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La felicidad:

Es el fin de los actos humanos. ¿Qué buscamos cuando hacemos algo? El bien, pero en orden a un
bien superior: el bien de todos los bienes, el bien supremo.

Felicidad: estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien que le llena de dicha y de paz.
Elemento de unidad de los actos humanos
Cualquier bien que desee la voluntad del hombre debe tener estas cuatro condiciones:

1-supremo bien deseable (apetecible), sino será un escalón más.


2-que excluya todo mal, porque la perfecta felicidad no es compatible con la tristeza.
3-que llene por completo todas las aspiraciones del corazón humano, porque si está
insatisfecho, no es plenamente feliz.
4-que no pueda perderse nunca.
Veamos un cuadro con todos los bienes de este mundo clasificados…

corporal: riquezas
espiritual: -personal: honores
externo -social: fama y gloria
mixto: poder
parcial
-bienes
creados
o finitos interno corporal: salud
mixto(de corporal y animal):placeres
espiritual: virtud y sabiduría

total: todos los bienes creados, colectivamente

-Increado o infinito: Dios

Sin embargo, todos esos bienes, son frágiles o se acaban o dependen de otra persona o circunstancia,
etc…El único bien supremo que no termina es Dios, bien infinito y perfecto.
LA FELICIDAD

En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y la mujer; planearon
hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo: 
_Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro,
fuerza e inteligencia igual a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no
ser así, estaríamos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, ¿Que les quitamos?...
 Después de mucho pensar uno de ellos dijo: 
_¡Ya se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la
encuentren jamás.
Propuso el primero: 
_Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso
otro: 
_No, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien subirá, y la encontrara, y si la encuentra uno,
ya todos sabrán donde está. 
Luego propuso otro: 
_Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar, y otro contesto: 
_No, recuerda que les dimos inteligencia, alguna vez alguien construirá una esquina por la que pueda
entrar y bajar, y entonces la encontrara.
Uno mas dijo:
_Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
Y le dijeron: 
_No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien construirá una nave en la que pueda viajar
a otros planetas y la descubrirá, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros.
El último de ellos era un dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una
de las propuestas de los demás dioses, analizo en silencio cada una de ellas y entonces rompió el
silencio y dijo: creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren, todos voltearon
asombrados y preguntaron al unísono: 
_ ¿Dónde? 
_La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la
encontraran. 
Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así. El hombre se pasa la vida buscando la
felicidad sin saber que la trae consigo...
Los actos humanos:
¿Qué son los actos humanos?
Son aquellos que proceden de la voluntad deliberada del hombre, es decir, los que
se realizan con conocimiento y libre voluntad
-En ellos interviene primero el entendimiento, porque no se puede querer o desear
lo que no se conoce. Una vez conocido el objeto, la voluntad tiende hacia él porque
lo desea o se aparta de él porque lo rechaza.

¿Todos los actos que realiza el hombre son humanos? No todos.


Hay actos meramente naturales, que proceden de las potencias vegetativas o
sensitivas, sobre los que el ser humano no tiene control habitualmente p.ej. la
nutrición, la circulación, la respiración, percepción visual o auditiva, sentir dolor o
placer, etc.
Hay otros actos que llamamos: “del hombre”, que son los que proceden de
un ser humano, pero en ellos pueden faltar: la advertencia (personas dementes,
niños, distracción total), o la voluntariedad (hechos por coacción física, etc.), o
ambas (lo que se hace durmiendo).

En síntesis: el ser humano tiene dos potencias espirituales: la inteligencia y la


voluntad.
-de la inteligencia brota la advertencia, el conocimiento; y
-de la voluntad, el consentimiento, el querer
La advertencia y el consentimiento se llaman: elementos del acto humanos. Si
en un acto se dan ambas, el acto es humano, si no, puede ser un acto del hombre
o meramente natural.

