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Personas

jurídicas públicas
y privadas

Derecho
Privado I

1
Personas jurídicas públicas y
privadas

Personas jurídicas públicas

Definición. Caracteres

La persona jurídica pública es aquella cuya existencia y funcionamiento


dependen del derecho público, aunque parte de su actividad esté regulada
por el derecho privado. Así, para determinar el carácter público de un ente
es necesario: 1) la obligación de la persona jurídica hacia el Estado de cumplir
sus fines propios; 2) el control estatal de la gestión de la entidad; 3) el
ejercicio de potestades de imperio.

La inclusión de las personas jurídicas públicas en el Código Civil y Comercial1


(CCCN) se hace con un fin meramente descriptivo, ya que la personalidad de
estas entidades resulta de las respectivas disposiciones de derecho público.

Clases

El artículo 146 del Código Civil y Comercial dispone:

Personas jurídicas públicas. Son personas jurídicas públicas:


a) el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, los municipios, las entidades autárquicas y las
demás organizaciones constituidas en la República a las que
el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter; b) los Estados
extranjeros, las organizaciones a las que el derecho
internacional público reconozca personalidad jurídica y toda
otra persona jurídica constituida en el extranjero cuyo
carácter público resulte de su derecho aplicable; c) la Iglesia
Católica.2

1Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
2 Art. 146, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
2
Cuando el artículo refiere, en el inciso a, a otras organizaciones con
personería jurídica establecidas en el país, debe entenderse que abarca los
entes públicos no estatales, como lo son los sindicatos, las obras sociales
sindicales, las empresas del Estado y los partidos políticos, entre otras
entidades.

En el inciso b del artículo 146, se clasifican los estados extranjeros, las


organizaciones que tengan su personería jurídica reconocida por el derecho
internacional público y “toda otra persona jurídica constituida en el
extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable”.

La alusión a los estados extranjeros debe entenderse comprensiva de los


estados provincial y municipal y de las organizaciones internacionales,
supranacionales o regionales, como la Organización de las Naciones Unidas,
la Organización de Estados Americanos, la Cruz Roja Internacional y la
Organización Mundial de la Salud.

Finalmente, en el inciso c, se coloca a la Iglesia católica, debiendo


entenderse que se trata de la religión católica apostólica romana, cuya
personería está expresamente reconocida en la Constitución Nacional3.

Por último, cabe aclarar que esta enumeración no es taxativa.

Ley aplicable

Las personas jurídicas públicas nacen en virtud de una norma, constitucional


o legal, que las crea. Las personas jurídicas públicas comprenden al Estado
Nacional, a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a las provincias y a los
municipios que tienen su origen en la Constitución Nacional.

De tal modo, todas las cuestiones relacionadas con su reconocimiento,


nacimiento, capacidad, organización y existencia se deben regir por la norma
de origen y por aquellas que la complementen o se dicten por delegación.

Como consecuencia del distinto régimen jurídico al que se hallan sometidas,


las personas jurídicas públicas se encuentran sujetas –en principio– a las
leyes de derecho público. Estas establecen a su favor prerrogativas o
potestades de carácter público, sujetándolas a normas de procedimiento y
proceso especial y estableciendo una fiscalización estatal directa o indirecta
sobre la actividad del ente.

3 Ley N.° 24430. (1995). Constitución Nacional. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
3
En una palabra, las personas jurídicas públicas se rigen por las leyes y por los
ordenamientos de su constitución (artículo 147).

Personas jurídicas privadas

Definición. Caracteres

Las personas jurídicas privadas son aquellas que tienen reglamentada su


existencia y sus actividades por el derecho privado aunque dependan de una
autorización especial para funcionar. Es decir, dentro de las personas
jurídicas privadas, tendremos aquellas que requieren autorización para
funcionar, como es el caso de las asociaciones civiles o de las fundaciones, y
las que no, como, por ejemplo, las sociedades comerciales, el consorcio de
propietarios, entre otros.

Enunciación

El artículo 148 enuncia a las personas jurídicas de carácter privado.

