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Nombre del estudiante: Esther P.

Velásquez Gerónimo

Nombre del trabajo: AVANCE 2 PROYECTO

Fecha de entrega: 8 ENERO 2018

Campus:Toluca

Carrera: Administración de Empresas

Cuatrimestre: 6to. Mod. 2

Nombre del maestro: Beatriz Rubio Patiño


AVANCE 2
1.- VALORES Y SU PRIORIDAD EN EL EJERCICIO DE LA
PROFESION (ADMINISTRACION DE EMPRESAS)

Valores para el Cumplimiento del deber: Son todos aquellos


atributos y cualidades que permiten gestionar de forma
transparente, eficiente y eficaz, los compromisos adquiridos con la
organización en la cual se desempeña. En esta categoría se
agrupan los siguientes valores:

 Responsabilidad: Es el compromiso de cumplir con las


políticas, reglamentos, obligaciones, tareas y metas impuestas
por la organización, así como afrontar de forma integral, las
consecuencias de sus acciones buscando el mejoramiento
continuo.
 Transparencia en la Gestión: Es la correcta administración de
recursos encaminados al cumplimiento de objetivos, sin usar
el poder conferido para obtener ventajas ilegítimas, secretas y
privadas.
 Compromiso con la Verdad: Es el deber de mantenerse con
rectitud, honradez y buena fe, en todas las acciones
realizadas para la organización, buscando siempre la
exactitud de los hechos y la rectitud en el accionar de los
colaboradores.
 Puntualidad: Es el esfuerzo y disciplina de estar a tiempo para
satisfacer las obligaciones, antes o en el plazo señalado.
 Aprendizaje: Es la capacidad
de adquirir conocimiento, por medio de la experiencia y la
actualización constante en

 nuevos enfoques y procedimientos aplicables al ejercicio de la
Administración de Empresas.

 Productividad: Es la actitud de disposición y entrega para


generar ganancias y provecho para la organización o el
proyecto encomendado.

Valores de Virtud: Son las cualidades máximas presentes de


forma constante y permanente, que forjan el desarrollo integral del
ser humano, y que permiten una toma de decisiones racionales y
correctas en búsqueda de la consecución de logros personales a
la par de un desarrollo y bienestar común. En esta categoría se
agrupan los siguientes valores:

 Sentido de Pertenencia: Es el grado de identificación


personal, aprecio y fuerza cohesiva hacia el entorno en el que
se desarrolla el ser humano, que lo impulsa a fomentar
normas y hábitos para su preservación y bienestar.
 Honestidad: Es la cualidad que consiste en actuar y
comportarse con coherencia respecto a lo que se piensa y
siente, con fundamentos de sinceridad y justicia.
 Equidad: Es el impulso o sentido del deber nacido de la
conciencia, que busca el bienestar general por medio de
soluciones justas y diferenciadas para cada uno de los
integrantes de la sociedad, organización o comunidad.
 Justicia: Inclinación a actuar conforme los derechos y
deberes, ofreciendo a cada quien lo que le corresponde y
procurando el desarrollo y
bienestar de todos los colaboradores de la organización.
 Servicio: Disposición incondicional para ayudar, contribuir y
ser útil a los colaboradores, la organización y la sociedad.
 Prudencia: Es la cualidad de discernir en cada circunstancia
cual es el verdadero bien, actuando de forma justa y

adecuada, respetando los sentimientos, la vida y las libertades


de los demás.

 Objetividad: Es el abandono de las propias creencias, ideas y


sentimientos, para poder alcanzar un estado de imparcialidad
que permita tomar decisiones y emitir juicios basados en la
realidad de los hechos.

