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Habacuc, el libro que te enseñará a confiar en Dios

Imagínate que en tu país, vives una vida hermosa, tu vida personal


va de maravilla, todo te sale a la perfección, tu nación es prospera,
pacifica, tranquila, tu disfrutas de esa bonanza que Dios ha traído a
tu ciudad y eres sumamente feliz.
De repente todo lo dicho anteriormente se convierte en todo lo
contrario, y tu vida maravillosa se convierte en una pesadilla, tu país
próspero, pacífico y tranquilo se ha convertido en un mar de
angustias, turbaciones y miserias.
Esto último es un panorama similar al que el profeta Habacuc vivió
en el momento en que su libro fue escrito.
Libro que con la ayuda de Dios y la dirección del Espíritu Santo, les
compartiré a través de diversos estudios Bíblicos donde
conoceremos más, esta bella y hermosa oración.
Consejo.
Cada vez que estudiemos un libro de la Biblia debemos tener en
cuenta algo muy importante que nos permitirá comprender de
manera más satisfactoria cualquier libro de la Biblia. Ese algo es, el
contexto Histórico y Bíblico.
Ambos contextos nos darán una visión más clara del porqué el
Espíritu Santo inspiró a los hombres de la Biblia a escribir lo que
escribieron y además de eso nos brindaran información para
entender las cosas que escribieron.
Yo muchas veces he comenzado a leer libros sin conocer el contexto
Histórico -Bíblico y llego a un punto en medio de mi lectura en que
me pierdo o me cuesta entender lo que estoy leyendo, entonces
como no quiero que nadie se pierda en esta nueva serie, en este post
estudiaremos dichos contexto y así empezar a estudiar de mejor
manera el libro del Profeta Habacuc.
Generalidades del libro
No voy a profundizar mucho en las generalidades del Libro, ya que
hay poca información del Escritor, lo que si voy a resaltar es el
posible significado del protagonista, el cual es: “Aquel que abraza o
caído abrazo” resalto su significado porque jugara un papel
fundamental al final del libro, otro dato importante del libro es que
si bien no tiene una fecha exacta, algunos hechos que menciona el
profeta datan al libro en siglo VII a.C. haciendo al profeta Habacuc
contemporáneos con otros grandes profetas como Jeremías, Daniel y
Sofonías.
Por último, debemos ver este libro como lo que es, un cantico de
oración, en la que se lleva a cabo una charla entre el profeta y Dios,
donde el profeta muchas veces cuestiona y Dios responde y cuando
Dios responde al profeta terminara alabando a su Creador.

Contexto Histórico.
Entre los años 612-609 a.C. caía uno de los imperios más poderosos
del mundo en ese entonces, hablo del imperio Asirio que cayó
derrotado por el ejército de un rey Caldeo llamado Nabopolasar,
quizás no lo conozcan, pero tal vez conozcan a su hijo, el cual es
uno de los protagonistas del libro de Daniel (Nabucodonosor II),
Bueno, Nabopolasar acaba con el imperio Asirio y da comienzo al
Imperio NeoBabilónico.
Ubiquemos entonces al profeta Habacuc en este contexto histórico,
el presencia la caída del Imperio Asirio y el levantamiento del
imperio NeoBabilónico, sumado a esto Dios le muestra como usará
a este nuevo imperio como herramienta de su Justicia para castigar a
Judá por la multitud de sus pecados.

Contexto Bíblico.
En los tiempos de Josías, rey piadoso que obraba conforme a la
voluntad de Dios. Todo Judá bajo el mandato de este rey vivian para
Dios y obraban bajo sus estatutos, además el rey, instauro una serie
reformas radicales en contra de la idolatría e idolatras que había
dentro del pueblo, esto con el fin de purificar toda la nación de sus
ídolos (Leer: 2 Rey. Cap.23). La Palabra registra que: “No hubo otro
rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de
toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de
Moisés; ni después de él nació otro igual.” (2 R. 23:25) Pero aun con
todo esto, la ira del Señor seguía reposando contra Judá y todas sus
faltas contra Dios iban a tener sus reprensiones

El Rey Justo de Judá muere alrededor del 609 a.C (2 Cro. 35:20-27)
después de él, vienen un reinado corto de su hijo Joacaz, el cual hizo
lo malo delante de Dios (2 R. 23:31-32) pero al final es Joacim
quien es instaurado como rey de Judá, este a diferencia de su padre
Josías e igual que su hermano Joacaz hizo lo malo ante Dios.
“También este rey hizo lo que ofende al Señor, tal como lo hicieron
sus antepasados.” (2 R. 23:37)
Ubiquemos entonces al Profeta Habacuc en este contexto Bíblico.
La ira de Dios reposaba sobre Judá y digamos que con el Rey Josías
se apacigua un poco, pero el muere dejando al mando a sus hijos
quienes terminar por hacer la paciencia de Dios se acabe y comience
así la destrucción de Judá a manos de las herramientas Juicio que
Dios usaría.

“Durante el reinado de Joacín el rey Nabucodonosor de Babilonia


invadió Judá, y Joacín se convirtió en su súbdito durante tres años,
aunque luego decidió rebelarse contra él. Pero el Señor envió contra
Joacín tropas de caldeos, sirios, moabitas y amonitas, para que
destruyeran a Judá, en cumplimiento de la palabra del Señor
anunciada por medio de sus siervos los profetas. Esto le sucedió a
Judá por mandato del Señor, para borrarla de su presencia por causa
de los pecados de Manasés y por todo lo que él hizo, y por la sangre
inocente que derramó. Como, en efecto, llenó a Jerusalén de sangre
inocente, el Señor no quiso perdonar.” (2 Reyes 24:1-4 RVC)
Recuerdan del mar de angustias, turbaciones y miserias que les
hable al principio? Bueno, es aquí cuando el profeta Habacuc mira a
su alrededor y empieza a tener esa conversación con Dios que lo
lleva a escribir, este maravilloso libro.

Conclusión
Habacuc es un libro que muestra muchas veces nuestras debilidades
cuando nos encontramos frente a situaciones complicada de nuestras
vida, dichas debilidades a veces se ven reflejadas en una lucha que
tenemos con Dios en el que en ocasiones podemos cuestionar sus
planes y preguntarle al Santo de Israel ¿Por qué has permitido esto?
Pero debemos ser como el profeta, que a pesar de que en ocasiones
dudó y cuestionó los planes de Dios, el confió en su justicia, y a
pesar de la destrucción y la angustia que lo rodeaba, decidió
descansar en su soberanía y guardar la esperanza en aquel que lo
fortalecía.
“Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de
ciervas, Y en mis alturas me hace andar. “ (Hab. 3:17)
(Verso. 1)
La Visión que Dios le muestra al profeta Habacuc provoca en él, ese
sentimiento que a muchos de nosotros nos da Cuando sentimos que
Dios no nos escucha, que ignora nuestra Súplica, que Dios se hace el
oídos sordos a nuestras peticiones. Desesperación nos da muchas
veces cuando no vemos la mano de Dios en las situaciones difíciles
qué vivimos y vemos a diario, e incluso muchas veces así como
David explotamos y decimos ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me
olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?"
(Salm. 13:1) o como el mismo Señor Jesús qué sufriendo en la Cruz
sintió qué Dios no estaba ahí: " Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado?"(Mt 27:46) Es esa misma desesperación e
incertidumbre qué el profeta está sintiendo este momento al ver lo
que Dios le está mostrando.

