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Resumen Abstract
Este artículo analiza la experiencia produ- This article analyzes the experience achie-
cida por la implementación de un Programa ved by the Local Program of Youthful In-
de Inclusión Juvenil municipal, destinado a clusion intended for a group of young males
un grupo de jóvenes varones de entre 15 y 30 of between 15 and 30 years, inhabitants of
años, habitantes de un barrio marginal de una a marginal neighborhood of a city located in
ciudad del sur de la provincia de Santa Fe. the south of the Santa Fe County.
Se toma como núcleo de análisis el dis- The main point of analysis is the device
positivo que se constituyó, con el objetivo de created to explore the different aspects de-
explorar los distintos aspectos desplegados en veloped and the consequent practices that
su desarrollo y los movimientos subjetivantes concern subjective aspects observed during
producidos en el transcurso del pasaje de los the stay of young people in it. Meantime, we
jóvenes por el mismo. try to point out the possibilities of answering
Asimismo, se ilustra sobre la posibilidad the policital demand of labour addressed by a
de responder a la demanda política de inclu- clinical strategy as a chance to promote sub-
sión de los jóvenes a través de la inserción la- jectivity.
boral, con la instrumentación de un dispositi-
vo direccionado por la estrategia clínica como Keywords
apuesta a la producción de subjetividad. Young persons – Program of Inclusion – device –
clinical strategy – subjectivity promotion
Palabras claves
Jóvenes – Programa de Inclusión – dispositivo –
estrategia clínica – producción de subjetividad
1
El presente artículo fue reescrito sobre la base del Trabajo Final Integrador de la Carrera de Especialización
en Psicología Clínica Institucional y Comunitaria “Un análisis del programa de Inclusión Juvenil de la Muni-
cipalidad de Firmat –período 2004/2008–” del que soy autora y que fuera dirigido por la Ps. Marisa Germain.
2
Psicóloga especialista en Psicología Clínica, Institucional y Comunitaria UNR; Escuela de Educación Secun-
daria Orientada N° 421; Firmat, Argentina. carolopezortiz@live.com.ar.
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Esta línea de análisis, implica partir de y nuevos hechos delictivos, y se explicitó que
que todo dispositivo es en sí mismo incon- formar parte del Programa no eximía a los
torneable y, en consecuencia, que el recorrido jóvenes de su responsabilidad ante la justicia.
a realizar no puede ser sino parcial. Se trata A partir de este momento, quedó marcado
entonces de desenmarañar algunas de las lí- el límite entre lo legal y lo ilegal: el Programa
neas que constituyeron el campo específico no era un ‘aguantadero’, no era posible parti-
de esta práctica, en especial, delinear el mapa cipar en cualquier situación legal: era condi-
de sus diferentes instancias y el juego de re- ción necesaria no estar prófugo. Y si existían
laciones establecidas entre sí e identificar los causas anteriores en proceso, la justicia deter-
movimientos subjetivantes que tuvieron lugar minaba la posibilidad o no de hacerlo.
durante su desarrollo. Esta fue una instancia constitutiva del dis-
positivo, en tanto la referencia del Programa
a la ley fue una de sus dimensiones centrales
El borde del dispositivo: el Programa que tomó diferentes modos y que fue necesa-
no es un ‘aguantadero’6 rio volver a enunciar y sostener en acto –en
En primer término, para comenzar a anali- distintos momentos tanto con el grupo como
zar el dispositivo constituido por el Programa con cada uno de los jóvenes– el lugar de no
es preciso ubicar su borde, es decir, el marco encubrimiento y de responsabilidad por sus
a partir del cual fue posible delimitarlo. Dado actos.
que los jóvenes participantes estaban en una De los múltiples elementos constitutivos
zona ‘oscura’7 signada por la marginalidad y de este dispositivo en este artículo es perti-
la ilegalidad, la inscripción en el campo de la nente analizar tres en particular: las distintas
ley –entendida en el sentido que la plantea instancias que lo conformaron, la dimensión
Lewkowicz (2003) en el texto Condiciones espacial y la dimensión temporal.
post–jurídicas de la ley– delimitó el contorno
del Programa.
