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APLICADA AL
SALVAMENTO
ÍNDICE 2
Al hablar de la conducta del socorrista hay que referirse a toda interacción que
establece con todo lo que le rodea y afecta, ya sea proveniente de sí mismo o de
su entorno (objetos, personas o situaciones), durante el desempeño de su labor.
“Caso presentado (grabación de solicitud de ayuda al teléfono de emergencias) >> Un socorrista reporta que un niño se ha ahogado y no respira.
La telefonista le pide la dirección de la instalación. El socorrista no se la sabe. El niño fallece porque la ambulancia encuentra el club demasiado
tarde”.
Cuando nos comportamos emitimos una serie de respuestas que se manifiestan a 3 niveles que se influyen de manera
recíproca:
● MOTOR: tiene que ver con todo lo que hacemos de forma motriz, de manera perceptible para otro.
Punto de interrelación
FISIOLÓGICO
MOTOR
COGNITIVO
Incluso antes de nacer y a lo largo de nuestra vida, movilizamos unos niveles de energía. Este
estado natural de gasto energético es lo que se denomina nivel de activación.
● Para cada nivel de respuesta: podemos estar muy activados a nivel cognitivo y poco a nivel
motor (por ejemplo escuchar instrucciones del médico por el Walkie-talkie en una
intervención).
● Para cada situación: no estamos igual de activados nadando que vigilando a través de unos
prismáticos).
● Para cada individuo: no todos los socorristas responden con el mismo nivel de activación en
una misma situación.
El socorrista en el desempeño de su labor, tiene que realizar una diversidad de tareas (vigilar, aplicar primeros auxilios,
comunicar normas, prevenir, etc), que requieren distintos niveles de activación para ser realizadas con eficacia. El nivel de
activación óptimo que va a necesitar el Socorrista para realizar una acción va a depender básicamente de:
FACTORES INDIVIDUALES:
● El estilo conductual del socorrista: un socorrista suele responder de manera impulsiva sin pensar dos veces las
cosas, probablemente debería afrontar una situación de primeros auxilios con un nivel de activación menor que
otro que sigue a rajatabla la consigna “pensar, respirar, actuar”. Por el contrario, un socorrista con “sangre de
horchata” quizá debería responder con un mayor aumento de activación que otro “que no puede estar quieto”,
para, por ejemplo, hacerle saber a una persona que con sus acciones está poniendo en peligro a una parte de los
usuarios.
● La experiencia en una situación: un socorrista que tiene una gran habilidad para realizar una tarea concreta (por
ejemplo, realizar inmovilizaciones de columna en el agua) podrá compensar en cierto modo, los efectos
perjudiciales de una excesiva activación, mientras que a otro que de por sí no tiene gran habilidad en la técnica,
un estado de excitación o alta activación pondrá en peligro la correcta ejecución de la técnica y al accidentado al
que se le aplica.
COMPLEJIDAD DE LA TAREA:
En general los niveles de activación altos, son mejores para el rendimiento óptimo en actividades motoras
gruesas, de fuerza durante periodos breves o de velocidad. Por el contrario, los niveles de activación bajos son
apropiados para tareas complejas, que necesitan de movimientos precisos, coordinación fina o concentración.
Ser capaces de conseguir llevar nuestra activación lo antes posible al nivel deseado, permite rendir a nivel
fisiológico, cognitivo y motor de manera ideal.
Para alcanzar esta habilidad, la Psicología cuenta con determinadas estrategias que se describen más adelante.
Serán técnicas de gran ayuda para los socorristas que perciben que algunas de las labores que han de realizar
superan sus capacidades, generándoles un estado de estrés o que responden a situaciones puntuales con un
estado de sobre activación inadecuada (ansiedad).
3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
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3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
Horas de atención sostenida en un entorno bullicioso, subidos en una silla
o de pié, patrullando bajo un sol de justicia, tocando el silbato para llamar
la atención o discutiendo con “gamberros” que quieren hacer de la zona
de baño su territorio particular. Muchas horas y días en ese estado. El
socorrista tendrá que utilizar una serie de recursos si no quiere que
situaciones como las descritas, le afecten llevándole al tan utilizado
término de estrés.
3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
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El grado de mantenimiento y duración del estrés va a depender en gran medida de la valoración que el socorrista hace de:
• La respuesta de activación (desorganización) que emite, elevación de la presión arterial, por ejemplo.
Lo anterior va a provocar que una situación valorada (de manera consciente o no) como estresante se resuelva con mayor o
menor eficacia, se mantenga más o menos tiempo, y, por lo tanto, produzca unas consecuencias de diferente calibre que pueden
derivar en problemas como: alteraciones en el estado de ánimo, problemas psicológicos o de conducta e incluso serias
alteraciones orgánicas (trastornos psicofisiológicos).
