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CONT RADICCIÓN DE CRIT ERIOS 40/2023

SUSCITADA ENT RE: EL T RIBUNAL COLEGIADO DEL T RIGÉSIMO SEGUNDO CIRCUITO (REGIÓN CENT RO – SUR) Y EL PRIMER

T RIBUNAL COLEGIADO EN MAT ERIAS PENAL Y ADMINIST RAT IVA DEL QUINTO CIRCUITO (REGIÓN CENT RO – NORT E)

PONENT E: MINIST RO ART URO Z ALDÍVAR LELO DE LARREA

SECRETARIO: JULIO CÉSAR RAMÍREZ CARREÓN

SECRETARIA AUXILIAR: CLARA LUCÍA REYES NÚÑEZ

ÍNDICE T EMÁT ICO

Apartado Criterio y decisión Págs.

I. Competencia La Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, es compet ent e para 5

conocer del present e asunto.

II. Legitimación La denuncia fue present ada por part e legit imada. 6

III. Criterios denunciados Se resumen los crit erios sust ent ados por los órganos cont endient es. 6 - 25

IV. Inexistencia de la La cont radicción de crit erios denunciada es inexist ent e. 25


contradicción.

V. Decisión ÚNICO. No exist e la cont radicción denunciada. 33

CONT RADICCIÓN DE CRIT ERIOS 40/2023

SUSCITADA ENT RE: EL T RIBUNAL COLEGIADO DEL T RIGÉSIMO SEGUNDO CIRCUITO (REGIÓN CENT RO – SUR) Y EL PRIMER

T RIBUNAL COLEGIADO EN MAT ERIAS PENAL Y ADMINIST RAT IVA DEL QUINTO CIRCUITO (REGIÓN CENT RO – NORT E)

VIST O BUENO

SR/A. MINIST RA/O

PONENT E: ART URO Z ALDÍVAR LELO DE LARREA

COT EJÓ

SECRETARIO: JULIO CESAR RAMÍREZ CARREÓN

SECRETARIA AUXILIAR: CLARA LUCÍA REYES NÚÑEZ

Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, en sesión correspondient e al veint iséis de abril de dos
mil veint it rés, emit e la siguient e:

SENT ENC IA
Mediant e la cual se resuelve la cont radicción de crit erios, suscit ada ent re el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito (Región

Cent ro-Sur) al resolver el amparo directo penal ***/**** y el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto
Circuito (Región Cent ro-Nort e) al resolver el amparo directo ***/****.

El problema jurídico a resolver por la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación consist e en det erminar si exist e la
cont radicción de crit erios denunciada.

ANTECEDENTES DEL ASUNTO


1. Denuncia de la contradicción. El dos de febrero de dos mil veint it rés, se recibió en est a Suprema Cort e de Just icia de la Nación, por vía

MINT ERSCJN, el escrito de denuncia de cont radicción de crit erios suscrit a por un Magist rado int egrant e del Tribunal Colegiado del
Trigésimo Segundo Circuito (Región Cent ro – Sur). En su escrito denunció la posible cont radicción de crit erios sust ent ada ent re: el

emit ido por el el Cuarto Tribunal Colegiado de Circuito del Cent ro Auxiliar de la Tercera Región, con residencia en Culiacán, Sinaloa, al
[1]
resolver el amparo directo 666/2013 (cuaderno de principal 462/2013) , dict ado en apoyo del Quinto Tribunal Colegiado del Décimo

Quinto Circuito, (Región Cent ro-Nort e); el emit ido por el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito (Región Cent ro – Sur) , al
resolver el amparo directo ***/****; y el emit ido por el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito

(Región Cent ro – Nort e), al resolver el amparo directo ***/****.


2. Trámite de la denuncia. El nueve de febrero de dos mil veint it rés, la President a de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación admit ió a

t rámit e la present e cont radicción de crit erios y la regist ró bajo el número 40/2023. Luego, en el mismo acuerdo señaló que la denuncia

est aba formulada por sujeto legit imado.


3. Asimismo, indicó que, de conformidad con el Acuerdo General 67/2022 del Pleno del Consejo de la Judicat ura Federal que reglament a la

compet encia, int egración, organización y funcionamiento de los Plenos Regionales, corresponde al Pleno o a las Sala de est e Alto
Tribunal dilucidar las cont radicciones de crit erios pert enecient es a dist int as regiones. Por lo t anto, únicament e declaró la compet encia
de la Primera Sala de est a Suprema Cort e para conocer de la cont radicción de crit erios suscit ada ent re el Tribunal Colegiado del

Trigésimo Segundo Circuito (Región Cent ro-Sur) al resolver el amparo directo ***/**** y el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal
y Administ rat iva del Quinto Circuito (Región Cent ro-Nort e), al resolver el amparo directo ***/****.
4. Por ot ra part e, precisó que est a Suprema Cort e de Just icia de la Nación carece de compet encia para conocer de cont radicciones de
crit erios suscit adas ent re t ribunales colegiados de circuitos pert enecient es a la misma región. Lo ant erior, porque la denuncia se

presentó con post erioridad al dieciséis de enero de dos mil veint it rés, conforme a lo dispuesto en el art ículo 7 del cit ado Acuerdo
General 67/2022, en relación con lo previsto en los art ículos 1, fracción I, inciso 1, 2 y 4 del Acuerdo General 108/2022. Así, señaló que
est e Alto Tribunal no es compet ent e para conocer de la aparent e cont radicción que se suscitó ent re los crit erios sost enidos por

órganos jurisdiccionales que pert enecen a la misma región, es decir, ent re el Cuarto Tribunal Colegiado de Circuito del Cent ro Auxiliar de
la Tercera Región, con residencia en Culiacán, Sinaloa en apoyo del Quinto Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito, al resolver el
amparo directo 666/2013 (cuaderno principal ***/****) y el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto
Circuito, al resolver el amparo directo ***/****. Por lo t anto, la President a ordenó, por conducto del MINT ERSCJN, la remisión de la

versión digit alizada de las const ancias previament e referidas al Pleno Regional en Mat eria Penal de la Región Cent ro-Nort e, con
residencia en la Ciudad de México, por ser el órgano compet ent e para conocer de la cont radicción ent re los t ribunales de esa misma
región.[2]
5. Así, en el mismo acuerdo det erminó remit ir el present e asunto para su est udio al Minist ro Art uro Zaldívar Lelo de Larrea, int egrant e de la

Primera Sala de est e Alto Tribunal. Asimismo, se solicitó por conducto del MINT ERSCJN a la Presidencia del Primer Tribunal Colegiado
en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito que remit iera la versión digit alizada del original, o en su caso, de la copia
cert ificada de la ejecutoria relat iva al amparo directo ***/****, así como el proveído en el que informara si el crit erio sust ent ado en

dicho asunto se encuent ra vigent e o, en caso de que se t uviera por superado o abandonado, señalara las razones que sust ent en las
consideraciones respect ivas y remit iera la versión digit alizada de las ejecutorias que sust ent en el nuevo crit erio.
6. Avocamiento. El diecisiet e de marzo de dos mil veint it rés, el President e de la Primera Sala de est a Suprema Cort e det erminó el
avocamiento del asunto y señaló que, en su oport unidad, se enviaran los autos a la Ponencia del Minist ro Art uro Zaldívar Lelo de Larrea,

a efecto de la elaboración del proyecto de resolución correspondient e.


7. Informe de criterio vigente. El veint icuat ro de marzo de dos mil veint it rés, el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y
Administ rat iva del Quinto Circuito informó a est a Suprema Cort e vía MINT ERSCJN que el crit erio sost enido en el amparo directo
***/**** se encuent ra vigent e. Asimismo, remit ió la versión digit alizada de dicha ejecutoria.

8. Competencia.
9. Est a Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, es compet ent e para conocer y resolver la present e cont radicción de
crit erios de conformidad con lo dispuesto por el art ículo 107, fracción XIII, de la Const it ución Federal, así como los art ículos 226,

fracción II, 227, fracción II, de la Ley de Amparo y 21, fracción VII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con
los puntos primero, segundo y t ercero del Acuerdo General 1/2023, emit ido por el Pleno de est e Alto Tribunal y publicado en el Diario
Oficial de la Federación el t res de febrero de dos mil veint it rés; en virt ud de que se t rat a de una denuncia de cont radicción de crit erios

suscit ada ent re t ribunales colegiados de diversas regiones. No se adviert e que sea necesaria la int ervención del Tribunal Pleno.
10. Legitimación
11. La denuncia de la posible cont radicción de crit erios proviene de part e legít ima de conformidad con lo previsto en el art ículo 227,
fracción II de la Ley de Amparo, ya que fue present ada por un Magist rado int egrant e del Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo

Circuito, el cual emit ió uno de los crit erios en pugna.


