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FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

EL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN EL DERECHO


PERUANO Y EN EL DERECHO COMPARADO

ASIGNATURA: DERECHO COMERCIAL II (DERECHO


CAMBIARIO)
INTEGRANTES GRUPO VII:
1. ALANIA VENTURA RANULFO
2. BRONCANO MACEDO MILI
3. CABRERA LONASCO ROMULO
4. PINEDA TARAZONA XIOMARA
5. QUIÑONES HUAYCHA ROSA MARÍA FÁTIMA
6. SALAZAR MORALES ABRAHAM
7. SEVILLANO ASENCIO MAGALY
8. VARGAS LLIUYA SONY ALAN
2022
Contenido
INTRODUCCIÓN .....................................................................................................................3
1. CONCEPTO DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO .....................................................5
2. LOS ALMACENES GENERALES DE DEPÓSITO Y SU REGULACIÓN.................6
3. MERCADERÍA SUJETA A ALMACENAJE Y SUS REQUISITOS: ..........................8
4. RESPONSABILIDAD DEL ALMACÉN (ART. 229) ...................................................10
5. EL ALMACÉN DE CAMPO Y OTROS TIPOS DE ALMACENES: .........................11
7. DERECHO E INSPECCIÓN DE MERCADERÍAS: ....................................................18
8. FORMA DE TRANSMISIÓN DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO. ......................19
10. Liberación de mercaderías (Artículo 237).......................................................................20
11. Ejecución sin protesto (Artículo 238) .............................................................................20
12. VENTA DE MERCADERÍAS POR EL ALMACÉN: ..............................................20
13. EL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN EL DERECHO COMPARADO.............22
14. CARACTERÍSTICAS DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN ESTADOS
UNIDOS ....................................................................................................................................24
16. El certificado de depósito en Francia Urquiaga ..............................................................28
17. El certificado de depósito en Italia Urquiaga ..................................................................28
18. EL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN MÉXICO .................................................29
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................................33

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INTRODUCCIÓN

En presente trabajo vamos a dar a entender, desde una mirada específica y

normativa, el funcionamiento, tratamiento, el conocimiento y las características de dos

títulos valores en todo esto para entender mejor utilizados para representar los derechos

reales sobre las mercaderías depositadas en los almacenes generales de depósito: el

certificado de depósito y el warrant.

Hablar del CD y del warrant nos lleva a indagar previamente los almacenes

generales de depósito, porque estos son los que dan dichos títulos valores, regulados en

la Ley 27287, de Títulos Valores. En nuestro país, los almacenes generales de depósito

se regulan específicamente en el Reglamento de los Almacenes Generales de Depósito,

aprobado por la Resolución SBS 040-2002 y normas complementarias. Sin embargo, sus

antecedentes normativos se encuentran en nuestro cuasi derogado Código de Comercio

de 1902 (artículos del 197 al 202) y en la Ley 2763, “Ley de almacenes generales

destinados al depósito y conservación de mercaderías y productos nacionales e

importados”, norma de 1918 que posteriormente fue derogada por la primera disposición

derogatoria de la vigente Ley de Títulos Valores (Fonseca Ramos, 2019).

Los almacenes generales de depósito las siguientes operaciones: (a) el depósito,

conservación y custodia de los frutos y mercaderías que se les encomienden; y (b) la

emisión de sus resguardos nominativos o al portador Según el código de comercio de

1902. Por su parte, la derogada Ley 2763, sobre almacenes generales de depósito,

indicaba que el Poder Ejecutivo autorizaba a sociedades anónimas para establecer

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almacenes generales de depósito y conservación de mercaderías y productos nacionales e

importados.

Cuentan que el almacén general fue practicado de muchos años atrás en diferentes

culturas. Nuestra cultura tampoco fue la excepción a estas prácticas. Específicamente en

tiempos del Tahuantinsuyo, los chasquis que recorrían la ruta del Qhapaq Ñan donde

habían muchos almacenes en distintos lugares llamados tambos done se guardaban

alimentos de la temporada. Durante la época de la Edad Media, en los centros marítimas

europeas, sobretodo, en Róterdam, Utrecht, Ámsterdam y Liverpool, los almacenes eran

necesarios y se utilizaban para fines 61 El certificado de depósito y el warrant en los

almacenes generales de depósito Ius et Praxis. En diciembre 2021 los aduaneros,

comerciales y crediticios. Es exactamente resalta en Inglaterra, con los warehouses o

docks, donde nace el warrant, un archivo que en aquellos tiempos se usaban como

certificado para indicar la propiedad de las mercancías almacenadas en los almacenes.

Es para Beaumont Callirgos y Castellares Aguilar (2000), en los inicios del depósitos

de mercaderías que solicitaban títulos o comprobantes que tenían valides para cambiar

en propiedad los bienes o para acceder a créditos con la garantía del bien depositado todo

esto fue muy notorio en Venecia con el “préstamo lombardo” y después se practica en

Francia con la Ordenanza de Colbert con todo eso dándonos a entender la el certificado

del depósito y su evolución que se da de generación en generación.

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1. CONCEPTO DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO

Es un título valor que representa o incorpora la mercancía depositada y sirve de

instrumento para su enajenación. Así en las transacciones comerciales no se requiere

la transacción (entrega) de los bienes, sino la simple transacción documental (regulada

por el artículo 903 del código civil).

Es un título negociable en bolsa de productos. También el certificado de depósito

es un documento que garantiza la existencia de mercancías depositadas en un almacén

de depósito. El certificado de depósito es entregado al depositante cuando este lo

solicita y paga su valor, por el almacén de depósito. Según lo establecido en el código

de comercio, los certificados de depósito reúnen los derechos del depositante sobre la

cosa depositada y sirven como instrumentos de venta, transfiriendo los derechos del

depositante al adquirente, como por ejemplo la propiedad de las cosas dadas en

depósito.

Es prestar servicios de almacenamiento, guarda y custodia de bienes, así como

servicios complementarios vinculados a este objeto social, con emisión de títulos

valores en representación del derecho de propiedad y del derecho de garantía

prendaria sobre dichos bienes almacenados. (p. 622)

El certificado de depósito es un título valor, que según el inciso segundo del

artículo 757 del código de comercio incorpora el siguiente derecho: Los certificados

de depósito incorporan los derechos del depositante sobre las mercaderías depositadas

y están destinados a servir como instrumento de enajenación, transfiriendo a su

adquirente los mencionados derechos.

