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BERTA DIAZ 6-726-2164 TRABAJO DE INTRODUCCION AL DERECHO

SOBRE ABUSOS DEL DERECHO

DEMANDA CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVA DE
INDEMNIZACIÓN, INTERPUESTA
POR EL LCDO. EDUARDO RÍOS
MOLINAR EN REPRESENTACIÓN
DE MANUEL ANTONIO MINERA,
FELICITA TUÑON VDA. DE
BENITEZ, MELVA ROSA
DOMÍNGUEZ LEIRA Y OTROS,
PARA QUE SE CONDENE AL
ESTADO PANAMEÑO AL PAGO DE
TREINTA MESES QUE
PERMANECIERON SUSPENDIDOS
POR EL CIERRE DE LAS
INSTALACIONES DEL DIARIO EL
SIGLO, EN CONCEPTO POR DAÑOS
Y PERJUICIOS, MATERIALES Y
MORALES, CAUSADOS.
PONENTE:VÍCTOR LEONEL
BENAVIDES PINILLA. -PANAMÁ,
VEINTICUATRO (24) DE JULIO DE
DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá

Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo

Ponente: Victor L. Benavides P.

Fecha: 24 de Julio de 2008

Materia: Acción contenciosa administrativa

Reparación directa, indemnización

Expediente: 484 - 2007

VISTOS:
En grado de apelación ha ingresado a este Despacho el PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
DE INDEMNIZACIÓN interpuesto por los señores MANUEL ANTONIO MINERA, FELICITA V. TUÑÓN
Vda. de BENÍTEZ, MELVA ROSA DOMÍNGUEZ LEIRA, ALEXANDER AMET ÁBREGO
SANTAMARIA, CARLOS ALFREDO ESCUDERO L., DORIAN AMET MOSQUERA, HAYDEE
ROSAURA MELÉNDEZ TUÑON, ALFREDO ZEGARRA T., MARIO SANDOVAL, LUIS ANTONIO
GONZÁLEZ MINERA, JORGE ELIÉCER BASTIDAS CORTÉS, DEMETRIO MENDOZA, OMAR
ALBERTO MACÍAS, RICARDO GONZÁLEZ, SATURNINO GONZÁLEZ MINERA, ENDIRA ILEANA
ORTEGA MORALES y MARTIRIS EMILIO DEL ROSARIO C., a través de su apoderado judicial el
Licenciado EDUARDO ENRIQUE RÍOS MOLINAR; quienes pretenden que la SALA TERCERA DE LO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA declare que el Estado
Panameño debe pagarles por vía de indemnización, los salarios y demás prestaciones laborales que dejaron de
percibir por razón de la suspensión o cierre de las instalaciones del Diario El Siglo, S. A. para finales de la
década de los ochenta (80), hecho que ocurrió por espacio o período de treinta y seis (36) meses, petición ésta
que dicen apoyar con lo resuelto por esta misma Sala en Sentencias de 23 de enero de 2003 y de 7 de abril de
2006, respectivamente.

De una acuciosa revisión a cada uno de los elementos que conforman el


presente dossier, hemos podido observar que el Recurso de Apelación en
cuestión, propuesto y sustentado por la Procuraduría de la Administración,
vislumbra la intención de que se realice la revocatoria de la resolución con que
esta Corporación de Justicia ha dado formal admisibilidad de la demanda
ensayada por las personas citadas en el párrafo anterior, es decir, de la
Resolución de treinta y uno (31) de agosto de 2007, visible a foja 25.
Ahora bien, antes de continuar, el resto de los magistrados integrantes de esta Sala consideramos propicio
citar, de manera sintetizada, cuál es la génesis que se ha dejado entrever de la situación que ha motivado la
alzada, ello, sin entrar a resolver cuestiones que en el evento de que fuesen viables, tales como las razones
plasmadas o que motivaron la demanda, corresponderían entonces al fallo de fondo, así como también, lo
referente a la legitimidad para estar en juicio.

Así tenemos que los hoy demandantes plantean, a groso modo, que el
proceso en sí que al efecto han incoado, deviene de lo resuelto en la Sentencia de
23 de enero de 2003 y la Sentencia de 7 de abril de 2006, ambas emitidas por esta
Sala.

Que con la primera de dichas resoluciones se condenó al Estado Panameño


a indemnizar a JAIME PADILLA BELIZ y a la sociedad EL SIGLO, S.A., por
los daños y perjuicios causados por la acción del Ex-Gobernador de la provincia
de Panamá, Alberto Velásquez Morales, al ordenar impedir la circulación e
impresión del Diario EL SIGLO en el año 1987; y que, ante la insuficiencia
probatoria para sustentar los rubros reclamados, se le condenó en abstracto al
Estado, mientras que la segunda de dichas resoluciones y que se concatena con la
primera, ordenó al Estado Panameño a pagar a JAIME PADILLA BELIZ, a la
sociedad EL SIGLO, S.A., y a treinta y un (31) trabajadores la suma total de Un
millón setecientos noventa y cinco mil quinientos noventa y tres balboas con
treinta y seis centavos (B/.1,795,593.36), en concepto de pérdidas de activos y
salarios o prestaciones laborales.

Al ser presentado a la secretaría de esta Sala el proceso en comento, la


misma procede a la revisión de formalidades y cumplimiento de los requisitos
que la Ley Nº135 de 30 de abril de 1943, reformada por la Ley Nº33 de 11 de
septiembre de 1946 exige para las demandas de esta naturaleza, arribando a la
conclusión de que era viable la admisibilidad de la misma, como en efecto lo
hizo mediante Resolución de treinta y uno (31) de agosto de 2007, visible a foja
25, resolución que al ser debidamente notificada a las partes, es objeto de recurso
de apelación por parte de la Procuraduría de la Administración, quien en lo
medular de su escrito de sustentación (visible de fojas 29 a 35) sostiene, por una
parte, que la petición de indemnización que se pretende reclamar con la demanda
interpuesta no se enmarca en ninguno de los supuestos que establece el artículo
97 del Código Judicial y, por la otra, que las partes hoy demandantes carecen de
legitimidad activa para reclamar en juicio, puesto que, los mismos no
intervinieron como partes demandantes en cada uno de los procesos -
identificados con las entradas Nº195-1997 y Nº526-2003- que dieron lugar a la
emisión de las resoluciones que hoy pretenden utilizar como recaudo, por
consiguiente, solicita se revoque la resolución de admisibilidad en comento.
Aunado a lo anterior, invoca y sustenta formal excepción de prescripción
de la acción de indemnización, acción ésta que de tener lugar el continuar con el
presente proceso, nos ocuparíamos más adelante.

Por su parte, el Licenciado EDUARDO ENRIQUE RÍOS MOLINAR,


apoderado judicial de los hoy demandantes, en franca oposición a la acción
ensayada por la vindicta pública, comienza alegando que en la forma que se ha
formalizado el escrito de apelación, no se les permite oponerse específicamente a
las razones de inconformidad del señor Procurador, en relación con la resolución
de admisibilidad de la demanda incoada. Asimismo, puntualizó mediante tal
escrito (visible de fojas 37 a 40) que, a su juicio, el recurso propuesto entre otras
cosas no tiene razón de ser, puesto que, la interposición de la demanda en
cuestión ha sido fundada en el derecho que dicen tener sus mandantes, y por
haberse reconocido así en la Sentencia de 23 de enero de 2003 y en la Sentencia
de 7 de abril de 2006, ambas emitidas por esta Sala.

También considera que la acción del Ministerio Público, en la forma


planteada, busca atacar el proceso de raíz, lo que se torna contrario al fin
perseguido por el legislador con lo expuesto en el numeral 9 del artículo 97 del
Código Judicial y que, por ende, afecta los intereses de sus representados.