La advertencia puede ser plena o semi-plena, según se advierta la acción con toda
perfección o sólo imperfectamente (p.ej. estando semidormido). Si se está
completamente distraído, no habrá acto humano.
No basta con que el acto sea advertido para ser imputable moralmente, es
necesaria la advertencia en relación con la moralidad (p.ej. advierto que hoy estoy
comiendo carne, pero no advierto que es un día de abstinencia)
El consentimiento lleva al hombre a querer realizar el acto previamente conocido,
buscando con ello un fin. Pero puede ser un consentimiento perfecto o imperfecto,
o también: pleno o semi-pleno (p.ej. no me doy perfecta cuenta de que algo que
estoy haciendo está mal).
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Obstáculos del acto humano:
Son factores que afectan a los actos humanos, ya sea impidiendo el debido conocimiento de la
acción, ya sea la libre elección de la voluntad; es decir, causan que de alguna manera se pueda
modificar el acto humano, en cuanto a la voluntariedad o a la advertencia y, por lo tanto, a la
moralidad.

1-Obstáculos por parte de la inteligencia:


La ignorancia:
Se entiende por ignorancia –moralmente hablando- la falta del debido conocimiento, o la falta del
conocimiento que debo y tengo obligación de tener.
Así, la nesciencia: es la falta de conocimientos no obligatorios (p.ej. no tiene obligación de saber
medicina quien no es médico), en cambio la ignorancia de algo que debo conocer (p.ej. el abogado
de las leyes o el proceso de quien defiende) es responsabilidad de la persona y por tanto, imputable
moralmente.

La ignorancia puede ser: vencible o invencible:


-vencible: cuando la puedo superar con un esfuerzo razonable (ej. leyendo, consultando, pensando)
La ignorancia vencible es siempre culpable, en mayor o menor grado, según el descuido o
negligencia en averiguar la verdad (p.ej. el médico tiene una operación difícil y la noche anterior ha
repasado la teoría sobre esas patologías para estar más seguro).

-invencible: la que no puede ser superada por el sujeto que la padece (p. ej. averiguo o consulto con
gente prudente o estudiando y sigo en el error, aunque creo que estoy obrando bien; p.ej. un juez con
las pruebas insuficientes que tiene, y después de agotar todos los medios, declara inocente a alguien
que es en realidad culpable).
La ignorancia invencible, si hizo todo lo que está a su alcance para superarla, quita toda
responsabilidad. Si, en cambio, no puso los medios suficientes, es responsable.
De ahí viene la necesidad que tenemos todos de formarnos y de actuar a conciencia.
2-Obstáculos de parte de la voluntad:
A-el miedo: es la vacilación del ánimo ante un mal presente o futuro que nos amenaza y que influye
en la voluntad del que actúa.
El miedo, en general, no destruye el acto voluntario, a menos que su intensidad haga perder el uso de
la razón. Si, a pesar del miedo, la persona realiza la acción buena, es mayor el valor de la acción.
P.ej. un joven va a la Misa a pesar del temor por las burlas de sus compañeros; Juan va a comprar el
pan a su mamá a pesar del miedo que tiene al perro de su vecino.

B-Las pasiones desordenadas: son movimientos de la sensibilidad que buscan el bien sensible o
buscar huir del dolor, como la ira, la tristeza, el deseo, la fuga, etc. Las pasiones si son ordenadas por
la razón, son buenas, y si, por el contrario, se desordenan, son malas. P.ej. un conductor que es
chocado por otro y se deja llevar por la ira, lo golpea fuertemente. Otro ejemplo: si, viendo la
dificultad que me ocasiona el estudio de un tema, venzo el deseo de dejarlo y tengo la audacia o
coraje de motivarme y ponerme a estudiar.

