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Melina Santomero2
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El presente artículo fue reescrito sobre la base del Trabajo Integrador Final de la Carrera de Especialización en
Psicología Clínica Institucional y Comunitaria (cohorte 2012–2014) “Mapa de una frontera en el tránsito social
de dos culturas. Reflexiones provocadas por la participación en un Programa Interministerial de Sustitución de
Lógicas Manicomiales –PSLM”. (año 2017) del que soy autora y fue dirigido por el Dr. Claudio Cúneo.
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Psicóloga, Especialista en Psicología Clínica Institucional y Comunitaria. Trabaja en un Centro de Salud de
atención primaria y cumple función en Programa de Sustitución de Lógicas Manicomiales, en la Dirección de
Salud Mental de la provincia de Santa Fe.
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hasta estrategias respetuosas de los derechos in specific institutions is not prohibited, but it
humanos donde no se prohíbe la internación is established that they must respect the dig-
en instituciones específicas, sino que se esta- nity of patients, considering them as protag-
blece que estas deben respetar la condición de onists of their own destiny and not subject
sujetos de los pacientes y su dignidad, con- to manipulation and/or arbitrary impositions.
siderando a estos protagonistas de su propio Keywords: Psychiatric culture – Total institu-
destino y no objeto de manipulaciones y/o tions – Subjective practices
imposiciones arbitrarias.
Palabras clave: Cultura manicomial – Insti-
Introducción
tuciones totales – Prácticas subjetivantes.
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námica institucional, sociopolítica y familiar. que los dispositivos de internación de salud
De esta manera, sobre ese núcleo de análisis mental, tanto en al ámbito público como pri-
se intenta esbozar en este artículo ciertas con- vado, ajusten sus intervenciones y modalida-
diciones institucionales y clínicas a considerar des de atención para los padecimientos subje-
en la deconstrucción de lógicas manicomiales. tivos a lo dispuesto en el marco legal vigente
El instrumento para la obtención de datos en materia de salud mental. Para alcanzarlo,
fueron las entrevistas interdisciplinarias e in- se dispuso la creación de un equipo interdis-
terministeriales con distintos actores –profe- ciplinario e interministerial conformado por
sionales de las instituciones monovalentes pri- psicólogos/as, psiquiatras, abogados/as, tra-
vadas y públicas de la provincia de Santa Fe, bajadores sociales y operadores comunitarios
usuarios afiliados al IAPOS que se encuentran dependientes del IAPOS, de la Dirección de
viviendo en las instituciones monovalentes y Salud Mental del Ministerio de Salud y de la
sus familiares y o referentes afectivos o lega- Secretaría de Derechos Humanos, del Minis-
les. Asimismo, se realizó la lectura de historias terio de Justicia y Derechos Humanos de la
clínicas, de informes de los equipos tratantes, provincia de Santa Fe. A partir del monitoreo
oficios judiciales y el acercamiento al recorte de las internaciones de afiliados al IAPOS, la
de algunos casos clínicos relevados a través de propuesta fue generar un espacio instituyente
presentaciones de los profesionales tratantes y no meramente de control, aportando instru-
y discusiones al interior y exterior del equipo mentos para desmontar lógicas manicomiales
interministerial. Se complementó con la con- a través de los cuales interrogar las prácticas
sideración de documentos legales que regulan de los profesionales responsables de condu-
las prácticas en salud mental y el estudio y re- cir cada uno de los tratamientos así como el
visión de literatura psicoanalítica referenciada quehacer del poder judicial y de los distintos
sobre el tema. actores responsables de garantizar la salud en-
tendida como un derecho ciudadano.