Finalmente, y enfatizando en su criterio, indicó que el término para la


petición de indemnización por los daños y perjuicios ocasionados, la cual busca
sea reconocida a favor de sus mandantes, no podía considerarse a tenor de lo
dispuesto en el artículo 1706 del Código Civil, sino, del artículo 1701 de dicho
Código, puesto que la reclamación civil pretendida no emana de un delito de
calumnia o injuria, razón por la cual también se opone a la excepción de
prescripción interpuesta por el señor Procurador de la Administración en este
caso.

CRITERIO Y DECISIÓN DE LA SALA:

Luego del prolijo recorrido procesal realizado sobre los elementos y actuaciones de cada uno de los
concurrentes que se citan en el presente infolio y de los cuales hemos transcrito algunos extractos de manera
sintetizada en los párrafos precedentes de esta resolución; consideramos los integrantes de esta Sala que es
oportuno externar algunas consideraciones que servirán de perspectiva a cada lector de este fallo, previa
consideración también, de que se han surtido todas las fases necesarias para resolver un recurso de apelación,
como el que se examina.

Concretamente, apreciamos que la Procuraduría de la Administración al


ser notificada por intermedio de su titular, anunció y sustentó el Recurso de
Apelación que nos ocupa, recurso que recoge dos (2) razones que, a juicio del
señor Procurador de la Administración, le son vastas para solicitar la revocatoria
de la resolución de admisibilidad de tal demanda, promulgada por esta
Corporación de Justicia, ellas son la no configuración de la petición de
indemnización que se pretende reclamar con la demanda interpuesta, dentro de
los supuestos que establece el artículo 97 del Código Judicial y, la otra, que las
partes hoy demandantes carecen de legitimidad activa para reclamar en juicio,
puesto que, los mismos no intervinieron como partes demandantes en cada uno
de los procesos -identificados con la entrada Nº195-1997 y Nº526-2003- que
dieron lugar a la emisión de las resoluciones que hoy pretenden utilizar como
fundamento para su actuar en demanda.

Sin perjuicio de lo anterior, también invocó y sustentó formal Excepción


de Prescripción contra los supuestos derechos que arguye el Licenciado Ríos
Molinar le asiste a sus representados, por razón de las Sentencias citadas en el
párrafo anterior.

Entre tanto, el apoderado de las partes demandantes y ahora en oposición


al precitado recurso, considera que no le asiste la razón al señor Procurador; pues,
sostiene que sus mandantes sí tienen derecho a la reclamación ensayada a tenor
de lo dispuesto en el numeral 9 del artículo 97 del Código Judicial y por
habérsele reconocido en las sentencias tantas veces citadas, las cuales ha
utilizado como base para la demanda que han incoado.

Por otro lado, considera que el término que le asiste a sus clientes para
efectos de la reclamación en juicio de la referida indemnización es el que alude el
artículo 1701 del Código Civil, y no el que se establece en el artículo 1706 de
dicha excerta legal.

Vistas así las cosas, consideramos el resto de los Magistrados integrantes


de esta Sala que, en efecto, le asiste la razón a la Procuraduría de la
Administración, pues vastas han sido las jurisprudencias que esta Sala ha
prohijado, sin desconocer que es esencial cumplir con los requisitos y
formalidades legales preestablecidas, en este caso por la Ley Nº135 de 30 de
abril de 1943, reformada por la Ley Nº33 de 11 de septiembre de 1946,
específicamente en su artículo 42 y s.s., para ocurrir en demanda ante la esfera
Contencioso-Administrativa. Sin embargo, en el caso en estudio la situación se
ha tornado más tétrica, puesto que, se ha podido colegir con claridad meridiana
que, en efecto, quienes han ocurrido en demanda en esta oportunidad ante esta
instancia judicial carecen de legitimidad activa para estar en juicio.

Con lo anterior queremos decir que esta Magistratura ha revisado


cuidadosamente cada uno de los más de cuarenta (40) expedientes contentivos de
las decisiones que esta Corte Suprema de Justicia ha proferido a través de sus
Salas, en atención a procesos dimanantes de la orden dada para el año 1987 por el
entonces Gobernador de la Provincia de Panamá, ALBERTO VELÁSQUEZ
MORALES; y es de allí que ha podido determinar con certeza que el grupo de
personas que hoy se constituyen como partes demandantes en este caso, no
recurrieron oportunamente ante la autoridades de instrucción y las de
administración de justicia, ni mucho menos consta que se les reconoció derecho
alguno que les permitiera a estas alturas presentar reclamación de indemnización
contra el Estado Panameño, como han pretendido.

Lo anotado en el párrafo anterior nos lleva a transcribir literalmente lo


expuesto en la parte resolutiva de las sentencias invocadas como fundamento por
los demandantes en esta ocasión.

Así tenemos que, por la Demanda Contenciosa Administrativa de


Indemnización por Daños y Perjuicios, interpuesta por la firma PADILLA Y
ASOCIADOS, en representación de JAIME A. PADILLA BELIZ y EL SIGLO,
S.A. para que se condene al Estado panameño al pago de B/.3,153,777.00 más
los gastos e intereses legales a la fecha, por los daños y perjuicios materiales
causados por el Gobernador de la provincia de Panamá, misma que fue atendida
y resuelta bajo la ponencia del Magistrado Adán Arnulfo Arjona López; se
resolvió como se lee:

... PARTE RESOLUTIVA


En consecuencia, la Sala Tercera de la Corte Suprema,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la Ley,
1. CONDENA AL ESTADO PANAMEÑO a indemnizar a JAIME
PADILLA BELIZ y a la sociedad EL SIGLO S.A., por los daños y
perjuicios causados por la acción del Ex-Gobernador de la
Provincia de Panamá Alberto Velásquez Morales, al ordenar
impedir la circulación e impresión del Diario EL SIGLO en el año
1987;
2. En atención a que los perjuicios causados no han podido ser
debidamente tasados por el Tribunal, por la escasez de material
probatorio que sustente los rubros reclamados, la condena es en
abstracto, y deberá liquidarse de acuerdo a los trámites previstos
en los artículos 996 y siguientes del Código Judicial. El trámite
de condena en abstracto es aplicable en este caso, a tenor de lo
previsto en el artículo 57 C de la Ley 135 de 1943 modificada por
la Ley 33 de 1946, en concordancia con el artículo 98 del Código
Judicial.
.../. (El subrayado, la negrilla y cursiva son de esta Sala).
Mientras que, por la Solicitud de Liquidación de Condena en Abstracto,
interpuesta por la firma PADILLA Y ASOCIADOS, en representación de
JAIME PADILLA BELIZ, dentro de la Demanda Contencioso Administrativa de
Indemnización de Daños y Perjuicios, interpuesta por la firma forense Padilla y
Asociados, en representación de JAIME PADILLA BELIZ y EL SIGLO, S.A.
para que se condene al Estado panameño al pago de B/.3,153,777.00 más los
gastos e intereses legales a la fecha, por los daños y perjuicios materiales
causados por la Gobernación de la provincia de Panamá, misma que fue atendida
y resuelta -también- bajo la ponencia del Magistrado Adán Arnulfo Arjona
López; se resolvió como se lee:

