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TRABAJO ANÁLISIS DE JURISPRUDENCIA DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANO

Estudiante: Camila González Martínez.

FICHA JURISPRUDENCIAL
Providencia: Caso personas dominicanas y haitianas expulsadas Vs. Caso: Haitianos y Dominicanos expulsados de Repú blica Dominicana.
Repú blica Dominicana. 28 de agosto de 2014.
Hechos relevantes En el Estados Repú blica Dominica, la població n haitiana y las personas nacidas en dominicana de ascendencia haitiana
comú nmente se encontraban en situació n de pobreza y sufrían, con frecuencia, tratos discriminatorios por parte de varias
personas incluyendo agentes del Estado.
Debido a los tratos discriminatorios, se les dificultó la posibilidad de obtener los documentos personas que los identificarían
dentro del país.
Excepciones Falta de agotamiento de los recursos internos:
preliminares Respuesta de la corte: El Tribunal considera que no es posible analizar la excepció n alegada en relació n con la
controversia planteada, ya que no son susceptibles de ser resueltas de forma preliminar, sino que se vinculan al fondo del
asunto a tratar. Por esto la Corte desestima la excepció n preliminar Incompetencia de la Corte ratione temporis:
La Corte ha indicado que aun cuando una obligació n estatal se refiera a hechos sucedidos con anterioridad a la fecha del
reconocimiento de la competencia respectiva, el análisis de si esa obligació n fue observada o no por el Estado puede
realizarse por el Tribunal a partir de dicha fecha. Es decir, la Corte puede efectuar el examen indicado en la medida en
que ello sea factible a partir de hechos independientes acontecidos dentro del límite temporal de su competencia. Es
pertinente denotar que las expulsiones aducidas en el caso son hechos cuya ejecució n concluye con la materializació n de
estos; es decir, con la concreció n, por orden o imposició n de funcionarios o autoridades estatales, del traslado de la
persona en cuestió n fuera del territorio del Estado. Las secuelas o efectos de tales actos no equivalen al cará cter
continuado de éstos, por lo que la Corte no puede conocer de los mismos, a menos que constituyan hechos
independientes que configuren la vulneració n de otros derechos convencionales. Dado lo anterior, algunos hechos no
será n examinados por la Corte, siendo que se encuentran fuera de su competencia temporal y tampoco fueron
sometidos a su conocimiento. La Corte admite parcialmente la excepció n preliminar de falta de competencia temporal,
en los términos expresados anteriormente.
Incompetencia de la Corte ratione personae:
El Tribunal advierte que, durante el trá mite del caso ante la Comisió n, antes de la emisió n del Informe de Fondo, el
Estado ha podido presentar sus argumentos de defensa en relació n con el aspecto aludido. El Estado no ha
demostrado ni ha indicado alguna razó n por la cual, en el presente caso, la falta de determinació n hecha en el
Informe de Admisibilidad respecto a los integrantes de la familia y los hechos respectivos generara un perjuicio a su
posibilidad de defensa, ni que el mismo no se viera subsanado por las oportunidades posteriores en las cuales ha
tenido la posibilidad de plantear sus argumentos de defensa. Por lo expuesto, la Corte desestima la excepció n
planteada por el Estado.
Problema jurídico ¿Se puede determinar que Republica Dominicana faltó a su deber de respetar los derechos de la població n haitiana y de los
nacidos en dominicana, como consecuencia de la discriminació n sistemá tica, expulsiones masivas, separaciones de familias,
detenciones arbitrarias y la negació n de otorgar y destruir la documentació n, así como también, negarles una nacionalidad a
los ciudadanos dentro del territorio?

