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Lecturas del malestar en la cultura

La clínica actual nos impone nuevos desafíos teóricos para sustentar nuestra práctica que en
ocasiones pareciera verse impotente ante la posibilidad de dar respuesta a padeceres actuales.
La llamada clínica de los bordes, clínica de las impulsiones etc. nos enfrenta con
padecimientos cada vez mas frecuentes, las presentaciones actuales (pues siempre las hubo) de
adicciones, bulimias, anorexias, ataques de pánico, etc. cuestionan los fundamentos de nuestra
práctica, la tentación de buscar respuestas nuevas en el campo de las neurociencias, o de prácticas
alternativas no hace más que escamotear el problema. El psicoanálisis sin perder de vista el
horizonte de la época puede estar a la altura del problema. Releer los textos fundamentales, revisar
los ordenamientos conceptuales, incluir los nuevos problemas es el modo dar respuesta a los
interrogantes que nos interpelan.
Partiendo de la base que las tres estructuras ordenadas por Freud y Lacan (neurosis, perversión
y psicosis) conservan plena vigencia, no se trata de crear nuevas estructuras sino de encontrar las
coordenadas donde estos fenómenos, que son muchos de ellos transestructurales, encuentren su
marco conceptual.
Las siguientes reflexiones tienen como telón de fondo algunas consideraciones que Lacan hace en la
dirección de la cura sobre lo que articula la estructura del deseo: “...El deseo es lo que se manifiesta
en el intervalo que cava la demanda mas acá de ella misma, en la medida en que el sujeto, al
articular la cadena significante, trae a la luz la carencia de ser con el llamado a recibir el
complemento del Otro, si el Otro, lugar de la palabra, es también el lugar de la carencia.
Lo que de este modo al Otro le es dado colmar, y que es propiamente lo que no tiene, puesto que a
él también le falta el ser, es lo que se llama el amor, pero es también el odio y la ignorancia.
Es también pasiones del ser, lo que evoca toda demanda mas allá de la necesidad que se articula
en ella, y es sin duda aquello de que el sujeto queda privado, tanto mas propiamente cuanto más
satisfecha queda la necesidad articulada en la demanda.
Más aún, la satisfacción de la necesidad no aparece allí sino como el engaño contra el que se
estrella la demanda de amor, enviando al sujeto al sueño donde habita el limbo del ser, dejándole
2

en él hablar. Pues el ser del lenguaje es el no ser de los objetos, y que el deseo haya sido
descubierto por Freud en su lugar en el sueño, desde siempre escándalo de todos los esfuerzos del
pensamiento por situarse en la realidad, basta para instruirnos.
Ser o no ser, dormir, soñar acaso, los sueños aparentemente más simples del niño (“simple” como
la situación analítica sin duda), muestran simplemente objetos milagrosos o prohibidos.
Pto. 10. Pero el niño no se duerme siempre así en el seno del ser, sobre todo si el Otro, que a su
vez tiene sus ideas sobre sus necesidades, se entromete, y en lugar de lo que no tiene, le atiborra
con la papilla asfixiante de lo que tiene, es decir confunde sus cuidados con el don de su amor.
Es el niño al que alimentan con más amor el que rechaza el alimento y juega con su rechazo
como un deseo (anorexia mental).
Confines donde se capta como en ninguna otra parte que el odio paga al amor, pero donde es la
ignorancia la que no se perdona.
A fin de cuentas, el niño, al negarse a satisfacer la demanda de la madre, ¿no exige acaso que la
madre tenga un deseo fuera de él, porque es este el camino que le falta hacia el deseo?1

Desde la vivencia de satisfacción hasta la construcción del gráfo del deseo y de entonces acá
hemos aprendido con nostalgia o con resignación que el objeto esta originalmente perdido, ninguna
adecuación sujeto-objeto es posible desde que el psicoanálisis nos muestra con sus particulares
herramientas conceptuales que el ser del ser hablante, implica el no ser de los objetos.
Es precisamente, la ausencia estructural de un objeto complementario a la necesidad, puesto
que no es posible inscribir para lo humano un registro de “lo natural”2 sino que es del Otro en tanto
sede del lenguaje y de la carencia de quien se demanda lo que no tiene, que el objeto, es objeto de
deseo. Esta circunstancia que funda la paradojal y nostálgica ilusión de “reencontrar”3 el objeto
“perdido”, paradojal en tanto que el objeto nunca se tuvo por lo tanto no se perdió, lo perdido es el
registro, la dimensión de la necesidad, es decir que el objeto “perdido”, “mítico”, juntaría el campo