... En consecuencia, la Sala Tercera de lo Contencioso-


Administrativo de la Corte Suprema, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley, ORDENA al
Estado panameño pagar al Licenciado Jaime Padilla Beliz y a la
empresa El Siglo, S.A. la suma de UN MILLÓN SETECIENTOS
NOVENTA Y CINCO MIL QUINIENTOS NOVENTA Y TRES
BALBOAS CON 36/100 (B/.1,795,593.36), de la siguiente
forma:
1. La suma de NOVECIENTOS SETENTA Y NUEVE
MIL VEINTIOCHO BALBOAS CON 00/100 (B/.979,028.00)
que corresponden al pago de pérdidas de activos, deberán ser
pagados directamente al Licenciado Jaime Padilla Beliz y a la
empresa El Siglo, S.A.
2.- La suma de OCHOCIENTOS DIECISEIS MIL
QUINIENTOS SESENTA Y CINCO BALBOAS CON 36/100
(B/.816,565.36) a los treinta y uno (31) trabajadores, de la
siguiente forma:
1.- Arosemena Benavides Aneldo Alberto, (Céd. Nº8-223-
1811), cincuenta y ocho mil treinta y cinco balboas con
20/100 (B/.58,035.20).
2.- Aparicio Gritzco Antonio, (Céd. Nº8-219-2573),
cincuenta y ocho mil treinta y cinco balboas con 20/100
(B/.58,035.20).
3.- Ardines Luis, (Céd. Nº8-66-623), diecinueve mil
trescientos cuarenta y cinco balboas con 06/100
(B/.19,345.06).
4.- Ávila M. Gustavo M., (Céd. Nº8-196-259), once mil
seiscientos siete balboas con 03/100 (B/.11,607.03).
5.- Belfon Sellhorn Yamileth A., (Céd. Nº8-710-1257),
once mil seiscientos siete balboas con 03/100
(B/.11,607.03).
6.- Boyd Marciacq Carmen Lidia, (Céd. NºPE-4-754),
diecisiete mil cuatrocientos diez balboas con 55/100
(B/.17,410.55).
7.- Estribí Marciaga Luis Alfonso, (q.e.p.d.), (Céd. Nº8-51-
250), setenta y siete mil trescientos ochenta balboas con
27/100 (B/.77,380.27).
8.- Franco Dagoberto, (Céd. Nº3-80-272), diecisiete mil
cuatrocientos diez balboas con 55/100 (B/.17,410.55).
9.- Flores Pinto Benigna, (Céd. Nº8-281-484), once mil
seiscientos siete balboas con 03/100 (B/.11,607.03).
10.- Fonseca Francisco, (Céd. Nº8-307-803), siete mil
quinientos ochenta y tres balboas con 24/100 (B/.7,583.24).
11.- García Grau Benigna, (Céd. Nº8-85-63), quince mil
cuatrocientos setenta y siete balboas con 03/100
(B/.15,477.03).
12.- García Fraga Dante E., (Céd. NºE-8-46004),
diecinueve mil trescientos cuarenta y cinco balboas con
06/100 (B/.19,345.06).
13.- Gómez De Gracia Raquel B., (Céd. Nº8-156-598),
quince mil cuatrocientos setenta y siete balboas con 03/100
(B/.15,477.03).
14.- Herrera Ortega Haydeé de, (Céd. Nº8-254-54), quince
mil cuatrocientos setenta y siete balboas con 03/100
(B/.15,477.03).
15.- Herrera Murillo Roberto, (Céd. Nº8-220-1146), treinta
y seis mil setecientos cincuenta y cinco balboas con 61/100
(B/.36,755.61).
16.- Icaza De Alba Alfredo A., (Céd. Nº8-38-25), diecisiete
mil cuatrocientos diez balboas con 55/100 (B/.17,410.55).
17.- Inzunza y H. Luis, (Pasaporte Nº5-106-2957), treinta y
siete mil ciento cuarenta y dos balboas con 52/100
(B/.37,142.52).
18.- Julio Rodríguez Blas, (Céd. Nº9-82-2437), veintitrés
mil ciento cuarenta y dos balboas con 07/100
(B/.23,142.07).
19.- Lamela Carrillo Jorge Luis, (Céd. Nº8-180-557), once
mil seiscientos siete balboas con 03/100 (B/.11,607.03).
20.- Miller Ramira, (Céd. Nº3-47-268), quince mil
cuatrocientos setenta y siete balboas con 03/100
(B/.15,477.03).
21.- Morales Francisco, (Céd. Nº8-266-338), diez mil
seiscientos treinta y nueve balboas con 77/100
(B/.10,639.77).
22.- Nay Rodríguez Alma, (Céd. Nº4-209-680), nueve mil
seiscientos setenta y dos balboas con 52/100 (B/.9,672.52).
23.- Ortega Felipe, (Céd. Nº8-525-841), veinte mil
seiscientos sesenta balboas con 52/100 (B/.20,660.52).
24.- Ortega Palma Javier, (Céd. Nº8-428-598), siete mil
cuatrocientos veintiocho balboas con 50/100 (B/.7,428.50).
25.- Padilla Gordón Gabriel A., (Céd. NºPE-6-508),
diecisiete mil cuatrocientos diez balboas con 55/100
(B/.17,410.55).
26.- Padilla González Manolis I., (Céd. Nº8-230-1067),
ciento treinta y cinco mil cuatrocientos quince balboas con
50/100 (B/.135,415.50).
27.- Quiroga Saldaña Delmiro, (Céd. Nº8-304-668),
diecisiete mil cuatrocientos diez balboas con 55/100
(B/.17,410.55).
28.- Reyes Morales Emanuel E., (Céd. Nº8-212-774), trece
mil quinientos cuarenta y un balboas con 54/100
(B/.13,541.54).
29.- Rodríguez Batista Marcelino A., (Céd. Nº8-171-257),
trece mil quinientos cuarenta y un balboas con 54/100 (B/.
13,541.54).
30.- Singares Campbell Carlos A., (Céd. Nº8-235-2466),
cincuenta y ocho mil treinta y cinco balboas con 20/100
(B/.58,035.20).
31.- Tejada Pérez Griselda Edith, (Céd. Nº8-253-928),
quince mil cuatrocientos setenta y siete balboas con 03/100
(B/.15,477.03).
.../. (El subrayado, la cursiva y lo que esta dentro de los paréntesis
y negrilla son de esta Sala).
Como podemos observar, en ambas sentencias se deja claro quiénes son las
personas a las que se les reconoce como partes en juicio, y aunado a ello, con
derecho a reclamar al Estado Panameño la correspondiente indemnización por
daños y perjuicios a que fuere condenado este último. Sin embargo, del listado de
personas que en esta oportunidad han formalizado el presente proceso no se ha
podido encontrar sentencia en firme alguna que les reconozca semejante derecho,
por tanto, y como enunciamos en líneas previas, en efecto le asiste la razón al
señor Procurador de la Administración al decir que los señores MANUEL
ANTONIO MINERA, con cédula Nº3-58-439, FELICITA V. TUÑÓN Vda. de
BENÍTEZ, con cédula Nº6-40-777, MELVA ROSA DOMÍNGUEZ LEIRA, con
cédula Nº8-344-368, ALEXANDER AMET ÁBREGO SANTAMARIA, con
cédula Nº8-461-60, CARLOS ALFREDO ESCUDERO L., con cédula Nº8-392-
1001, DORIAN AMET MOSQUERA, con cédula Nº8-516-202, HAYDEE
ROSAURA MELÉNDEZ TUÑON, con cédula Nº2-85-245, ALFREDO
ZEGARRA T., con cédula Nº8-319-13, MARIO SANDOVAL, con cédula Nº9-
111-2580, LUIS ANTONIO GONZÁLEZ MINERA, con cédula Nº8-222-2693,
JORGE ELIÉCER BASTIDAS CORTÉS, con cédula Nº8-155-815, DEMETRIO
MENDOZA, con cédula Nº2-37-661, OMAR ALBERTO MACÍAS, con
cédula Nº8-453-359, RICARDO GONZÁLEZ, con cédula Nº8-367-183,
SATURNINO GONZÁLEZ MINERA, con cédula Nº8-222-2694, ENDIRA
ILEANA ORTEGA MORALES, con cédula Nº4-149-878y MARTIRIS EMILIO
DEL ROSARIO C., con cédula Nº2-111-408, carecen de legitimidad activa para
reclamar indemnización alguna al amparo de las Sentencias de 23 de enero de
2003 y de 7 de abril de 2006, tantas veces citadas, lo que nos permite señalar que
tal causal va más allá de la necesidad de hablar o reconocer si se ha dado o no la
configuración de la petición de indemnización que se ha pretendido reclamar con
la demanda interpuesta, es decir, si se encuentra dentro o no de los supuestos que
establece el artículo 97 del Código Judicial.
Ahora bien, no podemos dejar de sancionar en esta oportunidad al Licenciado
EDUARDO ENRIQUE RÍOS MOLINAR, con cédula de identidad personal Nº3-
36-1080 e Idoneidad Nº3288, apoderado judicial de los hoy demandantes, por
razón de la actitud desconsiderada y puesta de manifiesto al tiempo de ocurrir en
demanda ante esta Sala, ello es así, pues nos hemos podido percatar del recorrido
realizado a los más de cuarenta (40) expedientes relacionados a éste, que gran
cantidad de los mismos han sido iniciados por el referido letrado en
representación de diversas o distintas personas, pero con las mismas
pretensiones, procesos que han recibido pronunciamientos casi cajoneros y el
aludido apoderado ha reincidido en interponer sendas demandas sobre los
mismos aspectos.

