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Vitamina A:
Vitamina C:
La vitamina C es un antioxidante eficiente que no sólo dona electrones, sino que también
elimina las especies reactivas de oxígeno, hecho que fortalece la función y actividad de las
células inmunitarias (la función leucocitaria y la migración de los glóbulos blancos a través de
la movilización de monocitos y neutrófilos) y evita que los tejidos sean dañados por agentes
oxidantes. Durante una infección, los niveles de vitamina C se reducen, por lo que se requiere
de mayor cantidad para conseguir un equilibrio. La vitamina C estimula la actividad
neutralizadora de los radicales de oxígeno de la piel, y mejora la función barrera de la piel. Su
deficiencia altera la inmunidad y conduce a una mayor susceptibilidad a la infección, que acaba
Vitamina D:
Vitamina E:
Zinc (Zn):
Hierro (Fe):
Selenio (Se):
La inmunidad de la vacunación.
Hasta la fecha, las autoridades sanitarias recomiendan tres vacunas: dos son vacunas de
nanopartículas lipídicas de ARN mensajero (ARNm) y la tercera utiliza un vector viral. De las de
ARNm una de ellas codifica para el dominio de unión del receptor para la proteína S del virus,
la segunda codifica para la proteína S vírica, mientras que la tercera introduce el ADN de la
proteína S mediante un adenovirus no infeccioso. La nanopartícula lipídica de ARNm entrará
en la célula humana y se traducirá en una proteína antigénica que será presentada a los
linfocitos citotóxicos a través del complejo de histocompatibilidad tipo I y posteriormente
presentada a los linfocitos T helper y linfocitos B a través del sistema de histocompatibilidad
tipo II. El adenovirus no infeccioso, por su parte, transporta el ADN al interior de la célula, que
lo transformará en ARNm para posteriormente traducirlo en proteína S. La proteína S iniciará
la respuesta inmunitaria de manera similar a la expuesta en el caso de las vacunas de ARNm.
Los micronutrientes están involucrados en la respuesta ante la entrada del virus, tanto en la
respuesta inmunitaria innata como la respuesta inmunitaria adaptativa. Además, son
indispensables en la respuesta inmunitaria frente a la vacunación (Figura 1): La vitamina A, C,
D, E, el Fe y el Zn pueden mantener la integridad epitelial y la función barrera del tracto
respiratorio. La vitamina C, E, Zn y Se son antioxidantes eficientes. En la inmunidad innata, la
vitamina, E, Zn y el Se regulan la función de las células Natural Killer. Las vitaminas C y D
apoyan la actividad, movimiento y función de las células inmunitarias. En la inmunidad
adaptativa las vitaminas A y E median el desarrollo de la respuesta Th1 y Th2. La vitamina E
incrementa la memoria de los linfocitos T. Las vitaminas A, C y el selenio ayudan en la
producción de anticuerpos por parte de los linfocitos B.
Ante lo anteriormente expuesto y considerando los datos recientes, para mejorar la respuesta
inmune y descender los contagios de diversas enfermedades infecciosas, una suplementación
micronutricional profiláctica adecuada es una herramienta clave a tener en cuenta.