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Ansiedad: Paradigma

del sufrimiento.

Brad Hambrick, M.Div., Th.M. Pastor de Consejería,


The Summit Church

Traducido con permiso del Autor por


www.proyectocoramdeo.com
INSTAGRAM @ALESURA

Agradecimientos especiales a los colaboradores de traducción:


Yerania Poliné, Karen Durán, Dominique Barros, Ma. Alejandra Osorio, Laura Alejandra Duarte Florez, María
Atiaga, Mere Ramírez, Vania Verboonen, Mónica Valadez, Haydee Moya, Daniela Sánchez, Gabriela Pineda,
Lizzie Murillo.

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Contenido
Capítulo 1 ....................................................................................................................... 4
«Comenzar una travesía difícil con el tanque vacío» ....................................................... 4
Capítulo 2 ..................................................................................................................... 18
Cómo afrontar el dolor sin huir ..................................................................................... 18
Capítulo 3 ..................................................................................................................... 33
«¿Por qué la depresión-ansiedad duele tanto?» ........................................................... 33
41Capítulo 4
................................................................................................................................................. 47
«Puedo sentir que mi depresión-ansiedad se convierte en “quien soy”» ....................... 47
Capítulo 5 ..................................................................................................................... 63
«Dios, ¿podemos descansar en este viaje?» .................................................................. 63
Capítulo 6. .................................................................................................................... 77
“Emociones difíciles en una historia redentora” ............................................................ 77
Capítulo 7 ..................................................................................................................... 87
«Recuperando mi vida de la depresión-ansiedad» ........................................................ 87
Capítulo 8 ....................................................................................................................107
«Cuando el camino se vuelve más largo que empinado» .............................................107
Capítulo 9 ....................................................................................................................120
«Después de la depresión-ansiedad, ¿ahora qué?» ......................................................120
Apéndice A ..................................................................................................................125
Seis pasos para tomar decisiones sabias sobre los medicamentos psicotrópicos ..........125
Apéndice B ..................................................................................................................131
Compromiso con la Vida ..............................................................................................131
Apéndice C ..................................................................................................................133
Consejos de Primeros Auxilios ......................................................................................133
para un amigo suicida .................................................................................................133
Apéndice D ..................................................................................................................135
¿Qué hago ahora? .......................................................................................................135

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Capítulo 1
«Comenzar una travesía difícil con el tanque vacío»
PREPÁRATE física, emocional y espiritualmente para afrontar tu sufrimiento.

«Vivir en negación sobre mi depresión-ansiedad sería mucho más costoso que


cualquier otra cosa por la que Dios me haría pasar en la búsqueda de esperanza
y paz. Él es bueno al llevarme al punto de reconocer mi depresión-ansiedad. Por
tanto, me pondré en la mejor posición posible en lo físico, emocional y
espiritual para afrontar mi lucha emocional».

Memoriza: Mateo 11:28-30 (NBLA) «Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados,
y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso
y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga
ligera». Mientras memorizas el pasaje, reflexiona en estos puntos claves:

• «Vengan a mí… Yo soy manso»: La esperanza comienza a través de una relación con
Jesús. Él quiere que sepas que es paciente.
• «Cansados y cargados»: Cuando batallas contra la depresión, todo se siente como un
trabajo cargado y agobiante. Jesús lo entiende.
• «Los haré descansar… para sus almas»: Habrá que dar algunos pasos, pero Jesús
reconoce que primero necesitas descansar y tener esperanza.
• «Tomen Mi yugo»: Un yugo unía a dos bueyes en al mismo arado. Jesús se
compromete a llevar esta carga contigo.
• «Aprendan de Mí»: Mientras Jesús camina contigo a través de este valle de
desesperación, aprenderás muchísimo de Él.

Notas de enseñanza

«Ciertamente uno de los mayores errores que puedes cometer es tratar de hacer demasiadas
cosas al mismo tiempo. Fallarás y te sentirás aún más deprimido… Como los ataques de
ansiedad y pánico también se asocian comúnmente con la depresión (tanto así que los
médicos están utilizando cada vez más el término depresión-ansiedad cuando se refieren a
la depresión), mucho de lo que escribo se aplicará también a estas condiciones de angustia».
David Murray en Los cristianos también se deprimen

«Con todo el debate sobre las causas de la depresión, es fácil perder de vista lo obvio: la
depresión es dolorosa. Es una forma de sufrimiento (p. 37)». Ed Welch en Depression, A
Stubborn Darkness (traducido como «Depresión, una oscuridad obstinada»)

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«Los Salmos tratan el tema de la depresión de manera mucho más realista de lo que hoy en
día lo hacen muchos libros populares sobre cristianismo y psicología. David y otros salmistas
con frecuencia se encontraban profundamente deprimidos por diversas razones. Sin
embargo, no pidieron perdón por lo que sentían ni lo confesaron como pecado. Era una parte
legítima de su relación con Dios. Interactuaban con Él a través del contexto de su depresión
(p. 204)». Steve y Robyn Bloem en Broken Minds (traducido como «Mentes rotas»)

«Estar deprimido ya es suficientemente malo, pero ser un cristiano deprimido es peor. Y ser
un cristiano deprimido en una iglesia llena de gente que no entiende la depresión es como
una probadita del infierno (p. 14)». John Lockley en A Practical Workbook for the Depressed
Christian (traducido como «Un manual práctico para el cristiano deprimido»).

«Usualmente no hay soluciones rápidas. Para los cristianos con frecuencia tendrá que haber
un equilibrio entre medicinas para el cerebro, descanso para el cuerpo, consejería para la
mente y aliento espiritual para el alma… Responderemos la pregunta “¿Qué es la depresión?”
analizando cómo esta se relaciona y refleja en cinco áreas de nuestras vidas: nuestra
situación de vida, pensamientos, sentimientos, cuerpos y comportamiento». David Murray
en Los cristianos también se deprimen

« [Basado en Juan 5:6] Los médicos y pastores a menudo afrontan la frustrante situación de
personas que necesitan la ayuda que ellos pueden dar, sin embargo, no dan los pasos
requeridos para beneficiarse de esta ayuda. A lo mejor han aprendido simplemente a vivir
con el problema, quizá hayan perdido la esperanza de mejorar, a lo mejor les falta la voluntad
para hacer su parte en el proceso de sanidad, quizá tienen miedo de todas las
responsabilidades de la vida que vendrían sobre ellos si se les considera sanos otra vez o a lo
mejor echarían de menos la atención y la compasión que podría generar el estar enfermos…
No tienes esperanza de recuperarte de la depresión a menos que quieras hacerlo y, por
tanto, te prepares para llevar a cabo tu propio papel significativo en el proceso de
recuperación». David Murray en Los cristianos también se deprimen

«Leer las Escrituras es una disciplina que, en ocasiones, es imposible cuando se tiene una
enfermedad mental y, sin embargo, sigue siendo necesaria para la salud espiritual. ¿Por qué
es así? Porque la Escritura posee la gracia salvadora de Dios (p. 163)”. Kathryn Greene-
McCreight en Darkness Is My Only Companion (traducido como «La oscuridad es mi única
compañía»)

Aplicación personal

¿Qué sería más abrumador que tener que llevar una carga insoportable? Que te pidan que
te muevas mientras llevas una carga insoportable. Eso es lo que muchas personas sienten
que se exige de ellas cuando empiezan una travesía como esta. Cuando emocionalmente te
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sientes cargado más allá de tu capacidad, hasta el consejo más práctico y compasivo se
percibe como si proviniera de un enemigo (alguien que está en tu contra) o de un extraño
(alguien que «simplemente no entiende»).

No hay forma de esquivar este obstáculo, así que permíteme empezar reconociendo el nivel
de fe y valentía que representa tu disposición a leer estas palabras. Probablemente para ti
se sienta como duda y temor, pero el hecho de que estés dispuesto a interactuar con este
material es noble y virtuoso. Es mi deseo, y estoy seguro de que es también el tuyo, que
podamos simplemente cambiarle de nombre a tu depresión-ansiedad para llamarle con una
palabra positiva y que desaparezca, que se convierta en una bendición o en un indicador de
alguna virtud nunca antes vista. Esas opciones sí existen. Durante el transcurso de este
estudio, tu depresión-ansiedad podría…

• … disminuir hasta el punto en que no interfiera con tu vida cotidiana.


• … convertirse en el contexto para que aprendas sobre Dios o que cuides a otros de
nuevas maneras.
• … revelar aspectos de tu carácter que equivocadamente veías como merecedores de
vergüenza en lugar de honor.

Pero por ahora no lo sabemos y no sirve de mucho tratar de predecir cómo Dios obrará en
tu experiencia en este punto de la travesía. Es probable que estas cosas parezcan lejanas,
como si pertenecieran a un cuento de hadas. Si es así, enfocarte en ellas se convertirá en una
causa de desaliento en lugar de animarte en las primeras etapas de tu proceso. En vez de
eso, hagamos preguntas menos ambiciosas; no: « ¿A dónde queremos llegar y cuáles son los
pasos y desafíos para lograrlo?», sino: « ¿Cuál es el próximo paso y cómo me preparo para
dar un paso en la dirección hacia la esperanza?». En cualquier momento podemos dar un
paso hacia la esperanza. Si ya te sientes abrumado, no te hará muy bien pensar en más que
eso.

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¿Dónde comienzo?

Al inicio de este proceso, Dios te invita a cuidar de ti mismo. Dios no te ve como un empleado
del cual quiere ver el máximo rendimiento por su inversión. Al contrario, Dios te ve como su
hijo que está sufriendo y para el cual quiere total bienestar y esperanza. Si en esta etapa
reconoces que probablemente habrá un proceso de cambio, en lugar de un momento de
cambio, Dios te ayudará a hacer las preparaciones necesarias para lo que se viene.

Lee 1 Reyes 19:1-8. Elías afrontaba el sufrimiento de ser perseguido y lo hacía solo (al menos
eso pensaba). Nota lo primero que Dios hace por su hijo desanimado: el Señor le deja dormir
y lo alimenta (v. 5), después Dios reconoció que «es muy largo el camino para ti» (v. 7) para
animar a Elías. El profeta ya no debía sentir que tenía que hacerlo por su cuenta, ya no tenía
que expresar sus pensamientos como si Dios no entendiera (tal como lo hizo en los vv. 3-4).
Al permitir que Elías se preparara físicamente, Dios demostró que Él entendía los límites del
profeta.

Lee Salmo 3:3-5. En este Salmo, David está huyendo para salvar su vida (v. 1-2). Fíjate en lo
que Dios hace primero por su hijo: el Señor levanta su quijada para sacarlo de la vergüenza
(v. 3), escucha su clamor (v. 4) y le permite dormir (v. 5). David sabe que no podría dormir en
un momento como este si no fuera Dios el que le diera descanso. La participación de Dios no
estaba restringida por el ejército que se le aproximaba, sino que comenzó preparando a su
hijo para lo que vendría al permitirle descansar.

Pregunta: ¿Cómo respondes cuando escuchas que Dios quiere que te prepares para este
proceso a través de la depresión-ansiedad más de lo que desea que seas productivo? ¿Eres
capaz de recibirlo como una señal del amor de Dios hacia ti?
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Queremos proveer cinco áreas de autocuidado para que las consideres. Ya hemos hablado
sobre su importancia espiritual, es decir, estas son las cosas que Dios quiere para ti, no de ti.
Mientras las lees, recuerda que esta no es una lista de tareas para ganarte el favor de Dios.
Estos son regalos que el Señor quiere proveerte para ayudarte en tu proceso.

Sin embargo, además de su importancia espiritual, también queremos sacar su importancia


física. Dios diseñó nuestros cuerpos para que respondan a estas formas de autocuidado de
una manera restauradora y purificadora, hasta llegar al nivel de nuestros neurotransmisores.
El Apéndice A te instruye para que puedas tomar una decisión sobre el posible uso de
medicación psicotrópica. Los esfuerzos que hacemos para describir los beneficios biológicos

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de cada uno de los métodos descritos a continuación no tienen el propósito de descartar la
posibilidad de que la medicación sea parte del cuidado de Dios para ti.

Lee Proverbios 14:30, 17:22 y Nehemías 8:10. Fíjate en la influencia de las actitudes,
relaciones y la dieta sobre la salud del cuerpo, particularmente en lo que tiene que ver con
las emociones. La pregunta que debes hacerte en esta etapa es: « ¿Estoy poniendo mi mente
y mi cerebro en la mejor posición para estar saludable en base a las decisiones que tomo en
mi vida?», o: « ¿Estoy forzando a mi mente y a mi cerebro para que luchen contra las
decisiones que tomo en mi vida y mis actitudes para poder vencer la depresión-ansiedad?».
Utiliza las áreas de preparación que se encuentran a continuación que te ayudarán a realizar
esta evaluación.

Áreas de preparación

1. Sueño

Existen dos razones por las que el sueño es una parte importante de un buen autocuidado.
La primera es que dormir es una de las maneras principales en que podemos mantener un
ritmo de vida. Es difícil que la vida tenga un sentido de rutina si no tenemos un patrón regular
del sueño. Si tu trabajo requiere que cambies de turnos regularmente, esto se convierte en
un área muy importante que debes manejar. En todo caso, si luchas con la depresión-
ansiedad, es altamente recomendado que desarrolles un patrón consistente de sueño.

«Una de las claves para un estilo de vida equilibrado es una rutina regular. Esta es
también una de las primeras cosas que una persona descuida cuando se deprime». David
Murray en Los cristianos también se deprimen

La segunda razón por la que el sueño es importante para la depresión-ansiedad es que el


dormir es una de las maneras principales en las que el cerebro se recarga. El sueño hace por
el cerebro lo que el ejercicio hace por el cuerpo. Cuando no dormimos lo suficiente, se vuelve
cada vez más difícil alcanzar una regulación emocional, no solamente relacionada con la
depresión-ansiedad. Si no estás durmiendo de 7 a 8 horas cada noche, entonces estás
haciendo que tu batalla por la salud emocional sea más difícil.

Si te cuesta dormir, considera las siguientes sugerencias que te ayudarán a conciliar el sueño
en esos momentos.

• Cree que dormir tiene el propósito de ser un buen regalo de Dios y no te sientas
culpable por descansar.
• Ora para que Dios te dé un sueño reparador y cree que Él quiere que lo tengas.

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• Memoriza un pasaje de las Escrituras relacionado al cuidado de Dios para ti y repítelo
lentamente mientras te acuestas a dormir.
• Pon música tranquila o sonidos de la naturaleza que te ayuden a prevenir que tu
mente divague mientras tratas de dormir.
• Reduce el nivel de cafeína y azúcar en tu dieta, especialmente después del mediodía.
• Evita las siestas durante el día, para que tu sueño se concentre en bloques; los
beneficios fisiológicos de dormir disminuyen cuando rompemos nuestro sueño en
unidades más pequeñas.
• Establece una rutina y una hora para ir a la cama para ayudarte a habituar tu cuerpo
a dormirse.
• Toma un baño caliente para relajar tu cuerpo.
• Intenta relajar los músculos o hacer ejercicios de estiramiento una hora antes de
acostarte.
• Establece un patrón de respiración profunda y lenta que simule la respiración durante
el sueño.
• Conversa con un profesional médico sobre la posibilidad de una ayuda para dormir.

2. Dieta

¿De dónde obtiene nuestro cuerpo los componentes que conforman la química de nuestro
cerebro? De nuestra dieta. Si reconocemos cuánto influye nuestra dieta en el colesterol,
presión sanguínea y niveles de energía, ¿por qué no apreciamos de igual manera su rol en la
química de nuestro cerebro? Del mismo modo que las personas que tienen una dieta
saludable puede que todavía requieran medicina para la presión sanguínea a causa de una
predisposición genética, una dieta saludable no reemplace los beneficios de la medicación
psicotrópica para la depresión-ansiedad, pero en ambos casos, aun si se utilizara la
medicación, una dieta saludable sigue siendo vital.

En su libro Andar con el tanque vacío, Wayne Cordeiro debate sobre los beneficios de
diversos cambios en la dieta para regular el estado de ánimo (el material a continuación es
un resumen de su trabajo).

• Los antioxidantes combaten los efectos de los radicales libres que son una de las
fuentes principales del deterioro fisiológico causado por la depresión-ansiedad. Los
antioxidantes incluyen el betacaroteno, la vitamina C y la vitamina E.
• Los carbohidratos han sido vinculados con el incremento en el neurotransmisor
serotonina.
• Se conoce que la proteína incrementa el nivel del neurotransmisor dopamina.

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Más allá de las influencias fisiológicas de una dieta saludable, lo que comemos
frecuentemente revela cuánto creemos en la importancia de nuestras decisiones del día a
día. Cuando dejamos de prestar atención a lo que ponemos en nuestro cuerpo o cuando
empezamos solo a «comer para sobrevivir», puede revelar una actitud de «no importa lo que
haga, igual no hará la diferencia», la cual aviva el fuego de nuestra depresión-ansiedad.

Considera las siguientes sugerencias que te ayudarán con tu dieta en este tiempo.

• Si has perdido el apetito, come varias comidas pequeñas a lo largo del día en lugar de
tres comidas grandes.
• Toma un multivitamínico.
• Considera tomar vitamina C para fortalecer tu sistema inmunológico; la depresión-
ansiedad es estresante y el estrés provoca que el cuerpo tome de las energías de
reserva del sistema inmunológico.
• Evita el exceso de dulces o cafeína. Estos tienen un impacto en los niveles del azúcar
en la sangre y en tu ciclo de sueño; ambas cosas causan que la regulación emocional
sea más difícil.
• Come la mayor cantidad de frutas y vegetales que sea posible; asegúrate de que lo
que comes ayude a tu causa emocional, especialmente si tienes la tendencia a comer
en exceso durante los tiempos de depresión-ansiedad.

3. Ejercicio

La depresión es sedentaria mientras que la ansiedad es agitada. El ejercicio, particularmente


el ejercicio cardiovascular, es bueno para contrarrestar ambas cosas. El ejercicio limpia el
cuerpo de los radicales libres generados por la depresión-ansiedad, incrementa los niveles
de energía, mejora el sueño y facilita una actitud más proactiva frente a la vida.

«Un estudio demostró que el ejercicio (tres sesiones de actividad aeróbica cada semana)
funcionaba tan bien como la medicación cuando se trataba de reducir los síntomas de la
depresión. Adicionalmente, la investigación concluyó que después de un año, la gente
que se ejercitaba tenía menos probabilidades de recaer que las personas que tomaban
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medicinas… Los entrenamientos aeróbicos moderados, realizados de tres a cinco veces
por semana, reducen los síntomas leves a moderados de la depresión casi por la mitad».
Wayne Cordeiro en Andar con el tanque vacío

«El ejercicio físico moderado ayuda a expulsar los químicos perjudiciales de nuestro
sistema y estimulan la producción de químicos que favorecen. El ejercicio al aire libre
tiene el beneficio adicional de los rayos sanadores del sol». David Murray en Los
cristianos también se deprimen

¿Cuáles son algunos pasos que puedes dar para incrementar el nivel de actividad física en tu
vida? Si tienes problemas de salud, por favor, consulta con tu médico antes de implementar
estas actividades.
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4. Comunidad

¿Cuál es la parte más dolorosa de la depresión-ansiedad? Cada persona tendrá que


responder esa pregunta, pero una de las principales respuestas sería «la soledad».
Lamentablemente, es difícil para nosotros admitir «estoy deprimido» o «me siento
controlado por el temor» a quienes se preocupan por nosotros.

Para demasiadas personas, las reglas disfuncionales sobreentendidas de la depresión-


ansiedad son:

1. No se habla de esto.
2. Todo está bien.
3. Nadie lo entenderá.

Es triste que para aislarnos en la experiencia de la depresión-ansiedad usemos la misma


lógica que comúnmente se utiliza para silenciar a un niño víctima de abuso o a un cónyuge
que experimenta violencia doméstica. Cuando callamos sobre nuestras luchas, nos
convertimos en los guardias de nuestra celda de aislamiento.

¿Cómo rompemos la barrera de nuestro propio silencio? Hablando. ¿Qué decimos? La


siguiente carta es un ejemplo de lo que podrías escribir con tus propias palabras a un amigo.
Tiene el propósito de motivar una conversación con las personas a quienes ya les importas.

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En la carta incluimos los pedidos básicos que podrías hacerle a tu amigo en esta etapa de tu
problema.

Amigo:

Gracias por las maneras en que me has cuidado y valorado nuestra amistad. Eso
significa para mí más de lo que te imaginas. Es por esa confianza que siento que
puedo contarte algo que es difícil para mí admitir: lucho con la depresión-ansiedad.
Puede que esa no te parece una confesión muy fuerte, pero es algo que me he
resistido a contar por mucho tiempo.
La peor parte de no contar a nadie acerca de mi lucha es que me he sentido muy solo
con esto. Por alguna razón, he tratado la depresión-ansiedad como si fuera un
secreto del que tendría que avergonzarme. Debido a eso me he preguntado si la
gente todavía me querría «si lo supieran» y la respuesta implícita siempre era: «no,
no me querrían».

Lo más importante que quisiera pedirte es que casi no cambies nada tu


comportamiento cuando estemos juntos. Sería lindo si periódicamente me
preguntaras cómo estoy y demuestres interés en mi respuesta (como confío que lo
harás). Pero el mayor beneficio para mí será que todavía valores nuestra amistad
aunque sepas de mi problema.

Si hubiera ocasiones en las que comparto contigo que me siento especialmente triste
o con miedo, sería excelente si pudieras orar por mí y buscar la manera de pasar
tiempo extra juntos (p. ej., salir a almorzar, enviar una tarjeta, ofrecerte a hacer un
proyecto juntos, etcétera). No me gusta pedir estas cosas cuando me siento
desanimado, pero me ayudarían en gran manera a salir de mis propios pensamientos
y emociones.

Ahora estoy realizando un estudio que me ayudará a evaluar cómo puedo responder
mejor al desafío de la depresión-ansiedad. Si estás interesado, puedes buscar y darle
un vistazo, puedes encontrarlo en este enlace: www.bradhambrick.com/depression.

Sería lindo si pudiera compartir contigo lo que estoy aprendiendo de mí mismo y de


mi lucha. Me gusta que este estudio tiene una estructura y provee un proceso para
encontrar esperanza y alivio para mi depresión-ansiedad. En el primer paso, me pide
que sea más honesto con mis amigos para que deje de creer que estas emociones
me hacen una persona a la que no vale la pena querer.

Si hubiera algún modo en que puedo orar por ti, me interesaría saberlo también.
Parte de la lucha con la depresión-ansiedad es que pienso demasiado en mí mismo y
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en mi experiencia. El poder ser recíproco contigo al orar por ti sería una manera
efectiva para debilitar ese hábito emocional.

Estoy seguro de que aprenderé mucho a través de este estudio, pero, por ahora,
tengo mucha más esperanza de que llegaré al final porque no lo estoy haciendo solo.
Probablemente sea mucho pedir que nunca más esté decaído o ansioso, pero me
gusta la idea de aprender a cómo hacer que esos bajones emocionales sean menos
profundos y cómo mantener mi confianza en Dios durante esos tiempos.

Gracias por preocuparte lo suficiente como para escuchar mi carga. Como dije antes,
no quiero que haya muchos cambios en nuestra relación, pero ha sido un gran alivio
el permitirme hablar contigo para romper el silencioso sentido de vergüenza en la
que estaba viviendo. Ese es un gran regalo que ya me has dado.

¿Qué tan bien capturan esas palabras la forma en que te gustaría empezar una conversación?
¿Qué partes cambiarías?
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Tendrás que hacer propia esta carta al escribirla con tus palabras. Cuando piensas en tener
esta conversación con unos pocos amigos, de dos a cinco, ¿es algo que te intimida o te
emociona? ¿En qué aspectos sería diferente tu experiencia emocional cotidiana si tuvieras
algunas personas con quienes hablar de este modo?
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¿Quiénes son las personas a las que enviarías este tipo de carta o con quienes tendrías esta
conversación?
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5. Prioridades

Cuando luchamos con la depresión-ansiedad, surgen dos partes opuestas: algunos batallan
con contraer responsabilidades en exceso en áreas buenas pero no esenciales y sienten que
no pueden hacer todo lo que «deberían» hacer; otros comienzan a descuidar partes

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esenciales de la vida y permiten que se acumule una lista insuperable de cosas que
genuinamente deben cumplirse.

¿Cuál tendencia te describe mejor?


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Si adquieres responsabilidades en exceso, entonces date cuenta de que un paso importante


para vencer la depresión-ansiedad involucraría simplificar tu vida. Tendrás que aceptar que
no hay forma en que puedas hacer todo lo que tratas de lograr en este momento y tener una
vida emocionalmente saludable al mismo tiempo. Lo más probable es que tu depresión-
ansiedad esté estrechamente ligada a una experiencia de fatiga emocional y una sensación
de fatalismo que te hacen dudar si alguna vez podrás satisfacer a tu propia conciencia.

• Recurso: Burnout: Resting in God’s Fairness (traducido como «El agotamiento:


descansando en la justicia de Dios») es un folleto diseñado para ayudarte a
reflexionar en cómo vivir con expectativas realistas de tiempo. Hay un video (en
inglés) de este material disponible en www.bradhambrick.com/burnout.

No tienes que empezar a quitar cosas de tu vida inmediatamente. Lo más seguro es que sería
abrumador para ti considerarlo, pero comienza respondiendo estas preguntas y permite que
las respuestas presagien el tipo de cambios que probablemente se den en el futuro, mientras
progresas en estos pasos.

• ¿Cuáles son las prioridades más importantes que deseo proteger en este proceso?
• ¿Cuáles son las cosas que hago simplemente porque «no hay nadie más que las
haga»?
• ¿Qué cosas en mi agenda me otorgan más vida y energía emocional?
• ¿Qué cosas en mi agenda son las que más drenan y consumen mi energía?
• ¿Cuáles son las cosas de las que puedo salir inmediatamente, en seis semanas, en
tres meses, en seis meses o en un año?
• ¿Con quién debo hablar en este proceso de tomar decisiones porque valoro su
amistad y sus aportes?
• ¿Con quién debería hablar en este proceso porque se verá afectado por las decisiones
que yo tome?

Si estás descuidando los aspectos esenciales de la vida, entonces tu respuesta a las


«prioridades» será diferente. Tu meta será identificar las áreas más importantes de
responsabilidad a las que tienes que dedicar toda la energía emocional que tengas. La
depresión-ansiedad puede convertirse en una horrible profecía que se cumple por sí misma:
no crees que puedes hacer lo que la vida requiere, así que te vuelves cada vez más pasivo,

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descuidas las responsabilidades clave y la lista de cosas que debes hacer para «ponerte al
día» se vuelve cada vez más abrumadora.

«Mantenerte ocupado es una parte importante para sanar o al menos para mantener
a raya los síntomas del trastorno depresivo (p. 129)”.
Kathryn Greene-McCreight en Darkness Is My Only Companion (traducido como «La
oscuridad es mi única compañía»)

Mientras meditas en este aspecto de las prioridades, deja que las siguientes preguntas te
guíen.

• ¿Qué cosas descartaste por ser «demasiado idealistas» en las primeras páginas de
este capítulo (p. ej., dormir, nutrición, amigos)?
• Si tienes empleo, ¿qué prioridades debes mantener para conservar tu trabajo?
• Si tienes hijos, ¿qué prioridades debes mantener para cuidar de ellos?
• ¿Qué aspectos de la higiene personal debes mantener para no reforzar el mensaje
de que te estás dando por vencido?
• Si estás considerando el suicidio, ¿con quién deberías conversar para proteger la
prioridad de la vida?

Pecado versus sufrimiento

Es probable que te preguntes por qué usamos los «Nueve pasos para el sufrimiento» en este
material. ¿Estamos tratando de decir que la depresión-ansiedad es una enfermedad en la
que no poseemos responsabilidad moral alguna? ¿Estamos culpando a nuestro entorno
social por el desarrollo de estas emociones perturbadoras? Tal vez. Las preguntas sobre
cómo diferenciar las causas biológicas, del entorno y volitivas para las luchas como la
depresión-ansiedad son tratadas en un recurso aparte. Puedes encontrar ese material (en
inglés) en el enlace: bradhambrick.com/mentalillness. Estas son preguntas importantes y si
en algún punto de este proceso deseas una guía en estos temas, te animamos a que accedas
a ese recurso. Sin embargo, en este estudio usamos los nueve pasos del sufrimiento porque

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queremos explorar cómo Dios cuidaría, guiaría y respondería a aquellos cuyas emociones
provienen de áreas de la vida en las que no poseen una responsabilidad moral. En un estudio
aparte analizaremos la misma lucha con la depresión-ansiedad utilizando los «Nueve pasos
para el pecado», y ahí exploraremos cómo Dios cuidaría, guiaría y respondería a aquellos
cuyas emociones provienen de áreas de la vida en las que sí poseen una responsabilidad
moral. Ambos estudios están disponibles en el enlace (en inglés):
www.bradhambrick.com/depression.

Nuestro consejo para ti es que busques la guía de un pastor, consejero o amigo para que
sepas cuál de estos estudios deberías hacer primero. Si todavía no tienes certeza, podrías
hacerlos al mismo tiempo (completando el primer paso de cada uno antes de avanzar al paso
dos de cualquiera de los dos) o simplemente elige uno. Todo creyente es simultáneamente
santo, pecador y sufriente. Tus luchas emocionales probablemente tengan elementos de
pecado y sufrimiento. Por tanto, te beneficiarás al aprender cómo el evangelio trata con
ambos lados de la lucha.

Conclusión

¡Ánimo! Lo que estás haciendo es sabio y bueno. Si te involucras con algo que es difícil,
entonces es importante que sepas que el esfuerzo valdrá la pena. Aprender cómo Dios quiere
cuidar de ti y guiarte en la experiencia de la depresión-ansiedad definitivamente vale la pena.

Al final de cada paso proveemos algunas preguntas que quisiéramos que te haga tu
compañero de ánimo/rendición de cuentas, mientras avanzas en esta travesía. Esa persona
podría ser un pastor, consejero, amigo o miembro de tu grupo pequeño. Utiliza esta
herramienta para educar esa parte de tu red de apoyo de modo que sepan qué pueden hacer
para ayudarte.

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Conversaciones de ánimo (PREPÁRATE):
Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga abiertamente y
así sepa conocerte y animarte en el proceso de lucha con la depresión-ansiedad. .

• ¿En cuál de las cinco áreas de preparación eres más fuerte? ¿En cuál eres más débil?
• ¿Cuál de las áreas de preparación te parece que es más importante mantener?
• ¿Hay algo que disfrutes hacer en lo que puedo animarte para que te involucres más?

Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento a tu


compañero de ánimo.

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Capítulo 2
Cómo afrontar el dolor sin huir
RECONOZCO la historia específica y la realidad de mi sufrimiento.

« Contemplaré mi vida y reconoceré mis emociones como parte de mi historia.


No trataré de avanzar fingiendo delante de mí misma y de los demás que todo está bien.
Confío en que Dios puede redimir incluso mis emociones dolorosas y tristes; y Él lo hará.
Como evidencia de mi fe en Dios confesé mi historia específica a [nombres de personas de
confianza].
Esto me trajo gran temor [describe] y después alivio [describe]».

Memoriza: Salmo 44:23-26 (NBLA), «¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor? Levántate! No nos
rechaces para siempre. ¿Por qué escondes Tu rostro y te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra
opresión? Porque nuestra alma se ha hundido en el polvo; nuestro cuerpo está pegado a la tierra.
¡Levántate! Sé nuestra ayuda, y redímenos por amor de Tu misericordia». Mientras memorizas el
pasaje, reflexiona en estos puntos claves:

• «Salmo» – Dios inspiró estas palabras para que quedaran registradas en las Escrituras
porque sabía que necesitaríamos decirlas.
• «¡Despierta!» – La Biblia da voz a una pequeña herejía para demostrar que entiende que
nuestras vidas no siempre tienen sentido.
• «No nos rechaces» – Aún en un gran dolor emocional, el salmista encomendaba a Dios sus
emociones honestas y sus temores.
• «Nuestra alma se ha hundido» – El dolor emocional penetró hasta lo más profundo del
salmista y tenía hambre de esperanza.
• «Sé nuestra ayuda» – La esperanza en este pasaje no está en el contenido de sus palabras,
sino en la persona ante quien se clama.

Notas de enseñanza

«Ya que podrías en realidad disfrutar la manía (al menos cuando no es extrema) puedes sentirte
reacio a probar la medicación. Conversa con consejeros sabios y con tu familia sobre esto. Puede
que tomes la decisión de probar la medicación como un medio para amar a otros (p. 23)». Ed Welch
en Bipolar Disorder (traducido como «Trastorno bipolar»).

«En ansiedad, la persona con frecuencia sobreestima la amenaza o el peligro que afronta y, al mismo
tiempo, usualmente subestima su propia capacidad de lidiar con el problema (p. 31)». Chris
Williams, Paul Richards e Ingrid Whitton en I’m Not Supposed to Feel Like This (traducido como «No
se supone que debería sentirme así»).

«La ansiedad en la era presente se caracteriza por preocupaciones apremiantes por la amenaza del
terrorismo, el calentamiento global, el comienzo del fin del petróleo, la migración y el pluralismo, la
18
creciente brecha económica entre los que tienen y los que no tienen, y la subcontratación de
empleos estadounidenses. Estas preocupaciones son legítimas y demandarán atención completa,
nuestra y de nuestros hijos, por muchos años en el futuro. La ansiedad que sentimos se complica a
diario o, en algunos casos, cada hora por los diestros empresarios del miedo que saben en qué llagas
meter los dedos para afectarnos. Como si no fueran suficientes los problemas enumerados aquí,
que provocan una preocupación y ansiedad legítimas, algunos empresarios del miedo introducen
una hueste de crisis de amenazas potenciales que nos mantienen en constante alerta (p. 17)». Kirk
Bingaman en Treating the New Anxiety (traducido como «Cómo tratar la nueva ansiedad»)

«La fe, en lugar de ser una ayuda, a veces puede causar problemas extras para lidiar con nuestra
depresión. Por ejemplo: existe la culpa falsa asociada con la falsa conclusión de que los verdaderos
cristianos no se deprimen. También existe la común tendencia equivocada de localizar la causa de
nuestro sufrimiento mental en nuestra vida espiritual». David Murray en Los cristianos también se
deprimen.

«Este puede ser un proceso doloroso de autodescubrimiento. A pesar de que somos criaturas
frágiles y débiles, nos gusta pensar que podemos sobrellevar cualquier cosa que la vida nos
presente. Solo porque ya sobrellevamos un gran estrés en algún punto de nuestra vida, eso no
garantiza que podamos sobrellevar tensiones más leves en otros momentos de la vida.
Envejecemos, nuestras hormonas y la química del cerebro cambian, y nuestras responsabilidades
aumentan cuando vienen el matrimonio y los hijos. A veces una reacción adversa a los eventos de
la vida se posterga, incluso por algunos años». David Murray en Los cristianos también se deprimen.

«Ser humano es tener miedo. Somos pequeños, el mundo es grande (p. 5)». Ed Welch en When I
Am Afraid (traducido como «Cuando tengo miedo»).

Aplicación personal

«No es para tanto. Voy a perseverar y saldré adelante. ¿Qué es un poquito de tristeza o ansiedad?
Todavía puedo hacer mi trabajo, pasar mis exámenes, cuidar de mis hijos, etcétera… No quiero que
la gente crea que soy débil, raro, codependiente, que “tengo problemas psicológicos”, etcétera…».
Esta es la clase de pensamientos que con frecuencia se usan para minimizar o descartar la
experiencia de la depresión-ansiedad.

19
Algunos de estos mensajes podrían ser buenos y verdaderos. Es importante que evalúes qué tan
bien cuidas de ti mismo, de tu familia y de las responsabilidades. Con frecuencia «solo estamos
tristes».

Otros mensajes son puramente estigmatizantes y nos llevan a creer que pedir ayuda nos haría
subhumanos o seríamos una carga para nuestros amigos. Estos mensajes nos tentarán a que
«seamos fuertes» hasta que lleguemos a un estado de «alerta roja» y la desesperación o el pánico
nos tengan firmemente atrapados en sus garras.

Tus metas en este capítulo son simples: (a) evaluar cuán severa es tu lucha con la depresión-
ansiedad, (b) determinar las diferentes expresiones de la depresión-ansiedad con las que luchas, y
(c) identificar a quién debes pedir que camine a tu lado en esta travesía hacia la esperanza y la paz.

Con el fin de ayudarte en este proceso, te proveeremos dos herramientas:

1. Una evaluación sobre la depresión-ansiedad


2. Una gráfica de síntomas diarios de la depresión-ansiedad

La evaluación proveerá un panorama general de las diversas expresiones de la depresión-ansiedad


que quizá estés experimentando. Esta información te ayudará a identificar cuáles son los síntomas
que deberías anotar en la gráfica de síntomas diarios. Hacer consciencia de los distintos tipos de
emociones, así como la frecuencia y la intensidad de las mismas, te ayudará a conocer aspectos
importantes que podrás encontrar en los capítulos 3-5 y así medir tangiblemente el progreso con lo
que aprenderás en los capítulos 6-8.

Evaluación de la depresión-ansiedad

Instrucciones: Lee las siguientes afirmaciones descriptivas. Marca la respuesta que se ajuste mejor
a tus reacciones:

(N) casi nunca, (R) rara vez, (A) a veces, (F) frecuentemente, o (C) casi siempre.

Si deseas resultados más precisos, pídele a una persona de cada una de las áreas principales de tu
vida (p. ej. en el hogar, el trabajo, círculo social, grupo pequeño de la iglesia, etcétera) que complete
este formulario sobre ti y compara los resultados. Si estás dispuesto, esta es otra manera efectiva
de involucrar a las personas que te conocen y te aman, para que sean parte de tu comunidad de
apoyo.