Por lo anterior, es que esta Corporación de Justicia en atención a la reincidencia


en su actuar por parte de dicho apoderado judicial, en relación a los hechos
planteados, procederá a sancionarlo conforme a lo enunciado en el numeral 15,
en concordancia con el numeral 9 del artículo 199 del Código Judicial, puesto
que, conductas como la desplegada por el Licenciado Ríos Molinar, no hacen
otra cosa que llevarlo a encajar como infractor de lo previsto en el artículo 467 de
la referida excerta legal. A continuación pasamos a transcribir literalmente los
artículos y sus numerales enunciados:

Artículo 199. Son deberes en general de los magistrados y jueces:


1.       ...;
.../;
9. Prevenir, remediar y sancionar todo acto contrario a la
dignidad, lealtad de la justicia, probidad y buena fe, lo mismo
que cualquier tentativa de fraude procesal, de obtener fines
prohibidos por la ley o de realizar actos procesales irregulares;
.../;
15. Sancionar con multa de cien balboas (B/.100.00) a mil
balboas (B/.1,000.00) a los apoderados judiciales que incurran en
las faltas indicadas en el artículo 467 del Código Judicial. (El
subrayado, la negrilla y cursiva son de esta Sala).
Artículo 467. Las partes deben comportarse con lealtad y
probidad durante el proceso y el juez hará uso de sus facultades
para rechazar cualquier solicitud o acto que implique una dilación
manifiesta e ineficaz del litigio o cuando se convenza de que
cualquiera de las partes o ambas se sirvan del proceso para
realizar un acto simulado o para perseguir un fin prohibido por
la ley. (El subrayado y la cursiva son de esta Sala).
Esta Magistratura considera que la conducta puesta de manifiesto por el
Licenciado Ríos Molinar al menos en este caso, es decir, de haber enfocado tanto
su demanda como el escrito de oposición a la apelación que nos ocupa, bajo
argumentos que no son ciertos, como lo es que sus representados o demandantes
en esta ocasión ocurrían en demanda ante esta Sala por haber sido reconocidos en
las aludidas sentencias, cuando no es cierto, y el formalizar con conocimiento de
causa, demandas con personas que ya habían ocurrido ante esta Sala por los
mismos hechos y pretensiones; lo encuadra en lo que denominamos como Abuso
en las diferentes facetas, lo que no es dable entonces que se permita o tolere,
pues, ello atentaría contra los principios de lealtad procesal, probidad, economía
procesal y de tutela efectiva, ya que, de aceptarse, ello tendería a afectar los
intereses y derechos del resto de los asociados que esperan que quien acceda a los
tribunales de justicia, lo haga haciendo un buen uso de las asignaciones o
recursos estatales y, especialmente, del recurso humano constituido o conocido
como el engranaje que mueve, en este caso, al Órgano Judicial.

Ahora bien, que quede claro que no es que queremos decir que no se puede
acceder ante esta Sala en ejercicio de las facultades y derechos legales y
constitucionales de recibir justicia, pero en el caso en estudio se ha podido
observar que han sido sendos los procesos que se han entablado bajo los mismos
parámetros y que además han sido objeto de pronunciamiento, es decir, que esta
Sala de manera repetitiva le ha dicho, en este caso al Licenciado Ríos Molinar, lo
mismo en relación a la pretensión de sus representados e inclusive, le ha
manifestado que no puede ocurrir en demanda ante esta para reclamar
indemnización contra el Estado Panameño dimanante del caso denunciado por el
señor JAIME PADILLA BELIZ y El Siglo, S.A., quien no haya sido reconocido
legítimamente como parte para estar en tal juicio, pero aún así, se ha reincidido
en su interposición.

Es de apuntar que el Licenciado Eduardo Enrique Ríos Molinar ha


figurado como apoderado judicial en sendos procesos entablados ante esta Sala,
relacionados al Diario El Siglo, S.A., por razón de la nefasta situación que le
embargó a tal Diario para la década de los ochenta, entre los cuales podemos citar
los expedientes identificados con las entradas Nº169-2003, 174-2003, 175-2003,
184-2003, 205-2003, 473-2003, 474-2003, 526-2003 y 547-2003.

Nótese que algunas de las personas que hoy forman parte del grupo de
demandantes que conforman el presente proceso, ya habían ocurrido a esta Sala
en demanda, a través del Licenciado Ríos Molinar, lo que hace negativa y crucial
la actitud de abuso de ambos, es decir, de dichas personas y de su apoderado en
relación al ejercicio del derecho que les asiste por haberlo dispuesto así nuestra
legislación en nuestro Código Judicial, específicamente en su artículo 464.

A manera de complemento a lo anotado en el párrafo anterior pasamos a


enunciar el nombre de algunas personas que, pese a los pronunciamientos
previos, dados por esta Magistratura, han reincidido en sus peticiones, estas son:
MANUEL ANTONIO MINERA (ver Exp. 526-2003), FELICITA V. TUÑÓN
Vda. de BENÍTEZ (ver Exp. 526-2003), ALEXANDER AMET ÁBREGO
SANTAMARÍA (ver Exp. 175-2003), DORIAN AMET MOSQUERA (ver Exp.
473-2003), HAYDEE ROSAURA MELÉNDEZ TUÑON (ver Exp. 526-2003),
ALFREDO ZEGARRA T. (ver Exp. 184- 2003 y 526-2003), LUIS ANTONIO
GONZÁLEZ MINERA (ver Exp. 526-2003), JORGE ELIÉCER BASTIDAS
CORTÉS (ver Exp. 526-2003), DEMETRIO MENDOZA (ver Exp. 169-2003 y
526-2003), RICARDO GONZÁLEZ (ver Exp. 184-2003), SATURNINO
GONZÁLEZ MINERA (ver Exp. 526-2003) y MARTIRIS EMILIO DEL
ROSARIO C. (ver Exp. 526-2003), entre otros.

Que más podríamos deducir del actuar de las referidas personas y su


apoderado judicial, si lo que han dejado en evidencia en esta oportunidad es la
intención de pretender sorprender a esta Corporación de Justicia con la demanda
interpuesta, lo que como ya hemos dicho, nos da lugar a imponer una ejemplar
sanción pecuniaria al Licenciado Ríos Molinar, como seguidamente se hará en
esta misma resolución, a través de una multa que deberá pagar a favor del Tesoro
Nacional en un término de treinta (30) días calendarios, contados a partir de la
fecha en que quede en firme el presenta acto jurisdiccional.

