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ACTIVIDADES DE PROMOCIÓN Y

PREVENCIÓN EN EL ADULTO MAYOR.


PROMOCIÓN DE LA SALUD

3 DE MARZO DE 2022
PAOLA MISHAELLE VELASCO CANO 3-“B”
UNIVERSIDAD INTERCULTURAL DE CHIAPAS
Debe llevarse a cabo con respeto, referirse al paciente por su nombre,
sentarse y hacer contacto visual con él.
Evitar la infantilización del anciano, ya que no se comporta como tal, pues
tiene una historia de vida.
No gritarle dando por hecho que no oye.
Utilizar lenguaje que el adulto mayor entienda.
No hay fórmulas para la valoración de un adulto mayor esta debe ser
centrada en la persona, hay que reconocer individualidad y heterogeneidad
de este grupo de población.
Tomar en cuenta que no hay un orden ideal ni cada elemento presentado
es necesario para la valoración de todos los adultos mayores, ya que
depende de las necesidades y posibilidades en cada situación.

Durante la entrevista se recomienda un ambiente adecuado que facilite la empatía


entre médico y paciente, se debe evitar emitir juicios de valor, otorgar respeto y
privacidad, garantizando confidencialidad, sin realizar actos de presión o coerción
para responder las preguntas, así como tener una visión adecuada de los factores
de riesgo para poder detectarlos.

Se recomienda mantener contacto visual con el paciente, tono de voz audible y


suave, no juzgar, no culpar y procurar que no haya interrupciones.

En caso de que el usuario no esté en condiciones de responder durante la


entrevista, el prestador de servicios de salud se dirigirá, en su caso, a su
acompañante, sin perder de vista que pudiera ser el probable agresor. Cuando la
imposibilidad de la o el usuario se deba al desconocimiento o manejo deficiente
del español, deberá contar con el apoyo de un traductor.

En la entrevista inicial se debe considerar las manifestaciones del maltrato físico,


psicológico, sexual, económico o abandono, los posibles factores
desencadenantes del mismo y una valoración del grado de riesgo en que viven los
afectados por esta situación.

Se recomienda realizar una historia clínica completa y agregar una valoración


geriátrica integral haciendo énfasis en los principales factores de riesgo
relacionados con el maltrato además de una exploración física (hallazgos físicos
compatibles con maltrato).

Se debe registrar en el expediente clínico en forma detallada, clara y precisa, los


datos obtenidos de la entrevista y el examen físico del paciente afectado por
maltrato, incluyendo:

Nombre del afectado.


Tiempo que refiere de vivir en situación de violencia.
Estado físico y mental que se deriva del examen y la entrevista.
Descripción minuciosa de lesiones o daños relacionados con el maltrato.
Causas probables que las originaron.
Procedimientos diagnósticos efectuados.
Diagnóstico.
Tratamiento médico y la orientación que se proporcionó por parte del personal de
Trabajo social.
En su caso, los datos de la o las personas que menciona como los probables
responsables. Todo ello a fin de establecer la relación causal del maltrato del
paciente involucrado, considerando los posibles diagnósticos diferenciales.

Para la detección de los casos en pacientes ambulatorios u hospitalarios, la


Secretaría de Salud a través de la Norma Oficial NOM-046-SSA2-2005, “Criterios
para la prevención y atención de la violencia familiar, sexual y contra mujeres” y la
Asociación Médica Americana (AMA) recomiendan que los prestadores de
servicios de salud realicen un tamizaje de manera rutinaria a los ancianos con
preguntas directas acerca del maltrato.

Deberá investigarse el estado funcional, cognición y problemas psicológicos,


mediante las siguientes escalas:

Escala de Barthel que evalúa actividades básicas de la vida diaria.


Escala de Lawton y Brody que evalúa actividades instrumentales de la vida diaria.
Escala geriátrica de depresión (GDS) de Yesavage
Examen Mini-mental de Folstein que evalúa deterioro cognoscitivo.
Escala para evaluar la sobrecarga del cuidador de Zarit

Dentro de la detección inicial se recomienda una búsqueda de antecedentes con


un interrogatorio dirigido a solas con el paciente, con preguntas de escrutinio para
cada tipo de maltrato.

Se recomienda utilizar el siguiente cuestionario que consta de 9 ítems que


involucran una para maltrato físico, una para maltrato sexual, tres para
psicológico, una para financiero, una para negligencia y dos para abandono.

1. ¿Alguien en casa le ha hecho daño?


2. ¿Alguien le ha tocado sin su consentimiento?
3. ¿Alguien le ha hecho hacer cosas que no quiere hacer?
4. ¿Alguien ha tomado sus cosas sin su consentimiento?
5. ¿Alguien lo ha regañado o amenazado?
6. ¿Ha firmado algún documento sin haberlo leído o entendido su contenido?
7. ¿Le tiene miedo al alguien en casa?
8. ¿Pasa mucho tiempo solo?
9. ¿Alguna vez ha dejado alguien de ayudarlo a cuidarse cuando ha
necesitado ayuda?