VER 2-3
La violencia que Dios le muestra al profeta en el Verso 2 no es la
violencia de los Babilónico aún, es la violencia generada por el
mismo pueblo impío de Judá, y el desespero del profeta radica en
eso, en que ha, estado orando para que su pueblo deje a un lado la,
perversidad y se vuelva a Dios, pero pasa todo lo contrario, es más,
en el Verso 3 pareciera ser un mal chiste de Dios para Habacuc, pues
él ha estado orando para que su pueblo deje de hacer lo malo, y Dios
vienen y lo pone a ver la iniquidad, la destrucción y los pleitos qué
La nación de Judá hacía.(Jer. 22:17) Nuevamente estos versos
reflejan muchas veces los "conflictos" qué tenemos en la oración,
conflictos qué suceden cuando oramos mucho por algo y al, final o
no pasa o pasa todo lo contrario, bueno así estaba Habacuc, entonces
creo que ya vamos entendiendo porque este hombre esta tan
exasperado.

(Verso 4)
Sumado a la desesperación, el profeta ve en su visión como la
injusticia reina en su pueblo así como escribió el predicador de
Eclesiastés " Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí
impiedad; y en lugar de la justicia, allí iniquidad (Eclesiastés 3:16).
Había una persecución contra el Justo, persecución que de seguro
llegó tocarle a Habacuc, además también vio Como la Ley de Dios
es ignorada y depreciada, así como en los tiempos de Isaías...
“porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron
la palabra del Santo de Israel. (Isaías 5:24) La única forma en que el
pueblo cambiará para bien era arrepintiéndose y caminando en la
Ley de Dios, pero ni siquiera eso era posible, porque la pisoteaban.

Aplicación
El inicio de la profecía de Habacuc nos muestra una realidad que
muchos de nosotros a veces no queremos aceptar. Habacuc oraba
para que el pueblo de Dios fuera limpio de toda su iniquidad, oraba
para que ya no hubiese más violencia más destrucción e injusticia.
Habacuc quería que Dios obrara de una manera, pero se estaba
sintiendo mal porque Dios le estaba mostrando la manera en que Él
iba obrar, una manera totalmente contraria a sus peticiones.
Hermanos no todas las veces Dios va a obrar conforme a lo que
nosotros pedimos, y debemos ser cocientes que muchas veces
incluso Dios va actuar de una manera tan diferente a lo que nosotros
pedíamos, que va a doler. Y es lo que en esos momentos le pasaba al
profeta.

Muchas de nuestras oraciones no serán respondidas, e incluso por


mucho que clamemos con fervor y abundante fe, No habrá
respuestas, y al no tener respuestas llegaremos a un punto en que
esteremos diciendo también: ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás
para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?" (Salm.
13:1) La desesperación por no encontrar una respuestas a nuestros
clamores nos llevará a un estado en el que la duda empezará a
pasearse por nuestras cabezas y si somos débiles en la fe y nos
estamos firmes en Cristo, entonces esas dudas se convertirán en
reclamo y esos reclamos se convertirán en cuestionamientos,
cuestionamientos que nos llevarán a alejarnos de Dios.

Y todo esto pasa porque hoy las iglesias enseñan qué nuestras
oraciones pueden cambiar los planes de Dios, y eso no es así, Martín
Lutero decía que: “La oración no es para cambiar los planes de Dios.
Es para confiar y descansar en Su soberana voluntad” Dios muchas
veces en su voluntad y benevolencia dirá que si! a nuestras
peticiones y daremos gloria a Dios por ellos, pero otras veces dirá
No! Y a los No qué el Señor nos dé, también tenemos que dar gloria
a Dios. Debemos ser lo suficientemente maduros en la fe, para
entender que el soberano y el que actuará como bien le plazca es
Dios y que si el ha, decido hacer algo contrario a lo que nosotros le
pedíamos ¿quines somos nosotros para cuestionar? Job en su
sufrimientos llego a cuestionar muchas al Señor y al final cuando se
vio ante su Omnipotencia que proclamó? "Yo sé que tú lo puedes
todo y que no hay nada que no puedas realizar. ¿Quién soy yo para
dudar de tu providencia, mostrando así mi ignorancia?."
Job 42:1-3 DHH94PC

Hermanos sigamos orando con fervor a Dios, sigamos poniendo


nuestras peteciones en sus manos, sigamos clamando por aquello
qué deseamos, pero si Dios en su soberana y perfecta voluntad
decide no responder, o responder de una manera distinta a nuestras
peticiones, no cuestiones su obrar, Habacuc en medio de su
desespero lo cuestióno, claro más adelante se redime, pero el de
alguna u otra forma estaba reclamando le a Dios por su forma de
actuar y esta es una postura qué nosotros no debemos tomar, ¿sabes
cual postura es la que debemos tomar? La de aquel que rogaba por
no morir en la Cruz, pero que al, final dejo aun lado sus deseos y
decidió reposar en la soberanía de Dios.
Si tus Oraciones son respondidas, alaba y expresa gratitud a al
Señor y Si tus Oraciones no son respondidas, pues no cuestiones, tu
simplemente alabalo y da glorias y honras a su Santo Nombre.
Dios nos ignora el mal de este mundo
Habacuc 1:5-11
Un Dios temible

(Verso 5
Habacuc vio la iniquidad que reinaba en Judá y cuestionó el silencio
de Dios ante tanta injusticia, pero ahora el Señor ha decidido
responderle, y en su respuesta el Señor le dice que hará algo: “que
aun cuando se os contare, no la creeréis.”
El profeta Habacuc tenía que ir y proclamar esta visión a un pueblo
impío, él tenía que decirles que Dios usaría a los caldeos como
herramientas de su justicia, y claro el pueblo de Judá no iba a creer
sus Palabras, porque los babilónicos apenas eran que se estaban
formando para combatir y conquistar naciones y posiblemente ni
éxito tendrían en sus conquistas, así que Judá de seguro iba a creer
que: “como este pueblillo iba a entrar y destruir a la poderosa
Jerusalén. Pero cuando equivocados estaban, ese “pueblillo” en
menos de diez años (614-605 a.C) derrotó a los egipcios y
desapareció de la faz de la tierra a los asirios.
Batalla de Karkemish
(Versos 6-11)
“Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá
cautivos como arena.” (Ver. 9)
Eran tan grandes los pecados de Judá, que Dios usuraría la nación
más perversa, temible, caótica, voraz, soberbia, poderosa y violenta
de ese momento para destruirlos.
Habacuc que en los primeros versículos rogaba y se quejaba porque
Dios supuestamente no hacía nada en contra de la iniquidad y la
injusticia que había en Judá, yo me imagino que cuando ve esta
revelación, en ese momento el quedó con la boca abierta de ver
como el Señor iba a responder a sus peticiones.
De esto hablaba Dios en el verso 5 cuando le dijo al profeta, que se
asombraría con una obra que haría en los días de Habacuc.

