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Desaparición forzada de personas

Se caracteriza por cualquier forma de privación de la libertad de una persona


por parte de agentes del Estado o grupos o individuos que actúan con su
apoyo, autorización o aquiescencia seguida de la negativa a reconocer dicha
privación o con el fin de sustraerla de la protección de la ley.

Designa un tipo de delito complejo que supone la violación de múltiples


derechos humanos y que, cometido en determinadas circunstancias,
constituye también un crimen de lesa humanidad.

Marco probatorio internacional no es lo mismo que el marco interno a la


hora de obtener las pruebas de este tipo de crimen.

El concepto de desaparición forzada de personas se ha consolidado


internacionalmente en tanto grave violación de derechos humanos.

En una perspectiva comprensiva de la gravedad y el  carácter continuado o


permanente de la figura de la desaparición forzada de  personas,  ésta
permanece mientras no se conozca el paradero de la  persona desaparecida y
se determine con certeza su identidad.

La  desaparición forzada constituye una violación  múltiple de varios


derechos protegidos por la Convención Americana que coloca a  la víctima en
un estado de completa indefensión, acarreando otras vulneraciones
conexas, siendo particularmente grave cuando forma parte de un patrón
sistemático o práctica aplicada o tolerada por el Estado.

En casos de desaparición  forzada de personas se viola el derecho al


reconocimiento de la personalidad  jurídica, reconocido en el artículo 3 de la
Convención Americana, pues se deja  a la víctima en una situación de
indeterminación jurídica que imposibilita,  obstaculiza o anula la posibilidad
de la persona de ser titular o ejercer en  forma efectiva sus derechos en
general, lo cual constituye una de las más  graves formas de incumplimiento
de las obligaciones estatales de respetar y  garantizar los derechos humanos.
El habeas corpus es una garantía que busca proteger a los ciudadanos de
detenciones y arrestos ilegales. Por lo tanto conforma una herramienta
jurídica para que el estado nos diga donde está el cuerpo de la persona
desaparecida o detenida.

-El silencio del estado se considera como una carga negativa, a su vez en
estos caso el estado al ser uno de los responsables no deja rastros ni pruebas.

-Por lo tanto siempre son muy complicados la resolución de los mismos


porque dependo del estado para resolver el crimen.

Por lo tanto l primer regla para resolver el crimen de desaparición forzada es


invertir la carga de la prueba para que sea el estado quien tenga que
determinar qué es inocente.

FALLOS importantes para la historia que abarcan y tratan la desaparición


forzada de personas:

Fallo Velásquez Rodríguez vs honduras

Hechos

Los hechos del presente caso se producen en un contexto en el cual, durante


los años de 1981 a 1984, entre 100 y 150 personas desaparecieron sin que de
muchas de ellas se haya vuelto a tener alguna noticia. Tales desapariciones
tenían un patrón muy similar, que se iniciaba mediante el secuestro violento
de las víctimas, muchas veces a la luz del día y en lugares poblados, por parte
de hombres armados, vestidos de civil y disfrazados, en vehículos sin
identificación oficial y con cristales polarizados, sin placas o con placas falsas.
Al respecto, la población consideraba como un hecho público y notorio que
los secuestros se perpetraban por agentes militares, o por policías o por
personal bajo su dirección.

El secuestro fue llevado a cabo por personas vinculadas con las Fuerzas
Armadas o bajo su dirección. - Manfredo Velásquez era un estudiante de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Desapareció el 12 de
septiembre de 1981 en un estacionamiento de vehículos en el centro de
Tegucigalpa, secuestrado por varios hombres fuertemente armados, vestidos
de  civil, que utilizaron un vehículo Ford de color blanco y sin placas.

- Se interpusieron tres recursos de exhibición personal y dos denuncias


penales. No obstante, los tribunales de justicia no efectuaron las
investigaciones necesarias para encontrar a Manfredo Velásquez o sancionar
a los responsables.

Análisis de fondo

Agotamiento de los recursos internos

Art 46 (cadh) presenta un requisito de admisibilidaf para que un caso pueda


ser presentado en la comisión de ddhh, este es el agotamiento de los
recursos internos , donde una persona hasta que no agote todos los recursos
internos dentro de su país no va a poder presentar el caso a la cadh, a su vez
el art presenta 2 expeciones:

- la inexistencia de recursos internos , es decir, una situación de derecho,


donde jurídicamente no existe una norma que ponga a disposición de las
personas recursos internos para que la misma pueda cuestionar determinado
acto que crea que esté violando sus derechos.