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2. LOS ALMACENES GENERALES DE DEPÓSITO Y SU REGULACIÓN

Conforme al artículo 2 del Reglamento de los Almacenes Generales de Depósito, aprobado

por la Resolución SBS 040-2002, los almacenes generales de depósito se constituyen como

sociedades anónimas y su objeto principal es el desarrollo de la actividad de almacenamiento de

bienes, estando autorizados a realizar las operaciones y servicios señalados en el artículo 8 de

dicho Reglamento. Entre estos servicios, la citada norma señala los siguientes: (a) recibir bienes

en almacenamiento; (b) emitir certificados de depósito y warrants; (c) establecerse y operar como

almacén aduanero; (d) inspección de prendas agrícolas o industriales; (e) inventario de bienes; (f)

servicio de pesaje; (g) transporte o distribución de bienes por cuenta de clientes; (h) manipuleo

de carga; e (i) otros servicios vinculados a la actividad de almacenamiento.

Para Hundskopf Exebio (2000), el almacén general de depósito es “el local administrado

por una sociedad anónima constituida especialmente para tal efecto, en donde permanecen

custodiadas las mercaderías del depositante, encontrándose sometido a la vigilancia de la

Superintendencia de Banca y Seguros” (p. 209). De acuerdo con Beaumont Callirgos y Castellares

Aguilar (2000), los almacenes generales de depósito se forman por […] la constitución de

sociedades anónimas cuyo objeto es prestar servicios de almacenamiento, guarda y custodia de

bienes, así como servicios complementarios vinculados a este objeto social, con emisión de títulos

valores en representación del derecho de propiedad y del derecho de garantía prendaria sobre

dichos bienesalmacenados. (p. 622)

Montoya Manfredi (2001), citando a Carvalho de Mendonça, señala que los almacenes

generales de depósito son establecimientos destinados a recibir, para guardar y conservar, las

mercaderías o productos que sus propietarios quieran o no vender de momento. En esta línea,

Montoya Manfredi (2001) afirma: Los certificados de depósito y warrants son expedidos única y

exclusivamente por almacenes generales de depósito, empresas que tienen que organizarse bajo

la forma societaria de una sociedad anónima y se encuentran sometidas a la supervisión de la

Superintendencia de Banca y Seguros. Su objeto social es dedicarse al almacenaje y conservación

de mercaderías previamente depositadas, facilitando de esta manera las transacciones comerciales

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en las que el adquiriente ya no requiere de la tradición física de las mercaderías […]. (pp. 803-

804)

Por su parte, Beaumont Callirgos y Castellares Aguilar (2000) explican que la razón por

la que la Superintendencia de Banca y Seguros controla y supervisa a los almacenes generales de

depósito es precisamente porque esta misma entidad es la que autoriza su constitución y

funcionamiento, ya que, para su existencia, es necesario un capital social mínimo sujeto a reajuste

trimestral. Además, los referidos autores agregan que los almacenes generales de depósito “son

empresas de servicios complementarios y conexos a la actividad de intermediación financiera y

de banca múltiple […]” (pp. 622-623). En lo que respecta a la Ley 27287, Ley de Títulos Valores,

la definición de los almacenes generales de depósito no es expresa. El artículo 224 de la

comentada ley solo refiere que las sociedades anónimas constituidas como almacén general de

depósito están facultadas para emitir el certificado de depósito y el warrant a la orden del

depositante, contra el recibo de mercaderías y productos en depósito.

De lo comentado, podemos decir, entonces, que los almacenes generales de depósito son

empresas supervisadas por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), constituidas bajo

la modalidad de sociedades anónimas y cuyo giro de negocio es el de almacenar, custodiar y

conservar las mercaderías o bienes depositados en ellas. A su vez, son las únicas y exclusivas

empresas autorizadas a emitir certificados de depósito y warrants.

Los antecedentes normativos del almacén general de depósito, como anteriormente

señalamos, datan del Código de Comercio de 1902 y, posteriormente, de la derogada Ley 2763,

promulgada el 27 de junio de 1918. El título X del viejo Código de Comercio aún regula del

artículo 197 al 202 a las compañías de almacenes generales de depósito La Resolución SBS 040-

2002 refiere que la Ley 26702, Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y

Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros, y sus modificatorias establecen que los

almacenes generales de depósito se rigen por sus leyes propias y se encuentran bajo la autoridad

y control de la Superintendencia de Banca y Seguros. Por su parte, la Ley 27287, Ley de Títulos

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Valores, regula en la sección sexta del libro segundo (parte especial de los títulos valores), entre

los artículos 224 al 239, el certificado de depósito y el warrant como títulos valores.

El certificado de depósito y el warrant en los almacenes generales de depósito emitidos por

los almacenes generales de depósito contra el recibo de mercaderías y productos en depósito. Si

bien existe una serie de normas que regulan los almacenes generales de depósito, su reglamento,

aprobado por la Resolución SBS 040-2002, es, en principio, la normativa directamente aplicable,

dado su alcance y lineamientos que van desde los aspectos generales de dichos almacenes hasta

su responsabilidad.

3. MERCADERÍA SUJETA A ALMACENAJE Y SUS REQUISITOS:

El artículo 227 de la Ley de Títulos Valores estipula que para la emisión de los

certificados de depósito y warrants las mercaderías deben tener cierto valor mínimo.

Sobre el particular, el referido artículo indica que los certificados de depósito y warrants

solo se emitirán cuando el valor de las mercaderías a depositar no sea inferior a cinco

unidades impositivas tributarias (UIT), lo que a la fecha (2021) es equivalente a una suma

no menor de 22 000 soles, si se considera que en el ejercicio fiscal 2021 la UIT se ha

fijado en 4400 soles. El mismo artículo prescribe también que el valor de la mercadería

debe consignarse en el título. Montoya Manfredi (2001) afirma que, de omitirse este

requisito, el título (certificado de depósito o warrant) no surtirá efectos cambiarios (p.

816).

En línea con el párrafo anterior, el citado artículo señala en su inciso 2 que el almacén

general de depósito y el tenedor de cualquiera de los títulos que solicite sus

desdoblamientos o la división por lotes de las mercaderías que sean pasibles de ello deben

observar lo señalado en el inciso 1 (respecto al valor de las mercaderías).

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En el artículo 228 de la Ley de Títulos Valores, se indica que el almacén general

de depósito, con la única excepción señalada en el literal k) del artículo 224 de la misma

ley, no podrá emitir certificado de depósito ni warrant por mercaderías sujetas a

gravámenes o medidas cautelares que le hubieren sido notificadas previamente. El

referido artículo, en su segundo inciso, establece que, bajo responsabilidad del

depositante, no se podrá solicitar la emisión de certificado de depósito ni de warrant por

mercaderías que estén sujetas a registro público especial y/o a gravamen con entrega

jurídica.

