmente alguien come de esa manera? Comemos para
obtener satisfacción emocional. Nos abstenemos por temor. Comemos para socializar. Nos
abstenemos para agradarle a otros. Comemos como entretenimiento. Nos abstenemos para
castigarnos. Con esta breve reflexión, nos damos cuenta rápidamente de que tenemos una
relación compleja y elaborada con la comida.
Esta relación compleja con la comida empieza desde que somos muy jóvenes, de hecho,
desde la infancia. Usamos la comida para que un niño deje de llorar. Usamos la comida como
un premio (postre extra) o un castigo (no hay postre). Cuando te comías toda la comida de
tu plato eras un niño bueno o una niña buena, pero no podías levantarte de la mesa hasta
que te comieras los últimos cinco bocados de tus verduras.
La comida siempre ha sido más que combustible. Aprendemos a usar la comida para muchas
razones mucho antes de que adquiramos la habilidad de razonar.
En esta declaración vemos las dos realidades que exploraremos en este paso: (1) tu trastorno
alimenticio tiene una historia y (2) tu trastorno alimenticio tiene motivos. Ambas
perspectivas son útiles para obtener una relación saludable con la comida.
Haces lo que haces para obtener lo que quieres. Esto es cierto para todo el comportamiento
humano. Un cambio duradero requiere cambios en tus motivos. Si vas a tener una relación
saludable con lo que comes, necesitas una razón saludable para comer.
Pero también has estado haciendo lo que haces por mucho tiempo. El hábito es el impulso
del alma. El hábito fácilmente nos hace creer que el autosabotaje puede ser un consuelo.
Sigues haciendo lo que haces porque el cambio es difícil. A menos que analices y expongas
cuidadosamente tus hábitos alimenticios no saludables, los repetirás ciegamente porque no
te han matado… todavía.
Cuanto más tiempo te has involucrado con tu patrón desordenado de alimentación, menos
motivos necesitas para alimentar ese patrón, pero más fuerte se vuelve tu lealtad a los
motivos que impulsan tu patrón de alimentación. Esto es una espada de doble filo; los
hábitos se arraigan más profundamente mientras te vuelves más defensivo con aquellos que
te previenen de su peligro.
Serás propenso a estar en guardia en contra de las dos realidades expuestas en este capítulo.
Entre más haces algo, más sientes que eso te define y más sientes que cuando otros te
previenen del peligro de esa actividad, te están juzgando o rechazando. Cualquier teoría que
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exponga las razones (motivos) de tu manera de comer, te parece tonta (puede ser así de
simple) o amenazadora (te ofende la idea de cambiar).
No tienes que darle salida a esta tensión en este momento; sólo reconoce que esto evidencia
la importancia de este material. Usualmente no te contradices abiertamente acerca de cosas
triviales. Te contradices apasionadamente cuando dos cosas que quieres, no se llevan bien.
Nos estamos preparando para cruzar ese terreno.
Empieza escribiendo o compartiendo con un amigo tus respuestas a las siguientes preguntas.
• ¿Cuándo fue la primera vez que te hiciste consciente de tu peso y cuándo hiciste tu
primera dieta?
• ¿Cuáles son tus rituales frecuentes y repetidos relacionados con comer y pesarte?
• ¿Cuáles eran las creencias y prácticas de tu familia relacionadas con el peso, la figura
y la comida?
• ¿Cuáles han sido las experiencias más impactantes que has tenido relacionadas al
peso y la imagen corporal?
• ¿Qué tan importantes eran el éxito y/o la apariencia en tu familia?
• ¿Cuál ha sido tu peor día relacionado con tu trastorno alimenticio?
• ¿Cuántas dietas y planes de ejercicio has intentado?
• ¿Cómo defines actualmente «una relación saludable con la comida»?
Responder estas preguntas es una práctica para no escapar de tu lucha. Eso es bueno,
aunque sea difícil. Tener estas conversaciones con otra persona es una práctica para no
enfrentar tu lucha solo. Eso en aún mejor.
Conforme revisas tu historia con la comida, fíjate si puedes responder esta pregunta: ¿Qué
se ha convertido en algo tan importante para ti que deseas poner en riesgo tu salud para
conseguirlo?
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Veremos más de esto cuando tratemos los motivos, pero, de todas maneras, trata de
responder estas preguntas: ¿Cuándo esto se convirtió en algo tan importante? ¿Quién
colaboró en que esto se volviera algo tan importante? ¿Cómo mejoraría tu vida si esto
fuera menos importante?
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Lee Santiago 1:1 y 4:1-10. En estos pasajes vemos una conexión entre historia y motivo. Los
lectores de Santiago eran perseguidos por su fe y se dispersaron para poder sobrevivir.
Dejaron sus hogares, sus trabajos y sus comunidades. Fuera de esta historia, lo que dejaron
se vuelve mucho más importantes para ellos; de hecho, tan importante, que pelearon
intensamente cuando las cosas que disfrutaban fueron puestas en duda. Su excesivo amor
por las cosas (motivo) fue moldeada por la dificultad de su historia. Dios se compadeció de
su historia sin permitir que ésta justificara cosas que podrían ser destructivas para ellos.
Conforme pasamos de historia a motivo, esfuérzate en permitir tu disposición hacia tu
historia (compasión) y motivo (sin justificarte) para imitar la conducta de Dios.
Pondera estos motivos de los trastornos alimenticios y pregúntate: ¿vale la pena a la luz de
esta realidad? Más adelante regresaremos y nos involucraremos con la pregunta: si estas
cosas no son malas ¿cómo puedo disfrutarlas correctamente?, pero por ahora, empieza a
domar la desmesura del motivo, comparándolo con su costo real.
42
1. Relajación: La vida demanda mucho de nosotros. Dios quiere que descansemos. La
comida puede ser una excelente distracción de las presiones de la vida. Cuando el
sentido del gusto se activa, puede desviar nuestra atención de la vista y el oído, los
sentidos que usamos para resolver problemas (visualizar una solución, leer reportes
o la voz en tu cabeza que te ayuda a razonar a través de varias posibilidades). Pero
cuando confiamos demasiado en esta diversión que Dios nos dio, se convierte en una
forma de escape y pronto la comida se convierte en un refugio de la vida misma
(Salmo 92:1). Es cuando empezamos a orarle a nuestra comida; «echamos toda
nuestra ansiedad sobre la comida» (contra 1 Pedro 5:7). Y pronto nos encontramos
rogándole a una sustancia inanimada que nos libere de las aflicciones de la vida
(Salmo 115:4-8); nuestro ídolo, en vez de estar hecho con oro y plata, está hecho con
harina y azúcar.
2. Recompensa: Trabajamos duro. Cada día requiere un amplio surtido de tareas. Hay
una batalla perpetua por mantener nuestra motivación para alcanzar los retos de
cada día. Los momentos agradables que tenemos después de cumplir con una tarea,
son una manera razonable de recompensarnos. La comida es una excelente manera
de darnos un gusto por un trabajo bien hecho. Pero muy a menudo, nuestro sistema
de recompensas se vuelve errático; hay menos y menos logro y más y más
recompensa. Si los negocios pagaran a sus empleados de la misma manera en que
nosotros nos recompensamos con comida, se irían a la bancarrota por la misma razón
por la que nos volveríamos obesos; hay un desequilibrio en el sistema de
recompensas.
3. Control: La gratificación excesiva no es la única manera en que podemos abusar de
nosotros mismos con comida. También podemos aplicarnos una disciplina excesiva,
que es una manera bonita de decir que nos matamos de hambre. A menudo este
patrón está atado a un deseo de control. Cuando la vida de alguien se siente fuera de
control, esa persona empieza a buscar algo en lo que su voz sea escuchada. Las
comidas proveen tres veces al día para que esta persona pueda evitar ser forzada por
la vida. Tal vez no pueda dominar el dolor, pero puede dominar el hambre. Tal vez no
pueda controlar las palabras hirientes que llegan a sus oídos, pero puede controlar el
número de bocados de comida que llegan a su boca. Tener algo de control en estas
conductas auto dañinas parecen no valer la pena, a menos que sepas cómo se siente
ser incapaz de cambiar las cosas más importantes y más dolorosas en tu mundo.
4. Apariencia: Vivimos en una cultura orientada hacia la apariencia. Ser flaco es bueno.
Ser gordo es malo. Carolyn Costin en su libro Your Dieting Daughter (traducido como
«Tu hija a dieta», p. 13), acuñó «Los diez mandamientos de la delgadez» para
capturar las reglas que dominan lo que significa ganar en una cultura obsesionada
con la delgadez.
i. Si no eres delgado, no eres atractivo.
ii. Ser delgado es más importante que ser saludable, más importante que
cualquier otra cosa.
iii. Debes comprar ropa, cortarte el pelo, tomar laxantes, matarte de hambre y
hacer cualquier cosa para verte más delgado.
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iv. Deberás «ganarte» toda la comida y no deberás comer sin sentirte culpable.
v. No deberás comer comida engordadora sin castigarte a ti mismo después de
haber comido.
vi. Deberás contar calorías y grasa y restringir tu consumo de acuerdo a ello.
vii. Lo más importante es lo que diga la báscula.
viii. Perder peso es bueno, y ganar peso es malo.
ix. No puedes confiar en lo que otra persona dice acerca de tu peso.
x. Ser delgado y no comer son señales de verdadera fuerza de voluntad y éxito.
Aunque Costin no intenta basar sus escritos en la enseñanza cristiana, ilustra de una
manera muy bella lo que los cristianos han enseñado acerca de la naturaleza de la
idolatría ya por mucho tiempo.
«Los ídolos crean leyes que se multiplican exponencialmente (p.174)… la ley
de los rendimientos decrecientes se fortalece en la adoración a los ídolos. El
compartimiento crecerá y crecerá hasta que te consuma completamente y
desperdicies tu vida entera comiendo compulsivamente, teniendo atracones,
purgándote o muriéndote de hambre. Tu dios tiene un hambre insaciable ̶ y
si lo alimentas, crecerá (p.180).» Elyse Fitzpatrick in Love to Eat, Hate to Eat
(traducido como «Amo comer, odio comer»)
5. Protección: A veces los ídolos del control y la apariencia se combinan para crear el
deseo de no ser atractivo como una forma de autoprotección. Esto es especialmente
cierto para alguien que ha sido abusado sexualmente y que fue presa debido al
atractivo de su cuerpo. Pero esto también puede ser cierto para aquellos que están
incómodos cuando alguien más les presta atención y aprenden a usar su tamaño
como una manera de volverse invisibles al tipo de atención que no quieren recibir.
Desafortunadamente, usar la comida de esta manera sólo provee el tipo de
protección que uno puede recibir de una pandilla; sí, estás protegido de ciertos
peligros, pero en el proceso quedas expuesto a otros muchos peligros.
6. Compañía: La comida nunca nos rechaza. La comida va a escuchar cualquier aflicción.
La comida nunca está muy ocupada. Parece que la comida siempre nos entiende.
Estos enunciados revelan la mentalidad en la que estamos cuando tratamos de usar
la comida como una pseudo-comunidad. Pero también existe la frecuente
combinación de los eventos sociales con la comida. Cuando la gente se reúne (en días
festivos, fiestas, etc.) tiende a haber comida. Fácilmente pensamos: si voy a reunirme
con alguien, forzosamente tendré que comer. Ya sea que comas en exceso y este sea
un momento de tentación, o que te disciplines en exceso y estos sean momentos de
gran estrés, la combinación de comida y gente presenta un reto que debes enfrentar.
7. Adormecimiento: La comida es sensual, compromete los sentidos. La comida tiene
sabor, aroma y textura. Entre más sentidos involucre una actividad, más distracción
ofrece. Por eso muchas personas comen para adormecer emociones como la ira, el
temor, la culpa, la inseguridad, la aburrición o la vergüenza. La naturaleza
multisensorial del acto de comer, lo convierte en un agente muy efectivo para
anestesiar las emociones… por lo menos durante el periodo de tiempo en el que
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estamos comiendo. El problema es que no puedes morir de hambre ni reprimir tu ira.
Y cuando dejas de comer, las emociones regresan… junto con la sensación de fracaso
y futilidad acerca de cómo trataste de manejarlas.
8. Compensación: «Si no puedo __________, por lo menos puedo [comer todo lo que
quiera o matarme de hambre]». Cuando nuestro motivo es la compensación,
entonces nuestro trastorno alimenticio se convierte o en una forma de penitencia o
en un premio de consolación, ya sea porque creemos que fallamos o que, de alguna
manera, la vida nos decepcionó. Las reglas que establecemos para la comida y que
seguimos, no son un camino hacia la justicia (siguiente motivo), pero una manera
para sacar lo mejor de una mala situación. Nuestra relación malsana con la comida
es nuestro «plan B» perpetuo para cuando la vida no va bien. Entre más nos
decepciona la vida, más malsanos somos.
9. Realización: Podemos convertir cualquier cosa en una competencia. Cada clase,
disciplina, campo y actividad tiene su mejor representante; ya sea álgebra, arte o un
concurso para comer hot dogs. La gente orientada a lograr sus objetivos se esfuerza
para no ser menos que otros, esto es lo que los dirige. Es una forma de justicia propia.
Cuando esta mentalidad se vincula a nuestra dieta, se crea una fijación tal, que ser
saludable se convierte en algo muy poco saludable. Con este motivo, es muy
importante entender que «saludable» no es un extremo sino un equilibrio; ser
saludable no se encuentra en un extremo del espectro, sino en la parte media del
mismo. Es por eso que decimos que uno es saludable cuando lleva una dieta
balanceada.
10. Castigo: «Me porté mal y por eso no voy a comer», «Me porté mal y por eso me voy
a dar un atracón», «Soy una mala persona y voy a engordar para hacerlo evidente a
todos los demás». Estos motivos para tener una relación malsana con la comida están
fundamentados en el autodesprecio. Por alguna razón, somos propensos a creer que
nuestro desagrado es una mejor solución para nuestro legítimo fracaso, que la gracia
de Dios, y creemos que el auto-maltrato es una mejor respuesta a nuestros defectos
no morales que tener compasión por nosotros mismos. Creemos que, porque hemos
sido duros con nosotros mismos, nadie puede criticarnos por cómo estamos usando
la comida y enfrentando la vida, porque eso significaría que esas personas estarían
siendo más extremas que nosotros mismos. Ojalá que, al leer estas líneas, esa lógica
empiece a desmoronarse.
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• Si pudieras personificar tus deseos más vehementes, en función de tu experiencia
con ellos, ¿qué forma tomarían?
Lee Lucas 9:23-24. A la luz de lo que has estado aprendiendo acerca de ti mismo, reflexiona
en este pasaje que es muy conocido y que resume lo que significa ser un seguidor de Cristo.
A menudo vemos este pasaje de una manera negativa: tienes que renunciar a todo lo que es
importante para ti para así poder seguir a Jesús. Pero ojalá que ahora puedas ver la belleza
de este pasaje. Cuando las cosas que son muy importantes para nosotros nos dominan, no
podemos disfrutarlas aun cuando las conseguimos. Es sólo cuando las cosas menos
importantes son realmente menos importantes, que podemos saborear la alegría que Dios
quiere darnos a través de ellas.
Lee Eclesiastés (sí, todo el libro). El libro entero de Eclesiastés es acerca de los motivos para
la búsqueda de paz, esperanza y felicidad. Mientras lees, date cuenta de que este es el diario
de una persona muy sabia e influyente. Date cuenta de que tus motivos no son algo nuevo y
de que la decepción que sientes cuando estos no pueden darte lo que anhelas, no es única.
Anímate al saber que alguien ya caminó tu mismo sendero, experimentó el mismo vacío y
aprendió dónde encontrar la seguridad y plenitud que tú estás buscando.
«Actualmente, las necesidades son vistas como si fueran santas, como si contuvieran la
quintaesencia de la eternidad. Las necesidades son nuestras guías, y trabajamos y no
escatimamos esfuerzos para gratificarlas. La supresión del deseo es considerada un sacrilegio
que debe, inevitablemente, auto vengarse en la forma de algún desorden mental… Nos
sentimos encarcelados en el confinamiento de las necesidades personales. Entre más nos
entregamos a las satisfacciones, más profundo es nuestro sentimiento de opresión.
Debemos ser capaces de decir no a nosotros mismos en el nombre de un sí mayor (p.163).»
Esto lo dijo el Rabbi Abraham Joshua Heschel en los años 50’s y lo menciona Leslie Vernick
en su libro Lord, I Just Want to Be Happy (traducido como «Señor, yo sólo quiero ser feliz»)
Una gran parte de superar un trastorno alimenticio es dirigir conversaciones entre tu antiguo
yo y tu nuevo yo (Efesios 4:20-24), entre el espíritu y la carne (Gálatas 5:16-24) o entre tu
naturaleza pecadora y tu nueva naturaleza en Cristo (Romanos 5:12-21). La Biblia habla de
esta batalla interna de diferentes maneras.
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3. Contradice los mensajes de tu antiguo yo con la verdad de lo que Dios dice acerca de
ti y de quién eres tú.
4. Haz decisiones que honren a Dios y que contribuyan a tu florecimiento, basado en la
verdad de Dios.
Date cuenta de que en este proceso tienes cuatro opciones para dirigir los mensajes de tu
antiguo yo, de tu carne o de tu naturaleza pecaminosa.
• estar de acuerdo y obedecer ̶ el peor escenario posible
• estar en desacuerdo y obedecer ̶ un paso en la dirección correcta
• estar de acuerdo y desobedecer ̶ un paso más allá en la dirección correcta
• estar en desacuerdo y desobedecer ̶ sano y libre
Estas cuatro opciones estas representadas en el siguiente cuadro. Ojalá que lo veas en este
cuadro sea que no tienes que condenarte a ti mismo por oír los mensajes destructivos de tu
carne. Más bien, tu meta es simplemente estar en desacuerdo y desobedecer. La parte de ti
que se aferra a estos mensajes destructivos, poco a poco está muriendo a través de la fe y la
obediencia. Vivimos en la continua presencia de la carne y eso puede provocar una sensación
de condenación, pero no permitas que ésta se fortalezca a través de la culpa, la vergüenza o
un sentimiento de fracaso.
Obedecer Desobedecer
Lo más peligroso: Creemos lo que Paso de la realidad del crecimiento: Seguirá
nuestra carne dice acerca de habiendo momentos en que seremos
De acuerdo
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Escoge uno de los motivos dominantes de tu trastorno alimenticio (______________) y llena
los espacios en el siguiente cuadro. Así es prometedor que tu diálogo interno revele que
estás creciendo en la libertad que Dios tiene para ti.
Obedecer Desobedecer
De acuerdo
En desacuerdo
Usa este cuadro (ya sea que escribas en él o no) para ayudarte a identificar cuáles son tus
opciones en momentos de tentación. Cuando tomas el tiempo para expresar tus cuatro
decisiones, en vez de sólo sentirte presionado por tu tentación, te das cuenta de que la mejor
decisión no sólo es obvia, sino que también es más fácil de tomar.
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«Es importante que entiendas que no te estamos pidiendo que lleves un registro en
vez de aplicar la conducta, sino antes de aplicar la conducta… Llevar un registro
antes de involucrarte en la conducta te ayuda a obtener un entendimiento de
porqué deberías hacerlo y de lo que temes que pueda pasar si dejas de hacerlo.
Llevar un registro es un paso importante hacia la toma de decisiones consciente (p.
49-50).» Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an
Eating Disorder (traducido como «Ocho claves para la recuperarse de un trastorno
alimenticio»)
Conclusión
La meta de este paso es que logres verte a ti mismo de una manera más precisa en tiempo
real. Cuando experimentamos tentación en un trastorno alimenticio, es difícil vernos a
nosotros mismos o a la situación de una manera precisa. Cuando nuestra apreciación está
distorsionada, no es probable que nuestros esfuerzos por resolver estos retos sean
efectivos.
La herramienta para llevar un registro que da fin a este paso, está diseñada para ayudarte a
hacer dos cosas en medio de cada momento de tentación que experimentes.