3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
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Tipos de estresores:
● Psicosociales: son situaciones que se convierten en estresores a través de la interpretación cognitiva o del significado
que la persona les asigna. Por ejemplo, un socorrista se puede sentir molesto al ser observado por los bañistas mientras
pasea vigilando o socorriendo.
● Biológicos: son situaciones o estímulos que se convierten en estresores por su capacidad de producir cambios
fisiológicos en el organismo, independientemente de la valoración cognitiva que hacemos de esa situación. Por ejemplo,
permanecer un tiempo prolongado en agua fría por las características de un salvamento o permanecer bajo el sol sin
protección.
3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
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A. Cambio o novedad en una situación. Estas, demandan una adaptación por parte del socorrista, más o menos
complicada (la asignación a una piscina o playa diferente).
B. Duración de la situación de estrés. A mayor duración, mayores consecuencias negativas, por ejemplo, trabajar la
temporada sin días libre.
C. Probabilidad de que ocurra el acontecimiento. Cuando la probabilidad es altísima o muy baja, el estrés es menor, ya
que no se da un nivel de incertidumbre tan alto como cuando hay cierta probabilidad de que ocurra algo. Por ejemplo, un
caluroso domingo de piscina en su hora punta o un día de bandera amarilla en el que hay niños bañándose.
D. Ambigüedad. Cuando la falta o el exceso de información impiden valorar la situación con claridad. Por ejemplo, ser
llamados por megafonía para acudir inmediatamente a una zona que no vemos o ver a una persona “palmear” el agua
repetida y enérgicamente.
3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
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En definitiva, muchas situaciones van a requerir unas demandas hacia el socorrista. Estas van a generar sobre él un estado de
presión que puede no ser afrontado adecuadamente o ser percibido como superior a sus capacidades para resolverlas. Esto, a
su vez, puede llevarle a un estado de sobreactivación contínua que le va a hacer cada vez más vulnerable.
Su capacidad de autocontrol y autoconfianza se sostendrán sobre “pilares” más débiles. Situaciones críticas pueden dispararle
hacia la sobreactivación provocándole una respuesta de ansiedad en momentos en que la cabeza tiene que estar sobre los
hombros.
3. ESTRÉS EN EL SOCORRISTA
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Esta reacción es filogenética. Todas las especies la emiten ante la percepción del peligro y
facilita el inicio de respuestas de afrontamiento. Seguramente hasta el socorrista más
somnoliento por calor y por estar recién comido, espabilará instantáneamente al percibir esta
situación de emergencia. A esta reacción, básicamente emocional, se la conceptualiza en
Psicología como MIEDO.
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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La ansiedad es una respuesta similar al miedo, si bien, tiene lugar ante situaciones en las que es irracional e inadecuado
reaccionar así. Tanto en la reacción lógica de miedo como en la desadaptativa de ansiedad, se produce en el individuo una
fuerte sobreactivación.
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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La sobreactivación en el salvamento
Ante la percepción de una situación y su interpretación cognitiva como “situación peligrosa (sea o no real el peligro), el córtex
cerebral, lugar donde se interpreta el estímulo, envía señales a un pequeño órgano del cerebro, el hipotálamo. Este, pone en
marcha numerosos cambios en el organismo a través del Sistema Nervioso Simpático y el Sistema Neuroendocrino.
Entre otras cosas, el corazón comienza a latir más rápida e intensamente: la respiración se acelera y se hace más superficial y la
presión sanguínea se eleva. También se contraen los vasos sanguíneos periféricos y los que aportan sangre al aparato digestivo.
Se liberan sustancias activadoras (adrenalina y noradrenalina) y el Sistema Nervioso Somático contrae los músculos
preparándolos para la acción.
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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Para efectuar un Salvamento Acuático, por ejemplo, el nivel de activación debe ser Medio-Alto, ya que, aunque a nivel cognitivo
se debe tener la “cabeza fría” (nivel cognitivo medio), a nivel fisiológico y motor se debe actuar con una intensidad que facilite la
presteza y el esfuerzo. La respuesta de miedo al percibir la situación ha provocado una intensa sobre activación.
El socorrista debe controlar este estado, disminuyéndolo al nivel adecuado lo antes posible, para no perder eficacia. Si el
socorrista responde con ansiedad, la sobre activación se mantendrá durante la intervención. El socorrista puede entonces actuar
de varias formas:
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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Manifestaciones de la ansiedad
A nivel Fisiológico: se aumenta la frecuencia cardíaca, tensión muscular excesiva, taquipnea, hipertensión, aumento de la
sudoración, aumento del nivel de la adrenalina, vasoconstricción periférica, sequedad de boca, dilatación de las pupilas,
disminución de la temperatura en las extremidades, lividez o rubor facial.
