Está en la página 1de 5

Enelim Aular V. 23.660.694, Dexy Suarez V. 10.010.

113, Erika Araujo


V.19.294.7444
Distribución y Logística 30111
El racismo y la discriminación como consecuencia para los países en desarrollo.

El origen del racismo surge en la instauración del régimen de conquista y


colonización, el dominio de territorios, la apropiación de la riqueza natural del
continente, la hegemonía política y cultural, la discriminación religiosa, y la
incorporación masiva de mano obra a las faenas agrícolas y mineras, fueron eslabones
de los sometimientos de afrodescendientes, indígenas y asiáticos, en la cual no causa
sorpresa afirmar que en nuestra sociedad el racismo y la discriminación son
fenómenos de cada día, pero ¿hasta qué punto estos fenómenos afectan la economía
de las víctimas? ¿Es posible salir de la pobreza manteniendo la discriminación? Un
número creciente de economistas y teóricos del comercio internacional han sugerido
que la discriminación económica va más allá de los límites de los individuos o las
empresas. Las formas de discriminación económica a mayor escala y las de mayor
alcance afectan a naciones enteras o regiones globales, muchos consideran que un
sistema económico mundial abierto, que incluye organismos mundiales como el
Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, pone a los países en
riesgo mediante las prácticas de técnicas explícitamente discriminatorias como la
negociación bilateral y regional, así como las balanzas comerciales asimétricas y el
mantenimiento de mano de obra barata. La injerencia del Fondo Monetario
Internacional en las políticas de los países del tercer mundo como lo son los países
africanos, sudamericanos y sudeste asiático, constituye un hecho conocido. Un hecho
que, avalado con argumentos económicos supuestamente irrefutables, pone en
entredicho la soberanía de los pueblos y convierte la democracia en una forma vacía,
pero más allá de denunciar el proceder de esta institución, es preciso analizar las
razones que explican el endeudamiento de la periferia, hecho sobre el que el FMI
basa su poder.
El Fondo Monetario Internacional se basa en que si un país no dispone en sus
reservas la cantidad suficiente de oro o divisa extranjera para compensar los
desequilibrios de su balanza exterior, puede solicitar un préstamo. En función de su
cuantía, los préstamos se ven sometidos a una creciente condicionalidad para
obtenerlo, el país debe comprometerse a implantar un plan de ajuste o estabilidad
económica. Los países desarrollados viven de una constante contradicción y es que
destinan miles de millones de dólares a regiones pobres en forma de ayuda pero, sin
embargo, se niegan al comercio con los productores de los países pobres, provocando
restricciones en las importaciones, por lo tanto, impidiendo del proceso de apertura y
libre mercado.

El FMI ha tenido un papel muy protagonista en África, iniciaron un proceso de apoyo


de esas economías a finales de los años 70 y principios de los 80 con el objetico final
de acelerar el proceso de desarrollo económico, esa ayuda no es gratis y se incorporó
en forma de deuda, por lo que las ratios de deudas se dispararon, entre 1980 y 2000 la
deuda pública para África subsahariana se triplico, inicialmente la deuda pública se
situaba en la media del 30% y ya en 1987 se disparó hasta el 83% del Producto
Interno Bruto (PIB), esa deuda siguió creciendo pero haciéndose más lento hasta
alcanzar un máximo del 103% en el 2000. Muchos países africanos sufrieron serias
dificultades por la consecuencia de aumentos de los precios del petróleo, la
disminución de los términos de intercambio que originó fuertes tensiones
inflacionistas, como resultado de esa deuda en dólares. Entre los atrasos de
vencimientos y los intereses se convirtieron en una parte creciente de la deuda
pendiente, en 1999 esos atrasos representaban el 30% de la deuda del continente, en
comparación con el 15% en la década de 1990 y el 5% para todos los países en
desarrollo. Entre los años 1980 y 2000, los países del África subsahariana habían
afrontado pagos por más de 240.000 millones de dólares en servicio de deuda, lo que
significaba aproximadamente cuatro veces la deuda que soportaban en 1980,
especialmente hay que remarcar el caso de Nigeria que en 1978 el país pidió prestado
5.000 millones de dólares y para el año 2000 había afrontado pagos por 160.000
millones y debiendo aun 31.000 millones. ¿Los resultados? La Organización
Internacional del Trabajo informo en 1990 las consecuencias en términos de salarios
africanos “una fuerte caída en los salarios reales” para ser más específicos, una
disminución media el 30% entre 1980 y 1986.

