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¿Que Es Ortopedia Funcional?

RECOPILACION DE ARTICULOS

DRA. ANA BLANCO

AÚN CUANDO NORMAN KINGSLEY YA HABÍA INVENTADO SU: “JUMPING THE BITE”. EL
CONCEPTO ORTOPEDIA FUNCIONAL SE DEBE AL ANATOMISTA W. ROUX (1881. QUIEN
TAMBIÉN DEFINIÓ CLARAMENTE EL PRINCIPIO CLÍNICO DE ESTE TIPO DE
TRATAMIENTOS. ROUX DESCUBRIÓ EL EFECTO FORMATIVO DE LOS ESTÍMULOS
FUNCIONALES Y ELABORÓ LA TEORÍA DE LA “ ADAPTACIÓN FUNCIONAL”, QUE ES LA
BASE CIENTÍFICA DE LA ORTOPEDIA. ESTE CONCEPTO HA TENIDO DESDE ENTONCES
APLICACIÓN CLÍNICA. EL VOCABLO “ORTOPEDIA” FUE INTRODUCIDO POR N. ANDRY
(1741) Y EL TÉRMINO “FUNCIONAL” SE DEBE A K. HÄUPL. HÄUPL EN 1936 DA A CONOCER
SU SISTEMA NORUEGO DE ORTOPEDIA FUNCIONAL, RECONOCIENDO LA SIGNIFICACIÓN
CLÍNICA DEL CONCEPTO DE ROUX EN ESTA ESPECIALIDAD, LO QUE SE PLASMÓ EN LA
APARICIÓN DE LA ORTOPEDIA FUNCIONAL. WOLFF EN 1892 CON SU FAMOSA LEY DE
TRANSFORMACIÓN, MOSTRÓ LA REMODELACIÓN DEL HUESO ALVEOLAR: "TODO
CAMBIO EN LA FORMA Y FUNCIÓN DE UN HUESO O EN SU FUNCIÓN SOLAMENTE, ES
SEGUIDO POR CIERTOS CAMBIOS DEFINIDOS EN SU ARQUITECTURA INTERNA". J.
ESCHLER, NOS DIÓ UNA IDEA MUY EXACTA DEL VALOR QUE SE DEBE OTORGAR O
RECONOCER A LA MUSCULATURA EN LA DETERMINACIÓN DE LA MORFOLOGÍA EN LAS
ARCADAS DENTARIAS. PERO LO QUE INDUDABLEMENTE ESTIMULÓ A LOS
ORTODONCISTAS A PENSAR Y A ACTUAR EN TÉRMINOS DE FUNCIÓN, FUE LA
GNATOLOGÍA.

PARA 1907 ANGLE YA HABÍA VISTO LA NECESIDAD DE CAMBIAR SU MENTALIDAD


REFERIDA A LA FORMA, POR AQUELLA REFERIDA A LA FUNCIÓN, Y ASÍ LO EXPRESA EN
LA ÚLTIMA EDICIÓN DE SU LIBRO DE TEXTO EN EL MISMO AÑO, ESCRIBE: “ESTAMOS
COMENZANDO A RECONOCER QUÉ UNIVERSALES Y VARIADOS SON LOS HÁBITOS
PERJUDICIALES DE LA LENGUA Y DE LOS LABIOS, CUÁN PODEROSA Y PERSISTENTE ES
SU INFLUENCIA EN LA PRODUCCIÓN Y MANTENIMIENTO DE LAS ANOMALÍAS
OCLUSIVAS, QUÉ DIFÍCIL ES LIDIAR CON ELLAS, Y QUÉ POCAS EXPECTATIVAS DE ÉXITO
TIENE UN TRATAMIENTO MIENTRAS NO SE ELIMINEN ESTOS HÁBITOS”. MUY
SEGURAMENTE ESTAS ASEVERACIONES SE ORIGINABAN EN LAS FRECUENTES
RECIDIVAS QUE HABÍA OBSERVADO AL APLICAR TRATAMIENTOS CONSERVADORES, ES
DECIR, SIN EXTRACCIÓN DE PIEZAS DENTARIAS, EN PACIENTES DE ESCASAS BASES
OSEAS NO POTENCIADAS AL MOMENTO DE SU DESARROLLO.

ACTUALNENTE, LOS PRINCIPIOS FUNDADOS POR ROUX, COMPLEMENTADOS POR


WOLFF, HÄUPL, ANDRESSEN, ESCHLER, KINGSLEY, SIGUEN SIENDO LAS BASES EN EL
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS ANOMALÍAS DE OCLUSIÓN, ACOMPAÑADOS EN
LA ACTUALIDAD DE UN SINNÚMERO DE TÉCNICAS -APARATOLOGÍAS FIJAS- QUE
PERMITEN AL PROFESIONAL MOVER LOS ÓRGANOS DENTARIOS DE FORMA SENCILLA Y
CON MAYOR PRECISIÓN DENTRO DE LAS ARCADAS DENTARIAS, CULMINANDO ASÍ UN
PROCESO INTEGRAL CON LA ARMONÍA FACIAL QUE DICTAN LAS PROPORCIONES
DIVINAS, MOSTRADAS POR FIBONACCI.

PROLOGO:
Este trabajo NO busca exponer o debatir adelantos científicos ni tecnológicos de la
terapéutica Funcional Maxilar. Paradójicamente buscará fortalecer el primitivo concepto
de dicha terapéutica (“La Función Hace La Forma”) desde sus bases científicas que
parecen olvidadas y que no solo permanecen vigentes sino, además, esenciales para la
obtención del éxito clínico al ejercicio de cualquiera, de las ya innumerables, disciplinas
integrantes de la especialidad miofuncional. “Quien desconoce la historia estará
condenado a repetirla”.
No pretende sentar ningún precedente, todos los conceptos aquí expuestos, fueron
pensados y estudiados por investigadores de la especialidad. Nuestros maestros. Por
ninguna razón deberá confundir al lector joven que trata de hacer sus primeras
experiencias.

