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A pesar de que cada persona puede experimentar diferentes síntomas y con diferente intensidad,
la sintomatología que distingue tanto a la glosofobia como al resto de fobias se manifiesta en tres
categorías diferentes: síntomas físicos, síntomas cognitivos y síntomas conductuales.
1. Síntomas físicos
Cuando la persona se enfrenta o piensa en enfrentarse al estímulo fóbico, en este caso tener que
hablar en público, se produce una hiperactividad del sistema nervioso central que provoca una
gran cantidad de cambios y alteraciones en el organismo. Entre estos síntomas se encuentran:
2. Síntomas cognitivos
Los síntomas físicos son provocados y se acompañan por una sintomatología cognitiva que se
distingue por presentar una serie de creencias e ideas irracionales acerca de las cosas que pueden
pasar cuando la persona está hablando en público.
Ideas como que va a ser humillado, que no va a estar a la altura de las circunstancias o que el resto
de personas van a notar la ansiedad que experimenta son pensamientos muy recurrentes que
invaden la mente de las personas con glosofobia.
Todos aquellos comportamientos que se lleven a cabo con la finalidad de rehuir o esquivar la
posibilidad de tener que hablar en público con conocidas como conductas de evitación. Por
ejemplo, la persona con glosofobia puede alegar falsamente que ha enfermado para tener que
acudir a una cita donde sabía que tenía que hablar en público.
En cambio, todas aquellas conductas que se llevan a cabo una vez iniciada la situación temida se
denominan conductas de escape y aunque en la glosofobia no son tan comunes, permiten a la
persona escapar lo más rápidamente de la situación fóbica.
Sin embargo, en la mayoría de las fobias, una predisposición genética a los efectos del estrés y la
ansiedad, unida a la vivencia de experiencias traumáticas o con una carga emocional intensa y
relacionadas con el estímulo temido, son el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de una
fobia.
¿Existe un tratamiento?
Puesto que la glosofobia puede llegar a ser altamente incapacitante, es muy recomendable que las
personas que la sufran acudan a un especialista en psicología o salud mental. Por suerte, existen
tratamientos que pueden disminuir notablemente la intensidad de los síntomas e, incluso, llegar a
eliminarlos del todo.
https://psicologiaymente.com/clinica/diferencias-desensibilizacion-sistematica-exposicion