Puedes encontrar recursos similares, disponibles en inglés en www.bradhambrick.com
1. Reúne la información relevante que has aprendido para evaluar los primeros tres
pasos.
2. Reúne información que te permitirá estar más equipado para implementar
eficazmente los pasos restantes.
Esto debería animarte mucho. Puedes empezar a atacar tu trastorno alimenticio. Quizá
antes sentías que tus patrones alimenticios eran algo que simplemente te sucedían. Ahora,
tu relación con la comida no será capaz de manifestarse por sí misma sin que tú reúnas
información importante que se volverá parte del remedio. La batalla seguirá siendo difícil,
pero el impulso está moviéndose a tu favor.
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Conversaciones de responsabilidad (ENTENDER)
Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente y te ayude a ver cualquier contradicción entre tus palabras y tu vida.
Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de lo que estás
aprendiendo acerca de tu relación con la comida a tu compañero de ánimo. Estos
compromisos son preliminares al capítulo seis «reestructurando la vida» pero sirven para ir
construyendo tu progreso mientras que llegas a la meta.
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REGISTRO DE TRASTORNO
ALIMENTICIO
PASO UNO: ADMITIR
¿Cuál era la situación? Resume el quién, qué, antes-después, dónde de tu tentación al
trastorno alimenticio
¿Cómo reaccioné? Resume el contenido de tus pensamientos y decisiones que hiciste. Usa
el cuadro de los cuatro cuadrantes para identificar tanto tu reacción actual como otras
opciones posibles.
50
¿Cuáles son las consecuencias? ¿Física y emocionalmente para ti? ¿Cómo afectan tus
acciones a otros?
¿Qué estrategias son más efectivas en esta situación para manejar mi trastorno
alimenticio?
¿Qué aspectos de esta lucha necesito compartir con un amigo, un pastor o un consejero?
51
Capítulo 4
«Dios, Tú me satisfaces más que ser delgado»
ARREPENTIRME ANTE DIOS, por cómo mi pecado lo reemplazó y
tergiversó
«Mis deseos más vehementes falsifican dioses que se burlan de mi verdadero Salvador.
Estoy comenzando a ver cuán ofensivo es para Dios que yo busque satisfacción a través de mis
apetitos, y cuánto orgullo expreso tratando de ser/reemplazar a Dios.
Me arrepiento no sólo porque mis deseos más vehementes lastiman a otras personas o
interrumpen mi vida, sino porque Dios es superior a mis deseos y amorosamente me capacita para
amarlo (1 Juan 4:19).»
Memoriza Hechos 3:19-20 (NBLA), «Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que sus pecados
sean borrados, a fin de que tiempos de alivio vengan de la presencia del Señor, y Él envíe a Jesús, el
Cristo designado de antemano para ustedes.» Mientras memorizas este pasaje reflexiona sobre estos
puntos clave:
Notas de enseñanza
«Así que voy a la guerra contra la glotonería y la indulgencia, no porque quiera que Dios me ame más,
sino porque Dios, que ya ama perfectamente, me advierte que la glotonería y el exceso son mis
enemigos – independientemente de lo bien que a veces se sientan. Voy a la guerra contra la
glotonería, no para construir un cuerpo que otros admiren, sino para mantener un alma ´preparada
para hacer cualquier obra buena´ que Dios pueda usar para bendecir a otros (p. 88).» Gary Thomas
en Every Body Matters: Strengthening Your Body to Strengthen Your Soul (traducido como «Cada
cuerpo importa: fortaleciendo tu cuerpo para fortalecer tu alma»)
«Tuve que, en resumen, practicar ser amada por Dios (p. 176).» Sheryle Cruse en Thin Enough: My
Spiritual Journey through the Living Death of an Eating Disorder (traducido como «Suficientemente
delgado: mi recorrido espiritual a través de la muerte en vida de un trastorno alimenticio»)
«Mientras creas que cambiar algo en tu exterior resolverá el problema en el interior, los problemas
más profundos permanecerán ocultos y sin resolver (p. 109)... Necesitas recurrir a alguien que te
ofrece una mejor relación que la que tienes con tu trastorno alimenticio (p. 191).» Carolyn Costin y
Gwen Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (traducido como «Ocho claves
para la recuperarse de un trastorno alimenticio»)
«Las mujeres recurren a la comida cuando no tienen hambre porque tienen hambre de algo que no
pueden nombrar; una conexión con lo que está más allá de las preocupaciones diarias de la vida. Algo
inmortal, algo sagrado. Pero reemplazar el hambre de conexión divina con galletas Oreo es como
darle un vaso de arena a una persona que se muere de sed. Crea más sed, más pánico. Combina la
mantequilla y la eficacia de la dieta con la falta de conciencia espiritual y tenemos generaciones de
mujeres enojadas, hambrientas y que se odian a sí mismas (p. 219).» Geneen Roth en Women, Food,
and God (traducido como «Mujeres, comida y Dios») y citado por Carolyn Costin y Gwen Schubert
Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (traducido como «Ocho claves para la
recuperarse de un trastorno alimenticio»)
«La culpa positiva es el sentido de vergüenza que sentimos cuando salimos de los límites de lo que
es familiar, cuando estamos rompiendo las reglas viejas... La culpa positiva es la culpa que sentimos
cuando rompemos las reglas que deben romperse (p. 99).» Jenni Schaeffer en Life Without Ed
(traducido como «La vida sin Ed»)
«También se requiere el arrepentimiento y que el cliente, a través del orgullo espiritual, haya llegado
a la conclusión: 'Debo manejar la vida por mi cuenta. Yo no puedo confiar en Dios ni dependeré de
él. Debo tomar el control.' Esta posición, nacida del dolor, confronta la realidad de que el control es
difícil de alcanzar... La confianza en la autosuficiencia termina en un esfuerzo continuo. La anorexia
es un intento equivocado de ser autosuficiente; la bulimia utiliza el auto esfuerzo para intentar ganar
el control (p. 324-325).» Linda Mintle en «Eating Disorders» (traducido como «Trastornos
alimenticios») en Caring for People God´s Way (traducido como «Cuidando de las personas a la
manera de Dios») editado por Tim Clinton, et al.
Aplicación personal
¿Deberías realmente decir: Dios, perdóname porque mis porciones de comida no fueron las ideales
(ya sea muy grandes o muy pequeñas)? Después de todo ¿no hemos establecido ya que Dios no tiene
un tipo de cuerpo ideal? ¿La idea de arrepentirse por una mala relación con la comida puede provocar
legalismo? ¿Te estás acercándonos peligrosamente a someterte a un plan de alimentación celestial
pero ficticio?
Estas preguntas te llevan a preguntarte: ¿de qué me arrepiento? Como veremos, la parte más
importante del arrepentimiento nunca es el comportamiento que hizo necesario el arrepentimiento.
Cuando te enfocas en el comportamiento, inevitablemente creas un torcido código legal que, según
tú, agrada a Dios. Entonces, o te conviertes en esclavo del código o el mismo código te convierte en
algo repulsivo; de cualquier manera, tu enfoque se obsesiona con el código en vez de fijarse en Dios.
Te arrepientes por la forma en que tu pecado reemplaza o tergiversa a Dios. Cuando pecas, crees que
has encontrado algo más satisfactorio que Dios (reemplazo) o que Dios se ha vuelto
irrazonable/anticuado (tergiversación). Así que mientras el arrepentimiento implica decir: «hice
mal», la acción real del arrepentimiento es obtener una visión precisa de quién es Dios y colocarlo
nuevamente en el centro de tu vida.
A través de tres secciones, te ayudaremos a ver el papel del arrepentimiento en conseguir una
relación saludable con la comida.
Cuando oras, es más importante a quién te diriges que lo que dices. Muy frecuentemente no estás
orando al único Dios verdadero que te creó con un propósito y que te ama sin medida (Efesios 2:8-
10). Con frecuencia pensamos que nuestras palabras tienen que convencer a un Dios tacaño de ser
generoso con nosotros. Con frecuencia creemos que Dios sólo está prestando atención a nuestras
vidas cuando hablamos y volteamos su cabeza.
«Lo que nos viene a la mente cuando pensamos en Dios es lo más importante de nosotros.
La historia de la humanidad probablemente muestre que ningún pueblo se ha elevado nunca
por encima de su religión, y la historia espiritual del hombre demostrará positivamente que
ninguna religión ha sido más grande que su idea de Dios. Tendemos, por una ley secreta del
alma, a movernos hacia nuestra imagen mental de Dios... El hecho más determinante acerca
de cualquier hombre no es lo que en un momento dado pueda decir o hacer, sino en la
manera en que concibe a Dios en lo más profundo de su corazón.» A.W. Tozer en El
conocimiento del Dios santo
Lo que queremos hacer en esta sección es desmitificar cuatro conceptos erróneos acerca de Dios que
hacen que el arrepentimiento parezca impotente o punitivo. Con cada uno, proporcionaremos
contraargumentos para ayudarte a ver cómo una relación correcta con Dios es fundamental para una
relación correcta con la comida. Cuando no conoces a Dios con precisión o no confías plenamente en
Él, entonces otras áreas de la vida necesariamente comienzan a tratar de desempeñar un papel que
es demasiado grande para ellas.
1. Dios como impasible (sin emociones): La razón número uno por la que evitas el
arrepentimiento es porque a menudo piensas que Dios está más preocupado por lo que has
hecho que por lo que estás pasando. Sientes como si Dios sólo se preocupara por tu pecado
y no por tu sufrimiento. Cuando éste es el caso, sientes que sería más fácil tratar de mejorar
sin Dios.
Pero piensa en la forma en que los trastornos alimenticios te están afectando (paso dos).
¿Sería Dios amoroso si se contentara con permitir que estos efectos se siguieran agravando?
Dios está interesado en tu pecado porque éste multiplica tu sufrimiento. Dios también quiere
traer consuelo a las partes de tu historia que contribuyen a tu trastorno alimenticio (primera
parte del paso tres). Pero debes confiar en Él para poder renunciar a tu autolesión y así
experimentar Su consuelo.
Lee Hebreos 2:14-18. Nota cuán importante es para el evangelio la compasión de Jesús. Dios
no sólo estaba interesado en pagar el precio total por tu pecado (propiciación) para que
pudieras entrar al Cielo; también estaba muy interesado en que supieras que Él comprende
tus luchas, para que quisieras estar cerca de Él. El propósito del Cielo no es que pases unas
vacaciones eternas, donde todo esté incluido y haya tanto por disfrutar que nunca te sientas
aburrido. El Cielo se trata de habitar con el deseo de tu corazón, Dios mismo, por eso el
evangelio debe contener este tipo de interés emocional-relacional.
Haz este experimento mental. Revisa tu historia con el trastorno alimenticio que escribiste
en el paso tres. Imagina leerla a Dios como una oración por tu dolor. Ahora mira hacia arriba
e imagina qué expresión hay en el rostro de Dios. ¿Está enojado o Su mirada es de compasión;
está frustrado o interesado en ti? Ahora lee el final de Hebreos 2 nuevamente. ¿Tu respuesta
instintiva representa con precisión a Dios?
Date cuenta de que Dios no quiere que lo conozcas con precisión para que puedas pasar un
examen de teología y hacer oraciones elegantes. Dios quiere que sepas quién es Él para que
te vuelvas a Él en tiempos difíciles y le permitas ser un refugio de las mentiras de Satanás, un
consuelo en tiempos difíciles y quien te salve de tu pecado.
2. Dios como irrelevante: Bueno, a Dios le importa ¿qué más puede hacer él? Dios no va a hacer
desaparecer el hambre o la aversión por la comida. Dios no va a cambiar mi tipo de cuerpo
ni mi metabolismo; ese fue su trabajo de todos modos. Entiendo que a Dios le importa, pero
¿no sigue eso dejando todo en mis manos y en mis decisiones?
Cuando estás solo, es tu deseo de estar sano contra tu deseo distorsionado de ser feliz. Las
buenas intenciones son simplemente eso... buenas intenciones: lo que sabes que debes
hacer hasta que lo que quieres hacer triunfa sobre la sabiduría. Cuando estás solo, es tu
palabra contra la tuya. Tu voz «estoy gordo», compitiendo con tu voz «sé amable contigo
mismo».
Cuando Dios entra, «sano» y «feliz» ya no tienen que competir, porque la voz de Dios puede
arbitrar amorosa y definitivamente en medio de la inconstancia de tus deseos. Esto no
significa que no puedes elegir lo que no es saludable, pero sí significa que tienes más
opciones de las que tenías cuando estabas solo y que puedes buscar esas opciones en la
fortaleza de Dios.
Lee Mateo 11:28-30. En este pasaje, Dios nos representa como bueyes cansados llevando
una carga demasiado grande para nosotros. Dios nos ofrece compartir ese yugo – la pieza de
madera creada para conectar dos bueyes a un arado. Dios se ofrece a acompañarnos para
ofrecer Su fuerza a nuestras fatigas y para guiar el proceso. Era una práctica habitual
emparejar un buey sin experiencia con uno experimentado, para que el buey mayor pudiera
guiar al más joven a arar recto. La relevancia de Dios no elimina nuestra responsabilidad de
salir adelante en el proceso de cambio, pero Dios ofrece fuerza y dirección para la tarea.
3. Dios como alguien a quien es imposible complacer: «Nunca lo haré lo suficientemente bien
para Dios. Después de todo, ¿no requiere Dios la perfección? No hay manera de que pueda
comer ‘justo como se supone que debo’ por el resto de mi vida. Entiendo que Dios está a mi
lado, pero yo me conozco. Me desviaré incluso con el dichoso `yugo´ que me conecta con
Dios. Soy un experto en extraviarme.»
Puede ser útil pensar en el arrepentimiento como un compromiso más que como una
promesa. Dios hace promesas. Él puede mantenerlas. Tú haces compromisos. Tú romperías
una promesa, pero puedes continuar en una dirección incluso después de haberte resbalado.
El arrepentimiento no es una promesa de nunca volver a fallar, sino un compromiso que se
renueva perpetuamente para seguir a Dios y lo que Él diseñó para que fuera agradable y
sustentable para tu vida.
Date cuenta de que a Dios le complace tanto el progreso como la perfección. Cuando Dios
diseñó la vida cristiana, decidió transformar tu carácter a través del tiempo; esto es algo que
los teólogos llaman santificación progresiva. Esta fue la idea de Dios, no una simple concesión
porque no pudiste hacerlo mejor. Dios, como el ejemplo perfecto de un buen padre, se
deleita en la maduración de sus hijos a lo largo del tiempo.
Lee Hebreos 10:14. Contrasta los tiempos verbales. En la NBLA dice que Dios «ha hecho
perfectos para siempre» (acción pasada completada) a los que «son santificados» (acción en
curso). Esto no es una contradicción, sino una imagen. ¿Por qué Dios no está tan disgustado
por tus fracasos, ni se ha dado por vencido contigo? Él sabe lo que ya ha hecho en ti. ¿Por
qué Dios sigue llamándote a la fe y la obediencia? Es así como hace realidad lo que ya ha
garantizado. Mientras tú le sigues fiel pero imperfectamente, Dios fiel y perfectamente
cumple Su promesa.
4. Dios como inaccesible: Hasta que vengas a él, todas estas verdades acerca de Dios son
simplemente pensamientos agradables. Debes acercarte a Dios, o si no, seguirás solo con tu
pecado. Dios es compasivo, oportuno y complacible en Cristo. Sin embargo, esto no te quita
la responsabilidad de acudir a Él.
Aquí es donde muchas personas se paran en seco. Aprenden muchas cosas sobre Dios.
Aprenden lo que Dios siente por ellos y lo que ha hecho para hacer posible una relación
renovada. Pero no vienen a Él. Para algunos, esto implica fallar en ir a Dios por la fe salvadora
(salvación inicial). Para otros el fracaso está en acudir a Dios para sostener la fe (batalla
continua con el pecado que habita en nosotros). De cualquier manera, la información se
confunde con una relación.
Piensa en un niño con un héroe deportivo favorito. El niño podría contarte todas las
estadísticas e historias de vida de ese jugador. Pero lo que tiene es información, no relación.
Si ese jugador fuera el padre del niño, entonces jugarían a lanzar y atrapar, comprarían
helado, llorarían, harían preguntas y simplemente pasarían el rato. Esa sería una relación.
¿Has traído toda tu vida a Dios o solamente le has traído tu lucha con el trastorno alimenticio?
Lee Hebreos 4: 14-16. Subraya la frase «acerquémonos con confianza» (o la frase equivalente
en tu traducción). ¿Describe esto tu relación con Dios? Dios tiene la intención de ser
sumamente accesible. Si no tuviste padres que fueran accesibles de esta manera, puede
parecer muy extraño tener este tipo de relación padre-hijo con Dios. Pero no permitas que
esa falta de familiaridad te impida aceptar lo que Dios ofrece. El arrepentimiento no es un
castigo, Dios no te está mandando a tu habitación para que pienses en lo que hiciste. Más
bien, el arrepentimiento es la provisión de Dios para restaurar la relación que siempre quiso
tener contigo.
Lee Romanos 2:4. Nota que es la bondad de Dios lo que te lleva al arrepentimiento. Esto es
lo que explica el riesgo del arrepentimiento. El resultado está garantizado; Dios ya ha
prometido perdón. No titubeamos porque dudemos de la oferta, sino porque dudamos del
carácter de quien hace la oferta. Antes de pasar a la siguiente sección acerca de los
elementos clave del arrepentimiento, ten en cuenta que tu capacidad para tener esta
conversación será directamente proporcional a cuánto confías en el carácter de Aquel con
quien estás teniendo esta conversación.
Reflexión: ¿Cómo esta sección ha retado tu percepción de Dios? ¿Es Dios diferente a cómo lo
imaginabas?
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No existe una fórmula para el arrepentimiento. Los seis puntos a continuación están destinados a
ayudarte a experimentar todo el impacto redentor del arrepentimiento. En este sentido, el
arrepentimiento y el perdón de Dios pueden ser como un teléfono inteligente. Tienen muchas
características que quizá no sepas que están presentes o cómo utilizarlas. Cuando compras el
teléfono, las adquieres todas; pero no obtienes su beneficio completo hasta que te das cuenta de
que están ahí y de cómo utilizarlas.
Después de cada punto, hay unas preguntas de autoevaluación. Están destinadas a ayudarte a
determinar si estás colocándote en la posición de recibir los beneficios que Dios quiere darte a través
de cada aspecto del arrepentimiento.
Cuando notas que los caminos de Dios son los mejores, lamentas no haberlos seguido, pero este
remordimiento no es tan repulsivo como la vergüenza; más bien es como cuando te reúnes con
un amigo con el que habías estado enojado y vuelven a retomar la amistad.
• Autoevaluación: ¿Te estás rindiendo al señorío de Cristo porque confías en Su amor por ti
o sólo estás buscando alivio de las emociones desagradables y los hábitos destructivos?
3. Quebrantamiento por la naturaleza de tu pecado. Una vida saludable (no te limites a leer «salud
nutricional») comienza reconociendo tu condición humana caída. Al final, pecas porque eres
pecador. La miríada de factores que te llevaron a pecar no son la causa principal. La raíz es que
tu naturaleza ha sido distorsionada por la Caída (1 Corintios 15:21-22).
El verdadero arrepentimiento no es sólo lamentarse por ciertos ídolos o por algunas fallas de
comportamiento, sino quebrantamiento por tu condición de persona pecadora. Cuando
reconoces tu depravación, obtienes una autoevaluación precisa que te permite confiar en Dios
en la forma perpetua en que el arrepentimiento genuino requiere y crea la honestidad no basada
en la vergüenza en la que una relación real con Dios puede prosperar.
El arrepentimiento es lo que te permite no tener que ser falso o fatalista acerca de tus defectos
y luchas perpetuas. El arrepentimiento te permite ser honesto y tener esperanza al mismo
tiempo.
• Autoevaluación: ¿Te resistes a verte a ti mismo y a permitirte ser visto como alguien que
está en perpetua necesidad de la gracia sustentadora de Dios?
