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Alimentos derivados del matrimonio en el Código

Civil y Comercial de la Nación


por ROMINA A. MÉNDEZ
http://www.erreius.com/
Editorial Errepar
Id SAIJ: DACF160380

I - Introducción:.

En el fallo que se presenta a continuación, la Sala "B" de la Cámara de Apelaciones en lo Civil confirmó la
sentencia de primera instancia que establece una cuota alimentaria a favor del ex cónyuge enfermo.

La resolución es particularmente interesante, ya que pone el acento en el principio de solidaridad familiar y la


aplicación del Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante CCyCo.), aprobado por la ley 26994 a la
situación jurídica existente al tiempo de entrada en vigencia de la nueva legislación.

El objetivo del presente trabajo es tomar como punto de partida este novedoso fallo para analizar los derechos y
deberes que derivan de la celebración del matrimonio en materia de alimentos, a la luz del derecho positivo y en
consonancia con los postulados constitucionales, jurisprudenciales y doctrinarios que hacen al tema.

II - Argumentos del Fallo.

La Sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó el fallo de primera instancia que fija la
prestación alimentaria que debe abonar una mujer a favor de su ex cónyuge, quien padece una enfermedad
grave y progresiva, elevando el monto de los alimentos que habían sido inicialmente establecidos.

En primer término, el Tribunal analizó, de acuerdo con lo previsto en el artículo 7 del CCyCo., la aplicación del
nuevo Código a las situaciones jurídicas existentes, determinando que, si bien resulta aplicable a una acción de
alimentos a favor del cónyuge enfermo, la normativa del CCyCo., la interpretación que guía la decisión y
cualquier otra no pueden desconocer la supremacía de la Constitución Nacional, ni los tratados de derechos
humanos en los que la República sea parte, no solo porque lo recuerde el cuerpo normativo mencionado en sus
artículos 1 y 2, sino porque así lo manda la Constitución Nacional en los artículos 31 y 75, inciso 22), sumado a
los valores que inspiran el ordenamiento jurídico.

Seguidamente, la Alzada destacó que el CCyCo. (art. 434, ap. a) establece que, en materia de alimentos
posteriores al divorcio, estos "...podrán ser fijados a favor de quien padece una enfermedad grave preexistente
al divorcio que le impide autosustentarse".

En función de las innovaciones que acaecieron con la entrada en vigencia del nuevo Código, la Sala puso
énfasis en recordar que "...se ha pasado a un sistema de divorcio totalmente objetivo y sin expresión de causa,
por lo que ya no incidirá -a los fines de evaluar la procedencia de una obligación alimentaria- la eventual
existencia de culpabilidad en alguna de las partes como origen de la ruptura matrimonial. Quiere decir,
entonces, que el requerimiento de alimentos en esta materia ya no podrá fundarse en la inocencia. Lo que ha de
jugar es el inocultable deber de solidaridad que surge de la unión; por lo que el derecho intervendrá en el caso
de que alguno de los ex esposos exhiba indiferencia en relación a las necesidades del otro".
Respecto a la aplicación del derecho vigente a los presupuestos del caso, señaló que "...es terminante en lo
referido a la gravedad de la afección que aqueja hace ya varios años al reclamante; pues contundentemente
afirma que la enfermedad es progresiva y, en caso de no contar con la asistencia adecuada, puede resultar
incluso mortal. A la luz de estas conclusiones, entendemos que el requisito establecido en el art. 434 inc. a) del
Código Civil y Comercial, para la procedencia de una prestación alimentaria ... se encuentra verificado".

Por su parte, con relación a la capacidad económica y estado de salud de la alimentante, se aclaró que "la
demandada cuenta con recursos suficientes para colaborar a la cobertura de las necesidades imperiosas de su
ex cónyuge, a los fines de que este tenga una atención médica adecuada que le permita, a su vez, una mejor
calidad de vida y/o la posibilidad de -eventualmente- autosustentarse".

En definitiva, el pronunciamiento remarca que, a los fines de determinar una suma razonable por alimentos,
corresponde ponderar no solo los ingresos nominales del alimentante, sino también capital, condición social y
modalidades de vida de las partes, situaciones estas que dan una pauta para meritar la capacidad económica
del obligado al pago de una pensión.

III - La aplicación del Código Civil y Comercial de la Nación a las situaciones jurídicas existentes.

El 1/8/2015 comenzó a regir el CCyCo., sancionado por la ley 26994. La nueva legislación implicó que
numerosas resoluciones abordaran en primer término el análisis del derecho transitorio o efectos de la ley con
relación al tiempo tal como ocurre en el fallo anotado.

Siguiendo el mismo criterio, consideramos importante sintetizar, en primer lugar, la cuestión sobre la aplicación
del CCyCo. al caso.

En efecto, el CCyCo. reproduce el artículo 3 del Código Civil (en adelante CC) derogado (L. 17711), en su
artículo 7, estableciendo que a partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las
relaciones y situaciones jurídicas existentes y que las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden
público, excepto disposición en contrario. Por otra parte, resalta que la retroactividad establecida por la ley no
puede afectar derechos amparados por garantías constitucionales, agregando en su parte final (que lo distingue
de su precedente) la siguiente leyenda "...con excepción de las normas más favorables al consumidor en las
relaciones de consumo".

Como enseña Kemelmajer de Carlucci, el artículo 3 del CC tuvo su origen en una ponencia presentada por
Guillermo Borda en el III Congreso de Derecho Civil celebrado en Córdoba en 1961, con la única variante
referida a las normas supletorias, que no figura en la recomendación pero sí en el texto aprobado por la ley
17711. Explica esta autora que Borda se inspiró en las enseñanzas del jurista francés Paul Roubier, cuya obra
es conocida como la más importante sobre la materia en diversos países, entre los que se encuentra
Argentina(1).

En resumidas cuentas, la citada autora aborda la cuestión en estudio planteando la problemática que emerge
del derecho transitorio, cuando un hecho, acto, relación, situación jurídica se prolonga en el tiempo durante la
vigencia de dos o más normas. Señala que "la dificultad se plantea cuando se trata de relaciones o situaciones
in fieri, que no se agotan instantáneamente, sino que duran en el tiempo, o que su realización o ejecución,
liquidación o consumación demandan tiempo, por lo que en parte al inicio, al concretarse o al nacer caen bajo el
imperio de una norma, y en parte o partes (al realizarse las prestaciones o agotarse las consecuencias o los
efectos de aquellas relaciones o situaciones jurídicas, de la o las siguientes o sucesivas) caen en otras"(2).

En ese aspecto, cabe señalar que las situaciones jurídicas y relaciones jurídicas constituidas o extinguidas con
anterioridad a la entrada en vigencia del CCyCo. se rigen por el CC, en atención a la irretroactividad de la nueva
ley.

Con relación al tema, se ha dicho que "...la nueva ley rige no solo para las situaciones que nacen después de su
entrada en vigencia, sino también para las anteriores si se trata de situaciones no agotadas"(3).

En esa tesitura se agrega que "la noción de consumo que subyace en el artículo 7 fue tomada por Borda de la
obra de Roubier, quien distingue entre leyes que gobiernan la constitución y la extinción de una situación
jurídica, y leyes que gobiernan el contenido y las consecuencias. Cada fase se rige por la ley vigente al
momento de esa etapa; el consumo o el agotamiento debe analizarse según cada una de esas etapas, en
concreto, para cada tipo de situaciones, siendo imposible una formulación en abstracto, para todo tipo de
cuestiones"(4).

Frente a ello, se explica que "de cualquier modo, quizás ayude el planteamiento inicial de Roubier cuando dice:
'El tiempo se descompone en tres momentos: presente, pasado y futuro. Por esta razón, hay tres posiciones
posibles para la aplicación de una ley en el tiempo: ella puede tener efectos retroactivos si su aplicación se
remonta al pasado; tiene efectos inmediatos si se aplica prontamente en el presente; tiene efectos diferidos si,
viniendo del pasado, se proyecta al futuro siendo que otra ley la ha sustituido'"(5).