Ambas sugieren incluir preguntas en el curso de la consulta ordinaria para detectar


riesgos o signos de maltrato, tratando de identificarlos precozmente a través de la
entrevista y la exploración física, poniendo énfasis en aquellas personas con
factores de riesgo.
Exámenes de laboratorio que deben ser considerados en la evaluación del adulto
mayor con sospecha de maltrato:

 Balance Ureico Nitrogenado (BUN), urea, creatinina y

electrólitos séricos (evalúa deshidratación).

 Biometría hemática completa (anemia).


 Albúmina, perfil de lípidos (evaluación nutricional).
 Análisis toxicológico.
 Niveles séricos disponibles de los medicamentos prescritos.

Los programas de enfermería deben de incluir experiencia clínica con adultos


institucionalizados y enfermos agudos para promover actitudes positivas hacia el
adulto mayor.

Se recomienda crear un ambiente hospitalario que sea amigable para el adulto


mayor contando con las siguientes características:

Integrar e implementar diseños ambientales que permitan la movilidad física, y que


cuenten con ayudas para personas con discapacidad auditiva o visual.
La visión de “cero tolerancia” a la discriminación al adulto mayor debe de ser
apoyada como una estrategia objetiva de la administración del hospital.
Se debe de promover cursos que permitan el conocimiento, habilidades y actitudes
que apoyen la “cero tolerancia” a la discriminación.
Creación de un equipo interdisciplinario en urgencias para identificar a los
pacientes con alto riesgo de complicaciones.
Manejo conjunto de pacientes geriátricos en los servicios de cirugía ortopédica,
cirugía vascular, cirugía cardiaca y cuidados oncológicos.
Un equipo geriátrico especializado en pacientes con problemas de conducta
secundario a delirium o demencia.
Programa de soporte nutricional que incluya la preparación, presentación y
asistencia al momento de la alimentación del adulto mayor.
Un sistema de asistencia personalizada para el adulto mayor para que pueda
navegar los servicios del hospital.

Se recomienda al momento de ofrecer un tratamiento médico o quirúrgico seguir


los siguientes pasos para evitar una discriminación basada en la edad.

Analizar la indicación del tratamiento para determinar si hay alternativas


que confieran menos riesgo.
Determinar el pronóstico de morbimortalidad, de riesgo quirúrgico y de
funcionalidad con instrumentos validados en el adulto mayor.
Determinar el riesgo beneficio de la intervención sobre la supervivencia y la
calidad de vida. Frecuentemente se infravalora el tiempo de vida de un
adulto mayor. El beneficio buscado no solo debe de ser una prolongación
de la vida sino la mejora de la calidad de vida del adulto mayor.
Tomar la opinión del adulto mayor con el consentimiento informado y una
explicación clara de los riesgos y beneficios esperados. En casos de
urgencia o en casos de riesgo para la salud pública la capacidad para
decidir puede ser transferida a los familiares o al personal de salud.

Ante todo, se deben realizar las estrategias de comunicación para facilitar la toma
de decisiones en el caso de un adulto mayor maltratado:

Respetar al adulto mayor y ganar su confianza.


Asegurar la confidencialidad.
Respetar las decisiones del adulto mayor.
Confrontar la resistencia a la intervención, manejar el miedo y entender su
pesimismo.
Investigar si existen ideas de culpabilidad o miedo a la crítica al saberse
maltratado.
Promover la expresión de los sentimientos del maltratado.
Asesoramiento e interacción con el adulto mayor y asegurarle que no se merece el
maltrato.
Expresarle que el personal de salud se preocupa por su bienestar y el riesgo de
lesiones.
Asesoramiento al cuidador, así como transmitirle que es normal que se sienta
sobrecargado ante la situación de dependencia del adulto mayor.
Animar al cuidador a buscar ayuda y apoyo por otros medios.

Se recomiendan los siguientes principios generales de intervención en caso


de maltrato:

Respetar la autonomía del adulto mayor.


Proteger a la víctima en caso de ambiente desfavorable.
Evaluar el riesgo de muerte o de lesión grave para la víctima en caso de
continuar la exposición con el agresor, y si se precisa, realizar una
intervención urgente.
Cuidar la comunicación entre los integrantes del equipo.
Evaluar si el maltrato es secundario a una actuación intencionada por parte
del agresor.
Evitar posiciones anticipadas por el personal que intervenga, o ligar su
actuación a prejuicios.
Evitar la confrontación entre el equipo y los afectados que resulte en una
negación a recibir la atención.
Concientizar al adulto mayor con sospecha de maltrato que se encuentra
en una situación anormal, peligrosa y que tiene solución.
Intentar que el responsable acepte que es parte del problema y de la
solución.
Buscar la colaboración de personas del entorno del adulto mayor (vecinos,
amistades, otros familiares).