4. Exprésalo a Dios. Después de pecar, tu instinto te lleva a esconderte de Dios en vez de hablar con
Él (Génesis 3:8). Muy a menudo se piensa que un sentimiento de remordimiento sin sentido es
lo mismo que arrepentirse ante Dios.
Mientras estés evitando a Dios como resultado de tu pecado, no te sentirás restaurado por Él.
No sirve de nada dirigir tu arrepentimiento «a quien corresponda.» Cualquier arrepentimiento
abordado de manera ambigua es poco más que hablarte a ti mismo de manera diferente. Habla
con Dios cuando te arrepientas para que puedas conocer Su respuesta a tu arrepentimiento.
• Autoevaluación: ¿Has hablado con Dios en tu arrepentimiento? Si no es así, ¿podría ser que
tu arrepentimiento parezca ineficaz porque el «nadie» con el que hablaste no puede tener
poder para perdonar o consolar?
5. Fe en la voluntad de Dios para perdonar. El arrepentimiento es una expresión de fe. Vas a Dios
sin nada que ofrecer a cambio del perdón. Si no crees que Dios te perdonará gratuitamente,
continuarás enfocándote en esforzarte más o esconderte de una manera más efectiva, lo que
permite que tu(s) trastorno(s) alimenticio(s) se agrave(n).
Esto refuerza inadvertidamente las creencias falsas de que tu pecado es bueno y Dios es malo. A
menos que creas que Dios quiere perdonar sobre la base de Su gracia y la muerte de Cristo,
entonces el arrepentimiento se convierte en la continuación de una relación malsana con una
deidad nunca complacida y siempre exigente.
• Autoevaluación: ¿Cómo ves a Dios (es decir, expresión en Su rostro, postura de Su cuerpo,
tono cuando habla, palabras que dice, la forma de mover Sus manos) cuando te acercas a Él
en arrepentimiento? Esta pregunta será muy importante para el material a continuación.
Tómate un tiempo extra para seguir reflexionando acerca de eso.
6. La confesión expresa, usualmente, la nueva dirección que adquiere la vida. Esto se entenderá
mejor en los capítulos cinco y seis. El arrepentimiento es la parte que tú haces al volver a
comprometerte en una relación de pacto (como el matrimonio) con Dios. Esta es la razón de que
al pecado también se le llame adulterio espiritual. El arrepentimiento es tu ceremonia de
renovación de votos que expresa la renovación de tu compromiso con la fidelidad al pacto. En
este sentido, el arrepentimiento proporciona la seguridad de aceptación y protección que a
menudo buscas en la comida o en estar excesivamente delgado.
No hay ninguna magia en estas palabras o en este esquema. La intención es ayudarte a asimilar lo
que has aprendido en los primeros cuatro capítulos en una conversación de arrepentimiento ante
Dios, antes de permitir que estas percepciones permeen tu vida al confesar tu pecado a otras
personas (capítulo cinco) y al elaborar un plan de acción para reestructurar tu vida de manera que
sea menos amigable para los trastornos alimenticios (capítulo seis).
Toma esta muestra y úsala como un esquema de conversación con Dios. Mientras hablas con Dios,
revisa tu cuaderno y verbaliza lo que has aprendido. Sabe que Dios está interesado en lo que estás
diciendo; no porque finalmente hayas aprendido tu lección, sino simplemente porque se interesa por
ti (I Pedro 5:7).
Padre celestial,
Me alegro de poder acudir a ti en medio de mi relación poco saludable con la comida. He dudado en
venir a Ti, porque...
Tampoco he querido admitir el alcance total de mi lucha con los trastornos alimenticios. No lo he
querido admitir para mí o para ti.
Estoy empezando a ver cómo las cosas que se han vuelto más importantes que Tú (es decir, los ídolos)
están alimentando mi relación malsana con la comida sin proporcionar el alivio que prometen.
[enumera tus motivos del capítulo tres y describe cómo ha vivido para ellos]
Tú sabes cómo esas cosas llegaron a ser tan valiosas para mí. Tú sabes lo que necesito (Mateo 6:8).
Donde mis deseos son buenos, confiaré en que tú proveas. Donde mis deseos son malos o excesivos
te pido que me cambies de cualquier forma que sea necesaria para lograrlo.
Gracias por amarme y caminar conmigo a través de estas emociones inquietantes (Salmo 23). Anhelo
aprender más sobre tu carácter mientras me esfuerzo por confiar y depender más de ti en mi vida
diaria. Señor, concédeme la perseverancia para continuar en este viaje incluso cuando estoy
emocionalmente cansado. Aunque este camino contigo sea duro, caminar por otros senderos sin ti
es más duro. Yo sé esto. Ayúdame a no olvidarlo. Amén.
Conversaciones de ARREPENTIMIENTO:
Con cada paso, TE HAREMOS ALGUNAS PREGUNTAS. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que te ayude a identificar cualquier contradicción entre tu vida y tus
palabras.
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Capítulo 5
«Mi relación malsana con la comida me llevó a una
relación malsana contigo»
CONFIESA A LOS AFECTADOS el daño causado y busca enmendarlo.
Has sido herido por mis acciones, actitudes y creencias que no son como las de Dios.
[Enlista]
Memoriza: 1 Juan 1:6-10 (NBLA), «Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos
en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en la Luz, como Él está
en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia
de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la
verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para
perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos
pecado, lo hacemos a Él mentiroso y Su palabra no está en nosotros.» Al memorizar este
pasaje, reflexiona sobre estos puntos clave:
● «Si decimos» ̶ En tu confesión debes reconocer que los versículos seis y ocho son
verdaderos para ti.
● «Andamos en tinieblas» ̶ Es importante no ver tu trastorno alimenticio como algo
bueno, sino como algo destructivo.
● «Andamos en la Luz» ̶ La verdadera confesión es un estilo de vida y no un evento;
no es nada más algo con lo que hay que cumplir.
● «Nos engañamos a nosotros mismos» ̶ Nota que engañarte a ti mismo ha sido el
primer paso para ser deshonesto con los demás.
● «Lo hacemos a Él [Dios] mentiroso» ̶ Cuando te niegas a reconocer lo malo de tu
trastorno alimenticio llamas mentiroso a Dios.
Notas de enseñanza
«Pero había permitido que mi mundo se hiciera tan pequeño, tan aislado, debido en gran
parte a mi necesidad controladora de autoprotección. Eso dejaba poco espacio para que
alguien entrara en mi vida. Pero ahora, deseando un cambio y una relación más estrecha
con Dios, tenía que acostumbrarme a la gente. Tenía que acostumbrarme y conocer a la
gente y ser conocida por ella (p.174-175).» Sheryle Cruse en Thin Enough: My Spiritual
Journey through the Living Death of an Eating Disorder (traducido como «Suficientemente
delgado: Mi viaje Espiritual a través de la muerte en vida de un trastorno alimenticio»)
«Me di cuenta de que podía decirle la verdad a la gente y que me amarían más, no menos,
así que me acerqué a otros para que me ayudaran (p.5)... Me di cuenta de que, al no hablar
con nadie de mi miedo a lo desconocido, de mis inseguridades profundas y de mi necesidad
desesperada de sentirme más en control, en realidad estaba alimentando y protegiendo
mi trastorno alimenticio (p.25).» Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb en 8 Keys to
Recovery from an Eating Disorder (traducido como «Ocho claves para recuperarse de un
trastorno alimenticio»)
«Los trastornos alimenticios son bombas de tiempo emocionales porque todas las
emociones son puestas en pausa para que la persona pueda concentrarse únicamente en
la comida. También actúan como bombas de tiempo en nuestras relaciones. Las otras
personas dejan de ser tan importantes como la relación con la comida. La comida se
convierte en un amigo secreto o en un enemigo odiado que nadie más puede entender
(p.26).» Gregory Jantz en Hope, Help and Healing for Eating Disorders (traducido como
«Esperanza, ayuda y sanación para trastornos alimenticios»)
«Lo central para la sanidad es ser capaz de enfocarse fuera de uno mismo, para reducir el
nivel de ensimismamiento. Ser capaz de mirar a los demás como aliados en lugar de
competidores o enemigos es vital para comprender la realidad. Estas actitudes no sólo te
permiten ver el mundo tal y como es realmente ̶ y a ti mismo como te ven los demás ̶ sino
que te ayudan a encontrar a otras personas que pueden interactuar contigo,
proporcionándote el apoyo que necesitas en tu viaje (p.112).» Gregory Jantz en Hope, Help,
& Healing for Eating Disorders (traducido como «Esperanza, ayuda y sanidad para
trastornos alimenticios»)
«Ed quería que mintiera a todas las personas más cercanas a mí.» Jenni Schaeffer en Life
Without Ed (traducido como «La vida sin Ed»)
Aplicación Personal
Sólo serás libre cuando seas honesto. La privacidad mata el cambio y alimenta el pecado. La
transparencia mata el pecado y alimenta el cambio. Lo más probable es que este paso te
asuste tanto como cualquier otro que hayas dado desde el primero. Pero recuerda que no
es tan aterrador avanzar como lo es retroceder. No permitas que el miedo te haga olvidar.
Cuando estés tentado a pensar: «esto no vale la pena. Se me pide demasiado. ¿Por qué tengo
que confesar mi lucha a otras personas?» , recuerda que tu tendencia ha sido enfrentar las
situaciones difíciles siendo indulgente con la comida o castigándote con la restricción. Ese ya
no puede ser tu patrón de vida. Ahora afrontarás las dificultades siendo sincero con los
demás.
La confesión es lo que invita a otras personas a entrar en tu vida y les indica dónde pueden
ayudar. La confesión es la forma en que reconoces tu debilidad y admites que necesitas su
ayuda; no mientes, ni rechazas, ni arremetes contra otros. La confesión es lo que garantiza a
los demás que tienes tanto la humildad como las expectativas realistas necesarias para estar
seguro de recibir ayuda. La confesión es la puerta a la comunidad; la puerta por la que debes
entrar si no quieres estar solo en la oscuridad con tu trastorno alimenticio.
En pocas palabras, te confiesas con los demás porque es bueno para tu búsqueda de la
rectitud y porque has pecado. A menudo, con la confesión, eres como el niño que se ofende
porque sus padres le dicen que se coma las verduras para ser grande y fuerte. Percibes el
remedio como un insulto que resalta que eres pequeño y débil. Tiene sentido, pero mientras
pienses así, estás atrapado.
Es de esperar que a estas alturas te estés poniendo menos a la defensiva con la palabra
«excusas». Si es así, eso es una señal de crecimiento y algo por lo que debes dar gracias a
Dios. Todos ponemos excusas cuando el cambio es difícil. Las excusas siempre se interponen
en el camino de las cosas importantes. Lo mejor que se puede hacer con una excusa es
reconocerla y seguir adelante. Lo peor que se puede hacer con una excusa es creerla,
avergonzarse de ella y quedarse atorado.
La siguiente lista es una versión modificada de una lista creada por Carolyn Costin y Gwen
Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder en las p.195-196 (traducido
como «Ocho claves para recuperarse de un trastorno alimenticio»: sólo el texto que está en
cursivas). Considera esta sugerencia: lee cada una de estas excusas con la voz de una amiga
con problemas antes de leerlas con tu voz. Eso hará que las afirmaciones de refutación que
aparecen después de cada una parezcan mucho más convincentes.
1. «Debería ser capaz de manejar esto por mí mismo(a).» Esta es la gran mentira del
cambio. Nunca fuiste diseñado para vivir aislado. Estás hecho para la comunidad.
Nunca aceptarías esta lógica de un amigo. Pero la crees, porque de alguna manera te
hace sentir que estás siendo fuerte y noble al intentar lo imposible.
2. «No quiero que la gente lo sepa.» Al menos ahora estás siendo honesto con tu
excusa. La pregunta es: ¿Qué quieres más: la amistad auténtica y la libertad del
trastorno alimenticio o una reputación falsamente positiva que te hará sentir una
presión continua para estar a la altura de _______?
3. «Estoy avergonzado.» Ésta es aún más honesta. Cuando reconoces tus luchas te
sientes menos. Pero esta excusa, como la mayoría de los miedos, se evapora cuando
la pones a prueba. Cuando confías en buenos amigos, ellos admiran tu valor en lugar
de condenar tu debilidad. ¿Por qué? Porque todos tenemos retos que debemos
afrontar y cuando vemos a alguien enfrentarse a la vergüenza, sabemos la batalla
interna que está ganando.
«Me di cuenta de que podía decirle la verdad a la gente y que me amarían más,
no menos, así que me acerqué a otros para que me ayudaran (p.5)... Me di
cuenta de que, al no hablar con nadie de mi miedo a lo desconocido, de mis
inseguridades profundas y de mi necesidad desesperada de sentirme más en
control, en realidad estaba alimentando y protegiendo mi trastorno alimenticio
(p.25).» Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an
Eating Disorder (traducido como «Ocho claves para recuperarse de un trastorno
alimenticio»)
4. «No quiero ser una carga.» Gálatas 6:2 dice que los cristianos deben sobrellevar las
cargas de los demás y así cumplir la ley de Cristo. Cuanto más escuches esta excusa,
menos será la iglesia el regalo de gracia que Dios pretende que sea. Cuando Dios te
da un arma con la cual luchar contra tu pecado, no es noble dejarla antes de la batalla.
5. «No tengo a nadie a quien llamar.» Empieza por preguntarte cuántas personas se
sentirían profundamente ofendidas al oírte decir _________. Si la respuesta es
realmente nadie, llama a un pastor o consejero cristiano mientras comienzas a
construir amistades de calidad. Si algunos nombres te vienen a la mente, permite que
esas personas sean las manos, los pies y los oídos de Jesús que Dios quiso que su
iglesia fuera.
6. «La gente no sabrá qué decir.» No estás pidiendo respuestas; estás pidiendo apoyo.
Otra sugerencia sería pedirles que repasen este estudio contigo. Ésta sería una muy
buena manera de repasar-reforzar el terreno que ya has cubierto pero con una red
de apoyo más profunda.
10. «No estoy seguro(a) de querer dejar de hacerlo.» Si todavía no estás seguro de estar
dispuesto a confiar a más personas cómo estas luchando, esto es probablemente la
raíz del problema. No te avergüences de ello. Sé sincero contigo mismo y sopesa las
consecuencias. Vuelve al primer paso y evalúate en los cinco niveles de motivación,
mira las consecuencias físicas de no cambiar en el paso dos, y pregúntate si tus ídolos
del paso tres cumplirán alguna vez sus promesas. A continuación, date cuenta de que
no son sólo conversaciones que necesitas tener contigo mismo; son conversaciones
que necesitas tener con algunos amigos de confianza.
Lee Santiago 5:16. Observa que este mandato se da en la sección final de la carta de Santiago.
Es un llamado general a todo creyente. El pecado no confesado es anormal en la descripción
bíblica de la vida cristiana. Cuando experimentas como normal lo que la Escritura describe
como anormal, debes esperar interrupciones significativas en tu vida, relaciones y
emociones. La confesión es una manera de dejar de hacer pasar por funcional lo que es
disfuncional en tus relaciones.
Saber que debes hacer algo es diferente a saber cómo hacerlo. Eso es lo que explicaremos
en esta sección. Los puntos que se describen a continuación, son una adaptación de Sheryle
Cruse en Thin Enough: My Spiritual Journey through the Living Death of an Eating (traducido
como «Suficientemente delgado: Mi viaje Espiritual a través de la muerte en vida de un
trastorno alimenticio», sólo texto en negrita).
● Comienza con las personas en las que más confías y avanza a partir de ahí. Cuando
algo es difícil, es sabio comenzar donde es más seguro. Empieza con los amigos o la
familia que crees que perdonarán más fácilmente aquello en que los has
decepcionado y que apoyarán tu jornada hacia la sanidad. Después de estas
conversaciones, pide retroalimentación respecto a las mismas. Cada confesión te
ayudará a ver que estás haciendo algo bueno y correcto.
● No te detengas en sus reacciones anticipadas. Cuanto más tiempo pases imaginando
cómo será la conversación, peor será en tu imaginación. Esta es la tendencia humana
natural para cualquier cosa que queremos evitar. Ten presente lo que tienes que
decir (próxima sección) y resiste el impulso de ensayar la conversación más allá de
eso.
● Sé honesto, sencillo y conciso. Tu declaración inicial debe ser tan sencilla como:
«Hace tiempo que tengo una relación malsana con la comida. No quiero fingir que la
lucha no existe. Quiero entender cómo ha dañado nuestra relación y pedir perdón
por cualquier forma en que yo haya sido deshonesto o esté a la defensiva. Apreciaría
tu apoyo mientras busco una relación sana con la comida a la vez que me fortalezco
en Dios.»
● Da a conocer en qué punto te encuentras en este momento. La confesión es el paso
cinco de nueve, así que es literalmente una actividad a mitad del camino. La confesión
no es decir «he llegado»; es reconocer que tienes un camino por recorrer. Sería
apropiado decir: «Estoy en un punto en mi lucha en el que resisto constantemente el
impulso de minimizarla, pero todavía estoy en el proceso de aprender a superarla.»
● Comparte con tu amigo un recurso de calidad acerca de los trastornos alimenticios.
Nuevamente, este estudio puede ser un recurso al que puedes dirigir a tu amigo si
desea obtener más información. Es gratuito, secuencial y está disponible en una
variedad de formatos (este manual en español e inglés y video y audio solamente en
inglés) para su comodidad.
● No dependas de una sola persona. Cuanto más pequeña sea tu red de apoyo, más
peso tendrá cada persona. Cuando permites que tu red de apoyo crezca y la cuidas
bien, aumenta la probabilidad de que alguien esté disponible en tus momentos de
lucha. Reunirte con un pastor, un mentor o un consejero con experiencia en tu patrón
de trastorno alimenticio es también una forma de mejorar la vida de tu red de apoyo.
● Sé paciente contigo mismo(a). Es probable que esta lista te haga sentir abrumado.
No pasa nada. El cambio nunca es fácil y cuando te impacientas contigo mismo el
cambio se hace aún más difícil. Mantén el compromiso de dar el siguiente paso
saludable que honre a Dios y llegarás a tu destino.
● Que tu valor te anime. Valentía no es la ausencia de miedo. Valentía es la búsqueda
continua de tus objetivos mientras que enfrentas el miedo. Lo estás haciendo o no
habrías llegado a este punto. Eso no es hacer limonada con los limones que la vida te
da. Es afirmar el esfuerzo que ha requerido tu fiel obediencia a Dios para llegar a este
punto.
Lee Eclesiastés 4:9-12. A menudo se lee este pasaje como un pasaje matrimonial, pero trata
de la amistad en general. Observa dos cosas. Primero, en este pasaje está implícita la
conciencia mutua de nuestras luchas. Todo el mundo en este pasaje se enfrenta a un reto.
En segundo lugar, fíjate en el cambio de número de dos a tres. Cuando obedecemos a Dios
y nos acercamos a otros creyentes en nuestra lucha, la presencia de Dios se añade al impacto
de estas relaciones, para magnificarlo.
Elementos de la confesión
Saber cómo hacer algo es diferente de saber qué decir. En la sección anterior desarrollamos
un proceso; en esta sección esbozaremos una conversación.
¿Cuántas cosas que necesitamos hacer a diario son menos naturales que la confesión? La
prevalencia de nuestra necesidad de confesar a los demás puede cegarnos ante nuestra falta
de aptitud. Como una tarea que no disfrutamos, sentimos que hemos hecho más que
suficiente cuando el trabajo está simplemente hecho. Nuestro malestar nos tienta a ignorar
la calidad de nuestro trabajo.
En esta sección, queremos tomar prestado el libro de Ken Sande, Paz en la familia, donde
desarrolla siete elementos clave de la confesión (sólo texto en negrita). Esto resume bien los
elementos clave de una conversación de confesión.
1. Dirígete a todos los involucrados. Una de las preguntas que ya has examinado es: ¿Quién
se ha visto afectado por mi trastorno alimenticio? Es probable que se trate de las
personas más cercanas que se preocupan por ti y por las cuales tú te preocupas. ¿A quién
has mentido, con quién has sido falso, arremetido contra su preocupación, descuidado
sus advertencias, sido innecesariamente sensible, coaccionado a seguir tus reglas
alimenticias legalistas, llevado a patrones alimenticios poco saludables, etc.?
