UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE HONDURAS

Reportaje Informativo: Recurso de Revisión Penal

Estudiante:

Asignatura: Derechos Humanos y Humanitarios

Catedrático:

Tegucigalpa MDC, 11 de diciembre del año 2022


Recurso de Revisión Penal en
Honduras
El recurso de revisión penal es
un medio legal extraordinario que
tiene el fin de revisar un caso cerrado
y provocar una resolución judicial al
final de esta.
En otras palabras, es una figura
jurídica con la que cuentan las
personas para manifestar su
inconformidad ante la respuesta o falta
de ella de parte de los sujetos
obligados a las solicitudes de materia
penal.
La función de la revisión penal
es dejar sin efecto alguno una
sentencia penal firme con calidad de
cosa juzgada, esto permite que se
realice un nuevo examen del caso y
que, al mismo tiempo, se corrijan
errores cometidos en la primera
sentencia que llevaron a realizar una
encarcelación indebida.
El recurso penal en Honduras
aparece por primera vez en la
Constitución de 1924 (Vicente Tosta),
específicamente en los artículos 139 y
140. Para el año 1936, siendo el
mandato del expresidente Tiburcio
Carías Andino esta figura se modifica
y se establece que las causas
juzgadas en materia penal pueden ser
revisadas en época a favor de los
condenados a pedimento de estos, de
cualquier otra persona, del Ministerio
Publico y de oficio (ley reglamentaria
los casos y la forma de revisión).
Para 1957 cuando el Sr. Villeda
Morales estaba en el poder se designa
como tribunal competente a la Corte
Suprema de Justicia y le da la
categoría de recurso. Modificando el
reglamento y afirmando que el recurso
se interpondrá ante la Corte Suprema
de Justicia.
Luego, en 1982, se cambia esta
figura como Garantía Constitucional y
como acción, quedando mencionada
al final en el art.96 del Código Procesal
Civil, aunque en Honduras es la Corte
Suprema de Justicia la que
reglamenta y dirige la forma de
revisión.
Finalizando, entonces, el
recurso penal se puede interponer
cuando se condenó a alguien
basándose en pruebas o testimonios
falsos; cuando la confesión del
condenado fue realizada bajo
violencia o amenaza; cuando existan
dos sentencias de un mismo hecho;
cuando, después de una sentencia, se
encuentran pruebas que de haberse
aportado al inicio hubieran librado al
condenado o le hubiera dado una
condena menos grave en
comparación a la primera; cuando
existieren contradicciones entre las
declaraciones de la primera instancia
y los probados en la sentencia final
que se dicte, entre otros.