He aquí, y sin perjuicio de lo anterior, cuando vale -a manera de docencia-


decirle a nuestros lectores que al entablar un proceso hay que tener claro que la
acción jurisdiccional es la facultad que tenemos todos para ir a un Tribunal y
solicitar administración de justicia y que ésta se materializa a través de la
pretensión, la cual se expresa y está contenida en la demanda; es por lo que se
puede decir entonces que la demanda -técnicamente hablando- se debe construir
con los "hechos" que se relatan, hechos éstos que deben ser de trascendencia
jurídica. Es decir, que el relato de los hechos debe coincidir con la hipótesis o
situación de hecho prevista en una norma jurídica, de manera que si yo pruebo
los hechos estaré demostrando que ha surgido a la vida real la previsión de la
Ley, dimanante de la materialización del interés y necesidad que el entonces
Legislador consensuó. Lo que motivaría como resultado la necesidad de aplicar
igualmente la consecuencia establecida en la norma jurídica, lo cual es la
pretensión.
Visto lo anterior, y sin restarle mérito a lo referido en líneas previas, relacionado a la gestión del Licenciado
Ríos Molinar en este caso; tenemos que decir que se espera también de un apoderado judicial que manifieste
una conducta responsable, respetuosa y, sobre todo, digna y considerada antes y durante la evacuación de un
proceso, puesto que, cada vez que promueva acciones que activen el engranaje judicial, el resto de los
asociados de este país esperan que quien o quienes lo hagan, hagan buen uso de sus recursos estatales para
ventilar sus contiendas.

No se puede desconocer que la forma como se ha interpuesto la demanda en


cuestión, es decir, por quienes no ostentan la legitimidad activa para reclamar
indemnización alguna contra el Estado Panameño, bajo el amparo de las tantas
veces citadas sentencias, no deja ver una clara intención de aprovechar correcta y
debidamente los recursos estatales asignados para la administración de justicia,
muy por el contrario, denota un desconsiderado desgaste de la estructura
institucional, recurso humano y presupuesto del Estado que podríamos decir que
se sintetizaría en un Abuso  del  Derecho en este caso de las partes demandantes, a
través de su apoderado judicial o, peor aún, un Abuso  del  Derecho  Procesal y,
por ende, Abuso  al  Derecho  a Litigar por parte de este último.

En este sentido, es lamentable que no se considere que una buena administración


pública y de las riquezas del Estado no sólo depende de quienes administran
justicia, sino de sus usuarios o asociados, lo que nos lleva a puntualizar que
ninguna persona puede abusar de sus derechos en perjuicio de los intereses de la
sociedad o de sus conciudadanos, como estaría ocurriendo de manera tácita en el
caso en estudio.

No perdamos de vista que, si bien es cierto, en el presente proceso las


partes demandantes y su apoderado judicial están haciendo uso de la facultad
consagrada en el artículo 464 del Código Judicial y de los mecanismos legales
existentes, para lograr el resguardo de los derechos que dicen les asiste, no por
ello se debe desconocer que el proceso en cuestión está siendo soportado por la
sociedad que es quien con sus tributos sostiene a las dependencias estatales, entre
ellas, el Órgano Judicial. De tal manera entonces, que el ejercicio de un derecho
es abusivo cuando tiende a un fin incompatible con el destino social del derecho
y especialmente cuando acarrea daño a la economía nacional y con ello a sus
ciudadanos, avanzando sobre sus derechos e intereses legítimos o cuando se
procura la adquisición de ventajas indebidas.

Para un mejor entendimiento y, a manera de docencia reiterada, explicaremos un


poco más a fondo lo que se entiende
por Abuso del Derecho, Abuso del Derecho Procesal y Abuso del Derecho a
Litigar.
Así tenemos, que el Abuso  del  Derecho surge de la necesidad de afirmar
la existencia de los derechos subjetivos, por ende, hay que cuidarse de los
excesos que frecuentemente afloran en el ejercicio de ellos, porque si la ley los
reconoce con un fin justo y útil, puede ocurrir que en ciertas circunstancias se
tornen injustos. De tal manera entonces, que si es legítimo usarlos derechos que
la ley concede, no lo es abusarde ellos, por tanto, es preciso que se tenga
presente que el derecho termina cuando comienza el abuso.

En otras palabras, el abuso consiste en el ejercicio de la atribución legal de forma


contraria al fin económico y social del derecho y, por ende, contrario a los
intereses del Estado y el resto de sus asociados, actitud que podría entenderse
como una exageración a la función social del derecho, porque mostraría como fin
esencial del mismo un destino económico o social, manifestándose en contra del
fin individual que éste persigue, es decir, que se torna contrario al fin de su
institución, al objeto por el cual ha sido creado el derecho, a su espíritu y
finalidad, contrario inclusive, a los dictados de la buena fe -desviándola del fin
para el cual ha sido reconocida-, a la ética, moral y a las buenas costumbres.

También podemos decir, que el abuso del derecho estaría en el ejercicio anormal


del mismo, en la falta de diligencia debida, en la desviación del fin social y
económico, en la falta de intereses legítimos, serios y reales y en el ejercicio de
un derecho con mala intención. Por ello, es necesario tener presente entonces que
el ejercicio del derecho subjetivo en ocasiones afecta los intereses particulares de
cada parte -y peor aún si se carece de legitimidad activa para estar en juicio y
reclamar derechos-, razón que lleva a la necesidad de que al reflejarse un acto
abusivo se denuncie por las personas o partes afectadas. Pero si el acto abusivo
viola intereses públicos, la moral o las buenas costumbres, el Juez o Magistrado
lo puede sancionar sin necesidad de la petición de las partes. Es de aquí donde se
reitera una vez más al Licenciado Ríos Molinar que de reincidir en conductas
como la desplegada será sancionado por esta Corporación de Justicia.

No menos importante que el denominado "Abuso del Derecho", expuesto


en líneas anteriores, tenemos el Abuso  del  Derecho  Procesal que es el que se
configura al tiempo en que los litigantes se exceden en el ejercicio de acciones o
peticiones al amparo de normas procesales preestablecidas -o al amparo de
argumentos infundados o inciertos-, actuar éste que concluye contrariando los
fines para los cuales fueron creadas tales disposiciones, o que exceden los límites
impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres, aspectos que de
alguna manera no escatimó en recoger nuestro Código de Procedimiento Judicial,
específicamente en su artículo 467, cuando dice que:
... Las partes deben comportarse con lealtad y probidad durante el
proceso y el juez hará uso de sus facultades para rechazar
cualquier solicitud o acto que implique una dilación manifiesta e
ineficaz del litigio o cuando se convenza de que cualquiera de las
partes o ambas se sirvan del proceso para realizar un acto
simulado o para perseguir un fin prohibido por la ley.
Queda claro entonces, que el acto procesal que propicia el Abuso del Derecho Procesal, según el Diccionario
de Derecho Procesal Civil de los Doctores JORGE JOSÉ FÁBREGA PONCE y CARLOS HUMBERTO
CUESTAS LÓPEZ, puede:

... tener un propósito abusivo en sentido estricto, o sea, propio de


la temeridad, cuando se persigue la satisfacción de un fin
ilegítimo, se desvía a la vía legal de su destino, y se causa un
perjuicio. También suele revestir la naturaleza de ilegal, frente a
la discordancia que media entre el espíritu de la institución y el
fin perseguido por el justiciable, al sobrepasar los límites
objetivos y ocasionar un riesgo susceptible de engendrar un daño
a un tercero. .../.
En cuanto al Abuso  del  Derecho  a Litigar, tenemos que es la actitud y conducta carente de prudencia,
desplegada por el litigante, quien en aras de defender los Derechos subjetivos de su(s) mandante(s), sobrepasa
los límites de la finalidad de aquel Derecho. También podría ocurrir tal abuso al tiempo en que el mismo
emplee las herramientas legales en forma desmedida para llevar a cabo un proceso una vez interpuesto. Esto
podría ser que se entable un proceso, a sabiendas de manera vasta que hay carencia de legitimidad activa para
estar en juicio, como en efecto ha ocurrido en esta ocasión y aún así, se prosiga con su iniciación.

Lo anotado nos lleva a recomendar a quienes ostenten la calidad de


apoderados judiciales que lo propio es atender en una sola línea el sentir del
entonces legislador expuesto en cada una de las deposiciones legales que nos ha
dejado a la mano, ya que, de atenderlas en el mejor sentido, se podría evitar que
se entienda que su actuar o ejercicio es abusivo de los derechos, con tendencias
ilícitas, transgresoras de manera solapada del ordenamiento jurídico.