➢ Haz una lista de las personas con las que necesitas confesarte porque (a) han sido
impactadas negativamente por el estilo de vida que rodea tu trastorno alimenticio
y (b) se darán cuenta o se verán afectadas por los cambios que necesitas hacer.
2. Evita las palabras «si», «pero» y «tal vez». Estas son palabras que cambian radicalmente
la naturaleza de una conversación sobre la confesión. Son las preposiciones que le echan
la culpa a alguien más y de la minimización. Cuando las usas, la persona con la que hablas
probablemente (y con razón) se preocupará de que sean evidencia de un retroceso en tu
camino, pero como estás tratando de dar un paso importante hacia adelante te sentirás
tentado a ponerte a la defensiva ante su preocupación.
Observa cada uno de estos ejemplos y fíjate en el impacto de las tres palabras en cuestión.
A. «Si te he mentido acerca de provocarme el vómito y si he intentado ocultártelo, lo
siento».
B. «Sé que no debería buscar consuelo en la comida, pero eso es lo que hace la gente
de mi familia».
C. «Tal vez podría tratar de llamarte cuando me dé cuenta de que estoy deprimido y
sepa que la tentación es más fuerte».
Este lenguaje es muy común y representa el tipo de frases en las que caemos cuando
estamos inseguros. Pero también es el tipo de lenguaje que revela un menor compromiso
para perseverar en el proceso de cambio. Como forma de aprender a hablar de una manera
que no desplace la culpa ni minimice tus luchas, reescribe cada una de estas afirmaciones sin
el lenguaje problemático.
A. ___________________________________________________________________
___
B. ___________________________________________________________________
___
C. ___________________________________________________________________
___
Ser específico también te ayuda tanto a ti como a tu amigo a identificar los aspectos a los
que deberías darle prioridad. Cuando tu confesión es muy general, tienes poca orientación
acerca de dónde deben centrarse tus esfuerzos para tener una relación sana con la comida
y con los demás. Una confesión muy general te deja en completo control, lo cual te deja tan
vulnerable como antes de la confesión.
Ser específico en tu confesión hace dos cosas: (a) revela a tu amigo que eres una persona
segura que puede hablar de los cambios necesarios en su vida sin caer en la autocompasión
o en la culpa, y (b) te ayuda a identificar expectativas más realistas de cómo será el cambio.
El ejercicio que se presenta a continuación tiene el objetivo de facilitar este aspecto de la
confesión y otros aspectos del cambio que se presentan más adelante en este capítulo.
● Utiliza el ejercicio del diagrama de red (véase la figura 1) para identificar las acciones
o actitudes específicas que estás confesando - «Anillo B» en el ejemplo siguiente.
Utilizaremos los Anillos D y E en el siguiente punto de esta sección.
● Instrucciones y muestra: A continuación se ofrece un ejemplo de diagrama de red
utilizando círculos concéntricos (una versión diferente del mismo ejercicio que es
más fácil de leer en un formato tipográfico). En esta muestra seguiremos los
desórdenes alimenticios que surgen de un deseo exagerado de control que está
afectando negativamente a una familia.
4. Pide perdón (reconoce el daño). El pecado tiene consecuencias; tanto intencionales como
no intencionales. La confesión expresa empatía y asume la responsabilidad de las
consecuencias que se derivan del acontecimiento desencadenante de tu pecado. Esto no es
arrastrarse o hacer penitencia; ambos son manipulación emocional y revelan el valor que le
das a tu pecado. El valor del pecado es la muerte de Jesús en la Cruz. Por el contrario, se trata
de un ejercicio de mentalidad ajena. La resistencia a expresar empatía revela que el
egocentrismo, que hizo que nuestro pecado pareciera razonable en el momento del pecado,
está regresando.
Figura 1: Los 5 anillos de un diagrama de red para prepararte para una confesión
Pero es importante recordar que las consecuencias no son punitivas. Las consecuencias
pueden desempeñar un papel disciplinario (reforzando las lecciones de vida y consolidando
las medidas de prevención) o un papel de fomento de la confianza (proporcionando un fruto
tangible para un deseo de cambio que de otro modo no sería verificable). Cuando te
confiesas, tu participación voluntaria en el proceso significa que debes considerar las
consecuencias que se exigen como medidas de fomento de la confianza.
● Empieza por decir lo obvio. Si hay cambios claros que necesitas hacer, decláralos en
tu confesión. No los expreses como: «Haré _______ por ti», como si fuera un favor o
una concesión, o «Si insistes, haré __________», presentando el cambio como un
castigo. Es más acorde con la confesión decir: «Como veo mi necesidad de cambiar,
haré _________».
● Termina haciendo una pregunta abierta. Las preguntas sinceras son un signo de
humildad. Revelan que no estás presentando un contrato o trato, sino que buscas
restaurar una relación y tener una vida más saludable. Será suficiente con preguntar:
¿Hay otras maneras en que puedo mostrarte la sinceridad de mi deseo de cambiar o
ayudarte a confiar en mí en las áreas a las que he traído comportamientos malsanos
a nuestra relación?
● Lee Lucas 14:28-33. Parte de abrazar el evangelio es contar el costo de seguir a Dios
y abrazar el sacrificio. Obviamente, vale la pena. Dejas tu vida de pecado y su miseria.
Ganas una vida de transformación a lo que Dios diseñó en un inicio y el Cielo. Pero es
doloroso y a menudo quieres retroceder debido a tus dudas. Lo mismo ocurre con la
confesión, porque está arraigada en el paradigma evangélico de morir al yo y vivir
para la gloria de Dios a través del servicio a los demás. Mientras te preparas para
confesarte, date cuenta de que esta dinámica es parte de la batalla emocional.
7. Pide perdón y da tiempo. «Lo siento» no es lo mismo que pedir perdón. «Lo siento» es una
● Permite que pase, por lo menos, tanto tiempo como el que te tomó a ti llegar al
arrepentimiento. Es hipócrita esperar que otra persona procese el sufrimiento de tu
pecado contra ellos más rápido de lo que tú reconociste y te comprometiste a
cambiar tu pecado.
● Durante el intervalo entre la confesión y la concesión del perdón, ama y sirve a la otra
persona mientras sigues trabajando en tu cambio personal. Esto te ayuda a
permanecer con la otra persona en mente y honrarla.
En la página siguiente hay una herramienta que te ayudará a esbozar las conversaciones que
necesitas tener.
1. Comienza con la lista de personas que hiciste en «Dirígete a todos los implicados».
Imprime una copia de la guía de confesión para cada persona de la lista. Escribe el
nombre de cada persona en la parte superior de esta guía.
2. El párrafo superior tiene por objeto resumir para ti el flujo de esta conversación. No
es necesario hablarlo, pero es una especie de mapa que te ayuda a no perderte en
los detalles.
Con cada paso, te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente y confronte cualquier contradicción entre tus palabras y tu vida.
● ¿Estoy siendo honesto sobre qué formas de resistencia hacia la confesión son más
tentadoras para mí?
● ¿Estoy omitiendo o resistiéndome a confesarme con alguien con quien debería
confesarme?
● ¿Soy capaz de ensayar mis confesiones sin salirme del mensaje (es decir,
autocompadecerme o echarme la culpa)?
Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento que estés aprendiendo
sobre tu relación con la comida a tu compañero de rendición de cuentas. Estos compromisos
son preliminares a la «reestructuración de la vida» del capítulo seis, pero sirven para seguir
avanzando mientras llegas a ese punto.
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GUÍA DE CONFESIÓN
«No he representado bien a Dios en tu presencia [explica]. Has sido herido por mis
emociones, actitudes y acciones que no reflejan a Dios [describe]. Mi meta en la vida es dar
a conocer el carácter de Dios. Eso comienza con esta petición de perdón. Valoro nuestra
amistad más que mi orgullo. Estoy trabajando actualmente en someter mi vida al control de
Dios y comprendo si necesitas tiempo para considerar mi petición de perdón.»
Ahora estoy dispuesto a admitir que he pecado contra ti mediante… [haz una lista de
pecados específicos y evita palabras como «si», «pero» y «tal vez»]. Estas acciones fueron
mi decisión y fueron incorrectas. Repasa los Anillos B y C de tu diagrama de red.
Estoy aprendiendo a ver cuánto mi vida estaba siendo dominada por el deseo de [enlista
los motivos de tu pecado]. Tú no causaste mi pecado. Consulta los motivos relevantes del
capítulo tres y el Anillo A de tu diagrama de red.
Sé que debo cambiar para honrar a Dios y para bendecir a quienes me importan. Ya que
veo mi necesidad de un cambio, yo haré [haz una lista de cambios necesarios que son
obvios]. Sigo aprendiendo qué otros cambios requerirá honrar a Dios. Indica los cambios
que son fundamentales.
¿Existen otras maneras en las que puedo mostrarte la sinceridad de mi deseo de cambiar o
ayudarte a confiar en mí en las áreas en las que me he comportado de una manera
malsana en nuestra relación? [pausa y toma nota de sus respuestas] Esta sección debería
estar en blanco hasta que hables con la persona.
Comprendo que tomará tiempo, pero te pido perdón. Gracias por escucharme.
Capítulo 6
«Quiero tener dominio propio en mi vida; no luchar
con la balanza»
REESTRUCTURAR MI VIDA para descansar en la gracia de
Dios y en la Palabra que transforma mi vida.
Memoriza: 1 Timoteo 4:8 (NBLA), «Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad
es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la
futura.» Mientras memorizas este pasaje, reflexiona sobre estos puntos clave:
Notas de Enseñanza
«Sentí una resistencia más fuerte a la impaciencia, la lujuria, y otros pecados. Enfrentarse a
una alimentación excesiva e indulgente era casi como tomar penicilina o antibióticos
espirituales y que parecía estar derrotado bajo otras exigencias (p. 61) ... La obesidad es
'socialmente contagiosa'. Tu entorno social tiene un impacto tremendo en tu propio viaje
de ganar o perder peso (p. 92).» Gary Thomas en Every Body Matters: Strengthening Your
Body to Strengthen Your Soul (Traducido como: «Cada cuerpo importa: Fortaleciendo tu
cuerpo para fortalecer tu alma»)
«El enemigo de nuestras almas quiere disuadirnos de pensar que podríamos tener un
autocontrol sobrenatural (p. 31) … Las investigaciones nos dicen que las personas tienen
más éxito en la pérdida de peso a largo plazo cuando su motivación es volverse más
saludables, no más delgadas (pág.34).» Stephen Arterburn y Linda Mintle en Lose It for Life
(Traducido como: «Perderlo de por vida»)
«Solía llevar mi plan de alimentación a casa en una hoja de papel. Si no lo hubiera hecho,
nunca habría recordado lo que se suponía que debía comer. Incluso registré lo que comía
todos los días en un diario de alimentos. La rigidez era necesaria al principio para llevarme
por el camino correcto (p. 42) … Una verdadera prueba de mi recuperación ha sido sentir
que tengo sobrepeso y seguir comiendo el desayuno, el almuerzo y la cena (p. 68).» Jenni
Schaeffer en Life Without Ed (Traducido como: «La vida sin Ed»).
«En el pasado, cuando leía los libros de dietas, pasaba directamente al plan de alimentación
para poder ir a la tienda, comprar los alimentos de la lista y hacer esas dietas. Por lo general,
no me importaba qué debería comer y las formas que decía el autor; solo quería seguir
perdiendo algo de peso (p. 97).» Elyse Fitzpatrick en Love to Eat, Hate to Eat (Traducido
como: «Amo comer, odio comer»).
«La lección más valiosa que aprendí fue cómo escuchar a mi propio cuerpo (p. 122).»
Sheryle Cruse en Thin Enough: My Spiritual Journey through the Living Death of an Eating
Disorder (Traducido como: «Suficientemente delgado: mi viaje espiritual a través de la
muerte en vida de un trastorno alimenticio»).
«Parte de tu recuperación será desarrollar tu propia línea o límites en los que ya no estés
dispuesto a traicionarte para 'arreglar' o cambiar tu cuerpo (p. 71).» Carolyn Costin & Gwen
Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (Traducido como: «8 claves
para recuperarse de un trastorno alimenticio»).
«Usé mis antojos de comida como un impulso para orar. Fue mi manera de derribar la torre
de la imposibilidad que tenía ante mí al construir algo nuevo (p. 30) ... Podemos subirnos a
la balanza y aceptar los números por lo que son, una indicación de cuánto pesa nuestro
cuerpo, y no una indicación de nuestro valor (p. 74).» Lysa Terkeurst en Fui hecha para
desear.
«Tengo estos límites establecidos no por restricción sino para definir los parámetros de mi
libertad. Mi quebrantamiento no puede soportar más libertad que esta en este momento.
Y estoy bien con eso (p. 153).» Lysa Terkeurst en Fui hecha para desear.
Aplicación Personal
Probablemente este es el capítulo que estabas buscando cuando comenzaste este estudio.
Gracias por tu paciencia y perseverancia para llegar a este punto. La base que has
establecido te ayudará a garantizar que tus esfuerzos actuales establezcan una relación
saludable con la comida y no corran el mismo destino que los esfuerzos anteriores bien
intencionados.
Probablemente sepas que, para ser un mejor administrador de tu cuerpo, necesita más que
datos alimentarios y un plan de ejercicios. Necesitabas comprender cómo estabas haciendo
un mal uso de la comida para propósitos que la comida nunca podría cumplir. También
necesitabas permitir que Dios y los demás desempeñen el papel vital en el cambio para el
que Dios los diseñó.
Ahora has hecho esas cosas. Eso significa que los consejos prácticos sobre planes de
alimentación, métodos de ejercicio y otros cambios en el manejo de la vida, tienen la
oportunidad de convertirse en estilos de vida saludables. Estos planes ya no son tu
«salvador». Ya no estás simplemente reuniendo fuerza de voluntad. Ya no te esfuerzas por
hacerte aceptable ante Dios y los demás a través de tu apariencia.
Ahora simplemente buscas ser un buen administrador del cuerpo que Dios te dio en el
contexto de una amistad amorosa y solidaria con tus hermanos en la fe. Veremos lo que
significa esta buena mayordomía en tres secciones:
1. Aceptando tu cuerpo
2. Preparándote para volver a comer saludablemente
3. Prácticas de mayordomía con nuestro cuerpo y con la comida
Aceptando tu cuerpo
Lee el Salmo 139. Primero lee los versículos 14-16 y luego lee todo el Salmo. Dios tiene una
relación con tu cuerpo muy diferente a la que tú tienes. Dios mira tu cuerpo como una pieza
de arte. Dios no te compara con otros, así como nosotros estamos propensos a hacerlo.
Aceptar tu cuerpo es meramente un ejercicio de estar de acuerdo con Dios cuando te creó
y dijo «bueno en gran manera» (Gen. 1:31) Eso no es vanidad. Creer en lo contrario es
argumentar contra Dios.
Una definición: «aceptar mi cuerpo» es «como cuido mi cuerpo de una manera que honra
a Dios, estoy feliz con mi peso y mi forma sin importar el número en la balanza, el efecto
de los años o cómo me veo en comparación con los demás.»
Esta aceptación no comienza cuando se alcanza un peso ideal; esa es una mentalidad en
contra del evangelio. Dios no retiene su deleite en nosotros hasta que seamos perfectos.
Dios nos acepta en Cristo y, en la fuerza que su aceptación proporciona, nos vemos
obligados a hacer los cambios que forman nuestro carácter para que sea más como el
carácter de Cristo.
Aquí hay cinco pasos para aceptar y amar tu cuerpo (modificado y adaptado del libro de
Stephen Arterburn y Linda Mintle Lose It for Life, (Traducido como: «Perderlo de por vida»)
p. 182; únicamente el texto en negrita).
1. Deja de degradar tu cuerpo: Imagina que un niño te trae una pieza de su «arte»
personal con una gran sonrisa. Tú lo miras y dices: «Es horrible. Me siento
avergonzado y sin valor cuando lo miro». Es un experimento de pensamiento muy
extraño. Lo que no nos atreveríamos a hacer con un niño, a menudo lo hacemos
insistentemente con nosotros mismos. Toda persona le pertenece a Dios por
derecho de creación. Los cristianos pertenecen doblemente a Dios por derechos de
redención. No tenemos derecho a insultar lo que Dios considera precioso. En este
paso simplemente dejas de ejercer un derecho que no tienes.
2. Deja de poner la vida en pausa: Haz una lista con el número de cosas que pones en
pausa en el espacio en blanco: «lo haré [en blanco] cuando pierda ‘x’ kilos o me
ponga en forma» ¿Por qué esperar? La vida no debería empezar con 5 kilos menos.
La vida empieza ahora. Deja de tomar como rehén a tu estado físico. Cuando
pospones las cosas que te parecen significativas y satisfactorias hasta que alcanzas
tu objetivo de peso, te estás convirtiendo en un esclavo de la balanza y estás
matando la motivación necesaria para un cambio duradero.
3. Piensa en las palabras de Dios sobre ti: ¿De quién es la voz más fuerte en tu cabeza?
Esta es la pregunta fundamental para aceptar tu cuerpo. El Apéndice A contiene una
lista de declaraciones de identidad sobre quién eres en Cristo. Es un paseo por el
Nuevo Testamento para aprender cómo te ve Dios. No se trata de afirmaciones «si
tan solo», sino de la realidad de quién eres en Cristo. Estos son todo el significado,
la aceptación y el propósito que podrías pedir. Tú administras tu cuerpo para vivir
en estas realidades durante el mayor tiempo posible para la gloria de Dios.
Utiliza esto como una lista de comprobación. Marca los que ya son constantes en tu camino
hacia una relación sana con la comida. Si no has ido al médico desde que comenzaste este
estudio, ahora es un buen momento para ir y solicitar el tipo de controles de salud a los que
se hace referencia en esta lista. En el caso de los puntos que no hayas podido marcar,
conviértelos en una cuestión de oración y pide a los amigos de tu red de apoyo (paso 5) que
se conviertan en una fuente de estímulo para seguir creciendo en estas áreas.
Para bien o para mal, nuestros cuerpos son extraordinariamente adaptables. Cuando
abusamos de nuestro cuerpo, a través de la sobrealimentación o la restricción de alimentos,
nuestro cuerpo se adapta a la «nueva normalidad» que le infligimos. Estas adaptaciones no
son buenas, pero hay que tenerlas en cuenta si queremos que nuestro cuerpo vuelva a tener
una relación sana con la comida.
El material presentado en esta sección es una adaptación del capítulo 10 de Gregory Jantz
en Hope, Help, & Healing for Eating Disorders (p. 143-159) (Traducido como: «Esperanza,
ayuda y sanación de los desórdenes alimenticios»). Si este material te resulta útil, es muy
recomendable que leas este capítulo del libro del Dr. Jantz y consultes con un nutricionista
que pueda ayudarte a personalizar estas recomendaciones para tu cuerpo.
Lee Mateo 26:41. Observa que Jesús vincula la fuerza de la tentación con la condición del
cuerpo; en este caso, la fatiga. En las horas anteriores, los discípulos habían viajado, habían
conseguido un lugar para celebrar una ceremonia, habían preparado una comida elaborada,
habían comido una comida rica en carbohidratos con vino, y luego se habían dirigido a un
lugar oscuro para orar. Cuando se durmieron repetidamente, la respuesta de Jesús fue:
«Vuestro espíritu está dispuesto, pero vuestra carne es débil». Hay consuelo en saber que
Dios es paciente con nuestra debilidad, pero también debemos aplicar la sabiduría y evitar
crear desafíos físicos que aumenten nuestra tentación. De eso se ha tratado esta sección.
Piensa en las relaciones saludables con las personas; estas relaciones no son saludables
porque sigan ciertas reglas (como si las reglas fueran la razón), pero vivir dentro de los
parámetros de lo que es saludable protege la relación. La misma relación entre reglas-
saludable existirá en tu relación con la comida.