En su obra, la jurista aclara que no existen problemas de aplicación ni de interpretación si la constitución o la


extinción tienen un único momento. Si no es así, al momento de la entrada en vigor de la nueva ley la situación
se puede encontrar: constituida; extinguida o en curso. Resume el pensamiento de Roubier en cuanto a que
toda situación jurídica pasa por dos fases: una fase dinámica, que corresponde al momento de su constitución y
su existencia, y una fase estática, que se abre cuando esa situación produce sus efectos. Para ejemplificar el
estudio de Roubier se plantea un esquema del que se desprenden hechos cumplidos y, por otro lado, hechos en
curso.

En la primera categoría (hechos cumplidos), distingue leyes que gobiernan la constitución y extinción de la
situación, y el contenido y los efectos. Si las leyes gobiernan la constitución o extinción, no pueden afectar, sin
retroactividad, a los hechos ya acaecidos que han implicado la adquisición o la extinción. Si las leyes gobiernan
el contenido y los efectos, los que ya han sucedido, también deben ser considerados hechos cumplidos y por lo
tanto no pueden ser afectados por la nueva ley.

En la segunda categoría (hechos en curso), se distingue entre leyes que gobiernan la constitución y extinción, y
las que gobiernan los efectos. Para la constitución o extinción, distingue entre situaciones jurídicas de formación
(por ejemplo, la prescripción adquisitiva o extintiva) y situaciones jurídicas de formación sucesiva, o sea, en
escalones o etapas de su formación (por ejemplo, una venta que exige autorización judicial o un acto que
requiere aceptación).

En estas últimas (formación sucesiva), distingue dos subtipos: actos inter vivos y mortis causa. Respecto de los
primeros, los hechos que no han determinado la constitución o la extinción de una situación jurídica según la ley
en vigor no pueden, por una ley nueva, ser considerados como que han producido esta constitución o extinción,
sin que la ley declare la retroactividad. Es decir, las leyes tienen efecto inmediato sobre los actos en curso de
formación. En esa línea interpretativa, si las leyes gobiernan el contenido o los efectos, cabe distinguir entre
situaciones legales y convencionales; la aplicación inmediata de la ley para los efectos que se produzcan en
situaciones que tienen origen en la ley no se discuten; en cambio, si tienen origen en actos particulares o
convencionales, la regla es que los rige la ley vigente al momento de su constitución(6).

En ese orden de ideas, y tal como se indica en el fallo anotado, con Código viejo o nuevo, la interpretación que
guíe las disposiciones contenidas no puede desconocer la supremacía de la Constitución Nacional, ni los
tratados internaciones de derechos humanos en los que la República sea parte. No obstante, toda vez que al
tiempo de resolver, la situación jurídica no se encontraba agotada, consideramos que la problemática planteada
se ve alcanzada por la aplicación de la nueva normativa, debiendo interpretarse la pretensión de las partes bajo
la luz del CCyCo(7).

IV - Alimentos durante la vigencia del matrimonio.

IV - 1. Generalidades.

El derecho alimentario entre cónyuges se encuentra regulado en el Título I, Capítulo 7, del CCyCo. denominado
"Derechos y deberes de los cónyuges".

En ese contexto normativo, el artículo 431 del CCyCo. establece que los consortes se comprometen a
desarrollar un proyecto de vida en común basado en la cooperación, la convivencia y el deber moral de
fidelidad, debiendo prestarse asistencia mutua. En ese orden, la asistencia comprende la prestación por parte
de los integrantes de la pareja de recursos tanto materiales como espirituales.

Por otro lado, el artículo 432 del CCyCo. expresa: "los cónyuges se deben alimentos entre sí durante la vida en
común y la separación de hecho. Con posterioridad al divorcio, la prestación alimentaria solo se debe en los
supuestos previstos en este Código, o por convención de las partes. Esta obligación se rige por las reglas
relativas a los alimentos entre parientes en cuanto sean compatibles".

Como una primera aproximación al tema, se advierte del ordenamiento jurídico que el derecho-deber alimentario
es de fuente legal y responde a los principios que rigen en materia de derecho de familia (solidaridad familiar,
igualdad, equidad, cooperación, libertad, derecho a la vida, entre otros).

Siguiendo esos lineamientos, la obligación alimentaria rige para ambos integrantes del matrimonio en igualdad
de condiciones y de conformidad con sus posibilidades económicas, tanto en la vida en común, como durante la
separación de hecho (conf. arts. 431 y 432, CCyCo.).

IV - 2. Pautas para la fijación de los alimentos durante el matrimonio.

El artículo 433 del CCyCo. instituye pautas -de carácter enunciativo- para la fijación de la obligación alimentaria
que rige entre los cónyuges durante la vida en común, así como también ante la separación de hecho. Se
observa, que los parámetros mencionados responden a un desarrollo doctrinario y jurisprudencial. A tales fines,
la norma toma como punto de partida el nivel económico de la familia y las necesidades de sus integrantes. De
este modo, al momento de establecer la cuantificación de la cuota alimentaria deberán valorarse entre otros
aspectos que pueden variar según cada caso en particular: a) el trabajo dentro del hogar, la dedicación a la
crianza y educación de los hijos y sus edades; b) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges; c) la
capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien solicita alimentos; d) la colaboración de un
cónyuge en las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro cónyuge; e) la atribución judicial o
fáctica de la vivienda familiar; f) el carácter ganancial, propio o de un tercero del inmueble sede de esa vivienda.
En caso de ser arrendada, si el alquiler es abonado por uno de los cónyuges u otra persona; g) si los cónyuges
conviven, el tiempo de la unión matrimonial; h) si los cónyuges están separados de hecho, el tiempo de la unión
matrimonial y de la separación; i) la situación patrimonial de ambos cónyuges durante la convivencia y durante
la separación de hecho.

Respecto a ello, explica Azpiri: "todas estas pautas tienden a demostrar la división de labores y la capacidad
económica para afrontar las necesidades, como así también el tiempo que ha durado la vida en común y la
separación. La enumeración no es taxativa, sino que el magistrado podrá también tomar en consideración otras
situaciones de hecho que considere atendibles en el momento de determinar la procedencia y cuantía de la
prestación alimentaria"(8).

Resulta claro así, que las pautas enumeradas en el artículo 433 deben ser contempladas en conjunto, de una
manera integral respecto a la problemática de la familia y de forma tal que la contribución alimentaria que fije el
juez refleje la verdadera situación económica y dinámica del matrimonio, determinando el nivel de necesidades
de sus miembros y los recursos económicos con los que se cuenta para su contribución. A tal efecto, cobrará
fundamental importancia la duración de la unión matrimonial.

Por otro lado, repárese que la prestación alimentaria derivada del matrimonio se encuentra íntimamente
vinculada con el deber de contribución que establece el artículo 455 en la sección correspondiente a las
disposiciones comunes a todos los regímenes (régimen primario) por el cual se dispone que los cónyuges
durante la vigencia del matrimonio tienen obligación de contribuir en proporción a sus recursos económicos a los
gastos que hagan al propio sostenimiento.

IV - 3. Incumplimiento de la prestación alimentaria.

El incumplimiento del deber asistencial podrá dar lugar a una acción judicial con las consideraciones que se
detallan en el artículo 433 referentes a las pautas para la fijación de los alimentos. Para la obtención de esa
prestación, se podrá solicitar que se establezca cautelarmente una cuota alimentaria en los términos del artículo
544 del CCyCo. hasta que se resuelva el objeto principal. De igual manera, podrá establecerse una prestación
alimentaria provisoria sin la tramitación de un juicio de estas características en los términos de las medidas
provisionales relativas a las personas en el divorcio y en la nulidad del matrimonio que se encuentran previstas
en el artículo 721, inciso e), del CCyCo(9).

De cualquier modo, tal como lo indica el último párrafo del artículo 432, en lo que resulte pertinente se aplicarán
las reglas relativas a los alimentos entre parientes, temática que se abordará en el apartado 5.5 referido a los
aspectos procesales.

A modo ilustrativo, respecto a la procedencia de los alimentos entre cónyuges, en su caso, la cuantificación de
aquellos, cabe recordar algunos precedentes del CC: "el demandado debe abonar una cuota alimentaria a su
esposa, de quien se encuentra separado de hecho, pues se demostró que duramente el matrimonio el
sostenimiento del hogar en lo concerniente a los aportes dinerarios se encontraba a su cargo, mientras que la
actora se dedicaba a tareas domésticas; sin que se haya aportado elemento alguno que demuestre que esta
cuenta con ingresos que le permitan su manutención"(10).