Las detenciones y los robos ocurridos al Las distintas instancias del dispositi-
inicio de la experiencia, plantearon los pri- vo: múltiples modos de intervención
meros interrogantes al equipo coordinador: El Programa se plasmó en una multiplici-
¿quiénes podían formar parte del grupo?, dad de instancias diversas entre sí: admisión;
¿cómo ubicar este espacio en relación a la ley actividades grupales; actividades escolares, de
sin reproducir las condiciones de expulsión capacitación y laborales; actividades depor-
en las que vivían estos jóvenes? tivas y recreativas; entrevistas individuales;
Estas situaciones confrontaron a las coor- acompañamientos y reuniones del equipo
dinadoras con la posibilidad de que el Pro- coordinador.
grama quede en un lugar de encubrimiento, y Algunas de dichas instancias –por mo-
obligó a definir con mayor claridad la relación mentos– se desarrollaron articuladas y otras
del mismo con la ley. Se estableció la dife- como estrategias específicas respecto de situa-
rencia entre las causas anteriores pendientes ciones particulares. En este sentido, considero
importante destacar algunos aspectos en rela-
6
Lugar de ocultamiento y encubrimiento de activi- ción a cada una de ellas.
dades ilegales. En el inicio, el Programa no tuvo ninguna
7
En referencia a la descripción de los vecinos de la instancia de admisión: el grupo estaba con-
situación de estos jóvenes: “Están en la equina, a oscu-
formado por los jóvenes que se habían reuni-
ras, fumando y tomando” y al decir de ellos mismos que
pedían “blanquearse” (Reuniones barriales, junio 2004). do con el intendente y algunos de sus herma-
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nos y amigos, que habían sido invitados por Además, se organizaron reuniones re-
ellos. Luego, a partir de la explicitación de la creativas de las que participaron los jóvenes,
relación del Programa respecto de la ley, se las coordinadoras y los funcionarios respon-
plantearon condiciones y pautas de admisión. sables del Programa. A medida que avanza-
En relación a las actividades grupales, ba el proceso grupal y de constitución del
durante los dos primeros años, las tareas de dispositivo, la discusión sobre los invitados a
mantenimiento de espacios comunes del ba- estos encuentros sociales era el tema de varias
rrio –realizadas de lunes a viernes en jornadas reuniones. La selección de invitados delimi-
de cuatro horas, por la mañana– y la reunión taba el grupo y quiénes eran los referentes
semanal con el equipo coordinador, fueron políticos e institucionales en los diferentes
las instancias privilegiadas en el dispositivo. momentos. Asimismo se proyectó un viaje a
En ambas actividades los jóvenes participa- Buenos Aires que pudo concretarse después
ban grupalmente y fueron nodales en la cons- de mucho trabajo grupal.
titución de la escena grupal, porque permitie- Por otra parte, las entrevistas individuales
ron construir y poner a jugar las normas de fueron espacios que a veces surgían espontá-
trabajo. neamente en el barrio con la trabajadora so-
Paralelamente al trabajo en el barrio, se cial o al término de las reuniones con alguna
fueron planteando alternativas particulares coordinadora; también eran planteadas por
para algunos de los jóvenes que, en princi- el equipo coordinador ante las dificultades
pio, tuvieron que ver con la escolaridad y la que se iban presentando (ausencias, incum-
capacitación. Hacia el final de la experiencia, plimiento de algún acuerdo, cuestiones refe-
realizaron pasantías laborales en empresas de ridas al pago, problemas personales y legales).
la ciudad. Para la mayoría fue muy dificultoso Avanzada la experiencia, las entrevistas indivi-
sostener estos espacios. duales fueron una de las instancias privilegia-
El Programa también acompañó y pro- das para comenzar a construir las salidas de
movió la organización y participación de los cada uno de los jóvenes del Programa.