Los objetivos de un tratamiento Ortopédico Máxilofacial Funcional, serán buscar una


oclusión equilibrada y estable, una estética facial óptima y un funcionamiento de la
articulación témporo mandibular dócil y saludable. Un plan de tratamiento debe
aprovechar en el niño, su período de crecimiento -tejidos óseos menos densos- lo que
sin lugar a dudas dará una estabilidad dental y esquelética prolongada, con menos
tendencias a recidivas.

Infortunadamente, existen razones psicológicas, sociológicas y culturales, limitantes


para grupos familiares aceptar el concepto, tratamiento temprano funcional. Elementos
de profunda influencia para la utilización de aparatos de poner y quitar, a voluntad del
paciente, que los clínicos tendrán que enfrentar con suficiente inteligencia, pues cada
caso, le mostrará situaciones diferentes.

El atractivo facial de proporciones divinas o armónicas, es de profunda influencia en la


vida de las personas, influye en las expectativas de los padres hacia los hijos, también
los profesores tienden a poner más atención a los estudiantes atractivos. Patrones
severos de Cl II o Cl III, alturas faciales aumentadas o disminuidas, pueden tener un
impacto definitivo en el desarrollo emocional, social y económico del niño en
crecimiento. Situación que convendrá recordar a los padres al momento de iniciar un
tratamiento. Que no será a corto tiempo.

Deberá un clínico, tener el conocimiento; la capacidad y la obligación como profesional,


de mejorar tan pronto como sea posible aquella estética facial que pueda significar una
menor expectativa en la calidad de vida del paciente. El errar en el diagnóstico y esperar
hasta que el paciente presente toda su dentición permanente, puede limitar las opciones
terapéuticas a la extracciones de dientes o la cirugía máxilofacial, y si el problema es lo
suficientemente severo, conllevar a toda una vida con baja autoestima. Es pues de la
incumbencia de todo los profesionales de la odontología, reconocer, tratar o referir
aquellos pacientes en los que se están presentando alteraciones esqueléticas
maxilofaciales, y no encasillarlos en falsas Biotipologías, o esperar el momento de
practicar la Odontología que mejor se sabe hacer.

SEMIOLOGÍA LINGÜÍSTICA:
La palabra “ORTOPEDIA”, nacida de los vocablos griegos "orthos" >derecho, recto,
normal<. Y "paidos" >niño< o "podos" >extremidad<, fue dada a conocer en 1741 por
N. Andry para bautizar su libro "ORTHOPEDIE". En él, Andry, Decano de la Facultad
de Medicina de París, definía como "Ortopedista" a un médico que prescribía ejercicios
correctivos buscando compensar deformidades esqueléticas tempranas, ocasionadas por
desequilibrios musculares. Fueron estas ideas, las precursoras del sistema de gimnasia
formativa sueca P. H Ling (Per Henrik Ling 1813), seguramente conocidas por el
anatomista W. Roux en su descubrimiento de la teoría “adaptación funcional” (1881).
Ideas que no distan de cómo actúa hoy la Terapéutica Mío-Funcional Maxilar y le
soportan además su ya tradicional definición. “Niño derecho”. >>Los Aparatos
Funcionales ejercitan las estructuras del sistema estomatognático, y este responde
transformando una situación de crecimiento fásico, en crecimiento armónico<<.
El denominador, “Ortopedia”> “niño derecho”, es usado igualmente para citar otras
importantes terapéuticas maxilares tales son:

1. Ortopedia Maxilar “Mecánica”, Fuerzas severas: Tracciones, Mentoneras, Mascaras,


Disyuntores; Ésta terapéutica, exceptuando mentoneras, estará indicada en patologías
donde el maxilar es el mayor responsable de la disgnasia o la edad del paciente no
permite el manejo de la maloclusión desde la función –normo alterándola-.

2. La Ortopedia Maxilar “Quirúrgica”, de alguna imprecisión en su definición, ya que su


intervención no será a edades tempranas, corregirá maloclusiones uní, bí o
tridimensionales complejas del macizo craneofacial. Ambas disciplinas -mecánica y
quirúrgica- no solo incidirán la función sino que además seguirán supeditadas a esta.

3. La Ortopedia Maxilar Funcional en cambio, a temprana edad y desde la función


misma, transformándola, a través de un activador y “tan lento” como la fisiología
misma, producirá remodelaciones metabólico-generales.

Estudios de Wolff demostraron que la forma de los huesos está influida por tensiones
musculares que se cruzan buscando un equilibrio y a la estática resultante de mantener
el cuerpo en esa actitud erecta. Ideas nacidas en 1892, como “Ley de transformación o
Ley de Wolff”. "Todo cambio en la forma y función de un hueso o en su función
solamente, es seguido por ciertos cambios definidos en su arquitectura interna y por una
alteración secundaria igualmente definida en su conformación externa, de conformidad
con leyes matemáticas".

El vocablo “FUNCIONAL” se atribuye a Häupl, de Austria, pues es quien lo agrega


en1936 a lo que Andressen, de Oslo, había llamado: "El Sistema Noruego para la
Socialización de la Ortopedia Maxilar" cuando presento su "Activador" en el Primer
Congreso de Ortopedia Maxilar efectuado en Berlín en 1935. Häupl añadió el termino
Funcional considerando que la musculatura desempeña un papel esencial en el
modelado de los huesos en formación, bautizando así la Ortopedia Maxilar como:
“FUNCIONAL” (OMF), lo que afirmó el carácter biológico-muscular que ya Roux
había manejado en su teoría de "Adaptación Funcional al Esfuerzo Estático."

Se entiende por “función” -como en el resto de la fisiología-: La realización de la


misión específica que incumbe al órgano. En nuestro caso, el de la masticación. “La
Gnato”. La función del ojo consiste en registrar las impresiones lumínicas. La del oído,
en recoger las ondas sonoras. La de los dientes, en juntarse en oclusión dinámica, ya sea
masticando, o en el vacío, prensando o rechinando.