1
Lacan escritos 2 “la dirección de la cura y los principios de su poder” 1958, El subrayado es mío
2
“Lo natural” en el sentido de la adecuación de los objetos, así como el lobo se come al conejo y no al revés. En el
cachorro humano es la anticipación del Otro que interpreta la necesidad. Un perro por mas amaestrado que este come
carroña.
3
“Reencuentro” paradojal, reencontrar lo que nunca se “encontró.”
3

de la necesidad con el campo del deseo, se busca en un campo, en un registro, el del deseo, lo que
pertenece a otro campo (el de la necesidad) irreductible al primero pero articulado a él.
El amor recrea la ilusión de suturar la hiancia entre necesidad y deseo, no es casual que sea
más frecuente entre los amados hablar de necesidad que de deseo, digo con esto que es más
frecuente decirle a la persona amada “te necesito” que “te deseo” haciendo de este modo existir la
relación sexual. Es interesante pensar que en el plano del amor el psicoanálisis consiste en desandar
ese camino de sutura entre el deseo y la necesidad acentuando su hiancia; en su faceta mas “animal”4
donde sí hay relación sexual podríamos decir “desnaturalizando”5 el encuentro con el objeto de su
estatuto de necesario a su arbitrariedad;6 o en su faceta lógica donde la cuestión va de lo necesario
como categoría lógica a lo contingente, es decir de lo que no cesa de escribirse hasta lo que cesa de
no escribirse.
Esta secuencia que el psicoanálisis describe en la constitución del objeto que va de la
necesidad al deseo y se articula en la demanda del Otro, es un correlato de la falta en ser originaria
del sujeto, pues así como dijimos que el ser del ser hablante implica el no ser de los objetos, tal
como lo sitúa Lacan en la dirección de la cura, la carencia estructural del Otro en tanto que esta
determinado por los significantes no hace mas que poner en juego la falta (de consistencia, de ser)
en el sujeto. De este modo, y como la demanda es demanda de amor, se pide lo que no tiene ni aquel
a quien se le pide, “amar es dar lo que no se tiene a alguien que no es”.

Bien, esto que el psicoanálisis conceptualiza y aporta al corpus de saber de la cultura


contemporánea opera7 en ella, quiero decir que la cultura contemporánea aprendió que el objeto es el
objeto del deseo y que la necesidad esta perdida y ha puesto a trabajar este saber de acuerdo a su
propia lógica desde luego no se trata de que todo el mundo es experto en psicoanálisis ni mucho
menos, sino de que se ha incorporado una nueva marca.
El psicoanálisis- no es ninguna novedad- hace su aparición en este siglo caracterizado entre
otras cosas por la gran explosión tecnológica que especialmente en la segunda mitad del siglo XX
ha crecido exponencialmente, la producción de “gadgets” aumenta en cantidad y en velocidad, lo
que exige que aumente proporcionalmente su consumo, son objetos de “mercadeo”, objetos de

4
En el reino animal si hay relación sexual, hay objeto adecuado.
5
“Desnaturalizando” en el sentido de la nota 1. en Lo humano no hay en esto del amor nada de natural.
6
El objeto puede ser cualquier cosa, un zapato, un lunar etc.
7
Así como Einstein enseño la teoría de la relatividad, y desde entonces cualquiera acepta que “todo es relativo”; si bien
no es esto la teoría de la relatividad ha hecho una marca en el imaginario popular.
4