12. Criterios denunciados.
13. A cont inuación, con la finalidad de det erminar si exist e o no la cont radicción de crit erios denunciada, y en su caso, poder est ablecer el

crit erio que debe predominar, se est ima convenient e precisar el origen de los asuntos en que se emit ieron los crit erios cont endient es.
14. Criterio del Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito (Región Centro-Sur), al resolver el amparo directo ***/****
15. Para una mejor comprensión del asunto, conviene precisar los ant ecedent es de los que deriva el crit erio en pugna.[3]
16. Hechos. A las doce horas con treinta minutos del cuat ro de junio de dos mil doce, ingresaron varias personas a un t aller, ubicado en la

ciudad de Colima y propiedad de ****** ***** ****** a quien privaron de la vida con disparos de arma de fuego. Tales hechos fueron
presenciados por un menor de edad que t rabajaba con la víct ima. Post eriorment e, los agresores encendieron el vehículo marca Pont iac,
color rojo, que est aba est acionado afuera del t aller, propiedad de ********** ****** *******, esposa de la víct ima.
17. Detención. Según el report e policiaco emit ido por el agent e de seguridad pública y vial, a las doce horas con cincuenta minutos se

encont raba de recorrido cuando la cabina informó que había un report e en el cual se mencionó que a la alt ura de un t aller se escucharon
detonaciones de arma de fuego. Al brindarles la dirección, los policías acudieron al t aller y encont raron a la víct ima sobre un charco de
sangre, por lo que pidieron el apoyo médico. Asimismo, una persona que no proporcionó sus generales les dijo a los policías que observó

como un hombre salió del t aller y abordó el vehículo rojo que est aba afuera.
18. Al est ar en el lugar de los hechos, la cabina de radio informó que por la carret era Cofradía-Coalat illa se encont raba un vehículo volcado.
Asimismo, el policía que se encont raba en la carret era informó que el vehículo era rojo, marca Pont iac y con las mismas placas que el
vehículo pert enecient e a la esposa de la víct ima.

19. Por ot ra part e, en el part e informat ivo del Director de Seguridad Pública y Policía Vial del Municipio de Armería se indicó que, a las doce
horas con cincuenta y ocho minutos , el encargado de la cabina informó que por la carret era local Cofradía de Juárez se reportó un

accident e. Al llegar los policías al lugar del accident e, una persona que no le proporcionó sus generales, le mencionó que iba
conduciendo el vehículo **** ******* ***** ******. El policía, al solicit ar que se verificaran las placas se percató de que se t rababa del

vehículo propiedad de la esposa de la víct ima. Por t al mot ivo, a las trece horas con quince minutos , **** ******* ***** ****** fue
det enido y puesto a disposición del Minist erio Público hast a las diecisiet e horas con quince minutos.
20. El Minist erio Público rat ificó de legal la det ención, por est imar que se det uvo al implicado en flagrancia como probable responsable en la

comisión de los delitos de homicidio y robo, ambos calificados.


21. Sentencia de primera instancia. El siet e de diciembre de dos mil quince, el Juez Mixto Civil, Familiar, Mercant il y Penal de Armería,
Colima emit ió una sent encia en la que consideró que no se acredit aron los elementos del t ipo penal de homicidio calificado, previsto y
sancionado por el art ículo 168, en relación con los art ículos 170 y 182, fracciones I, II y III del Código Penal para el Est ado de Colima; así

como por el delito de robo de vehículo, previsto y sancionado por el art ículo 227 bis, en relación al diverso 227, inciso b), fracción VII, del
mismo código. Por lo t anto, emit ió una sent encia absolutoria a favor de **** ******* ***** ******. Igualment e, ordenó dar vist a al
Agent e del Minist erio Público adscrito para que iniciara la invest igación correspondient e en cont ra de los elementos aprehensores por
la det ención prolongada del indiciado.

22. Recurso de apelación. Inconforme con esa det erminación, el Minist erio Público y la coadyuvant e int erpusieron un recurso de apelación.
El quince de julio de dos mil dieciséis, la Segunda Sala Penal y Especializada en Impart ición de Just icia para Adolescent es del Supremo
Tribunal de Just icia del Est ado de Colima revocó la sent encia recurrida. Asimismo, consideró a **** ******* ***** ****** penalment e
responsable del delito de homicidio calificado previsto y sancionado por el art ículo 168, con relación al 170 y 182, fracciones I, II y III del
Código Penal para el Est ado de Colima; así como del delito de robo de vehículo, previsto y sancionado por el art ículo 227 bis, con relación

al diverso 227, inciso b), fracción VII del Código Penal para el Est ado de Colima. En consecuencia, le impuso una pena de cuarent a años
de prisión, una mult a por la cant idad de $ 59.08 (cincuent a y nueve pesos 08/100 moneda nacional), y condenó al acusado al pago de la
reparación del daño.
23. Demanda de amparo. En cont ra de la det erminación ant erior, el seis de abril de dos mil dieciocho, **** ******* ***** ****** promovió
un juicio de amparo. El veint iséis de abril de dos mil dieciocho, el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito regist ró el asunto
bajo el número ***/****. En sus conceptos de violación expuso lo siguient e.

Su det ención fue ilegal porque no fue det enido en el lugar de los hechos, no fue perseguido mat erialment e, ni los t est igos señalaron
que lo hayan visto en el lugar de los hechos. Además, la autoridad minist erial no ofreció pruebas para demost rar que su det ención fue
legal;
La responsable, al considerar que la puest a a disposición del quejoso ant e la autoridad minist erial fue t ardía, debió invalidar el oficio de
puest a a disposición del inculpado, así como su declaración rendida el cinco de junio de dos mil doce;
La responsable no consideró que derivado de su ret ención ilegal fue tort urado. Por ende, el t ribunal de alzada debió dar vist a al
Minist erio Público con el fin de garant izar que se realizara un examen médico de conformidad con el Protocolo de Est ambul;
La declaración minist erial carece de valor probatorio porque no est uvo asist ida de un defensor cuando la rindió;
La responsable const ruyó una prueba circunst ancial con base en t est imoniales de quienes no se encont raban en el lugar de los hechos
y solo son coincident es en manifest ar que reconocen a la víct ima, pero no señalan la operación del quejoso;
Se vulneraron las garant ías de legalidad y de audiencia, pues la responsable omit ió observar que se le realizó a él y la víct ima un
dict amen en el que no se les encont raron residuos de plomo ni de bario, además de que el Minist erio Público est á obligado a llevar a
cabo un regist ro de la cadena de custodia;
Los elementos de prueba son insuficient es para demost rar los delitos de homicidio y robo calificados, así como la responsabilidad
penal del quejoso en su comisión. Por lo que al no haber absuelto al quejoso se vulneró su derecho a la presunción de inocencia;
1. Amparo adhesivo. El siet e de mayo de dos mil dieciocho, *********** ****** ******* presentó una demanda de amparo adhesivo.
2. Muerte del quejoso. El t reint a y uno de agosto de dos mil dieciocho, la Jueza Segundo Penal de Tecomán, Colima informó que el
quejoso **** ******* ***** ****** falleció el cinco de julio de dos mil dieciocho.
3. Suspensión del procedimiento. El t rece de diciembre de dos mil dieciocho, el t ribunal colegiado ordenó la suspensión del
procedimiento en el juicio de amparo hast a en t anto int erviniera la sucesión.
4. Radicación del juicio sucesorio. El veint iuno de noviembre de dos mil diecinueve, el Juez Segundo Mixto, Civil, Familiar y Mercant il de

Tecomán, Colima informó al t ribunal colegiado que admit ió a t rámit e el juicio sucesorio int est ament ario a bienes de **** ******* *****
******.
5. Levanta suspensión del procedimiento. El veint iocho de sept iembre de dos mil veint e, el t ribunal colegiado ordenó levant ar la
suspensión del t rámit e y ordenó la devolución de los autos al magist rado ponent e.
6. Sentencia de amparo. El veint idós de oct ubre de dos mil veint e, el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito emit ió una
sent encia en la cual dest acó que se presentó el act a de defunción del quejoso, pero no se act ualizó una causa de sobreseimiento
porque en la sent encia reclamada se condenó al quejoso a la reparación del daño. Así, el result ado del juicio de amparo repercut e en la

reparación del daño, obligación que t rasciende a la sucesión y no ext ingue con la muert e del sent enciado. Post eriorment e, en la
sent encia concedió el amparo al quejoso principal y negó el amparo a la quejosa adherent e por las siguient es razones.

El argumento sobre la det ención ilegal del quejoso es infundado. De conformidad con el art ículo 16 const it ucional, todo individuo t iene
derecho a la libert ad y a la seguridad personal, nadie podrá ser somet ido a det enciones arbit rarias, y sólo podrá ser privado de la libert ad
por las causas fijadas en la ley, a t ravés de un mandato judicial, por flagrancia o caso urgent e.
En relación con el t ema de flagrancia, la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, al resolver el amparo directo en
revisión 3463/2012[4] explicó que, aunque la figura siempre ha est ado en el t exto const it ucional, fue hast a dos mil ocho con la reforma

del art ículo 16 const it ucional, cuando el legislador int rodujo por primera vez una definición del concepto. En esa reforma, la flagrancia
alude a la inmediat ez a la que se refería la Suprema Cort e en sus primeras int erpret aciones. Ahí, su significado readquirió un sent ido
lit eral y rest ringido.

Luego, la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, al revolver el amparo directo 14/2011[5] señaló que la flagrancia es
una condición que se configura ex ante la det ención, ya que no puede det enerse a una persona con fundamento en una simple
sospecha sobre la posible comisión de un delito. Así, para que la det ención en flagrancia pueda ser válida t iene que ceñirse al concepto
const it ucional est ricto de flagrancia, es decir, t iene que darse alguno de estos supuestos: a) la autoridad puede aprehender al aparent e

autor del delito si observa direct ament e que la acción se est á comet iendo en ese preciso inst ant e; y b) la autoridad puede iniciar la
persecución del aparent e autor del delito a fin de aprehenderlo si, mediant e elementos objet ivos, le es posible ident ificarlo y corroborar
que, apenas en el momento inmediato ant erior, se encont raba comet iendo el delito denunciado.