jóvenes del grupo en actividades deportivas El dispositivo también incluyó el acompa-
y recreativas. Todos lo participantes estaban ñamiento de los jóvenes en situaciones espe-
ligados al fútbol; en un momento habían cíficas: problemas de salud –propios o de sus
formado un equipo que participaba con fre- parejas e hijos–; dificultades con sus parejas;
cuencia de torneos barriales e interbarriales. nacimiento de sus hijos; dificultades con la ley
Además, avanzada la experiencia, dos de los y/o la policía. En este sentido, se facilitó la
jóvenes retomaron la práctica en un club de la presentación ante las citaciones judiciales y
ciudad. El fútbol fue una línea de trabajo muy la participación de quienes formaban parte
interesante y una vía de intervención utilizada del Programa provincial Menores en Con-
por la coordinación en determinadas situa- flicto con la Ley Penal. El acercamiento a las
ciones, ya que remitía a la historia de algunos coordinadoras para plantear algún problema
de ellos que practicaban este deporte desde y, a veces, formular cierto pedido de ayuda,
pequeños. También, en muchas reuniones y mostraba el valor de referencia que el Progra-
entrevistas, sirvió para trabajar cuestiones en ma fue tomando para los jóvenes. Hay que
relación a sus enojos, y a veces el Boca–River8 destacar que el acompañamiento implicaba la
mostraba otros conflictos de la escena grupal. presencia de las coordinadoras como modo de
intervención: entrevistas, visitas, solicitud de
turnos, llamados, etc.
8
En referencia a la rivalidad futbolística más popular
Respecto del equipo coordinador, durante
en Argentina.
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algún tiempo, la reunión se realizaba según las un lugar simbólico.
dificultades que se iban presentando, sin día, En el inicio, el centro comunitario era
lugar, ni horario fijo; incluso la comunicación el lugar de referencia del Programa; no se
telefónica permanente de las coordinadoras disponía de un espacio para que el grupo se
reemplazaba al encuentro. Una de las modi- reuniera en el horario de trabajo y guardara
ficaciones sustanciales que se produjo luego las herramientas. Por bastante tiempo, las
de la renuncia9 y el posterior retorno de las reuniones grupales se realizaron en la sala
coordinadoras psicólogas fue la redefinición de espera del centro en horario vespertino
del trabajo del equipo y de algunos lineamien- –momento en que estaba disponible–.
tos del Programa. El centro cultural pasó a ser Sin ser previsto, el lugar en el que espon-
el lugar de trabajo de la coordinación; la traba- táneamente se alojó el grupo fue la escuela del
jadora social seguía concurriendo diariamente barrio (de la que la mayoría había sido alum-
al centro comunitario, y en ocasiones puntua- no, con trayectorias bastante accidentadas
les el equipo hacía alguna visita al barrio. Se que finalizaron en pases y/o expulsiones). En
fijaron días y horarios de trabajo, que incluían poco tiempo, el lugar facilitado por la escuela
la reunión de coordinación, la reunión grupal se convirtió en “el lugar donde estar” (Reunión
y tiempo para entrevistas individuales que co- grupal del 08/10/04), lo cual implicó que las
menzaron a realizarse sistemáticamente con actividades se redujeran a ese espacio. Parale-
los integrantes del grupo. Esta organización lamente, la institución comenzó a demandar-
permitió el retrabajo semanal del material y de les que se realicen tareas de mantenimiento en
las estrategias grupales e individuales y tuvo el edificio y en el mobiliario.
importantes efectos. El ofrecimiento de la escuela y la respuesta
de los jóvenes pareció sostenerse en una do-
ble ilusión: para los jóvenes, la escuela que los
La dimensión espacial: mucho más había expulsado les abría sus puertas; para la
que un espacio físico escuela, se trataba de contribuir con la recupe-
Un lugar en el barrio ración de quienes traían problemas al barrio.