- Una circunstancia de hecho , quiere decir que existiendo estos recursos


internos , no pueda una persona utilizarlos por una circunstancia de hecho.

Un recuerdo internos debe ser eficaz, es decir, capaz de producir el resultado


para el que  ha sido concebido.

El mero hecho de que un recurso interno no produzca un resultado favorable


al  reclamante no demuestra, por sí solo, la inexistencia o el agotamiento de
todos  los recursos internos eficaces, pues podría ocurrir, por ejemplo, que el 
reclamante no hubiera acudido oportunamente al procedimiento apropiado.
En efecto, de los testimonios y de  las demás pruebas aportadas y no
desvirtuadas, se concluye que, si bien  existían en Honduras, durante la época
de que aquí se habla, recursos legales  que hubieran eventualmente
permitido hallar a una persona detenida por las  autoridades, tales recursos
eran ineficaces, tanto porque la detención era  clandestina como porque, en
la práctica, tropezaban con formalismos que los  hacían inaplicables o porque
las autoridades contra las cuales se dictaban  llanamente los ignoraban o
porque abogados y jueces ejecutores eran amenazados  e intimidados por
aquéllas.

Al margen de si existía o no en  Honduras entre 1981 y 1984, una política


gubernamental que practicaba o  toleraba la desaparición de determinadas
personas, aunque se intentaron recursos  de exhibición personal y acciones
penales, resultaron ineficaces o meramente  formales.  Las pruebas
aportadas no  fueron desvirtuadas y son suficientes para rechazar la
excepción preliminar del  Gobierno sobre inadmisibilidad de la demanda por
el no agotamiento de los  recursos internos.

Modus operanding: se usaban automóviles con vidrios polarizados (cuyo uso


requiere un permiso especial de la Dirección de Tránsito), sin placas o con
placas falsas y los secuestradores algunas veces usaban atuendos especiales,
pelucas, bigotes, postizos, el rostro cubierto, etc. Los secuestros eran
selectivos. Las personas eran, inicialmente vigiladas y, luego, se planificaba el
secuestro, para lo cual se usaban microbuses o carros cerrados. Unas veces
eran secuestradas en el domicilio, otras en la calle pública. En un caso en que
intervino un carro patrulla e interceptó a los secuestradores, éstos se
identificaron como miembros de un cuerpo especial de las Fuerzas Armadas y
se les permitió irse con el secuestrado.

Criterio de valoración de las pruebas

La Corte debe determinar cuáles han de ser los criterios de valoración de las
pruebas aplicables en este caso. Ni la Convención ni el Estatuto de la Corte o
su Reglamento tratan esta materia.
Para un tribunal internacional, los criterios de valoración de la prueba son
menos formales que en los sistemas legales internos. En cuanto al
requerimiento de prueba, esos mismos sistemas reconocen gradaciones
diferentes que dependen de la naturaleza, carácter y gravedad del litigio.

La Corte no puede ignorar la gravedad especial que tiene la atribución a un


Estado Parte en la Convención del cargo de haber ejecutado o tolerado en su
territorio una práctica de desapariciones. Ello obliga a la Corte a aplicar una
valoración de la prueba que tenga en cuenta este extremo y que, sin
perjuicio de lo ya dicho, sea capaz de crear la convicción de la verdad de los
hechos alegados.

La práctica de los tribunales internacionales e internos demuestra que la


prueba directa, ya sea testimonial o documental, no es la única que puede
legítimamente considerarse para fundar la sentencia. La prueba
circunstancial, los indicios y las presunciones, pueden utilizarse, siempre que
de ellos puedan inferirse conclusiones consistentes sobre los hechos.

La prueba indiciaria o presuntiva resulta de especial importancia cuando se


trata de denuncias sobre la desaparición, ya que esta forma de represión se
caracteriza por procurar la supresión de todo elemento que permita
comprobar el secuestro, el paradero y la suerte de las víctimas.

-En efecto, la protección internacional de los derechos humanos no debe


confundirse con la justicia penal. Los Estados no comparecen ante la Corte
como sujetos de acción penal. El Derecho internacional de los derechos
humanos no tiene por objeto imponer penas a las personas culpables de sus
violaciones, sino amparar a las víctimas y disponer la reparación de los daños
que les hayan sido causados por los Estados responsables de tales acciones.