En idéntica línea de argumentación se expuso: "el carácter recíproco del deber alimentario permite concluir que
a partir de la introducción del art. 198 al Código Civil por la ley 23515, el cónyuge separado de hecho que
reclama alimentos tiene la carga de probar que, por causa de los roles asumidos por cada uno durante la vida
en común, el otro proveía los alimentos, y debe seguir aportándolos durante la separación de hecho, para
atender a su propio mantenimiento y del hogar, sea en forma total o parcial"(11).

En sentido contrario se ha dicho: "la fijación de una cuota alimentaria provisoria a favor de uno de los cónyuges
debe rechazarse, pues no ha acreditado que carezca de recursos propios para su manutención y que, por ello,
necesite del aporte del demandado; máxime cuando este último ha sido excluido del hogar, por lo que se
encuentra satisfecho un importante rubro que de ordinario integra las necesidades que la mensualidad debe
cubrir"(12).
Del mismo modo, con posterioridad a la entrada en vigencia del CCyCo. se resolvió: "los alimentos provisionales
solicitados por la cónyuge separada de hecho deben rechazarse si, más allá de las diferencias económicas que
puedan existir entre las partes, aquella es una persona autosuficiente con una carrera profesional que le permite
asumir adecuadamente su manutención y no logró probar dificultad alguna en tal sentido así como tampoco la
incidencia de los parámetros indicados por el art. 433 del CCyCo., norma que prevé una serie de indicadores a
tener en cuenta para determinar el quantum de los alimentos tanto durante la convivencia como tras la
separación del matrimonio"(13).

En otro fallo se dispuso que "a partir de todo lo dicho, y demás constancias de autos, no se aprecia que la suma
establecida por la sentenciante resulte exigua ni reducida a la luz de los bienes que integrarían el patrimonio,
capacidad laboral, posibilidades y recursos con los que cuenta la actora; máxime si se valora que el cese del
proyecto compartido también ocasiona mayores gastos al alimentante los que deben ser valorados ... En efecto,
más allá de los elementos ponderados precedentemente, no puede olvidar, por cuanto surge de su propio relato,
que era él quien solventaba los gastos propios de la vida en común, así como que la actora no tenía un trabajo
fijo, que se dedicaba al hogar y a las actividades artísticas ... Esta situación, que importa dar crédito a la
distribución de roles que tenía cada uno en la pareja, sumado a los trabajos eventuales y ocasionales que
actualmente posee la accionante, los que -según indican los testigos- no alcanzarían a cubrir sus necesidades
cotidianas debiendo acudir a la ayuda de amigos ... y demás apreciaciones ya formuladas, impone el
reconocimiento, al menos en esta etapa de separación de hecho, de una cuota alimentaria que resulte acorde a
las insuficiencias de la reclamante y a las posibilidades del demandado, todo lo cual fue debidamente
evaluado"(14).

Por último, resta mencionar un precedente de la Sala "L" de la Cámara Nacional de Apelaciones, del 26/8/2015,
mediante el cual se expuso: "dentro del marco reseñado puede concluirse que la actora no posee actualmente
un empleo registrado o una fuente de ingresos genuina; que tendría dificultades para acceder al mercado laboral
si se toma en cuenta su edad y el padecimiento mencionado; que si bien no se encuentra incapacitada para
trabajar de acuerdo a lo que se desprende a fs. 2, su enfermedad tendría incidencia a esos efectos, máxime
cuando no se acreditó que tenga experiencia o capacitación laboral específica ... De esta manera, ponderando
la particular situación del caso concreto en su conjunto; que la actora habita la vivienda común y que el
demandado abona la medicina prepaga (fs. 141), corresponde reducir el porcentual propuesto por el Sr. Juez 'a
quo' como cuota alimentaria, al 15% de los haberes del accionado, por entender que se ajusta más a la realidad
que informa el expediente"(15).

IV - 4. Cese de la obligación alimentaria.

El párrafo final del artículo 433 refiere a las causales de cesación del derecho alimentario establecidos durante
la vida en común y la separación de hecho. De manera sintética, puede decirse que el derecho alimentario cesa:
a) si desaparecen las causas que originaron su fijación, lo que dependerá de cada caso en particular; b) si el
cónyuge alimentado inicia una unión convivencial. En dicho caso, la asistencia del alimentado se verá cubierta
con los recursos del conviviente; c) si se configura alguna de las causas de indignidad en los términos del
artículo 2281.

Resulta evidente que la prestación alimentaria también cesa una vez que se decreta el divorcio de los cónyuges
o por la muerte del obligado al pago de los alimentos del alimentado (art. 554, inc. b)).

Por su parte, tal como lo sostienen Bossert y Zannoni, perdido el derecho alimentario, el derecho a la prestación
alimentaria no será susceptible de reaparecer ni aun cesando las circunstancias que han provocado su
caducidad. Citan, como ejemplo, el hecho de que el cese de la unión no permitirá al cónyuge que antes recibía
alimentos continuar percibiéndolos, o requerir nuevamente su fijación. Entienden que el artículo 433 en su parte
final establece una verdadera caducidad del derecho a los alimentos, por ende, desaparece el título que
legitimaba a reclamarlos(16).

V - Alimentos posteriores al divorcio.

V - 1. Principio rector.

Si bien el principio general es que decretado el divorcio cesa el derecho-deber de los cónyuges a proporcionarse
alimentos, el artículo 434 del CCyCo. -por el principio de solidaridad familiar- establece una excepción a esta
regla, estableciendo dos supuestos extraordinarios: a) alimentos a favor de quien padece una enfermedad grave
preexistente al divorcio que le impide autosustentarse; b) alimentos a favor de quien no tiene recursos propios
suficientes ni posibilidad razonable de procurárselos (necesidad extrema).

Sin duda, entre las pautas establecidas en el artículo 434, se evidencia el propósito del legislador de amparar a
aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, estableciendo un marco de protección que
encuentra su fundamento en el principio de solidaridad familiar y la cooperación entre quienes se encontraron
unidos en matrimonio. Desde esa perspectiva, esta disposición guarda coherencia con otras normas protectorias
previstas por el ordenamiento jurídico, como por ejemplo, la compensación económica y la protección de la
vivienda familiar, entre otras. En efecto, partiendo de un divorcio incausado las circunstancias que rodearon la
ruptura de la pareja no incide en la visión tuitiva de la disposición del artículo 434.

Pese a ello, a diferencia del carácter amplio de los alimentos durante el matrimonio, la prestación alimentaria a
la que alude la norma analizada refiere a los alimentos en sentido estricto como más adelante analizaremos, sin
perjuicio de adelantar que la cuestión se nutre en la inexistencia de la comunidad de vida entre el alimentado y
el alimentante.

Por último, resulta pertinente recordar que la obligación alimentaria entre cónyuges o ex cónyuges puede tener
carácter convencional. En esos términos, el artículo 432 regula los alimentos fijados por voluntad de las partes
al disponer "...con posterioridad al divorcio, la prestación alimentaria solo se debe en los supuestos previstos en
este Código, o por convención de las partes". Por otro lado, el artículo 434 establece en su parte final "...si el
convenio regulador del divorcio se refiere a los alimentos, rigen las pautas convenidas". De ello surge, que las
partes pueden arribar a acuerdos en materia de alimentos, a través de convenios extrajudiciales o judiciales o
por voluntad de los ex cónyuges expresada dentro del marco del convenio regulador (art. 439) o mediante la
propuesta reguladora de efectos que dispone el artículo 438.

Con relación a la naturaleza de los alimentos acordados a favor de uno de los ex cónyuges, la cuestión presenta
distintas aristas. Para los que entienden que la prestación alimentaria convenida tiene carácter netamente
contractual, aquella no será susceptible de modificación, aumento, disminución y causales de cese de la cuota.
Por otro lado, autores como Zannoni afirman que "...si bien es por la vía del acuerdo o convenio de los cónyuges
que se establecen alimentos en favor de uno de ellos, siempre se trata de una manifestación del deber de
asistencia subsistente en razón del vínculo, que aunque disuelto mantiene los componentes de la solidaridad
familiar (conf. art. 432), en este caso ampliando los alcances del derecho alimentario estricto, previsto por el art.
434, entre cónyuges luego del divorcio"(17).