Valores para la Convivencia: Son las cualidades que permiten el


desarrollo de relaciones interpersonales positivas, basadas en la
aceptación de la diferencia, la interdependencia y el mutuo
respeto, para lograr una cohesión social en la organización y/o
equipo de trabajo. En esta categoría se agrupan los siguientes
valores:

 Respeto: Es la consideración y el reconocimiento hacia los


colaboradores, empleados y negociadores, como personas
únicas, así como la valoración de sus ideas, necesidades e
intereses.
 Trabajo en Equipo: Es el esfuerzo y cooperación de enfocar
las habilidades y recursos personales para alcanzar un logro
común, con los integrantes cohesionados de un grupo.
 Calidad Humana: Es el reconocimiento personal de quiénes
somos, de la importancia de nuestro talento y del

 mejoramiento continuo, para
hacer bien las cosas, hacerlas cada vez mejor, cooperar con
los demás, competir con uno mismo y procurar el bienestar y
la felicidad personal y del entorno.
 Lealtad: Es la obligación de fidelidad y compromiso que le
debe el administrador de empresas a sus colaboradores, a la
organización en la que participa y con las organizaciones que
negocia.

Empatía: Es la habilidad de entender los sentimientos,


necesidades y motivaciones de los colaboradores,

respondiendo adecuadamente a sus reacciones emocionales


y logrando relaciones interpersonales comprensivas y
cercanas.

 Compañerismo: Es la concordia y buena correspondencia que


debe manejar el Administrador de empresas, con todos sus
colaboradores.
 Autodominio: Es el dominio que debe ejercer el Administrador
de Empresas, sobre sus reacciones, sentimientos e impulsos,
por medio de la voluntad interior, para evitar consecuencias
negativas.

Valores Empresariales: Son aquellos característicos de la


gestión empresarial que comprometen al Administrador de
Empresas al logro de objetivos organizacionales, por medio del
talento humano motivado y satisfecho, y la aplicación de
estrategias de calidad, procurando el menor impacto posible al
medio ambiente y la retribución a la sociedad y el entorno por el
buen desarrollo de la organización. Los valores identificados se
relacionan directamente con
actividades y funciones específicas del Administrador de
Empresas y con el proceso administrativo y gerencial. En esta
categoría se agrupan los siguientes valores:

 Responsabilidad Social Empresarial: Es el reconocimiento


personal que hace el Administrador de Empresas como parte
activa en el desarrollo de la sociedad en la cual participa la
organización, comprometiéndose a que todas las acciones
empresariales, basadas en la ética, la legalidad y la justicia,

generen repercusiones positivas, en lo social, económico y


humano, dentro de la comunidad.

 Responsabilidad por el Medio Ambiente: Es el compromiso del


Administrador de Empresas, por implementar estrategias que
 minimicen el impacto ambiental causado por las actividades
de la empresa, que reparen el daño causado y/o realicen la
reposición del gasto ecológico.
 Compromiso por la Calidad: Es el propósito por parte del
Administrador de Empresas en aplicar sus habilidades y los
procesos gerenciales para asegurar la entrega de productos o
prestación de servicios con los requisitos necesarios para
satisfacer las expectativas de los clientes.
 Consideración con el Talento Humano: Es el grado de
atención que ejerce el Administrador de Empresas por el
personal de la organización, considerándolo como la parte
más importante y "diferenciadora" entre las organizaciones,
motivándolo a trabajar hacia el cumplimiento de logros
organizacionales y a su vez patrocinando el desarrollo de sus
logros personales
2.- PARTICIPACIÓN QUE
ESTOS PROFESIONALES TIENEN CON LA
RESPONSABILIDAD SOCIAL

La relación entre el profesional independiente y la empresa es la


de un colaborador externo. En esa relación el profesional deberá
tener en cuenta: 1) sus deberes para con la empresa, tal como se
desprenden del contrato, explícito o no, con ella; 2) sus deberes
para consigo mismo como persona y como profesional y, por
tanto, 3) sus deberes para con su profesión y, en consecuencia,
4) para con la sociedad.

La combinación de todas esas obligaciones puede ser difícil, en


ocasiones, pero ahí es donde debe manifestarse la integridad y

la profesionalidad del agente. Y esto tendrá, como es lógico,


numerosas implicaciones. Por ejemplo: no debe dar prioridad a

los intereses de la empresa cuando esto lleva consigo actuar


contra sus deberes éticos como profesional, sea porque esto le
llevaría a perjudicar injustamente a otras personas, a no ser
objetivo, sincero o íntegro, o a causar un daño a la sociedad. Esto
explica, por ejemplo, que cuando reciba una propuesta de su
cliente que considera inapropiada tiene que llamarle la atención
sobre los daños causados a otras personas (empleados,
consumidores, medio ambiente, comunidad local, sociedad en su
conjunto…), sobre la existencia de alternativas que evitarían esos
daños o producirían otros beneficios, etc.