Puedes encontrar (en inglés) una versión de la siguiente autoevaluación en línea en:
bradhambrick.com/depression .

1. La preocupación interfiere con mi trabajo, actividades y vida social. N R A


F C

20
2. Cuando empiezo a preocuparme, me cuesta cambiar mis pensamientos
y estado de ánimo. N R A
F C
3. Cuando empiezo a preocuparme, alcanzo niveles de estrés que son
significativamente molestos. N R A
F C
4. Me preocupo por muchas cosas diferentes que no se relacionan entre sí, y N R A F C
usualmente espero lo peor.
5. Mi ansiedad ha persistido casi a diario por lo menos durante los últimos seis N R A F C
meses.
6. La incertidumbre me molesta hasta el punto en que es difícil participar en mis N R A F C
actividades diarias.
7. Evito tareas o relaciones importantes a causa de una sensación generalizada de N R A F C
preocupación.
8. Mi nivel de ansiedad con frecuencia resulta en tensión corporal y/o dolores de N R A F C
cabeza.
9. Mi nivel de ansiedad con frecuencia resulta en problemas estomacales, náuseas o N R A F C
diarrea.
10. Tengo dificultades para enfocarme o concentrarme en otras personas una vez N R A F C
que empiezo a preocuparme.
11. Mi sensación de bajo estado de ánimo es generalmente proporcional a los N R A F C
eventos negativos de la vida.
12. Mi sensación de bajo estado de ánimo se recupera en una franja de tiempo N R A F C
razonable después de los eventos negativos.
13. Puedo adaptarme a las transiciones importantes de la vida luego de una franja de N R A F C
tiempo razonable de haber pasado con un estado de desorientación.
14. Mi sensación de bajo estado de ánimo no hace que me aleje de amigos o N R A F C
actividades.
15. Puedo sentirme desanimado por un fracaso o decepción sin sentir que eso me N R A F C
define.

16. Me he sentido triste y vacío la mayor parte del día, casi todos los días, durante N R A F C
semanas.
17. He perdido la capacidad de disfrutar las cosas que normalmente disfrutaría. N R A F C

18. Mi ciclo de sueño presenta trastornos significativos, ya sea porque duermo N R A F C


demasiado o tengo insomnio.
19. Cuando trato de hacer una actividad me siento inquieto o aletargado la mayor N R A F C
parte del tiempo.
20. Me siento cansado y exhausto la mayor parte del tiempo, incluso después de N R A F C
dormir.
21. Me siento inútil y culpable aun cuando no puedo identificar un pecado en N R A F C
particular.

21
22. Mi pensamiento se siente nublado y distraído la mayor parte del día. N R A F C

23. He tenido pensamientos suicidas o he deseado estar muerto. N R A F C

24. Mis amigos y familia frecuentemente comentan que me veo triste o no estoy N R A F C
actuando normal.
25. Me doy cuenta de que evito a las personas porque la conversación me parece una N R A F C
carga.
26. Cuando mi entorno es oscuro y/o frío más que lo normal, experimento un bajo N R A F C
estado de ánimo.
27. Encuentro que mi estado de ánimo es influenciado considerablemente por la N R A F C
cantidad de exposición a la luz del sol.
28. Mi bajo estado de ánimo durante los meses de invierno no está relacionado con N R A F C
experiencias desagradables en los días festivos.
29. Mi bajo estado de ánimo durante los meses de invierno no está asociado con la N R A F C
exacerbación de dolor crónico.
30. Mi bajo estado de ánimo ha demostrado mejorar significativamente durante las N R A F C
estaciones de primavera y verano.
31. Puedo identificar un objeto, lugar o actividad en particular que eleva a su punto N R A F C
máximo mi nivel de ansiedad.
32. Mi ansiedad rápidamente aumenta cuando solo pienso en esta persona, lugar o N R A F C
actividad.
33. Organizo mi vida para asegurarme de evitar a esta persona, lugar o actividad. N R A F C

34. Reconozco que mi temor de esta persona, lugar o actividad es excesivo o no es N R A F C


realista.
35. Reconocer que mi temor es excesivo o poco realista no disminuye el miedo. N R A F C
36. Experimento angustia significativa antes o mientras conozco a personas nuevas. N R A F C

37. Experimento angustia significativa en las horas y días antes de un evento social. N R A F C

38. Usualmente me siento observado o juzgado cuando estoy en un grupo de N R A F C


personas.
39. Cuando otras personas notan mi presencia o hacen bromas conmigo, me siento N R A F C
cohibido más de lo normal.
40. Evito interacciones sociales para mi propio perjuicio profesional, emocional o N R A F C
social.
41. A veces mi sensación de felicidad y esperanza es excesiva en comparación con las N R A F C
circunstancias en mi vida.
42. A veces necesito pocas horas de sueño por días, pero todavía tengo niveles N R A F C
elevados de energía.
43. Mi sensación de importancia-capacidad a veces llega a ser grandiosa; mis planes se N R A F C
vuelven inalcanzables.

22
44. Hay veces en que gasto dinero, asumo riesgos, tengo relaciones sexuales o utilizo N R A F C
drogas erráticamente.
45. Mis patrones del habla a veces llegan a ser muy rápidos y/o erráticos, puesto que N R A F C
mis pensamientos fluyen con rapidez.
46. Durante una experiencia de ansiedad, mi corazón comienza a latir rápidamente y N R A F C
siento dolor en el pecho.
47. Durante una experiencia de ansiedad tengo escalofríos y sudor frío. N R A F C

48. Durante una experiencia de ansiedad me falta el aire y puedo hiperventilar. N R A F C


49. Durante una experiencia de ansiedad tengo la sensación de que habrá una N R A F C
fatalidad o muerte inminente.
50. Durante una experiencia de ansiedad, pierdo todo sentido de control sobre mis N R A F C
pensamientos o emociones.
51. Cuando recuerdo un evento estresante, siento como si volviera a vivir el evento, N R A F C
no tanto como un recuerdo.
52. Hay cosas en mi entorno que detonan recuerdos intensos de un evento N R A F C
estresante.
53. Experimento pesadillas o reexperimentación (flashback) que involucran a un N R A F C
evento estresante en particular.
54. Soy incapaz de recordar aspectos importantes de un evento estresante. N R A F C

55. Después de un evento estresante, me siento emocionalmente entumecido y N R A F C


desconectado de los eventos o la gente.
56. Después de un evento estresante, tengo una sensación limitada del futuro (p. ej. N R A F C
pérdida de esperanza o éxito).
57. Después de un evento estresante, examino persistentemente mi entorno y N R A F C
espero un problema-amenaza.
58. Después de un evento estresante, noto que mis reacciones iracundas se detonan N R A F C
con mayor facilidad e intensidad.
59. Después de un evento estresante, me cuesta más quedarme o permanecer N R A F C
dormido.
60. Después de un evento estresante, no puedo disfrutar las cosas que normalmente N R A F C
disfrutaba.
61. Tengo temores que sé que son irracionales, pero todavía me cuesta aceptar que N R A F C
no son verdaderos.
62. Me siento obsesivamente sucio, contaminado, rechazado por Dios, o siento que N R A F C
podría pecar en público.
63. Tengo temores arraigados en superstición o en una «necesidad» irracional de N R A F C
simetría.
64. Dedico una gran cantidad de tiempo a los hábitos compulsivos para aliviar mis N R A F C
temores obsesivos.
65. He comenzado a organizar mi día alrededor de mis temores obsesivos y hábitos N R A F C
compulsivos.

23
66. Tengo un constante y fastidioso temor de perder mi salvación. N R A F C

67. Tengo el temor persistente de que he cometido o cometeré el pecado N R A F C


imperdonable.
68. Vuelvo a empezar mis oraciones si no son 100 % genuinas o si tengo un mal N R A F C
pensamiento mientras oro.
69. La idea del infierno me atormenta, a pesar de que entiendo y trato de aceptar el N R A F C
evangelio.
70. Aun cuando busco un buen consejo pastoral sobre la salvación, no puedo N R A F C
encontrar descanso.
71. Mi depresión-ansiedad es tan grande que me pregunto si vale la pena vivir. N R A F C

72. He comenzado a pensar que mi familia y amigos estarían mejor sin mí. N R A F C
73. He comenzado a hacer un plan para acabar con mi vida. N R A
F C
74. Sueño despierto con mi plan suicida cuando mi depresión-ansiedad
se pone intensa. N R A
F C
75. He comenzado a despedirme de mis amigos y a «dejar mis asuntos en orden». N R A
F C

Clave de puntuación del cuestionario: Anota un punto por cada respuesta de «A», dos puntos por
las respuestas de «F» y tres puntos por las respuestas de «C». Si tu puntaje total coincide con el
número total de preguntas en una sección en particular, esa es una área de preocupación. Si tu
puntaje total es casi el doble del número total de preguntas, es de gran preocupación. Si tu puntaje
total es más del doble del número total de preguntas, debe considerarse como una lucha dominante
en la vida.

Preguntas 1-10: ( Total: _____ en 10 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en forma de ansiedad


generalizada. Esta es una ansiedad que ha pasado de ser «una respuesta normal de
malestar ante eventos desagradables» a «un estilo de vida». Cuando hay ansiedad
generalizada, la paz y el contentamiento se han convertido en la excepción, en lugar de ser
lo «normal» en la vida cotidiana. Puedes funcionar en tus tareas diarias y relaciones, pero
la presencia de ansiedad es un constante desgaste emocional, un consumidor de energía y
una distracción en las relaciones.

Preguntas 11-15: ( Total: _____ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en forma de depresión situacional.


Con frecuencia, un bajo estado de ánimo y una disminución temporal en el interés hacia las
actividades que normalmente disfrutas es una reacción saludable y normal ante una
circunstancia adversa. Para decirlo más sencillamente, muchas veces es aceptable, incluso

24
bueno, estar tristes. La depresión situacional está presente en esas temporadas de bajo
estado de ánimo que son proporcionales, en intensidad y duración, a los eventos que la
provocaron.

Preguntas 16-25: ( Total: _____ en 10 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de un episodio


depresivo grave. Cuando el impacto de la depresión comienza a perturbar la vida hasta el
punto en que es mayor que el evento detonante, o si existe una ausencia de detonante,
puede ser considerado un «episodio depresivo grave». Cuando la depresión alcanza este
nivel de intensidad, no es sabio depender solamente del paso del tiempo para que exista
alivio. Se aconseja que se comience a evaluar las creencias, el comportamiento y los
problemas de salud que pudieran alimentar el estado de ánimo depresivo. Se recomienda
que se consulte a un amigo, pastor, consejero o médico.

Preguntas 26-30: ( Total: _____ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de una lucha afectiva


estacional. El estado de ánimo de algunas personas se afecta extremadamente por el
cambio de las estaciones; en la mayoría de los casos, la depresión-ansiedad se eleva durante
los meses de invierno. No está claro si esto se debe a la exposición a la luz del sol, a los
ritmos circadianos o a los cambios en el nivel de actividad, pero sería sabio consultar a un
médico sobre esta dificultad. Además, cuéntales sobre esto a tus amigos de confianza para
que recibas un aliento y apoyo adicional durante el tiempo en que puedes anticipar que
será particularmente difícil.

Preguntas 31-35: ( Total: _____ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de una fobia específica.


A veces el temor puede estar intensamente vinculado a cosas o actividades específicas. Si
la causa del miedo es claramente identificable, entonces es probable que sea un síntoma
de estrés postraumático. Si el temor es menos racional, si carece de una explicación obvia,
entonces podría ser una fobia particular. Se aconseja que lo cuentes a tus amigos de
confianza y busques la ayuda de un consejero.

Preguntas 36-40: (Total: ______ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de ansiedad social.


Más que ser cohibido, tímido o reticente a hablar en público, la ansiedad social resulta en
administrar la vida con la meta de evitar a las personas y en una discapacidad para disfrutar
la vida en la presencia de extraños. Al igual que con otros tipos de ansiedad-depresión,
muchos motivos distintos podrían producir esta lucha y un amigo sabio, pastor o consejero
puede ayudarte a encontrar la fuente de este miedo.

25
Preguntas 41-45: (Total: ______ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de manía. La depresión


entremezclada con estos tipos de síntomas maníacos se conoce como «bipolaridad». «Bi»
significa dos y «polar» se refiere a los extremos o «polos» diferentes del espectro
emocional. Cuando este sea el caso, se necesita consultar a un médico o a un consejero y
buscar rendir cuentas con amigos. Los episodios maniáticos pueden inicialmente ser muy
agradables (p. ej. creativos y energéticos), pero se vuelven destructivos. Aprender cómo
manejar estas fluctuaciones de estado de ánimo y energía es esencial para tener una vida y
relaciones saludables.

Preguntas 46-50: (Total: ______ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de ataques de pánico.


El temor puede elevarse a tal grado que frena los sistemas cognitivo y respiratorio. Durante
un ataque de pánico, estos efectos pueden ser tan graves que la persona se pregunta si está
teniendo un ataque al corazón. Los ataques de pánico pueden ser la expresión máxima de
una ansiedad generalizada intensa o un síntoma de estrés postraumático. Buscar la ayuda
de un consejero y un médico mientras permites que tus amigos te animen es una
herramienta efectiva e integral.

Preguntas 51-60: (Total: ______ en 10 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en forma de estrés postraumático.


El trauma es el resultado de enfrentar un estresor que es mayor a tu capacidad de
sobrellevarlo durante el momento en que lo vives. Lo que es traumático para un niño de
seis años puede no serlo para un adulto de treinta. De un modo similar, lo que es traumático
en el contexto de otros eventos estresantes podría no serlo si se lo afronta por sí mismo. El
trauma cambia la forma en que la memoria graba los eventos, se regulan los estados de
ánimo y la importancia de otros detonantes que, en otras circunstancias, serían menos
importantes.

Preguntas 61-65: (Total: ______ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de trastorno obsesivo


compulsivo (TOC). Cuando la vida queda marcada por los temores irracionales (obsesiones)
26
y rituales repetidos para revivir esos temores (compulsiones), esto se conoce como un
trastorno obsesivo compulsivo. El individuo que experimenta este problema debe entender
que el patrón obsesivo compulsivo es el verdadero problema; el problema no es el temor
en particular. Una combinación de consejería, medicación y apoyo de amigos es importante
para superar esta lucha.

Preguntas 66-70: (Total: ______ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de escrupulosidad


religiosa. La experiencia del TOC tiene una singular expresión religiosa que se conoce como
escrupulosidad. En este caso, los temores obsesivos tienen que ver con el pecado, la culpa
y la condenación; cuando las compulsiones se centran en las prácticas religiosas para
sentirse limpios, puros o aceptables. Del mismo modo, el individuo que experimenta esta
lucha debe entender que el patrón obsesivo compulsivo es el problema, no el temor
religioso. Una combinación de consejería, medicación y apoyo de amigos es importante
para superar esta lucha.

Preguntas 71-75: (Total: ______ en 5 preguntas)

Este grupo de preguntas describe la ansiedad-depresión en la forma de consideración


suicida. El peso de la depresión-ansiedad puede empezar a sentirse insoportable. Cuando
esto sucede, la conclusión «lógica» es buscar alivio al acabar con la vida. Esta no es una
solución real y sí hay esperanza. Pero si tu depresión-ansiedad ha llegado a este nivel, busca
ayuda en consejería inmediatamente y cuéntaselo a familiares o amigos que puedan ser tu
apoyo. Si tienes un amigo en esta condición que no se compromete a recibir ayuda,
entonces el siguiente paso en amor para asegurar que esa persona estará a salvo es llamar
al número de emergencia.

¿El uso de alcohol, drogas, esteroides o medicamentos bajo receta médica alguna vez ha
afectado la frecuencia, intensidad o tipo de depresión-ansiedad con la que luchas?
____ Sí ____ No

Estas son sustancias que afectan el estado de ánimo, que pueden exacerbar tanto directa
como indirectamente la experiencia de la depresión-ansiedad. Si tienes un problema de
abuso de sustancias, entonces esta lucha tendrá que ser vencida para que puedas encontrar
un alivio consistente de la depresión-ansiedad. En todo caso, consumir una sustancia
depresiva, estimulante o que altere la mente mientras tratas de adquirir una regulación
emocional es contraproducente y no es recomendable.

Gráfica de síntomas diarios de depresión-ansiedad

Identificar los tipos de ansiedad-depresión con los que luchas es un paso esencial para adquirir una
comprensión clara de la intensidad y duración de tu problema. Es raro que no siempre seamos
precisos en nuestra percepción de la frecuencia e intensidad de nuestra lucha.
27
• Es probable que tengamos luchas intensas periódicas que afrontamos continuamente, así
que sentimos que «siempre están presentes».
• Es probable que tengamos varias luchas diferentes de ansiedad-depresión, que agrupamos
y les damos un solo nombre.
• Es probable que nos hayamos ajustado a una depresión de baja intensidad constante en
segundo plano, que ya no «cuenta» para nosotros.
• Es probable que intencionalmente tratemos de ignorar los síntomas más leves hasta que
tomen el control de nuestra atención en los momentos en que lleguen a su punto máximo.

Si queremos sobrellevar de manera efectiva nuestra experiencia de ansiedad-depresión, tendremos


que ser precisos en nuestra evaluación de cuándo ocurre, así como la fluctuación en su intensidad.
Un general es poco sabio si va a la guerra contra un adversario al que no conoce bien.

Estudio inductivo de la Biblia: Busca una herramienta de estudio bíblico en internet (p. ej. [en inglés]
biblestudytools.com) y busca pasajes que incluyan palabras como «antes» y «después». Fíjate
cuánta atención la Biblia da a la descripción de cuando un evento ocurre en relación con otro.
Después busca palabras como «grande» y «más» o «menos». Fíjate en cuánta atención la Biblia da
a la intensidad de las diversas experiencias. Lo más probable es que no leas todos los pasajes listados
(son demasiados), pero así podrás tener una idea de cuánto Dios se preocupa de los detalles que
estás descubriendo con este ejercicio.

La herramienta a continuación tiene el propósito de ayudarte a monitorear la frecuencia e


intensidad de los diversos síntomas de la depresión-ansiedad durante un mes. La primera fila
enmarca una columna para cada día del mes. Las filas a un lado proveen lugares para registrar cada
síntoma. Si tu consejero o amigo quiere que registres algún síntoma que no esté incluido, se provee
una fila al final para que lo hagas.

Cuando registres esta información, a continuación, hay varios patrones que debes buscar:

• Busca los síntomas que se agrupan, que ocurren o llegan en mayor intensidad al mismo
tiempo.

• Busca los síntomas que ocurren antes o después de un evento significativo (p. ej. una
tragedia, la visita de un pariente que te estresa, el día de pago, etc.). Cuando suceda algo
perturbador o emocionante, marca el día del mes con un símbolo y escribe lo que ocurrió
en la parte de atrás de la página, junto a ese símbolo.

• Busca los síntomas que ocurren antes o después de los otros síntomas. Por ejemplo, ¿qué
síntomas ocurren en los días antes de experimentar un ataque de pánico?

• Busca semejanzas en el patrón de tus emociones a lo largo de meses o semanas. Esto podría
indicar los ritmos biológicos (p. ej. el ciclo menstrual) o ritmos logísticos (p. ej. semana de
trabajo, horario de turnos en el trabajo, calendario de custodia de los hijos, etc.).

28
Se evaluará más sobre la historia en el trasfondo (en el capítulo 4 de este estudio) y la motivación
(el capítulo 3 de la contraparte de la responsabilidad personal en el estudio del sufrimiento) en las
siguientes porciones de nuestro estudio. En este punto del proceso, estás simplemente tratando de
estar más consciente de las fluctuaciones en la frecuencia e intensidad de tus diversas experiencias
de depresión-ansiedad.

29
30
Conclusión

Respira profundamente. Si te sientes abrumado, recuerda que no hay nada que sea verdadero ahora
que no haya sido verdadero antes de leer este capítulo. Ahora simplemente sabes más sobre ti
mismo y tu lucha que antes. Este conocimiento no «agrega» nada a lo que se espera de ti. De todas
maneras te tocaría batallar con estas emociones, ya sea que estuvieras consciente de ellas o no.
Ahora puedes estar mejor equipado para la lucha que tendrás que afrontar de todos modos.

Con frecuencia, el paso de «reconocer la historia y la realidad de tu sufrimiento» puede crear una
sensación de intranquilidad. Nuestra negación o ignorancia intencional nos otorgó una falsa
sensación de seguridad. Éramos como los niños que se tapan la cabeza con las cobijas para
protegerse del monstruo del armario. Si nuestra sensación de malestar fuera verdadera, entonces
nuestro intento de autoprotección sería tristemente inadecuado.

Ahora estás recibiendo el equipamiento necesario para determinar cómo tratar mejor tu
experiencia de depresión-ansiedad. Puede que no sepamos todavía si tu lucha es principalmente
causada por tu cuerpo, la química en tu cerebro, tu entorno, decisiones, creencias o valores. Pero
estamos en el camino para descubrirlo, para que podamos obtener lo mejor de lo que Dios ofrece
directamente a través del evangelio, Su Palabra y Su pueblo; e indirectamente a través del cuidado
de médicos, mejores hábitos de vida o cambios en las relaciones durante esta travesía hacia la
esperanza y la paz.

31
Estrategia de apoyo (RECONOCE):

Con cada paso, proveeremos preguntas que deberías utilizar para invitar a otra persona a que te las haga
abiertamente, para que sepa cómo animarte en el desarrollo de procesar el luto por tu pérdida o tu dolor.

• ¿Cuáles son los síntomas más fuertes de tus experiencias con la depresión-ansiedad?
• ¿Qué estás aprendiendo sobre la frecuencia y la intensidad de tus diferentes síntomas de depresión-
ansiedad?
• ¿Qué tan bien te estás cuidando de las maneras recomendadas en el capítulo uno?

Con cada paso, te aconsejamos que confíes al menos un nuevo elemento de tu depresión-ansiedad a tu
compañero de apoyo.
• __________________________________________________________________________
• __________________________________________________________________________

32
Capítulo 3
«¿Por qué la depresión-ansiedad duele tanto?»
ENTIENDO el impacto de mi sufrimiento.

«Solía tener miedo de afrontar la realidad de mi depresión-ansiedad, así que me forcé a


vivir como si mis emociones nunca ocurrieran o no importaran [describe cómo].
Puedo ver cómo mis emociones me han afectado [describe cómo].
Fue un error interpretar el impacto de la depresión-ansiedad como mi fracaso o
debilidad.
La gracia de Dios es más grande que eso y debo estar de acuerdo con Él.
El impacto comienza a tener sentido y me ayuda a ver la vida de diferente manera
[describe cómo].”

Memoriza: Proverbios 18:14 (NBLA): «El espíritu del hombre puede soportar su
enfermedad, pero el espíritu quebrantado, ¿quién lo puede sobrellevar?». Al memorizar
este pasaje, reflexiona acerca de estos puntos clave:

• «Espíritu del hombre» – Es nuestra alma la que debe soportar nuestras


enfermedades físicas. Existe la capacidad de identificar lo que duele.
• «Soportar su enfermedad» – Cuando nuestro dolor tiene una causa y ubicación
claras, tenemos mayor capacidad de soportar el sufrimiento.
• «Pero» – El salmista hace un contraste entre nuestras reacciones ante las
enfermedades físicas en comparación con el dolor emocional.
• «Espíritu quebrantado» – Un espíritu quebrantado, es decir, perder el sentido de la
esperanza, es una experiencia más intensa que estar enfermo físicamente.
• «¿Quién lo puede sobrellevar?» – Cuando perdemos la esperanza, hemos perdido lo
que nos motiva a seguir luchando en el desarrollo de la vida.

Notas de enseñanza

«Tu pérdida de sensaciones espirituales no es la causa de tu depresión; más bien, la


depresión ha causado una pérdida general de sensación en todas las partes de tu vida,
incluyendo la espiritual». David Murray en Los cristianos también se deprimen

«Un hijo interpreta la falta de interés de un padre o madre deprimido en su vida como
evidencia de falta de apoyo, cuidado y amor. La incapacidad de nombrar lo que ellos sienten
y por qué lo sienten así, complica una situación que ya es compleja de por sí (p. 25)». Robert

33
Albers, William Meller, and Steven Thurber en Ministry with Persons with Mental Illness and
Their Families («Ministrando a personas con enfermedades mentales y a sus familias»)

«Puesto que el cerebro es el órgano más complejo de nuestro cuerpo, es vulnerable a ser el
más afectado de todos nuestros órganos por la caída y la maldición divina sobre nuestros
cuerpos». David Murray en Los cristianos también se deprimen

«Cuando la iglesia permanece en silencio al ver a una persona en crisis, puede parecer
notoriamente que es un silencio de Dios (p. 100)». Amy Simpson en Troubled Minds
(«Mentes turbadas»)

«El resultado es que la persona que sucumbe a la depresión antes de la conversión todavía
tendrá que luchar con eso después de la conversión». D. Martyn Lloyd-Jones en Depresión
espiritual

«Un beneficio adicional de tener un poco de conocimiento sobre la depresión es que


prevendrá el peligroso y perjudicial malentendido que con frecuencia motiva a las personas,
especialmente a los cristianos, de considerar que la medicación es un rechazo de Dios y de
Su gracia, en lugar de ser una provisión de Dios y de Su gracia». David Murray en Los
cristianos también se deprimen

«Los cristianos no entienden cómo los ámbitos físico, psicológico y espiritual se


interrelacionan, porque Satanás embarra los límites. Muchos de nuestros problemas son
causados porque creemos que es una cuestión espiritual cuando es física; creemos que un
problema es físico cuando es emocional o espiritual (p. 209-208)». D. Martyn Lloyd-Jones en
The Christian Warfare

«No des por sentado que entiendes a qué se refiere una persona cuando habla de
“depresión”. No leas entre líneas el significado basado en tu propia experiencia, la cual podría
o no ser parecida. Más bien, escucha. Permite que la persona deprimida llene la palabra
depresión con el significado que tiene para él o ella». Ed Welch en ¿Es el cerebro el culpable?

34
Aplicación personal

Después de reconocer la historia y la realidad de tu experiencia depresiva-ansiosa, debes


comprender el impacto de estas experiencias en tu vida. A menos que entendamos el
impacto, nos veremos forzados a solamente «tratar de sentirnos mejor» lo que nos lleva a la
pregunta capciosa: «¿Cómo puedo cambiar mis emociones cuando no responden a mi
voluntad como lo hacen mis manos y pies?». El limitarnos a tratar de sentirnos mejor
refuerza una disposición de impotencia y desesperación.

Pero la otra refutación es: «Mirar el impacto solo me hará sentir peor». Esto es verdad en
parte y es la razón porque es altamente recomendado que completes este estudio con un
amigo, pastor o consejero. Sin embargo, también es falso en gran manera. Considera el
ejemplo paralelo de la deuda. Muchas personas endeudadas no logran especificar el total de
su deuda por miedo a que sea abrumadora, pero eso les deja impotentes y con una sensación
«ambigua persistente» de cuán grande debe ser la deuda.

En este capítulo buscaremos entender el impacto de tu experiencia depresiva-ansiosa en tres


áreas clave.

1. Factores que contribuyen al impacto


2. Cambios en el estilo de vida que se suman al impacto
3. Impacto en la familia y en las relaciones

Aunque es difícil, este examen logrará varias cosas. En primer lugar, te mostrará dónde y
cómo puedes empezar a involucrarte con tu experiencia depresiva-ansiosa sin tratar de
«hacerte sentir mejor» artificialmente. La información recolectada será aún más importante
en el séptimo paso.

En segundo lugar, esto desmitificará la experiencia de la ansiedad-depresión. Con frecuencia


la pregunta: «¿Cómo llegaron las cosas a ser tan malas?» nos paraliza y avergüenza con
confusión. Ninguna experiencia depresiva-ansiosa parece tomar en cuenta el todo. Observar
el panorama completo puede darte la esperanza y la fuerza para seguir con la travesía.

En tercer lugar, comenzará a revelar las maneras no saludables en las que has tratado de
darle sentido a tu experiencia ansiosa-depresiva. Este será el enfoque principal del cuarto
paso, pero una excelente manera de hacer que la «historia» no saludable que construimos
alrededor de nuestra experiencia depresiva-ansiosa se vuelva más obvia y, por tanto, posible
de cambiar, es entender el impacto.

35
Factores que contribuyen al impacto

No hay dos experiencias de depresión-ansiedad que sean iguales, esto se debe en parte a
que cada persona es única. Pero las diferencias en la experiencia van más allá de la
personalidad y la historia de vida. No es solamente que cada individuo que experimenta
depresión-ansiedad es único, lo cual es verdad, pero también que cada experiencia ansiosa-
depresiva es en sí misma única. En esta sección queremos examinar muchos de los factores
que lo evidencia.

Mientras evalúas estos factores en tu vida, evita dos tentaciones. En primer lugar, como ya
hemos dicho, no dejes que te abrumen. Nada de lo que leas es más cierto porque lo leíste,
solo estás reconociendo la realidad que ya existía. En segundo lugar, no minimices tu
experiencia porque la experiencia de otra persona involucra más factores. Te estás
equipando para avanzar en tu travesía; no estás en una carrera con otros en sus travesías.

1. Causa de la depresión-ansiedad: No existe una sola causa para la depresión-ansiedad.


La mayoría de los debates sobre si la depresión-ansiedad es causada por un
desequilibrio químico, malas decisiones, heridas relaciones, fe débil u otros factores
simplifican de manera exagerada la experiencia. La respuesta es: «Sí, todas estas
cosas pueden causar depresión-ansiedad». La pregunta es: «¿Cuál de estos factores
es el principal contribuidor para tu experiencia?». Si necesitas ayuda para hacer esta
evaluación, visita el sitio web (en inglés) www.bradhambrick.com/mentalillness. Lo
importante aquí es que el tipo de causa-detonante de tu depresión-ansiedad
contribuirá según el nivel y el tipo de impacto que tenga en tu vida.

En el recurso provisto en el enlace anterior, te ayudaremos a evaluar la diferencia


entre las causas biológicas, ambientales y volitivas para la depresión-ansiedad y
desarrollaremos un método para el uso sabio de medicación con base en el principal
contribuidor de tu experiencia ansiosa-depresiva.

2. Duración de la depresión-ansiedad: Podemos soportar cualquier cosa «por un rato»,


pero cuando ese rato continúa y no estamos seguros de cuándo terminará,
comenzamos a perder esperanza y esto complica nuestra experiencia emocional.
Mientras más tiempo luchemos con algo, más comenzaremos a verlo como algo
inevitable y lo abrazaremos como parte de nuestra identidad.

«Cuanto más tiempo luchemos con un problema, habrá más probabilidades


de que nos definamos a nosotros mismos por ese problema (divorciado,
adicto, deprimido, codependiente, TDA). Llegamos a creer que nuestro
problema es lo que somos. Pero, aunque estas etiquetas quizá describan las
formas particulares en que luchamos como pecadores [o sufridores] en un
mundo caído, ¡no son nuestra identidad! Si permitimos que estas nos definan,
viviremos atrapados dentro de sus límites. ¡Esta no es la manera en que un
36
hijo de Dios debe vivir!». Paul Tripp en Instrumentos en las manos del
Redentor

3. Número de ocurrencias de nuestra depresión-ansiedad: Una lucha puede ser «larga»


en virtud de su duración o su repetición. «No otra vez» puede ser tan doloroso como
«¿Cuánto tiempo más?». Cuando tu experiencia de depresión-ansiedad regresa
después de una temporada de relativa tranquilidad, puedes comenzar a sentir que
los «tiempos de paz» son simplemente «temporadas de espera» para que el dolor
regrese. Cuando el retorno de la depresión-ansiedad no es predecible, el factor del
impacto recurrente es aún mayor. Puede ser difícil depender en que la gracia de Dios
es nueva cada mañana (Lamentaciones 3:21-26) cuando quieres depender de esa
gracia para una lucha que ya has afrontado antes.

4. Número de intentos de vencer la depresión-ansiedad: Más difícil que la simple


recurrencia es tener que volver a pelear una batalla que creías haber ganado ya… o
que al menos la habías resistido. Se siente como cuando te obligan a volver a tomar
una clase que creíste haber aprobado, pero un semestre después descubres que
reprobaste por un tecnicismo. Se siente como cuando tienes que pagar una factura
dos veces porque el cajero no estaba poniendo atención la primera vez. Cuando la
depresión-ansiedad recurre después que pensamos haberla vencido, nos quita todo
el sentido de la «victoria final y definitiva» sobre esta experiencia. Comenzamos a
temer las formas más agresivas de la depresión-ansiedad en sus expresiones más
leves; como si una tormenta eléctrica tuviera el nivel de impacto de un huracán.

5. Reacción de amigos y familiares: Muchas personas se sienten incómodas con las


emociones desagradables de otros. Si no saben qué decir o hacer para «mejorar la
situación», evitan a la persona que les hace sentir incómodos. Otras personas no
entienden que la depresión-ansiedad con frecuencia puede ser una lucha persistente
y recurrente, así que se enojan con la persona a la que perciben como «hambrienta
de atención». Si has perdido amigos o tienes relaciones tensas a causa de estas
dinámicas, esto se suma al impacto de tu sufrimiento.

«La amistad es muy importante para aquellos que tienen mala salud mental, pero es
muy difícil ser un verdadero amigo de alguien en dicha condición (p. 33)». Kathryn

37
Greene-McCreight en Darkness Is My Only Companion («La oscuridad es mi única
compañía»)

«[El testimonio] La oración más profunda pronunciada por mi director


espiritual, cuando estuve en medio de mi depresión, fue: “¡No tengo miedo
de tu desesperación!...”. Es incómodo para muchos cuidadores entrar en la
noche oscura del alma con aquellos que atraviesan por la senda de la
desesperación. [Consejo] Camina con la persona desesperanzada y escucha,
en lugar de tratar de coaccionarla por medio de palabras para que camine por
una senda diferente (p. 26)». Robert Albers, William Meller, and Steven
Thurber en Ministry with Persons with Mental Illness and Their Families
(«Ministrando a personas con enfermedades mentales y a sus familias»)

6. Pérdidas asociadas con la depresión-ansiedad: Puedes perder más que relaciones.


Podemos perder la confianza, trabajos, dinero, oportunidades y muchas otras cosas.
Cuando esto sucede, la experiencia del luto, es decir, negación, enojo, tristeza y
confusión de identidad, puede sumarse a la experiencia de la depresión-ansiedad.

7. Interpretación de la experiencia de depresión-ansiedad: El contenido de estas


interpretaciones será el enfoque de los capítulos cuatro y cinco. Pero estarás más
equipado para resistir el contenido de las interpretaciones no saludables de tu
experiencia depresiva-ansiosa si tienes la capacidad de identificar los patrones
comunes que asumen. En su libro Los cristianos también se deprimen, David Murray
aborda nueve patrones de pensamientos no saludables.

a. Extremos falsos – Diversas formas de mentalidad de todo o nada, blanco o


negro.

b. Generalizaciones falsas – Presuponer que una experiencia desagradable se


convertirá en el nuevo normal para la vida.

c. Filtros falsos – Ignorar, «hacer oídos sordos» toda experiencia positiva que no
encaje con nuestro bajo estado de ánimo.

d. Transformaciones falsas – Cambiar nuestra perspectiva de las experiencias


positivas para hacer que parezcan malas.

e. Lecturas falsas de la mente – Dar por sentadas opiniones negativas sobre


nosotros mismos en las mentes y bocas de otros.

38
f. Adivinaciones falsas – Vivir como si nuestras expectativas negativas del futuro
fueran ciertas.

g. Razonamientos falsos basados en los sentimientos– Tratar tus sentimientos y


evaluaciones negativas como si fueran hechos.

h. Falsos “debería” – Dar un peso moral a las expectativas que son irreales o que
no son cuestiones morales.

i. Responsabilidad falsa – Asumir la responsabilidad por eventos o por otras


personas sobre los que no tienes control.

Lee Filipenses 4:8-9. Mientras analizas los tipos de pensamientos en los que el apóstol Pablo
dice que debemos disciplinar nuestra mente para enfocarnos activamente en ellos, no
pienses en esta lista como únicamente los «tipos de contenido». Sí, Pablo trata con el
contenido de nuestros pensamientos, pero seguir su instrucción también corregirá el
«patrón de nuestros pensamientos». Los nueve patrones mencionados arriba se corrigen
cuando seguimos la instrucción de Pablo. Fíjate además que Pablo habla sobre vivir estas
cosas de manera práctica en la comunidad (v. 9). La manera más efectiva de aprender estos
nuevos patrones es asociarte con personas que piensen de este modo e imites sus vidas (p.
ej. 1 Corintios 11:1).

Cambios en el estilo de vida que se suman al impacto

La depresión-ansiedad no es un incómodo huésped que se queda con nosotros por unas


pocas horas y después se va a su casa. Rápidamente comienzas a darte cuenta de que la
depresión-ansiedad quiere vivir contigo. Empieza a organizar las estructuras de tu vida como
si fuera «el dueño de casa». Mueve los muebles, cuelga los cuadros y pone su comida favorita
en tu refrigerador. A menos que estés dispuesto a reacomodar estos cambios, la depresión-
ansiedad permanecerá en tu hogar por el tiempo que se lo permitas (la pasividad frente a
estos cambios es el permiso que le otorgas).

39
Examinaremos seis maneras en que la depresión-ansiedad se pone cómoda y se siente como
en casa en tu vida.

1. Alojar un estilo de vida no saludable: Aislamiento de amigos, patrones erráticos de


sueño, buscar refugio en la comida en lugar de nutrición, evitar las cosas que se
perciben como «demasiado esfuerzo», descuidar los intereses que usualmente te
llenan de energía y cambios similares hacen que tu vida se convierta en un hogar
acogedor para la depresión-ansiedad. Si dejas la puerta abierta y tienes un tazón de
nueces en tu sala, no te sorprendas si empiezas a vivir con ardillas. Si permites que
este estilo de vida persista, no te sorprendas si estás viviendo con depresión-
ansiedad.

