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POLICÍA NACIONAL DEL PERÙ

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN Y DOCTRINA


POLICIAL
ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN PROFESIONAL
POLICIAL
EESTP PNP “PUENTE PIEDRA”

TRABAJO APLICATIVO INDIVIDUAL

ASIGNATURA: CÓDIGO PENAL I

TEMA: TEORÍA DEL DELITO

DOCENTE: ST2 HIDALGO DIPAS, MANUEL ENRIQUE

SECCION: 24

ALUMNO: ALO1-PNP INCISO YALICO,SAYFI ERICK

1
ÍNDICE

I. LA ACCIÓN......................................................................................................5
1.1. La acción como concepto previo al derecho penal. la acción como
concepto jurídico-penal....................................................................................5
1.1.1. La acción como concepto previo al derecho penal..............................5
1.1.2. La acción como concepto jurídico-penal..............................................5
1.2. Teorías.........................................................................................................6
1.2.1. Teoría causalista......................................................................................6
1.2.2 Teoría de la imputación objetiva.............................................................9
1.2.3. Teoría finalista........................................................................................10
1.2.4 Teoría funcionalista................................................................................12
1.3. La acción y el código penal.....................................................................13
1.4. Ausencia de acción..................................................................................14
1.4.1. Fuerza física irresistible........................................................................15
1.4.2. Movimientos reflejos.............................................................................15
1.4.3 Estados de inconsciencia......................................................................16

II. LA TEORÍA DEL DELITO.............................................................................17


2.1. Definición de delito...................................................................................20
2.2. Actos que dan lugar a la intervención de la justicia penal...................21
2.3. Clases de infracciones.............................................................................22
2.4. Faltas o contravenciones.........................................................................23
2.5. Elementos del delito………………………………………………………….26

III. CONCLUSIONES

IV. BIBLIOGRAFÍA

2
DEDICATORIA

Quiero dedicarle este trabajo


A Dios que me ha dado la vida y fortaleza
para terminar este proyecto de investigación.
A mis Padres por estar ahí cuando más los necesité; en
especial a mi madre por su ayuda y constante cooperación.

DEDICATOR

3
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo consiste en explicar los conceptos de la teoría del delito,


cuáles son sus niveles de imputación, lo que abarcara con mucho más detalle
sobre los sistemas o la evolución que paso la teoría del delito y como último se
analizara sobre la teoría del delito en de las personas jurídicas.

La teoría del delito consiste en el planteamiento de hipótesis para determinar


los elementos que se usaran en la consecuencia jurídica respecto a la
conducta humana. Los niveles de imputación penal sirven para determinar si
una acción es delito o no, este consta de tres elementos que son la tipicidad, la
antijuricidad y la culpabilidad. La teoría del delito está conformada por dos
sistemas bipartito (sujeto y objeto) y tripartito (acción y culpabilidad)

En la evolución de la teoría del delito tenemos que saber que la sociedad


entiende los conceptos que conforman a esta teoría, pero no un profesional de
esta rama, pues sobre este cae la búsqueda de la solución sobre un hecho
cometido o no, en otras palabras, se analizara si la acción cometida es delito o
no, si es imputable o no, etc. Por esto mismo habrá varias hipótesis que
busquen crear una teoría del delito que pueda resolver los conflictos o no.

En cuanto a la teoría del delito de las personas jurídicas esto consiste en el


análisis que se hace para determinar si las personas jurídicas pueden o no
cometer delitos, en nuestro país esto no es atribuible, es decir no se considera
que una persona jurídica cometa delitos.

En conclusión, la teoría del delito tiene conceptos primarios como modernos,


así también la imputación penal presenta conceptos de puntos como el hecho,
la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad. En cuanto a la evolución esta
presento sistemas como el causalismo, finalismo, funcionalismo, teologismo.
También se habló de la teoría del delito fundada en la persona y la teoría del
delito de las personas jurídicas

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CAPÍTULO I

LA ACCIÓN

1.1. La acción como concepto previo al derecho penal. la acción como


concepto jurídico-penal.

1.1.1. La acción como concepto previo al derecho penal.

La concepción de la acción tuvo sus raíces constructivas en la antigua filosofía


griega, apareciendo con mayor énfasis en la obra de Samuel
Pufendorf (seguidor de las ideas de Aristóteles en lo referente a la teoría de la
acción y la atribución) en el siglo XVIII; sin embargo, quien lo introduce al
Derecho penal fue Von Böhmer. La concepción moderna de la acción se
origina con Hegel, en el siglo XIX, que incluye a la imprudencia dentro del
concepto de acción, sin lograr alcanzar la diferenciación con el concepto de
imputación. En los primeros tratados de Derecho penal entre los que destaca el
clásico von Feuerbach, a quien se debe precisamente el primer Código Penal
liberal, esto es, el Código Bávaro de 1813, la acción no era considerada objeto
de especial análisis. La teoría del delito solamente conocía la distinción entre
imputación objetiva y subjetiva, recién con la dogmática clásica, a Binding,
Beling, VonLiszt y Radbruch, se conoció la concepción tripartita del delito,
como acción típica, antijurídica y culpable.

