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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS:


MODELO CONCEPTUAL

La terapia basada en esquemas es una terapia innovadora e integradora


desarrollada por Young y cols. (Young, 1990, 1999) que amplía significativamente los
conceptos y tratamientos cognitivo-conductuales tradicionales. La terapia combina
elementos de las escuelas cognitivo-conductual, de las Teorías del Apego, de la
Gestalt, de las Relaciones Objetales, Constructivistas y Psicoanalíticas, en un modelo
conceptual y de tratamiento rico y uniforme.

La terapia basada en esquemas provee un nuevo sistema de psicoterapia que


se adapta especialmente bien a los pacientes con trastornos psicológicos crónicos,
quienes han sido considerados difíciles de tratar. En nuestra experiencia clínica,
pacientes con trastornos de la personalidad desarrollados, así como aquellos con
problemas de carácter significativos que subyacen a sus trastornos de eje I,
normalmente responden extremadamente bien a los tratamientos enfocados en
esquemas (algunas veces en combinación con otros acercamientos terapéuticos).

LA EVOLUCIÓN DE LA TERAPIA COGNITIVA A LA TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS

Un vistazo en el campo de la terapia cognitivo-conductual1 ayudará a explicar la


razón por la cual Young dio cuenta de que el desarrollo de la terapia basada en
esquemas era tan importante. Investigadores y terapeutas cognitivo-conductuales han
hecho un excelente progreso en el desarrollo de tratamientos psicológicos efectivos
para trastornos de Eje I, incluyendo trastornos de ansiedad, sexuales, de alimentación,
somatomorfos y de abuso de sustancias. Estos tratamientos son tradicionalmente de
corto plazo (aproximadamente 20 sesiones) y se han enfocado en reducir los
síntomas, el desarrollo de habilidades y la solución de problemas de la vida cotidiana
de los pacientes.

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En esta sección, utilizamos el término “terapia cognitivo-conductual” para referirnos a distintos protocolos
que han sido desarrollados por escritores tales como Beck (Beck, Rush, Shaw, & Emery, 1979) y Barlow
(Craske, Barlow & Meadows, 2000) para el tratamiento de trastornos de Eje I. Algunos terapeutas
cognitivo-conductuales han adaptado estos protocolos para trabajar con pacientes dificultosos de manera
consistente con la terapia basada en esquemas (Beck, Freeman & Asoc., 1990). Discutiremos algunas de
estas modificaciones más adelante en este capítulo (ver pág. Xx-xx). Sin embargo, la mayoría de los
actuales protocolos de tratamiento de terapia cognitivo-conductual no reflejan estas adaptaciones.

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Sin embargo, a pesar de que muchos pacientes han sido ayudados por éstos
tratamientos, otros tantos no. Estudios de resultado de tratamientos normalmente
reportan altas tasas de efectividad (Barlow, 2001). Por ejemplo, en depresión, la tasa
de efectividad es de un 60% luego del tratamiento; sin embargo, la tasa de recaída es
de aproximadamente un 30% luego de un año (Young, Winberger & Beck, 2001) –
dejando así una cantidad significativa de pacientes con tratamientos no exitosos.
Comúnmente pacientes con trastornos de personalidad subyacente y problemas de
carácter no responden totalmente a los tratamientos cognitivo-conductuales
tradicionales (Beck, Freeman & Asoc., 1990). Uno de los desafíos que encara
actualmente la terapia cognitivo-conductual es el desarrollo de tratamientos efectivos
par estos pacientes crónicos y difíciles de tratar.

Los problemas de carácter pueden reducir la efectividad de la terapia cognitivo-


conductual tradicional de diversas maneras. Algunos pacientes que se presentan para
el tratamiento de síntomas de Eje I, así como ansiedad o depresión, y fracasan o bien
en el proceso del tratamiento o recaen una vez que el tratamiento ha sido retirado. Por
ejemplo, una paciente se presenta para un tratamiento cognitivo-conductual de la
agorafobia. A través de un programa de entrenamiento en respiración,
cuestionamiento de los pensamientos catastróficos y exposición gradual a situaciones
fobígenas, fue reduciendo significativamente su miedo a los síntomas del pánico y
sobreviniendo su evitación a numerosas situaciones. Una vez finalizado el tratamiento,
sin embargo, la paciente vuelve a experimentar agorafobia. Una vida entera de
dependencia, acompañada de sentimientos de vulnerabilidad e incompetencia –a lo
que llamaremos esquemas de Dependencia y Vulnerabilidad- le impidieron
aventurarse en la vida valiéndose de ella misma. Pierde la confianza en sí misma para
tomar decisiones y ha fallado en adquirir habilidades tales como conducir, transitar los
alrededores, manejar dinero y seleccionar destinos prósperos. Ella prefiere dejar que
los otros significativos decidan. Sin la ayuda del terapeuta, la paciente no pudo
orquestar las excursiones públicas necesarias para mantener las ganancias del
tratamiento.

Otros pacientes acuden inicialmente a tratamientos cognitivo-conductuales de


síntomas de Eje I. Luego de que estos síntomas ceden, pasa a ser el foco del
tratamiento sus problemas caracterológicos. Por ejemplo, un paciente sobrelleva un
TCC para Trastorno obsesivo compulsivo (TOC). A través de un programa de
exposición de cierto término combinado con prevención de respuesta, ha podido
eliminar en su gran mayoría los pensamientos obsesivos y rituales compulsivos que

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consumían la mayor parte de su vida diaria. Una vez que estos síntomas de Eje I han
sido apaciguados y ha podido reanudar otras actividades, sin embargo, debe
enfrentarse la casi absoluta ausencia de vida social que resultaba de su estilo de vida
solitario. El paciente tiene lo que llamamos un “esquema disfuncional”, con el cual
hace frente a la evitación de situaciones sociales (con el cual afronta evitando las
situaciones sociales). Es tan sensible a la percepción del rechazo de los otros que,
desde su infancia, ha evitado la mayor parte de las interacciones sociales. Él deberá
resolver y hacer frente a una vida entera en la que ha desarrollado patrones de
evitación que lo resguardaban de la vida social.

Incluso otros paciente quienes acuden a tratamientos cognitivo-conductuales


carecen de síntomas que puedan ser blanco de la terapia. Sus problemas son vagos y
difusos y carecen de agentes claros. Siente que algo vital está mal o perdido en sus
vidas. Éstos son pacientes cuyos problemas son sus problemas caracterológicos.
Acuden buscando tratamiento para dificultades crónicas en sus relaciones con los
otros significativos o en sus trabajo. Sea porque no tienen síntomas de Eje I o porque
los tengan en cantidad, la terapia cognitivo-conductual tradicional resulta difícil de
aplicar en este tipo de pacientes.

SUPUESTOS DE LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL TRADICIONAL QUE CONTRADICEN LOS


PACIENTES CARACTEROLÓGICOS

La terapia cognitivo conductual tradicional realiza varias suposiciones sobre


pacientes que a menudo resultan falsas, de aquellos pacientes con problemas
caracterológicos.

Estos pacientes poseen una cantidad de atributos Psicológicos que los


distinguen de los casos de trastornos de Eje I tradicionales, y los hace menos pasibles
de ser tratados con terapia cognitivo-conductual.

Uno de estos supuestos es que los pacientes van a adherir al protocolo de


tratamiento. La terapia cognitivo-conductual estándar da por hecho que los pacientes
están motivados para reducir los síntomas, desarrollar habilidades y resolver su
problema actual y que, por ello, con un poco de estímulo y reforzamientos positivos
serán capaces de seguir los procedimientos necesarios para el tratamiento. Sin
embargo, para muchos pacientes caracterológicos, sus motivaciones y modos de
abordaje son complicados, y suelen mostrarse incapaces o poco predispuestos para

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cumplir con los procedimientos de la terapia cognitivo-conductual. Por ejemplo,


pueden no realizar por completo las tareas que se les asigna para el hogar. Pueden
mostrarse desganados para aprender estrategias de autocontrol. Pueden llegar a
aparentar estar más motivados a recibir consuelo del terapeuta más que a aprender
estrategias para ayudarse.

Otro supuesto en la terapia cognitivo-conductual es que, con un entrenamiento


breve, los pacientes podrán acceder a sus pensamientos y emociones e informarlos a
su terapeuta. Desde los comienzos de la terapia, se espera que los pacientes puedan
observar y apuntar sus pensamientos y sentimientos. Sin embargo, los pacientes con
problemas caracterológicos en su gran mayoría se ven imposibilitados de realizar esto.
Normalmente parecen no conectarse demasiado con sus pensamientos y emociones.
Muchos de estos pacientes suelen ser evitativos en cuanto a sus pensamientos y
emociones. Bloquean los pensamientos e imágenes molestas. Evitan mirarse
internamente (en el sentido de la introspección). Niegan sus propios recuerdos y
sentimientos negativos. También son proclives a evitar muchas situaciones y
conductas que son esenciales para su propio progreso. Este patrón de evitación
probablemente se desarrolla como una respuesta instrumental, aprendida por estar
reforzada por la reducción de afectos negativos. Las emociones negativas tales como
la ansiedad o la depresión son disparadas por estímulos asociados con los recuerdos
de la infancia, promoviendo así la evitación de estímulos, para poder así evitar las
emociones negativas. La evitación se convierte en una extremada dificultad habitual
para cambiar la estrategia de afrontamiento de los afectos negativos.

La TCC también supone que pacientes pueden cambiar sus pensamientos y


conductas disfuncionales a través de prácticas tales como el análisis empírico, el
discurso lógico, la experimentación, los pasos graduales y repetición. Sin embargo, en
pacientes caracterológicos, este no es el caso más común. En nuestra experiencia,
sus pensamientos distorsionados y sus conductas de autoderrota son muy resistentes
a modificaciones, únicamente con técnicas cognitivo-conductuales. Incluso luego de
meses de terapia, no hay mejoras significativas.

A causa de que a los pacientes caracterológicos les falta flexibilidad


psicológica, suelen responder menos a las técnicas cognitivo-conductuales y
normalmente no realizan cambios significativos en breves períodos de tiempo. Por el
contrario, son psicológicamente rígidos. La rigidez es el sello de los trastornos de la
personalidad (American Psychiatric Association, 1994, p. 633). Estos pacientes

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tienden a expresar desesperanza acerca del cambio. Sus problemas caracterológicos


son egosintónicos: Sus patrones autodestructivos parecen ser una parte de lo que son
que no pueden imaginarse alterándolos. Sus problemas son centrales para su sentido
de identidad, y dejarlos pareciera ser una forma de muerte –la muerte de una parte de
sí mismos. Cuando se los desafía a estos pacientes, éstos se aferran, rígidamente, e
incluso a veces agresivamente, a lo que ya creían que es cierto sobre ellos y sobre el
mundo.

La terapia cognitivo-conductual supone también que los pacientes pueden


comprometerse en una relación de colaboración con el terapeuta en pocas sesiones.
Las dificultades de la relación terapéutica no son consideradas como un problema
central en los tratamientos cognitivo-conductuales. Más bien, estas dificultades son
consideradas como obstáculos para poder conseguir la conformidad del paciente con
los procedimientos del tratamiento. La relación terapeuta-paciente no es en general
considerada como un “ingrediente activo” del tratamiento. Sin embargo, pacientes con
trastornos caracterológicos tienen por lo común dificultades para formar una alianza
terapéutica, reflejando así sus dificultades en las relaciones con los otros fuera de la
terapia. Muchos pacientes difíciles de tratar han tenido relaciones interpersonales
disfuncionales en los años tempranos de su vida. Las perturbaciones en las relaciones
con los otros significativos a lo largo de su vida son otro sello de los trastornos de la
personalidad (Million, 1981). Estos pacientes por lo general encuentran dificultades
para conformar relaciones terapéuticas seguras. Algunos de estos pacientes, tales
como aquellos con trastorno límite o por dependencia de la personalidad,
frecuentemente se encuentran tan absortos en tratar de lograr que el terapeuta
conozca sus necesidades emocionales, que son incapaces de enfocarse en sus
propias vidas fuera de la terapia. Otros tales como aquellos con trastornos narcisistas,
paranoide, esquizoide u obsesivo-compulsivo de la personalidad, frecuentemente no
se comprometen o se comportan de manera hostil, lo cual los hace incapaces de
colaborar con el terapeuta. Por el hecho de que estas dificultades interpersonales son
por lo común el núcleo del problema, la relación terapéutica es una de las mejores
áreas para asesorar y tratar a estos pacientes, -un foco que es generalmente
descartado en la terapia cognitivo-conductual tradicional.

Finalmente, en el tratamiento cognitivo-conductual se presume que el paciente


tiene problemas que pueden ser definidos como objetivos de tratamiento. En el caso
de pacientes con problemas caracterológicos, este presupuesto no siempre es
cumplido. Estos pacientes por lo común han presentado problemas que son

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imprecisos, crónicos y dominantes. Se sienten infelices en las áreas más importantes


de su vida y han estado insatisfechos desde que tienen recuerdos. Puede ser el caso
que hayan sido incapaces de establecer relaciones sentimentales de largo término,
hayan fracasado en alcanzar su potencial en el trabajo, o bien que hayan
experimentado sus vidas como vacías. Se encuentran fundamentalmente insatisfechos
en el amor, el trabajo o el juego. Estos aspectos de la vida extensos y difíciles de
definir, hacen que no sea fácil planificar objetivos para el tratamiento cognitivo
conductual estándar.

Más adelante veremos cómo esquemas específicos pueden dificultar que estos
pacientes puedan beneficiarse con la terapia cognitivo-conductual estándar.

EL DESARROLLO DE LA TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS

Por las razones que acabamos de describir, Young (1990, 1999) desarrolló la
terapia basada en esquemas para tratar a pacientes con problemas caracterológicos a
quienes la terapia cognitivo-conductual no había resultado adecuada: Los
“tratamientos fallidos”. Desarrolló la terapia basada en esquemas como un
acercamiento sistemático que amplía la terapia cognitivo-conductual a través de
técnicas extraídas de diversas escuelas de psicoterapia. La terapia basada en
esquemas puede ser de corto, mediano o largo plazo, dependiendo del paciente.
Amplía la terapia cognitivo-conductual tradicional a través de dar mayor énfasis en la
exploración de los orígenes de los problemas en la niñez o adolescencia, en el uso de
técnicas afectivas, en la relación terapeuta-paciente y en los estilos de afrontamiento
desadaptativos.

Una vez que los síntomas agudos ceden, la terapia basada en esquemas es
apropiada para el tratamiento de trastornos de Eje I y Eje II que poseen una base
caracterológica de toda la vida. La terapia es usualmente asumida en conjunto con
otras modalidades, tales como la terapia cognitivo-conductual y medicación
psicotrópica. La terapia basada en esquemas está diseñada para tratar los aspectos
caracterológicos crónicos de los trastornos, no para síntomas psiquiátricos agudos
(tales como trastorno depresivo mayor o ataques de pánico recurrentes). La terapia
basada en esquemas ha demostrado se útil en el tratamiento de la depresión crónica y
ansiedad, desórdenes alimentarios, problemas de pareja y dificultades en mantener
relaciones íntimas satisfactorias de larga data. También ha sido útil en delincuentes y
para prevenir recaídas en cuestiones de abuso de sustancias.

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La terapia basada en esquemas ubica se centra en los temas psicológicos que


son típicos de pacientes con trastornos caracterológicos. Como discutiremos en detalle
en la sección siguiente, llamaremos a estos temas centrales Esquemas
Desadaptativos Tempranos. La terapia de esquemas ayuda a los pacientes y
terapeutas a darle sentido a los problemas crónicos y dominantes y a organizarlos de
forma comprensible. El modelo rastrea estos esquemas desde la niñez temprana al
presente, poniendo énfasis en las relaciones interpersonales de los pacientes.
Utilizando este modelo, los pacientes ganan la capacidad de ver sus problemas
caracterológicos como egodistónicos y así sentirse más fortalecidos para
abandonarlos. El terapeuta se alía con el paciente en la lucha contra estos esquemas,
utilizando estrategias cognitivas, afectivas, conductuales e interpersonales. Cuando los
pacientes repiten los patrones disfuncionales basados en sus esquemas, el terapeuta
empáticamente los confronta con las razones del cambio. A través de la
“Reparentalización limitada” el terapeuta proporciona a sus pacientes un antídoto
parcial a las necesidades que no han sido adecuadamente satisfechas en la infancia.

ESQUEMAS DESADAPTATIVOS TEMPRANOS

Historia del constructo “esquema”

Pasaremos ahora a detallar los constructos básicos que conforman la teoría de


los esquemas. Comenzaremos con la historia y el desarrollo del término “esquema”.

La palabra “esquema” es utilizada en varios campos de estudio. En términos


generales, un esquema es una estructura, un marco, un esbozo. En la filosofía griega
antigua, los lógicos Estoicos, especialmente Crisipo (Chrysippus) (279-206 AC),
presentó los principios de la lógica en la forma de “esquemas de inferencia”
(Nussbaum, 1994). En la filosofía kantiana, un esquema es una concepción de lo que
es común a todos los miembros de una clase. Este término también se utiliza en la
teoría de los conjuntos, geometría algebraica, educación, análisis literario,
programación por computadoras, para nombrar sólo algunos de los campos en los que
el concepto “esquema” es utilizado.

El término “esquema” tiene una historia especialmente rica en psicología, más


que nada en el área de desarrollo cognitivo. Dentro del desarrollo cognitivo, un
esquema es un patrón impuesto sobre la realidad o la experiencia para ayudar a los

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individuos a explicarla, mediante la percepción, y a guiar sus respuestas. Un esquema


es una representación abstracta de las características distintivas de un evento, una
especie de copia de sus elementos principales. En psicología este término es
probablemente más asociado con Piaget, quien escribió en detalle acerca de los
esquemas en las distintas etapas del desarrollo cognitivo del niño. En la psicología
cognitiva, un esquema también puede ser pensado como un plan cognitivo abstracto
que sirve de guía para interpretar la información y resolver problemas. Así es como
podemos tener un esquema lingüístico para entender una oración, o un esquema
cultural para interpretar un mito.

Trasladándonos ahora de la psicología cognitiva a la terapia cognitiva, Beck


(1967) hizo referencia a los esquemas en sus primeros escritos. Sin embargo, en el
contexto de psicología y psicoterapia, un esquema puede ser pensado como un
extenso principio organizador para darle sentido a las experiencias de vida. Un
concepto importante con relevancia en la psicoterapia, es la noción de que los
esquemas, muchos de los cuales se han formado en los primeros años de vida, se
continúan elaborando y luego superponiéndose en las experiencias vitales posteriores,
incluso cuando no son más aplicables. Esto es lo que muchas veces se refiere a la
necesidad de “coherencia cognitiva”, para mantener una percepción estable de uno en
el mundo, a pesar de ser, si lo es, en realidad, inexacto o distorsionado. A partir de
esta definición en sentido amplio, un esquema puede ser positivo o negativo,
adaptativo o desadaptativo; los esquemas pueden formarse en la niñez, o bien en la
vida adulta.

Definición de Esquema para Young

Young (1990, 1999) hipotetizó que algunos de estos esquemas –especialmente los
esquemas que se desarrollan principalmente como resultado de experiencias infantiles
nocivas- podrían estar en el núcleo de los trastornos de personalidad, problemas
caracterológicos más leves e incluso algunos trastornos crónicos de Eje I. Para
estudiar esta idea, definió un subconjunto de esquemas, a los que llamó “Esquemas
Desadaptativos Tempranos”.

Nuestra definición de Esquema Desadaptativo Temprano es:

• Un tema o patrón extenso y dominante


• Compuesto de recuerdos, emociones, pensamientos y sensaciones corporales

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• Respecto de uno mismo y de sus relaciones con otros


• Desarrollado durante la niñez o adolescencia
• Elaborado durante toda la vida y
• Significativamente disfuncional.

Brevemente, los Esquemas Desadaptativos Tempranos son patrones emocionales


y cognitivos contraproducentes que comienzan en nuestro desarrollo temprano y se
repiten durante toda la vida. Hemos de notar que, de acuerdo con esta definición, la
conducta de un individuo no es parte del esquema en sí; Young teoriza que los
comportamientos desadaptativos se desarrollan como respuestas a un esquema. Así
las conductas son guiadas por esquemas, pero no son parte de ellos. Ahondaremos
en esto cuando discutamos estilos de afrontamiento más adelante en este capítulo.

CARACTERÍSTICAS DE LOS ESQUEMAS DESADAPTATIVOS TEMPRANOS

Examinemos ahora algunas de las características principales de los esquemas


(de ahora en más utilizaremos indistintamente los términos “esquema” y “Esquema
Desadaptativo Temprano” como virtualmente intercambiables). Consideremos
pacientes con uno de los esquemas disfuncionales más poderosos de nuestra lista de
18 (Ver Figura 1.1): Abandono/inestabilidad, Maltrato/abuso, Privación emocional e
Incapacidad/Vergüenza. En la infancia, estos pacientes fueron abandonados,
abusados, desatendidos o rechazados. En la adultez, sus esquemas son disparados
por eventos que ellos perciben (inconscientemente) como similares a las experiencias
traumáticas de su niñez. Cuando uno de estos esquemas son disparados,
experimentan una fuerte emoción negativa, como pena, vergüenza, miedo o ira.

No todos los esquemas se basan en traumas de la infancia o maltrato.


Efectivamente, un individuo puede desarrollar un esquema de
Dependencia/Incompetencia sin haber experimentado una sola instancia traumática en
su niñez. Más bien, este individuo pudo haber sido sobreprotegido durante este
período. Sin embargo, a pesar de que no todos los esquemas se originan en
situaciones traumáticas, todos ellos son destructivos, y la mayoría de ellos son
causados por experiencias nocivas que fueron repetidas regularmente durante la niñez
y la adolescencia. El efecto de estas experiencias nocivas es acumulativo, y
conjuntamente llevarán a la emergencia de un esquema desadaptativo completamente
desarrollado.