Construir un lugar para estos jóvenes no En poco tiempo llegaron al equipo de
fue una cuestión menor, ya que no sólo se tra- coordinación quejas de la directora del esta-
taba de un espacio físico, sino sobre todo de blecimiento relacionadas con situaciones que
no se correspondían con el ámbito escolar
(fumar marihuana en la dependencia cedida,
9
Poco antes de cumplirse los dos años del Programa,
por ejemplo). Tras reuniones del equipo con
las psicólogas coordinadoras renunciaron a su traba-
jo como resultado de importantes diferencias con la la institución, y habiéndolo considerado con
gestión municipal en relación al trabajo comunitario el grupo de jóvenes, se decidió que la escuela
–en ese momento no sólo coordinaban este proyecto, no era un lugar posible para el desarrollo del
también trabajaban en consultorio externo y disposi- Programa.
tivos comunitarios en distintos barrios de la ciudad–. Tanto para el equipo coordinador como
La situación fue planteada y trabajada en las reunio-
para el grupo, disponer de un espacio físico se
nes grupales. Fue un momento muy difícil para todos:
las psicólogas estaban muy afectadas por la situación; planteó como una condición necesaria, ya que
la trabajadora social no sabía en qué condiciones se la posibilidad de construir un lugar simbólico
podría continuar con el Programa y los jóvenes se para estos jóvenes implicaba contar con un
mostraban resistentes a que se produzcan cambios en espacio propio en el territorio del barrio. La
el equipo coordinador. Este hecho marcó un punto rápida apropiación del sitio cedido por la es-
de inflexión en la experiencia, que tuvo muchas con-
cuela parecía mostrar la necesidad de ser alo-
secuencias.
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jados en algún lugar que no fuera la calle o la Un lugar más allá del barrio
esquina. En consecuencia, surgió la propuesta Durante el segundo año del Programa,
de ampliar el edificio del centro comunitario, algunos jóvenes comenzaron actividades de
contemplando un sector que pueda utilizarse capacitación y deportivas que imposibilitaron
como taller y como depósito de herramientas. la realización de la reunión grupal en horario
La concreción de esta obra quedó a cargo de vespertino. Aún no se había concretado la am-
la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de pliación del centro comunitario y no habien-
la Municipalidad. Además, se planteó la parti- do otros espacios disponibles en el barrio, el
cipación del grupo de jóvenes en la construc- equipo coordinador propuso hacer las reunio-
ción del lugar. nes por la mañana –en el horario de trabajo–
Esta propuesta no fue fácil de concretar, y en el centro cultural municipal –emplazado
incluso no fue factible que los jóvenes partici- en la zona céntrica de la ciudad–. Más allá de
paran de la construcción. La prolongación de que era el único lugar disponible, no era cual-
esta situación generó momentos de tensión quier lugar en tanto el edificio corresponde
con la escuela –que por un tiempo siguió fun- a un anexo del edificio de la Municipalidad,
cionando como depósito de herramientas– y en el que funcionan diversas dependencias y
también con algunas personas en el centro actividades referidas a las áreas de Cultura y
comunitario. Educación. Esto implicó la visibilización y
Una vez disponible el nuevo espacio, no cierto reconocimiento institucional del Pro-
fue sencillo para el grupo apropiarse de él, grama al interior del municipio y, más tarde,
parecía que el obstáculo era ser parte del cen- definió la vinculación política del dispositivo
tro comunitario. Compartir el espacio con con la subsecretaria de Gobierno, Cultura y
un grupo numeroso de gente exigía aceptar Educación11.
ciertas normas de convivencia; además, allí los Desde la coordinación no se calcularon
movimientos de los jóvenes quedaban muy a los efectos de esta mudanza. En poco tiempo,
la vista de algunos personajes del barrio. los jóvenes y el equipo se apropiaron del salón
Cerrar con llave el lugar asignado para el que finalmente fue asignado al Programa, y
Programa fue una solicitud del grupo. Uno que pasó a ser espacio de las reuniones gru-
de los motivos de dicha solicitud fue que los pales, de las reuniones de coordinación, de
jóvenes eran responsables grupalmente por entrevistas, de pago, de archivo, incluso de
el cuidado de las herramientas. “La cuestión de reuniones sociales.
la llave” (Reunión grupal del 07/02/08) era Ser parte del centro cultural, compartir los
muy importante y fue trabajada en muchas espacios con otros, tuvo sus dificultades. El
situaciones, en tanto condensaba múltiples momento de mayor tensión se produjo a pro-
significaciones: el compromiso con el trabajo pósito del robo de la bicicleta de una emplea-
propio y del grupo; la responsabilidad por la da que acusó a uno de los jóvenes.
propiedad de las herramientas y su resguardo; Estas modificaciones significaron la salida
la inscripción de cierta jerarquía grupal (que del Programa del barrio: sólo se realizaban allí
no coincidía con los procesos de alianza y li-
derazgo); y el valor simbólico de este objeto: se nombraban como “venta de llave de los departamen-
tener la llave indicaba propiedad sobre el lu- tos” –no correspondía a un alquiler, ni a la venta del
gar10. inmueble, sino al traspaso informal, de hecho, de la
propiedad de la unidad habitacional–.