Resolución:

La Corte concluye que han sido probadas en el proceso: 1) la existencia de


una práctica de desapariciones cumplida o tolerada por las autoridades
hondureñas entre los años 1981 a 1984; 2) la desaparición de Manfredo
Velásquez por obra o con la tolerancia de esas autoridades dentro del marco
de esa práctica; y 3) la omisión del Gobierno en la garantía de los derechos
humanos afectados por tal práctica.

El fenómeno de las desapariciones constituye una forma compleja de


violación de los derechos humanos que debe ser comprendida y encarada de
una manera integral.

La desaparición forzada de seres humanos constituye una violación múltiple y


continuada de numerosos derechos reconocidos en la Convención y que los
Estados Partes están obligados a respetar y garantizar.

Derechos violados:

Libertad , seguridad, integridad física y psicológica.

Art violados:

Artículo 4.  Derecho a la Vida

 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida.  Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. 
Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.

 2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá
imponerse por los delitos más graves, en cumplimiento de sentencia
ejecutoriada de tribunal competente y de conformidad con una ley que
establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comisión del delito. 
Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la aplique
actualmente.

 3. No se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido.

 4. En ningún caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni
comunes conexos con los políticos.
 5. No se impondrá la pena de muerte a personas que, en el momento de la
comisión del delito, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de
setenta, ni se le aplicará a las mujeres en estado de gravidez.

 6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el


indulto o la conmutación de la pena, los cuales podrán ser concedidos en
todos los casos.  No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud
esté pendiente de decisión ante autoridad competente.

Artículo 5.  Derecho a la Integridad Personal

 1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica
y moral.

 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos
o degradantes.  Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano.

 3. La pena no puede trascender de la persona del delincuente.

 4. Los procesados deben estar separados de los condenados, salvo en


circunstancias excepcionales, y serán sometidos a un tratamiento adecuado a
su condición de personas no condenadas.

 5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben ser separados de los
adultos y llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad
posible, para su tratamiento.

 6. Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la


reforma y la readaptación social de los condenados.

Artículo 7.  Derecho a la Libertad Personal

 1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales.


 2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los
Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas.

 3. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios.

 4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada de las razones de su
detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos formulados contra ella.

 5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un
juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales
y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta
en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su libertad podrá estar
condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el juicio.

 6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o
tribunal competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad
de su arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención
fueran ilegales.  En los Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona
que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir
a un juez o tribunal competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de
tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido.  Los recursos
podrán interponerse por sí o por otra persona.

 7. Nadie será detenido por deudas.  Este principio no limita los mandatos de
autoridad judicial competente dictados por incumplimientos de deberes
alimentarios.

Estos tres artículos en relación con el 1. 1 de la cadh.

Estatuto de roma

Artículo 7 Crímenes de lesa humanidad

1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa


humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte
de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con
conocimiento de dicho ataque:

a) Asesinato;

b) Exterminio;

c) Esclavitud;

d) Deportación o traslado forzoso de población;

e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de


normas

fundamentales de derecho internacional;

f) Tortura;

g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado,


esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad
comparable;

h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en


motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de
género definido en el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos
como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con
cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de
la competencia de la Corte;

i) Desaparición forzada de personas;

j) El crimen de apartheid;

k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente


grandes

sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud


mental o física.
Gelman vs Uruguay

Hechos

Los hechos del presente caso se iniciaron el 27 de junio de 1973 cuando se


llevó a cabo un golpe de Estado, el cual se prolongó hasta el 28 de febrero de
1985. En esos años se implementaron formas de represión a las
organizaciones políticas de izquierda. En noviembre de 1975, se formalizó la
“Operación Cóndor”, lo que facilitó la creación de estructuras militares
paralelas, que actuaban de forma secreta y con gran autonomía. Esa
operación fue adoptada como una política de Estado de las “cúpulas de los
gobiernos de hecho”, y estaba dirigida, en ese entonces, por cuerpos
castrenses principalmente de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y
Brasil.