Aplicación

Muchas veces nosotros vemos como la maldad en el mundo reina de


una manera horrible, cada día vemos en las noticias como el pecado
en la humanidad va a aumentado considerablemente, y eso lo vemos
traducido en masacres, guerras, ab0rtos, asesinat0s, violanci0nes,
vejámenes cometidos entre familiares, hambre habiendo comida,
persecución contra el pueblo de Dios, ideologías demoniacas que
quieren corromper las sociedades, gobiernos corrutos y dictatoriales
que oprimen al pueblo, muerte y desolación es lo que se respira en
nuestros días, y en medio de este mar de impiedad podemos llegar a
tener un pensamiento igual o similar al del profeta Habacuc: “Dios!
¿por qué no haces algo para acabar con todo este mal que hay en el
mundo? ¿Por qué permites que reine la maldad?”
2 Pedro 3:10

Source:
https://bible.knowing-jesus.com/Espa%C3%B1al/topics/Destrucci
%C3%B3n-Del-Mundo

Habacuc creía que Dios era indiferente al mal del pueblo de Judá,
pero no era así solo estaba esperando el momento indicado para
llevar el cetro de su justicia y aplicarlo sobre los impíos de Judá, lo
mismo pasa en nuestros tiempos. La Palabra dice que Dios es lento
para la ira y grande en misericordia, y es por esa misericordia que la
maldad en el mundo no ha sido consumida, pero un día no muy
lejano, el Dios airado y justo abrirá los cielos y derramara todo su
poder y toda su ira sobre los malos de la tierra, y esas personas que
nunca se arrepintieron ni aprovecharon la misericordia de Dios,
cuando vean su furor entonces como dice la Palabra: “Todos
gritaban a las montañas y a las peñas: «¡Caigan sobre nosotros y
escóndannos de la mirada del que está sentado en el trono y de la ira
del Cordero,” (Ap. 6:16 NVI

Hermanos, Dios no ignoro la maldad que reinaba Judá ni ignorara la


maldad que reina hoy, Él es justo y como dice su Palabra: “el cual
pagará a cada uno conforme a sus obras” (Rom. 2:6) Los que
trajeron destrucción y violencia en este mundo, recibirán lo mismo
de parte de Dios. ¿Qué fue lo que sembró Judá en los tiempos
Habacuc? violencia y destrucción, ¿y que recibió?
“En el mes quinto, a los siete días del mes, siendo el año diecinueve
de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán,
capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia. Y quemó la casa
de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y todas
las casas de los príncipes quemó a fuego. Y todo el ejército de los
caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros
alrededor de Jerusalén. Y a los del pueblo que habían quedado en la
ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia, y a los que
habían quedado de la gente común, los llevó cautivos” (2 Reyes
25:8-11)
Los hombres malvados que hoy siembra terror, violencia y
destrucción en esta tierra, recibirán lo mismo de parte de Dios, y la
destrucción voraz que los caldeos hicieron con Jerusalén quedara en
pañales, cuando el Señor en estos tiempos aplique toda su ira sobre
los que hacen maldad en este mundo.
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos
pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con
fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán
quemadas.” (2 Pedro 3:10)
Hermanos Dios no es indiferente al mal de este mundo, pasa que es
un Dios amoroso y que no desea que nadie perezca (2 P. 3:9) pero el
amor que retiene la ira de Dios no será para siempre, el día del Señor
vendrá pronto y ese día veremos al Dios temible, y ruego al Señor
para que ninguno de los que leen esto, reciban parte de su ira.
Los hombres malvados que recibirán el justo juicio de Dios, no solo
son aquellos que hacen la maldad en este mundo, sino todos aquellos
que atentan sin ningún tipo de remordimiento contra la Ley del
Señor, aquellos que ofenden a Dios con su maneras de vivir,
también recibirán lo que merecen, porque como dice la Palabra
“cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia” (Col. 3:6)
Hermanos, Por la sangre de Cristo hemos sido limpios de toda
maldad, en la Cruz fuimos justificados y en su muerte y resurrección
Jesús nos salvó de la ira de Dios (Rom. 5:9) y en su obra es que hoy
en día estamos tranquilo porque reposamos en los brazos de aquel
que nos redimió, pero no permitamos que la tranquilidad y la
seguridad que nos da Cristo, se convierta en nuestra destrucción.

Esto lo digo porque si bien en Cristo tenemos una salvación eterna


segura de la cual podemos sentirnos tranquilos, también existe una
falsa seguridad, la cual profesan aquellos que se sienten seguros de
su salvación, pero que claramente no la tienen. Judá se sentía seguro
de que nada les pasaría porque supuestamente eran el pueblo de
Dios, pero recibieron su ira a causas de sus iniquidades. Hoy
muchos de nosotros podemos sentirnos seguros de que no
recibiremos la ira de Dios, pero esa seguridad debe ir de la mano de
una vida consagrada a Dios. Examinaos a vosotros mismos si estáis
en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros
mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis
reprobados? (2 Cor. 13:5)
Analiza tu vida y pregúntate, si el Dios temible viniera hoy
¿Recibirías su ira? Aférrennos a Cristo hermanos y procuremos por
vivir una vida agradable a Dios.
Una oración digna de imitar.
Habacuc 1:12-17

Exposicion

La segunda oración o respuesta de Habacuc a Dios, es una oración


que sale de un corazón que está confuso o anonadado por lo que el
Señor le ha mostrado, cabe recordar que Habacuc al principio estaba
triste porque Dios permitía el mal en Judá, y supuestamente Dios
estaba en silencio y era indiferente al mal de su pueblo, ahora esta
doblemente triste porque Dios ha decido acabar con el mal en Judá
usando a una nación impía como los babilónicos, y si usted lee el
texto de estudio de hoy vera que Habacuc nuevamente cuestiona a
Dios por lo que Él ha decido hacer, y eso lo vemos reflejado en las
preguntas que profeta le hace Dios. ¿Elegiste a Babilonia para hacer
justicia?¿Creaste a Babilonia para castigar a Israel? (Ver. 1)
¿Seguirá Babilonia con su espada masacrando sin compasión a las
naciones? (Ver 17)

Aplicacion

Tal vez algunos puedan pensar que Habacuc es un profeta bastante


controvertido, porque un profeta que cuestione todo lo que Dios
decide hacer, es un profeta que ni siquiera debería ser profeta cierto?
porque el hombre no puede cuestionar a Dios, porque como diría
Pablo en la analogía de los dos tipos de vasijas. “¿Quién eres tú,
simple ser humano, para discutir con Dios? ¿Acaso el objeto creado
puede preguntarle a su creador: «¿Por qué me has hecho así?»?
(Rom. 9:20 NTV) Nadie de nosotros puede altercar con Dios,
nosotros no podemos decirle al TodoPoderoso. “¿Por qué haces
eso?”
Pero hermanos aunque esté de acuerdo con lo que acabo de exponer,
quiero decirles que lo Habacuc está haciendo en este primer
capítulo, es lo que muchos de nosotros hacemos cuando vemos que
Dios permita ciertas cosas difíciles en nuestra vida, y seamos
sinceros, nosotros también hemos cuestionado a Dios y le decimos.
¿Por qué permites o haces esto?

Hermanos, Habacuc, así como nosotros, era un ser humano, con


errores como cualquiera de nosotros, y si, su error era que hasta este
momento cuestiono mucho a Dios, pero es entendible, este hombre
estaba viendo como su nación está podrida moralmente, como
reinaba la injusticia, como aborrecían la Palabra de Dios, luego de
eso ve, como Dios va a destruir su pueblo usando como herramienta
de su justicia a una nación igualmente impía.
No se ustedes, pero yo a veces no entiendo los propósitos de Dios en
ciertas situaciones complicadas que afronto, y me pregunto ¿Por qué
Dios permites esto? esa pregunta la hice mucho hace años cuando un
ser que amaba mucho moría en accidente de tránsito. Y yo sé que
muchos de ustedes, así como el profeta Habacuc han cuestionados
los designios de Dios.
A pesar de que el profeta Habacuc de alguna u otro forma
reprochaba la voluntad que Dios aplicaría sobre Judá, debemos
reconocer que su oración a pesar de que es una oración con muchos
cuestionamientos, es una oración hermosa y digna de imitar.
Es válido preguntar el porqué de las cosas a Dios, porque a veces
esas cosas nos superan y nos lleva a ese punto en que llegan los
cuestionamientos, pero hermanos, aunque su oración venga con un
mar de cuestionamientos, usted no deje de exaltar y glorifica el
Nombre que es sobre todo nombre.
Habacuc a pesar de que su oración estaba cargada de
cuestionamientos, en todo momento él alaba y daba glorias y honras
al Nombre del Señor, eso mismo debemos hacer nosotros cuando
oremos. tengamos o no cuestionamientos.

