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LITERATURA – PROF.

SONIA GOYEN – 5to Humanístico

Edad Media – Renacimiento – Generalidades de La Divina Comedia

Si bien los límites que suelen determinar los períodos históricos son a menudo discutibles, se establece el
período comprendido entre los siglos V y XV como correspondiente a la Edad Media. Se divide en dos grandes
etapas: del siglo V al X ubicamos lo que se denomina Alta Edad Media, mientras que desde el siglo XI al XV
hablamos de Baja Edad Media. El período correspondiente a la Alta Edad Media vive la amenaza de los
pueblos bárbaros. La constante es la guerra y la necesidad de defensa que marca la vida cotidiana, ocasionada
por la ausencia de un poder político estable. Esta situación dio lugar a la implantación del Feudalismo,
estructura política, social y económica que se desarrolló como respuesta a la desintegración de la autoridad
central y al caos social que surgió tras el fin del Imperio Romano. Entre los señores de la nobleza existía una
relación de vasallaje, regulada por el contrato feudal, por el cual los vasallos quedaban obligados a prestar
ayuda militar a su señor acompañándolo en la guerra, y los señores debían proteger a sus vasallos y
establecer justicia.
Desde el punto de vista político, el feudalismo debilitó el poder del rey y produjo una fragmentación en el
poder del Estado. Desde el punto de vista económico, se redujo el comercio y la principal actividad fue la
producción agrícola-ganadera.
La sociedad medieval estaba integrada por tres órdenes o estamentos, de carácter fijo: la nobleza, el clero y
los campesinos. Cada clase tenía una función: el caballero luchaba, el monje rezaba y el campesino trabajaba.
Esta estructura estaba determinada por Dios, y así era aceptada por el hombre medieval, por eso no se
discutía su validez. Los nobles eran guerreros; cuando no estaban luchando vivían en su castillo, se dedicaban
a la caza como entretenimiento y los valores más importantes para ellos eran la valentía, la lealtad y el honor.
El clero orientó la vida espiritual de los hombres dictando normas de conducta y tuvo a su cargo la
preservación de la cultura. El gran problema medieval era la preocupación por el más allá y la salvación del
alma, porque la vida en la tierra era considerada un tránsito hacia Dios. Por eso, hay un gran desprecio hacia
el mundo terrenal, al que se toma como época de transición para lo que vendrá después. El campesino
trabajaba, nacía y moría siendo campesino.
Era una sociedad con una concepción teocéntrica (todo gira en torno a Dios) y sin movilidad social por su
división en estamentos.
La sociedad en la Edad Media era machista y patriarcal, además de misógina (rechazo y odio hacia la mujer).
En ese esquema tripartito, la mujer estaba identificada esencialmente con una función social y era
caracterizada por sus relaciones con los hombres: esposa, viuda o doncella. El matrimonio en el siglo XI se
había convertido para los señores en un medio de enriquecimiento o una forma de ascenso social.
En este contexto histórico surge un movimiento poético llamado Amor Cortés o poesía trovadoresca. El
término cortés se estableció en el sur de Francia para designar las relaciones entre los habitantes de la corte,
inaugurando un nuevo estilo de vida.
El trovador es el poeta que además de escribir sus versos, compone la música con la que deben ser
acompañados.
El concepto AMOR CORTÉS implica una traslación del vasallaje político al campo sentimental, la mujer asume
un rol protagónico como señora del castillo y es el ser jerárquicamente superior al que el enamorado rinde
culto y ofrece su vida como servicio, de tal manera que la llama mi señora.
La dama aparece como figura idealizada, generalmente distante, vista como poseedora de las máximas
virtudes, tanto físicas como morales. Esta idealización no nos debe hacer pensar en el desprecio o censura
absoluta hacia el aspecto físico del amor, pues a pesar de que se ha querido hablar de un sentimiento
exclusivamente platónico, son muchos los poetas que nos hablan de sus logros en este terreno. La amada es
por lo general casada, para reforzar su condición de imposible. Por eso es también un “amor adúltero”,
basado en el principio de que no puede haber “amor verdadero” en el matrimonio.
En el Renacimiento se produce un cambio de mentalidad. Mientras que en la Edad Media el centro del
universo era Dios, en esta nueva etapa el hombre es el dueño de su destino, pasando de una visión
teocéntrica a una antropocéntrica. Se revaloriza al cuerpo, que pasa a ser objeto de contemplación y belleza
artística.
Con la aparición de la burguesía y el surgimiento de las ciudades comienza una economía monetaria y
mercantil; aumenta la producción y los caminos se llenan de mercaderes y viajeros; los más poderosos
disfrutar de los lujos terrenales y otros lo aparentan. De la mano de la burguesía, cobra importancia el poder
del dinero y comienza a surgir la conciencia individual.
La palabra Renacimiento significa “volver a nacer”. Corresponde al período con el que se inicia la Edad
Moderna y fue el resultado de una lenta evolución. No es solamente un fenómeno cultural, sino una nueva
forma de ver y entender el mundo, que tiene al hombre como protagonista.
Surge en Italia hacia fines del siglo XIV y se difundió por Europa en los siglos XV y XVI.