- María Claudia García Iruretagoyena Casinelli, embarazada y de 19 años de


edad, fue detenida el 24 de agosto de 1976 junto con su esposo, Marcelo
Ariel Gelman Schubaroff, en su residencia de Buenos Aires.

María Claudia García y Marcelo Gelman fueron llevados a un centro de


detención clandestino, donde permanecieron juntos algunos días y
posteriormente fueron separados.

- Marcelo Gelman fue torturado en dicho centro de detención clandestino y


fue ejecutado en 1976. En 1989 sus restos de Marcelo Gelman fueron
descubiertos. María Claudia García fue trasladada a Montevideo de forma
clandestina por autoridades uruguayas, donde dio a luz a una niña. A finales
de diciembre de 1976, a María Claudia García le fue sustraída su hija recién
nacida. Hasta el momento no se conoce sobre su paradero o el de sus restos. 

- El 14 de enero de 1977 la hija de María Claudia de Gelman habría sido


colocada en un canasto y dejada en la puerta de la casa de la familia del
policía uruguayo Ángel Tauriño. Él y su esposa, quienes no tenían hijos,
recogieron el canasto y se quedaron con la niña, registrándola como hija
propia aproximadamente un año y medio más tarde. El 31 de marzo de 2000,
a la edad de 23 años, María Macarena Tauriño tuvo por primera vez contacto
con su abuelo paterno, Juan Gelman. Como consecuencia de lo anterior,
María Macarena Tauriño se sometió, el mismo año, a una prueba de ADN a
los efectos de determinar el eventual parentesco con la familia Gelman, la
que resultó en una identificación positiva en un 99,998%.

- Los hechos señalados nunca pudieron ser investigados ni sancionados por


Uruguay puesto que el 22 de diciembre de 1986 el Parlamento uruguayo
aprobó la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Esta ley fue
una amnistía en relación con los delitos cometidos en el periodo del régimen
militar.

Modus operanding: La preparación y ejecución  de la detención y posterior


desaparición forzada de María Claudia García no  habrían podido perpetrarse
sin el conocimiento u órdenes superiores de las  jefaturas militares, de policía
e inteligencia de ese entonces, o sin la  colaboración, aquiescencia o
tolerancia, manifestadas en diversas acciones  realizadas en forma
coordinada o concatenada, de miembros de los cuerpos de  seguridad y
servicios de inteligencia (e inclusive diplomáticos) de los Estados
involucrados, por lo que los agentes estatales faltaron gravemente a sus
deberes  de prevención y protección de los derechos de las víctimas,
consagrados en el  artículo 1.1 de la Convención Americana, y utilizaron la
investidura oficial y  recursos otorgados por el Estado para cometer las
violaciones.

Derechos violados:

María Claudia García de Gelman:

Por  el modo en que María Claudia García fue privada de su libertad en
avanzado  estado de embarazo, secuestrada en Buenos Aires por autoridades
argentinas y  probablemente uruguayas en un contexto de detenciones
ilegales en centros  clandestinos, y posteriormente trasladada a  Montevideo,
bajo la Operación Cóndor, su privación de libertad fue  manifiestamente
ilegal; Constituyó además un flagrante  incumplimiento de la obligación
estatal de mantener a las personas privadas de  libertad en centros de
detención oficialmente reconocidos y presentarla sin  demora ante la
autoridad judicial competente.

Su traslado desde  Argentina a Uruguay pretendió sustraerla de la protección


de la ley en ambos  Estados, tanto por su permanencia en centros
clandestinos de detención, como  por el hecho mismo de haber sido forzada
a salir de su país sin ningún tipo de  control migratorio, persiguiéndose así
anular su personalidad jurídica, negar su existencia y dejarla en una situación
de indeterminación jurídica ante la sociedad.

Por otro lado, la  desaparición forzada de María Claudia García es violatoria


del derecho a la  integridad personal porque el solo hecho del aislamiento
prolongado y de la  incomunicación coactiva.

El estado de embarazo en  que se encontraba María Claudia García cuando


fue detenida constituía la  condición de particular vulnerabilidad por la cual
se dio una afectación  diferenciada en su caso. Los hechos del caso  revelan
una particular concepción del cuerpo de la mujer que atenta contra su  libre
maternidad, lo que forma parte esencial del libre desarrollo de la
personalidad de las mujeres.

