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1. La membrana plasmática.
FOSFOLÍPIDOS
ESTEROLES
Intercaladas en la bicapa lipídica aparecen fundamentalmente moléculas de colesterol en
células animales y fitoesteroles en células vegetales interaccionando con las cadenas
hidrófobas de los fosfolípidos. Esta disposición limita la movilidad de los fosfolípidos,
reduciendo su fluidez y dándole estabilidad a la membrana.
GLUCOLÍPIDOS
Están situados en la cara externa de la membrana. Son lípidos unidos a oligosacáridos. En las
células animales son derivados de esfingolípidos.
PROTEÍNAS
GLÚCIDOS
lipídica,) a la cual se asocian moléculas proteicas, que se observan en las dos caras de la
superficie de esta doble capa, total o parcialmente englobadas en ella (mosaico). Tanto los
lípidos como las proteínas se pueden mover (fluido). Este modelo (aunque con diferencias de
concentración de los diferentes componentes) aparece en todas las membranas que hay en la
célula, ya que muchos orgánulos son de naturaleza membranosa (retículo, mitocondrias,
lisosomas, etc) por eso también se habla de membrana unitaria.
A la disposición de los
componentes proteicos y lipídicos
de la membrana se refiere el
nombre del modelo: forman una
especie de mosaico molecular. La
capacidad de movimiento de los
lípidos y las proteínas dentro de la
membrana es la causa por la que
el modelo propuesto por Singer y
Nicholson en 1972, hoy el más
1.2 Propiedades de la membrana aceptado, reciba también el
nombre de fluido.
Este modelo así descrito determina una arquitectura molecular que explica varias propiedades
observadas en las membranas celulares.
Asimetría. Los medios que separa la membrana son de naturaleza muy distinta, y las
funciones que lleva a cabo en ambos lados deben ser también diferentes. Las moléculas
que asoman a la cara externa da membrana (glucocálix) son distintas de las que
aparecen en la cara interna (proteínas periféricas). Esta asimetría incluye a todos los
componentes de la membrana, tanto lípidos, como proteínas y por supuesto a los
glúcidos.
Fluidez. La mayoría de las funciones que desenvuelve la membrana de una célula
precisan de una alta flexibilidad y dinamismo (la fusión entre membranas, la
redistribución de los componentes, la endocitosis y la exocitosis, la capacidad de
autorrepararse, etc.). En realidad la membrana casi tiene un comportamiento de fluido
pues sus componentes tienen un alto grado de movilidad, especialmente los
fosfolípidos y también las proteínas. Esta fluidez sin embargo está condicionada por
varios factores, tanto químicos como físicos:
- La mayor o menor presencia de colesterol (disminuye la movilidad de los FL).
- El grado de insaturación de los ácidos grasos de los fosfolípidos de la bicapa (a
mayor insaturación, mayor capacidad de movimiento).
- La longitud de los ácidos grasos (se estos son saturados, menor movilidad).
- La temperatura (a menor temperatura, menor fluidez).
Permeabilidad. Debido a su interior hidrófobo, las membranas son muy impermeables a
los iones y a la mayor parte de las moléculas polares. En muchos casos estas moléculas
atravesarán a membrana si existen proteínas que lo posibiliten. Se dice por esto que la
membrana plasmática tiene permeabilidad selectiva
Muchas proteínas de membrana son enzimas por lo que en ella hay actividad
enzimática.
Las moléculas pequeñas o los iones pueden atravesar la membrana sin necesidad de que se
produzca una alteración en su estructura. Este proceso puede ser por transporte pasivo (si no
requiere energía) o activo (si requiere energía).
Transporte pasivo
Difusión simple. Algunas moléculas de pequeño tamaño y sin carga, como O2, CO2 o N2
difunden rápidamente a través de la bicapa, a favor de su gradiente de concentración (es
Difusión facilitada. Las moléculas polares que no pueden atravesar libremente la bicapa
lipídica utilizan proteínas transmembrana. Estas pueden actuar como:
- Proteínas de canal. Tienen un orificio o canal interno que se abre o cierra por
modificación de la forma de la proteína, por el que pasan iones como Na+, K+, Ca2+ e
Cl-.
- Proteínas transportadoras, carriers (o permeasas). Transportan glúcidos pequeños,
aminoácidos y nucleósidos. Se unen específicamente a determinadas moléculas y,
mediante un cambio en la conformación espacial de la proteína, esa molécula pode
acceder al otro lado de la membrana.
Osmosis. Para el paso de agua. Muchos autores la consideran una forma de transporte
pasivo ya que no requiere gasto de energía.
