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Tarea 13

Nombre de la materia: Economía Política 3

Nombre del alumno: Guillermo Reyes Castañeda

Número de Cuenta: 420153896

1. Elabora un resumen de la lectura donde destaques las principales


ideas de los subtemas 5 al 9:

1) El sistema de crédito según Marx.

2) El capital financiero según Lenin y Hilferding.

3) La contradicción entre el sistema financiero y su base monetaria.

4) La tasa de interés y la acumulación.

5) El ciclo de la acumulación.

6) La política de manejo del dinero.

La descripción escueta del ciclo de acumulación revela una apretada textura de


interacciones entre el desempleo y la acumulación, entre el cambio tecnológico, la
tasa de reinversión y el estado de la competencia, entre la producción y la
realización en los diferentes departamentos, entre la circulación de capital y la
circulación de ingresos, entre la oferta y la demanda de dinero a interés, entre el
poder relativo de los capitalistas industriales y los financieros, entre el capital y el
trabajo, entre el dinero como medio de circulación y como medida del trabajo
social y, finalmente, entre el dinero y las mercancías como expresiones del capital.
La intención es mostrar cómo se entrelazan las diversas contradicciones del
capitalismo y se apoyan entre si en una secuencia dinámica para producir una
oleada inicial de acumulación y su desenlace final: la devaluación salvaje del
capital y del trabajo.

La forma más simple de regular la calidad del dinero en la sociedad es ligarlo a


alguna mercancía-dinero universalmente aceptada, como el oro. La desventaja es
que el valor del trabajo social está ligado a las condiciones del trabajo concreto en
la producción de oro. Si este último cambia, entonces también lo hace la expresión
general del trabajo social como un precio. Marx no se preocupó indebidamente por
este problema. Consideró que los aumentos ocasionales en la oferta de oro
representarían un choque temporal y luego serian absorbidos por los ajustes de
precios.

Cuando el banco central liga su dinero estrechamente a un patrón oro, tiene muy
poco espacio para maniobrar. Una reserva de oro limitada obliga a elevar las tasas
de interés hasta un punto de extrema usura en una época en que todos los
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capitalistas buscan refugio en el dinero de alta calidad. Cuando la convertibilidad a
oro se suspende permanentemente la cantidad de dinero del banco central y la
tasa de interés sobre ese dinero se pueden convertir en instrumentos de política.
El "arte" de la banca central consiste en usar estos instrumentos de política para
tratar de estabilizar el curso inherentemente inestable de la acumulación. Al mismo
tiempo, el hecho de cortar los lazos del dinero del banco central con el oro da
lugar a la posibilidad formal de una inflación sostenida.

7) La inflación como una forma de devaluación.

En la historia del capitalismo abundan las fases y los casos de inflación. Cualquier
interpretación general de esos fenómenos tiene que estar integrada dentro de una
teoría completa de la determinación de los precios. Además, es evidente que los
precios pueden subir o bajar por muchas razones diferentes. Si nos sustraemos de
los choques circunstanciales que puede sufrir cualquier sistema económico -malas
cosechas, guerras y rumores de guerra, etc., así como de las perpetuas
oscilaciones de los precios del mercado que acompañan el equilibrio de la oferta y
la demanda en el mercado, podemos identificar diversas fuerzas que afectan los
movimientos en los precios fundamentales de producción de las diversas
mercancías.

La expansión de la producción a tierras más fértiles, la apertura de nuevas fuentes


de materias primas, la búsqueda de fuerza de trabajo más barata y más maleable
y la reducción en los costos de circulación (particularmente el transporte) se
suman a toda una batería de fuerzas que tienden a hacer bajar los precios. En su
contra se encuentran los costos crecientes relacionados con el agotamiento de los
recursos naturales, la congestión u otros cuellos de botella en el aparato de la
producción, la lucha de clases de parte de los trabajadores, el monopolio creciente
y cosas por el estilo. En el análisis final, los movimientos de precios son dictados
por el equilibrio de fuerzas increíblemente divergentes y particulares.