Dicho esto, creemos que el principio de autonomía personal en algunos supuestos excepcionales, cede frente a
otros principios tales como el de solidaridad familiar y abuso del derecho (art. 10). En este sentido establece el
artículo 440 que el convenio homologado o la decisión judicial pueden ser revisados si la situación se ha
modificado sustancialmente. Es decir, dependiendo de las circunstancias del caso y sobrevenido algunos de los
presupuestos fácticos establecidos por el artículo 434, el alimentado podrá pedir su modificación fundándose en
el carácter asistencial de la norma.

V - 2. Alimentos a favor de quien padece una enfermedad grave preexistente al divorcio.

En primer término, resulta oportuno recordar que el artículo 203 del CC autorizaba a demandar la separación
personal "en razón de alteraciones mentales graves de carácter permanente, alcoholismo o adicción a la droga
del otro cónyuge si tales afecciones provocan trastornos de conducta que impiden la vida en común o la del
cónyuge enfermo con los hijos". Desde esa perspectiva, el artículo 208 del mismo cuerpo normativo establecía
que cuando la separación personal se decretaba por algunas de las causas previstas por el artículo 203 se
aplicaban en favor del cónyuge enfermo los alimentos que correspondían al cónyuge inocente conforme al
artículo 207 del CC(18), a quien además debían procurarle los medios necesarios para su tratamiento y
recuperación, teniendo en cuenta las necesidades y recursos de ambos cónyuges.

Partiendo de ese eje disparador, el artículo 434 del CCyCo., en su inciso a), replica el fin tuitivo del artículo 208
del CC, adaptándolo a las innovaciones legislativas respecto al divorcio incausado.

En esa línea, al cónyuge que padece una grave enfermedad (de cualquier índole) originada en la época del
matrimonio o incluso con anterioridad a la celebración del acto matrimonial, le corresponde la fijación de una
cuota alimentaria por parte de su ex cónyuge. Para acceder a esa asistencia, debe acreditarse que la
enfermedad no le permite proveerse a sí mismo los alimentos para su subsistencia, habitación, vestuario y
asistencia médica conforme a su condición y a las posibilidades del alimentante (art. 541).

En definitiva, dichos parámetros serán materia de apreciación judicial, dependiendo de cada caso en particular,
a través de la valoración de las pruebas y evaluaciones médicas aportadas al expediente. En tal sentido, la
actividad probatoria se encontrará circunscripta a demostrar la existencia de los presupuestos necesarios para
considerar cumplido el requisito de la gravedad de la enfermedad que se denuncia en la demanda de alimentos.
Además de ello, la prueba deberá apuntar a la situación patrimonial de las partes, la atribución de la vivienda
familiar, la división de bienes, la fijación de una compensación económica, entre otros tópicos. En otras
palabras, el juez debe resolver con una mirada integral la problemática familiar, con la vista puesta en los
múltiples procesos judiciales que existan entre las partes en el ámbito de familia. Por citar un ejemplo, si el ex
cónyuge solicitó la atribución de la vivienda familiar, la resolución definitiva de ese pedido incide en la cuota
alimentaria que se reclama en los términos del artículo 434, inciso a).

En cuanto a la modalidad de cumplimiento de la prestación, dispone el artículo 542 que podrá realizarse
mediante el pago de una renta en dinero, en forma mensual, anticipada y sucesiva o en especie en caso de
acuerdo o de partes o por determinación judicial. Además, si las circunstancias lo requieren, la prestación
alimentaria podrá ser establecida en estas dos modalidades de manera simultánea.

V - 2.1. Transmisión de la obligación alimentaria a los herederos del alimentante.

El artículo 434, inciso a), instituye que se transmite la obligación alimentaria a los herederos del alimentante con
fundamento en el principio de solidaridad familiar que venimos viendo a lo largo de este trabajo. En efecto, el
ordenamiento jurídico dispone que los herederos afrontaran los alimentos con los bienes hereditarios (art. 2317).

Respecto a la temática, consideramos que ante la existencia de otros obligados a prestarle alimentos al
cónyuge enfermo (alimentos derivados del parentesco, art. 537 y ss.) se aplica el artículo 546 que ordena:
"...incumbe al demandado la carga de probar que existe otro pariente de grado más próximo o de igual grado en
condición de prestarlo, a fin de ser desplazado o concurrir con él en la prestación. Si se reclama a varios
obligados, el demandado puede citar a juicio a todos o parte de los restantes, a fin de que la condena los
alcance". En consecuencia, los herederos a quienes se le trasfirió la obligación alimentaria podrían solicitar la
contribución de los parientes del alimentado que se deben alimentos en los términos del artículo 537 y
siguientes.

En esa línea, Bossert y Zannoni explican: "la ley no establece tal subsidiariedad, pero resultaría disvalioso que
parientes obligados alimentariamente con el enfermo pudiesen liberarse lisa y llanamente en razón de una carga
sucesoria que pesa sobre herederos no parientes de aquel". A mayor abundamiento agregan: "nos parece que,
de acuerdo con las circunstancias de cada caso, los herederos no parientes, ni obligados personalmente a dar
alimentos al supérstite enfermo, podrán exigir que los parientes obligados sean condenados en primer término a
satisfacer la prestación. En todo caso, los herederos que deben cumplir la carga podrían exigir la contribución de
los obligados, aplicándose, por extensión, las disposiciones legales que la autorizan entre parientes que deben
prestar alimentos"(19).

A propósito de las formas de cumplir la prestación alimentaria, Bossert sostiene que los herederos y el
alimentado podrán acordar el modo de cumplimiento. De forma tal, que el heredero podrá asumir la forma del
pago de una renta o la entrega de un bien fructífero al alimentista. Agrega que podrá autorizarse la venta de
determinados bienes para constituir, con el precio obtenido, un fondo que produzca rentas para el ex cónyuge
enfermo. Ante la falta de acuerdos entre las partes, explica que el alimentista podrá exigir que se separen
bienes suficientes al momento de la partición para garantizar el pago de la cuota alimentaria (art. 2378,
CCyCo.)(20).

V - 3. Alimentos a favor de quien no tiene recursos propios suficientes.

Como señala el artículo 434, inciso b), los alimentos pueden ser fijados aun después del divorcio, a favor del ex
cónyuge que no cuenta con recursos propios suficientes ni posibilidad razonable de procurárselos. A fin de
valorar si se da este presupuesto, se tienen en cuenta las pautas de los incisos b), c) y e) del artículo 433. Es
decir, la edad y el estado de salud de ambos cónyuges, la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un
empleo de quien solicita los alimentos y la atribución judicial y fáctica de la vivienda familiar. Se desprende de
ello que las pautas señaladas tienen como objetivo situar al juez frente a la realidad de la situación que atraviesa
el ex cónyuge que solicita los alimentos, quien deberá encontrarse en un estado de necesidad extremo para
subsistir y no pudiendo hacerlo por sí mismo.

Como vimos anteriormente, resulta particularmente indispensable la revisión de todas las circunstancias fácticas
que rodean la problemática familiar. Esto último significa que se deberá considerar el patrimonio de las partes, la
división de la comunidad de bienes (si los consortes optaron por el régimen de comunidad), atribución de la
vivienda familiar (art. 443), las necesidades que presentan los ex cónyuges conforme su estado de salud, edad
y las posibilidades o probabilidades de acceder a un empleo considerando su capacitación laboral. Al respecto,
debe tenerse en cuenta que el análisis de dichos parámetros facilitarán la tarea del juez para la estimación del
monto de la cuota de alimentos. En esos parámetros, la asistencia consistirá en lo necesario para la
subsistencia, habitación, vestuario y asistencia médica el alimentado dependiendo de su contexto social y las
posibilidades del alimentante (art. 541).

Como en reiteradas oportunidades hemos señalado, el fundamento de este derecho-deber alimentario esta
cimentado en los principios de solidaridad familiar y cooperación que rigen en la materia y que tienen su origen
en el vínculo jurídico que unió a las partes.