Una forma biológica -adecuada y estable- es el fin de la Morfogénesis. Toda función


debe traducirse en forma determinada, susceptible a cambios en el tiempo. Cada
formación biológica distingue su forma exterior diferenciándola de su estructura interna,
cuando existe la adaptación funcional se llama, "forma funcional". Sí ésto mismo se
presenta en su constitución interna, se la denomina, "estructura funcional". Así pues, lo
que se nos presenta como "forma", son los cambios que lentamente se van presentando
con relativa permanencia durante el crecimiento y desarrollo. Y lo que se nos muestra
como "función" es el medio ambiente conservador de ésta forma; estableciéndose así la
doctrina morfológica de los "Sistemas Funcionales" que son: "el conjunto de
formaciones histológicas que colaboran adecuadamente entre sí, al servicio de una
operación” (Alfred Benninghoff -1938- Profesor de Anatomía en Kiel y Marburgo)

El calificativo “Activador” >Akvitator<, es ideado por el Noruego Vigo Andresen para


bautizar un bloque lingual bimaxilar de vulcanita con el que pretendería demostrar,
podía “hacer saltar la mandíbula”, Protruirla. Verdaderamente el aparato Activador,
había sido ideado por el mismo Andresen en 1902 para hacer retención a tratamientos
ortodóncicos suspendidos temporalmente. Fue presentado por Andresen en 1935 para
mostrar su investigación: "Sistema Noruego para la Socialización de la Ortopedia
Maxilar" en el Primer Congreso de Ortopedia Maxilar efectuado en Berlín. La
introducción del activador a la ortodoncia establece la época de la Ortopedia Funcional.
Conocida como la era de las posibilidades biológicas o corrección de maloclusiones
tempranas, desde la función. Con el pasar del tiempo, el aparato clásico –Activador- se
modificó en su esqueletización e inclusión de elementos elásticos, fueron desarrollados
otros medios terapéuticos: El Monoblock de P. Robín, el Bionator de Balters, el kinetor
de Stocktisch, el GebiBformer por Bimler, el activador Abierto –posteriormente
elástico- de Klammt, el U-Bügel-Akvitator de Karwetzky, el Funqionregler del profesor
Fräenkel, y otros mas. Dicho término, “Activador”, es perfectamente valido en la
actualidad, para referir cualquier Aparato Funcional. Sus pretensiones sólo difieren en
que ya hoy “entendemos” como ocurren los cambios.

El renombre, Ortopedia Funcional, alude una disciplina de la Odontología que se ocupa


del estudio, prevención y tratamiento de las Anomalías del aparato masticatorio,
llamadas Disgnasias. Considera como “unidad”, anatomo-fisiológica integrada, en
estructura y función: Dientes, maxilares, ATMs, lengua, labios, encías, piso de la boca,
paladar y lógicamente sus funciones masticación, deglución, respiración y fonación. Es
un amplio concepto científico, basado en el principio de: “Célula y Medio”; “Estructura
y Función”, como elementos inseparables que constituyen “un todo”. Un análogo de
“crecimiento y desarrollo provocado”.

Las bases científicas que soportan la Ortopedia Funcional, son las Teorías de Wolff y
Roux: “Forma-Función”; Adaptación Funcional”, el complejo fenómeno de
Crecimiento y Desarrollo modificado por Fuerzas Biológicas propias y consecuentes
estímulos intermitentes, como lo es también la cadencia muscular en su accionar:
“contracción, elasticidad y tono,” –La función-. De allí el vocablo Funcional.

INTRODUCCIÓN:

La Ortopedia Funcional de los Maxilares (O.F.M), es la especialidad que en conjunto


con la Ortopedia Dentofacial, la Ortodoncia y la Cirugía Ortognática trata los problemas
estéticos, funcionales y morfológicos del complejo arquitectónico Dentó-maxilo-Facial.

Basada en principios de Mío funcionalidad, se ha levantado desde el siglo pasado como


una nueva alternativa para la solución de disgnasias tridimensionales, demostrando ser
la terapéutica de elección -en su momento- para el tratamiento de las anomalías del
Aparato Masticatorio, pues solamente con el empleo de fuerzas biológicas se asegura el
éxito en los tratamientos. La concepción científica de sus Aparatos, con fundamentos
anatomofisiológicos demuestran plenamente cumplir el principio Hipocrático, "primun
non nocere" (primero no dañar).
Distintas terapéuticas funcionales adecuadas para cada maloclusión han logrado
resolver los problemas de disgnasias manteniendo la integridad del sistema
estomatognático. Todas nacidas y desarrolladas en mentes de sabios investigadores. Su
trascendencia se debe a los resultados exitosos conseguidos por cada una de ellas a
través del tiempo.

Haciendo historia ó Parafraseado a Häupl, deberíamos decir: “la Ortopedia Funcional es


una idea, una concepción terapéutica y no simplemente un sistema aparatológico
diferente.”

Ni la Ortodoncia, ni la Ortopedia, predominan una sobre la otra, son complementarias y


no bebe existir especialista que se jacte de practicar Ortodoncia u Ortopedia sin dominar
estas dos partes indisolubles de lo que se debe llamar Ortodoncia -en su más amplio
concepto-. Siendo terapéuticas diferentes, son absolutamente complementarias pues
siempre deberemos reconocer la unidad morfológico-funcional de cada paciente, como
único modo de alcanzar el éxito.

En la actualidad la mayoría de los profesionales saben situar adecuadamente ambas


concepciones. No solamente a través de modificaciones morfológicas se puede llegar a
reeducación funcional, ambas disciplinas deben ser estudiadas, entendidas y usadas
paralelamente. El equilibrio de la función permitirá alcanzar más rápidamente la forma -
adecuada y estable-. Si en la mente de un clínico especialista en el estudio y tratamiento
de las maloclusiones existe primacía del enfoque morfológico sobre el aspecto
funcional, será por motivos meramente de formación académica, mas no por
superioridad de criterios. Si en la mente de otro profesional existe una mayor visión del
problema funcional, llegando a descuidar el factor morfológico, igualmente estará
equivocado.

Afortunadamente el estado actual de la Ortodoncia ha permitido que en la mente de los


clínicos, ambas especialidades se hayan integrado completamente. Muchos
profesionales utilizan -a su momento- ambos sistemas terapéuticos, pues como ya se
dijo, lo que importará es la completa habilitación morfo-funcional de las estructuras del
paciente, lograr resultados óptimos y estables.