Para esta Magistratura es criticable y lamentable que algunos apoderados


judiciales, al asumir la responsabilidad profesional de intervenir en un proceso,
hagan caso omiso a las disposiciones legales procesales o adjetivas que regulan
los procesos y que se presumen conocidas, originando pérdida de tiempo,
molestias o desgastes estructurales y de recurso humano, no sólo a las partes,
sino, a la administración de justicia y la sociedad misma, siendo ello, contrario a
la economía procesal y a la ética, por ello, la Sala no puede más que considerarla
como un abuso del derecho a litigar y, más aún, un abuso del derecho a la tutela
judicial efectiva que la Corte ha reconocido y seguirá reconociendo en la medida
en que, los que en ella se amparan, lo hagan en ejercicio pleno y correcto de sus
derechos, pues ello equivale a respetar el derecho que tienen las demás personas
a una justicia rápida, eficaz y sin dilaciones innecesarias que no hacen más que
repercutir negativamente en la administración de justicia.
Bien, atendiendo todo lo antes expuesto, consideramos que de haberse cumplido entre otros, con al menos el
requisito de legitimidad activa para estar en juicio, podríamos entonces entrar a ver no solo el fondo de la
controversia o pretensión, sino lo relacionado a si habría o no lugar a la configuración de la prescripción del
derecho a ocurrir en demanda de esta naturaleza, como ha sido invocado por la Procuraduría de la
Administración.

En definitiva, las razones expuestas nos llevan en una sola línea a revocar, como en efecto se hará
seguidamente, la resolución dictada para dar formal Admisibilidad a la demanda incoada en esta ocasión por
los señores MANUEL ANTONIO MINERA, FELICITA V. TUÑÓN Vda. de BENÍTEZ, MELVA ROSA
DOMÍNGUEZ LEIRA, ALEXANDER AMET ÁBREGO SANTAMARIA, CARLOS ALFREDO
ESCUDERO L., DORIAN AMET MOSQUERA, HAYDEE ROSAURA MELÉNDEZ TUÑON, ALFREDO
ZEGARRA T., MARIO SANDOVAL, LUIS ANTONIO GONZÁLEZ MINERA, JORGE ELIÉCER
BASTIDAS CORTÉS, DEMETRIO MENDOZA, OMAR ALBERTO MACÍAS, RICARDO GONZÁLEZ,
SATURNINO GONZÁLEZ MINERA, ENDIRA ILEANA ORTEGA MORALES y MARTIRIS EMILIO
DEL ROSARIO C., por carecer estos de legitimidad activa para estar en juicio.

Por lo expuesto, la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia,


administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
REVOCA EN TODAS SUS PARTES la Resolución de treinta y uno (31) de
agosto de 2007 (visible a foja 25), dictada por esta Sala, con la cual se ADMITE
el PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE INDEMNIZACIÓN
interpuesto por los señores MANUEL ANTONIO MINERA, FELICITA V.
TUÑÓN Vda. de BENÍTEZ, MELVA ROSA DOMÍNGUEZ LEIRA,
ALEXANDER AMET ÁBREGO SANTAMARIA, CARLOS ALFREDO
ESCUDERO L., DORIAN AMET MOSQUERA, HAYDEE ROSAURA
MELÉNDEZ TUÑON, ALFREDO ZEGARRA T., MARIO SANDOVAL, LUIS
ANTONIO GONZÁLEZ MINERA, JORGE ELIÉCER BASTIDAS CORTÉS,
DEMETRIO MENDOZA, OMAR ALBERTO MACÍAS, RICARDO
GONZÁLEZ, SATURNINO GONZÁLEZ MINERA, ENDIRA ILEANA
ORTEGA MORALES y MARTIRIS EMILIO DEL ROSARIO C., quienes
pretenden que la SALA TERCERA DE LO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA declare que el
Estado Panameño debe pagarles por vía de indemnización los salarios y demás
prestaciones laborales que dejaron de percibir por razón de la suspensión o cierre
de las instalaciones del Diario El Siglo, S.A. para finales de la década de los
ochenta (80), hecho que ocurrió por espacio o período de treinta y seis (36)
meses, petición que dicen apoyar con lo resuelto por esta misma Sala en
Sentencias de 23 de enero de 2003 y de 7 de abril de 2006, respectivamente.

CONDENA al Licenciado EDUARDO ENRIQUE RÍOS MOLINAR, con


cédula de identidad personal Nº3-36-1080 e Idoneidad Nº3288, al pago de
OCHOCIENTOS BALBOAS con 00/100 (B/.800.00), en concepto de multa por
las razones expuestas en la parte motiva de esta resolución, misma que deberá
hacer efectiva a favor del Tesoro Nacional en el término de treinta (30) días
calendarios, contados a partir de que quede en firme este acto jurisdiccional.

OFÍCIESE a la Dirección General de Ingresos del Ministerio de Economía


y Finazas, par los fines pertinentes, relacionados con la multa impuesta.

Una vez en firma la presente resolución, ARCHÍVESE el presente


expediente, previa anotación de salida en el libro respectivo.

Notifíquese,
 

VICTOR L. BENAVIDES P.

JACINTO A. CÁRDENAS M.

JANINA SMALL (Secretaria)

 
RESUMEN ANALITICO 1

Sobre la demanda interpuesta por el licenciado EDUARDO RIOS MOLINAR en representación de 31


personas la cual trabajaron enlas Instalaciones del Siglo S,A. la cual exige el pago por via de
indemisacion, en concepto de perdiddas de activos salarios o prestaciones laborales y por daños y
perjuicios causados por las acciones del ex gobernador de la provincia de Panamá ALBERTO
VELAZQUES, al ordenar el impedimento de circulación e impresión del diario el siglo en el año
1987. Y estudiado el caso se pude decir que No se puede desconocer que la forma como se ha
interpuesto la demanda en cuestión, es decir, por quienes no ostentan la legitimidad activa para
reclamar indemnización alguna contra el Estado Panameño, bajo el amparo de las tantas veces
citadas sentencias, no deja ver una clara intención de aprovechar correcta y debidamente los
recursos estatales asignados para la administración de justicia, muy por el contrario, denota un
desconsiderado desgaste de la estructura institucional, recurso humano y presupuesto del Estado
que podríamos decir que se sintetizaría en un Abuso del Derecho en este caso de las partes
demandantes, a través de su apoderado judicial o, peor aún, un Abuso del Derecho Procesal y, por
ende, Abuso al Derecho a Litigar por parte de este último. Y asi mismo, , es lamentable que no se
considere que una buena administración pública y de las riquezas del Estado no sólo depende de
quienes administran justicia, sino de sus usuarios o asociados, lo que nos lleva a puntualizar que
ninguna persona puede abusar de sus derechos en perjuicio de los intereses de la sociedad o de
sus conciudadanos, como estaría ocurriendo de manera tácita en el caso en estudio. No perdamos
de vista que, si bien es cierto, en el presente proceso las partes demandantes y su apoderado
judicial están haciendo uso de la facultad consagrada en el artículo 464 del Código Judicial y de los
mecanismos legales existentes, para lograr el resguardo de los derechos que dicen les asiste, no
por ello se debe desconocer que el proceso en cuestión está siendo soportado por la sociedad que
es quien con sus tributos sostiene a las dependencias estatales, entre ellas, el Órgano Judicial.
También se defendió diciendo que no puede más que considerarla como un abuso del derecho a
litigar y, más aún, un abuso del derecho a la tutela judicial efectiva que la Corte ha reconocido y
seguirá reconociendo en la medida en que, los que en ella se amparan, lo hagan en ejercicio pleno
y correcto de sus derechos, pues ello equivale a respetar el derecho que tienen las demás
personas a una justicia rápida, eficaz y sin dilaciones innecesarias que no hacen más que repercutir
negativamente en la administración de justicia.
APELACIÓN INTERPUESTA POR EL
LICENCIADO EDUARDO GOMEZ
ALMANZA, APODERADO JUDICIAL
DE DRESDNER BANK
LATEINAMERIKA AG (AHORA
DRESDNER LATEINAMERIKA AG)
EN EL INCIDENTE DE
LEVANTAMIENTO DE MEDIDA
CAUTELAR PRESENTADO POR
DRESDNER BANK
LATEINAMERIKA AG. - PONENTE:
OYDÉN ORTEGA DURÁN- -
PANAMÁ, UNO (1) DE MARZO DE
DOS MIL DIEZ (2010).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá

Sala: Primera de lo Civil

Ponente: Oydén Ortega Durán

Fecha: lunes, 01 de marzo de 2010

Materia: Civil

Apelación

Expediente: 330-09
 

VISTOS:

Procedente del Primer Tribunal Superior del Primer Distrito Judicial de


Panamá, ingresó a esta Sala de lo Civil el Recurso de Apelación interpuesto por
el Licenciado EDUARDO GÓMEZ ALMANZA, en su condición de apoderado
judicial sustituto de la Sociedad DRESDNER LATEINAMERIKA AG, contra la
Resolución de diecisiete (17) de agosto de dos mil nueve (2009) dictada por ese
Tribunal, la cual decide RECHAZAR DE PLANO por improcedente el Incidente de
Levantamiento de Medida Cautelar presentado por la Recurrente, dentro de la
Medida Precautoria solicitada por ANA ISABEL VENEGAS ARCE contra DRESDNER
BANK LATEINAMERIKA AG y MMG FIDUCIARY & TRUST CORP.

Los antecedentes del caso revelan que dentro del Proceso Ordinario
Declarativo de Mayor Cuantía incoado por la señora ANA ISABEL VENEGAS
ARCE, actuando en su propio nombre y en el de su menor hijo JOHANN GUNTER
SCHNITTJER VENEGAS, contra DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG (antes
DEUTSCH-SUDAMERIKANAISCHE BANK AG) y MMG FIDUCIARY & TRUST CORP,
la parte demandante presentó solicitud de Medida Precautoria contra los
demandados, de conformidad con lo señalado en el artículo 29 de la Ley 1 de
1984, por la cual se regula el fideicomiso en Panamá.

El Juzgado Séptimo de Circuito de lo Civil del Primer Circuito Judicial de


Panamá, mediante Auto No. 1563 de 20 de octubre de 2008, negó la Medida
Precautoria solicitada por la parte demandante, quien en uso de sus facultades
y derechos procesales, apeló contra esta decisión. El Recurso de Apelación fue
resuelto por el Primer Tribunal Superior de Justicia, a través de la Resolución de
19 de mayo de 2009, la cual decidió revocar la decisión de primera instancia,
admitir la Medida Precautoria y por consiguiente, fijar la suma de quinientos mil
balboas (B/.500,000.00) en concepto de caución que deben consignar los
demandados fiduciarios a favor de la Sucesión Intestada del señor GUNTER
JOHANN ADOLF SCHNITTJER (q.e.p.d.), el cual se ventila en el Juzgado
Decimocuarto de Circuito de lo Civil del Primer Circuito Judicial de Panamá.

Contra la decisión emitida por el Tribunal Superior mediante Resolución


de 19 de mayo de 2009, las partes demandadas, DRESDNER LATEINAMERIKA AG
y MMG FIDUCIARY & TRUST CORP, presentaron Recursos de Reconsideración,
Apelación, y anunciaron ambas, Recurso de Casación, siendo todos estos
Recurso objetados a través de los respectivos escritos de oposición presentados
por la apoderada judicial de la parte demandante.

El Primer Tribunal Superior de Justicia, a través de Resolución de 17 de


agosto de 2009, resolvió las iniciativas procesales interpuestas por las partes
contra la Resolución de 19 de mayo de 2009, manifestando lo siguiente:

"...
DECLARA extemporáneo y sin valor alguno el escrito de oposición presentado
por la apoderada judicial de la parte actora, al recurso de reconsideración
interpuesto por el apoderado judicial sustituto de DRESDNER BANK
LATEINAMERIKA AG (antes DEUTSCH SUDAMERIKANAISCHE BANK
AG).

RECHAZA DE PLANO, por improcedente, los


recursos de apelación presentados por los
apoderados judiciales de MMG FIDUCIARY & TRUST
CORP., y DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG (antes
DEUTSCH SUDAMERIKANAISCHE BANK AG), así como
los anuncios de casación, razón por la cual, se NIEGA
la concesión del término para formalizar los mismos.
DENIEGA los recursos de reconsideración
impetrados por la firma forense MORGAN &
MORGAN, apoderada judicial de MMG FUDUCIARY &
TRUST CORP., y por el Licenciado EDUARDO E. GOMEZ
ALMANZA, apoderado judicial sustituto de DRESDNER
BANK LATEINAMERIKA AG (antes DEUTSCH
SUDAMERIKANAISCHE BANK AG), contra el Auto de
fecha 19 de mayo de 2009.
De conformidad con lo preceptuado en el
segundo párrafo del artículo 1075 del Código Judicial,
se condena en costas a DRESDNER BANK
LATEINAMERIKA AG (antes DEUTSCH
SUDAMERIKANAISCHE BANK AG) y MMG FIDUCIARY
& TRUST CORP., a las que se tasan en la suma de CIEN
BALBOAS (B/.100.00) para cada recurrente.
NO ACCEDE a la solicitud de ejecución de la
medida precautoria formulada por la apoderada
judicial de la parte actora, ANA ISABEL VENEGAS
ARCE.
Se tiene a la firma forense MORGAN &
MORGAN, como apoderadas judicial de MMG
FIDUCIARY & TRUST CORP., en los términos y
condiciones del poder conferido, consultable a fojas
487-488 del presente cuaderno.
..."
El apoderado judicial de DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG, parte
demandada dentro del Proceso Ordinario, mediante escrito recibido por el
Primer Tribunal Superior de Justicia del Primer Circuito Judicial de Panamá el 12
de julio de 2009, presentó Incidente de Levantamiento de Medida Cautelar, el
cual fue rechazado de plano por ese Tribunal por considerarlo improcedente, a
través de Resolución distinta a la previamente referida, también de fecha 17 de
agosto de 2009.

El Tribunal Superior del Primer Circuito Judicial de Panamá, basó la decisión de


rechazar de plano el Incidente de Levantamiento de Secuestro presentado por
el apoderado judicial de DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG, en lo siguiente:

"...
A fin de establecer la procedencia o no del
incidente promovido por el apoderado judicial
sustituto de DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG, es
importante recordar lo dispuesto en el artículo 1119
del Código Judicial, que reza así:
<<Artículo 1119. Las resoluciones judiciales sólo
podrán ser impugnadas por los medios y
trámites previstos en este Código, a efectos de
que el propio Juez que ha dictado una
resolución o el respectivo superior enmiende el
agravio que estime se ha inferido.
Las resoluciones dictadas en procedimientos
cautelares son igualmente recurribles, con
arreglo a las disposiciones de este Título...>>
Como se plasmó en párrafos antecedentes, la
resolución atacada vía incidente fue emitida por ésta
Colegiatura, como Tribunal de Segunda Instancia,
supuesto para el cual nuestro Código de
Procedimiento Civil contempla, específicamente, el
remedio procesal para alcanzar la finalidad
perseguida por el apoderado judicial sustituto de
DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG, lo que hace el
referido incidente manifiestamente improcedente.
..."
Es esta Resolución de 17 de agosto de 2009, emitida por el Primer Tribunal
Superior de Justicia del Primer Distrito Judicial de Panamá, la que es objeto del
presente Recurso de Apelación que esta Sala se avoca a resolver.

RECURSO DE APELACIÓN

El apoderado judicial sustituto de DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG, en su


escrito de sustentación del presente Recurso de Apelación contra la Resolución
de 17 de agosto de 2009 emitida por el Primer Tribunal Superior del Primer
Distrito Judicial de Panamá que resuelve rechazar de plano por improcedente el
Incidente de Levantamiento de Medida Cautelar decretada contra los
demandados, expone quince hechos, de los cuales sólo el primero de ellos
constituye un fundamento contra la Resolución recurrida en apelación, ya que el
resto de los hechos fundamentan la oposición del apoderado judicial contra la
Medida Cautelar decretada por el A-quo, situación que no será objeto de
análisis para esta Sala dentro del presente Recurso de Apelación.