Transporte activo
Las células animales también pueden captar o expulsar macromoléculas como polisacáridos, o
incluso otras células o partes de ellas. Es un mecanismo menos específico que precisa de
vesículas membranosas, encargadas de transportar en su interior dichas moléculas disueltas.
La entrada de materia a la célula mediante estos mecanismos es la endocitosis, mientras que
la salida de materia de la célula es la exocitosis. La transcitosis es un sistema de transporte
que combina estos dos procesos.
Endocitosis
o Exocitosis
o Transcitosis
Las células son capaces de recibir y transmitir, gracias a los receptores específicos de
membrana (normalmente proteínas de
membrana y oligosacáridos) estímulos externos.
Estos pueden ser físicos o químicos, y son capaces
de desencadenar una respuesta en el interior de
la célula.
Esta función está especialmente presente en los
mecanismos de coordinación entre las células de
organismo pluricelular. Aunque algunas de los
mensajeros químicos que viajan por el interior de
estos organismos pueden atravesar fácilmente la
membrana de las células diana, otros muchos
mensajeros deben unirse la algún receptor de la
membrana, pues no pueden pasar al interior del
citoplasma. Estos primeros mensajeros o ligandos
hacen que la unión con el receptor induzca una segunda señal intracelular (segundo
mensajero) que modificará el metabolismo de la célula. Tal es el caso del AMPc, que se fabrica
en la célula cuando a nivel de la membrana tiene lugar a unión entre el ligando y su receptor.
En los procesos infecciosos las bacterias deben adherirse a la superficie del tejido; esta unión
se hace a nivel de los azúcares de la membrana de la célula hospedadora. De ahí que las
infecciones tengan un alto grado de especificidad entre la bacteria y el tejido que va a ser
infectado.
Las células que pertenecen a un mismo tejido se reconocen entre sí, y son capaces de
adherirse y provocar respuestas directas en las vecinas. Este mecanismo se denomina
histocompatibilidad. Incluso las células de distintos individuos, aunque sean de la misma
especie, presentan moléculas propias en la superficie de sus membranas. Por esto, cuando se
transplantan células de un organismo a otro, este receptor puede generar defensas
(anticuerpos) específicos contra las células extrañas.
Los espermatozoides, por ejemplo, distinguen las ovocélulas de la propia especie gracias al
glucocálix de ambas células sexuales.
Algunas están destinadas a aumentar la superficie celular. Las más importantes son:
- Microvellosidades. Aparecen en la membrana de las células epiteliales del intestino
para aumentar la superficie de absorción de los nutrientes.
- Invaginaciones. En las células que tapizan el túbulo contorneado de las nefronas. Son
profundos entrantes que aumentan la superficie celular para que puedan ser
transferidos a la sangre todos los metabolitos que no deben ser eliminados en la orina.
En otros casos las modificaciones son estructuras de unión entre células, esenciales para
estabilizar la formación y el funcionamiento de los tejidos. Las más importantes son:
Uniones íntimas o de oclusión. Son uniones que no dejan espacio intercelular y, por lo
tanto, no permiten el paso de substancias a través de las capas celulares. Están
formadas por proteínas transmembrana (claudinas y ocludinas) que se disponen
formando filas que sueldan las membranas plasmáticas entre sí. Están, además,
reforzadas por proteínas filamentosas intracelulares. Abundantes en el epitelio
intestinal donde permiten la absorción de los nutrientes.
Uniones adherentes o de anclaje. Son uniones que dejan un espacio por el que
pueden pasar substancias, entre células que pertenecen a un tejido. Tienen una
función de anclaje mecánico entre células. Pueden ser: desmosomas y
hemidesmosomas.
Los desmosomas forman como botones a distintos niveles entre las membranas plasmáticas
de células contiguas. La unión se produce gracias a proteínas transmembrana (cadherinas) que
se fijan, en la cara interna de las membranas, en una placa (placa desmosómica) que tiene
forma de disco. Esta placa también se une a los filamentos intermedios del citoesqueleto por
una red de filamentos de queratina. Se encuentran principalmente entre las células de los
tejidos epiteliales.
Uniones de comunicación o tipo gap. Son uniones que no dejan espacio intercelular,
pero sí dejan un pequeño espacio de comunicación entre los citoplasmas de las dos
células por medio de canales proteicos y, por lo tanto permiten el paso de moléculas
entre ellas. Están constituidas por dos conexiones. Cada conexión es una especie de
tubo fino de contorno hexagonal formado por seis proteínas transmembrana
(llamadas conexinas) que dejan un canal en el centro. Esta conexión está alineada con
la de la célula adyacente. Las células sólo quedan separadas por el espacio que
corresponde a las porciones de las conexinas que sobresalen de las membranas
plasmáticas.Este tipo de unión interviene en la transmisión del impulso nervioso entre
las neuronas.