Por ello, la Primera Sala est ableció que el juez debe ponderar si la autoridad aprehensora cont aba con datos suficient es que le
permit ieran ident ificar con cert eza a la persona acusada. Asimismo, debe evaluar el margen de error que pudo haberse producido, con
base en la precisión de los datos aport ados por la denuncia.

Asimismo, en el amparo directo en revisión 4447/2015,[6] la Primera Sala de la Suprema Cort e est ableció que la flagrancia comprende
desde el momento de la comisión del delito hast a el período inmediato post erior en que haya persecución física del involucrado. En ese
precedent e se refirió que la única posibilidad para que en t érminos const it ucionales pueda validarse la det ención de una persona, es en

el supuesto de flagrancia y cuando la capt ura no se realice al momento en que se est á comet iendo el delito, se act ualiza cuando el
indiciado es perseguido físicament e después de haber comet ido o part icipado en la acción delict iva por la propia víct ima, t est igos o
agent es est at ales, luego de haber presenciado la comisión del delito. Eso les permit e t ener clara la ident ificación de la persona que
comet ió la acción delict iva y det enerla sin riesgo de confusión.

Asimismo, la det ención t ambién puede realizarse por diversa persona que, sin presenciar direct ament e los hechos, t iene conocimiento
de los datos que permit en ident ificar al probable responsable, ya sea porque se los aport e la víct ima o algún t est igo, una vez que se
perpet ró el ilícito. Por lo que en est e supuesto se requiere indefect iblement e el señalamiento directo de la persona que debe
aprehenderse para que, con el aport e de datos idóneos que permit an su ident ificación inmediat a, la persona que realiza la det ención
proceda a la persecución inmediat a del inculpado y lo capt ure.

Además, en el amparo directo en revisión 1464/2014 (sic), la Primera Sala de la Suprema Cort e est ableció que en el supuesto de que la
persona que logra la det ención mat erial no presenció la ejecución del delito, en el mismo cont exto gramat ical de inmediat ez, t iene
conocimiento del hecho acont ecido y de los datos que permit en ident ificar al probable responsable, ya sea porque se los aport e la
víct ima o algún t est igo una vez que se perpet ró el ilícito, ant e el señalamiento directo de la persona que debe aprehenderse o con el

aport e de datos idóneos que permit an su ident ificación inmediat a.

A part ir de lo ant erior, el t ribunal colegiado indicó que del oficio suscrito por el Director de Seguridad Pública y Policía Vial Municipal, el
part e informat ivo y el report e policiaco se adviert e que el quejoso fue det enido en forma flagrant e, de acuerdo con el art ículo 16
const it ucional.

De t ales documentos, se observa que el cuat ro de junio de dos mil doce se recibió el report e de que en un t aller se habían escuchado
detonaciones de arma de fuego, por lo que al llegar los elementos policiales se encont raron con un hombre ensangrent ado, por eso
informaron al personal médico que había fallecido. Luego, al indagar los policías, una persona que no dio sus generales informó que
había visto a un hombre salir del t aller y abordó el vehículo color rojo est acionado en el ext erior.

Post eriorment e, los agent es señalaron que se recibió ot ro report e de que en la carret era local se encont raba un vehículo volcado y, al
t rasladarse al lugar, escucharon por radio que era el automóvil que est aba est acionado afuera del t aller. Además, de que el quejoso fue
encont rado en dicho vehículo, y, según el dicho de una persona que no dijo sus generales, el quejoso iba conduciendo. De ahí que al
verificar las placas de circulación se corroboró que pert enecía a la esposa de la víct ima, por lo que se det uvo al quejoso. Por ello, la
det ención fue rat ificada por el Minist erio Público y por la jueza de primera inst ancia.

Por los ant eriores ant ecedent es, el t ribunal colegiado consideró que se act ualizó el supuesto de flagrancia, conforme al art ículo 16
const it ucional. Esto porque el quejoso fue arrest ado pasados unos minutos después de comet er los ilícitos at ribuidos y que los
agent es aprehensores t uvieron conocimiento del report e del robo del vehículo cuando pidieron información de las respect ivas placas.

En est e sent ido, exist en datos suficient es que permit ieron ident ificar y est imar que el quejoso fue quien comet ió los ilícitos que se le
at ribuyeron.

Específicament e, el t ribunal colegiado señaló que de las const ancias se advirt ió que: i) la det ención del quejoso se realizó por el report e
de radio que informó había un vehículo volcado y al verificar las placas se percat aron que era propiedad de la esposa de la víct ima; ii) una
de las personas que est aba en el lugar refirió que el quejoso era el conductor del vehículo, persona que no est á ident ificada en el report e
policiaco; iii) en el lugar de los hechos una persona informó que vio salir a un hombre del t aller que abordó el vehículo rojo que est aba
est acionado en el ext erior. De ahí que los aprehensores cont aban con datos suficient es que les permit ieron ident ificar con cert eza a la
persona acusada, pues influyó no solo la persecución inmediat a, sino su ident ificación y el hallazgo del vehículo objeto del robo.

Los hechos correct ament e int erpret ados de manera individual y en conjunto permit en concluir que la det ención del quejoso fue
const it ucional porque fue det enido por un mot ivo que se relaciona con los delitos por lo que se le consignó, incluso minutos después.
Por ello, se est ima que la det ención del quejoso est uvo just ificada al realizarse en flagrancia, ya que los elementos aprehensores
cont aban con elementos objet ivos y suficient es que sirvieron para ident ificarlo y corroborar que apenas en el momento inmediato
ant erior se encont raba comet iendo los referidos delitos.

En apoyo a la ant erior conclusión, el t ribunal colegiado citó la t esis aisladas de rubros siguient es: “DET ENCIÓN EN FLAGRANCIA DEL
INCULPADO CASO EN EL QUE NO VIOLA LOS DERECHOS HUMANOS CONT ENIDOS EN LOS ART ÍCULOS 16 DE LA CONST IT UCIÓN FEDERAL;
9, NUMERAL 1, DEL PACT O INT ERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍT ICOS Y 7, NUMERALES 2 Y 3, DE LA CONVENCIÓN AMERICANA

SOBRE DERECHOS HUMANOS, CUANDO SE REALIZA POR POLICÍAS CON MOT IVO DE LA DENUNCUA QUE PRESENTA LA VÍCT IMA DEL
DELIT O”;[7] “ ROBO, LA RESPONSABILIDAD PENAL EN EL DELIT O DE, SE ACREDITA CUANDO CONSTA QUE EL SUJET O ACT IVO FUE
DET ENIDO EN FLAGRANCIA”;[8] y “DET ENCIÓN EN FLAGRANCIA. SI SE LLEVÓ A CABO INMEDIATAMENT E DESPUÉS DE QUE EL INCULPADO
COMET IÓ EL DELIT O Y EL MINIST ERIO PÚBLICO, AL EJERCER ACCIÓN PENAL EN SU CONT RA, DET ERMINA CONSIGNARLO ANT E EL JUEZ
POR LA COMISIÓN DE HECHOS DELICT UOSOS DIST INT OS, COMET IDOS CON ANT ERIORIDAD A LOS QUE ORIGINARON SU
ASEGURAMIENT O, LOS CUALES SE PROBARON EN EL PROCESO Y FUERON MAT ERIA DE SENT ENCIA CONDENAT ORIA, ESA
CIRCUNSTANCIA NO T ORNA ILEGAL A AQUÉLLA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ)”;[9]

