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Tarea 12

Nombre de la materia: Economía Política 3

Nombre del alumno: Guillermo Reyes Castañeda

Número de Cuenta: 420153896

1. Elabora un resumen de la lectura donde destaques las principales


ideas de los subtemas 1 al 5 (la siguiente semana desarrollarás los
subtemas 6 al 9):

1) El sistema de crédito según Marx.

El sistema de crédito se puede considerar como una especie de sistema nervioso


central por medio del cual se coordina la circulación global del capital. Permite
cambiar la ubicación del capital-dinero entre actividades, empresas, sectores,
regiones y países. Fomenta la continuidad de diversas actividades, una naciente
división del trabajo y una reducción en los tiempos de rotación. Facilita la
compensación de la tasa de ganancia y arbitra entre las fuerzas que tratan de
lograr la centralización y la descentralización del capital. Ayuda a coordinar las
relaciones entre las corrientes de capital fijo y circulante. La tasa de interés hace a
un lado los usos presentes por los requerimientos futuros, mientras que las formas
de capital ficticio enlazan las corrientes de capital-dinero actual con la previsión de
los frutos futuros del trabajo.

El capital a interés puede desempeñar todos estos papeles porque el dinero


representa un poder social general. Cuando está concentrado en manos de los
capitalistas -una concentración que refleja la apropiación de plusvalía- el dinero
llega a expresar el poder de la propiedad capitalista fuera de cualquier proceso
específico de producción de mercancías.

Cuando está correctamente organizado y manejado, el capital-dinero amasado por


medio del sistema de crédito tiene el potencial para afinar la máquina de la
acumulación por medio de la elaborada coordinación de las decisiones de
inversión que se toman en una economía. Indiferente a cualquier uso específico
que se le dé, este capital-dinero se puede usar para imponer la voluntad de la
clase capitalista como colectividad a los capitalistas individuales. Cuando los
capitalistas individuales, actuando egoístamente y tratando de llevar al máximo
sus ganancias en un ambiente competitivo, adoptan tecnologías y toman
decisiones que no concuerdan con la acumulación equilibrada, el sistema de
crédito ofrece la esperanza de controlar esa conducta errática. El inmenso poder
potencial que reside dentro del sistema de crédito merece que se le ilustre más
ampliamente. Consideremos primero la relación entre la producción y el consumo.

Cualquier aumento en la corriente de crédito para la construcción de viviendas, por


ejemplo, sirve poco en la actualidad si no se da un aumento paralelo en la

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corriente de financiamiento hipotecario para facilitar las compras de casas. El
crédito se puede usar para acelerar la producción y el consumo simultáneamente.

Las corrientes de capital fijo y circulante también se pueden coordinar a través del
tiempo por la vía de ajustes aparentemente simples dentro del sistema de crédito.
Todas las conexiones en el proceso de realización del capital, excepto uno, se
pueden poner bajo el control del sistema de crédito. La única excepción tiene gran
importancia. Aunque la gente puede adquirir insumos y deshacerse de los
productos con la ayuda del crédito, no hay sustituto para la transformación real de
la naturaleza a través de la producción concreta de valores de uso.

Existen, además, multitud de circunstancias en que el crédito puede generar


señales de precio erróneas a los productores y así agravar las tendencias hacia la
desproporción y exceso de acumulación. Examinemos algunas de estas
circunstancias.

Primero, la compensación de la tasa de ganancia (a la cual ayuda el sistema de


crédito) perfecciona la competencia y acelera en vez de disminuir la lucha por la
plusvalía relativa a través del cambio tecnológico. Esto también asegura que las
mercancías se intercambien a sus precios de producción más bien que de acuerdo
con sus valores. Puesto que el ritmo acelerado del cambio tecnológico y las
señales erróneas de producción que dan los precios de producción, son la causa
de la tendencia al exceso de acumulación, podemos decir que, a este respecto, el
crédito exacerba la tendencia al desequilibrio en vez de disminuirla.