En el caso de Sudamérica, han sido los controvertidos programas de ajuste estructural


de la economía como la reducción del déficit fiscal, la eliminación de subsidios,
devaluación de la moneda, entre otras, exigidos por el FMI como condición para
entregar sus préstamos. Uno de lo más recientes casos fue en el 2019 que se vivió en
Ecuador donde la eliminación del subsidio del combustible por parte del gobierno tras
haber alcanzado un acuerdo con el FMI, ocasionó una ola de violentas
manifestaciones que llevaron al presidente Lenin Moreno a declarar el estado de
excepción, el mandatario terminó llegando a un acuerdo con grupos indígenas para
derogar el decreto que eliminaba los subsidios. En esa postura estuvo presente en las
manifestaciones en las que exigía la salida del organismo internacional del país, que
rememoraran crisis anteriores como la vivida en Venezuela en 1989, en Argentina en
2001 y en Nicaragua en 2018. Uno de los casos más emblemáticos en los que el FMI
ha fallado fue durante las crisis de Argentina de los años 2000 – 20002, cuando ese
país incurrió en el que entonces fue el default más grande de las historia al dejar de
pagar bonos por un valor de 93.000 millones de dólares, para el 2001 tuvo una tasa de
desempleo oficial cercana al 20% el FMI pidió recortes así achicando el gasto a nivel
federal el 10% entre 1999 y 2001. En el año 2004, el directorio del FMI reconoció
que habían sido demasiado optimistas en relación con las perspectivas de crecimiento
de la nación sudamericana durante la década de 1990 y que también hubo errores a la
hora de valorar el régimen de tipo de cambio, así como cuáles eran los niveles
sostenibles de deuda. También paso con Venezuela en el año de 1989 cuando Carlos
Andrés Pérez presidente en ese momento aumento los servicios básicos como el
transporte, combustible y hasta los alimentos de la canasta básica, fueron algunas de
las medidas del paquetazo impuesto por él a cambio de un préstamos del FMI, eso
hizo que el paquetazo llevara a cabo la liberación de los precios excepto en 18
renglones de la cesta básica, el aumento inicial de las tarifas del transporte público en
un 30%, el aumento del precio de la gasolina en un 100%, el aumento anual durante 3
años de los precios de productos derivados al petróleo, el incremento de los servicios
públicos como teléfono, agua potable, electricidad, gas doméstico, las tasas de
intereses activos y pasivos fueron liberadas con un tope temporal fijado en un 30%, la
eliminación de la tasa de cambio preferencial, y la congelación de cargos en la
administración pública todo esto hizo que se ocasionara un estallido social.

En parte del sudeste asiático, en 1997 una gigantesca crisis económica y financiera
asoló al sudeste asiático, iniciada en Tailandia en febrero de ese año luego se extendió
en el mes de julio a Malasia, Indonesia y Filipinas estos cuatro países, que habían
sido citados por el FMI, el Banco Mundial y los bancos privados como modelos a
seguir debido a su amplio grado de apertura al mercado mundial, a su débil tasa de
inflación y su elevada tasa de crecimiento, fueron incapaces de resistir los ataques
especulativos. Entre el 2 de julio de 1997 y el 8 de enero de 1998 la rupia indonesia
se devaluó en un 229% con respecto al dólar. La crisis del sudeste asiático de 1997
golpeo con dureza a indonesia, en el lapso de menos de un año, los capitales
extranjeros abandonaron el país y se desarrolló un desempleo masivo. A finales de
1998, según los datos del gobierno local, el 50% de la población vivía bajo umbral de
pobreza, estimado en Indonesia en 0,55 dólares por día en las ciudades y 0,40 dólares
en el resto del país. El FMI impuso medidas de choque para resolver las crisis de
1997, que agravaron la situación, en particular provocando la quiebra de la mayor
parte del sector bancario y de muchos empresarios, el FMI y el Banco Mundial
presionaron al gobierno para que convirtiera la deuda privada de los bancos en deuda
pública. La deuda pública de Indonesia, que representaba el 23% del Producto
Nacional Bruto (PNB) antes de la crisis, literalmente explotó a consecuencias de las
políticas impuestas por el FMI y el Banco Mundial, llegando el año 2000 al 93% del
PNB. Entre 1970 y 2003 Indonesia recibió 139.000 millones de dólares en forma de
préstamos destinados a los poderes públicos y ha reembolsado 164.000 millones, es
decir, mucho más. Sin embargo, la deuda pública externa de Indonesia se multiplicó
por 20. Entre 1970 y 2003, el total de los desembolsos por la deuda representa 46
veces al monto del stock inicial de la deuda. Desde 1985, cada año Indonesia ha
pagado más de lo que recibía en forma de préstamo.

Finalmente esto conlleva a que los planes o programas de financiamientos para la


otorgación de créditos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, va
más allá a la afectación del racismo a las naciones en proceso de desarrollo, es el
otorgamiento de los préstamos que se basa, más que todo, en la discriminación con la
cual el FMI y el Banco Mundial impone sus condiciones a los países
subdesarrollados, esas condiciones crean como consecuencia las prolongaciones de
estancamientos, el endeudamiento público, estallidos sociales por la eliminación de
subsidio por parte del gobierno, aumentos exagerados de los servicios públicos,
déficit salarial, las deudas impagables, entre otras, haciendo que las naciones no
aprueben dichas condiciones que emiten esas organizaciones.

También podría gustarte