Los señalados actos  cometidos contra María Claudia García pueden ser
calificados como una de las  más graves y reprochables formas de violencia
contra la mujer, que habrían sido  perpetrados por agentes estatales
argentinos y uruguayos, que afectaron  gravemente su integridad personal y
estuvieron claramente basados en su género.

Derechos violados:

Art 7 ( cadh) derecho a la libertad personal

Art 3 (cadh) derecho a la personalidad jurídica

Art 5( cadh) derecho a la integridad personal

Art 4 (cadh) derecho a la vida

Art 17 (cadh) protección a la familia


Art 25 (cadh) derecho a la protección judicial

María Macarena Gelman García (hija)

Los hechos del caso revelan que la integridad personal de María Macarena
Gelman García pudo verse afectada por las circunstancias de su nacimiento y
de  sus primeras semanas de vida. No obstante, resulta evidente que la
vulneración  del derecho a la integridad psíquica ocurrió a partir del
momento en que  descubrió su verdadera identidad, lo que quiere decir que
la violación de su  integridad psíquica y moral es una consecuencia tanto de
la desaparición  forzada de su madre y de haberse enterado de las
circunstancias de la muerte de  su padre biológico, como de la violación de su
derecho a conocer la verdad  sobre su propia identidad, de la falta de
investigaciones efectivas para el esclarecimiento de los hechos y del paradero
de María Claudia García y, en general, de la impunidad en la que permanece
el  caso, lo cual le ha generado sentimientos de frustración, impotencia y
angustia.

En su condición de ese entonces, como niña, María Macarena  Gelman tenía


derecho a medidas especiales de protección.

Derechos violados:

Art 3 (cadh) derecho a la personalidad juridica

Art 4 (cadh) derecho a la vida

Art 5 (cadh) derecho a la integridad personal

Art 7 (cadh) derecho a la libertad personal

Art 17 (cadh) protección a la familia

Art 18 (cadh) derecho al nombre

Art 19 (cadh) derechos del Niño

Art 20.1 (cadh) toda persona tiene derecho a una nacionalidad


Art 25 (cadh) protección judicial

Art 7 convención de los derechos del Niño ( derecho a una nacionalidad y al


nombre)

Art 3 convención de los derechos del Niño ( interés superior del Niño)

Juan Gelman

fue secuestrado y privado de su libertad a su vez torturado en un centro de


detención clandestino y fue ejecutado en 1976. En 1989 sus restos de
Marcelo Gelman fueron descubiertos.

Derechos violados:

Art 4 ( cadh) derecho a la vida

Art 5 (cadh) derecho a la integridad personal

Art 7 (cadh) derecho a la libertad personal

11 (cadh) protección a la honra y la dignidad

17 (cadh) derecho a la protección de la familia

25 (cadh) protección judicial

Derechos de los familiares

Del artículo 8 de  la Convención se desprende que las víctimas de violaciones


de derechos humanos,  o sus familiares, deben contar con amplias
posibilidades de ser oídos y actuar  en los respectivos procesos, tanto en
procura del esclarecimiento de los hechos  y del castigo de los responsables,
como en la búsqueda de una debida  reparación.

La satisfacción de la dimensión colectiva del derecho a la verdad  exige la


determinación procesal de la más completa verdad histórica posible, lo  cual
incluye la determinación judicial de los patrones de actuación conjunta y  de
todas las personas que de diversas formas participaron en dichas violaciones
y sus correspondientes responsabilidades.
Toda  persona, incluyendo los familiares de las víctimas de graves violaciones
a  derechos humanos, tiene el derecho a  conocer la verdad, por lo que
aquéllos y la sociedad toda deben ser informados  de lo sucedido y cuyo
contenido, en particular en casos de desaparición  forzada, es parte del
mismo un  “derecho de los familiares de la víctima de conocer cuál fue el
destino de ésta  y, en su caso, dónde se encuentran sus restos” y que se
enmarca en el derecho  de acceso a la justicia y la obligación de investigar
como forma de reparación  para conocer la verdad en el caso concreto.

Deber del estado:

La obligación de investigar violaciones de derechos humanos se encuentra


dentro de las medidas positivas que deben adoptar los Estados para
garantizar  los derechos reconocidos en la Convención.