Es ineficaz el argumento sobre que debió excluirse la declaración de cinco de junio de dos mil doce del inculpado. Ello porque la
responsable precisó que sí exist ió una det ención prolongada porque t rascurrieron cuat ro horas ent re la det ención y la puest a a
disposición. Por ello, la responsable invalidó la declaración minist erial (de cinco de junio de dos mil doce), la preparatoria (de siet e de
junio de dos mil doce) y su ampliación (de veint iocho de agosto de dos mil doce);
Es ineficaz el argumento consist ent e en que la responsable debió dar vist a al Minist erio Público por la manifest ación de tort ura que
realizó. Lo ant erior porque la responsable mencionó que la tort ura parecía inverosímil porque a consecuencia del accident e sufrió
lesiones. No obst ant e, reconoció que sí se debía dar vist a al Minist erio Público a fin de que invest igara ese probable ilícito y que se
pract icaran las diligencias correspondient es conforme al Protocolo de Est ambul. Además, señaló que era innecesario reponer el
procedimiento porque la declaración en la que menciona que confesó se invalidó por la det ención prolongada;
Es infundado el argumento sobre que su declaración minist erial carece de valor probatorio porque no le fue nombrado un defensor. En
efecto, de las const ancias que int egran el juicio se adviert e que el quejoso sí contó con asesoría de defensores durant e el
procedimiento. No obst ant e, se adviert e que la declaración minist erial se declaró ilegal porque exist ió una prolongada puest a a
disposición;
Exist e una violación al procedimiento consist ent e en la no rat ificación de dict ámenes periciales. No obst ant e, no es posible ordenar la
reposición del procedimiento ant e el fallecimiento del quejoso. Por lo t anto, la Sala responsable deberá considerar que se t rat a de
pruebas imperfect as;
La Sala responsable no fundó ni mot ivó cómo a t ravés de la prueba circunst ancial se acreditó la part icipación del quejoso en la
comisión de los delitos de homicidio y robo de vehículo. Es decir, omit ió explicar el proceso racional para llegar a esa conclusión, no
mencionó las pruebas pract icadas para t ener acredit ados los hechos base, las inferencias y la conclusión sobre la responsabilidad
penal del quejoso. Tampoco just ificó por qué los dict ámenes periciales no rat ificados result aron aptos para t ener por demost rados los
delitos imput ados;
Carece de valor probatorio el dato relat ivo a los t est igos que no proporcionaron sus generales, sobre los que se hace referencia en el
report e policiaco. Al respecto, la responsable consideró que se acreditó la responsabilidad penal del quejoso, porque una persona
señaló que observó a un hombre salir del t aller y que abordó un automóvil rojo que se encont raba en el ext erior. Tampoco exist e prueba
que revele que, en el lugar de la volcadura, ciert a persona refirió que el quejoso era el conductor del automóvil. Por lo t anto, es válido
concluir que la información que según proporcionaron t ales sujetos no es apt a para const it uir una prueba de cargo en cont ra del
quejoso como el autor de los delitos imput ados, debido a que no rindieron declaración ant e la autoridad compet ent e conforme a las
formalidades de ley;
Por lo ant erior, se concedió el amparo al quejoso para que se dejara insubsist ent e la sent encia reclamada y se dict ara ot ra en la que con
libert ad de jurisdicción se fundara y mot ivara si la prueba circunst ancial es suficient e para det erminar la part icipación y responsabilidad
penal del quejoso en la comisión del delito de homicidio calificado y robo de vehículo. Ello en el ent endido de que los dict ámenes
periciales precisados en la sent encia no se encuent ran rat ificados, los cuales const it uyen pruebas imperfect as.
Además, debe considerar que la información proporcionada por las personas a que se hace alusión en el report e policiaco que no
rindieron sus generales no puede considerarse como fidedigna, por lo que se reduce a una denuncia anónima que no es út il para int egrar

la prueba circunst ancial;

Son inat endibles los argumentos de la quejosa adherent e en los que se limit a a impugnar la eficacia de los mot ivos de inconformidad
señalados en la demanda de amparo principal porque no fort alecen la resolución combat ida. Además, son ineficaces los argumentos
que versan sobre la acredit ación de la responsabilidad penal del quejoso principal porque la responsable no mot ivó ni fundó la resolución
combat ida en cuando a la part icipación del quejoso a t ravés de la prueba circunst ancial. Por lo t anto, el t ribunal colegiado negó el
amparo adhesivo.
1. Criterio del Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Quinto Circuito (Región Centro-Norte), al resolver el

amparo directo ***/****

2. Para una mejor comprensión del asunto, conviene precisar los ant ecedent es de los que deriva el crit erio en pugna.[10]
3. Hechos. De acuerdo con el part e informat ivo de los agent es de la Policía y Tránsito Municipal del poblado del Golfo de Sant a Clara, San

Luis Rio Colorado, Sonora, a las seis horas con diez minutos del diecinueve de mayo de dos mil catorce , ***** ****** ***** les dijo a
los policías que se encont raba en el relleno sanit ario donde labora y habit a. Ahí llegó una persona ensangrent ada pidiendo auxilio, por lo

que ***** acudió a la policía a pedir ayuda. Por t al mot ivo, un policía acudió al relleno sanit ario y vio a ****** ****** ********* t irado en el
suelo, al pregunt arle sobre los hechos ést e respondió que momentos ant es fue lesionado en su domicilio por “** ***** *****” con un

cuchillo de cocina, por lo que salió inmediat ament e en busca de ayuda, mient ras que su agresor se quedó en el domicilio.

4. Detención. Ant e dicho report e, ot ros dos policías se t rasladaron al domicilio de la víct ima. Al llegar a la vivienda, se percat aron que un
hombre, al mirar la pat rulla, arrojó un bulto. Por lo t anto, abordaron a esa persona quien dijo llamarse ******** ********* ******, alias “**

***** *****”, además señaló que había discut ido por problemas con un hombre llamado ******. Un policía revisó el bulto arrojado y vio
que era una sudadera de color gris, la cual envolvía un cuchillo de cocina con mango de plást ico negro y hoja met álica ensangrent ada.

Además, el hombre present aba manchas de sangre. Por t al mot ivo, los policías det uvieron a ******** ********* ****** y lo pusieron a
disposición del fiscal invest igador.

5. Luego, se les avisó a los policías que el herido fue t rasladado al cent ro de salud y t ambién le manifestó al médico de guardia que su

agresor fue la persona de apodo “** ***** *****”. Además, se les avisó que la víct ima perdió la vida debido a las lesiones
punzocort ant es que recibió.

6. Por t al mot ivo, el órgano invest igador ordenó la ret ención porque su det ención ocurrió dent ro de las set ent a y dos horas siguient es de
acont ecido el hecho delict ivo conforme a lo previsto en el art ículo 186, fracción III del Código de Procedimientos Penales para el Est ado

de Sonora.
7. Arraigo. El veint iuno de mayo de dos mil catorce, el Minist erio Público decretó una medida de arraigo en cont ra de ******** *********

******. Durant e esa medida se desahogaron y recabaron las siguient es pruebas: i) periciales en mat eria de química forense

hematológica ident ificat iva y comparat iva con la finalidad de det erminar si las maculaciones que se localizan en el cuchillo asegurado,
en la prenda y una hielera es de origen humano, det erminar su grupo y factor Rh, así como realizar la comparat iva hematológica con la
sangre del cuerpo de la víct ima; ii) informe de invest igación minist erial; y iii) t est imoniales del report ant e, médico y socorrist as de
bomberos.

8. Acción penal. El diecinueve de junio de dos mil catorce, el Minist erio Público ejerció acción penal y solicitó una orden de aprehensión en
cont ra del quejoso por su probable comisión en el delito de homicidio.

9. Radicación de la causa penal. El diecinueve de junio de dos mil catorce, el juez radicó la causa penal y la regist ró bajo el número
***/****. Al día siguient e, libró la orden de aprehensión que se ejecutó el veint iuno de junio de dos mil catorce.

10. Sentencia de primera instancia. El cinco de diciembre de dos mil diecisiet e, el Juez Primero de Primer Inst ancia del Dist rito Judicial de

San Luis Rio Colorado, Sonora, en la causa penal ***/**** emit ió una sent encia condenatoria en cont ra de ******** ********* ****** por
su responsabilidad penal en el delito de homicidio.

11. Sentencia de apelación. El veint icinco de enero de dos mil diecinueve, el Supremo Tribunal de Just icia del Est ado de Sonora emit ió una
sent encia en la que confirmó la resolución de primera inst ancia.

12. Demanda de amparo. En cont ra de la det erminación ant erior, el dieciséis de mayo de dos mil diecinueve, ******** ********* ******
promovió una demanda de amparo en la que expuso lo siguient e:

Su det ención se realizó de manera ilegal al no exist ir orden de aprehensión, previo a su det ención; y no fue aprehendido en flagrancia. Tal
argumento no fue analizado por la autoridad responsable;
No debió ser arraigado por el Minist erio Público, porque t al figura es inconst it ucional;
No se salvaguardó la cadena de custodia.
1. Sentencia de amparo. El seis de julio de dos mil veint e, el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto

Circuito emit ió una sent encia en la que señaló lo siguient e:

La det ención se efect uó de manera ilegal. Por una part e, son ineficaces los argumentos relacionados con la validez de la declaración
minist erial porque el quejoso se reservó el derecho a declarar. Sin embargo, esos argumentos al ser suplidos en su deficiencia son
fundados dado que las pruebas derivadas de su det ención deben ser excluidas. Para evidenciar lo ant erior, se realizan algunas
precisiones respecto a la det ención.
De las const ancias se deprende que la det ención del quejoso no ocurrió en el momento mismo de la comisión del ilícito que se le imputó

– flagrancia en est ricto sent ido-, t ampoco inmediat ament e después de que se ejecut aron, ya sea que se generara la persecución

mat erial en su huida física u ocult amiento inmediato; ni siquiera durant e la comisión o la huida de algún ot ro ilícito.

Por el cont rario, del part e informat ivo se desprende que los policías det uvieron al quejoso y lo pusieron a disposición del órgano
invest igador porque lo encont raron en la casa del ofendido y al verlos aventó un bulto, que al ser revisado, se percat aron que t enía un

cuchillo con manchas de sangre. Asimismo, el quejoso les dijo que su apodo era “** ***** *****” y que había t enido problemas con la
persona lesionada.

De ahí que no se act ualizó alguna de las figuras jurídicas de flagrancia que prevé el art ículo 16 const it ucional, que por exclusión son las

únicas que pueden just ificar una det ención sin orden previament e emit ida por autoridad compet ent e.