Al respecto, Beaumont Callirgos y Castellares Aguilar (2000) explican: Las

mercaderías depositadas, en cuya representación se emiten estos títulos valores, deben

tener plena autonomía y vincularse exclusivamente con el valor que los representa […]

quedando los bienes sujetos exclusivamente a las cargas que legalmente es posible que

soporten […]. (p. 631). En ese sentido, la norma es clara en señalar que la mercadería no

sujeta a almacenamiento, es decir, la que no es posible depositar en el almacén, es aquella

sujeta a gravámenes o medidas cautelares notificadas previamente, siendo esta

responsabilidad la del almacén mismo. Por otro lado, tampoco se podrán emitir los títulos

por mercaderías sujetas a registro público especial y/o a gravamen con entrega jurídica,

siendo esto de responsabilidad del depositante. No obstante, la norma también nos da una

salvedad, precisamente la estipulada en el literal k) del artículo 224 de la Ley de Títulos

Valores, el cual establece: La indicación de estar o no las mercaderías afectas a derechos

de aduana, tributos u otras cargas en favor del Fisco; en cuyo caso se agregará en el título

la cláusula “Aduanero” inmediatamente después de su denominación y en tal caso le será

de aplicación además la legislación de la materia.

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4. RESPONSABILIDAD DEL ALMACÉN (ART. 229)

Según Artículo 229.- Esta responsabilidad del almacén general de depósito se limita

al valor que tengan las mercaderías según lo señalado en el título. El almacén general de

depósito entregará las mercaderías depositadas, a la presentación de ambos títulos; salvo

que se haya limitado a emitir sólo el Certificado de Depósito o sólo el Warrant; lo que

deberá constar expresamente y en forma destacada en el único título emitido con las

cláusulas: “Certificado de Depósito sin Warrant Emitido” o “Warrant sin Certificado de

Depósito Emitido”. El almacén general de depósito es responsable por los daños sufridos

por las mercaderías desde su recepción hasta su devolución, a menos que pruebe que el

daño ha sido causado por fuerza mayor, o por la naturaleza misma de las mercaderías o

por defecto del embalaje, no apreciable exteriormente, o por culpa del depositante o

dependientes de este último.

Esta responsabilidad del almacén general de depósito se limita al valor que tengan las

mercaderías según lo señalado en el título . Está prohibido que el almacén general de

depósito realice operaciones de compra venta de mercaderías o productos de la misma

naturaleza que aquellos que recibe en calidad de depósito, salvo que lo haga por cuenta

de sus depositantes; así como queda prohibido que conceda créditos con garantía de las

mercaderías recibidas en depósito.

Cuáles son las responsabilidades de un almacén:

Recepción e identificación de materiales. Supervisión y gobierno del almacenamiento

y reposición de materiales. Controlar la preparación de los pedidos. Evaluación de las

rutas para una optimización de los recorridos

Cuál es la misión de un almacén:

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Ofrecer un servicio eficiente de almacenamiento, custodia y conservación de todo

tipo de mercaderías buscando satisfacer las necesidades de nuestros clientes, generando

a la vez bienestar para nuestros empleados y retribución a los accionistas

Cómo se debe trabajar en un almacén:

El objetivo es mantener los productos organizados y facilitar su localización,

empaquetado, preparación para el envío y carga. Los almacenes están diseñados para

evitar atascos, facilitar las tareas de mantenimiento y permitir flujos de trabajo rápidos.

Qué es un responsable de almacén

El jefe de almacén es la persona encargada de supervisar todo lo que ocurre en un

almacén. Su misión es planificar, dirigir y coordinar las actividades de abastecimiento,

reposición, almacenamiento y distribución de los materiales y productos de la compañía

5. EL ALMACÉN DE CAMPO Y OTROS TIPOS DE ALMACENES:

En el presente artículo se analiza la importancia de los almacenes generales de

depósito y la emisión a su cargo de dos títulos valores, reconocidos como tales en la actual

Ley de Títulos Valores: el certificado de depósito y el warrant. Asimismo, se da a conocer

su utilidad, así como su trascendencia y características dentro del derecho cambiario.

Hemos decidido abordar el tratamiento de estos dos títulos valores con el fin de contribuir

a su estudio y mayor difusión, bajo los lineamientos de la normativa vigente.

Ahora bien, además del almacén de campo, el artículo 3 del Reglamento de los

Almacenes Generales de Depósito define otras clases de almacenes: • Almacén principal:

es el almacén mismo y de propiedad del almacén general de depósito. Es un órgano social

y, como tal, se realizan en él todas las actividades, servicios y operaciones propios del

objeto social y giro de negocio del almacén general de depósito. Como almacén principal,

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cuenta con la implementación e infraestructura adecuada para el almacenamiento de

bienes y mercadería. • Almacén de campo múltiple: es un almacén de campo constituido

por un almacén general de depósito en locales utilizados por diversos depositantes. Se

destina al almacenamiento financiero de productos. A diferencia de otros almacenes, aquí

la mercadería se ubica en lotes separados por cada depositante, indicándose en la sección

de “modalidad de depósito” del título respectivo la referencia “almacén de campo

múltiple”. Se sujeta a las normas generales del almacén de campo.

En palabras de Hundskopf Exebio (2000), este tipo de almacén es el local de

propiedad de terceros ajenos al depositante, instalado en plantas de procesamiento de

productos agrícolas, algodón, café y hasta minerales, inclusive. • Almacén de campo

múltiple compartido: está constituido por más de un almacén general de depósito en

locales utilizados por diversos depositantes, destinado al almacenamiento financiero de

sus productos. Se sujeta también a las normas generales de los almacenes de campo y

debe indicarse su modalidad en los títulos.

Clasificación de los almacenes respecto a su función en la organización de la

empresa Se denominan almacenes de servicio, a aquellos almacenes que están en la

misma de las instalaciones en las que se van a realizar las transformaciones de dichos

materiales, es decir, que los materiales que almacenan, son las materias primas con las

que se realiza el producto final.

Los almacenes generales de depósito tienen por función el almacenamiento,

guarda o conservación, manejo, control, distribución o comercialización de bienes y

mercancías bajo custodia o que se encuentren en tránsito, amparados por certificados de

depósito y el otorgamiento de financiamiento con garantía de los mismos.

