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"¿cómo Opera En La Clínica El Objeto A?

"

(*) Publicado En Moebiana. Escuela Freud-lacan. La Plata, 2012

Analía Stepak

Si nos preguntamos por el objeto a, sería conveniente recordar que el mismo no es el objeto
del deseo que buscamos relevar en un análisis, sino su causa. Articulador lógico, fundamento
del sujeto deseante que se produce como resto de la dialéctica de la relación del sujeto con el
Otro.
Pequeño a que ubicamos como causa de la repetición y material con el que el sujeto
construye sus fantasmas, lugar donde se refugia el goce. Refugio de goce a interrogar en la
cura, especialmente si consideramos que la señal más patente de la intervención del objeto a
es: la angustia.
Angustia que no será sin objeto y que nos permite hacer el catalogo de los mismos: lo oral, lo
anal, la voz y la mirada, confrontados con sus modos de pérdida, objetos que deberán ser
contorneados una y otra vez para perder la fijeza que los caracterizaba.
Si en nuestra práctica se trata del deseo del sujeto, habremos de mantenernos sobre el filo
de la angustia, recorriendo en el análisis aquellos mojones que inscriben lugares de goce.
Otra posibilidad de confrontarnos con el modo en que opera el a en nuestra clínica, bien
podría ser el pasaje al acto: aquello que le sucede al sujeto cuando se produce una
identificación absoluta al a, al cual se reduce. Niederkommen nombró Freud al dejarse caer,
pasaje al acto en el cual el sujeto aparece borrado al máximo por la barra.
También podríamos ubicar la incidencia del a, en las relaciones entre el hombre y la mujer en
las cuales hay un malentendido obligado estructural. Ella deberá situarse como objeto a causa
del deseo de un hombre, aunque no necesariamente siempre, sea de su gusto. Es más: ser el
objeto en el centro de un deseo, bien podría ser de lo que huye o fuente de angustia para ella.

Si consideramos con Lacan, que el a es el testimonio de la brecha que separa a nivel sexual
el goce del deseo, entre ellos es inevitable el surgimiento de la angustia, ante la
presentificación del objeto o ante la posibilidad de que la falta venga a faltar produciendo todo
tipo de inhibiciones y síntomas a transitar en una cura.
Solo la renuncia al goce permitirá cierta articulación con el deseo subrayando que no hay
causa sino a partir de la emergencia del deseo.

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