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Los esquemas desadaptativos tempranos lucharán por sobrevivir. Como


mencionamos anteriormente, este es el resultado de la tendencia de los seres
humanos por la coherencia. El esquema lo que el individuo sabe. A pesar de causar
sufrimiento, es familiar y confortable. Se siente “correcto”. La gente se siente atraída a
eventos que activan sus esquemas. Esta es una de las razones por las cuales los
esquemas son tan difíciles de modificar. Los pacientes consideran a los esquemas
como verdades “a priori”, y es así que estos esquemas influyen en el procesamiento
de experiencias posteriores. Tienen un papel principal en cómo los pacientes piensan,
sienten, actúan y se relacionan con otros, y paradójicamente los llevan a recrear
inadvertidamente en su vida adulta, las condiciones de su niñez que fueron más
dañinas para ellos.

Los esquemas comienzan en la niñez temprana o adolescencia como


representaciones de su entorno basadas en la realidad. Por ejemplo, si un paciente
nos cuenta que su familia era fría y no afectiva cuando él era joven, está en lo
correcto, aun cuando puede no entender por qué sus padres tenían dificultades para
demostrar sus afectos o expresar sus sentimientos. Sus atribuciones con respecto a
su conducta pueden ser erróneas, pero su sentido emocional básico del clima
emocional y de cómo era tratado, es casi siempre válido.

La naturaleza disfuncional de los esquemas normalmente se convierte en más


evidente con el correr de los años, cuando los pacientes continúan o perpetúan sus
esquemas en la interacción con otra gente, a pesar que sus percepciones ya no sean
acertadas. Los esquemas desadaptativos tempranos y los modos disfuncionales con
que los pacientes aprenden a afrontarlos, generalmente subyacen síntomas de Eje I
crónicos, tales como ansiedad, depresión, abuso de sustancias y trastornos
psicosomáticos.

Los esquemas son dimensionales, esto es que tienen diferentes niveles de


severidad y dominio. Cuanto más severo sea el esquema, más situaciones lo
activarán. Así, por ejemplo, si un sujeto experimenta críticas constantes desde
temprana edad provenientes de ambos padres en alto grado, el contacto de este
individuo con cualquier persona será pasible de activar el esquema de Incapacidad. Si
un individuo experimenta críticas ocasionales de más grande, más leves, y de parte de
un solo padre, este sujeto tenderá menos a activar este esquema posteriormente; por
ejemplo, el esquema puede ser activado sólo cuando la autoridad demandante sea del
mismo sexo que el padre que lo criticaba. Aparte, en general, cuanto más severo sea

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el esquema, más intenso será el afecto negativo cuando este esquema se active y
más durará.

Como hemos mencionado anteriormente, hay esquemas positivos y negativos,


así como esquemas tempranos y tardíos. Nuestra atención estará puesta casi
exclusivamente en los Esquemas Desadaptativos Tempranos, así que no
expondremos acerca de los esquemas positivos tardíos en nuestra teoría. Sin
embargo, algunos autores sostienen que, para cada Esquema Desadaptativo
Temprano corresponde un esquema adaptativo (Ver Elliott’s polarity theory; Elliott &
Lassen, 1997). Alternativamente, considerando las etapas psicosociales de Erikson
(1950), uno puede sostener que la resolución exitosa de cada etapa lleva a un
esquema adaptativo, mientras que la resolución fallida de una etapa conduce a un
esquema Desadaptativo. Sin embargo, nuestro interés en este libro es la población de
pacientes con trastornos crónicos, más que personas normales. Es por ello que nos
centraremos en esquemas desadaptativos tempranos que creemos que subyacen a la
personalidad patológica.

LOS ORÍGENES DE LOS ESQUEMAS

Necesidades emocionales básicas

Básicamente vemos que los esquemas provienen de necesidades emocionales


básicas insatisfechas en la infancia. Hemos postulado cinco necesidades emocionales
básicas en el ser humano2:

1. Relaciones de apego con otros seguras (incluye seguridad, estabilidad, cuidados


en la crianza y aceptación)
2. Autonomía, competencia y sentido de identidad
3. Libertad para expresar necesidades y emociones válidas
4. Espontaneidad y juego
5. Límites reales y autocontrol.

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Nuestra lista de necesidades deriva tanto de teorías ajenas como de nuestra propia observación clínica,
y no ha sido comprobada empíricamente. De todas formas, esperamos continuar investigando en esta
área. Estamos abiertos a revisión basada en investigaciones y hemos modificado la lista a lo largo del
tiempo. La lista de dominios (ver Figura 1.1. en pág. XX) está también abierta a modificación basada en
descubrimientos empíricos y experiencia clínica.

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Creemos que estas necesidades son universales. Todos las tenemos, a pesar
de que algunos individuos tienen más necesidades que otros. Un individuo
psicológicamente sano es aquél que puede satisfacer adaptativamente estas
necesidades básicas.

La interacción entre el temperamento innato de un niño y el ambiente temprano


de desarrollo deviene en frustración, más que gratificación, de estas necesidades
básicas. El objetivo de la terapia basada en esquemas es ayudar al paciente a
encontrar maneras adaptativas de satisfacer estas necesidades emocionales básicas.
Todas nuestras intervenciones tienen este fin.

Experiencias tempranas

Las experiencias nocivas en la niñez son el principal origen de los esquemas


desadaptativos tempranos. Los esquemas que se desarrollan más temprano son los
que más fuertemente se originan en la familia nuclear. En gran medida, la dinámica de
la familia de un niño es la dinámica de todo el mundo del niño. Cuando los pacientes
se encuentran, en su adultez, en situaciones que activan sus esquemas
desadaptativos tempranos, lo que normalmente están experimentando es un drama de
su niñez, más comúnmente con un progenitor. Otras influencias, tales como sus pares,
la escuela, los grupos de la comunidad y la cultura circundante, ganan importancia a
medida que el niño madura, y pueden conducir al desarrollo de esquemas. Sin
embargo, los esquemas desarrollados más tardíamente por lo general no son tan
dominantes ni potentes. (El aislamiento social es un ejemplo de esquema que
normalmente se desarrolla en la niñez tardía o en la adolescencia, y que puede no
reflejar la dinámica de la familia nuclear).

Hemos observado cuatro tipos de experiencias de la vida temprana que


fomentan la adquisición de esquemas. La primera de ellas es la frustración nociva de
las necesidades. Esto sucede cuando el niño experimenta muy pocas experiencias
positivas, y adquiere esquemas tales como Privación Emocional o Abandono, a través
de déficit de su ambiente temprano. Al entorno del niño le falta algo importante, así
como estabilidad, amor, o comprensión. El segundo tipo de experiencias tempranas
que engendran esquemas es la traumatización o victimización. Aquí, el niño es
lastimado o victimizado y desarrolla esquemas tales como Maltrato/Abuso,
Incapacidad/Vergüenza, o Vulnerabilidad al daño. En el tercer tipo, el niño experimenta
demasiadas experiencias buenas. Los padres le proveen al niño demasiado de algo

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

que, con moderación, podría ser saludable para un niño. Con esquemas tales como
Dependencia/Incompetencia u Omnipotencia/Grandiosidad, el niño es raramente
maltratado. Mejor dicho, este niño es mimado o caprichoso. Las necesidades
emocionales básicas de este niño en relación a la autonomía o los límites reales no
han sido satisfechas. Así los padres habrán de estar demasiado involucrados en la
vida del niño, lo sobreprotegerán, o le darán libertad excesiva, con ausencia de límites.

El cuarto tipo de experiencia que genera esquemas es la internalización


selectiva o identificación con otros significativos. El niño selectivamente se identifica e
internaliza los pensamientos, sentimientos, experiencias y conductas de sus padres.
Por ejemplo, dos pacientes se presentan al tratamiento; ambos han experimentado
abusos en la infancia. De niña, la primer paciente, Ruth, le tocó tomar el papel de
víctima. Cuando su padre le pegaba, ella no respondía. Más bien, se convirtió en
pasiva y sumisa. Ella era una víctima del comportamiento abusivo de su padre, pero a
no lo internalizaba. Ella experimentaba el sentimiento de ser una víctima, pero no
internalizaba el sentimiento de ser abusadora. El segundo paciente, Kevin,
contraatacaba a su padre abusador. Él se identificaba con su padre, internalizaba sus
pensamientos, sentimientos y conductas agresivas y eventualmente se convertía él
mismo en abusador. (Este ejemplo es extremo. En la realidad, la mayoría de los chicos
absorben la experiencia de ser víctima y también toman algunos de los pensamientos,
sentimientos o conductas del adulto nocivo).

Otro ejemplo: Dos pacientes se presentan con esquemas de Privación


Emocional. De chicos, ambos han tenido padres emocionalmente fríos. Ambos se han
sentido solos y no queridos. ¿Debemos suponer que, de adultos, ambos se
convertirán en personas emocionalmente frías? No necesariamente. A pesar de que
ambos pacientes saben lo que es la frialdad, no necesariamente ellos deban ser fríos.
Como discutiremos posteriormente en la sección de estilos de afrontamiento, en lugar
de identificarse con sus padres fríos, los pacientes pueden afrontar sus sentimientos
privación emocional siendo afectuosos, o bien, alternativamente, podrán resolverlo
volviéndose demandantes y sintiéndose con sentimiento de autorización. Nuestro
modelo no supone que los niños se identifiquen e internalicen todo aquellos que hacen
sus padres, más bien, hemos observado que ellos identifican e internalizan
selectivamente ciertos aspectos de los otros significativos. Algunas de estas
internalizaciones e identificaciones se convierten en esquemas, y algunas en estilos o
modalidades de afrontamiento.

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Creemos que el temperamento determina parcialmente si un individuo


internaliza o se identifica con las características del otro significativo. Por ejemplo, un
niño con temperamento distímico probablemente no internalizará la manera optimista
en que uno de sus padres hace frente a la mala suerte. El comportamiento de este
último es tan opuesto a la disposición del hijo, que el niño no lo puede asimilar.

Temperamento emocional

Otros factores aparte del ambiente de la niñez temprana pueden ser importante
en el desarrollo de los esquemas. El temperamento emocional del niño es
especialmente importante. Como la mayoría de los padres pueden dar cuenta, cada
niño tiene, desde que nace, una “personalidad” o temperamento único y distinto.
Algunos niños son más irritables, otros son más tímidos, otros, más agresivos. Hay
una gran cantidad de investigaciones que avalan la idea de la importancia del soporte
biológico de la personalidad. Por ejemplo, Kagan y sus colegas (Kagan, Reznick, &
Snidman, 1988) han generado una investigación acerca de rasgos temperamentales
presentes en la infancia y han encontrado que éstos son marcadamente estables a
través del tiempo.

A continuación presentamos dimensiones de temperamento emocional que


creemos pueden ser en su mayoría innatas y relativamente inmodificables a través de
la psicoterapia

Lábil ßà No reactivo
Distímico ßà Optimista
Ansioso ßà Calmo
Obsesivo ßà Distraído
Pasivo ßà Agresivo
Irritable ßà Alegre
Tímido ßà Sociable

Uno puede pensar al temperamento como la conjugación particular de grados


de este conjunto de dimensiones (así como otros aspectos de temperamento
indudablemente serán identificados en el futuro).

El temperamento emocional interactúa con los eventos de una niñez dolorosa


en la formación de esquemas. Diferentes temperamentos selectivamente exponen al

14
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

niño a determinadas circunstancias. Por ejemplo, un niño agresivo será más pasible
de abuso físico por parte de un padre violento que un niño pasivo y calmo. Es más,
diferentes temperamentos llevan a los niños a reaccionar diferente frente a situaciones
similares. Dos niños a quienes los padres los han tratado por igual podrán reaccionar
de marea distinta. Por ejemplo, consideremos dos niños a quienes sus respectivas
madres los rechazan. El niño tímido se esconde del mundo y se convertirá cada vez
más en una persona retraída y dependiente de su madre; el niño sociable, en cambio
se emprenderá en hacer lazos sociales positivos con otros. Efectivamente, se ha
demostrado que la sociabilidad es un rasgo prominente de niños resilientes, quienes
se imponen a pesar del abuso o la negligencia de sus padres.

En nuestra observación, un ambiente temprano extremadamente favorable o


adverso puede tener más importancia que el temperamento emocional. Por ejemplo,
un hogar en el que el ambiente es cálido puede hacer que incluso un niño tímido
pueda sentirse cómodo en él; por el contrario, si el ambiente temprano es lo
suficientemente adverso, hasta un niño sociable puede convertirse en retraído. De
manera similar, un temperamento emocional extremo puede controlar un entorno
normal y causar psicopatologías sin justificación aparente en la historia del paciente.

DOMINIOS DE ESQUEMAS Y ESQUEMAS DESADAPTATIVOS TEMPRANOS

En nuestro modelo, los 18 esquemas están agrupados en 5 grandes categorías


de necesidades emocionales insatisfechas a los que llamaremos “campos o dominios
de esquemas”. Examinaremos el soporte empírico de estos 18 esquemas más
adelante en este capítulo. En esta sección detallaremos los cinco campos y los
esquemas que cada uno de ellos contiene. En la Figura 1.1, los 5 dominios de
esquemas están centrados, en itálica, sin enumerar (Ej. “Desconexión y Rechazo”); los
18 esquemas están numerados y alineados a la izquierda (Ej.: “1.
Abandono/Inestabilidad”).

Dominio I: Desconexión y rechazo

Los pacientes con esquemas en este dominio son incapaces de establecer


relaciones, seguras y gratificantes con otros. Creen que sus necesidades de
estabilidad, seguridad, cuidado, afecto y pertenencia no serán satisfechas. Las familias
de origen son generalmente inestables (Abandono/Inestabilidad), abusivas
(Maltrato/Abuso), frías (Privación emocional), rechazantes (Incapacidad/Vergüenza), o

15
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

aisladas del mundo exterior (Aislamiento social/Alienación). Los pacientes con


esquemas en el dominio Desconexión y Rechazo (especialmente los primeros cuatro
esquemas) son por lo general los más perjudicados. Muchos han sobrellevado una
infancia traumática, y de adultos han tendido a precipitarse en relaciones
autodestructivas, o bien a evitar relaciones cercanas. La relación terapéutica es
generalmente central en este tipo de pacientes.

El esquema Abandono/Inestabilidad refiere a la percepción de inestabilidad de


la conexión de uno con los otros significativos. Los pacientes con este esquema tienen
la sensación de que personas importantes en su vida no estarán más allí por ser ellos
emocionalmente impredecible, y que únicamente están presentes erráticamente, o
bien que morirán o los dejarán por otra persona mejor.

Los pacientes con el esquema Maltrato/Abuso están convencidos de que, dada


la oportunidad, las personas los usarán para fines propios y egoístas. Por ejemplo,
abusarán, lastimarán, humillarán, mentirán, o manipularán al paciente.

El esquema Privación emocional es la expectativa de que el deseo propio de


conexión emocional no se satisfará adecuadamente. Identificamos 3 modos: (1)
Privación de cuidados y crianza (ausencia de afecto y preocupación); (2) Privación de
empatía (ausencia de gente que lo escuche y lo entienda); (3) privación de protección
(ausencia de motivación y estímulo por parte de otros).

El esquema Incapacidad/Vergüenza es el sentimiento de que uno es


defectuoso, malo, inferior, o despreciable y que no será apreciado por otros si se
expone a ellos. Este esquema generalmente incluye la sensación de vergüenza
respecto a la percepción de sus propios defectos. Los defectos pueden ser privados
(Ej.: egoísmo, impulsos agresivos, deseos sexuales inaceptables) o públicos (Ej.: tener
una apariencia poco atractiva, incomodidad social).

El esquema Aislamiento social/Alienación es la sensación de ser diferente o


bien no encajar en el mundo social externo a la familia de origen. Por lo general estos
pacientes no sienten que pertenezcan a ningún grupo o comunidad.

Figura 1.1. Esquemas desadaptativos tempranos con dominios de esquemas asociados.

16
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

DESCONEXIÓN Y RECHAZO

(La expectativa de que las necesidades de seguridad, estabilidad, crianza, empatía,


intercambio de sentimientos, aceptación y respeto, no serán satisfechas de manera predecible.
La típica familia de origen es separada, fría, rechazante, aplacante, solitaria, explosiva,
impredecible o abusiva).

1. Abandono/Inestabilidad
La percepción de inestabilidad y desconfianza de aquellas personas disponibles para dar
apoyo y conexión.
Incluye la sensación que los otros significativos no estarán dispuestos a continuar proveyendo
apoyo emocional, conexión, fuerza o protección práctica, ya que son inestables
emocionalmente e impredecibles; o bien porque morirán inminentemente, o porque los
abandonarán por otra persona mejor.

2. Maltrato/Abuso
La expectativa de que los otros lo lastimarán, abusarán, humillarán, engañarán, mentirán
manipularán o se aprovecharán de él. Normalmente implica la percepción de que el daño es
intencional o el resultado de una extrema e injustificada negligencia. Puede incluir la sensación
de que uno siempre termina siendo engañado por otros o “##getting the short end of the stick”
(###es una frase que significaría algo así como “llevar la parte más pesada”)

3. Privación emocional
La expectativa de que la aspiración de un grado normal de soporte emocional no será
satisfecho por los otros. Las modalidades más importantes de privación son:
A. Privación de cuidados: Ausencia de atención, afecto, calidez o compañerismo.
B. Privación de empatía: Ausencia de entendimiento, escucha, autorrevelación o compartir
mutuamente los sentimientos con otros.
C. Privación de protección: Ausencia de fuerza, dirección u orientación por parte de otros.

4. Incapacidad/Vergüenza
El sentimiento de que uno es incapaz, malo, no querido, inferior o inválido en aspectos
importantes, o que uno o será amado por los otros significativos si se expone. Puede incluir
hipersensibilidad al criticismo, rechazo o culpa; autoconciencia, comparaciones e inseguridad
acerca de otros; o un sentimiento de vergüenza observando las propias fallas. Estas fallas
pueden ser privadas (ej. Egoísmo, impulsos agresivos, deseos sexuales inaceptables) o
públicas (ej. Apariencia física indeseable, torpeza social).

5. Aislamiento social/Alienación
El sentimiento de que uno está aislado del resto del mundo, que es distinto a la otra gente,
y/o que no es parte de ningún grupo o comunidad.

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

AUTONOMÍA Y RENDIMIENTO DAÑADOS

(Expectativas acerca de uno y del ambiente que interfieren con la capacidad de separarse,
sobrevivir, funcionar independientemente, o desempeñarse con éxito. La típica familia de
origen es enmarañada, socavando la confianza del niño, sobreproctectora o que no consigue
reforzar al niño para que se desempeñe competentemente fuera de la familia).

6. Dependencia/Incompetencia
La creencia de que uno es incapaz de manejar las responsabilidades diarias de manera
competente., sin una ayuda considerable de otros (ej: cuidarse, resolver problemas diarios,
tener buen criterio, afrontar nuevas tareas, tomar buenas decisiones). Normalmente se
presenta como impotencia.

7. Vulnerabilidad al daño o a la enfermedad


Miedo exagerado de que una catástrofe inminente sucederá en cualquier momento y de que
uno será incapaz de prevenirla. El miedo se centra en lo siguiente: (A) Catástrofes médicas (ej.
Ataques cardíacos, SIDA); (B) Catástrofes emocionales (Ej. Volverse loco); (C) Catástrofes
externas (Ej. Colapso de ascensores, ser víctima de criminales, accidentes de aviones,
terremotos)

8. Self no desarrollado/indiferenciado
Relaciones emocionales y acercamiento excesivo a una o más personas significativas (por lo
general, los padres) en detrimento de su completa individuación y desarrollo social.
Frecuentemente incluye la creencia de que al menos uno de los individuos relacionados no
podría funcionar sin el otro. El esquema puede incluir sentimientos de sofocación o fusión con
otros o bien carecer de un claro sentido de la identidad. Comúnmente se experimenta como la
sensación de vacío y fracaso, de no tener dirección, o en casos extremos, el cuestionamiento
de la propia existencia.

9. Fracaso
La creencia de que uno ha fracasado, fracasará inevitablemente o es fundamentalmente
inadecuado en relación a sus pares, en lo que respecta a los logros (colegio, carrera, deportes,
etcétera). En general incluye creencias de que uno es estúpido, inepto, no talentoso, de menor
estatus, menos exitoso que los demás, y así sucesivamente.

LÍMITES DAÑADOS

(Carencia de límites internos, responsabilidad con respecto a los otros, orientación hacia metas
a largo plazo. Conduce a una dificultad en respetar los derechos de otros, cooperar con otros,
comprometerse o determinar y satisfacer metas personales reales. La típica familia de origen

18
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

es caracterizada como permisiva, sobre indulgente, carente de dirección o de sentido de


superioridad más que una apropiada confrontación, disciplina, y límites en relación a tomar
responsabilidades, cooperar de manera recíproca y establecer objetivos. En algunos casos, los
nuños pueden no haber sido incentivados a tolerar niveles normales de malestar o no han sido
provistos de adecuada supervisión, dirección y orientación.

10. Omnipotencia/Grandiosidad
La creencia de que uno es superior a los demás; que está autorizado a derechos y privilegios
especiales; o no vinculado a las reglas de reciprocidad que guían la interacción social normal.
Por lo general incluye la insistencia de que uno debería poder hacer o tener cualquier cosa que
quiera, sin hacer caso de lo que es realista, lo que otros consideran razonable o el costo para
los otros; o un foco exagerado en la superioridad (ej. Estar entre los más exitosos, famosos y
ricos) con el fin de acumular poder o control (no principalmente para atención a aprobación).
Algunas veces incluye la competitividad excesiva o la dominación de los otros: haciendo valer
el propio poder, forzando el propio punto de vista o controlando el comportamiento de los otros,
conforme a los propios deseos, sin empatía o preocupación por las necesidades o sentimientos
de los demás.