Regla del Caso La Corte ha determinado que, por medio de las acciones tomadas por Repú blica Dominicana se encuentran varias
violaciones a los derechos de las personas de Haití y de ascendencia dominicana, ya que, de forma inicial, la negació n de
otorgarle una nacionalidad a una persona vulnera una multiplicidad de derechos inherentes al humano. Al respecto, la
Convenció n Americana recoge el derecho a la nacionalidad en un doble aspecto:
“el derecho a tener una nacionalidad desde la perspectiva de dotar al individuo de un mínimo de amparo jurídico en el
conjunto de relaciones, al establecer su vinculación con un Estado determinado, y el de proteger al individuo contra la
privación de su nacionalidad en forma arbitraria, porque de ese modo se le estaría privando de la totalidad de sus
derechos políticos y de aquellos derechos civiles que se sustentan en la nacionalidad del individuo.”
Así entonces, las actuaciones tomadas y encaminadas a dejar en una situació n de apá trida a estas personas, vulnera
de manera directa los derechos políticos que le son otorgados al nacional, así como también muchos otros derechos que son
necesarios para el correcto desarrollo de la vida humana. La apá trida tiene como consecuencia imposibilitar el goce de los
derechos civiles y políticos de una persona, y ocasionarle una condició n de extrema vulnerabilidad.
De conformidad con la discriminació n, encontramos que todas las políticas implementadas por parte del gobierno
tenían una intenció n claramente dirigida a generar situaciones de discriminació n directa e indirecta, esto por medio del
impacto desproporcionado que tenían las actuaciones, que, si bien en un principio parecían ser neutrales, en su realidad
tenían un alcance diferenciado, que producen efectos negativos para una població n específica en condició n de
vulnerabilidad. La Corte ha determinado un trato es discriminatoria cuando el misma no tiene una justificació n objetiva y
razonable, es decir, cuando no persigue un fin legítimo y no existe una relació n razonable de proporcionalidad entre los
medios utilizados y el fin perseguido.
En relació n a la falta al deber de registrar y negarle la documentació n a los ciudadanos demandantes, se advierte que
el Estado establece en su reforma a la Constitució n Nacional que el ius soli no es criterio para otorgar la nacionalidad a unas
personas. Así mismo la defensa aduce que las personas no se encontrarían en una situació n apá trida debido a que en Haití,
uno de los criterios para el otorgamiento de la nacionalidad es el ius sanguini. Por otro lado, establecen que dicha
discriminació n no se generó debido a que las presuntas víctimas no nacieron dominicanas por aplicació n del ius soli, ya que
ninguno de ellos demostró tener un estatus migratorio regular al momento del nacimiento. Por estas razones, sostienen que
la discriminació n no existió debido a la falta de requisitos “necesarios” para la obtenció n de la nacionalidad.
Sobre esto la Corte ha enfatizado en que para que una persona sea considerada en trá nsito, independientemente de la
clasificació n utilizada, el Estado debe respetar y otorgar un tiempo razonable, así como ser conscientes y tener coherencia
frente al hecho de que un extranjero que busca desarrollar vínculos en un Estado no podría ser equiparado a un transeú nte.
Así como también ha establecido que “la condición del nacimiento en el territorio del Estado es la única a ser demostrada
para la adquisición de la nacionalidad, en lo que se refiere a personas que no tendrían derecho a otra nacionalidad, si no
adquieren la del Estado donde nacieron”.
En concordancia, la Corte ha dicho que el status migratorio irregular de los padres no se puede extender a los hijos.
Es decir, la diferencia entre las personas nacidas en territorio dominicano que son hijos de extranjeros, no se hace con base
en una situació n atinente a ellas, sino con base en la diferente situació n de sus padres cuanto a la regularidad o
irregularidad migratoria.
Frente a las detenciones arbitrarias y la expulsió n masiva, la Corte ha establecido que “el debido proceso debe ser
garantizado a toda persona independientemente del estatus migratorio”, puesto que “el amplio alcance de la intangibilidad
del debido proceso se aplica no solo ratione materiae sino también ratione personae sin discriminació n alguna.
Así mismo, la Comisió n de Derecho Internacional en sus artículos sobre la protecció n de derechos humanos de las personas
expulsadas o en vías de expulsió n, ha dicho que dichas personas deben tener ciertas garantías procesales, como las
siguientes:

