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Seminario Evangélico de Caracas

Teología II, semestre B2020


Prof. Abel Velasco.
Alumno: Jerson Hernández

RESUMEN   Nº 4

Caracas: 24/10/2020
TEMA (1): LA EXPIACION

La Expiación era una ofrenda o sacrificio que se presentaba a Dios para pedir el
perdón de pecados. La expiación más grande fue la obra de Cristo, a través de la
cual redimió a los hombres, llevó el pecado de ellos y los reconcilió con Dios. La
expiación a través de Cristo fue necesaria por tres razones: la universalidad del
pecado, la tremenda seriedad del pecado, y la incapacidad del hombre para
solucionar el problema del pecado.

En relación con la universalidad del pecado, Romanos 3:23 enseña que todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Salmos 14:3 afirma “no hay quien
haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”, y Eclesiastés 7:20 es contundente al decir
“ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque” el
mismo Jesús le dijo al joven rico que “ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios”.
Estos pasajes nos enseñan que todos somos pecadores y no nos escapamos de
esa realidad. Eso trae serias consecuencias. Todos somos merecedores del
castigo por el pecado. Isaías 59:2 enseña que “vuestras iniquidades han hecho
división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros su rostro para no oír”. El pecado nos separa de Dios. Esa es la primera
razón de la obra expiatoria. Al pecador no arrepentido le espera “una horrenda
expectación de juicio, y el hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”,
según Hebreos. 10:27. Cabe señalar que el hombre no puede resolver el problema
del pecado, no puede salvarse a sí mismo, no puede mantener oculto su pecado,
ni tampoco purificarse a sí mismo. Esto solo se logra a través de la obra redentora
de Jesús.

La expiación viene desde el Antiguo Testamento. Dios proporcionó un medio, y fue


el de los sacrificios. El primer animal sacrificado fue el cordero con el que Dios
espió el pecado de Adán y Eva. La víctima tenía que ser sin mancha, lo cual indica
la necesidad de la perfección, costaban algo, por cuanto la expiación nunca es
barata, y el pecado jamás debe tomarse ligeramente, y la víctima debía morir,
pues sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados según Hebreos
9:22.

En el Nuevo Testamento, la redención del pecado se obtiene sólo por la muerte de


Cristo. La cruz ocupa un lugar absolutamente central, no solo en el NT, sino que
entendemos que todo lo que hay en el Antiguo Testamento conduce a la cruz de
Cristo. La expiación a través de Cristo nos revela el amor de Dios hacia los
hombres. Romanos 5:8 enseña: “mas Dios muestra su amor para con nosotros, en
que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. También nos muestra el
aspecto sacrificial de la muerte de Cristo, llevando nuestros pecados en la cruz. 1
Pedro 2:24 dice “Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero”
(1 P. 2:24). Otro aspecto que muestra la expiación es el carácter representativo de
la muerte de Cristo. 2 Corintios 5:14 dice “Uno murió por todos, luego todos
murieron.” La muerte del representante cuenta como la muerte de aquellos a los
cuales representa. Aún hoy, Jesús sigue representándonos. Es nuestro abogado e
intercesor ante el Padre.
TEMA (2): LA EXALTACION DE CRISTO

La exaltación de Cristo comprende dos pasos principales: la resurrección y la


ascensión. En relación con la resurrección, cabe resaltar que es la clave del
cristianismo. Pablo dice en 1 Corintios 15:14-20 unos versículos dignos de citar
textualmente:

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también


vuestra fe.15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de
Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no
resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 17 y si
Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 18 Entonces
también los que durmieron en Cristo perecieron. 19 Si en esta vida solamente
esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.
20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es
hecho.

Pablo dice a los Corintios que, si Cristo no resucitó, todo es engaño, mentira y
fraude, mientras que, si Cristo resucitó, el fundamento del evangelio está firme.
Cristo resucitó, por cuanto murió sin pecado. La muerte no tuvo potestad sobre él.
No pudo retenerlo. Jesús venció la muerte en vida. Los cuatro evangelios enseñan
que Jesús resucitó al tercer día y apareció a sus discípulos en varias ocasiones.
Caminó y comió con ellos durante cuarenta días y se presentó con pruebas
indubitables de que era Jesús y había resucitado. La resurrección significa mucho
para la cristología. Jesús mismo profetizó que se levantaría al tercer día y, como
habíamos mencionado anteriormente, en la resurrección reposa la base del
evangelio de la cruz, ya que no deja dudas de que Jesús es el salvador. Por otra
parte, se afirma la esperanza de la resurrección de los creyentes, cuya esperanza
determina su perspectiva y profundidad de modo de vida. La resurrección de
Cristo también está relacionada con nuestra salvación, ya que él “fue entregado
por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Ro. 4:25)

La ascensión es el segundo aspecto de la exaltación de Cristo. En la oración de


Juan 17, Jesús le pide al Padre que le devuelva aquella gloria que tuvo antes de la
fundación del mundo. En Lucas 24:50-51 y Hechos 1:9 se narra cómo Jesús
ascendió y son varias las referencias en todo el Nuevo Testamento del Hijo
sentado a la diestra del Padre.

Quiero cerrar este apartado haciendo referencia a las palabras de Pablo en


filipenses 2:5-11. Jesús se despojó de su gloria. Se anonadó, tomó forma de
siervo, se humilló hasta lo sumo, padeció muerte, y muerte de cruz, por lo cual
Dios también le exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre sobre todo nombre, para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están arriba en los
cielos, abajo en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesús es
el Señor. Eso es exaltación. Gloria al Señor Jesús.
CONCLUSIÓN

Gracias a Dios. Gracias profesor Abel. Que Dios te dé un feliz fin de año y
bendiciones para el próximo.

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