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ffman, entre muchos otros temas, advertirá de la singularidad clínica de ese sujeto. “…se
en este contexto, que luego de años de vivir lo etiqueta como psicótico, esquizofrénico,
en una institución psiquiátrica, no se puede maníaco, depresivo y ahí zozobra el sujeto”
ver ni a la persona ni a la enfermedad que la (Ulloa F., 2012: p 216). Lejos de que la ins-
llevó al hospital; en todo caso se encuentra titución represente un instrumento relativa-
un producto de esa institución que totaliza a mente circunstancial para quién se propone
los enfermos en la enfermedad y se enraíza en impulsar su propio proyecto, las personas
el estigma social y la discriminación. Dirá que ingresan para ser provistas de una identidad
la institución total es un híbrido social donde prestada – paciente psiquiátrico– y se quedan
se transforma a las personas mutilándolas de internadas a vivir en la institución. Lo que la
todas las marcas que tienen que ver con sus psiquiatría denominaba el “curso natural de
singularidades, donde lo más privado queda la enfermedad, es en realidad, lo que Goff-
sometido a lo público, reduciendo así al ser man denomina “la carrera moral del enfermo
humano a sus rasgos biológicos. La enferme- mental” (2001: p 133). Ésta comienza con la
dad aislada termina siendo una enfermedad estigmatización y los procesos de “mortifica-
producida, transformada por la propia inter- ción del yo”, donde se despoja al sujeto de
vención médica. El asilo psiquiátrico se sitúa todas sus pertenencias –soporte de identifica-
así en un cuadro de extrema precariedad: sin ciones– y desbaratan o violan lo que hoy se
cumplir la función de recuperación de los en- nombra derechos de ciudadano, llevándolo a
fermos mentales, paradojalmente, pasa a ser una posición de desamparo. Aquí también la
la responsable del agravamiento de las enfer- historia muestra cómo a los sujetos desampa-
medades. La persona en situación de encierro rados, fácilmente se les proporciona un nuevo
se enfrenta con limitaciones estructurales que marco de referencia basado en un sistema de
sólo lo habilitan a realizar allí las actividades privilegios y castigos para la reorganización
estrictamente programadas y vinculadas con personal, dando lugar a la reconstrucción del
su estigma, en compañía inmediata de un gran yo. Ajustes a un sistema de castigos y privile-
número de otros, a quiénes se les da el mismo gios a través de pactos personales. No hay una
trato y se requiere que hagan las mismas co- legalidad que atraviese a la institución sino el
sas. El lenguaje pierde el carácter de lenguaje pacto que puedas hacer con el otro. Es decir,
como tal –discurso– y pasa ser constatativo la sensación de estar en las manos del otro,
sin posibilidad de subjetivación alguna. En es- ser objeto del otro sin lugar a los procesos de
tas instituciones, el encierro comienza a ser subjetivación: la ley atraviesa más allá de que
diagnóstico y también pronóstico, porque las uno esté de acuerdo o no. ¿Acaso esto no de-
dificultades que provocan las certidumbres termina la ausencia de intercambio cultural?
del primero, sugieren cronicidad o deterioro y De acuerdo a Goffman, las instituciones to-
entonces el encierro termina siendo manico- tales no persiguen una victoria cultural sino
mial. La institución total produce algo ligado que producen nuevas transacciones. En este
a la pérdida de nombre propio, sustituido por sentido es que no hay ganancia o intercambio
diagnósticos que sirven para que el paciente cultural sino que se trata de una complicidad,
pueda asirse a algo. El maltrato se deslinda en una dominación, perversión, utilización del
tanto se rompen los lazos afectivos y la per- otro. La ausencia de cualquier proyecto, el es-
sona queda encuadrada de un modo están- tar constantemente a merced de otros sin el
dar, con todas las arbitrariedades anuladoras menor estímulo personal, el tener definido y
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organizado el día a base de tiempos dictados ra manicomial nos permitirá en el presente
únicamente por exigencias institucionales que trabajo, analizar más allá de las instituciones
no tienen en cuenta al sujeto y las circuns- psiquiátricas monovalentes (aún existentes
tancias particulares de cada uno, constituye especialmente en el ámbito privado en la pro-
el esquema institucionalizante que confor- vincia de Santa Fe), los modos de trabajo y
ma la vida del manicomio. Inevitablemente, las prácticas que se desarrollan actualmente,
quienes se encuentran en estas condiciones, que no tienen que ver directamente con una
tienden a esperar soluciones imaginarias a institución manicomial, sino que funcionan
sus problemas, sin que estas dependan de su como una lógica manicomial que opera intra
propio esfuerzo. En dichas instituciones, y en y extramuros y que está presente en muchas
prácticas que sostienen estas lógicas, donde lo prácticas sostenidas por trabajadores de la sa-
establecido asume la rigidez cultural propia lud y distintos actores de diferentes sectores
de la mortificación que coarta (encierra) a los implicados en la construcción de salud.
sujetos y da paso a la resignación, se aplica Es evidente que el carácter de total de la
el paradigma que Ulloa denomina “encerrona institución atenta contra la subjetividad. El
trágica”. La imposibilidad de substraerse de la psicoanálisis recuerda que el sujeto surge de
escena se da cada vez que alguien para vivir la palabra y propone una alternativa al peso
–amar, divertirse, trabajar, estudiar, tramitar, angustiante del determinismo científico:
recuperar salud, transcurrir su vejez, tener una construir instituciones y dispositivos que den
muerte dignamente asistida– depende de algo lugar a las singularidades, ya que no alcanza
o alguien que lo maltrata o simplemente lo solamente con el respeto a los derechos hu-
destrata, negándolo como sujeto. Dicha im- manos. Hay que permitirle hablar al sujeto.