C-La violencia: es el impulso de un factor exterior que nos lleva a actuar en contra de nuestra
voluntad. Puede ser física (golpes, etc.), o moral (promesas o halagos inoportunos, amenazas). La
violencia física, cuando se ha opuesto toda la resistencia sin poder vencerla, destruye la
voluntariedad y entonces no es imputable. La violencia moral, no destruye la voluntariedad, pero
puede atenuarla (p.ej. el esposo que amenaza a su esposa con separarse si no hace tal cosa)

D-Los hábitos malos: los hábitos son costumbres contraídas por la repetición de actos. Si son malos
se llaman vicios, si son buenos, se denominan virtudes. P.ej. se puede tener el vicio de mentir o de
quedarse con lo ajeno. Si busco vencerlo y lucho de verdad por desarraigar ese vicio, la
voluntariedad disminuye, pero si no lucho, soy responsable y el vicio se puede agravar. (p.ej. una
persona golosa puede luchar por dominarse o se deja estar y se le convierte en un vicio que le puede
ocasionar una enfermedad).

Ejercicios:
Indica que obstáculo del acto humano presentan los siguientes personajes, cómo es su
responsabilidad y que podrían hacer para superarlo.
1-Pedro tenía el hábito de mentir, pero se arrepiente y busca poner los medios para no recaer, pero a
veces miente por la costumbre que le quedó.
2-Un ladrón encierra en una habitación a la cajera del supermercado para robarle. Cuando el ladrón
se va, ella logra salir, pero el dueño llega y se enoja por el robo haciéndola responsable.
3-Elena tiene miedo a la oscuridad, pero necesita ir a buscar el remedio de su mamá que es mayor al
sótano, donde se quemó la lamparita.
4-La novia de Pedro lo invita a hacer cosas indecentes y como él tiene miedo a perderla y que se
vaya con otro, accede.

La ley moral:
¿Qué es la ley? A veces pensamos que una ley es algo
pesado y molesto, una carga difícil de llevar o cumplir.
Sin embargo, la ley es una expresión del orden que
debe haber en una sociedad, sin la cual, todo sería un
caos…Santo Tomás nos da una definición:
La ley es una ordenación de la razón dirigida al bien común y promulgada por quien tiene
el cuidado de la comunidad.

1-La ley moral es exclusiva de los seres racionales:


El ser humano, al analizar su propia naturaleza y descubrir los principios generales que
rigen la vida moral, se da cuenta que lo distinguen claramente de las otras criaturas, que
son propios sólo del hombre.
La ley moral no aparece en el mundo físico inanimado, que está completamente sometido
a la necesidad física, y en él no hay libertad; tampoco se encuentra en el mundo animal
irracional, porque los actos de ellos no son buenos ni malos: actúan sólo por instinto. La
ley moral se descubre sólo en la criatura racional, dotada de inteligencia y voluntad para
obrar libremente.

2-Clasificación de la ley moral:


Si el autor es Dios -Ley eterna
-Ley natural
-ley divino-positiva

Si el autor es el hombre -Leyes humanas


(eclesiástica y civil)
Ley eterna: se encuentra en la mente de Dios. Es el plan de la divina sabiduría que dirige
todas las acciones de las creaturas en orden al bien común de todo el universo (allí se
encuentran las leyes físicas del universo y las cosas inanimadas, las leyes de los instintos
de los seres inanimados, las leyes que da a los hombres, etc.

La ley natural: es la misma ley eterna en cuanto a las criaturas racionales, que está
grabada en el corazón del ser humano. Es la ordenación que Dios puso en la naturaleza
del hombre para que pueda alcanzar el fin último para el que fue creado, que es la
felicidad eterna. San Pablo habla de ella:
“Cuando los paganos, que no tienen la Ley, guiados por la naturaleza, cumplen las prescripciones de la Ley,
aunque no tengan la Ley, ellos son ley para sí mismos, y demuestran que lo que ordena la Ley está inscrito en
sus corazones. Así lo prueba el testimonio de su propia conciencia, que unas veces los acusa y otras los
disculpa, hasta el Día en que Dios juzgará las intenciones ocultas de los hombres por medio de Cristo Jesús,
conforme a la Buena Noticia que yo predico.” (Rm 2, 14-16)

