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EVALUACION DIAGNOSTICA-CIENCIAS SOCIALES

Apellidos y nombres_______________________________________________________________ Grado y sección_______

I. LEE EL SIGUIENTE TEXTO SOBRE LA CRISIS EN NUESTRO PAÍS


Perú en un nuevo tope de la crisis política y social: 5 puntos para entender su último estallido
Desde que Dina Boluarte juró a la Presidencia del país, miles de peruanos han salido a las calles para exigir su renuncia y la salida de todos los representantes políticos del
Congreso. La represión por parte de agentes de la Policía y la violencia ejercida por algunos de los manifestantes han dejado más de 50 muertos. Mientras se profundiza el
reclamo popular por un adelanto de las elecciones, el Gobierno se niega a dimitir y el Parlamento no muestra compromisos claros para resolver la extrema situación.
Las protestas en el país sudamericano tienen más de seis semanas y siguen escalando. De acuerdo con la  Defensoría del Pueblo, 44 civiles han perdido la vida en
enfrentamientos con las fuerzas del orden, mientras que nueve perecieron por hechos vinculados al bloqueo de carreteras en distintas localidades. Adicionalmente, se
registró la muerte de un policía.
Solo el último sábado, cerca de 200 personas fueron violentamente intervenidas y detenidas en Lima al interior de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La casa de
estudios pública más emblemática del país había servido de alojamiento para manifestantes y organizaciones que se movilizaron desde otras regiones a fin de encabezar
una marcha capitalina días antes. Desde el lugar, estudiantes, maestros y abogados denunciaron que el desalojo –para el cual la Policía irrumpió con una tanqueta– fue
desmedido e ilegal. 
¿A qué responde la protesta sostenida y qué alternativas de solución están sobre la mesa de los políticos? Este es un análisis y repaso de hechos para comprender el
complejo escenario peruano:
1. Se superó una crisis de gobernabilidad, pero la de representación se agudizó
El 7 de diciembre de 2022, el ahora detenido expresidente Pedro Castillo enunció un mensaje a la Nación en el que ordenaba la disolución del Parlamento Nacional y la
intervención de otras instituciones del Estado, incluyendo el Tribunal Constitucional, el Poder Judicial y la Fiscalía de la Nación. Lo que, en la práctica, habría sido un golpe de
Estado no se consumó: las Fuerzas Armadas se negaron a acatar la medida por inconstitucional y el Congreso apresuró la votación para destituir al mandatario por violación
a la Carta Magna. 
Castillo fue arrestado ese mismo día en su ruta a la embajada de México en Lima, en un fallido intento por encontrar refugio y un potencial asilo. La entonces vicepresidenta
Dina Boluarte asumió la jefatura del país por sucesión constitucional. Era la primera vez –tras 16 meses de confrontación entre poderes– que la mayoría derechista y
conservadora del Congreso respaldaba al Ejecutivo de turno.
En entrevista con France 24, la presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutia Pozzi-Escot, explicó que la alineación institucional de las más altas esferas de
la política no cayó bien en un gran sector ciudadano que ya venía rechazando al Parlamento y exigiéndole al Gobierno una atención inmediata a sus demandas
sociales. Dichas demandas –centradas en mayores oportunidades de desarrollo y acceso a derechos y servicios básicos– seguían trabadas aun en el mandato de Castillo,
que se sumía cada vez más en acusaciones de corrupción y que hizo del manejo precario y antitécnico del aparato estatal su marca de gestión.
La también politóloga advirtió que, si bien la escalada de las manifestaciones ha arrojado puntos de agenda distintos, que van desde el clamor por la renuncia de Boluarte, el
cierre del Congreso y hasta la instalación de una asamblea constituyente que refunde el país, el hilo conductor de los reclamos sigue siendo el mismo: una necesidad de
redefinir el vínculo entre representación política y ciudadanos representados. 
2. El pésimo manejo de la crisis por parte del Gobierno de Boluarte
“A los que están marchando: ¿quién los financia? Porque no están trabajando, ¿quién está manteniendo a sus familias? En sus protestas, no hay ninguna agenda social que el
país necesite; sus protestas están al margen de la ley; ustedes quieren quebrar el Estado de derecho; quieren generar caos y desorden para tomar el poder. Están
equivocados”, dijo el jueves, en un mensaje televisado, la presidenta Dina Boluarte.
Aquel día, colectivos organizados marcharon en lo que se llamó ‘la toma de Lima’, una ruta en la que se registraron destrozos, incendios y fuertes choques entre policías y