La segunda oración de Habacuc nos debe motivar a nosotros a


dirigirnos a Dios como lo que es,
El Dios eterno, el Dios santo, la Roca que nos sustenta, El Dios puro
que no se complace en la maldad.
Así se dirigió Habacuc a su Señor, con una reverencia enorme hacia
su creador, y esto es lo que nosotros debemos imitar. Hoy las
oraciones que he escuchado en algunas iglesias carecen de
reverencia a Dios, pareciera que no se dieran cuenta que a quien le
hablan es el Santo de Israel, al Shaddai, a Elohim, a Adonay a El-
Elyón, al Rey de reyes y Señor de Señores, no podemos entrar en
intimidad con Dios a través de la oración, sin ante no alabamos y
glorificamos, porque incluso así como nuestro Señor Jesucristo nos
enseñó que debíamos empezar a orar…
“Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre.” (Lucas 11:2)
Lo primero que nos aprendemos de Jesús en el modelo de la oración
que Él nos enseñó, fue a glorificar y exaltar el Nombre de Dios.
Tu puedes llevar un bulto de peticiones, un océanos de cargas,
puedes incluso así como Habacuc, llevar tus cuestionamientos a
Dios, pero antes de hablarle a Dios de estas cosas, tu debes ser
reverente y entender que cuando oras a Dios entras a su Santa
presencia por medio de Cristo y en su Santa presencia así como en el
antiguo testamento debemos mostrar respeto y dar alabanzas dignas
al nombre del Señor.
Te dejo este salmo para que hoy antes de orar, se lo recites al Señor.
¡Canten al Señor un cántico nuevo!
¡Canten al Señor todos en la tierra! ¡Canten al Señor! ¡Bendigan su
nombre! ¡Anuncien su salvación todos los días! ¡Proclamen su
gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre todos los pueblos! El Señor es grande, y digno
de alabanza; ¡es temible, más que todos los dioses! Todos los dioses
de los pueblos son ídolos, pero el Señor es quien creó los cielos. En
su presencia hay alabanza y magnificencia; en su santuario hay
poder y gloria. Ustedes, familias de los pueblos, ¡tributen al Señor la
gloria y el poder! ¡Tributen al Señor la honra que merece su nombre!
¡Traigan sus ofrendas, y vengan a sus atrios! ¡Adoren al Señor en la
hermosura de la santidad!
¡Tiemblen ante él todos en la tierra! Digan entre las naciones: «¡El
Señor es rey! El Señor afirmó el mundo, y no será conmovido; el
Señor juzga a los pueblos con justicia.» (Salmos 96:1-10
Predica correctamente el Evangelio
Habacuc 2:1-3

El primer capítulo de Habacuc se cerró con dos quejas por parte del
profeta y una sola respuesta de parte del Señor, esto quiere decir que
hace falta la respuesta que el Señor aun le debe a Habacuc, por eso
al iniciar este nuevo capítulo, el profeta ve que aún no hay respuesta
de parte de Dios y dice algo bastante bueno que refleja una actitud
nueva de Habacuc. Si recordamos los primeros versículos del Cap.
#1, usted sabrá que el profeta estaba desesperado por una respuesta
del Señor, pero ahora en este nuevo capítulo, él dice que aunque el
Señor guarda silencio ante su nueva petición, el profeta manifiesta
que estará atento y esperara pacientemente la nueva respuesta de
Dios. Esta actitud del profeta se conoce como la del Atalaya, que
eran vigilantes del pueblo de Dios que estaban atentos a las
próximas revelaciones de Dios y que se las comunicarían a su
pueblo (Jer. 6:17; Ez. 3:1)
En el verso 2, el Atalaya recibe la revelación divina, y esta
revelación resalta la importancia que tienen las Escrituras y la
predicación fiel y correcta de las mismas.
Dios le dice a Habacuc: “Escribe lo que te estoy declarando, y hazlo
de una forma clara, para que esta visión se expanda correctamente
por el pueblo al cual fuese predicado”
En la reina Valera usan el término “para que corra el que leyere en
ella.” y Dios le dice esto al profeta, porque de la clara interpretación
de esta visión iba a depender la salvación del remanente de Judá,
Dios destruirá toda esa nación, pero en medio de esa destrucción
quedaría un pequeño grupo de personas que salvarían, y se salvarían
porque escacharrarían las Palabras correcta que Dios le revelo al
profeta.

Ahora, el verso 3 nos enseña algo importante sobre la fidelidad de


Dios y los cumplimientos de las profecías que están en las Escrituras
y que hoy están pendientes por cumplir.
Habacuc recibe esta revelación aproximadamente en el año 626 a.C.
y el Señor le dice “Aunque parezca que demora en llegar, espéralo;”
Dios le pide paciencia a Habacuc y a todos los que leyeran sus
Palabras y les pide que no se desesperen y que se mantengan como
vírgenes prudente, esperando la venida de su Señor.
¿Cuando vemos cumplida la profecía de Habacuc? en el 587 a.C.
casi 40 años después de la revelación.
Esto hermanos en teología se conoce como lenguaje de inminencia,
y es el acto en que un creyente recibe las profecías de Dios y espera
fielmente su cumplimiento como si fuese a cumplirse en un par de
horas.