captación de goce que se multiplican proporcionando una gama de posibilidades masturbatorias que
a pocos años vista hubiesen sido insospechadas.
La tan mentada globalización es el resultado de la utilización de estos objetos tecnológicos, de
estos gadgets, especialmente de aquellos que prolongan el objeto voz y el objeto mirada (T.V.
Internet, comunicación satelital, etc.) que permiten un cierto tipo de goce “auto” y en tanto se trata
de objetos producidos uniformemente, digamos “para todos” suponen también, y esto es clave, una
homogeneización del goce.
El éxito del sistema del mercado radica en homogeneizar el goce haciendo de los objetos de
consumo que propone como objetos de deseo, objetos necesarios.
El discurso publicitario y especialmente el discurso del marketing, son los instrumentos
preferidos del mercado, para comandar las coordenadas del consumo.
Comprender los resortes que incitan a consumir es una cuestión nodal para las ciencias del
mercado, y los operadores de estas ciencias (Lic. en marketing, publicistas etc.) consideran que el
psicoanálisis tiene algún saber a sustraerle sobre estas cuestiones. He podido comprobar
personalmente el respeto con que se interesan por algunas nociones de las que el psicoanálisis se
ocupa8. Es importante destacar que el interés que el psicoanálisis despierta esta referido a esto que
decía hace un momento cuando me refería a que este saber es puesto a trabajar al servicio de una
lógica particular,9 no se trata de la razón que el psicoanálisis puede dar a cerca de la división
fundamental del sujeto y en este sentido recuperar el sujeto que el saber tecnológico forcluye, sino
por el contrario se trata de una utilización operativa, técnica y por lo tanto renegadora de la división
subjetiva.
He tenido la oportunidad de examinar superficialmente un libro sobre marketing estratégico,10
y los capítulos referidos a los fundamentos teóricos parecen extraídos de un manual de
psicoanálisis: El inc. Primera y segunda tópica, El inc estructurado como un lenguaje,
Identificación, Estadio del espejo, Los tres registros, Necesidad y deseo son algunos de los títulos
que aborda.
A modo de ejemplo veamos algunas citas: “...el proceso primario se orienta hacia la
búsqueda inmediata de satisfacción es impulsivo, irreflexivo, analógico y afectivo. Es el ámbito del
deseo...
8
No se si de esto puede hacerse una regla pero lo he comprobado, y otras personas me han dado idéntica opinión
9
La lógica del mercado intenta operar con ese saber al modo del discurso universitario (amo moderno) S2 a
S1 $
10
Marketing Estratégico. Alberto L. Wilensky editorial tesis
5

El proceso secundario se orienta a la realidad objetiva, es intelectual, lógico y conceptual. Es


el ámbito de la razón...
El consumidor se balancea constantemente entre ambos extremos: lo afectivo y lo racional....
En un proceso dinámico, el consumo transcurre siempre entre lo racional, lo irracional, lo
consciente y lo inconsciente. El deseo humano es siempre el motor del consumo...
El consumo tal cual lo conocemos en nuestros días esta situado esencialmente en un espacio
simbólico que lo separa del orden natural.
Una genuina necesidad fisiológica como la sed tiene múltiples satisfacciones potenciales ...El
ser humano transcurre mediante el consumo por distintos espacios ligados a lo orgánico y a lo
psíquico, a lo fisiológico y a lo simbólico. Siempre en un camino cada vez mas distante de la
estricta necesidad. Podemos esquematizar este camino en el caso de la sed y en donde se observa el
paso de lo natural a lo simbólico.11”

NECESIDAD DESEO GOCE

SATISFACCIÓN PLACER PLACER-SUFRIMIENTO


(menos tensión) (satisf. mas plus) (mayor tensión)

AGUA GASEOSA ALCOHOL


ESPACIO NATURAL ESPACIO SIMBOLICO

Como vemos, en esta cita, y les aseguro que podríamos agregar mas, la utilización un tanto
simplificada de nociones del psicoanálisis son puestas al servicio de comprender y manipular las
coordenadas del consumo, esta claro que el espacio natural, la dimensión de la necesidad es un
espacio perdido a reencontrar en este otro espacio simbólico del que el autor nos habla.
Esta muy claro que los objetos de consumo son objetos alejados del campo de la necesidad
que pertenecen a este espacio simbólico, que son objetos de deseo y todo el esfuerzo esta puesto, si
así pudiésemos decirlo, en bajarlos al campo de la necesidad.