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En los almacenes generales de depósito, se pueden transformar, reparar los

materiales allí depositados, sin que varíe la naturaleza de dichos materiales.

Los almacenes generales podrán expedir certificados de depósito y bonos de

prenda, sobre mercancías en tránsito, siempre que ellos mismos tengan el carácter de

destinatarios. En este caso, se anotarán en los títulos los nombres del transportador y los

lugares de cargue y descargue. Así mismo las mercancías deberán asegurarse contra los

riesgos del transporte. El almacén no responderá de las mermas ocasionadas por el

transporte.

El almacén general podrá ejercer los derechos de retención y privilegio

únicamente para hacerse pagar los derechos de almacenaje, las comisiones y gastos de

venta. Si las mercancías depositadas corren el riesgo de deterioro o de causar daños a

otros efec-tos depositados, el almacén general deberá notificarlo al depositante y a los

tenedores del certificado de depósito y del bono de prenda. Si fuere posible, para que sean

retiradas del almacén dentro de un término prudencial, y en caso de que el retiro no se

verifique dentro del término fijado, podrá venderlas en pública subasta, en el mismo

almacén o en un martillo.

Cuántos tipos de almacén hay en este artículo exponemos un resumen de los

distintos tipos según su funcionalidad: almacén de aprovisionamiento o de producción,

de picking, de consolidación, de distribución y de tránsito, ¿Cuál es la importancia de un

almacén?: El almacén es una de las partes más importantes de la logística de un negocio.

Nuestros almacenes están destinados a guardar las mercancías de negocios; además, es

un centro de maquila y transformación de producto

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6. TÍTULOS VALORES QUE EMITEN LOS ALMACENES:

Según hemos dicho, entre los diversos títulos valores que regula la actual Ley de

Títulos Valores, Ley 27287, vigente desde el 17 de octubre del 2000, se encuentran el

certificado de depósito y el warrant, ambos títulos valores a la orden, que son reconocidos

como tales en dicha ley entre los artículos 224 y 229, como ya se mencionado. Esto no se

dio en la derogada Ley 16587, a pesar de que tuvo una vigencia de más de treinta y dos

años, desde el 8 de enero de 1968 hasta el 16 de octubre del 2000, y que fue una buena

ley, pues reguló de manera adecuada y segura muchos actos, contratos u operaciones en

los que se utilizaban títulos valores. Sin embargo, la Ley 16587 solo incorporó en sus

normas títulos valores como la letra de cambio, el pagaré, el vale a la orden y el cheque,

incluyendo cheques especiales; pero su artículo 208 dejó abierta la posibilidad a otros

títulos valores que por ley posterior se sometieran a sus disposiciones. La actual Ley de

Títulos Valores, Ley 27287, con algunas modificaciones convenientes y con excepción

del vale a la orden que fue derogado, regula también la letra de cambio, el pagaré y el

cheque, incluyendo cheques especiales ya tratados en la Ley 16587 y otros que han

resultado novedosos e importantes; habiendo incluido con acierto, entre otros varios

títulos valores, el certificado de depósito y el warrant.

El Código de Comercio de 1902, antes citado, hace referencia a las Compañías de

Almacenes Generales de Depósito y a la emisión de resguardos de frutos y mercaderías,

que podían ser nominativos o al portador, sin hacer alusión aún al certificado de depósito

y al warrant como títulos valores. Es recién con la Ley 2763, “Ley de almacenes generales

destinados al depósito y conservación de mercaderías y productos nacionales e

importados”, antes comentada, que se regula por primera vez en el Perú el certificado de

depósito y el warrant, cuya naturaleza como títulos valores —aun cuando no fueron

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reconocidos en la citada Ley 16587, promulgada posteriormente, el 8 de enero de 1968—

se puso en evidencia a través de su circulación mediante endoso, como lo establece

también la actual Ley de Títulos Valores. Dicha Ley 2763, pese a ser una ley antigua,

reguló con acierto ambos documentos, cuya expedición estaba a cargo de la

administración del almacén, y rigió por varias décadas hasta la entrada en vigencia de la

Ley de Títulos Valores actual, esto es, el 17 de octubre del 2000, cuya primera disposición

derogatoria, como hemos mencionado, la derogó.

La Ley de Títulos Valores vigente, al regular el certificado de depósito y el

warrant, establece que ambos títulos son expedidos por almacenes generales de depósito,

según lo antes mencionado, y se emiten a la orden del depositante, contra el recibo de

mercaderías y productos en depósito; ambos deben contener los requisitos legales

esenciales establecidos en su artículo 224, que creemos pertinente transcribir a

continuación:

a) La denominación del respectivo título y número que le corresponde tanto al

Certificado de Depósito como al Warrant correspondiente, en caso de emitirse

ambos títulos.

b) El lugar y fecha de emisión.

c) El nombre, el número del documento oficial de identidad y domicilio del

depositante.

d) El nombre y domicilio del almacén general de depósito.

e) La clase y especie de las mercaderías depositadas, señalando su cantidad, peso,

calidad y estado de conservación, marca de los bultos y toda otra indicación que

sirva para identificarlas, indicando, de ser el caso, si se tratan de bienes perecibles.

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f) La indicación del valor patrimonial de las mercaderías y el criterio utilizado en

dicha valorización.

g) Modalidad del depósito con indicación del lugar donde se encuentren los bienes

depositados, pudiendo encontrarse en sus propios almacenes o en el de terceros,

inclusive en locales de propiedad del propio depositante.

h) El monto del seguro que debe ser contratado por lo menos contra incendio,

señalando la denominación y domicilio del asegurador. El almacén general de

depósito podrá determinar los demás riesgos a ser cubiertos por el seguro, en cuyo

caso estos serán señalados en el mismo título.

i) El plazo por el cual se constituye el depósito, que no excederá de un año. En caso

de bienes perecibles, no excederá de noventa (90) días, salvo que la naturaleza del

bien y el almacén general de depósito lo permitan.

j) El monto pendiente de pago por almacenaje, conservación y operaciones anexas

la indicación de estar pagado.

k) La indicación de estar o no las mercaderías afectas a derechos de aduana, tributos

u otras cargas en favor del Fisco; en cuyo caso se agregará en el título la cláusula

“Aduanero” inmediatamente después de su denominación y en tal caso le será de

aplicación además la legislación de la materia; y

l) La firma del representante legal del almacén general de depósito.