11
Dicha funcionaria, profesora de Educación Espe-
10
Es interesante considerar que en el negocio inmobi- cial, tuvo cada vez más peso en la definición de las
liario del barrio las transacciones que se producían políticas sociales de la gestión municipal.
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las tareas laborales, el centro cultural pasó a pal fue uno de los desafíos constantes para el
ser el lugar de referencia del dispositivo. equipo coordinador. Cuando hubo que defi-
nir la desvinculación de algunos jóvenes del
Programa, y cuando se redireccionó el trabajo
Diversidad de lugares en relación a la singularidad de cada uno y la
A medida que el Programa, fue amplian- posibilidad de ir construyendo salidas indivi-
do sus límites iniciales e incorporando diver- duales, se presentaron momentos de mucha
sas actividades, los espacios físicos de otras tensión en tanto los tiempos de cada uno y los
instituciones pasaron a ser también parte del del grupo eran diferentes.
dispositivo. Así, además del centro comunita- La variable temporal era muy importante
rio del barrio y el centro cultural municipal, en la eficacia de las estrategias diseñadas por
los jóvenes transitaron por muchos otros es- el equipo. El pasaje del lugar de referencia
pacios institucionales de la ciudad: estableci- del Programa de los funcionarios al equipo
mientos educativos, clubes, empresas, etc. coordinador, fue uno de los movimientos
En algunos casos, esto significó el rees- realizados en este sentido, ya que en muchas
tablecimiento de un lazo previo y, en otros, ocasiones, la dilación de los tiempos de los
representó la posibilidad de establecer nuevos funcionarios provocaba la ineficacia de algu-
lazos. De este modo, transitar por diversos es- na intervención.
pacios de la ciudad brindaba a los jóvenes la El cierre del Programa fue otro de los
oportunidad de vincularse con otros más allá momentos en los que la temporalidad en
de “La 12”12, el barrio y el Programa. juego se mostró en su multiplicidad. Por un
lado, la continuidad o no de la gestión del
intendente y la idea de finalizar el proyecto
La dimensión temporal: diferentes para replicarlo, marcaban el tiempo políti-
tiempos, múltiples tensiones co. Por otro lado, la convicción del equipo
Más allá de la temporalidad en que se de- coordinador de que el Programa en algún
sarrollaron cada una de las instancias descrip- momento debía concluir –el problema era
tas, la dimensión temporal se puso en juego en cuándo y cómo–; del otro, los jóvenes que
distintos niveles del dispositivo. Por un lado, mostraban mucho malestar y resistencia
en la tensión entre los tiempos individuales, ante el planteo de la posibilidad de finaliza-
grupales, de la coordinación y políticos, que ción. En consecuencia, fue muy dificultoso
determinaron el tiempo de duración de la ex- para las coordinadoras introducir el tema del
periencia. Por otro lado, el dispositivo se cons- cierre en el trabajo grupal y con los funcio-
tituyó en un modo de regulación del tiempo narios. La decisión de que no se produzcan
para los jóvenes, como lo evidencian las nor- nuevos ingresos, las pasantías laborales y la
mas de trabajo construidas grupalmente. negativa de las coordinadoras a realizar otro
proyecto que replique la experiencia fueron
actos que pusieron a jugar la conclusión del
Tensión entre los diferentes tiempos Programa y posibilitaron maniobrar y ela-
Maniobrar en la tensión que generaban las borar la tensión entre los tiempos subjeti-
líneas de intervención en lo singular y lo gru- vos, técnicos y políticos. En ese momento,
el equipo coordinador intentó privilegiar el
tiempo subjetivo de los jóvenes que partici-
12
Autodenominación del grupo de jóvenes, en refe- paron de la experiencia.
rencia a la barra brava de fútbol del Club Boca Ju-
niors.