A modo ejemplificativo, cabe recordar algunas tendencias jurisprudenciales que reconocían la prestación
alimentaria para aquel ex cónyuge que se encontraba en estado de necesidad conforme el CC. De tal manera,
en un fallo se dispuso: "los alimentos de extrema necesidad solicitados por la actora a su ex cónyuge deben ser
otorgados a la peticionante, ya que se acreditó una verdadera carencia de recursos, atento haberse adjudicado
al marido en el convenio de disolución de la sociedad conyugal las dos fuentes de rentas del matrimonio, y la
imposibilidad de procurarse recursos, atento haberse dedicado durante los veintiséis años del vínculo
matrimonial a las tareas hogareñas y cuidado de los hijos, máxime si dicha imposibilidad no proviene de la falta
de esfuerzo de la actora"(21).

En esta línea interpretativa se dijo: "acreditado el estado de carencia de la ex cónyuge, el que no depende de su
propia desidia, y la imposibilidad razonable de procurarse ingresos, cabe admitir el mantenimiento de los
alimentos provisorios fijados a su favor -art. 209, CC-, aun estando firme la sentencia de divorcio por la causal
objetiva, máxime cuando no puede dejársela librada a su suerte luego de que resignara su desarrollo personal
en aras del progreso de la familia"(22).

Por el contrario, en otro pronunciamiento se rechazaron los alimentos solicitados por considerar que "la fijación
de una cuota alimentaria provisoria a favor de uno de los cónyuges debe rechazarse, pues no ha acreditado que
carezca de recursos propios para su manutención y que, por ello, necesite del aporte del demandado; máxime
cuando este último ha sido excluido del hogar, por lo que se encuentra satisfecho un importante rubro que de
ordinario integra las necesidades que la mensualidad debe cubrir"(23).

V - 3.1. Incompatibilidades.

Más allá de los presupuestos necesarios para la procedencia de la fijación de los alimentos a favor de quien no
tiene recursos propios suficientes, el artículo 434 -inc. b)- establece que la obligación no puede tener una
duración superior al número de años que duró el matrimonio, correspondiéndole al juez establecer una limitación
temporal a la fijación de la cuota alimentaria.

Por otro lado, a diferencia de lo que ocurre en el caso del ex cónyuge enfermo, la prestación alimentaria no
procederá a favor de la persona que recibe la compensación económica que regulan los artículos 441 y 442.
Posiblemente, el ordenamiento jurídico interpreta que el estado de necesidad al que se refiere el artículo 434
-inc. b)- no se encontraría configurado si el ex cónyuge recibe una prestación única o una renta -establecida en
dinero o en especie- ya que lo recibido le permitiría cubrir las necesidades elementales para la subsistencia,
habitación, vestuario y asistencia médica.

Sobre ese aspecto, Molina de Juan subraya: "la incompatibilidad planteada por el artículo 434 no tiene por
finalidad asimilar ambas instituciones sino remarcar el carácter excepcional de la prestación alimentaria
posterior al divorcio y revalorizar el principio de autosuficiencia antes explicado. Es decir, si existe una situación
de desigualdad que pueda ser compensada, hay que atender primero a ella, y para el caso que no se den los
presupuestos de procedencia de las compensaciones, o no hayan sido reclamadas, o la vía de la prestación
alimentaria, siempre que se den los presupuestos establecidos por la ley"(24).

No obstante, autores como Azpiri explican que la cuestión de la incompatibilidad que establece la norma debe
ser matizada, dado que si se determinó la procedencia de una compensación económica no habrá un estado de
indigencia. "Pero si se han consumido los bienes que se atribuyeron en esa compensación y se ha producido la
extrema necesidad no se aprecia la relación que existe entre un hecho y el otro como para hacer cesar el
derecho al reclamo de alimentos"(25).

En otro orden de ideas, Mazzinghi refiere que el problema radica en el derecho que puede tener el cónyuge más
necesitado durante el período que transcurre desde la declaración del divorcio hasta el eventual reconocimiento
de la compensación económica del artículo 441. Este autor acertadamente considera que, en el transcurso de
ese período, el cónyuge que no tiene recursos propios, y que no tiene una posibilidad lógica de generarlos,
puede reclamar la fijación de una cuota de alimentos a cargo del cónyuge más solvente y con una situación
económica más sólida. Finaliza que el hecho de que la norma se ocupe de marcar la imposible superposición de
los alimentos con la compensación económica es una señal clara a favor de la posibilidad de que una y otra
figura se apliquen sucesivamente(26).

Para terminar este apartado, compartimos el criterio de Molina de Juan al afirmar que si bien el CCyCo. nada
dice respecto al conflicto alimentario cuando concurre la obligación del ex cónyuge con la de los parientes, el
ordenamiento jurídico deja abierta la decisión a la situación fáctica en que se encuentre cada uno de ellos para
afrontar una obligación alimentaria y en atención a la naturaleza del derecho en juego, podría conjugarse con lo
previsto en el artículo 546 para el supuesto de existencia de varios obligados alimentarios(27).

V - 4. Cese de la prestación alimentaria.

Al igual que sucede con la prestación alimentaria durante la vigencia del matrimonio y la separación de hecho,
en los dos casos que proceden los alimentos después de decretado el divorcio, cesa el derecho/deber
alimentario -conf. párrafo final del art. 434-: a) si desaparecen las causas que originaron su fijación; b) si el
cónyuge alimentado inicia una unión convivencial (o contrae matrimonio); c) si se configura alguna de las causas
de indignidad en los términos del artículo 2281. En otros términos, el ordenamiento jurídico parte del cese del
principio de solidaridad familiar y la incompatibilidad de la prestación alimentaria frente a la existencia de alguna
de las circunstancias descriptas por la norma.

A modo ilustrativo, cabe recordar un precedente en que se dijo: "el recurso de inaplicabilidad de ley deducido
contra la decisión que, al confirmar la de primera instancia, decretó el cese de la cuota alimentaria abonada por
el ex cónyuge de la recurrente, la cual había sido fijada en concepto de alimentos provisorios tras la separación,
debe rechazarse si la recurrente no acreditó constancia alguna que dé cuenta de la enfermedad cardíaca que
dijo padecer como fundamento para el mantenimiento de la cuota alimentaria, a lo que se suma que se ha
acreditado que percibe una jubilación de ANSeS, lo que implica que goza de la cobertura de la obra social de
PAMI, y que por ello estaría en condiciones de cubrir esos costos"(28).

En esa línea argumentativa, se resolvió que "la cuota alimentaria convenida a favor de la ex cónyuge debe
cesar, pues se ha demostrado de manera acabada que tiene la posibilidad de procurarse su propio sustento, ya
que es titular de dominio de varios inmuebles, uno de los cuales excede las necesidades de una sola persona y
puede ser destinado a locación de terceros; a la vez que le fueron reconocidos derechos a la percepción de los
frutos de un emprendimiento hotelero en una causa judicial"(29).

A modo de cierre, en otro fallo se dijo que "la cuota alimentaria fijada a favor de la ex cónyuge en los términos
del artículo 209 del Código Civil debe ser reducida -en el caso, de $ 3.000 a $ 1.000-, pues, la suma establecida
resulta excesiva, si se tiene en cuenta el carácter claramente excepcional y restrictivo de esos alimentos, que se
fundan en razones de solidaridad familiar, pero no se vinculan con la declaración de culpabilidad del
alimentante"(30).

V - 5. Aspectos procesales.

El CCyCo. innova sobre disposiciones de contenido procesal. En efecto, establece disposiciones generales en el
Título VIII, Capítulo 1, aplicables a todos los procesos de familia: artículo 706 -principios generales de los
procesos de familia-; artículo 708 -acceso limitado al expediente-; artículo 709 -principio de oficiosidad-; artículo
710 -principios relativos a la prueba-; artículo 711 -testigos-; artículo 717 -competencia en los procesos de
divorcio y nulidad del matrimonio y sus conexos-; artículo 719 -competencia en las acciones por alimentos o
pensiones compensatorios-, entre otras reglas.

Ahora bien, respecto a los procesos de alimentos, en la Sección 1ª del Capítulo 2° del Título IV, referido a los
alimentos originados en el parentesco -aplicables al tema bajo análisis, por la remisión del art. 432- se establece
reglas procesales para el régimen de los alimentos, las que no podrán ser desconocidas por las distintas
jurisdicciones.