Toda vez que haya motivos razonables para sospechar que una  persona ha
sido sometida a desaparición forzada debe iniciarse una  investigación. Esta
obligación es independiente de que se presente una  denuncia, pues en casos
de desaparición forzada el derecho internacional y el  deber general de
garantía, imponen la obligación de investigar el caso ex officio, sin dilación, y
de una  manera seria, imparcial y efectiva.

Cuando un Estado es Parte  de un tratado internacional como la Convención


Americana, todos sus órganos,  incluidos sus jueces, están sometidos a aquél,
lo cual les obliga a velar por  que los efectos de las disposiciones de la
Convención no se vean mermados por  la aplicación de normas contrarias a
su objeto y  fin, por lo que los jueces y órganos vinculados a la administración
de justicia  en todos los niveles están en la obligación de ejercer ex officio un
“control de convencionalidad” entre las normas  internas y la Convención
Americana, evidentemente en el marco de sus  respectivas competencias y
de las regulaciones procesales correspondientes y en  esta tarea, deben tener
en cuenta no solamente el tratado, sino también la  interpretación que del
mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete  última de la Convención
Americana.

La Justicia, para ser tal, debe ser oportuna y  lograr el efecto útil que se desea
o se espera con su accionar y,  particularmente tratándose de un caso de
graves violaciones de derechos  humanos, debe primar un principio de
efectividad en la investigación de los  hechos y determinación y en su caso
sanción de los responsable.

Otros temas relacionados al caso:

-Diferencias entre indulto y amnistía: El indulto supone el perdón de la pena,


mientras que la amnistía supone el perdón del delito. El indulto afecta a una
persona concreta, la amnistía afecta a una pluralidad. El indulto no extingue
la responsabilidad civil derivada del delito, la amnistía sí lo hace.

La Corte idh ha establecido que “son inadmisibles las disposiciones  de


amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de
excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación y
sanción  de los responsables de las violaciones graves de los derechos
humanos tales  como la tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o
arbitrarias y las  desapariciones forzadas, todas ellas prohibidas por
contravenir derechos  inderogables reconocidos por el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos”.

En ese sentido, las leyes de amnistía, en casos de graves  violaciones a los


derechos humanos, son manifiestamente incompatibles con la  letra y el
espíritu del Pacto de San José, pues infringen lo dispuesto por sus  artículos
1.1.y 2, es decir, en cuanto impiden la investigación y sanción de  los
responsables de las violaciones graves de los derechos humanos y,
consecuentemente, el acceso de las víctimas y sus familiares a la verdad de lo
ocurrido y a las reparaciones correspondientes, obstaculizando así el pleno,
oportuno y efectivo imperio de la justicia en los casos pertinentes,
favoreciendo, en cambio, la impunidad y la arbitrariedad, afectando, además,
seriamente el estado de derecho, motivos por los que se ha declarado que, a
la  luz del Derecho Internacional ellas carecen de efectos jurídicos.

Ley de caducidad:

Al aplicar la Ley de Caducidad (que por sus efectos  constituye una ley de
amnistía) impidiendo la investigación de los hechos y la  identificación,
juzgamiento y eventual sanción de los posibles responsables de  violaciones
continuadas y permanentes como las desapariciones forzadas, se  incumple
la obligación de adecuar el derecho interno del Estado, consagrada en  el
artículo 2 de la Convención Americana.

Derecho a la identidad:

El derecho a la identidad es un derecho humano por el cual todas las


personas desde que nacen tienen derecho inalienable a contar con los
atributos de la personalidad , datos biológicos y culturales que permiten su
individualización como sujeto en la sociedad y a no ser privados de los
mismos.

Fallo YRUSTS VS ARGENTINA

Hechos:

La presente comunicación fue iniciada por las hermanas de Roberto


Agustín Yrusta, condenado en diciembre de 2005 a la pena de ocho años de
prisión. El nombrado cumplía esa sanción en una unidad carcelaria de la
provincia de Córdoba, donde fue víctima de actos de tortura y tratos
inhumanos y degradantes por parte de miembros del Servicio Penitenciario.
En noviembre de 2012, denunció esos hechos ante los tribunales de la
provincia y, temiendo por su vida, solicitó ser trasladado a Santiago del
Estero, donde vivía parte de su familia. A pesar de su petición, se lo alojó en
la provincia de Santa Fe. A su llegada, se lo ubicó en celdas de aislamiento y
castigo donde prosiguieron los malos tratos. Sus familiares desconocían el
lugar en el que se encontraba, por lo que efectuaron diversas consultas a los
Servicios Penitenciarios. Estas presentaciones no obtuvieron ninguna
respuesta de los organismos estatales. Cuatro meses antes de la fecha
prevista para acceder a la libertad asistida y diez meses antes de su libertad
definitiva, se informó que Yrusta se había ahorcado en su celda. Sin perjuicio
de ello, no se identificaron evidencias de ahorcamiento. Días más tarde, sus
familiares solicitaron el patrocinio del Defensor General de la provincia para
que se investigue su muerte. Sin embargo, el juez rechazó el patrocinio del
Defensor General por “carecer de legitimación activa para actuar en el
carácter invocado”. Además, se le impidió a las peticionarias seguir con los
procedimientos judiciales y acceder a copias del expediente judicial del caso.

-El tribunal que lleva a cabo el caso es el comité contra la desaparición


forzada.

Derechos violados:

Yrusta:

Art 17 (cadh) protección de la familia

Art 18 (cadh) derecho a al nombre

Art 20 (cadh) derecho a la nacionalidad

Art 24cadh) igualdad ante la ley

Atr 5 (cadh) protección a la integridad personal

Art 25 (cadh) derecho a la protección judicial

Art 4 (cadh) derecho a la vida

Familiares o peticionarias:

Art 17 (cadh) derecho a la protección familiar

Art 25 (cadh) protección judicial

Art 24 (cadh) igualdad ante la ley


El comité de desaparicon forzada de personas requirió al Estado que
reconozca a las peticionarias su estatus de víctima, permitiendo así su
participación efectiva en las investigaciones relacionadas con la muerte y
desaparición forzada de su hermano. El Comité, para llegar a tal conclusión,
recordó inicialmente que conforme el artículo 2 de la Convención, una
desaparición forzada comienza con el arresto, la detención, el secuestro o
cualquier otra forma de privación de libertad. Por lo tanto, la desaparición
forzada puede iniciarse con una detención ilegal o con un arresto o
detención inicialmente legal,como en el presente caso. A partir de ello,
consideró que la sustracción a la protección de la ley es la consecuencia de la
ocultación del paradero de la persona arrestada o detenida. En este
contexto, se estimó que un detenido queda sustraído de la protección de la
ley cuando, como consecuencia de la desaparición se impide ejercitar los
recursos que la legislación del Estado parte pone a su disposición, para que
un tribunal determine la legalidad de la privación de libertad, lo cual ocurrió
en el presente caso; así afirmó que los actos procesados constituyeron una
desaparición forzada, en violación de los artículos 1 y 2 de la Convención.

En relación a los familiares de la víctima, el Comité manifestó que la


privación de información sufrida durante ese período de más de siete días
por la víctima y sus familiares, incluyendo las peticionarias, infringe los
artículos 17(1), 18 y 20(1) de la Convención. Del mismo modo, entendió que
se había violado el derecho a un recurso judicial rápido y efectivo y explicó
que ese derecho no puede ser suspendido o limitado bajo ninguna
circunstancia. Finalmente, el Comité recordó que el hecho de que no se les
reconociese a las peticionarias la condición de querellante agravó la angustia
y el sufrimiento que se les ocasionó, lo que se convertía en un factor de re-
victimización incompatible con los principios de la Convención. Igualmente,
recordó que toda persona que alegue que alguien ha sido sometido a
desaparición forzada tenga derecho a denunciar los hechos ante las
autoridades competentes, quienes examinarán rápida e imparcialmente la
denuncia y, en su caso, procederán sin demora a realizar una investigación
exhaustiva e imparcial y que se entenderá por ‘víctima’ la persona
desaparecida y toda persona física que haya sufrido un perjuicio directo
como consecuencia de una desaparición forzada. A criterio del Comité, el
simple hecho de tardar más de un año en pronunciarse sobre el derecho de
los familiares de Yrusta a participar en la investigación entraña, per se, la
violación de los artículos 12(1) y 24(1), (2) y (3) de la Convención. Es que,
transcurrido un plazo tan extenso la posibilidad de participar activa y
eficazmente en el proceso se reduce considerablemente y la lesión del
derecho resulta irreversible. Tal proceder viola, en consecuencia, el derecho
de las víctimas a conocer la verdad.
 

 
 

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