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de la coordinación. El marco era la norma cada uno de responder al marco del dispositi-
grupal, pero la intervención era sobre la sin- vo. Sin embargo, el pasaje de los jóvenes que
gularidad de la economía –libidinal– de cada pudieron permanecer durante su desarrollo,
uno. fue un proceso muy singular.
El equipo de coordinación muchas veces En los diferentes procesos por los que
se interrogó acerca del estatuto del pago en cada uno de estos jóvenes transitó pueden
esta experiencia: ¿se trataba de un subsidio identificarse algunas marcas de subjetivación:
o del pago por un trabajo? En este sentido la posibilidad de reconstruir algo de la pro-
Rosanvallon (1995) plantea que el paso de pia historia, de imaginar un futuro posible,
una asistencia pasiva (distribución de ayuda) de poder contar con algunos lazos familiares
a una forma activa de inserción por el trabajo e institucionales, de responder por sus actos
nunca se llevó en definitiva a su término en en nombre propio, de estar dispuesto a pagar
los países occidentales, y que las nuevas con- algo, de soportar algo de la desilusión y la de-
diciones sociales de desocupación y exclusión cepción.
obligan a revisar las relaciones entre derecho Trayectos desde lo colectivo–grupal a lo
a la asistencia y prestación de trabajo, en tanto singular. Al decir de Assoun (2001): es necesa-
ponen a jugar la vinculación entre trabajo y rio el pasaje de la exclusión sin sujeto al sujeto
derecho a la inserción. Más allá del estatuto de la exclusión: contra los discursos sociales
que el pago tenía desde el punto de vista de que los ubican en el lugar de la falta colecti-
las políticas sociales, en el Programa se prio- va, para seguir existiendo como sujetos tienen
rizó el punto de vista subjetivo: era una vía de que construir una falta propia. En consecuen-
subjetivación importante que ponía a jugar los cia, se trata de no robar a los excluidos lo que
recursos propios, para obtener dinero y res- detentan todavía en presencia de su miseria,
ponsabilizarse de sus propios actos, por fuera esa falta que es solo de ellos: “Aquel al que le
del circuito del delito. falta (casi) todo, sólo sigue siendo ‘alguien’ si
Uno de los momentos en que las líneas le falta algo propio” (Assoun, 2001: 39).
de subjetivación se cruzaron generando gran Las múltiples líneas de subjetivación pro-
tensión entre lo grupal y lo individual, estu- ducidas en este dispositivo hicieron visible la
vo vinculado a los jóvenes que no pudieron posibilidad y, a la vez, la dificultad que el mis-
permanecer en el Programa –a pesar de los mo implicó para estos jóvenes. La posibilidad
múltiples intentos hechos por el grupo y las en tanto el Programa ofició de puente que
coordinadoras–. Además de ser puntos de permitió el pasaje desde el sin lugar a abrir
anudamiento y, a la vez, de desanudamiento un campo de posibilidades. Sin embargo, el
de lo colectivo y lo singular, mostraban el lí- puente no anula la separación entre los bordes
mite del dispositivo, sus puntos de fractura: un que une. Los actos producidos por los jóve-
dispositivo de inclusión que excluía. Fue muy nes a lo largo del Programa, y en especial en
difícil para el equipo coordinador introducir el proceso de cierre, muestran que no es fácil
estrategias alternativas que dieran respuesta a salir–se de zonas de tanta vulnerabilidad. Tal
quienes no podían enmarcarse en las instan- como lo representa el mito de Sísifo18 (Cas-
cias grupales. Luego de la desvinculación del
Programa, la coordinación intentaba mante- 18
El mito hace referencia a un legendario rey de
ner alguna vía de contacto con los jóvenes; Corinto, célebre por sus crímenes, que fue condenado
aunque no siempre fue posible. a permanecer en el infierno y a empujar una roca has-
Por otro lado, la permanencia en el Pro- ta la cima de una montaña, que siempre volvía a caer
por la pendiente en el momento de alcanzar la cima
grama estuvo ligada a las posibilidades de
porque era imposible calzarla en un lugar estable.