posibilidad se estructura en dos lugares, do- Y esto constituye un valor fundamental en la
minado y dominador, sin tercero mediador a ética de su clínica.
quién apelar, alguien que represente una ley Se sabe que la Ley de Salud Mental esta-
que garantice la prevalencia del trato justo so- blece, para el tratamiento de problemáticas
bre el imperio de la brutalidad (Ulloa F., 2012: subjetivas, la utilización de dispositivos al-
p 168). ternativos a la internación. ¿Qué dispositivo
El mismo autor dirá que las instituciones podrá ser eficaz sin antes reconocer un suje-
totales hicieron soporte a una cultura depo- to? ¿Qué implica reconocer un sujeto de de-
sitaria y de exclusión a la que nombra como recho? Se percibe que en muchas situaciones
cultura manicomial. Al referirse a las institu- se piensa en los dispositivos alternativos antes
ciones totales, no utiliza el parámetro de la que en la escucha de un sujeto. ¿Se procura
internación para tal calificativo, sino la moda- incluir al sujeto en un lazo social? ¿Cómo se
lidad de pertenencia que los miembros esta- las arreglan estos pacientes para transitar por
blecen con la institución. La institución total los distintos dispositivos propuestos? ¿Para
forma parte de la cultura manicomial en tanto quién es eficaz el traslado de una institución
no existe ningún espacio para una escucha clí- psiquiátrica a una geriátrica? ¿El medio ter-
nica, para la simbolización, ningún espacio lú- mina siendo el fin? ¿Acaso esto no se traduce
dico para crear, de inteligencia, para el pensa- como burocracia? ¿Trae beneficios adaptarse
miento crítico. Es la condición de lo humano al modelo de tratamiento ofrecido?; ¿esto da
lo que no se pone en juego, su singularidad. lugar a una subjetividad del paciente?
Esta conceptualización de Ulloa sobre cultu- Respecto al lugar de los profesionales
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¿Hay algo a nivel del deseo? ¿Se esperan cu- internación y sólo un 10% hacía más de un
ras? ¿Qué están haciendo los distintos actores año y menos de dos, que se encontraba inter-
responsables de un tratamiento? ¿Cuáles se- nado en una Clínica Psiquiátrica.
rían las modalidades que agujerean el amorfo Sobre la base de la revisión de historias
institucional? ¿Cómo otorgarle un lugar de clínicas y de las entrevistas a familiares, a pro-
transmisión a aquellos profesionales que lo- fesionales de la institución y a personas insti-
gran agujerear dicho amorfo? tucionalizadas en una primera etapa del tra-
bajo del programa, podrían deducirse algunos
indicadores de prácticas propias de un sistema
De internaciones manicomiales al totalitario en el que se encuentran atrapados
tránsito de las singularidades en la muchos de los usuarios internados en las clí-
provincia de Santa Fe nicas psiquiátricas visitadas de la provincia de
Santa Fe.
Los datos del presente informe son el re- • Desconocimientos y mitos sobre los pacientes:
sultado de una recolección que implicó sali- Cada miembro de la clínica va agre-
das a terreno del equipo interministerial con gando algo sobre la anécdota y crea-
la finalidad de trazar una aproximación del lu- ción mítica de la historia del paciente.
gar en que viven muchos afiliados al IAPOS, En las transmisiones de las historias
quiénes se encuentran totalmente adentro – personales de los pacientes crónicos
encerrados en una Institución total (Goffman advertimos que se desconoce casi todo
E., 1972: p 13)– de alguna clínica psiquiátrica de esa persona, tanto de su historia
de la provincia de Santa Fe. Se trata de una previa a la llegada de la Institución
población de 179 usuarios, 85 mujeres y 94 como de su recorrido por la institu-
varones distribuidos en 14 instituciones psi- ción.
quiátricas auditadas. • Prevalencia de un tributo a la peligrosidad:
Al momento de dicho relevamiento, en Una supuesta peligrosidad con sus-
su mayoría, quienes se encontraban viviendo tento en conductas desplegadas por la
en alguna de las instituciones psiquiátricas persona años atrás, y que motivaron en
de manera crónica, tenían entre 40 y más de algunos casos la internación por orden
60 años de edad. De una población total de judicial, continúa siendo fundamento
179 se encontraron, en el rango de más de 60 para sostener las internaciones.
años, 75 personas: en el rango entre 40 y 59 • Historias clínicas con registros exclusivamen-
años, 71 personas; mientras que en el rango te de medicalización. Datos esenciales no
de 20 a 39 años se situaban 30 personas y 3 consignados o confusos. Ausencia o
menores de 18 años. escasa información social y/o de ofi-
El 66% de los usuarios entrevistados –re- cios judiciales.