2. Cambios en tu rol o identidad: Cuando estamos ansiosos-deprimidos, eso puede


cambiar la manera en que nos vemos a nosotros mismos y, por consiguiente, la forma
en que nos relacionamos con las demás personas. Podemos empezar a adoptar
títulos peyorativos como «enfermo», «loco» o «roto». Estos se convierten en fuentes
de vergüenza o de exigencia; comenzamos a escondernos o a esperar cosas de los
demás de tal forma que se crea un desequilibrio que es desfavorable para las
relaciones saludables. El resultado es que las amistades saludables se distancian y
quedamos con las amistades permisivas o que nos avergüenzan, que alimentan
nuestra depresión-ansiedad.

3. Vivir en respuesta a las emociones: Comenzamos a medir nuestro día sobre la base
de una sola variable: ¿Cómo me siento? Además, empezamos a tomar decisiones
sobre la base de una sola variable: ¿Esto me hará sentir mejor… rápidamente?
Cuando esto sucede, nuestro estado de ánimo comienza a dominar nuestros
pensamientos y nubla nuestra toma de decisiones. Ya no consideramos cómo sería
una «vida plena»; más bien, comenzamos a vivir para encontrar alivio. Ya sea que
estemos abusando de una sustancia o no, empezamos a pensar como un adicto.

4. Pérdida de esperanza de cambio: Una medida primordial para calcular la gravedad


de la depresión-ansiedad puede ser revelada por la pregunta: «¿Cuánta esperanza
tienes de que las cosas podrían ser mejores?». La esperanza que se debilita es la
medida de la gravedad. La esperanza marca la diferencia entre una temporada
compleja de la vida y una experiencia de depresión-ansiedad. La esperanza no nos
hace inmunes a las emociones desagradables, pero sí nos amortiguan el golpe frente
a la desesperación. Si quiere saber la diferencia entre la «tristeza o preocupación
normal» y una depresión-ansiedad significativa, es cuando la esperanza comienza a
debilitarse.

40
5. Pasividad hacia el cambio: «No importa lo que haga, entonces mejor no hago nada»
es la respuesta cínica a la pérdida de la esperanza. La pasividad es la expresión
conductual de la ausencia de esperanza. El resultado es una atrofia de la voluntad.
Del mismo modo que la pasividad física resulta en atrofia muscular, si empiezas a
crecer en la pasividad hacia las cosas que te perturban, esto resultará en una atrofia
de la voluntad.

6. Pérdida del sentido del tiempo: La ausencia de metas y la pérdida de memoria a corto
plazo son características comunes de la depresión-ansiedad. El anhelo de lo que está
«por venir» es clave para nuestro sentido del tiempo y memoria. Cuando sometemos
nuestra ambición y esperanza a la depresión-ansiedad, perdemos lo que conecta el
mañana con el hoy; se desdibuja lo que permite que «nuestras acciones» adquieran
un significado, ya que contribuyen a algo que «queremos y creemos que es posible».
El resultado es que cada momento comienza a flotar en un abismo de
intrascendencia.

Lee Lamentaciones 3:1-48. Con frecuencia, cuando pensamos en este pasaje, comenzamos
con la «parte feliz» que empieza en el versículo 21. Tómate tu tiempo y camina junto a
Jeremías, el autor de lamentaciones, mientras él delinea los desafíos que crean una gran
necesidad de aferrarse a la esperanza (vv. 1-20). Fíjate en cuántos detalles da la Escritura
para «entender el impacto de su sufrimiento». Ahora lee la manera en que Jeremías peleó
para llevar todo pensamiento cautivo (2 Corintios 10:5) en la segunda mitad de este capítulo.
Permite que esto disipe toda sensación de queja que puedas sentir mientras buscas entender
el impacto de tu sufrimiento y fortalezca la idea que Dios tiene la intención de cuidar de las
personas que atraviesan por duras batallas emocionales como la tuya a través de Su Palabra.

Impacto en la familia y en las relaciones

Las primeras dos áreas de impacto que examinamos se trataban de cómo la experiencia de
depresión-ansiedad tiene un impacto sobre ti. Ahora observaremos cómo tu experiencia con
la depresión-ansiedad impacta a quienes te rodean. Tú influyes sobre quienes te rodean
tanto como ellos influyen sobre ti. Vencer la depresión-ansiedad tendrá implicaciones
sociales y es bueno que empecemos a considerarlas ahora.

41
Este es un punto en el que es fácil para muchos recaer en la autoconmiseración y la
vergüenza. Pero considerar cómo tus emociones impactan a otros es vital para que haya un
cambio piadoso. La mejor respuesta es el esfuerzo hacia el progreso, antes que una disculpa
emocional. Si se necesita confesión, eso se trabajará en el paso cinco de la contraparte de
este estudio basada en el pecado «el paradigma de la responsabilidad». Por ahora, tu
objetivo sigue siendo comprender el impacto de tu depresión-ansiedad, para que puedas
estar equipado para batallarla de una manera más efectiva.

En su libro Troubled Minds: Mental Illness and the Church’s Mission («Mentes turbadas:
enfermedad mental y la misión de la iglesia»), Amy Simpson enumera doce maneras en que
la familia y amigos son afectados cuando sus seres queridos experimentan una enfermedad
mental significativa (p. 60-80; solo el texto en negrita). Mientras las leas, hazte a ti mismo
dos preguntas: (1) ¿Cuándo podrían estar presentes estas cosas en mis relaciones?, y (2)
¿Cómo puedo minimizar su efecto? Pero no permitas que esto te distraiga de tu búsqueda
de esperanza y paz; ya que es lo mejor que puedes hacer por aquellos que se preocupan por
ti.

1. Reglas especiales: Cuando una persona hace menos, otros deben hacer más o sufrir las
consecuencias. Cuando una persona se vuelve emocionalmente frágil, aquellos que le
rodean aprenden las «reglas» para que las cosas se mantengan «normales». Cada vez
que ciertos temas o actividades quedan «fuera de los límites», se convierten en reglas
de vida que las personas deben seguir para mantener la buena relación. Cuando
algunas cosas no son «de conocimiento público», esto crea un sistema social artificial.
Estas son formas en que la depresión-ansiedad puede crear reglas especiales para las
personas que te rodean.

2. Monopolio de recursos: La terapia, meditación, hospitalización y trabajo perdido


cuestan dinero, tiempo y atención. Puede que sean buenas inversiones, pero todavía
consumen recursos. Otros miembros de la familia tendrán que prescindir de algunas
cosas a causa de esta inversión. Si eres padre o madre, el más costoso de estos recursos
es la atención. Asegúrate de apartar tiempo para invertir tu atención en tus hijos. Esto
será de bendición para ti y es vital para su desarrollo saludable.

3. Confusión: Con la depresión-ansiedad no hay moretones, cicatrices ni huesos rotos; no


hay sarpullido, decoloración en la piel o hinchazones. No hay nada que haga que sea
obvio que algo anda mal. Esto es tan confuso para los demás como lo es frustrante para
ti. Los hijos son especialmente propensos a las interpretaciones de autoincriminación
por tu bajo estado de ánimo, ya que piensan que es su culpa. Ellos necesitan algo que
«le dé sentido» a lo que está ocurriendo en su mundo. Puedes amar bien a otros al
escucharlos y corregir pacientemente sus interpretaciones confusas de culpa por tus
emociones.

42
4. Ansiedad: La confusión (punto anterior) crea ansiedad. Esto es verdadero para ti. Si no
entiendes lo que causa tus fluctuaciones emocionales, eso provoca una sensación
impredecible e inestable. Una de las razones por la que se te pide esa cantidad de
trabajo de evaluación en este estudio es para aliviar el estrés. Lo mismo es verdadero
para tu familia y amigos. Cuando puedes darte cuenta de que están confundidos por
tus cambios de estado de ánimo, reconoce que también estás confundido. Esto les
comunicará que no están «perdiendo de vista» algo que es obvio para ti y debería ser
obvio también para ellos.

5. Culpa: La manera más rápida de controlar y encontrarle el sentido a algo emocional es


asumir la responsabilidad por ello (ya sea o no certero o saludable). La respuesta a la
pregunta: «¿Qué puedo hacer para ayudar?» puede fácilmente ser malinterpretada
como la respuesta a la pregunta: «¿Qué debería yo hacer para que no te sientas así?».
La primera busca proveer apoyo y otorga gracia; la segunda asume la responsabilidad
y presupone culpa. Cuando se comete este error, tu bajo estado de ánimo se convierte
en una mancha en la conciencia limpia de la otra persona. Los demás perciben tu
tristeza como su deficiencia. Puede ser importante que digas: «No has hecho nada para
hacerme sentir así».

6. Inadaptación: Esto ocurre particularmente con los hijos. Cuando mamá o papá están
más enfocados internamente en sí mismos que externamente enfocados en sus hijos,
estos tienen que ajustarse a este cambio de cultura. Será la vida «normal» que
conozcan y a partir de la cual formen sus instintos relacionales. Los cónyuges también
se ajustan mientras acomodan sus expectativas sociales y del hogar a las posibilidades
permitidas y el ambiente creado por las emociones de su cónyuge. La mejor manera
de tener en cuenta este factor es que te involucres plenamente con la búsqueda de
emociones saludables y demuestres que estás consciente cuando tu estado de ánimo
está afectando a otros de una manera no saludable.

7. Inversión de roles: Cuando la depresión-ansiedad domina nuestra vida, los hijos


pueden convertirse en cuidadores o en el sustento emocional, los cónyuges pueden
convertirse en padres y las amistades pueden convertirse en relaciones de una sola vía.
Estas cosas invierten lo que es saludable en cada una de estas relaciones. Resístete a
esto intensamente, especialmente con tus hijos. Los menores deben tener permiso de
ser niños sin que les pidamos que lleven la carga emocional de sus padres. Con tu
cónyuge o amigos, reconoce abiertamente si hay algún cambio en los roles, ya que esto
puede ser útil, pero también mantenlos informados de los pasos que estás dando para
hacer que este arreglo sea solo a corto plazo. El permitir que esta inversión en los roles
se convierta en algo a largo plazo es lo que se toma en cuenta como las «reglas
especiales» descritas en el primer punto de esta lista.

43
8. Inestabilidad: Cuando tus emociones cambian los planes de los demás, introduces
inestabilidad en sus vidas. Ellos se vuelven menos capaces de prepararse para eventos
futuros e implementar patrones confiables para manejar las tareas básicas de la vida y
sus intereses. Más allá de la sensibilidad hacia otros, lo que haces es comenzar a
enseñarles que tus emociones son la prioridad principal y el árbitro final de los horarios
y las decisiones. Cumplir con los compromisos no sirve solamente para prevenir la
pasividad que facilita la depresión-ansiedad, sino que también sirve para amar bien a
otros al limitar la inestabilidad en sus vidas.

9. Medicaciones: El Apéndice A trata sobre cómo tomar decisiones sabias sobre el uso de
medicación. Pero, como probablemente ya lo sepas, encontrar la medicación
«correcta» para la depresión-ansiedad de una persona en particular puede ser difícil.
En este esfuerzo, la forma en que familiares y amigos ven la medicación y los médicos
puede ser afectada. Algunos pueden demostrar cinismo cuando los resultados no son
tan inmediatos. Otros podrían confiarse demasiado del rol de los médicos o la medicina
para tener emociones saludables. El siguiente recurso (en inglés)
www.bradhambrick.com/mentalillness tiene el propósito de equilibrar estas
expectativas.

10. Luto y pérdida: Las personas que te aman experimentarán dolor al ver tu lucha. Esto es
correcto y es bueno (Romanos 12:15). Puede que te sientas incómodo o culpable
cuando tus emociones tienen este tipo de influencia en los demás. Pero cuando ves
esta influencia, simplemente puedes decir: «Gracias… Gracias porque te importo hasta
el punto en que lo que ocurre en mi vida te impacta. Quiero que sepas que mis
emociones no son tu responsabilidad, pero me consuela saber que no estoy solo en
esta experiencia». Afirma su carácter mientras los dejas libres de su sentido de
responsabilidad.

11. Vergüenza: Lamentablemente, todavía existe un estigma social asociado con la


depresión-ansiedad. Puede hacer que el conocimiento de la otra persona sobre lo que
estás experimentando se sienta como un secreto. Los secretos crean una sensación de
separación y, con esa separación, vergüenza. Afrontamos una batalla cultural para
entender mejor la depresión-ansiedad colectivamente, de modo que este estigma
pueda ser removido. La remoción de todo estigma ocurre cuando personas valientes
hablan abiertamente de su experiencia y la usan para educar a otros. El propósito de
este seminario es ayudarte y, por consiguiente, fortalecer a toda la iglesia en este
proceso.

12. Crisis espiritual: La depresión-ansiedad genera muchas preguntas acerca de Dios, en ti


y en quienes te aman. Exploraremos estas preguntas en mayor detalle en los capítulos
cuatro al seis. Comparte lo que aprendas con las personas que te aman. Esto te ayudará
a reforzar lo que estás aprendiendo y les ayudará a ellos a procesar las preguntas
correspondientes que también están haciendo.
44
Lee 1 Samuel 1:3-8. Puede que sea fácil concluir en esta sección que la familia y los amigos
son espectadores inocentes que resultan afectados por nuestras emociones. Ese no es
siempre el caso. Con frecuencia, nuestra «red de apoyo» puede ser todo menos útil. Mira el
ejemplo de Elcana (v. 8). Su «apoyo» reveló que él claramente no entendía, el dolor de Ana
lo ponía incómodo y quería que ella se sintiera mejor. Pero Dios tendría que consolar a Ana,
a pesar de y no a través de las palabras de su esposo. Parte del consuelo que recibimos de la
Escritura está en los ejemplos de cómo Dios ha sido fiel, aun cuando las personas eran torpes
en su trato mutuo.

Lee Gálatas 6:1-5. Fíjate en las diferentes maneras en que Dios describe cómo deberían
funcionar las relaciones cuando una persona necesita que otro lleve sus cargas. En primer
lugar, nota que deberías acudir a quienes son más maduros en su fe (v. 1a). En segundo lugar,
fíjate en que la instrucción para estos individuos es que conozcan sus propios límites (v. 1b).
En tercer lugar, nota cómo les provees una oportunidad para cumplir la ley de Cristo (v. 2).
En cuarto lugar, nota que aun quienes son espiritualmente maduros son proclives a las
mismas luchas (v. 3). Finalmente, fíjate que, aunque esta persona venga a caminar a tu lado
para animarte, cada uno de ustedes mantiene la responsabilidad por sus propias vidas y
luchas (v. 5).

Conclusión

¿Estás comenzando a comprender mejor tu experiencia de depresión-ansiedad? Aun si es un


poquito intimidante, esa es una razón para que te sientas animado. Si entiendes más y estás
compartiendo con personas saludables, ese es un progreso importante. Puede que provea o
no el nivel de alivio que deseas, pero, así como cuando los niños aprenden las letras como el
primer paso para aprender a leer, es ya un progreso.

Las cosas más importantes que puedes hacer en esta etapa de la travesía son perseverar e
involucrar a personas saludables. Renunciar y aislarte son los principales peligros que debes
evitar. En los pasos cuatro al seis, empezaremos a tomar el conocimiento que has
recolectado en las primeras etapas de esta travesía y los aplicaremos al aspecto cognitivo-

45
narrativo de tu lucha con la depresión-ansiedad. Luego, en los pasos siente y ocho, veremos
los cambios conductuales-logísticos que puedes hacer para ayudar a aliviar tu sufrimiento.

Usa las preguntas a continuación, las cuales te ayudarán a asimilar lo que has aprendido
sobre tu experiencia y sobre ti mismo en este capítulo, al conversarlo con miembros de tu
red de apoyo.

Estrategia de apoyo (ENTIENDE):

Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más que te las haga abiertamente
para que pueda conocerte y animarte en el luto por tu pérdida o tu dolor.

• ¿Cuáles son los principales factores que han contribuido a tu experiencia de


depresión-ansiedad?
• ¿De qué manera tu estilo de vida ha comenzado a hacer que sea más fácil permanecer
en un estado de ánimo depresivo-ansioso?
• ¿Qué impacto tiene tu depresión-ansiedad sobre tu familia y amigos? ¿Cómo puedes
compensar este impacto?
• ¿Qué tan bien te estás cuidando de las maneras recomendadas en el capítulo uno?

Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento a tu


compañero de ánimo.

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• ___________________________________________________________________

46
Capítulo 4
«Puedo sentir que mi depresión-ansiedad se convierte en
“quien soy”»
CONOCE LA HISTORIA DE TU SUFRIMIENTO la cual da sentido a tu experiencia

«Basado en mi depresión-ansiedad, formé creencias [describe qué] acerca de mí mismo, de mi vida


y de Dios. Viví de esas creencias [describe cómo] porque eran todo lo que conocía y porque “se
ajustaban” a mí. Esas creencias se volvieron los temas que guiaron la historia de mi vida. Me asusta
poner en palabras esas creencias [describe por qué]. Rechazo esa falsa narrativa de mi vida y me
comprometo a aprender cómo mi vida se ajusta a la gran historia de redención de Dios.»

Memoriza: Salmo 88:13-18 (LBLA) «Mas yo, a ti pido auxilio, Señor, y mi oración llega ante ti por la
mañana. ¿Por qué, Señor, ¿rechazas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? He estado
afligido y a punto de morir desde mi juventud; sufro tus terrores, estoy abatido. Sobre mí ha pasado
tu ardiente ira; tus terrores me han destruido. Me han rodeado como aguas todo el día; a una me
han cercado. Has alejado de mí al compañero y al amigo;
mis amistades son las tinieblas.» Al memorizar este pasaje, reflexiona acerca de estos puntos clave:

• Salmo 88 – Éste es el más oscuro de todos los salmos. Dios sabía que necesitaríamos
palabras como éstas y nos las da.

• «A ti pido auxilio» – No fue por falta de oración o de fe que el salmista estaba


experimentando una profunda desesperación.

• «Desde mi juventud» – Ya sea que esto fuera exacto o no, esta sensación de abandono era
fuerte.

• «Rodeado como aguas todo el día» - Esta persona sintió que se ahogaba en sus emociones,
las cuales estaban empeorando.

• «Mis amistades son las tinieblas» - Había una sensación inminente de que nadie entendía ni
podía entender.

Notas de enseñanza

«Desde una perspectiva teológica, lo más peligroso de la enfermedad mental es que puede
encerrarnos en nosotros mismos, convenciéndonos de que realmente estamos solos,
completamente solos, aislados en nuestra angustia (p. 116)... Aunque en última instancia, creo que

47
la desesperación de la enfermedad mental en sí misma no tiene sentido… La enfermedad mental es
la falta de sentido, así como el mal es la falta o privación del bien (p. 110-111).» Kathryn Greene
McCreight en Darkness Is My Only Companion (traducido como «La oscuridad es mi única
compañía»)

«Para comenzar el proceso de aprender a ser una persona más feliz, debemos ver el engaño de
nuestra historia interna y reemplazarla con la verdad (p. 32)… Es interesante cómo nuestras
creencias internas dan forma a lo que “vemos” y no “vemos” (p. 100).» Leslie Vernick en Lord, I Just
Want to Be Happy (traducido como «Señor, yo solo quiero ser feliz»)

«La creación de significado está en el corazón de la experiencia humana… La teoría narrativa asume
que las personas dan sentido a sus vidas a través de historias; en otras palabras, creamos vínculos
narrativos entre eventos en nuestras vidas (los narramos) para darles sentido… Sin embargo, solo
un pequeño porcentaje de nuestras experiencias de vida se narran. La mayoría se pierden o se
oscurecen por las historias más dominantes de nuestras vidas... La ansiedad improductiva se genera
cuando el significado que le damos a los eventos de nuestras vidas crea una sensación de amenaza
inherente a nuestro futuro... Por otro lado, historias no amenazantes se han oscurecido por la
historia de ansiedad... Las personas que luchan con varios tipos de ansiedad perturbadora tienden a
dar sentido a lo largo de la historia que predice más problemas, una pérdida de control o un riesgo
grave (p. 49-50).» Robert Albers, William Meller y Steven Thurber en Ministry with Persons with
Mental Illness and Their Families (traducido como «Ministrando a personas con enfermedades
mentales y a sus familias»)

«Si me imagino lo peor, estaré más preparado para ello. La preocupación busca el control... Yendo
un paso más allá para rastrear este mensaje hasta sus orígenes, hay toda una visión del mundo
implícita en alguna preocupación. Grita acerca de una soledad suprema. No hay nadie que
realmente pueda ayudar. Nadie puede rescatar. Nadie realmente está cuidando de ti. Eres un
huérfano en un universo caótico que opera según el azar. ¿Quién no se preocuparía ante tal visión
de la realidad (p. 53)?... Cuando no conocemos al verdadero Dios, asumimos que es como nosotros,
lo cual es un pensamiento aterrador (p. 103).» Ed Welch en Running Scared (traducido como
«Corriendo asustado»)

«Una de las tendencias más comunes de las personas con depresión es centrarse en los
sentimientos y basar las creencias y las conclusiones en estos sentimientos... Deberíamos animar a
la persona deprimida a alejarse del ámbito de lo subjetivo y, en cambio, asumir las verdades
objetivas del cristianismo, cosas que son verdaderas independientemente de nuestros
sentimientos: la justificación, la adopción, la expiación, los atributos de Dios y el cielo, por ejemplo
(p. 97)». David Murray en Los cristianos también se deprimen.

48
Aplicación personal

Éste puede ser el paso más oscuro en tu viaje. Será donde tus miedos encuentren palabras y pasen
de ser un eco inquietante en tus emociones a declaraciones abiertas que se sienten más verdaderas
de lo que son. Se te pedirá que cuestiones lo que es real para que puedas abrazar lo que es
verdadero y encontrar la libertad que esto te brinda.

Imagina a la niña que tiene miedo de aprender a nadar. Cada vez que la llevan cerca del agua,
agarra el cuello de sus padres con todas sus fuerzas. Su miedo es real. Es necesario no dar por
hecho que su motivo es «hacer drama» o que está fingiendo para llamar la atención. Pero su miedo
no es correcto. La emoción se basa en una historia falsa de ahogamiento. Creer esta historia la
encierra en el miedo y le impide conocer el placer de nadar.

Queremos que puedas leer este capítulo con el tono de un padre compasivo que ayuda a esta niña
a superar su miedo de aprender a nadar. Queremos honrar tus emociones de ansiedad-depresión
sin afirmar las narrativas destructivas y falsas que las sustentan.

Este proceso no eliminará el guion de los hechos que detallaste en el capítulo dos o el impacto que
descubriste en el capítulo tres. La niña podría hacer muchas declaraciones fácticas que
aparentemente afirman su historia falsa: «No sé nadar. Quieres que me meta en aguas más
profundas que mi estatura. Las personas que no saben nadar se ahogan en el agua que sobrepasa
sus cabezas.»

Estos hechos son equivocados en varios aspectos: el carácter del padre, la presencia del padre, la
capacidad de la niña para aprender, el nivel de peligro de la piscina y lo divertido que será nadar.

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Pero todos podemos simpatizar con la facilidad con la que la realidad de nuestras emociones
interfiere con este tipo de verdades sobre Dios, nosotros mismos y nuestras circunstancias.

Para ayudarte a completar este paso, dividiremos este capítulo en dos partes:

1. ¿Qué dice mi depresión-ansiedad? 10 temas potenciales

2. El trayecto desde los hechos hasta los conceptos y la historia

En la primera sección, veremos temas comunes que surgen para dar sentido a tu experiencia de
depresión-ansiedad. Estos temas pueden aplicarse a ti, a Dios o a tus circunstancias. Antes de
explorar estos temas, trata de poner en palabras los conceptos erróneos o las exageraciones que
tiendes a creer acerca de cada uno.

• Tú: ________________________________________________________________

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• Dios: _______________________________________________________________

___________________________________________________________________

• Circunstancias: _______________________________________________________

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¿Qué dice mi depresión-ansiedad?

Esta pregunta incómoda te obliga a examinar el mensaje que estás abrazando en medio de tu
experiencia emocional. Mientras lees la lista a continuación, trata de identificar

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qué mensajes captan mejor tu experiencia. No te sientas obligado a pensar que tus emociones
están diciendo todas estas cosas.

Al final de cada tema se proporcionará un pasaje de la Escritura con una guía devocional. Estos no
están destinados a ser la respuesta que borra tu experiencia de depresión-ansiedad o que lleva la
historia del sufrimiento a la remisión. Están destinados a ofrecer esperanza y evitar que este
capítulo parezca tan oscuro como lo sería de otra manera.

Nueve de los diez temas/declaraciones están tomados del artículo de Ed Welch «Words of Hope for
Those Who Struggle with Depression (traducido como «Palabras de esperanza para aquellos que
luchan contra la depresión») en The Journal of Biblical Counseling; Invierno del 2000, p. 43-44; texto
en negrita solamente. Mientras lees esta sección, simplemente hazte la pregunta: «¿Cuál de estos
suena como yo?»

1. «Soy culpable o estoy avergonzado». El tema de la culpa vería la depresión-ansiedad como


pecado y diría: «Esto es mi culpa». Mientras que el tema de la vergüenza vería la depresión-
ansiedad como sufrimiento y diría: «Algo anda mal conmigo». De cualquier manera, las
emociones de depresión-ansiedad se convertirían en la instancia que otorga definiciones en
tu sentido de identidad.

Debidos a estas emociones, a parte tentadora de la culpa es que proporciona una fachada de
control emocional inmediato. Si esto fuera cierto, entonces el arrepentimiento proporcionaría
alivio. Sería un intercambio genial poder asumir tus emociones y a cambio ser liberado. Pero incluso
cuando la depresión-ansiedad revela el pecado, las emociones mismas no son pecaminosas; sólo los
valores y el estilo de vida que las producen. Así que esta mentalidad de «trátalo con Dios» no es la
respuesta.

Debido a estas emociones, la parte tentadora de la vergüenza es que significa que puedes dejar de
buscar una explicación. A menudo, la vergüenza es el resultado del agotamiento. No puedes pensar
en otra cosa que hacer y si supieras qué hacer ya no tienes la energía para hacerlo, así que te das
por vencido y aceptas la vergüenza como una forma de descanso doloroso. Pero el resultado es la
pasividad y el aislamiento; ambos sólo avivaron el fuego de la ansiedad-depresión.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «soy culpable o estoy avergonzado»?

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Lee Ezequiel 36:25-31. Nota que cuando Dios promete lavar a su pueblo, dice que los lavará de su
idolatría e inmundicia. Esto elimina tanto la culpa como la vergüenza. La idolatría crea culpa porque
depende de algo que no es Dios para las cosas que sólo Dios puede hacer. La inmundicia es
diferente. Según la ley del Antiguo Testamento, tu podías volverte inmundo al tener una
enfermedad de la piel, tocar o comer el animal equivocado o violar alguna otra ley ceremonial.
Éstos no estaban «mal» (muchos no eran saludables y había que desanimarlos), pero se
convirtieron en fuentes de vergüenza. Dios ofrece una limpieza total tanto de la culpa como de la
vergüenza. Fíjate hasta qué punto va Dios para asegurarle a Su pueblo que los restaurará a una
relación plena y correcta con Él.

2. «Tengo miedo». El miedo es inicialmente vigorizante y luego agotador; te dispara, luego te


bloquea. Esto ayuda a explicar por qué la depresión y la ansiedad están casi
inevitablemente correlacionadas. Según lo que ocurra primero, es física y emocionalmente
probable que lo otro lo va a seguir. Si primero estás ansioso, no podrás mantener este
estado emocionalmente elevado y colapsarás físicamente hacia la depresión. Si primero
estás deprimido, descuidarás ciertas cosas y ocasionalmente serás sacudido por la acción
del miedo debido a la crisis de las cosas que se deben hacer.

Comprender esta dinámica aún pasa por alto la pregunta: «¿De qué tienes miedo?» ¿Es una
amenaza física a la seguridad, una amenaza emocional a la seguridad, una amenaza hipotética de lo
desconocido o una amenaza percibida de lo imaginado? Cada una de estas preguntas requiere una
respuesta diferente para confrontar o eliminar la historia. Expresar aquello que temes te permite
identificar los aspectos del carácter de Dios en los que necesitas confiar más o las áreas de la guía
de Dios que necesitas seguir.

Imagina la música aterradora que suena como fondo de una escena de película de miedo; la música
que suena cuando se acerca un tiburón en la película Tiburón o cuando un asesino con un hacha
acecha a alguien en una película de terror. Permitir que el tema del peligro domine tu vida es como
tocar constantemente música aterradora en tu día a día. Incluso una película de comedia o
romance sería inquietante con esa música. No podrías disfrutarlo, incluso si el contenido fuera
divertido o conmovedor. Lo mismo ocurre con los acontecimientos agradables de la vida que se
sitúan en un contexto de peligro.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «estoy en peligro»?


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Lee el Salmo 91. Nota que el salmista no descarta los peligros que lo rodean. No es como si estos
elementos de la historia desaparecieran. Todavía hay lazos del cazador (v. 3), pestilencia mortal (v.
3), terror de la noche (v. 5), destrucción en medio del día (v. 6), gente que perece (v. 7), gente impía
en el mundo (v. 8) y los peligros naturales (v. 13). La fe no requiere que el salmista esté ciego a
estas realidades. En cambio, al leer el salmo, simplemente notarás que la presencia y el cuidado de
Dios se han convertido en temas más importantes en tu historia que estos peligros.

3. «Necesito algo». A menudo, la depresión no se trata de lo que tienes (es decir, sientes
miedo o terror) sino de lo que te falta (es decir, sientes soledad o vacío). La bendición de
vivir en un país del primer mundo es que se tiene la oportunidad (es decir, libertad, tiempo
y recursos) para buscar la realización. El peligro es que cuando se hace, se es o se tiene
algo, nada se siente como «suficiente». Las infinitas posibilidades hacen que la realidad
parezca menos de lo que es.

En una «tierra de oportunidades», el contentamiento comienza a sentirse como «conformidad»; ser


dominado por el anhelo se convierte en una virtud. Ya sea que el subtema sea el romance o el
logro, un sentido de necesidad te ciega a la bondad de Dios en este momento, debido a las
diferentes maneras en que Dios ha sido bueno con los demás. A menudo eres como un niño que no
puede disfrutar de su juguete de la cajita feliz porque su hermano tiene uno diferente y (como te
cuentas la historia a ti mismo) «diferente» significa «más increíble que el tuyo».

¿Qué es lo que crees que necesitas para estar en paz o tener esperanza? La redacción de esta
pregunta no pretende provocar culpa sino ralentizar tu lógica emocional que tiende a validarse muy
rápidamente. Mientras haces esta lista, busca ejemplos de personas que vivan vidas plenas en
circunstancias comparables a las tuyas. Permite que esto reformule tu búsqueda de las bendiciones
que deseas.

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¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «Me falta algo esencial o necesario»?

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Lee 1 Corintios 12:4-26. No apliques lo que se va a decir sobre este texto a situaciones peligrosas.
Pero nota que Dios bendice intencionalmente a Su pueblo de manera diferente. Una implicación de
este pasaje es que Dios da muchas cosas que necesitas a otras personas para obligarte a vivir en
comunidad y superar el pensamiento de que debes poseer todo lo que te hace sentir seguro,
querido y realizado. Parte de vivir en paz en la historia de Dios es darse cuenta de que la relación
que facilita esto es mejor que el aislamiento que produciría la autonomía.

4. «Debo evitar algo». Del otro lado de la necesidad está la evasión; esto es lo opuesto al tema
anterior. Puedes anhelar la aceptación o vivir para evitar el rechazo; anhelar el éxito o vivir
para evitar el fracaso. A menudo, estas dualidades existen dentro de la misma persona.
Pero cualquiera de los dos temas, anhelar o evadir, son igualmente efectivos para producir
una vida marcada por la depresión y la ansiedad.

Cuando vives para evitar algo, sólo puedes conocer el fracaso o el suspenso, pero nunca el éxito o el
descanso. No se podría escribir una mejor receta para la ansiedad-depresión. Cuando tu objetivo es
evitar algo, sólo tienes una medida para el fracaso; el éxito es vago-indefinido-idealista. Tus mejores
momentos están contaminados a medida que te preparas contra la posibilidad de tus peores
momentos.

El resultado de este tema es que toda la vida se vuelve peligrosa. Vives adivinando dónde y cuándo
aparecerá tu peligro temido; como una versión no divertida del juego de arcade Whack-a-Mole (ese
donde tienes que pegarle con un mazo a un topo que sale de un agujero). Hipervigilancia es el
nombre de este estilo de pensamiento. «Vigilante» significa estar atento o alerta. «Hiper» significa
que esta tendencia se ha intensificado. Este patrón de pensamiento es una forma en que refuerzas
la narrativa de que tu vida no es segura.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «Tengo que evitar algo»?

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Lee el Salmo 23. Este salmo puede ser tan familiar que te pierdes la historia que contiene. Dios,
como Buen Pastor, está caminando con el autor a través de muchas cosas que él preferiría evitar.
Los pastos verdes y las aguas tranquilas pueden parecer agradables, pero son lugares expuestos
donde los depredadores estarían al acecho (v. 2). El valle de sombra de muerte es un lugar obvio
que quisieras evitar (v. 4). Estar en presencia de enemigos también es algo que tiendes a evitar (v.
6). Nota cómo Dios vuelve a contar en este salmo la historia de estas experiencias con Su presencia.

5. «Perdí algo». Ésta es una tercera faceta del anhelo doloroso. Hemos discutido anhelar y
evitar; ahora veremos cómo tanto el duelo como el arrepentimiento crean una historia
hospitalaria para la ansiedad y la depresión. En esta situación, has tenido lo que deseas,
pero ahora se ha ido. Ya sea que creas que eres responsable de la pérdida
(arrepentimiento) o no (duelo), el resultado final es que crees que tu pasado es mejor que
tu futuro.

En esta historia, lo que tenías es «la buena vida». «Bueno» se ha congelado en el tiempo. La
nostalgia se ha convertido en la mentira para soñar con un futuro satisfactorio. El resultado es que
cada bendición del momento se mide emocionalmente como «menos que» lo que se perdió.

A menudo, esto puede ocurrir después de una temporada de vida muy satisfactoria; los padres que
disfrutan cuando los «niños eran pequeños», el atleta que extraña sus «días de juego» o extrañar
un círculo de amigos cuando la próxima temporada de la vida cambia las relaciones de una persona.
La vida está llena de estas transiciones, incluso sin las contribuciones de la muerte o el pecado.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «Estoy en duelo por la ausencia de alguien o


de algo»?

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Lee Filipenses 1:7-8. Nota que Pablo anhelaba profundamente a sus amigos (v. 8). Si bien estaba
feliz por ellos (v. 3-4), esto tuvo que crear una sensación de estrés y tristeza (2 Corintios 11:28).
Fíjate en lo que dice Pablo acerca de estas emociones: «Es justo que yo sienta esto (v. 7 LBLA)».
Pablo pudo extrañar a sus amigos y la temporada de la vida que compartieron juntos sin dar paso a

55
una depresión-ansiedad persistente porque esta experiencia de anhelo estaba dentro de la gran
narrativa redentora del evangelio (Filipenses 4:10-13).

6. «Estoy enojado». La injusticia legitima o la injusticia percibida a menudo alimentan la


ansiedad y la depresión. La ira dice dos cosas: «Esto está mal y es importante». Una
respuesta saludable a estas situaciones es evaluar si la injusticia es real y, de ser así,
permitir que la energía de la ira te motive hacia una solución saludable. Sin embargo, por
varias razones, te vuelves pasivo frente a la injusticia y la energía de la ira te hace dar
vueltas (ansiedad) o implosionar (depresión).

En cualquier caso, la historia de este tipo de depresión-ansiedad se convierte en: «Soy impotente
ante algo que está mal y es importante». La ira pasiva crea un agujero negro emocional; hay una
gran cantidad de energía emocional que está siendo absorbida hacia la nada. En lugar de alimentar
la acción, la ira comienza a alimentar la desesperanza.

Muchas veces los cristianos quedan atrapados en este patrón porque creen que la ira es
intrínsecamente mala. Las víctimas de abuso o negligencia a menudo quedan atrapadas en este
patrón porque han sido condicionadas a creer que la injusticia siempre gana y/o intimidadas para
que no tomen las medidas adecuadas. De cualquier manera, hablar con alguien en quien confíes es
un paso importante para dejar ir esta ira pasiva tóxica.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «Me han agraviado y no puedo encontrar


justicia»?

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Lee Santiago 5:1-6. Esto puede parecer un pasaje extraño; probablemente hayas verificado dos
veces la referencia. Date cuenta de que los ofensores a los que Santiago se refería no eran parte de
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la iglesia. Santiago estaba escribiendo a los oprimidos, refugiados cristianos desplazados por la
persecución en Jerusalén (Santiago 1:1) que buscaban empleo en este sistema. Santiago los estaba
pastoreando sobre cómo estar enojados de una manera saludable para que no se desesperaran.
Considera cuánto de la Biblia está escrito para el pueblo de Dios que sufre persecución. Dios sabe
que debes poner estas experiencias en palabras e incorporarlas a una narrativa redentora o el
resultado será una confusión emocional.

7. «¡Ay de mí!». Sentirse abandonado es diferente a la ira pasiva. Ésta es la historia de


sufrimiento de la autocompasión. En esta historia, tu dificultad se convierte en la gran
narrativa. Es difícil liberarte de esta narrativa el tiempo suficiente para escuchar la historia
de otra persona sin querer que tu dificultad se convierta también en el centro de sus vidas.

