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PRÁCTICA EDUCATIVA EN EL MARCO DE LA CONTINGENCIA DE SALUD QUE VIVIMOS EN AÑOS

RECIENTES

En el año 2020, cuando comenzó la emergencia sanitaria en México, por el COVID-19, y se pidió a
los docentes y alumnos que saliéramos de los espacios físicos de las escuelas y optáramos por
aulas virtuales para continuar con los procesos de enseñanza-aprendizaje, tengo muy presente
que en el ambiente existía la falsa idea de que estaríamos solo unos pocos días lejos los unos de
los otros. El tiempo nos demostraría el error y la situación nos impondría retos para los que no
todos estábamos preparados.

Pasar a las clases en línea fue, en definitiva, un golpe de realidad muy duro tanto para
profesores como para las familias. En el caso de mi escuela hubo cierta libertad inicial para que los
docentes decidiéramos qué plataformas usar en el intento por continuar enseñando a nuestros
alumnos; dicha soberanía seguramente fue favorecida por la inmediatez de los acontecimientos.
Aun así, la decisión no fue nada fácil.

Quienes atendíamos a los alumnos más pequeños nos enfrentamos a mayores desafíos
porque debíamos conciliar tanto los problemas de alfabetización propios de las niñas y niños de
primer grado, como los problemas de alfabetización digital de los padres de familia que no
estaban acostumbrados ni a tan aspectos básicos como encender o apagar el micrófono de la
plataforma que se estuviera usando.

Empero, pese a las dificultades iniciales ocurridas, me siento muy orgulloso de relatar que,
en el caso de los padres de familia con los que trabajé en esa ocasión, el trabajo en conjunto fue
de las experiencias más increíbles que he tenido en mis veintiún años de servicio profesional
docente; mismo que puntualizaré brevemente a continuación:

Para organizarnos empleamos un grupo de Whatsapp que teníamos. Ahí acordamos que
las clases en línea se darían por Meet y que las evidencias se enviarían por Drive. Decirlo suena
muy sencillo ahora que el trabajo a distancia está ya tan generalizado; no obstante, debe
subrayarse que, en ese momento, la gran mayoría de los padres de familia (en realidad, casi todos)
nunca habían usado ni Meet, ni nada remotamente parecido a Drive.

Fue tal el grado de eficiencia que logramos que, a la postre, una vez que terminaban las
clases a distancia y que habían resuelto las actividades que se encargaban ese día, cada padre de
familia podía tomar una foto de la tarea resuelta, subirla a la carpeta compartida de su hijo,
nombrar el archivo de acuerdo a una nomenclatura específica que se sugería y, a la semana
siguiente, abrir un documento compartido de Google en el que les daba retroalimentación
individual y personalizada a cada una de las tareas que habían entregado. Haber llegado hasta ahí
no fue simple.

Ahora que contamos con el apoyo de UNETE, lamento no haberlo tenido antes porque
muchos obstáculos que hubo e innumerables problemas que vivimos hubieran sido superados o,
quizá, ni los hubiéramos tenido. Hoy que los estudiantes están teniendo la oportunidad de
acercarse a una computadora y están aprendiendo a usarla, ahora que los docentes estamos
recibiendo capacitación constante y valiosa acerca de todos los servicios que Google ofrece, y el
día de hoy que los padres de familia cuentan con el respaldo de una escuela que está brindando
una educación más integral a sus hijos, ahora estamos mucho mejor preparados para enfrentar los
retos que aún tenemos por delante.

Afortunadamente sabemos que no estamos solos; en UNETE hay un excelente equipo de


personas comprometidas y con un gran valor humano que nos han apoyado desde el principio y
con quienes sabemos que contamos para seguir fortaleciendo la formación de los niños y niñas
que atendemos. Es poco, pero es de corazón: gracias.

Nombre completo: Jesús Ramón Baca Lara

CCT: 30EPR2638K Lic. Miguel Alemán Valdés

Estado: Veracruz

Nivel educativo: Primaria

Asignatura: Todas

Grado: Primero

Cargo en la institución: Docente frente a grupo.

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