En términos genéricos, la obligación de prestar alimentos no puede ser compensada, ni el derecho a


reclamarlos o percibirlos, ser objeto de transacción, renuncia, cesión, gravamen o embargo (art. 539).

Por otra parte, la particular naturaleza del derecho alimentario impone la necesidad y la obligación del juez de no
demorar la resolución del pleito con el fin de no perjudicar al alimentado.

En ese sentido, el trámite debe ser simple y ágil. En palabras de Kielmanovich, quien cita a Lino Palacio, al
proceso de alimentos importa reconocerle el carácter de un verdadero proceso de conocimiento (en oposición a
los procesos de ejecución y cautelares), pero con un trámite simplificado y breve.(31) En lo que aquí concierne,
el artículo 543 establece que la petición de alimentos tramita por el proceso más breve que establezca la ley
local, y no se acumula a otra pretensión. En concordancia con ello, en estos procesos, la prueba debe
ordenarse de inmediato y sin estricta observancia de contradicción de la prueba; y para aquellos incidentes que
se susciten durante la tramitación, los plazos deberían ser fijados por el juez, el que dispondrá de medidas para
no desnaturalizar el proceso principal(32).

El embargo preventivo -sobre bienes o ingresos del demandado- o cualquiera de las restantes medidas
cautelares previstas en el ordenamiento procesal son procedentes en el juicio de alimentos una vez verificados
los presupuestos a que se subordina su admisibilidad y ejecutabilidad, sin que el hecho de que no se los haya
fijado aun impida que el crédito por alimentos exista, aunque sea por monto indeterminado, habiéndoselo
autorizado para garantizar el pago de cuotas futuras, cuando se agregan elementos que permiten presumir que
el obligado a los alimentos podría insolventarse o reducir su patrocinio tornando ilusorio el derecho a la pensión,
o ante reiterados incumplimientos y el demandado no tiene un ingreso fijo y el bien embargado es
aparentemente el único(33).

Se trata, pues, de una medida cautelar innovativa o genérica, de conformidad con el artículo 230 del CPCC
(denominados por algunos autores como medidas autosatisfactivas), y, por lo tanto, deberá reunir los requisitos
establecidos en la legislación para la admisión de las mismas. La verosimilitud del derecho y el peligro en la
demora se coligen del título en virtud del cual se reclaman los alimentos y de las impostergables necesidades
que aquella aspira a cubrir(34).

En esta última línea, el artículo 544 del CCyCo. establece que, desde el principio de la causa, o en el trascurso
de ella, el juez puede fijar la prestación alimentaria en forma provisoria y también el pago de las expensas del
pleito.

Conviene destacar también que la fijación de alimentos provisorios como medida cautelar está sujeta al régimen
de caducidad que establece el actual artículo 207 del CPCC -conf. L. 26589- y tal como lo dispone el artículo 31
de la ley 26589, que regula la mediación familiar obligatoria para las causas sobre alimentos. De esta manera,
se establece como plazo de caducidad para iniciar la mediación, el de diez días de la traba de la medida y, por
otro lado, luego de transcurridos el plazo de veinte días de concluida la mediación, se dispone un término de
diez días para promover la demanda. En este sentido, considera Kielmanovich que los alimentos se encuentran
subordinados a un doble régimen de caducidad "por un lado en tanto no se inicie la mediación en tiempo y
forma; por otro, en cuanto no se promueva tempestivamente la demanda al concluir dicha etapa previa y
obligatoria"(35).

En lo relativo a la prueba, determina el artículo 710 del CCyCo.: "los procesos de familia se rigen por los
principios de libertad, amplitud y flexibilidad de la prueba. La carga de la prueba recae, finalmente, en quien está
en mejores condiciones de probar".

Como puede observarse, dicho principio debe interpretarse a la luz de lo establecido por el artículo 545 en
cuanto se dispone que el pariente que pide alimentos debe probar que le falta los medios económicos
suficientes y la imposibilidad de adquirirlos con su trabajo, cualquiera que sea la causa que haya generado tal
estado. En la especie, el cónyuge o el ex cónyuge debe probar que se dan los presupuestos que regulan los
artículos 432 o 434, respectivamente.

De todas formas, conforme lo establece el artículo 638 del CPCC, la parte actora podrá ofrecer toda la prueba
de que intentare valerse, es decir, que se admitirán todo tipo de pruebas a fin de acreditar su pretensión
(documental, testimonial, confesional, informativa, reconocimiento judicial, pericial). En relación con la prueba
testimonial, no cabe duda de que el demandado podrá repreguntar a los testigos de la parte actora, en igual
extensión que la que se autoriza en el artículo 442, CPCC(36). Más allá de lo expuesto, cabe recordar que en
los juicios de alimentos no es necesario que la justificación de los ingresos del obligado resulte de la prueba
directa, siendo computable a los fines de su apreciación la meramente indiciaria, ya que no se trata de la
demostración exacta del patrimonio sino de contar con un mínimo de elementos que permitan ponderar su
capacidad económica, la cual dará las pautas necesarias para estimar el quantum de la pensión en relación con
sus posibilidades(37).

Debe destacarse que la sentencia que deniegue los alimentos será apelable en ambos efectos. Si los admitiere,
el recurso se concederá en efecto devolutivo. En este último supuesto, una vez deducida la apelación, se
expedirá testimonio de la sentencia, el que se reservará en el juzgado para su ejecución, remitiéndose
inmediatamente las actuaciones a la Cámara (art. 647, CPCC). De tal modo, el artículo 547 del CCyCo.
establece que en el recurso contra la sentencia que decreta la prestación de alimentos no tiene efecto
suspensivo, ni el que recibe los alimentos puede ser obligado a prestar fianza o caución alguna de devolver lo
recibido si la sentencia es revocada.

Resulta del artículo 548 del CCyCo. que los alimentos se deben desde el día de la interposición de la demanda
o desde la interpelación al obligado por medio fehaciente, siempre que la demanda se presente dentro de los
seis meses de la interpelación. Repárese que el artículo 644 del CPCC -modif. por L. 26589- establece que
"admitida la pretensión, el juez fijará la suma que considere equitativa y la mandará abonar por meses
anticipados, desde la fecha de interposición de la mediación".

Para cerrar este apartado, resulta interesante resaltar -por la importancia que tiene la temática sobre el
incumplimiento de la prestación alimentaria- que los artículos 551 y 552 del CCyCo. establecen que son
solidariamente responsables del pago de la deuda alimentaria quienes no cumplen la orden judicial de depositar
la suma que debió descontar a su dependiente o cual otro acreedor. En consecuencia, las sumas debidas por
alimentos por el incumplimiento en el plazo previsto devengan una tasa de interés equivalente a la más alta que
cobran los bancos a sus clientes, según las reglamentaciones del Banco Central. Además ante el
incumplimiento del obligado al pago, el juez puede imponer al responsable del incumplimiento reiterado,
medidas razonables para asegurar la eficacia de la sentencia (art. 553)(38).

En tal sentido, un novedoso pronunciamiento confirma la sentencia de primera instancia que condenó a una
empresa por no haber cumplido con la retención directa sobre los haberes de su empleado ordenada en el
marco de un expediente de alimentos. Para así decidir el Tribunal dispuso: "la responsabilidad de la empleadora
es nítida y manifiesta en tanto no solo se trata de un mandato judicial sino que también se subsume dentro de
sus propias obligaciones generales en el marco del contrato de trabajo ... El incumplimiento o el cumplimiento
defectuoso de la orden judicial conlleva la responsabilidad de quien así lo hace"(39).

Se advierten también otras medidas que están siendo utilizadas a nivel jurisprudencial, así por ejemplo, en un
fallo se dispuso la prohibición de salir del país al progenitor alimentante, incumplidor de la cuota alimentaria
fijada judicialmente(40). Además debe repararse sobre la implementación de Registros de Deudores
Alimentarios Morosos que funcionan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en diferentes jurisdicciones
provinciales. Estos registros tienen como fin inscribir a aquellas personas que no cumplen con el pago de la
prestación alimentaria y, en consecuencia, generarle al deudor ciertas restricciones al acceso a créditos
bancarios, puestos jerárquicos, licencias, entre otras.