«Satanás explota el dolor al convertirlo en el foco central de los pensamientos y actitudes del
hombre (o de la mujer).» Erwin W. Lutzer en Cuando le han ofendido.

Esta puede ser «la historia» en la que a Satanás le encantaría ver recaer toda la depresión-ansiedad.
En esta historia no sólo eres miserable; comienzas a creer que eres rechazado por tu única fuente
de esperanza: Dios mismo. Tus instintos emocionales se distorsionan tanto que el norte
literalmente se siente como el sur. Tus emociones son tan fuertes y ruidosas en tu mente que se
vuelve cada vez más difícil dudar de ellas, incluso cuando son claramente inexactas.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «Dios y cualquier otra persona a quien le


importo me han abandonado»?

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Lee el Salmo 13. Fíjate en las líneas de la historia que compiten en este salmo: sentirse abandonado
(v. 1-4) y conocer el amor de Dios (v. 5-6). Ambos temas existían en la misma persona. Ambos
temas son tan comunes a la experiencia humana que Dios los incluyó en el himnario de Israel. A
menudo es la condenación que sientes por el primer tema lo que hace que te rehúses a aceptar el
segundo. Usa este salmo como modelo de una oración honesta acerca de cómo te sientes y con tal
esperanza que no le des a tus sentimientos la última palabra.

8. «No tengo esperanza». En este punto, la vida se está convirtiendo en una no historia. Estás
existiendo entre un evento y otro, pero cualquier sentido de significado de la vida se ha

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desvanecido. Es probable que el entumecimiento haya reemplazado a la ansiedad-
depresión como la descripción principal de tu experiencia. En esta historia, las personas
pueden casi anhelar volver a sentirse deprimidas-ansiosas porque sería

una señal de vida. Es en este tipo de relatos en los que los pensamientos suicidas pueden empezar
a cobrar sentido de forma ilógica.

A menudo, es la incapacidad de expresar los temas anteriores de la historia la que hace que las
personas lleguen a este octavo tema de la desesperanza. Si estás en esta historia, con suerte ahora
puedes comenzar a decir: «Comprendo mejor mis emociones e incluso, si todavía son dolorosas,
esta comprensión me da esperanza».

Si te encuentras en esta historia, es vital que hables con alguien. Esta historia tiene mucho más
sentido cuando estás solo con ella. Al igual que los argumentos de enojo que tienes en tu cabeza a
menudo se desmoronan cuando tratas de hablarlos con otra persona, el pensamiento
desesperanzado es menos convincente cuando compartes esos pensamientos con alguien a quien
le importas.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «No tengo esperanza»?

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Lee 1 Reyes 19:1-8. Nota que incluso el gran profeta Elías llegó al punto de perder la esperanza de
vivir (v. 4). Lo mismo pasó con el apóstol Pablo y sus compañeros misioneros (2 Corintios 1:8-9). La
historia de desesperanza es muy tentadora y contagiosa en tiempos difíciles, incluso para aquellos
que consideras «héroes de la fe». Nota cómo Dios responde a Elías. Él le da el descanso que era
necesario porque, sin ese respiro, la siguiente etapa en el viaje sería demasiado para él (v. 7).
Permite que este lado compasivo del carácter de Dios te dé la libertad de ser honesto acerca de tus
pensamientos con Él y con amigos de confianza.

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9. «Necesito encajar en el estereotipo de encontrar una solución rápida». Puede parecer
extraño pensar que buscar soluciones rápidas sea una historia, pero pueden ser la versión
terapéutica-emocional de los esquemas financieros para hacerse rico rápidamente. La
historia da como resultado una rápida sucesión de fracasos a medida que intentas una
solución de moda tras otra, pero tus emociones no cambian... al menos no por mucho
tiempo.

En primer lugar, los enfoques legítimos para superar la depresión-ansiedad pueden sufrir un
cortocircuito y desmentirse debido a la mentalidad a corto plazo que promueve esta historia. En
esta historia eres propenso a querer que tus emociones respondan inmediatamente; como la
persona que está decepcionada de no haber perdido peso después de su primer día en el gimnasio.

En segundo lugar, comienzas a implementar remedios cuestionables o lees libros de estilo Arregla
tus emociones en una semana. Cuanto más exploras estas opciones, más parece que el trabajo de
higiene emocional es «hacer un esfuerzo adicional» en lugar de lo básico de la vida. Cualquier cosa
que desaliente la perseverancia en tu batalla contra la depresión-ansiedad debe ser vigilado muy de
cerca.

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «Debe haber una solución rápida»?

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Lee Isaías 40:27-31. Nota que son aquellos que «esperan en el Señor» quienes «renovarán sus
fuerzas» (v. 31). Dios no se cansa (v. 28), pero tú sí lo haces incluso en tu mejor momento (v. 30).
Esto no es permiso para ser pasivo en el proceso de cambio, pero si estás en el capítulo cuatro de
este material, tu pasividad es una preocupación mínima. Más bien, es un pasaje que maneja tus
expectativas sobre la duración o el tiempo que requiere el cambio. Cuando cambias de manera
saludable, completa y dependiente de Dios, generalmente puedes esperar que el cambio brinde
resultados duraderos y para siempre (v. 31).

10. «Sé que mi Redentor está conmigo, y humildemente esperaré su liberación». Esta lista
estaría lamentablemente incompleta sin esta historia. Hay muchas personas que luchan
contra la depresión-ansiedad con mucha fe y fidelidad durante años. Sufren por razones
fuera de su control, manejan bien las cosas bajo su control y mantienen una relación
saludable con Dios en el proceso.
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Sin duda, desearían poder pasar al «próximo capítulo de su vida» sin depresión-ansiedad y
probablemente oran repetidamente para aliviar su sufrimiento. Su fe está marcada por su lucha
como el casco de un jugador de fútbol americano está marcado por la batalla de un partido, y eso
es lo que lo hace precioso. Un casco que nunca ha sido usado en un campo de juego por un jugador
real puede estar en mejores condiciones, pero es menos valioso que uno que sí ha sido usado.

Esto no pretende glorificar la experiencia de depresión-ansiedad. Nadie que haya experimentado


estas emociones en su forma crónica diría eso. Pero queremos que veas que la fidelidad en medio
de la experiencia de depresión-ansiedad es tanto posible (es decir, la fe y la depresión-ansiedad no
son antónimos) como altamente valorada (es decir, preciosa para Dios y un testimonio necesario en
la iglesia).

¿Cómo o cuándo tu depresión-ansiedad te ha dicho: «Confío en Dios, pero esto es difícil»?

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Lee 2 Corintios 12:1-10. Vemos que Pablo tenía una aflicción que era tan molesta que le rogó a Dios
muchas veces que se la quitara (v. 8; «tres veces» probablemente signifique tres temporadas de
ferviente petición, no simplemente tres peticiones individuales). En el caso de Pablo, se le dio para
mantenerlo humilde (v. 7), pero esto no tiene por qué ser así en todos los casos de sufrimiento
persistente. Sin embargo, la oportunidad de mostrar la gracia de Dios como suficiente en la
debilidad (v. 9) es algo que es posible en cada caso de sufrimiento. Tu objetivo debe ser usar tus
momentos de debilidad para descubrir nuevas formas de descansar en la fuerza de Dios (v. 10).
Esto debería eliminar la vergüenza que a menudo sientes por estas emociones y reemplazarla con
un sentido de honrar a Dios (1 Corintios 12:22-26).

Estos no son los únicos diez temas destructivos del sufrimiento que pueden usarse para dar sentido
a tus emociones. Más bien, son representativos de los tipos de pensamiento que toma el dolor de
la depresión-ansiedad y hace del sufrimiento el tema principal de tu historia de vida.

Más que esto, se espera que esta sección te brinde un patrón (1) para expresar los mensajes
destructivos de tu sufrimiento, (2) para reconocer honestamente el dolor y (3) para confrontarlo

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con las Escrituras incluso antes de que veas (4) cómo son reemplazados por el evangelio (capítulo
seis).

Expresa: ¿Qué otros temas destructivos usas para dar sentido a tu depresión-ansiedad?

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Reconoce: ¿Cómo contribuyen o intensifican estos mensajes el dolor que sientes?

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Confronta: ¿Cómo confrontan las Escrituras las creencias centrales o la perspectiva de tu historia de
sufrimiento? ¿Qué pasajes?

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Reemplaza: Conocer la verdad es diferente a que esa verdad se convierta en el tema dominante de
tu vida. Es posible que te sientas desanimado porque has leído las contrapartidas de tu historia de
sufrimiento, que aún no parecen ayudarte a superar la depresión-ansiedad que sientes. Comienza
haciendo una simple y honesta oración a Dios acerca de dónde te encuentras ahora. Usa como guía
la oración simple y desesperada del padre que temía por la vida de su hijo: «Creo; ayúdame en mi
incredulidad» (Marcos 9:24 NBLA).

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El trayecto desde los hechos hasta los conceptos y la historia

¿Cómo desarrollamos una experiencia o un conjunto de experiencias en una historia? La respuesta


a esta pregunta será única para cada persona. Aunque todos podemos interpretar experiencias
vitales dolorosas con temas o combinaciones de temas similares, la forma en que pasamos de los
acontecimientos a la historia no es uniforme.

En lugar de proponer un modelo de desarrollo de la historia que busca captar el proceso de


pensamiento de cada persona, sería mejor proporcionar un recorrido guiado e inductivo de cómo
te has movido de la experiencia a la historia. Comienza reflexionando sobre lo que has aprendido
hasta este punto del proceso.

• ¿Cómo has empezado ya a dar sentido a tu vida con las 10 ideas anteriores o las que has
añadido a la lista?

• ¿Hacia cuáles de las ideas gravitas de forma más natural?

• ¿Esta gravitación es nueva (apenas comienza con tu experiencia de depresión-ansiedad) o


es una tendencia de hace ya tiempo?

• ¿Cómo han distorsionado estas ideas tu interpretación de los nuevos acontecimientos de la


vida que no están directamente relacionados con tu depresión-ansiedad?

• ¿Tu interpretación de los acontecimientos pasados no están directamente relacionados con


tu depresión-ansiedad?

• ¿Cómo han distorsionado estas ideas tu previsión de futuros acontecimientos?

• ¿Qué frases o pensamientos captan tu(s) idea(s) preferida(s)? ¿Con qué frecuencia te las
dices a ti mismo o a los demás?

• ¿En quién o en qué has confiado más y menos a medida que tu depresión-ansiedad ha
perdurado?

Reflexionar sobre estas preguntas, debería ayudarte a ver cómo pasas de los hechos a la historia. Si
no te gusta lo que descubres, no te alarmes. El hecho de que puedas ver los conceptos destructivos
como no buenos, significa que los conceptos destructivos no tienen el lugar de dominio en tu
corazón y mente.

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Capítulo 5
«Dios, ¿podemos descansar en este viaje?»
LLORA por la maldad de lo que sucedió y recibe el consuelo de Dios

«Estoy dispuesto a estar emocionalmente de acuerdo con Dios acerca de mi sufrimiento.


Puedo ver que Dios no sólo quiere que supere esto pero en cambio desea amarme a través
de mi dolor. [Describe la diferencia]
Aceptaré que los que lloran son bienaventurados porque serán consolados (Mateo 5:4).»

Memoriza: Isaías 14: 3-4 (LBLA) «Y el día en que el SEÑOR te dé descanso de tu dolor, de tu
desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, pronunciarás esta burla
contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo se ha acabado el opresor, y cómo ha cesado el
furor!» Al memorizar este pasaje reflexiona en estos puntos clave:

• «Te dé descanso» ̶ El descanso es un don que Dios quiere darte. Tomar tiempo
para llorar no es desperdiciar el tiempo de Dios.
• «De tu dolor... tu desesperación» ̶ Dios toma tiempo para enumerar los tipos
de desafíos que enfrentas; que se suman a tu necesidad de descanso.
• «A la que fuiste sometido» ̶ Dios está reconociendo que Su pueblo fue obligado
a pasar por este sufrimiento; ellos no lo eligieron.
• «Rey de Babilonia» ̶ A menudo es una pre-figura del papel de Satanás en la
vida de los creyentes del Nuevo Testamento.
• «Se ha acabado el opresor» ̶ Habrá un momento en que llegues a decir esto
sobre la herramienta de Satanás de la depresión-ansiedad.

Notas de enseñanza

«Cada vez que una experiencia difícil tiene algo de duración en nuestras vidas, podemos,
gradualmente, obtener alguna identidad personal de ella (p. 261).» Ed Welch en Depression:
A Stubborn Darkness (traducido como «Depresión: una oscuridad obstinada»).

«La regla general es que los que más escuchan y menos hablan serán los más útiles para los
que sufren.» David Murray en Los cristianos también se deprimen.

«Para mí, lo más útil que pudieron hacer fueron las comidas, el ofrecimiento de lavar una
carga de ropa sucia o llevarse a los niños para pasar una tarde con ellos. A pesar de que no
acepté estos ofrecimientos debido a un sentido de orgullo que la depresión puede
fomentar, saber que alguien se preocupó lo suficiente como para ofrecer ayuda de estas
maneras, fue una fuente de aliento (p. 34).» Kathryn Greene-McCreight en Darkness Is My
Only Companion (traducido como «La oscuridad es mi única compañía»)

63
«Los ministerios de recuperación no son adecuados para la mayoría de las personas con
enfermedades mentales. La idea de recuperación puede comunicar el mensaje de
queremos ayudarte a “superar” tu problema para que puedas ser un miembro normal y
plenamente funcional dentro la comunidad... Este enfoque es apropiado para cuestiones
que realmente van encaminadas a la recuperación, pero no es apropiado para la mayoría
de las enfermedades mentales (p. 117).» Amy Simpson en Troubled Minds (traducido como
«Mentes turbadas»)

«Satanás se siente atraído por los instintos de mirar hacia adentro, propios de la depresión.
Satanás puede usar los tiempos de depresión como una oportunidad para un asalto total a
nuestra fe y confianza en Dios. Él puede usar la “noche oscura del alma” para poner en duda
la bondad y el amor de Dios (p. 138).» Brian Borgman en Feelings and Faith (traducido como
«Sentimientos y fe»)

«Todos los que sufren se sienten tentados a creer que su sufrimiento es único. Esta mentira
hace inmediatamente que todos los consejos sean irrelevantes,
ya que nadie entiende y ningún consejo aplica a este sufrimiento en particular. El resultado
es que la soledad que ya se experimenta es ahora un hecho establecido, y ahora da más
permiso de caer en la desesperación (p. 69).» Ed Welch en Depression: A Stubborn Darkness
(traducido como «Depresión: una oscuridad obstinada»)

Aplicación personal

¿Qué se supone que hagas con las malas noticias? El paso cuatro revela una gran cantidad
de «malas noticias» ̶ narrativas que pones en tu experiencia de depresión-ansiedad que te
dejan sintiendo vergüenza o como si Dios estuviera ausente. ¿Qué se supone que hagas con
este tipo de malas noticias?

La respuesta más tentadora es tratar de mejorarla... llevarla hacia el lado positivo... rápido...
si puedes usar la Biblia, mucho mejor; de esa manera eres más propenso a creer lo que te
estás diciendo a ti mismo. Lo más probable es que hayas probado eso y tengas las cicatrices
que el cambio emocional apresurado produce.

Así que hagamos una mejor pregunta: ¿Cómo quiere Dios cuidarte a medida que entiendes
estas falsas narrativas? ¿Quiere Dios liberarte con la verdad (Juan 8:32)? Sí, pero también

64
quiere liberarte de una manera que sea tolerable y sostenible. Dios quiere que tu cambio
dure y que sea motivado por la gracia en lugar de la vergüenza o el miedo.

Eso significa que Dios quiere que te duelas por la presencia del sufrimiento en tu vida. Dios
no piensa que te estás quejando cuando reconoces que la depresión-ansiedad ha sido una
carga pesada. Dios quiere que conozcas Su cuidado durante tu sufrimiento para que
confíes en Su cuidado en medio de futuras bendiciones y dificultades.

El proceso de duelo es el enfoque de este capítulo. Queremos que te sientas libre de llorar
la presencia de depresión-ansiedad (estando de acuerdo con Dios acerca de las dificultades
del sufrimiento) en lugar de sentir vergüenza al respecto (escondiéndolo de Dios y de otros
para parecer fuerte). Llorar tu sufrimiento te permite renunciar a fingir que eres fuerte para
que seas libre de confiar en la fuerza de Dios y en Su pueblo.

Examinaremos el tema del proceso del duelo en cuatro secciones:

1. ¿Qué es el proceso de duelo?


2. Diferenciar entre el proceso de duelo saludable y permanecer en el dolor sin intentar
cambiar la situación.
3. Cómo atravesar el duelo.
4. Eso no es útil: cosas que no se deben decir.

¿Qué es el proceso de duelo?


El duelo no relacionado con una muerte física puede ser difícil de identificar. Puede sentirse
como si te dijeran: se supone que debo sentirme triste (llorar) porque estoy triste
(deprimido). Sin embargo, la experiencia persistente de depresión-ansiedad,
especialmente cuando no es causada por acciones o valores sobre los cuales tú tienes
control, puede resultar en muchas pérdidas que deben ser lamentadas con el fin de
procesarlas de una manera saludable. Veremos cinco pérdidas potenciales.
1. Confianza en tus propias emociones: Cuando tus emociones han sido dominadas por
la depresión-ansiedad por un periodo prolongado de tiempo, las emociones pueden
sentirse como un enemigo más que como un amigo. La insensibilidad se confunde
con una experiencia agradablemente neutral. Los eventos o relaciones que
desencadenan cualquier tipo de emoción comienzan a ser temidos porque sentir
cualquier cosa se percibe como una experiencia amenazante.

Sin embargo, esto es como desconfiar de la respiración. No puedes sentir; el miedo a


la emoción es en sí mismo un sentimiento. Pero cuando no reconoces esta
desconfianza hacia tus emociones, la única opción que tienes es el malestar
emocional. Curiosamente, lamentar esta pérdida de confianza es a menudo el primer
paso para volver a confiar en tus emociones. Es a través del duelo que recibes consuelo
(Mateo 5:4); de Dios y de los demás.
65
Tu objetivo inicial es sentirte triste por tu sufrimiento sin sentir vergüenza o miedo. La
vergüenza y el miedo son «emociones de desconfianza» y perpetuan el pensamiento
erróneo de que tu depresión-ansiedad es moralmente incorrecta o insegura.

Imagina al niño que aprende que su hogar es un lugar seguro porque ahí puede
lastimarse, llorar, recibir consuelo y reincorporarse a la vida. Ese es el tipo de
experiencia que debes esperar con Dios y tus emociones. A veces pueden doler y
está bien expresar este dolor emocional. Puedes recibir consuelo. La confianza para
este proceso es lo que te permite reincorporarte con esperanza a la vida

2. Sentido de invencibilidad: Eres propenso a creer que puedes recuperarte de cualquier


cosa, hasta que experimentas lo contrario. La gente tiende a llorar por su juventud
después de jugar un deporte y no jugar bien al día siguiente. Es evidente que perdieron
algo. Del mismo modo, cuando se hace más difícil para ti recuperarte de la experiencia
de la depresión-ansiedad, luchas a brazo partido con tu mortalidad de una manera
desagradable.

A veces prefieres tener miedo que ser débil, incluso cuando ser débil significa que
podrías ser protegido. Cuando pierdes tu sentido de invencibilidad todo lo que estás
perdiendo es una ilusión. Pero si has encontrado una falsa sensación de seguridad en
esta ilusión vas a lamentar su extinción cuando ésta pase.

Ésta es otra forma en que el proceso de duelo te prepara para una mayor salud
emocional. Hasta que llores la muerte de creencias falsas como éstas, no las
considerarás muertas; en cambio, dudarás de ellas. Es como tener una discusión
intensa con un mal amigo, al cual vuelves a ver después. Son conversaciones sobrias
e incómodas sobre el final de la relación que resultan en dolor y finalmente en el
término de la amistad disfuncional.

3. Identidad: Durante una experiencia prolongada de depresión-ansiedad puedes tomar


muchas etiquetas estigmatizadas que se convierten en parte de tu identidad ̶ loco,
roto, diferente, discapacitado, deficiente, etc... En estas situaciones, la depresión-
ansiedad impactan tu identidad mientras tratas de evitar tus temores acerca de cómo
los demás te percibirán.

Para otros, no es el estigma sino la duración de la experiencia lo que crea un sentido


alterado de identidad. Lo que sienten se convierte en lo que son. A menudo dicen: no
puedo recordar cómo era no estar deprimido. En este escenario, la depresión-
ansiedad afecta tu identidad al ser más duraderadera y abrumadora que otras fuentes
de tu identidad.

El proceso de duelo es un paso importante para vivir fuera de tu miedo al estigma. A


través del duelo, eres honesto acerca de tu experiencia y te entristeces por (no te
amargas en contra de) aquellos que no están lo suficientemente maduros o

66
informados para entender tu sufrimiento. Su identidad se vuelve «inexperto » en lugar
de que tu identidad se vuelva «deficiente».

Cuando lloras estás reconociendo que sobrevivirás a tu depresión-ansiedad. Sólo los


sobrevivientes pueden lamentar. El duelo es algo que haces cuando te das cuenta de
que hay un capítulo más en tu historia. Ya sea el alivio temporal-parcial que proviene
de vivir sabiamente ahora, o el alivio total-eterno de la redención completa que
experimentarás en el cielo, el duelo afirma que la depresión-ansiedad no tendrá la
última palabra en tu vida.

4. Sentido de proporcionalidad: Una pérdida a menudo ignorada durante la depresión-


ansiedad prolongada es un sentir de proporcionalidad. El miedo y la desesperación
tienden a hacer que algunas partes de la vida parezcan desproporcionadamente
grandes y otras partes parezcan desproporcionadamente pequeñas (o hasta
insignificantes). Sabes que estás viviendo en un mundo de espejos de feria
emocionales, pero no sabes cómo cambiar esto.

El resultado es que pierdes el sentido de proporcionalidad, ¿cuánto importan las cosas


que te molestan? Por un lado, confías absolutamente en tus emociones. Después de
todo, ¿cómo dudas de tus emociones (una parte importante del capítulo seis)? Por
otro lado, sabes que tus emociones no son precisas. Estás atorado escuchando tus
emociones y aunque no les creas, las encuentras increíblemente convincentes.

El duelo es una parte importante al desechar este estado mental en conflicto. El duelo
es un momento en el que es seguro y aceptable sentir incertidumbre y desorientación.
El duelo es un momento en el que invitarás a otras personas a esta experiencia. El
duelo es un proceso por el cual comienzas a valorar lo mucho que importan las cosas.
Considera cuántas veces has oído a alguien decir: no me di cuenta de cuánto
importaba o no ________ hasta que lo perdí.

5. Amigos: La desafortunada realidad es que la experiencia de la depresión-ansiedad


puede crear una tensión en las amistades. Como parte de esto, debes asumir
responsabilidad de esta tensión ̶ descuidar el tiempo que podrías pasar con cierta

67
persona debido a la apatía de la depresión, asumir tendencias controladoras como
una forma malsana de manejar tus miedos, etc... No debes asumir que es culpa de
tu amigo que la amistad haya experimentado cierto deterioro bajo este tipo de
condiciones.

Eso puede ser difícil de aceptar, pero la única alternativa es tener una sensación de
falsa impotencia sobre las cosas que llevaron al deterioro de ciertas amistades. Tus
intentos de restaurar estas relaciones serían alterados por una sensación de
deshonestidad contigo mismo que te impediría relacionarte con estos amigos de
manera saludable.

El duelo es una parte importante de estos esfuerzos restaurativos. Incluso si tú tenías


una responsabilidad significativa por ello, todavía perdiste algo. El duelo es como
quitarles a estas pérdidas el poder emocional para que así puedas hablar de ellas de
manera saludable y precisa. Considera un funeral. Inicialmente el sobreviviente puede
ser incapaz de hablar de su ser querido sin idealizarlo y sin que la conversación se torne
sumamente emocional, pero con el proceso de duelo se vuelve capaz de tener estas
conversaciones controlando sus emociones y con veracidad.

¿Qué otras pérdidas has experimentado como resultado de la depresión-ansiedad y qué


beneficios únicos provendrían de lamentar dichas pérdidas?
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_______________________________________________________________
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Lee Isaías 53:3 y Hebreos 4:14-5:10. Observa que uno de los títulos de Jesús era «varón de
dolores». Este fue un título tan central para Su misión que fue resaltado en Sus anuncios
previos en el Antiguo Testamento. La idea se lleva a cabo en el Nuevo Testamento y está
destinada a alentarnos acerca de la compasión de Dios por nuestra difícil situación. Su
ejemplo está destinado a ser seguido por otros creyentes (5:4), pero sólo Jesús aprendió de
Su sufrimiento tan perfectamente que puede relacionarse contigo en tu dolor de la manera
que deseas (5:8). En estos pasajes, notas que Dios se deleita en ser paciente y compasivo
con Sus hijos cuando están sufriendo. Dios no está esperando impacientemente que dejes
de quejarte y pongas manos a la obra. Dios quiere verte completamente restaurado y con
la alegría que Él diseñó para ti.

Diferenciar entre el proceso de duelo saludable y permanecer en el dolor sin intentar


cambiar la situación
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Hay muchas cosas que el dolor malsano (permanecer en el dolor sin intentar cambiar la
situación) y el duelo saludable tienen en común. Confundir uno con el otro puede ser más
fácil de lo que mucha gente piensa. La persona que piensa que está lidiando con su dolor
puede estar realmente revolcándose en la autocompasión. Aquellos que tratan de sacar a
su amigo de la autocompasión pueden estar llevándolos a atravesar un duelo legítimo.

Desafortunadamente, no hay una prueba para verificar la diferencia entre estas dos
experiencias. Sin embargo, podemos (a) aclarar qué cosas tienen en común estas dos
experiencias, para que seas menos propenso a asumir que las experiencias sobrepuestas
indican necesariamente su contraparte. También podemos (b) identificar las marcas
distintivas entre permanecer en el dolor y vivir el duelo para que sepas qué esperar de cada
una de estas vivencias para así poder identificar correctamente la experiencia emocional.

Comencemos considerando las similitudes del duelo y permanecer en el dolor.

• Ambos son desencadenados por una circunstancia de vida no deseada.


• Ambos existen en el extremo desagradable del espectro emocional.
• Ambos parecen lógicos y justificados a la luz de la experiencia desencadenante.
• En ninguno de los dos sientes que lo estás «ocasionando», sino que es algo que te
está «sucediendo».
• Ambos implican un alto grado de repetición mental.
• Ambos buscan dar sentido a la vida a la luz de la experiencia desagradable.
• Ambos moldean la forma en que interpretas los eventos y a las personas que te
rodean.
• Ambos moldean la forma en que anticipas y te preparas para el futuro.
• Ambos cambian la forma en que recuerdas eventos pasados.

¿Qué obtienes de esta lista? Una comprensión de que ninguno de estos criterios es capaz
de distinguir entre el duelo y el permanecer en el dolor. Cada criterio es cierto para ambos.
Es como si te pidieran que distinguieras un cuadrado de un rectángulo. Podrías decir que
tiene cuatro lados y cada esquina forma un ángulo de noventa grados. Esto es cierto tanto
para un cuadrado como para un rectángulo, por lo que esa descripción no te ayuda a
diferenciar entre las dos figuras.

¿Por qué tomarse el tiempo de trazar estos paralelismos entonces? A menudo, las
personas creen que algunos de estos síntomas siempre indican un duelo saludable o el
permanecer en el dolor sin intentar cambiar la situación. Pero cuando tienes estas
experiencias todo lo que sabes es que estás lastimado. No es claro si este dolor es parte de
un proceso sano o malsano; no sabes si en realidad está contribuyendo a una historia
redentora o destructiva.

Esto debería darte libertad para considerar los criterios siguientes: tus emociones o
motivos nunca serán tan puros como te gustaría. Tu objetivo en este punto no es lamentar
69
tu pérdida de manera perfecta, sino que cada vez tu experiencia tenga menos características
que indiquen que estás permaneciendo en el dolor.

• Permanecer en el dolor le teme a la esperanza, pero el duelo confía en la esperanza.


¿Cuántas veces te encuentras discutiendo con aquellos que quieren animarte incluso
antes de que puedan explicarse; tal vez incluso antes de que tengas la oportunidad
de hablar con ellos? Este es un indicador de que has empezado a temer a la
esperanza. Estás resistiendo estar «arriba» porque temes caer «hasta abajo» una vez
más.
Cuando cedes a esta tentación, la ansiedad o la depresión se convierten en las únicas
maneras «seguras» de sentir. Cualquier cosa que sea agradable es etiquetada
inmediatamente como un sentimiento no confiable. Cuando estar en duelo se
convierte en permanecer en el dolor, tu sentido común te atrinchera contra el
progreso que deseas.
Proverbios 13:12 dice: «La esperanza que se demora enferma el corazón». Aquellos
que luchan con la depresión-ansiedad a menudo creen que la solución para escapar
de estas tendencias es dejar de tener esperanza. Ese es el equivalente a un paciente
de cáncer que concluye: si la quimio me deja sintiéndome débil, entonces dejar la
quimio me hará sentir fuerte. Este resultado hace que la experiencia de depresión-
ansiedad se torne crónica.

• Permanecer en el dolor se ofende con la alegría, pero el duelo anhela la alegría. El


resentimiento tiene una forma de darle vuelta a tus valores. Si se burlaran de ti por
tus dificultades en la escuela, entonces el resentimiento resultante podría hacer que
dejaras la educación formal en favor del «buen sentido común». Del mismo modo, si
fuiste ridiculizado por ser pobre, entonces hay una tendencia a pensar que las
personas que tienen cosas bonitas son malas (es decir, deshonestas,
condescendientes, etc.). Una virtud (educación) o un activo (riqueza) comienzan a
ser vistos como vicios debido a tu resentimiento.
Lo mismo sucede cuando tu depresión-ansiedad comienza a hacerte sentir
rechazado o deficiente. Puedes comenzar a ver una bendición (alegría) como un mal
hábito (algo que resientes, temes y resistes). Comienzas a identificarte con tu
miseria a tal punto, que no quieres ser como esas personas que «piensan que son
mejores que tú» a pesar de que no hay rivalidad y sabes que sería mejor tener
alegría. Pero sientes que al estar alegre, estarías «traicionando a tu equipo».
El duelo es triste, pero no deja de desear alegría; tampoco ha quitado la alegría de
la categoría de «virtud deseable». Esto requiere fuerza emocional. Es difícil seguir
queriendo algo bueno que no tienes y no estás seguro de ser capaz de obtenerlo. Es
más fácil, aunque malsano, darle la espalda a lo bueno como si fuera una broma cruel
fingida por personas que están, de alguna manera, en contra de ti.

• Permanecer en el dolor es escéptico hacia la fe, pero el duelo escucha a la fe. Lo que
estás dispuesto a escuchar y a quien estás dispuesto a escuchar dice mucho acerca
de ti. Cuando el duelo le da paso a la permanencia en el dolor, escuchando palabras
70
de fe ̶ de la Escritura o un amigo – empiezas a escuchar a través de un filtro de
desconfianza o cinismo.
Considera por un momento cómo escuchas un programa de noticias que no
comparte tus puntos de vista políticos o un comercial que está hablando acerca de
un producto que cambia la vida. Compara esto con la forma en que escuchas
declaraciones de fe en medio de tu experiencia de depresión-ansiedad.
Cuando escuchas estos mensajes con escepticismo, no le das lugar al duelo, sino a
la permanencia en el dolor. Tu meta inicial no debe ser necesariamente aceptar
plenamente los mensajes de fe que estás escuchando. Puedes comenzar con algo
mucho más pequeño; sólo escucha estos mensajes neutralmente, sabiendo que
están diseñados para tu bien. Y aunque al principio te sientas triste, estás dando un
paso para transformar tu permanencia en el dolor en un duelo saludable .

• Permanecer en el dolor rechaza ser fuerte, pero el duelo acepta la fuerza. Tanto el
duelo como permanecer en el dolor son agotadores. El duelo resulta en el
agotamiento de un corredor de maratón ̶ alguien que se da cuenta de que su
trayecto es una hazaña de fuerza. El permanecer en el dolor resulta en el
agotamiento de la presa que cede ante su depredador ̶ alguien que se está
rindiendo.
De cualquier manera, el agotamiento es real. Tanto el corredor de maratón como la
gacela que sucumbe a un león, están legítimamente cansados. La pregunta es si te
ves parado como una persona desesperanzada o te ves como una evidencia de la
capacidad y disposición continua de Dios para sostenerte. Has confiado en la gracia
de Dios hasta este punto ̶ de buena o de mala gana ̶ y esa misma gracia está
disponible para cualquier trayecto que se avecine.
No confundas la metáfora de correr con la necesidad de apresurarte. Si ese fuera el
caso, entonces no estaríamos en el punto medio de un viaje de nueve pasos.
Tampoco deberías empezar a ver a Dios como un cruel entrenador de atletismo. Las
cosas que aprendes en esta experiencia no son necesariamente «Dios tratando de
enseñarte una lección» (en la connotación severa de esa frase). Con mucha
frecuencia vemos cada lección que aprendemos en el sufrimiento como la
declaración de propósito de Dios para esa experiencia; esto ocasiona que
desconfiemos de nuestra fuente de fortaleza durante estos tiempos.

• Permanecer en el dolor evita ser conocido, pero el duelo invita a la comunidad. La


mayoría de los puntos anteriores se centran en las diferencias intrapersonales entre
el duelo y permanecer en el dolor ̶ esas cosas que están pasando dentro de ti. Este
último punto se centra en la diferencia interpersonal ̶ cómo te relacionas con los
demás de manera diferente.
Cuando la vergüenza convierte el duelo en permanecer en el dolor, no permites
que otros te conozcan bien. Te vuelves escurridizo, capaz de responder a las
preguntas de la gente sin permitir que realmente te conozcan. Con el tiempo,

71
comienzas a ser cínico al creer que a los demás no les importas o no son capaces de
entenderte.
La realidad es que limitas lo mucho que otros pueden interesarse por ti, con lo mucho
(o poco) que les permites conocer de ti. Si permites que te conozcan en un 50%,
entonces (en el mejor de los casos) podrás recibir el 50% del cuidado e interés que
te ofrecen. La vergüenza te convence de que «si realmente supieran» no habrían
dicho lo que dijeron o no habrían hecho lo que hicieron. El resultado es una idea
corrompida de cada acto de bondad o palabra de aliento que se te ofrece.

Usando estos criterios, ¿cómo describirías tu respuesta actual a la experiencia de


depresión-ansiedad: estás procesando el duelo o estás permaneciendo en el dolor? ¿Qué
criterios te dieron más información sobre tu respuesta?
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Cómo atravesar el duelo

Esperamos que hayas identificado el duelo por el que estás atravesando y aprendido más
acerca de la destructiva falsificación del duelo: permanecer en el dolor sin hacer nada para
cambiar la situación. Pero la pregunta sigue siendo: ¿cómo atravieso el duelo? No parece
correcto tener un funeral. No hay nada que enterrar. Entonces, ¿cómo proceso el duelo?.
Lee Joel 1:1-2:25: A menudo se cita Joel 2:25 sin ver la jornada que lo precedió. El duelo
cristiano es duelo con esperanza por el poder de la resurrección de Dios (1 Tesalonicenses
4:13-18). Sabemos que Dios puede, y en última instancia, «restaurará los años que comió la
oruga, el saltón, el revoltón y la langosta». Pero nota cómo Dios usó el duelo como
preparación para recibir esa promesa (1:8-9, 1:12-14, 2:12-13). En este pasaje de la Escritura
estaban lamentando su propio pecado. Tú estás lamentando tu sufrimiento. Pero el principio
sigue siendo aplicable, el duelo es una preparación importante para la obra que Dios
pretende hacer en tu vida. Cuando no te das cuenta de esto, comienzas a sentirte culpable
y condenado por Dios por participar en esta obra preparatoria de restauración que Él está
haciendo en tu vida.
72
El duelo no es tan activo ni voluntario como quisieras que sea. Quieres dominarlo para
poder acelerar el proceso. Los intentos de hacerlo son generalmente malsanos, así que si
eso es lo que esperas, los puntos a continuación pueden decepcionarte. Pero los cinco
puntos a continuación te darán orientación práctica y activa para ayudarte a lamentar las
pérdidas que has experimentado relacionadas con tu experiencia de depresión-ansiedad.