11. Autocontrol/Autodisciplina insuficientes


Dificultad dominante o rechazo a ejercer suficiente autocontrol o tolerancia a la frustración para
alcanzar las metas personales o contener la expresión excesiva de las propias emociones e
impulsos. En su forma más leve, el paciente se presenta con un énfasis exagerado en evitación
del malestar: evitación del sufrimiento, conflicto, confrontación, responsabilidad, o un gran
esfuerzo a expensas de la autorrealización, el compromiso o la integridad.

CONTROLADO POR OTROS

(Un excesivo foco puesto en los deseos, los sentimientos y las respuestas de los otros, a
expensas de las necesidades propias para lograr el amor y la aprobación, manteniendo la
sensación de conexión, o evitar represalias. Usualmente implica la supresión y falta de
conciencia de su propio enojo y sus preferencias. La típica familia de origen esta basada en la
aceptación condicional: Los niños deben ocultar aspectos importantes de ellos mismos en pos
de obtener el amor, la atención y la aprobación. En muchas de estas familias, las necesidades
emocionales y los deseos de los padres – o la aceptación social y el status- son más valorados
que las necesidades o deseos de los niños. )

12. Subyugación
Es la entrega excesiva al control de otros por sentirse uno obligado a ello- busca evitar la ira, la
represalia o el abandono. Las 2 formas más importantes de subyugación son:
a-Subyugación de las necesidades: Es la supresión de las preferencias,
decisiones y deseos propios.

19
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

b- Subyugación de las emociones: Es la supresión de las respuestas


emocionales, especialmente la ira.
Usualmente incluye la percepción de que los deseos las opiniones y los sentimientos propios
no son válidos, o importantes para otros. Frecuentemente presenta una excesiva conformidad
e impaciencia de complacer, combinado con una hipersensibilidad a sentirse engañado.
Generalmente conduce a la acumulación de ira, manifestada en síntomas desadaptativos (Ej.:
comportamiento pasivo-agresivo, ataques de rabia incontrolables, “actino out”, abuso de
sustancias).

13. Autosacrificio
Foco excesivo en satisfacer voluntariamente las necesidades de otros en las situaciones
cotidianas a expensas de su propia gratificación. La razón más común es: para ahorrarles
sufrimiento a otros; evitar la culpa por sentirse egoístas; o para mantener la conexión con los
otros a quienes considera necesario. A menudo es el resultado de una sensibilidad aguda al
sufrimiento ajeno. A veces implica la sensación de que las necesidades propias no están
siendo satisfechas adecuadamente lo que puede llevar a sentimientos de resentimiento (se
superpone con el concepto de codependencia).

14. Búsqueda de Aprobación y Reconocimiento


Énfasis excesivo en lograr la aprobación, el reconocimiento, o la atención de otros o en ser
correcto (adecuado - fitting) antes que el desarrollo de un sí mismo genuino y seguro. Su
autoestima depende de las reacciones de otros antes de sus propias reacciones. A veces
incluye una preocupación excesiva por el estatus social, la apariencia, la aceptación social, el
dinero o el éxito, como medios para ganar la aprobación, la admiración, o la atención (no con el
objetivo de tener el poder de control). Es frecuente que las decisiones más importantes de sus
vidas no sean auténticas, sean poco satisfactorias,.

SOBREVIGILANCIA E INHIBICIÓN

(Énfasis excesivo en suprimir sus sentimientos espontáneos. impulsos y elecciones o en


cumplir reglas rígidas e internalizadas sobre sus propios rendimientos y comportamientos
éticos, a menudo a expensas de su propio bienestar, expresividad, relajación, relaciones
cercanas, o salud. La familia de origen típica es severa, demandante y a veces punitiva: el
deber, el perfeccionismo, seguir de las reglas, ocultar los sentimientos, y evitar los errores
predominan por sobre el placer el juego y la espontaneidad. A menudo transmiten un sentido
de pesimismo y preocupación, de que sus vidas puedan fracasar si fallan en su constante
estado de alerta y preocupación.

15. Negativismo/Pesimismo

20
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Foco dominante en los aspectos negativos de la vida (Ej.: dolor, muerte, pérdidas,
desencuentros, conflictos, culpas, resentimientos, problemas sin solución, errores
potenciales,...), en tanto minimizar los aspectos positivos u optimistas. Generalmente incluye
una exagerada expectativa - en situaciones de trabajo, financieras o interpersonales- que
pueden eventualmente salir mal o que los aspectos de la vida propia que parecen ir bien serán
dejados de lado. A menudo tienen un miedo excesivo a cometer errores que los puedan llevar
a un colapso financiero, pérdidas, humillación, o quedar atrapados en una mala situación.
Porque exageran los potenciales resultados negativos, son frecuentemente caracterizados
como aprensivos, preocupados, hipervigilantes, quejosos e indecisos.

16. Inhibición Emocional


La excesiva inhibición de las acciones espontáneas, sentimientos y comunicación,
generalmente para hacen evitar ser criticados, sentir vergüenza, o perder el control de sus
impulsos. Las áreas más comúnmente inhibidas incluyen: (a) Inhibición de la ira y la agresión;
(b) Inhibición de impulsos positivos (Ej.: alegría, afectos, excitación sexual, bienestar,
juegos,...); (c) Dificultad para expresar la vulnerabilidad o comunicar libremente acerca de sus
sentimientos, necesidades,...; y (d) Énfasis en la racionalidad, haciendo caso omiso de las
emociones.

17. Metas inalcanzables/Hipercriticismo


Subyace la creencia de que uno debe esforzarse para lograr los altos estándares
internalizados, para evitar las criticas. Típicamente resulta de sentimientos de presión
constante e hipercriticismo hacia sí mismo y hacia los demás. Debe implicar daños
significativos en la salud del paciente, en su autoestima, relaciones o experiencias de placer.
El esquema se presenta generalmente como: (a) Perfeccionismo atención excesiva a los
detalles, o subestima sus niveles de rendimiento; (b) Reglas rígidas y “deberes” en muchas
áreas de la vida, incluyendo estándares morales, culturales y religiosos poco realistas: o (c)
Preocupación por el tiempo y la eficiencia, la necesidad de conseguir más.

18. Castigo
La creencia de que la gente debería ser severamente castigada por cometer errores. Involucra
la tendencia a estar enojado, ser intolerante, sancionador e impaciente con esta gente
(incluyéndose a ellos mismos), que no cumplen con los estándares propios. Incluye
normalmente la dificultad de perdonar errores de ellos mismos o de otros, ya que uno es reacio
a considerar circunstancias adversas, a permitir la imperfección humana o a empatizar con
sentimientos.

Dominio II: Autonomía y Rendimiento dañados

21
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

La autonomía es la capacidad de separarse de la familia y de funcionar


independientemente en comparación a las personas de edad similar. Los pacientes
con esquemas en este domino tienen expectativas acerca de ellos mismos y el mundo
que interfiere con su capacidad de diferenciarse ellos mismos de las figuras paternas,
y así funcionar independientemente. Cuando estos pacientes eran niños, por lo
general sus padres han hecho todo por ellos y los sobreprotegieron; o bien todo lo
contrario (lo cual no es común), que nunca se hayan ocupado o lo hayan vigilado.
(Ambos extremos llevan a problemas en la esfera de la autonomía). Frecuentemente
los padres socavan su autoconfianza y no consiguen reforzarlos para que se
comporten competentemente fuera del hogar. Consecuentemente, estos pacientes no
son capaces de forjar su propia identidad o de crearse sus propias vidas. No son
capaces tampoco de determinar sus metas personales y dominar las aptitudes
necesarias para ello. Con respecto a la competencia permanecen como niños en la
vida adulta.

Los pacientes con el esquema Dependencia/Incompetencia se sienten


incapaces de manejar las responsabilidades de todos los días sin la ayuda sustancial
de otros. Por ejemplo, se sienten incapaces de manejar dinero, resolver problemas
prácticos, utilizar el buen juicio, sobrellevar nuevas tareas, o tomar buenas decisiones.
El esquema por lo general se presenta como dominado por la pasividad o la
impotencia.

La Vulnerabilidad al daño o enfermedad es el miedo exagerado a que una catástrofe


sucederá en cualquier momento y que uno no será capaz de afrontarla. El miedo se
centra en los siguientes tipos de catástrofes: (1) Médicas (Ej.: ataques cardíacos,
enfermedades tales como el SIDA); (2) Emocionales (Ej.: volverse loco, perder el
control); y (3) Externas (Ej.: accidentes, crímenes, catástrofes naturales).

Los pacientes con el esquema de Self no desarrollado/indiferenciado son por lo


general pacientes muy involucrados con una o más personas significativas (por lo
general, los padres) en detrimento de su completa individuación y desarrollo social.
Estos pacientes frecuentemente creen que al menos uno de los individuos intrincados
no podría funcionar sin el otro. El esquema puede incluir sentimientos de sofocación o
fusión con otros o bien carecer de un claro sentido de identidad y dirección.

El esquema Fracaso es la creencia de que uno inevitablemente fracasará en lo


que realice (Ej.: escuela, deportes, carreras) y que, en términos de logros, uno es

22
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

fundamentalmente inadecuado en relación a sus propios pares. Este esquema en


general incluye creencias de que uno es poco inteligente, inepto, no talentoso, o sin
éxito.

Dominio III: Límites dañados

Los pacientes con esquemas en este dominio no han desarrollado límites


internos adecuados respecto a la reciprocidad o la autodisciplina. Deben de tener
dificultades en respetar los derechos de otros, en cooperar, en cumplir con
compromisos o satisfacer metas a largo plazo. Estos pacientes por lo general se
presentan como egoístas, consentidos, irresponsables y narcisistas. La mayoría han
crecido en familias que han sido demasiado indulgentes y permisivas. (El sentimiento
de autorización puede ser a veces un modo de compensar otro esquema, tal como la
Privación Emocional; en estos casos, la indulgencia no sería el origen principal, como
veremos en el capítulo 10). De niños, estos pacientes no han tenido que seguir las
reglas que sí les imponen a otros, tampoco han tenido que considerar al otro o
desarrollar autocontrol. De adultos carecen de capacidad de dominar sus impulsos y
de retrasar la gratificación en pos de un beneficio futuro.

El esquema de Omnipotencia/Grandiosidad es la suposición de que uno es


superior a otra gente, y por ello esta autorizado a gozar de derechos especiales y
privilegios. Los pacientes con este esquema no se sienten vinculados a las reglas de
reciprocidad que guían la interacción social normal. Comúnmente insisten en que ellos
deberían ser capaces de hacer lo que quisieran, sin importar el precio. Pueden
guardar un foco exagerado en su superioridad (Ej.: ser el más exitoso, famoso, rico) en
pos de ganar poder. Estos pacientes generalmente son sobredemandantes o
dominantes, y carecen de empatía.

Los pacientes con el esquema Autocontrol/Autodisciplina insuficientes o bien


no pueden o bien no quieren ejecutar suficiente autocontrol y tolerancia a la frustración
para alcanzar sus metas personales. Estos pacientes no regulan la expresión de sus
emociones y sus impulsos. En la forma más leve de este esquema encontramos a
pacientes que presentan un énfasis exagerado en la evitación del disconfort. Por
ejemplo, evitan la mayoría de los conflictos o responsabilidades.

Dominio IV: Controlado por otros

23
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Los pacientes en este dominio ponen un énfasis excesivo en satisfacer las


necesidades de otros antes que las propias. Esto lo hacen para ganar aprobación,
mantener conexión emocional o evitar represalias. Cuando interactúan con otros,
tienden a enfocarse casi exclusivamente en las respuestas de la otra persona más que
en sus propias necesidades, y por lo general carecen de conciencia de su propio enojo
y sus preferencias. De niños, no fueron libres de seguir sus inclinaciones racionales.
De adultos, más que ser dirigidos internamente, se encuentran controlados
externamente y siguen los deseos de otros. La típica familia de origen está basada en
la aceptación condicional: Los niños deben reprimir aspectos importantes de ellos
mismos en pos de obtener amor o aprobación. En muchas de estas familias, los
padres evalúan sus propias necesidades emocionales o sus apariencias sociales más
que evaluar las necesidades propias del niño.

El esquema Subyugación es una entrega excesiva del control a otros por


sentirse uno obligado a ello. La función de subyugación es normalmente la de evitar la
ira, la represalia o el abandono. Las formas más importantes son: (1) Subyugación de
las necesidades: Suprimir las preferencias o deseos; (2) Subyugación de las
emociones: Suprimir las propias respuestas emocionales, especialmente la ira. Este
esquema generalmente incluye la percepción de que las necesidades y los
sentimientos propios no son importantes ni válidos. Frecuentemente presenta una
excesiva conformidad e impaciencia de complacer, combinado con una
hipersensibilidad a sentirse engañado. La subyugación generalmente conduce a la
acumulación de ira, manifestada en síntomas desadaptativos (Ej.: comportamiento
pasivo-agresivo, ataques de rabia incontrolables, síntomas psicosomáticos, o renuncia
al afecto).

Los pacientes con el esquema Autosacrificio voluntariamente satisfacen las


necesidades de otros a expensas de su propia gratificación. Hacen esto en pos de
ahorrarles sufrimiento a otros, evitar la culpa, ganar autoestima, o mantener una
conexión emocional con alguien a quien consideran necesario. El esquema por lo
general resulta de una sensibilidad aguda al sufrimiento ajeno. Implica la sensación de
que las necesidades propias no están siendo satisfechas adecuadamente lo que
puede llevar a sentimientos de resentimiento. Este esquema coincide con el concepto
(de 12 pasos) de “codependencia”.

Los pacientes con el esquema Búsqueda de Aprobación y Reconocimiento


valoran el hecho de ganar la aprobación o el reconocimiento de otros antes que el

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

desarrollo de un sí mismo genuino y seguro. Su autoestima depende de las reacciones


de otros antes de sus propias reacciones. Este esquema por lo general incluye una
preocupación excesiva por el estatus social, la apariencia, el dinero o el éxito, como
medios para ganar la aprobación o el reconocimiento. Es frecuente que las decisiones
más importantes de sus vidas sean inauténticas y poco satisfactorias.

Dominio V: Sobrevigilancia e Inhibición

Los pacientes en este dominio reprimen sus sentimientos e impulsos


espontáneos. Estos pacientes por lo general se esfuerzan en cumplir reglas rígidas e
internalizadas sobre sus propios rendimientos a expensas de su propio bienestar,
expresividad, relajación, relaciones cercanas y buena salud. El origen más común a
partir de una infancia severa, represiva, y estricta, en la cual predominaban el
autocontrol y la autonegación sobre la espontaneidad y el placer. De niños, estos
pacientes no han sido estimulados para jugar y ser felices. Por el contrario,
aprendieron a ser hipervigilantes a los acontecimientos negativos de la vida y a
considerar la vida como deprimente. Estos pacientes a menudo transmiten un sentido
de pesimismo y preocupación, temor a que sus vidas puedan fracasar si fallan en su
constante estado de alerta y preocupación.

El esquema Negativismo/Pesimismo supone tener un foco dominante en los


aspectos negativos de la vida (Ej.: dolor, muerte, pérdidas, desencuentros, conflictos,
traiciones), en tanto minimizar los aspectos positivos. Generalmente el esquema
incluye una exagerada expectativa sobre situaciones que pueden eventualmente salir
mal y tener repercusiones en el trabajo, en las finanzas o en las relaciones
interpersonales. Estos pacientes tienen un miedo excesivo a cometer errores que los
puedan llevar a un colapso financiero, pérdidas, humillación, o quedar atrapados en
una mala situación. Estos pacientes, por el hecho de que exageran los potenciales
resultados negativos, son frecuentemente caracterizados como aprensivos,
preocupados hipervigilantes, quejosos e indecisos.

Los pacientes con Inhibición Emocional limitan sus acciones espontáneas,


sentimientos y comunicación. Generalmente lo hacen para prevenir ser criticados, o
perder el control de sus impulsos. Las áreas más comúnmente inhibidas incluyen: (1)
Inhibición de la ira; (2) Inhibición de impulsos positivos (Ej.: alegría, afectos, excitación
sexual, bienestar); (3) Dificultar para expresar vulnerabilidad; y (4) Énfasis en la

25
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

racionalidad, haciendo caso omiso de las emociones. Estos pacientes a menudo se


presentan como chatos, constreñidos, retraídos o fríos.

El esquema Metas inalcanzables/Hipercriticismo es el sentido que uno debe


esforzarse para lograr los altos estándares internalizados, habitualmente en pos de
evitar la desaprobación o la vergüenza. El esquema típico resulta de sentimientos de
presión constante e hipercriticismo hacia sí mismo y hacia los demás. Para que sea
considerado un Esquema Desadaptativo Temprano debe haber daños significativos en
la salud del paciente, en su autoestima, relaciones o experiencias de placer. El
esquema se presenta generalmente como: (1) Perfeccionismo (Ej.: la necesidad de
hacer las cosas “bien”, extraordinaria atención por los detalles, subestimando los
propios niveles de rendimiento); (2) Reglas rígidas y “deberes” en muchas áreas de la
vida, incluyendo estándares morales, culturales y religiosos poco realistas: o (3)
Preocupación por el tiempo y la eficiencia.

El esquema de Castigo supone la convicción de que la gente debería ser


castigada severamente por cometer errores. Este esquema involucra la tendencia a
estar enojado y ser intolerante con esta gente (incluyéndose a ellos mismos), por no
cumplir con los estándares propios. Esto incluye normalmente la dificultad de perdonar
errores, ya que uno es reacio a considerar circunstancias adversas, a permitir la
imperfección humana o a tomar las intenciones de la persona en el hecho.

Ejemplo de un caso

Vamos a considerar una breve viñeta para ilustrar el concepto de esquema.


Una mujer joven llamada Natalie acude al tratamiento. Natalie tiene un esquema de
Privación Emocional: En la mayor parte de sus experiencias de relaciones íntimas sus
necesidades emocionales no han sido satisfechas. Esto ha ocurrido desde su más
temprana infancia. Natalie fue hija única con padres emocionalmente fríos. A pesar de
haber satisfecho sus necesidades físicas, ellos no le proporcionaron una crianza con
cuidados suficientes ni atención. Nunca trataron de entender quién era ella realmente.
En su familia, Natalie se sentía sola.

Natalie presentaba problemas de depresión crónica. Le decía a su terapeuta


que había estado deprimida toda su vida. A pesar de concurrir frecuentemente a
diversas terapias, la depresión persistía. Generalmente a ella le atraían hombres
privados emocionalmente. Su marido, Paul cumplía con este patrón. Cuando Natalie

26
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

acudía a Paul en busca de contención y acercamiento, él se irritaba y la echaba. Esto


activaba su esquema de Privación Emocional, lo cual le provocaba enojo. Su ira
estaba parcialmente justificada, pero al mismo tiempo era exagerada hacia un marido
que la amaba pero que no podía demostrárselo.

El enojo de Natalie iba alejando a su marido, quien se iba distanciando de ella


cada vez más, perpetuando así el esquema de Privación. El matrimonio estaba
atrapado en un círculo vicioso, dirigido por el esquema de Natalie. En su matrimonio,
Natalie revivía su privación infantil. Antes de casarse, Natalie había salido con un
hombre emocionalmente demostrativo, pero ella no se sentía atraída hacia él, más
bien se sentía “sofocada” por expresiones normales de ternura. Esta tendencia a
sentirse más atraída hacia parejas que activen un esquema nuclear es comúnmente
observado en estos pacientes (“química de esquemas”).

Este ejemplo ilustra cómo las privaciones tempranas en la infancia llevan al


desarrollo de un esquema, el cual luego es actuado intencionalmente y perpetuado en
su vida adulta, llevando a su a relaciones disfuncionales y síntomas crónicos de Eje I.

Esquemas condicionales versus Esquemas incondicionales

Nosotros originalmente creíamos que la principal diferencia entre los Esquemas


Desadaptativos Tempranos y los supuestos subyacentes de Beck (Beck, Rush, Shaw
& Emery, 1979) era que los esquemas eran incondicionales, mientras que los
supuestos subyacentes son condicionales. Ahora podemos ver que algunos esquemas
son condicionales y otros, incondicionales. Generalmente, los esquemas que han sido
desarrollados más tempranamente, y se encuentran en el núcleo, son creencias
incondicionales acerca del sí mismo y de los otros, mientras los esquemas que han
sido desarrollados más tarde son condicionales.

Los esquemas incondicionales no le dan esperanza al paciente. No importa lo


que el individuo haga, el resultado será siempre el mismo. El sujeto será
incompetente, rechazado y no querible, inadaptado, en peligro, malo, y nada podrá
cambiar eso. El esquema encapsula lo que ha hecho de niño, sin que este niño tenga
opción en esta cuestión. El esquema simplemente es. En contraste, los esquemas
condicionales mantienen la esperanza. El individuo puede alterar el resultado. El
sujeto puede subyugarse, auto sacrificarse, buscar aprobación, inhibir sus emociones

27
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

o esforzarse para alcanzar elevadas metas y, en ese caso, a lo mejor desviar el


resultado negativo, al menos temporariamente.

Esquemas incondicionales Esquemas condicionales


Abandono/Inestabilidad Subyugación
Maltrato/Abuso Autosacrificio
Privación emocional Búsqueda de Aprobación/Reconocimiento
Incapacidad Inhibición Emocional
Aislamiento social Metas inalcanzables/Hipercriticismo
Dependencia/Incompetencia
Vulnerabilidad al daño o enfermedad
Self no desarrollado/indiferenciado
Fracaso
Negativismo/Pesimismo
Castigo
Omnipotencia/Grandiosidad
Autocontrol/Autodisciplina insuficientes

Los esquemas condicionales a menudo se desarrollan como intentos aliviarse


frente a los esquemas incondicionales. En este sentido, los esquemas condicionales
son secundarios. Algunos ejemplos:

Metas inalcanzables responden a Incapacidad. El individuo cree: “Si pudiera


ser perfecto, seré merecedor de amor”.
Subyugación en respuesta a Abandono. El individuo cree “Si realizo todo lo que
el otro quiere y no me enojo por ello, entonces esta persona se quedará conmigo”.
Autosacrificio en respuesta a Incapacidad. “Si satisfago todas las necesidades
de este individuo e ignoro las mías propias, entonces él me aceptará a pesar de mis
fallas, y no me sentiré no querido)”.