Antes de hablar de la aplicación de este pasaje, quiero en dejar en


claro que cuando hable de revelación, hablo de la revelación de la
voluntad de Dios expuesta en las Escrituras.
Hago esta salvedad para que nadie piense que cuando hablo de
revelación, estoy hablando de esas supuestas revelaciones que tienen
hoy algunos “profetas o apóstoles” o cualquier revelación extra
Bíblica o Anti Bíblica.
Digo porque hay que recordar que la revelación perfecta, infalible e
inerrable de Dios, son las Escrituras.
Dicho esto, los primeros dos versículos de este pasaje, nos muestra
la actitud que debemos nosotros con respecto a la revelación de
Dios.
La primera es, que nosotros así como Habacuc debemos tener una
actitud de Atalaya, o sea estar atento a la revelación de Dios, y esta
actitud debe complementarse con lo que el verso 2 nos enseña, que,
ante la revelación de Dios, nosotros debemos estar preparados para
poder enseñar y propagar dicha enseñanza de una manera correcta,
para que así como en los tiempos de Habacuc cualquiera que reciba
y escuche tu enseñan sea salvo por el poder de Dios.
Porque observen como la versión NTV dice de este verso:”
«Escribe mi respuesta con claridad en tablas, para que un corredor
pueda llevar a otros el mensaje sin error.” Entonces fíjense la
importancia de estar preparados doctrinalmente para llevar un
mensaje correcto de Dios
El Pastor R.C. Sproul tienen un libro que se llama: “Todos somos
teólogos” y aunque no tengo el libro, el titulo me encanta, porque es
un título que refleja la realidad de todos los cristianos, Todos
tenemos conocimiento teológico de las Escrituras, porque todos los
creyentes tenemos en nuestro interior aquel Ser que revelo las
Escrituras (2 Tim. 3:16-17) y que a su vez nos da el conocimiento y
la sabiduría para poder entenderla y sobre todo enseñarlas. Porque
fue el mismo Dios quien dijo: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo,
a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las
cosas,…” (Juan 14:26) Ahora, ¿Cuál es el problema? que hoy la
mayoría no está cumpliendo con el mandamiento del Señor que está
Juan 5:39
Cuando Jesús nos manda a predicar el evangelio a toda criatura,
también nos manda a estar preparados en el Evangelio, por eso Él
nos dice: “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado” (Mat. 28:20)
La Palabra que Mateo usar aquí para enseñar viene del griego
didásko que significa instruir, e instruir es en definición
“Proporcionar conocimientos, a una persona para darle una
determinada formación.”
Tú no puedes salir a predicar el evangelio si antes no estas preparado
en las Escrituras. Antes, cuando no leía la Biblia verdaderamente, yo
predicaba un evangelio Anatema, recuerdo que era muy humanista
mi evangelio, pero luego entendí que el evangelio que predicaba era
falso, y lo entendí porque empecé a escudriñar las Escrituras y
darme cuenta con la ayuda del Espíritu Santo cuan equivocado
estaba
Hermanos, lo que el libro de Habacuc hoy nos está enseñando es que
nosotros debemos instruirnos en la revelación de Dios y así poder
instruir correctamente a los demás.
Dios le dice a Habacuc que escribiese el mensaje correctamente para
que pueda llevar a otros el mensaje sin error.
Hoy el mensaje de salvación que nosotros llevemos a las criaturas de
este mundo, debe ser un mensaje Bíblico que salga de la sana
doctrina que caracteriza a los siervos del Señor: “Pero tú habla lo
que está de acuerdo con la sana doctrina.” (Tito 2:1) Es la sana
doctrina lo que debemos aprender y es la sana doctrina lo que
debemos predicar para llevar un mensaje así como el de Habacuc,
Sin error
¿Qué es vivir por la Fe?
2:4-20
El segundo cuestionamiento de Habacuc se centraba en la pregunta,
¿Elegiste a Babilonia para hacer justicia? (1:12) El profeta Habacuc
estaba un poco sorprendido de que Dios usará a una nación impía
para destruir a Judá.
Habacuc creía que Dios de alguna u otra forma premiaría a los
caldeos y estos saldrían victoriosos, es por eso que ahora Dios le
responde y le dije: Tranquilízate que aquí lo únicos que vivirán son
los justos los cuales son aquellos que tendrán fe en la Palabra que tú
les predicaras. (2:1-3)
y por su supuestos que los caldeos no saldrían victoriosos, por ellos
no son justos ni viven por la fe en Dios.
“¡Mira a los orgullosos! Confían en sí mismos y sus vidas están
torcidas.” (2:4)

Y como para que le quedara claro a Habacuc que Dios no le daría la


victoria final a los Babilónicos, el empieza a hablar de todo lo malo
que ellos han hecho y que claramente Dios no dejaría pasar por alto,
porque como dijimos al principio de esta serie de estudio, Dios es
justo y pagará a todos conforme a sus obras.
Dios sabe que los caldeos son orgullosos y ambiciosos (2:6-8) son
arrogantes y codiciosos (2:9-11) son crueles (2:12-14) son borrachos
(2:15-17) y son Idolatras (2:18-19) Claramente Dios no les dará la
victoria final a una nación tan mala como los caldeos, y si usted
conoce algo de historia Bíblica sabrá que al final toda esa perversa
nación recibió su merecida retribución a manos de un Ungido del
Señor. “»Yo, el Señor, digo así a Ciro, mi ungido, al cual tomé de la
mano derecha para que las naciones se sometan a su paso y los reyes
huyan en desbandada;…” (Isaías 45:1)
El Señor cierra este capítulo de una manera majestuosa, “el Señor
está en su santo templo. ¡Qué calle delante de él toda la tierra!”
(2:20)
Estas Palabras indican que delante de Dios, Habacuc, toda Judá y los
habitantes de la tierra deben callar ante la presencia del 3 veces
Santo.
Ya Dios ha decretado Juicio contra los malos de Judá y acaba de
decretar Juicio sobre los perversos de babilonia y ya no va hablar
más, sino que va a empezar a actuar.
Esto hermanos, debía servir para que el remanente de Judá se
sintiera confiado de que Dios es soberano, y que actuará con justicia
y que a ellos nos les pasará nada, pues Él lo dijo al principio. “Más
el justo por su fe vivirá.” (2:4)
Los judíos en la época en que se encontraban bajo el yugo romano,
tomaban este capítulo del libro de Habacuc como una promesa de
Dios para ellos. Los judíos interpretaban este pasaje como la
destrucción que le llegaría al imperio romano y la victoria que ellos
celebraría en Jerusalén, pero sabemos que nada de esto paso, por el
contrario toda Jerusalén fue destruida por este imperio en el año 70
d.C.
El pueblo Judío de ese entonces no entendía que toda promesa
espiritual que se encuentra en el Antiguo testamento, se le ha
transferido a la iglesia de Cristo, como Pablo se lo explica a los
Gálatas,… “para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese
dada a los creyentes.” (Gál. 3:21-26) y en este capítulo como ya lo
vimos en la exposición del texto hay promesas que Dios cumplirá,
pero hay una que resalta entre las demás…
“El justo por su fe vivirá.” (2:4) Ya sabemos por el contexto de este
pasaje, que esto que Dios decía aquí aplicaría para el remante de
Judá que se salvaría del asedio de los Caldeos, pero este pasaje
tienen un trascendencia aún más grande en el nuevo testamento, y
que tiene que ver con la salvación eterna.
El apóstol Pablo en el inicio de la carta a los Romanos, deja claro
que el Evangelio de Jesucristo es poder de Dios para alcanzar
Salvación, pero luego de eso nos indica cual es la esencia de ese
Evangelio, y la esencia es la FE!
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Rom 1:17) y es esa
misma fe, que salvo al remanente de Judá el día del Juicio de los
babilónicos, es la misma que nos salvara a nosotros cuando Cristo
venga por segunda vez a decretar juicio sobre todas las naciones.