11
Marketing Estratégico. pag 24 y 25
6

La cultura actual nos propone objetos de deseo como si fueran objetos necesarios, sobran los
ejemplos de cómo se multiplican “las necesidades12” de la vida moderna y siempre a la mano la
oferta de objetos para la satisfacción.
Esta inversión del circuito, es decir, si el psicoanálisis nos muestra un recorrido de la
constitución del objeto que va de la necesidad al deseo, la cultura actual nos propone el recorrido
inverso, de los objetos de deseo al estatuto de la necesidad, no es sin consecuencias para la
dimensión subjetiva.
La hipótesis que propongo es considerar que en este sentido la cultura, que desde luego
siempre es malestar, se comporta como la madre de una anoréxica atiborrándonos con la papilla
asfixiante de lo que tiene, por lo tanto la respuesta subjetiva que puede darse a alguien que da lo
que tiene, que confunde los cuidados con el don de su amor, es a nivel del ser, ya no se trata de dar lo
que no se tiene a alguien que no es sino de dar lo que se tiene a alguien que es.
Creo que esta es una pista importante para poder pensar las condiciones de producción de
presentaciones clínicas cada vez más frecuentes donde aparece reforzada la consistencia del ser, es
posible que adicciones, bulimias, anorexias, compradores compulsivos, ataques de pánico sean las
formas de respuesta a esta demanda de ser. Padeceres que desde luego no son nuevos, encontramos
descripciones en la mas temprana casuística psicoanalítica sin embargo me parece que si es nuevo,
porque responde a otras coordenadas culturales, el valor que adquieren, no es lo mismo ser un
fóbico en Austria o Londres en 1910 que tener ataques de pánico en el globalizado mundo de hoy,
entonces un síntoma de esta naturaleza denunciaba la falta en ser, acentuaba la división subjetiva,
hoy los ataques de pánico (solo por poner un ejemplo) también están en el mercado, los pacientes
nos dicen:-vengo a verlo porque tengo ataque de pánico- y una gama de soluciones que van desde
las respuestas químicas hasta los grupos de autoayuda realimentan su consistencia, y homogeneizan
su goce. La apuesta de la práctica psicoanalítica apunta a recuperar lo que allí hay de un goce
heterogéneo desestandarizando cualquier práctica posible, de este modo podríamos decir que la
práctica del psicoanálisis en tanto es la práctica del uno por uno es desglobalizadora, y porqué no,
contracultural.
Volviendo a las condiciones culturales, esta punta de pensar a la cultura comportándose como
la madre de una anoréxica es una vía para pensar también los efectos de la cultura no solo a nivel del
desfallecimiento de la función paterna, sino también en el deseo materno, función paterna y deseo

12
Desde la ropa hasta el último modelo de teléfono celular o de computadora parecen hacerse indispensables.
7

materno son solidarios en tanto que los efectos sobre una función repercuten necesariamente en la
otra.
Recordemos como Lacan los pone en relación con la metáfora de la boca del cocodrilo, la
boca del cocodrilo es el deseo de la madre, es estar dentro de esa boca, algo amenazante solo
apaciguado por ese palo que traba la boca y dio en llamar metáfora paterna13
Pues bien, esta inquietante metáfora a cerca de la función del deseo materno, sugiere la
fragilidad del sujeto con relación a este deseo-goce de la madre. En que momento el palo se romperá
y la boca se cerrara engulléndose al sujeto en esa garganta que todo lo traga.
Es precisamente la resistencia que ofrezca el palo lo que sostendrá al deseo materno
apaciguado y detendrá el goce de la madre; en el doble sentido, gozar de la madre, y ser gozado por
la madre, esta circunstancia nos coloca siempre al borde del estrago.
Que pasa entonces en las circunstancias actuales donde esa regulación del goce materno, que
da paso a la constitución del deseo, que es la función paterna, la metáfora paterna, desfallece, no
por cuestiones ligadas a la singularidad de cada sujeto sino porque las condiciones culturales que
determinan la subjetividad han experimentado cambios de tal magnitud que el lugar de la función
paterna no ha escapado a sus efectos, cuestiones que hemos mencionado en este trabajo relativas a la
globalización y a la escalada técnica son solo algunos de los factores que han influido y están
influyendo en la mencionada función estructural (función paterna)
Una cuestión a destacar y me parece es nodal en cuanto a arrojar algo de luz sobre esta
problemática es la confusión entre los espacios de lo público y lo privado, frecuentemente tenemos
la sensación de que aquellas cosas que deberían ser privadas, se exponen con todo desparpajo en los
espacios públicos desde la opinión que un señor tiene a cerca del comportamiento de una señorita
en la noche anterior, pendiendo de los postes de luz, algo que en otro lugar di en llamar el amor en
los pasacalles hasta las mas increíbles confesiones, sobre adulterios, crímenes fantasías etc. en los
medios masivos de comunicación, aquello que Freud nos había enseñado que al sujeto le resultaba
inconfesable, que era de su mas honda intimidad al punto que era común preferir confesar un crimen