Abarca aquellas normas de la moralidad tan claras que todos los seres humanos pueden
conocer por su sola razón: p.ej. Hacer el bien y evitar el mal, cumple siempre tu deber, “no
hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti” (Tb 4, 15).
La ley divino-positiva: es la ley que, procediendo de la
voluntad de Dios legislador, es comunicada al hombre por
medio de la Revelación divina.
Todos los hombres tienen impresa la ley natural en el
corazón, sin embargo, el pecado original y los pecados
personales oscurecen su conocimiento; por eso, Dios ha
querido revelarnos su voluntad para que todos pudieran saber lo que debían hacer para
agradarle, con certeza.
Así lo ha hecho en tres períodos de la historia:
-desde Adán hasta Moisés;
-desde Moisés hasta Jesús a todo el
pueblo elegido (sobre todo en los 10
mandamientos y otras leyes que están en el
Antiguo Testamento) y
-finalmente con Jesucristo, la ley nueva o ley evangélica (ej. Sermón de la montaña
(Mt 5-7, etc.).
Las leyes humanas: Son aquellas dictadas y promulgadas por la legítima autoridad
humana (puede ser civil, eclesiástica, etc.). Son obligatorias cuando son legítimas y justas
(p.ej. civiles: leyes de tránsito o de convivencia entre los vecinos; eclesiásticas: abstinencia
de carne los viernes).
Si abiertamente impusieran hacer algo malo, es
obligatorio delante de Dios no cumplirlas (p.ej. si una
ley obligara a mentir o robar). Así dice Pedro al
Consejo judío: "Hay que obedecer a Dios antes que a
los hombres” (Hch 5, 29). Leemos también en la carta
de San Pablo o los Romanos:
“Todos deben someterse a las autoridades constituidas, porque no hay autoridad que no provenga de Dios y las
que existen han sido establecidas por él. En consecuencia, el que resiste a la autoridad se opone al orden
establecido por Dios, atrayendo sobre sí la condenación. Los que hacen el bien no tienen nada que temer de los
gobernantes, pero sí los que obran mal. Si no quieres sentir temor de la autoridad, obra bien y recibirás su
elogio. Porque la autoridad es un instrumento de Dios para tu bien. Pero teme si haces el mal, porque ella no
ejerce en vano su poder, sino que está al servicio de Dios para hacer justicia y castigar al que obra mal. Por eso
es necesario someterse a la autoridad, no sólo por temor al castigo sino por deber de conciencia.” (Rm 13, 1-5)

Ejercicios:
1-Señala a qué clase de ley pertenecen estos ejemplos:
a-No hacer contrabando de aparatos eléctricos.
b-No hablar mal del prójimo.
c-Pagar impuestos.
d-No excederse de velocidad en las rutas.
e-No levantar falso testimonio ni mentir.
f-Respetar a la gente.

2-Indica tres clases de leyes humanas (pueden ser civiles, eclesiásticas, deportivas,
académicas, etc.) que consideres justas y tres que no lo sean.

3-Investiga: a-¿Qué es el Código de Derecho Canónico?, b-¿En qué año se promulgó el


último Código de Derecho Civil y Comercial en Argentina?
La moralidad de los actos humanos:

El acto humano no es una estructura simple, sino que está integrada por elementos
diversos. Para juzgar sobre la bondad o maldad de un acto es preciso considerar:
a-el objeto: que es el acto considerado desde el punto de vista moral;
b-el fin o intención que el sujeto se propone en el acto, y
c-las circunstancias que rodean el acto.
Si estos tres elementos son buenos, el acto será bueno; si uno de los elementos es malo, el
acto será malo.

Veamos cada elemento en particular:


Objeto: no es el acto solamente, sino en su consideración moral. Un mismo acto físico
puede tener consideraciones morales distintas, es decir: el objeto será distinto. P.ej.
Dentro del acto: hablar, puede haber p.ej. los siguientes objetos: mentir, jurar, insultar,
bendecir, blasfemar, rezar.
La moralidad del acto depende principalmente del objeto. P.ej. nunca será lícito:
calumniar o blasfemar, por más que la finalidad o las circunstancias sean buenas.
Si el acto es moralmente neutro: p.ej. caminar, dependerá de la finalidad o las
circunstancias para determinar la moralidad.