Personas jurídicas privadas. Son personas jurídicas privadas:


a) las sociedades;
b) las asociaciones civiles;
c) las simples asociaciones;
d) las fundaciones;
e) las iglesias, confesiones, comunidades o entidades
religiosas;
f) las mutuales;
g) las cooperativas;
h) el consorcio de propiedad horizontal;
i) toda otra contemplada en disposiciones de este Código
o en otras leyes y cuyo carácter de tal se establece o resulta
de su finalidad y normas de funcionamiento.4

Tal como hemos señalado en relación con las personas jurídicas públicas, la
enumeración que realiza este artículo es meramente enunciativa.

4 Art. 148, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
4
En lo que refiere al inciso a, cabe puntualizar que el anexo 2, punto 2.2 de la
Ley N.° 26994 (ley que aprueba la reforma del Código Civil y Comercial)
sustituye el texto del artículo 1 de la Ley N.° 19550 (Ley de Sociedades
Comerciales5) por el siguiente:

Habrá sociedad si una o más personas en forma organizada


conforme a uno de los tipos previstos en esta ley, se obligan
a realizar aportes para aplicarlos a la producción o
intercambio de bienes o servicios, participando de los
beneficios y soportando las pérdidas. La sociedad unipersonal
sólo se podrá constituir como sociedad anónima. La sociedad
unipersonal no puede constituirse por una sociedad
unipersonal.6

Conforme con el concepto precedente, se admite la sociedad unipersonal


toda vez que se establece que ella existe cuando una o más personas
comparecen a constituirla, siempre que ello sea según uno de los tipos
anunciados en la ley y que el tipo societario permita la constitución por una
sola persona. Esto último no ocurrirá en la práctica respecto de las
sociedades colectivas, porque subsiste la responsabilidad del socio único, y
también es imposible en las sociedades de capital e industria, en comandita
simple o por acciones, ya que, por su naturaleza, deben contar con dos o
más socios. En los hechos, la sociedad unipersonal solo se podrá constituir
como sociedad anónima y como sociedad de responsabilidad limitada.

Con respecto a las asociaciones civiles, las simples asociaciones y las


fundaciones, las veremos más adelante.

En el inciso h, se incluye como personas jurídicas privadas al consorcio de


propiedad horizontal y las disposiciones del Título V del Libro cuarto,
denominado “Propiedad horizontal”, hacen referencia a su naturaleza
jurídica y cómo se regula su funcionamiento.

Dentro de ese título, el artículo 2044 dispone que el conjunto de propietarios


de las unidades funcionales constituye la persona jurídica consorcio, es
decir, que este es un sujeto de derecho distinto de los copropietarios de las
diversas unidades funcionales que lo componen.

5 Ley N.° 19550. (1972). Ley de Sociedades Comerciales. Poder Ejecutivo Nacional.
6 Art. 1, Ley N.° 19550. (1972). Ley de Sociedades Comerciales. Poder Ejecutivo Nacional.
5
Por otro lado, el artículo 149 del Código único señala que la participación del
Estado en una persona jurídica privada no transforma la calidad de esta, que
sigue siendo privada, sin importar el grado de participación del Estado y sin
perjuicio de que se prevea un régimen especial en materia de derechos y
obligaciones. Esta norma se aplica no solo a las sociedades, sino a todo tipo
de personas jurídicas de carácter privado.

Ley aplicable

El artículo 150 del Código Civil y Comercial dispone:

Leyes aplicables. Las personas jurídicas privadas que se


constituyen en la República, se rigen:
a) por las normas imperativas de la ley especial o, en su
defecto, de este Código;
b) por las normas del acto constitutivo con sus
modificaciones y de los reglamentos, prevaleciendo las
primeras en caso de divergencia;
c) por las normas supletorias de leyes especiales, o en su
defecto, por las de este Título.
Las personas jurídicas privadas que se constituyen en
el extranjero se rigen por lo dispuesto en la ley general de
sociedades.7

En este artículo, se establece un orden jerárquico de aplicación de las


disposiciones establecidas para las personas jurídicas privadas, las cuales, en
principio, están sometidas a las normas imperativas que establecen las leyes
especiales.