Tal precepto const it ucional est ablece que nadie puede ser molest ado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en
virt ud de mandamiento escrito de la autoridad compet ent e, que funde y mot ive la causa legal del procedimiento. Asimismo, est ablece

que cualquier persona puede det ener a ot ra en el momento en que se est é comet iendo un delito o inmediat ament e después de

comet erlo, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más cercana y ést a con la misma pront it ud al minist erio público. De
igual manera señala que sólo en casos urgent es, cuando se t rat e de delito grave, y ant e el riesgo fundado de que el indiciado pueda

sust raerse a la acción de la just icia y cuando no se pueda ocurrir ant e la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunst ancia, el
Minist erio Público podrá bajo su responsabilidad, ordenar su det ención, fundando y expresando los indicios que mot iven su proceder.

En est e caso, no se observa que se haya emit ido alguna orden de det ención o de present ación en cont ra del quejoso por el Minist erio

Público, a fin de que se efect uara su det ención, t ampoco se just ificó que se t rat ara de un caso urgent e ni la det ención se realizó en

flagrant e delito. En efecto, de las const ancias se adviert e que los hechos delict ivos ocurrieron el diecinueve de mayo de dos mil
catorce, alrededor de las seis de la mañana y según el part e informat ivo, así como la diligencia de rat ificación de los agent es

aprehensores la det ención y present ación del quejoso ocurrió post eriorment e.

Inclusive, ningún t est igo directo de los hechos fue quien aprehendió o persiguió, de momento a momento, al quejoso. Por el cont rario,
los policías aprehensores se ent eraron vía radio por el policía que est aba en el relleno sanit ario y a quien la víct ima le dijo que su agresor

se encont raba en su domicilio y lo señaló como “** ***** *****”, lo que originó la capt ura del sent enciado.

Por ello, el Tribunal Colegiado concluyó que la det ención no se just ificó const it ucionalment e, al no reunir los requisitos que est ablece el
art ículo 16 const it ucional, por lo que son ilegales las diligencias que deriven direct ament e de dicha det ención.
Por ot ra part e, no se inadvirt ió que los elementos aprehensores pusieron a disposición al quejoso ant e el fiscal invest igador, sin

embargo, luego de que declarara ant e el agent e del Minist erio Público no fue liberado, sino que fue arraigado. Ello subsist ió hast a que se
ejecutó la orden de aprehensión girada en su cont ra, derivado de la averiguación previa en que se ordenó dicha medida de arraigo.

De ahí que el Tribunal Colegiado consideró que la det ención no se ajustó al art ículo 16 const it ucional, como de manera cont raria lo

det erminó la autoridad responsable. Por ot ro lado, no se inadviert e que la autoridad responsable señaló que no at endería el agravio

sobre flagrancia porque en la resolución emit ida el veint icinco de mayo de dos mil quince, que resolvió el recurso de apelación
int erpuesto en cont ra de la resolución const it ucional, ese órgano analizó la det ención del inculpado y declaró su const it ucionalidad.

Sobre esto, el Tribunal Colegiado precisó que no compart ía el crit erio al que se remit ió el t ribunal de apelación sobre la det ención del

quejoso. Específicament e, durant e la t ramit ación del proceso y con mot ivo del recurso de apelación cont ra la resolución del t érmino
const it ucional, el t ribunal de apelación det erminó que la det ención del quejoso se verificó con base en la fracción II del art ículo 186 del

Código de Procedimientos Penales para el Est ado de Sonora, esto es, inmediat ament e después de haber comet ido el delito, y por t anto

en flagrancia, al haber sido perseguido mat erial e inmediat ament e al quejoso después de ejecut ar el delito. Esto porque la víct ima
señaló al quejoso como quien lo lesionó, por lo que los policías lo buscaron y aseguraron en las inmediaciones del relleno sanit ario de

San Luis Río Colorado, donde arrojó el cuchillo con manchas de sangre. Por ello, la responsable est imó que su det ención no era violatoria
de derechos fundament ales.

Al respecto, el Tribunal Colegiado precisó que no es viable variar la mot ivación y fundament ación que invocó el Minist erio Público sobre

la det ención, sino que debe at enderse a las razones propias y numerales que citó el órgano minist erial y las circunst ancias en que se
suscit aron los hechos de acuerdo a las versiones de los t est igos. En segundo lugar, los razonamientos a los que se remit e el t ribunal de

apelación se basan precisament e en que la det ención ocurrió derivado del señalamiento que hizo la víct ima, esto es, en el supuesto de

flagrancia que se est ablece en la fracción III y no a la II del art ículo 186 del Código de Procedimientos Penales para el Est ado de Sonora
que aludió el t ribunal de apelación.

Para det erminar los alcances de la expresión “inmediat ament e después de la comisión del delito” cont enida en dicho precepto, el

Tribunal Colegiado citó el dict amen de las Comisiones Unidas de Puntos Const it ucionales y de Just icia de la Cámara de Diput ados. Ahí
se señaló que la flagrancia equiparada, consist ent e en la ext ensión de la oport unidad de det ención para la autoridad durant e un plazo

de cuarent a y ocho o hast a set ent a y dos horas siguient es a la comisión de un delito calificado como grave por la ley, es excesiva
porque posibilit a det enciones arbit rarias por las autoridades policiacas.

Además, el Tribunal Colegiado punt ualizó que la Cámara dict aminadora se pronunció sobre los diversos momentos en que puede

realizarse la det ención, de la doct rina derivan las siguient es diferencias: a) flagrancia: durant e de la comisión del delito; b)

cuasiflagrancia: momento inmediato post erior al en que se ejecutó el ilícito, cuando se genera una persecución mat erial del sujeto, es
decir, en su huida física u ocult amiento inmediato; c) flagrancia equiparada durant e un plazo de cuarent a y ocho horas o hast a set ent a

y dos horas siguient es a la realización de un ilícito grave, y una vez que formalment e se ha iniciado la invest igación del mismo, cuando
por señalamiento de la víct ima, algún t est igo o part icipant e del delito, se ubica a algún sujeto señalado como part icipant e en el ilícito

penal, o se encuent ran en su rango de disposición objetos mat eriales u ot ros indicios o huellas del delito. En est e últ imo supuesto fue
con el cual el órgano invest igador pret endió just ificar la det ención del quejoso.

De ahí que en la Const it ución se delimitó el concepto de flagrancia hast a lo que doct rinariament e se conoce como cuasiflagrancia. Por

lo que sólo podría considerarse bajo ese concepto los momentos de la comisión del delito y el inmediato post erior. Est e últ imo se

ent iende como el que se genera con la persecución mat erial del sujeto (durant e su huida física u ocult amiento cuando se acaba de
ejecut ar el ilícito). En ese orden de ideas el concepto de flagrancia equiparada se encuent ra excluido.

Los razonamientos que ant eceden derivan del amparo directo en revisión 991/2012, resuelto por la Primera Sala de la Suprema Cort e

de Just icia de la Nación y del cual derivó la t esis aislada de rubro: “FLAGRANCIA. EL ART ÍCULO 106, PÁRRAFO T ERCERO, DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENT OS PENALES PARA EL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA CONT RAVIENE EL ART ÍCULO 16 CONST IT UCIONAL, PÁRRAFO

T ERCERO, POST ERIOR A LA REFORMA CONST IT UCIONAL DE 2008”.[11]

Aunque dicha t esis deriva de un código procesal de ot ra ent idad federat iva, se aplica por analogía porque sus supuestos normat ivos

t ienen una est recha similit ud. De conformidad con el art ículo 186, fracción III del Código de Procedimientos Penales para el Est ado de
Sonora, en caso de delitos graves, las personas pueden ser det enidas dent ro de las set ent a y dos horas post eriores a la comisión del

hecho delict ivo, cuando sean señaladas como responsables por la víct ima, por algún t est igo o quien hubiese part icipado con ellos,
cuando se encuent re en su poder el inst rumento o producto del delito, o aparezcan huellas o indicios que indiquen su part icipación en

ést e.
Por ende, el Tribunal Colegiado consideró que la fracción III del art ículo 186 del Código de Procedimientos Penales para el Est ado de

Sonora excede los supuestos previstos por el art ículo 16 const it ucional. Así, no puede calificarse como de legal la det ención de persona
alguna que se ubique en ese supuesto normat ivo, como sucedió en est e caso.

Además, la just ificación de la flagrancia a que se remit ió el t ribunal de apelación no se ubica en la fracción II del numeral en cit a, sino con

base en los hechos se sit úa en la hipót esis del art ículo 186, fracción III, del Código de Procedimientos Penales para el Est ado de Sonora,
en que el fiscal sust entó su det erminación, lo cual es inconst it ucional.

Por lo expuesto, la arbit raria det ención del quejoso, así como su calificación en t érminos del art ículo 186, fracción III, aun fundado en la

fracción II de dicho art ículo del Código de Procedimientos Penales para el Est ado de Sonora ent rañan la invalidez de la det ención, así

como de los datos de prueba obt enidos de forma direct a e inmediat ament e con mot ivo de aquéllas, aspecto que deberá ser ponderado
por la autoridad responsable.