presentados por 118 de 179– llevaban más de • Atención centrada en psicofármacos. En
cinco años de internación (cabe aclarar que muchas situaciones nos hemos encon-
muchos de ellos, llevaban en realidad más de trado con un abuso del profesional en
dos décadas de internación con fechas de in- la administración del psicofármaco.
greso a la institución que data en los 90’), un ¿Un instrumento de defensa frente a
24% de los internados entrevistados, usuarios un posible trabajo transferencial por
de Iapos, llevaban entre dos y cinco años de parte del paciente? Cabe aclarar que
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creemos que el trabajo con la palabra para estar y en ningún caso los equipos
no tiene por qué impedir la necesidad de salud han presentado o transmitido
de un medicamento ya que puede in- a los familiares que la internación es
tervenir como limitador de lo que el un último recurso y que es un recurso
psicoanálisis conceptualiza como un sólo en cuanto tiene un tiempo deter-
goce que invade al sujeto, cuando se minado.
enfrenta a los efectos del retorno en lo • Usuarios que tienen el alta institucional y no
real de lo no simbolizado. tienen dónde ir. Las cuestiones de índole
• Continuación de internación definida por cri- sociales –la persona no tiene a dónde
terios familiares: “No puede mandárme- ir– siguen constituyéndose como fac-
lo a mi casa”, “De ninguna manera él tor de prolongación de la internación.
se va a ir de la clínica porque el acá está • El mercado como principal regulador eco-
tranquilo”, “No puedo dar el alta por- nómico de un tratamiento. Hemos cons-
que el familiar me pone un amparo”, tatado la presencia de abordajes que
dice un director de clínica. excluyen sistemáticamente al sujeto de
• Versiones que supuestamente legitiman el des- la palabra y del deseo. Existe una he-
tino de excluido: algunas muletillas: “Aquí gemonía del discurso de la psiquiatría,
está mejor porque está bien cuidado”, psicoterapias conductistas–cognitivis-
“Lo que el necesita es estar aquí por- tas y, fundamentalmente, el discurso
que no le gusta estar en casa”, “Tiene del mercado: distintos directores de
que estar internado porque es agresivo clínicas psiquiátricas reclaman y nos
y puede matar a alguien” aunque qui- dicen “Ustedes me castigan y castigan
zás lleve años sin visitarlo. “Ustedes a la clínica. Si me sacan más pacientes
saben cómo manejarlo”, suelen decir tengo que cerrar la clínica”, “No es
los familiares, como si el enfermo fue- negocio si me piden que externe y me
ra un extraño desconocido. A modo suspenden los ingresos”.
de un pacto perverso entre familiares • Ausencia de articulación clínica–jurídica. No
y clínica, la clínica hace de cuenta que existe en ninguno de los casos trabajo
cumple con su función de curar cuan- conjunto entre el equipo tratante y las
do en realidad se complementa con el instancias judiciales que participan. No
mandato familiar y social de aislar al se realizan informes a los jueces sobre
enfermo. el estado de las personas, ni tampoco
• Diagnósticos irreversibles e irrevisables. El se registran solicitudes de parte de los
psiquiatra piensa que el fármaco tie- magistrados de informe alguno.
ne el poder de solución que el espacio • Ausencia o dificultades notorias en el diseño
de la palabra y el tiempo, no. La lógica e implementación de estrategias que promue-
asistencial sigue gobernada por el mo- van la integración familiar, laboral, singular y
delo de la solución quedándose en la comunitaria de los pacientes, ni de aque-
impotencia. El que encierra termina llas que se orienten al reforzamiento,
encerrado. restitución o promoción de lazos so-
• Presentación y consistencia de la internación ciales. En la mayoría de las clínicas
como un lugar de encierro. Se continúa ha- revisadas no se ha dado a conocer un
blando de la internación como lugar plan o programa, dispositivos o estra-
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objetivante que coloca al usuario en una en- señalados como externados de la institución
crucijada sin salida. psiquiátrica.