En segundo lugar, el sistema de crédito confiere cierta independencia a los


financieros y les da un lugar aparte como representantes del "capital en general".
Una "clase" de banqueros y otros intermediarios se inserta a sí misma entre los
que ahorran (muchos de los cuales pertenecen a una "clase" de capitalistas en
dinero) y la "clase industrial de los capitalistas".

La tercera barrera que impide que el sistema de crédito haga la función de afinar
la acumulación proviene de que el capital-dinero no discrimina particularmente de
dónde viene el dinero o a dónde va. Por ejemplo, los ahorros de todas las clases
sociales son agrupados de tal manera que cualquiera asume el papel de ahorrador
sin importar cuál es su posición social. Los ahorros de los trabajadores se mezclan
con los de los capitalistas en dinero en formas que a menudo los vuelven
imposibles de distinguir. El poder del dinero que se reúne por la vía del sistema de
crédito tiene una base social extraordinariamente amplia. Cualquier cambio en la
propensión a ahorrar de parte de cualquier clase de la sociedad puede alterar el
equilibrio del poder entre los financieros y otras clases, particularmente los
capitalistas industriales.

2) El capital financiero según Lenin y Hilferding.

Los bancos, argumentó Marx, pueden concentrar el poder social del dinero en sus
manos, operar como "un solo capitalista colectivo", y así "subordinar a su
voluntad" no sólo todas las operaciones comerciales e industriales, sino incluso
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gobiernos enteros. En la medida en que los industriales buscan el poder del
monopolio -principalmente a través de la centralización del capital el capital
industrial y bancario suele conglutinarse. "El capital financiero" se define,
entonces, como "el capital bancario de algunos grandes bancos monopolizadores,
fusionados con el capital de las asociaciones monopolistas de industriales".

La oligarquía financiera" que controla el dinero tiene como base el capital


financiero. Esta oligarquía transforma sistemáticamente el modo de producción
capitalista y proyecta las contradicciones internas del capitalismo sobre el
escenario mundial en una forma nueva. "No cabe duda", escribe Lenin, que "la
transición del capitalismo al escenario del capitalismo monopolista, del capital
financiero, está conectada con la intensificación de la lucha por la repartición del
mundo". "El imperialismo", continúa Lenin, "es el capitalismo en esa etapa del
desarrollo en que se establece el dominio de los monopolios y del capital
financiero; en que la exportación de capital ha adquirido pronunciada importancia;
en que ha comenzado la división del mundo entre los consorcios internacionales,
en que se ha llevado a cabo la división de todos los territorios del globo entre las
grandes potencias capitalistas". Las contradicciones inherentes del capitalismo
están ahora expresadas en términos de un desarrollo cada vez más dramático del
capitalismo y una reestructuración radical de las relaciones de clase. Una
oligarquía financieramente dominante respaldada por "los estados que tienen
poder financiero" compra la paz de los trabajadores en los países "medulares",
fomentando la formación de una "aristocracia de los trabajadores", mientras que el
resto del mundo es empujado a estados de dependencia, de servidumbre y de
rebelión cada vez más hondos. La competencia dentro de la oligarquía financiera y
entre los estados que tienen poder financiero se incrementa en vez de disminuir.
El resultado final son las rivalidades entre los imperialistas, y las guerras. Así llega
Lenin, comenzando con el concepto del capital financiero, a un análisis magnífico
del imperialismo del siglo xx.

Hilferding trata extensamente, de nuevo con la aprobación de Lenin, sobre las


manifestaciones institucionales de esta unidad; la creación de monopolios,
consorcios, convenios para fijar precios, operaciones de la Bolsa de valores, etc.
Señala que la especulación en títulos de propiedad -formas ficticias de capital-
necesariamente desempeña un papel crucial. La aparición de una oligarquía
financiera cambia las dimensiones de la lucha de clases en formas importantes.
Hilferding da por sentado que el Estado se convierte en un agente del capital
financiero, y que el capital financiero opera como capital nacional en el escenario
mundial. Luego formula una interpretación particular del imperialismo y de sus
contradicciones. La cadena de argumento es la siguiente.

