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Títulos de Crédito

Título de crédito – Es una cosa mercantil.

Artículo 5º LGTOC.- Son títulos de crédito, los documentos necesarios


para ejercitar el derecho literal que en ellos se consigna.

(Documento suficiente para ejercitar el derecho literal que en ellos se


consignan).

4 requisitos de los títulos de crédito:

• Incorporación – El poseedor tiene que tener el documento.

• Legitimación – Se puede acreditar legítimamente la propiedad y


posesión del título.

• Autonomía – No necesita de otro documento para ejercer el derecho.

• Literalidad – No admite ningún tipo de interpretación.

Los títulos de crédito tienen beneficiarios, los cuales son nominativos y al


portador:

• Nominativo – Quien tiene nombre y apellido.

Artículo 23.- Son títulos nominativos, los expedidos a favor de una


persona cuyo nombre se consigna en el texto mismo del documento.

• Al portador – Quien lo porta.

Artículo 69.- Son títulos al portador los que no están expedidos a favor de
persona determinada, contengan o no la cláusula “al portador.”
Elementos de existencia del título de crédito:

• Naturaleza ejecutiva. Art. 1391 C.C. primer y fracc. IV señala que


los títulos de crédito poseen el carácter de ejecutivos, es decir, traen
aparejada la ejecución.

En suma, la naturaleza ejecutiva de un título de crédito consiste en que


es una prueba preconstituida de la acción ejercitada en el juicio, lo que
jurídicamente significa que el documento ejecutivo exhibido por la actora
es un elemento demostrativo que en sí mismo hace prueba plena.

• Formalidad – Es un elemento de existencia.

El art. 14 de la LGTOC establece que “los documentos y los actos a que


este título se refiere sólo producirán los efectos previstos en él cuando
contengan las menciones y llenen los requisitos señalados por la ley y que
ésta no presuma expresamente”.

La falta de forma en los títulos acarrea la drástica consecuencia de


que no serán de crédito y, entonces, no serán ejecutivos, sino
simple prueba de una relación cuyo alcance obligacional será
determinado por un juez al término de un juicio que generalmente no será
ejecutivo, que se prolongará por años y, por supuesto, no se iniciará con
la garantía judicial por excelencia, a saber, el embargo de bienes.

• Representación de obligaciones de dar - El derecho incorporado


es siempre respecto de una obligación correlativa de dar. Es decir, el
deudor o suscriptor de un título siempre queda obligado a dar una
cantidad de dinero, una mercancía, la parte alícuota de un inmueble o
el acceso a un derecho corporativo, si así se consigna literalmente en
el título.
• Incorporación –
La incorporación se define como la ficción legal mediante la cual un
trozo de papel deja de serlo y adquiere un rango jurídico superior al
que tiene materialmente, al convertirse en un derecho patrimonial de
cobro porque así lo califica y trata la ley. Algunas reglas que la rigen
son las siguientes:

o El tenedor de un título está obligado a exhibirlo para ejercitar el


derecho que en él se consigna (art. 17, LGTOC).

o El pago debe realizarse contra su entrega (art. 129, LGTOC).

o La reivindicación de las mercancías representadas sólo podrá hacerse


mediante la reivindicación del título (art. 19, LGTOC).

o El secuestro sobre el derecho o las mercancías consignadas en el título


no surte efectos si no incluye el secuestro del título (art. 20, LGTOC).

o La transmisión del título implica el traspaso del derecho principal, los


intereses, los dividendos caídos, las garantías y demás derechos
accesorios (art. 18, LGTOC).

• Literalidad - La literalidad es la delimitación, tan exacta como lo


permiten los números y las letras, de ese derecho.

Algunos límites son los siguientes:

o El beneficiario no puede cobrar el documento antes del vencimiento


consignado en el título (art. 127, LGTOC).
o No puede cobrar, por supuesto, una cantidad no consignada (art. 167,
LGTOC).
o Sólo puede cobrarlo en el domicilio señalado para ello (art. 126,
LGTOC).
o Cuando se pague sólo parte de la cantidad consignada, retendrá
el documento, pero disminuirá textualmente el monto en el tanto
pagado (arts. 17 y 130, LGTOC) porque no hay más deuda que la que
aparece insertada en el texto.

• Autonomía y abstracción –

La autonomía es la independencia del derecho cartular (la relación


cartular es la relación jurídica originaria entre el suscriptor o emisor del
título y el portador de éste, ya sea un primer portador o bien un tercero)
que le asiste al tenedor, en relación con los derechos de los demás
suscriptores.

La abstracción es la independencia del derecho incorporado en el título,


del negocio subyacente, es decir, del negocio que originó el título. En
la práctica es frecuente escuchar que ambas

• Circulación –

El art. 6o. de la LGTOC establece, si se interpreta en contrario, que esta


ley sólo se aplica a los documentos destinados a circular y tan sólo a
títulos y contratos de crédito. Si la disposición se interpreta en contrario
y de manera rigorista, podría afirmarse que esta ley no se aplica a los
documentos no destinados a circular, incluso si se trata de documentos
de crédito.
La disposición legal (art. 25, LGTOC) que faculta a los signatarios de un
título a restringir su capacidad para circular mediante la inserción de la
cláusula no negociable o a la orden, es la prueba de que en el derecho
mexicano la circulación es un elemento indispensable ya que, por
definición, lo que no existe no puede ser restringido o, a la inversa, lo
que se restringe existe.

• Legitimación – Se puede acreditar legítimamente la propiedad y


posesión del título.

En el título al portador, la legitimación la obtiene quien lo tenga en sus


manos (el que lo porta) en virtud de que él es el portador.

En los títulos a la orden, las posibilidades de legitimar al primero y


ulteriores tenedores son tres: a) cuando el beneficiario original es quien
lo cobra porque nunca lo transmitió, b) cuando lo cobra el individuo a
quien le fue transmitido por medio de un endoso, y c) cuando lo cobra
una persona a la que se le transmitió por un medio legal distinto del
endoso.

De acuerdo con lo expuesto, para que un papel circule en la vida


económica y se interprete de manera judicial como título de crédito, ha
de reunir los siguientes requisitos:

1. Cumplir con las formalidades específicas previstas en la ley.


2. Traer aparejada ejecución, es decir, judicialmente debe
sobreentenderse con el título que el deudor aceptó, a priori, y que
especifica que debía la cantidad o la prestación consignada.

3. Incorporar un derecho que, si bien por lo general es personal, también


puede ser real.

4. Estar definidos y limitados en la literalidad del título este derecho y su


obligación correspondiente.

5. Ser exigible la obligación consignada, independientemente de las


causas y del negocio que la originaron.

6. Para exigir la obligación consignada, es necesario que su titular se


legitime, es decir, que pruebe ser el legítimo derechohabiente.

7. Representar una cantidad de dinero, una mercadería, un derecho de


propiedad o una participación.

8. Estar, por supuesto, firmado.

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