En segundo lugar de prelación y para el caso de existir una laguna en la ley,


se ubican las disposiciones del acto constitutivo y los reglamentos internos
de la persona jurídica, dando relevancia a la voluntad de las partes en el
plano de aquellos derechos y facultades de libre disponibilidad.

Finalmente, para aquellas cuestiones no previstas en el estatuto ni el


reglamento, se aplican las restantes normas de las leyes especiales que
regulan el funcionamiento del ente y, en su defecto, las previstas en el
Código Civil y Comercial.

7 Art. 150, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
6
Este orden de prioridad resulta relevante, pues, salvo las derogaciones
expresas que se formulen, quedan subsistentes todas las reglamentaciones
aplicables a las diversas personas jurídicas privadas contenidas en leyes
especiales, con exclusión de las asociaciones civiles y las fundaciones, a las
cuales se contempla al legislar en el cuerpo del propio Código.

Asociaciones civiles

Definición

Las asociaciones civiles son un tipo de personas jurídicas privadas (inciso b


del artículo 148) a través de las cuales se pueden realizar múltiples
actividades.

A los fines de su constitución, las asociaciones tienen que cumplir ciertos


requisitos y formalidades, entre los que podemos mencionar: tener por
principal objeto el bien común o el interés general, es decir, un espíritu
altruista. Este debe interpretarse “dentro del respeto a las diversas
identidades, creencias y tradiciones, sean culturales, religiosas, artísticas,
literarias, sociales, políticas o étnicas que no vulneren los valores
constitucionales”8.

Otro de los presupuestos de las asociaciones civiles es que deben evitar el


lucro, lo que las distingue de las sociedades comerciales. Esta ausencia de
fin de lucro no significa que no puedan “realizar actos dirigidos a obtener
ganancias que sirvan para seguir cumpliendo con su finalidad específica”
(Crovi, como se cita en Gerbaudo, 2013, https://goo.gl/SwbqBm).

De tal modo, el artículo 168 del CCCN prevé que “no puede perseguir el lucro
como fin principal, ni puede tener por fin el lucro para sus miembros o
terceros”9, es decir, el objetivo de obtener réditos económicos no debe ser
la principal meta de la asociación civil.

8 Art. 168, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
9 Art. 168, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

7
Requisitos de formación

La forma instrumental para que se constituyan las asociaciones civiles es la


escritura pública, la que deberá ser inscripta una vez que la autorización
estatal para funcionar haya sido otorgada.

De esta manera, lo que dará nacimiento a la asociación civil como tal es la


inscripción en el registro correspondiente; hasta tanto no acaezca dicha
inscripción, serán aplicables las normas de la simple asociación.

El contenido del acto constitutivo está precisado en el artículo 170 del


Código, el que estatuye que debe contener

la identificación de los constituyentes, el nombre de la


asociación con el aditamento “Asociación Civil” antepuesto o
pospuesto, el objeto, domicilio social, el plazo de duración,
las causales de disolución, las contribuciones que conforman
el patrimonio inicial de la asociación, el régimen de
administración y representación, entre otros recaudos que
establece.10

El precepto mencionado establece los requisitos mínimos e indispensables


que deben consignarse en el acto de constitución, por lo que las partes
pueden libremente establecer cualquier otra cuestión que les sea útil para
reglar y cumplir los fines de la asociación, teniendo como único límite la no
afectación del orden público, de la moral y de las buenas costumbres.

Simples asociaciones

Las simples asociaciones también son personas jurídicas privadas (artículo


148, inciso c), que no requieren autorización estatal alguna para funcionar.

La forma por la que se constituyen estos entes ideales puede ser por
instrumento público o por instrumento privado con firma certificada por
escribano público, debiendo consignarse el aditamento simple asociación o
asociación civil.