La aparición del capital financiero (que en sí mismo es un paso necesario para


perpetuar el capitalismo) requiere la interferencia del Estado como lo previó Marx.
Las políticas estatales, formadas en respuesta a los requerimientos del capital
financiero, hacen que tenga interés primordial exportar capital, en vez de exportar
productos. Las relaciones entre los estados (competencia, protección, dominio y

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dependencia) transforman las contradicciones internas del capitalismo en un
desarrollo poco uniforme y plagado de conflictos en el escenario mundial.

Las contradicciones se expresan ahora en términos de un desequilibrio de fuerzas


entre los sectores de monopolio y los de no monopolio, entre la oligarquía
financiera y "el resto" así como entre las naciones-Estado. Todo esto se origina en
los procesos básicos del desarrollo capitalista.

3) La contradicción entre el sistema financiero y su base


monetaria.

Marx afirma frecuentemente que, en el curso de una crisis, el capitalismo se ve


obligado a abandonar las ficciones financieras y regresar al mundo del dinero en
efectivo, a las eternas verdades de la base monetaria. Clasifica jocosamente al
sistema monetario como que "es esencialmente católico, el sistema de crédito
sustancialmente protestante" porque a este último lo mueve la fe en "el valor
dinero corno espíritu inmanente de las mercancías, la fe en el régimen de
producción y en su orden predestinado, la fe en los distintos agentes de la
producción como simples personificaciones del capital que se valoriza a sí mismo".
Sin embargo, prosigue señalando que "del mismo modo que el protestantismo no
se emancipa de los fundamentos del catolicismo, el sistema de crédito sigue
moviéndose sobre los fundamentos del sistema monetario".

Es vital entender lo que quiso decir Marx con todo esto. A primera vista sus ideas
parecen algo anticuadas porque apela explícitamente a los metales preciosos
como la "piedra angular" del sistema monetario; una idea característica del siglo
XIX. No obstante, si profundizamos en la lógica del argumento de Marx, podemos
identificar un principio muy importante que se aplica al capitalismo en general.

Marx argumentaría que esa política está fundada en una ilusión. En primer lugar,
el banco central no puede aislarse totalmente del comercio mundial y cortar sus
lazos con algún tipo de sistema monetario internacional: su autonomía está
limitada por su posición en el tipo de cambio con el extranjero. El dinero nacional
puede terminar devaluado en relación con otros dineros nacionales si el banco
central se burla activamente de las reglas del sistema monetario internacional.
Además, a nivel internacional dentro de la jerarquía de los dineros, la "idea del
dinero como una medida de valor se niega a morir". La relación entre las monedas
nacionales e internacionales restringe el poder de cualquier banco central. Si no
hay una definición clara del dinero del mundo el propio sistema monetario
internacional entra en crisis.

La segunda objeción de Marx es que, incluso a falta de cualquier restricción


monetaria internacional, el poder del banco central, estando circunscrito
estrictamente, es totalmente insuficiente para evitar la formación de las crisis.
Existe, una tendencia crónica a producir excedentes de capital; estados de exceso
de acumulación. Ahora tenemos que considerar la circunstancia adicional de que
los capitales ficticios deben ser creados necesariamente antes de la acumulación

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real, lo que significa que "la acumulación de capital-dinero tiene que reflejar
siempre necesariamente una acumulación mayor de capital del que realmente
existe.

Las contradicciones entre el sistema financiero y su base monetaria aumentan y


se vuelven aún más terribles a medida que progresa el capitalismo. Éstas son las
contradicciones que Hilferding no vio en lo absoluto porque interpretó
erróneamente la teoría del dinero de Marx. Este error cuesta caro, y aunque Lenin
lo reconoce, no lo rectifica, sino que prefiere usar la definición de Hilferding del
capital financiero como un vehículo para mostrar cómo se proyectan las
contradicciones internas del capitalismo en el escenario mundial.