El certificado de depósito y el warrant, como títulos valores legalmente reconocidos

por la Ley de Títulos Valores vigente, son instrumentos esenciales y dinámicos que

permiten a las empresas depositantes obtener financiamiento de terceros con el respaldo

de las mercaderías o productos depositados en un almacén general de depósito. De otro

modo y mientras dure el almacenaje o depósito, dichas mercaderías o bienes serían

improductivos.
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Para la emisión del certificado de depósito y del warrant, la actual Ley de Títulos

Valores exige formularios oficiales aprobados por la Superintendencia de Banca, Seguros

y AFP, que deberán llevar numeración correlativa y serán expedidos de la matrícula o

libros talonarios que conservará el almacén general de depósito, consignando en cada

título los requisitos formales señalados en su citado artículo 224.

Asimismo, tal y como hemos ya mencionado, no podrán emitirse el certificado de

depósito ni el warrant, bajo responsabilidad del almacén general de depósito, por

mercaderías que estén sujetas a gravámenes o medidas cautelares que hubieren sido

notificadas previamente. Esta disposición contenida en el artículo 228 de la Ley de Títulos

Valores es importante porque se busca que los créditos que se garanticen a través del

warrant con la mercadería depositada en el almacén estén asegurados con una primera y

preferente prenda o garantía mobiliaria que se genere con el primer endoso de dicho

warrant en favor del endosatario que otorga el financiamiento. Esta misma regla aplica,

bajo responsabilidad del depositante, como también hemos mencionado, para solicitar el

certificado de depósito o warrant por mercaderías que estén sujetas a registro

público especial y/o gravamen con entrega jurídica; de ser este el caso, tampoco podrán

ser emitidos.

La única salvedad con relación a lo expuesto en el párrafo precedente es que la

mercadería estuviera afecta a derechos aduaneros, tributos u otras cargas en favor del

fisco; en cuyo caso se deberá consignar en el certificado de depósito o en el warrant,

según corresponda, la cláusula “Aduanero”, como hemos explicado anteriormente.

Es importante señalar que el almacenaje de la mercadería en un almacén general

de depósito supone la existencia de un contrato de depósito, cuyo plazo no excederá de

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un año. Tratándose de bienes perecibles, el plazo no deberá exceder de noventa días, salvo

que la naturaleza de los bienes y el almacén general de depósito lo permitan.

El almacén general de depósito entregará, como está dicho, la mercadería

depositada al momento en que se presenten ambos títulos. En caso de que se hubiera

emitido solo uno de ellos, es decir, solo el certificado de depósito o solo el warrant, deberá

constar expresamente en el único título emitido con las cláusulas “Certificado de depósito

sin warrant emitido” o “Warrant sin certificado de depósito emitido”. En tales casos, si

luego el depositante requiriera de ambos títulos valores, este deberá entregar al almacén

general de depósito el único título emitido, que obre en su poder, para su anulación y

sustitución con la emisión por el almacén general de depósito de ambos títulos valores,

lo cuales expresarán las cláusulas “Certificado de depósito con warrant emitido” y

“Warrant con certificado de depósito emitido”.

Finalmente, todo tenedor del certificado de depósito y/o del warrant tiene derecho,

conforme al artículo 230 de la Ley de Títulos Valores vigente, a examinar las mercaderías

depositadas y señaladas en dichos títulos, pudiendo retirar muestras de ellas, si su

naturaleza lo permite, en la forma y proporción que determine el almacén general de

depósito respectivo.

7. DERECHO E INSPECCIÓN DE MERCADERÍAS:

De acuerdo al artículo 230 de la Ley de Títulos Valores, todo aquel poseedor del

certificado de depósito tendrá derecho a examinar las mercaderías depositadas y

señaladas en dichos títulos, pudiendo retirar muestras de ellas si su naturaleza lo permite,

en la forma y proporción que determine el almacén general de depósito respectivo.

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8. FORMA DE TRANSMISIÓN DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO.
Según el artículo 231 El Certificado de Depósito y el Warrant son títulos valores a la

orden y se transfieren por endoso. Sus respectivos endosos producen los siguientes

efectos:

a) Siendo del Certificado de Depósito y del Warrant, transfiere al endosatario la libre

disposición de las mercaderías depositadas;

b) Siendo sólo del Warrant, confiere al endosatario el derecho de prenda por el valor total

de las mercaderías depositadas, en garantía del crédito directo o indirecto que se señale

en el mismo título; y

c) Siendo sólo del Certificado de Depósito, transfiere al endosatario el derecho de

propiedad sobre las mercaderías depositadas, con el gravamen prendario en favor del

tenedor del Warrant, en caso de haberse emitido este último título.

De acuerdo al inciso 2 del artículo 231 El endoso del Certificado de Depósito separado

del Warrant no requiere ser registrado ante el almacén general de depósito; mientras que

el primer endoso del Warrant debe ser registrado tanto ante el indicado almacén como en

el Certificado de Depósito respectivo que se hubiere emitido, transcribiendo la

información señalada e el artículo 232.

9. PRELACIÓN DE LAS ACREENCIAS:

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Salvo acreencias que por expresa disposición de la ley resulten preferentes, el

producto de la venta de las mercaderías que se haga conforme al Artículo 233 se destinará

al pago de los siguientes conceptos, en el orden señalado a continuación:

a) Los gastos de la venta y la comisión del Martillero;

b) Los gastos de conservación y otros servicios adeudados al almacén general de depósito

y las primas del seguro;

c) Los derechos de aduana y demás tributos a los que puedan estar afectas las mercaderías

según el texto del documento en los casos a los que se refiere el segundo párrafo del

Artículo 224; los que podrán ser pagados directamente por el adquirente de las

mercaderías conforme a la legislación sobre la materia;

d) Los intereses, gastos y capital adeudados al tenedor del Warrant, quien tiene, con

excepción de las acreencias señaladas en los incisos anteriores, el privilegio de

preferencia sobre cualquier otro acreedor; y

e) El remanente que pueda haber quedará a disposición del tenedor del Certificado de

Depósito o propietario de las mercancías; y, si éste no se apersona dentro de los 30

(treinta) días de realizado la venta, la administración del almacén procederá a consignar

judicialmente por el solo mérito del lapso transcurrido, con notificación al último tenedor

de dicho título o, en su defecto, del depositante que tenga registrado.”

10. Liberación de mercaderías (Artículo 237)


11. Ejecución sin protesto (Artículo 238)

12. VENTA DE MERCADERÍAS POR EL ALMACÉN:

Si las mercaderías no son retiradas al vencimiento del plazo del depósito, o si están

expuestas a riesgo de deterioro o destrucción, el almacén general de depósito, previo aviso

20
con 8 (ocho) días de anticipación al depositante o, de ser el caso, al último tenedor del

Warrant que tenga registrado, podrá proceder a su venta conforme al Artículo 233,

haciéndose los pagos con la preferencia señalada en el Artículo 234.