¿Qué función tercera puede interpelar y Cabe aclarar que a partir de los inicios del
producir allí otro lugar para el loco? ¿Cuáles año 2017 se dio una vuelta más a la política
serían las vías alternativas que orienten y re- del programa poniendo a disposición de los
gulen en el amorfo y en el estrago de la Insti- usuarios la financiación de todos los recursos
tución Total? necesarios a los fines de concretar aquellos
Imperiosamente tenemos que pensar en planes terapéuticos que implicasen la amplia-
otras salidas, distintas al encierro, al lugar de ción de derechos. Entonces se pudo pensar,
lo clasificable y manicomial. Necesariamen- por ejemplo, para una usuaria, la financiación
te tenemos que producir una escansión que de una pensión y la continuidad de su trata-
perfore las fronteras del todo y permita que miento en forma ambulatoria. Para otros, la
circulen las singularidades en un afuera sub- salida de la internación fue la propuesta de un
jetivante. geriátrico como lugar de vivienda, pero con la
evaluación de equipos de otros profesionales
que puedan evaluar si eso realmente tenía que
¿Externación manicomial? ver con una posibilidad de vivificar al sujeto.
Dichas evaluaciones de estos terceros equipos
De acuerdo al desarrollo y seguimiento del eran cotejadas con las propuestas de los pro-
Programa de Sustitución de Lógicas Manico- fesionales de las clínicas y supervisadas en el
miales al momento de escritura del trabajo del programa. Y de ese modo se posibilitó dar un
cuál se desprende este artículo, se puede hacer paso en aquellas situaciones en las que de no
referencia a que de 179 usuarios evaluados, 31 contar con dichos recursos la impotencia re-
egresaron de la institución en el año 2016, de doblaba el encierro.
los cuáles: dos asumieron un alta voluntaria, Al momento en que se escribía el traba-
tres fueron derivadas a otra clínica psiquiá- jo del cual se desprende el presente artículo,
trica monovalente y sólo 23 concretaron un hubo algunas situaciones en las que, a mi
plan propuesto por el equipo tratante de las entender, un efecto de sujeto producto de la
clínicas. En dichos planes se implicaron los transferencia y de las intervenciones permitie-
siguientes dispositivos: ron a los usuarios mudarse a otro lugar en el
– 11 personas fueron derivadas a Geriá- sentido más amplio del significante mudar: un
tricos, lugar en el afuera de la institución, una escan-
– 5 regresaron a sus hogares familiares sión al todo adentro de la internación que tuvo
continuando tratamiento ambulatorio, como consecuencia, en esos casos, el efecto
– 5 comenzaron a concurrir a un centro de un trato subjetivante.
de día, Ante la pregunta a los equipos tratantes
– 2 se derivaron a Hogares para perso- acerca de la participación de los usuarios res-
nas con Discapacidad. pecto a algún cambio de dispositivo en sus
Se sabe que concretar una externación no tratamientos, nos hemos encontrado en algu-
se traduce necesariamente en un cambio en nos casos con un discurso totalmente objeti-
la lógica manicomial. Asimismo, no se ha po- vante, que lejos de habilitar a un sujeto, vuelve
dido verificar un cambio de posición subjeti- a segregar y a expulsar: “Lo ponemos en un
va en algunos de los casos precedentemente geriátrico”, “Aún no le dijimos al paciente que
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se va a ir de acá”, “No creo que quiera irse jeto en una significación estable que frene el
porque acá está cómodo”. ¿Quién es el que deslizamiento sin fin de la cadena significan-
está cómodo? te” (Rivas, 2007, p. 119).
Enrique Rivas (2007) acude al concepto Es fundamental, entonces, deshabilitar las
de triple segregación para referirse a una re- lógicas de prácticas que continúan excluyendo
petición que suele jugarse en el tratamiento sistemáticamente al sujeto de la palabra:
del sujeto tratado en una institución de salud • se excluye al usuario como sujeto actor
mental. Dice que “donde su palabra se redu- y autor, es decir el sujeto de la respon-
ce a la desautorización, se reitera un mensaje sabilidad en su defensa:
de no–reconocimiento como sujeto de la pa- • hay una impostura en las propuestas
labra, del deseo, de la responsabilidad y del de tratamientos para los malestares
derecho” (p. 105). Infiere de este modo una subjetivos al elaborar un tratamiento
desinserción simbólica que viene a duplicar su sobre una clasificación sintomática y
fracaso simbólico estructural –en el caso de la una aniquilación sintomática que es lo
psicosis–, es decir, su falla simbólica central más auténtico del sujeto: la expresión
que implica la no inscripción de la función pa- en el síntoma del real que lo consti-
terna, la forclusión del significante del nom- tuye. En este sentido, Rivas plantea
bre del padre, función central que distribuye la diferencia entre un tratamiento del
y ordena las significaciones del sujeto. Doble psicótico en la versión de la psiquiatría
segregación entonces, que viene a materializar donde lo esencial es controlar, silenciar
la exclusión. Rivas (2007) advierte que de no y corregir la sintomatología en térmi-
tener en cuenta dicha falla estructural se corre nos fenomenológicos, y el psicoanáli-
el riesgo de responder a la demanda con una sis que promueve el trato a un sujeto en
afirmación diagnóstica y terapéutica alienante la trama del discurso y en el respeto y
que viene a reduplicar, esta vez como triple, reconocimiento del sujeto como autor
el rechazo que el otro infiere al sujeto psi- de su palabra y actor de la verdad que
cótico. Por eso, dirá el autor, el objetivo del subyace en la misma.