La Ortopedia ocupa un lugar preponderante dentro del mundo de la Ortodoncia. Desde


los años 70, cuando de la mano de McNamara, los ortodoncistas se vieron en la
necesidad de resolver problemas funcionales a los que no se encontraba solución –p.ej.
Recidivas- buscaron en la Ortopedia Funcional la posibilidad de encontrar el equilibrio
morfofuncional que con la Ortodoncia correctiva no se lograba.

Debemos pues, comenzar a definir la O.F.M. y esclarecer la discusión cualitativa entre


la terapéutica Ortodóncica Activa y la Ortopédica Funcional. No es cuestión de
utilización de aparatos FIJOS o REMOVIBLES, de técnica ó mejor manejo de una u
otra aparatología por parte del profesional sino de la disgnasia, su momento y/o la
procedencia de la fuerza que se deberá emplear, para influir sobre el problema que se
presenta en el paciente.

Como lo describe el profesor Maronneaud de Marsella, en el prefacio de su obra: “El


Método Funcional En Ortopedia Dento Facial”. “ La parte dentaria de los maxilares
pierde la autonomía orgánica que hasta ahora se le confería, para sumirse en el conjunto
óseo-muscular-dentario y constituir un Sistema Anatómico-Funcional completo. Más
precisamente, el aparato masticatorio ”.

Una Aclaración pertinente: No se debe confundir la aparatología ortodóncica removible


con la ortopédico-funcional, hecho muy frecuente en nuestro país. Todo elemento
aparatológico que incluya resortes, ligaduras, tornillos, que trabaje activamente
(inclusive Aparatos Funcionales mal utilizados. –ACTIVADOS-) será de Ortodoncia,
fija o removible. Todo aparato bimaxilar, “suelto” y “flojo” en las arcadas, será
Ortopédico-Funcional. En su manejo sólo serán necesarios periódicos ajustes a la
evolución del tratamiento, nunca la incorporación a ellos de fuerzas continuas o
discontinuos para buscar resultados inmediatos.

En los distintos manejos de las maloclusiones, las fuerzas pueden provenir del propio
aparato, llámense arcos, resortes, tornillos -entre otros-. Llamadas fuerzas
EXTRÍNSECAS. Ó aquellas fuerzas que provienen del propio organismo y que se
forman a partir de las funciones dinámicas que produce, regula y dirige el Sistema
Nervioso Central y que son ejecutadas por la musculatura regional períoral. A estas
fuerzas se las denomina, fuerzas INTRÍNSECAS.

Un comentario que viene al caso: El término INTRÍNSECO >>propio, íntimo,


esencial<< no debe ser concebido como virtudes propias de los aparatos Funcionales -
por si solos- sino virtudes de la musculatura, que es quien los usa, como vehículo
transportador de estímulos propios del paciente –INTRÍNSECOS- entregados a
estructuras dentarias, periodontales, óseas y ATM , de forma intermitente, es decir, por
contracciones musculares de una función dinámica alterada por un aparato. Por el
contrario, el término EXTRÍNSECO >>Externo, no esencial a la naturaleza de una
cosa<< debe ser entendido como fuerzas propias de una terapéutica, externa de la
musculatura e inherentes a las aparatologías Ortodóncicas, que entregan sus estímulos
de forma continua y/o discontinua no intermitente.

Joseph Eschler –en Friburgo de Brisgovia- apoyado en sus investigaciones


electromiográficas, señalo: “Cada desplazamiento fisiológico o patológico de los dientes
es sólo consecuencia de la actividad muscular, la función, los órganos subordinados del
sistema masticatorio”. “ En todo tratamiento ortodóncico hay que contar con la
actividad muscular”. “El sistema de la masticación constituye una unidad anatómica–
funcional”. Esto nos deja muy claro el valor que se deberá reconocer a la musculatura, y
su determinación morfológica en las arcadas dentarias pre y post-tratamiento.

Eschler demostró que el músculo se vale de tres propiedades para realizar su actividad:
Elasticidad, Contractibilidad y Tonicidad. Así mismo, la musculatura períoral tiene tres
funciones básicas que cumplir:
1. Ejercer su influencia en la forma y crecimiento de los maxilares, lo que constituye la
función formativa.
2. Mantener la mandíbula en una determinada posición de reposo. -estática-.
3. Determinar la dirección del movimiento mandibular así como el grado de intensidad
de este movimiento -función motora-.

Sus estudios electromiográficos demostraron que el hueso necesita de la actividad


músculo-funcional para lograr adquirir sus características, y que el papel de la
musculatura sobre el hueso es tal, que una –para entonces mala acción muscular- hoy
alteración funcional podría llegar a perturbar un proceso de crecimiento óseo, así pues,
las disgnasias son el fenotipo de un estado de desequilibrio muscular genético-
medioambiental.

Lo que deja claro, que al hablar de “TERAPEUTICA FUNCIONAL”, se debe entender:


Es aquel tratamiento que utiliza exclusivamente fuerzas INTRÍNSECAS (originadas por
el propio organismo) entregadas de forma INTERMITENTE, que modificarán las
funciones dinámicas, por lo que sería de mayor precisión el termino MIOFUNCIONAL.

SUS BASES CIENTÍFICAS La Función Hace La Forma / La Adaptación


Funcional:

A lo anterior se debe agregar que la plataforma científica de la Ortopedia es sin duda:


“La Función Hace la forma”, Para lo que habría que aceptar que los conceptos de
crecimiento han “cambiado” en los últimos años, se ha abierto nuestro horizonte. Si la
morfogénesis de la cabeza se realiza en el embrión antes de la aparición y la osificación
del cráneo, éste no puede ser determinante de aquella morfogénesis temprana. Las
investigaciones sobre desarrollo del cráneo y sobre su crecimiento confirman el papel
inductor de las partes blandas -matrices funcionales- los neurotróficos, determinando las
condiciones mecánico-ambientales que durante su desarrollo no hacen más que
acomodarse. No solo en el sistema que nos compete, sino en el organismo humano, las
estructuras de soporte mecánico -el esqueleto y su morfología- son siempre producto de
los tejidos blandos, nunca su causa.