Generalmente es imposible cumplir con las demandas de los esquemas


condicionales todo el tiempo. Por ejemplo, es difícil dejarse dominar totalmente y
nunca estar enojado. Es complicado ser lo suficientemente demandante para
satisfacer las necesidades propias o autosacrificarse lo suficiente como para satisfacer
las necesidades de los otros. La mayoría de los esquemas condicionales pueden
###anticiparse o prevenir### los esquemas nucleares. El individuo está obligado a

28
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

recaer en corto plazo así enfrentarse con el esquema nuclear una vez más. (No todos
los esquemas condicionales se relacionan con los esquemas tempranos. Estos
esquemas son condicionales sólo en el sentido de que, si el niño hace lo que se
espera de él, las consecuencias temidas podrán ser evitadas).

Cómo los esquemas interfieren con la terapia cognitivo-conductual tradicional

Muchos Esquemas Desadaptativos Tempranos son capaces de sabotear la


terapia cognitivo-conductual tradicional. Los esquemas dificultan que el paciente
cumpla con muchos de los supuestos de la terapia cognitivo-conductual tradicional
mencionados previamente en este capitulo. Por ejemplo, en relación con los supuestos
de que los pacientes pueden constituir una alianza terapéutica positiva rápidamente,
los pacientes con esquemas del dominio Desconexión y Rechazo (Abandono,
Maltrato/Abuso, Privación Emocional, Incapacidad/Vergüenza) pueden no estar
capacitados para establecer esa clase de vínculo positivo sin complicaciones en un
corto plazo. De modo similar, en lo referido a los supuestos de que los pacientes
tienen una fuerte sentido de identidad y metas de vida claras para guiar la selección de
objetivos en el tratamiento, los pacientes con esquemas del dominio Autonomía y
Rendimiento dañados (Dependencia, Vulnerabilidad, Self no
desarrollado/indiferenciado, Fracaso) pueden no saber quiénes son, qué quieren y así
hará imposible establecer objetivos específicos de tratamiento.

La terapia cognitivo-conductual supone que los pacientes pueden acceder a


cogniciones y emociones y verbalizarlas en terapia. Los pacientes con esquemas en el
dominio Controlado por otros (Subyugación, Autosacrificio, Búsqueda de aprobación)
pueden enfocarse demasiado en lo que el terapeuta quiere encontrar en ellos, en lugar
de hablar sobre sus propios pensamientos y sentimientos. Finalmente, la terapia
cognitivo-conductual supone que el paciente puede cumplir con los procedimientos
terapéuticos. Los pacientes con esquemas del dominio Límites dañados
(Omnipotencia, Autocontrol/autodisciplina insuficientes) pueden encontrarse
demasiado desmotivados o indisciplinados para hacerlos.

SOPORTE EMPÍRICO DE LOS ESQUEMAS DESADAPTATIVOS TEMPRANOS

Se han realizado una cantidad considerable de investigaciones sobre los


esquemas desadaptativos tempranos de Young. La mayoría de estas han utilizado la
versión extendida del Cuestionario de Esquemas de Young (Young & Brown, 1990),

29
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

aunque están en progreso estudios con la versión abreviada. El Cuestionario de


Esquemas de Young ha sido traducido a varios idiomas, entre ellos francés, español,
alemán, turco, japonés, finlandés y noruego.

La primera investigación exhaustiva de las cualidades psicométricas ha sido


dirigida por Schmidt, Joiner, Young y Telch (1995). Los resultados de este estudio han
generado coeficientes alfa para cada Esquema Desadaptativo Temprano que oscilaba
desde .83 (Self no desarrollado/indiferenciado) hasta .96 (Incapacidad/Vergüenza) y
coeficientes test-retest desde .50 a .82 en poblaciones sin trastornos. Las subescalas
principales demostraron una alta fiabilidad test-retest y consistencia interna. El
cuestionario también demostraba una buena validez convergente y diferencial en las
mediciones de distress psicológico, autoestima, vulnerabilidad cognitiva a la depresión
y sintomatología de trastornos de la personalidad.

Los investigadores han llevado a cabo un análisis factorial utilizando ambas


muestras clínicas y subclínicas. Las muestras han revelado series similares de
factores principales que coincidían con los esquemas clínicamente desarrollados de
Young y la hipótesis de sus relaciones jerárquicas. En una muestra de estudiantes
universitarios, surgieron 17 factores, incluidos 15 de los 16 propuestos originalmente
por Young (1990). Un esquema original, Indeseabilidad Social, no surgió, mientras
otros dos otros factores faltantes sí lo hicieron. En un esfuerzo de validar la estructura
de este factor, Schmidt et al. (1995) le entregaron el Cuestionario de Esquemas de
Young a otro grupo de estudiantes de la misma población. Utilizando la misma técnica
de análisis factorial, los investigadores encontraron que, de los 17 factores generados
en el primer análisis, 13 habían sido claramente replicados en la segunda muestra.
Los investigadores también encontraron otros tres factores altamente distinguibles. En
un grupo de pacientes, emergieron 15 factores, incluyendo 15 de los 16 originalmente
propuestos por Young (1990). Estos 15 factores toman en cuenta el 54% de la
varianza total (Schmidt et al., 1995).

En este estudio, el Cuestionario de Esquemas de Young demostraba validez


convergente con un test de sintomatología de trastornos de la personalidad
(Cuestionario de Diagnóstico de la Personalidad – Versión revisada; Hyler, Rieder,
Spitzer & Williams, 1987). También demostraron validez discriminante con mediciones
de depresión (Inventario de Depresión de Beck; Beck, Ward, Mendelson, Mock &
Erbaugh, 1961) y autoestima (Cuestionario de Autoestima de Rosemberg; Rosemberg,
1965) en población de estudiantes subclínicos.

30
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Este estudio ha sido replicado por Lee, Taylor y Dunn (1999) utilizando
población clínica australiana. Los investigadores llevaron a cabo un análisis factorial.
De acuerdo con descubrimientos anteriores, surgieron 16 factores como componentes
primarios, incluyendo 15 de los 16 originalmente propuestos por Young. Únicamente la
escala de Indeseabilidad Social no se mantuvo. (Desde entonces hemos eliminado
Indeseabilidad Social como un esquema separado, y fue incluido en el esquema
Incapacidad). En suma, un análisis factorial encaja casi perfectamente con los
dominios de esquemas propuestos por Young. En general, este estudio muestra que el
Cuestionario de Esquemas de Young posee una buena consistencia interna y que su
estructura de factores principal es estable a través de muestras clínicas de dos países
diferentes, y para distintos diagnósticos.

Lee y sus colegas (1999) discuten algunas razones por las cuales los dos
estudios han generado diferentes estructuras de factores dependiendo de si la
población utilizada para la muestra era normal o clínica. Han concluido en que los
grupos de estudiantes probablemente tengan efectos de campo, así como era
inverosímil que muchos de los estudiantes se encuentren padeciendo formas extremas
de psicopatología. Los autores aseguran que la replicación de la estructura factorial
depende de la suposición de que los esquemas subyacentes a la psicopatología en
poblaciones clínicas están también presentes en muestras de estudiantes
universitarios tomados al azar. Young sugiere que los Esquemas Desadaptativos
Tempranos se encuentran también presentes en poblaciones normales, pero que se
convierten en exagerados y extremos en poblaciones clínicas.

Otros estudios han explorado la validez de los esquemas individuales y cuán


buen sostienen el modelo de Young. Freeman (1999) estudió el uso de la teoría de los
esquemas de Young como un modelo explicativo para el procesamiento cognitivo
irracional. Utilizando participantes normales, Freeman encontró que un menor apoyo
de los Esquemas Desadaptativos Tempranos predecía una mejor adaptación
interpersonal. Este descubrimiento es consistente con el principio de Young acerca de
que los Esquemas Desadaptativos Tempranos son por definición negativos y
disfuncionales.

Rittenmeyer (1997) estudió la validez convergente de los dominios de


esquemas de Young con el Inventario de Burnout de Maslach (Maslach & Jackson,
1986), un inventario autoadministrable designado para calcular el impacto negativo de

31
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

los eventos estresantes. En una muestra de maestros de California, Rittenmeyer


(1997) encontró que dos dominios de esquemas, Sobreconexión y Estándares
Exagerados, correlacionaban fuertemente con la escala de Agotamiento Emocional del
Inventario de Burnout de Maslach. El dominio de esquema de sobreconexión también
correlacionaba, aunque no tan fuertemente, con otras dos escalas del inventario,
Despersonalización y Realización Personal.

Carine (1997) investigó la utilidad de la teoría de esquemas de Young en el


tratamiento de trastornos de la personalidad, a través de la utilización de Esquemas
Desadaptativos Tempranos como variables predictoras en un análisis factorial
discriminante. Específicamente, Carine se abocó a saber si la presencia de los
esquemas de Young podía diferenciar pacientes con psicopatología de Eje II del DSM-
IV de pacientes con otro tipo de patología. Carine encontró que la pertenencia a un
grupo en el Eje II fue predicha en el 83% de los casos. En apoyo a la teoría de Young,
Carine también encontró que ese afecto parece ser parte intrínseca de los esquemas.

A pesar de que el Cuestionario de Esquemas de Young no está pensado para


medir trastornos específicos de personalidad del DSM-IV, aparecieron asociaciones
significativas entre los Esquemas Desadaptativos Tempranos y los síntomas de
trastornos de la personalidad (Schmidt et al., 1995). El puntaje total correlaciona
fuertemente con el puntaje total del Cuestionario de Diagnóstico de la Personalidad –
Versión revisada (Hyler et al., 1987), una medición autoadministrable de patologías de
personalidad del DSM-III-R. En este estudio, los esquemas de Autocontrol y
Autodisciplina Insuficientes e Incapacidad han tenido fuertes asociaciones con
síntomas de trastornos de la personalidad. Esquemas individuales han sido
encontrados significativamente asociados con trastornos de la personalidad
teóricamente relevantes. Por ejemplo, Maltrato/Abuso se asocia con el trastorno
paranoide de la personalidad; Dependencia está asociado con trastorno de la
personalidad por dependencia; Autocontrol y Autodisciplina Insuficientes se lo asocia
con el trastorno límite de la personalidad; y Estándares inexorables se relacionan con
el trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad (Schmidt et al., 1995).

LA BIOLOGÍA DE LOS ESQUEMAS DESADAPTATIVOS TEMPRANOS

En esta sección proponemos una mirada biológica basada en la reciente


investigación acerca de las emociones y la biología del cerebro (LeDoux, 1996).
Haremos hincapié en que esta sección adelanta hipótesis sobre mecanismos posibles

32
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

de desarrollo y modificaciones de esquemas. La investigación no ha podido aún


establecer si estas hipótesis son válidas.

Investigaciones recientes proponen que no hay un solo sistema emocional en


el cerebro, sino que hay varios. Distintas emociones están implicadas en distintas
funciones de supervivencia –respuesta al peligro, búsqueda de comida, tener sexo y
encontrar parejas, el cuidado de la descendencia, creación de lazos sociales- y cada
una parece estar mediada por su propia red cerebral. Nos centraremos en las redes
cerebrales asociadas con el condicionamiento del miedo y los traumas.

Sistemas cerebrales involucrados en el condicionamiento del miedo y los


traumas

Estudio sobre la biología del cerebro indican lugares en los cuales podrían
desencadenarse los esquemas basados en situaciones traumáticas de la infancia,
tales como abandono o abuso. LeDoux, en el sumario de sus investigaciones escribió
acerca de la biología de los recuerdos traumáticos:

“Durante una situación de aprendizaje traumática, recuerdos concientes se


establecen a través de un sistema que involucra al hipocampo y a áreas corticales
relacionadas, y recuerdos inconscientes establecido por mecanismos de
condicionamiento al miedo que operan a través del sistema de la amígdala. Estos dos
sistemas operan en paralelo y almacenan distinto tipo de información relevante a la
experiencia. Y cuando estímulos que se presentaron durante el trauma inicial son
presentados posteriormente, cada sistema puede recuperar estos recuerdos. En el
caso del sistema amigdalino, esta recuperación se expresa en forma de respuestas
corporales de preparación ante el peligro, y en el caso del sistema del hipocampo,
suceden recuerdos concientes.

Así, de acuerdo con LeDoux, los mecanismos cerebrales que registran,


almacenan y recuperan los recuerdos de significación emocional en un evento
traumático, son distintos de los mecanismos que procesan recuerdos concientes y
pensamientos acerca del mismo evento. La amígdala almacena la memoria emocional,
y el hipocampo y el neocórtex la memoria cognitiva. Las respuestas emocionales
pueden suceder sin la participación de los sistemas de procesamiento superiores del
cerebro – aquellos involucrados en el pensamiento, razonamiento y conciencia.

33
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Características del sistema amigdalino

De acuerdo con LeDoux, el sistema amigdalino contiene una cantidad de


atributos que lo distinguen del sistema hipocampal y de las cortezas superiores.

- El sistema amigdalino es inconsciente. Las reacciones emocionales pueden formarse


en la amígdala sin ningún registro conciente del estímulo. Tal como sostuvo Zajonc
(1984) hace más de una década, las emociones pueden existir sin pensamientos3.
- El sistema amigdalino es más rápido. Una señal de peligro viaja a través del tálamo
hacia la amígdala y la corteza. Sin embargo, la señal alcanza a la amígdala más
rápidamente que a la corteza. Al tiempo en que la corteza ha reconocido la señal de
peligro, la amígdala ya ha comenzado la respuesta a este peligro. Tal como sostenía
Zajonc (1984), las emociones pueden existir antes que las cogniciones.
- El sistema amigdalino es automático. Una vez que el sistema amigdalino evalúa que
hay peligro, las emociones y las respuestas corporales ocurren automáticamente. En
contraste, los sistemas involucrados en el proceso cognitivo no están tan fuertemente
ligados a respuestas automáticas. La característica distintiva del procesamiento
cognitivo es la flexibilidad de respuesta. Una vez que hay cognición, hay opciones.
- Los recuerdos emocionales en el sistema amigdalino parecen ser permanentes.
LeDoux escribe: “Los recuerdos inconscientes relativos al miedo establecidos a través
de la amígdala parecen estar indeleblemente grabados en el cerebro. Probablemente
estén con nosotros toda la vida” (p. 252). No olvidar estímulos peligrosos es un valor
de supervivencia. Estas respuestas son resistentes a la extinción. Bajo situación de
estrés, incluso los miedos que parecían haberse extinguido, se repiten
espontáneamente. La extinción impide la expresión las respuestas de miedo
condicionado, pero no borra los recuerdos que subyacen a estas respuestas. “La
extinción... supone el control cortical sobre el output de la amígdala más que una
limpieza de la pizarra de recuerdos de la amígdala” (p. 250). (Así decimos que los
esquemas no pueden ser curados completamente).
- El sistema amigdalino no hace buenas discriminaciones. El sistema amigdalino está
a favor de evocar respuestas de miedo condicionadas a estímulos traumáticos. Una
vez que un recuerdo emocional se almacena en la amígdala, la posterior exposición a
estímulos que se parezcan ligeramente a aquellos presentes durante el trauma,
desencadenará la reacción de miedo. El sistema amigdalino provee una imagen

3
En contraste con algunos científicos cognitivos, definimos el término “cognición” en esta sección como
los pensamientos o imágenes concientes, no como cogniciones “implícitas” o simples percepciones
sensoriales.

34
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

ordinaria del mundo externo, mientras que el córtex provee representaciones más
detalladas y precisas. Es el córtex el responsable de la supresión de respuestas
basadas en valoraciones cognitivas. La amígdala evoca respuestas, no las inhibe.
- El sistema amigdalino es evolutivamente más primitivo que las cortezas superiores.
Cuando un individuo se confronta con una amenaza, la amígdala dispara una
respuesta de miedo que ha cambiado muy poco a través de miles de millones de años,
y que compartimos con todo el reino animal y quizás incluso con especies inferiores. El
hipocampo es también una parte evolutivamente antigua del cerebro, pero está
conectada al neocórtex, el cual contiene las cortezas superiores de desarrollo más
tardío.

Implicancias para el modelo de esquemas

Consideremos algunas implicaciones posibles de estas investigaciones para la


teoría basada en esquemas. Como hemos notado, definimos Esquema Desadaptativo
Temprano como un conjunto de recuerdos, emociones, sensaciones corporales y
cogniciones que giran alrededor del tema de la infancia, tales como abandono, abuso,
negligencia o rechazo. Intentaremos conceptuar la biología cerebral de un esquema de
la siguiente manera: Las emociones y las sensaciones corporales almacenadas en el
sistema amigdalino poseen todas las características previamente nombradas. Cuando
un sujeto se tropieza con estímulos que remiten a situaciones de la infancia que
conllevaron al desarrollo del esquema, las emociones y las sensaciones corporales
asociadas al evento son activadas inconscientemente por el sistema amigdalino; o, si
el individuo es conciente de ellas, las emociones y las sensaciones corporales son
activadas más rápidamente que las cogniciones. Esta activación de emociones y
sensaciones es automática y pasible de ser características permanentes en la vida del
individuo, aunque el grado de activación pueda disminuir con la curación del esquema.
En contraste, los recuerdos y cogniciones concientes asociados con el trauma se
almacenan en el sistema hipocampal y en las cortezas superiores.

El hecho de que los aspectos emocionales y cognitivos de las experiencias


traumáticas estén localizados en diferentes sistemas cerebrales puede explicar por
qué los esquemas no son modificables por métodos cognitivos simples. Relacionado
con esto, los componentes cognitivos de un esquema por lo general se desarrollan
más tardíamente, luego de que las emociones y las sensaciones corporales se hayan
almacenado en el sistema amigdalino. Varios esquemas se desarrollan en la etapa
preverbal: Se originan antes de que el niño haya adquirido el lenguaje. Los esquemas

35
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

preverbales aparecen cuando el niño es tan pequeño que todo los que se almacenan
son los recuerdos, emociones, y sensaciones. Las cogniciones se agregan más tarde,
cuando el niño comienza a pensar y a hablar con palabras. (Este es uno de los roles
del terapeuta: Ayudar al paciente a ligar palabras a la experiencia del esquema). Así
las emociones tienen primacía sobre las cogniciones en el trabajo con varios
esquemas.

Cuando se activa un Esquema Desadaptativo Temprano, el individuo se ve


inundado de emociones y sensaciones. Éste podrá o no conectar concientemente esta
experiencia con el recuerdo original. (Este es otro de los roles del terapeuta: Ayudar a
los pacientes a conectar las emociones y sensaciones con recuerdos de la infancia).
Los recuerdos están en el núcleo del esquema, pero no son claramente concientes,
incluso en forma de imágenes. El terapeuta provee apoyo emocional, mientras el
paciente lucha por reconstruir estas imágenes.

Implicancias para la terapia basada en esquemas

La primer meta de la terapia basada en esquemas en la concientización


psicológica. El terapeuta ayuda al paciente a identificar sus esquemas y a hacer
concientes los recuerdos, emociones, sensaciones y pensamientos de la infancia, y los
modos de aprontamiento asociados. Una vez que los pacientes entienden sus
esquemas y estilos de afrontamiento, podrán entonces comenzar a ejercer algún
control sobre sus respuestas. Podrán aumentar el ejercicio de su libre albedrío
respecto a sus esquemas. LeDoux dice:

“La terapia es otra manera de crear potenciación sináptica en las vías


cerebrales que controlan la amígdala. Los recuerdos emocionales de la amígdala,
como hemos visto, se encuentra grabada de forma indeleble en sus circuitos. A lo
mejor a lo que podemos aspirar es a regular su expresión. Y la manera de hacer esto
es a través de generar que el córtex controle a la amígdala”.

Desde este punto, la meta del tratamiento es aumentar el control conciente


sobre los esquemas, trabajando en el debilitamiento de los recuerdos, emociones,
sensaciones, cogniciones y comportamientos asociados con ellos.

Los traumas infantiles tempranos afectan a otras partes del cuerpo. Los
primates separados de sus madres experimentan niveles elevados de cortisol en

36
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

sangre. Si las separaciones se repiten, estos cambios se vuelven permanentes (Coe,


Mendoza, Smotherman, & Levine, 1978; Coe, Glass, Wiener, & Levine, 1983). Otros
cambios neurobiológicos duraderos que resultan de la separación temprana de la
madre, incluyen cambios en enzimas sintetizadoras de catecolaminas en la glándula
adrenal (Coe et al., 1978, 1983); y la secreción de serotonina en el hipotálamo (Coe,
Wiener, Rosenberg, & Levine, 1985). La investigación con primates también sugiere
que el sistema opioide está involucrado en la regulación de la ansiedad de separación
y que el aislamiento social afecta la sensibilidad y la cantidad de receptores de
opiáceos en el cerebro (van der Kolk, 1987). Evidentemente, las experiencias
tempranas de separación producen cambios físicos que afectan el funcionamiento
psicológico, y que podrían ser de por vida.

OPERACIONES DE LOS ESQUEMAS

Las dos operaciones fundamentales de los esquemas son la perpetuación y la


curación. Cada pensamiento, sentimiento, conducta y experiencia relevante a un
esquema se puede decir que o bien perpetúa el esquema –elaborándolo y
reforzándolo- o bien lo curan –debilitándolo.

Perpetuación de esquemas

La perpetuación de esquemas refiere a todo aquello que el paciente hace


(interna o conductualmente) que hace persistir al esquema. La perpetuación incluye
pensamientos, sentimientos y comportamientos que terminan reforzando antes que
curando el esquema –todas las profecías autocumplidoras del individuo. Los
esquemas son perpetuados a través de tres mecanismos principales: Distorsiones
cognitivas, patrones de fracaso, y estilos de afrontamiento a los esquemas (los cuales
se discutirán en la sección siguiente). A través de las distorsiones cognitivas, el
individuo, percibe erróneamente situaciones de tal manera que el esquema es
reforzado, acentuando la información que confirma al esquema y minimizando o
negando información que lo contradice. Afectivamente, un individuo podrá bloquear las
emociones conectadas a un esquema. Cuando el afecto es bloqueado, el esquema no
alcanza el nivel de conciencia tal que el individuo no puede empezar a cambiar ni a
curar el esquema. Conductualmente, el individuo se involucra en patrones de
autoderrota, seleccionando inconscientemente y permaneciendo en situaciones
relaciones que disparan y perpetúan el esquema, mientras que evitan relaciones que

37
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

puedan sanar el esquema. Interpersonalmente, los pacientes se relacionan en formas


que provocan que los otros respondan negativamente, reforzando así el esquema.