Se produce la revalorización de la cultura clásica o greco-latina (culturas griega y romana) como forma de expresión de una nueva
concepción del hombre y de la vida.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL RENACIMIENTO SON:

➔ Antropocentrismo
El hombre comienza a cuestionar las verdades absolutas que habían sido impuestas por la Iglesia en la
Edad Media, y que había aceptado sin cuestionar por la fe. Esta fe poco a poco es sustituida por la razón.
Se valora la vida como una una etapa que hay que disfrutar. Busca su realización, poniendo énfasis en
este mundo y no en el más allá. El arte y el pensamiento giran en torno al hombre.
➔ La sociedad es dinámica, con mucha movilidad social.
La población se aglomera en los centros urbanos.
Se desarrollan las industrias y el comercio: asciende la burguesía capitalista, que si bien no tiene poder
político, tiene poder económico
➔ Individualismo – Aspiración al conocimiento universal
Afán de conocimiento, orientado a la atención a la naturaleza y a la capacidad de observación
científica. Además de conocer este mundo, el hombre debe disfrutarlo, de allí la reivindicación de las pasiones
y del placer. Se revaloriza al cuerpo, pues es el que proporciona el conocimiento a través de los sentidos. El
individualismo se observa también en la cantidad de autorretratos, autobiografías y obras de arte que
aparecen firmadas por sus autores.
➔ El arte renacentista
En el arte, se imita la cultura clásica (greco-latina).
El Renacimiento tiene un canon de belleza que se basa en la armonía y el equilibrio. Buscan
representar una belleza ideal, ajustada a la razón.
El desnudo es un componente fundamental de la pintura clásica por la revalorización del cuerpo.
Artísticamente, el cuerpo pasa a ser un objeto de contemplación y de belleza.
LA DIVINA COMEDIA
La obra pertenece al género narrativo; es un poema épico, es decir, un texto narrativo escrito en verso,
como La Ilíada y La Odisea de Homero.
En cuanto a su estructura externa, consta de tres cántigas: Infierno (34 cantos, el primero tiene una
doble función: como introducción al Infierno y a la obra en general), Purgatorio (33 cantos) y Paraíso (33
cantos).
Los cantos están compuestos en tercetos o terzinas (estrofas de tres versos). Dante atribuía una
significación misteriosa o simbólica al número tres. Su obra se apoya sobre tres números esenciales: la
unidad, el tres, símbolo de la Trinidad, y el diez, número perfecto, obtenido por medio de los otros: tres por
tres más uno. Los tercetos están compuestos por versos endecasílabos (11 sílabas) encadenados por la rima
consonante de acuerdo al esquema ABA‐BCB‐CDC.
La obra se mueve en dos planos: el real y el imaginario. En el plano real (ARGUMENTO) es la narración de
un viaje que el poeta imaginó cumplir a través de los tres reinos de ultratumba: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Dante, pecador, impulsado por sus ansias de salvación, se convierte en personaje literario, desciende al
Infierno, sube la montaña del Purgatorio, y se eleva a través de los cielos; su peregrinaje le permite apreciar
las culpas y los castigos de los condenados, las penitencias de las almas que aspiran a borrar sus
imperfecciones y el gozo de los bienaventurados en la visión de Dios. En el plano imaginario, hablamos de una
ALEGORÍA, a través de la cual la obra trasciende el significado real o literal. Dante se convierte en
representante de la humanidad, siendo su viaje un camino de purificación.