Ante situaciones contundentes de maltrato, el equipo interdisciplinario de salud


deberá establecer un plan de actuación integral. Este equipo debe estar formado
preferiblemente por un médico, enfermera, trabajador social y psicólogo, en
coordinación de otros profesionales (asesoría legal, cuerpos de seguridad, etc.).
Se debe acordar con el adulto mayor maltratado un plan de seguimiento con
visitas programadas en la medida de lo posible, además de que el plan de
actuación deberá contemplar la esfera física, psico- afectiva y social del adulto
mayor.

Ante la sospecha del maltrato a un adulto mayor el médico debe de aplicar las tres
R.
• Reconocer:

o Factoresderiesgo.
o Tipodeabuso.
o Signosysíntomasquesugieranposiblemaltrato. o Elmaltratoynuncaignorarlo.

• Responder

o Realizarunavaloraciónclínicaexhaustiva.
o Reunirse con el trabajador social para obtener

mayor orientación.
o Revisar la legislación estatal para determinar el

manejo correcto del caso.

• Reportar

o Se debe de informar al paciente/abusador sobre la intención de reportar.

o Dependiendo del tipo de maltrato establecer si amerita derivar a instancia legal.

o Realizar documentación del caso de manera detallada.

o Involucrar a los organismos locales protectores del adulto mayor maltratado.

Se debe de sobreponer las barreras existentes para que un médico reporte el


maltrato al adulto mayor.

Falta de conocimiento para la detección del maltrato en el adulto mayor.

Uso deficiente de los instrumentos de escrutinio.

Solicitud del paciente de no reportar el abuso.

Miedo a ser demandado.

Desconocimiento de las obligaciones legales del profesional ante el maltrato del


adulto mayor.

Tiempo reducido para el otorgamiento de la consulta médica.


Intervenciones comunes del médico y/o enfermería ante un caso de negligencia
como tipo de maltrato.

Ofrecer apoyo para satisfacer las necesidades del paciente y supervisar la


situación.

En caso de rechazar la ayuda de enfermería ofrecerla de manera regular.

Supervisar al cuidador al momento de atender al adulto mayor y en caso necesario


ofrecer una alternativa de cuidados (unidad de respiro o centro de día).

Cuando no hay mejoría de la situación sugerir la institucionalización del paciente.

Contactar a Trabajo social para dar aviso a las autoridades correspondientes.

Intervenciones comunes del médico y/o enfermería ante un caso de maltra to


financiero.

Ofrecer apoyo al paciente y clarificar opciones de ayuda.

Colaborar con los familiares y el paciente cuando hay capacidad cognoscitiva


disminuida.

Contactar a Trabajo Social para dar aviso a las autoridades correspondientes.

Intervenciones comunes del médico y/o enfermería ante un caso de maltra to


psicológico.

Fortalecer la autoestima del paciente y autonomía para enfrentar a un cuidador


dominante, buscando una solución a la situación.

Ofrecer una alternativa de cuidados (unidad de respiro o centro de día).

Intervenciones comunes del médico y/o enfermería ante un caso de maltra to


sexual.

Iniciar un plan para asegurar la integridad del paciente involucrando en lo posible a


un familiar.

En caso de que el paciente lo solicite apoyar para el cambio de residencia.

Informar siempre al equipo interdisciplinario.

Supervisar al cuidador al otorgar cuidados.

Cuando no exista mejoría por parte del cuidador sugerir la institucionalización.

Contactar a Trabajo social para dar aviso a las autoridades correspondientes.


Estrategias e intervenciones de ayuda al adulto mayor.

1. Evitar el aislamiento social mediante:

Servicios de atención a domicilio.


Centros de día.
Tutela por parte de servicios sociales.

2. Organizar la atención clínica del paciente facilitando medios y simplificando la


medicación.
3. Evaluar la adecuación de la vivienda a las limitaciones del adulto mayor.
4. Valorar la necesidad de institucionalizar al adulto mayor si la familia no puede
garantizar su atención.

Todas las instituciones, dependencias y organizaciones del Sistema Nacional de


Salud deberán otorgar atención médica y social a las personas involucradas en
situación de violencia familiar o maltrato. Además de participar en el diseño,
aplicación y evaluación de los programas de promoción de la salud - educación
para la salud, participación social y participación operativa.

La atención médica-social otorgada a las y los usuarios involucrados en situación


de maltrato deberá ser proporcionada por prestadores de servicios de atención
médica sensibilizados y capacitados.