Si usted conoce un poco sobre historia de la iglesia sabrá que este


pasaje de Habacuc, que el apóstol Pablo cita, fue el pilar de la
reforma protestante que inicio con Martin Lutero. Lutero siendo un
monje ordenado y estricto en sus obras, vivía una vida
espiritualmente agónica, ya que no se sentía salvo, ni por las
indulgencia, ni por las obras, ni siquiera las múltiples confesiones y
penitencias que hacía le brindaban esa paz y seguridad que tanto
anhelaba.
Pero todo eso cambio cuando sus ojos vieron en las Escrituras el
pasaje de Romanos 1:17, fue ahí cuando aquel monje entendió, que
para ser justificados delante de Dios, solo se necesita fe en Cristo
Jesús.
“Sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la ley
sino por la fe de Jesucristo,…” (Gálatas 2:16)
¿Pero Que es, vivir por la Fe?
Esto tiene dos connotaciones ligadas entre sí, la primera que ya la
acabamos de explicar. Si queremos alcanzar salvación y vivir
eternamente con Cristo en los cielos, necesitamos creer en Él como
nuestro Señor y salvador, la Palabra dice” Cree en el Señor Jesús, y
serás salvo, tú y toda tu casa.” (Hechos 16:31). Ahora la otra
connotación tiene que ver con nuestro actuar, este actuar es
impulsado por la fe en Jesucristo y nos debe llevar a vivir una vida
conforme a la Palabra de Dios.
El remanente de Judá no solo iba alcanzar salvación en los tiempos
de Habacuc escuchando la Palabra, ellos tenían que ponerla por
obra, por eso Dios dice, el justo será aquel que viva conforme a la fe
de mis Palabras, o sea la revelación Divina que Habacuc llevaría.
Ahora, ya en Cristo, es lo mismo…
No solo basta con decir: “yo creo en Jesucristo como mi Señor y
Salvador”
Eso es el primer paso, Pero ser justos verdaderamente y vivir por la
fe, implica obedecer los mandamientos del Señor, porque es así que
Dios vendrá a tu vida y te amará (Juan 14:21) y es así como tu
podrás alcanzar la anhelada salvación.
“Simón Pedro le contestó: —Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes las
palabras que dan vida eterna.” (Jn. 6:68)
El mismo Señor dijo, Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y
las hace, es un hombre que está sobre la Roca, y encima de la Roca,
nadie podrá derribarlo.
y eso es lo que es vivir y alcanzar vida por la fe en Jesucristo.
Abrasando la Voluntad de Dios

El capítulo 3 de este bello libro, es una pieza hermosa en todo su


esplendor, sobre todo cuando conocemos el contexto Bíblico que
antecede este capítulo. Los que han venido estudiando conmigo este
libro desde el inicio de la serie, sabrán que Habacuc en el capítulo 1
estaba confundido y preocupado por la situación que estaba
presenciando, y toda esa confusión lo llevó a un estado de
cuestionamientos constantes a la voluntad de Dios.
Habacuc se quejó por el silencio de Dios, se quejó por permitir el
mal en Judá, se quejó de la manera de obrar de Dios al querer
destruir ese mal con una nación impía, queja, cuestionamiento,
molestia, duda, confusión en fin, todo eso hizo parte de las primeras
oraciones del profeta.
Pero ahora todo ha cambiado.

Cuando publique el primer post hablando sobre el contexto general


de este libro, les comente que uno de los aspectos a destacar del
libro de Habacuc era el significado del nombre del profeta, el cual es
“Aquel que abraza o cálido abrazo” recuerdo que les mencione que
su nombre jugaría un papel fundamental al final del libro, y la razón
es porque Habacuc en este momento ha decido dejar los
cuestionamientos a un lado y ha abrazado la voluntad que Dios ha
decretado.
“Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, me dejan pasmado.
Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro
tiempo;” (3:2 NVI)
El que tiempo atrás cuestionaba la voluntad de Dios, ahora la anhela.
Habacuc ya había conocido lo que Dios estaba a punto de realizar en
Judá y esto lleno su vida de un temor reverente por lo que el
Todopoderoso iba a realizar. El profeta acaba de ver en la visión
toda la destrucción voraz que iba a llegar a su pueblo producto de
los juicios de Dios, pero no todo era Juicio, el fin de Dios en lo que
haría en Judá en los tiempos de Habacuc no era la destrucción sino
la salvación de su pueblo, es por eso que el profeta Habacuc dice:
“Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos,”
y también dice “En la ira acuérdate de la misericordia.”
Muchas veces vamos a encontrarnos en medio de situaciones muy
complicadas, así como el profeta las estaba viviendo, situaciones
que nos van a superar y nos van agobiar a tal punto en que vamos
incluso a dudar de si la voluntad de Dios es buena, agradable y
perfecta, pero hermanos debemos tener la misma actitud de
Habacuc, no el Habacuc del primer capítulo, sino del Habacuc del
tercer capítulo, un Habacuc que aun medio de su temor por lo que
estaba viviendo y por lo que se venía, decidió abrasar la voluntad de
Dios y pedir que su obra fuera manifestada en medio de los tiempos
de aflicción.
Y esta debe ser nuestra postura frente a momentos complicados de
nuestra vida y rogar misericordias al Señor para que sea Él
sosteniendo y llevando a cabo su propósito en nuestras vida.
Hermanos, Nuestro Señor Jesucristo, así como Habacuc, conocía el
propósito divino que Dios llevaría a cabo, y hasta cierto punto Jesús
en Getsemaní tuvo una actitud como el Habacuc del primer capítulo,
Actitud que lo llevo a decir: “Padre mío, si es posible, pase de mí
esta copa…” (Mat. 26:39) Jesús por un momento no quería que se
llevara a cabo la voluntad de Dios en su vida, pero luego entendió
que su voluntad es perfecta, que su camino es mejor que el nuestro,
que sus decretos son siempre justos y que nada de lo que Dios
decida hacer en nuestra vida conforme a su voluntad, será para
nuestro mal, es por eso que Jesús abraso la voluntad del Señor y
entrego su vida conforme al propósito de Dios, y la recompenso que
tuvo es que hoy está a la diestra del Padre, reinando y gobernando
como Rey de reyes y Señor de señores.
Muchas veces la voluntad de Dios no las vamos a poder entender,
porque nuestra mente finita nunca lograra entender al 100% la mente
infinita de Dios.
Quien entendería, que un joven que fue vendido como esclavo por
sus hermanos, que fue acusado falsamente como un pervertido y
que duro muchos en la cárcel se convertiría por voluntad de Dios en
el segundo hombre más poderosos de Egipto después de Faraón,
Quien podría entender lo que Dios hizo con su siervo Job, quien
podría entender como Dios escogió a un perseguidor y asesinos de
cristianos como Saulo, para que este fuera y predicara su mensaje
por todo el mundo. Ninguno de nosotros si hubiésemos vivido en
esos tiempos jamás hubieses entendido lo que Dios estaba haciendo,
pero ya sabemos que en todos esos casos la voluntad de Dios
prevaleció como la mejor de las opciones.
La voluntad de Dios siempre será mejor, aunque no la podamos
entender al principio, aunque incluso duela un poco, siempre será la
mejor opción, y es por eso que nosotros como hijos de Dios que
confió en su perfecta soberanía y reposamos en su divina
providencia, debemos abrasar con fuerzas su voluntad y rogar para
su propósito sea cumplido y que su misericordia nos sostenga en
todo momento .
El Poder de Dios a Favor nuestro.
Temán eran tierras de Edom y hacían parte de la casa de Esaú (Gn.
33:11) y el monte de Parán está ubicado en una zona desértica al sur
de Canaán (Gn. 14:6) geográficamente les cuento esto porque estos
lugares de algún modo eran “incompatibles” con el pueblo de Dios,
debemos recordar que los descendientes de Esaú estuvieron en
constantes luchas con el pueblo de Israel después del éxodo, y
muchos israelitas sufrieron múltiples aflicciones y muertes en el
desierto Canaán,

Pero de estas tierra que en determinados tiempos Bíblicos trajeron


sufrimientos al pueblo de Dios, el profeta Habacuc en su visión ve la
imponente gloria de Dios y termina diciendo: “Y la tierra se llenó de
su alabanza.” indicando que no importa el lugar, la majestuosa
presencia de Dios se hará presente, porque como dice el salmista:
“Excelso sobre todas las naciones es el Señor;…” (Salmos 113:4)