trato con el psicótico en los dispositivos de Se hace crucial, entonces, habilitarnos en
escucha e inserción del mismo en los recursos la creación de dispositivos donde se materia-
asistenciales comunitarios fecundados por la lice el reconocimiento al sujeto y a sus mani-
enseñanza del psicoanálisis sería “romper o festaciones discursivas, dispositivos donde se
desactivar este circuito de triple segregación considere lo real de su disidencia incluyendo
o expulsión del sujeto” (p. 118). Propone, en- el respeto como distancia simbólica. Es, en
tonces, pensar los dispositivos que oficien un este sentido, que ante la pregunta sobre cómo
corte allí y ofrezcan la inclusión en una nueva habilitar prácticas cuidadosas de las condicio-
red simbólica ortopédica, sustentada por la nes de la subjetividad ¿será el psicoanálisis
estructura dialéctica del equipo del recurso uno de los discursos orientadores posible?.
asistencial y la escucha psicoanalítica, tanto en Anudando a su vez otros discursos, ¿será el
dispositivos colectivos como en el trato indi- que nos permitirá pensar al sujeto en el caso
vidualizado. por caso en el marco de la salud entendida
En esta dirección, la llamada estabilización como derecho y por ende en el campo de po-
en psicosis “no es más que el anclaje del su- líticas públicas intersectoriales?
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Escansión de un todo adentro. tuyendo otro, esta vez, a través del discurso.
De lo contrario, no hay intercambio, queda
A la luz de los aportes de Ulloa (2011) obturado y aislado. No tener un abordaje
podemos mirar los datos presentados y reco- “en equipo” termina enfermando desde este
nocer prácticas de tinte manicomial, en tanto punto de vista. El contacto con una realidad
arrasadoras de la subjetividad. La abolición a veces tan descarnada (silenciada o no) y
de lo humano es lo que está en juego en ló- donde con frecuencia no hay un “cesar de
gicas totalizantes y objetivantes. Aquí, el psi- repetirse” va afectando al propio profesio-
coanálisis puede orientarnos en tanto sitúa nal. No somos impermeables al objeto con
que el sujeto no está definido por una nor- el que trabajamos. Y sin embargo, ¡tenemos
ma social o moral respecto de la cual debe- una ética! Fernando Ulloa (2011) contribuye
ría conformarse; “y porque procura alcanzar con su concepto de apuntalamiento, orienta
la existencia de ser humano emancipándose a la hora de pensar la constitución de un dis-
de un ideal o de un imperativo superyoico” positivo. Expresa que ampliar las posibilida-
(L’Heuillet, 2000, p. 65). Desde la perspec- des de apuntalamiento subjetivo como mo-
tiva psicoanalítica la concepción de sujeto vimiento–pasaje de un estado a otro requiere
resulta incompatible con la idea de un gran de un intermediario que sostenga “con es-
todo que lo determinaría. No es la convic- tacas lo que amenaza derrumbarse” (p.93).
ción de un dominio sino el descubrimiento Es el apuntalamiento a la cuestión de la ley
de la propia falta lo que habilita a un sujeto el lo que permite la socialización. Además, la
acceso a su lugar propio. Entendemos que la noción de miramiento en tanto garantiza en
subjetividad, en tanto construcción histórica la persona su condición de sujeto autónomo,
y social, es una formación que corresponde marca la subjetividad.
simultáneamente al sujeto singular y al con- ¿Cuáles son las condiciones clínicas para
junto. La producción de subjetividad en un que el cuidado de la subjetividad se ponga
dispositivo tiene lugar en tanto se contem- en juego? La clínica es estar ahí para que
plan las singularidades, los distintos modos aparezca alguien que escuche a quién habla
de dar significado al mundo, distintas mane- en el hablar. Un hablar que acontece, una
ras de percibir, pensar, accionar y sentir, y disponibilidad que crea el acontecimiento.
las diferentes formas de existencia y de vida. Crear las condiciones de una transferencia
Un dispositivo se torna subjetivante en tanto en los distintos espacios, talleres y activida-
uno se cura de la idea de ayudar y aprende a des en el adentro de una institución y en las
trabajar juntos. Esto es, a pensar, conversar, prácticas, donde haya lugar para un hablante
compartir, y generar lazos donde las necesi- y un escuchante. No hay sujeto en ninguna
dades puedan ser tramitadas entre distintos parte si no hay disponibilidad. “La disponi-
actores y donde importan los diferentes ro- bilidad crea el acontecimiento donde vive
les. Ello es posible cuando se logra construir la singularidad, que está ahí siempre parpa-
una trama discursiva en la que los sujetos se deando”, al decir de Marcelo Percia (2013).
sienten anudados, una trama con vasos co- Por ello el acontecimiento supone una ética,
municantes donde ¿las? libidos vehiculicen la un estar a la altura de la demasía que recorre
circularidad de la palabra y pueda irse consti- los cuerpos.