Por lo tanto diagnóstico Ortodóncico no es ya más aquel estudio relacionado meramente


con valores cefalométricos, sino también, el equilibrio entre el estudio del sistema
neuromuscular que nos compete versus el esqueleto y las piezas dentarias, sumándose a
ello los factores etiológicos de las disgnasias.

En Ortopedia, el Diagnóstico es: Nosografico, Etiológico, Morfo-fisiológico e Integral;


sustentado en la realidad Clínica por el análisis semiológico, explicativo, demostrativo y
comprensivo de las alteraciones del Aparato Masticatorio. En los tratamientos
Ortopédico-funcionales, las fuerzas biológicas que redistribuyen los aparatos, producen
reflejos neuro-musculares que establecen estímulos de transformación sobre los tejidos
que soportan los dientes, cambiando su posición, más por adaptación funcional, que el
movimiento axo-alveolar como tal.

La utilización pues de fuerzas intrínsecas en los tratamientos define a la Ortopedia


Funcional. Es entonces interesante conocer cómo estas fuerzas se generan: Si nos
remontásemos a elementales conceptos de Biología, vendría a la memoria la prioridad
intrínseca de la fibra muscular, contraerse al menor estímulo -experimento que se
realiza in vitro-, pero se sabe que igual ocurre en nuestro organismo de forma natural, y
es llamado reflejo miotático. De este fenómeno se vale la Ortopedia Funcional, ocurre
cuando se saca la mandíbula de su posición de reposo postural y se la coloca en otro
lugar –postizo- del espacio a través de la mordida constructiva o de trabajo -Es en ésa
posición espacial que este medio terapéutico ensambla un nuevo circuito neuronal
llamado engrama-.

Al producirse el cambio de posición de la mandíbula, se ha cambiado la disposición de


las inserciones musculares, se alargan y/o acortan las fibras musculares, se despierta el
reflejo miotático y se producirán contracciones, que el aparato utilizado recogerá,
convirtiéndose en un redireccionador de estímulos, y por ende, productor de cambios
morfológicos. Se creará en el activador, algo así como: “UN CIRCUITO CERRADO
DE RECÍPROCOS VECTORES DE FUERZAS INTRÍNSECAS” –Intermitentes-.

La mordida constructiva, o de trabajo, con la cual se elabora cada aparato funcional, es


réplica fiel, exacta, de su espacio funcionante. Ya elaborado y en la boca del paciente, el
aparato obligará a la mandíbula a posicionarse de igual forma que aquella vez, cuando
se tomó o mordió el registro, dicho procedimiento deberá interpretarse, como la
preactivación del aparato en los tres planos del espacio, pues los tres debieron ser
observados al momento del procedimiento: “Toma De La Mordida Constructiva”, es
decir, su meticulosa planeación y toma, debió contemplarse en los tres planos del
espacio, para que sus estímulos también se dieran en los mismos tres planos del espacio
bucal.

Esta obligada, postiza y nueva posición mandibular -mientras se usa el aparato-, no será
fácilmente aceptada por la musculatura, quien le hará llamados de forma intermitente
(como también lo es el ritmo biológico de las contracciones musculares) para que acuda
a ocupar su espacio fisiológico -de su mala oclusión- llamados a los que no podrá acudir
la mandíbula pues la idealización mecánica del aparato utilizado lo impide, generándose
en él, estímulos precisos en los puntos ideales donde deben ser excitadas, tri-
dimensionalmente, las estructuras disgnacicas de este tipo de alteración oclusal, para
convertirlas, lenta y casi-fisiológicamente, en maxilares eugnacicos. De allí las grandes
diferencias entre los activadores.

Mientras el paciente usa su aparato la mandíbula estará siendo llamada, por recíprocos e
ideales para cada alteración, vectores de fuerza –estímulos-, que para la etapa de
crecimiento y desarrollo en la cual se utiliza esta terapéutica, producirá cambios óseos,
consecuentemente dentarios, y por ende de posición mandibular.

Después de algún tiempo de usarse un aparato funcional, (P. Ej. Un activador para Cl II
Mordida profunda) cuando se halla dado una verdadera adaptación –tal vez, mas de 12
meses- el paciente un día se quitara el aparato para jugar, hacer deporte o comer, sin el
paciente notarlo, la mandíbula a adoptado el nuevo engrama que intenta perpetuarle el
aparato, no existe ahora el perfecto engranaje oclusivo que alguna ves hubo en la
maloclusión pero hay comodidad muscular, ha habido alguna reprogramación condilar,
el acto de la masticación e Intercuspidación se dará ahora en esa nueva posición
mandibular. El caso no esta resuelto pero esto ayudará en las pretensiones del
tratamiento, hará nuevos ajustes oclusales benéficos –se “cargarán baterías”-. Empezará
así a cerrarse el “circuito de recíprocos vectores de fuerza intermitentes”, que buscará
conquistar la maloclusión. En los casos de sobremordidas, aparatos sin componentes
interoclusales, se habrá incidido principalmente dicho plano vertical, se habrán extruído
los procesos alveolares posteriores, lo que deberá juzgarse como perdida de referencias
intercuspidatorias; mayor y benéfica reprogramación condilar.

La mordida con la cual se construirá el aparato, tendrá a cargo las correcciones de la


relación anteroposterior de los maxilares; la dimensión vertical del tercio inferior de la
cara; la correlación o mantenimiento lateral de la mandíbula con su maxilar, (la
relación: vertical, sagital y frontal de maxilares respectivamente). El aparato por su
parte tendrá mayores responsabilidades perimetrales de desarrollo horizontal y vertical
(ancho, largo y alto de las arcadas) prueba de ello la existencia de un gran número de
aparatologías que van desde desarrollo transversal normal, tipo Bionator, hasta
micrognasias maxilares, como lo es el aparato Fränkel.