Para la ordenación moral de los pecadores, Dante se basó en la distinción aristotélica de las tres
disposiciones viciosas del alma humana: incontinencia, bestialidad, malicia. Siguiendo dicha distinción, agrupa
las almas pecadoras por su inclinación a la incontinencia en lujuriosos, glotones, avaros e iracundos; dentro de
la tendencia a la bestialidad coloca a los herejes y violentos, y entre los pecadores de malicia incluye a los
traidores y fraudulentos. El mayor grado de racionalidad implica un pecado más grave. Por lo tanto, los
habitantes de los primeros círculos no hicieron otra cosa que dejarse dominar por pasiones inherentes a la
esencia humana, mientras que los últimos utilizaron su capacidad intelectual para hacer el mal.

Relación pecado - castigo


El castigo tendrá una relación directa con la culpa, la cual se conoce como contrapasso: simetría entre el
pecado y el castigo, existiendo dos tipos:
▪ de semejanza, teniendo en cuenta el pecado, el castigo será similar.
▪ de oposición, los pecadores son castigados obligándolos a hacer lo contrario a lo que hicieron en
su vida.
El Infierno:
Dante concibe el Infierno como un cono que se encuentra en el hemisferio boreal, debajo de los continentes,
cuyo vértice coincide con el centro de la tierra.
El Infierno es el reino de más rica escenografía. Dispone de elementos arquitectónicos, accidentes
geográficos, fenómenos atmosféricos, mundo animal, mundo vegetal, mundo mitológico.

Círculo: El de los .

La inscripción de la puerta del Infierno –Canto III–


DANTE coloca como guardianes del Infierno a
contiene los tres atributos que lo definen: el sufrimiento, figuras mitológicas, por ejemplo: Caronte en el
el principio de justicia que lo creó y la eternidad del castigo. Canto III. Este es un rasgo renacentista de la obra,
que muestra su admiración por el mundo clásico.
La condición implacable de este mundo del que no se puede Todos los guardianes del Infierno son presentados
salir, se resume en el verso final: “Oh vosotros los que entráis, destacando los rasgos que acentúan su aspecto
perded toda esperanza”. monstruoso.
Podemos dividir el Canto III en tres momentos:

1. Inscripción de la puerta y la atmósfera infernal.

INFIERNO – CANTO III


“POR MÍ SE VA A LA CIUDAD DOLIENTE;
PER ME SI VA NELLA CITTÁ DOLENTE, POR MÍ SE VA AL DOLOR ETERNO,
PER ME SI VA NELL’ ETERNO DOLORE, POR MÍ SE VA HACIA LA RAZA CONDENADA.
PER ME SI VA TRA LA PERDUTA GENTE,
LA JUSTICIA ANIMÓ A MI SUBLIME HACEDOR:
GIUSTIZIA, MOSSE IL MIO ALTO FATTORE: ME HIZO LA DIVINA POTESTAD,
FECEME LA DIVINA POTESTATE, LA SUPREMA SABIDURÍA Y EL PRIMER AMOR.
LA OSMA SAPIENZA E’ IL PRIMO AMORE.
ANTES QUE YO NO HUBO NADA CREADO,
DINANZI A ME NON FUOR COSE CREATE SINO LO ETERNO Y YO DURO ETERNAMENTE.
SE NON ETTERNE, E IO ETTERNA DURO DEJAD TODA ESPERANZA LOS QUE AQUÍ ENTRÉIS”
LASCIATE OGNI SPERANZA, VOI CH’ ENTRETE”

2. Los pecadores y su castigo.


3. La figura de Caronte y el cruce del río Aqueronte.

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