Finalidad: es la intención que se propone la persona al realizar el acto. Puede coincidir o


no con el objeto.
Así: Yo paseo por el campo (objeto) para recuperar la salud (fin), no coinciden; en cambio:
Alberto se emborracha (objeto) con el deseo de emborracharse (fin); en este caso
coinciden.

Circunstancias: son diversos factores que modifican o afectan al acto humano. Son por
ejemplo:
-quién (p.ej. quien tiene autoridad tiene más responsabilidad cuando da mal ejemplo)
-qué cosa (p.ej. si robo algo sagrado tiene más gravedad o si es una pieza única, o si es
mucha cantidad),
-dónde (p.ej. un pecado en público es más grave que en privado, o si fue hecho en un
templo),
-con qué medios (p.ej. si hubo fraude, si fue con un arma),
-cómo (p.ej. si robó con crueldad, si fue con violencia),
-cuándo (p.ej. si comió carne el viernes santo o si faltó a la Misa el domingo, o si una
acción mala fue continua o prolongada),
-por qué (puede ser distinto del fin o intención principal: p.ej.: voy a una exposición para
robar (fin principal) y con ese dinero comprar una droga (fin secundario)

Hay circunstancias que agravan la moralidad del acto, como algunas de las que hemos
visto (p.ej. robo en un comedor de personas necesitadas); y otras pueden atenuarla (p.ej.
si robo porque perdí el trabajo, debo pagar el alquiler y mi familia se quedaría en la calle)

Trabajo práctico:
Elabora ejemplos que contengan los siguientes elementos:

1-Objeto bueno, fin bueno, circunstancia mala

2-Objeto bueno, fin malo, circunstancia mala

3-Objeto malo, fin bueno, circunstancia buena


La conciencia:

Desde el punto de vista psicológico, la conciencia es el conocimiento que el hombre tiene


de sí mismo y de sus actos. En moral, en cambio, es la misma inteligencia que hace un
juicio práctico sobre la bondad o maldad de un acto.
La conciencia es una realidad de experiencia. Todos los seres humanos juzgan, al actuar,
si lo que hacen está bien o mal. Este conocimiento intelectual de los propios actos es la
conciencia. No es una potencia más, unida a la inteligencia y a la voluntad, sino que es la
misma inteligencia cuando juzga la moralidad de una acción. La base de ese juicio son los
principios morales innatos en la naturaleza humana, a ello se suma la formación
adquirida….
La inteligencia humana tiene un conocimiento de lo que se llama: los primeros
principios del actuar: “hay que hacer el bien y evitar el mal”; “no debemos hacer a los
demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros”. Iluminada por estos principios de
ley natural, la conciencia juzga sobre los actos concretos. Por tanto, el acto de la
conciencia es un juicio en el que esos primeros principios se aplican a las acciones
concretas. Por ej.: Se me presenta la ocasión de acudir a un espectáculo inconveniente; sé
que hay un precepto divino que manda la pureza del alma; la conciencia entonces juzga y
habla interiormente: no debes acudir porque es contrario al precepto divino y por tanto un
mal para ti.

1-Naturaleza de la conciencia:
Juicio práctico sobre la moralidad de un acto.
-juicio: porque con la conciencia juzgamos sobre la moralidad de nuestros actos,
-práctico: se aplica en cada caso particular y concreto lo que la ley dice.
-sobre la moralidad de un acto: es lo que la distingue de la conciencia psicológica.
Lo que le es propio es juzgar si un acto es bueno, malo o indiferente.