Las siguientes pautas no son una receta para una relación saludable con la comida; sin
embargo, violar estas reglas te pondrá en riesgo de desórdenes alimenticios. Enfócate en
aceptar tu cuerpo como Dios lo creó (primera sección de este capítulo) y permite que los
siguientes puntos sean simplemente la forma en que administras la vida y el cuerpo que
Dios te dio.
1. Repasa los aspectos básicos: ¿Cómo te va en los puntos iniciales de una relación
sana con la comida que expusimos en el capítulo dos? Estos son los cimientos de las
demás prácticas. Es de esperar que las semanas en las que te has comprometido
con estas prácticas te sirvan de impulso para las demás cosas que aprenderás en
este capítulo.
o Dormir bien
o No te saltes el desayuno
o Planifica lo que vas a comer
o Cada comida equilibrada es una victoria
«Empecé a ver la comida como lo que era: un regalo de Dios diseñado para
mantener viva su creación. La comida no fue diseñada para ser un
entretenimiento, un consuelo o un sustituto de Dios. Dios pretendía que la
comida fuera agradable, por eso nos dio las papilas gustativas, ¿verdad? (p.
120-121).» Sheryle Cruse en Thin Enough: My Spiritual Journey through the
Living Death of an Eating Disorder (Traducido como: «Suficientemente
delgado: mi viaje espiritual a través de la muerte en vida de un trastorno
alimenticio.»)
4. Ejercicio constante. Algo es mejor que nada y algo puede llevar a más. Cualquier
cosa que puedas hacer para aumentar la cantidad de movimiento en tu día es una
victoria. Subir por las escaleras en lugar de subir por el ascensor. Dar un paseo de
10 minutos en la pausa del almuerzo.
«El problema es que mucha gente empieza a hacer ejercicio durante una
semana, siente sólo el sufrimiento y lo abandona antes de que aparezcan los
beneficios mentales (p. 116).» Gary Thomas en Every Body Matters:
Strengthening Your Body to Strengthen Your Soul. (Traducido como «Cada
cuerpo importa: Fortaleciendo tu cuerpo para fortalecer tu alma»).
¿Cuáles son los momentos en los que podrías añadir más movimiento a tu día?
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Entonces, ¿qué es esta hormona del cortisol? El cortisol nos ayuda a lidiar con el
estrés cerrando funciones innecesarias, como la reproducción y el sistema
inmunológico, para permitir que el cuerpo dirija todas sus energías a lidiar con el
estrés en cuestión. Se supone que estas funciones del cortisol son de corta duración,
lo suficiente como para hacer frente al factor estresante.
Cuando la producción de cortisol se convierte en una forma de vida (es decir, vivir
estresado) hace muchas cosas: perjudica la calidad del sueño, aumenta las reservas
de energía del cuerpo (es decir, la grasa) en la zona del abdomen, aumenta el deseo
de consumir alimentos a base de azúcar para obtener ráfagas rápidas de energía,
suprime el sistema inmunológico, crea tensión muscular que conduce a dolores de
cabeza, dificulta el deseo sexual, crea un estómago irritable y suprime la producción
de serotonina que conduce a la depresión.
Esperemos que puedas ver que los cambios sencillos enumerados anteriormente
pueden suponer una gran diferencia en tu vida si los mantienes. Si te das cuenta
de que el estrés es un factor clave en tus esfuerzos por tener una relación sana
con la comida, te recomendamos los siguientes recursos:
● www.bradhambrick.com/burnout www.bradhambrick.com/anxiety
Pero el exceso de programación hace algo más que provocar estrés ilícito. Al
sobrecargar tu horario haces que los patrones de alimentación sean erráticos. Nos
permitimos tener demasiada hambre antes de comer. Tenemos que comer rápido,
lo que no suele ser saludable. No disfrutamos de la experiencia de comer, lo que
significa que sentimos que «merecemos» más caprichos después.
Programar cosas en exceso hace que sea muy difícil vivir dentro de un nivel de
hambre entre tres y siete (revisa la herramienta que empezaste a utilizar en el
segundo paso). Cuando programamos en exceso, esperamos demasiado tiempo
para comer y permitimos que nuestro hambre sea tan intenso que es difícil
contentarse con porciones saludables. También nos damos cuenta de que puede
pasar un tiempo antes de que volvamos a comer, así que nos excedemos; aunque
no caigamos en un ciclo bulímico de atracones y purgas, el exceso de programación
nos sitúa en un patrón de banquete y hambre.
Cuando fallamos en hacer las cosas que nos gustan, empezamos a sentir que la vida
nos «debe» algunos caprichos o excepciones. El problema es que cuando hemos
luchado contra los desórdenes alimenticios, esas excepciones son formas de auto
abuso; nuestras recompensas son en realidad castigos. Pero cuanto menos nos
permitamos disfrutar de la vida, veremos esto con menos claridad.
Lee el Salmo 37:4 y Gálatas 5:22. El gozo y la alegría son partes centrales de la vida
cristiana. Dios quiere estas cosas para sus hijos. El deseo de gozo es dado por Dios.
El diseño del gozo también está hecho por Dios en dos sentidos. Primero, Dios
diseñó el código moral que impide que nuestros placeres se escapen con nosotros
hacia la destrucción. Segundo, Dios hizo a cada persona de manera única, con
intereses y pasiones particulares. Cuando persigues aficiones, intereses, pasiones y
causas que te estimulan, estás celebrando el diseño de Dios en tu vida.
8. Evita mentir a toda costa. Nada es más peligroso que una mentira. Darse un atracón
no es más peligroso que una mentira. Morir de hambre no es más peligroso que una
mentira. Una mentira te deja solo con tu pecado. La honestidad te permite luchar
siempre con gente a tu lado. Una mentira significa que no sólo has pecado, sino que
sigues alineado con tu pecado.
Comenzamos este viaje dándonos cuenta de que el progreso implicaría días buenos
y días malos. Nos poníamos a la defensiva cuando alguien insinuaba que podíamos
«comer siempre bien». Pero una vez que sentimos que «lo estamos haciendo
mejor», perdemos rápidamente la voluntad de reconocer nuestros fracasos. Nos
convertimos en la fuente de las expectativas a las que antes nos resistíamos.
Permite que la gente conozca tu verdadero yo. Esta es la única manera de vivir el
«un día a la vez». Cuando vivimos con falsedad, siempre estamos intentando estar
a la altura de lo que hemos presentado (prometiendo que haremos más en el
futuro) y pensando en lo que hemos contado a los demás (viviendo en el pasado).
La honestidad es libertad.
Lee Éxodo 20:16. Ahora, con suerte, puedes ver por qué la mentira está en el top
ten de Dios. Hay tanta esperanza como honestidad. Dios quiere que vivas en
libertad emocional-relacional y sabe que la mentira resulta en esclavitud emocional-
relacional. Compromiso - si sientes que puedes haber sido algo menos que
completamente honesto con alguien de tu red de apoyo, acláralo inmediatamente.
Fíjate en que este diario tardará más en completarse. Es más que un «diario del
momento». Las primeras cinco preguntas se refieren a cosas que puedes responder
en un momento de tentación por la comida, mientras que las dos últimas preguntas
requerirán la perspectiva que se obtiene al reflexionar sobre la tentación más
adelante. A estas alturas de tu viaje, esta perspectiva más larga debería ser
razonable y un signo de tu crecimiento.
DIARIO DE PENSAMIENTOS -
COMIDA SALUDABLE
¿Cuáles son las mentiras más comunes o los miedos irracionales que te invaden en la mejor
presentación posible de tus emociones?
¿Cuáles son las opciones saludables o las creencias que están disponibles para que puedas
elegir o creer?
*Mantén un registro de como probaste que tus emociones no son confiables en estas situaciones.
La pregunta final debe ser un punto en el que tu crecimiento espiritual sea más
impulsado por tu estudio personal de la Biblia, tus oraciones y tu reflexión que por
el contenido de este estudio. Es un importante marcador de crecimiento y fuente
de estímulo personal cuando te das cuenta de que cada momento de tentación se
está convirtiendo en un momento en el que aprendes cosas sobre Dios y sobre ti
mismo que realmente contribuyen a tu salud y a profundizar en tu relación con Dios.
Haz una lista de las «pequeñas» elecciones diarias que notes que marcan una gran
diferencia en tu salud.
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11. Limpia tu armario. Esto puede ser difícil. Pero tu objetivo en la vida no puede ser
llegar a una meta definida por un par de jeans en tu armario. Con demasiada
frecuencia, cuando hemos tenido una relación poco saludable con la comida, la
satisfacción en la vida se define por llegar a una determinada talla de cintura. Las
prendas de vestir se convierten en la «línea de meta» y sentimos una incapacidad
para descansar (estar satisfechos con la vida) hasta que alcanzamos ese objetivo.
Cuando esto sucede, lo que nos decimos a nosotros mismos que es «motivador» es
en realidad una fuente de autodesprecio; nos declaramos «no suficientemente
buenos» según un estándar que vemos todos los días cuando decidimos qué vamos
a ponernos. Atrincheramos en nuestra rutina diaria una batalla para contentarnos
con una buena administración del cuerpo. Si estuviéramos hablando con un amigo
sobre cualquier otra área de lucha que domina la vida, llamaríamos a esto pura
locura.
«Limpiar mi armario era una tarea más invasiva que deshacerse de la ropa. Mi
armario representaba toda una vida de armadura utilizada para crear un exterior
perfecto y hermoso que cubriera un interior oscuro, vacío y retorcido de
mentiras, tortura y tristeza (p. 186).» Carolyn Costin y Gwen Schubert Grabb en
8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (Traducido como: «8 claves para
recuperarse de un trastorno alimenticio»).
Lee Mateo 5:27-30. Quitar del armario las prendas que no son realistas ni
saludables para ti es uno de los pasos apropiados de «amputación radical» que Jesús
recomendaría para remediar tu relación insana con la comida. Permitir que la
preocupación por la imagen de tu cuerpo descarrile tu vida es una forma alternativa
de lujuria; la expresión igual pero opuesta de la lujuria que Jesús está describiendo
en este pasaje donde nos fijamos en la imagen del cuerpo de otra persona.
Recuerda, en este estudio, no estamos tratando de desarrollar un plan de dieta
bíblica (como si Dios tuviera un menú preferido), sino ganando una relación
saludable con la comida. No tendrás una relación sana con la comida cuando te
expones diariamente al estándar de una imagen corporal irreal en forma de «skinny
jeans».
12. Implementa más hábitos alimenticios saludables. Es de esperar que hayas llegado
a un punto en tu viaje en el que las estrategias ya no se ven como salvadoras. En el
principio, cuando nos damos cuenta de nuestra relación poco saludable con la
comida, somos propensos a pensar que un nuevo conjunto de hábitos nos liberará.
Esto no significa que los nuevos hábitos saludables sean inútiles; sólo significa que
necesitamos comprometernos con los hábitos saludables con expectativas
razonables si vamos a mantenerlos y a darnos cuenta de su beneficio.
● Planifica con antelación lo que vas a comer; ya sea en casa solo o fuera con
amigos. Si te has equivocado crónicamente en el lado de «no es
suficiente», no sigas dándote esa opción.
● Elige alimentos nuevos que quieras probar (es decir, aventuras
gastronómicas) y deja que la experiencia de comer sea tan satisfactoria
como el sabor de la comida.
● Identifica las cualidades que admiras de las personas con todos los tipos de
cuerpo. Si luchas contra el deseo de restringirte de una alimentación
saludable, ensaya las cosas que genuinamente disfrutas de la gente que no
tienen nada que ver con el peso o la forma.
● Come con regularidad a lo largo del día para no tener demasiada hambre y
sentir que tiene que comer «mucho» para estar satisfecho. Esto ayuda a
minimizar parte del conflicto de conciencia que se asocia con la comida.
● Niégate a creer que la nutrición, a partir de multivitaminas y suplementos,
es lo mismo que la alimentación. El 100% de tus vitaminas y nutrientes
diarios de un puñado de cápsulas no es suficiente combustible para la vida.
13. Aprender a lidiar con las críticas. Hasta que no aprendamos a lidiar con la crítica
real, viviremos acosados por la crítica percibida o potencial. En la medida en que
comer por comodidad o restringir por castigo sea una tentación para ti, tendrás que
ser capaz de soportar las críticas para mantener una relación sana con la comida.
b) Tener amigos con los que seas auténtico. Es menos importante que alguien
conozca tus debilidades cuando las personas más cercanas a ti ya conocen
esas debilidades y te quieren de todos modos.
Lee Proverbios 27:6. El proceso en este punto sobre el manejo de la crítica es una
aplicación de este proverbio. Las «heridas fieles de un amigo» son una gracia de
Dios. Cuando les tememos, necesariamente huimos de Dios. Cuando huimos de
Dios, hacemos algo; en el contexto de este estudio, eso es comer de forma
reconfortante o autocastigarse mediante la inanición. Contar con personas de tu red
de apoyo que te ayuden a resolver los casos en los que te sientas criticado y que
podrían hacer descarrilar tu progreso, es una forma importante de seguir creciendo.
14. Practicar la autocompasión. A menudo nuestro mayor crítico no está «ahí fuera».
Por el contrario, nosotros somos nuestro mayor crítico. A menudo, en el contexto
de esta batalla interna, la autoestima se convierte en la respuesta percibida.
Contrasta estas dos definiciones de autoestima y autocompasión.
Conclusión:
Recuerda que este capítulo fue concebido como un bufé; se ofrecieron más cosas de las que
podrás poner en práctica. Esto es intencional y está diseñado para que puedas seleccionar
las estrategias que mejor se adapten a ti. Comienza por elegir una o dos cosas más
importantes que aprendiste en cada una de las tres áreas clave de este capítulo.
Aceptando tu ●
cuerpo ●
Preparación
para el regreso
a la ●
alimentación ●
saludable
Prácticas de
mayordomía
sobre el ●
cuerpo y la ●
alimentación
Comparte con tu red de apoyo las cosas que has anotado en el cuadro anterior. Al
compartirlas, permite que esto sea algo que desees hacer más que algo que debas hacer.
La búsqueda de una vida sana en el contexto de una comunidad de apoyo debería
convertirse en un placer más que en una obligación. Date cuenta de que puedes perseguir
estos beneficios con personas que te importan y que se preocupan por ti. Eso es más
satisfactorio, liberador y sostenible que cualquier cosa que tu relación insana con la comida
pudiera prometerte.
Enfoque de la responsabilidad (RESTRUCTURA DE LA VIDA):
Con cada paso, proporcionaremos preguntas que debes invitar a otra persona a que te
pregunte abiertamente y confronte cualquier contradicción entre tus palabras y tu vida.
Memoriza: 2 Pedro 2:22 (NBLA): «Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: “El
perro vuelve a su propio vómito, y la puerca lavada, vuelve a revolcarse en el cieno”».
Mientras memorizas este pasaje reflexiona sobre estos puntos clave:
Notas de enseñanza
«La mayoría de las personas experimentan ansiedad cuando dejan de usar la comida para
afrontar el estrés porque tienen que aprender nuevas formas de afrontarlo. El cambio,
incluso cuando es deseado y positivo, puede ser estresante (p. 17)». Stephen Arterburn y
Linda Mintle en Lose It for Life (traducido como «Perderlo de por vida»)
«Es importante aprender la diferencia entre tener un crítico interior y una sana
autorreflexión. Un crítico interior es desagradable y malo. Te hará dudar de ti mismo y te
mantendrá infeliz, inseguro y atascado. La autorreflexión puede ayudarte a mantenerte
humilde y ayudarte a seguir mejorando y creciendo (p. 90).» Carolyn Costin y Gwen Schubert
Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (traducido como «Ocho claves para
recuperarse de un trastorno alimenticio»).
«Si recordamos que la humildad es la principal virtud, si miramos al estado físico a través del
lente de la humildad y construimos una comunidad que abraza la humildad, entonces
podemos mirar este asunto a través del lente del ánimo en lugar del juicio, de la inspiración
en lugar de la condena (p. 73).» Gary Thomas en Every Body Matters: Strengthening Your
Body to Strengthen Your Soul (traducido como «Cada cuerpo importa: Fortaleciendo tu
cuerpo para fortalecer tu alma»).
«Aprende algo de cada recaída (p. 115) ... Una recaída en los comportamientos no significa
que vuelvas al punto de partida (p. 191) ... Es por eso que vale la pena no darse por vencido,
la capacidad de disfrutar del silencio y no atormentarme por lo que he comido hoy y por lo
que queda en la nevera por comer (p. 181).» Jenni Schaeffer en Life Without Ed (traducido
como «La vida sin Ed»)
Aplicación personal
Al llegar a este capítulo, es probable que el impulso del cambio haya fluctuado ya varias
veces. Empezar fue difícil. Se sentía como una batalla cuesta arriba. Los antiguos patrones
de vida no querían dejarte ir y tú no querías admitir que te dominaban. Cambiar tus patrones
de alimentación puede parecer traicionar a un amigo; las rupturas nunca son fáciles, incluso
cuando son buenas y necesarias.
Pero la honestidad con uno mismo, con los demás y con Dios tiene una gran manera de crear
impulso. Empezaste a soltar el peso del pecado que se aferraba a ti para poder correr
libremente (Hebreos 12:1). Esta segunda fase es casi siempre emocionante. Trae una gran
sensación de esperanza y progreso las tantas maneras de que tu relación con la comida sea
más saludable,
Pero antes de abordar esos temas, dedicaremos un par de secciones a analizar el tema de la
recaída. ¿Qué es una recaída?, ¿cómo sé si he recaído? Si una recaída no «simplemente
ocurre» ¿qué contribuye a una recaída?, ¿qué hago si me doy cuenta de que he recaído?
Analizando la recaída
¿Cada resbalón es una recaída? ¿Cada mala elección de comida significa que estoy
«empezando de nuevo»? ¿Cómo puedo dejar de esperar ser perfecto(a) para el resto de mi
vida sin ponerme excusas que me faciliten volver a caer en comportamientos destructivos?
Puedes ver por qué la recaída es un tema tan difícil en un programa de recuperación.
Por un lado, se puede esperar recaer muchas veces en el camino de la recuperación. Si no
recaemos, entonces nuestra lucha probablemente no era «dominante en la vida» y no
justificaba el nivel de atención que proporciona este estudio.
Por otro lado, no queremos esperar a fracasar. Queremos enfrentar cada momento con la
expectativa de que dependemos en Dios para tomar decisiones sanas y que lo honren.
● Enfrentaremos la recaída.
● La recaída es la recurrencia de comportamientos autodestructivos relacionados con
nuestro cambio deseado.
● Más peligroso que la recaída son la deshonestidad y el esconderse.
● La deshonestidad y el esconderse son la diferencia entre un resbalón en una recaída
(corto) y el deslizamiento en una recaída (largo).
● La recaída empieza a terminar cuando comienza la honestidad.
● Es más probable ser honestos sobre algo que hemos discutido abiertamente.
● Incluimos esta sección, no para excusar o predecir la recaída, sino para colocarnos
en posición de una respuesta saludable.
En su libro Lose It for Life (traducido como «Perderlo de por vida»), Stephen Arterburn y Linda
Mintle exponen cuatro fases de una recaída (p. 228-230, solo el texto en negrita). La
presencia de un paso temprano no hace que los últimos pasos sean inevitables. Más bien
veremos cada una de ellas para ayudarte a prevenir el avance hacia la recaída cuando te des
cuenta de que estás en una condición vulnerable.
1. Complacencia: «Sólo quiero descansar de ser bueno». Este es el desafío leve y pasivo-
agresivo del cansancio. Probablemente significa que hemos intentado cambiar
demasiado rápido (enfoque perfeccionista del cambio) o que tenemos demasiadas
cosas en nuestra agenda. La honestidad anticipada con las personas de tu red de apoyo
es la mejor respuesta a esta fatiga. No intentes presionar en privado. Evalúa cuál sería
un enfoque sostenible del cambio con las personas que te quieren. De eso trata este
capítulo.
