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RESUMEN Nº 1
Caracas: 24/10/2020
TEMA (1): LIBRE ALBEDRIO
El libre albedrío es uno de los temas en las grandes polémicas teológicas. Algunas
posiciones afirman que sí lo tenemos, otras que no. El punto central del debate se
encuentra en preguntar si el pecado original encierra también la pérdida de la
libertad o liberum arbitrium. En este apartado, quiero aclarar que a lo largo de la
historia se han dado dos definiciones de libre albedrio. Cuando los reformadores
usaban este concepto, se referían a la supuesta capacidad del hombre de escoger
a Dios de manera natural. Cuando Martin Lutero y Juan Calvino se opusieron al
libre albedrío, ellos realmente se estaban oponiendo a la idea de que el hombre,
en su estado natural, tenía la capacidad de escoger a Dios y su camino. Esta idea
era promovida por otros reformadores, como Erasmo de Rotterdam. Una de las
bases de Lutero y Calvino era el versículo que enseña que nadie puede venir al
Hijo, si no le fuese dado del Padre, y que el hombre está muerto en sus delitos y
pecados, entre otros. Desde ese concepto, Calvino y Lutero afirmaban
tajantemente que el hombre no tiene libre albedrío.
Cien años más tarde, al escribirse las distintas confesiones, como la Westminster
y la bautista de Londres de 1689, el concepto de libre albedrío cambió totalmente.
En estas confesiones, dicho concepto significa la responsabilidad moral. Es allí
donde radica la polémica. Es importante precisar bajo qué definición estamos
usando la expresión libre albedrío.
Después de haber estudiado estos términos, podemos señalar que hay dos tipos
de pecado: el pecado espiritual y pecado carnal. El espiritual atenta directamente
contra Dios. Es rebelión y desafío al santo señorío y gobierno de Dios. Un ejemplo
de ello es Nimrod, en Génesis 10:8-11. Consideremos un poco el caso de David.
Él pecó con Betsabé y no sufrió tantas consecuencias, como el pecado de censar
el pueblo. Dios le había dicho que le entregaría a los filisteos. Sin embargo, él
censó el pueblo, para ver si tenía capacidad militar. Prácticamente le estaba
diciendo a Dios, yo cuento con mi ejército, no contigo. Las consecuencias del
censo fueron nefastas.
Doy gracias a Dios por permitirme cursar este segundo semestre de teología, y al
profesor Abel por su valorada dedicación, esfuerzo y conocimiento para formarnos
en el estudio de la palabra de Dios. Personalmente, me siento muy satisfecho con
lo aprendido acerca de la doctrina del pecado. Esta clase llegó a mí en un
momento propicio, en el cual se estaban malinterpretando las doctrinas de la
gracia en mi círculo cercano. Un tema que yo nunca había tomado en cuenta es
del pecado y la redención. La magnitud del sacrificio de Cristo para limpiar una
mancha tan grande como la del pecado. Este es un tema que debe rescatarse en
los círculos cristianos, ya que ahora se ve al pecado de forma muy liviana. Hasta
tiene nombres profesionales: conducta aditiva y compulsiva.