A nivel Cognitivo: valoraciones irracionales, pensamientos negativos, desorganización en la toma de decisiones, bloqueo en el
análisis de la información, falta de autoconfianza, concentración deteriorada, focalización inadecuada de la atención, olvido de
aspectos relevantes de la tarea, sensación de falta de control.
A nivel Motor: aumento del tiempo de reacción, alteraciones en la coordinación, imprecisiones en gestos técnicos, precipitación
en las acciones, bloqueo, gestos motores inadecuados o innecesarios, tartamudeo, imprecisión verbal. En definitiva, un estado
de ansiedad es un estado de sobre activación inadecuada, y tiene lugar, de una forma u otra, en estos tres niveles de respuesta
descritos.
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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La intervención psicológica en crisis ha de estar encaminada a facilitar la resolución psicológica de la crisis evitando las posibles
secuelas psicofisiológicas.
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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● Emergencia: dentro de un conjunto de factores conocidos, surge un suceso que no se esperaba, el cual es desagradable
por causar o poder causar daños o alteraciones de las personas, los servicios, el medioambiente, etc. Rompe con la
normalidad del sistema pero no excede la capacidad de respuesta de las personas a las que afecta. Conlleva medidas de
prevención, protección y control.
● Crisis: estado conflictivo en el cual se rompe la normalidad un sistema y se desorganiza, pudiendo ser su origen interno o
externo al propio sistema.
● Accidente: siniestro que sólo afecta a una parte delimitada de la población, como, por ejemplo, los ocupantes de un
coche, los inquilinos de un edificio…
● Desastre: los hechos ocurridos afectan de forma indiscriminada a toda la población, afectando así la vida social cotidiana.
Instituciones públicas y privadas, en caso de quedar indemnes, pueden ayudar a la comunidad afectada.
● Catástrofe: situación en la que un hecho imprevisto afecta a una comunidad de forma global, incluidas las instituciones
tanto públicas como privadas. Como ejemplo: maremotos, huracanes, explosiones nucleares…
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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B. Tensión y agresividad
● El nivel de ansiedad que desarrolla en una situación de emergencia una persona tiene mucho que ver con la elaboración
individual de la información que hace de dicha situación.
● Ejemplo: una persona realiza un mecanismo de desplazamiento, es decir, culpar a otra persona del hecho acontecido
(culpar a un médico de la muerte natural de un familiar), mientras que otra aceptaría la situación tal cual ha pasado.
● Otro mecanismo mediante el cual una persona puede hallar consuelo a su dolor es con agresividad. No es una ira dirigida
hacia los demás, sino que es una manera de descargar el sentimiento de rabia propia de la fase de shock. Se debe
actuar con tranquilidad, no respondiendo con agresividad a su ira y entendiendo que es dirigida hacia sí mismo, no hacia
otros.
● Nota: hablar sobre el hecho traumático inmediatamente después de producirse produce un desgaste psicológico a corto
plazo, pudiendo empeorar incluso su estado de ánimo, aunque tiene beneficios a largo plazo.
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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DUELO
El duelo es un proceso de desequilibrio del estado de salud física, emocional y social, que se produce como
consecuencia de la pérdida de un ser querido.
1. Negación de sentimientos y separación emocional de la realidad del fallecimiento del ser querido.
2. Sentimientos relacionados con la pérdida: depresión, ira…
3. Aceptación gradual de la pérdida: romper el vínculo con la persona fallecida y desarrollar gradualmente otras relaciones
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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1. Aceptar la pérdida: implica aceptar intelectual y emocionalmente que nuestro ser querido ha muerto y que no volverá.
2. Trabajar las emociones del dolor de la pérdida: consiste en tareas de elaboración del dolor para evitar que la persona
3. Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo: significa encontrar un lugar para la persona que ha muerto en
su vida emocional, permitiendo así continuar con la vida después de dicha pérdida. Esta tarea permite formar apegos
nuevos.
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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Duelo patológico
4. ANSIEDAD EN SITUACIONES DE
EMERGENCIA
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Es preciso tener cuidado también con pensamientos excesivamente optimistas, que nos colocan por encima de nuestras
posibilidades. La verdadera señal de autoconfianza es ser capaz de reconocer y aceptar nuestras capacidades y limitaciones
(descubiertas a través del entrenamiento) y actuar en consecuencia.
En definitiva, las interpretaciones subjetivas que hacemos de la realidad (pensamientos negativos, ideas irracionales, etc) no
colaboran en lograr el objetivo que el socorrista puede pretender en esa situación.
En aquellas situaciones problemáticas en las que el socorrista debe adoptar un papel activo, es preciso que su nivel de
respuesta cognitivo sea capaz de funcionar adecuadamente.