Recordemos en primer lugar lo que nos dice la teoría del exceso de acumulación.
Se produce demasiado capital en relación con las oportunidades para usado
porque los capitalistas individuales, empujados por la competencia y esforzándose
por llevar al máximo sus ganancias explotando a la fuerza de trabajo, adoptan
tecnologías que hacen que la economía se aparte del camino de la acumulación
equilibrada. El desequilibrio empeora porque los precios de producción, que se
forman a través de la compensación de la tasa de ganancia, dan señales erróneas
sobre los precios en relación con el potencial de producción de plusvalía social.
Además, la creación necesaria de capitales ficticios antes de la acumulación real
suele oscurecer el desequilibrio fundamental. Los capitales ficticios y el capital a
interés invertido en ellos están en peligro de quedar destruidos en el curso de una
crisis, mientras que la devaluación puede afectar al capital en cualquiera de los
estados dentro del proceso de circulación.

D - M (FT/MO). . .P. . .M' - D' etcétera

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Por tanta, el dinero extra que pone en circulación el Estado tiene que realizarse en
algún punto a través de la producción. Esta confirma el descubrimiento
fundamental que hizo Marx en su investigación de la circulación de plusvalía la
realización en la esfera del intercambio depende a fin de cuentas de la realización
ulterior en el terreno de la producción.

En ese lapso de varios años.

La socialización de la devaluación a través de la inflación también extiende


instantáneamente los efectos de la acumulación excesiva sabre todas las clases
sociales, pera los efectos de ninguna manera se sienten en igual forma. Las
consecuencias distributivas varían de acuerdo con las circunstancias. Marx
señaló, por ejemplo, que la depreciación del ora y la plata en los siglos XVI y XVII
"depreciaron a la clase trabajadora" así coma a los propietarios de tierras en
relación con los capitalistas, y ayudaron así a concentrar el poder del dinero en las
manos de estos últimos "Los ingresos de las clases Improductivas y de las que
viven de rentas fijas" tienden a permanecer "estacionarios durante la inflación de
los precias, que acompaña siempre a la superproducción y a la super
especulación", y esto disminuye.

8) El capital financiero y sus contradicciones.

En su apariencia superficial, el poder organizado de las finanzas es impresionante,


aparentemente impenetrable y nos inspira un temor reverente. El sistema
financiero está envuelto en un misterio que proviene de su complejidad. Abarca el
intrincado mundo de la banca central, instituciones internacionales remotas (el
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional), todo un complejo de mercados
financieros entrelazados (bolsas de valores, mercados de mercancías futuras,
etc.) e instituciones (fondos de pensión y de seguros, bancos mercantiles, uniones
de crédito, bancos de ahorros, etc.). Sobre todo, incluye una multitud de bancos
privados increíblemente poderosos (el Banco de América, el Crédito Agrícola de
Francia, el Barclays de Gran Bretaña). Los banqueros y sus cohortes transitan sin
cesar entre Basilea, Zurich, Londres, Nueva York y Tokio. En sus reuniones
internacionales se toman decisiones que evidentemente afectan la suerte de
millones de gentes, lo que indica que los banqueros del mundo realmente
controlan no sólo las vidas de los individuos (capitalistas y trabajadores por igual)
sino también de las corporaciones más grandes y los gobiernos más poderosos.
Esta imagen logra aún mayor credibilidad cuando vemos que incluso ese aspecto
del Estado que se dedica a la protección de las operaciones monetarias -el banco
central- siempre elude el control democrático.