2. Confusión: Muchos han dicho: «La mundanalidad hace que el pecado parezca normal
y la rectitud parezca extraña». Cuanto más nos adentramos en la tentación, más afecta
esta dinámica a nuestra forma de pensar. Empiezas a ver las «elecciones saludables»
como una «carga no saludable». Empiezas a ver las «elecciones no saludables» como
«momentos de libertad». Empiezas a ver a los «amigos que te apoyan» como «gente
que no entiende y espera demasiado». Cuando esta desorientación comienza a surgir
sé honesto lo antes posible. Este es el patrón de pensamiento que extenderá una
recaída. Incluso si no sabes qué revelar en este momento, llama a un miembro de tu
equipo de apoyo y di: «Estoy luchando. No creo que esté pensando bien en este
momento. ¿Podemos hablar?»
Lee 1 Corintios 10:13. «Dios no te dejará ser tentado más allá de tu capacidad» no sólo
significa el tipo o la intensidad de la tentación, sino que también significa en cualquier punto
del ciclo de la tentación. Con demasiada frecuencia conceptualizamos un «punto de no
retorno» ficticio en nuestra lucha contra los desórdenes alimenticios. Si existe un «punto de
no retorno», es el punto en el que decidimos no ser honestos con Dios, con nosotros mismos
y con los demás. La gracia de Dios significa que siempre hay esperanza en la honestidad sobre
nuestro pecado y nuestras luchas. Cuando Dios promete proveer «una vía de escape» se
refiere, no a una vía de paso secreta (lo oculto nunca es gratis), sino al contexto de gracia y
apoyo que proporciona el evangelio que nos permite ser honestos.
¿Cómo medir el progreso duradero?
Medir el progreso es engañoso por muchas razones. Primero, es un intento por medir algo
muy fluido y dinámico. Hay un alza y baja, aceleración y desaceleración en el progreso que
hace difícil obtener una lectura concreta. Segundo, tiene una tendencia a medir rendimiento
sobre dependencia. Esta tendencia puede fácilmente menospreciar la dependencia hacia
Dios enfatizada a lo largo de este material. Finalmente, puede fomentar vergüenza cuando
hay algún tipo de retroceso. Cómo se manejan los retrocesos es fundamental para establecer
un cambio duradero.
C.S. Lewis brindó una muy instructiva metáfora para saber cómo lidiar con la vergüenza.
Comparó la vergüenza con el café caliente. Si lo derramamos en nuestra piel nos quemamos,
escaldamos y nos sentimos disgustados. Sin embargo, si lo bebemos nos calentamos,
nutrimos y energizamos. Cuando evitamos la vergüenza o nos revolcamos en ella, es como
café derramado. Cuando manejamos el estigma que puede existir sobre desórdenes
alimenticios en las maneras que están detalladas en la Escritura, entonces incluso nuestras
debilidades nos acercan más a Cristo, nos recuerdan la necesidad de la cruz y nos dan un
testimonio para compartir.
David Powlison da siete indicadores para cuando se está alcanzando progreso contra el
pecado (texto en negrita solamente). Estos se definen para darte un entendimiento más
robusto del progreso en lugar de solamente contar el número de días que comiste bien. A
medida que vas leyendo, considera cómo cada punto te ayuda a ver y/o mantener un
progreso aun cuando eres tentado(a) al desorden alimenticio.
2. Arrepentirse rápidamente: El progreso significa que cuando el pecado nos lleva a los
malos hábitos alimenticios, responderemos a esas ocasiones de manera diferente. El
arrepentimiento rápido es la clave para detener una recaída. Ya no se cederá a la
mentalidad, «si ya me he portado mal, más vale que lo disfrute». Tu comodidad
conversacional al acudir a Dios en arrepentimiento debe ir aumentando (revisa el
cuarto paso). En este punto deberíamos estar convencidos de: «cuanto más rápido
sea sincero, más rápido seré libre».
Hay otra forma en la que podemos pensar sobre medir nuestro progreso en el trastorno
alimenticio. Podemos mirar los indicadores de confianza en Dios en el momento de la lucha
o podemos considerar una forma multidimensional de medir el tamaño decreciente de
nuestras tentaciones. Queremos hacer ambas cosas; queremos aumentar nuestra confianza
en Dios en medio de la experiencia (criterio anterior) y queremos disminuir el tamaño de
nuestra tentación en todas las formas posibles (criterio de abajo).
● Intensidad (altura: A a B)
● Duración (ancho: Y a Z)
● Frecuencia (pico a pico: 1 a 2)
La tentación a tener un trastorno alimenticio puede medirse en las mismas tres categorías.
Estas te entregan tres formas de medir el progreso con tu lucha. ¿La tentación es menos
intensa? ¿Tu tentación es más breve? Tu diario debería mostrar una base de comparación
bastante objetiva de cómo estos cambios ya han comenzado a ocurrir desde que comenzaste
este estudio.
¿Te sorprende lo que puede hacer una pequeña cantidad de progreso en cada área? No es
sólo un truco matemático. Es la gracia de Dios. Si nuestra santificación (madurez espiritual,
relacional y emocional) requiriera un nivel de esfuerzo que igualara el impacto de nuestro
pecado, eso sería auto expiación. Lo que se necesita es morir al yo y vivir sabiamente para la
gloria de Dios confiando en su gracia. Cuando eso comienza, el impulso del Cielo está detrás
de nosotros. Cada paso de fe está atrapado en la corriente de la gracia de Dios.
Buscando el progreso
Ahora que tienes una imagen más completa de lo que es el progreso, tienes que hacer un
examen exhaustivo de tu vida para determinar en qué medida se está realizando este
progreso en las distintas áreas de tu vida. En el siguiente material examinarás las relaciones
clave (¿quién?), momentos (¿cuándo?), lugares (¿dónde?) y actividades (¿qué?) en los que
el progreso debería ser cada vez más evidente.
Es importante que al evaluar estas áreas, seas tan honesto como lo has sido con todo lo
demás en este estudio. Sería fácil permitir que la fatiga del cambio te tentara a ser menos
auténtico con los demás u honesto contigo mismo. Sin embargo, si tratas el pecado que no
es de crisis de manera diferente a como tratas el pecado de crisis, entonces se convertirá de
nuevo en una situación de crisis.
● Cuando la gente es grande, y Dios es pequeño por Ed Welch para las relaciones con
una dinámica codependiente.
● Pacificadores por Ken Sande para quienes se sienten intimidados por los conflictos.
● Relationships: A Mess Worth Making (traducido como «Relaciones: un caos que vale
la pena tener») por Paul Tripp y Tim Lane describe las expectativas relacionales
normales.
● Picture Perfect (traducido como «Imagen perfecta») por Amy Baker, describe cómo
manejar las expectativas perfeccionistas de uno mismo.
Si tu tentación está fuertemente influenciada por una historia de abuso, se recomienda que
utilices un recurso como la consejería o uno de los libros que se enumeran a continuación
para ayudarte a superar estas respuestas.
● En el umbral de la esperanza por Diane Langberg
● Cómo comprender y sanar el abuso por Steven R. Tracy
● Is it my fault? (traducido como « ¿Es mi culpa?») de Justin y Lindsey Holcomb
Lee Gálatas 3:28-29. Las reacciones emocionales fuertes basadas en la identificación con el
grupo revelan que estamos valorando como «más esenciales» cosas que no son «lo más
importante» de una persona. Nuestra reacción revela que nuestras preferencias se han
convertido en un fuerte sistema de medición. Pecamos cuando consideramos a las personas
(individuos o grupos) como seguras o no seguras, o buenas o malas sin saber si nuestra
evaluación es verdadera. Debemos permitir que el evangelio, en lugar de nuestros temores,
sea el lente a través del cual vemos a las personas.
Rol: A veces nuestras reacciones emocionales no tienen tanto que ver con una persona en
particular pero sí con la dinámica de la relación o con las responsabilidades que asumimos
en una posición particular. Si un rol particular te impide experimentar una mayor libertad de
los malos hábitos alimenticios, es importante discernir si se debe a (a) una formación o
preparación inadecuada para desempeñar ese papel, o (b) la importancia que le das a ese
papel.
Si la falta de formación o preparación para una labor en particular crea la angustia que
provoca la tentación, entonces pregúntate: « ¿Qué formación necesito?» y « ¿Cómo podría
empezar a buscarla?». Gran parte de este estudio te ha impulsado a ser proactivo en las
luchas de la vida en lugar de tratar de manejarlas emocionalmente con la comida. Continúa
en eso con la forma de buscar la formación que necesitas para sentirte más cómodo en el
papel que genera el estrés.
Si estás sobrevalorando un rol en particular de manera que hace que tu vida se desequilibre,
entonces tendrás que lidiar con tus prioridades y valores. El desequilibrio de las prioridades
hará fracasar hasta el mejor de los sistemas, lo que significa que, por muy excelente que sea
tu plan de cambio del sexto paso, éste volverá a migrar hacia lo que conocías anteriormente,
a menos que tus valores cambien. En este caso, el tipo de conocimientos que obtuviste en el
tercer paso sobre los motivos será un importante punto de referencia para tus relaciones de
responsabilidad.
Lee Efesios y llena el siguiente cuadro. El mensaje de Efesios se puede resumir en «No seas
lo que eras». Mientras lees esta carta, presta especial atención a las columnas uno y tres con
los contrastes de la vieja identidad y la nueva identidad. Puede que encuentres otros
contrastes de la vieja identidad versus la nueva identidad. Agrégalos a tu cuadro. Después de
hacer esa lista, regresa y captura la experiencia de cada una, particularmente la que has
experimentado en tu maduración espiritual. Se da un ejemplo de «lejano» frente a
«cercano» para ayudarte a empezar.
Hijos de
desobediencia Hijos adoptados
(2:2; 5:1)
Moralmente
confundido Amorosamente
confiado
(4:14-19)
Viejo hombre
Nuevo hombre
(4:20-24)
Tosco
Agradecido
(4:29-32)
Idólatra
Apartado
(5:3-6)
Tiniebla
Luz
(5:7-14)
Insensato
Sabio
(5:15-17)
Hora del día/Semana/Mes: Intenta prestar atención para saber si la tentación surge en
momentos predecibles en los ritmos de tu vida. ¿Hay puntos regulares en tu día, semana o
mes en los que la lucha es más fuerte? Si la respuesta es sí, pregúntate, « ¿Qué tipo de ritmo
es el que mejor explica esto: ciclo de sueño, carga de trabajo, interacción social, horarios de
comida, ciclos de pago financiero, ciclos hormonales, etc.?».
Si tu trastorno alimenticio está vinculado a ritmos biológicos o relacionados con el tiempo,
sería conveniente consultar con un médico (si no lo has hecho ya) que te ayude a identificar
cómo regular las funciones corporales que explican estos cambios de humor.
Si tus tentaciones están relacionadas con ritmos sociales o de comportamiento, entonces,
como mínimo, debes examinar tus sistemas de manejo en tu vida. ¿Cómo gestionas el tiempo
y el dinero? ¿Estás dispuesto a decir «no» al exceso de compromisos? ¿Cómo eres de
asertivo en las relaciones poco saludables? Si descubres que tu mala gestión tiene su origen
en las prioridades incorrectas, como suele ocurrir, arrepiéntete y comprométete a cambiar.
Si la mala gestión tiene su origen en la ignorancia, comprométete a aprender y a cambiar.
A continuación, se enumeran algunos recursos que pueden ser útiles en este ámbito.
Estaciones/Temporadas: Los ritmos estacionales o anuales pueden ser similares a los del día-
semana-mes. Nuestros hábitos alimenticios y apetito tienden a cambiar con las estaciones.
Esto es cierto para todo el mundo, pero puede ser preocupante para aquellos que se han
esforzado para estabilizar sus patrones alimenticios.
Las vacaciones y otras ocasiones especiales similares también pueden ser un momento
importante para pensar en el futuro, ya que la comida puede ser el centro de estas reuniones
sociales. Cuando sepas que se acercan estos momentos (lo bueno de las vacaciones y las
ocasiones especiales es que son predecibles) habla con las personas de tu red de apoyo sobre
cómo piensas afrontarlos.
Nivel de energía: El cansancio tiene un impacto claro y directo en nuestro consumo de
alimentos. Cuando estamos cansados, comemos más para mantenernos despiertos o para
obtener una carga de energía. Las preguntas que aparecen a continuación pretenden
ayudarte a evaluar si tu estilo de vida te permite tener un nivel de energía constante,
reduciendo así tu nivel de tentaciones relacionadas con la comida.
● ¿Estás manejando tu vida de manera que tienes tiempo y libertad mental para dormir
adecuadamente?
● ¿Sigues una dieta saludable para que tu cuerpo tenga la nutrición que necesita para
estar balanceado nutricionalmente?
● ¿Haces ejercicio cardiovascular para ayudar a tu cuerpo a eliminar los subproductos
químicos del estrés?
● ¿Te dedicas a actividades que disfrutas para que tu moral de una vida sana se
mantenga alta?
● ¿Consumes cafeína u otros estimulantes para compensar los hábitos de sueño poco
saludables?
● ¿Podrías subsistir durante la próxima década si vives como lo has hecho durante la
última semana? ¿Mes?
Antes / Después: El antes y el después puede ser un evento (por ejemplo, una presentación,
una visita a la familia, etc.) o una interacción (por ejemplo, un conflicto, entrevista, etc.) que
son estresantes o una «decepción» en comparación con tus expectativas. Aprender a
manejar la anticipación, la decepción y el logro es una parte importante para mantener una
relación sana con la comida.
Anticipación: la espera de un acontecimiento futuro marcado por la incertidumbre es un
desencadenante frecuente de hábitos alimenticios poco saludables.
Decepción: recordar un acontecimiento del pasado que no se ajusta a las preferencias, es
otro de los desencadenantes frecuentes de los hábitos alimenticios poco saludables.
El logro puede ser un desencadenante basado en el hecho de que pensamos que la
«recompensa» debe ser consumir una cantidad de comida que es poco saludable o un tipo
de alimento que nos resulta más difícil de autocontrolar. No es malo que la comida forme
parte de nuestro sistema de recompensa, pero debemos ser conscientes de las tentaciones
que pueden surgir.
Transiciones: Las transiciones importantes de la vida también pueden ser momentos de
desorientación emocional. Ir a la universidad, el nido vacío, el primer «trabajo real»,
convertirse en padre o abuelo, la crisis de la mediana edad, la jubilación y otras transiciones
similares nos afectan al menos de dos maneras: (1) nos hacen cuestionar nuestra identidad,
y (2) se nos dificulta saber cómo «deberíamos» sentirnos.
Mientras examinas cuán preparado(a) estás para mantener el progreso que has hecho,
considera si hay alguna transición importante en tu futuro próximo. Si las hay, hay al menos
tres formas recomendables en que puedes prepararte:
1. Espera cierto nivel de desorientación emocional. No permitas que la sorpresa
magnifique la interrupción.
2. Empieza desde ya a introducir esto en las conversaciones con tu red de apoyo.
3. Obtén orientación de otras personas que ya se hayan enfrentado a este tipo de
transición, especialmente de aquellas que hayan atravesado este tipo de transición
mientras luchaban con un patrón comparable de desorden alimenticio.
Lee Eclesiastés 3:1-8. «Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso
bajo el cielo» (v. 1). Dios no está molesto porque tengas que considerar cómo estos factores
de tiempo impactan tu relación con la comida. Dios no está dando golpecitos con su pie
preguntándose cuándo vas a volver al «trabajo importante». Dios está tan preocupado, si no
más, por tu salud como lo está por tu productividad. Para Dios tu productividad es
simplemente un indicador de tu salud. Las personas sanas que viven el evangelio cambian el
mundo, así que Dios quiere que te tomes el tiempo para asegurar tu salud a largo plazo para
que puedas disfrutar de tu papel continuo en el avance de su reino.
Hogar: La vida en el hogar tiene una dinámica distinta a la de otras relaciones. El hogar es el
lugar donde comemos muchas de nuestras comidas y aperitivos. Es donde más fácil podemos
ocultar nuestras acciones porque es muy familiar y se encuentran nuestros espacios
privados. El hogar es un lugar donde se asocian fuertes recuerdos y donde hay muchas
responsabilidades que no están presentes en otras relaciones. Es allí donde se genera el
tiempo de inactividad y de búsqueda de comodidad (saludable y no saludable). El hogar es,
idealmente, un lugar de refugio al que volvemos después de las tensiones de la vida.
Se puede empezar a ver rápidamente cómo el hogar puede ser una gran protección o
contribuir a nuestros patrones de alimentación desordenada; y por qué es difícil que el hogar
sea una influencia neutral para estos comportamientos.
¿Cuáles son los aspectos de tu vida en casa (rutina y disposición física) que contribuyen al
desorden en tus hábitos alimenticios?
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¿Cuáles son los aspectos de tu vida en casa (rutina y disposición física) que ayudan a aliviar
tus malos hábitos alimenticios?
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¿Cómo o cuándo puedes perfeccionar o modificar esos aspectos que contribuyen a tus malos
hábitos alimenticios?
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Si tu vida en casa tiene una influencia significativa en tus hábitos alimenticios desordenados,
pide a un amigo de tu red de apoyo o a un consejero que revise tus respuestas a las preguntas
anteriores. Asegúrate de que estás evaluando qué cambios son posibles y cómo llevarlos a
cabo de la mejor manera. Si estos hábitos han sido tu experiencia «normal», entonces es
probable que puedas pasar por alto o sobreestimar el impacto de los cambios potenciales.
Trabajo / Escuela: Fuera de nuestros hogares, el trabajo o la escuela es donde pasamos la
mayor parte del tiempo y gastamos la mayor cantidad de energía. Nuestra ocupación o
educación suele ser la forma en que respondemos a la segunda pregunta estándar del
protocolo social: « ¿A qué te dedicas?». Nuestro sentido de logro e identidad, para bien o
para mal, suele surgir de estos ámbitos.
Si experimentas una importante incertidumbre e insatisfacción con la vida en función de tu
trabajo o de la selección de los estudios que te ayudaría a conectar con una carrera
satisfactoria, entonces los recursos que aparecen a continuación pueden ayudarte a discernir
cómo conectar tu vocación con el llamado general de Dios para hacer avanzar su reino de
una manera que tenga más propósito y sea más satisfactoria.
● Toda buena obra: Conectando tu trabajo con el de Dios por Tim Keller
● El evangelio en el trabajo por Sebastián Traeger y Greg D. Gilbert
● Step by Step (traducido como «Paso a paso») por James Petty (no es acerca de la
vocación, pero es un libro excelente sobre el proceso de toma de decisiones)
Si tu estrés relacionado con el trabajo o la escuela está más ligado a la dinámica social,
entonces las evaluaciones que hiciste en el área de inspección « ¿Quién?» de este capítulo
es probable que te proporcionen la orientación que necesitas.
Actividad: Al igual que las relaciones, ciertas actividades pueden convertirse en
desencadenantes de diversas tentaciones e inseguridades. El peso que le damos a nuestro
desempeño en determinadas actividades puede llegar a ser tan significativo que se convierte
en una «razón» para actuar. La forma en que nos desempeñamos en un evento deportivo,
en un examen, en una tarea en el trabajo, frente a determinadas personas o durante un
momento único en la vida puede convertirse en la medida de lo que somos.
Esta reacción emocional pierde el contacto con la realidad. Existías antes de cualquier
actividad. Existes durante cualquier actividad. Existirás después de cualquier actividad,
incluso después de la muerte. Cuando vivimos como si un momento definiera nuestra vida,
estamos viviendo una mentira. Dios es mejor y más fiel que eso.
En las negociaciones financieras, se aconseja a la gente que «nunca pierda su capacidad de
alejarse». Cuando quieren algo con tanta intensidad que no pueden alejarse, no conseguirán
un buen trato. Del mismo modo, en la regulación emocional «nunca pierdas tu capacidad de
alejarte». Cuando un momento se convierte en algo tan grande que crees que tu futuro
pende de él, estarás emocionalmente incapacitado y comprometido en la forma en que
manejas la tentación.
