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La compra de votos es uno de los delitos más comunes en las jornadas electorales y
en estas elecciones no sería la excepción, en todo el país se presentaron denuncias por
supuesta compra de votos según los informes en los departamentos donde más se
denunció este delito fueron Cundinamarca, Atlántico, Santander, Antioquia; incluso la
fiscalía reporto que se hicieron capturas por este delito entre las cuales destacan la de
dos funcionarios públicos concejales de los municipios de Zipaquirá Cundinamarca y
Calarcá Quindío quienes fueron capturados en fragancia por la denuncias de
ciudadanos que afirman querer persuadirlos, para votar por candidato especifico a
cambio de una contraprestación económica. Con la captura de estos dos funcionarios
públicos quedo en evidencia que si hubo participación de funcionarios del estado
durante el ejercicio de las elecciones hecho que se venía denunciando durante el
transcurso de las campañas políticas siendo el caso más cuestionado el de la ciudad de
Barranquilla, donde se hacían eventos oficiales en los que se hacían elogios a ciertos
candidatos y se ejercían presiones sobre la ciudadanía con el fin de que votaran por
algún candidato para conservar sus empleos o para acceder a subsidios o beneficios, que
les serían entregados por parte del gobierno del distrito, fue también principalmente en
ciudades de la costa donde se realizaron denuncias por propaganda política ilegal en las
cercanías de colegios y canchas que estaban habilitados como sedes de votación, aunque
se hicieron virales algunos videos donde se evidenciaba esta citación no se presentaron
capturas ni sanciones por estos hechos, lo cual es lamentable pues la intención de voto
pudo verse persuadido quizá en algunos casos por la presión y la influencia que puede
general este tipo de pancartas e imágenes en los votante, viéndose afectada la libre
intención de voto y la democracia en general.
La mayor controversia de estas elecciones gira alrededor de una denuncia por parte
de los partidos de izquierda aludiendo un supuesto fraude por parte de la Registraduría
General de la Nación, dadas las múltiples anomalías e inconsistencias en los informes
de las mesas de votación; Acusación a la cual el registrador respondió que no había
ningún fraude electoral pese a la cantidad de fallos e inconsistencias evidenciadas
Esta porfía generó que se practicara una auditoria de los formularios E 14 que
dejaron expuesto lo ocurrido y de paso se pudo tomar evidencia fotográfica de
formularios mal diligenciado. Esto demostró de acuerdo con los informes de la por la
Registraduría que unos 22. 255 formularios E 14 no fueron diligenciados correctamente,
según este mismo informe en total fueron 10 irregularidades encontradas por el ente
garante en aproximadamente unas 5000 mesas, entre los que se desatacan la colocación
de asteriscos en casillas donde se había anotado la votación en las fotografías se vieron
rallones, tachones, líneas sobre todo el formulario aunque estos hechos no ponen al
descubierto un fraude si dificultaron los escrutinios y pone en evidencia la mala
capacitación, la falta de ética y de compromiso con la democracia del país.
Estos hechos sumados a otros escándalos como el de que personas que están
denunciadas como desaparecidas aparecen como votantes en las urnas entre otros
hechos, que se puso en evidencia una semana después de la jornada electoral los cuales
en su momento desencadenó una serie de críticas a la registraduría General de la nación
en cabeza de Alexander Vega y le exigían su renuncia.
En cambio, nosotros como pueblo no podemos ser ajenos a una realidad, no podemos
quedarnos en el aporte que en ocasiones hacemos desde nuestro cerrado mundo de la
virtualidad, deberemos salir de esa esfera y ser confluyentes y posicionarnos con una
mirada de reintegradores, de accionantes, haciendo eco en afirmar que somos una
generación con herramientas para transformar que en manos de nuestros dirigentes no
está el futuro. Todo un país somos el presente y de las acciones que hoy emprendamos
dependerá nuestro futuro.
Es tiempo que reconozcamos que la “vaina” se acaba el día que entendamos que
somos unos de los otros, que el estado es uno a donde estamos todos. Que no
necesitamos un golpe de estado sino un golpe a la desigualdad, solo así dejaremos de ser
el país de la gota fría para convertirnos en un país de encanto.