1.1.2. La acción como concepto jurídico-penal.

La acción como concepto jurídico penal ha sido la base principal para


el desarrollo del sistema de la teoría del delito y de la dogmática penal.

Asimismo, los esfuerzos efectuados para elaborar la noción de acción se han


materializado en las denominadas teorías de la acción.

Tradicionalmente la acción ha sido considerada como el primer elemento del


delito, aunque actualmente al ser nuestro código penal un derecho penal del
acto y no de autor se encuentra unido a la tipicidad, conociéndose como acción
típica. Los demás presupuestos de punibilidad (antijuridicidad, culpabilidad) son

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considerados como características que necesariamente deben estar
relacionados al concepto de acción.

En el Derecho penal contemporáneo, esta concepción suele ser abandonado


por quienes prescinden de la elaboración de un concepto previo de la acción,
para comenzar a estudiar el delito directamente por criterios normativistas.
Actualmente se viene discutiendo la acción bajo el nombre de imputación
objetiva, que demuestra la relevancia jurídica de actos causales en
la prolongación o, mejor dicho, la precisión de la controversia relativa al
concepto de acción.

La conducta humana se puede expresar como:

a. Acción: conducta voluntaria realizada con la finalidad de cometer un


delito.
b. Omisión: viene a ser el dejar de hacer algo que se debía de hacer por
mandato de la ley.
Elementos de la acción penal:
La acción penal tiene los siguientes elementos esenciales:
a. Voluntad: Es cuando el sujeto activo quiere cometer un delito.
b. Manifestación externa de la persona: Es la realización por parte del
sujeto activo de la conducta deseada (voluntaria) encaminada a producir
un delito.
c. Resultado: Es la manifestación física de la conducta realizada sobre el
sujeto pasivo, conducta que se encuentra tipificada y sancionada por el
Código Penal.
1.2. Teorías
Doctrinariamente la acción penal tiene tres teorías:
1.2.1. Teoría causalista
La teoría causalista fue elaborada a fines del siglo XIX y comienzos del
siglo XX, creada por Franz Ritter von Liszt y Ernst Ludwig von Beling,
concibiendo a la acción como la conducta humana voluntaria -
movimiento voluntario físico o mecánico- destinado a producir un cambio
en la realidad vulnerando con ello una norma que lo prohíbe.

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“En esta teoría no se considera la finalidad de la conducta sino el
desvalor del resultado, por lo que resulta indiferente la voluntad.”
La teoría causalista constituyó la base del sistema conocido hoy
comúnmente como sistema clásico del delito.
Esta teoría tiene problemas al momento de analizar a las tentativas,
porque no considera la finalidad de la voluntad, es decir no permite
distinguir si la acción tenía un fin deseado. La Relación de Causalidad,
sólo tiene sentido en los delitos de resultado, concebido como
aquellos tipos penales cuyo contenido consiste en la producción
de un efecto separado espacio-temporalmente de la conducta. La
producción de ese resultado constituye la consumación formal
del tipo. Asimismo, se analiza todo lo sucedido en ese espacio – tiempo
pues ahí se encuentra el nexo causal. Como ejemplo de este tipo de
delitos tenemos a las lesiones pues es necesario que después de la
acción se produzca un daño en el sujeto pasivo.
Asimismo, existen los siguientes tipos de causalidad:
a. Causalidad alternativa

Se presenta cuando varias condiciones independientes actúan


conjuntamente, siendo cada una de ellas suficiente para la producción
del resultado.

b. Causalidad Acumulativa

En este caso varias condiciones establecidas de manera independiente


actúan por medio de la acción conjunta en el resultado.

c. Cursos causales atípicos

Este tipo de causalidad se presenta cuando se produce un resultado por


una causa que se adjunta a la acción.

d. Causalidad hipotética

Sucede, como su propio nombre lo indica, que otra condición pudo


haberlo causado.

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e. Casos de causalidad interrumpida o rota

Sucede cuando una condición se interpone y excluye a otra.

f. Intervención en un proceso causal ya puesto en marcha

Sucede o se presenta cuando ya hay un riesgo existente

g. Causalidad adelantada

Sucede cuando varias conductas son realizadas con el mismo fin, pero
una llega antes y cumple el resultado o cometido.