Lee Lucas 9:23-25 y Mateo 6:33. Dios no quiere retener ninguna cosa buena de ti (Salmo
84:11) y tampoco quiere que ningún bien se adueñe de ti (1 Corintios 10:23). Cuando una
actividad se convierte en la fuente de tu tentación al desorden alimenticio, entonces eso es
un fuerte indicador de que has cruzado esta línea. Tu alegría será mayor en cualquier
actividad cuando te sientas satisfecho en Dios sin esa actividad.
El cuadro en la siguiente página tiene como objetivo ayudarte a evaluar en qué medida tu
plan de reestructuración está preparado para adaptarse a los cambios en cada área de tu
vida.
● La primera columna corresponde a los principales títulos y subtítulos de este capítulo.
● La segunda columna es para que identifiques las áreas que necesitan cambios.
● Las tres columnas siguientes se correlacionan con los criterios de la «onda sonora»
para medir el progreso.
● La última columna es para hacer anotaciones sobre los cambios que deben hacerse
en tu plan de reestructuración.
Es probable que necesites más espacio para escribir del que ofrece este documento. Este
documento pretende ayudarte a hacer un bosquejo de las modificaciones generales de tu
plan de reestructuración. Si resulta beneficioso, estas breves notas podrían convertirse en
un documento más extenso.
El valor principal de esta herramienta es ser un esquema de conversación con tu consejero,
pastor o compañero de rendición de cuentas. Permite que este sea un instrumento que te
enseñe el valor de examinar regularmente tu vida con aquellos que se preocupan por ti y
están comprometidos a buscar a Dios contigo.
• ¿En qué momentos esta información sobre la recaída habría sido útil? ¿Qué habría
hecho yo de forma diferente?
• ¿Qué pruebas he visto de cada uno de los puntos de progreso enumerados en este
capítulo (siete criterios y diagrama de ondas)?
• ¿Qué aprendí al evaluar cada una de las áreas enumeradas en la sección «Buscando
el progreso»?
Plan de mayordomía de la vida y el cuerpo
Evaluación de la aplicación
Mejora en Mejora en Mejora en Cambios necesarios
intensidad duración frecuencia en el plan
¿QUIEN?
Cónyuge
Persona 1
Persona 2
Persona 3
Persona 4
Grupo 1
Grupo 2
Grupo 3
Rol 1
Rol 2
Otro
¿CUÁNDO?
Tiempo 1
Tiempo 2
Tiempo 3
Temporada
Nivel de energía
Nivel de energía
Antes/Después
Antes/Después
Transición
Otro
¿DÓNDE?
Casa
Trabajo
Actividad 1
Actividad 2
Actividad 3
Otro
Otro
¿QUÉ?
Entretenimiento
Entretenimiento
Entretenimiento
Entretenimiento
Albatros
Albatros
Albatros
Otro
Capítulo 8
“Probando la Alegría de Comer para Vivir en lugar de
Vivir para Comer”
PERSEVERAR en la nueva vida y la identidad a la que
Dios me ha llamado.
“Puedo ver la fidelidad de Dios en el último [tiempo desde que comencé este material].
Mientras he experimentado la victoria, mi tentación ha cambiado [describe] y mi
habilidad de enfocarme en Dios en tiempos donde no hay crisis han sido ampliada
[ejemplifica].
Me he dado cuenta de que “saludable” significa más que una dieta balanceada.
Dios tiene una agenda totalmente diferente para mi vida [explica] de lo que creía.
Estoy aprendiendo a disfrutarla y estar cómodo con ello.”
Notas de Enseñanza
“La imagen negativa del cuerpo es conocida por ser el síntoma más difícil de tratar el último
del que se recupera en un desorden alimenticio… Nuestra meta no es que dejes de
preocuparte totalmente por tu apariencia, sino que aceptes que puedes y que no puedes
cambiar sin comprometer tu salud o traicionar a tu alma (p.240-241).” Carolyn Costin &
Gwen Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (Traducido como << 8
Claves para Recuperarte de un Desorden Alimenticio>>)
“Estoy en mi peso ideal y en el lugar más peligroso para una historia exitosa de dieta.
Alcanzar tu peso ideal es una bendición enredada con una maldición. La maldición es la
suposición de que la libertad ahora significa volver a todas las cosas que hemos dejado en
los últimos meses.” Lysa Terkeurst en Fui hecha para desear: No solo de pan vivirá la mujer.
“Estaba hambrienta. Caminé por la comida y comí una cantidad razonable. No intenté
enseñarle a Ed quien era el jefe mediante comer una gran cantidad de comida. Y luego de
comer, la pase muy bien. La fiesta se convirtió en algo sobre las personas, y la comida se
convirtió en el segundo plano (p.56).” Jenni Schaeffer en Life Without Ed (Traducido como
<<La Vida sin Ed>>)
“Kathy está dejando un legado para sus hijos. Ella está rompiendo un patrón familiar en
enseñarle a sus hijos a sentir dolor emocional y lidiar con ello. ¡Qué regalo para la próxima
generación (p.148)!... Dejar el peso y la obsesión por la comida implica pasar a un territorio
desconocido donde la espera ya no te protege de la atención, intimidad y vulnerabilidad
(p.228).” Stephen Arterburn y Linda Mintle en Lose It for Life (Traducido como <<Perderlo
de por Vida>>).
“Mayormente todos los que se recuperan pasan por periodos donde se sienten
desanimados y sin esperanza. Después de todo, un cambio que requiere que re-evalúes
completamente tu estilo de vida actual, que superes obstáculos significativos, que salgas de
patrones familiares y que procedas a un futuro incierto, no ocurren sin algo de duda en ti
mismo, miedo, y contratiempos en el camino (p.27).” Carolyn Costin & Gwen Schubert
Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (Traducido como << 8 Claves para
Recuperarte de un Desorden Alimenticio>>)
“He aprendido que soy más fuerte de lo que creo y esa fuerza no está en mantenerme
delgada, sino en estar saludable (p.131).” Gregory Jantz en Hope, Help, & Healing for Eating
Disorders (Traducido como <<Esperanza, Ayuda y Sanación para Desórdenes
Alimenticios>>).
Aplicación Personal
¿Disfrutas donde te encuentras en tu vida? Incluso si no estás “todavía ahí,” ¿puedes
identificar aspectos de esta parte de tu viaje que lo hagan significativamente mejor a donde
te encontrabas antes? A menos que respondas “sí” a esta pregunta y te deleites en esta
pregunta, la perseverancia será agotadora.
Con eso como nuestro punto de entrada, pregúntate esto, “¿Cómo se ve continuar
siguiendo a Dios desde aquí?” Hay probabilidad de que hayas puesto tanta energía en llegar
“aquí” que no está totalmente claro cómo prepararte para una vida después de enfocarte
intensamente en el cambio. ¿Qué haces cuando tu vida no está enfocada en cambiar tu
relación con la comida? Ese es el tema de este capítulo y el siguiente.
En este capítulo veremos post tentaciones – aquellas tentaciones que únicamente surgen
cuando lo estamos haciendo “mejor.” Para ayudarte a terminar fuerte, veremos tres temas
para esta etapa de tú viaje.
Una de las maneras más efectivas en que la tentación evoluciona es introduciendo nuevas
mentiras (o revisando versiones de mentiras antiguas) y distracciones. Mientras lees esta
sección, debes estar preparado para escucharte a ti mismo. Cuando te escuches a ti mismo
teniendo estos pensamientos, debes considerarlo como una señal indicando que debes
hablar con tu red de apoyo. La discusión después de cada mentira pretende darte la verdad
y perspectiva para contrarrestar estos mensajes disruptivos e insanos.
Podemos dirigirnos a una recaída cuando nos mentalizamos una vida “santa” que no
podemos mantener. Cuando esto ocurre nos sentimos justificados para tomar un descanso
de lo que percibimos como expectativas de Dios y nos movemos hacia el pecado en lugar
de hacía nuestra recuperación. Las expectativas irrealistas son la kriptonita de la
perseverancia.
Sin embargo, si evalúas tus expectativas y determinas que son realistas, pero difíciles,
entonces ganas fuerzas para resistir y disfrutar de este estilo de vida es de lo que se trata la
perseverancia (Romanos 5:3-5; Santiago 1:2-4). Asegúrate de pedirle a tu red de apoyo que
verifique tu evaluación y que ore por ánimo en este proceso de crecimiento.
“Ahora puedo volver a enfocarme en lo que es importante para mí.” Esta distracción
compra la noción que superar el pecado es meramente un intercambio de una forma insana
de autoenfoque a una forma de autoenfoque más funcional. Ojalá ya hayas aprendido que
los placeres legítimos son parte esencial de resistir cualquier tipo de pecado, pero también
que hayas aprendido que el “enfoque” de tu vida (lo que adoramos y lo que nos da sentido)
no puede darse en egoísmo.
“Esto no está funcionando, porque la tentación aún está presente. Nadie más tiene que
hacer este trabajo tan duro.” La tentación solo se facilita (el sentido de resistencia activa
se disipa) cuando dejamos de pelear. Pero tan pronto como el peso de la tentación es
removido para sucumbir ante ella, mayor es el peso de culpa y las consecuencias que se
instalan en ti.
“Ningún hombre sabe que tan mal está hasta que ha intentado intensamente ser
bueno. Está es una mentira obvia. Solo aquellos que intentan resistir a la tentación
conocen que tan fuerte es. Después de todo, te das cuenta de la fuerza del ejército
alemán peleando contra él, no rindiéndose. Te das cuenta de la fuerza del viento
intentando caminar en su contra, no agachándose… Por eso las malas personas, en
cierto sentido, saben muy poco sobre la maldad. Han vivido una vida refugiados en
siempre ceder. Nunca encontramos la fuerza del mal impulsada dentro de nosotros,
hasta que intentamos combatirla: y Cristo, ya que es el único hombre que nunca
cedió a la tentación, es también el único hombre que conoce lo que significa la
tentación completamente-la única realidad completa.” C.S. Lewis en Mero
Cristianismo
Recuérdate a ti mismo que la tentación es una señal de vida espiritual. Solo el alivio de la
conciencia puede remover el sentimiento de tentación en una cultura saturada de pecado.
En una cultura de exceso serás tentado perpetuamente en querer “más” de lo que un
momento, una relación o un salario puede proveer.
Resistir a la tentación nos puede dejar cansados. Pero ahora puedes ver este cansancio
como una señal de crecimiento; como una persona que tiene los músculos cansados
después de levantar pesas. Esa es una experiencia muy diferente al estar exhausto por una
relación depresiva y ansiosa con la comida. Antes de experimentar las consecuencias de una
vida sin balance (expectativas, actividades, valores, etc…). Lo que estás experimentando
ahora es la fatiga de mantener el balance en un mundo que se resiste al balance. Lo último
puede verse como una marca de la gracia de Dios en vez de una evidencia de estar en
desacuerdo con el diseño de Dios.
“Esto no vale la pena, porque [coloca lo que deseas] no está ocurriendo.” Es fácil querer
estar sano para… Pero, la manera en que te motivas a ti mismo es igual de importante que
lo que logras con esa motivación. Muy a menudo se quiere una relación sana con la comida
por razones egoístas.
Remover las distracciones de depender de la comodidad de la comida, puede agregarte
productividad. Alivianar la conciencia de las reglas legalistas sobre la comida pueden
liberarse para comprometerte a relaciones más auténticas. Pero cuando estas variables se
convierten en la medida de si nuestro esfuerzo para honrar emocionalmente a Dios “vale la
pena”, entonces hemos confundido otra vez la causa de nuestras emociones con la cura.
Si te estás preguntando, “¿Cuándo obtendré lo que quiero?” recuerda cómo era estar atado
a tus reglas de comida. Ahora tienes una mejor vida y la oportunidad para que tu
productividad y calidad relacional crezca; antes no tenías ninguna (calidad de vida u
oportunidad de crecer).
Contraataca estas formas de distracción con gratitud por las muchas maneras en que Dios
ha sido fiel en tu vida. Usa el incremento de confianza en la fidelidad de Dios para que
genere un deseo de que Dios produzca cualquier fruto en tu vida que Él considere de mayor
beneficio para ti.
“[Está] situación es en este momento más importante que mi necesidad de estar sano.”
En rara ocasión dirías esto en voz alta, o incluso te permitirías pensar estas palabras. Pero
esta es la mentira que crees cuando te colocas de nuevo en un lugar con una situación
imprudente o comprometedora por razones “prácticas''. “Prácticas” se convierte en un
sinónimo amistoso de “más importante.”
● “Necesito trabajar más horas (menos descanso y menos tiempo en familia) porque
en realidad necesito avanzar.”
● “Sé que esta persona no es emocionalmente sana para mí, pero la extraño y creo
que soy suficientemente fuerte para manejarlo.”
● “Sé que fui consumido por correr un maratón, pero creo que puedo disfrutarlo sin
ser consumido por el ahora.”
Cuando te encuentras intentando justificar, alterar o relajar los cambios que hiciste en el
capítulo seis y siete, recuerda esta mentira como una bandera roja en tu mente. Por esto
es tan importante que documentes los cambios que haces a través de este estudio.
Necesitas estar claro para cuando “no estás cambiando” los cambios que te proveen una
libertad emocional.
Esos cambios no fueron hechos para ayudar a volverte “suficientemente fuerte” para
caminar en el campo enemigo. Esos cambios fueron hechos porque tú enemigo es más
fuerte que tu y solo puede hacérsele frente en el campo de la sabiduría de Dios. No caigas
preso de pensar que la victoria ganada bajo la protección de la sabiduría de Dios puede
persistir cuando vuelvas a la arena de la sabiduría mundana, comúnmente llamada “sentido
común.”
La Victoria Cambia la Tentación
Gálatas 6:1-5 habla tanto de la tentación de aquellos que están “cautivos de la transgresión”
y la tentación de aquellos “que son espirituales.” Cualquiera que está en la última categoría
ha pasado un tiempo en la primera; no hay santo que no haya y no esté batallando con el
pecado. Mientras has avanzado a través de este estudio, has empezado a moverte de una
categoría (atadura) hacia la otra (libertad). Debajo hay cuatro nuevas tentaciones que
emergen a medida que experimentamos la victoria sobre el pecado.
Decepción de las Nuevas Alturas: La pobreza duele diferente cuando has conocido la
riqueza. Mientras vives en una relación sana con la comida, los hábitos recurrentes de
desórdenes alimenticios pueden crear una respuesta más fuerte de culpa de lo que has
conocido antes.
“Mientras más tiempo paso en recuperación, peor se vuelve cada recaída (p.136).”
Jenni Schaeffer en Life Without Ed (Traducido como <<La Vida sin Ed>>).
Cuando el desorden alimenticio era “normal,” era menos alarmante. Puede ser tentador
permitir que esto intensifique la culpa para tener un mayor sentimiento de fracaso y
comenzar a reprenderte a ti mismo. Debes reconocer (intelectual y emocionalmente) que
la gracia de Dios es suficiente y necesaria para las caídas desde cualquier “altura” (entre
comillas porque esta es más categoría tuya que de Dios.)
Una protección para esta tentación es recordar que la madurez espiritual no significa
independencia de la gracia de Dios (ve el siguiente punto), sino que una mayor dependencia
en ella. Lee 1 Timoteo 1:1-20. Nota que, hacia el final del ministerio de Pablo, él se veía a sí
mismo más pecador que al inicio (Hechos 9). Pablo usó esto para darle ánimo al joven
Timoteo (v.18-20) porque se dio cuenta que la dependencia en la gracia es la esencia del
mensaje - el Evangelio (v.16).
La madurez sólo puede ser expresada con mayor dependencia hacia Dios. La madurez
requiere humildad, así como el entreno requiere pistas. Lee Gálatas 2:18-21. Date cuenta
qué Pablo advierte sobre la reconstrucción de lo que ha caído (v.18). Esto es exactamente
lo que una vista falsa de la madurez hace. Es de esta advertencia que Pablo establece el
principio de que la madurez es menos de ti y más de Cristo (v.20). Así como una oruga
madura en una mariposa, eres llamado a madurar en algo diferente a como has comenzado.
Comenzaste “conectado a la tierra y gateando” en nuestra independencia de Dios (la
esencia del pecado). Maduras en aquellos que enfrentan la dependencia hacia Dios como
las alas de Dios pretenden proveernos de libertad. La oruga debe morir para que la mariposa
pueda retomar su vuelo.
Para ayudarte a ti mismo a ver que este cambio es una bendición, comienza llevando una
lista de nuevas responsabilidades y oportunidades que Dios trae a tu vida. Da gracias por
ellas regularmente. Recuerda que son muestra de la fidelidad de Dios, no cargas. Recuerda
que ganar una relación sana con la comida no es el final de tu camino.
Tu relación insana con la comida estaba agotando tu energía para hacer cosas que Dios te
llamó a realizar, robando ese tiempo en el que las harías, e indeterminando la confianza de
que Dios bendecirá tus esfuerzos. Discierne sobre no sobrecargarte con estas
oportunidades como para que pierdas el balance que has creado. Pero tampoco permitas
que este discernimiento te haga pasivo hacia ser un cambio en el mundo que te rodea (más
sobre esto en el capítulo nueve).
Este es un tiempo donde el orgullo puede regresar de maneras más sutiles y socialmente
aceptables. Pero nunca debes pensar que una pregunta es traída a ti porque tu eres la
fuente de su respuesta. No debes confundir la gloria de la respuesta por la gloria de la vasija
(2 Corintios 4:7-18).
Lee Santiago 3:1-12. Date cuenta qué Santiago les escribe a los cristianos que están saliendo
de un problema (dispersión por la persecución religiosa; ve Santiago 1:1) y quienes ahora
se levantan en posición de maestros (v.1). Él les advierte sobre la tentación y el poder de
sus palabras en este nuevo rol. El mensaje es que el increíble poder de la influencia debe
mantener humildes a aquellos que están entrando en una nueva posición de influencia.
Esta tercera sección del capítulo ocho puede sentirse cómo un cambio de ritmo. Eso es
porque no tiene como punto focal al desorden alimenticio. Esta sección hace la pregunta,
“¿Cómo debería comenzar a verse mi vida ahora que no me enfoco en cambiar una relación
insana con la comida?”
“Los estudios indican que las relaciones de apoyo, ya sea de amigos, familiares,
profesionales o mentores, son claves para ayudar a la recuperación (p.191).” Carolyn
Costin & Gwen Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder
(Traducido como <<8 Claves para Recuperarte de un Desorden Alimenticio>>).
El primer lugar donde esto ocurre es en los grupos pequeños. La lección (cognitiva y
emocional) que Dios te enseña a lo largo de este estudio ha sido mejorada, protegida y
aplicada de gran manera por las relaciones en las que lo has aprendido. Es por esto por lo
que es sabio que comiences a integrarte en un grupo pequeño si aún no perteneces a uno.
Si necesitas ayuda identificando en qué grupo pequeño podrías encajar mejor, habla con tu
consejero, mentor o pastor de iglesia.
Muchos de los líderes de grupos pequeños en “The Summit Church” han asistido a esta
capacitación sobre “Cómo obtener una relación saludable con la comida.” Les interesa el
tema y están familiarizados con el contenido. Quedaría completamente a tu discreción si
quieres compartir con el líder porque escogiste su grupo.
Aprende a rendir cuentas y animar en escalas más amplias. Avanzar a través de este
material con alguien más puede ser la primera vez que has experimentado una continua
rendición de cuentas y ánimo cristiano. La rendición de cuentas no es solo para los
problemas dominantes de la vida. Es parte de la definición de Dios sobre “saludable.” Las
personas que no tienen relaciones en las que son honestos sobre sus problemas, donde
realizan rendición de cuentas y ánimo son personas que se vuelven “insanas.”
Mientras avanzas de una relación de consejería o mentoría enfocada principalmente en
desórdenes alimenticios a un grupo pequeño general, podrías preguntarte cómo será ahora
la rendición de cuentas y el ánimo ahora. Los siete puntos debajo pretenden guiarte al tipo
de relaciones de las que serás parte en tu grupo pequeño.