4) La tasa de interés y la acumulación.

La tasa de interés sobre el dinero de alta calidad (dinero del banco central) des.
empeña un papel vital para regular las relaciones entre el sistema financiero y su
base monetaria. Esto trae de nuevo a colación la pregunta; ¿qué es lo que fija la
tasa de interés en general? La respuesta a que llegamos en el capítulo IX fue que
lo que la fija son las fuerzas que determinan la oferta y la demanda de capital
dinero que produce intereses. Ahora debemos identificar estas fuerzas. Por el lado
de la demanda, se debe hacer primero una distinción entre la demanda de dinero
como medio de pago y como un medio de compra. Ambos se relacionan con la
circulación de capital en general, pero ocupan momentos diferentes de ese
proceso. La demanda de dinero para lanzar una nueva producción es muy
diferente en su significado de la demanda de dinero para realizar valores ya
producidos. Esta última prevalece particularmente en tiempos de acumulación
excesiva, mientras que la primera es típica de un estado de gran competencia por
la plusvalía relativa. Las dos demandas no son independientes entre sí, como es
natural, y existe entre ellas algún tipo de relación con un intervalo de tiempo. Una
demanda de crédito para inversión hecha ahora, probablemente llevará a una
demanda posterior de crédito para poner mercancías en el mercado. Los capitales
no son los únicos agentes económicos que demandan dinero, ya sea como
medios de compra o como medios de pago. Surgen toda clase de demandas de la
circulación de ingresos. Los trabajadores y la burguesía por igual buscan crédito
para el consumidor y financiamiento hipotecario (medios de compra), y también
tratan de monetizar ciertos bienes que tienen en su poder antes de cualquier
intercambio real (medios de pago). La demanda colectiva de dinero a interés
proviene de la circulación del capital y de la circulación de los ingresos, pero las
dos formas de circulación no son independientes entre sí. Una expansión del
crédito del consumidor puede realizar la misma función (mediada por el mercado)
que el hecho de dar crédito a los capitalistas sobre inventarios de bienes no
vendidos que tienen a mano. El crédito se necesita para lubricar la circulación de
capital y de ingresos y para equilibrar la relación entre ellos. El capital genera
ingresos, que deben finalmente circular de regreso al capital para que el sistema
se pueda reproducir sin tropiezos. La unidad fundamental entre la realización a
través de la producción y la realización en el intercambio debe ser preservada.

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Por tanto, la demanda de dinero como capital no es el único determinante de la
tasa de interés, pero es parte de un paquete mucho más complejo de demandas
que se le hacen al sistema de crédito y a su base monetaria. La separación en las
partes componentes es importante. Éstas indican los diversos puntos de origen de
la demanda, así como la diversidad de los usos que se le pueden dar al dinero.
Ponen de relieve la dificultad de evaluar la ubicación "correcta" (desde el punto de
vista de la acumulación) del dinero a interés en las diversas actividades de
producción, circulación, intercambio, arrendamiento, administración, consumo, etc.
Indican la posibilidad -pero sólo la posibilidad-- de que haya fracasos provenientes
de las lagunas en el proceso de circulación total del capital. Demuestran más
concretamente cómo puede ocurrir "el colmo de la distorsión" y toda clase de
"formas absurdas" dentro del sistema de crédito para destruir el delicado equilibrio
que siempre debe prevalecer entre la producción y la realización a través del
intercambio. Sobre todo, hace que nos percatemos de que una demanda de
crédito puede significar estados muy diferentes dentro de la dinámica de la
acumulación, que van desde el exceso de acumulación hasta bloqueos
desfavorables en la circulación de ingresos.

5) El ciclo de la acumulación.