Ejemplo de un caso

Martine tiene un esquema de Incapacidad, proveniente en alto grado de la


relación con su madre en la infancia. “No había nada que mi madre le gustara sobre
mí”, le cuenta a su terapeuta, “y no había nada que yo pudiera hacer por ello. No era
linda, no era extrovertida ni popular, no tenía personalidad, no sabía como vestirme
con estilo. Lo único que tenía era que era inteligente, lo que no significaba nada para
mi madre”.

Ahora Martine tiene 31 años. Tiene pocas amigas mujeres. Recientemente su


novio, Johnny, le presentó a las mujeres que salían con sus amigos. A Martine le
agradan mucho, pero a pesar de que la han aceptado bien, se siente incapaz de forjar
una amistad con ellas. “No creo que les agrade”, le explica al terapeuta. “Me pongo
muy nerviosa cuando estoy con ellas. No me puedo tranquilizar y relacionarme
normalmente”.

Cognitiva, afectiva, conductual e interpersonalmente, Martine actúa para


perpetuar su esquema con estas mujeres. Cognitivamente, distorsiona la información
de manera tal de ratificar el esquema. Pasa por alto los varios gestos de amistad que
le han dado estas mujeres (Sólo son amables conmigo por Johnny. En realidad no les
agrado”) e interpreta falsamente lo que hacen o dicen como evidencia de que no les
agrada. Por ejemplo, cuando una de estas mujeres, Robin, no le ofreció a Martine ser
su dama de honor en su boda, Martine concluyó que Robin la “odiaba”, a pesar de que
conocía a Robin desde hacía poco tiempo como para ser una candidata a dama de
honor. Afectivamente, Martine tiene fuertes respuestas emocionales a eventos que se
asemejan ligeramente a los desencadenantes de esquemas de su infancia; se siente
intensamente disgustada ante cualquier percepción de rechazo, sin importar cuán leve
sea. Cuando Robin no le ofreció ser su dama de honor, por ejemplo, Martine se sintió
completamente despreciable y avergonzada. “Me odio”, le dijo a su terapeuta.

Martine transita alrededor de relaciones que tienden a repetir la relación con su


madre en la infancia. En el grupo de mujeres, Martine ha buscado activamente la
amistad de una de ellas que es la más difícil de complacer y la más crítica y, tal como

38
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

hizo con su madre de chica, Martine se comporta diferentemente y disculpándose con


ella.

La mayoría de los pacientes que tienen trastornos caracterológicos repiten


patrones de su infancia de maneras autofrustrantes. Crónica y dominantemente, se
ligan a pensamientos, emociones, comportamientos y medios para relacionarse que
perpetúan sus esquemas. Y así, siguen recreando, sin saberlo, en su vida adulta, las
condiciones que más los dañaron en su infancia.

Curación de esquemas

La curación de los esquemas es el objetivo último de la terapia basada en


esquemas. Por ser un trauma un conjunto de recuerdos, emociones, sensaciones
corporales y cogniciones, la curación de esquemas supone la disminución de todas
éstas: La intensidad de los recuerdos conectados al esquema, la carga emocional del
esquema, la intensidad de las sensaciones corporales, y las cogniciones
desadaptativas. La curación de esquemas también incluye el cambio conductual,
tratando los pacientes de reemplazar estilos de afrontamiento desadaptativos con
patrones de comportamiento adaptativos. El tratamiento incluye, entonces,
intervenciones cognitivas, afectivas y conductuales. A medida que el esquema se va
curando, resulta cada vez más difícil que se active. Cuando se activa, la experiencia
es menos abrumadora, y el paciente se recupera más rápidamente.

La trayectoria de la curación de esquemas es normalmente ardua y


prolongada. Los esquemas son difíciles de modificar. Son creencias profundamente
arraigadas sobre sí mismos y el mundo, aprendidas a una edad muy temprana.
Generalmente son todo lo que el paciente sabe. A pesar de poder ser destructivos, los
esquemas le proveen al paciente de sentimientos de seguridad y predictibilidad. Los
pacientes se resisten a ceder los esquemas porque éstos son centrales en su sentido
de identidad. Renunciar a un esquema es perturbador. El mundo entero se inclina.
Bajo esta mirada, la resistencia a la terapia es una forma de autoconservación, un
intento de mantener un sentimiento de control y de coherencia interna. Renunciar a un
esquema es renunciar a saber quién es uno y cómo es el mundo.

La curación de los esquemas requiere de la voluntad para enfrentar al


esquema y luchar contra este. Demanda disciplina y practica frecuente. Los pacientes
deben observar sistemáticamente al esquema y trabajar todos los días para

39
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

modificarlo. Salvo que sea correcto, el esquema se perpetuará a sí mismo. La terapia


es como hacerle la guerra al esquema. El terapeuta y el paciente forman una alianza
para derrotar al esquema, con el objetivo de vencerlo. Sin embargo, esta meta es
generalmente irrealizable: La mayoría de los esquemas no se curan totalmente, ya que
no podemos erradicar los recuerdos asociados con ellos.

Los esquemas no desaparecen todos juntos. Más bien, cuando curan, se


activan con menor frecuencia y el afecto asociado resulta menos intenso y no dura
tanto tiempo. Los pacientes responden a la activación de los esquemas de forma más
saludable. Eligen más parejas y amistades, y se ven a ellos mismos de manera más
positiva. Les proporcionamos una visión general acerca de cómo se curan los
esquemas en otra sección de este capítulo.

ESTILOS DE AFRONTAMIENTO Y RESPUESTAS DESADAPTATIVAS

Los pacientes desarrollan estilos de afrontamiento y respuestas desadaptativas


tempranamente con la función de adaptarse a sus esquemas, para así no tener que
experimentar las emociones abrumadoras que normalmente provocan los esquemas.
Sin embargo, es importante recordar que, a pesar de que los estilos de afrontamiento
algunas veces ayudan al paciente a evitar el esquema, no lo curan. Así, todos los
estilos de afrontamiento desadaptativos funcionan como elementos en el proceso de
perpetuación del esquema.

La terapia basada en esquemas diferencia al esquema en sí de las estrategias


que el individuo utiliza para hacer frente al esquema. Así, en nuestro modelo, el
esquema posee recuerdos, emociones, sensaciones corporales y cogniciones, pero no
las respuestas conductuales del individuo. El comportamiento no forma parte del
esquema, es parte de la respuesta de afrontamiento. El esquema dirige el
comportamiento. A pesar de que la mayor parte de las respuestas de afrontamiento
son conductuales, los pacientes también enfrentan al esquema a través de estrategias
cognitivas y afectivas. Ya sea que el estilo de afrontamiento se manifieste a través de
cogniciones, afectos o comportamientos, no forma parte del esquema en sí.

La razón por la cual diferenciamos los esquemas de los estilos de


afrontamiento, es porque cada paciente utiliza distintas estrategias en diferentes
situaciones en distintas etapas de sus vidas para hacer frente al mismo esquema. De
esta manera, los estilos de afrontamiento para un esquema dado no necesariamente

40
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

permanecen estables en el tiempo para un individuo, mientras que el esquema sí lo


hace. Además, distintos pacientes utilizan comportamientos muy variados, incluso
opuestos, para afrontar al mismo esquema.

Por ejemplo, consideremos tres pacientes quienes típicamente hacen frente a sus
esquemas de Incapacidad a través de distintos mecanismos. A pesar de que los tres
de ellos se sientan imperfectos, uno busca amistades y parejas críticas, otro evita
acercarse a alguien, y el otro adopta una actitud superior y crítica hacia los otros. De
esta forma, la conducta de afrontamiento no es intrínseca al esquema.

Tres estilos de afrontamiento desadaptativos

Todos los organismos poseen tres respuestas básicas ante una amenaza:
Lucha, huída y paralización. Éstos corresponden a los tres estilos de afrontamiento de
sobrecompensación, evitación, y sometimiento/derrota/abandono. En términos
generales, la lucha es una sobrecompensación, la huída es evitación y la paralización
es sometimiento.

En el contexto de la infancia, un Esquema Desadaptativo Temprano representa


la presencia de una amenaza. Ésta es la frustración de una de las necesidades
emocionales básicas del niño (relaciones seguras, autonomía, libertas de expresión,
espontaneidad juego, lo límites reales). La amenaza puede incluir el miedo a las
emociones intensas que libera el esquema. Enfrentado con el peligro, el niño puede
responder a través de la combinación de estas tres respuestas de afrontamiento: Se
puede someter, evitarlo o sobrecompensarlo. Estos tres estilos de afrontamiento
operan generalmente sin dar cuento de ello –esto es, inconcientemente. En cualquier
situación, el niño habrá de utilizar uno solo de ellos, pero puede manifestar distintos
estilos de afrontamiento frente a diferentes situaciones o esquemas. (Daremos
ejemplos de estos tres estilos, más adelante)

De esta manera, la activación de un esquema es una amenaza –la frustración


de una necesidad emocional básica y las emociones concomitantes- a la cual el
individuo responde con un estilo de afrontamiento. Estos estilos de afrontamiento son
por lo general adaptativos en la infancia y pueden ser vistos como mecanismos de
supervivencia saludables. Sin embargo, se convierten en desadaptativos a medida que
el niño crece, ya que los estilos de afrontamiento continúan perpetuando el esquema,
incluso cuando las condiciones cambian y el individuo tiene opciones más

41
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

prometedoras. Los estilos de afrontamiento desadaptativos mantienen a los pacientes


prisioneros de sus esquemas.

Sometimiento al esquema

Cuando los pacientes se someten a un esquema, ceden ante él. No tratan de


evitarlo o luchar contra él. Aceptan que el esquema es cierto. Sienten directamente el
sufrimiento del esquema .Actúan de manera tal de confirmar al esquema. Sin darse
cuenta lo que hacen, repiten los patrones dirigidos por los esquemas de manera tal
que, de adultos continúan reviviendo las experiencias de la infancia que produjeron el
esquema. Cuando se activa el esquema, sus respuestas emocionales son
desproporcionadas, y experimentan sus emociones completa y concientemente.
Comportamentalmente, eligen parejas que los traten como lo hizo el “padre ofensor” –
como Natalie, la paciente deprimida que describimos previamente, había elegido a su
esposo poco contenedor, Paul. Frecuentemente se relacionan con estas parejas de
maneras pasivas y complacientes, lo cual perpetúa el esquema. En la relación
terapéutica, estos pacientes actúan el esquema como ellos en el rol de niño y el
terapeuta en el ron del “padre ofensor”.

Evitación del esquema

Cuando los pacientes utilizan la evitación como estilo de afrontamiento, tratan


de adaptar su vida de manera que el esquema no se active. Tienden a vivir sin
conciencia, como si el esquema no existiera. Evitan pensar sobre el esquema.
Bloquean pensamientos e imágenes que puedan activarlo: cuando tales pensamientos
se acercan, tratan de distraerse o sacarlos de su mente. Evitan sentir el esquema.
Cuando los sentimientos salen a la luz, los reprimen. Tienden a tomar en exceso,
tomar drogas, tener relaciones promiscuas, comer en exceso, limpiar
compulsivamente, buscar estimulación o convertirse en adictos al trabajo. Cuando
interactúan con otros, pueden parecer personas completamente normales.
Normalmente evitan situaciones que puedan activar al esquema, como relaciones
intimas o desafíos de trabajo. Muchos pacientes rechazan todas las áreas de la vida
en las que se sienten vulnerables. Por lo general evitan comprometerse con la terapia;
por ejemplo, estos pacientes se pueden “olvidar” por completo la tareas para el hogar,
abstenerse de la expresión de afecto, plantear problemas superficiales, llegar tarde a
las sesiones o terminar tempranamente.

42
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Sobrecompensación del esquema

Cuando los pacientes sobrecompensan, luchan contra el esquema, pensando,


sintiendo y comportándose como si lo opuesto al esquema fuera cierto. Se esfuerzan
por se lo más diferentes posible de lo que eran cuando adquirieron el esquema en su
infancia. Si de niños se sintieron desvalorados, de adultos tratarán de ser perfectos. Si
fueron dominados de niños, de adultos desafían a todos. Si fueron controlados, de
adultos controlan a los otros o rechazan cualquier forma de influencia. Si fueron
abusados, abusan a los otros. Enfrentados al esquema, lo contraatacan.
Superficialmente, parecen ser seguros de sí mismos, pero por debajo, sienten la
presión de la amenaza de que el esquema salga a la luz.

La sobrecompensación puede ser vista como un intento parcialmente saludable


de luchar contra el esquema, pero que lamentablemente se pasa de la raya, por lo
cual el esquema se perpetúa más que curarse. De hecho, algunas de las
personalidades más admiradas en la sociedad –estrellas mediáticas, líderes políticos,
magnates empresarios- son muchas veces sobrecompensadores. Es saludable luchar
contra un esquema siempre y cuando el comportamiento sea proporcional a la
situación, se tome en cuenta los sentimientos del otro, y se puede esperar de ello un
resultado deseable. Pero los sobrecompensadores generalmente se encierran en el
contraataque. Su comportamiento es normalmente excesivo, intensivo o improductivo.

Por ejemplo, es saludable para pacientes dominados ejercer más control sobre
sus propias vidas; pero cuando sobrecompensan, se convierten en personas
demasiado controladoras y dominantes y terminan alejando a otros. Un paciente
sobrecompensado con subyugación no puede dejar que otros lo dirijan, incluso cuando
sería saludable que lo hagan. Similarmente, es provechoso para un paciente privado
emocionalmente que pida a otros apoyo emocional, pero un paciente
sobrecompensado con estas características se convertiría en una persona
demandante y se siente autorizado. ##feels entitled###.

La sobrecompensación se desarrolla por ofrecer una alternativa al sufrimiento


que provoca el esquema. Es un medio de escape del sentimiento de impotencia y
vulnerabilidad que el paciente ha sentido en su maduración. Por ejemplo,
sobrecompensaciones narcisísticas le sirven al paciente para enfrentarse a
sentimientos de privación emocional e incapacidad. Más que sentirse ignorados e
inferiores, estos pacientes se pueden sentir especiales y superiores. Sin embargo, a

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

pesar de que puedan ser exitosos a la mirada externa, los pacientes narcisistas no
suelen sentirse en paz con ellos mismo. Sus sobrecompensaciones los aíslan y
finalmente les provocan infelicidad. Sin importar cuánto los aleja de la gente, continúan
sobrecompensando. Han invertido tanto en aparentar ser perfectos que echan a
perder la verdadera intimidad. Además, sin importar los perfectos que traten de ser,
eventualmente están destinados a fallar en algo, y raras veces saben como manejar el
fracaso constructivamente. Son incapaces de tomar responsabilidad de sus fracasos o
dar cuenta de sus limitaciones y por ello tienen problemas para aprender de sus
errores. Cuando experimentan percances importantes, su capacidad de
sobrecompensar colapsa y muchas veces se descompensan volviéndose clínicamente
deprimidos. Cuando la sobrecompensación falla, los esquemas subyacentes se
reafirman con una fuerza emocional enorme.

Hipotetizamos que el temperamento es uno de los factores principales en


determinar por qué los individuos desarrollas ciertos estilos de afrontamiento más que
otros. De hecho, el temperamento seguramente juega un rol más importante en
determinar los estilos de afrontamientos de los pacientes que en determinar sus
esquemas. Por ejemplo, los individuos con temperamento pasivo es más probable que
se sometan o eviten, mientras que los individuos con temperamento agresivo es más
probable que sobrecompensen. Otro factor que explica por qué los pacienten adoptan
un cierto estilo de afrontamiento es la internalización selectiva o modelado. Los niños
muchas veces modelan el modo de hacer frente de uno de sus padres, o de quien se
identifiquen.

Explicaremos más estos estilos de afrontamiento en el capítulo 5.

Respuestas de afrontamiento

Las respuestas de afrontamiento son comportamientos específicos o


estrategias a través de las cuales se expresan los tres estilos de afrontamiento. Éstas
incluyen todas las respuestas a las amenazas en el repertorio conductual del individuo
–todas las formas particulares e idiosincráticas en que los pacientes manifiestan la
sobrecompensación, la evitación y el sometimiento. Cuando el individuo habitualmente
adopta cierta respuesta de afrontamiento, se adhiere a “estilos de afrontamiento”. De
esta manera, un estilo de afrontamiento es un rasgo, mientras una respuesta de
afrontamiento es un estado. Un estilo de afrontamiento es una colección de respuestas
de afrontamiento que un individuo utiliza característicamente para evitar, someterse o

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

sobrecompensar. Una respuesta de afrontamiento es la conducta específica (o


estrategia) que el sujeto manifiesta en un momento dado. Por ejemplo, consideremos
a un paciente hombre que utiliza cierto tipo de evitación en casi toda situación en la
cual su esquema de abandono se activa. Cuando su novia lo amenazó con romper con
él, volvió a su departamento y tomó cerveza hasta quedar inconciente. En este
ejemplo, la evitación es el estilo de afrontamiento del paciente frente al abandono;
beber cerveza es la respuesta de afrontamiento en esta situación con su novia.
(Discutiremos esta distinción más adelante en la sección de Modalidades de los
esquemas).

La tabla 1.1. enumera algunos ejemplos de respuestas de afrontamiento


desadaptativas para cada esquema. La mayoría de los pacientes utilizan una
combinación de respuestas y estilos de afrontamiento. Algunas veces se someten,
otras evitan, y otras veces sobrecompensan.

Esquemas, respuestas de afrontamiento y diagnósticos de Eje II

Creemos que el sistema diagnóstico de Eje II en el DSM-IV es imperfecto. Por


otra parte (Young & Gluhoski, 1996) hemos examinado su muchas limitaciones,
incluyendo la poca fiabilidad y validez para muchas categorías y el nivel inaceptable de
coincidencias entre categorías. En este capítulos, sin embargo, hemos enfatizado que
vemos tantos o más errores conceptuales fundamentales en el sistema del Eje II.
Creemos que en un intento de establecer un criterio basado en conductas
observables, los ###creadores (developers)### han perdido la esencia tanto de lo que
distingue a los trastornos de Eje I de los de Eje II, como de lo que hace a los trastornos
crónicos difíciles de tratar.

De acuerdo con nuestro modelos, en el núcleo de los trastornos de la


personalidad encontramos esquemas, y los patrones comportamentales del DSM-IV
son ante todo respuestas a los esquemas nucleares. Como hemos enfatizado, la
curación de los esquemas debería ser el objetivo central en el trabajo con pacientes
con niveles caracterológicos. Eliminar las respuestas de afrontamiento desadaptativas
permanentemente es casi imposible sin modificar los esquemas que las dirigen.
Además, como las conductas de afrontamiento no son tan estables como los
esquemas –cambian dependiendo del esquema, de la situación vital, y de la etapa de
la vida del paciente- los síntomas del paciente (y su diagnóstico) parecerán cambiar a
medida que uno intente modificarlos.

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Para la mayoría de las categorías del DSM-IV, las conductas de afrontamiento


son los trastornos de la personalidad. Varios criterios diagnósticos son un listado de
respuestas de afrontamiento. En contraste, el modelo de esquemas tiene en cuenta
los patrones caracterológicos crónicos y dominantes tanto como esquemas y las
respuestas de afrontamiento; relaciona los esquemas y las respuestas de
afrontamiento con sus orígenes en la infancia temprana; y proporciona implicaciones
directas y claras para el tratamiento. Además, cada paciente es visto como poseedor
de un perfil único, incluyendo varios esquemas y respuestas de afrontamiento, cada
uno presente con diferentes niveles de intensidad (dimensional) más que como una
sola categoría de Eje II.

MODOS DE ESQUEMAS

El concepto de “modos de esquemas” es seguramente el aspecto más difícil de


explicar de la teoría de los esquemas, dado que abarca múltiples elementos. Los
modos de esquemas son el momento a momento del estado emocional y las
respuestas de afrontamiento –adaptativas y desadaptativas- que todos
experimentamos. A menudo nuestros modos de esquemas son disparados por
situaciones de la vida para las cuales nosotros somos hipersensibles (nuestros
“botones emocionales”). Diferente de la mayoría de los constructos de esquema,
nosotros estamos activamente interesados en el trabajo con ambos modos,
adaptativos y desadaptativos. De hecho, tratamos de ayudar al paciente a cambiar de
un modo disfuncional a un modo sano como parte del proceso de curación del
esquema.

En cualquier punto dado en el tiempo, algunos de nuestros esquemas u


operaciones de esquemas (incluyendo nuestras respuestas de afrontamiento) están
inactivos, o latentes, mientras otros se han activado por los eventos de la vida y
dominan nuestro humor y comportamiento actual. El estado dominante en el que
nosotros estamos en un punto dado en el tiempo es llamado nuestro “modo de
esquema”. Usamos el termino “cambiar” (flip) para referirnos al cambio de modo.
Como hemos dicho, este estado puede ser adaptativo, o desadaptativo. Todos
nosotros cambiamos de modo a modo a lo largo del tiempo. Un modo, por lo tanto,
responde a la pregunta, “en este momento: ¿Qué serie de esquemas u operaciones de
esquemas son manifestados por el paciente?”