Vencida el plazo del depósito que esta consignado en ambos títulos valores el mismo

que no puede superar de un año y de 90 días si se trata de bienes perecibles, según señala

el artículo 224 inc i de la ley de títulos y valores, o cuando las mercaderías corran riesgo

o deterioro o destrucción, la almacenera está facultado a proceder su venta, con

advertencia previa cursada con ocho días calendario de anticipación. Esta notificación o

advertencia previa debe ser dirigida al depositante o de haberse registrado endosos del

warrant, al último endosatario del mismo que tenga registrado el AGD.

La venta necesaria en ambos casos a la que queda facultada a realizar el AGD, debe

hacerse siguiendo los mismos procedimientos previstos para su venta forzosa, atendiendo

los pagos en el mismo orden de prelación que prevé la ley de títulos y valores.

Debe advertirse que se trata de una facultad del AGD, a quien corresponde apreciar

la necesidad de tal venta y calificar los riesgos de deterioro y destrucción. Si notificados

el depositante o ultimo tenedor del warrant manifestaran su oposición a tal venta y de

ocurrir la destrucción o deterioro no será de su responsabilidad, sino de quien observo o

se opuso a tal venta sugerida si los notificados no manifestaran negativa alguna, ni

tampoco señalaran su acuerdo en que se proceda a tal venta el AGD podrá proceder a la

venta, pues habiendo estimado la conveniencia de ello no existiendo razón para

suspender, debe llevarse a cabo tal enajenación que favorece a los interesados además de

su labor y servicio de custodia y guarda habría llegado a su fin en el primer caso.

Finalmente debemos señalar que la ley de garantía mobiliaria (LGM), ley n° 28677

en su segunda disposición transitoria dispone que ante la constitución de gravamen

21
mobiliario sobre la misma mercadería, a través del warrant y mediante la garantía

mobiliaria con inscripción registral a que se refiere la ley n° 28677 prevalecerá el derecho

del tenedor del warrant, lo que si bien es consistente con la naturaleza cambiaria del

warrant, al no publicarse la afectación del derecho real de garantía constituida a través de

su inscripción en el registro mobiliario de contratos, por lo que debería exigirse al

depositante una declaración jurada de no haber afectado las mercaderías que deposita en

la AGD con gravamen mobiliario, así como se exige prestar tal declaración jurada cuando

constituye un gravamen según la AGM

13. EL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN EL DERECHO COMPARADO

El depositario lleva su mercancía a guardar al almacén general y una vez hecho el

depósito, el almacén expide desprendido de un libro talonario y numerado en forma

progresiva un certificado de depósito que ampare las mercancías. Al certificado deberá ir

anexo un esqueleto de bono deprenda para ser utilizado teóricamente al constituirse una

garantía prendaria sobre las mercancías amparadas por el certificado.

Suele afirmarse que el certificado de depósito es un título causal o concreto

históricamente el certificado de depósito surge como todos los títulos de crédito ligado a

una causa típica: “El Contrato de Depósito”

EL CERTIFICADO DE DEPOSITO DEBEN DE CONTENER

I.- La mención de ser certificado de depósito y bono de prenda, respectivamente;

II.- La designación y la firma del almacén;

III.- El lugar del depósito;

IV.- La fecha de expedición del título;

22
V.- El número de orden, que deberá ser igual para el certificado de depósito y para el

bono o los bonos de prenda relativos, y el número progresivo de éstos, cuando se expidan

varios en relación con un solo certificado;

VI.- La mención de haber sido constituido el depósito con designación individual o

genérica de las mercancías o efectos respectivos;

VII.- La especificación de las mercancías o bienes depositados, con mención de su

naturaleza, calidad y cantidad y de las demás circunstancias que sirvan para su

identificación;

VIII.- El plazo señalado para el depósito;

IX.- El nombre del depositante;

X.- La mención de estar o no sujetos los bienes o mercancías materia del depósito al pago

de derechos, impuestos o responsabilidades fiscales, y cuando para la constitución del

depósito sea requisito previo el formar la liquidación de tales derechos, nota de esa

liquidación;

XI.- la mención de estar o no asegurados los bienes o mercancías depositados y del

importe del seguro, en su caso;

XII.- la mención de los adeudos o de las tarifas en favor del almacén o, en su caso, la

mención de no existir tales adeudos.

23
14. CARACTERÍSTICAS DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN
ESTADOS UNIDOS

En los Estados Unidos de América los certificados de depósito, con la forma y

características actuales, comenzaron a ser emitidos por los bancos comerciales a partir

de 1961.

Son Certificados negociables emitidos por un banco de los Estados Unidos de

América, para ser transados en el mercado de valores de EE.UU., que representan la

propiedad del tenedor de dichos certificados, sobre acciones emitidas por sociedades

emisoras inscritas en el Registro de Valores que lleva esta Comisión.

Es éste el elemento más importante que diferencia a los CD. emitidos antes de esa

fecha con los posteriores: sólo para estos últimos ha existido un adecuado mercado

secundario, que ha facilitado su negociabilidad y contribuido al éxito que han

alcanzado. Se ha unido a ello la posibilidad de establecer tipos de interés que los hagan

atractivos en relación con otras formas de inversión a corto plazo (Bortolani, 1967, p.

120 – 142).

Las entidades de crédito que ofrecen CD. son muy numerosas (en 1966

sobrepasaban la cifra de 2.200), si bien la importancia de unas y otras es muy desigual.

La mayor parte de los CD. está muy concentrada y procede de los Bancos más

importantes. El grado de comerciabilidad de los títulos varía según la mayor o menor

importancia del Banco emisor. Los depositantes son principalmente empresas, pero

también entidades públicas federales y locales, instituciones, compañías de seguros,

fondos de pensiones, cajas de ahorros, universidades, organismos oficiales

extranjeros, bancos comerciales. Hay algunas entidades que limitan la oferta de los

CD. a las personas o empresas que ya son titulares de una cuenta a la vista, mientras

24
que otras no establecen tal restricción. Pueden ser nominativos y al portador. Los

primeros se pueden transmitir mediante endoso no técnico, puesto que el poseedor

tiene que comunicar a la entidad emisora cada transferencia, lo que implica para el

Banco el control de la autenticidad de las firmas en el momento del pago.

