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Alumna: Ariana E.

Salazar De La Cruz

Asesora: Mari Paredes


DESARROLLO INTEGRAL DE UN BEBÉ

“La infancia es sin duda el terreno sobre el que caminaremos toda nuestra vida.

Este terreno está impregnado de todas las sensaciones, emociones

y evoluciones que hayamos vivido desde el inicio de nuestra existencia.

La infancia es nuestro terreno, y nuestros recuerdos el pavimento.”

(Lya Luft)

El programa de educación inicial considera “que los procesos de aprendizaje y sus

contextos conducen a reconocer a los niños como aprendices competentes desde el

momento de su nacimiento, como sujetos activos en la construcción de su mundo

considerando que cada niño requiere sus tiempos distintos para aprender y desarrollarse”

Por ende, es importante observar con intención pedagógica, como una acción de la

cual podamos recopilar información relevante del desarrollo integral que nos permita darle

a cada niño lo que requiere en materia psicomotriz, social, afectiva, cognitiva, psicológica

y emocional, a través de un enfoque integrado para el cuidado sensible y cariñoso de los

niños.

En el grupo de lactantes se realizó una bitácora de observación de una alumna la cual

se describe a continuación.

María es una alumna de 10 meses de edad, tez blanca, complexión robusta. Su

cabello es corto y posee una estatura correspondiente a su edad. Sus rasgos físicos son

los pertenecientes a una niña con Síndrome de Down.


Producto de la primera gestación a término con episodios de sangrado durante el

primer trimestre. Nace vía natural pesando 3, 500 kg, sin llanto y con dificultades para

respirar por lo que permaneció internada durante 17 días, siéndole administrado oxígeno.

La madre refiere desconocer durante la transición de su embarazo la condición de la

niña, por lo cual trascendió de forma positiva y tranquila durante el mismo. Se le

identificó al nacimiento cardiopatía, hipertensión pulmonar e incremento de la bilirrubina

los cuales fueron tratados y continúan en control en la actualidad.

A los 6 meses presentó convulsiones razón por la cual aún toma anticonvulsivos, así

como le fue diagnosticado la condición de hipotiroidismo. Alimentó a su hija con seno

materno y posteriormente pasó a la toma de biberón en el cual se le dificulta realizar el

movimiento de succión; el control cefálico se dio a los 5 meses, sedestación en los 7 y

medio meses, gateó a los 9 meses y actualmente intenta ponerse de pie sujetándose de

los objetos que encuentra a su alrededor.

Actualmente es tratada medicamente siéndole administrados los siguientes

medicamentos: levotiroxina (hipotiroidismo), valproato de magnesio (convulsiones).

Emocionalmente la niña cuenta con un apoyo significativo por parte de ambas figuras

lo que hace que se muestre tierna, cariñosa y a la vez berrinchuda. La figura materna

hace lo posible por complementar su crecimiento y lograr entender lo que la niña quiere o

pide.

Suele llorar cuando se separa de su madre, es activa y muy observadora de todo lo

que le rodea, comprende el significado de algunas palabras sobre todo de orden como

dame, pon, mete, saca.


Al llegar a la escuela reconoce que se dará la separación con mamá y se afianza a su

regazo, llorando en repetidas ocasiones. Le cuesta adaptarse a diferentes entornos y

personas, mostrándose tímida y miedosa.

Le gusta tomar objetos, agitarlos y aventarlos mostrando agrado e interés por aquellos

que la estimulan visual o auditivamente. Es tolerante con los materiales y texturas que se

le presentan manipulando, observando y experimentando con ellos.

Gatea para alcanzar algún objeto, llora para manifestar necesidades o emociones,

sonríe ante personas conocidas. Permanece periodos regulares en una actividad.

Balbucea y comienza a expresar monosílabos como papá, agua, baba.

Se le dificulta socializar con sus compañeros ya que no comparte los juguetes o

material, así como busca sus propios intereses.

Le agrada escuchar música. Come solita alimentos sólidos que pueda llevar a su boca

con ayuda de sus manos, acepta diferentes tipos de alimentos, aunque se le dificulta

succionar derramando los líquidos sobre su ropa.

Al momento de permitirle explorar movimientos y tiempos libres, con un ambiente

lúdico y con la presencia de agentes educativos con una vinculación y sostenimiento

afectivo, se puede observar a María con algunos cambios:

Observa a su alrededor buscando quién la consuele cuando no encuentra a mamá,

recurre a la docente y se abraza a su regazo, se calma y permanece participativa en las

actividades que se le proponen siempre buscando la mirada y presencia cercana de la

figura de apego (docente).


Comienza a tener exploraciones en todo lo que sucede a su alrededor, se desplaza

para intenta, tomar aquello que le llama la atención, señala y balbucea cuando quiere

algún objeto, los explora detenidamente y realiza acciones para saber que sucede al

golpearlos, tirarlos, aventarlos. Algunos objetos le son difíciles de sostener o tomar por ser

muy finos por lo que realiza intentos sin conseguirlo, cambia su atención a otro estímulo;

es ayudada por el agente educativo para realizar tal acción festejando sus logros.

Es cuidadosa en los movimientos que realiza y en los espacios en los que se desplaza,

esquivando obstáculos e intentando movimientos complejos y diferentes a los que realiza,

algunas veces llora al quedar atorada entre el material o por miedo ante sus nuevas

aventuras.

Se apoya en objetos para intentar ponerse de pie, aunque suele sentir miedo y se deja

caer sentada. Si se le toma de la mano se apoya con fuerza y se queda inmóvil sin

desplazarse.

Se acerca a sus compañeros tocándolos de manera brusca, al escuchar que la docente

le expresa “María toca al bebé suave” entonces suaviza sus movimientos y los besa en la

frente. Se molesta si observa que la docente carga a otro niño o le habla cariñosamente,

reniega y pide los brazos. Llora si escucha a sus compañeros hacerlo, imita esa acción si

jugamos a gritar o llorar.

Ve a su mamá y sonríe, aunque ya no le pide los brazos, la saluda.


CONCLUSIÓN

Favorecer ambientes de aprendizaje óptimos acompañados de agentes educativos y

adultos disponibles, cariñosos y sensibles a las necesidades de los niños permite que

éstos se sientan seguros y libres dispuestos a explorar los ambientes, intentar acciones

que les resultan complejas y ser perseverantes en la consecución de resultados, crear y

emplear su imaginación para jugar, descubrir funciones y sensaciones en los objetos que

manipulan, permiten interaccionar en los ambientes con diferentes actores educativos y

alumnos, balbucear, señalar, comunicar.

Permitir al niño moverse libremente dentro de un ambiente adecuado y seguro le

desarrolla la seguridad y confianza no sólo en el bebé, sino en el adulto cuidador quiénes

muchas veces sobreprotegen y limitan los movimientos por temores a que algo les pueda

suceder o desconfiar sobre lo que pueden realizar. Es importante, por ende darle esos

espacios a los niños dónde potencian su desarrollo integral (psicológico, motriz,

emocional, afectivo) respetando sus propios procesos y diversidad, evitando comparar

sus logros y desarrollo con sus iguales, evitando caer en etiquetas o estados de alarma

por no cumplir con los parámetros de la “normalidad” establecidos.


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DIZAJES_CLAVE_PARA_LA_EDUCACION_INTEGRAL.pdf

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