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trabajo, y los efectos de la institucionalización, crónicos no psiquiátricos, es decir, solo vira-
arrasan con la condición humana. jes en el continuo efecto de la institucionali-
Una cuestión es la internación como re- zación. Sabemos cómo un cambio de dispo-
curso, otra cuestión es la institucionalización. sitivo supuestamente alternativo a la lógica
La internación en salud mental no sería sinó- manicomial puede encausarse en un como si
nimo de institucionalización si se la pudiera para que nada pase, derivando casi compulsi-
pensar en el marco de prácticas cuidadosas de vamente de una institución psiquiátrica a otra
la subjetividad. geriátrica. Agregaría más crudamente: deriva-
Por su parte, el trabajo del PSLM ha per- ción motivada por cuestiones económicas en
mitido el acceso a datos concretos y feha- tanto ya no es negocio un paciente crónico en
cientes que, si bien muestran un oscuro tin- un psiquiátrico.
te manicomial vigente aún en el contexto de La internación planteada como institu-
reforma de la provincia de Santa Fe, expone cionalización no constituye otra cosa que un
datos necesarios para ver y comprender dónde continuo de prácticas objetivantes. Desde
estamos parados. cualquier práctica o ideología objetivante –sea
Se podría resumir, en acuerdo a distintos adentro, sea afuera–, la externación se torna
autores y con el apoyo de los mismos datos manicomial y segregativa.
empíricos relevados en este programa, algu- En el marco del recorrido de este progra-
nas instancias que hacen persistir lo manico- ma podemos visibilizar los escasos disposi-
mial como lógica emergente en las prácticas: tivos y lugares de alojamiento y tratamiento
el juicio de peligrosidad; considerar a los pa- para atender momentos de crisis y hacer lugar
cientes carentes de discernimiento desvalori- a padecimientos subjetivos. Asimismo, en la
zando su palabra; la necesidad de control y provincia de Santa Fe venimos siendo testigos
vigilancia de lo “anormal”; la idea de irrever- de diferentes situaciones en las que las cues-
sibilidad y cronicidad del padecimiento. tiones financieras constituyen el fundamento
Estas premisas, si bien fueron sustituidas de los cierres de instituciones psiquiátricas
en la letra de la ley, aparecen y se reproducen privadas; y otros casos donde no se produ-
en la cotidianeidad misma de nuestras prácti- ce el cierre, sino que las instituciones viran
cas. El recurso de la ley jurídica no resuelve el y transforman sus edificios sin que por ello
carácter segregativo y manicomial de dichas activen una reflexión sobre las lógicas de las
prácticas. prácticas ¿un re–funcionamiento de las clíni-
Sabemos que la cronicidad en las interna- cas psiquiátricas? ¿sólo un cambio de la facha-
ciones se produce cuando lo humano se dero- da? No obstante, destacamos y acompañamos
ga; cuando ni en los equipos de salud ni en los aquellos equipos de profesionales quienes se
usuarios queda esbozo de deseo alguno. Eric proponen estrategias e inventan dispositivos
Laurent (2000) lo expresa así: “La cronicidad que priorizan un lugar a la subjetividad de
se produce cuando ya no quedan objetivos te- cada quién, respetando las diferencias.
rapéuticos” (p. 37). Innegablemente la transición que va desde
Prevalentemente en el sector privado, la modalidades de prácticas caracterizadas por el
desinstitucionalización tiende a ser entendida encierro y la tutela de los pacientes, a otras
como una política de externaciones en un cir- respetuosas de la condición de sujetos de de-
cuito de transinstitucionalización: traspaso a rechos, constituye un tránsito que exige salir
residencias para ancianos y otros lugares de del discurso totalizante y mercantilista, pensar
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BARQUITOS PINTADOS. EXPERIENCIA ROSARIO: Año IV – Número 4, diciembre 2020
cómo nuestras distintas prácticas pueden in- respondan a una sociedad inclusiva de dere-
fluir, condicionar y a veces determinar a un chos humanos y produzca ciudadanos –ac-
sujeto. tores sociales. Estos dispositivos deberán ser
¿Cómo desmontar los discursos que sos- repensados una y otra vez en la singularidad
tienen lógicas manicomiales para advertir de lo que van instituyendo, deberán preser-
otras posibilidades que contribuyan al desa- var las diferencias y peculiaridades de cada
rrollo de experiencias que originen lazos y uno y por ende, convocar a la creatividad. Sin
respeto por las singularidades? dudas la noción de derechos humanos va de
Uno de los desafíos estará en pasar del la mano con la gestación de políticas sociales
campo de etiquetas, certezas, de regularidades integrales que garanticen, entre otras cosas, la
más o menos seguras, al campo de las singu- creación y accesibilidad a dispositivos produc-
laridades y de la imprevisibilidad radical de la tores de salud, de subjetividad.
