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Teoría de la interpretación- Paul Ricoeur

Gerardo Francisco Balderas Agundez

Ricoeur menciona que los términos que discutirá en este ensayo son modernos, mas la
problemática es antigua. Él hace referencia a Platón, quien dice que el logos de la lengua
requiere por lo menos de un nombre y un verbo, el entrelazamiento de estas dos palabras,
por lo tanto, es lo que constituyo la primera unidad del lenguaje y el pensamiento. Más
tarde, Platón dice que una palabra no es por sí misma ni verdadera ni falsa, sino que la
combinación de palabras puede llegar a significar algo aun cuando no haya captado
fenómeno alguno. Por lo que la responsable de esta paradoja es la oración, mas no la
palabra. Aristóteles por su lado, habla sobre como el nombre tiene un significado mientras
que el verbo tiene una indicación de tiempo, y es únicamente a través de su unión que se
produce un nexo que puede ser entendido como logos, o sea un discurso.

Para Saussure, existe una diferencia entre mensaje y código, el primero es arbitrario y
contingente, así como intencional; es pensado por alguien. Mientras que el segundo es
anónimo y no intencionado, es inconsciente en un sentido estructural y cultural de carácter
no libidinal.

Otro tema a destacar de la lectura es el de la dialéctica del acontecimiento y el sentido. A


través de la distinción saussuresana entre langue y parole, podemos concluir, al menos de
forma introductoria, que el discurso es el acontecimiento del lenguaje. La lectura
igualmente menciona que el mensaje tiene una existencia en el campo temporal, y que esta
existencia se encuentra en la duración y sucesión, en las cuales el aspecto sincrónico del
código pone al sistema fuera del tiempo sucesivo. Por ello, la existencia temporal del
mensaje da testimonio de la realidad del mismo. Únicamente el mensaje le otorga realidad
al lenguaje y el discurso da fundamento a la existencia misma del lenguaje.

Se menciona que un acto de discurso no es únicamente transitorio y evanescente, este


puede ser identificado y reidentificado como lo mismo para que se pueda decir otra vez o,
en otras palabras. Incluso se podría decir en otra lengua o traducirlo de una lengua a otra.
Es por medio de todas estas transformaciones que se conserva una identidad propia que
puede ser llamada el contenido proposicional, o sea “lo dicho como tal”.
Como ultimo punto a mencionar, el escrito hablar sobre el contenido proposicional como
un mero correlato del acto ilocutivo, pero se cuestiona sobre la comunicabilidad de los
otros aspectos del acto verbal, con énfasis en el acto ilocutivo. Es en este apartado en el que
la dialéctica que existe entre acto y estructura o entre acontecimiento y significado se
vuelve compleja. La lectura dice que el acto locutivo no existe sin marcas lingüísticas, las
cuales incluyen el uso de modos gramaticales, el indicativo, el imperativo y el subjuntivo,
así como de los tiempos y términos adverbiales codificados. La escritura no solo preserva
las marcas lingüísticas del habla oral, sino que también agrega signos distintivos
suplementarios tales como el entrecomillado o los signos de exclamación, los cuales son
usados para indicar las expresiones fisonómicas y gestuales que no son visibles cuando el
hablante se convierte en escritor.

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