Marx les siguió la pista a los impulsos cíclicos en la relación entre fa acumulación,
la formación del ejército industrial de reserva y la tasa salarial; sentó las bases
para analizar las oscilaciones explosivas en la producción y el intercambio entre
los diversos departamentos de producción; y construyó un modelo sintético del
ritmo temporal general del exceso de acumulación y devaluación.

Sus estudios de la circulación del capital fijo también revelan ciclos de innovación,
expansión, renovación y devaluación. El problema es mezclar estas ideas
parciales dentro de una representación unificada de la dinámica temporal. De lo
contrario parece como si el capitalismo estuviera acosado por impulsos cíclicos
divergentes que atraviesan la economía en formas confusas.

Las fluctuaciones de la tasa de interés están en el centro mismo de los


movimientos cíclicos y les imponen alguna semblanza de orden. Marx niega que
sean unos primum agens. Son un eslabón central mediador a través del cual Sé
expresan las contradicciones internas del capitalismo. Su investigación de las
fuerzas que fijan la tasa de interés establece ese punto exactamente, pero
también hemos visto cómo pueden afectar a la tasa de interés toda clase de
factores arbitrarios y caprichosos. Por esta razón, Marx trata de abstraerse de la
dinámica que rige día con día el ciclo industrial y sus acompañamientos
monetarios y financieros.

El proceso de acumulación pasa por varias etapas de estancamiento,


recuperación, expansión basada en el crédito, fiebre especulativa y bancarrota.

a) Estancamiento

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La fase de estancamiento que se produce a raíz de una bancarrota se caracteriza
por una severa reducción de la producción y bajas tasas de ganancia. Los
productores se ven obligados a bajar los precios para deshacerse de existencias
excedentes a menos de su precio de producción. El desempleo se generaliza y los
salarios generalmente se ajustan en un nivel más bajo. La demanda efectiva es
escasa debido a la disminución de los ingresos disponibles.

La fe en el sistema de crédito ha sufrido una severa sacudida, mientras que la


demanda de capital a préstamo se ha reducido mucho porque se ven con
pesimismo las utilidades futuras. El dinero se usa principalmente para medir los
valores y para despojar a la economía del capital ficticio que le es ajeno. El tiempo
de rotación real de las mercancías se acorta drásticamente puesto que no hay
crédito disponible para extenderlo. No obstante, la tasa de interés es baja; la
plétora de capital-dinero prestable producido por el exceso de acumulación es
ahora evidente. Este excedente de capital-dinero está relacionado con las
oportunidades para emplearlo con seguridad.

La fase de estancamiento se caracteriza por un ajuste tecnológico "suave" en


contraste con la violencia sacudida que acompaña a las crisis. Los ajustes
gradualmente hacen que las tecnologías de producción y las tasas del precio de
producción vayan concordando con los requerimientos de la acumulación
equilibrada. Entonces queda preparada la escena para la expansión subsecuente.

b) Recuperación

Una vez que los productores se han deshecho de la mayoría de sus existencias
excedentes, comienza una modesta expansión. Esto permite que suban los
precios y, como los salarios siguen bajos, la proporción más grande de plusvalía
que se va a ganancias de la empresa ahora surte efecto. La tasa de ganancia
revive y da lugar a que vuelva a haber confianza en los negocios. Puede
comenzar una expansión cautelosa de la producción basada en la posición de
fuerte liquidez de los negocios que han sobrevivido; éstos usan sus propios fondos
para financiar la expansión.

El poder económico de los capitalistas industriales suele ser mayor que el de los
banqueros y financieros, porque los primeros tienen suficientes reservas de dinero
en efectivo para financiar su propia expansión y para extenderse entre sí crédito
comercial a fin de asegurar la continuidad de la producción frente a los tiempos de
rotación desiguales, etc. No se requiere para este propósito el capital que prestan
los bancos. La absorción de ese capital a préstamo a través de cualquier
formación de capital fijo en gran escala, queda más que igualado por una
expansión gradual en la oferta de capital-dinero libre, proveniente de los ahorros
incrementados de todas las clases sociales, el incremento de los flujos que han de
convertir los bancos en capital prestable, etc. Por lo tanto, la tasa de interés sigue
estando baja.