Los CD. al portador ofrecen mayor comerciabilidad, al simplificarse su

transmisión, y garantizar el anonimato que muchas empresas desean. Hay algunos

Bancos que aconsejan al titular del CD. que se dirija al mercado secundario

únicamente cuando su necesidad de liquidez sea muy urgente; la mayoría de aquéllos,

sin embargo, no impone restricciones formales en relación con la transmisión de los

títulos. El importe ofrece una gran variedad de cifras. Los hay de 10.000 dólares y

hasta de 10 millones e incluso más.

El importe de intereses más bajo es el de un millón. Se cotizan a un tipo superior

en algunas centésimas de punto los de importe menor, generalmente 100.000 dólares

o sus múltiplos. No son aceptados normalmente por los «dealers» los CD. cuyo valor

nominal es inferior a los 100.000 dólares. El tipo de interés, que se expresa en el título,

varía según un conjunto de circunstancias internas de la empresa y externas del

mercado, entre las que se encuentran: el nombre y la dimensión de la entidad emisora;

la reputación y la calidad del comprador; el importe del certificado; el plazo de

vencimiento más o menos largo; la necesidad de fondos del Banco; la estructura de

los tipos de interés presente y la prevista; la remuneración ofrecida por los

instrumentos del mercado monetario en competencia; los límites fijados por la «regla

Q», que son los de mayor importancia (Bortolani, 1967, p. 11 - 12).

El vencimiento puede fijarse de tres maneras: a una fecha fija (que es la más

común por su simplicidad y no da lugar a confusiones), a cierto tiempo fecha y

mediante preaviso. El plazo mínimo es de treinta días. La duración media ha tendido


25
a acortarse en el transcurso de los años: ocho meses a finales de 1961, menos de cuatro

en 1966, casi dos en algunos períodos de 1968. El reembolso antes del vencimiento

puede obtenerse del propio Banco emisor en caso de situación crítica del depositante,

que debe documentarse ampliamente a plena satisfacción del Banco y de acuerdo con

las disposiciones de la regla Q. Además, claro está, puede obtenerse anticipadamente

el valor del CD. enajenándolo en el mercado u obteniendo de una entidad distinta de

la emisora un crédito garantizado por el certificado. Las entidades de crédito locales

suelen pedir a uno o varios Bancos de Nueva York que abonen sus CD. al llegar el

vencimiento, con lo que resultan más atractivos en el mercado. Hay, ciertamente,

inversores que no los adquieren si no son pagaderos en dicha ciudad.

El mercado secundario

Dada la importancia que el mercado secundario ha tenido en el éxito de los CD.,

parece oportuno hacer una referencia al mismo. El fin primordial de la creación del

mercado era el de brindar a los poseedores de certificados la posibilidad de enajenar

sus títulos antes del vencimiento, con lo que se les dotaba de una liquidez de la que

carecían los restantes tipos de depósito a plazo y de ahorro. El mercado ha resultado

ventajoso para entidades de crédito, «dealers» e inversores. Las primeras, porque han

podido competir con éxito en la captación de fondos con otros títulos a corto plazo;

los segundos, han encontrado una nueva posibilidad de ventajosas transacciones; los

inversores, porque tienen acceso a una forma de depósito a plazo muy rentable y con

liquidez, aunque de esta posibilidad de enajenar los títulos sólo se haga uso para una

pequeña parte de los certificados en circulación.

Entre las circunstancias que influyen en el mayor o menor nivel de oferta y

demanda de los CD., cabe señalar: las previsiones de los Bancos en cuanto a demanda

de crédito, que les estimulará o no a buscar más fondos, aun a coste alto. El que
26
reciban los Bancos fondos en importes elevados por otras vías menos costosas, lo que

les llevará a recurrir menos a los CD. para no estimular el trasvase de fondos desde

las cuentas menos gravosas. La relación con otros tipos de interés, según resulten o

no más atractivos que los ofrecidos para los CD., que están sujetos a la regla Q.

Los inversores más importantes son las empresas, tanto en el mercado primario

como en el secundario. Invirtiendo en este último, pueden conseguir una rentabilidad

superior a los límites que permite la regla Q, que, como ya hemos dicho, fija un techo

máximo a los intereses y es aplicable a los CD., pero no se aplica, en cambio, a las

transacciones efectuadas después de la emisión. Cabe incluso adquirir CD. para cuyo

vencimiento falten menos de treinta días, plazo par a el que no pueden ser emitidos

por los Bancos.

Por lo tanto, son una alternativa a la inscripción directa de acciones en EE.UU.,

para las sociedades extranjeras que quieran colocar sus acciones en dicho mercado.

15. CARACTERÍSTICAS DEL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN EL


REINO UNIDO:

Aunque ya desde 1963 se había señalado la conveniencia de emitir CD., sólo tras

vencer diversos obstáculos derivados de la peculiar normativa anglosajona en materia

financiera, la Finance Bill de 1968 reconoció oficialmente los CD., incluyéndolos en

la denominación de securities (Fernández y Borrás, 1973, p. 20).

La Finance Bill de 1968 define los CD. como documentos de carácter monetario

en cualquier moneda que haya sido entregada en depósito al establecimiento emisor

o alguna otra persona, y mediante el cual se reconoce una obligación de pagar una

cantidad especificada al portador o a la orden, con o sin interés, y por cuya entrega,

27
con o sin endoso, es transferible el derecho de recibir la cantidad especificada, con o

sin interés.

Pueden ser a la orden o al portador y existe modelo oficial y formato uniforme en

el que se hacen constar el nombre y dirección del Banco emisor, el número de serie,

las fechas de emisión y vencimiento, el importe del CD., el Banco o institución

financiera a través de la cual se hará efectivo el pago, el tipo de interés y cálculo del

mismo, según fechas de vencimiento y las firmas autorizadas del Banco emisor. Los

importes pueden oscilar entre un mínimo de 50.000 libras (inicialmente se admitieron

de 25.000) y un máximo de 250.000. Las cifras intermedias han de ser múltiplos de

10.000. Cuando el titular quiere transmitirlo parcialmente, puede dividirse, siempre

que el importe de los resultantes cubra las condiciones anteriores (múltiplo de 10.000

y mínimo de 50.000).

Los vencimientos pueden variar desde el plazo mínimo de tres meses al máximo

de cinco años. En una primera fase, sin embargo, las instituciones emisoras acordaron

no emitirlos por plazo superior a doce meses. Los tipos de interés son algo inferiores

a los que remuneran las imposiciones a plazo normales. Las casas de descuento

«Discount Houses» han creado el mercado secundario de los CD.

