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CASO CABRERA GARCÍA Y MONTIEL FLORES VS.

MÉXICO

Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel, mientras se encontraban detenidos,


sufrieron tratos crueles y degradantes mientras se encontraban en custodia por
el Ejercito mejicano por presuntos delitos de porte de armas y siembra de
amapola y marihuana, estos hechos se dan en un contexto de una importante
presencia militar como respuesta ante el ataque del narcotráfico y la presencia
de grupos armados. Por esto la Corte Interamericana de Derecho Humanos
impuso estándares de investigación sobre actos de tortura, además de la
exclusión de pruebas obtenidas a través de actos violentos y coacción.

La CIDH es competente porque puede revisar las actuaciones de los jueces de


estos países cuando derive de la compatibilidad con la Convención Americana
sobre Derecho Humanos, sin embargo, esto no implica que el Tribunal
Interamericano se convierta en una instancia más, sino que su actuación se
limitará al análisis de determinadas violaciones de los compromisos que un
Estado reafirma para garantizar el Estado Social de Derecho.

Las decisiones que realicen los distintos jueces de una nación democrática y su
posterior interpretación de las normas deben seguir un camino acorde a los
instrumentos que brindan las instituciones internacionales y la jurisprudencia de
la Corte Interamericana de Derecho Humanos, a causa de los compromisos
adscritos en materia jurisdiccional. Como se estableció en la sentencia del caso
Cabrera García y Montiel Flores, los jueces de México deben realizar
interpretaciones correctas y constitucionales que faciliten que a aquellas
personas que sufrieron algún tipo de vulneración a sus derechos, y también a
sus familiares, tengan derecho a que estos atropellos sean conocidos y que se
resuelvan en tribunales competentes, porque el sujeto pasivo sobrepasa esta
esfera del ámbito jurisdiccional-militar pues los bienes jurídicos vulnerados son
propios de un régimen al margen del militar e incluido en el ordinario.

Es por ello que la sentencia no solo aplica para casos de desapariciones,


violaciones sexuales o torturas, sino también a todo acto que vulnere o viole los
derechos humanos, además, esta obligación hacia los jueces es inmediata.
CHAPARRO ÁLVAREZ Y LAPO ÍÑIGUEZ VS ECUADOR

La detención ilegal de Chaparro Alvares y Lapo Iñiguez, como consecuencia de


la “operación antinarcótica Rivera” donde es incautaron cajas térmicas en las
que se detectó la presencia de clorhidrato de cocaína y heroína, generó que la
Corte Interamericana de Derechos Humanos adoptara estándares sobre la
prisión preventiva y la debida motivación de las decisiones adoptadas por los
órganos del gobierno que afecten los derechos universales. En este sentido,
todas las decisiones judiciales, sin excepción, deben tener como condición la
debida motivación de las resoluciones, porque con esta se puede garantizar el
derecho de defensa y ante la carencia de esta, los imputados no podrían
defender de manera adecuada su derecho a la libertad, además, las razones por
las que fueron privados de su libertad fue una causal de entorpecimiento de la
defensa y dificultó la tarea de presentar nuevas evidencias o argumentos para
una adecuada impugnación.

La CIDH recordó que según el artículo 7.2 de la Convención, nadie puede ser
privado de su libertad física, y mediante este análisis, se reconoció la garantía
primaria del derecho a la libertad física. Además, esta corte dijo que la detención
de la persona y su consecuente incomunicación solo puede ser excepcionar,
porque la vulnerabilidad de la persona es alta; este encierro prolongado es
considerado como un tratamiento cruel e inhumano que daña la integridad
psíquica y afecta la moral de la persona a quien el Estado la subyugó.

La corte reitera los estándares que se prefijaron en sentencias previas para


asegurar la libertad y las condiciones dignas de la persona y que el Estado debe
proteger, porque la seguridad no solo incluye la protección de los ciudadanos en
su día a día, sino también la protección contra todas las interferencias ilegales
contra la libertad física que se representa de múltiples formas. El derecho a ser
informado permite al detenido impugnar la legalidad del hecho, el artículo 7.4 de
la Convención implica informar sobre los motivos de la detención y los hechos y
fundamentos jurídicos y todo esto debe darse de forma inmediata al momento
de la detención.

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