Con otras palabras: el profesional independiente puede asumir un


papel importante en la RSE de su cliente, un papel activo, que no
se limite a cumplir los términos de su contrato sino que ayude a la
empresa a ampliar sus horizontes, entender mejor sus
responsabilidades y cambiar su
cultura. Cuenta para ello con su reputación profesional, sus
conocimientos y sus principios éticos, que serán los de su
profesión. El código de su profesión puede ser, pues, un
magnífico instrumento para protegerse de las solicitudes
inapropiadas de su cliente (“lo siento, pero eso no está permitido
en los principios deontológicos de mi colegio profesional”) y para
adoptar una postura más proactiva a la hora de ayudar a su
cliente a mejorar su sentido de RSE.

Todo esto se aplica también al profesional por cuenta ajena. Este


tiene menos grados de libertad, pero aún tiene en su favor su
formación, el prestigio de su profesión, los principios éticos que la
inspiran y otros medios que su organización profesional puede
proporcionarle.

Todo ello podría resumirse en dos ideas. 1) La RSE no es solo


responsabilidad de las empresas y de su dirección, sino también
de todos sus empleados y de los profesionales que, dentro o
fuera de ellas, colaboran en sus actividades. Esto significa que
esos profesionales deben tomar como propios los deberes de la
RSE, tanto si las empresas los asumen como si los ignoran. 2) El
profesional no debe ampararse nunca en los intereses que su
cliente le manifiesta, sino que debe tener una visión amplia de su
colaboración con la empresa, incluyendo los principios de su
profesión y sus deberes para con la sociedad en su conjunto.

3.- PROBLEMAS ÉTICOS EN LA EMPRESA


Cualquier empresa que pretenda
alcanzar una ventaja comparativa para con sus competidores
debe basarse en una serie de competencias centrales, de las
cuales sobresale el desarrollo de su capital humano. Pero este
desarrollo no debería medirse desde lo estrictamente intelectual.
La empresa actual necesita basarse en los valores personales y
ética de sus miembros para formar una cultura corporativa que se
convierta en una ventaja central.

En el presente la mayoría de las empresas están conscientes de


ello y han incluido regulaciones y definiciones de carácter ético en
sus Códigos de Conducta. Sin embargo, la mera existencia de
tales códigos de conducta es insuficiente y superficial. Su propia
esencia marca sus limitaciones; pues se trata de un reglamento
teórico a ser memorizado mientras que la conducta ética es
resultado de la esencia del Ser individual. He aquí uno de los

problemas éticos que, en mi opinión, afectan a muchas


organizaciones, dada su incidencia en directivos y colaboradores:
Doble Moral; Simulación ante Convicción.

Por otro lado, las empresas estiman, controlan y evalúan


conscientemente los beneficios económicos de cada uno de sus
actos. Toda acción que conduzca directa o indirectamente a la
consecución de estos objetivos estratégicos es bien recibida. La
empresa de hoy no debería contentarse con eso. Se debería
estimar, controlar y evaluar conscientemente el contenido, la
forma y las consecuencias (buenas o malas) que cada acción
traería también desde un punto de vista ético. El fin no justifica los
medios. Así pues el deseo de ganar posición en el mercado, de
maximizar las ganancias o de ganar a un determinado
competidor, sea cual sea el valor o profundidad de los beneficios
que ello acarree, no debería justificar la competencia desleal, el
fraude publicitario, el pago de comisiones ocultas y demás
tácticas que en nombre del éxito
generalmente se utilizan. Toda empresa quiere lograr sus
objetivos, pero hipotecar el prestigio y los valores morales que
representan y que los demás perciben de ella no debería ser un
coste a pagar. Competencia no es solo ser competitivo, sino ser
competente.

ENTREGA FINAL

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