Los prestadores de servicios de salud, incluidos médicos, trabajo social,


enfermería, asistentes médicos, entre otros, proporcionarán la atención médica,
orientación y consejería a las personas involucrados en situaciones de maltrato,
debiendo referirlos, cuando se requiera, a otros servicios, unidades médicas,
instituciones y organismos con mayor capacidad resolutiva (en caso de requerirlo,
a un refugio), a fin de lograr precisión diagnóstica, continuidad del tratamiento,
rehabilitación o seguridad y protección, así como apoyo legal y psicológico para
los cuales estén facultados.

La intervención de Trabajo Social en caso de maltrato se realiza a través de una


solicitud del médico o de cualquier integrante del equipo de salud (enfermería,
nutrición, asistente médico) quienes deberán informarle el motivo de la derivación,
o en su caso, que el paciente acuda de forma espontánea.

El trabajador social de la salud deberá realizar una valoración emocional del


cuidador primario y del adulto mayor maltratado, así como la identificación del tipo
del maltrato a través del modelo de intervención tradicional (caso).

Como parte de la intervención social para el adulto mayor maltratado y su


cuidador, se recomienda aplicar el Proceso Metodológico de Caso en todas sus
etapas.

Investigación.
Diagnóstico social.

Plan de atención social.

Tratamiento.

Evaluación.

Con el fin de obtener un diagnostico social que apoye la intervención social es


fundamental realizar una entrevista diagnóstica que deberá incluir al menos los
siguientes aspectos:

Datos del paciente/cuidador. (aspectos socio- demográficos).

Datos de la familia (Tipo, redes de apoyo, ciclo, roles, relación familiar, actividades
culturales, entre otros).

Datos de la vivienda (Tenencia, material de construcción, servicios intra y


extradomiciliarios, higiene de vivienda, etc.).

Datos económicos (ingresos, egresos, familiares que aportan al gasto, distribución,


pensión, entre otros).

Para establecer un diagnostico social de colapso del cuidador, se recomienda


realizar las siguientes preguntas al cuidador primario:

 ¿Tiene más de dos años cuidando al adulto mayor?


 ¿Cuántas horas del día destina para el cuidado?
 ¿Es el único cuidador?
 ¿Quién más participa en el cuidado?
 ¿Se siente cansado de cuidar al adulto mayor?
 ¿Se siente desesperado?

Para establecer un diagnóstico social de maltrato en el adulto mayor, se


recomienda lo siguiente:

 Entrevistar en privado al adulto mayor sin el cuidador.

 Observar expresión corporal.

 Utilizar técnica de parafraseo de las respuestas.

 De forma inmediata entrevistar al cuidador a fin de evitar “conspiración”.

Como parte de la entrevista se debe garantizar la privacidad y confidencialidad de


la información obtenida tanto en el cuidador primario como en el adulto mayor.
En la etapa de diagnóstico social como parte del proceso metodológico de caso,
se confirmará la sobrecarga del cuidador a través de la aplicación de la escala de
Zarit, una puntuación mayor a 46 puntos sugiere cansancio o sobrecarga del
cuidador.

En el adulto mayor maltratado se recomienda establecer alternativas que


solucionen su problemática social, algunas de las siguientes instituciones serán de
ayuda para este fin: Ministerio público, DIF, INAPAM, Grupos de ayuda y
Organismos no gubernamentales.

Se recomienda durante el proceso de tratamiento social:

 Proporcionar apoyo emocional:

-Escuchar.
-Ser empático. -Reforzar autoestima. -Confidencialidad. -Privacidad.

 Aplicar la técnica de observación, poniendo énfasis en conductas evasivas


que impidan la intervención social, tales como:

-Cansancio del adulto mayor.


-No escuchar bien.
-Evitar la atención individualizada del adulto mayor por parte del cuidador.

 Programar visita a domicilio sin notificar al familiar día ni hora a fin de


corroborar información obtenida durante la entrevista de gabinete
 Notificación a ministerio público de forma oficial por maltrato al adulto
mayor.

Ante lesiones que en un momento dado pongan en peligro la vida, provoquen


daño a la integridad corporal, incapacidad médica del afectado por violencia
familiar y/o sexual o la existencia de riesgo en su traslado, se deberá dar aviso de
manera inmediata al Ministerio Público.

El proceso de notificación a Ministerio Público en unidades hospitalarias por


maltrato al adulto mayor es el siguiente:

Médico tratante:

 Detecta casos donde las lesiones u otros signos sean

presumiblemente vinculados con maltrato físico,

psicológico, sexual, financiero o abandono.

 Elabora notificación a Ministerio Público en el Apéndice informativo 1 de la Norma


Oficial, anexando un
resumen clínico (Ver Anexo 5.3, Cuadro 6).

 Establece coordinación con el trabajador social para

que éste continúe con el proceso de notificación.