La mordida de trabajo, CONSTRUCTIVA, fielmente reproducida en el aparato como su


espacio funcionante, tiene a su cargo la corrección tri-dimensional de relación de la
mandíbula contra el maxilar; SAGITAL, FRONTAL Y VERTICAL. Su mal manejo
podría perpetuar maloclusiones, o incluso hacerlas, al atrofiar benéficos picos de
desarrollo óseo:

• Solamente ella -a través del aparato- podrá adelantar retruir o mantener la mandíbula
en su posición anteroposterior –plano sagital-.
• Solamente ella -a través del aparato- podrá hacer coincidir o no las líneas medias óseas
para la corrección de lateralidades funcionales, nunca esqueléticas, –plano frontal-.
• Predominantemente ella, su grosor o apertura, y la presencia o no de componentes
interoclusales del aparato funcional que la representa, pueden aumentar disminuir o
mantener la dimensión vertical –plano vertical-.

Todo lo anterior podrá hacerlo la “mordida constructiva”, mejor dicho, el aparato que la
representa, simultáneamente en los tres planos del espacio, o sólo en uno o dos de ellos;
lógicamente, en íntima dependencia del minucioso procedimiento clínico-mecánico-
ritual, llamado, “Toma De La Mordida Constructiva”, pero ante todo de las necesidades
de cada maloclusión.

Por otro lado, el aparato tendrá a cargo la corrección perimetral. Por si mismo, el
aparato, es único responsable de la anchura y largo de ambas arcadas, y en compañía
con la mordida, incidirá o no, la altura facial inferior, Así:
• Ante la presencia de componentes interoclusales en él, e invasión del espacio
fisiológico en la toma de su mordida constructiva, el aparato acortara la altura facial
inferior por la intermitente reclamación de la mandíbula de este su espacio fisiológico –
de reposo- que intruirá procesos alveolares posteriores, cerrando mordidas abiertas.
• La misma invasión, de la mordida constructiva, del espacio fisiológico mandibular y
un aparato sin componentes interoclusales, aumentará la altura facial inferior, pues se
extruirán dichos componentes alveolares posteriores, abriendo mordidas profundas.
• En síntesis. Si la apertura-grosor de la mordida de trabajo no superara –invadiera- el
espacio fisiológico, y el aparato ostentara o no componentes interoclusales se tornaría
neutro en su incidencia del plano vertical, pues como ya se dijo, la intrusión de procesos
alveolares se dará por invasión del espacio fisiológico con componentes iteroclusales,
invasión que sin componentes interoclusales producirá extrusión de los mismos
procesos alveolares posteriores.

El desarrollo transversal –ancho- y anteroposterior –largo- de las arcadas, corresponderá


a la concepción mecánica e ingenio de los aparatos funcionales. La presencia en boca de
aparatos mío dinámicos producirá exclusivos desarrollos perimetrales del maxilar y la
mandíbula, que como ya se dijo, corresponderá al ingenio mecánico de este, mas que a
la maloclusión, de allí la importancia de conocer la mayor cantidad de terapéuticas
funcionales existentes –aparatologías-. Así pues La concepción mecánica del aparato
será la gran responsable del ya mencionado perímetro –Área tridimensional- de ambas
arcadas dentarias.
Ya definido cómo la terapéutica funcional genera las fuerzas intrínsecas, quedaría por
aclarar, cómo los distintos medios terapéuticos –Aparatologías- son capaces, siendo
elementos “pasivos”, (condición esencial para ser Aparatología Funcional) de recoger
esa fuerza y llevarla a los elementos óseos, tejidos blandos y dientes que se quieren
normalizar:
1. Cuando se coloca una aparatología fija y se liga el arco a los bracketts, el alambre
expresa toda su elasticidad generando fuerza, que por su extenso tiempo se puede
denominar, FUERZA CONTINUA.
2. Cuando con aparatología removible por ejemplo, se activa el tornillo transversal la
fuerza generada tiene un tiempo de acción más reducido, entre cada activación pasan
períodos de reposo, esta FUERZA se denomina DISCONTINUA.
3. La fuerza utilizada por la Ortopedia Funcional es regida por el ritmo de las
contracciones musculares (producidas por el propio organismo) se le denomina
FUERZA INTERMITENTE y es considerada por la gran mayoría de los investigadores
como la fuerza más biológica que se pueda usar para la corrección de disgnasias.  

CONCERNIENTES:

Éste documento muestra el concepto “Ortopedia Funcional” desde su fundamento


científico y cómo debe ser o como nació, es decir desde la función gnatica, “Teoría:
Adaptación Funcional” (la función hace al órgano). Algunos clínicos ávidos de
resultados, han desarrollado otras formas de conseguir éxito, en sus tratamientos, con
las mismas aparatologías -Activadores-. Su ingenio biomecánico hace primordialmente
aportes ortodóncicos mayormente recidivantes en los tratamientos, hecho que no
pretende criticarse aquí pero si resaltar como importante, la difícil recidiva de los casos
clínicos a los que se ha administrado el concepto Ortopedia Funcional puro, -mucho
mas lento en ofrecer sus resultados estables-.

Al realizar un movimiento dentario y por ende un cambio morfológico del hueso con
fuerzas extrínsecas, se está rompiendo el equilibrio patológico. Pero equilibrio al fin. Y
si concluido el tratamiento ortodóncico no se establece un nuevo equilibrio,
inexorablemente se termina en recidiva, que según el equilibrio patológico remanente,
será de una magnitud mayor o menor. Contrario ocurre cuando se usan fuerzas
INTRÍNSECAS. Éstas al ser biológicas, quien realiza el cambio, es el propio
organismo, y por si solo no tendrá recidiva pues es el organismo quien lo generó.

Mershon, brillante discípulo de Angle, coautor del aparato unitario Mershon-Lourie, al


referir recidiva y Contención decía: “los dientes movilizados biológicamente no
necesitan retención alguna, puesto que llegan a ocupar su posición biológica dentro de
la armonía máxilofacial, quedando comprendidos en el equilibrio dinámico causante de
la estática. Únicamente se puede esperar una retención natural, cuando el hueso, tejidos
periodontales, circulación sanguínea, inserciones musculares, inervación y metabolismo
se hayan adaptado a las nuevas condiciones”.

