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4.

PROCESO CONTENCIOSO TRIBUTARIO


4.2. Procedencia del proceso contencioso tributario, cuando las declaraciones
juradas voluntarias fueron modificadas de oficio o por la Administración
Tributaria (Ctb. 1992)
Respecto a la procedencia del proceso contencioso tributario, cuando las
declaraciones juradas voluntarias, fueron modificadas de ofici o por la
administración tributaria, la jurisprudencia constitucional, conforme a la SCP
1835/2012 de 12 de octubre, determinó: “…se establece que el extinto Tribunal
Constitucional, determinó que no es viable que el contribuyente que realizó
declaración jurada sobre un impuesto, acuda y active el proceso contencioso
tributario, con la finalidad de hacerla revisar y modificar mediante la justicia
ordinaria; toda vez que dichas declaraciones, al ser actos voluntarios donde se
reconoce -por parte del propio co ntribuyente- la existencia de una deuda que
debe satisfacerse al Fisco, resulta ilógico que sea cuestionada por la propia
persona que lo presentó; ya que, lo que corresponde en todo caso, es más bien
que la Administración Tributaria, proceda al cobro coact ivo de dicho adeudo, sin
que ninguna autoridad judicial o administrativa, tenga la posibilidad de
modificarla o anularla, puesto que dichas declaraciones, tienen efectos firmes,
líquidos y exigibles. Además, que según el art. 305 del CTb.1992, si una
autodeclaración jurada de tributos, fuera revisada y modificada, mediante
proceso contencioso tributario, el mismo devendrá en una nulidad manifiesta:
“Ninguna autoridad administrativa o jurisdiccional est á facultada para modificar
o anular las sentencias o resoluciones administrativas pasadas en autoridad de
cosa juzgada, ejecutoriadas o que causen estado. Toda resoluci ón o acto
contrario al presente Artículo será nulo de pleno derecho y sus responsables
obligados a reparar los daños causados al Estado ” (las negrillas nos
corresponden), situaci ón por la cual, la uniforme jurisprudencia constitucional,
estableció que toda autoridad judicial o administrativa, carecía de competencia,
para conocer y resolver, impugnaciones en torno a autodeclaraciones juradas, ya
que las mismas, se tornaban firmes, líquidas y exigibles, para que la
administración tributaria, las pueda cobrar de manera directa.

Entendimiento, que si bien fue complementado mediante la SC 1363/2005 -R de 31


de octubre, al desarrollar tres sub reglas, qu e surgieron de problemáticas
planteadas en su momento; sin embargo, en la actualidad, las mismas merecen
ser complementadas nuevamente, en resguardo de los derechos fundamentales
de los contribuyentes -que aún se encuentren tramitando procesos con el Códig o
Tributario abrogado, tal como sucede en el presente caso -, donde puedan
presentarse circunstancias fácticas, en las que la Administración Tributaria, a
pesar de que el contribuyente hubiese declarado en un sentido, proceda a su
cobro coactivo, en un sentido diferente al precisado en la declaración jurada,
modificándolo de esa manera, en su esencia, claro está, haciendo un análisis.

En ese sentido, partiendo del hecho de que la determinación o liquidación, de


acuerdo a lo dispuesto por el art. 134 del CT b.1992 “…es el acto que declara la
existencia y cuantía de un crédito tributario o su existencia ”, la cual se
desarrollará de acuerdo con las declaraciones que presenten los contribuyentes y
responsables, en el tiempo y condiciones establecidas por la auto ridad
administrativa, según lo mencionó el art. 135 del mismo cuerpo legal;
declaraciones juradas, que podrán ser verificadas por la administración,
enmendando los errores aritméticos, mediante liquidación de corrección, además
de poder realizar determinación de oficio sobre base cierta o presunta: “1º)
Cuando el contribuyente o responsable hubiera omitido presentar la declaraci ón;
2º) Cuando la declaración ofreciere dudas en cuanto a su veracidad o exactitud;
3º) Cuando el contribuyente o responsable no ex hiba los libros y documentos
establecidos por disposiciones legales, o ellos no sean suficientes o no resulten
fehacientes para determinar con certeza la base imponible; y, 4º) Cuando las
leyes tributarias lo autoricen en forma expresa, tal como lo precis ó el art. 136 del
CTb.1992”.

Continuando con la citada Sentencia, está estableció la siguiente sub regla


producto de lo que líneas arriba se extrajo, así se tiene lo que sigue: (esta parte
la hace fundadora y también moduladora porque añade una sub regla )

“… si la Administración Tributaria tuviese dudas sobre la veracidad de los datos


contenidos en dichas declaraciones -que no fueran errores aritméticos - podrá
realizar una determinación de oficio, que necesariamente deberá seguir el
procedimiento legal establecido para el efecto, poniéndose a conocimiento del
contribuyente o responsable, para que éste, si así lo viera conveniente, impugne
aquella determinación de acuerdo a lo dispuesto por el art. 174 del CTb.1992,
puesto que una determinación de oficio, o en su defecto un cobro diferente al
establecido en el formulario de declaración, sin que previamente se haya
realizado corrección de errores aritméticos o en su caso el procedimiento legal
para su determinación, vulneraría el derecho al debido proceso d e los
contribuyentes, puesto que se estaría procediendo al cobro coactivo de dicha
suma, sin que el contribuyente hubiese sido escuchado con anterioridad.

Por consiguiente, en el presente caso, es preciso establecer la siguiente sub regla,


que regulará dicha situación fáctica, cuando la misma se presente, es decir:
Cuando la Administración Tributaria, proceda al cobro coactivo de un adeudo
tributario, en una suma y concepto diferente al establecido en la declaración
jurada del tributo, sin que previamente se haya procedido a enmendar errores
aritméticos o en su caso a determinar de oficio el tributo, debido a que existiría
duda sobre la declaración, o en su caso, se proceda de manera arbitraria, podrá
el contribuyente, hacer uso de todos los medios de impug nación frente a la
Administración, como también podrá acudir al proceso contencioso tributario, en
resguardo del derecho al debido proceso en su vertiente del derecho a la
defensa”.

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