 En coordinación con el personal encargado de epidemiología o responsable que la


Unidad Médica Hospitalaria determine, se deberá llenar el formato “Registro de
Atención en Casos de Violencia Familiar o Sexual, Apéndice normativo

El trabajador social:

 Proporciona apoyo emocional al paciente y familiares.


 Orienta sobre los trámites administrativos. (notificación a ministerio
público).
 Establece comunicación vía telefónica con la agencia del Ministerio Público
y envía notificación de aviso (Anexo 5.3, Cuadro 6) por oficialía de partes o
de la manera que la Unidad Médica lo determine.
 Elabora nota de Trabajo social de las acciones realizadas.
 Notifica al médico del reporte y la resolución del Ministerio Público y se
lleva seguimiento del caso en conjunto.

En los casos en los cuales las lesiones que presente la persona no constituyan un
delito que se siga por oficio, el médico tratante y/o el trabajador social informará a
la o el usuario afectado por violencia familiar o sexual o en caso de que por su
estado de salud no sea materialmente posible, a su representante legal, sobre la
posibilidad que tiene de denunciar ante la agencia del Ministerio Público
correspondiente siempre y cuando no sea el probable agresor, o alguna persona
que pudiera tener conflicto de intereses.

A todo adulto mayor que acuda a consulta se le debe interrogar sobre la utilización
de medicamentos de prescripción, de venta libre y de complementos alimenticios o
hierbas medicinales.

Para disminuir la polifarmacia se recomienda la búsqueda y corrección de:

Terapia innecesaria
Terapia inefectiva
Supervisión inadecuada
Elección de terapia inadecuada (lista de recomendación)
Investigar falta de adherencia

Es recomendable realizar actividades de capacitación a los médicos sobre


estrategias para reducir la polifarmacia.

Se recomienda usar “solo” los medicamentos que beneficien al paciente, valorar el


riesgo beneficio de utilización de fármacos, valorar siempre sus posibles
interacciones y efectos adversos, así como supervisar en la medida de lo posible
la adherencia y retirar el fármaco en cuanto se haya cumplido la meta terapéutica

Los profesionales de la salud deben estar conscientes de los riesgos y evaluar


plenamente todos los medicamentos en cada visita del paciente para prevenir que
la polifarmacia no justificada se presente

Se recomienda que los médicos consideren la posibilidad de que los inhibidores


de la colinesterasa sean la causa de la aparición o empeoramiento de la

incontinencia urinaria en el anciano y evitar la prescripción en cascada de


anticolinérgicos

Prescribir medicamentos como las estatinas y bifosfonatos que pueden


proporcionar un beneficio a los adultos mayores siempre que la sobrevida se
estime a más de 5 años.

Considerar pertinente la prescripción de fármacos que provean un beneficio


absoluto en los adultos mayores siempre ajustando la dosis de los mismos, por
ejemplo; los betaadrenergicos como tratamiento pos infarto y la warfarina para
prevenir EVC en pacientes con Fibrilación Auricular

Aplicar el instrumento STOPP-START para detectar la omisión de medicamentos


indicados en el adulto mayor en cada consulta (cuadro 3)

La hipotensión, mareos, visión borrosa, sedación y ataxia deben considerarse


como posibles manifestaciones de RAMs.

Es aconsejable cuando se inicie cualquier terapia farmacológica comenzar a


utilizar una dosis más baja (50% de la dosis normal) y seguir el adagio de:
"empezar bajo e ir despacio" ‘start low and go slow’.

En todo adulto mayor con uno o más de los siguientes datos:


Trastornos de la memoria, confusión, alucinaciones, boca seca, visión borrosa,
estreñimiento, náuseas, retención urinaria, trastornos de la sudoración o
taquicardia se deberá descartar que estos síntomas y/o signos sean un evento
adverso secundario a medicamentos con actividad anticolinérgica

Se recomienda que antes de la prescripción de fármacos con efecto


anticolinérgico y durante su uso, se determine el estado cognitivo del adulto mayor

Evitar los fármacos con efecto anticolinérgico en adultos mayores con glaucoma
de ángulo estrecho. En pacientes que este usando anticolinérgico dar indicaciones
de conducta a seguir en caso de datos de glaucoma agudo
Evitar la utilización de fármacos con efecto anticolinérgico en pacientes con
hipertrofia benigna de prostata.