1. Date cuenta de que el duelo no es un evento que puedas agendar. No hay receta ni
horario. El duelo no es cuestión de llorar durante cinco horas consecutivas con veinte
minutos intermitentes de descanso para reflexionar en preguntas dolorosamente
relevantes, terminando con una ceremonia para destruir lo que has escrito. El duelo puede
incluir llanto y reflexión. Incluso, destruir simbólicamente lo que has escrito, puede ayudarte.
Pero ni estos pasos, ni otros, son atravesar el duelo.
El duelo requiere reconocer que eres débil y recibir el cuidado de Dios a la luz de tu
sufrimiento. Probablemente, la experiencia de depresión-ansiedad ha ocasionado que estar
fuera de control parezca muy inquietante. Pero esta voluntad o capacidad para entregarse a
la protección de Dios es la primera evidencia de que el duelo está teniendo su efecto
redentor previsto.
«No es necesario que te arreglen... Los coches y los refrigeradores se descomponen;
la gente no. Derramamos lágrimas, lloramos y nos dolemos. Fuimos creados para
llorar. Es una respuesta adecuada a la tristeza... El dolor te lleva al mundo de lo
desconocido... El duelo es un proceso desordenado. No lo controlarás, ni puedes
programar su expresión.» H. Norman Wright en Cómo recuperarse de las pérdidas de
la vida.
2. No te sientas apresurado. Preferirías saber si estás a tiempo en lugar de saber si estás
atravesando el duelo de manera saludable. Si hubiera un horario fijo, entonces sabrías lo
cerca que estás de terminar. Pero el papel del tiempo en el dolor es más similar a una rutina
de piso de gimnasia, que un cronómetro en una carrera. El objetivo de una carrera es hacer
el menor tiempo posible. El objetivo de la rutina de gimnasia es realizar la tarea asignada lo
mejor posible dentro de un plazo de tiempo dado.
Si la gimnasta intenta hacerlo más rápido, no tendrá ninguna ventaja (quizá una disminución)
en su puntuación final. Del mismo modo, cuando tratas de acelerar el proceso de duelo,
generalmente introduces prácticas o creencias mal sanas que se suman a la ruptura
emocional. Cuando te enfocas en estar lo más saludable posible en el proceso, recibes la
mejor «puntuación» ̶ un resultado saludable que honra a Dios.
3. Descansa al cuidado de Dios antes de la siguiente etapa del viaje. Un indicador primordial
de que estás listo para comenzar el siguiente paso es cuando puedes ver este paso como
una revelación del cuidado de Dios por ti. Cuando puedes ver cómo a través de este paso
Dios te da descanso en lugar de ponerte en un «tiempo muerto» emocional es probable que
estés listo para continuar.
Dicho esto, no terminarás de atravesar el duelo antes de comenzar el paso seis. Todavía
habrá momentos en que tus pérdidas traerán tristeza. Pero tendrás las habilidades para
73
procesar esas emociones y, más que las habilidades, tendrás confianza en el cuidado de Dios
por ti, lo cual te dará la libertad emocional de procesar esos momentos.
4. Tu objetivo es asimilar los pasos 1-3 sin la contaminación del paso 4. El objetivo del duelo
sano es aceptar realidades difíciles sin la narrativa corrompida de las mentiras destructivas.
En este material, eso significa que aceptas las cosas que aprendiste en los pasos uno al tres
sin encerrarlas en las narrativas a las que eras más propenso en el capítulo cuatro.
Inicialmente esto puede ser confuso , especialmente si tú te has aferrado a las narrativas
destructivas del capítulo cuatro durante un largo período de tiempo para dar sentido a tu
depresión-ansiedad. En el capítulo seis examinaremos la narrativa redentora que puede
hacer más saludable y darle un mejor sentido a tu experiencia.
Mientras tanto, es posible que te sientas como una persona sin una historia. Pero date
cuenta de que es como el atomizador que se descarga de herbicida antes de que pueda ser
recargado con fertilizante. Estás siendo vaciado, no para que quedes al descubierto, sino
para estar lleno de algo que da vida y nutre, en lugar de ser emocionalmente tóxico. Tu
pérdida narrativa es en realidad una ganancia. Una vez que sea reemplazada será una
ganancia incomparable.
5. Date cuenta de que la tristeza no es el capítulo final. Esta audaz promesa debe ser
contenida, de lo contrario podría convertirse fácilmente en falsa esperanza. Perder tu
historia de sufrimiento es una ganancia ya que abrazar la narrativa del evangelio para tu
sufrimiento es una ganancia incomparable. Pero sigues viviendo en medio de la historia.
Con el evangelio siempre vivimos entre el «ya» y el «todavía no». El poder del pecado ya
está roto, pero la presencia del pecado todavía no se ha eliminado. La promesa del cielo ya
está dada, pero la experiencia del cielo todavía no se conoce. El remedio del sufrimiento ya
está garantizado, pero la existencia del sufrimiento todavía no se ha eliminado.
En el evangelio eres capaz de vivir sin interrogantes, pero sólo con alivio parcial. A través de
la santificación – viviendo el carácter y la mente de Dios en tus circunstancias por Su gracia
– experimentas cada vez más alivio. Pero este alivio no será total hasta que Dios limpie tu
última lágrima al entrar permanentemente en Su presencia (Apocalipsis 21:4).
Eso no es útil: cosas que no se deben decir
¿Alguna vez has buscado en Google «cosas estúpidas que la gente dice en los funerales»?
Puede ser una lectura dolorosa, pero embarazosamente divertida. Cuando se enfrentan al
dolor de otra persona, las personas a menudo dicen cosas torpes o inútiles tratando de aliviar
su propia incomodidad de no saber cómo mejorar la circunstancia. Cuando estás hablando
de tu experiencia de depresión-ansiedad, puedes experimentar un fenómeno similar.
Esto es desafortunado, pero no es una razón para aislarte. Es, sin embargo, una razón común
por la que aquellos que luchan con la depresión-ansiedad comienzan a alejarse de sus
amigos. Lo discutimos aquí por dos razones. En primer lugar, queremos equipar a la iglesia
para cuidar bien estas luchas emocionales. La primera parte de cuidar bien es escuchar. La
primera parte de escuchar bien es resistir el impulso de decir algunas de las cosas que se
enumerarán a continuación.

74
«El tratamiento comienza con la escucha empática, tomando a las personas en serio
y no negando o minimizando sus síntomas (p. 18).» Robert Albers, William Meller y
Steven Thurber en Ministry with Persons with Mental Illness and Their Families
(traducido como «Ministrando a Personas con Enfermedades mentales y a sus
familias»)
En segundo lugar, queremos que te sientas menos sorprendido y menos ofendido si sucede
o cuando suceda. Cuando te sorprendes la ofensa se intensifica. Cuando algo te toma
desprevenido y no entiendes por qué sucede, es más doloroso emocionalmente. Es por eso
que queremos proporcionarte la lista de «las cosas que no se le dicen a una persona
deprimida» (del libro Los cristianos también se deprimen de David Murray). Si escuchas estas
cosas al principio de una conversación con alguien, nota que es probable que las dicen
involuntariamente, más para su comodidad que para tu beneficio.
• Relájate.
• Pero no tienes nada por lo cual estar triste.
• No te pongas tan emocional.
• Lo superarás pronto.
• Estar deprimido es pecado.
• Sólo cree en las promesas.
• Sonríe, no puede ser tan malo.
• Bueno, las cosas podrían ser peores.
• Por lo menos no es nada serio.
• Deberías confesar tus pecados.
• Todavía no estás tomando medicamentos, ¿verdad?

Conclusión
Date cuenta de que Dios no te está apresurando en tu jornada para salir de la depresión-
ansiedad. En todo caso, a menudo te decepciona Su paciencia. Quieres que Dios te empuje
más rápido a través del proceso. Pero Dios es el caballero supremo, honrándote en cada
etapa de tu viaje.
No hay mérito en un trayecto lento o un trayecto rápido a través de la depresión-ansiedad.
Todo lo que Dios desea de y para ti es fidelidad. Este paso ha sido diseñado para ayudarte a
abrazar esta verdad. Al seguir los pasos restantes para combatir tu experiencia de depresión-
ansiedad, hazlo con la plena seguridad de que Dios está de acuerdo con tus lágrimas cuando
gritas: esto es difícil. No tienes que discutir con alguien que está bien familiarizado con el
dolor (Isaías 53:3). Él es el Buen Pastor que está dispuesto a caminar con ternura al paso de
sus ovejas.

75
Conversaciones de ánimo (DUELO):
Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga
abiertamente para que puedan conocerte y animarte en el proceso de duelo de tu
pérdida o dolor.
• ¿Has reconocido honestamente qué pérdidas estás lamentando relacionadas
con tu depresión-ansiedad?
• ¿Te estás protegiendo activamente para evitar que este tiempo de duelo se
degenere en un tiempo de permanecer en el dolor sin hacer algo al respecto?
• ¿Qué tan bien cuidas de ti de las maneras recomendadas en el capítulo uno?

Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu


sufrimiento a tu compañero de ánimo.
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76
Capítulo 6.
“Emociones difíciles en una historia
redentora”
CONOCE MI HISTORIA DEL EVANGELIO mediante la cual Dios le dio sentido a mi experiencia.
“Ya te he contado cómo mi depresión y ansiedad han moldeado mi vida» [revisa el paso 4].
Dejando de lado esa historia, identidad y conjunto de creencias, solo me quedé con Dios. Fue
bueno empezar a reconstruir mi vida desde esa base sólida.
Ahora estoy empezando a entender mi vida con Dios y el Evangelio en el centro [ejemplos de la
lista anterior reinterpretada]”.

Memoriza: Salmos 30:8-12 (NBLA), "A Ti, oh SEÑOR, clamé, Y al Señor dirigí mi súplica: ‘¿Qué provecho hay
en mi sangre si desciendo al sepulcro? ¿Acaso te alabará el polvo? ¿Anunciará Tu fidelidad? Escucha, oh SEÑOR,
y ten piedad de mí; Oh SEÑOR, sé Tú mi ayuda’. Tú has cambiado mi lamento en danza; Has desatado mi ropa
de luto y me has ceñido de alegría; Para que mi alma te cante alabanzas y no esté callada. Oh SEÑOR, Dios
mío, te daré gracias por siempre”.
Mientras memorizas este pasaje, reflexiona sobre estos puntos clave:

● “Clamé... súplica” – Este salmo no comienza de manera “amable”. Las emociones son crudas y
desesperadas.
● "¿Qué provecho..? – Esto revela una batalla con una destructiva historia de sufrimiento – ¿Está Dios
tratando de obtener provecho de mi vida?
● "Mi ayuda" – Sin embargo, incluso en esta falsa narrativa, el salmista está luchando por mantener
una visión precisa de Dios.
● "Has cambiado" – Las circunstancias negativas no fueron borradas sino transformadas en una nueva
narrativa.
● "Has desatado" – El resultado fue quitar la ropa de luto, un emblema cultural de emociones
ansiosas y depresivas.

Notas de enseñanza

“Cuando dejemos de lado nuestras historias internas y expectativas poco realistas sobre cómo deben ser las
cosas, experimentaremos las decepciones de la vida de una manera más pacífica. En otras palabras, las olas
entrecortadas en la superficie del océano, no necesariamente perturban la calma de abajo” (p. 93 Leslie Vernick
en Lord, I Just Want to Be Happy (traducido como “Señor, yo solo quiero ser feliz»).

"Para el cristiano que cree en el Mesías crucificado y resucitado, el sufrimiento siempre es significativo. Es
significativo debido a Aquel en cuyo sufrimiento participamos, Jesús... El sufrimiento personal del cristiano
encuentra una correlación en el sufrimiento de Cristo, que enjuga nuestras lágrimas, calma nuestra tristeza y
nos apunta hacia Su resurrección (p. 37 Kathryn Greene McCreight en Darkness Is My Only Companion
(Traducido como «La oscuridad es mi única compañía»).

“Yo venía a rechazar la autocompasión y culpar a los demás. Aprendí a recordarme a mí misma la creencia de
que la vida es un don” (p. 27 Kathryn Greene McCreight en Darkness Is My Only Companion (Traducido como
«La oscuridad es mi única compañía»).
“El optimismo no se trata de proporcionar una receta para el autoengaño. El mundo puede ser un lugar
horrible, cruel, y al mismo tiempo puede ser maravilloso y abundante. Ambas cosas son verdad. No hay un
punto medio; sólo se elige qué verdad poner en el primer plano personal (p. 205)”. Lee Ross, profesor de la
Universidad de Stanford, citado por Leslie Vernick en Lord, I Just Want to Be Happy (traducido como «Señor,
yo solo quiero ser feliz»).
77
“La esperanza es lo opuesto al miedo. La esperanza es una predicción de que Dios será bueno (p. 49)... ‘Sé
fuerte y valiente’ (Josué 1:9). Una frase así, sosteniéndose por sí sola, no funciona. No puedes simplemente
ordenar a una persona asustada que sea fuerte y valiente, y esperar una transformación. Lo que hace que el
mandato funcione es esta parte: ‘Dios estará contigo dondequiera que vayas’ (p. 66 Ed Welch en When I Am
Afraid traducido como «Cuando tengo miedo»).

"¿Te has dado cuenta de que la mayor parte de tu infelicidad en la vida se debe al hecho de que te estás
escuchando a ti mismo en lugar de hablar contigo mismo?... Debes tomarte de la mano, tienes que dirigirte,
tienes que predicarte a ti mismo, cuestionarte a ti mismo... Entonces debes recordarte a ti mismo quién es
Dios y qué ha hecho en lo que Él se ha comprometido a hacer (p. 20-21 D. Martyn Lloyd-Jones en Depresión
Espiritual)

Estudio integrado
El capítulo cuatro puede haberte dejado sin una historia. Miraste los acontecimientos y el impacto de tu
depresión y ansiedad en los capítulos dos y tres, y luego dejaste ir las narrativas destructivas que solías explicar
en el capítulo cuatro. En el capítulo cinco aprendiste a llorar la presencia de la depresión y la ansiedad sin
ceder a una caída poco saludable.

Hasta este punto es como si encontraras un viejo reloj de bolsillo en un paseo por el bosque. Está sucio y
empañado. Has desmontado sus partes para limpiarlas y pulirlas. Aprecias su valor lo suficiente como para
estar triste por la persona que lo perdió. Ahora estamos a punto de comenzar el proceso de volver a armarlo.

El capítulo seis está destinado a darte la historia correcta de la cual vivir las directivas prácticas que encontrarás
en los capítulos siete y ocho. Al igual que un atleta puede entrenar duro para la revancha (una línea de la
historia) o para alcanzar todo su potencial (una línea de historia diferente, saludable), podemos luchar por
emociones saludables con varias narrativas diferentes alimentando y explicando nuestras acciones.

La razón por la que nos tomamos el tiempo para este paso no se trata principalmente de eficacia; muchos
atletas entrenan muy bien cuando buscan revancha. Nuestro objetivo en este capítulo es asegurarnos de que
nuestra búsqueda de la salud emocional sea espiritualmente saludable.
En este capítulo trataremos de responder a seis preguntas que a menudo se distorsionan en nuestra lucha
contra la depresión y ansiedad. Ofreceremos puntos clave de aclaración que son comúnmente útiles para
reorientar la lucha de las personas a través de la depresión y ansiedad, pero te animamos a tomarte el tiempo
para escribir tus pensamientos sobre lo que sería una respuesta saludable a tu experiencia de depresión y
ansiedad.

1. ¿Quién soy ahora?


2. ¿Quién y dónde está Dios?
3. ¿Qué debo esperar de mis amigos?
4. ¿Qué es el pecado si esto es sufrimiento?
5. ¿Vale la pena tener esperanza en medio de la decepción?
6. ¿Para qué estoy viviendo?

78
¿Quién soy ahora?
“¿Qué dicen la depresión y ansiedad sobre mí?”, es una pregunta natural. Desafortunadamente, estas
emociones pueden llevar un estigma en nuestra cultura. El resultado es que empezamos a construir nuestra
historia sobre los mensajes: “Soy malo... Estoy roto... Algo anda mal conmigo”. Sentir vergüenza por cosas
por las que Dios no nos considera culpables hace dos cosas:

(1) distorsiona la forma en que aplicamos el evangelio a nuestra vida: tratando de arrepentirnos de las cosas que
Dios pretende consolar en lugar de perdonar,
(2) distorsiona nuestro sentido de identidad: partes relativamente menos importantes de nuestra vida se
convierten en “lo principal” de nosotros.

Lo suficientemente fuerte como para ser débil

Esperemos que una de las cosas principales que hayas obtenido de este estudio sea la fuerza para ser débil.
Nada nos hace desmoronarnos en nuestro núcleo como la necesidad percibida de ser más fuertes de lo que
somos. Por el contrario, nada maximiza la fuerza que Dios nos da como la libertad de reconocer nuestra
necesidad de gracia, ayuda y aliento.

Lee 2 Corintios 1:8-11. Fíjate cómo Pablo era lo suficientemente fuerte como para reconocer sus
debilidades. Estaba lo suficientemente abatido como para considerar el suicidio y admite fácilmente que estaba
agobiado más allá de su capacidad personal para soportarlo (v. 8b). Sin embargo, no parece estar basado en la
vergüenza por la forma en que comparte su historia (v. 8a), él invita a sus amigos a orar por él (vers. 11).
Pablo está agradecido por la liberación previa que Dios le dio, y es realista acerca de su necesidad de la
liberación futura de Dios (vers. 10).

Pregunta: ¿Cómo has crecido en tu disposición de ser “lo suficientemente fuerte como para ser débil”
durante tu experiencia de depresión y ansiedad?
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Suficientemente amado como para ser vulnerable

Nuestra principal fuente de fortaleza (punto anterior) es el amor de Dios. La única razón por la que cualquiera
de nosotros puede amar (tener la capacidad de preocuparse profundamente por la vida y los demás) es porque
Dios nos amó primero (I Juan 4:19). A menudo tememos que, al mostrar debilidad, resulte en rechazo. El
evangelio nos asegura que Dios nunca nos rechazará porque nuestro sufrimiento sea “un gran problema” y
siempre está dispuesto a perdonar cualquier pecado que hayamos cometido cuando nos arrepentimos. Tener
seguridad en nuestra relación con Dios proporciona un fundamento lo suficientemente firme como para ser
cada vez más auténtico con los demás.
Lee Romanos 8:31-39. Personaliza este pasaje en tu experiencia. En lugar de “la muerte... demonios...
persecución, etc...”, enumera las cosas que temes que te harían inaceptable o inutilizable por Dios. Tal vez
puedes enlistar: ataques de pánico, depresión, recuerdos, ansiedad, actitud pesimista, episodios maníacos, etc...
Descubre de nuevo que ninguno de estos puede separarte del amor de Dios (v. 39). Eres amado, punto, y
esto hace de tu vida un tipo diferente de historia, una historia redentora.

Pregunta: ¿Cuándo marcaría la mayor diferencia en tus emociones y decisiones la realidad de que eres
“suficientemente amado como para ser vulnerable?”.
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Lo suficientemente capaz como para ser apasionado

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La ansiedad y la depresión no tienen por qué ser un obstáculo. La experiencia es real. Presenta desafíos. Pero
con demasiada frecuencia, la experiencia de la ansiedad y la depresión se convierten en una razón para que
las personas no sueñen con cómo Dios los diseñó para cambiar el mundo. Uno de los mejores combatientes
contra permitir que la depresión-ansiedad domine tu vida es invertir tu tiempo en las cosas que Dios te hizo
capaz y apasionado. Con demasiada frecuencia permitimos que nuestras debilidades y limitaciones se
conviertan en una distracción de nuestras fortalezas y nuestro llamado.

Lee Efesios 2:8-10. Ten en cuenta que no hay ninguna cláusula de excepción que indique: “... excepto
aquellos que experimentan depresión y ansiedad”. No existe tal cosa como un cristiano de segunda clase. La
categoría es un producto de nuestra imaginación insegura. En cualquier grado que haya “cristianos más
débiles”, Dios tiene claro que les da un mayor honor (1 Corintios 12:21-26). Puede ser prudente conservar
un ritmo para evitar la fatiga que exacerbó la depresión y ansiedad, pero no confundas el ritmo con evitar la
búsqueda de tus pasiones.

Pregunta: ¿Qué te apasiona? ¿Cómo te han distraído la depresión y la ansiedad al perseguir estos intereses?
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¿Quién y dónde está Dios?

Hay muchas preguntas de Dios que surgen en medio de la depresión y ansiedad. Es casi imposible luchar
persistentemente por la esperanza y la paz sin hacer preguntas dirigidas a o sobre Dios. Las cosas que se
discuten a continuación no deben ser nuevas. Están destinadas para que sean cristalizaciones de lo que has
estado aprendiendo. Permite que estas verdades acerca de Dios se consoliden en tu historia; deberían sentirse
cada vez más como cosas que son “apropiadas” en lugar de “posibilidades”.

Cerca de aquellos que están deprimidos y ansiosos

Existe el peligro de leer nuestras Biblias en busca de la respuesta de Dios a la depresión y ansiedad, porque
entonces comienza a hacer que Dios se sienta como un padre ausente; como si todo lo que nos pudiera
ofrecer es una carta por correo. Una carta significaría que a Dios le importa, pero que también está lejos.
Esto sería alentador y desalentador; las palabras de Dios parecerían sinceras, pero sin poder. Es por eso que
debemos prestar mucha atención a lo que Dios más repite y que comúnmente pasamos por alto cuando habla
de depresión y ansiedad.
"Los individuos con depresión y ansiedad a menudo están tan enfocados en tratar de controlar sus
circunstancias y evitar alguna catástrofe potencial, que comienzan a percibir a Dios como punitivo,
perfeccionista y autoritario” (p. 109 Matthew Stanford en Grace for the afflicted (Traducido como «Gracia
para los afligidos»).

Lee I Pedro 5:6-9 y Filipenses 4:5-9. El aspecto menos apreciado de ambos pasajes es la cercanía de Dios.
Llegamos a estos pasajes buscando la “respuesta” de Dios para la depresión y ansiedad. Al buscar principios y
pasos prácticos, echamos de menos que la primera y principal cosa que Dios ofrece es Él mismo. Cuando
dudamos o pasamos corriendo por la presencia de Dios, comenzamos a esperar que el conocimiento logre
lo que sólo la relación puede proveer. Sí, Dios nos ofrece estrategias y verdades para combatir la depresión
y ansiedad, pero estas no son las primeras y más importantes cosas que ofrece.

Pregunta: ¿Dónde ves a Dios en relación con tu experiencia de depresión y ansiedad? ¿Cómo puedes
recordar Su ubicación real cuando tu miedo o desesperación se sienten más cerca que Dios?
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Dentro de tu experiencia de depresión-ansiedad

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Nuestro concepto de estar “cerca” no captura lo cerca que está Dios. Si Dios estuviera simplemente “al lado”
de nosotros en nuestro sufrimiento, entonces simplemente nos sentiríamos menos solos. Eso sería bueno,
pero menos que transformador. Dios está realmente “en” nosotros mientras sufrimos. No hay nada que
ocurra en nuestra alma que no se registre inmediatamente con Él, incluso antes de que podamos llevárselo en
oración. Dios no comienza su respuesta a nuestro sufrimiento cuando oramos; como si tuviéramos que
alertarlo antes de que haga algún movimiento. Dios está experimentando nuestro sufrimiento, por lo que
nuestra oración sólo nos alerta de su presencia y actividad.

Lee Romanos 8:23-30. Fíjate en que Dios puede poner nuestro sufrimiento en palabras mejor de lo que
nosotros podemos. ¿Por qué? Dios está tan “con” nosotros que está “en” nosotros. Nuestros gemidos tienen
sentido para Él porque los experimenta con nosotros. En realidad, tienen más sentido para Él que para
nosotros porque conoce tu origen (pasado), expresión (presente) y redención (futuro). A pesar de conocer
la resolución futura de nuestra ansiedad-depresión, observa que Dios no se impacienta con nuestra sensación
de ser abrumado por ellos en el presente (v. 26).
Pregunta: ¿Cómo cambiarían tus oraciones si recordaras que no tienes que explicar lo que sucedió a Dios?
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Capaz de transformar el sufrimiento

A menudo pensamos que la transformación requiere eliminación. Eso es cierto cuando una gota de agua se
transforma en vapor; la gota ya no existe. Pero la transformación del sufrimiento de Dios suele ser mucho
más como el cambio en nuestros recuerdos de un ser querido durante el dolor. Estos recuerdos se
transforman de experiencias de dolor a tesoros preciosos (que todavía pueden evocar tristeza). En este lado
del cielo, la transformación de Dios de nuestro sufrimiento no será una utopía (imaginación). Esto nos ayuda
a recordar que la presencia del dolor no significa la ausencia de la obra redentora de Dios en nuestro
sufrimiento.

Lee Hebreos 11:13-16. Observa este interludio incómodo en medio de Hebreos 11, un capítulo
comúnmente conocido como el “Salón de la Fe”. Diríamos que Dios trabajó poderosamente en la vida de
cada uno de estos individuos. Son los héroes del escalón superior de la Biblia. Pero también date cuenta como
muchos de los momentos destacados que leemos sobre sus vidas, no son los mismos que su experiencia de
estos eventos. Su experiencia de seguir a Dios por la fe es mucho más similar a tu experiencia de confiar en
Dios en medio de la depresión y ansiedad de lo que podrías haber pensado.

Pregunta: ¿Qué evidencias ya puedes ver de Dios usando tu experiencia de depresión y ansiedad? ¿Cuáles
son los aspectos incompletos de esa redención con los que tendrás que confiar en Dios como los que se
encuentran en Hebreos 11?
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81
¿Qué debo esperar de mis amigos?

Presencia más que liberación

La comunidad es maravillosa; no es divina. A menudo, la soledad y la inseguridad nos llevan a pensar que la
aceptación y la compasión de los demás harán que “todo mejore”. Con esta expectativa poco realista, nos
decepcionamos con los beneficios que la comunidad puede proporcionar o exigir, pensando que la gente no
está haciendo lo suficiente (porque nuestra lucha no está resuelta).

Los amigos pueden ayudar a aliviar los pensamientos falsos o destructivos que resuenan en nuestra mente al
escuchar bien y recordarnos la verdad... si estamos dispuestos a dejar ir esos pensamientos. Los amigos pueden
llenar bloques vacíos de tiempo que de otro modo se darían a la pasividad... si estamos dispuestos a
comprometernos con ellos. Los amigos pueden aumentar el número de cosas que tenemos que celebrar y
orar mientras comparten su vida con nosotros... si estamos dispuestos a “hacer vida” con ellos mientras
“hacen vida” con nosotros.

Lee Gálatas 6:1-5. Permitir que los demás te cuiden es crear una oportunidad para que ellos “cumplan la
ley de Cristo” (v. 2). Debido a que este es un mandamiento de uno a otro, debe ser mutuo. Deberías estar
buscando maneras de bendecir a aquellos que te están bendiciendo. El objetivo no es hacerte dependiente de
su ayuda, porque el diseño de Dios es que “cada uno tendrá que soportar su propia carga” (v. 5). A medida
que te esfuerces por bendecir a quienes te bendicen, equilibrarás el cuidado que brindan y fomentarás un
ambiente relacional saludable, que es una forma de protección contra la depresión y ansiedad.

Pregunta: ¿Es tu tendencia esperar demasiado o compartir demasiado poco con los amigos en tu viaje a
través de la depresión y ansiedad?
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Amor y servicio bidireccionales (en dos vías)

La depresión y ansiedad tienden a ser experiencias emocionales egocéntricas. Una de las mejores maneras en
la que los amigos nos ayudan en nuestra lucha contra la depresión y la ansiedad es proporcionándonos a otra
persona en quien podamos pensar y a quien podamos cuidar. Es importante que veas tu oportunidad de
bendecir a tus amigos como parte de su papel redentor en tu vida. De lo contrario, confundimos la respuesta
de Dios a nuestras oraciones como una carga y pensamos que la provisión de Dios es una maldición. La
alternativa a la depresión y ansiedad no es simplemente la alegría, sino el disfrute del cuidado de los demás.

"Las enfermedades mentales amenazan con entregarnos a nosotros mismos'' (p. 97 Kathryn Greene McCreight
en Darkness Is My Only Companion (Traducido como «La oscuridad es mi única compañía»).

Lee Proverbios 11:25. En la ecología relacional de Dios, Él explica el cuidado de todos llamando a todos a
cuidar a los demás. Las relaciones deben ser como la transferencia de oxígeno y dióxido de carbono entre
plantas y animales. Lo que uno exhala, y el otro lo toma como aliento de vida. Con demasiada frecuencia,
permitimos que los efectos del pecado nos hagan volvernos cínicos a este ciclo (como si hubiera una
alternativa) y todo el mundo comienza a asfixiarse relacionalmente. Nos convertimos en buenos ecologistas
relacionales, no "buscando al número uno", sino fomentando un ambiente que contribuya al florecimiento de
todos.

Pregunta: ¿Qué tan equilibradas están las relaciones en la red de soporte que comenzaste a establecer en el
primer paso? ¿Cómo puedes establecerlas mejor para que sean un ecosistema sostenible y relacional a largo
plazo?
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82
Un llamado a involucrar placeres comunes

Los amigos son una "excusa", en el mejor sentido de la palabra, para disfrutar de la vida. A menudo, en nuestra
lucha contra la depresión y ansiedad, nos centramos tanto en mejorar las cosas que no disfrutamos de lo que
ya es bueno. Una buena comida, una buena conversación, una buena ronda de golf, o un buen momento de
compras se pueden disfrutar incluso mientras se abordan otros factores de estrés. La presencia de un amigo
puede darnos una razón y el enfoque necesario para disfrutar de estos placeres comunes. Saborear placeres
simples es a menudo un paso importante para romper el control de la depresión y ansiedad.

Lee Proverbios 17:22. Si esto es cierto, ¿por qué no tomamos con más frecuencia esta "buena medicina"?
Una de las razones principales es, sin duda, el aislamiento. Una persona sola con su depresión y ansiedad
encontrará poco tiempo para los placeres simples de la vida. Rápidamente empezamos a vivir como si este
medicamento "no fuera para nosotros". No se trata de ser un extrovertido, sino de reconocer que la pasividad
y parálisis de la depresión y ansiedad a menudo sofocan los placeres de la vida; la presencia de un amigo es un
excelente recordatorio de que es bueno para nosotros volver a disfrutarlos.

Pregunta: ¿Cuáles son los placeres comunes que necesitas iniciar a compartir más con tus amigos?
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¿Qué es el pecado si esto es sufrimiento?

Es cierto que esta es una de las partes más frustrantes de este estudio y su acompañamiento. Queremos que
la línea divisoria entre el pecado y el sufrimiento sea más clara. Uno de los mayores beneficios que puedes
obtener de este estudio es un ejercicio prolongado de aprender qué llevar a Dios para el perdón y qué traer
a Dios para el consuelo.

No es una división ordenada

Eres una persona que es perpetuamente pecadora, sufriente y santa. Dios te ofrece perdón, consuelo y una
nueva identidad. La depresión y ansiedad pueden ser las experiencias para las que es más difícil ordenar nuestra
ropa moral y emocional. Ten en cuenta que esto es parte de lo que Dios usará para refinar tu carácter durante
este tiempo de crecimiento. Descansa en la paciencia de Dios; que Él no será duro contigo a medida que
aprendas. Permanece lo suficientemente humilde como para recibir corrección y orientación en el proceso.

Lee 1 Pedro. Este breve libro (sólo 4 páginas de mi Biblia) del Nuevo Testamento se centra en el sufrimiento
y está escrito a los cristianos que se han convertido en exiliados debido a la persecución religiosa. Mientras
lees, observa cómo Pedro aborda el pecado y el sufrimiento mientras llama a sus lectores a su identidad en
Cristo. Mira lo difícil que es hablar sobre un aspecto de la vida de una persona sin la necesidad de dirigirse al
otro. Permite que esto equilibre la forma en que aplicas este tratamiento para el sufrimiento por la depresión
y ansiedad con la secuela por el pecado.

Pregunta: ¿Cómo está creciendo tu capacidad para distinguir los aspectos del sufrimiento de tu depresión y
ansiedad de los aspectos relacionados con el pecado?

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Mantente humilde con tus distinciones

Cualquier respuesta que hayas dado a la pregunta anterior debe sostenerse con las manos abiertas. Así como
lo que significa "actuar maduro" cambia con cada etapa de vida, lo que necesitas estar preparado para asumir
en cuanto a la responsabilidad, también puede cambiar con el tiempo. Así como sucede en la línea entre el
ejercicio y el exceso de cambios durante la recuperación de una cirugía, tu progreso en la lucha contra la
83
depresión y ansiedad resultará en que tomes posesión de tus respuestas a más áreas de tu vida. Si no entiendes
esta dinámica, te hará sentir que la gente está "moviendo las líneas de meta" sobre ti cuando, en realidad,
simplemente están reconociendo y facilitando tu crecimiento continuo.

Lee Corintios 13:11-12. Observa cómo lo que es aceptable cambia en diferentes puntos del proceso de
maduración. Lo que es cierto de nuestro desarrollo físico y espiritual, también es cierto en nuestro progreso
a través de desafíos emocionales. Observa también que este pasaje está en "el capítulo del amor". La
implicación es que es falta de amor no llamar a la gente a este tipo de madurez en su respuesta a las luchas de
la vida.
Pregunta: ¿Cuáles son los aspectos de tu depresión y ansiedad para los que es bueno que recibas consuelo
y apoyo ahora, pero para los cuales debes estar listo para asumir la responsabilidad personal más adelante?
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¿Vale la pena la decepción para tener esperanza?

Esta es una de las grandes preguntas narrativas de la depresión y ansiedad. Si la esperanza puede resultar en
una dolorosa decepción, ¿vale la pena? En la depresión y ansiedad, vemos que la esperanza no es sólo una
experiencia placentera, sino una fuente de vulnerabilidad. La esperanza puede exigir un peaje que no
esperábamos pagar. Si bien solo hay una respuesta saludable a esta pregunta, durante la depresión y ansiedad
es normal considerar escribir el resto de nuestra historia de vida sin tal vulnerabilidad.

¡Sí!

Tal vez no estés convencido de que esta respuesta merezca un signo de exclamación. Eso está bien en esta
etapa de nuestro viaje. Pero es importante que comprendamos que el "progreso" con la depresión y ansiedad
requerirá "confiar en la esperanza" de nuevo. La esperanza es una buena amiga que nos ha dado un mensaje
incómodo. Nos sentimos ofendidos y resentidos con la esperanza durante un período de tiempo. A pesar de
que es posible que hayamos reconocido que estábamos equivocados acerca de la esperanza, todavía debemos
permitirnos confiar en este amigo de nuevo antes de que las cosas se "hagan bien".

"La esperanza implica memoria, no sólo del pasado, sino también una 'memoria' del futuro” (p. 88 Kathryn
Greene McCreight en Darkness Is My Only Companion (Traducido como «La oscuridad es mi única compañía»).

¿Cómo sucede esto? Como cualquier otra relación. Reconoce delante de Dios tu vacilación de confiar en la
esperanza y permite que la ternura de tu respuesta demuestre que Su fidelidad merece tu confianza. Comienza
a permitirte esperar en áreas "pequeñas" de tu vida y esfuérzate a la esperanza en áreas cada vez más grandes
de tu vida. Date cuenta de que Dios está dispuesto a tomar este viaje para restaurar la esperanza contigo.
Dios disfruta del viaje con nosotros tanto como nosotros deseamos el destino.

Lee Romanos 5:1-5. No te sientas apurado por este pasaje. Incluso si no representa el lugar en el que estás,
revela a dónde Dios planea llevarte. Este pasaje representa la promesa que garantiza nuestra respuesta a la
pregunta "vale la pena la decepción para tener esperanza" puede ser "¡sí!" Observa que hay un viaje: la

84
resistencia (no creemos que podamos hacerlo) al carácter (una creciente confianza en la fidelidad de Dios),
luego a la esperanza (una confianza en la fidelidad de Dios que puede llegar a ser contagiosa para los demás),
luego a la eliminación de la vergüenza (nuestro miedo y desesperación ya no llevan un sentido de estigma, sino
que son un marcador de donde la gracia de Dios comenzó en nuestra vida). Dondequiera que estés en este
viaje, simplemente continúa dando el siguiente paso.

Pregunta: ¿Cuáles son las próximas áreas en las que debes darte a la esperanza? ¿Cuáles son las grandes
áreas de esperanza para las que puedes comenzar a orar y permitir que sean marcadores de la fidelidad de
Dios?
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¿Para qué estoy viviendo?

Cada vez que se prolonga una lucha, esa causa puede comenzar a definir nuestra vida. Cuanto más tiempo
luchemos contra la depresión y ansiedad, más podremos medir "un buen día" exclusivamente sobre la base de
estas emociones. Esto puede distorsionar la forma en que piensas sobre la vida. Hay muchas cosas buenas que
pueden suceder en un día "malo" y muchas cosas malas que pueden suceder en un día "bueno". Sin esta
perspectiva más amplia, la historia de nuestra vida se volverá no saludable.

Propósito más que alivio

Comienza haciéndote la pregunta: "¿Qué haría que un día sea 'bueno' incluso si experimentaras niveles
significativos de depresión y ansiedad?" Tener una respuesta a esta pregunta es una parte importante de
desasentar tu vida de la presencia o ausencia de depresión y ansiedad. Permite la posibilidad de decir: "Hoy
fue emocionalmente duro pero bueno". Este tipo de declaración puede ser revolucionaria y emocionalmente
liberadora.

"Muchos cristianos que no pensarían en ver la palabra de Dios de una manera falsa todavía cometen el error
de ver el mundo de Dios de una manera falsa. A medida que se ven a sí mismos, sus situaciones y sus relaciones
con los demás, tienden a insistir y magnificar lo negativo y excluir lo positivo. Esta visión distorsionada de la
realidad deprime inevitablemente su estado de ánimo (p. 73 David Murray en Christians Get Depressed Too
(Traducido como «Los cristianos también se deprimen»)

A medida que te preparas para comenzar el paso siete y pasar de la narrativa a la práctica, este cambio de
mentalidad será importante. Si tu objetivo principal es el alivio de las emociones desagradables, entonces es
poco probable que mantengas los cambios que te beneficiarían. El alivio, como objetivo principal, es muy
propenso a soluciones a corto plazo.
En cambio, te animaríamos a adoptar una "vida de propósito" como objetivo principal. Este será el tema que
te llevará a través del final del paso nueve en este material. El propósito puede trascender y compensar el
dolor. Cuando estamos plenamente investidos en el propósito de Dios para nuestra vida, entonces somos
mucho más capaces de “ el gozo puesto delante de nosotros soporta nuestro sufrimiento”…" (referencia,
Hebreos 12, 1-2). Sin algo en nuestra vida más significativo que el alivio, la depresión y ansiedad se convierten
en el gran tema de nuestra vida.