vida cotidiana. La instancia de ver y comprender la situa-
En este trayecto, sin dudas la locura re- ción de las personas que se encuentran vivien-
quiere ser tratada en su aspecto institucional, do en clínicas psiquiátricas nos ha llevado un
comunitario, social, ideológico, político, jurí- considerable tiempo. Pero ahora es el tiempo
dico y clínico. En el trato a los sujetos con de hacer y hacernos responsables, lo que po-
padecimientos subjetivos, la posición y la ló- dría propiciar una verdadera sustitución de
gica con la que alguien sustenta sus prácticas lógicas manicomiales.
no es sin consecuencias. Son vastos y conoci-
dos en el recorrido de este trabajo, los efectos
del tratamiento de quien parte de una clínica Referencia bibliográfica
positivista y de una posición totalizante. Si en
cambio la teoría que sustenta las prácticas está • Baños L., Steinberg I. (2012) Dificultades
basada en una ética que rescata la condición de la práctica del psicoanálisis Rosario: Homo
de sujetos de derechos, las consecuencias y Sapiens.
posibilidades son bien diferentes. • Foucault, M. (2002). Vigilar y castigar. Naci-
Ante la pregunta bajo qué condiciones miento de la prisión. Buenos Aires: Fondo de
nuestras prácticas pueden brindar soportes Cultura económica.
al sujeto, la respuesta parece ser, hasta ahora, • Goffman, E. (1972). Internados: Ensayos so-
propender a prácticas humanizantes. “Cada bre la situación social de los enfermos mentales.
práctica en salud debe propender a la subjeti- Buenos Aires: Amorrortu Editores.
vación. Esto va desde las acciones singulares • IAPOS (2012). Programa Sustitución lógi-
cotidianas de relación de los profesionales y cas Manicomiales. Disposición del IAPOS
el equipo de salud con las personas, hasta la Nº000037, Provincia de Santa Fe.
formulación e implementación de políticas” • Laurent E. (2000). Psicoanálisis y Salud Men-
(Stolkiner, 1999, p. 94). No hay nada que pue- tal. Ciudad: Tres Haches.
da sustituir algo del orden de un encuentro • Ley Nacional de Salud Mental Nº
con el otro para que desde allí se pueda cons- 26657/2010. Decreto Reglamentario
truir algo del orden de la responsabilización y 603/2013. Argentina. Honorable Congre-
del lazo. Solo se puede producir subjetividad so de la Nación Argentina. Publicada en
en el encuentro con otros, por lo cual ame- el Boletín Oficial el 03 de Diciembre de
rita construir dispositivos subjetivantes que 2010.
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• Ley de Salud Mental de la Provincia de Especialización Psicología Clínica, Insti-
Santa Fe –10772/91. Reglamentación de tucional y Comunitaria. Facultad de Psico-
la Ley de Salud Mental de la Provincia de logía. UNR.
Santa Fe/2007. • Rivas, E. (2007). Pensar la psicosis. El trato
• L’ Heuillet, H. (2000). El psicoanálisis es con la disidencia psicótica o el diálogo con el psi-
un humanismo. Buenos Aires: Letra Viva. cótico disidente. Buenos Aires: Grama Edi-
• Mannoni, M. (1983). El psiquiatra, su loco y ciones.
el psicoanálisis. México: Siglo XXI. • Stolkiner, A. (1999). Lo transdisciplinario
• Percia, M. (2013). Apuntes de clase. Do- como momento o como producto. En El
cente invitado. Seminario: Abordajes Ins- campo psi. Año 3 Nº 11. Rosario.
titucionales II – Orientación Psicoanalíti- • Ulloa, F. (2011). Novela clínica en Psicoaná-
ca. “Dispositivos de Trabajo en la Práctica lisis. Historial de una práctica. Buenos Aires:
Institucional y Comunitaria”. Carrera de del Zorzal.
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