Al utilizar fármacos alternativos también deberán considerarse sus potenciales


reacciones adversas y ponderar los beneficios clínicos de posibles sustituciones
(por ejemplo, las discinesias y sedación con haloperidol y perfenazina)

Se recomienda evitar la utilización fármacos con efecto anticolinérgico en el adulto


mayor. En caso necesario se inicie con pequeñas dosis y se incremente poco a
poco hasta alcanzar el efecto deseado con la mínima dosis posible, durante el
menor tiempo posible y siempre documentar que sea mayor el beneficio que el
riesgo de la utilización. Tener presente el riesgo de deterioro cognitivo, glaucoma
agudo, retención aguda de orina

Lo anterior obliga a una evaluación médica cuidadosa antes de prescribir un


psicotrópico. Iniciar el tratamiento con las dosis mínimas útiles e incrementarlas
progresivamente si fuera necesario. Debe evaluarse la respuesta al tratamiento en
forma cuidadosa a fin de realizar los cambios que se estimen oportunos y evitar de
este modo reacciones adversas y daño en la funcionalidad y calidad de vida del
paciente.

Considerar la presentación atípica de las enfermedades psiquiátricas en el adulto


mayor (tales como una depresión psicótica), así como también la presentación
atípica de otras enfermedades que pueden iniciar con delirium como presentación
debutante. Esto hace aconsejable la consulta a especialistas cuando la
complejidad del caso lo requiera.

Deben conocerse los cambios por envejecimiento y sus efectos en la en la


farmacocinética y farmacodinamia de los psicotrópicos en el adulto mayor.
Seleccionar el fármaco con menor RAM, iniciar la dosis ajustada a la edad, vigilar
estrechamente el comportamiento con el inicio de la dosis e incrementarla
lentamente y en mayor tiempo que en el adulto joven. Evitar el síndrome de
caídas, protegerá al adulto mayor, incluso de muerte en el primer año posterior a
la caída.

Efectuar un diagnóstico adecuado antes de iniciar tratamiento psicofarmacológico


en el adulto mayor. Iniciarlo si se cuenta con la experiencia suficiente para la
medicación de los mismos. De acuerdo a la comorbilidad existente, seleccionar el
fármaco que ofrece mayor seguridad para este grupo etario. La utilización de
psicofármacos, deberá evitarse en lo posible, en pacientes con síndrome de
caídas. Durante la consulta médica, solicitar la presencia de un familiar o cuidador,
con objeto de que éstos reciban información para detectar posibles RAM y evitar
sus consecuencias.

Debe evitarse en los pacientes adultos mayores la prescripción de


benzodiacepinas; la principal indicación para su uso, son los trastornos del sueño,
la mayoría de veces debidos a trastorno del espectro ansioso-depresivo, ante los
cual deberán aplicarse medidas no farmacológicas de higiene del sueño y, la
utilización de otros fármacos como los antidepresivos que tienen diferente efecto
sedante y que con menor incidencia de síndrome de caídas complicadas
(fracturas). En caso de prescribir una benzodiacepina, deberá considerarse
comorbilidad pre-existente, la edad del adulto mayor menor o mayor de 75 años.
Seleccionar los de vida media- media, relacionados con menor frecuencia a RAM;
instruir al paciente, familiares o cuidador sobre los datos clínicos de alarma
condicionados por la prescripción, para evitar complicaciones.

Evitar en lo general la prescripción de benzodiacepinas en el adulto mayor. Las de


vida media larga (diazepam), tiempo de eliminación en este grupo etario 120
horas, por lo que deben quedar fuera del esquema terapeútico. La indicación de
las mismas, serán bajo vigilancia médica, en el medio hospitalario para yugular
crisis convulsivas. Todo adulto mayor que recibe benzodiacepinas por largo
tiempo, deberá valorarse el retiro de manera gradual y progresiva, con objeto de
evitar síndrome de supresión, delirum /estado o síndrome confusional agudo),
secundario que favorece comorbilidad e incluso riesgo de hospitalización.

Las benzodiacepinas de acción prolongada, y por lo tanto con metabolitos activos,


por lo general se deben evitar, como ejemplo: diazepam, clordiazepóxido,
flurazepam, nitrazepam. Cuando las benzodiacepinas son prescritas en AM, las
benzodiacepinas de acción corta con pocos metabolitos activos son preferibles por
ejemplo lorazepam 0.5 mg dos o tres veces al día, temazepam 10-20mg,
alprazolam 0.25 mg dos o tres veces al día.

Los AM deben ser revisados regularmente al inicio del tratamiento con la finalidad
de minimizar la dosis y/o la frecuencia de la administración para prevenir los
eventos adversos debido a la acumulación

Muchos pacientes AM que han estado empleando benzodiazepinas por un largo


tiempo, pueden ser fisiológica y psicológicamente dependiente. Es conveniente
tratar de forma crónica y suspender las benzodiacepinas en estos casos, sin
embargo, puede ser muy difícil de interrumpir por completo el uso de las
benzodiacepinas. La mejor práctica sería discutir el tema con el paciente y ver si el
paciente estaría de acuerdo a una reducción lenta y de ser posible la interrupción.