Es una cubierta gruesa, inerte, rígida e insoluble que les confiere forma, protección, rigidez e
inmovilidad a las células, impide la ruptura de la célula (mantiene su balance osmótico),
contribuye la que las plantas se mantengan erguidas y, une, conecta y permite los
intercambios entre las células adyacentes.
Es de naturaleza principalmente celulósica (microfibrillas unidas por puentes de hidrógeno),
aunque presenta una matriz en la que hay agua, sales minerales, hemicelulosa y pectina
(substancia con gran capacidad de retener agua). Todas estas substancias las produce y
segrega la célula (exocitosis)
La pared celular de las plantas (la de las algas es muy parecida) está compuesta básicamente
de celulosa y matriz. En todas las células en crecimiento y en determinadas células maduras
consta de dos capas: la lámina media y la pared primaria. En muchas células presenta una
tercera capa, la pared secundaria, que se desarrolla cuando las células concluyeron su
crecimiento y que, además, puede ser reforzada con substancias como lignina, suberina y
cutina.
Pared primaria: consiste en una cubierta delgada, flexible y elástica, que delimita
externamente la célula vegetal a modo de caja. Químicamente está formada por un retículo
microfibrilar y una matriz amorfa.
El retículo microfibrilar lo constituyen largas y finas moléculas de celulosa que se agrupan,
alineadas y en paralelo, para dar fibrillas elementales de celulosa. Estas se entrelazan para dar
microfibrillas de celulosa. Estas últimas permiten el crecimiento de la célula por su facilidad de
extensión. Las microfibrillas se enrollan helicoidalmente entre sí, como los hilos de un cable,
originando las macrofibrillas. Estas se agrupan siguiendo el mismo patrón y forman las fibras
celulósicas. De esta manera se forman “cables” de celulosa (fibras) que, a igualdad de grosor,
alcanzan una resistencia similar a la del acero.
Entre las fibras de celulosa se sitúa una matriz amorfa de sustancias no celulósicas formada
por agua, moléculas ramificadas de otros polisacáridos, substancias pécticas, monosacáridos
libres y proteínas.
En las paredes de células muertas suele depositarse lignina aglutinando las microfibrillas de
celulosa, lo que constituye la madera. La lignina es un material amorfo, de color marrón
oscura, que proporciona resistencia tanto mecánica cómo química.
Pared secundaria: en muchas células vegetales sólo existe una pared primaria, pero en
otras se forma internamente una pared suplementaria de mayor grosor que tiene como misión
otorgar una resistencia mecánica más elevada al tejido.
La formación de esta pared se produce cuando la pared primaria ya no aumenta de tamaño, al
finalizar el crecimiento celular.
Este tipo de paredes adquiere gran importancia en las células de los tejidos conductores o de
resistencia mecánica. En ellos, las células mueren tras formar la pared secundaria (por la
dificultad de intercambio de substancias con el exterior) que puede llegar a ocupar toda la luz
celular.
La composición química de la pared secundaria es similar a la de la pared primaria, aunque es
más rica en celulosa, tiene menos agua y hemicelulosa y carece de pectinas.
La pared secundaria presenta una estructura laminar con 3 capas diferentes, aunque en
ocasiones el nº de capas puede llegar a veinte (hojas de áloe).
La diferencia en relación con la pared primaria estriba en la disposición en hélice y en la mayor
densidad que presentan las microfibrillas de celulosa, lo que impide el crecimiento celular.
Plasmodesmos y punteaduras.
El intercambio de agua y solutos entre las células vecinas se facilita por la existencia de los
plasmodesmos y las punteaduras. Al formarse la lámina media, se mantiene la comunicación
entre las células hijas a través de orificios que atraviesan finas comunicaciones citoplasmáticas,
a modo de cordones, llamados plasmodesmos.
Aparecen en número variable y según crecen las células se van formando nuevos
plasmodesmos. Pueden estar distribuidos por toda la superficie o formar grupos en ciertas
zonas de la pared primaria, constituyendo los llamados campos primarios de punteaduras.
Las punteaduras son cavidades o depresiones de la pared secundaria que se corresponden con
zonas de acumulación de plasmodesmos.
Se distinguen dos tipos de punteaduras: las simples y las que tienen borde o aureola.
Punteaduras simples: no existen restos de pared secundaria en la punteadura.
Punteaduras con borde: son aquellas en las que la pared secundaria se arquea sobre
la cavidad de la punteadura, constituyendo un borde.