10Art. 170, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
8
Las simples asociaciones comienzan su existencia como personas jurídicas a
partir de la fecha del acto constitutivo, es decir, una vez otorgada la escritura
pública o el instrumento privado con firmas certificadas, estos sujetos de
derechos gozan de personalidad jurídica.

Están reguladas en los artículos 187 a 192 del Código Civil y Comercial y se
prevé que, en cuanto a su constitución, gobierno, administración, socios,
órgano de fiscalización y funcionamiento, se rijan por lo dispuesto para las
asociaciones civiles, es decir, remite a los artículos 168 a 186.

Fundaciones

Noción. Caracteres

Las fundaciones son personas jurídicas con propósito de bien


común, sin fines de lucro, que se constituyen con el aporte
patrimonial de una o más personas, destinado a hacer
posibles sus fines.

Estos entes carecen de miembros, sólo tiene órganos de


conducción y beneficiarios; por ello, para su nacimiento no se
requiere de una unión de un grupo de personas físicas, sino
solamente la existencia de un sujeto de derecho que es la
persona del fundador, quien se convierte en un extraño
cuando la fundación obtiene la autorización para funcionar.
(Rivera y Medina, 2014, p. 464).

Modo de constitución

Las fundaciones deben constituirse necesariamente mediante el


instrumento público y tienen que solicitar y obtener autorización del Estado
para funcionar.

Este acto constitutivo que crea la fundación debe ser otorgado por los
fundadores o apoderados con poder especial, si se hace por acto entre vivos,
o por el autorizado por el juez del sucesorio, si es por disposición de última
voluntad. Este debe contener:

1) la identificación de los fundadores, sean personas físicas o jurídicas;

9
2) el nombre y el domicilio de la fundación;
3) el objeto preciso y determinado que propenda al bien común;
4) el patrimonio inicial, la integración y los recursos futuros;
5) el plazo de duración;
6) la organización del consejo de administración, la duración de los cargos,
el régimen de reuniones y el procedimiento para la designación de sus
miembros;
7) las cláusulas atinentes a su funcionamiento;
8) el procedimiento y el régimen para la reforma del estatuto;
9) la fecha de cierre del ejercicio anual;
10) las cláusulas de disolución y de liquidación y el destino de los bienes;
11) el plan trienal de actividades.

Confeccionado el instrumento de constitución, este deberá ser presentado


ante la autoridad de contralor para su aprobación y, una vez aprobada,
adquirirá personalidad jurídica.

Los estados contables y la contabilidad

Definición de estados contables

Los estados contables consisten en la

presentación estructurada de la información contable


histórica, que incluye notas explicativas, cuya finalidad es la
de informar sobre los recursos económicos y las obligaciones
de una entidad en un momento determinado o sobre los
cambios registrados en ellos en un período de tiempo, de
conformidad con un marco de información contable.
(Consejo Profesional de Ciencias Económicas [CPCE], 2014,
https://goo.gl/z6L55m).

El artículo 326 del Código Civil y Comercial refiere que los estados contables
comprenden, como mínimo, un estado de situación patrimonial o evolución
del patrimonio y un estado de resultados, que se relaciona con el flujo de
efectivo y con la aplicación de fondos.

10
Sujetos obligados. Excepciones

De acuerdo con el artículo 320 del Código Civil y Comercial, “están obligadas
a llevar la contabilidad todas las personas jurídicas privadas y quienes
realizan una actividad económica organizada o son titulares de una empresa
o establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de servicios”11.

Además, las restantes personas, facultativamente, pueden llevar la


contabilidad si piden la inscripción pertinente y la rubricación o la
autorización de los registros, con el previo asiento en el Registro Público.

Ya vimos quiénes son los sujetos obligados a llevar la contabilidad y quiénes


pueden llevarla de manera facultativa.

Ahora bien, el precepto mencionado también dispone las exclusiones, es


decir, quiénes no deben llevar contabilidad. Así, prevé que quedan excluidos
de esta obligación los profesionales liberales y quienes realizan actividades
agropecuarias; también podrán ser eximidos quienes tengan escasa
actividad, por lo que ello queda al arbitrio de las jurisdicciones locales.