Este juicio de la conciencia es la norma próxima e inmediata –subjetiva- de nuestras


acciones, porque ninguna norma objetiva –la ley- puede ser regla de un acto si no es a
través de la aplicación que hace cada sujeto al actuar.
La conciencia puede intervenir de una doble forma:

-antes de la acción: nos hace ver su naturaleza moral, y en consecuencia, la permite, la


ordena o la prohíbe.
Actúa al modo de un razonamiento lógico o silogismo:
-La mentira es ilícita (principio de ley natural)
-Lo que vas a responder es mentira (aplicación del principio al acto concreto),
-Luego, no puedes responder así (juicio de la conciencia propiamente dicha).

-después de la acción: el juicio de la conciencia aprueba el acto bueno, llenándonos de


tranquilidad, o lo reprueba, si fue malo, con el remordimiento.
Por eso señala San Agustín (De Gen 12, 34; PL 34, 482) que “la alegría de una buena
conciencia es como un anticipado paraíso”
Conviene aclarar que cuando la conciencia actúa después de la acción no influye en su
moralidad; y si se diera el caso de que sólo después de realizado el acto el ser humano se
diera cuenta de su inmoralidad, no habría cometido pecado formal, a menos que hubiera
habido ignorancia culpable. Sería una acción materialmente mala pero no imputable.

Reglas fundamentales de la conciencia:


-Nunca es lícito actuar en contra de la propia conciencia: es la voz de Dios y la norma
próxima de toda moralidad. Sería actuar en contra de uno mismo y de los primeros
principios del obrar moral.
-Actuar con duda es pecado, por lo que es necesario salir antes de la duda. Porque se
expone a cometer un pecado si llega a serlo…
-Hay obligación de formar la conciencia: ya que si se equivoca al juzgar los actos por
descuidos voluntarios y culpables, la persona es responsable del error.
Es oportuno insistir aquí en que la conciencia no crea la norma moral, sino que sólo la
aplica. Si no, se podría caer en un subjetivismo moral. P.ej. si alguien dijera: para mí no
es malo hacer tal cosa –que objetivamente es malo, como mentir en algún caso- por su
opinión, no va a cambiar la naturaleza de las cosas.

Clasificación de la conciencia: Se darán las principales.

a-por razón del objeto:


-verdadera: juzga la acción en razón de los principios objetivos de la moralidad.
-errónea: juzga la acción en desacuerdo con ellos.
Aquí se aplican los conocimientos previos sobre ignorancia vencible o invencible. Si es
errónea y es vencible, debe tratar de formarse y actuar siempre con conciencia verdadera.
Si es invencible, no será imputado el acto como culpable.
b-por razón del modo de juzgar:
-recta: juzga con fundamento y prudencia. Dentro de ella está la conciencia
delicada, que busca con rectitud hacer el bien en los mínimos detalles, sin caer en los
escrúpulos ni errores.
-falsa: juzga sin base ni prudencia.
Puede ser: -relajada: la que por razones insuficientes, considera lícito lo ilícito y leve lo
que es grave. Lo más grave dentro de ella es la conciencia cauterizada, que ya no concede
importancia alguna al pecado y obra sin remordimiento alguno.
-estrecha: es rígida, se ciñe a la letra más que al espíritu o a la verdad de la
ley.
-escrupulosa: la que ve pecado donde no lo hay, o ve grave lo que es leve,
-perpleja: la que no sabe cómo obrar porque considera pecado si realiza una
acción, tanto como si la omite.

c-por razón de la firmeza del juicio:


-cierta: juzga sin temor de errar,
-dudosa: juzga con temor de errar o ni siquiera se atreve a juzgar.

Educación de la conciencia:
Los medios naturales principales son: la buena educación, el estudio profundo, reflexionar
antes de actuar y la perfecta sinceridad.
Los medios sobrenaturales: la oración (Sal 118, 73; 142, 10; 1 Cor 2, 16), la práctica de la
virtud (1 Cor 2, 14; Jn 3, 20-21) y la confesión frecuente.

Ejercicios:
1-Elabora una breve narración donde un personaje tenga la conciencia errónea, pero obre
con rectitud.
2-Dar ejemplos de conciencia escrupulosa, relajada y dudosa.

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