Existen varias teorías:

1. Teoría de equivalencias de condiciones

Esta teoría parte de la idea de que todo resultado es


producto de varias condiciones. Esta teoría es criticada porque
permitiría que sean responsables todos los que alguna vez participaron
del evento anteriormente a su realización, es decir permite que se
pueda considerar como causales circunstancias totalmente ajenas
al hecho.

Ejemplo: Juan es responsable de la muerte de Marco, porque


produjo un accidente de tránsito en el que resultó herido Marco, quien
camino al hospital fallece no a consecuencia de las heridas del
accidente de tránsito sino, porque la ambulancia que lo traslada se
incendia con él dentro cuan- do colisiona con un camión cisterna.

2. Teoría de la causalidad adecuada

La teoría de la causalidad adecuada sostiene que no toda condición es


causa, sino sólo aquella o aquellas que resulten adecuadas para
producir el resultado. Ejemplo: Si Martín golpea en la cara a un
asaltante, entonces se podría indicar que dicha conducta no es causal
de muerte, pero si lo sería si Martín en otra situación dispara en la
cabeza a otro asaltante, de lo que se desprende que deben de

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estudiarse cuales con las condiciones que produzcan la muerte o
lesiones y no todos los hechos que sucedieron.

3. Teoría de la relevancia típica

Esta teoría consiste básicamente en explicar que la relación causal no


puede fundamentar la responsabilidad por el resultado, sino que
es necesaria la relevancia jurídico penal del nexo causal. Para saber
si el nexo causal dará el resultado, se le suprime mentalmente y también
debería de suprimir la acción típica y por tanto el resultado típico, con lo
que queda demostrada la existencia de dicho nexo causal. Ejemplo:
sucede el caso que una persona acude a un hospital por
emergencia(herida por arma de fuego a la altura del corazón con
compromiso de órganos vitales) y muere, en este caso se tendrá que
analizar si recibió el tratamiento adecuado, su situación de salud era tan
grave que solo era cuestión de tiempo para que muera, tenían el
equipamiento necesario, contabas con especialista, tras lo cual se
podría determinar si el personal de emergencia (médicos y enfermeras)
actuaron con pericia o mala praxis.

1.2.2 Teoría de la imputación objetiva

La presente teoría se basa en el criterio del riesgo, esto es cuando el


sujeto activo crea un nuevo riesgo o aumenta uno ya existente, lo que
ocasiona un resultado afectando derechos protegidos.

Ejemplo: cuando un conductor maneja su vehículo sobrepasando el


máximo de velocidad permitido, lo que le impide detener su
vehículo en el cruce peatonal cuando cambia a luz verde, generando
que atropelle a una persona.

Esta teoría de la imputación objetiva tiene las siguientes reglas:

Caso de disminución de riesgo:

Como ejemplo podemos mencionar el casoen el que una persona con la


finalidad de evitar que una persona caiga de unedificio y muera, lo sujeta

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tan fuerte que le produce equimosis o luxación del brazo, con lo que no
se le podría imputar ningún tipo de responsabilidad.

Caso de la ausencia de un riesgo típicamente relevante:

Como ejemplo: El caso del jefe de un almacén quien ordena a un


trabajador para que mueva cajas de repuestos de máquinas de
construcción, en la esperanza de que las cajas caigan encima de él,
hecho que posteriormente sucedió.

Casos de riesgo socialmente aceptado:

Es el caso de los practicantes de paracaidismo, en donde todos los que


efectúan los saltos saben perfectamente que es un deporte de alto
riesgo, pero pese a ello lo realizan.

Casos en que se excluye la imputación objetiva por el fin de protección


de la norma: el ejemplo más palpable es el caso de la persona que al
enterarse del asesinato de su esposa sufre un paro cardiaco y muere, en
este caso no se le podría imputar al asesino la muerte del señor por no
ser un derecho protegido.

1.2.3. Teoría finalista

La teoría finalista fue iniciada por el jurista Hans Welzel. Esta teoría
entiende la conducta como un hacer voluntario final, en cuyo análisis
deben considerarse los aspectos referidos a la manifestación exterior de
esa finalidad, por tanto, poniendo mayor énfasis en el desvalor de la
acción.

En la teoría finalista, se exige que se determine el contenido de la


voluntad.

Para el finalismo hay fase externa e interna de la conducta. La fase


interna se produce en el pensamiento del autor, consiste en proponerse
el fin. Ejemplo: escoger el automóvil a robar, planificar y conseguir

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medios y por último tener en cuenta los efectos que pueden suceder.
Mientras que, en la fase externa, se pone en marcha lo planificado.

“La finalidad es un actuar dirigido conscientemente desde el


objetivo, mientras que la pura causalidad no está dirigida desde el
objetivo, sino que es la resultante de los componentes causales
circunstancialmente concurrentes. Por eso, gráficamente hablando,
la finalidad es ‘vidente”, la causalidad es “ciega”.