Tales consideraciones se sust ent aron en las t esis de rubro: “FLAGRANCIA. LA DET ENCIÓN DE UNA PERSONA SIN EL CUMPLIMIENT O

IRREST RICT O DEL MARCO CONST IT UCIONAL Y CONVENCIONAL QUE REGULA AQUELLA FIGURA, DEBE CONSIDERARSE ARBIT RARIA;[12] y
“FLAGRANCIA. LAS CONSECUENCIAS Y EFECT OS DE LA VIOLACIÓN AL DERECHO HUMANO A LA LIBERTAD PERSONAL SON LA INVALIDEZ

DE LA DET ENCIÓN DE LA PERSONA Y DE LOS DAT OS DE PRUEBA OBT ENIDOS DIRECTA E INMEDIATAMENT E EN AQUÉLLA”.[13]

Además, el Tribunal Colegiado precisó que, al realizar el análisis de la exclusión probatoria, la responsable debe t ener en cuent a que no

deben formar part e de la nulidad las obt enidas a t ravés de una fuent e independient e, como son las recabadas durant e la inst rucción en
presencia del juez que fueron somet idas al cont radictorio de las part es y en función del respeto a los derechos fundament ales.

Respecto al argumento del arraigo, el Tribunal Colegiado consideró que la jueza de primera inst ancia declaró inconst it ucional dicha
medida provisional en la sent encia y a su vez el t ribunal de apelación avaló la relat iva consideración. Al respecto, consideró que las
pruebas recabas durant e la t emporalidad de la medida no se encuent ran direct a e inmediat ament e vinculadas la misma, dado que no
se t rat a de pruebas que no se hubieran podido obt ener a menos de que el quejoso fuera privado de su libert ad, ni se t rat a de aquellas en
las que él hubiera part icipado o brindado datos. En efecto, el hallazgo de los objetos recabados derivó de la información que proporcionó
la víct ima, por lo que no era viable su exclusión.
Respecto al argumento relacionado con la ilegalidad de la cadena de custodia, el t ribunal colegiado mencionó que no exist e prueba en
torno a que la evidencia fue manipulada por el hecho de que en el act a se hubiera asent ado que la ent rega de los objetos al juez
calificador ocurrió hast a las quince horas con cuarent a y ocho minutos cuando la det ención del quejoso ocurrió alrededor de las seis
horas con diez minutos del diecinueve de mayo de dos mil catorce. Ello porque sí exist e cert eza de que la evidencia aludida por los
policías captores en el part e informat ivo es la misma que fue fedat ada y mat eria de la prueba pericial correspondient e. Además, no
exist e divergencia ent re los datos asent ados en el part e informat ivo y en los regist ros de cadena de custodia, siendo irrelevant e el
t ranscurso de las horas que mediaron ent re la det ención y la hora de ent rega.
Por las ant eriores consideraciones se concedió el amparo para efecto de que la autoridad responsable emit iera ot ra en la que: a) con
plenit ud de jurisdicción considerara que la det ención del quejoso fue arbit raria y excluya los medios de convicción obt enidos direct a e
inmediat ament e con mot ivo de ella; b) después, valorara los elementos de convicción rest ant es y det ermine si se acredit a el delito
imput ado, así como la plena responsabilidad penal del quejoso.
1. Inexistencia de la contradicción.
2. Expuest as las ejecutorias mat eria de análisis, est a Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, det ermina que no se

act ualiza la cont radicción de crit erios denunciada, bajo las siguient es consideraciones.

3. Para resolver si exist e o no una cont radicción de crit erios será necesario analizar det enidament e cada uno de los procesos
int erpret at ivos involucrados ―y no t anto los result ados que ellos arrojen―, con el objeto de ident ificar si en algún t ramo de los

respect ivos razonamientos se tomaron decisiones dist int as ―no necesariament e cont radictorias en t érminos lógicos― aunque
legales. Si la finalidad de la cont radicción es la unificación de crit erios, y dado que el problema radica en los procesos de int erpret ación

—no en los result ados— adopt ados por los t ribunales cont endient es, entonces es posible afirmar que para que una cont radicción de
crit erios sea procedent e es necesario que se cumplan las siguient es condiciones:

1. Los t ribunales cont endient es debieron haber resuelto alguna cuest ión lit igiosa en la que se vieron en la necesidad de ejercer el arbit rio

judicial a t ravés de un ejercicio int erpret at ivo mediant e la adopción de algún canon o método, cualquiera que fuese.
2. Ent re los ejercicios int erpret at ivos respect ivos se debe encont rar algún t ipo de punto toque; es decir, que exist a al menos un t ramo de

razonamiento en el que la int erpret ación ejercida gire en torno a un mismo t ipo de problema jurídico: ya sea el sent ido gramat ical de una
norma, el alcance de un principio, la finalidad de una det erminada inst it ución o cualquier ot ra cuest ión jurídica en general; y que sobre

ese mismo punto de derecho, los t ribunales cont endient es adopt en crit erios jurídicos discrepant es.
3. Que lo ant erior pueda dar lugar a una formulación de una pregunt a genuina acerca de si la manera de acomet er la cuest ión jurídica es

preferent e con relación a cualquier ot ra que, como la primera, t ambién sea legalment e posible.

4. En suma, para comprobar la exist encia de una aut ént ica cont radicción de crit erios, es indispensable det erminar si realment e exist e o
no la necesidad de unificar post uras sobre cierto tópico.

5. Primer requisito : Ejercicio del arbitrio judicial. Del análisis de los crit erios cont endient es se desprende que los Tribunales Colegiados
involucrados en el present e asunto realizaron un ejercicio int erpret at ivo para resolver los casos sujetos a su jurisdicción y emit ieron las
sent encias respect ivas en las que plasmaron los argumentos que consideraron pert inent es para sost ener su decisión.
6. Segundo requisito: Existencia de un punto de toque . Est e requisito no quedó debidament e colmado, por las razones siguient es.

7. Est a Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, considera que no exist e un punto de toque ent re el ejercicio

int erpret at ivo realizado en la sent encia dict ada en el amparo directo ***/**** por el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito
(Región Cent ro-Sur) y el ejercicio int erpret at ivo realizado en el amparo directo ***/**** por el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias

Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito (Región Cent ro-Nort e). Esto porque los análisis emprendidos por los t ribunales cont endient es
se basan en supuestos fáct icos y jurídicos evident ement e dist intos.

8. En la sent encia dict ada en el amparo directo ***/****, el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito explicó los precedent es que
ha emit ido est a Primera Sala al int erpret ar el art ículo 16 const it ucional, en específico, sobre la figura de flagrancia. Concret ament e, del

amparo directo 14/2011[14] dest acó que la det ención en flagrancia, para ser conforme al concepto const it ucional de est a figura, debe

act ualizar alguno de estos dos requisitos: A) se puede aprehender al posible autor del delito si observa direct ament e que la acción se
est á comet iendo en ese preciso inst ant e; y B) se inicia la persecución del aparent e autor si, a t ravés de elementos objet ivos es posible

ident ificarlo, y corroborar que, apenas en el momento inmediato ant erior est aba comet iendo el delito denunciado. De ahí la necesidad
de corroborar si la autoridad aprehensora cont aba con datos suficient es para ident ificar con cert eza a la persona acusada.

9. Asimismo, el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito dest acó del amparo directo 4447/2015[15] de est a Primera Sala de la
Suprema Cort e de Just icia de la Nación, que la det ención puede realizarse por diversa persona que sin presenciar direct ament e los

hechos t iene conocimiento de los datos que permit en ident ificar al probable responsable, ya sea porque se los aport e la víct ima o algún

t est igo después de que se comet ió el ilícito.


10. Una vez precisado lo ant erior, el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito verificó las const ancias, apreció los hechos de

manera individual y conjunt a, y consideró que la det ención en flagrancia de ese caso sí se ajustó al art ículo 16 const it ucional.
Concret ament e, est imó que los elementos aprehensores cont aron con datos suficient es que les permit ieron ident ificar al quejoso y

corroborar que en el momento inmediato ant erior había part icipado en los delitos de homicidio calificado y robo de vehículo, incluso
minutos ant es. En específico de las const ancias concluyó que: i) la det ención del quejoso se realizó por el report e de la volcadura de un

vehículo que, al verificar las placas, se percat aron que era propiedad de la esposa de la víct ima; ii) una de las personas que est aba en el

t aller donde recibió los disparos la víct ima manifestó que vio salir a un hombre del t aller que abordó el vehículo propiedad de la esposa
de la víct ima; y iii) en el lugar del percance automovilíst ico, una persona que no dio sus generales indicó que el quejoso era quien

conducía el vehículo volcado, cuyos datos de la placa de ident ificación coincidían con el report ado como robado a la esposa de la
víct ima de homicidio. De est a forma no solo influyó la persecución mat erial, sino t ambién su ident ificación y el hallazgo del vehículo

robado.
11. Por su part e, en la sent encia del amparo directo ***/****, el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto

Circuito indicó que, de conformidad con el art ículo 16 const it ucional cualquier persona puede det ener a ot ra en el momento en que se

est é comet iendo el delito o inmediat ament e después, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más cercana y ést a con la
misma pront it ud al Minist erio Público. Luego, advirt ió de las const ancias que la det ención del quejoso no ocurrió en el momento mismo

de la comisión del ilícito que se le imputó, t ampoco inmediat ament e después de que se ejecut aron, derivado de la persecución mat erial
en su huida física u ocult amiento inmediato; ni siquiera durant e la comisión o la huida de algún ot ro ilícito.