El concepto del capital financiero como una corriente de capital a interés plagado
de contradicciones -un concepto, que hemos decido, que concuerda totalmente
con la Idea general de Marx del capital como un proceso más bien que como una
cosa- ayuda a penetrar en los callejones sin salida y a descifrar los acertijos. Nos
ayuda a entender la estabilidad de las configuraciones que surgen cuando
consideramos al "capital financiero" como un bloque de poder dentro de la

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burguesía, o, lo que equivale a la misma cosa, la dificultad que experimentan los
investigadores cuando, busca en primer lugar una definición constante de "capital
financiero".

a) El capital financiero como la "clase" de los financieros y de los capitalistas


en dinero

Los que controlan la corriente de dinero como un poder externo en relación con la
producción ocupa una posición estratégica en la sociedad capitalista. Si esta
posición estratégica se ha de convertir en una base de poder real, entonces se
requiere ante todo que se centralice el capital-dinero en unas pocas manos. Esta
centralización puede ocurrir en dos formas. Primero, unos pocos individuos o
familias extraordinariamente ricos pueden acumular en sus manos la masa del
poder del dinero de la sociedad. Siguiendo, unas pocas instituciones poderosas
pueden controlar el poder del dinero disperso de innumerables individuos, que
individualmente no tienen poder.

Por otro lado, la fragmentación total y la descentralización del sistema financiero


también es perjudicial. Un banco central con poderes de monopolio es quien mejor
garantiza la calidad del papel moneda. El hecho de que no se centralice el poder
del dinero también actúa como una barrera a la conversión del dinero en capital,
así como a la acumulación subsecuente ya que esta última depende de la
centralización del capital. La rápida reorganización del capitalismo en su forma
corporativa y conglomerada -pasos que según vimos en el capítulo V son
necesarios para la perpetuación del capitalismo- no se podrían haber logrado sin
un cambio simultáneo en la capacidad para centralizar el poder del dinero.

b) El capital financiero como la unidad del caPital bancario e industrial

La unidad entre el capital bancario y el industrial, si es que existe, ciertamente está


llena de tensiones. Es obvio, naturalmente, que las grandes corporaciones no
pueden dirigir sus asuntos sin usar extensamente los servicios bancarios, y que
los bancos ansían desesperadamente dirigir los grandes flujos de dinero que
generan las grandes corporaciones. En este sentido los capitales bancario y
corporativo en gran escala se necesitan entre sí, existen en una relación
simbiótica. Si esto fuera todo lo que quiere decir la unidad del capital bancario e
industrial, entonces no habría problema, pero tanto Hilferding como Lenin
quisieron decir algo más: afirmaron que la unidad es una unidad funcional, que
domina el proceso de acumulación y divide el mundo en regiones de
subordinación al poder colectivo de unos pocos bancos y corporaciones de gran
tamaño.

El análisis del capital financiero como una corriente revela la unidad fundamental y
el antagonismo entre las operaciones financieras y las de producción de plusvalía.
El ciclo de acumulación -suponiendo que no intervenga activamente el Estado-
indica un equilibrio de poder cambiante entre el capital industrial y el capital
bancario a través del curso del ciclo. El equilibrio cambiante refleja el peso relativo

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de las mercancías en comparación con las expresiones de valor del dinero dentro
del proceso de acumulación. En las primeras fases de la oscilación ascendente, el
capital industrial está en una posición de mando porque lo que cuenta son las
mercancías. Durante las fases posteriores del auge se unen los intereses
industriales y financieros para fomentar una expansión de los valores-mercancía
basada en el crédito. En las crisis, el dinero lo es todo y los bancos parecen tener
totalmente en sus manos los destinos de los capitalistas industriales porque las
mercancías excedentes no se pueden convertir en dinero. Empero, los propios
bancos pueden también caer bajo la demanda de dinero de alta calidad (oro o
dinero del banco central) que exceda con mucho a las ofertas.