Cuando la misma situación provoca una desorganización en este nivel de respuesta como consecuencia del estrés o la
ansiedad, se hace necesario que el Socorrista sea capaz de reorganizar sus ideas rápida y eficazmente. Las habilidades para
conseguirlo, no son fáciles, pero una vez aprendidas y entrenadas resultan de gran eficacia.
Entrenamiento en autoinstrucciones:
Si tenemos en cuenta que la respuesta cognitiva influye sobre la fisiológica y motora, los pensamientos negativos o inadecuados
van a influir en lo que hacemos a nivel motor y en cómo nos sentimos a nivel fisiológico. Muchas veces estos pensamientos
están tan automatizados y son tan rápidos que resulta incluso difícil ser consciente de que se están teniendo. La técnica de
Autoinstrucciones surge como un arma para luchar contra comportamientos de este tipo.
● Ser capaz de modificar los pensamientos o auto verbalizaciones que interfieren con la acción que se debe llevar a cabo.
● Guiar y regular el comportamiento eficaz.
Para conseguirlo lo que se hace es centrar la atención en darnos auto instrucciones adecuadas, como las de:
➔ Ser realistas.
➔ Ser breves.
➔ Ser positivos (dentro de la perspectiva realista).
El fundamento que da sentido a la técnica es el de que si centramos la atención en darnos auto instrucciones que nos ayudan a
conseguir el objetivo, no podemos, a la vez, centrarnos en pensamientos que interfieren con este objetivo.
Lo ideal sería que los pensamientos adecuados surgieran instantánea y automáticamente en cada situación. Este patrón se da
con acciones muy bien aprendidas. Por ejemplo, si centramos nuestra atención en cada paso que damos cuando corremos,
seguramente lo haremos peor “que si nos dejamos llevar”. Hay que hacer un esfuerzo para pensar con calma y claridad. A veces
incluso, hay que darse las auto instrucciones en voz alta.
● Realizar comportamientos apropiados inmediatos. Por ejemplo: “lo agarraré por la espalda” o “le hablaré mientras
remolco”.
● Controlar de forma simultánea la ejecución. Por ejemplo: “mantén el ritmo de nado” o “fuerte patada de remolque”. ¿Oigo,
siento y veo que respira? En la medida en que manejamos el pensamiento eficaz a través de las auto instrucciones los
pensamientos se lograrán ir automatizando en esa situación y las auto instrucciones podrán terminar siendo meras
palabras clave, igual de eficaces. Por ejemplo: ¡Venga, vamos! ¡Eso es! ¡Así, vale!
6. EL CONTROL DE LA ATENCIÓN
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6. EL CONTROL DE LA ATENCIÓN
“El reconocimiento de accidentes requiere, por encima de todo, la atención permanente por parte de los socorristas. Una norma
incluida en los protocolos de vigilancia de la United States Lifeguards Association es la de que el socorrista debe ser capaz de
identificar en menos de 10 segundos si una persona está sufriendo un incidente y, si es así, tardar menos de veinte segundos en llegar
hasta ella. Una recomendación: dotar a los socorristas de gafas de sol polarizadas, que eliminan los reflejos en el agua y ayudan a ver
a los bañistas”.
6. EL CONTROL DE LA ATENCIÓN
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Estilos de atención:
La atención se controla en la medida en que somos capaces de mantenerla en los estímulos que nos son relevantes. Estar
concentrado es, por tanto, ser capaz de dirigir la atención a la tarea que queremos realizar prescindiendo de estímulos,
llamémosles neutros. Cuando se presta atención a algo, podemos atender a muchos estímulos o a pocos y a aspectos del
exterior o de nosotros mismos.
Las dimensiones de las que hablamos dan lugar a cuatro tipos de atención que permiten afrontar los requerimientos de una
situación:
● Estilo Amplio – Externo: implica percibir una variedad de estímulos que se hallan en el exterior, por ejemplo: vigilar las
personas que se están bañando y comprobar que todo está en orden.
● Estilo Estrecho – Externo: se dirige la atención a estímulos muy concretos del ambiente. Predomina cuando se realiza
una acción específica, por ejemplo, al percibir una persona ahogándose.
● Estilo Amplio – Interno: propio de acciones de análisis y planificación, por ejemplo atender mentalmente a los pasos a dar
para acercarnos, controlar y remolcar al accidentado. .- Estilo Estrecho – Interno: tiene que predominar en aspectos más
concretos de nuestra persona, por ejemplo, centrarnos en la respiración para disminuir la tensión acumulada o atender a
la fuerza que se está imprimiendo en la realización de una compresión cardíaca durante una RCP.
6. EL CONTROL DE LA ATENCIÓN
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Caso planteado
Un miembro de la Marina de los EEUU pide permiso a los socorristas de una piscina en Honolulu, Hawaii, para hacer prácticas
de buceo consistentes en mantenerse debajo del agua el mayor tiempo posible, pero no más de 4 minutos, en la parte poco
profunda. Los socorristas se dan por enterados y dan su permiso.