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Nuestra versión revisada de la definición de modo de esquema es: “Esos


esquemas u operaciones de esquemas- adaptativos o desadaptativos – que están
actualmente activos para un individuo”. Un modo de esquema disfuncional es activado
cuando las respuestas de afrontamiento o los esquemas desadaptativos específicos
han estallado en emociones angustiantes, respuestas de evitación, o conductas
contraproducentes que asume y controla el funcionamiento individual. Un individuo
puede cambiar de un modo de esquema disfuncional a otro; como este cambio ocurre,
diferentes esquemas o respuestas de afrontamiento, previamente inactivos, pueden
activarse.

Modos de esquemas disfuncionales como estados disociados

Visto de una manera diferente, un modo de esquema disfuncional es una


faceta propia que involucra esquemas específicos u operaciones de esquemas que no
han sido totalmente integrados con otras facetas. De acuerdo con esta perspectiva, los
modos de esquema pueden ser caracterizados por el grado con el cual un esquema
particular se ha convertido en disociado, o desconocido, de los otros modos del
individuo. Un modo de esquema disfuncional, por tanto, es una parte del si mismo que
es separado en algún grado de otros aspectos del sí mismo.

Un modo de esquema disfuncional puede ser descrito en términos de espectro


(spectrum) de disociación en el cual este modo particular se presenta. Si un individuo
puede experimentar o combinar simultáneamente más de un modo, el nivel de
disociación es baja. Nos referimos típicamente a esta variedad leve de los modos de
esquemas como el desplazamiento del humor normal, tal como el humor solitario o un
humor enfadado. En los niveles más altos de disociación se trata de pacientes con
trastornos de identidad disociada (o trastorno de personalidad múltiple). En estas
instancias, un paciente en un modo puede incluso no saber que otro modo existe; y,
en casos extremos, un paciente con trastorno disociado de la identidad (DID) puede
incluso tener diferentes nombres para cada modo. Discutiremos luego con mayor
profundidad este concepto de modo como un estado disociado.

Actualmente identificamos 10 modos de esquema, aunque indudablemente


más modos pueden ser identificados en el futuro. Los modos son agrupados en 4
categorías generales: Modo Infantil, Modo de Afrontamiento Disfuncional, Modo
Parental Disfuncional, y el Modo Adulto Saludable. Algunos modos son saludables

47
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

para un individuo, mientras otros son desadaptativos. Elaboraremos estos 10 modos


con mayor detenimiento en secciones subsiguientes.

Un importante objetivo de la terapia basada en esquemas es el de enseñar al


paciente a fortalecer su “Modo Adulto Saludable”, para que aprendan a negociar con lo
aprendido, o a neutralizar los modos disfuncionales.

El desarrollo del concepto de modo

El concepto de modo de esquema se origina en nuestro trabajo con pacientes


con trastorno límite de personalidad (BPD), aunque ahora aplicamos este concepto a
muchas otras categorías diagnósticas. Uno de los problemas que tuvimos aplicando el
modelo de esquema a los pacientes con BPD fue que el número de esquemas y de
respuestas de afrontamiento que éstos presentaban era abrumador, tanto para el
paciente como para el terapeuta, para afrontar todo al mismo tiempo. Por ejemplo,
encontramos que, cuando le entregamos a los pacientes con BPD el cuestionario de
esquema de Young, no era inusual encontrar que ellos puntuaran alto en casi todos de
los 16 esquemas evaluados. Necesitábamos una unidad de análisis diferente, una
forma que permitiera agrupar los esquemas y hacerlos más manejables.

Los pacientes con BPD fueron también problemáticos para el modelo original
de esquema porque cambiaban continuamente de un estado afectivo extremo, o
respuesta adaptativa a otro: en un momento están enojados; a continuación pueden
estar tristes, aislados, evitativos, automatizados, aterrados, impulsivos, o llenos de
odio. Nuestro modelo original, dado que estaba enfocado principalmente en el
tratamiento de los constructos – esquema o estilo de afrontamiento- no pareció ser
suficiente para dar cuenta de este fenómeno de cambio de estado.

Esto nos llevo a explicar este estado – rasgo distintivo como relacionado a la
teoría del esquema. Cuando decimos que un individuo tiene un esquema, no estamos
diciendo que el esquema esta activo todo el tiempo. Más bien, el esquema es un rasgo
que puede o no ser activado en un tiempo dado. De igual forma los individuos tienen
características de estilos adaptativos, que pueden o no ser usados en un momento
dado. Así nuestro modelo original de rasgo nos dice acerca del funcionamiento de los
pacientes a lo largo del tiempo, pero no nos dice acerca del estado actual del paciente.
Dado que los pacientes con BPD son tan lábiles, decidimos corrernos de un modelo de

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

rasgo hacia un modelo de estado en el tratamiento, con el modelo de esquema como


constructo conceptual primario.

Cuando miramos cuidadosamente a un paciente individual, observamos que


sus esquemas y respuestas de afrontamiento tienden a agruparse juntas en partes del
si mismo. Ciertos clusters de esquemas o respuestas de afrontamiento son disparados
juntos. Por ejemplo, en el modo “niño vulnerable”, el afecto es el de un niño desvalido,
frágil, asustado y triste. Cuando un paciente esta en este modo, los esquemas de
deprivación emocional, abandono y vulnerabilidad, pueden ser activados
simultáneamente. El modo “niño enojado” a menudo se presenta con el afecto de un
niño enfurecido con un temperamento irritable. El modo “protector indiferente” esta
caracterizado por la ausencia de emoción, combinado con altos niveles de evitación.
Así alguno de los modos son compuestos principalmente por esquemas, mientras
otros representan principalmente respuestas de afrontamiento.

Cada paciente en particular exhibe ciertas características de los modos de


esquemas, por lo cual quisimos agruparlos en características de esquemas o
respuestas de afrontamiento. De igual forma, algunos diagnósticos del eje II pueden
describirse en términos de sus modos típicos. Por ejemplo, el paciente con BPD
usualmente exhibe 4 modos de esquema y cambia rápidamente de uno a otro. En un
momento la paciente esta en un modo “niño abandonado”, experimentando el dolor
propio de este esquema; en el momento siguiente ella puede cambiar a un modo “niño
enojado”, expresando su rabia; puede cambiar luego a un modo “padres punitivos”,
castigando al niño abandonado; y finalmente puede refugiarse en el “protector
indiferente”, bloqueando sus emociones y siendo indiferente a las personas para
protegerse a ella misma.

Los Modos como estados disociativos

Ya mencionamos brevemente que el concepto que planteamos de modo de


esquema se relaciona a un espectro de disociación. Aunque realizamos esto, el
diagnostico se ha convertido en controversial, vimos las diferentes personalidades de
los pacientes con DID como formas extremas de los modos disfuncionales. Diferentes
partes del si mismo se han separado en diferentes personalidades que a menudo se
desconocen una de otras y que pueden tener diferentes nombres, edad, genero,
personalidad, rasgos, recuerdos. Las identidades disociadas de estos pacientes,

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

usualmente consiste en, o un niño que a una edad determinada ha experimentado un


trauma severo; o la internalización de padres tormentosos, críticos, o que persiguen al
niño; o como un modo de afrontamiento adulto que de alguna manera protege o
bloquea el modo infantil. Creemos que las identidades disociadas en DID se
diferencian de los modos de los pacientes con BPD sobre todo en grado y cantidad.
Ambas, personalidades múltiples y los modos limites son partes del sí mismo que no
han sido separados, pero los modos borderline no se han separado casi en el mismo
grado. Además, los pacientes con DID usualmente tienen más modos que los
pacientes con BPD porque ellos frecuentemente tiene más de un modo de cada tipo
(ejemplo: 3 modos infantiles vulnerables, cada uno con diferente edad)

Un individuo psicológicamente saludable también tiene modos identificables,


pero el sentido de unidad se mantiene intacto. Una persona sana, puede cambiar a un
humor triste o enojado en respuesta al cambio en las circunstancias, pero este modo
diferirá del modo de los limites en aspectos importantes. Primero, como ya hemos
dicho los modos normales están menos disociados que los modos limites. Las
personas sanas pueden experimentar más de un modo simultáneamente. Por ejemplo,
ellos pueden estar tristes y felices al mismo tiempo por un evento, esto produce una
sensación “agridulce”. En contraste, cuando hablamos de modos Limites, nos
referimos a una parte del si mismo que está separado de otras partes, de una forma
intensa y pura. El individuo está abrumadoramente asustado o completamente
enfurecido. Segundo, el modo normal es menos rígido, más flexible y abierto al cambio
que el modo del paciente con problemas caracterológicos serios. En términos de
Piaget, ellos son más abiertos a la acomodación en respuestas a la realidad (Piaget,
1962)

Para resumir, los modos cambian de un individuo a otro a lo largo de distinta


dimensiones

Disociado Integrado
Desconocido Conocido
Desadaptativo Adaptativo
Extremos Moderados
Rígido Flexible
Puro Mezcla

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Otra diferencia entre personas saludables y más desequilibrados se encuentra


en la fortaleza y la efectividad del modo Adulto Saludable. Aunque todos tenemos un
modo Adulto Saludable, el modo es más fuerte y más frecuentemente activado en
personas psicológicamente sanas. El modo Adulto Saludable puede moderar y sanar
los modos disfuncionales. Por ejemplo, cuando una persona psicológicamente
saludable, se enfada, tiene el modo Adulto Saludable que puede usualmente
conservar las emociones y comportamientos propios del enfado para no salirse de
control. En contraste, los pacientes con BPD típicamente tienen un Modo Adulto
Saludable muy endeble, por eso cuando el modo Niño Enojado es disparado, no hay
una fuerza suficientemente fuerte que la contrabalanceé. El enojo toma casi
completamente la personalidad del paciente

10 modos de esquema:

Hemos identificado 10 modos de esquemas que pueden ser agrupados en 4


categorías generales: “Modo de niños”, “Modo de afrontamiento disfuncional”, “Modo
disfuncional de los padres”, y el “Modo saludable del adulto”.

Creemos que los modos de los niños son innatos y universales. Todos los
niños nacen con un potencial para manifestarlos. Hemos identificado 4: el “niño
vulnerable”, el “niño enojado”, el “niño impulsivo e indisciplinado” y el modo “niño feliz”
(Estos rótulos son en términos generales. En la terapia actual individualizamos el
nombre de los modos en colaboración con los pacientes. Por ejemplo, podemos
referirnos al modo del niño vulnerable como la pequeña Ana, o Carol la abandonada)

El “niño vulnerable” es el modo que usualmente experimenta la mayoría del los


esquemas centrales: Es el niño abandonado, el niño abusado, el niño deprivado, o el
niño rechazado. El niño engañado es la parte que está enfurecida acerca de las
necesidades emocionales insatisfechas y que actúa con enojo, sin medir las
consecuencias. El niño impulsivo e indisciplinado, expresa sus emociones, actúa
según sus deseos y sigue su inclinación natural de momento a momento, de una
forma imprudente sin observar las posibles consecuencias para ellos mismos o para
otros. El niño feliz es aquel al que las necesidades emocionales son habitualmente
satisfechas.

Hemos identificado 3 modos de afrontamiento disfuncionales: el abandonado


complaciente, el protector indiferente y el sobrecompensador (de nuevo adaptamos el

51
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

nombre del modo, así lo ajustamos a los sentimientos y comportamientos de cada


paciente en particular). El abandonado complaciente sostiene el esquema,
convirtiéndose una vez más en el niño pasivo, desvalido que debe ceder a los otros. El
protector indiferente sale psicológicamente del dolor que le provoca el esquema a
través de la separación emocional, abuso de sustancias, autoestimulación, evitación
de la gente, o utilizando otras formas de escape. El sobrecompensador se defiende
maltratando a los otros, o comportándose de formas extremas en un intento por refutar
el esquema de una manera que finalmente es probada como disfuncional (para
ejemplificar ver la discusión previa sobre sobrecompensación). Los tres modos de
afrontamiento disfuncionales finalmente perpetúan los esquemas.

Hemos identificado hasta ahora dos modos parentales disfuncionales: los


padres que castigan, y los padres demandantes. En estos modos, los pacientes llegan
a ser como el padre que han internalizado. Los padres que castigan sancionan a uno
de los modos de los niños por ser “malos”, y los padres demandantes continuamente
empujan y presionan al niño para que lleguen a criterios excesivamente altos.

El décimo modo, como fue descrito anteriormente, es el adulto saludable. Este


es el modo que intentamos fortalecer en la terapia enseñándole a los pacientes a
moderar, consolidar o sanar los otros modos.

LA EVALUACION DE LOS ESQUEMAS Y SU MODIFICACION

Esta es una breve presentación acerca del proceso de tratamiento los pasos de
la evaluación y el cambio de esquemas. Cada uno de estos procedimientos es descrito
en detalle en los capítulos posteriores. Las dos fases del tratamiento son la fase de
evaluación y educación y la fase de cambio.

Fase de evaluación y educación

En la primera fase, los terapeutas de esquema ayudan a los pacientes a


identificar sus esquemas y a comprender el origen de los mismos en la infancia y la
adolescencia. En el curso de la evaluación, el terapeuta educa al paciente sobre el
modelo de esquema. Los pacientes aprenden a reconocer sus estilos de afrontamiento
desadaptativos (abandonado, evitativo y sobrecompensador) y a observar como sus
respuestas de afrontamiento sirven para perpetuar sus esquemas. También le
enseñamos a los pacientes con un deterioro más severo acerca de sus modos

52
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

principales de esquema y los ayudamos a observar como ellos cambian de un modo a


otro. Queríamos ambos tipos de pacientes para comprender intelectualmente sus
operaciones de esquemas y para experimentar estos procesos emocionalmente.

La evaluación es multifacética, incluyendo la entrevista de historia de vida, los


cuestionarios generales de esquema, los trabajos de auto-monitoreo, los ejercicios de
imaginación que disparan los esquemas emocionales y ayuda a los pacientes a
relacionar emocionalmente los problemas recientes con las experiencias de la infancia.
Hacia el final de esta fase, el terapeuta y el paciente tienen desarrollado una completa
conceptualización de caso del esquema y han acordado el plan de tratamiento
enfocados en el esquema que abarca estrategias comportamentales, afectivas y
cognitivas, como también los componentes curativos de la relación entre el paciente y
el terapeuta.

Cambio de Fase

Una vez atravesado completamente el cambio de fase, el terapeuta mezcla


estrategias interpersonales, comportamentales, afectivas y cognitivas de una forma
flexible dependiendo de las necesidades de los pacientes semana tras semana. Los
terapeutas del esquema no adhieren a los protocolos rígidos o a los conjunto de
procedimientos.

Técnicas cognitivas

Mientras el paciente crea que sus esquemas son válidos, éstos no estarán
disponibles para ser cambiados; continuarán manteniendo una visión distorsionada de
ellos mismos y de los otros. Los pacientes aprenden a construir un caso en contra del
esquema. Desaprueban en un nivel racional la validez del esquema. Los pacientes
elaboran una lista con evidencia que sostiene y refuta el esquema a través de su vida,
y el terapeuta y el paciente evalúan dicha evidencia.

En la mayoría de los casos, la evidencia demostrará que el esquema es falso.


El paciente no es inherentemente defectuoso, incompetente o fallado. Más bien, a
través de un proceso de adoctrinamiento, el esquema fue enseñado al paciente en la
infancia, tal como la propaganda es enseñada a la masa. Pero a veces la evidencia
sola no es suficiente para refutar el esquema. Por ejemplo, los pacientes pueden de
hecho fallar en el trabajo o en la escuela. Como resultado de la postergación y de la

53
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

evitación, ellos no han desarrollado las habilidades relevantes para el trabajo. Si no


existe suficiente evidencia para cambiar el esquema, entonces los pacientes evalúan
que es lo que ellos pueden hacer para cambiar este aspecto de sus vidas. Por
ejemplo, el terapeuta puede guiarlos para luchar contra las expectativas de fracaso así
ellos pueden aprender habilidades efectivas para el trabajo.

Después de este ejercicio, el terapeuta y el paciente resumen el caso contra el


esquema “flash cards” que arman juntos. Los pacientes llevan estas “flash cards” con
ellos y se las leen a ellos mismos frecuentemente, especialmente cuando están frente
a los disparadores de los esquemas.

Técnicas Afectivas

Los pacientes también luchan contra los esquemas a nivel emocional. Usando
estas técnicas afectivas como la imaginación y los diálogos, ellos expresan su enojo y
tristeza acerca de que paso con ellos cuando eran niños. En la imaginación, ellos
hacen frente a los padres y otras figuras significativas de la infancia, y protegen y
consuelan al niño vulnerable. Los pacientes hablan acerca de lo que ellos necesitaban
y no recibieron de los padres cuando eran niños. Conectan las imágenes infantiles con
las imágenes de las situaciones que lo afectan en su vida actual. Confrontan al
esquema y a su mensaje directamente, oponiéndose al esquema y luchando contra él.
Los pacientes practican hablar con las personas significativas de su vida actual a
través de la imaginación y el role-playing. Esto les permite romper con el ciclo de
perpetuación del esquema a un nivel emocional.

Rompiendo el patrón comportamental

El terapeuta ayuda al paciente en el diseño de tareas comportamentales para


el hogar, para reemplazar las respuestas de afrontamiento desadaptativas por
patrones de comportamiento nuevos y más adaptativos. El paciente debe ver como
ciertas elecciones, o decisiones de vida perpetúan el esquema, y comienzan a hacer
elecciones más saludables que rompen con ese antiguo patrón contraproducente.

El terapeuta ayuda al paciente a planear y preparar tareas para el hogar


ensayando en la sesión los nuevos comportamientos con imaginería y role-playing. El
terapeuta usa “flash cards” y técnicas de imaginación para ayudar al paciente a
sobreponerse a los obstáculos del cambio comportamental. Luego de cumplir con la

54
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

tarea, el paciente discute los resultados con el terapeuta, evaluando lo que ha


aprendido. El paciente gradualmente deja estas respuestas de afrontamiento
desadaptativas a favor de patrones más adaptativos.

La mayoría de estos comportamientos disfuncionales son, de hecho,


respuestas de afrontamiento a esquemas, y son a menudo el obstáculo principal para
la cura del esquema. Los pacientes deben dejar sus estilos de afrontamiento
desadaptativos para cambiarlos. Por ejemplo, los pacientes que continúan cediendo al
esquema- por permanecer en relaciones destructivas o por no poner limites en su vida
personal o en su trabajo- perpetúan el esquema y no tienen la posibilidad de realizar
progresos significativos en la terapia. Los sobrecompensadores pueden no progresan
en el tratamiento porque, más que reconocer sus esquemas y responsabilizarse por
sus problemas, culpan a otros. O tal vez están tan preocupado por la sobre
compensación- trabajando duro, mejorándose a ellos mismos, impresionando a los
otros- como para identificar claramente los esquemas y aplicarlos para el cambio.

Los Evitativos pueden no progresar porque, continúan escapando del dolor de


sus esquemas. No se permiten focalizar en sus problemas, su pasado, su familia o su
forma de vida. Aíslan sus emociones o se embotan a ellos mismos. Es necesaria la
motivación para superar la evitación como estilo de afrontamiento. Porque la evitación
es una recompensa a corto plazo, los pacientes deben estar dispuestos a soportar el
malestar y a confrontarse continuamente con ellos mismos con las consecuencias
negativas en el largo plazo.

La relación Paciente- terapeuta

El terapeuta evalúa y trata los esquemas; los estilos de afrontamiento y los


modos tal como se presentan en la relación terapéutica. La relación entre el terapeuta
y el paciente sirve como un antídoto parcial para el esquema del paciente. Los
pacientes internalizan al terapeuta como un “adulto saludable” que lucha contra los
esquemas y persigue una vida emocionalmente realizada.

Dos características de la relación terapéutica son especialmente importantes


en la terapia basada en esquemas: la posición terapéutica de confrontación empática y
el uso de la "Reparentalización Limitada". La confrontación empática implica mostrar
empatía ante los esquemas de los pacientes cuando ellos son presentados en la
terapia, mientras muestran a los pacientes que sus reacciones a los terapeutas son a

55
TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

menudos distorsionadas o disfuncionales de forma que refleja sus esquemas y estilos


de afrontamiento. La Reparentalización limitada implica proveer, dentro de un vinculo
apropiado en la relación terapéutica, que es lo que los pacientes necesitan y que no
recibieron de sus padres en la infancia.

COMPARACIÓN ENTRE LA TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS Y OTROS MODELOS

En el desarrollo del acercamiento conceptual y al tratamiento, la terapia basada


en esquemas adopto una filosofía abierta y de inclusión. Echan una amplia red, en la
búsqueda de soluciones con una pequeña preocupación de si su trabajo será
clasificado como cognitivo-conductual, psicodinámico o Gestáltico. El objetivo principal
es el de observar si el paciente esta cambiando de forma significativa. Esta actitud ha
contribuido a la sensación de libertad tanto para paciente y como para el terapeuta
acerca de cuales son los tema que ellos discuten en la sesión, que intervenciones
usan, y como implementan dichas intervenciones. Además, este modelo permite
incorporar fácilmente el estilo personal del terapeuta.

La terapia basada en esquemas, sin embargo no es una terapia ecléctica en el


sentido del procedimiento prueba y error. Se basa en una teoría unificada. La teoría y
las estrategias están fuertemente entrelazadas en un modelo sistemático y
estructurado.

Como resultado de esta filosofía inclusiva, el modelo de esquemas se


superpone con muchos otros modelos psicopatológicos y psicoterapéuticos,
incluyendo el cognitivo conductual, el constructivista el psicodinámico, el de relaciones
objetales, y el gesáaltico. Aunque ciertos aspectos de la terapia basada en esquemas
se superponen con estos modelos, también se diferencia de éstos en importantes
aspectos. Aunque la teoría de esquemas contiene conceptos similares a estas
escuelas psicológicas, ninguna escuela se superpone completamente con la terapia
basada en esquemas.

En esta sección, señalaremos algunas semejanzas y diferencias entre la


terapia basada en esquemas y las formulaciones recientes sobre la psicología
cognitiva de Beck. También puntearemos brevemente sobre otros acercamientos
terapéuticos que se superponen de manera importante con la terapia basada en
esquemas.