Registros indispensables

Son registros indispensables, los siguientes:


a) diario;
b) inventario y balances;
c) aquellos que corresponden a una adecuada integración
de un sistema de contabilidad y que exige la importancia y la
naturaleza de las actividades a desarrollar;
d) los que en forma especial impone este Código u otras
leyes.12

En el libro diario, se registran todas las operaciones relativas a la actividad


de la persona que tienen efecto sobre el patrimonio, como, por ejemplo, la
emisión de títulos de créditos.

11Art. 320, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
12Art. 322, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.

11
En el libro de inventario y de balances, se inscribe el conjunto de bienes y
derechos de propiedad del sujeto que lleva la contabilidad.

Los incisos c y d hacen referencia a aquellos registros que deban llevarse de


acuerdo con la actividad que se realice o a la naturaleza jurídica del sujeto.
Por ejemplo, la Ley de Sociedades Comerciales (Ley N.° 19550) prevé la
obligatoriedad de los libros de actas de deliberaciones de los órganos
colegiados, el registro de accionistas, el depósito de acciones y la asistencia
a asamblea, entre otros.

Forma de llevar los registros

“Los libros y registros contables deben ser llevados en forma cronológica,


actualizada [es decir, sin demoras], sin alteración alguna que no haya sido
debidamente salvada… en idioma y moneda nacional”13.

Está prohibido alterar el orden de los asientos; dejar blancos que puedan
utilizarse para intercalaciones o adiciones; interlinear, raspar, enmendar o
tachar; mutilar parte alguna del libro, arrancar hojas o alterar la
encuadernación o foliatura.

Todas las equivocaciones y omisiones deben salvarse mediante un nuevo


asiento hecho en la fecha en la que se advierte el error.

Asimismo, se dispone que los registros indispensables deben permanecer en


el domicilio de su titular.

Todos estos recaudos son para garantizar la veracidad de los registros y su


inalterabilidad, es decir, la imposibilidad de adulteración o de sustitución de
los datos.

Eficacia probatoria

La contabilidad es un medio probatorio, que puede ser


presentado en juicio, sea a petición de parte o de oficio por
el juez, mediante la compulsa de determinadas partidas o
asientos vinculados con el litigio, sin que pueda ampliarse a
los demás registros. (Universo Jus, 2015,
https://goo.gl/TGjqPN).

13Art. 325, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
12
Esta regla funciona solo en aquellos casos en que el pleito es entre quienes
llevan contabilidad, sea obligada o voluntariamente, pues, de lo contrario,
es un principio de prueba.

Así, el artículo 330 del código único prevé las reglas para estos supuestos:

Prueba en contra del dueño: se da en todos los casos, estén o no en forma


los libros, sin admitir prueba en contra, pero siempre utilizando todos los
asientos en forma completa.
Prueba a favor del dueño: cuando lleve bien sus libros y la otra parte no los
lleve o no los presente, el juez puede exigir una prueba supletoria en función
de los otros elementos probatorios.
Neutralización: “cuando ambos libros están en forma y hay resultado
contradictorio” (Rivera y Medina, 2014, p. 748).

Atributos de las personas jurídicas

Noción

La persona jurídica

resulta no sólo una regulación del derecho constitucional de


asociarse con fines útiles y una forma de ejercer libremente
una actividad económica, sino que constituye… una realidad
jurídica que la ley reconoce como medio técnico para que
todo grupo de individuos pueda realizar el fin lícito que se
propone. (Rodríguez, 2008, p. 43).

Hemos señalado que la persona jurídica tiene personalidad jurídica y, que,


por ende, posee atributos: el nombre para individualizarse, el domicilio para
determinar la ley aplicable y la jurisdicción donde puede demandar o ser
demandada, la capacidad siempre de derecho y limitada al objeto para el
que se constituyó y el patrimonio, para el cumplimiento de sus fines.