En la visión que ve el profeta, ve una luz, Pero esta luz no es una luz
bonita o tierna, es una Luz que refleja la Omnipotencia del Dios
airado.
Pablo manifiesta que esta Luz es inaccesible y que ninguno de los
hombres ha visto ni puede ver,..” (1 Tim. 6:16) David por otro lado
menciona que: “De su radiante presencia brotaron nubes, granizos y
carbones encendidos.” (Sal. 18:12)Bildad, en la amigo de Job, habla
de los “¡Brillantes rayos salen de su mano!” Este hombre dice que
Dios hace temblar a los muertos, que oscurece la cara de la luna, que
cuando decreta juicio, tiemblan de miedo los montes, que con su
poder mato al monstruo Rahab y a la serpiente escurridiza (sus
enemigos) y Bildad luego de decir todas estas cosas, dice: “lo que
hemos oído es apenas un murmullo. ¿Quién podrá entender su
trueno poderoso? (Job 26:5-14)
Esa Luz y esos rayos que ve el profeta es la anteceda del poderío de
Dios que se manifestaría en Judá.
Debemos tener la actitud correcta, frente a cualquier situación
complicada que nosotros estemos viviendo, esto se los digo, porque
sabemos que Habacuc en el primer capítulo, su actitud era errada,
cuestionaba mucho a Dios y sus decretos, además de eso se quejaba
constantemente por lo que Dios iba a hacer, y lo dije en post pasado,
esa actitud de Habacuc es la que muchos de nosotros tenemos
cuando vemos que Dios está permitiendo o está obrando en nuestras
vidas de una manera que no nos gusta, pero yo les digo mis
hermanos que esta actitud debemos cambiarla porque cuando
Habacuc cambio el chip, y abrazó la voluntad de Dios, entonces
tuvo el privilegio de presenciar como la gloria de Dios inundaba la
tierra y como sus ojos veían la Poderosa Luz inaccesible.
La gloria y el poder de Dios, la vamos a ver a favor de nosotros,
cuando tengamos una postura correcta ante los designios del Señor,
Les explico esto con el caso del rey de Judá, Amasías (2 Crónicas
Capitulo 25)
Este rey quería derrotar a Edom, entonces para llevar un ejército más
poderoso fue al reinado de Israel y contrato soldados de ahí, a Dios
no les pareció esto y le manda a decir que: “si vas así, si lo haces, y
te esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos;
porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar.” ( 25:8)
A amasias no le agrada mucho eso porque ya había pagado por esos
soldados, pero Dios le dice a través de su mensajero: “Jehová puede
darte mucho más que esto” (25:9)
Amasias hizo caso, pero…
Cuando va a la guerra contra Edom, efectivamente gana, porque
hizo caso a la Palabra de Dios y el poder del Señor obro a su favor,
pero toma dioses de los Edomitas y los lleva a Judá y los adora, se
vuelve un idólatra, Dios envíame nuevamente un mensajero para
reprenderlo y Amasias termina diciéndole: “—¡No necesito de tus
consejos! ¡Cállate o te mueres!” (25:16)
Además de idolatra, por su victoria contra Edom, su corazón se llena
de orgullo y se jacta tanto, hasta el punto de declararle la guerra a
Joás, rey de Israel y como ya el poder de Dios no obraba a favor de
él, obviamente perdió, Judá fue destruida y como este rey se había
apartado del Señor, el mismo pueblo de Judá lo terminó matando
(25:2
La actitud de Amasias frente a los designios de Dios, cambio en dos
ocasiones, en una tuvo una actitud correcta y el poder de Dios obro a
su favor, y en la otra tuvo una actitud errada, y termino muerto.
La gloria de Dios se va a manifestar siempre, porque toda la tierra
está llena de ella (Is. 6:3) Pero la gloria de Dios junto con su Poder,
como lo muestra Habacuc, se manifestara a favor nuestro cuando
optemos por tener la actitud correcta ante los designios del Señor.
Amasias en principio no le agrado un poco lo que Dios había
decretado, pero su actitud fue correcta, ya que decidió aceptar lo que
Dios había manifestado, esto hizo que el poder de Dios obrará a su
favor.
a Habacuc al principio no le gustó mucho lo que Dios le había
mostrado en la visión, pero ahora este hombre ha optado por desear
esa voluntad de Dios, y por eso ha visto su gloria y su poder.
Muchos veces a nosotros no nos va a gustar lo que Dios determine
para nuestra vida, pero si queremos ver la gloria de Dios junto con
su poder, obrando a favor nuestro, entonces optemos por tener una
actitud correcta ante sus designios.
El evangelio tibio, light o suave, ha introducido en la iglesia una
visión de un dios que no es el Dios de la Biblia. Este dios carece de
justicia, ira y celo, en cambio es hecho de puro amor, paciencia y
misericordia, y claro, el Dios de la Biblia tienen todos atributos, pero
también posee la ira, la justicia y el celo, por lo tanto el verdadero
evangelio hablara del Dios de amor, pero también de Dios airado,
porque el Dios que ve Habacuc en su visión, ese que La pestilencia
marcha delante de él; la plaga lo sigue de cerca. Cuando él se
detiene, la tierra se estremece. Cuando mira, las naciones tiemblan.
Él derrumba las montañas perpetuas y arrasa las antiguas colinas.
¡Él es el Eterno! 3:5-6) y este Dios eterno y airado que ve Habacuc,
es el mismo Dios amoroso de Juan 3:16.
Dios es el mismo en los tiempos de Habacuc, en nuestros tiempos y
por lo siglos de los siglos será el mismo, ya que en Él no hay sombra
de variación.
Y esto que Habacuc ve, es algo bueno en pro a su evangelismo, ¿Por
qué? Porque lo que Dios le está le está mostrando es lo que ya hizo
en el pasado con el pueblo de Israel cuando estaba en desobediencia,
como actualmente se encuentra Judá. “El Señor hará que la peste se
te pegue hasta que te haya consumido de sobre la tierra adónde vas a
entrar para poseerla. Te herirá el Señor de tisis, de fiebre, de
inflamación y de gran ardor, con la espada, con pestes y plagas; y te
perseguirán hasta que perezcas.” (Dt. 28:21-22) esta era la
advertencia y en número vemos como tal advertencia se cumplió.
“Los heriré con pestilencia y los desalojaré, y a ti te haré una nación
más grande y poderosa que ellos».” (Nm. 14:12) Ahora, la
mortandad que hubo en Israel en los tiempos de Moisés, en la misma
que hubo en los tiempos de Habacuc, pero esta mortandad caerá
sobre los enemigos de Dios
Toda la ira de Dios que cayó sobre Judá, reposó sobre los hijos de
desobediencia, porque como dice la Palabra: “Pues la ira de Dios
vendrá sobre los hijos de desobediencia” (Col. 3:6) pero sobre su
pueblo, aun en medio de tanta destrucción y dolor que traería el
Señor sobre sus enemigos, su pueblo seria guardado, porque el Dios
justo y airado que castigaría sin compasión a sus enemigos, también
es el Dios amoroso y bondadoso que guardaría a su nación de su ira.
“Y por Tu misericordia, acaba con mis enemigos, Y destruye a todos
los que afligen mi alma; Pues yo soy Tu siervo.” (Salm. 143:12) El
que es siervo del Señor, vive para el Señor y a estos los librará de la
ira venidera (1 Tes. 1:10)
Habacuc hace lo que todos nosotros debemos hacer en nuestra labor
evangelística, y es mostrar al Dios de la Biblia, no a un dios
amputado, al cual se les remueven piezas de sus atributos, para que
este sea más fácil de aceptar, NO! debemos mostrar al Dios que es,
al Dios Bíblico, ese que ve Habacuc el cual lo describe como aquel
que derrama misericordia sobre los que lo obedecen y le aman, pero
destruye sin compasión a lo que blasfeman contra su Santo Nombre.
“Saliste a rescatar a tu pueblo elegido, a salvar a tus ungidos.
Aplastaste las cabezas de los perversos y descarnaste sus huesos de
pies a cabeza.” (5:13 NTV)
Dios es amor, misericordia y perdón, pero esos atributos tú los
recibirás si estás del lado correcto.
Dios en el juicio que arrojaría sobre Judá protegiera a su pueblo a su
remanente, remanente que se caracterizaría por la obediencia a la
Palabra de Dios, a estos, que claramente estarían del lado correcto el
Señor los colmaría de amor, misericordia y perdón, pero si estás del
lado incorrecto, recibirás lo que Habacuc vio en su visión, el cual es
el furor de Dios en todo su esplendor.