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Modelo reformulado de Beck

Beck y sus colegas (Beck et al., 1990; Alford & Beck, 1997) han revisado la
terapia cognitiva para el tratamiento de los trastornos de personalidad. La personalidad
es definida como: “patrones específicos de procesos sociales, motivacionales y
cognitivo-afectivos” (Alford & Beck, 1997, p. 25). La personalidad incluye los
comportamientos, los procesos de pensamiento, las respuestas emocionales y las
necesidades motivacionales.

La personalidad esta determinada por la “estructura idiosincrática”, o los


esquemas que constituyen los elementos básicos de la personalidad. Alford y Beck
(1997) proponen que el concepto de esquema debe “proveer un lenguaje común para
facilitar la integración de ciertos acercamientos psicoterapéuticos ” (p. 25). De acuerdo
con el modelo de Beck, la “creencia central” representa el significado o el contenido
cognitivo, de un esquema.

Beck ha elaborado su propio concepto de modo (Beck, 1996). Un modo es una


red integrada de componentes cognitivos, afectivos, motivacionales y
comportamentales. Un modo puede comprender muchos esquemas cognitivos. Estos
modos movilizan en los individuos intensas reacciones psicológicas, y son orientados
para alcanzar objetivos particulares. Como los esquemas, los modos son
principalmente automáticos y también deben ser activados. Las personas con una
vulnerabilidad cognitiva que son expuestos a estresores relevantes pueden desarrollar
síntomas relacionados con el modo.

Según la mirada de Beck (Alford & Beck, 1997) los modos consisten en
esquemas, que contienen recuerdos, estrategias para la resolución de problemas,
imágenes y lenguaje. Los modos activan “Estrategias programadas para cumplir con
las categorías básicas de habilidades de supervivencia, por ejemplo la defensa ante el
depredador”. La activación de un modo específico es derivado de la genética individual
y de las creencias culturales y sociales.

Beck (1996, p.9) explica además que un modo determinado no es activado


necesariamente cuando un esquema es disparado. Aunque los componentes
cognitivos de un esquema hayan sido disparados, podemos no observar
correspondencia con componentes afectivos, motivacionales o comportamentales

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

En el tratamiento, un paciente aprende a utilizar el sistema de control conciente


para desactivar los modos a través de la reinterpretación de los eventos disparadores
como inconsistentes con el modo. Además, el modo puede ser modificado.

Luego de una extensa revisión de la literatura de la terapia cognitiva, hemos


concluido que Beck no ha elaborado -a no ser en términos muy generales- en que
punto las técnicas para modificar los esquemas y los modos son diferentes de aquellas
prescriptas en la terapia cognitiva estándar. Alford y Beck (1997) reconocen que la
relación terapéutica es un mecanismo valido para el cambio e incluso esta estructura
imaginaria de trabajo puede modificar estructuras cognitivas por medio de la
comunicación “directamente con lo emocional (sistema automático) en su propio
medio, principalmente la fantasía”. Pero no podemos encontrar detalles y cambios de
estrategias para los esquemas o los modos.

Finalmente, Beck et al. (1990) habla de las estrategias cognitivas y


comportamentales de los pacientes. Estas estrategias parecen ser equivalentes a la
idea de estilos de afrontamiento, de la terapia basada en esquemas. Individuos
psicológicamente sanos pueden hacer frente a las situaciones de la vida con
estrategias cognitivo- comportamentales adaptativas, mientras que las personas con
deterioro psicológico, utilizan respuestas desadaptativas e inflexibles en sus áreas
vulnerables.

Conceptualmente el modelo cognitivo revisado de Beck y la ultima versión del


modelo de esquemas presentada por Young en este capitulo tienen muchas
similitudes. Ambos enfatizan en dos estructuras generales centrales -modos y
esquemas- para la comprensión de la personalidad. Ambas teorías incluyen a los
pensamientos, la motivación, la emoción, la genética, los mecanismos de
afrontamiento, y la influencia de la cultura como aspectos importantes de la
personalidad. Ambos modelos reconocen la necesidad de focalizar tanto en aspectos
concientes como inconcientes de la personalidad.

La diferencia entre los 2 modelos teóricos son sutiles y a menudo reflejan


diferencias en el énfasis, y no diferencias en aspectos fundamentales o desacuerdos.
El concepto de Young de esquemas tempranos desadaptativos, incorpora elementos
tanto de los esquemas como de los modos, tal como fueron definidos por Beck. Young
define a la activación del esquema como la incorporación de componentes afectivos,

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

motivacionales y comportamentales. Ambos, la estructura y el contenido de los


esquemas que Beck menciona son incorporados en la definición de esquemas dada
por Young.

El modo de activación es bastante similar al concepto de Young de activación


de esquema. No queda claro por qué Beck (1996) necesita diferenciar esquemas de
modos, basados en su definición de estos términos. En nuestra opinión, su concepto
de “modo” puede ser ampliado para abarcar los elementos de un esquema (y
viceversa). Tal vez Beck quiere diferenciar esquemas de modos para enfatizar la idea
que los modos son mecanismos evolutivos para la supervivencia. El concepto de
esquema, en el modelo revisado de Beck, es cercano al planteado en el modelo
cognitivo original (Beck, 1976) y por tanto es más cercana la asociación de este con
otros constructos cognitivos, como pensamientos automáticos y creencias nucleares.

El concepto de modo de esquema planteado por Young esta solo mínimamente


relacionado con el termino de “modo” empleado por Beck. Beck (1996) desarrollo su
constructo de “modo” para dar cuenta de las intensas reacciones psicológicas que
están en relación a la supervivencia y orientadas a este objetivo. Young desarrollo su
concepto de modo para diferenciar entre esquemas y estilos de afrontamiento como
rasgos (patrones duraderos y consistentes) y esquemas y estilos de afrontamiento
como estados (cambio en patrones de activación y desactivación). En este sentido, el
concepto de modo de esquema de Young esta más relacionado con los conceptos de
disociación y “estado del yo”, que el concepto de modo planteado por Beck.

Otra importante diferencia conceptual es el énfasis puesto en los estilos de


afrontamiento. Aunque Beck et. Al. (1990) se refiere a las estrategias de afrontamiento
desadaptativas, no las incluye como un constructo principal en su reformulación (Beck,
1996; Alford & Beck, 1997). El modelo de Young, en contraste, asigna un rol central a
los estilos de afrontamiento en la persistencia de los esquemas. Este énfasis y la
elaboración sobre el abandono, la evitación y la sobrecompensación de esquemas, es
un contraste agudo con Beck

Otra diferencia importante es la gran importancia puesta en las necesidades


básicas y los procesos de desarrollo en la terapia basada en esquemas que en la
terapia cognitiva. Aunque Beck y sus colegas están de acuerdo con que las
necesidades motivacionales y la influencia de la infancia juegan un importante rol en la
personalidad, no se extienden en cuales son estas necesidades, o en cuales son las

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

experiencias especificas de la infancia que conducen al desarrollo de esquemas y


modos.

No es sorprendente que como la influencia principal para el desarrollo de la


terapia basada en esquemas fuera la teoría cognitiva de Beck, haya muchas áreas
que se superponen en los tratamientos. Ambas fomentan una gran colaboración entre
pacientes y terapeutas y abogan porque el terapeuta juegue un rol activo en la
dirección de las sesiones y en el curso del tratamiento. Young y Beck coinciden en que
el empirismo juega un importante rol en los cambios cognitivos; por tanto ambos
tratamiento fomentan que el paciente modifique sus propias cogniciones- incluyendo
los esquemas- para estar más en línea con la “realidad” o con la evidencia empírica de
la vida del paciente. Los dos acercamientos comparten varias técnicas para el cambio
cognitivo conductual, como por ejemplo llevar un registro cognitivo conductual. En
ambos acercamientos, se le enseña a los pacientes estrategias para cambiar los
pensamientos automáticos, las suposiciones subyacentes, las distorsiones cognitivas y
las creencias nucleares.

Tanto las terapias cognitivas como la de esquemas enfatizan la importancia de


la educación al paciente acerca de los respectivos modelos de terapia. De esta
manera el paciente es llevado dentro del proceso terapéutico como un participante. El
terapeuta comparte la conceptualización del caso con el paciente y lo alienta a leer el
material de autoayuda elaborado por cada modelo. La asignación de tareas y la
autoayuda juega un papel central para ambas terapias como un mecanismo para
ayudar al paciente a generalizar lo que aprenden en la sesión en la vida cotidiana.
También para facilitar esta transferencia de lo que aprende, tanto la terapia basada en
esquemas como la cognitiva, enseñan estrategias practicas para manejar los eventos
concretos de la vida fuera de la sesión de una forma adaptativa, más que confiar en
que los pacientes resuelvan por ellos mismos como aplicar los principios cognitivos
comportamentales.

A pesar de estas similitudes, también se presentan grandes diferencias en el


enfoque del tratamiento, entre la terapia basada en esquemas y la terapia cognitiva.
Muchas de estas diferencias surgen del hecho de que las técnicas para el tratamiento
usadas por la terapia cognitiva fueron originalmente desarrolladas para reducir
síntomas de los trastornos de eje I, mientras que las estrategias de la terapia basada
en esquemas se enfoca, desde el principio, en los trastornos de personalidad y en
problemas crónicos. En nuestra experiencia hemos encontrado diferencias

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

fundamentales en la eficacia de los cambios entre las técnicas para la reducción de


síntomas comparada con las de cambio de personalidad.

En primer lugar la terapia basada en esquemas comienza con un enfoque


ascendente, más que descendente. En otras palabras, los terapeutas comienzan
desde el nivel central- los esquemas- y gradualmente conectan estos esquemas con
cogniciones más accesibles, tales como los pensamientos automáticos y las
distorsiones cognitivas. En contraste, los terapeutas cognitivos comienzan por el nivel
superficial de la cognición tales como los pensamientos automáticos y luego se dirigen
a las creencias centrales, siempre y cuando el paciente continúe en el tratamiento una
vez que los síntomas fueron aliviados.

En la terapia basada en esquemas, este enfoque ascendente conduce a un


cambio drástico del foco en el inicio del tratamiento partiendo desde las cuestiones
actuales a los patrones de más tiempo. Además, en la terapia basada en esquemas, la
mayoría del tiempo se dedica a los esquemas, los estilos de afrontamiento, y los
modos, considerando que esto es usualmente secundario en la terapia cognitiva. Este
cambio en el foco también lleva a los terapeutas del esquema a imponer menos
estructura y menos formalismo en la agenda de la sesión. El terapeuta del esquema
necesita la libertad para moverse fluidamente entre el pasado y el presente, desde un
esquema a otro, dentro de una sesión y entre sesiones. En la terapia cognitiva, en
contraste, claramente identifica los problemas recientes o la serie de síntomas que son
perseguidos consistentemente por el terapeuta hasta que remiten.

Además, porque los esquemas y los estilos de afrontamiento son centrales


para el modelo, Young ha elaborado 18 esquemas específicos tempranos, y tres
estilos de afrontamiento generales que figuran como la base de la mayoría de los
tratamientos. Estos esquemas y mecanismos de afrontamiento son evaluadas y son
depurados más tarde en la terapia para mejorar en cada uno de los pacientes. Así el
terapeuta del esquema tiene herramientas valiosas para ayudar a identificar los
esquemas y las conductas de afrontamiento que de otro modo pueden no ser
encontradas a través de las técnicas normales de evaluación cognitiva. Un excelente
ejemplo es el esquema de deprivación emocional, el cual es relativamente fácil de
revelar usando la imaginación enfocada en el esquema, pero muy difícil de reconocer
preguntando por los pensamientos automáticos o explorando las creencias
subyacentes.

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Otra diferencian importante es el énfasis que la terapia basada en esquemas


pone en los orígenes de la infancia y en los estilos parentales. La terapia cognitiva
carece de especificaciones acerca del origen de las cogniciones, incluyendo las
creencias centrales. En contraste, los terapeutas del esquema han identificado los
orígenes más comunes para cada uno de los 18 esquemas, y han desarrollado un
instrumento para evaluar esto. Los terapeutas explican este origen a los pacientes
para educarlos acerca de las necesidades normales de los niños y para explicar que
pasa cuando no son encontradas y conectadas con el origen en la infancia con
cualquier esquema de la lista de los 18 son relevantes para los pacientes. Además de
la evaluación y la educación a los pacientes acerca de los orígenes de sus esquemas,
los terapeutas del esquema guían al paciente a través de una variedad de ejercicios
emocionales para alterar las experiencias de la infancia. Estos ejercicios ayudan a los
pacientes a superar sus emociones, pensamientos y estilos de afrontamiento
desadaptativos. En contraste, la terapia cognitiva generalmente trata las experiencias
de la infancia de una manera periférica.

Una diferencia crucial entre los dos acercamientos es en la importancia que


recibe el trabajo emotivo, como la imaginación y los diálogos. Aunque una minoría de
terapeutas cognitivos ha empezado a incorporar el trabajo emotivo (Smucker & Dancu,
1999), la mayoría no ve esto como central para el tratamiento y usa la imaginación
principalmente para el ensayo conductual.

En contraste, los terapeutas el esquema ven a las técnicas afectivas como uno
de los 4 componentes constante del tratamiento y le dedica un tiempo considerable en
la terapia a esta estrategia. Es difícil de entender la reticencia de la mayoría de los
terapeutas cognitivos a incorporar estas estrategias más ampliamente, como es
generalmente aceptado en la literatura cognitiva que las “cogniciones calientes”
(cuando el paciente experimenta afecto fuerte) puede ser cambiada de mejor manera
que las “cogniciones frías” (cuando los pacientes experimentan afectos vacíos). Las
técnicas afectivas pueden a veces ser el único camino para estimular estas
cogniciones calientes en la sesión.

Otra diferencia fundamental es en el rol de la relación terapéutica. Ambas


terapias reconocen la importancia de la relación terapéutica para la eficacia de la
terapia, aunque la utilizan de maneras muy diferentes. Los terapeutas cognitivos ven la
relación terapéutica principalmente como un vehiculo para motivar al paciente a
cumplir con el tratamiento (por ejemplo: completar las tareas). Ellos recomiendan que

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

el terapeuta se concentre en las cogniciones relacionadas con la relación terapéutica


cuando esta relación aparece impidiendo el progreso. Sin embargo, la relación no es
generalmente considerada como un vehiculo fundamental para el cambio aunque si
como un medio que permite que el cambio acontezca. Para usar una analogía médica,
las técnicas cognitivas son vistas como el “ingrediente activo” para el cambio, y la
relación terapéutica es considerada como “base” o “vehiculo” a través del cual el
agente de cambio es transmitido.

En la terapia basada en esquemas, la relación terapéutica es una de los


cuatros componentes principales del cambio. Como mencionamos previamente en el
capitulo, los terapeutas del esquema utilizan la relación de dos formas. La primera se
refiere a la observación de los esquemas tal como son activados en la sesión y usando
una serie de procedimientos para evaluar y modificar estos esquemas dentro de la
relación terapéutica. La segunda función se refiere a la Reparentalización Limitada.
Este proceso se refiere al uso de la relación terapéutica como una “experiencia
emocional correctiva” (Alexander & French, 1946). Dentro de los limites de la terapia,
el terapeuta actúa hacia el paciente de maneras que sirven como un antídoto para los
déficit tempranos de los cuidados parentales del paciente.

En términos de estilo, los terapeutas del esquema utilizan la confrontación


empática más que el empirismo colaborativo. Los terapeutas cognitivos usan el
descubrimiento guiado para ayudar a los pacientes a observar que cogniciones son
distorsionadas. En nuestra experiencia los pacientes con problemas caracterológicos
típicamente no pueden ver una alternativa realista y saludable para sus esquemas sin
la instrucción directa de su terapeuta. Los esquemas son tan profundos, arraigados e
implícitos que los cuestionamientos y la investigación empírica por si solas no son
suficiente para permitirles a estos pacientes ver sus propias distorsiones cognitivas.
De esta manera los terapeutas del esquema enseñan la perspectiva saludable
empatizando con la mirada de los esquemas mientras confrontan al paciente con la
realidad de que la mirada de los esquemas no esta funcionando y no esta en línea con
la realidad tal como la ven los otros. El terapeuta del esquema debe constantemente
confrontar al paciente de esta manera, o el paciente retrocederá en su perspectiva de
esquema poco saludable. Como le decimos al paciente “el esquema lucha por
sobrevivir”. Este concepto de luchar contra el esquema no es central para la terapia
cognitiva.

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Dado que los esquemas son más resistentes de cambiar que otros niveles de
la cognición, el curso del tratamiento usando la terapia basada en esquemas para
trastornos del eje II es significativamente las larga que el tratamiento breve que utiliza
la terapia cognitiva para los trastornos del eje I. No es claro, sin embargo, si la terapia
cognitiva y la terapia basada en esquemas difieren en su duración en los trastornos del
Eje II.

En la conceptualización del caso y en la implementación de estrategias del


cambio, los terapeutas del esquema están más preocupados en cambiar los patrones
de la vida disfuncionales en el largo tiempo que en el cambio discreto de conductas
disfuncionales en la situación de vida actual (aunque ambos son necesarios). Los
terapeutas cognitivos, dado que están enfocados en la reducción rápida de los
síntomas, es mucho menos probable que investiguen sobre estos problemas crónicos,
como el cambio de patrones disfuncionales, o de las necesidades básicas
insatisfechas, tal como la crianza y la aprobación. Siguiendo esta misma línea, los
terapeutas cognitivos generalmente no ponen el énfasis central en la identificación y el
cambio de los estilos de afrontamiento a lo largo de la vida, tal como los esquemas de
evitación, abandono, y sobrecompensación. Todavía, en nuestra experiencia, es
exactamente este mecanismo de afrontamiento – no simplemente las creencias
nucleares rígidas o los esquemas –el que a menudo hace difícil el tratamiento en los
pacientes con trastornos de personalidad.

Al comienzo de este capitulo nos referimos al concepto de modos. Aunque


ambas terapias, la cognitiva y la de esquemas incorporan el concepto de modo, los
terapeutas cognitivos no tienen todavía elaborada técnicas para cambiarlos. Los
terapeutas del esquema tienen alrededor de 10 modos de esquemas comunes
(basados en la definición de Young mencionada al principio del capitulo) y tiene
desarrollado un rango completo de estrategias para el tratamiento, tal como modos de
diálogos, para tratar cada modo individual. El trabajo con los modos es la base de la
terapia basada en esquemas para los pacientes con trastorno de personalidad limite y
narcisista.

Acercamiento psicoanalítico (##psicodinámico##)

Se pueden establecer numerosas similitudes entre la terapia basada en


esquemas y los modelos psicodinámicos de terapias. Dos elementos centrales son

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

compartidos por ambos acercamientos, la exploración del origen en la infancia de


problemas recientes y el foco en la relación terapéutica. En términos de la relación
terapéutica, la teoría psicodinámica moderna apunta hacia la expresión de empatía y
el establecimiento de una relación sincera (cf., Kohut, 1984; Shane, Shane & Gales,
1997) es compatible con nuestra noción de Reparentalización limitada y de
confrontación empática. Tanto el acercamiento psicodinámico como el de esquemas
valoran el insight intelectual. Ambas enfatizan la necesidad del procesamiento
emocional del material traumático. Ambas alertan al terapeuta acerca de la
transferencia y la contratransferencia. Ambas afirman la importancia de la estructura
de la personalidad, sosteniendo que el tipo de estructura de la personalidad del
paciente es la clave de la efectividad terapéutica.

También hay diferencias esenciales entre los modelos psicodinámicos y el


basado en esquemas. Una diferencia clave es que el psicoanalista tradicionalmente
intentaba mantener una posición relativamente neutral, mientras los terapeutas del
esquema se esfuerzan por ser activos y directivos. En contraste con la aproximación
psicodinámica, los terapeutas del esquema proveen la Reparentalización limitada,
encontrando parcialmente las necesidades emocionales básicas insatisfechas del
paciente para curar el esquema.

Otra diferencia mayor es que, a diferencia de la teoría analítica clásica, el


modelo de esquema no tiene una teoría guía. En lugar, del foco puesto en el instinto
sexual y los impulsos agresivos, la teoría basada en el esquema enfatiza en las
necesidades emocionales básicas. La teoría basada en el esquema descansa en el
principio de la coherencia cognitiva. La gente esta motivada para mantener la
coherencia en la visión sobre ellos mismos y sobre el mundo y tiende a interpretar las
situaciones conforme a sus esquemas. En este sentido, el acercamiento al esquema
es más cercano al modelo cognitivo que al modelo psicodinámico. Donde el
psicoanalista observa mecanismos de defensa en contra de deseos, los terapeutas del
esquema observan estilos de afrontamiento con esquemas y necesidades
insatisfechas. El modelo de esquema ve a las necesidades emocionales del paciente
como un intento de éstos por realizarse como intrínsecamente normales y sanos.

Finalmente los terapeutas psicodinámicos tienden a ser menos integradores


que los terapeutas del esquema. Los terapeutas psicodinámicos pocas veces asignan
tareas para el hogar, tampoco usan técnicas de imaginación o role-playing.

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Teoría del Apego de Bowlby

La teoría del apego basada en el trabajo de Bowlby y Ainsworth (Ainsworth y


Bowlby, 1991), tuvo un impacto significativo en la terapia basada en esquemas
especialmente en el desarrollo del “esquema de abandono” y en nuestra concepción
del trastorno limite de la personalidad. Bowlby formula la teoría del apego recurriendo
a modelos etológicos, de sistemas y psicoanalíticos. El principio central es que el ser
humano (y otros animales) tienen un instinto de apego cuyo objetivo es establecer una
relación estable con la madre (u otra figura de apego). Bowlby (1969) dirige estudios
empíricos en niños separados de sus madres y observa una respuesta universal.
Ainsworth (1968) elabora la idea de la madre como una base segura desde la cual el
infante explora el mundo y demuestra la importancia de la sensibilidad materna a las
señales de los infantes.