13
Nombre. Régimen legal

El nombre o razón social es un atributo de las personas jurídicas, usada toda


vez que es necesario, a los fines de la individualización y la designación que
permita distinguirlas.

De acuerdo con lo normado en el artículo 151 del Código, el nombre debe


reunir los siguientes requisitos:

1) Informar la forma jurídica utilizada para que los terceros conozcan la


naturaleza y extensión de la responsabilidad, por ejemplo, sociedad de
responsabilidad limitada (S. R. L.) o sociedad anónima (S. A.).
2) Cumplir con los recaudos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, a
los fines de que se distingan entre las personas jurídicas.
3) No contener términos contrarios a la ley, el orden público o las buenas
costumbres.
4) No inducir a error sobre la clase u objeto de la persona jurídica.
5) La inclusión en la designación de la persona jurídica del nombre de las
personas humanas requiere la conformidad con estas, que se presume
si son sus miembros.

Domicilio y sede social

El artículo 152 del Código Civil y Comercial regula el atributo de domicilio.

En primer lugar, cabe distinguir entre domicilio y sede social. El término


domicilio remite a la indicación genérica de la ciudad, localidad o región
donde se ha constituido la sociedad, mientras que el término sede alude al
lugar geográfico concreto (dirección) donde se ha instalado la persona
jurídica. Por ejemplo, Córdoba Capital es el domicilio y Boulevard San Juan
710 es la sede.

En el estatuto de las personas jurídicas, deberá consignarse


obligatoriamente el domicilio y la sede o dirección de estas, es decir, no solo
la ciudad o la localidad, sino también la calle, el número y la designación de
la unidad funcional si la hubiera.

Por otro lado, el precepto establece que la persona jurídica que posee
muchos establecimientos o sucursales tiene su domicilio especial en el lugar
de dichos establecimientos, pero solo para la ejecución de las obligaciones
allí contraídas.

14
Por último, prevé que, para el caso que se quiera cambiar el domicilio, debe
modificarse el estatuto y, si se quiere cambiar la sede, puede ser resuelto
por el órgano de administración.

Las notificaciones que se realicen en la sede inscripta de la persona jurídica


serán vinculantes, aunque ya no funcione allí, pues lo que se pretende es
proteger los derechos de terceros que contraten con el ente social.

Patrimonio

El patrimonio constituye un elemento esencial de la persona jurídica; es un


atributo y, consecuentemente, no se concibe la idea de persona jurídica sin
patrimonio.

Es por ello que el artículo 154 del código de fondo estatuye: “la persona
jurídica debe tener un patrimonio”14.

Así, el patrimonio comienza a formarse desde el mismo momento en que los


socios se comprometen a realizar aportes; este es el conjunto de bienes de
la persona jurídica con el cual la sociedad actúa y afronta el pasivo que lo
integra.

Este patrimonio no se confunde con el de los individuos que concurren a


conformar el sustrato material de la entidad.

Capacidad de derecho

La capacidad vinculada a las personas jurídicas se refiere solo a la aptitud


para ser titular de derechos y de deberes jurídicos y ejercer por sí o por otros
los actos inherentes a esos. La noción de capacidad de obrar es
absolutamente ajena, pues estos sujetos de derechos siempre actuarán a
través de sus órganos o representantes.

La regla general en esta materia referida a las personas jurídicas es que estas
tienen capacidad de derecho para todos los actos y para todos los derechos
que no les estén expresamente prohibidos.

14 Art. 154, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

15
Esta capacidad, sin embargo, tiene sus limitaciones en razón del principio de
especialidad y de la naturaleza de las cosas.

1) El principio de la especialidad: significa que las personas jurídicas tienen


la capacidad para celebrar aquellos actos inherentes a la finalidad para
la que han sido creadas, es decir, en función de su objeto y su fin. De tal
modo, no pueden celebrar actos que nada tengan que ver son su objeto
de creación, pero ello no significa que no puedan ejecutar los que son
convenientes o necesarios para la mejor obtención de aquel.
2) Limitaciones impuestas por la naturaleza de las cosas: las personas
jurídicas no pueden ser titulares, por ejemplo, de los derechos
potestativos.