Dios es un Dios justo y santo, que merece todo nuestro temor y


reverencia, porque Él es grande y poderoso y es por su misericordia
que hoy no hemos sido consumido, así que, procuremos por estar del
lado correcto, porque si no es así, el Dios airado, dejara caer el cetro
de su justicia sobre nosotros y ahí si nos daremos cuenta (ya tarde)
que Dios no es un osito de felpa
pies de Ciervas
Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios;
Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; Si bien
estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que
lo invadirá con sus tropas. (3:16)
Hoy damos fin a los estudios de este libro, y como se los dije en el
primer post de esta serie, Habacuc es un libro que nos enseña, que
no importa las circunstancias adversas que veamos y vivamos,
debemos confiar en Dios, y eso lo que Habacuc refleja al final de su
visión.
Habacuc queda totalmente atónito al ver lo que venía para Judá y
eso lo vemos reflejado en las expresiones que usa para describir
cómo se siente. Pero a pesar de esta enorme perplejidad que el
profeta siente, usa una frase que en muchas partes de la Biblia
demuestra confianza absoluta en Dios. "Estaré quieto."
Habacuc ya ha visto lo que pasará y a pesar de que lo va a suceder es
algo espantoso, él sabe que Dios obrará con justicia y que él y el
remanente serán protegidos y por eso estará quieto, porque confiará
en su guardador
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque
falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y
las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los
corrales; (3:17)
Decir: “Yo confío en Dios” es fácil, lo difícil es demostrar que
verdaderamente confiamos en Dios cuando lleguen duras pruebas,
pruebas que pondrán a prueba la veracidad de nuestra confianza en
Dios.
El Verso 17 muestra un panorama casi apocalíptico en la época del
Antiguo Testamento, prácticamente después de la invasión, las
Tierras de Judá quedarían inservibles y es aquí donde el profeta opta
por decir unas Palabras maravilloso que reflejan la confianza
enorme que tiene Habacuc en Dios "¡aun así me alegraré en el
SEÑOR! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!"(3:18) la confianza
en Dios trae alegría aun en medio de destrucción, desolación y
ruinas. "Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; Y se
gloriarán todos los rectos de corazón." Sal 64:10:
Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de
ciervas, Y en mis alturas me hace andar. (3:19)

La Palabra cierva que el profeta usa aquí, viene del Hebreo ayalá,
que en definición es cierva, pero también significa cabra. No sé si
ustedes han visto en documentales de NATGEO o en videos de
YouTube, como hay cabras que escalan literalmente una montañas
empinadas que ni el escalador más profesional del mundo podría
hacerlo, pero esto sucede porque el casco de las cabras se adapta a
esos terrenos y les brindan agarre y seguridad, y por eso que el
profeta dice que Dios le hará sus pies como estos animales y lo hará
andar en las alturas, porque le brindará esa misma seguridad y no
caerá. Aunque toda Judá sea destruida como lo referencia en el verso
17, el pueblo escogido de Dios, ese remanente que le prometió
seguridad y salvación (2:4) será librado de todo mal.

Cuando el profeta ve como sus pies adquieren un agarre como el de


las siervas o cabras, algo en él provoca algo que solo Dios puede
traer a cualquier hombre y es, paz en medio de los tiempos difíciles,
Estos pies como de siervas le son dados a aquellos que ponen su
absoluta confianza en aquel que ha dicho: “No temas, porque yo
estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia.” (Is. 41:10) ¿Quieres pies como de siervas? empieza a poner
tu confianza en el Señor, regocíjate así como Habacuc se regocijaba
en el Dios de su salvación.
“aunque bramen y se agiten sus aguas, aunque tiemblen los montes
con creciente enojo […] El Señor de los ejércitos está con nosotros;
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.” (Salmos 46:3;11
El apóstol Pablo fue de los hombres al cual Dios lo dotó con pies de
ciervas. Este hombre sí que vivió en carne propia los que fueron
tiempos difíciles, Pablo sufrió humillaciones, escarnecimientos, fue
golpeado en muchas ocasiones y hasta estuvo a punto de morir por
causa de Cristo (Hch. 14:19) Todo el ministerio del Apóstol aquí en
la tierra sufrió de la persecución y el dolor, pero este hombre en vez
de agobiarse decía “Por eso me complazco en las debilidades, en
insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a
Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2 Corintios
12:10) Ningún hombre natural, en su sano juicio podría afirmar tal
cosa, como que me voy a alegrar cuando estoy sufriendo, porque me
complazco cuando me están queriendo matar, porque soy feliz si
físicamente estoy sufriendo. Pero todo esto era posible, porque
Pablo tenía pies de cierva.

Ya anciano y estropeado por la vida dura que le toco vivir por causa
de Cristo, Pablo ahora es encerrado en una cárcel, cárcel que si usted
ve un documental de cómo eran las cárceles del imperio romano en
el primer siglo, se dará cuenta de que eran horribles para quienes
estuvieran allí condenado. Pero en este horrible panorama que el
apóstol Pablo está viviendo, escribe una de las cartas más hermosas
y que es conocida como la Epístola de la alegría. ¿Cómo alguien en
su sano juicio puede escribir una carta llena de gozo estando en un
lugar tan inhumano como lo era una cárcel romana? Pero de esto
también se trata la locura del Evangelio, porque cuando alguien
confía plenamente en el Dios de su salvación, se gozará aun medio
de los tiempos difíciles como Habacuc, y se gozara aun en medio
sus propias penurias, como el Apóstol Pablo.
El creyente con pies de Cierva, es un creyente que tiene el gozo de
Habacuc y la confianza plena en Dios que tenía el apóstol Pablo, y
eso se va a ver reflejado en la actitud que tenga cuando enfrente
cualquier Adversidad,
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme,
cualquiera que sea mi situación.” (Filipenses 4:11)
El contentamiento de Pablo y el gozo de Habacuc no dependían de
sus situaciones, porque si así fuera, el uno estaba viendo como la
Hambruna se iba a apoderar de su pueblo y el otro, se estaba
pudriendo en una horrible cárcel. Eran situaciones complicadas que
por ningún lado iban a reflejar alegría, sino todo lo contrario,
desolación, preocupación, tristeza, pero estos no se aferraban a lo
que veían, sino que sus pies se aferraban a la Roca,

Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! Tú


eres mi fuerza y mi escudo, mi poderosa salvación, mi alto
refugio. ¡En ti confío!

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