En el tratamiento de la depresión, la monoterapia es de elección en los ancianos,


con el fin de minimizar los efectos secundarios de los medicamentos y las
interacciones fármaco-fármaco. La dosis inicial del medicamento debe ser
ajustada para el adulto mayor, por lo general se debe reducir a la mitad la dosis
inicial habitual de los pacientes más jóvenes, pero dosis terapéuticas completas
con frecuencia se requieren para lograr las respuestas deseadas.

Se aconseja una cuidadosa monitorización de los adultos mayores con fragilidad


Se recomienda vigilar al adulto mayor por riesgo de suicidio al inicio del
tratamiento con ISRS, considerar, sin embargo, que el tratamiento de la depresión
pueden reducir la ideación suicida

Todos los medicamentos suelen tardar de cuatro a seis semanas para demostrar
su eficacia, en pacientes de edad avanzada una respuesta antidepresiva completa
puede no ocurrir hasta 8 a 12 o incluso 16 semanas de tratamiento. El tratamiento
a largo plazo puede ser necesario para prevenir la recurrencia

Los pacientes deben ser valorados a las dos semanas de iniciar la medicación
para verificar la tolerancia y ajustar la dosis. Para evaluar la respuesta, se debe
citar de dos a cuatro semanas del inicio del tratamiento y realizar el seguimiento
de los efectos secundarios, y tratar cualquier complicación o deterioro

Los antidepresivos tricíclicos son la terapia de tercera o cuarta línea para adultos
mayores debido a sus importantes efectos secundarios como arrítmias, y efectos
anticolinérgicos que dan lugar a retención urinaria, hipotensión ortostática, y la
posible exacerbación de la demencia.

Estos medicamentos deben ser manejados por un psicogeriatra y cuando no se


cuente con él, un psiquiatra con experiencia en el manejo de estos medicamentos
en los ancianos y enconjunto con un geriatra

Los inhibidores de la MAO se pueden utilizar para la depresión que es resistente a


otros agentes.
Estos medicamentos deben ser manejados por un psicogeriatra y cuando no se
cuente con él, un psiquiatra con experiencia en el manejo de estos medicamentos
en los ancianos y enconjunto con un geriatra

La utilización de hipnóticos-sedantes que se prefieren en este grupo etario por su


vida media son: lorazepam y, con menor frecuencia alprazolam. Por sus
reconocidos efectos adversos en este grupo etario, no se recomiendan diazepam
y triazolam.

Como tratamiento alternativo a los antipsicóticos en pacientes con demencia se


propone no dar tratamiento farmacológico de inicio, usar otros psicotrópicos
(antidepresivos, anticomiciales) intervenciones psicológicas y/o psicoterapéuticas)

En pacientes ancianos con trastorno bipolar, la quetiapina se inicia con 12,5 a 25


mg una vez al día o 25 a 50 mg por día en dos tomas. (Al Jurdi RK 2008; Sajatovic M, 2007)
Los incrementos de dosis deben ser cada 2 a 5 días, con incrementos iguales a la
dosis de inicio hasta alcanzar la dosis objetivo de 100 a 300 mg por día (dividida
en dos dosis al día). En pacientes sin respuesta con 300 mg por día y sin efectos
secundarios la dosis puede aumentarse hasta 800 mg por día (Sajatovic M, 2008). Sin
embargo, muchos pacientes no toleran dosis más altas debido a la sedación y la
hipotensión ortostática
Se recomienda considerar las consecuencias de la pérdida de los dientes en los adultos mayores
son:

Afección en la masticación y deglución.


Cambios en la dieta (consistencia, sabor y aspecto).
Incremento en las complicaciones de enfermedades como diabetes, hipertensión y
enfermedades del corazón.
Puede causar depresión.
Afecta la calidad de vida del adulto mayor.

Se recomienda tomar en cuenta la disminución de la secreción del ácido gástrico en presencia de


infección por H. pylori debido a que ambos aumentan el riesgo de desarrollar sobrecrecimiento
bacteriano, malabsorción intestinal, metaplasia intestinal y gastritis atrófica.

La depresión es la principal causa de anorexia patológica en el adulto mayor y se debe de buscar


intencionadamente como causa primaria o secundaria.

Se debe evaluar algunos síntomas digestivos relacionados al uso de fármacos que


pueden condicionar malnutrición en el adulto mayor, tales como:

 Nausea y/o vómito: Opioides, teofilina, antiinflamatorios no esteroideos,


digoxina.
 Anorexia: Antibióticos, digoxina, anticolinérgicos, inhibidores de la recaptura
de serotonina, fenitoína.
 Hipogeusia: Metronidazol, bloqueadores de los canales de calcio,
inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, metformina.
 Saciedad precoz: Anticolinérgicos y agentes simpaticomiméticos.
 Reducción de la habilidad para alimentarse: Sedantes, opioides,
antipsicóticos.
 Disfagia: Suplementos de potasio, antinflamatorios no esteroideos,
bifosfonatos, prednisolona.
 Constipación: Opioides, suplementos de hierro, diuréticos.
 Diarrea: Laxantes, antibióticos.
 Hipermetabolismo: Tiroxina, epinefrina.