Por último, respecto a otros medios procesales compulsivos para obligar al alimentante al cumplimiento de la
prestación alimentaria, algunos pronunciamientos judiciales han optado por la aplicación de astreintes o
sanciones conminatorias que autoriza el artículo 804 del CCyCo(41).

VI - Aplicación de la normativa vigente al fallo anotado.

Coincidentemente con el pronunciamiento de la Sala "B" de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y de


conformidad con lo estudiado precedentemente, corresponde encuadrar el escenario fáctico planteado, dentro
de los alimentos posteriores al divorcio destinados a satisfacer las necesidades cotidianas para la subsistencia,
habitación, vestuario y asistencia médica del ex cónyuge que padece una enfermedad grave y preexistente al
divorcio que le impide autosustentarse, en los términos del artículo 434, inciso a), del CCyCo.

En este sentido, no resultó materia de discusión que las partes estuvieron unidas en matrimonio, habiéndose
disuelto el vínculo jurídico en el año 2006 y que para ese entonces, el alimentado sufría de una enfermedad
crónica y progresiva llamada "acromegalia" de larga data, que le impedía desarrollar plenamente su actividad
laboral.

En ese contexto, no resulta errado interpretar que la enfermedad padecida por el demandado cumple con los
elementos de gravedad y preexistencia que dispone el artículo 434, inciso a), del CCyCo.

Desde esa óptica, la cuestión central del fallo se halló en determinar si la enfermedad le impide al demandado
autosustentarse sobre la base de sus necesidades, contexto social y económico y en el derecho a percibir una
prestación alimentaria por parte de su ex cónyuge, a través del juego armónico de los derechos y deberes
derivados del matrimonio y los efectos del divorcio.

No resulta en vano recordar que, en la especie, la asistencia económica tiene fuente legal en el acto jurídico del
matrimonio prescindiéndose de la culpa en la ruptura de la pareja en tanto se parte de un régimen incausado de
divorcio.

Por cierto, es oportuno citar las palabras de Seda respecto al fallo anotado quien afirmó: "el sostén real de la
obligación está en una contribución caritativa, que se sostiene fácticamente en la posibilidad de uno y la
vulnerabilidad del otro, en tanto rémora de una vida conjunta"(42).

Ahora bien, en lo concerniente a la capacidad laboral y económica de la demandada, quedó probado en la


causa que aquella llevaba una vida holgada, contando con recursos suficientes para colaborar con la cobertura
de las necesidades vitales de su ex cónyuge a los fines de que pueda acceder a un tratamiento médico
apropiado a sus condiciones y que le permitan eventualmente valerse por sí mismo, circunstancia que podría
dar lugar al cese de la cuota.

A la luz de las argumentaciones expuestas y detallados los elementos más relevantes, resulta evidente que en
la especie el pronunciamiento de la Alzada, que confirma y actualiza la cuota alimentaria establecida por el juez
de grado, valoró los presupuestos y pautas establecidas en el artículo 434 y concordantes del CCyCo. y sobre
todo el principio de solidaridad familiar que rige en la materia, sobre la base de la patología del alimentado, los
bienes que conformarían el patrimonio, capacidad laboral, edad, estado de salud, recurso y posibilidades de las
partes.

VII - Palabras finales.

Es de particular interés la resolución del fallo atento a que aplica las reglas y principios del régimen de los
alimentos derivados del matrimonio, garantizando los principios generales que rigen en el derecho de familia:
equidad, igualdad, cooperación y solidaridad familiar.

Sin duda, las pautas establecidas en el artículo 434 responden a estos principios y a los postulados
constitucionales. En este sentido, merece reparase en el orden público que se encuentra presente en
numerosas disposiciones que rigen el derecho de familia, limitando en algún aspecto la autonomía de la
voluntad en pos de garantizar los principios generales mencionados.

Desde esa perspectiva, las disposiciones establecidas en el CCyCo. relativas al régimen de alimentos derivados
del matrimonio se encuentran estrechamente vinculadas con otras normas protectorias previstas por el
ordenamiento jurídico, como la protección de la vivienda familiar, la compensación económica, entre otros
aspectos, que dependerán de cada familia y necesidad en particular. En efecto, partiendo de un divorcio
incausado, las circunstancias que rodearon la ruptura del matrimonio no incide en la visión tuitiva del derecho
positivo que apunta a proteger a las personas en situaciones vulnerables.

De todas formas y tal como se viene reiterando en variados trabajos de autores, debe advertirse que más allá
de las normas específicas en materia de alimentos derivados del matrimonio deberán tenerse en miras los
artículos 2 y 10 del CCyCo., en cuanto establecen que la ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus
palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos
humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento, sin recaer en el
ejercicio abusivo de derechos, entendido como contrario al ordenamiento jurídico o el que excede los límites
impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.

Notas al pie:

(*) Abogada (UBA). Especialista en Derecho de Familia (UBA). Docente en la materia Familia y Sucesiones en
la Facultad de Derecho (UBA). Docente en la materia Civil V, Facultad de Derecho (USAL). Se desempeña en el
Juzgado Civil Nº 25 con competencia exclusiva en cuestiones de familia 1) Kemelmajer de Carlucci, Aída: "La
aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y situaciones jurídicas existentes" - Rubinzal-Culzoni -
Santa Fe - 2015 - pág. 16.

2) Kemelmajer de Carlucci, Aída: "La aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y situaciones
jurídicas existentes" - Rubinzal-Culzoni - Santa Fe - 2015 - págs. 20 y 21.

3) Kemelmajer de Carlucci, Aída: "La aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y situaciones
jurídicas existentes" - Rubinzal-Culzoni - Santa Fe - 2015 - pág. 18.

4) Kemelmajer de Carlucci, Aída: "El artículo 7 del Código Civil y Comercial y los expedientes en trámite en los
que no existe sentencia firme" - LL - 22/04/2015; LL - T. 2015-B - pág. 1146 - AR/DOC/1330/2015.

5) Kemelmajer de Carlucci, Aída: "La aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y situaciones
jurídicas existentes" - Rubinzal-Culzoni - Santa Fe - 2015 - págs. 28 y 29.

6) Roubier, Paul: "Le droit transitoire (Conflits des lois dans le temps)", cit. en Kemelmajer de Carlucci, Aída: "La
aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y situaciones jurídicas existentes" - Rubinzal-Culzoni -
Santa Fe - 2015 - págs. 27 y 32 a 34 ("R., C. C. s/información sumaria" - Juzg. Nac. Civ. Nº 92 - 28/08/2015 -
firme - Expte. 52099/2015).

7) En similar sentido: "L. C. G. s/ordinario - Divorcio" - Sup. Trib. Just. Entre Ríos - Sala II Civ. y Com. -
05/10/2015; "G., S. A. c. G., M. S. s/ separación personal" y su acumulado - Cám. 1ª Civ. Com. Minas Paz y Trib.
San Rafael - 22/09/2015; "Ch., W. J. s/insania" - Cám. Fam. Mendoza - 18/11/2015; "B., A. N. c. A., G. E.
s/medidas precautorias (cuadernillo art. 250 CPCC)" - Cám. Civ y Com. Mar del Plata - Sala III - 12/11/2015,
entre muchos otros.

8) Azpiri, Jorge O.: "Incidencias del Código Civil y Comercial - Derecho de Familia" - Hammurabi - Bs. As. - 2015
- pág. 60.

9) "G., C. V. c/R., R. A. s/art. 250 CPC - familia" - Cám. Nac. Civ. - Sala B - 23/12/2011; "P., G. y otro c/L. O., L."
-Cám. Nac. Civ. - Sala C - 07/06/2007.

10) "D. C., M. S. c/S., M. J. s/alimentos" - Cám. Nac. Civ. - Sala E - 11/12/2014. En igual sentido: "T. C. V. y
otros c/N. A. A. s/alimentos" - Cám. Nac. Civ. - Sala M - 31/10/2014; "R. A. M. M. del V. c. P. L. A. s/alimentos" -
Cám. Nac. Civ. - Sala B - 22/04/2013; "E., E. I. c. P., E. F. s/alimentos" - Cám. Civ. y Com. Azul - Sala I -
04/09/2012, con nota de Claudio A. Belluscio, AR/JUR/45213/2012; y "D. N., P. D. c/S., E. J. s/alimentos" - Cám.
Nac. Civ. - Sala G - 10/04/2012, entre muchos más.