Lee Filipenses 4:10-13. Nota que Pablo no minimiza ninguna de sus luchas. Él admite plenamente haber
sido traído abajo, hambriento, y necesitado. Tener un propósito en medio de la depresión y ansiedad no es
una versión hiper espiritualizada de la negación. Más bien, el sentido de propósito de Pablo como siervo de
Dios le dio la fuerza para soportar cualquier desafío que enfrentara (una representación más precisa del
versículo 13 que sus interpretaciones triunfalistas más comunes). El contentamiento de Pablo en estos desafíos
(v. 11) no era pasividad. Pablo se esforzó continuamente por cambiar sus circunstancias. En cambio, el
contentamiento de Pablo se basaba en tener un propósito que no podía ser frustrado por los desafíos
presentes.

85
Pregunta: ¿Qué haría que un día fuera "bueno" incluso si experimentaras niveles significativos de depresión
y ansiedad? ¿Con quién has compartido esa pasión para orar y animarte a perseguirla?
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Reflexión resumida: A medida que has trabajado a través de este capítulo, ¿cuáles dirías que son los aspectos
más importantes de tu historia que estás empezando a ver de manera diferente? A medida que comienzas a
aceptar esas cosas como la interpretación precisa de tu lucha emocional, ¿cómo anticipas que puedes cambiar
tu experiencia de depresión y ansiedad?
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Enfoque de aliento (HISTORIA DEL EVANGELIO):


Con cada paso, te proporcionaremos preguntas que debes invitar a otra persona a hacerte abiertamente
para que puedan conocerte y alentarte en el proceso de lamentar tu pérdida o dolor.
● ¿Cuáles son los temas saludables del Evangelio que más necesitas asimilar para tomar sentido de
tu experiencia depresiva y ansiosa?
● ¿Eres capaz de identificar los momentos específicos de tu vida en los que más necesitas permitir
que estas nuevas interpretaciones penetren en tu pensamiento, emociones y elecciones?
● ¿Qué tan bien te estás cuidando de acuerdo a los consejos en el capítulo uno?

Con cada paso, te aconsejamos que confíes al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento a tu compañero
de aliento.

86
Capítulo 7

«Recuperando mi vida de la depresión-ansiedad»

IDENTIFICAR METAS que me permitan combatir el


impacto de mi sufrimiento.

«Ahora puedo ver que la inocencia y la impotencia no son lo mismo.


Solía pensar que 'no fue mi culpa' era lo mismo que 'no hay nada que pueda hacer'.
Mi antigua historia de sufrimiento venía acompañada de un modo de vida poco
saludable. La nueva historia, la identidad y las creencias que vienen con el
Evangelio
me permiten vivir de forma diferente sin ceder a la antigua y falsa vergüenza.
Puedo cambiar [describe cómo] sin un sentimiento de condena [describe porqué]».

Memoriza: I Pedro 3:14-15 (NBLA) «Pero aun si sufren por causa de la justicia, dichosos son.
Y no tengan miedo por temor a ellos ni se turben, sino santifiquen a Cristo como Señor en
sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les
demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y
reverencia.» Al memorizar este pasaje reflexiona sobre estos puntos clave:

● «Sufren» - Este pasaje trata de responder al sufrimiento de una manera que ponga
en evidencia nuestra justicia en Cristo.
● «No tengan miedo» - No se trata de estoicismo, sino de una advertencia para no
dejar que la experiencia del sufrimiento nos desestabilice.
● «Santifiquen a Cristo» - Nuestro último objetivo en la vida sigue estando a nuestra
disposición en cada situación. No estamos impotentes.
● «La esperanza que hay en ustedes» - La presencia del miedo-desesperación no
significa la ausencia de esperanza. La fe se revela mejor dentro del contexto del
miedo-desesperación; así como la luz se revela más claramente en el contexto de la
oscuridad.
● «Con mansedumbre y reverencia» - A menudo cuando luchamos contra emociones
poderosas, nuestro tono puede escaparse.

«A veces la medicina se siente menos como armas contra la depresión y la manía, y más
como la pesada armadura de Saúl sobre el joven David (p.69) ...La esperanza. Cuando nos
encontramos en un estado de enfermedad mental grave, la esperanza está lejos de
nosotros. Por eso necesitamos las escrituras y la comunidad de fe. Nos aportan fe y
87
esperanza como de un pozo que ahora no podemos alcanzar (p. 124).» Kathryn Greene-
McCreight en Darkness Is My Only Companion (traducido como «La oscuridad es mi única
compañera»)

«La verdadera felicidad interior no implica la ausencia de dolor (p. 10) ... No podemos
controlar lo que nos sucede... Debemos decidir qué hacemos con lo que nos pasa. Esta es
la parte más importante de nuestra historia. La forma en que elegimos responder a nuestra
adversidad no sólo revela nuestro carácter, sino que lo moldea (p. 200) ... Las personas
infelices suelen vivir en el ayer o desear el mañana (p. 191).» Leslie Vernick en Lord, I Just
Want to Be Happy (traducido como «Señor, yo sólo quiero ser feliz»).

«No necesariamente dudamos de que Dios hará lo mejor para nosotros; nos preguntamos
cuán doloroso será lo mejor (p. 91).» C.S. Lewis en una carta citada por Charles Hodges,
M.D. en Good Mood Bad Mood (traducido como «De buen humor de mal humor»).

«La regla general es que cuando nos encontramos atascados, ampliemos el círculo e
incluyamos a otras personas que puedan ayudar. Esta es una manera de confiar en Dios y
seguir sus medios de crecimiento y cambio (p. 227) ... La belleza es justo lo que necesita la
preocupación. La atracción magnética de la preocupación sólo puede romperse con una
atracción más fuerte (p. 154).» Ed Welch en Running Scared (traducido como «Corriendo
asustado»).

«La esperanza es tanto un don de Dios como una habilidad que nos permite alcanzar (p.
79).» Ed Welch en Depression, A Stubborn Darkness (traducido como «Depresión, una
oscuridad obstinada»).

«No puedes leer Mateo 26:36-39 y salir diciendo: 'El desaliento no es tan malo, porque
Jesús lo tuvo en Getsemaní y no tiene pecado'. Por el contrario, lo que se obtiene es una
impresión de la seriedad con la que luchó contra la incredulidad del desaliento. Cuánto más
deberíamos luchar nosotros (p. 306).» John Piper en Gracia venidera.

88
Aplicación Personal

Uno de los mayores retos al identificar objetivos para combatir los efectos del sufrimiento,
es ser activo sin aceptar falsa culpa. Es fácil pensar que, si hay algo que «puedo hacer» para
compensar el impacto de mi sufrimiento, entonces es algo que «debería haber hecho» todo
el tiempo.

El engaño implícito en este tipo de pensamiento es que la nueva estrategia habría evitado
que ocurra la experiencia de la depresión-ansiedad. Si esto fuera cierto, entonces estarías
enfrentando una experiencia de depresión-ansiedad basada en el pecado, en lugar de una
basada en el sufrimiento.

El ejemplo más claro de esta dinámica podría ser el duelo. El duelo es claramente una forma
de sufrimiento. Pero no estamos indefensamente atrapados en la experiencia del dolor
durante toda la vida. Hay cosas que podemos hacer para procesar la experiencia del duelo
y compensar su impacto. Sin embargo, hacer estas cosas antes no habría evitado que
nuestro ser querido muriera o incluso evitar nuestra experiencia de dolor ante su muerte.

Así es como te animamos a considerar las estrategias presentadas en este capítulo. Son
enfoques que ayudan a aliviar el impacto de la depresión-ansiedad en tu vida. Presentamos
más estrategias de las que podrás poner en práctica. No te sientas abrumado. Elige las que
te parezcan más adecuadas para tu experiencia. Si no estás seguro de cuáles pueden ser,
consulta con tus amigos, tu pastor o el consejero con quien te hemos animado que te
acompañe a recorrer este material.

Si crees que necesitas un enfoque de la ansiedad-depresión que te llame a asumir más


responsabilidad personal sobre tu estado emocional, entonces te animamos a consultar el
capítulo seis del estudio correspondiente que aborda estas mismas emociones desde un
paradigma del pecado.

Tu objetivo al final de este capítulo, y posiblemente junto con el capítulo seis del estudio
correspondiente, es identificar las cosas más impactantes que podrías hacer en tu lucha
contra la depresión-ansiedad. Queremos ayudarle a romper la sensación de impotencia a
la que es tan fácil sucumbir.

Varios de estos enfoques fueron adaptados de una lista más amplia que se encuentra en el
libro de Ed Welch en Depression, A Stubborn Darkness (traducido como «Depresión, una
oscuridad obstinada»), (página 231 y siguientes; sólo texto en negrita).

1. Habla contigo mismo en lugar de escucharte a ti mismo: Lo más probable es que, si has
persistido hasta este punto del estudio, tu impulso cognitivo no era tu amigo cuando
empezaste este estudio. Esperemos que eso esté cambiando ahora. Pero en situaciones
difíciles, es probable que aún tengas que ser muy intencional con tus pensamientos.
89
Esta disciplina es vital para todos en cualquier área de lucha de disposición que tengan -
la timidez, el orgullo, agradar a la gente, y la insensibilidad, llaman a las personas a «llevar
todo pensamiento cautivo» (2 Corintios 10:5-6) contrarrestando su conversación natural
consigo mismo con aquellas cosas que son verdaderas, justas, puras, encomiables, etc.
(Fil. 4:8). con aquellas cosas que son verdaderas, justas, puras, honestas, etc. (Filipenses
4:8).

No permitas que la idea de «hablar contigo mismo» te resulte extraña. La realidad es que
la voz de tu cabeza te habla más que cualquier otra persona. A menos que seas
intencional con esa voz, especialmente durante tiempos emocionalmente difíciles, esa
voz hará eco de tu carne más que de tu Salvador.

Lee los Salmos 42 y 43. Fíjate en la repetida pregunta «¿Por qué estás abatida, alma
mía?». En estos dos salmos tenemos un ejemplo de cómo suena hablar con nosotros
mismos en lugar de escuchar nuestra disposición natural. Observa que estos salmos no
tratan de convencerse de que no pasa nada malo. En cambio, simplemente se recuerdan
a sí mismos la presencia y fidelidad de Dios en medio de la lucha.

2. Deja de decir: «No va a funcionar»: Esta es probablemente la frase con mayor efecto en
matar el esfuerzo. Cuando cedemos a esta mentalidad, la moral se hunde. A menos que
se garantice que la estrategia propuesta es 100% efectiva para eliminar el 100% de la
lucha, pensamos: «No vale la pena el esfuerzo». Esta frase nos ciega a la realidad de que
hacer lo que estamos haciendo actualmente es 100% efectivo para eliminar el 0% de la
lucha.

Esta forma de autoprotección intencionada se convierte en un capullo que hace que


nuestra depresión-ansiedad se sienta emocionalmente más segura que los riesgos que
tendríamos que asumir para cambiar. Con demasiada frecuencia, las personas
permanecen en este capullo hasta que su situación se vuelve tan grave que están
dispuestas a correr riesgos irracionales para forzar un cambio rápido. El resultado son
intentos de suicidio y otras medidas desesperadas.

90
Al desafiar esta afirmación como falsa en tu propio pensamiento, te permites la
oportunidad de tomar riesgos más pequeños y educados para un cambio sostenible y
sabio. Ser honesto con un amigo y usar sustancias ilegales son ambos «riesgos» dirigidos
al alivio. Cuanto más desafiemos el pensamiento erróneo, más probable será que
corramos riesgos sabios.

3. Permitir que las causas y los remedios contribuyan: Una de las formas en las que nos
dejamos llevar por la mentalidad de «no va a funcionar» es esperar que un solo remedio
resuelva toda nuestra experiencia depresiva-ansiosa. Es similar a la forma en que
descartamos muchas de las causas de la depresión-ansiedad en las primeras etapas; si
una causa contribuyente no era suficiente para explicar la totalidad de nuestra
experiencia, dudábamos de que pudiera ser parte de la «razón».

Rara vez un solo factor creará la totalidad de nuestra experiencia depresiva-ansiosa. En


consecuencia, rara vez una sola intervención proporcionará un remedio completo para
nuestra lucha. No reconocer esto nos devuelve al falso pensamiento de «todo o nada»
que discutimos en el capítulo tres.

A la hora de evaluar los posibles remedios/intervenciones, he aquí el tipo de preguntas


que te animamos a plantear:

● Plausibilidad: ¿Es razonable esperar que este enfoque alivie parte de mi lucha
depresiva-ansiosa?
● Prioridad: ¿Existen otros enfoques que puedan aliviar más mi lucha depresiva-
ansiosa?
● Estrategia: ¿Cuál voy a aplicar primero y por cuánto tiempo, para tener una idea
precisa de su eficacia?
● Holística: ¿Estoy dispuesto a considerar otros enfoques que aborden otras causas
después de haber maximizado el alivio que obtengo de mi primera estrategia?

Este enfoque te ayudará a evitar tanto la falsa desesperación como la falsa esperanza en
el proceso de identificar los objetivos que combatan mejor el impacto de tu sufrimiento.

4. La medicación: Son muchos los interrogantes que existen sobre el papel de la medicación
en el tratamiento o alivio de la depresión-ansiedad. A menudo, cuando nos enfrentamos
a preguntas a las que no sabemos cómo responder -y cuántos de nosotros somos
médicos investigadores- nos volvemos pasivos (no hacemos nada) o dependientes
(hacemos todo lo que nos dicen).

La cuestión no es si los medicamentos para la ansiedad-depresión están bien o mal. Eso


enmarca la cuestión como una cuestión moral/espiritual. Más bien, la pregunta es si la
medicación es una opción sabia para usted en su experiencia particular de depresión-
ansiedad.
91
El Apéndice A está pensado para ayudarle a recorrer este proceso de toma de decisiones
si aún no lo has hecho. Esperamos que en este punto puedas abordar este material con
una conciencia libre (resistiendo a la idea de que combatir la depresión-ansiedad sin
medicación es el camino moralmente superior) y una mente abierta (resistiendo la idea
de que hay una respuesta universal para saber si la medicación es un buen tratamiento
para un caso determinado de depresión-ansiedad).

5. Identifica las áreas en las que tus decisiones son importantes: Cuando no puedes
controlar lo que más quieres cambiar, es fácil que sientas que ninguna de tus decisiones
importa. Este es otro señuelo hacia la pasividad de la experiencia de la depresión-
ansiedad. Si no puedes hacer que te «sientas mejor», ¿las demás opciones realmente
importan?

La respuesta es «¡sí!». Cuando dejas de creer que tus elecciones importan, has entrado
en un lugar de máxima desesperación. La mejor salida no es una charla de ánimo, sino
identificar las áreas de tu vida en las que tus decisiones sí importan y tener el coraje
necesario para ver su importancia.

Haz una lista. ¿Cuáles son las cinco principales decisiones que tomarás y que te afectarán
a ti y a tus seres queridos?

1.
2.
3.
4.
5.

Una vez que hayas identificado las opciones clave que importan, no permitas que se vean
abrumadas por la cantidad de otras elecciones que tienes que hacer cada día. Es tan fácil
paralizarse como sentirse sin sentido cuando pensamos en nuestras elecciones
cotidianas desde la depresión-ansiedad.

Lee Mateo 6:25-34. A la luz de esta reflexión, considera la forma en que obedecer este
pasaje requiere que pensemos en elecciones. Debemos creer que nuestras elecciones
son lo suficientemente importantes como para «buscar primero» el reino de Dios (v. 33)
y sopesar la importancia de nuestras elecciones para no sentirnos abrumados por las
obligaciones diarias. Una buena manera de mantener este equilibrio es priorizando tus
elecciones más importantes, recordarte a ti mismo la gracia de Dios que puede tener
influencia en esas áreas, e incentivarte a ti mismo a confiar en Dios con las otras áreas
que has considerado como «menos importante».

92
6. Entablar relaciones: No lleves a cabo la depresión-ansiedad en solitario. Es peligroso y
debería haber una etiqueta de advertencia; si las emociones tuvieran un lugar para
poner etiquetas de advertencia. El objetivo del manual hasta este punto ha sido darte
las herramientas para invitar a otras personas a compartir tu carga.

● Si has luchado con una sensación de estigma, espero que hayas aprendido que son
emociones comunes.
● Si te costó saber qué decir, espero que hayas encontrado muchas formas de
expresarte.
● Si luchaste contra el orgullo, espero que hayas adquirido la voluntad de reconocer
tus limitaciones.
● Si luchaste contra la inseguridad, espero que hayas visto el orgullo en tu falta de
voluntad para ser débil.
● Si te aferras a tu independencia de los demás, espero que hayas visto la inutilidad
de esta búsqueda.

A menudo es nuestro pecado el que nos impide recibir el consuelo de Dios en nuestro
sufrimiento. Nuestra naturaleza pecaminosa aprovechará el sufrimiento para reforzar
sus defensas contra la gracia de Dios. Esto no es una trampa. Nuestra depresión-
ansiedad puede tener sus raíces en el sufrimiento, pero aun así ser secuestrada por el
pecado.

Uno de los indicadores clave de que esto ha ocurrido es el aislamiento. Dios nos llama a
vivir en relación. Es imposible ser la persona que Dios nos llama a ser, a menos que nos
involucremos significativamente en la vida de los demás y permitamos que los demás se
involucren significativamente en nuestra propia vida.

¿Cómo podemos asegurarnos de que la intervención de los demás en nuestra vida es


saludable para ellos y para nosotros? Los tres puntos siguientes abordan esta cuestión.

7. Pide a la gente que ore por objetivos más que por alivio: Esta es una gran manera de
asegurar que la participación de tu amigo en tu vida está reforzando los cambios que
Dios está produciendo. Ejemplos de este tipo de peticiones de oración serían:

93
● Ora para que tome mis pensamientos cautivos de manera consistente cuando
experimente depresión-ansiedad.
● Ora para que sea disciplinado en mi dieta, ejercicio y patrones de sueño.
● Ora para que enfrente cada episodio de depresión-ansiedad como una oportunidad
para confiar en Dios.
● Ora para que no permita que mi dolor emocional cree dudas sobre el amor de Dios.
● Ora para que sea honesto contigo sobre mi vida para que no me sienta solo ni
siquiera en nuestra amistad.
● ___________________________________________________________________
__
● ___________________________________________________________________
__
● ___________________________________________________________________
__

En los espacios en blanco de arriba escribe los objetivos adicionales que serían más
importantes para que tus amigos pidan a Dios en tu nombre.

En los espacios en blanco de abajo, escribe los nombres de las personas a las que podrías
pedir que oren por ti de esta manera.

_____________________________ _____________________________
_____________________________ _____________________________
_____________________________ _____________________________
_____________________________ _____________________________

Este tipo de peticiones de oración debería conducir a la siguiente forma de entablar


relaciones.

8. Estar dispuesto a ser desafiado: Pedir oración de esta manera sin estar dispuesto a ser
desafiado sería una forma de hipocresía. Aunque pueda parecer intimidante, en este
momento deberías querer este tipo de responsabilidad. Considera la alternativa; la voz
principal en tu mundo sería tu depresión-ansiedad. Eso ha sido miserable. No vuelvas
atrás. Permite que otros te amen en la otra dirección.

A menudo es nuestra sensación de fragilidad emocional la que genera una pasividad


contagiosa. Empezamos a creer que las expectativas básicas de la vida son «demasiado»
y la intensidad de nuestras emociones convence a los demás de que tenemos razón.
Tratan de ser cariñosos y hacen por nosotros lo que deberíamos hacer por nosotros
mismos. Al final, hay una expectativa colectiva de nuestra inactividad que se mantiene
hasta que nuestros cuidadores se agotan y se distancian (normalmente se percibe como
un abandono).

94
A menos que permitamos que otros nos desafíen en las áreas que nuestras luchas nos
tientan a descuidar, nuestras relaciones se vuelven insostenibles. Pasamos por ciclos de
dependencia, agotamiento, conflicto y aislamiento. Lo hacemos hasta que
«aprendemos» que esas relaciones son insostenibles. En realidad, lo que aprendemos es
que las relaciones unilaterales son insostenibles. Permitirnos enfrentar los retos es lo
que da esperanza de longevidad en las relaciones.

9. Servir a los demás: ¿Cómo mostramos a la gente que una relación puede ser equilibrada?
Les servimos con gozo. Llegamos a conocerlos y a sus luchas de una manera que nos
permita identificar formas de bendecirlos en medio de los desafíos que están
enfrentando.

¿Cómo podemos mantener nuestras propias luchas en perspectiva? Una forma es dando
importancia a las luchas de los demás. Un enfoque primario en nuestras luchas siempre
hace que éstas parezcan más significativas. Cuando empezamos a descuidar el servicio a
los demás, ya no escuchamos frases como: «gracias...», «te echo de menos...» y «haces
que mi vida sea mejor...».

La ausencia de este tipo de interacciones hace que la vida parezca menos significativa, lo
que sólo hace que la depresión-ansiedad empeore. Pero cuando todo lo que oímos es el
silencio; a menudo no reconocemos que puede estar arraigado en nuestro vacío de servir
a los demás.

Lee Hechos 20:35. «Bienaventurado» es una buena descripción de lo opuesto a la


depresión-ansiedad. Significa más que una felicidad episódica. «Bienaventurado»
incluye la idea de una vida rica y plena marcada por el contentamiento y la satisfacción.
Jesús dijo que la forma de ser «bienaventurado» está marcada más por el dar, que
incluye el servir, que por el recibir. Somos capaces de dar a los demás cuando
recordamos lo mucho que se nos ha dado en Cristo (Génesis 12:2). Nunca estamos faltos
de gracia. La generosidad en nuestro amor es una forma primaria de recordarnos la
grandiosidad del amor de Dios; al amar nos damos cuenta de que estamos sacando de
una fuente inagotable.

10. Perdonar: Es fácil olvidar que el contexto del mandamiento de perdonar es siempre el
sufrimiento; el haber pecado. Esto significa que el perdón es a menudo una parte vital
de la superación de la depresión-ansiedad basada en el sufrimiento, pero no significa
que Dios se preocupe más por nuestra respuesta al dolor que por nuestra experiencia
del dolor.

En el llamado de Dios para que perdones a los demás está su deseo de que te liberes y
te alivies. Si sólo percibes el peso moral del mandato de Dios de perdonar y te pierdes la

95
compasión de Dios en este mandato, la sensación de injusticia te tentará a resistir esta
fuente de alivio.

Si hay una relación significativa en la que se necesite el perdón para que tengas libertad
emocional, entonces considera estos recursos como guía:

● Si tienes dificultades para entender qué es el perdón y cómo navegar por el viaje
emocional de experimentar sus beneficios, considera la unidad seis en
www.bradhambrick.com/gcmcommunication.
● Si tienes dificultades para entender las implicaciones del perdón en una relación
abusiva-traumática del pasado que está generando luchas emocionales actuales,
considera www.bradhambrick.com/sexualabuse.
● Si tienes dificultades para entender el papel del perdón y los límites necesarios en
una relación actual insana o manipuladora, considera
www.bradhambrick.com/selfcenteredspouse.

El perdón puede ser un camino más que una decisión. Pero, incluso en esas
circunstancias difíciles, es un viaje hacia la libertad que merece la pena el esfuerzo. Si el
resentimiento es lo que te atrapa en la depresión-ansiedad y confunde la calidad de tus
relaciones actuales, confía en Dios lo suficiente como para embarcarte en este viaje.

Lee 2 Corintios 2:10-11. Hay muchas cosas que pueden resultar confusas en este pasaje.
Podemos maravillarnos o cuestionar la voluntad de Pablo de perdonar indirectamente.
Pero aprendemos una cosa claramente; Satanás tiene un conjunto de estrategias (sí,
plural) para usar la falta de perdón para destruir aún más, a los que ya han sido heridos.
Como un depredador que se aprovecha de los heridos en un rebaño, Satanás se
aprovecha de estas vulnerabilidades espirituales (1 Pedro 5:8). Esto no debe hacernos
temer. Dios es más grande que nuestro adversario (1 Juan 4:4), pero debería hacernos
buscar con fervor lo que significa ser libres del deseo de la muerte de aquellos que nos
han hecho daño.

11. Escudo contra una identidad depresiva-ansiosa: Cuanto más tiempo luchamos con
algo, más tiende esa lucha a convertirse en parte de nuestra identidad. Paul Tripp capta
bien esta dinámica:
96
«De hecho, cuanto más tiempo luchamos con un problema, más probable es que nos
definamos por ese problema (divorciados, adictos, deprimidos, codependientes,
TDA). Llegamos a creer que nuestro problema es lo que somos. Pero, aunque estas
etiquetas pueden describir formas particulares de lucha como pecadores [o
sufridores] en un mundo caído, no son nuestra identidad. Si permitimos que nos
definan, viviremos atrapados en sus límites. Esta no es la forma de vivir de un hijo de
Dios (p. 260).» en Instrumentos en la mano del Redentor

Tú no eres tu lucha. Hay un «tú» que experimenta tu lucha. Si esto no fuera cierto, no
serías consciente de la lucha, porque las luchas no tienen conciencia de sí mismas. No
podrías filosofar para salir de la depresión-ansiedad, pero puedes empezar a ver
claramente el error de esta creencia tan engañosa.

Una forma de reforzar esta distinción es cambiar tu lenguaje de «estoy deprimido-


ansioso» a «estoy experimentando depresión-ansiedad». Puede sonar a semántica, pero
empieza a separarte cognitivamente de tu experiencia. Es un hábito, cuya torpeza verbal,
te obligará a considerar el punto: tú no eres tu lucha.

Si tienes una lucha general por tener un sentido de identidad positivo y satisfactorio,
entonces considera el manual «Encontrando tu confianza, identidad y seguridad en
Cristo» en www.bradhambrick.com/identity. Este manual examina cómo el Evangelio
proporciona un sentido satisfactorio y convincente de identidad, propósito, seguridad,
confianza y sabiduría para cada creyente.

Lee 1 Pedro 4:9-10. Haz una lista de todo lo que este pasaje dice que eres en Cristo.
Compara esto con el sentido de identidad que ha surgido de una prolongada lucha contra
la depresión-ansiedad. Ahora hazte estas dos preguntas. Primero, ¿cuál de estas fuentes
de identidad fue verdadera primero (Efesios 1:4)? En segundo lugar, ¿cuál de estas
fuentes de identidad será verdadera por más tiempo (Romanos 8:31-39)? Recuerda, Dios
tiene compasión por el lugar donde te encuentras en medio de tu viaje mientras te
aferras a estas realidades.

12. Adoración: La depresión-ansiedad es una forma de asombro. En estas emociones


difíciles nos asombramos ante cosas que parecen abrumadoras y en contra de nosotros.
La adoración cristiana también es una forma de asombro. Cuando adoramos a Dios, nos
recordamos a nosotros mismos la abrumadora realidad de que Dios es para nosotros y
está con nosotros.

En este sentido, la adoración y la depresión-ansiedad son narrativas que compiten entre


sí, tratando de definir lo que es más verdadero en nuestras vidas. La adoración no hace
que tus tensiones sean falsas (como la depresión-ansiedad, que sí hace que tus

97
bendiciones sean falsas), pero sí permite que tus tensiones se conviertan en la subtrama
de tu vida, en lugar de la historia principal.

«Pero, ¿no es hipócrita adorar cuando mis tensiones han usurpado la historia principal
de mi vida?», se preguntan muchas personas con sinceridad. Sólo es hipócrita si tratas
de mentirle a Dios, a ti mismo o a los demás sobre esta batalla interna, mientras al mismo
tiempo adoras tu camino de vuelta para permitir que la narrativa del evangelio tenga la
primacía en tus emociones.

Por esta razón, te animamos a que asistas a las reuniones de adoración colectivas,
aunque dudes de que tus emociones participen por completo. Cuando te encuentres en
una gran multitud de personas cantando sobre el evangelio, recuerda que cada persona
presente ahí, está cantando porque su historia es tu historia. Cantamos juntos las
mismas canciones porque estamos viviendo y celebrando la misma historia redentora.

Utiliza esta percepción para que te dé un nuevo punto de entrada a la adoración. Si te


cuesta entrar a través de tu propia experiencia emocional, escucha la alegría de otros en
el mismo viaje y comienza haciendo eco de su alegría. Date cuenta de que son «como
tú» y están caminando contigo. Puede que no sientas el movimiento, pero date cuenta
de que estás en la corriente de su adoración porque tu historia es parte de la suya.

Mientras sigues avanzando, recuerda que la adoración es una buena prevención de la


depresión y la ansiedad porque consolida el evangelio como la historia principal de
nuestras vidas y permite que nuestras tensiones tengan su justo peso como subtramas
secundarias o terciarias en nuestras vidas.

¿Cuáles son las formas de culto que te resultan más significativas, satisfactorias o
emotivas?
_______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
____

¿Cuáles son los puntos de tu día en los que puedes incorporar la adoración para
incorporar más «asombro saludable»?
___________________________________________________
_______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
____

¿Existen aspectos de tu experiencia depresiva-ansiosa que se vean más fácil o


claramente impactados por la adoración?
_________________________________________________
_______________________________________________________________________
98
_______________________________________________________________________
____

13. Date cuenta de que esto es una batalla y debes luchar: Incluso el sufrimiento es una
batalla. Puede ser más natural pensar en nuestra batalla contra el pecado. En cuyo caso
queremos eliminar algo, y está claro que tenemos la responsabilidad de hacerlo. Pero
cuando se nos dice que luchemos contra el sufrimiento, podemos empezar a sentirnos
falsamente acusados y que quienes nos lo recuerdan son malos.

Sin embargo, la alternativa es la pasividad y la rendición. Por muy injusto que sea, cuando
tu depresión-ansiedad puede estar arraigada en sufrimiento, debes seguir luchando.
Dejar de luchar por la esperanza y la paz es dejar de vivir. Incluso sin considerar el
suicidio, podemos existir como muertos vivientes si no luchamos por la esperanza.

¿Qué aspecto tiene esta batalla? Probablemente mucho más mundana de lo que
imaginas. Puede ser tan simple como saborear una taza de café, reír en una conversación
con un amigo, orar con fe de que Dios está escuchando, o cualquier otra cosa
mencionada en este capítulo. La batalla por la esperanza no suele ser tan grande como
lo oscura que es la experiencia de la depresión-ansiedad.

Dios ya ha ganado la batalla, así que no tenemos que ser valientes guerreros armados
como los héroes de los cómics. Tenemos que ser hijos de Dios que caminan, bajo su
protección, la victoria que él ya ha obtenido. A menudo es olvidar esta realidad que hace
que la lucha contra la batalla que tenemos nos parezca tan abrumadora que nos
rendimos

Lee 1 Pedro 1:3-9. Primera de Pedro es el libro del Nuevo Testamento que más se centra
en el sufrimiento. En muchos sentidos, es la continuación neotestamentaria de Job en el
Antiguo Testamento. En estos versículos introductorios, Pedro describe lo que significa
seguir «luchando por la esperanza» en medio del sufrimiento. Observa el sentido del
viaje en este pasaje - camina desde salvación a través del sufrimiento hacia el cielo.
Considera la posibilidad de memorizar este pasaje para poder recordarlo cuando ya no
tengas ganas de seguir intentando.
99
14. Deja ir el «debería»: Un impulsor frecuente de la depresión-ansiedad basada en el
sufrimiento es un sentido exagerado de lo que «debería» estar haciendo. Cualquier
número de escenarios puede contribuir a esto:

● La persona con dolor crónico que siente que debería hacer todo lo que podría hacer
si estuviera completamente sana.
● La madre primeriza que piensa que debería hacer todo lo que podía hacer antes de
cuidar a un bebé.
● La persona que se jubila y siente que debería poder ser tan generosa como cuando
trabajaba.
● El adulto que empieza a cuidar de sus padres enfermos y siente que debería seguir
teniendo la capacidad que tenía antes.
● Otros:
________________________________________________________________

En estas situaciones, combatir el impacto del sufrimiento requiere reconocer tus nuevos
límites, ya sean tiempo, energía o finanzas. De lo contrario, un falso sentimiento de culpa
se convertirá en una carga que alimenta la depresión o en el impulso para tomar
decisiones insensatas que generen ansiedad.

¿Cuáles son los límites a los que te enfrentas actualmente y los «debería» que tienen la
tentación de acompañarlos?
__________________________________________________
_______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
____

¿Cuáles son las expectativas realistas que crees que Dios tiene para alguien en esas
circunstancias?
____________________________________________________________
_______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
____

Si te cuesta vivir dentro de tus límites de tiempo y energía, considera el recurso en


www.bradhambrick.com/burnout. Si luchas por vivir dentro de tus límites financieros,
considera el recurso en www.bradhambrick.com/gcmfinances.

15. Cuestiona tus interpretaciones: Tendemos a ver primero lo que más tememos. Piensa
en el niño que teme a las serpientes caminando por el bosque. ¿Qué es cada palo torcido
en el suelo hasta que demuestra lo contrario? Una serpiente. Lo mismo es cierto en la
forma en que le damos sentido a nuestro mundo.
100
● Para la persona que teme el rechazo, ¿qué se escucha en cada pregunta?
● Para la persona que teme el fracaso, ¿qué se percibe en cada oportunidad?
● Para la persona que teme la pobreza, ¿qué se ve en cada gasto?
● Para la persona que teme la condenación, ¿qué se siente en cada elección poco
clara?

Ya entiendes la idea. Leemos nuestros miedos en cada situación. Esto alimenta el ciclo
de depresión-ansiedad. Inicialmente nos sentimos sacudidos por la sensación de
amenaza. Pero no podemos vivir en este estado de excitación emocional, así que caemos
en la depresión. Una vez que supuestamente hemos descansado en esta depresión,
somos capaces de volver a estar ansiosos.

Fíjate en el verbo de esta estrategia. Se trata simplemente de cuestionar, no


necesariamente de refutar por completo. La duda es todo el amigo que necesitamos en
esta batalla. Cuando podemos separarnos lo suficiente de las interpretaciones que
alimentan nuestra ansiedad-depresión como para dudar de ellas, la batalla está ganada
en gran medida. La verdad tiene su punto de entrada y, una vez que la luz de la verdad
tiene una grieta por la cual entrar, las mentiras sombrías se disipan.

Lee Juan 8:31-32. A menudo olvidamos que la primera parte de creer en la verdad es
tener el valor de dudar de las alternativas que parecen tan atractivas. Dudar de nuestros
temores es el primer paso para confiar en Dios. De la misma manera, no podemos no
podemos servir a dos señores (Mateo 6:24), no podemos escuchar dos voces ni vivir en
dos historias. En el sufrimiento, Satanás no nos esclaviza por medio de la esclavitud
moral (como hace con el pecado), sino por medio de una lealtad inquebrantable a
nuestros miedos. Dudar de tus miedos es una forma de fe que permite que la verdad de
Dios te haga libre.

16. Busca lo bueno en las personas/situaciones: La depresión y la ansiedad son un


conjunto de lentes oscuros que hacen que las amenazas y los problemas se destaquen
en relieve. Estos mismos lentes toman las bendiciones y las oportunidades y las ponen
en el fondo de nuestra visión emocional. Mientras exista esta dinámica, la depresión y la
ansiedad tendrán la ventaja en nuestros pensamientos y emociones.

La contra medida es disciplinarse intencionadamente para buscar lo bueno en las


personas o situaciones. Esto no significa que no puedas reconocer los desafíos que
existen, sino que tienes que disciplinarte para que estas cosas no sean lo primero que
veas o en lo que más te fijes.

Tú eres el responsable de lo que piensas. Deja que esa afirmación se profundice. Puede
que no estés directamente a cargo de lo que sientes, pero puedes estar directamente a
cargo de lo que piensas; y lo que piensas tiene una gran influencia en lo que sientes.
101
Deberías sentirte fortalecido por esta realidad. No estás indefenso ante tu experiencia
de depresión-ansiedad que existe en un ámbito sobre el que tienes jurisdicción: el poder
de hacer cambios.

Considera estar consternado por el contenido de un programa de televisión mientras


sostienes el mando a distancia, tener la libertad de escuchar la radio o salir a pasear. Así
es como debes pensar en el contenido temeroso-desesperante de tu pensamiento
depresivo-ansioso. Tienes opciones alternas con respecto a tu «tiempo de emisión»
mental.

Lee Filipenses 4:8. Una cosa es saber que se puede «cambiar de canal» y otra cosa es
tener una lista de buenos programas que están actualmente en otros canales. En este
versículo, Pablo está proporcionando una lista de los otros programas a los que debemos
dirigir nuestros pensamientos. Estas son las cosas que debes buscar y dirigir tus
pensamientos cuando estés ansioso o deprimido. Memoriza este pasaje y utilízalo como
una lista de búsqueda del tesoro cuando sientas las gafas oscuras de la depresión-
ansiedad que se apoderan de tu pensamiento.

17. Lee un buen libro sobre el sufrimiento: Cuando los aficionados compiten contra los
profesionales, los profesionales suelen ganar. Satanás es un experto en usar el
sufrimiento para descarrilar la vida de las personas. Él toma ese dolor (físico, emocional,
relacional y espiritual) y lo utiliza para crear una sensación de impotencia y cinismo.

Desgraciadamente, la mayoría de los cristianos son mejores para aplicar el evangelio al


pecado que al sufrimiento. Esperamos que este material haya ayudado a equilibrar tu
capacidad de aplicar el evangelio al sufrimiento. Pero si todavía te sientes desequilibrado
en tu capacidad de procesar la experiencia del sufrimiento a la luz del Evangelio, continúa
tu estudio. La mera voluntad de estudiar y aprender muestra una postura activa que
contrarresta la intención de Satanás de hundirte en estas emociones.

Aquí tienes varios libros a tener en cuenta. Lee las reseñas en línea de los que te
interesan para determinar qué libro aborda el tipo de preguntas que te planteas.