1. Voluntaria – La rendición de cuentas no es algo que tengas; es algo que haces. Debes
poder revelar cosas de ti para poder beneficiarte de la relación. Esperamos que la
experiencia positiva que has tenido a través de este estudio te anime a continuar
transparente y vulnerable.
2. Confiada – Las otras personas son alguien en quien confías, admiras su carácter y
crees que tienen buen juicio. Te animo a que te unas a un grupo pequeño para que
puedas construir esta confianza antes de que te gradúes de tu relación formal de
consejería y mentoría.
3. Mutua – Las relaciones unilaterales tienden a ser cortas. En los grupos pequeños
escucharás las debilidades y problemas de otros mientras tú compartes los tuyos.
Ayudarás a cargar sus cargas, mientras ellos te ayudan con las tuyas (Gálatas 6:1-2).
4. Agendada – La rendición de cuentas que no se agenda tiende a apagarse. Es por esto
por lo que los grupos pequeños que se reúnen semanalmente son el lugar ideal para
que la rendición de cuentas ocurra. Todos saben cuándo se reunirán y tienen una
expectativa compartida por cómo comenzará la conversación sobre la rendición de
cuentas.
5. Relacional – Queremos que el crecimiento espiritual se convierta en un estilo de
vida, no un evento. Esto significa que la rendición de cuentas debe ser parte de las
conversaciones regularmente, no solamente algo que ocurra en las reuniones
semanales. Debería significar que habrá ocasiones en que estén rindiendo cuentas
y no se den cuenta.
6. Comprensiva – La rendición de cuentas que se fija exclusivamente en un tema tiende
a tornarse repetitiva y se apaga. También tiende a reducir el “éxito” a confiar en Dios
en una sola área de tu vida.
7. De ánimo – Muy a menudo las palabras “rendición de cuentas” tienen la
connotación de “caza de pecados''. Cuando ese es el caso, se percibe que la
rendición de cuentas solo “funciona” cuando es negativa. De cualquier modo, la
rendición de cuentas que dura debe celebrar el crecimiento en carácter tan
fervientemente como el trabajo en los deslices del carácter. Esto significa hacerse
unos a otros preguntas sobre desánimo y además preguntas sobre tentaciones.
Ten un plan de estudio para el futuro. Caminas hacia adelante. Caminas hacia atrás. Por
algún tiempo has sido parte de un proceso estructurado e intencional. Si dejas esa
estructura sin un plan continuo para profundizar tu entendimiento y aplicación de las
Escrituras en los problemas de la vida, puede que retrocedas. Efesios 5:15-16 te llama a ser
intencional: reconocer el tiempo, menos la dirección es igual a decaer, no crecimiento.
Siete pasos de este estudio hacen referencia a muchos recursos que serán de beneficio para
ti. Sin duda muchos de ellos son interesantes para ti. Retrocede e identifica de cuáles crees
que te beneficiarías más al leerlos. Si no puedes identificar uno que sobresalga, entonces te
recomendamos estudiar “Encontrando Tú Identidad, Seguridad y Confianza en Cristo”
(bradhambrick.com/identity) como un recurso para ayudarte a solidificar tu progreso.
Este estudio completo se ha llenado con devocionales de estudio bíblico. Si no has estado
tomando el tiempo para leer los pasajes y reflexionar en los pensamientos devocionales /
preguntas que los acompañan, considera utilizar estos como una guía para la lectura diaria
de la biblia. Esto será una manera de reforzar lo que has aprendido en este estudio y
posteriormente solidificar las bases bíblicas de lo que has aprendido.
Repasa tu plan con tu consejero o mentor. Pide su apoyo en lo que necesite ser añadido al
plan. En consulta con ellos decide qué aspectos de esta lista necesitan ser hablados en las
conversaciones de rendición de cuentas con tu nuevo grupo pequeño antes de que te
gradúes.
Memoriza: Santiago 3:16-18 (NBLA), «Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay
confusión y toda cosa mala. Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después
pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación,
sin hipocresía. Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen
la paz.» Mientras memorizas este pasaje reflexiona en estos puntos clave:
• «Celos y ambición personal» –Es posible que emociones como éstas fueran las que
inicialmente te llevaron a un trastorno alimenticio.
• «Hay confusión» – Cuando emociones como éstas te motivan, inevitablemente
producirán trastorno en tu vida.
• «Sabiduría» – La sabiduría aplicada es lo que se ha visto a través de este estudio. Eso
es saludable.
• «La semilla» – Cuando vives de acuerdo con la sabiduría, no necesitas ver al futuro
con miedo y pavor.
• «Se siembra en paz» – No deberías estar «sembrando en paz» en el sentido de que
estás satisfecho con tu cuerpo.
• «Aquellos que hacen la paz» – Cuando eres un cristiano satisfecho con su cuerpo,
eres sal y luz en medio de una cultura obsesionada con el cuerpo.
Notas de Enseñanza
«Finalmente estoy en el lugar donde verdaderamente puedo decir que quiero más una mejor
vida, que perder peso (p.150)… Si tienes un trastorno alimenticio, estás, en algún nivel,
viviendo una vida superficial. No decimos que tu vida carezca de sentido, sino que, has
perdido dirección del verdadero significado de la vida (p.221).» Carolyn Costin y Gwen
Schubert Grabb en 8 Keys to Recovery from an Eating Disorder (traducido como «Ocho claves
para recuperarse de un trastorno alimenticio»)
«He llegado a un lugar donde puedo recuperarme completamente – un lugar de risa,
relaciones, sueños, pasiones, diversión, imagen positiva de mi cuerpo (en un cuerpo
perfectamente imperfecto), y claro, los desafíos inevitables de la vida como superar el
perfeccionismo… A menudo digo que estoy completamente recuperada de mi trastorno
alimenticio, pero no de la vida (p.198).» Jenni Schaeffer en Life Without Ed (traducido como
«La Vida sin Ed»)
«Proteger tu salud es lo mismo que proteger el vehículo a través del cual Dios quiere cambiar
el mundo (p.45).» Gary Thomas en Every Body Matters: Strenghtheing Your Body to Stregthen
Your Soul (traducido como «Cada cuerpo importa: fortaleciendo tu cuerpo para fortalecer tu
alma»)
«Las obsesiones con la comida involucran tiempo y energía que le quitas a otras actividades
(p.123).» Stephen Arterburn y Linda Mintle en Lose It for Life (traducido como «Perderlo de
por Vida»)
«Rara vez estamos perdidos para poder describir qué está mal en nuestras vidas o cómo es
estar atorado. Pero a menudo estamos completamente perdidos cuando se trata de describir
qué queremos en vez de eso (p.111).” Jenni Schaeffer en Life Without Ed (traducido como
«La Vida sin Ed»)
Aplicación Personal
Si la ley de Dios pudiera resumirse en un mandamiento positivo, deberíamos terminar este
estudio hablando de cómo correr hacia Dios, en lugar de solamente cómo huir del pecado.
La vida no trata acerca de lo que evitamos, sino de lo que perseguimos. Cómo corremos hacia
el diseño de Dios para nuestra vida encuentra una expresión única en la vida de cada persona.
Por esta razón, tú escribirás la mayoría de este capítulo. Es tu vida la que está entregándose
en mayordomía para la gloria de Dios.
La meta es que encuentres cosas a las que te puedes dedicar con mayor pasión que la que
una vez dedicaste a las reglas para tu comida. Pero no sólo cosas temporales, ligeramente
más saludables, que rápidamente se convertirían en la próxima edición de tus deseos
dominantes; ni cosas a las que te entregas en privado y que fomentan el egoísmo y el exceso.
Más bien, las cosas eternamente significativas a través de las cuales te entregas en una
comunidad de fe para resistir, moderar el deseo excesivo y convertirte en un ejemplo para
los demás.
Lee Lucas 11:24-26. Esta es una terrible advertencia acerca de quitar el pecado sin
reemplazarlo a la vez con el propósito de Dios para tu vida. Cuando reemplazas el pecado
con una vida saludable pero ignorando a Dios (nótese la contradicción) te vuelves muy
orgulloso, y te pones a la defensiva cuando se trata de cambios más grandes. Tus ídolos
(capítulo tres) se vuelven temporalmente funcionales así que el sistema de las consecuencias
en tu vida es silenciado. Entonces, cuando tus ídolos ya no te dan satisfacción y se vuelven
destructivos otra vez, es menos probable que regreses a Dios, a la Biblia y al evangelio,
porque «en realidad no funcionaron la primera vez». Vas buscando soluciones «más
profundas y significativas». De hecho, «tu estado final es peor que el primero (v.26).»
Lee Efesios 2:8-10. En este estudio has viajado a través del evangelio (v.8-9) hasta las buenas
obras (v.10). Los nueve pasos son solamente el evangelio en cámara lenta. No es que ahora
te salgas del evangelio para hacer buenas obras, sino que cultivas los frutos del evangelio.
Pablo decía que hay buenas obras que Dios ha preparado para cada creyente y deben definir
su vida diaria (andar en ellas) (v.10). Esto debería darte la esperanza para las preguntas que
te serán hechas en este capítulo. Tienes la confianza que viene de las promesas en las
Escritura, que Dios ha diseñado para tu vida y quiere que sepas cuáles son.
Mientras lees las respuestas a las nueve preguntas, recuerda la paciencia y el tiempo de Dios.
Habrá algunos aspectos del diseño de Dios con los que podrás comprometerte de inmediato.
Pero también habrá maneras en que quieras servirle a Dios que requerirán que madures más
o que estés mejor equipado antes de estar preparado para llevarlas a cabo. Lo principal es
que comiences a tener una visión para la vida que involucre ser un siervo de Dios, activo y
comprometido con esa visión para la que actualmente estás equipado.
1. ¿Estoy dispuesto a comprometer mi vida a lo que sea que Dios me pida? Si tu respuesta
es «no», no puedes continuar, ya que perjudicará las respuestas que das a las preguntas
subsecuentes. No te pierdas en la culpa o finjas que tu respuesta es «sí» (ambas respuestas
te llevarán de regreso al pecado). En lugar de eso, identifica los obstáculos. ¿Cuál es el costo
que no estás dispuesto a pagar? Puede ser que este tema se convierta en un elemento clave
para tu «plan de estudio a futuro» (capítulo ocho).
¿Hay algunas cosas específicas que creas que Dios te está pidiendo? Asegúrate de registrar
tus pensamientos en esta pregunta antes de reflexionar en las preguntas siguientes.
2. ¿He descuidado roles en los que Dios me ha puesto? La primera parte de ser un buen
mayordomo de tu propia vida es realizar tu rol primario con excelencia. Cuando Pablo dice
en Efesios 5:17 que debemos entender cuál es la voluntad del Señor, continúa describiendo
el diseño de Dios sobre los principales roles de vida (cónyuge, padre, hijo y trabajador en
5:22-6:9).
3. ¿Cuáles son mis dones espirituales? La mayordomía de tu vida para la gloria de Dios
involucra que utilices los dones espirituales que Dios te ha dado. Dones espirituales dados
por Dios que coincidan con el llamado que Él ha puesto en la vida individual de cada uno. Lee
Romanos 12:1-8 y 1 Corintios 12:1-30. Si necesitas más ayuda discerniendo esto, habla con
un pastor para hacer un inventario de dones espirituales.
4. ¿Por qué grupo de personas (edad, problema, carrera, etnia, etc.) tengo carga? Desde el
pacto más antiguo de Dios con Su pueblo, Su intención era bendecirte para que pudieras
bendecir a otros (Génesis 12:2). Al invertir tu vida en aquellos por los que tienes carga, te
permite tener otra mentalidad y encontrar alegría en eso.
6. ¿Con qué habilidades o talentos me ha bendecido Dios? Estos no tienen que ser dones
espirituales. Lee la increíble descripción de habilidades que Dios le dio a Bezalel y cómo usó
esas habilidades para servir a Dios (Éxodo 3:1-11). Piensa qué habilidades y experiencias has
acumulado en tu vida.
7. ¿Cuáles son mis experiencias de vida únicas? Tanto experiencias placenteras como no
placenteras deben ser enlistadas. A veces puedes ser tentado a pensar que Dios solamente
puede usar las experiencias buenas o espirituales de tu vida. Dios se alegra de usar tus éxitos
(Mateo 5:16), pero también se deleita en desplegar Su gracia transformando tus debilidades
para Su gloria (2 Corintios 1:3-5).
8. ¿En qué punto se encuentran mis talentos y pasiones con las necesidades de mi iglesia y
de mi comunidad? Debes buscar que la mayordomía de tu vida esté en cooperación con tu
iglesia local. El camino por el cual Dios bendice y hace madurar a aquellos que le sirven es a
través del Cuerpo de Cristo, la iglesia. Al identificar dónde tus dones, cargas, pasiones y
habilidades se ajustan con o expanden los ministerios de tu iglesia, estás maximizando el
impacto de servicio que puedes tener en aquellos que buscas bendecir.
9. ¿Cómo quiere Dios que reúna estas cosas para glorificarlo? Esta no es una pregunta más,
es una pregunta que resume las demás. Vuelve a ver lo que ya has escrito. Habla sobre esto
con amigos cristianos, familia, tu mentor o pastor. Dedica un tiempo de oración para pedirle
a Dios que te dé dirección. Luego comienza a servir de manera que seas mayordomo de tu
vida para la gloria de Dios.
“Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.” Mateo 5:6
• ¿Hay algún cambio necesario que he omitido y me impedirá realizar este paso?
• ¿Hay algún consejo o recomendación que debería seguir buscando antes de completar este paso?
Apéndice A
QUIÉN SOY EN CRISTO
Adaptado de Bob Kellemen, Ministerios RPM (www.rpmministries.org), fragmento de Soul
Physicians (traducido como Médicos del alma).
Es posible que estés leyendo este manual porque estás preocupado por un amigo o un
familiar y no porque tú tengas una relación malsana con la comida. Si ese es el caso, entonces
probablemente estés pensando: «Me encantaría tener conversaciones como las de este
manual, pero no sé por dónde empezar. Cuando lo intenté, mi amigo se puso a la defensiva
y las conversaciones no llegaron a ninguna parte».
Este desafío es real. Tú no eres el único amigo o familiar preocupado que ha tenido esta
experiencia. En el momento en que un trastorno alimenticio se ha vuelto tan grave como
para que otros lo noten, por lo general ya ha generado un conjunto de creencias que dan
como resultado pensar: «Si no apoyas mi forma de comer, entonces no me apoyas y tampoco
me amas». Eso dificulta iniciar una conversación significativa sobre este tema, pero es de
vital importancia.
Comenzaremos con una guía general y luego examinaremos las diferencias de enfoque que
existen cuando eres padre/madre de un menor que lucha con un trastorno alimenticio. La
autoridad que un padre tiene sobre un hijo permite más opciones, pero no niega la
importancia de los asuntos que discutiremos al inicio.
No personalices: Los padres tienden a preguntarse: «¿Qué hemos hecho?» porque sienten
culpabilidad o como una manera de ser menos confrontativos. Los amigos pueden
expresarse de manera similar. Existen tres razones que sustentan el por qué hacer esto no
es útil. Primero, promueve que se echen la culpa unos a otros, lo cual sabotea la probabilidad
de completar el proceso de recuperación. En segundo lugar, si la razón fundamental es
aceptable, también se convierte en una crítica de ti mismo. Es poco probable que este tipo
de riesgo emocional-relacional sea percibido en las primeras etapas de la recuperación. En
tercer lugar, la incomodidad relacional creada se suma a las emociones de la conversación y
hace que sea menos probable que tu amigo se involucre.
Identifica las opciones de cuidado más competentes: Infórmate de antemano de las personas
más competentes en tu lugar de residencia, así cuando tu amigo acepte la ayuda, estarás
preparado. A menudo, la ventana de cooperación voluntaria puede ser corta, por lo que no
querrás perder ese tiempo buscando una buena recomendación. Empieza ahora a compilar
tu lista.
Puedes ofrecerte para acompañar a tu amigo a recibir asesoría en busca de apoyo. Algunos
consejeros están más abiertos a esto que otros. Una razón para obtener información sobre
los mejores consejeros de trastornos alimenticios en tu área, es saber si esto es algo a lo que
ellos estarían dispuestos. De esa forma, evitas ofrecer algo que no es posible.
Identifica personas que se han recuperado: ¿Conoces a personas que hayan experimentado
un trastorno alimenticio similar al de tu amigo y que ahora están viviendo una vida saludable?
No programes una cita a ciegas, eso no honra la autonomía de tu amigo. Pero quizá puedas
ofrecerte para coordinar una oportunidad para que hablen. Una conversación con una
persona real que ha luchado con algo similar, puede ser un punto a favor para que tu amigo
permita que se le ayude de esta manera.
Acepta tus límites: Puedes ofrecer tu ayuda. Pero no puedes obligar a tu amigo a buscar
ayuda. Tan pronto como olvides esto, y te sentirás tentado a hacerlo, la dinámica de la
conversación cambiará radicalmente. Evita las luchas de poder en las que intentes
aprovechar las emociones o los hechos para forzar el cambio, pues tú vas a perder. Evita ser
un detective de alimentos. Cuando la evidencia se recopila de manera intrusiva, se convierte
en una razón para no cambiar. No debatas acerca de lo que es «suficientemente delgado» o
«demasiado delgado». Incluso si «ganas» el debate, habrás dañado la relación y reducido la
probabilidad de que tu amigo reciba la ayuda que estás alentando.
Evita las críticas o el lenguaje que avergüence: Debes evitar cualquier cosa que diga: ¿Qué
está mal contigo?, pues en realidad lo que quieres saber es qué está pasando. Incluso si su
desempeño escolar, laboral o social está disminuyendo, ese no es el problema y debes tener
cuidado de no enmarcar la conversación en un «debes ser más productivo y comprometido».
Tu preocupación es su bienestar, no su desempeño, y eso debe quedar muy claro.
Sé concreto y no utilices ejemplos ambiguos: Esto es lo más cercano que llegarás a una
estrategia de debate. Al presentar tu inquietud, no utilices ejemplos especulativos. Si usas
cinco ejemplos sólidos de cosas que son significativamente nocivas para la salud y un ejemplo
especulativo, ¿en qué se enfocará tu amigo si prefiere evitar el problema? La herramienta
de evaluación del capítulo uno y las formas de impacto del capítulo tres deberían ayudarte a
formular razones concretas de preocupación. Los ejemplos de salud tienden a ser más
concretos que los cambios emocionales o relacionales.
Sé empático, ya que la recuperación será difícil: Asegúrate de que tu actitud de «tú puedes
hacerlo» no parezca «esto será fácil». Cuando eso sucede, tu esperanza revela lo poco que
comprendes. Un comportamiento que enfatiza «vale la pena» y «te apoyaremos en todo
momento» es mucho mejor para comunicar una esperanza realista.
Conclusiones
Una de las consignas de este ministerio de consejería es: No hacemos eventos; creamos
recursos. Eso significa que deberías estar preguntándote: «qué puedo o debo hacer con
esta información ahora?»
Hemos creado una serie de videos cortos (en inglés) que responden a la pregunta de «y ahora
qué» desde diferentes perspectivas. Cada uno de ellos los puedes encontrar en:
www.bradhambrick.com/whatnow
www.bradhambrick.com/healthy
Nuestro objetivo en la consejería es (1) equipar a la iglesia para que se cuiden unos a otros y
a nuestra comunidad con excelencia; (2) brindar servicios de asesoramiento de calidad que
permitan a nuestra gente involucrarse en la vida de los demás con confianza ̶ saber que hay
atención adicional y experimentada disponible para acompañarlos si es necesario; y (3) crear
espacios para nuestros miembros y otros cristianos de nuestra comunidad para aprovechar
su lugar de trabajo y carreras para un mayor impacto del evangelio en sus esferas de
influencia.
Esperamos que este seminario y estos videos te brinden una visión de cómo esto puede
suceder y despierte la pasión en ti para ser parte de la obra de Dios de redimir y restaurar a
las personas y familias heridas.