12. En consideración del Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito, del part e informat ivo se
desprendió que los policías det uvieron al quejoso y lo pusieron a disposición del órgano invest igador porque lo encont raron saliendo de la

casa de la víct ima y al verlos, el quejoso aventó un bulto, que t enía un cuchillo con manchas de sangre. Asimismo, el quejoso les dijo su

apodo (mismo que correspondía al señalado por la víct ima), y que había t enido problemas con la persona lesionada. Además, de las
const ancias se adviert e que los hechos delict ivos ocurrieron el diecinueve de mayo de dos mil catorce, alrededor de las seis de la

mañana y según el part e informat ivo, así como la diligencia de rat ificación de los agent es aprehensores, la det ención y present ación del
quejoso no ocurrió en una secuencia fáct ica cont inua, mucho menos inmediat ament e.

13. Asimismo, el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito señaló que no compart ía el crit erio al que
se remit ió el t ribunal de apelación sobre la det ención del quejoso en el recurso de apelación sobre la resolución del t érmino

const it ucional. El t ribunal de apelación det erminó que la det ención del quejoso se verificó con base en la fracción II del art ículo 186 del
Código de Procedimientos Penales para el Est ado de Sonora, es decir, inmediat ament e después de haber comet ido el delito, y por t anto

en flagrancia, al haber sido perseguido mat erial e inmediat ament e al quejoso después de ejecut ar el delito. Esto porque la víct ima

señaló al quejoso como quien lo lesionó, por lo que los policías lo buscaron y aseguraron en las inmediaciones del relleno sanit ario.
14. Al respecto, el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito mencionó que no es viable variar la

mot ivación y fundament ación que invocó el Minist erio Público sobre la det ención, sino que debe at enderse a los preceptos que citó el
órgano minist erial y las circunst ancias en que se suscit aron los hechos de acuerdo con las versiones de los t est igos. El Minist erio

Público fundamentó la det ención en el supuesto de la fracción III del art ículo 186 del Código de Procedimientos Penales para el Est ado
de Sonora[16] (que versa sobre la flagrancia equiparada); y no en la fracción II de ese mismo precepto (cuasiflagrancia).
15. De ahí que el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito para delimit ar los alcances de la expresión
de “inmediat ament e de la comisión del delito” citó un dict amen de las Comisiones Unidas de Puntos Const it ucionales y de Just icia de la

Cámara de Diput ados en el cual se explica la diferencia de las figuras doct rinarias de cuasiflagrancia y flagrancia equiparada. La primera
consist e en el momento inmediato post erior al en que se ejecutó el ilícito, cuando se genera una persecución mat erial del sujeto.

Mient ras que la flagrancia equiparada implica la ext ensión de la oport unidad de det ención para la autoridad durant e un plazo de

cuarent a y ocho o hast a set ent a y dos horas siguient es a la comisión de un delito calificado como grave por la ley. Inclusive, dicho
t ribunal dest acó un precedent e en el que est a Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, reconoció que la flagrancia

equiparada no es acorde al art ículo 16 const it ucional.


16. Así, el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito consideró que la just ificación de la det ención de

est e caso se sust entó en la fracción III del art ículo 186 del Código de Procedimientos Penales para el Est ado de Sonora, el cual
cont empla la figura de flagrancia equiparada que excede los supuestos t axat ivos del art ículo 16 const it ucional, al est ablecer el período

de set ent a y dos horas después de que la comisión del delito para que se configure la flagrancia. Por ello, declaró la invalidez de la

det ención y de las pruebas obt enidas direct a e indirect ament e de la misma.
17. De lo expuesto se puede apreciar que las sent encias no t ienen un punto de toque que dé lugar a una cont radicción de crit erios por dos

razones:
18. Los t ribunales cont endient es, conforme a su arbit rio judicial, realizaron una apreciación de hechos diversos para encuadrarlos en

supuestos jurídicos dist intos de flagrancia, a part ir de las part icularidades de los casos que les fueron plant eados; y
19. Los t ribunales colegiados fueron coincident es en explicar los supuestos de flagrancia permit idos por el art ículo 16 const it ucional, pero

a part ir de los hechos part iculares explicaron que una det ención se realizó conforme al supuesto de cuasiflagrancia, mient ras que la

ot ra det ención se realizó bajo la figura de flagrancia equiparada, esto sin realizar una int erpret ación discrepant e de dichas figuras.
20. De ahí que no se adviert a un punto de toque ent re las líneas argument at ivas, razonamientos y conclusiones de los t ribunales

cont endient es. En efecto, el Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito analizó las const ancias y conforme a los hechos
fáct icos de la det ención consideró que se ajustó al art ículo 16 const it ucional porque los elementos aprehensores cont aron con

elementos objet ivos y suficient es que les sirvieron para corroborar, que apenas en el momento inmediato ant erior (minutos ant es)
est aba comet iendo los delitos de homicidio y robo de vehículo. Por su part e, el Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y

Administ rat iva del Quinto Circuito consideró que la det ención no se realizó inmediat ament e después de que se comet ió el delito de
homicidio, sin dar not icia del t iempo exacto en que ocurrió la det ención. Por el cont rario, conforme a los hechos fáct icos de su caso

est imó que la det ención no se ajustó al art ículo 16 const it ucional porque se sust entó en la fracción III del art ículo 186 del Código de

Procedimientos Penales para el Est ado de Sonora, precepto que cont empla la flagrancia equiparada.
21. Con sust ento en lo ant erior, est a Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, considera que los análisis emprendidos por

los t ribunales cont endient es descansan en supuestos fáct icos y jurídicos dist intos, sin que los t ribunales realizaran int erpret aciones
cont radictorias sobre los mismos supuestos normat ivos que conforman la figura de flagrancia.

22. Por t anto, se declara que no existe la cont radicción de crit erios ent re las resoluciones dict adas por los t ribunales colegiados en
cuest ión.[17]

23. Decisión

24. De conformidad con las consideraciones que se han expuesto, se concluye que no exist e la cont radicción de crit erios denunciada,
puesto que ent re los crit erios sost enidos por los t ribunales colegiados cont endient es no exist e un verdadero punto de toque, ni

diferencia cont radictoria que pueda ser resuelt a por est e mecanismo const it ucional ent re las razones en las que cada uno se basó.
25. Por lo ant es expuesto, la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación resuelve:

ÚNICO. No exist e la cont radicción de crit erios denunciada.

Notifíquese; remít ase t est imonio de la present e resolución a los órganos colegiados cont endient es y, en su oport unidad, archívese el

expedient e como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de la Minist ra y los Minist ros

Art uro Zaldívar Lelo de Larrea (Ponent e), Juan Luis González Alcánt ara Carrancá, Ana Margarit a Ríos Farjat , Alfredo Gut iérrez Ort iz Mena
y el Minist ro President e Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Firman el señor Minist ro President e de la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación y el Minist ro Ponent e, con el
Secret ario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENT E DE LA PRIMERA SALA

MINIST RO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO

PONENT E
MINIST RO ART URO Z ALDÍVAR LELO DE LARREA

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

MAEST RO RAÚL MENDIOLA PIZ AÑA

En t érminos de lo previsto en los art ículos 113 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y 110 y 113

de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública; así como en el Acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema
Cort e de Just icia de la Nación, publicado el dieciocho de sept iembre de dos mil diecisiet e en el Diario Oficial de la Federación, en est a
versión pública se suprime la información considerada legalment e como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos
normat ivos.

1. De est e crit erio derivó la t esis aislada III.4o.(III Región) 7P (10a.), Décima Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Gacet a del Semanario
Judicial de la Federación, Libro 3, Tomo III, febrero de 2014, p. 2356, Registro digital: 2005491, de rubro y t exto siguient es: DET ENCIÓN
EN FLAGRANCIA DEL INCULPADO. CASO EN EL QUE NO VIOLA LOS DERECHOS HUMANOS CONT ENIDOS EN LOS ART ÍCULOS 16 DE

LA CONST IT UCIÓN FEDERAL; 9, NUMERAL 1, DEL PACTO INT ERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍT ICOS Y 7, NUMERALES 2

Y 3, DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS, CUANDO SE REALIZ A POR POLICÍAS CON MOT IVO DE LA

DENUNCIA QUE PRESENTA LA VÍCT IMA DEL DELITO. En el sist ema jurídico mexicano las rest ricciones a la libert ad de los individuos,

sólo pueden t ener lugar en los casos y condiciones reguladas en la Const it ución Polít ica de los Est ados Unidos Mexicanos, es decir, a
part ir del est ricto cumplimiento de det erminados requisitos y garant ías, pues en caso cont rario, se est ará ant e una medida arbit raria o

ilegal -det ención o privación ilegal de la libert ad-; principio que se observa en el art ículo 16, párrafo cuarto, const it ucional, en su t exto
ant erior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008 (act ualment e párrafo quinto), que est ablecía
que en caso de delito flagrant e, cualquier persona puede det ener al indiciado poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad

inmediat a y ést a, con la misma pront it ud, a la del Minist erio Público, ent endiéndose por flagrancia, cuando el indiciado es sorprendido en
el momento en que est á comet iendo el delito; post ulado que coincide con los art ículos 9, numeral 1, del Pacto Int ernacional de
Derechos Civiles y Polít icos y 7, numerales 2 y 3, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. A part ir de las ant eriores

premisas, si en el caso, la det ención del inculpado obedeció a la denuncia que presentó la víct ima respecto de hechos que sufrió

momentos ant es, en donde, ent re ot ras cosas, refirió las caract eríst icas del vehículo que t ripulaban las personas que le robaron,
quienes ut ilizaron un arma de fuego y, post eriorment e, los policías, al t ransit ar por las calles, en ejercicio de sus funciones, observan el
automotor que coincide con el señalado por el denunciant e, det ienen a sus t ripulant es y les solicit an autorización para revisarlos; luego,

si de ello descubren pruebas que respaldan lo descrito por la víct ima (el arma de fuego), esa det ención no es ilegal ni arbit raria, por
haber hallado al inculpado en flagrant e delito y exist ir datos razonables y válidos que facult an a la autoridad para realizarla. Por ende, no
cont raviene los derechos humanos cont enidos en los invocados preceptos, pues fue det enido con mot ivo de una denuncia de la
víct ima, que revelaba la comisión de un posible delito, lo cual permit ió a los policías abordar y revisar a los t ripulant es del vehículo; de ahí

que la mecánica de los acont ecimientos evidencie que la det ención est á just ificada, porque la persona fue asegurada por un mot ivo
que guarda relación con aquélla; además la autoridad cont aba con elementos objet ivos que le permit ían ident ificar al imput ado y
corroborar que, momentos ant es, había comet ido el delito referido; consecuent ement e, la autoridad podía privarlo de la libert ad, porque

observó direct ament e que la acción se est aba comet iendo en ese preciso inst ant e, esto es, el it er criminis. ↑