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tel, 1997), en la lógica de la exclusión social que definió la dirección en el acompañamien-
el mismo sujeto reproduce la expulsión. El to de cada uno de los jóvenes en su pasaje por
puente permite cruzar, volver; también, ir y el Programa; aún cuando dicho pasaje se haya
venir. desplegado en las distintas instancias grupa-
¿Cómo pensar la eficacia de un dispo- les, institucionales y comunitarias que confor-
sitivo en jóvenes sujetos afectados por los maron el dispositivo.
procesos de desafiliación (Castel, 1997) ex- Optar por el abordaje clínico implica un
pulsión social (Duschatzky y Corea, 2006) y posicionamiento político: un modo de pensar
desinstitucionalización (Svampa, 2005)? En las prácticas en el marco de las políticas pú-
un momento, la posibilidad de que el cierre blicas que hace lugar al sujeto y lo aloja de
del Programa coincidiera con la inserción la- un modo particular. Lo cual en este caso no
boral de los jóvenes hizo obstáculo al equipo significó que respondiera, ni se correspondie-
coordinador, imaginando que el acceso a un se con el pedido del gobierno municipal, sino
lugar de trabajo mostraba la eficacia del dis- con hacerle lugar e interrogarlo.
positivo –reproduciendo un lugar materno y Entonces, ¿qué apuesta se hizo cuando
respondiendo a la expectativa política–. Po- se ofreció un espacio para estos jóvenes?
der pensar que no se trataba de eso, sino de Parafraseando a Castaño, se trata de propo-
soportar la incertidumbre respecto de las su- ner “diversas respuestas posibilitadoras de
cesivas inscripciones que en cada uno de los una producción de sujeto” (Castaño, s/f: 2).
jóvenes, en el devenir de sus vidas y las de sus Subrayamos diversas–posibilitadoras–producción
hijos, pudieran tener las marcas del pasaje por de sujeto: se apostó a abrir un campo de posi-
este dispositivo, permitió a las coordinadoras bilidades en la que cada uno tuviera la opor-
comenzar a transitar el final de la experiencia. tunidad de poner a jugar su palabra, su nom-
bre, su historia, su futuro; en otras palabras,
su propio deseo y, en consecuencia, su propia
Reflexiones finales falta.
La experiencia realizada en el marco del En muchas ocasiones, las coordinadoras
Programa de Inclusión Juvenil puede pen- consideraron que el modo en el que se inició
sarse como la constitución de un dispositivo el Programa –sólo con algunas ideas y sin el
clínico político (Castaño, s/f). Si bien Casta- diseño de un proyecto– había sido un obstá-
ño se refiere a las lógicas manicomiales, bien culo. Sin embargo, ¿no fue justamente la falta
vale para reflexionar sobre los dispositivos de un proyecto previamente diseñado lo que
destinados a los muchos jóvenes que quedan permitió la constitución del dispositivo y sus
desalojados, sin lugar, actualmente en nuestra sucesivas reinvenciones? En este sentido, se
sociedad. puede pensar que la construcción del dispo-
¿Cómo jugaron las dimensiones clínica y sitivo a medida que trascurría la experiencia
política en el Programa? El dispositivo no sur- le dio cierta plasticidad y posibilitó que se ge-
gió en respuesta a la demanda por un malestar neraran más intersticios para la emergencia
sujetivo, sino para responder a una demanda subjetiva.
política. Sin embargo, ante el pedido de incluir También cabe preguntarse: ¿podría repli-
–vía la inserción laboral– a un grupo de jóve- carse este dispositivo, como pretendía la ges-
nes para quienes los dispositivos instituciona- tión municipal? Se pedía hacer lo mismo con
les de socialización no fueron suficientes, se otro grupo de jóvenes de otro barrio; en tal
instrumentó un modo de abordaje clínico. La caso se trataría de la reproducción de un pro-
estrategia clínica –multiplicada– fue la brújula grama previamente determinado más allá de
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