El apelante sustenta su objeción contra la Resolución que rechaza de


plano el Incidente de Levantamiento de Secuestro, en considerar que el artículo
1119 del Código Judicial, el cual fue utilizado por el A-quo como sustento de su
decisión, no excluye la vía incidental para solicitar el levantamiento de una
medida cautelar que no cumpla con los requisitos exigidos para ser decretada.

Asimismo señala el Recurrente, que el artículo 699 del Código Judicial


establece la procedencia de los Incidentes en los Procesos en que no exista
periodo de alegados dentro de los dos días siguientes al vencimiento del último
trámite, siendo excluidos de esta limitación los casos de medidas cautelares o
provisionales en los cuales se podrán presentar los Incidentes aún antes de
notificarse la demanda.

También sustenta su Recurso señalando que el numeral 8 del artículo 531


del Código Judicial contempla la vía incidental en materia cautelar, y que los
mismos son comunes en el ámbito judicial patrio, por lo que la Resolución de 17
de agosto de 2009, limita el medio de defensa que tiene su representada contra
la medida cautelar decretada en su contra.

CRITERIO DE LA SALA

Los artículos 697 y 698 del Código Judicial definen lo que nuestro ordenamiento
jurídico denomina como incidencias, de la siguiente forma:
"Artículo 697: son incidentes las controversias o
cuestiones accidentales que la ley dispone que se
debatan en el curso de los procesos y que requieren
decisión especial.
Artículo 698: Toda cuestión accesoria de un proceso,
que requiera pronunciamiento especial con audiencia
de las partes, se tramitará como incidente y se
sujetará a las reglas de este Capítulo si no tuviese
señalada por la ley una tramitación especial." (lo
resaltado es de la Sala)
En este sentido, se observa que la naturaleza de los Incidentes dentro de los
Procesos, va dirigida a que el Juzgador conozca y resuelva cuestiones
accidentales o accesorias, lo que presupone que no sean situaciones que ya han
sido previamente conocidas, analizadas y falladas dentro del Proceso, salvo que
se trate de casos en los que se pretenda poner en conocimiento de hechos
nuevos o consecuentes a los pronunciamientos previos que haya hecho el
juzgador.
Esta Sala ha observado, que el Incidente de Levantamiento de Secuestro
presentado por el apoderado judicial sustituto de DRESDNER BANK
LATEINAMERIKA AG, parte demandada dentro del Proceso, y afectada con la
Medida Precautoria decretada, contra la Resolución de 19 de mayo de 2009
emitida por el Primer Tribunal Superior de Justicia del Primer Distrito Judicial de
Panamá, la cual decreta la Medida Precautoria en contra de las demandadas,
interpuso Recurso de Reconsideración, Apelación, anunció Recurso de Casación
e interpuso Incidente de Levantamiento de Secuestro.
El Recurso de Reconsideración fue resuelto por el Tribunal, denegando el
mismo, al igual que rechazando el Recurso de apelación y no concediendo el
término para la formalización del Recurso de Casación, a través de Resolución
de fecha 17 de agosto de 2009. Es sabido además por esta Sala que contra esta
decisión, los demandantes recurrieron de hecho, Recurso que se encuentra por
resolver por esta misma Sala.
De lo antes expuesto, resulta evidente que el Incidentista pretende utilizar la
presente iniciativa procesal como un medio de impugnación más, para que el
Tribunal reconsidere nuevamente la decisión tomada sobre la Medida
Precautoria interpuesta en su contra, a pesar de haber también utilizado los
medios de impugnación nominados por nuestro ordenamiento jurídico, cayendo
con esto en una deslealtad procesal o abuso del derecho, contraviniendo lo
señalado en el artículo 467 del Código Judicial, que establece la obligación de las
partes de comportarse con lealtad y probidad durante el Proceso.
Dadas las evidencias procesales, esta Sala comparte el criterio del A-quo en

considerar manifiestamente improcedente el Incidente de Levantamiento de la

Medida Precautoria incoada por el apoderado judicial sustituto de DRESDNER

BANK LATEINAMERIKA AG, por lo que consecuentemente procederá a confirmar

la Resolución recurrida, no prosperando la pretensión del apelante.


En mérito de lo antes expuesto, la Corte Suprema, SALA DE LO CIVIL,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
CONFIRMA la Resolución de diecisiete (17) de Agosto de 2009, dictado por el
Primer Tribunal Superior de Justicia del Primer Distrito Judicial de Panamá, la
cual rechaza de plano por improcedente el Incidente de Levantamiento de la
Medida Precautoria interpuesto por el apoderado judicial sustituto de
DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG.

De conformidad con lo señalado en el numeral 15 del artículo 199 del


Código Judicial, se impone multa de B/.100.00 al Licenciado EDUARDO E.
GOMEZ A., apoderado judicial sustituto de la parte recurrente, por deslealtad
procesal.

Las costas de segunda instancia se fijan en la suma de B/.100.00.

Cópiese, Notifíquese y Devuélvase

OYDÉN ORTEGA DURÁN

ALBERTO CIGARRUISTA CORTEZ -- HARLEY J. MITCHELL D.

SONIA F. DE CASTROVERDE (Secretaria)

RESUMEN caso 2

Respecto al caso de APELACIÓN INTERPUESTA POR EL LICENCIADO EDUARDO GOMEZ ALMANZA,


APODERADO JUDICIAL DE DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG (AHORA DRESDNER
LATEINAMERIKA AG) EN EL INCIDENTE DE LEVANTAMIENTO DE MEDIDA CAUTELAR PRESENTADO
POR DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG. - PONENTE: OYDÉN ORTEGA DURÁN- - PANAMÁ, UNO
(1) DE MARZO DE DOS MIL DIEZ (2010).

Podemos ver que el Incidentita pretende utilizar la presente iniciativa procesal como un medio de
impugnación más, para que el Tribunal reconsidere nuevamente la decisión tomada sobre la
Medida Precautoria interpuesta en su contra, a pesar de haber también utilizado los medios de
impugnación nominados por nuestro ordenamiento jurídico, cayendo con esto en una deslealtad
procesal o abuso del derecho, contraviniendo lo señalado en el artículo 467 del Código Judicial,
que establece la obligación de las partes de comportarse con lealtad y probidad durante el
Proceso. Ya que en la Sala ha observado, que el Incidente de Levantamiento de Secuestro
presentado por el apoderado judicial sustituto de DRESDNER BANK LATEINAMERIKA AG, parte
demandada dentro del Proceso, y afectada con la Medida Precautoria decretada, contra la
Resolución de 19 de mayo de 2009 emitida por el Primer Tribunal Superior de Justicia del Primer
Distrito Judicial de Panamá, la cual decreta la Medida Precautoria en contra de las demandadas,
interpuso Recurso de Reconsideración, Apelación, anunció Recurso de Casación e interpuso
Incidente de Levantamiento de Secuestro, y a la vez se le impone una multa al Licenciado
EDUARDO E. GOMEZ A., apoderado judicial sustituto de la parte recurrente, por deslealtad
procesal.

Y en resumidas cuentas podemos decir que Se denomina abuso del derecho a la situación que se
produce cuando el titular actúa de modo tal que su conducta concuerda con la que concede la
facultad, pero su ejercicio resulta contrario a los fines del ordenamiento jurídico y excede los
límites impuestos por la buena fe, moral y buenas costumbres o los fines sociales y económicos del
Derecho. Cuando se da esta situación es tarea de los magistrados evaluar en cada caso concreto si
existió una verdadera conducta lesiva y, si corresponde, procurar una actio in rem verso y fijar
indemnización

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