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La cantidad de capital ficticio aumenta, pero las nuevas promociones
generalmente van relacionadas en, esta etapa con la inversión directa en medios
de producción, y el crédito comercial extendido está ligado estrechamente con las
mercancías reales que están en circulación. Esta es la clase de creación de capital
ficticio que se necesita y que no presenta problemas, porque generalmente va
seguida de una expansión en la acumulación. Por tanto, no constituye una
amenaza a la preservación de una base monetaria segura.

Durante esta fase la competencia no es muy dura. El autofinanciamiento de los


negocios genera una concentración gradual y poco uniforme, y las amplias
variaciones en las tasas reales de ganancia pueden coexistir porque lo que cuenta
es el circuito del capital productivo.

c) Expansión basada en el crédito

Ya se ha recuperado ahora la fe en el sistema económico. La expansión del


empleo, el aumento de los salarios y el incremento de las entradas de la burguesía
presagian una demanda efectiva creciente de bienes para el consumo final. El
aumento en la circulación de utilidades crea expectativas optimistas respecto a las
utilidades futuras de todos tipos

Sin embargo, la expansión que se realizó paso a paso en la fase precedente,


ahora revela multitud de desequilibrios en la capacidad productiva, con los
consecuentes embotellamientos de insumos y productos en el aparato productivo
en general. Ahora desaparece todo rastro de capacidad productiva excedente.
Parecen necesarias nuevas inversiones para crear nueva oferta, particularmente
de los elementos de capital constante -materias primas, insumos parcialmente
manufacturados y maquinaria. La atención se vuelve a enfocar en las inversiones
en el departamento 1, a medida que los precios de capital constante aumentan en
respuesta a la escasez de su oferta.

Al mismo tiempo, la capacidad de los capitalistas industriales para financiar sus


propias inversiones y para extenderse crédito entre sí se agota a medida que van
llegando a los límites de sus reservas de dinero en efectivo. Se ven obligados,
entonces, a recurrir, a los bancos y financieros que, en consecuencia, fortalecen
su poder frente al capital industrial. El sistema de crédito se para en sus propios
pies como el coordinador general de la producción e intercambio de mercancías.

La demanda de capital-dinero y de medios de circulación aumenta. Esta demanda


origina su propia oferta, puesto que la fe en el sistema ahora es suficientemente
fuerte como para permitir que hasta los títulos sobre las deudas circulen como una
oferta de capital-dinero. La cantidad de capital ficticio se va adelantando paso a
paso a la acumulación real, y la brecha entre la base monetaria como una medida
real de los valores y las diversas formas de papel moneda en circulación comienza
a hacerse más ancha.

e) Bancarrota

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La arremetida de una crisis generalmente es provocada por un fracaso
espectacular, que hace que se tambalee la confianza en las formas ficticias de
capital. El pánico que le sigue de inmediato. El regreso al "catolicismo" de la base
monetaria se lleva a cabo con creces. Surge una escasez crónica de dinero del
tipo correcto estrechamente ligado a la mercancía dinero en el preciso momento
en que los productores y los comerciantes están haciendo un esfuerzo por cumplir
con sus pagos. La tasa de interés sube hasta "llegar a un nivel usurario". La
alteración en la circulación del capital mercancía hace que el dinero como una
medida de valor sea la única forma segura de riqueza. Al tratar de establecer la
base real de los valores se destruye el capital en forma de mercancías.

La devaluación del capital, y del trabajador, sigue adelante paso a paso. Los
capitalistas tratan de seguir con vida comiéndose unos a otros. El trabajador es
sacrificado igualmente en el altar de la irracionalidad fundamental del capitalismo.
Las crisis, como la manifestación del razonamiento irracional del sistema
económico, ponen una amarga envoltura sobre el paisaje económico de la
sociedad capitalista.

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