Tampoco deben olvidarse las palabras del Profesor Maronneaud de la Facultad de


Medicina de Marsella escritas en su libro "L'orthopedie Stomatologique Infantile": "La
Ortodoncia, deberá cristianizarse en Ortopedia Dento-Máxilo-Facial, para romper con
los hábitos nefastos que traban su evolución y lanzarse por caminos nuevos, más
amplios y más audaces".
“Sólo quien ha experimentado por sí mismo trabajar con un activador después de haber
empleado aparatos que utilizan fuerzas artificiales -continuas o discontinuas- podrá
disfrutar la plena satisfacción del éxito alcanzado con esta especialidad, de estímulos
intermitentes”. (Terapia Funcional. Leopold petrik, Vienna 1965).

EPÍLOGO:

Existe en la actualidad, risibles tendencias universales a discutir cual medicina es


superior. Se dictan conferencias y publican artículos que desvirtúan una u otra
especialidad, discuten si debe o no emplearse la “ortodoncia correctiva” o la “ortopedia
funcional”. No. Son terapéuticas al alcance de los profesionales de la odontología, que
pertenecen definitivamente al momento de la disgnacia, sea inclusive la “misma” en
diferentes edades, quien decidirá la elección de una u otra terapéutica, será el desarrollo-
edad del paciente.

Alejados de dichas tendencias universales a discutir cual de las dos importantes


terapéuticas maxilares es superior -ortodoncia ú ortopedia- y Solamente Para Efectos De
Interpretación, Entendimiento Y Manejo De Cada Una De Ellas, Debemos Aclarar: Se
Deben estudiar separadamente, pensarse por separado, (Ocasiona el amplio
conocimiento de la ortodoncia, dificultades para el entendimiento y manejo de la
ortopedia funcional). Sus bases científicas son distintas, su lugar de nacimiento es
diferente, sólo su edad esta relacionada.

Así pues, la Ortopedia Funcional y la Ortodoncia son dos disciplinas de la Odontología


estructuralmente distintas, con claras diferencias en sus fundamentos, métodos,
procedimientos y áreas de acción.

Su utilización deberá realizarse individualmente, sus estímulos son y se dan, de formas


diferentes: Continuos por la ortodoncia. Intermitentes por la ortopedia. Es difícil para
muchos especialistas aceptar que en general algunos componentes de los aparatos
funcionales tales son: omegas palatinos, guías incisivas, tornillos..., no deben ser
activados, (lógicamente serán accionados en ocasiones, para acompañar la evolución
lenta de los tratamientos mío funcionales). No es ninguno de los aparatos “funcionales”
activable para buscar resultados ortodóncicos o inmediatos. -Si usted lo conoce, –
créame- no pertenece a la terapéutica en discusión-. Existe la “ortopedia mecánica”.

Si sus bases científicas son disímiles, es obvio que su utilización y manejo será
diferente. El fenómeno “reabsorción aposición” producto de fuerzas continuas -insignia
de la Ortodoncia correctiva- no es determinante para los resultados de la ortopedia
funcional, más aún, los pequeños movimientos dentarios de esta última son más una
respuesta al cambio de forma, reestablecimiento de la dinámica y consecuente estática,
que al estímulo como tal -tampoco serán a corto plazo-. No obstante en ortopedia, para
el clínico ávido de resultados y conocedor del concepto Ortodoncia (más difundido), es
difícil dejar de activar componentes que incitan a ello, aún cuando ya seamos
conocedores del concepto “función, creadora de forma” emblema de la ortopedia
funcional Maxilar.

Si fuese necesario narrar la principal virtud y menoscabo, de cada una de ellas,


diríamos: La ortopedia, se usa a temprana edad, estructuras en desarrollo, pero, está
supeditada a mucha colaboración de la comunidad familiar de sus pacientes. En la
ortodoncia el clínico tiene absoluto dominio del tratamiento, pues la técnica, bien
escogida, está sabiamente preconcebida por sus fabricantes, desafortunadamente,
todavía deja cicatrices radiculares.

Infortunadamente aún es común encontrar aparatos funcionales que presentan: ganchos,


resortes, ligas y tornillos. Elementos activos, hacedores de ortodoncia, provocadores de
estímulos discontinuos, buscan hacer “rápidas” correcciones que un aparato funcional
sabe hacer lentamente, “cuasi-fisiológicamente”, a partir de estímulos intermitentes,
inductores de resultados a largo plazo. Dichos elementos activos, por el contrario,
atentan contra los resultados del tratamiento, pues de no haber severidad tutorial hacia el
paciente para el uso constante del aparato, su incomodidad lo hundirá en rotundo
desuso, y de “obtener resultados”, estos caerán en inminentes recidivas, improbables si
se empleará el concepto ortopedia funcional puro. Igualmente es común encontrar niños
que exhiben destellantes bracketts buscando corregir su bien-fisiológica clase II -plano
terminal recto- o constricciones transversales cuando apenas hacen su erupción los
laterales inferiores. Echo no criticable si se hubiese ya desarrollado por los físicos: “La
Técnica Fija Dentición Mixta”. Tampoco es cierto que la ortopedia deba siempre
terminarse con ortodoncia.

Aún se discute si existen o no las evidencias científicas de los resultados exitosos


conseguidos por la ortopedia funcional, podría esto juzgarse como falta de respeto por
hombres celebres que han entregado sus vidas al tema en cuestión, es cierto que hasta
los años 70 del siglo pasado no había claridad colectiva del tema. Pero, es ya hoy un
siglo completo instalando aparatos funcionales en muchas partes del mundo civilizado;
no podrían los clínicos seguir “jugando” a decir, conferenciar y escribir, que se obtienen
resultados simplemente porque Andressen, Haüpl, Robin, lo dijeron a comienzos del
siglo pasado:
• >Estudios de Pancherz, MacNamara, Domínguez, y otros, demuestran que se puede
incidir/remodelar la fosa glenoidea y cambiar la posición condilar. Es posible para la
ortopedia, provocar una nueva relación mandibular a través de dicha remodelación de la
fosa...
• >Ha estado claro siempre que la aparatología funcional debe usarse en etapas de
desarrollo, por lo que podría esperarse resultados de avance mandibular sin que
necesariamente haya que atribuirlo al tratamiento. Los picos de desarrollo están
demostrados, mas no puede la ortopedia atribuirse algunos desarrollos mandibulares
pues podría la misma fisiología rebatirlo, pero si puede ésta, atribuirse inhibiciones al
desarrollo óseo por frenos físicos, musculares o remodelaciones ya demostradas
también por el fenómeno de la elipse...
• >Demostrado está también por muchos investigadores, que los movimientos dentarios
se dan por estímulos continuos, discontinuas o -en ortopedia- por estímulos
intermitentes -que sin ser el objetivo principal de esta terapéutica- producen lentos y
cuasi-fisiológicos movimientos dentarios, algo así como si usted –al leer este
documento- no se moviera poro alguien desplazara la silla donde se encuentra sentado...