● Tiempo de sanar: Luchando con los misterios del sufrimiento, el dolor y la soberanía
de Dios, de Joni Eareckson Tada
● Caminando con Dios a través del dolor y el sufrimiento por Tim Keller
● ¿Hasta cuándo, Señor? de D.A. Carson
● El problema del dolor de C.S. Lewis
● Depression, A Stubborn Darkness (traducido como «Depresión: Una oscuridad
obstinada»), de Ed Welch
● Shame Intterrupted: How God Lifts the Pain of Worthlessness & Rejection (traducido
como «La vergüenza interrumpida: Cómo Dios levanta el dolor de la inutilidad y el
rechazo») de Ed Welch
102
● Glorious Ruin: How Suffering Sets You Free (traducido como «La ruina gloriosa:
Cómo el sufrimiento te libera») de Tullian Tchividjian

18. Estar dispuesto a sacrificar las pseudo-comodidades de la depresión-ansiedad: Puede


ser difícil admitir las formas en que podemos sentirnos cómodos con nuestra depresión-
ansiedad. Creer las mentiras de nuestros miedos nos hace sentir «seguros» de que nunca
nos sorprenderá una calamidad. Instalarse en la pasividad de la depresión crea un
capullo frente a los «riesgos» de la relación y la posibilidad de fracasar.

Haz una lista de los tipos de pseudo-consuelos que recibes de la experiencia de la


depresión-ansiedad.
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______

Para conocer la esperanza, la paz y la alegría tenemos que estar dispuestos a sacrificar
estas pseudo-comodidades. Los llamamos «pseudo-comodidades» porque el hecho de
que nos disguste la experiencia de la depresión-ansiedad revela que traen más dolor que
alivio.

Sin embargo, el término sacrificio debería entenderse con toda la simbología violenta
que implica su significado original. Tendrás que estar dispuesto a acabar con estos
beneficios. Recuerda que este sacrificio es el equivalente a cerrar un negocio que está
perdiendo dinero. Es una elección sabia, de beneficio neto; pero tu historia con estos
beneficios hará que la sabiduría sea inicialmente dolorosa.

Lee Juan 12:20-26. En este pasaje Jesús dice que su intercambio de muerte por vida (v.
23-24) es el ejemplo de lo que será para nosotros vivir el evangelio en nuestras vidas (v.
25). Sacrificar las pseudo-comodidades es cambiar la muerte – creencias y prácticas que
te agobian – por la vida – la oportunidad de conocer la paz y la alegría de una manera
que antes se veía obstaculizada. En el lado de este intercambio parecerá una
«obviedad», sin embargo, cada vez que te enfrentes a esta decisión sobre un pseudo-
comodidad, será necesario tener fe en esta promesa para resistir la tentación de volver
a caer en el viejo patrón.

19. No confundas el aburrimiento con la depresión ni la incertidumbre con la ansiedad:


Cuando la depresión-ansiedad ha sido una parte prolongada de nuestra experiencia, nos
volvemos emocionalmente tímidos; cualquier emoción desagradable nos hace
preguntarnos si estamos a punto de volver a caer en la misma situación. La oleada de
miedo y temor que esto desencadena es suficiente para empujarnos de nuevo a la
depresión-ansiedad, incluso si ese no iba a ser el resultado de la experiencia emocional
inicial.
103
Puedes estar en la incertidumbre sin estar ansioso. Puedes estar aburrido sin estar
deprimido. La «tristeza normal» y la «incertidumbre normal» son parte de una «vida
normal». Cuando tu cónyuge esté llegando tarde, preguntarse si está bien, es algo
normal. Sentirse aburrido con las cenas o con formas de entretenimiento repetitivas es
normal. No permitas que este tipo de experiencias te hagan pensar que has «recaído».

Estos son los indicadores de los cuales tendrías que preocuparte por las recurrencias de
la depresión-ansiedad.

● Comienzas a aislarte de las relaciones que has desarrollado durante el estudio.


● Comienzas a descuidar las responsabilidades básicas de cuidar de ti mismo, de tu
familia, de tus amigos o de tu trabajo.
● Los temas destructivos de tu historia de sufrimiento (cuarto paso) vuelven a ser
prominentes en tu pensamiento.

A menos que estas características estén presentes en su experiencia de depresión-


ansiedad, no alteres tu vida. Sigue aplicando las prácticas y los principios clave que has
aprendido en este estudio y persigue las cosas que son importantes para ti. Mantener el
impulso hacia adelante es más importante que examinar la experiencia emocional, a
menos que las cualidades anteriores estén presentes.

20. Vida espiritual - Menos puede ser más: Se supone que una gran parte de la vida
cristiana es la paz y la alegría (Gálatas 5:22- 23). Cuando la depresión-ansiedad silencia
estas emociones, entonces es fácil pensar que estamos viviendo en la derrota más que
en la victoria. Esto fácilmente crea un estándar por el cual nos sentimos perpetuamente
condenados.

Así que debemos preguntar: «¿Paz y alegría en comparación con qué estándar?». Si
simplemente decimos «más paz y alegría de la que tengo ahora», entonces todo lo que
no sea un subidón maníaco es una derrota. Si decimos «más paz y alegría que el
promedio de la gente», el 49% de la población siempre vivirá en la derrota. Si decimos

104
«más paz y alegría de la que merezco», entonces todo lo que esté por encima de un
infierno literal es una victoria; sea satisfactoria o no.

La respuesta sólo puede ser «más paz y alegría de la que tendría sin Cristo en este
momento». Esta es la norma que nos permite atravesar tiempos difíciles sin sentir que
«debe haber algo malo en mí». La vida cristiana tiene la capacidad de soportar los
altibajos de la vida, en lugar de un estándar emocional rígido que nos aplasta durante las
temporadas difíciles.

¿Cómo se ve esto en la práctica? Probablemente se parece a la voluntad de saborear los


placeres sencillos, estar dispuesto a ser honestos con Dios y con los demás sobre nuestra
experiencia, y aferrarnos a nuestra fe en la capacidad de Dios para redimir las dificultades
a las que nos enfrentamos. Cuando estemos dispuestos a considerar estas «victorias
menores» como «victorias significativas», nos daremos cuenta de que nuestra fe es
mucho más profunda y nuestra calidad de vida mucho más rica de lo que esperábamos
basándonos en esos «pequeños» cambios.

El final de la depresión-ansiedad como sufrimiento

¿Qué significa «combatir con éxito el impacto del sufrimiento»? No significa la eliminación
total de cualquier experiencia de sufrimiento. Nos gustaría que así fuera. Desearíamos que,
si hiciéramos lo que podemos hacer, la depresión-ansiedad dejará de formar parte de
nuestra experiencia emocional.

Pero hay un peligro que viene con ese tipo de sueño. Es el peligro de la falsa expectativa
que resulta en un falso sentido de culpa y fracaso cuando vuelve la experiencia de la
depresión-ansiedad. Si creemos en una existencia terrenal sin la experiencia de la depresión
o la ansiedad, entonces cuando sentimos esas emociones una de dos cosas tiene que ser
verdad: (1) le fallamos a Dios, o (2) Dios nos ha fallado.

En cambio, cuando nuestra ansiedad-depresión tiene sus raíces en el sufrimiento, entonces


nuestro objetivo es equilibrar dos mentalidades.

105
1. Aceptar que la depresión-ansiedad formará parte de nuestra experiencia sin sucumbir
a un sentimiento de fracaso o vergüenza.
2. Comprometernos a vivir una respuesta sana, que honre a Dios en nuestra experiencia
de depresión-ansiedad.

Para la ansiedad-depresión basada en el sufrimiento, esto es lo que significa caminar en la


victoria. Considéralo, como un paralelismo, lo que significa honrar a Dios en medio del dolor
crónico, otra lucha basada en el sufrimiento. ¿Significa la ausencia de dolor? ¿Significa la
ausencia de desánimo por ese dolor? No y no.

Significaría aprender a aceptar que el dolor, de distintas intensidades, formará parte de tu


vida y comprometerte a vivir de forma sabia y dándole la gloria a Dios, a la luz de ese dolor.
Al aprender estas dos respuestas básicas, tendrías la oportunidad de vivir los propósitos
que Dios tiene para tu vida. Ni la presencia del dolor, ni el desánimo por ese dolor te
impiden experimentar el pleno favor de Dios o de vivir su propósito para tu vida.

Lo mismo ocurre con la experiencia de la depresión-ansiedad enraizada en el sufrimiento.


El propósito de este capítulo es ofrecerte un arsenal de estrategias que puedas aprovechar
a medida que te vuelvas más hábil para vivir tu compromiso de dar respuestas sabias y que
honren a Dios a tu depresión-ansiedad.

Enfoque de ánimo (IDENTIFICAR OBJETIVOS):

Con cada paso, proporcionaremos preguntas que debes invitar a otra persona a que te
pregunte abiertamente para que pueda conocer y animarte en el proceso de duelo por tu
pérdida o dolor.

● ¿Cuál de estas estrategias crees que son más importantes para combatir el impacto
de tu sufrimiento?
● ¿Qué pseudo-comodidades de la depresión-ansiedad te resultarán más difíciles de
sacrificar?
● ¿Qué aspecto de la dinámica de «aceptar» y «comprometerse» te resultará más
difícil de aplicar?

Con cada paso, te aconsejamos que confíes al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento
a tu compañero de ánimo.

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106
Capítulo 8
«Cuando el camino se vuelve más largo que empinado»

PERSEVERAR en la nueva vida e identidad a la que Dios


me ha llamado

«Algo del dolor relacionado con la depresión-ansiedad permanece [describir] pero ya no me


define tanto. También estoy experimentando más de lo que Dios tiene para mí.
Nunca supe que la vida podría incluir [lista de experiencias] nuevamente.
Ahora veo que Dios no me privó de ellas, ni las perdí. Estoy aprendiendo a disfrutarlas sin
vergüenza, miedo o cautela.
Me he dado cuenta de que “saludable” significa más que la ausencia de depresión-ansiedad.
Estoy aprendiendo a confiar y disfrutar a Dios en el ascenso y caída de mis circunstancias».

Memoriza: Romanos 5:3-5 (NBLA), «Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado;
y el carácter probado, esperanza. Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado». Mientras
memorizas este pasaje, reflexiona en estos puntos clave:

• «Gloriamos»: Si lees el pasaje detenidamente, verás que nos regocijamos en el fruto del
sufrimiento; no en el dolor.
• «Paciencia… carácter… esperanza»: Espero que esto capte bien el proceso que has llevado
a cabo en este estudio.
• «Desilusiona»: Dios es fiel no solo para redimir el sufrimiento, sino también para eliminar
la vergüenza asociada con el sufrimiento.
• «Amor de Dios»: El amor perfecto de un Dios perfecto nos permite vivir con emociones
dolorosas en un mundo imperfecto.
• «Espíritu Santo»: Este sello (2 Corintios 1:22) del pacto permanente de Dios nos da la
seguridad de su presencia.

Notas de enseñanza

«El cambio duradero no ocurre a saltos, sino en pequeños y fieles pasos. Pequeños cambios
pueden marcar una gran diferencia (p. 15)... A veces, el dolor del cambio nos hace olvidar nuestra
miseria anterior y volvemos a los hábitos anteriores para sentirnos mejor (p. 156).» Leslie Vernick
en Lord, I Just Want to Be Happy (traducido como «Señor, yo solo quiero ser feliz»).

«Uno de los mayores catalizadores de nuestro dolor fue la sensación de que estábamos solos.
107
Debido a que sufrimos principalmente en silencio, no encontramos a otras personas que sufrieran
de la misma manera. Y debido a que esas otras personas que sufrían guardaban silencio, todos
pensamos que éramos los únicos (p. 33)». Amy Simpson, Troubled Minds (traducido como
«Mentes turbadas»)

«Estás seguro no porque tengas el control o el entendimiento. Estás seguro aunque seas débil,
imperfecto y con falta de visión. Estás seguro por una razón y una sola razón: Dios existe y es tu
Padre (p. 31)… La tentación, en tiempos de espera, es enfocarnos demasiado en lo que estamos
esperando, en todos los obstáculos que hay en el camino, nuestra incapacidad para hacer que
suceda y la idea de que todas las demás personas parecen no haber tenido que esperar...Todo
esto aumenta nuestro sentimiento de impotencia, nuestra tendencia a pensar que nuestra
situación no tiene remedio y que esperar es fútil (p. 48).» Paul Tripp, A Shelter in the Time of Storm
(traducido como «Un refugio en tiempo de tormenta»).

«Creo que las personas que no han lidiado con tal dolor, ya sea de primera o segunda mano,
simplemente no saben qué es la felicidad, qué es la alegría, porque no saben cuál es la profundidad
del dolor. Es así: no puedes saber el significado de la cruz y la resurrección a menos que hayas
comprendido el peso del pecado… Es decir, a veces la depresión puede ser una bendición, porque
uno puede aprender acerca de Dios a través de su misterio (p. 28)». Kathryn Greene McCreight en
Darkness Is My Only Companion (traducido como «La oscuridad es mi única compañía»)

Aplicación personal
«Nuevo» y «normal» son palabras que no van juntas. Sin embargo, de eso se trata precisamente
este capítulo, de establecer una nueva normalidad. Si estuviéramos atravesando un duelo por la
pérdida de un ser querido, podríamos resistirnos a la idea de una nueva normalidad. Si
estuviéramos procesando una traición, preferiríamos que «las cosas sean como antes de la
infidelidad», pero con la ansiedad-depresión, la tendencia suele ser más la desconfianza y la duda
que la resistencia.
La depresión-ansiedad hizo que lo «normal» se sintiera doloroso durante tanto tiempo que nos
preguntamos si lo «normal» puede ser bueno.
108
Incluso si eres optimista sobre esta nueva normalidad, una nueva normalidad asusta; es
desconocida y suena muy permanente. Pronto será parte de tu vida, aun cuando tengas la
intención de darle forma o no. Pero si te sientes intimidado por este paso, no dejes que eso te
convenza de que no has completado los pasos anteriores adecuadamente.
La frase «nueva normalidad» parece implicar más intencionalidad de la que realmente requiere.
No necesitas una hoja de cálculo con siete columnas y veinticuatro filas para detallar y codificar
por colores. A medida que vivas sabiamente, comenzará una nueva normalidad saludable. Este
capítulo se dedicará a identificar las marcas definitorias de esta nueva normalidad para que puedas
estar tranquilo mientras esto ocurre.
Este capítulo también incluirá otras dos secciones. Primero, veremos cómo esta nueva normalidad
se asimila a tu historia de vida. Ese será el momento para que resumas lo que aprendiste y cómo
has crecido en el transcurso de este estudio. Buscarás combinar la narrativa que construiste en los
pasos cuatro al seis con las prácticas que implementaste en el paso siete. En segundo lugar, se te
brindará orientación para ayudarte a pensar cómo prepararte para la transición de tu relación de
ayuda formal actual (es decir, grupo de apoyo, relación de consejería o relación de mentor) al
ministerio general de grupos pequeños de tu iglesia para continuar animándote y creciendo. Estás
a punto de entrar en una nueva temporada de transición: de sanar a vivir.

Señales de una nueva normalidad

Las señales a continuación no son retratos de cómo será tu nueva normalidad, cada vida es única,
por lo que tratar de crear una lista que capte la nueva normalidad de cada persona sería imposible.
Más bien, muestran el desarrollo emocional, relacional y espiritual que debería estar ocurriendo
a medida que emerge una nueva normalidad saludable.

Muchos de estos puntos están modificados y adaptados del libro de H. Norman Wright,
Experiencing Grief (traducido como «Experimentando el duelo») (solo texto en negrita, páginas
79-80). En esta etapa del proceso, la superación de la depresión-ansiedad y el tratamiento del
duelo son similares. Ambos implican comenzar una nueva etapa de la vida con la ausencia de algo
o alguien que ha sido una figura central.

Mientras lees esta lista, no la veas como una lista de tareas pendientes. Eso sería el equivalente a
un adolescente leyendo sobre la pubertad como aun objetivo por alcanzar. A medida que vivas
sabiamente, encontrarás que estas cosas suceden en tu vida.

Comienza marcando con un asterisco (*) aquellos elementos que ya hayas visto ocurrir durante tu
proceso. Permite que esto te aliente en cuanto a la fidelidad de Dios y te dé la confianza para creer
que aquellas cosas que aún no han surgido, sucederán. Ora por aquellas cosas y, cada vez que
sucedan, celébralo como otro cumplimiento de la promesa de Dios (Filipenses 1:6).
1. Atesoras las lecciones que has aprendido de la depresión-ansiedad: El dolor es excelente
distractor del valor. No tienes que decir que las lecciones que aprendiste son la «razón» por
la que Dios te permitió experimentar depresión-ansiedad para ver el valor de lo que Dios ha
hecho en el viaje. Sin duda eres más fuerte en muchos sentidos; tus músculos de resistencia
109
espiritual-emocional se han estirados. ¿Cómo no podrías ser una persona más compasiva
con aquellos cuyas luchas en la vida son difíciles de articular, ver o superar? Has aprendido
mucho sobre ti mismo y lo que significa tener fe en las épocas difíciles de la vida.
«Estaría dispuesto a volver a esas profundidades un centenar de veces para dar ánimos
a un espíritu abatido». Charles Haddon Spurgeon en El ganador de almas
Lee Santiago 1:2-4. Tu experiencia de depresión-ansiedad se califica como lo que Santiago
llama «diversas pruebas» (v. 2). ¿Cómo lo expresarías con gozo? No ofreciéndonos como
voluntarios para volver a caer, sino que dándole importancia a lo que hemos aprendido en
medio de la prueba que soportamos. Uno no tiene que ser minimizado para valorar al otro.
Las lecciones que aprendimos y el carácter que desarrollamos son parte, no el todo, de lo
que Dios usa para llevarnos al punto de estar «completos» (v. 4).
2. Tu nivel de energía vuelve a la normalidad: Durante tanto tiempo, la vida se sintió extraña.
Todo requería esfuerzo, pensamiento e intencionalidad. Las decisiones se sentían
abrumadoras. Las conversaciones eran intimidantes, superficiales o incómodas. El sueño era
difícil, interrumpido o una vía de escape. Esa es una manera agotadora de vivir. Es así, con
el establecimiento de una nueva normalidad, que sales de esa forma de vida y el descanso
vuelve a ser realmente descanso. Regocíjate en esto porque es una muestra de la fidelidad
de Dios en este proceso.

Lee Isaías 40:27-31. Probablemente te has sentido ignorado por Dios (v. 27), además de
sentir el agotamiento (v. 30), pero has esperado fielmente en Él y estás experimentando Su
renovación (v. 31). Es después de experiencias como la depresión y la ansiedad que nos
damos cuenta de cuánto nuestro nivel de energía es un regalo de Dios, ya que muy a
menudo lo damos por sentado como «nuestro», pero incluso en nuestro mejor momento
(v. 30) podemos ser consumidos por la vida sin Dios.

3. La toma de decisiones se vuelve más fácil: Las decisiones no se toman simplemente en base
a principios. Las decisiones están influenciadas por el estado de ánimo, el nivel de esperanza,
sentido de desesperación, la longevidad de nuestra perspectiva actual (es decir, el alivio
inmediato frente al beneficio a largo plazo) y otros factores influenciados por la depresión-
ansiedad. Podemos sentir este impacto y, a menudo, dudamos en tomar decisiones; al
menos hasta que las decisiones se acumulen y entonces podemos volvernos erráticos e
impulsivos. El viaje a través de este material debería haberte ayudado no solo a ordenar tus
emociones, sino también tu vida en general, para que la toma de decisiones pueda ser más
intencional y específica.
Lee Isaías 46:3-4. Es en la realidad de este pasaje que existe una toma de decisiones clara y
sabia. Durante la experiencia de depresión-ansiedad adquirimos una experiencia en primera
persona de las promesas de Dios, «Yo los cargaré… Yo los sostendré… Yo los libraré (v. 4)» y
nos damos cuenta de cuánto ha venido sucediendo desde nuestro nacimiento (v. 3). Una
conciencia permanente del cuidado y la guía de Dios proporciona la base para una buena
toma de decisiones. Ya no nos sentimos obligados a sobre compensar en nuestro esfuerzo
las cosas que ya son nuestras en Cristo. Además, habiendo llegado a este conocimiento a
110
través del sufrimiento, nos conocemos mejor a nosotros mismos y somos capaces de tomar
decisiones más claramente dentro de las pasiones con las que Dios nos creó (Salmo 37:4).
4. Tu apetito y el ciclo del sueño vuelven a la normalidad: Una de las principales formas en que
la depresión-ansiedad se adapta a nuestras vidas es creando una sensación de caos. Uno de
los indicadores de que la depresión-ansiedad está disminuyendo es el retorno al ritmo de
vida. Si bien es posible que nunca seas (o quieras ser) una «persona organizada y
programada», tener ritmos biológicos de sueño y metabolismo (influencias clave en los
niveles de energía del cuerpo) son factores importantes en la regulación emocional. Cuando
tu cuerpo sabe cuándo recibirá descanso y los suministros nutricionales adecuados, puede
ser un aliado en tu resistencia a la depresión-ansiedad.
Lee el Salmo 4:6-8. Durante la depresión-ansiedad somos quienes hicimos la pregunta del
versículo 6. Ahora damos testimonio de los versículos 7 y 8. Vemos que disfrutar de una
buena comida y tener la capacidad de disfrutar de un buen descanso son bendiciones muy
dependientes de Dios. Ahora podemos saborearlos porque estaban destinados a serlo todo
el tiempo. Los versículos 7 y 8 serían buenos pasajes para memorizar y usar en sus oraciones
antes de las comidas y de acostarse.

5. Eres capaz de disfrutar el tiempo a solas: El retiro ha sido reconocida por mucho tiempo
como una disciplina importante en la vida de un cristiano (véase Celebración de la disciplina,
capítulo 7, páginas 109-120 por Richard Foster,). Durante la depresión-ansiedad, estar solo
con los propios pensamientos puede ser una experiencia aterradora. Sin embargo, en esta
etapa, el regalo de la soledad vuelve como una bendición y somos más capaces de atesorar
este don por la bendición que es. Si has tenido problemas para estar solo, incluso antes de
tu experiencia con la depresión-ansiedad, entonces considera leer el capítulo sobre el retiro
por Richard Foster. Contiene varias páginas con reflexiones sobre los beneficios de la
soledad durante una «noche oscura del alma».
Lee los pasajes sobre Jesús a solas: Mateo 4:1-11, 14:13 y 23, 17:1-9, 26:36-46; Marcos 1:35,
6:31; Lucas 5:16, 6:12. Jesús, en su plena humanidad, buscaba regularmente retirarse, como
una fuente de fortaleza. ¿Cuánto más necesitaríamos hacerlo nosotros? Es durante este
tiempo, de establecer una nueva normalidad, que sería prudente evaluar qué tan saludable
y equilibrada es tu práctica de disciplinas espirituales. Podría ser un tiempo antes de que la
vida vuelva a ser tan moldeable. Si no estás seguro de cómo se vería esto, entonces el libro
de Foster o las Disciplinas espirituales para la vida cristiana de Donald Whitney serían una
lectura muy útil
111
6. Comienzas a mirar los acontecimientos que vendrán: Mientras luchas contra la depresión-
ansiedad, probablemente tuviste que permanecer tenazmente arraigado al presente. El
arrepentimiento por el pasado o la incertidumbre sobre el futuro fueron fuertes
desencadenantes emocionales. Pero una muestra de que estás entrando en una nueva fase
con tu depresión-ansiedad es la capacidad de aprender de tu pasado (lo que asume algunos
errores lamentables) para prepararte para el futuro (planificar es diferente a dar vueltas).
Ahora, cuando miras hacia el futuro con intencionalidad y crees que tus decisiones pueden
influir en él para mejor, entonces puedes hacerlo con anticipación en lugar de pavor o
miedo.

Lee Filipenses 3:12-16. Este pasaje a menudo se aplica mal para la depresión-ansiedad. Pablo
no está estableciendo el principio de olvidar el pasado o vivir en negación acerca de eventos
dolorosos. En Filipenses 4:9, Pablo le pide a esta iglesia que recuerde cómo manejó sus
experiencias desagradables de ansiedad mientras estaba con ellos. En Filipenses 4:12, Pablo
recuerda haber estado en «pobreza» y estar hambriento o necesitado. El principio es
simplemente que el dolor de nuestro pasado no debe convertirse en un bloqueo mental
para perseguir la misión de nuestro futuro. En esta etapa del proceso deberías comenzar a
sentir ese cambio de perspectiva dentro de tu propio corazón.

7. Eres capaz de usar tu experiencia para consolar a otros: Inicialmente, compartir la carga de
la depresión-ansiedad de otra persona podría haber servido solo para magnificar la nuestra.
Cuando nuestra depresión-ansiedad es fuerte, podemos saturarnos de dolor. Nuestro
objetivo, en ese momento, es procesar sabiamente nuestra propia experiencia. En esta
etapa, experimentarás el consuelo de Dios de una manera que comenzará a hacer que los
desafíos de los demás sean menos amenazantes. Puedes relacionarte con su dolor y tener
un verdadero sentido de empatía para hacerles saber que Dios no permitirá que se ahoguen
en su dolor. No tienes respuestas para todas sus preguntas, es probable que su experiencia
tenga características que la tuya no tuvo, pero tienes un testimonio sobre el Pastor de tu
viaje y cómo fue para ti caminar con Él.

Lee 2 Corintios 1:3-5. Nota el lapso de tiempo implícito en este pasaje. Dios nos consuela. Él
es nuestro Padre de misericordias y Dios de toda consolación en cualquier aflicción que
enfrentemos. Una pausa, sin calendario en esta parte del proceso, para que podamos
testificar del consuelo de Dios a otros en cualquier aflicción que enfrenten. La pausa es
fundamental para el confort. Si pensamos que Dios nos ha puesto un temporizador para
recibir «una devolución de Su inversión de consuelo» en nosotros, entonces no sentiríamos
que tenemos mucho consuelo que ofrecer. Una vez que experimentamos la paciencia de
Dios ante el «para que» (v. 4) comenzamos a compartir abundantemente el consuelo de
Cristo (v. 5).

8. Vuelve la libertad de adoración: Durante la depresión y la ansiedad, la adoración podía


sentirse como una farsa; el epítome de la hipocresía. El gozo implícito en la palabra
«adoración» solo parecía un recordatorio de lo que no tenías. A medida que la historia del
evangelio se convierte en la base de nuestra nueva normalidad, nos damos cuenta de que

112
nuestra depresión-ansiedad nos recuerda la desesperanza general de la condición humana.
En la adoración comenzamos a celebrar que hay esperanza de que se cierre el abismo
emocional en el que vivimos. Nuevamente nos damos cuenta de que solo experimentamos
la oscuridad emocional como oscuridad porque Dios nos hizo experimentar el pleno gozo de
su presencia; sólo rechazamos aquellas cosas que son contrarias a nuestro diseño creado.

Lee el Salmo 13. Este Salmo traza el viaje de muchos en confusión emocional desde que la
adoración es dura y dolorosa (v. 1-4) hasta que se convierte nuevamente en una fuente de
gozo y fortaleza (v. 5-6). Recuerda que Dios puso este Salmo en Su Palabra para consolarte.
Es la reflexión del salmista sobre su salvación (v. 5) lo que le permite cantar y ver que Dios
lo ha tratado con bondad (v. 6). Esto se debe a que es el evangelio donde vemos a Dios más
que de acuerdo con nuestra insatisfacción con la depresión-ansiedad que emana de la Caída
y trayendo un remedio final a los estragos del pecado en nuestro mundo.

9. Vuelve el sentido del humor: Proverbios 14:13 puede ser el testimonio de muchos: «Aun en
la risa puede doler el corazón y el fin de la alegría puede ser tristeza». Sentimos que la
depresión-ansiedad hizo que nuestra risa fuera hueca o «simplemente por cortesía». El
humor se basa en la ironía y la proporcionalidad. La depresión-ansiedad tiende a aplanar o
sobre inflar el significado de todo hasta el punto de que el humor muere. Pero servimos a
un Dios que usó la alegría como su motivación para conquistar la muerte (Hebreos 12:2).
Nuestro Dios verdaderamente ríe último (Salmos 2:4) y nuestra risa puede hacer eco de Su
victoria. Sin el evangelio cualquier risa sería una forma de negación. A la luz del evangelio,
nuestro dolor se vuelve temporal (2 Corintios 3:16-18) y nuestro gozo es eterno. El regreso
de nuestro sentido del humor se convierte entonces en una expresión de fe saludable en
lugar de una mala distracción.

Lee el Salmo 30:5. Dios no usa su victoria como una razón para prohibir nuestro dolor. Dios
no es un rey temperamental e inseguro que solo permite personas felices en su presencia.
Dios nos permite madurar, no solo en carácter, sino también en nuestras emociones, en lo
que Él ha hecho para que seamos. Encontramos repetidamente en las Escrituras que Dios
no se impacientó con nuestra depresión-ansiedad solo porque venció el pecado y la muerte.

10. Comienzas nuevas relaciones: Es difícil crear nuevas relaciones mientras estás en medio de
la batalla contra la depresión-ansiedad. Tus decisiones no parecen razonables: sé honesto y
permite que tus emociones estén al frente de tu amistad, o sé falso y permite que la relación
se desarrolle de una manera que parezca falsa. Sin embargo, en esta etapa, debes comenzar
a sentir que tienes el control suficiente como para que puedan suceder dos cosas: (1) eres
lo suficientemente libre emocionalmente para mostrar interés genuino en los demás sin que
sea una forma de escape, y (2) tienes un entendimiento de quién eres, suficientemente
separado de tu experiencia con la depresión-ansiedad, por lo que estas emociones pueden
ser introducidas en la relación cuando es natural y posible un ánimo y apoyo apropiado.

Lee Proverbios 27:9. Este proverbio conecta las nuevas amistades con la alegría. También
conecta la dulzura de la amistad con el «consejo sincero». Este es el equilibrio que deberías

113
ver en tus nuevas relaciones. Las relaciones son provocadas por intereses mutuos que crean
un conjunto de conexiones, pero también son lo suficientemente vulnerables como para
que cada uno de ustedes pueda hablar sobre las áreas de lucha del otro. Espero que la
autenticidad que aprendiste al leer este material con un mentor o consejero te haya
brindado un ejemplo de cuán buenas pueden ser este tipo de relaciones.

11. Experimentas la paz incluso durante un desánimo: A menudo, el casi pánico que viene con
un desánimo está fuertemente relacionado con la comprensión impaciente de que el
proceso aún no ha terminado o el temor de que «vamos a regresar allí (una intensa
depresión-ansiedad) otra vez». Uno de los mejores indicadores de progreso es esa capacidad
de estar triste o preocupado y no alarmarse por ello. El «éxito» no es la ausencia de
depresión-ansiedad, sino la capacidad de experimentarla en niveles apropiados para la
situación sin quedarse atascado. Tu habilidad de no sentirte amenazado por estas
emociones es una parte importante de eso.

Lee Filipenses 4:12. Nota que Pablo dice que él sabe cómo vivir en «pobreza». Casi suena
como si estuviera alardeando de esta habilidad porque era parte del «secreto del
contentamiento» (v. 11) y confiaba en la fortaleza de Dios en todas las cosas (v. 13). Las
experiencias de abatimiento de Pablo fueron intensas (2 Corintios 11:23-12:10). Sin duda,
las dificultades desencadenaron la intensidad de estas experiencias pasadas para Pablo.
Pero, parece estar diciendo «haber visto la fidelidad de Dios en la experiencia pasada de ser
abatido me da confianza en la fidelidad futura de Dios cuando sea humillado. Usaré lo que
Satanás provocó para recordarme la presencia infalible de Dios».

12. Aprecias tu crecimiento causado por el dolor: No solo aprendiste (punto uno) y te equipaste
mejor para servir a los demás (punto siete). También has crecido, ya no eres solo una
persona emocionalmente más inteligente con más estrategias de ayuda en tu caja de
herramientas. Eres una persona más madura ahora. Tener una habilidad es diferente a tener
madurez. La madurez trasciende las habilidades. La madurez permite el desarrollo de nuevas
habilidades situacionalmente efectivas para circunstancias aún por experimentar. Esto es lo
que Dios ha hecho en tu vida. La obra de madurez de Dios es una de las cosas que deberían
aliviarte en cuanto al futuro.

Lee Job 42:1-6. Al final del libro, Job no sabe «por qué». Sin embargo, puede ver que Dios es
bueno y ha sido bueno con él a pesar de sus grandes pérdidas. El versículo 5 resume bien el
proceso de Job. Él quería respuestas que pudiera escuchar con su oído y dar sentido a su
sufrimiento. Y llegó a ver el carácter y la redención de Dios, y recibió una paz que sobrepasa
todo entendimiento (Filipenses 4:7). En esta etapa de nuestra batalla contra la depresión-
ansiedad, es posible que no tengamos respuestas a todas las preguntas que tengamos. Job
tampoco. Pero habremos llegado al lugar donde las respuestas que tenemos, una conciencia
de quién es Dios y su fidelidad para con nosotros, son suficientes para permitirnos vivir con
esperanza. Los adultos no son más maduros que los niños porque tienen todas las
respuestas, sino porque tienen la capacidad de evaluar aquellas cosas que son más
importantes, confiables y vivir de acuerdo a ellas.

114
Escribiendo tu nueva narrativa

En este punto de tu viaje, con la nueva normalidad incorporándose, te encuentras en un lugar


donde puedes ver cómo tu historia se une nuevamente en una narrativa única y significativa. Esto
no significa descifrar la «razón» de tu depresión-ansiedad, sino comprender las piezas de tu vida,
incluida tu lucha emocional, como partes de una historia redentora más grande.

Regresa a las seis preguntas que examinaste en el capítulo 6. Usa el cuadro a continuación para
reflexionar sobre cómo ha cambiado la narrativa más amplia en la que experimentas depresión-
ansiedad.

En la columna de la izquierda, resume cómo habrías respondido a cada pregunta antes de este
estudio. Es probable que completes la totalidad de la columna de la izquierda antes de reflexionar
sobre cómo estás abordando cada pregunta ahora; que es lo que pones en la columna de la
derecha. Esto debería proporcionarte una mejor idea de cómo ha cambiado tu narrativa de vida
más amplia.

Si hay verdades, experiencias o prácticas particulares que han sido más útiles para reforzar el tipo
de cambio narrativo representado en cada pregunta, también regístralas. Esto permitirá que este
ejercicio de escribir un diario te recuerde no solo «qué» te ha enseñado Dios, sino también «cómo»
ha hecho que estas lecciones cobren vida y permanezcan adheridas a tu vida.

Antes del estudio Ahora

1. ¿Quién soy?

2. ¿Quién es y dónde está Dios?

115
3. ¿Qué es lo que debería esperar de mis amigos?

4. ¿Qué es el pecado si esto es sufrimiento?

5. ¿Vale la pena esperar la decepción?

6. ¿Para qué estoy viviendo?

Preparándote para la transición


Esta tercera sección del capítulo ocho puede parecer un cambio de ritmo. Eso es porque ya no
tienes la depresión-ansiedad como el punto central. Esta sección hace la pregunta: « ¿Cómo
debería comenzar a ser mi vida ahora que no está enfocada en superar la depresión-ansiedad?»
Asegúrate de estar en un grupo pequeño. La confianza lleva tiempo. Si has estado revisando este
material con un consejero o mentor, el bastón de confianza pronto pasará de esas relaciones más
formales y privadas a relaciones más naturales y auténticas. Las relaciones de ayuda
unidireccionales como tu principal fuente de apoyo y aliento no son saludables a largo plazo. Esto
debe experimentarse en amistades de doble vía.
El lugar principal en la que esto ocurre es en los grupos pequeños. Las lecciones (cognitivas y
emocionales) que Dios te ha enseñado en el curso de este estudio han sido mejoradas, protegidas
y aplicadas en gran parte debido a las relaciones en las que las aprendiste. Esta es la razón por la
que es aconsejable que comiences a conectarte con un grupo pequeño general, si aún no lo estás.
Si necesitas ayuda para identificar qué grupo pequeño sería más adecuado para ti, habla con tu
consejero, mentor o pastor.
Muchos de nuestros líderes de grupos pequeños en The Summit Church han asistido a esta
capacitación sobre «Superar la depresión-ansiedad». Se preocupan por el tema y están
familiarizados con el contenido. Sería completamente a tu discreción compartir con el líder por
116
qué elegiste su grupo.
Aprende la responsabilidad y el estímulo en una escala más amplia. Repasar este material con otra
persona puede ser la primera vez que experimentes responsabilidad y aliento cristiano continuo.
La rendición de cuentas no es solo para las luchas que dominan la vida, es parte de la definición
de Dios para «saludable». Las personas que no tienen relaciones en las que sean honestos acerca
de sus luchas, que busquen responsabilidad y aliento, son personas que se están volviendo «poco
saludables».
A medida que pasas de una relación de asesoramiento o tutoría centrada principalmente en la
depresión y la ansiedad a un grupo pequeño general, es posible que te preguntes cómo será la
rendición de cuentas y el estímulo ahora. Los siete puntos a continuación están destinados a
guiarte en el tipo de relaciones que buscas formar con tu grupo pequeño.
1. Voluntaria: la rendición de cuentas no es algo que debas hacer; es algo que haces. Debes
abrirte para beneficiarte de la relación. Espero que la experiencia positiva que has tenido
al leer este material te aliente a permanecer transparente y vulnerable.
2. De confianza: la(s) otra(s) persona(s) es alguien en quien tú confías, admiras su carácter y
crees que tiene buen juicio. Te alentamos a unirte a un grupo pequeño ahora para que
puedas generar esta confianza antes de graduarte de tu relación formal de consejería o
tutoría.
3. Mutuo: las relaciones que son unilaterales tienden a ser de corta duración. En el grupo
pequeño escucharás las debilidades y luchas de los demás mientras compartes las tuyas.
Ayudarás a llevar sus cargas como ellos te ayudaran a llevar las tuyas (Gálatas 6:1-2).
4. Programada: la rendición de cuentas que no está programada tiende a desvanecerse. Esta
es la razón por la cual los grupos pequeños que se reúnen semanalmente son ideales para
que ocurra la rendición de cuentas. Todos saben cuándo reunirse y tienen una
expectativa compartida sobre cómo comenzarán las conversaciones sobre rendición de
cuentas.
5. Relacional: queremos que el crecimiento espiritual se convierta en un estilo de vida, no
en un evento. Esto significa que invitamos a la rendición de cuentas a ser parte de
nuestras conversaciones regulares, no solo algo que hacemos en una reunión semanal.
Debería significar que hay momentos en los que estamos rindiendo cuentas y no nos
damos cuenta.
6. Integral: la rendición de cuentas que se fija exclusivamente en un tema tiende a volverse
repetitiva y a desvanecerse. También tiende a reducir el «éxito» de confiar en Dios en una
sola área de la vida.
7. Alentadora: con demasiada frecuencia, la frase «rendición de cuentas» tiene la
connotación de «caza del pecado». Cuando ese es el caso, solo se percibe que la rendición
está «funcionando» cuando es negativa. Sin embargo, la rendición de cuentas que
perdura debe celebrar el crecimiento del carácter tan fervientemente como funciona con
las recaídas. Esto significa hacerse preguntas sobre el desánimo además de preguntas
sobre las tentaciones.
117
Ten un plan para el estudio futuro. Avanzas. Retrocedes. Desde hace algún tiempo, has sido parte
de un proceso intencional y estructurado. Si dejas esa estructura, sin un plan continuo para
profundizar tu comprensión y aplicación de las Escrituras a las luchas de la vida, retrocederás.
Efesios 5:15-16 nos llama a la intencionalidad debido al reconocimiento de que el tiempo menos
la dirección es igual a descomposición, no a curación.