En varias ocasiones algunos usuarios advierten a los socorristas de que hay una persona que lleva mucho tiempo debajo del
agua, pero éstos explican el tipo de ejercicio que está realizando. Cuando por fin hacen caso, la víctima llevaba debajo del agua,
fallecido, más de 15 minutos
6. EL CONTROL DE LA ATENCIÓN
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Otros, son muy receptivos a lo que pasa en el exterior, pero poco capaces de autoevaluarse. Van a guiarse más por aspectos externos
olvidando quizá aspectos relevantes de sí mismo, por ejemplo, dosificar las fuerzas en un salvamento de larga distancia, planificar la
extracción de un posible lesionado de columna, cuidar la postura en una RCP, etc
VIDEO EJEMPLO
http://www.yonigottesman.com/video/drowning_video/drowning_video.html
Es muy difícil de mantener niveles elevados de atención durante más de 40 – 50 minutos en la labor de socorrista, por lo que la
atención puede disminuir o no ser la adecuada, siendo un problema frecuente en la vigilancia. El mantenimiento de la atención
en la zona de baño en general, de manera pasiva (simplemente mirar) puede hacer que el socorrista se sature por los estímulos
más o menos similares (gente bañándose) o que mire, pero no vea, ya que está con la cabeza en “otro lado”.
Contra esto hay que hacer de la vigilancia, en este caso, algo activo, algo que, sin ser más agotador, sirve para mantener la
atención en nuestro objetivo: la zona de baño y los que están allí. Para conseguirlo se pueden desarrollar procedimientos de
vigilancia sencillos y variados que permitan adecuar nuestra atención a la tarea – objetivo.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
No todas las normas ni los mensajes de prevención y seguridad están colocados en los carteles informativos (cuando los hay) de
la zona de baño. Durante la labor del socorrista, se dan situaciones en las que este, debe comunicarse de manera directa con
los usuarios de la zona de baño. En ocasiones bastará con hacer señales significativas con los brazos (por ejemplo, hacer el
gesto de alto para que un bañista deje de correr por el borde de la piscina), lanzar pitidos cortos y seguidos con el silbato, etc.
En otras ocasiones será necesario que el socorrista interactúe de “tú a tú” con el usuario, debiendo poner el socorrista en
marcha una serie de recursos que faciliten la consecución de su propósito.
No obstante, muchas veces la comunicación no va a ser algo fácil por razones como:
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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La comunicación verbal:
Un socorrista que cuenta con habilidades de comunicación, va a ser una persona que interactúa con los otros con un estilo seguro,
asertivo. El asertividad se refiere a la capacidad de expresar de manera clara lo que se desea sin despreciar por ello, los derechos
que la otra persona tiene merecimiento de respeto, aceptación de un punto de vista diferente, etc.). El socorrista se va a mostrar
seguro a través de lo que dice y de cómo lo dice. En este sentido, tiene que considerar y cuidar el hecho de que la comunicación
cuenta con una dimensión verbal y otra no verbal. Tan importante es una como otra.
Las claves vocales: el tono, el volumen, la velocidad, pueden afectar el significado de lo que se dice. Ejemplo de esto puede ser
hablar gritando o por el contrario, llamar la atención con verbalizaciones lentas, titubeantes y en un tono bajo. Ambas claves
vocales ponen al usuario en una posición negativa hacia el socorrista y peor aún hacia lo que dice.
Qué decir: las diferentes palabras o frases que vamos a utilizar para transmitir el mensaje. Debemos hablar con claridad y
concreción, utilizando el mismo “código”, de manera que las palabras que utilizamos signifiquen lo mismo para quién las escucha.
A quién: en relación con lo anterior, es posible que no se utilicen las mismas palabras para decir lo mismo, en función de que se
dirijan a un niño o a una persona adulta.
Para qué: si un socorrista comunica un mensaje a un usuario es para conseguir algo. Tiene el objetivo de prevenir. En este
sentido, el socorrista no debería utilizar mensajes cargados de emoción (exaltados o de ira) ni iniciar discusiones o
enfrentamientos ante posibles estados de ira o provocación de ciertos usuarios. Discutir, amenazar o imponer agresivamente algo,
no debe ser objetivo del socorrista al comunicar un mensaje
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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La comunicación no verbal:
Tan importante como el mensaje hablado que el socorrista articula, son toda una serie de componentes no verbales que resaltan el
estilo asertivo de la comunicación.
La expresión facial: una expresión relajada de la cara, mientras escuchamos una protesta airada de un bañista, denota serenidad
por parte del socorrista. Lo mismo ocurre cuando es el socorrista el que debe hacer una llamada de atención.