El estado de nutrición de los adultos mayores es influenciado por diversos


factores:

 Fisiológicos.
 Dietéticos.
 Socioeconómicos.  Psicológicos.
 Funcionales.
 Otros.

Se recomienda utilizar la herramienta MNA para tamizaje nutricional. Ésta se


clasifica al adulto mayor en:

 Situación normal de nutrición (24-30 puntos).


 En riesgo de malnutrición (17-23.5 puntos).
 Malnutrición (<17 puntos).

Se recomienda que adultos mayores con un puntaje en MNA de 23.5 o menor


sean referidos a un profesional de la nutrición.

Se recomienda la obtención del peso en el adulto mayor en cada consulta ya que


es un parámetro antropométrico accesible, de uso habitual en el primer nivel de
atención y para el cual se utiliza únicamente una báscula con estadímetro.

Se recomienda el uso del cálculo alternativo de la talla (Chumlea o Unla) en las


siguientes condiciones:

 No puede mantener la bipedestación.

 Síndrome de inmovilidad.

 Cifosis.

Se recomienda realizar una evaluación nutricional en todos los pacientes con


deterioro cognoscitivo (leve o demencia) y establecer un plan nutricional para
mantener el IMC por encima de 25 Kg/m2.

En el adulto mayor sano, se recomienda calcular el requerimiento energético


basándose en las siguientes cifras de IMC:

IMC <21= 21.4Kcal/Kg por día.

IMC >21= 18.4Kcal/Kg por día.

Por ejemplo, un adulto mayor de 70Kg IMC 25, su RCC será de 1498Kcal por día
aproximadamente (70Kg x 21.4Kcal).

En el adulto mayor con un IMC < 21 Kg/m2 asociado a alguna patología se deberá
considerar un incremento en el requerimiento calórico calculado en un 25%
contemplado como estándar de recuperación.

Ejemplo: (70kg x 21.4Kcal) (0.25) = (1498 Kcal) + (374.5Kcal)= 1872Kcal.

En el adulto mayor se recomienda una ingestión hídrica de 1500-2000 mL/día o un


equivalente a 30 mL/Kg/día. Se debe tomar en cuenta las pérdidas que se
presenten secundarias a enfermedades, fístulas o medicamentos (ej. diuréticos).

El aporte recomendado de hidratos de carbono debe ser 45 a 65% del aporte


energético total.
En caso de enfermedad aguda, se puede incrementar de 1.5 a 2 g/Kg/día. No se
recomienda un aporte mayor a 2 g/Kg/día ya que no mejora el balance
nitrogenado y puede incrementar los niveles de urea sérica.

Se recomienda la ingestión de 25 a 30 g diarios de proteínas de alto valor


biológico en cada comida (70-90g diarios) para estimular la síntesis de proteína y
mantener la masa muscular en el adulto mayor.

Se recomienda distribuir de manera homogénea la cantidad total de proteínas. Por


ejemplo, si corresponden 90 g al día, proporcionar 30g en cada comida principal.

Es importante monitorizar las hormonas tiroideas, ya que múltiples síntomas de


disfunción tiroidea en los ancianos no son muy claros y generalmente tienen una
presentación inespecífica.

El manejo de los pacientes frágiles debe incluir un vínculo estrecho con el médico
de primer nivel para poder referirlo oportunamente al servicio requerido con el fin
de disminuir complicaciones de enfermedades, hospitalizaciones e
institucionalización.

Se recomienda fomentar el ejercicio de resistencia, para tratar la debilidad


muscular, ya que esta disminuye la discapacidad, principalmente en personas con
deterioro funcional temprano (pre-fragilidad).

Los ejercicios de resistencia son considerados un método seguro y efectivo para


mejorar la fuerza y el tejido muscular (sarcopenia y dinapenia) al mejorar la
síntesis de proteínas y la adaptación neuromuscular, incluso con períodos cortos
de entrenamiento.

Se recomienda actividad física de 30 a 60 minutos al día, en sesiones de 10


minutos cada uno con un total de 150 a 300 minutos a la semana, para mantener
resistencia, equilibrio y flexibilidad.

Se recomiendan actividades físicas que no exijan un estrés ortopédico, como


caminar, ejercicio acuático, bicicleta, realizándolo de 20 a 30 minutos al día 3
veces a la semana.

Se recomienda difundir el tratamiento psicológico en pacientes frágiles deprimidos


por su alta efectividad

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