Esto deja abierta la pregunta en cuanto a las formas específicas en que se


incorporan las contradicciones dentro de determinadas estructuras de
organización. Consideremos, por ejemplo, una corporación conglomerada en gran
escala. Muchas operaciones financieras se incorporan dentro de la empresa y
aparentemente se unen con la producción dentro de un todo integrado, pero esta
apariencia de unidad es engañosa. En la misma forma en que las grandes
corporaciones se ven obligadas a incorporar los mecanismos de la competencia si
quieren sobrevivir (véase el cap. v), también se ven obligadas a mantener la
separación entre las finanzas y la producción. Esto abre la posibilidad de un
conflicto dentro de la corporación, conflicto que se relaciona directamente con el
antagonismo anterior entre el capital en forma de dinero o en forma de
mercancías.

c) El capital financiero y el Estado

A nivel del Banco central, el capital financiero, cualquiera que sea su definición, se
integra directamente con una parte del aparato estatal. Empero, el Estado
generalmente afecta la circulación del capital a interés y se relaciona con ella a
través de un aspecto mucho más amplio de actividades. Fija la estructura legal e
institucional, ya menudo diseña los canales altamente diferenciados a través de
los cuales circula el capital a interés para entrar a diferentes actividades como la
deuda del consumidor, el financiamiento de la vivienda, el desarrollo industrial y
cosas por el estilo.

Una parte del aparato estatal está atrapado totalmente en el proceso de


circulación del capital a interés. Existe un aspecto, y sólo un aspecto, del Estado
que no se puede considerar ni siquiera relativamente autónomo del capital porque
está construido necesariamente a la imagen del movimiento del propio capital. Los
administradores de este aspecto del aparato estatal manejan la circulación del
capital a interés y funcionan como "el comité ejecutivo de la burguesía" sin
importar cuál es su afiliación política. Así se establece una unidad necesaria entre
una parte del aparato estatal y los capitalistas en dinero, los industriales y los
financieros que participan de modo similar en la circulación del capital a interés.
Desde el exterior parece como si una sección del Estado estuviera coludida
directamente con los intereses industriales y financieros. Así pasa al primer plano

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una nueva definición del capital financiero; una definición en que los tres intereses
están unificados.

Independientemente de las circunstancias, el Estado nunca puede verse como un


socio problemático del capital industrial y bancario dentro de un bloque de poder
dominante. Las contradicciones fundamentales que infestan la circulación del
capital a interés frecuentemente se externan como una oposición entre el Estado y
el capital industrial y bancario. Por tanto, el papel del Estado es siempre
enigmático y ambivalente. Incluso un estado puramente capitalista, dirigido por y
para la burguesía, no puede circunvenir las contradicciones.

9) Relación entre la producción, dinero y finanzas.

El "primer corte" a la teoría de las crisis nos reveló su origen dentro de la


producción. En vista de la contradictora unidad que prevalece necesariamente
entre la producción y el intercambio, las crisis inevitablemente encuentran
expresión en el intercambio. El capital puede aparecer aquí como mercancías o
como dinero. Puesto que el dinero es la forma independiente por medio de la cual
se puede establecer en cualquier momento" la identidad del valor podemos
deducir que las crisis deben tener una expresión monetaria.

El análisis del crédito y de la circulación del capital a interés, así como de la


formación de capitales. ficticios y de todas las demás complicaciones financieras y
monetarias que han sido el tema de los dos últimos capítulos, añaden una
dimensión totalmente nueva a la teoría de la formación de las crisis y su expresión
bajo el capitalismo. Estamos ahora en posición de dar un "segundo corte" a la
teoría de las crisis, esforzándonos por integrar el aspecto financiero y monetario
del asunto con el análisis anterior de las fuerzas que provocan el desequilibrio en
la producción.