Nosotros tenemos incorporada la idea de la madre como base segura en


nuestra noción de Reparentalización limitada. Para un paciente con BPD (y con otros
trastornos más severos), la Reparentalización limitada provee un antídoto parcial al
esquema de abandono del paciente. El terapeuta se convierte en la base de reaseguro
emocional que el paciente nunca tuvo, dentro de los límites apropiados de la relación
terapéutica. Hasta cierto punto, casi todos los pacientes con esquemas en los que
domina la desconexión y el rechazo (con la excepción de los esquemas aislamiento
social) requieren que el terapeuta se constituya en una base segura.

En los modelos basados en los esquemas, Bowlby aporta, que el desarrollo


emocional de la infancia procede desde el apego a la autonomía y la individuación.
Bowlby (1969, 1973, 1980) argumenta que un apego estable a la madre (u otra figura
de apego importante) es una necesidad emocional básica que precede y promueve la
independencia. Acorde a lo que dice Bowlby, un niño querido es probable que proteste
por la separación de sus padres pero luego desarrollará más autoconfianza. La
ansiedad de separación excesiva es una consecuencia de experiencias familiares
aversivas, tales como la perdida de un padre, o el trato repetido de abandono por un
padre. Bowlby también señala que, en algunos casos, la ansiedad de separación
puede ser baja, creando una falsa impresión de madurez. Una incapacidad para
formar relaciones profundas con los otros puede sobrevenir cuando el reemplazo de
las figuras de apego es muy frecuente.

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

Bowlby (1973) propone que el ser humano está motivado para mantener un
balance dinámico entre la preservación de lo familiar y la búsqueda de la novedad. En
términos piagetianos (Piaget, 1962), el individuo es motivado para mantener un
balance entre la asimilación (la integración de la información nuevas en las estructuras
cognitivas existentes) y la acomodación (cambio en las estructuras cognitivas
existentes para ajustarse a la nueva información). Los esquemas desadaptativos
tempranos interfieren con este balance. Los individuos se aferran a sus esquemas
interpretando erróneamente la nueva información que podría corregir las distorsiones
que provienen de estos esquemas. En cambio, ellos asimilan esta nueva información
que podría contradecir sus esquemas, distorsionando y desestimando la nueva
evidencia para que así sus esquemas queden intactos. La asimilación, por tanto, se
superpone con nuestro concepto de perpetración de esquema. La función de la terapia
es la de ayudar al paciente a acomodar las nuevas experiencias que contradicen sus
esquemas, para así promover la curación del esquema.

Los conceptos de Bowlby (1973) de modelos de funcionamiento internos se


superponen con nuestra noción de esquemas desadaptativos tempranos. Como los
esquemas, un modelo de funcionamiento interno individual esta fundamentalmente
basado en los patrones de interacción entre el niño y su madre (u otra figura de apego
significativa). Si la madre reconoce las necesidades del niño de protección, mientras
que al mismo tiempo respeta su necesidad de independizarse, el niño probablemente
desarrollará un modelos de funcionamiento interno del si mismo como útil y
competente. Si la madre frecuentemente desprecia los intentos del niño para dejar la
protección o la independencia, entonces el niño construirá un modelo de
funcionamiento interno del si mismo como inútil o incompetente.

Utilizando sus modelos de funcionamiento, los chicos predicen la conducta de


las figuras de apego y se preparan para responder. Los tipos de modelos de
funcionamiento que ellos construyen son muy importantes. En este sentido, los
esquemas desadaptativos tempranos son modelos de funcionamiento internos
disfuncionales, y las características de respuesta del niño ante la figura de apego son
sus estilos de afrontamiento. Como los esquemas, los modelos de funcionamiento
dirigen la atención y el procesamiento de la información. Las distorsiones defensivas
de los modelos de funcionamiento ocurren cuando el individuo bloquea la información
desde la conciencia, impidiendo modificar en respuesta a un cambio. En un proceso
similar a la perpetuación de esquema, los modelos de funcionamiento internos tienden
a convertirse cada vez en más rígidos a lo largo del tiempo. Los patrones de

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

interacción se convierten en automáticos. En el tiempo, los modelos de funcionamiento


se transforman en menos disponibles para la conciencia y en más resistentes al
cambio como un resultado de intereses recíprocos.

Bowlby (1988) traslado la aplicación de la teoría del apego a la psicoterapia.


Notó que un gran numero de pacientes de psicoterapia muestran patrones de
inseguridad o apego desorganizado. Uno de los objetivos principales de la psicoterapia
es la reevaluación de los modelos de funcionamiento interno obsoletos e inadecuados
de la relación con las figuras de apego. Es posible imponer a los pacientes modelos de
funcionamiento rígido de la relación de apego en la interacción con el terapeuta. El
terapeuta y el paciente focalizan primero en comprensión del origen de los modelos de
funcionamiento interno disfuncionales de los pacientes; luego los terapeutas sirven
como base segura desde la cual los pacientes exploran el mundo y retrabajan los
modelos de funcionamiento interno. Los terapeutas del esquema incorporan este
principio en su trabajo con muchos pacientes.

La terapia cognitivo analítica de Ryle

Anthony Ryle (1991) ha desarrollado la “terapia cognitivo-analítica”, una terapia


breve e intensa que integra los aspectos activos y educacionales de la terapia
cognitiva comportamental con los acercamientos psicoanalíticos, especialmente el de
las relaciones de objeto. Ryle propone una estructura conceptual que combina
sistemáticamente las teorías y las técnicas derivadas de estos acercamientos. La
terapia cognitivo-analítica se superpone considerablemente con la terapia de los
esquemas.

La formulación de Ryle es llamada el “modelo de sucesión de procedimiento”.


Usa como constructo conceptual central la “actividad dirigida a un objetivo” más que el
de esquemas. Ryle considera que la neurosis es el uso persistente de y fracaso para
modificar los procedimientos que son inefectivos o dañinos. Tres categorías de
procedimientos postulados para la mayoría de las repeticiones neuróticas: trampas,
dilemas, y tropiezos. Un numero de patrones que describe Ryle se superponen con los
esquemas y estilos de afrontamiento.

En términos de estrategias de tratamiento, Ryle encara una relación terapéutica


activa y de colaboración que incluye una conceptualización comprensiva y orientada
profundamente al problema de los pacientes, tal como hace la terapia basada en

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

esquemas. El terapeuta comparte la conceptualización con el paciente, incluyendo y


comprendiendo como el pasado del paciente conduce a los problemas actuales y un
listado de los varios procedimientos desadaptativos que el paciente usa para hacer
frente a estos problemas. En la terapia cognitivo-analítica, la estrategia central es el
trabajo transferencial para clarificar temas y el diario de mantenimiento sobre los
procedimientos desadaptativos. La terapia basada en esquemas incluye ambos
componentes, pero agrega muchas otras estrategias de tratamiento.

La terapia cognitivo-analítica utiliza un método de 3 vertientes para el cambio:


una nueva comprensión, una nueva experiencia, y nuevas acciones. Sin embargo, la
nueva comprensión es el objetivo central de Ryle, quien lo considera como el agente
más importante para el cambio. En la terapia cognitivo analítica (CAT), la fase de
cambio implica principalmente ayudar al paciente a tomar conciencia de los patrones
negativos de su vida. El énfasis de Ryle es en el insight: “En la CAT el énfasis
terapéutico es puesto fuertemente en los niveles más altos (de la cognición), en
particular a través de la reformulación que modifica los procesos de evaluación y
favorece una activa auto observación” (Ryle, 1991, p. 200).

En la terapia basada en esquemas, el insight es necesario, pero no suficiente


como componente de cambio. Como nos movemos a través del tratamiento de las
patologías más severas tal como ocurre en los pacientes con trastorno narcisista y
limite, encontramos que el insight se convierte en menos importante en relación con
las nuevas experiencias provistas por los acercamientos emotivos y
comportamentales. Ryle (1991) ve a la nueva comprensión como el vehiculo para el
cambio en pacientes con BPD. Se enfoca en lo que el llama “reformulaciones
diagramadas secuenciales”. Éstos son diagramas escritos que resumen la
conceptualización del caso. El terapeuta coloca el diagrama en el piso frente al
paciente y se refiere a el frecuentemente. Las reformulaciones diagramadas
secuenciales pretenden ayudar a los pacientes con BPD en el desarrollo de un “ojo
observador”

La terapia basada en esquemas se diferencia de la terapia cognitivo analítica


en muchos aspectos. La terapia basada en esquemas pone más énfasis en expresar
el afecto y en la reparentalización limitada, especialmente en pacientes con severos
trastornos caracterológicos. Los terapeutas del esquema hacen más para facilitar el
cambio en el nivel emocional. Ryle (1991) reconoce que los procedimientos para
activar el afecto, tal como las técnicas gestálticas o el psicodrama, pueden ser

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

apropiadas en algunos casos para ayudar al paciente a movilizar más allá del insight
intelectual. En contraste, Young considera a las técnicas afectivas, tales como la
imaginación y el dialogo como útiles para casi todos los pacientes.

En el acercamiento de Ryle (1991), el terapeuta interactúa principalmente con


el lado adulto del paciente, el Modo adulto saludable, y solo indirectamente con el
costado infantil del paciente, el modo infantil vulnerable. De acuerdo con el
acercamiento de la teoría basada en el esquema, los pacientes con BPD son como
niños muy pequeños que necesitan establecer un apego seguro con el terapeuta antes
de separarse e individualizarse.

La terapia basada en esquemas personal de Horowitz

Horowitz ha desarrollado un trabajo que integra acercamientos psicodinámicos,


cognitivos-comportamentales, interpersonales de los sistemas familiares. El modelo
enfatiza los roles y las creencias establecidas en la “teoría basada en el esquema
personal” (Horowitz, 1991; Horowitz, Stinson y Milbrath, 1996) El esquema de una
persona es una plantilla, normalmente inconciente, que comprende la mirada del si
mismo y de los otros, y está formada por los residuos de recuerdos de la experiencia
infantil (Horowitz, 1997). Esta definición es virtualmente idéntica a nuestra noción de
Esquema desadaptativo temprano. Horowitz se enfoca en la estructura general de
todos los esquemas, mientras que Young delinea esquemas específicos subyacen los
patrones de la vida negativos.

Horowitz (1997) elabora en sus términos “El modelo de roles de relación”.


Horowitz asocia cada relación con (1) un deseo o necesidad subyacente (el “modelo
de rol de una relación deseada”); (2) un miedo central “el modelo de rol de una
relación de temor”; y (3) el modelo de rol de relación que se defiende contra el modelo
de relación de temor. En términos de la teoría basada en el esquema esto se
corresponde aproximadamente con las necesidades básicas centrales, los esquemas
desadaptativos tempranos, y los estilos de afrontamiento. Horowitz (1997) explica que
el rol de relación incluye guiones para transacciones, intenciones, expresiones
emocionales, acciones, y evaluaciones criticas de las acciones e intenciones. Por
tanto, un rol de relación contiene aspectos tanto de los esquemas como de los estilos
de afrontamiento. El modelo basado en el esquema conceptualiza a los esquemas y a
las respuestas de afrontamiento de forma separada, como si los esquemas no
estuvieran directamente relacionados con acciones especificas. Distintos individuos se

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

manejan con el mismo esquema pero con distintos estilos de afrontamiento,


dependiendo del temperamento innato y otros factores

Lo que Horowitz (1997) llamo “procesos de control defensivos” remite a los


estilos de afrontamiento planteados por Young. Horowitz identifica 3 categorías
mayores:
1- Procesos de control defensivo que implican la evitación del dolor a través del
contenido de que es expresado (ej: cambiando la atención, o minimizando la
importancia)
2- Aquellos que implican la evitación a través de una manera de expresión (ej:
intelectualización verbal)
3- Aquellos que implican el afrontamiento por el cambio del rol (ej: cambio abrupto
a un rol pasivo o a un rol grandioso)

Dentro de esta tipología, Horowitz (1997) cubre mucho de los fenómenos que
rodean al esquema, la evitación, el abandono y la sobrecompensación

Durante el tratamiento, los terapeutas sostienen al paciente, para contrarrestar


la evitación a través de la redirección de la atención del paciente, la interpretación de
actitudes disfuncionales y la resistencia, y ayuda al paciente a planificar nuevos
comportamientos. Como en el trabajo de Ryle (1991), el insight es la parte más
importante del tratamiento. El terapeuta clarifica e interpreta, focalizando en los
pensamientos del paciente y en el discurso sobre el modelo de relación y el proceso
de control defensivo. El objetivo es lograr una nueva “organización” de esquemas para
ganar en prioridad sobre las formas desadaptativas e inmaduras.

En comparación con la terapia basada en esquemas, Horowitz (1997) no


provee detalles o estrategias sistemáticas de tratamiento y no utiliza técnicas afectivas
o la Reparentalización limitada. La terapia basada en esquemas pone un énfasis
mayor en activar el afecto que el acercamiento de Horowitz. El terapeuta del esquema
accede por lo que en términos de Horowitz (1997) son los “estados regresivos” – y que
en nuestros términos es el modo vulnerable del niño de los pacientes.

Terapia enfocada emocionalmente:

La terapia enfocada emocionalmente, desarrollada por Leslie Greenberg y sus


colegas (Greenberg, Rice y Elliott, 1993; Greenberg y Paivio, 1997) toma los modelos

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

emotivos, constructivos y cognitivos. Como la terapia basada en esquemas, la terapia


enfocada emocionalmente están fuertemente ligadas a la teoría del apego y la terapia
de la investigación de procesos.

La terapia enfocada emocionalmente pone el énfasis en la integración de la


emoción con la cognición, la motivación y el comportamiento. El terapeuta activa la
emoción para dar cuenta de esto. Menos énfasis es puesto en la identificación y
reparación de los esquemas emocionales, que Greenberg (Greenberg y Paivio, 1997)
define como un conjunto de principios de organización, idiosincráticos en su contenido,
que unen las emociones, los objetivos, los recuerdos, los pensamientos, y las
tendencias de comportamiento. Los esquemas de emoción emergen a través del
interjuego de la historia del aprendizaje temprano individual u el temperamento innato.
Cuando se activan, ellos sirven como una poderosa fuerza de organización de la
interpretación y es una respuesta a los eventos de la vida de uno mismo. Parecido a lo
planteado por la terapia basada en esquemas, el objetivo último de la terapia enfocada
emocionalmente es cambiar estos esquemas emocionales. La terapia trae a la
conciencia del paciente “experiencias internas inaccesibles... para construir un nuevo
esquema” (Greenberg y Paivio, 1997, p83)

Como la terapia basada en esquemas, la terapia enfocada emocionalmente


confía fuertemente en el trabajo sobre la relación terapéutica. La terapia enfocada
emocionalmente utiliza esta alianza para desarrollar con un enfoque emocional “un
dialogo empático” que estimula, enfoca, y atiende los aspectos emocionales del
paciente. Para estar habilitado para encarar este dialogo, el terapeuta debe primero
crear un sentimiento de seguridad y confianza. Una vez que este sentimiento esta
consolidado, se introduce en un delicado balance dialéctico de “perseguir” y “guiar”
reconociendo y facilitando el cambio. Este proceso es similar al modelo de esquema
ideal de confrontación empática.

Como la terapia basada en esquemas, la terapia enfocada emocionalmente


reconoce que la simple activación de la emoción no es suficiente para generar el
cambio. En la terapia enfocada emocionalmente, el cambio requiere de un proceso
gradual de activación emocional a través del uso de técnicas afectivas, superando la
evitación, interrumpiendo los comportamientos negativos, y facilitando la reparación
emocional. El terapeuta ayuda al paciente a reconocer y a expresar sus sentimientos
primarios, verbalizándolos (poniéndolos en palabras), y luego accediendo a los
recursos internos (ej: las respuestas de afrontamiento adaptativas). Además la terapia

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

enfocada emocionalmente prescribe diferentes intervenciones para distintas


emociones.

A pesar de las considerables similitudes, profundas diferencias teóricas y


practicas distinguen a la terapia enfocada emocionalmente del modelo basado en el
esquema. Una diferencia es la primacía que la terapia enfocada emocionalmente le da
al afecto en los esquemas emocionales comparado con el modelo basado en el
esquema con una visión más igualitaria del rol jugado por el afecto, la cognición y el
comportamiento. Además Greenberg, mantiene que hay una “infinita cantidad de un
único esquema emocional” (Greenberg y Paivio, 1997, p.3) mientras que el modelo
basado en el esquema define un conjunto finito de esquemas y estilos de
afrontamiento y provee una intervención apropiada para cada uno.

El modelo de la terapia enfocada emocionalmente organiza los esquemas en


una organización compleja y jerárquica, que distingue entre emociones primarias,
secundarias e instrumentales, y separa estas emociones en adaptativas,
desadaptativas, complejas y socialmente construida. El tipo de emoción del esquema
sugiere ciertos objetivos específicos de intervención, tomando en cuenta si la emoción
está enfocada interna o externamente (ejemplo: la tristeza vs el enojo) y si esta está
controlada actualmente o fuera de control. Comparado con el modelo basado en
esquemas más básico, la terapia enfocada emocionalmente pone una considerable
carga en el terapeuta para analizar las emociones con precisión y para intervenir con
ellas de formas muy específicas.

El proceso de evaluación en la terapia basada en esquemas depende


principalmente de la experiencia momento a momento en la sesión terapéutica.
Greenberg y Pavivio (1997) contrastan estas técnicas con los acercamientos que
dependen de la formulación inicial del caso o aquellos que dependen de la evaluación
del comportamiento. Aunque el modelo basado en el esquema utiliza en la sesión
información, esta es más multifacética, incluyendo sesiones de imaginería
estructurada (##structured imagery session##), inventarios sobre los esquemas y el
perfeccionamiento de la relación terapéutica

RESUMEN

Young (1990) originalmente desarrolló la terapia basada en esquemas para el


tratamiento de pacientes que no respondían adecuadamente al tratamiento cognitivo

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

comportamental tradicional, especialmente los pacientes con trastornos de


personalidad y rasgos caracterológicos subyacentes a sus trastornos del eje I. Estos
pacientes quebrantan varios supuestos de la terapia cognitivo comportamental y por
esto es difícil tratarlos exitosamente con este método. Revisiones recientes de la
terapia cognitiva para los trastornos de personalidad planteada por Beck y cols (Beck
et. Al., 1990; Alford & Beck, 1997) son más consistentes con lo planteado por la
terapia basada en esquemas. Sin embargo, hay todavía diferencias significativas entre
estos acercamientos, especialmente en términos del énfasis conceptual y en la gama
de estrategias que utilizan para el tratamiento

La terapia basada en esquemas, es un modelo amplio e integrador. Por tanto,


se superpone de forma considerable con otros sistemas de psicoterapia, incluyendo
los modelos psicodinámicos. Sin embargo, la mayoría de estos acercamientos son
más estrechos que la terapia basada en esquemas, ya sea en términos del modelo
conceptual o en la gama de estrategias que utilizan para el tratamiento. También hay
diferencias significativas en la relación terapéutica, el estilo general y la posición del
terapeuta, y el grado de actividad y dirección del terapeuta.

Los esquemas desadaptativo tempranos son patrones dominantes y amplios


respecto al si mismo y la relación con otros, que son disfuncionales en un grado
importante. Los esquemas comprenden recuerdos, emociones, pensamientos y
sensaciones corporales. Ellos se desarrollan durante la niñez o en la adolescencia y
son elaborados a lo largo de la vida. Los esquemas comienzan como adaptativos y
como una representación relativamente precisa del ambiente del niño, pero se
convierten en desadaptativas e inexactas a medida que el niño crece. Como parte de
la búsqueda de coherencia del ser humano, los esquemas luchan por sobrevivir. Ellos
juegan un papel importante en como los individuos piensan, sienten, actúan y se
relacionan con los otros. Los esquemas son disparados cuando los individuos se
encuentran con ambientes que evocan a los ambientes de la infancia que los
produjeron. Cuando esto ocurre, la persona es desbordada por un afecto negativo
intenso. Las investigaciones realizadas por LeDoux (1996) sobre el sistema cerebral
involucrado en el condicionamiento del miedo y del trauma sugiere un modelo para el
apuntalamiento biológico del esquema.

Los esquemas desadaptativos tempranos, son el resultado de necesidades


emocionales básicas insatisfechas. Las experiencias aversivas de la infancia son su
origen principal. Otros factores intervienen en su desarrollo, como el temperamento

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TERAPIA BASADA EN ESQUEMAS: MODELO CONCEPTUAL

emocional y la influencia cultural. Hemos definido 18 esquemas desadaptativos


tempranos en 5 dominios. Existe un gran apoyo empírico que avala estos esquemas y
alguno de estos dominios.

Definimos dos operaciones fundamentales de los esquemas: la perpetuación


del esquema y la curación del esquema. La curación del esquema es el objetivo de la
terapia basada en esquemas. Los estilos de afrontamiento desadaptativos son
mecanismos que el paciente desarrolla tempranamente en la vida para adaptarse a los
esquemas, y resultan ser formas que perpetúan a los mismos esquemas.
Identificamos 3 estilos de afrontamiento desadaptativos: el abandono, la evitación, y la
sobrecompensación. Las respuestas de afrontamiento son comportamientos
específicos a través de los cuales estos 3 estilos de afrontamiento son expresados.
Hay respuestas adaptativas comunes para cada esquema. Los modos son estados, o
facetas del si mismo, que abarca a esquemas específicos u operaciones de esquema.
Hemos desarrollado 4 categorías principales de los modos: Modo Infantil, Modo de
Afrontamiento Disfuncional, Modo Parental Disfuncional y el Modo Adulto Saludable.

La terapia basada en esquemas tiene 2 fases: La fase de educación y


evaluación y la fase de cambio. En la primera fase, el terapeuta ayuda al paciente a
identificar sus esquemas, entender el origen de los mismos en su infancia o
adolescencia, y a relacionar sus esquemas con sus problemas recientes. En la fase de
cambio el terapeuta mezcla estrategias cognitivas, afectivas, comportamentales e
interpersonales para curar el esquema y remplazar los estilos de afrontamiento
desadaptativos por formas de comportamiento saludables.

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