Representación

Noción. Régimen legal

Las personas jurídicas desarrollan su actividad por medio de personas físicas


que actúan en su nombre y por su cuenta, de modo tal que su gestión es
atribuida a la misma entidad.

Así, las personas jurídicas actúan a través de sus órganos, es decir, aquellas
personas autorizadas a manifestar la voluntad del ente y a desarrollar la
actividad jurídica necesaria para la consecución de sus fines.

El artículo 159 establece una pauta general a la cual debe adecuarse la


conducta de los administradores sociales, disponiendo que los
administradores deben obrar con lealtad con la persona que les encarga la
función de administrar sus intereses y con diligencia, es decir, con idoneidad,
con aptitud profesional para el exitoso desenvolvimiento de la clase de
actividad que constituye el objeto social.

El deber de obrar con lealtad tiene por fundamento la obligación de fidelidad


del mandatario (artículo 1324 del CCCN), que se extiende a todos los casos
de representación de intereses ajenos, y el deber de actuar de buena fe
(artículo 9 del CCCN).

El administrador se debe conducir con la corrección de un hombre honrado,


en defensa de los intereses de quienes le han confiado la administración, por
encima de cualquier otra consideración, evitando obtener un beneficio
particular a expensas de la persona jurídica. Tiene prohibido contratar con

16
ésta, salvo que se trate de contratos referidos a su actividad ordinaria y en
las mismas condiciones en que el ente lo hubiera hecho con terceros. Deberá
abstenerse de intervenir en la toma de decisiones en las que tenga un interés
contrario a la persona jurídica y no podrá competir con ella. (Roitman, 2006).

En efecto, el artículo 159 menciona las siguientes reglas de conducta: el


administrador

no puede perseguir ni favorecer intereses contrarios a los de


la persona jurídica. Si, en determinada operación, los tuviera
por sí o por interpósita persona, debe hacerlo saber a los
demás miembros del órgano de administración o en su caso
al órgano de gobierno y abstenerse de cualquier intervención
relacionada con dicha operación.15

En estos supuestos, se encuentra comprometido el deber de lealtad, más


allá de que se puedan incorporar situaciones no contempladas
normativamente.

El deber del administrador de actuar con diligencia debe examinarse según


las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar, debiendo tenerse en
cuenta los siguientes aspectos: 1) la dimensión de la sociedad; 2) el objeto
social; 3) las funciones genéricas que le incumben y las específicas que le
hubieran confiado; 4) las circunstancias en las que debió actuar; 5) la aptitud
que es común encontrar en personas que administran negocios similares.

Responsabilidad civil

Responsabilidad contractual y extracontractual

La responsabilidad civil por daño, entendida en sentido amplio, incluye tanto


la responsabilidad dimanada del incumplimiento de obligaciones
contractuales cuanto la proveniente de los daños causados por los actos
ilícitos obrados por los administradores o representantes de la persona
jurídica.

15 Art. 159, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
17
Así, los administradores y los representantes de la persona jurídica son
responsables ilimitada y solidariamente frente a la persona jurídica, sus
miembros y terceros, por los daños causados por su culpa en el ejercicio o
con ocasión de sus funciones (artículos 160 y 1763 del CCCN).

Responderán ilimitadamente con todo su patrimonio por los daños que


produzcan a la persona jurídica, pues quien causa un perjuicio debe
repararlo, y solidariamente entre los administradores que faltaran a sus
obligaciones de lealtad y diligencia en los casos de administración plural.

Para que surja la responsabilidad, es necesario que hayan ocasionado un


daño causado, ya sea por dolo o por culpa, en el ejercicio o con ocasión de
sus funciones.