11) "R., S. c/O., E. s/alimentos" - Cám Fam. Mendoza - 13/05/2015; ver entre otros, "Z., A. M. D. C. c/U. N., J. P.
s/alimentos" - Cám. Apel. Comodoro Rivadavia - Sala A - 04/03/2015.

12) "C. H. c/M. H. J. s/alimentos" - Cám. Nac. Civ. - Sala I - 14/10/2014.

13) "S. Q., M. A. y otros c/R., F. J. s/alimentos" - Juz. Nac. 1ª Inst. Civ. N° 92 - 08/09/2015. En el mismo sentido:
"P., M. M. c/C. de A., A. J. F. s/alimentos" - Cám. Nac. Civ. - Sala F - 14/10/2015.

14) "D. T., N. D. c/G. R. L. y N. D. D. T. y otro s/alimentos" - Cám. Nac. Civ. - Sala C - 22/09/2015. En el mismo
sentido se expresó: "corresponde admitir la demanda de alimentos entre cónyuges separados de hecho desde
que resulta procedente el reclamo pues durante la separación de hecho continúa vigente el sistema de
asistencia espiritual y material, incluida la prestación alimentaria" - Juz. de 1ª Inst. Dist. Familia Villa Constitución
- 4/11/2015. Ver también: "A.A.D. c/C.O.S." - Cám. Civ. y Com. Concordia - Sala I - 09/10/2012.

15) "G. de C., A. I. c/C., G. A. s/alimentos" - Cám. Nac. Civ. - Sala L - 58866/2013.

16) Bossert G., Zannoni E.: "Manual de derecho de familia" - Astrea - Bs. As. - Astrea - 2016 - pág. 153.

17) Bossert, G., Zannoni E.: "Manual de derecho de familia" - Astrea - Bs. As. - Astrea - 2016 - págs. 256/257.

18) Art. 207: El cónyuge que hubiera dado causa a la separación personal en los casos del artículo 202, deberá
contribuir a que el otro, si no dio también causa a la separación, mantenga el nivel económico del que gozaron
durante su convivencia, teniendo en cuenta los recursos de ambos. Para la fijación de alimentos se tendrá en
cuenta: 1° La edad y estado de salud de los cónyuges; 2° La dedicación al cuidado y educación de los hijos del
progenitor a quien se otorgue la guardia de ellos; 3° La capacitación laboral y probabilidad de acceso a un
empleo del alimentado; 4° La eventual pérdida de un derecho de pensión; 5° El patrimonio y las necesidades de
cada uno de los cónyuges después de disuelta la sociedad conyugal. En la sentencia el juez fijará las bases
para actualizar el monto alimentario.

19) Bossert, G. Zannoni E.: "Manual de derecho de familia" - Astrea - Bs. As. - Astrea - 2016 - pág. 155.

20) Bossert, Gustavo: "Régimen jurídico de los alimentos" - Astrea - Bs. As. - 1993 - pág. 108.

21) "R., L. E. c/B., M. O. s/alimentos" - Cám. Apel. Civ. y Com. Azul - Sala II - 26/03/2013.

22) "L. de F., G. E. c/M. J. F. s/divorcio vincular" - Sup. Trib. Just. Corrientes - 15/08/2014.

23) "C., H. c/M., H. J. s/alimentos" - Cám. Nac. Civ. - Sala I - 14/10/2014.

24) Molina de Juan, Mariel: "Tratado de Derecho de Familia (según el Código Civil y Comercial de 2014)" -
dirigido por Kemelmajer de Carlucci, A.; Herrera, M. y Lloveras, N. - Rubinzal Culzoni - Santa Fe - 2014 - pág.
298.

25) "Pintos, Magdalena Isabel c/González, Víctor Bonifacio s/alimentos" - Sup. Trib. Corrientes - 25/09/2014.

26) "P. T., C. c/G., D. R. s/aumento de cuota alimentaria" - Trib. Fam. N° 2 Jujuy - 15/09/2014.

27) "T., N. H. c/F., A. J. s/divorcio vincular contencioso" - Cám. Familia Mendoza - 18/09/2013. Ver también,
entre muchos más: Sup. Trib. Pcia. De Corrientes, 23/07/2013, "B. de A., S. c/ R. N. A. s/Alimentos", La Ley
Online, AR/JUR/38624/2013, Cám. Nac. Civ., sala C, 24/06/2013, "Á. M., J. R. c/ P., A. E. s/Aumento de cuota
alimentaria", La Ley Online, AR/JUR/37945/2013. Cám. Civ. y Com. San Nicolás, 28/05/2009, "R.F. O. c/ D. R.E.
A.", La Ley Online, AR/JUR/14909/2009; Cám 6a Civ. y Com. Córdoba, 25/02/2009, "B., J. F. T. c/ Ch., A. N.",
LLC 2009 (mayo), 424, LLC 2009 (setiembre), 834 con nota de Néstor E. Solari, AR/JUR/462/2009.

28) "Pintos, Magdalena Isabel c/González, Víctor Bonifacio s/alimentos" - Sup. Trib. Corrientes - 25/09/2014.

29) "P. T., C. c. G., D. R. s/ aumento de cuota alimentaria" - Trib. Fam. N° 2 Jujuy - 15/09/2014.

30) "T., N. H. c/F., A. J. s/divorcio vincular contencioso" - Cám. Familia Mendoza - 18/09/2013. Ver también,
entre muchos más: "B. de A., S. c/R. N. A. s/alimentos" - Sup. Trib. Corrientes - 23/07/2013; "Á. M., J. R. c/ P., A.
E. s/aumento de cuota alimentaria" - Cám. Nac. Civ. - Sala C - 24/06/2013; "R. F. O. c/ D. R. E. A." - Cám. Civ. y
Com. San Nicolás - 28/05/2009; "B., J. F. T. c/ Ch., A. N." - Cám 6ª Civ. y Com. Córdoba - 25/02/2009, con nota
de Néstor E. Solari, AR/JUR/462/2009.

31) Kielmanovich, Jorge L.: "Derecho Procesal de Familia" - Abeledo Perrot - Bs. As. - 2008 - pág. 69.

32) Kielmanovich, Jorge L.: "Derecho Procesal de Familia" - Abeledo Perrot - Bs. As. - 2008 - pág. 73.

33) Kielmanovich, Jorge L.: "Derecho Procesal de Familia" - Abeledo Perrot - Bs. As. - 2008 - pág. 68.

34) Kielmanovich, Jorge L.: "Derecho Procesal de Familia" - Abeledo Perrot - Bs. As. - 2008 - pág. 70.

35) Kielmanovich, Jorge L.: "Caducidad de los alimentos provisorios (a propósito del art. 207 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación)" - LL - 10/11/2011 - 1 .

36) Kielmanovich, Jorge L.: "Derecho Procesal de Familia" - Abeledo Perrot - Bs. As. - 2008 - pág. 81.

37) Cám. Nac. Civ. - Sala E - 08/03/2007.

38) Respecto a la tasa de interés aplicable, modos de ejecución y obligación concurrente se pueden consultar,
entre otros: Cám. Nac. Civ. - Sala D - "M., R. E. y otro c/O., L. M. s/alimentos" - 14/08/2015 (expte. n°
41.443/2012); "S. M. J. c/ M. E. s/alimentos" - Juzg. Fam. Corrientes N° 3 - 29/10/2015 (Sentencia no firme) 39)
Trib. Col. Familia N° 5 Rosario - 23/12/2015.

40) "P., A. J. c/R., G. A." - Trib. Col. Familia N° 5 Rosario - 29/10/2010.

41) "N. C. c/M. J. s/alimentos" - Expte. 1415/2009; "N., J. E. c/B., S. F. s/ejecución de alimentos - incidente" -
Juz. Nac. 1ª Inst. Civil. N° 92 - 11/02/2016 (Sentencia no firme); S. M. c/ O. A. L. - Cám. Civ. y Com. Necochea -
12/11/2015; Cám. Civ. y Com. Lomas de Zamora - 25/11/2015.

42) Seda, Juan: "Fundamento asistencial de los alimentos al ex cónyuge con discapacidad".

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