El contacto ocular: cuando el socorrista hace una llamada de atención a un usuario, independientemente del tipo de persona de
que se trate debe hacer que predomine el contacto ocular con el interlocutor durante el intercambio del mensaje. Una mirada huidiza
o dirigida hacia el suelo mientras habla sería signo de falta de autoconfianza en el socorrista.
Los gestos: pueden ayudarnos a apoyar o enfatizar el mensaje verbal. Deben ser naturales y coherentes con lo que decimos.
La postura: al igual que los gestos, debe ser natural y relajada, abierta. Por ejemplo, cruzar los brazos o separarlos
considerablemente del cuerpo es percibido como un gesto tenso, de defensa, mientras se inicia o mantiene una conversación.
La proximidad espacial: en la comunicación de mensajes de prevención “de tú a tú”, debemos cuidar la distancia a la que hablamos
con el usuario para:
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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CONCEPTO DE COMUNICACIÓN:
La comunicación es un tipo de relación interpersonal, que se produce en un momento concreto y en un entorno determinado y
consiste en un intercambio de información, orientada al logro de un determinado objetivo.
La comunicación es una de la habilidades más importantes y necesarias para el socorrista ya que a través de la misma envía
y recibe mensajes, previene, avisa, informa y educa al público usuario y ayuda a salvar vidas.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN PARA EL SOCORRISTA:
En todas las funciones y labores que intervienen el socorrista la comunicación está presente:
● Labor preventiva:
○ Acotar las zonas de baño que puedan causar daños o accidentes.
○ Izar banderas acerca del estado de la mar.
○ Advertir al público de determinados peligros.
● Labor informativa:
○ Hacia el público.
○ Hacia sus compañeros.
● Labor intervenida:
○ Practicar un rescate.
○ Realizar una cura.
● Labor coordinativa:
○ Coordinarse con los compañeros y los mandos.
○ Avisar a los servicios de emergencias.
● Labor de relaciones públicas:
○ Tener bien ordenado el puesto de socorros.
○ Mantener una buena imagen.
○ Guardar la compostura.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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ELEMENTOS A CONSIDERAR EN LA COMUNICACIÓN:
En todo proceso comunicativo existen una serie de elementos que deben considerarse.
● Emisor: es la persona que percibe, piensa y siente, con unas circunstancias y necesidades concretas que, en un momento
concreto, se plantea un objetivo con respecto a otra persona: el receptor.
● Receptor: es la persona que percibe, interpreta y se siente afectado por el mensaje de alguna manera, provocando en él
una respuesta que, a su vez, será percibida e interpretada por el emisor.
● Mensaje: es el vehículo a través del cual se trasmite la información. Debe estar construido en base a un código común
compartido por los dos interlocutores “el lenguaje” y se transmite a través del comportamiento.
Existen dos tipos de códigos o lenguajes a partir de los cuales se trasmiten los mensajes.
El código no verbal: los gestos, la mímica, la postura, la orientación, el tono de voz, el volumen.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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● Contexto: la comunicación entre dos personas se realiza en un entorno o contexto determinado que, condiciona el
comportamiento de ambos interlocutores y su interacción.
○ Las condiciones Físicas: lugar, momento, nivel de ruido, distancia.
○ Las condiciones psicológicas: creencias, ansiedad y estados emocionales perturbadores, sesgos perceptivos,
inhabilidad social, autocontrol, situación, etc.
● Feedback: proceso mediante el cual nos hacemos conscientes del impacto que produce nuestra información y nuestro
comportamiento en el otro. Los mensajes de la comunicación son ida y vuelta. Sin esta información de retorno no hay
auténtica comunicación interpersonal. No sabemos si nuestro mensaje ha llegado. Incluso en caso de que haya llegado, el
feed-back es útil sólo si nos trasmite o nos informa acerca del tipo de impacto que ha supuesto en el receptor nuestro
mensaje: acuerdo, desacuerdo, estado de ánimo que provoca, etc. Sólo cuando el feed-back nos proporciona esta útil
información estamos en disposición como emisores de rehacer o de reajustar nuestro mensaje para podernos ir aproximado
al logro del objetivo que nos habíamos planteado. Como receptores nuestros feedback permitirá a nuestros interlocutores
realizar matices en su discurso, o aclarar algún aspecto, que considera que nos hemos comprendido bien, ya que nuestros
feedback no se ajusta a lo que nos quería contar. Nuestro feedback, le permite valorar si le estamos entendiendo e irse
adaptando a nosotros.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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Para comunicar efectivamente, el socorrista debe adaptar su lenguaje a la situación. Necesitará tener claro:
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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FUNCIONES Y RESPONSABILIDADES DEL SOCORRISTA COMO EMISOR /RECEPTOR:
Como EMISOR, el socorrista:
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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COMUNICACIÓN SOBRE EL LENGUAJE NO VERBAL:
La comunicación no verbal juega un papel importante en el proceso de comunicación global (55%). El socorrista tiene que ser
consciente de su propia comunicación no verbal y también ser capaz de entender la comunicación no verbal de sus interlocutores.