El daño se considera producido en ejercicio de la función cuando existe


congruencia entre el daño y la actuación propia de la esfera de competencia
del órgano, cuando es el resultado directo del desempeño de la función. El
perjurio se causa con ocasión de la función cuando el hecho que lo produce
es extraño por su índole, por su contenido o por su naturaleza a la actividad
propia del órgano de la persona jurídica, aunque mantiene alguna
vinculación con esta. Es decir, son actos ajenos a la función propiamente
dicha, pero que solo han podido cometerse por el órgano de la persona
jurídica en esa calidad (Tagle, 2002).

Por último, debemos señalar que la responsabilidad de los administradores


respecto a la persona jurídica es de naturaleza contractual y es
extracontractual respecto de los terceros (Rivera y Medina, 2014).

Disolución y liquidación

Noción

La disolución de la persona jurídica provoca su extinción como sujeto de


derecho, la conclusión de su personalidad jurídica y la liquidación de su
patrimonio.

Producida la disolución por alguna de las causales previstas en el artículo 163


del CCCN –que seguidamente veremos–, comienza la etapa de liquidación
de los bienes, la cual tiene por objeto la realización del activo (con la previa
cancelación del pasivo) y, si hubiera remanente, la entrega de los bienes a
los miembros de la persona jurídica o a terceros, según lo disponga el
estatuto o lo exija la ley en el caso concreto.

18
Acaecido alguno de los supuestos previstos en el artículo 163, la persona
jurídica queda impedida de realizar nuevas operaciones, debiendo limitarse
a la conclusión de aquellos actos que se encuentren pendientes al momento
de declararse o producirse la disolución.

Causales

El artículo 163 prevé:

Causales. La persona jurídica se disuelve por:


a) la decisión de sus miembros adoptada por unanimidad
o por la mayoría establecida por el estatuto o disposición
especial;
b) el cumplimiento de la condición resolutoria a la que el
acto constitutivo subordinó su existencia;
c) la consecución del objeto para el cual la persona jurídica
se formó, o la imposibilidad sobreviviente de cumplirlo;
d) el vencimiento del plazo;
e) la declaración de quiebra; la disolución queda sin efecto
si la quiebra concluye por avenimiento o se dispone la
conversión del trámite en concurso preventivo, o si la ley
especial prevé un régimen distinto;
f) la fusión respecto de las personas jurídicas que se
fusionan o la persona o personas jurídicas cuyo patrimonio es
absorbido; y la escisión respecto de la persona jurídica que se
divide y destina todo su patrimonio;
g) la reducción a uno del número de miembros, si la ley
especial exige pluralidad de ellos y ésta no es restablecida
dentro de los tres meses;
h) la denegatoria o revocación firmes de la autorización
estatal para funcionar, cuando ésta sea requerida;
i) el agotamiento de los bienes destinados a sostenerla;
j) cualquier otra causa prevista en el estatuto o en otras
disposiciones de este Título o de ley especial.16

Así, se advierte que se prevén causas de disolución voluntarias, es decir, que


la decisión surge del estatuto libremente consensuado por los miembros de
la persona jurídica o por decisión voluntaria al respecto, y son: el

16 Art. 163, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
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vencimiento del plazo estatutario (pues podrían prorrogarlo o reconducirlo),
la decisión anticipada de sus miembros, el cumplimiento de la condición
resolutoria y la fusión, transformación y escisión.

También se prevé la disolución por cumplimiento del objeto, es decir, por


haber completado totalmente los fines para los que ha sido creada la
persona jurídica o por imposibilidad sobreviniente de cumplimiento; en
ambos supuestos, la existencia del ente carece de sentido.

Asimismo, estipula la disolución en los casos en los que les es retirada su


personería por el propio Estado, respecto de las personas jurídicas que
necesitan autorización para funcionar, como son las asociaciones y las
fundaciones.

Por último, se puede disolver por la conclusión de los bienes, puesto que, tal
como hemos señalado, el patrimonio es un atributo de las personas jurídicas
y, por ende, si se produce el agotamiento total de los bienes que impiden
sostener la actividad, debe extinguirse la persona jurídica.

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Referencias
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contables: Definiciones incluidas en la RT 37. Recuperado de
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