condiciones mínimas de detenció n durante el procedimiento; derecho a ser notificado de la decisió n de expulsió n; derecho a
recurrir y a tener acceso a recursos eficaces para recurrir la decisió n de expulsió n; ser oído por una autoridad competente;
estar representado ante dicha autoridad competente; contar con la asistencia gratuita de un intérprete, y asistencia
consular. La Corte ha considerado que un proceso que pueda resultar en la expulsió n de un extranjero, debe ser individual,
con el fin de evaluar las circunstancias personales de cada sujeto y cumplir con la prohibició n de expulsiones colectivas.
Asimismo, dicho procedimiento no debe resultar discriminatorio en razó n de nacionalidad, color, raza, sexo, lengua,
religió n, opinió n política, origen social u otro estatus, y la persona sometida a él ha de contar con garantías mínimas.
Análisis de fondo “La Corte considera que (…) de acuerdo al desarrollo actual del derecho internacional de los derechos humanos, es
necesario que los Estados, al regular el otorgamiento de la nacionalidad, tengan en cuenta: a) su deber de prevenir, evitar y
reducir la apatridia y b) su deber de brindar a los individuos una protecció n igualitaria y efectiva de la ley y sin
discriminació n.” (Pg.
91)
“En cuanto a su deber de prevenir, evitar y reducir la apatridia, los Estados tienen la obligació n de no adoptar prá cticas o
legislació n, respecto al otorgamiento de la nacionalidad, cuya aplicació n favorezca el incremento del nú mero de personas
apá tridas. La apá trida tiene como consecuencia imposibilitar el goce de los derechos civiles y políticos de una persona, y
ocasionarle una condició n de extrema vulnerabilidad.” (Pg. 91)
“El artículo 20.2 de la Convenció n Americana señ ala que una persona nacida en el territorio de un Estado tiene derecho a la
nacionalidad de ese Estado “si no tiene derecho a otra”. Este precepto debe ser interpretado a la luz de la obligació n de
garantizar a toda persona sujeta a la jurisdicció n estatal el ejercicio de los derechos, establecida en el artículo 1.1 de la
Convenció n. Por lo tanto, el Estado debe tener certeza respecto a que la niñ a o el niñ o nacida o nacido en su territorio, en
forma inmediata después de su nacimiento, podrá efectivamente adquirir la nacionalidad de otro Estado, si no adquiere la
nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació .” (Pg. 92)
“La Corte ha sostenido que “una persona apá trida, ex definitione, no tiene personalidad jurídica reconocida, ya que no ha
establecido un vínculo jurídico-político con ningú n Estado. La falta de reconocimiento de la identidad puede implicar que la
persona no cuente con constancia legal de su existencia, dificultando el pleno ejercicio de sus derechos civiles, políticos,
econó micos, sociales y culturales.” (Pg. 95)
“Este Tribunal ha considerado que el criterio fundamental para determinar el cará cter “colectivo” de una expulsió n no es el
nú mero de extranjeros objeto de la decisió n de expulsió n, sino que la misma no se base en un aná lisis objetivo de las
circunstancias individuales de cada extranjero. La Corte, retomando lo señ alado por el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, ha determinado que una expulsió n colectiva de extranjeros es “cualquier decisió n tomada por autoridad
competente que obligue a los extranjeros como grupo a abandonar el país, excepto cuando tal medida sea tomada luego de o
con base en un examen razonable y objetivo de los casos particulares de cada extranjero del grupo.” (Pg. 127)
“La corte considera que (…) las víctimas no fueron privadas de la libertad con la finalidad de realizar un procedimiento
migratorio formal, sino que fueron principalmente detenidas y expulsadas por sus características físicas y su pertenencia a
un grupo específico, es decir, por ser haitianos o de origen haitiano. Lo anterior constituye una actuació n discriminatoria en
perjuicio de las víctimas por su condició n de haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana, que resultó en una afectació n
en el goce de los derechos que la Corte encontró violados.” (Pg. 140)
Atribución de El Estado violó los derechos al reconocimiento de la personalidad jurídica, al nombre y la nacionalidad, consagrados
responsabilidad en los artículos 3, 18 y 20 de la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos, así como por el conjunto de dichas
violaciones el derecho a la identidad, en relació n con el incumplimiento de las obligaciones establecidas en el artículo 1.1 de
la Convenció n.

El Estado violó el derecho a la libertad personal reconocido en el artículo 7 incisos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 de la Convenció n


Americana sobre Derechos Humanos, en relació n con el incumplimiento de la obligació n de respetar los derechos sin
discriminació n.
El Estado violó la prohibició n de la expulsió n colectiva de extranjeros reconocida en el artículo 22.9 de la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos, en relació n con el incumplimiento de la obligació n de respetar los derechos sin
discriminació n, Asimismo, el Estado violó el derecho de residencia y de circulació n, y la prohibició n de la expulsió n de
nacionales, reconocidos en los artículos 22.1 y 22.5 de la Convenció n Americana sobre Derechos.
El Estado violó los derechos a las garantías judiciales y protecció n judiciales, reconocidos en los artículos 8.1, y 25.1
de la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos, en relació n con el incumplimiento de la obligació n de respetar los
derechos sin discriminació n, adicionalmente, en relació n con los derechos del niñ o consagrado en el artículo 19 de la
Convenció n, en perjuicio de las víctimas que al momento en que ocurrieron los hechos eran niñ as o niñ os, en los términos de
los pá rrafos 390 a 397, 400 a 404 y 407 de la presente Sentencia.
El Estado violó el derecho a la protecció n a la familia, reconocido en el artículo 17.1 de la Convenció n, en relació n con el
incumplimiento de la obligació n de respetar los derechos convencionales sin discriminació n establecida en el artículo 1.1 de
la Convenció n.
Reparaciones El Estado debe adoptar, en un plazo de seis meses contado a partir de la notificació n de esta Sentencia, las medidas
necesarias para que las víctimas cuenten con la documentació n necesaria para acreditar su identidad y nacionalidad
dominicana. Ademá s, debe adoptar las medidas necesarias para dejar sin efecto las investigaciones administrativas, así como
los procesos judiciales civiles y penales en curso vinculados a registros y documentació n.
El Estado debe realizar las publicaciones ordenadas que se indican en el pá rrafo 460 del presente Fallo, en el plazo de
seis meses contado a partir de la notificació n de la presente Sentencia. Asimismo, el Estado debe mantener disponible, por un
plazo de un añ o, este Fallo en un sitio web oficial del Estado, en los términos del pá rrafo 460 de la presente Sentencia.
Decisión 1. Desestimar las excepciones preliminares interpuestas por el Estado relativas a la falta de agotamiento de recursos
internos y a la falta de competencia ratione personae, en los términos de los pá rrafos 30 a 34 y 52 a 57 de la presente
Sentencia.
2. Admitir parcialmente la excepció n preliminar sobre falta de competencia ratione temporis de la Corte respecto a
determinados hechos y actos, en los términos de los pá rrafos 40 a 47 de la presente Sentencia.

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