2. El veint it rés de marzo de dos mil veint it rés, el Pleno Regional en Mat eria Penal de la Región Cent ro-Nort e, con residencia en la Ciudad de
México informó a est a Suprema Cort e que t uvo por recibido el acuerdo de nueve de febrero de dos mil veint it rés emit ido por la
President a de est e Alto Tribunal. Asimismo, el Pleno Regional informó que se avocó al conocimiento de la cont radicción de crit erios, la
regist ró con el número 35/2023 y admit ió la denuncia ent re los crit erios sust ent ados por: el ext into Cuarto Tribunal Colegiado de

Circuito del Cent ro Auxiliar de la Tercera Región, con residencia en Guadalajara, Jalisco, en apoyo del Quinto Tribunal Colegiado del
Décimo Quinto Circuito, en la sent encia dict ada en el amparo directo ***/****, cuaderno principal ***/****; y el sost enido por el Primer
Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y Administ rat iva del Quinto Circuito, al resolver el amparo directo ***/****. ↑

3. Los ant ecedent es se ext raen de la sent encia del amparo directo ***/**** del Tribunal Colegiado del Trigésimo Segundo Circuito. ↑

4. Resuelto el veint idós de enero de dos mil catorce por la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación. Se aprobó por

unanimidad de votos de la Minist ra Olga Sánchez Cordero y los Minist ros José Ramón Cossío Díaz (ponent e), Art uro Zaldívar Lelo de
Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo (President e) y Alfredo Gut iérrez Ort iz Mena. ↑

5. Resuelto el nueve de noviembre de dos mil once por la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación. Se aprobó por
unanimidad de cuat ro votos de la Minist ra Olga Sánchez Cordero y los Minist ros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz

(ponent e), Art uro Zaldívar Lelo de Larrea (president e). Est uvo ausent e el Minist ro Guillermo Ort iz Mayagoit ia. ↑
6. Resuelto por la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación. Se aprobó por cuat ro votos de los Minist ros José Ramón
Cossío Díaz (ponent e), Art uro Zaldívar Lelo de Larra, Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto concurrent e, y Alfredo Gut iérrez
Ort iz Mena (President e). Votó en cont ra la Minist ra Norma Lucía Piña Hernández. ↑

7. Datos de localización: Tesis aislada III.4o.(III Región) 7 P (10a.), Décima Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Gacet a del Semanario

Judicial de la Federación, Libro 3, Tomo III, febrero de 2014, p. 2356. Regist ro digit al: 2005491. ↑

8. Datos de localización: Tesis aislada VI.2o.152 P, Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federación y
su Gacet a, Tomo VII, junio de 1998, p. 706. Regist ro digit al: 196046. ↑

9. Datos de localización: Tesis aislada VII. 2o.T.4 P, Décima Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Gacet a del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 24, Tomo IV, noviembre de 2015, p. 3517. Regist ro digit al: 2010555. ↑

10. Los ant ecedent es se ext raen de la sent encia del amparo directo ***/2019 del Primer Tribunal Colegiado en Mat erias Penal y
Administ rat iva del Quinto Circuito. ↑

11. Datos de localización: Tesis aislada 1a. CCLXXIX/2012, Décima Época, Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gacet a,

Libro XV, Tomo 1, diciembre de 2012, p. 527. Regist ro digit al: 2002309. ↑

12. Datos de localización: Tesis aislada 1a. CC/2014, Décima Época, Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gacet a, Libro 6,
Tomo I, mayo de 2014, p. 545. Regist ro digit al: 2006476. ↑

13. Datos de localización: Tesis aislada 1a. CCI/2014, Décima Época, Primera Sala, Gacet a del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6,
Tomo I, mayo de 2014, p. 545. Regist ro digit al: 2006477. ↑

14. Resuelto el nueve de noviembre de dos mil once por la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación. Se aprobó por

unanimidad de cuat ro votos de la Minist ra Olga Sánchez Cordero y los Minist ros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz
(ponent e), Art uro Zaldívar Lelo de Larrea (president e). Est uvo ausent e el Minist ro Guillermo Ort iz Mayagoit ia. ↑

15. Resuelto por la Primera Sala de la Suprema Cort e de Just icia de la Nación. Se aprobó por cuat ro votos de los Minist ros José Ramón
Cossío Díaz (ponent e), Art uro Zaldívar Lelo de Larra, Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto concurrent e, y Alfredo Gut iérrez

Ort iz Mena (President e). Votó en cont ra la Minist ra Norma Lucía Piña Hernández. ↑

16. Código de Procedimientos Penales para el Estado de Sonora

Art ículo 186. En los casos de delito flagrant e, cualquier persona puede det ener al indiciado poniéndolo sin demora a disposición de la
autoridad inmediat a y ést a, con la misma pront it ud, ant e el Minist erio Público.

Se considerará que hay delito flagrant e, cuando:

I. El indiciado es det enido en el momento de est arlo comet iendo.

II. Después de ejecutado el hecho delictuoso es perseguido sin interrupción. No se considerará interrumpida la persecución

cuando el agente se introduzca a un inmueble con o sin permiso de la persona autorizada para darlo ni cuando se trate de algún

inmueble público o al que por su naturaleza, se tenga libre acceso.

III. En el caso de que, dentro de las setenta y dos horas siguientes de ocurrido el hecho delictivo, el agente es señalado como

responsable por la víctima, algún testigo presencial de los hechos o quien hubiera participado con él en la comisión del delito y se

encuentra en su poder el objeto del delito, el instrumento con que aparezca cometido o existan cualesquier otros indicios que

hagan presumir su probable responsabilidad, siempre y cuando se trate de un delito grave así calificado por la ley.

IV. Tratándose de delitos permanentes, en cualquier momento de su ejecución.

En estos casos el Minist erio Público iniciará desde luego la averiguación previa y bajo su responsabilidad, según procediere, decret ará la

ret ención del indiciado si el delito es perseguible de oficio o perseguible previa querella u ot ro requisito equivalent e, que ya se encuent re
sat isfecho, o bien ordenará la libert ad del det enido, cuando el delito merezca pena alt ernat iva o no privat iva de libert ad, o no se
sat isfagan los requisitos de procedibilidad mencionados.

La violación de est a disposición hará penalment e responsable al Minist erio Público que decret e la indebida ret ención y el indiciado

deberá ser puesto en inmediat a libert ad.” (El subrayado no es de origen). ↑
17. Es aplicable la jurisprudencia 2a./J.163/2011, Segunda Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gacet a, Novena Época, tomo
XXXIV, sept iembre de 2011, página 1219. Número de regist ro digit al 161114, de rubro y t exto siguient es: CONT RADICCIÓN DE T ESIS

ENT RE T RIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUIT O. DEBE DECLARARSE INEXIST ENT E CUANDO LA DISPARIDAD DE LOS CRIT ERIOS PROVIENE
DE T EMAS, ELEMENT OS JURÍDICOS Y RAZONAMIENT OS DIFERENT ES QUE NO CONVERGEN EN EL MISMO PUNT O DE DERECHO.- Para que
exist a cont radicción de t esis ent re Tribunales Colegiados de Circuito, en t érminos de los art ículos 107, fracción XIII, párrafo primero, de
la Const it ución Polít ica de los Est ados Unidos Mexicanos y 197-A de la Ley de Amparo, es necesario que: 1) Los Tribunales

cont endient es hayan resuelto alguna cuest ión lit igiosa en la que se vieron en la necesidad de ejercer el arbit rio judicial a t ravés de un
ejercicio int erpret at ivo mediant e la adopción de algún canon o método, cualquiera que fuese; y, 2) Ent re los ejercicios int erpret at ivos
respect ivos se encuent re algún punto en común, es decir, que exist a al menos un razonamiento en el que la int erpret ación ejercida gire

en torno a un mismo t ipo de problema jurídico, como el sent ido gramat ical de una norma, el alcance de un principio, la finalidad de una
det erminada inst it ución o cualquier ot ra cuest ión jurídica en general. En ese t enor, si la disparidad de crit erios proviene de t emas,
elementos jurídicos y razonamientos diferent es, que no convergen en el mismo punto de derecho, la cont radicción de t esis debe
declararse inexist ent e. ↑

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