La existencia de esos poderes no garantiza que se vayan a usar. De hecho, en los


primeros años del capitalismo la apropiación privada de los beneficios que se
logran obtener el uso del capital común de la clase era tan predominante que el
sistema de crédito fue el lugar en que surgieron crisis especulativas, relativamente
independientes del desequilibrio en la producción. Esas crisis especulativas tienen
efectos considerables; pueden poner una tensión sobre la producción de plusvalía
y alterar el curso de la acumulación. Luego parece como si el único ori. gen de las
crisis estuviera en las manipulaciones financieras. Marx rechaza esta
interpretación con buenas razones. Sin embargo, el "segundo corte" a la teoría de
las crisis siempre debe dar margen para auges especulativos relativamente
autónomos en el capital fijo y la formación del fondo de consumo, en las ventas de
tierras, en los precios de mercancías y los futuros de las mismas Esas fiebres
especulativas no se tienen que interpretar necesariamente como manifestaciones
directas de desequilibrio en la producción; pueden ocurrir y de hecho ocurren por
su cuenta. Empero, Marx demuestra que son espuma superficial que viene de
corrientes mucho más profundas que provocan el desequilibrio. También nos
muestra que el exceso de acumulación crea condiciones propicias para esas

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fiebres especulativas, de tal manera que una concatenación de estas últimas casi
invariablemente señala la existencia de la primera. La dificultad aquí está en
separar la mera espuma superficial. de la especulación perpetua de los ritmos más
hondos de la formación de Crisis en la producción.

Desde el punto de vista de la evolución a largo plazo del capitalismo, el ciclo de


acumulación opera entonces como el medio por el cual se logran procesos mucho
más hondos de transformación social. Estos procesos deben aliviar, por lo menos
temporalmente, la tensión subyacente entre las fuerzas productivas y las
relaciones sociales para que pueda sobrevivir el capitalismo. Sin embargo, si las
relaciones básicas de clase siguen sin modificación, entonces las contradicciones
meramente se desplazan y se vuelven a crear en un plano diferente. El ciclo de
acumulación proporciona el "espacio abierto" dentro del cual se pueden ajustar
entre si las fuerzas productivas y las relaciones sociales.

La capacidad para transformarse desde el interior hace que el capitalismo sea una
bestia algo peculiar, una bestia camaleónica que cambia perpetuamente de color,
y semejante a la serpiente porque se desprende periódicamente de su piel. El
estudio de la circulación del capital a interés arroja luz sobre los medios materiales
concretos por los cuales se forjan esas transformaciones internas. Vemos que la
circulación del capital en general debe asumir necesariamente, en determinado
momento, un nuevo aspecto: el de la circulación de capital a interés. Ésta es la
crisálida de la cual surge el capital financiero como una fuerza de control
organizada, repleta de contradicciones internas y caracterizada por la inestabilidad
crónica. Esta aparición no es un fenómeno abstracto, sino que abarca la creación
de nuevos instrumentos e instituciones, nuevas facciones de clase,
configuraciones y alianzas, y nuevos canales para la circulación del propio capital.
Todo esto es parte de la evolución necesaria del capitalismo.

Estos cambios toman un significado aún más duro cuando desechamos la


suposición de un sistema cerrado y consideramos los aspectos internacionales de
la formación de las crisis. El poder disciplinario del "dinero mundial" -en cualquier
forma que esté constituido - y las complejas relaciones entre diferentes sistemas
monetarios llegan a ser el escenario de la movilidad del capital y el trabajo en el
escenario mundial. Las crisis se desenvuelven a medida que los estados rivales,
que poseen diferentes sistemas monetarios, compiten entre sí para ver quién lleva
el paso de la devaluación. La lucha para exportar la inflación, el desempleo, la
capacidad productiva ociosa, las mercancías excedentes, etc., se convierte en el
eje de la política nacional. Los costos de la crisis se difunden diferencialmente de
acuerdo con el poder financiero, económico, político y militar de los estados
rivales. La guerra, como insiste Lenin, se vuelve una de las soluciones potenciales
a la crisis capitalista (un medio espléndido e inmediato de devaluación por medio
de la destrucción). El imperialismo y el neocolonialismo, así como la dominación
financiera, llegan a ser un problema central en la economía global del capitalismo.
En el capítulo XIII nos ocuparemos de estos asuntos.

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