La comunicación no verbal resulta imposible de ocultar. Se puede decidir no hablar o no comunicar verbalmente, sin embargo,
resulta imposible no enviar mensaje a través del rostro, del cuerpo o de nuestra imagen, por ejemplo. El comportamiento no verbal
posee una serie de funciones bien definidas:
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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Las señales no verbales pueden ayudar o dificultar la comunicación e influyen de la eficacia de nuestro mensaje. Asimismo, las
señales no verbales enviados por el receptor de nuestro mensaje nos pueden decir si nuestro mensaje se ha recibido y está siendo
entendido.
Es importante, sobre todo cuando se trabaja con grandes multitudes y con las personas en dificultades, para poder entender los
mensajes no verbales que emiten. Las personas transmiten información no verbal a través de:
● Expresión facial.
● Mirada.
● Postura.
● Gestos con las manos.
● Proximidad espacial.
● Contacto físico.
● Apariencia personal.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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La comunicación no verbal casi nunca es emitida para será comprendida por nuestros interlocutores, sino para ser sentida por él.
Por consiguiente “leer” la comunicación no verbal no es un proceso paralelo a la lectura de los mensajes hablados.
Cada gesto, movimiento o expresión del ser humano, se integran en la globalidad del proceso comunicativo. Por consiguiente, la
primera dificultad con la que nos enfrentamos es la multiplicidad de significaciones que puede tener un mismo gesto o una misma
expresión facial.
Hay una serie de expresiones y gestos que tienen significado universal que más o menos todos interpretamos de la misma manera.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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● La expresión facial: da información muy valiosa sobre el grado de compresión o desacuerdo, interés o reacción
emocional positiva o negativa de los demás. Se convierte por ello en el elemento de feed-back más poderoso.
● La mirada: tiene una función importante en la expresión de emociones de afiliación o aversión, así como para indicar
que se está escuchando y para indicar cambios en la secuencia emisor-receptor (ceder la palabra al otro).
● La sonrisa: es otro aspecto de la comunicación no verbal que transmiten mucha información y que a menudo la
utilizamos inconscientemente
Si la utilizamos correctamente y estamos relajados, nos permiten crear un clima de confianza con nuestro interlocutor,
facilitamos que el mismo se encuentre cómodo.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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● Los gestos realizados con las manos: que modulan o enfatizan las palabras, e incluso las sustituyen cuando
resulta difícil comunicar con éstas.
Los gestos que realizamos también transmiten mucha información a nuestro interlocutor, y por tanto debemos prestar
atención a los mismo e intentar hacerlos conscientes y voluntarios, para transmitir la información que queremos que
el otro tenga.
● La proximidad y el contacto físico: que informan sobre el grado de cordialidad y afecto. La distancia a la que
estamos de las otras personas también nos transmite información sobre la relación que tenemos con ellas.
● La apariencia personal: la postura, forma de sentarse, permanecer de pie o caminar indican nuestra profesionalidad
como socorristas, asimismo muestra el estado emocional de las personas, su autoestima e incluso los sentimientos
que poseen hacia otros.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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CONSIDERACIONES SOBRE EL LENGUAJE PARAVERBAL:
La imagen que nos formamos acerca del contenido de un mensaje que estamos recibiendo depende en buena parte de los datos
paraverbales que nos envía el receptor, y más concretamente, de su voz y manera de hablar.
La voz trasmite nuestra actitud hacia el interlocutor. En cualquier intervención, el socorrista debe de transmitir profesionalidad, por lo
que su tono de voz tendrá que ser seguro y confiado.
La voz contiene muchas variables que podemos modular para dar un sentido u otro a nuestro mensaje:
● Volumen.
● Velocidad.
● Tono.
● Ritmo.
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En función de lo que siento, o quiero decir mi voz tendrá un volumen determinado, un tono, un ritmo, etc. También la voz se verá
influida por la distancia y el ruido ambiental existente.
Recuerda que el comportamiento del otro es consecuencia de tu comunicación. Otra habilidad ligada con la voz, es el silencia (la no
voz). El silencio en una habilidad de comunicación tan útil eficaz como las otras si sabemos utilizarla correctamente.
A menudo hay situaciones donde la mejor respuesta que podemos tener hacia nuestro interlocutor es no decir nada.
En situaciones donde aparecen emociones es positivo dejar espacio a la otra persona para que pueda expresar cómo se siente y
qué necesidades tiene, así que sería mejor no decir nada y utilizar el silencio, proporcionado un espacio de escucha, de respeto y
de acompañamiento a la otra persona.
8. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
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La comunicación es el acto mediante el cual una persona establece contacto con otra, lo cual le permite transmitir información.
● Comunicación verbal: se utilizan palabras para expresar el mensaje. Existen inflexiones de nuestra voz (palabras, tono de voz
etc.). Es el qué decimos.
● La comunicación no verbal hace referencia a los canales utilizados para comunicar mensajes sin el uso de palabras (silencio,
contacto visual, expresión facial, posturas…). Es el cómo lo decimos.
A. Escucha activa
● Definición: atención prestada a la importancia de los mensajes tanto verbales como no verbales de la persona. No consiste
solamente en oír.
● Escuchar es atender, entender y dar sentido a lo que se escucha.
● Proceso que consume mucha energía por parte de quien escucha
● Es básica para el buen establecimiento de la empatía.
● Es una habilidad (que se puede entrenar) para entender los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que está
diciendo la otra persona.
● Evitar distracciones
● Evitar interrumpir al que habla
● No juzgar
● Restar importancia a lo que la otra persona está sintiendo.
● Acaparar el discurso
● Evitar el síndrome del experto: ya tienes la respuestas al problema de la otra persona
1. Empatía: consiste en escuchar activamente las emociones de las personas, tratar de ponernos en el lugar del otro y
entender sus razones.
2. Parafrasear: consiste en utilizar nuestras propias palabras para repetir lo que el emisor acaba de decir. Cumple la
función de ayudar al otro a que se sienta escuchado y ofrecer la posibilidad de que nos corrijan si algo hemos
entendido mal.
3. Emitir palabras de refuerzo: significa usar verbalizaciones que refuerzan la conducta de la otra persona. Esta
conducta puede ser expresar lo que uno siente o llevar varios días sin fumar si está intentando dejarlo. En pocas
palabras, significa reforzar lo positivo para animar a la otra persona a que siga haciéndolo de la misma manera.
4. Resumir: se trata de informar a la otra persona de nuestro grado de comprensión sobre lo que nos ha contado o de la
necesidad de mayor aclaración. Al igual que el parafraseo, ayuda a la persona a que se sienta comprendida.
Algunas situaciones cotidianas dificultan la comunicación en la relaciones. Pueden ser provocadas por nosotros mismos, las
personas con las que estamos hablando o por ambas partes:
B. Respuesta funcional
Objetivo: influir en la conducta del receptor. De este modo, el socorrista debe encaminar sus mensajes de manera que el
individuo entienda cómo puede obrar de manera efectiva dentro de una situación de crisis.
C. Comunicación operativa
Objetivo: enseñar a hacer algo o a dar una instrucción concreta. Se debe usar un lenguaje directo, sencillo, con verbos de
acción, ejemplos prácticos y un soporte escrito que permita su posterior consulta.
Conocer el perfil psicológico de la víctima es de suma importancia debido a que la actuación comunicativa dependerá en parte de ello.
Existen 5 subsistemas que ayudan analizar el perfil CASIC:
1. Conductual: se refiere a la actividad que realiza el sujeto (trabajar, hacer deporte, comer, dormir, usar sustancias psicoactivas).
2. Afectivo: sentimientos que una persona puede tener acerca de cualquiera de estos comportamientos, de un incidente
traumático o de la vida en general.
3. Somático: sensaciones corporales (sensibilidad al tacto, el sonido, la percepción, el gusto y la visión).
4. Interpersonal: cantidad y calidad de la relaciones personales entre la persona y su familia, sus amigos, sus vecinos, etc.
5. Cognitiva: representaciones mentales en relación a la vida, el entorno, la sociedad, los recuerdos sobre el pasado y las
aspiraciones futuras
● Intervención en la fase iniciales: ofrecer un alto nivel de apoyo emocional y confortar a las personas cuyos seres queridos están
esperando un rescate, desaparecidos y probablemente muertos, muertos y esperando una identificación, hospitalizados…
● Asegurar que las personas afectadas tienen un acceso adecuado a los cuidados que necesiten.
● Identificar a las personas más afectadas por la situación y ofrecerles apoyo psicológico.
● Líneas de actuación organizativas:
○ Preplanificación: es necesario para poder responder con rapidez y efectividad.
○ Unión de la planificación: plan desarrollado para ofrecer una atención de calidad.
○ Seleccionar a los trabajadores: seleccionar a los trabajadores de entre el personal de las agencias de servicios
humanitarios de la comunidad.
● La relaciones físicas, cognitivas y emocionales en situaciones de estrés son muy comunes después de un hecho traumático.
● Por eso, es necesario aprender a identificar los síntomas de ansiedad propios y ajenos, así como realizar un entrenamiento del
manejo del estrés que nos permitan gestionar la ansiedad.
● Entre dichas técnicas destacan: ** (siguientes diapositivas)