• >La mandíbula es un hueso suelto sujeto a la base craneana por la articulación mas
compleja pero también mas versátil del cuerpo humano, ésta, básicamente obedece al
contacto oclusal, intercuspidacion. Es posible re-programarla. Los ya mencionados,
pequeños movimientos dentarios aunados a remodelaciones de las fosas, pueden
“engañarla” y brindarle nueva posición ocluso-condilar...
Así pues, (pequeños movimientos dentarios); , acompañadas de obvios ; -inducidos o
fisiológicos-; . Todos demostrables. Producidos por exclusivas contracciones
intermitentes de bandas contráctiles -llamadas músculos- alteradas por la terapéutica en
discusión, hacen la realidad miofuncional. Es la suma de todos estos factores lo que ha
hecho posible que durante los últimos cien años, se hable de los resultados exitosos
conseguidos por la Ortopedia Funcional. Evidencia científica. Casuística.

Discutiendo su veracidad y tratando de entender sus adelantos científicos -


neurofisiológicos hemos olvidado lidiar algo que para muchos clínicos no parece
importante, “La Mecánica De La Ortopedia Funcional”. No ha existido un solo clínico
celebre de la historia, pasada o actual, que no haya sido mecánico, todas las
aparatologías fueron desarrolladas por clínicos ávidos y pasionarios de la mecánica*.

*Mecánica no es la capacidad para construir aparatologías ortodóncicas removibles, lo


que debe llamase habilidad manual o capacidad técnica. Mecánico es el ideólogo de
estas... No es mecánico un hombre doblado bajo el capo del vehículo, aún cuando deje
nuestro coche funcionando perfectamente. Mecánico es su creador... La Mecánica es la
capacidad matemática de cerebros humanos para evaluar simultáneamente y a futuro el
discurrir de un proceso inercial –que puede ser biológico- donde se mueven cuerpos en
los tres planos del espacio físico... Mecánica es la parte fundamental de la física.

Isaac Newton, el padre de la mecánica, descubrió y explicó su dinámica a través del


movimiento planetario, unificando bajo su misma ley de la gravitación universal el
movimiento de los cuerpos y la caída de los graves. Ideó y aplicó a diversos problemas
físicos y geométricos los cálculos diferencial e integral.

“In Memoriam”, citaremos algunos Clínicos / MECÁNICOS, de ayer y de hoy:


FOUCHARD, HUNTER, KINGSLEY, ROBIN, ANDRESSEN, HAÜPL, NEBEL, KORKHAUS,
DELAIRE, SIMON, WUNDERER, STOCKFISCH, SCHWARZ, ESCHLER, BALTERS, COFFIN,
SHMUTH, FRÄNKEL, BIMLER, KLAMMT, STUTEVILLE, TWEED, MÜHLEMANN, MOORREES,
PLANAS, SIMOES, ANGLE, KETCHAM, MERSHON, LOURIE, ROTH, RICKETTS, BURSTONE,
ANDREWS, ALEXANDER, WITSING, WOODSIDE, HERREN, HARBOLD, PETIT,
MACNAMARA.

Y hablando de mecánica ortopédica. ¿Quién confecciona los activadores que instalan a


diario los clínicos habituales, e investigadores, en las bocas de sus pacientes o de las de
sus muestras clínicas respectivamente?... ¿Fueron los técnicos dentales preparados para
tomar el gran número de decisiones que se deben tomar a cada momento en la
construcción de las aparatologías funcionales?, ¡Recordemos que no son apreciables en
el aparato terminado!. ¿Están suficientemente claros, en los libros, los capítulos alusivos
a la interpretación mecánica y construcción de cada aparatología?... ¿Enseñan nuestras
escuelas estos tópicos?... ¿O son decisiones clínico-mecánicas del especialista al
momento de su construcción y manejo?... ¿Será en el “PENSAR MECÁNICO”, al
momento del diagnóstico y plan de tratamiento?... ¿Son los clínicos cotidianos,
razonadores mecánicos?...

En la mecánica de la ortodoncia correctiva. No debe olvidarse: (aun cuando nunca


vemos ni la concepción mecánica, ni la fabricación de las distintas técnicas multi-
bracketts) los bracketts, su técnica y sus alambres, son sabiamente concebidos por
grupos multidisciplinarios, donde físicos y mecánicos tienen la última palabra y la
construcción.
Sí, paradójicamente la complejidad de la ortopedia funcional reside en la interpretación
mecánica de sus aparatos. Ideados por célebres clínicos-mecánicos pero a construirse y
manejarse por nosotros -desconocedores de su mecánica-. Son tres planos del espacio,
que podrán ser seis o más, si diferenciamos los planos del espacio, como: De relación o
De perímetro. Planos que deben ser unánimemente interpretados por su operador, pues
deberá la aparatología funcional, producir estímulos multi-direccionales dependientes
unos de otros, y que se programaran en el aparato cuando se planea y toma su mordida
constructiva.

Algo así como un juego. Consiste en tapar y destapar; “inventar un circuito cerrado de
estímulos ideales”. Si. Complejo. Una especie de ajedrez, mas complicado aún, en este,
todas tus jugadas, deberán ser preconcebidas y tiradas a la boca, en tu primera jugada:
“Elección Del Aparato y Toma De La Mordida Constructiva”. Sí. podrás corregir.
Cambiando el aparato y lógicamente su mordida. Tu oponente, será la histología, la
fisiología, la neurofisiología... Tus preconcebidos vectores de fuerzas mecánicos,
estímulos en el aparato, deberán ser supremamente precisos.

Ante las respuestas biológicas del sistema, serán tu herramienta


bio-mecánica: triunfadora o perdedora.

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