manifestantes. En ciertos casos, ciudadanos captaron nuevamente una respuesta brutal de la Policía, en la que incluso personas que transitaban sin mayores gestos fueron
agredidas.
Para algunos analistas, el Gobierno de Boluarte ha lanzado mayor combustible a la crisis mediante una retórica estigmatizante y una estrategia represiva señalada
de autocrática. Cabe mencionar que, aun con las 54 muertes oficializadas, no ha habido relevos ni cambios de autoridades por responsabilidad política. De hecho, en una
entrevista local publicada el 15 de enero del 2023, el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, descartó responsabilidad de su cartera por los fallecimientos. 
“Este discurso antipolítico, que recuerda mucho a los años 90 (en referencia al Gobierno del expresidente Alberto Fujimori), no deja de estigmatizar, ningunear y finalmente
señalar que ‘toda la protesta está financiada por intereses ocultos’ o ‘está azuzada por (los remanentes del grupo terrorista) Sendero Luminoso’ o que simplemente ‘son
ignorantes que no saben lo que quieren y que están descuidando a sus familias’. Lo que, en parte, explica el nivel de movilización alcanzado es justamente ese ninguneo, que
alimenta un hartazgo y una rabia hacia esa clase política que no es ni ha sido receptiva con las demandas ciudadanas”, comentó Sosa.
3. Un Congreso lento y desprestigiado tiene en sus manos el adelanto de las elecciones
El 20 de diciembre, el pleno del Parlamento aprobó con 93 votos a favor el anticipo de los comicios presidenciales y congresales para abril del 2024. Sin embargo, al tratarse
de una reforma constitucional, el proyecto debe ratificarse en segunda votación en la legislatura (o período semestral de sesiones)  más inmediata, que iniciaría en marzo,
aunque ya se plantea iniciarla en febrero.
La politóloga Katherine Zegarra Díaz recordó a France 24 que el Parlamento es una institución altamente desacreditada en el país (una última encuesta de opinión arroja que
el 80% de ciudadanos consultados lo desaprueba) y que resulta natural una baja expectativa sobre la calidad de respuesta que tenga ante la convulsión social.
“Del Congreso de la República, ya la ciudadanía no tiene una especial esperanza. Las y los parlamentarios han demostrado –al igual que el Gobierno de la presidenta
Boluarte– una poca capacidad de entendimiento de la realidad peruana. El hecho de que se atrase la segunda votación para el adelanto de elecciones no solo es preocupante,
sino también condenable porque no se está generando un mínimo de control político y de representación ante el más de medio centenar de fallecidos”, expresó la
especialista.
4. Elecciones, más allá de una discusión para refinar el sistema político y electoral
Para Katherine Zegarra, aun si se aprobasen las reformas políticas pendientes en el plazo inmediato, ello no garantizará una transformación de la representación porque lo
que se requiere es también una comprensión política de la realidad y un compromiso partidario que trasciende lo legalista. Coincidió en que un proceso electoral adelantado
representa solo una salida extraordinaria.
“Las nuevas elecciones no van a mejorar la calidad de la representación porque tendremos a los mismos actores políticos. Si bien se habla de reformas políticas y electorales
necesarias para el fortalecimiento de los partidos –sobre las que estoy de acuerdo– tenemos que considerar que las mejoras no solo dependen de cambios normativos”, dijo.
5. Los niveles de violencia y el ‘factor Castillo’
El 10 de enero del 2023, la Fiscalía de la Nación, encabezada por la magistrada Patricia Benavides, informó sobre la apertura de una investigación preliminar contra Dina
Boluarte y ministros de su gestión por los presuntos delitos de genocidio, homicidio calificado y lesiones graves. Esto, en el marco de las manifestaciones que, para aquella
fecha, ya tenían un saldo de 45 fallecidos. 
Durante su mandato, Pedro Castillo buscó capital político fuera de Lima y encabezó consejos descentralizados donde su anterior primer ministro Aníbal Torres lideró una
narrativa de confrontación hacia las élites políticas, el sistema judicial y los medios de comunicación. No obstante, para el politólogo Paolo Sosa, lo que moviliza a la
población no es el factor Castillo. 
1. ¿Elabora una línea de tiempo de los hechos más importantes?
2. ¿Elabora un ensayo argumentativo que responda las siguientes preguntas?
¿Por qué y se iniciaron las protestas en nuestro país? Identifica las causas; estructurales, coyunturales detonantes
¿Por qué crees que se los trata de terroristas, a los que protestan en contra de del ejecutivo y el legislativo?
¿Cómo afecta la crisis política, en la dimensión economía de las familias espinarenses?

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