16. El certificado de depósito en Francia Urquiaga


17. El certificado de depósito en Italia Urquiaga

28
18. EL CERTIFICADO DE DEPÓSITO EN MÉXICO
Las imposiciones o depósitos a plazo documentados mediante títulos transmisibles,

pueden seguir dos vías, reguladas diversamente por la ley bancaria: la de los depósitos a

plazo que reciben los Bancos de depósito y la de los depósitos de ahorro. En el primer

caso, se emiten «certificados de depósito bancario»; en el segundo, «bonos de ahorro.

Aunque hay una coincidencia sustancial entre unos y otros, el legislador los regula

diversamente, acaso porque el que los depósitos de ahorro provengan de clases

económicamente modestas, exige por parte del Estado una rigurosa protección.

Independientemente de los anteriores, existen otros documentos, los «certificados de

depósito» ordinarios, que no deben confundirse con aquéllos, que se emiten para acreditar

depósitos bancarios a plazo y depósitos de ahorro a plazo: se trata de títulos nominativos

no negociables

y no son títulos valores

Certificados de depósito bancario

Los «certificados de depósito bancario» están regulados principalmente por el

artículo 15 de la Ley General de Instituciones de Crédito y Organizaciones Auxiliares.

En él se establece que son títulos de crédito y que constituyen títulos ejecutivos a cargo

del Banco emisor sin necesidad de reconocimiento de firma. Pueden ser o no endosables

o al portador. El plazo no ha de ser menor de noventa días ni superior a cinco años. El

tipo máximo de interés que podrán abonar los Bancos lo fija el Banco de Méjico. El pago

de capital o réditos no podrá ser retenido, ni aun por orden judicial, sino en el caso de

pérdida o robo de los títulos y previos los requisitos de la ley. Como menciones que han

de figurar en el título, se señalan la de la suma depositada, el término, el tipo de interés,

29
el nombre del depositante y la expresión de ser o no endosables o la mención de ser al

portador.

La Comisión Nacional Bancaria, en circular número 470, de 20 de agosto de 1956

determinó que no cabe establecer cláusula de prórroga automática, sino que

necesariamente el depositante ha de manifestar expresamente por escrito su voluntad de

mantener el depósito por otro período igual o distinto, para que siga dándose a la

operación el carácter de depósito a plazo con causa de intereses.

Bonos de ahorro

Por su parte, los «bonos de ahorro», para cuya emisión se requiere concesión

especial, por exigencia de los artículos 2, fracción II, y 18 de la misma Ley General citada,

están regulados fundamentalmente por este último precepto, si bien hay disposiciones

relativas a ellos en otros artículos de ese texto legal. Son títulos de crédito en contra de la

sociedad emisora, y no son obligaciones, porque, entre otras razones, los bonos son

expresión de un crédito individual y no una parte fragmentaria de un crédito colectivo

pueden ser nominativos, a la orden o al portador. Sólo los a la orden y los al portador son

transferibles, los unos por endoso y los otros por la simple tradición del documento.

Documentan depósitos a plazo mayor de seis meses y hasta veinte años. El valor

nominal ha de ser de 100 pesos, o bien de la cantidad que se estime conveniente entre los

submúltiplos de 100 pesos y sus múltiplos comprendidos en el límite de 100.000 pesos.

Pueden emitirse con o sin cupones para el pago de intereses. En el primer caso, se cobran

los intereses a los vencimientos respectivos, que tienen lugar cada seis meses. En cambio,

30
en los bonos sin cupones, no se cobran a los respectivos vencimientos, sino que se

capitalizan los intereses para que al vencimiento del bono resulte la cantidad total.

En la práctica, se emiten no por su valor nominal, sino haciendo deducción de los

intereses, con lo que las operaciones se reducen a la entrega inicial de dinero y bono, y a

cobrar al vencimiento. La fijación de los intereses se hace por el Reglamento de la

institución, el cual ha de someterse antes de dar principio a sus operaciones a la

aprobación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Para el cómputo de intereses, la fecha de emisión será el día primero del mes

siguiente a la fecha en que sean suscritos. Las responsabilidades de la entidad emisora se

miden por el valor real del título y no por el nominal, estableciendo la propia ley que se

calcula dicho valor presente al tipo efectivo de interés que devengue el título, más un

medio por ciento anual. El pago tendrá lugar normalmente al vencimiento. Pero no está

prohibida la anticipación, sujetándose a los límites legales. Tendrá entonces la obligación

de cancelar el título (art. 123, III). En el caso de bonos sin cupones, son adquiridos por el

precio determinado por una escala en función del tiempo que falta por transcurrir hasta el

vencimiento. El Banco establece un plazo de preaviso variable, que normalmente es de

sesenta días.

La institución emisora estará obligada a pagar los títulos deteriorados, siempre que

conserven los datos necesarios para su identificación. Son títulos que producen acción

ejecutiva.

31
19. CONCLUSIONES

• El Certificado de Depósito es un título valor representativo de mercadería.


• El Certificado de Depósito se complementa con el Warrant.
• Es un titulo valor a la orden.
• Se transmite mediante el endoso.
• Existe un triple acción : Almacén, Depositante y Beneficiario. Debe desaparecer
la figura, Warrant sin Certificado de Depósito. Ya que es necesaria la
preexistencia y acreditación de la propiedad a prendar. Figura muy criticada por
los Almacenes Generales de Depósito.
• Existe confusión entre las operaciones bancarias y comerciales en relación al
certificado de depósito, la distinción se encuentra en que una sea en dinero
(operación bancaria) y la otra en mercancías (operación comercial)
• Es responsable el Almacén por los daños sufridos por las mercaderías desde su
recepción hasta su devolución, es por eso que existen un contrato de seguro para
el aseguramiento de las mercancías.
• Los certificados de depósitos son emitidos una vez verificado y acreditado la
propiedad de las mercancías del depositante.
• Se asemeja a los títulos valores de conocimiento de embarque, carta porte etc.
• Posee acción ejecutiva, cambiaria y causal.
• No existe solidaridad ni se responde por el incumplimiento de la prestación por
parte del emitente, salvo en el warrant, en el cual responde quien endosa.
• El Perú debería adoptar el sistema unicartular y no el bicartular, que trae
confusiones, disconformidad y retardo. En un solo documento estaría, el
certificado de deposito que acredita la propiedad y el warrant que permite prendar
esta propiedad. Ósea dos derechos incorporadas al Título.
• Toda medida cautelar debe ser anotada, no surte efecto si no lo está.

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