El capítulo siete de este estudio hizo referencia a muchos recursos que serían beneficiosos para ti.
Sin duda, varios de ellos te sonaron interesantes. Regresa e identifica el que crees que te
beneficiaría más con su lectura. Si no puedes identificar uno que se destaque, se recomienda que
estudies «Identidad y confianza» como un recurso que te ayudará a consolidar tu progreso.

Todo este estudio ha estado lleno de estudios bíblicos devocionales. Si no te has tomado el tiempo
de leer los pasajes y reflexionar sobre los pensamientos y preguntas, considera usarlos como una
guía para la lectura diaria de la Biblia. Esta será una forma de reforzar lo que has aprendido en
este estudio y consolidar aún más la base bíblica de lo que has aprendido.

Haz un plan de transición formal. Escribe tu plan de transición.


• Enumera las cosas que deben estar en su lugar antes de «graduarte» de tu relación
formal de consejería o tutoría.
• Haz una lista de las prácticas importantes que has comenzado en este estudio y que
deberás mantener. Escribe cuáles serían las «banderas amarillas» (no esperes a las
rojas) que deberías considerar seriamente si aparecen.
Revisa tu plan con tu consejero o mentor. Escucha su opinión sobre lo que debe agregarse al plan.
En consulta con ellos, decide qué aspectos de esa lista deben incluirse en la conversación de
rendición de cuentas con tu nuevo grupo pequeño antes de graduarte.

118
Conversaciones de ánimo (PERSEVERAR):
Con cada paso, te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más a que te las haga abiertamente
y así pueda conocerte y alentarte en el proceso de duelo y dolor.
• ¿Cuáles de las características de la «nueva normalidad» ya has comenzado a ver en tu vida?
• ¿Cuáles son las mayores diferencias en la forma en que entiendes la historia de tu vida
ahora?
• ¿Qué elementos de un plan de transición sabio no existen actualmente? ¿Qué pasos
necesitas tomar?
• ¿Qué tan bien te estás cuidando a ti mismo en las formas recomendadas en el capítulo
uno?
Con cada paso, te recomendamos confiar al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento a tu
compañero de ánimo.
• ________________________________________________________________________
• ________________________________________________________________________

119
Capítulo 9
«Después de la depresión-ansiedad, ¿ahora qué?»
EJERCIENDO MAYORDOMÍA en toda mi vida para la gloria de Dios

«Dios me ha mostrado inmensa gracia; esa gracia que es mucho más grande que mi
depresión y ansiedad. Estoy aprendiendo lo que significa vivir una vida con una nueva
identidad en Cristo. Esto me ha llevado a preguntarme cómo puedo ser un conducto de la
gracia de Dios para otros.
Mientras he buscado de Dios, he examinado mi vida y consultado con otros creyentes Yo
creo que así (describe) es como se ve para mí ejercer mayordomía en la gracia que Dios me
ha dado.»

Memoriza: 1 Pedro 4:19 (NBLA). «Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien.» Mientras memorizas este pasaje,
reflexiona en los siguientes puntos clave:
• «Los que sufren» ̶ Este pasaje se aplicará a cada persona muchas veces a lo largo de
su vida.
• «Voluntad de Dios» ̶ Esperamos que en este momento de tu jornada, puedas leer
esta frase sin creer que la voluntad de Dios es un castigo.
• «Encomienden sus almas» ̶ La vida es una elección entre encomendar tu alma a Dios
o protegerte a ti mismo.
• «Al fiel Creador» ̶ Si para este punto del estudio, ya encomendaste tu alma a Dios,
entonces seguro tendrás muchas evidencias de Su fidelidad.
• «Haciendo el bien» ̶ Si no tienes un sentido de retribución como una misión que
cumplir, el sufrimiento drenará la vitalidad que necesitas para comprometerte con la
vida.
Notas de enseñanza
Ser mayordomo de cualquier cosa significa que será usada para el propósito que Dios le dio.
Es importante recordar que estás siendo mayordomo de tu vida, no específicamente de tu
pecado.
«Lo raro es que el temor y la ansiedad están huyendo de algo, pero no saben hacia dónde
dirigirse. Conocen el peligro, pero no saben dónde encontrar paz y descanso (p.63)… Es como
si el temor necesitara ser reemplazado en nuestras vidas, y es reemplazado con una pregunta
sencilla: ¿qué quiere mi Padre, el Rey, que yo haga ahora? (p.241)… La meta no es tanto el
alivio de la ansiedad como la búsqueda de los propósitos de Dios. Si los caminos de Dios
significan un aumento en el miedo y la ansiedad, que así sea, pero, por supuesto, lo contrario
es lo que es cierto. Conforme aplicamos el evangelio de paz, conoceremos la paz (p. 295-
296).» Ed Welch en Running Scared (traducido como «Corriendo asustado»)

120
«Nunca seremos transformados en una persona diferente, pero podemos, con la ayuda de
Dios, convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, que es la persona que Él creó
para que fuéramos.» Leslie Vernick en Lord, I Just Want to Be Happy (traducido como «Señor,
yo sólo quiero ser feliz»)
«Si estás esperando ser enseñado por esto, puedes esperar que la depresión sea un buen
maestro. Eso no significa que deberías buscarla, y ciertamente tampoco significa que no
deberías intentar aliviarla. Pero la mayoría de la gente que esperaba ser enseñada por el
sufrimiento, ve hacia atrás y está agradecida.» Ed Welch en Depression, A Stubborn Darkness
(traducido como «Depresión, una oscuridad obstinada»)

Aplicación personal
Sería fácil desear que este estudio, como esta etapa en tu vida, simplemente terminaran.
Pero este estudio, como tu vida, tiene al menos un capítulo más (y varios apéndices) por
delante. Cuando te esfuerzas mucho, como seguramente lo has hecho, en pasar a través de
algo, puede ser fácil olvidar de que hay algo más adelante. El hecho de que Dios te ha traído
hasta este punto, debería ser evidencia suficiente de que Él tiene más para ti y más para
hacer a través de ti.

Tú escribirás la mayoría de este capítulo, pues es en tu vida en la que estás ejerciendo


mayordomía para la gloria de Dios. Nadie más que tú puede escribir este capítulo. Te damos
nueve preguntas a través de las cuales evalúes tu vida y determines dónde quiere Dios que
le sirvas ahora y dónde quiere Él prepararte para que le sirvas en el futuro.

Lee Lucas 11:24-26. Esta es una terrible advertencia acerca de usar el sufrimiento como
consuelo cuando ese consuelo no resulta en servir a los propósitos que Dios tiene para tu
vida. El consuelo por sí mismo no satisface el corazón humano. Cuando falta una misión, la
vida no tiene propósito. Esta falta de propósito, a menudo se experimenta como depresión.
Cuando la depresión se establece después de hacer todo lo que sabes para procesar un reto
de vida en particular, empiezas a pensar que no hay esperanza. Si pierdes la esperanza,
entonces verdaderamente tu estado final es peor que el primero.

Lee Efesios 2:8-10. En este estudio has viajado a través del evangelio (v.8-9) hasta las buenas
obras (v.10). Los nueve pasos son solamente el evangelio en cámara lenta. No es que ahora
121
te salgas del evangelio para hacer buenas obras, sino que cultivas los frutos del evangelio.
Pablo decía que hay buenas obras que Dios ha preparado para cada creyente y deben definir
su vida diaria (andar en ellas) (v.10). Esto debería darte la esperanza para las preguntas que
te serán hechas en este capítulo. Tienes la confianza que viene de las promesas en las
Escritura, que Dios ha diseñado para tu vida y quiere que sepas cuáles son.

Mientras lees las respuestas a las nueve preguntas, recuerda la paciencia y el tiempo de Dios.
Habrá algunos aspectos del diseño de Dios con los que podrás comprometerte de inmediato.
Pero también habrá maneras en que quieras servirle a Dios que requerirán que madures más
o que estés mejor equipado antes de estar preparado para llevarlas a cabo. Lo principal es
que comiences a tener una visión para la vida que involucre ser un siervo de Dios, activo y
comprometido con esa visión para la que actualmente estás equipado.

1. ¿Estoy dispuesto a comprometer mi vida a lo que sea que Dios me pida? Si tu respuesta
es «no», no puedes continuar, ya que perjudicará las respuestas que das a las preguntas
subsecuentes. No te pierdas en la culpa o finjas que tu respuesta es «sí» (ambas respuestas
te llevarán de regreso al pecado). En lugar de eso, identifica los obstáculos. ¿Qué aspecto de
tu historia de sufrimiento hace que este sacrificio parezca muy arriesgado (capítulo cuatro)?

¿Hay algunas cosas específicas que creas que Dios te está pidiendo? Asegúrate de registrar
tus pensamientos en esta pregunta antes de reflexionar en las preguntas siguientes.

2. ¿He descuidado roles en los que Dios me ha puesto? La primera parte de ser un buen
mayordomo de tu propia vida es realizar tu rol primario con excelencia. Cuando Pablo dice
en Efesios 5:17 que debemos entender cuál es la voluntad del Señor, continúa describiendo
el diseño de Dios sobre los principales roles de vida (cónyuge, padre, hijo y trabajador en
5:22-6:9).

3. ¿Cuáles son mis dones espirituales? La mayordomía de tu vida para la gloria de Dios
involucra que utilices los dones espirituales que Dios te ha dado. Dones espirituales dados
por Dios que coincidan con el llamado que Él ha puesto en la vida individual de cada uno. Lee
Romanos 12:1-8 y 1 Corintios 12:1-30. Si necesitas más ayuda discerniendo esto, habla con
un pastor para hacer un inventario de dones espirituales.

122
4. ¿Por qué grupo de personas (edad, problema, carrera, etnia, etc.) tengo carga? Desde el
pacto más antiguo de Dios con Su pueblo, Su intención era bendecirte para que pudieras
bendecir a otros (Génesis 12:2). Al invertir tu vida en aquellos por los que tienes carga, te
permite tener otra mentalidad y encontrar alegría en eso.

5. ¿Qué es lo que me apasiona? En este punto de la evaluación de mayordomía, puedes ver


el Salmo 37:3-8 cumplirse en tu vida. Hay un nivel de vulnerabilidad involucrado en ser
apasionado otra vez, pero permítete expresar fe en Dios a través de esta vulnerabilidad y
busca la vida que Él tiene para ti.

6. ¿Con qué habilidades o talentos me ha bendecido Dios? Estos no tienen que ser dones
espirituales. Lee la increíble descripción de habilidades que Dios le dio a Bezalel y cómo usó
esas habilidades para servir a Dios (Éxodo 3:1-11). Piensa qué habilidades y experiencias has
acumulado en tu vida.

7. ¿Cuáles son mis experiencias de vida únicas? Debes enlistar tanto tus experiencias
placenteras como las que no lo son. A veces puedes ser tentado a pensar que Dios solamente
puede usar las experiencias buenas o espirituales de tu vida. Dios se alegra de usar tus éxitos
(Mateo 5:16), pero también se deleita en desplegar Su gracia transformando tus debilidades
para Su gloria (2 Corintios 1:3-5).

8. ¿En qué punto se encuentran mis talentos y pasiones con las necesidades de mi iglesia y
de mi comunidad? Debes buscar que la mayordomía de tu vida esté en cooperación con tu
iglesia local. El camino por el cual Dios bendice y hace madurar a aquellos que le sirven es a
través del Cuerpo de Cristo, la iglesia. Al identificar dónde tus dones, cargas, pasiones y
habilidades se ajustan con o expanden los ministerios de tu iglesia, estás maximizando el
impacto de servicio que puedes tener en aquellos que buscas bendecir y te estás
protegiendo del desánimo que viene con el aislamiento.

123
9. ¿Cómo quiere Dios que reúna estas cosas para glorificarlo? Esta no es una pregunta más,
es una pregunta que resume las demás. Vuelve a ver lo que ya has escrito. Habla sobre esto
con amigos cristianos, familia, tu mentor o pastor. Dedica un tiempo de oración para pedirle
a Dios que te dé dirección. Luego comienza a servir de manera que seas mayordomo de tu
vida para la gloria de Dios.

“Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.” Mateo 5:6

Conversaciones de apoyo (MAYORDOMÍA):


Con cada paso te haremos algunas preguntas. Invita a alguien más para que te las haga abiertamente y
te confronte acerca de cualquier contradicción entre tus palabras y tu vida.
• ¿Hay algún cambio necesario que has omitido y te impedirá terminar este estudio?
• ¿Has demostrado un número significativo de características que evidencien «la nueva
normalidad» y que estás listo para terminar?
• ¿Qué tan bien estás cuidando de ti mismo de las maneras recomendadas en el capítulo uno?

124
Apéndice A
Seis pasos para tomar decisiones sabias sobre los
medicamentos psicotrópicos
Nota: Esta entrada es un extracto de un artículo más amplio titulado «Hacia una perspectiva
cristiana de las enfermedades mentales» (Towards a Christian Perspective on Mental Illness,
www.bradhambrick.com/mentalillness). En ese artículo, antes de tratar el tema de los
medicamentos psicotrópicos, se abordaron cuatro preguntas previas:
1. ¿Cómo aprendemos a enmarcar el debate sobre la enfermedad mental de manera
que nos ayude a eliminar nuestros prejuicios personales, que todos tenemos, y de los
que debemos ser conscientes al entrar en esta conversación?
2. ¿Qué es una enfermedad mental? ¿Cómo se utiliza realmente el término y cómo
debería definirse?
3. ¿Cómo podemos señalar si una lucha determinada tiene su origen en causas
biológicas, ambientales o voluntarias, o en una combinación de estas influencias?
4. ¿Cómo se referiría la Escritura a una determinada lucha basada en estas posibles
causas o en esta combinación de influencias?
Después de sentar las bases para intentar responder a estas preguntas, se aborda el tema
de cómo tomar una decisión sabia sobre los medicamentos psicotrópicos. Espero que
disfrutes y te beneficies de este extracto.
--
Comencemos esta discusión colocando la pregunta en la categoría correcta - si un individuo
elige usar medicación psicotrópica en su lucha con la enfermedad mental es una decisión de
sabiduría, no una decisión moral. Si alguien está pensando: «¿Sería malo para mí considerar
la medicación? ¿Es signo de una fe débil? ¿Estoy tomando un atajo en mi caminar con Dios?»,
se está haciendo preguntas importantes (el uso potencial de la medicación), pero las está
colocando en la categoría equivocada (moralidad en lugar de sabiduría).1
Sería mejor preguntar:
• ¿Cómo puedo determinar si la medicación sería una buena opción para mí y mi lucha?
• ¿Qué tipo de alivio debo esperar que me proporcione la medicación y qué
responsabilidades seguiría asumiendo?
• ¿Cómo puedo determinar si el alivio que recibo justifica los efectos secundarios que
puedo experimentar?
• ¿Cómo puedo determinar la duración del tiempo inicial en que debo estar bajo
medicación?

1
Para entender más sobre la elección de medicamentos psicotrópicos como un dilema de sabiduría, se
recomienda la charla «Understanding Psychiatric Treatments» por Michael Emlet MD en la conferencia CCEF
2011 sobre «Psychiatric Disorders» que puedes encontrar en http://www.ccef.org/understanding-psychiatric-
treatments.

125
Para responder a este tipo de preguntas, recomiendo un proceso de seis pasos. Este proceso,
en la mayoría de los casos, llevará seis meses o más en completarse. Pero, a menudo, los
médicos y los pacientes tardan muchos meses en llegar a la opción de medicación más eficaz,
por lo que, este proceso no alarga la duración normal de la búsqueda de un tratamiento
médico satisfactorio.
Disponer de un proceso intencionado es mucho más eficaz que tomar decisiones
reaccionarias cuando el dolor emocional (tomar los medicamentos) o los efectos secundarios
desagradables (dejar los medicamentos) te empujan a «querer hacer algo diferente». Con
un proceso establecido es mucho más probable que lo que se lleve a cabo proporcione la
información necesaria para tomar decisiones importantes sobre la continuación o el cese de
la medicación.
Prefacio: Este proceso de seis pasos asume que el individuo que está considerando la
medicación no es una amenaza para sí mismo, no es una amenaza para otros y es capaz de
cumplir con las responsabilidades básicas de la vida relacionadas con su cuidado personal, la
familia, la escuela y el trabajo. Si este no es el caso, se justificaría una intervención médica
más rápida o una atención residencial.
Si no estás seguro de tu funcionamiento o el de un amigo, comienza con una consulta médica
o una relación de consejería. Si deseas pasar más tiempo con tu médico del que en una visita
de diagnóstico y prescripción, entonces pregunta al recepcionista si puedes programar un
tiempo prolongado con tu médico para consultar sobre tus síntomas y opciones.
Primer paso - Evaluar la vida y la lucha
La mayoría de las luchas conocidas como enfermedades mentales no tienen una prueba de
fluidos corporales (es decir, sangre, saliva u orina) para verificar su presencia. No conocemos
un «rango normal» para los neurotransmisores como lo hacemos para el colesterol. La
actividad del cerebro es demasiado dinámica para que este tipo de prueba numérica sea
sencilla de obtener. Conseguir muestras de fluido neurológico sería muy intrusivo y más
traumático de lo que sería beneficiosa la información. Los escaneos cerebrales no son
rentables actualmente para este tipo de exploración médica y todavía no pueden darnos la
diferenciación de neurotransmisores que necesitaríamos.
Por estas razones, el diagnóstico para determinar si una enfermedad mental tiene una causa
biológica es actualmente un diagnóstico por eliminación en la mayoría de los casos. Sin
embargo, una parte importante de esta evaluación inicial debería ser una visita a tu médico
de cabecera. En esta visita tú debes:
• Describir claramente las luchas/síntomas que estás experimentando.
• Describir cuándo comenzó cada lucha/síntoma.
• Describir la gravedad actual de cada lucha/síntoma y cómo se desarrolló.

Mientras te preparas para esta visita médica, sería importante también considerar:
• ¿Qué acontecimientos de vida importantes, transiciones o factores de estrés se
produjeron alrededor del momento en que comenzó tu lucha?

126
• ¿Cuál es el nivel de interferencia en la vida que estás experimentando como resultado
de tu lucha?
• ¿Qué estilo de vida de cambios relacionales tendría un impacto significativo en la
lucha que estás enfrentando?

Segundo paso: hacer los cambios no médicos necesarios


La medicación nunca nos hará más sanos de lo que nos permiten nuestras decisiones
actuales. Nuestro estilo de vida es el «techo» de nuestra salud mental; nunca seremos más
felices de lo que nos permiten nuestras creencias y decisiones. La medicación puede corregir
algunas causas biológicas y disminuir el impacto de las causas ambientales en nuestras
luchas. Pero la medicación no puede elevar nuestro «potencial de salud mental» por encima
de lo que nuestro estilo de vida permite.
Con demasiada frecuencia queremos que la medicación transforme nuestras elecciones de
vida poco saludables de la misma manera que esperamos que un multivitamínico transforme
nuestra dieta poco saludable. Suponemos que el primer paso para sentirnos mejor es recibir
un diagnóstico y una receta. Este puede ser el caso, y no hay que avergonzarse si lo es, pero
no tiene por qué ser la suposición que nos guíe.
Analiza los cambios en el estilo de vida, las creencias y las relaciones que requerirían tu
evaluación en el primer paso. Si hay decisiones que podrías tomar para reducir la intensidad
de tu lucha, ¿estás dispuesto a hacerlas? Sin duda, estos cambios serán difíciles, o ya los
habrías hecho. Pero son esenciales si quieres utilizar la medicación de forma sabia.
A medida que identificas estos cambios, evalúa las áreas del sueño, la dieta y el ejercicio. El
sueño es vital para reponer el cerebro. La dieta es el principio de la química cerebral: nuestro
cuerpo sólo puede crear neurotransmisores a partir de la nutrición que le proporcionamos.
El ejercicio, especialmente el cardiovascular, tiene muchos beneficios para contrarrestar la
respuesta biológica al estrés (un factor principal que contribuye a la mala salud mental). Tu
primera «receta» debería ser ocho horas de sueño, una dieta equilibrada y rica en
antioxidantes, y ejercicio cardiovascular durante al menos treinta minutos, tres días a la
semana. 2
Un indicador clave para saber si estamos utilizando la medicación psicotrópica de forma
sabia es si estamos (a) utilizando la medicación como una herramienta para ayudarnos a
realizar los cambios necesarios en el estilo de vida y en las relaciones, o (b) si utilizamos la
medicación como una alternativa a tener que realizar estos cambios. La «opción A» es sabia.
2
Guía adicional sobre este tipo de «higiene de vida» en www.bradhambrick.com/burnout.

127
La «opción B» da lugar a una sobre-medicación o a la sensación de que «la medicación
tampoco ha funcionado», ya que, continuamente tratamos de compensar médicamente el
descuido voluntario de nuestra salud mental.
Tercer paso: determinar la línea de base no medicada para su estado de ánimo y su
funcionamiento de la vida
Este es un paso importante y, a menudo, descuidado. Cualquier medicación va a tener
efectos secundarios. La razón más frecuente por la que la gente deja de tomar
medicamentos psicotrópicos, aparte del costo, es por sus efectos secundarios.
Si no tenemos cuidado, simplemente vamos a querer sentirnos mejor que «ahora».
Inicialmente «ahora» será cómo nos sentimos sin medicación. Más tarde, «ahora» será cómo
nos sentimos con los efectos secundarios de la medicación. Para evitar este ciclo
interminable necesitamos tener una línea de base de cómo nos sentimos cuando vivimos
óptimamente sin medicación.
Una de las razones que se postulan para explicar por qué los placebos suelen tener un efecto
tan beneficioso como la medicación psicotrópica es la ausencia de efectos secundarios.
Quienes toman un placebo obtienen todos los beneficios de la esperanza (hacer algo que
esperan que mejore su vida) sin ningún efecto secundario desagradable. Obtener la línea de
base de cómo va la vida cuando simplemente se practica una «buena higiene mental» es una
forma importante de tener en cuenta este efecto.
«A medida que practico la medicina estos días, mi primera pregunta cuando un
paciente viene con un nuevo problema no es qué nueva enfermedad tiene. Ahora me
pregunto qué efectos secundarios está teniendo y qué medicamento lo está
causando (p. 191).» Charles Hodges, M.D. en Good Mood Bad Mood (traducido como
«De buen humor de mal humor»).
Hay otro beneficio del tercer paso que a menudo se pasa por alto. Con frecuencia, la gente
se toma en serio la idea de vivir de forma más saludable al mismo tiempo que la vida se ha
vuelto lo suficientemente dura como para empezar a tomar la medicación. Esto introduce
dos intervenciones (la medicación y las nuevas prácticas de vida), tal vez tres o cuatro (a
menudo la gente también empieza a recibir asesoramiento o a ser más abierta con los
amigos que ofrecen atención y apoyo), al mismo tiempo. Resulta muy difícil discernir qué
intervención explica sus mejoras.
Escribir las respuestas a estas preguntas te ayudará a discernir si necesitas pasar al cuarto
paso y hacer la evaluación necesaria en el quinto paso.
• ¿Cuáles fueron las dificultades que inicialmente me hicieron pensar que podría
beneficiarme de la medicación?
• ¿Qué intensidad tenían estas luchas y cómo se manifestaron?
• ¿Qué cambios hice en mi estilo de vida y en mis relaciones para aliviar estas
dificultades?
• ¿En qué medida fui capaz de realizar los cambios necesarios?
• ¿En qué medida los cambios en el estilo de vida y en las relaciones aliviaron mis
problemas?
• ¿Cómo preveo que la medicación me ayudará a ser más eficaz en estos cambios?

128
Cuarto paso: iniciar un ensayo de medicación
Si tus luchas persisten hasta un grado que está perjudicando tu funcionamiento diario,
entonces debes buscar un médico o psiquiatra para que te asesore sobre las opciones
médicas. Durante esta conversación considera la posibilidad de hacer a tu médico las
siguientes preguntas:
• ¿Cuáles son las diferentes opciones de medicación disponibles para la lucha a la que
me enfrento?
• ¿Qué hace cada medicamento que repercute en esta lucha?
• ¿Cuáles son los efectos secundarios más comunes de cada medicamento?
• ¿Cuánto tiempo tarda esta medicación en hacer efecto completamente?
• Si decido dejar esta medicación, ¿cuál es el proceso para hacerlo?
• ¿Cuáles han sido las afirmaciones y quejas más comunes de otros pacientes que
toman esta medicación?
Estas preguntas deberían ayudarte a trabajar con tu médico para determinar qué medicación
sería la mejor para ti. Recuerda que tienes voz en este proceso y debes tratar de ser un
consumidor informado de tu tratamiento médico; de la misma manera que lo harías con
cualquier otro producto o servicio que adquieres.
En esta consulta también puedes decidir el periodo de tiempo inicial durante el cual seguirás
tomando la medicación (a menos que experimentes un efecto secundario importante de la
medicación). Para determinar este periodo de tiempo, deberás tener en cuenta lo siguiente:
• Tu médico o psiquiatra hará recomendaciones basadas en factores adicionales no
considerados en este artículo
• Un mínimo de al menos el doble del tiempo que tarda la medicación en alcanzar su
efecto completo
• Los factores estresantes de la vida que previsiblemente surgirán durante este periodo
de prueba (por ejemplo, la planificación de una boda)
• El tiempo que tomaría realizar y consolidar los cambios que eran difíciles de hacer sin
la medicación (Véase el tercer paso)
Una vez que determines este periodo de tiempo, tu objetivo es continuar implementando
los cambios que comenzaste en el tercer paso mientras monitoreas (a) el nivel de progreso
en tu área de lucha y (b) cualquier efecto secundario de la medicación.
Paso cinco - Evaluar el nivel de progreso frente a los efectos secundarios de la medicación
Cerca del final del periodo de prueba, debes volver a las preguntas de evaluación de vida que
respondiste al final del tercer paso. Compara cómo puedes disfrutar y participar en la vida
en este momento con tus respuestas de entonces. Las preguntas que debes hacer son las
siguientes:
• ¿Qué beneficios has observado mientras tomabas la medicación?
• ¿Qué efectos secundarios has experimentado?
129
• ¿Existen razones para creer que tu mejora constante depende del uso continuo de la
medicación?
• ¿Los efectos secundarios de la medicación son compensados por el beneficio que
proporciona?
Cuanto más específico seas en tus respuestas al final del tercer paso, más fácil será evaluar
tu experiencia al final del quinto paso. En este punto, intenta no estar ni a favor ni en contra
de la medicación. Tu objetivo es vivir una vida tan plena y agradable como sea posible. No es
mejor ni peor que la medicación sea o no parte de esa vida óptima.
Sexto paso - Determinar si se sigue tomando la medicación
En este punto del proceso hay varias opciones disponibles para ti; esto es más que una
decisión de sí o no. Pero cualquier opción debe ser decidida en consulta con tu médico de
cabecera o psiquiatra. Puedes decidir:
• Seguir con la medicación porque los efectos son beneficiosos y los efectos
secundarios son mínimos o valen la pena.
• Optar por dejar la medicación porque los beneficios son mínimos o los efectos
secundarios son peores que los beneficios.
• Dejar de tomar la medicación para ver si el progreso que has hecho se puede
mantener sin la medicación; sabiendo que eres libre de reanudar la medicación, sin
ninguna sensación de fracaso, incluso si no lo haces.
• Optar por probar una medicación diferente durante otro periodo de tiempo
determinado, basándose en lo que hayas aprendido de la experiencia inicial.
Independientemente de lo que elijas, al seguir este proceso puedes tener la seguridad de
que estás tomando una decisión informada sobre cuál es la mejor opción para ti.

130
Apéndice B
Compromiso con la Vida
Yo, _____________________________________________ (nombre impreso) estoy de
acuerdo con lo siguiente:
1. Una de mis mayores metas es vivir una larga vida con más plenitud y sentido que la
que tengo ahora.
2. Comprendo que el hecho de tener pensamientos suicidas cuando estoy deprimido o
molesto me impide alcanzar esta meta, y quiero superar esta tendencia.
3. Como parte de mi compromiso con la vida, me comprometo a (poner mis iniciales
en los espacios en blanco que correspondan):

_____ Programar y asistir a una cita con el ministerio de consejería de la


iglesia.
_____ No ponerme en situaciones en las que vaya a estar solo(a).
_____ Quitar de mi acceso directo objetos con los que podría hacerme daño.
_____ Abstenerme de consumir alcohol, drogas u otras sustancias que
alteren el estado de ánimo.
_____ Distanciarme de las situaciones/personas que tienden a desencadenar
mi desesperación (lista abajo).


_____ Otro:
_______________________________________________________
_____ Otro:
_______________________________________________________

4. Si en algún momento me siento incapaz de resistir los pensamientos o impulsos


suicidas, me comprometo a llamar
a__________________________________________(nombre) al (_______)
________ - ______________ o (_______) ________ - ________________ o ir
directamente al ___________________________________ (hospital o sala de
emergencias)
en_________________________________________________________
(dirección).

131
__________________________________________
Nombre
__________________________________________ ______ / ______ / ______
Firma Fecha

132
Apéndice C
Consejos de Primeros Auxilios
para un amigo suicida
A algunas personas les preocupa tocar el tema del suicidio porque no quieren sembrar ideas
autodestructivas en la mente de una persona abatida. Sin embargo, el riesgo de callar supera
con creces el riesgo de preguntar. Siempre que hables con una persona que parezca
desesperado ̶ uno de los factores clave para predecir el suicidio ̶ pregúntale siempre
directamente: ¿Has pensado en el suicidio? Si la respuesta es sí o tal vez, tómatelo en serio.
No hay necesidad de entrar en pánico, la persona está hablando contigo, por lo que quiere
ayuda y está actualmente a salvo. Tus objetivos principales en esta conversación son obtener
el compromiso de la persona de no suicidarse, asegurarte de que la persona se
responsabiliza y darle esperanza.
Preguntas clave:
1. ¿Has pensado en suicidarte?
2. ¿Tienes un plan sobre cómo te quitarías la vida? (Inciso A)
3. ¿Tienes acceso a las cosas necesarias para llevar a cabo tu plan? (Inciso B)
4. ¿Has empezado a despedirte, a escribir una carta de despedida o a regalar cosas?
(Inciso C)
5. ¿Qué propósito tendría tu muerte (castigar a alguien, aliviar el dolor, llamar la
atención)?
6. ¿Se ha suicidado algún familiar o amigo cercano? (Inciso D)
7. ¿Cuándo vas a estar solo en los próximos días/semanas?
8. ¿Piensas consumir drogas/alcohol próximamente? (Esto exacerba las emociones y
perjudica el juicio).
9. ¿Quién en tu vida puede servirte de apoyo, responsabilidad y ánimo?
10. ¿Qué obstáculo necesitarías superar para que la vida valga la pena?
Señales de advertencia/consideraciones especiales:
A. Es mucho más probable que una persona que tiene un plan cometa realmente
suicidio que alguien que simplemente lo está pensando, aunque ambos deben ser
tomados en serio. La letalidad de su método de elección también eleva el grado de
acción a tomar.
B. Cuando la persona habla de un medio específico («con la pistola que tengo en el cajón
de la cómoda» o «desde el puente de la calle 5») su amenaza debe ser tratada como
un hecho absoluto. Esto significa llamar a los oficiales de la ley y garantizar una
supervisión las 24 horas del día.
C. Una actitud más alegre no es necesariamente un signo de mejora. A menudo,
después de que la persona haya finalizado su plan para suicidarse, se sienten aliviados
de haber tomado una decisión. De nuevo, el mejor procedimiento es hacer preguntas
directas y mantener la supervisión.
133
D. Tener un familiar o amigo cercano que se haya suicidado elimina gran parte del tabú
del acto. Una persona que ha pasado por el proceso antes puede no estar tan
asustada por la idea del suicidio.
E. Si tienes alguna duda, asegúrate de que la persona firme el contrato de vida (ver
adjunto). Permite que la persona se aferre a tu esperanza hasta que pueda ver que
hay una razón para vivir. Hazle saber que te importa demasiado como para dejarlo(a)
morir.
Esperanza/Acción bíblica:
Job 3 ̶ La Biblia habla vívidamente de las emociones y pensamientos que estás
experimentando. Dios no es ignorante de estos asuntos. Se preocupa lo suficiente
como para darte palabras para estos tiempos oscuros (ver también Salmo 44:9-26 y
88).
Salmo 23:4 ̶ El creyente puede estar seguro de la presencia de Dios en los momentos
más oscuros.
1 Corintios 10:13 ̶ Dios promete darte una razón para TENER ESPERANZA. Hay una
manera de salir de tus circunstancias además del suicidio. Dios promete darte la
capacidad para soportar esta dificultad.

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Apéndice D
¿Qué hago ahora?
Una de las consignas de este ministerio de consejería es: No hacemos eventos; creamos
recursos. Eso significa que deberías estar preguntándote: «qué puedo o debo hacer con esta
información ahora?»

Hemos creado una serie de videos cortos (en inglés) que responden a la pregunta de «y ahora
qué» desde diferentes perspectivas. Cada uno de ellos los puedes encontrar en:

www.bradhambrick.com/whatnow

Estudio personal o en grupo pequeño

Pregunta: Estuve en varios seminarios de consejería y me di cuenta de que al parecer


hay una diferencia. Con frecuencia recomiendan estudiarlos en grupos pequeños o
con un amigo. Me parece una gran idea, pero como no lo he hecho antes, no estoy
muy seguro de cómo empezar algo así. ¿Me podrías orientar?

Buscar consejería personal

Pregunta: Después de asistir a este seminario, me di cuenta de que me gustaría


recibir consejería para ayudarme a crecer en esta área. Al parecer tienen disponibles
varias opciones. ¿Me puedes explicar cuáles son y cómo podría conectarme con el
que mejor se ajuste a mi necesidad?

Aprovechando al máximo mi lugar de trabajo

Pregunta: Escuché rumores de que se supone que puedo usar los seminarios de
consejería para aprovechar mi lugar de trabajo para la influencia del evangelio. Mi
primera impresión es que está fuera de lugar y que parece intrusivo; ¿cómo le digo a
la gente que tiene problemas o que necesita ayuda? Pero también me preocupa
mostrar material cristiano que pueda ser ofensivo para algunas personas que visitan
mi lugar de trabajo. Sin embargo, me gustaría escuchar lo que tienen que decir.
¿Cómo funcionaría esto?

Como consejero profesional

Pregunta: Soy un consejero autorizado y me encontré con estos seminarios de


consejería. Estoy emocionado de ver la iglesia abordando este tipo de temas, y tengo
curiosidad por saber cómo podrían ver a alguien en mi posición utilizando los
materiales. Puedo verme recomendando estos seminarios a mis pacientes que están
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dispuestos a escuchar un punto de vista abiertamente cristiano en ese aspecto de su
consejería, pero parece que podría haber más usos que simplemente labores de
consejería. ¿Podrías compartir tus pensamientos acerca de cómo los que trabajamos
en la práctica privada podemos utilizar estos recursos?

Nuestro objetivo en la consejería es (1) equipar a la iglesia para que se cuiden unos a otros y
a nuestra comunidad con excelencia; (2) brindar servicios de asesoramiento de calidad que
permitan a nuestra gente involucrarse en la vida de los demás con confianza ̶ saber que hay
atención adicional y experimentada disponible para acompañarlos si es necesario; y (3) crear
espacios para nuestros miembros y otros cristianos de nuestra comunidad para aprovechar
su lugar de trabajo y carreras para un mayor impacto del evangelio en sus esferas de
influencia.

Esperamos que este seminario y estos videos te brinden una visión de cómo esto puede
suceder y despierte la pasión en ti para ser parte de la obra de Dios de redimir y restaurar a
las personas y familias heridas.

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