13
Lacan seminario XVII Edipo, Moisés y el padre de la horda
“El papel de la madre es el deseo de la madre. Esto es capital. El deseo de la madre no es algo que pueda soportarse tal
cual, que pueda resultarles indiferente. Siempre produce estragos. Es estar dentro de la boca de un cocodrilo, eso es la
madre. No se sabe que mosca puede llegar a picarle y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre.
Entonces, trate de explicar que había algo tranquilizador. Les digo cosas simples, improviso, debo decirlo. Hay un palo,
de piedra por supuesto, que esta ahí, en potencia, en la boca, y eso la contiene, la traba. Es lo que se llama el falo. Es el
palo que te protege si, de repente, eso se cierra.”
8

que las mas intimas fantasías, parece que es puesto en cuestión, lo intimo queda en el mismo nivel
que lo público mientras que en otros niveles la cosa pública reviste tratamientos privados, no solo
“las privatizaciones” de los servicios públicos muestran este pase de manos de los lugares públicos a
los privados sino que se nos hace normal suponer que en el manejo de las cosas públicas se
esconden intereses privados.
Sin duda esto reformula las regulaciones del orden social, mas allá de los códigos.
Este reordenamiento de los espacios públicos y privados, hace par con otro que podríamos
llamar, del nombre propio y del anonimato, toda la cuestión del padre circula con relación a esta
temática del nombre propio, hacerse un nombre, inscribir el nombre del padre. Durante años
supimos ordenar el problema del padre en torno a la imposibilidad de establecer con certeza la
autenticidad del genitor, de la paternidad biológica, el pater semper incertus est, podríamos decir su
anonimato biológico reforzaba la naturaleza simbólica de la función del nombre del padre al punto
que sitúa a partir de allí un ordenamiento legal que ubica al padre con relación al derecho en una
posición de privilegio con respecto a la mujer14, la igualdad de derechos es un tema nuevo y aún es
una lucha de reivindicación.
Actualmente no es un problema establecer con certeza la paternidad biológica, la técnica
permite hacerlo con éxito, paradojálmente la función simbólica parece debilitarse y hacerse más
anónima, la referencia al amo no esta comandada por el nombre propio, sino que el discurso amo
esta desencarnado, el imperio del capitalismo por efecto de la lógica del mercado a producido un
reordenamiento de los factores de poder que dificulta sino impide identificar al amo, aunque sea este
discurso el que funciona quizás con alguna modificación. No hace tanto tiempo por ejemplo, los
inventos, los descubrimientos quedaban asociados a la persona que los había realizado, uno ve una
lámpara incandescente y piensa en Edison, toma un antibiótico y piensa en Fleming, hoy en día por
lo general estas cosas son producidas por equipos que pertenecen a los laboratorios de grandes
empresas. Las empresas antes podían ser ubicadas como pertenecientes a alguien, una persona, una
familia o aunque fuera un país, hoy cada vez mas, son corporaciones transnacionales cuya forma es
la sociedad anónima. Esta figura de la S.A. es característica de estos tiempos que corren y de esto
que estoy tratando de decir. Sociedad sin nombre, otro ejemplo la deuda externa de los argentinos,

14
Hasta hace muy poco tiempo para que la mujer fuese considerada adultera bastaba con demostrar que había tenido
relaciones sexuales con otro hombre que no fuese el marido, para que el hombre fuese considerado adultero había que
demostrar que mantenía manceba; entre otras cosas esto era una forma de cuidar el linaje.
9

¿a quién se la debemos?, ¿a un país, a un banco? . No. Hoy la deuda es negociable, esta repartida
entre miles de personas y permanentemente cambia de manos.
Estos son algunos ejemplos de la pérdida de referencias. En el campo social se pierde la
orientación que generan ciertas referencias; en el campo de la estructuración subjetiva es la misma
falta de referencias, lo que provoca una caída de las identificaciones, en realidad esto hay que
pensarlo como un proceso dialéctico, la caída de las identificaciones a nivel del sujeto, provoca una
falta de referencias en el campo social y viceversa.
La hipótesis entonces es que al debilitarse la función del padre y opacarse su papel
hegemónico en la estructura; no digo que no lo tenga, sino que se opaca, que no aparece con la
claridad con que lo hacia antes; el conflicto entre el ideal y la pulsión pierde protagonismo pues las
identificaciones rectoras que antes orientaban al sujeto son las que se ven afectadas en este proceso
de reacomodación a las nuevas coordenadas culturales. Una consecuencia de este nuevo mapa es el
engrosamiento de la demanda, podríamos decir la demanda esta sobrealimentada, y su peso asfixia
al sujeto aplastando su deseo. De este modo la cultura se comporta para el sujeto como la madre
de la anoréxica y el sujeto actual responde con su deseo de nada.

OSVALDO RODRIGUEZ 1998.

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