Para ilustrarlo, remito a la diferencia entre un asesinato, por un lado, y


un rayo mortal, por el otro: en el asesinato todos los actos individuales
están dirigidos desde el objetivo anticipado: la compra del arma, el
acecho, el apuntar, el apretar el gatillo; mientras que, en el rayo, el
resultado “muerte” es la resultante ciega de los componentes causales
circunstancialmente concurrentes.

Hans Welzel (1951). Teoría de la Acción Finalista. Editorial


Astrea. Argentina.

El finalismo impuso la conocida teoría estricta de la culpabilidad, según


la cual un error sobre los presupuestos fácticos de una causa de
justificación debe ser considerado error de prohibición, dejando
inalterable el dolo, por lo que solamente excluye la culpabilidad
cuando esta es invencible. Según Hans Welzel, la voluntad finalista se
extiende a todas las consecuencias que el autor debe realizar para la
obtención del objetivo, como son:

a. El objetivo que quiere alcanzar;

b. Los medios que emplea para ello; y,

c. Las consecuencias secundarias, que están necesariamente


vinculadas con el empleo de los medios.

Según esta teoría, los hechos punibles se clasifican:

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a. Por acción o comisión

a) Doloso

b) Culposo

b. Por omisión:

a) doloso

b) culposo

1.2.4 Teoría funcionalista

Esta teoría nació con la finalidad de constituir un punto de encuentro


entre finalistas y causalitas.

La teoría funcionalista del derecho penal explica que las estructuras del
delito dependen de los fines y funciones que cumple el derecho en la
sociedad y quela finalidad del derecho es la estabilización de
expectativas sociales Los estudiosos del funcionalismo penal, han
considerado dos escuelas:

a. El Funcionalismo Moderado de Claus Roxin

El funcionalismo moderado reconoce los elementos del delito propuestos


por el finalismo (tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad) pero con
una orientación político criminal, puesto que los presupuestos de la
punibilidad deben estar orientados por los fines del Derecho
Penal, por lo que estas categorías jurídicas no son sino
instrumentos de una valoración político criminal.

b. Funcionalismo Radical de Ghünter Jakobs

Nace con la finalidad de buscar la estabilización de expectativas


sociales, por lo que a partir de esa premisa se va a revalorar
el derecho penal, su fundamento, el delito y algunas instituciones.

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1.3. La acción y el código penal

El concepto de acción guarda estrecha relación con el Código Penal,


pues la acción viene a ser la conducta humana consciente que se
encuentra regulada por el código penal, en cuanto limita solo aquellas
conductas que producen una grave afectación. Por tanto, el objeto de las
normas legales (código penal) viene a ser las conductas humanas
prohibidas.

Conforme se expresará en el párrafo anterior nuestro código


penal, sólo sanciona conductas que lesionan o pongan en peligro
los bienes jurídicos protegidos de mayor importancia a la sociedad,
para lo cual los selecciona e incorpora al código.

Asimismo, la acción nos permite conocer el íter criminis o el camino del


delito, que nos señala las fases de la comisión del mismo, existiendo la
interna y externa que sirvieron de base para que el Código Penal
sancione los diversos grados de la comisión del delito (al ser nuestro
código penal un derecho penal del acto y no autor) o simplemente no los
sancione por no afectar los bienes jurídicos protegidos como es el caso
de la fase interna.

La acción penal tiene funciones en nuestro código penal, las mismas


que a continuación se detallan:

a. Delimitación:

En nuestro código penal se han tipificado todas las conductas que la


sociedad no quiere que se produzcan porque representan una grave
afectación a ella, para ello se han considerado todas sus características
para su determinación.

b. Referencia:

Es suficiente como para permitir que los demás elementos del


tipo se le refieran, agregándoles una característica. Ello supone
una exigencia al concepto de acción que no debe faltarle

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ningún elemento que impida adicionarle las categorías de tipicidad,
antijuricidad y culpabilidad.

c. Enlace:

El concepto de acción en nuestra legislación penal no anticipa ningún


elemento del delito, pues ello supondría confundirlos. Así, si le falta un
elemento ese defecto le impide cumplir su función de referencia.
Precisamente en virtud de ese cometido de enlace, la acción se
constituiría en la “columna vertebral” de todo el sistema jurídico penal,
pues constituye el fundamento sobre el que se asientan diversos
predicados valorativos, y además porque el concepto de acción ha
de estar presente en toda la construcción del sistema como elemento
material imprescindible.

1.4. Ausencia de acción

Recordemos que la conducta humana (con relevancia jurídica)


denominada generalmente como acción, comprendía a la propia
acción como aquella manifestación de voluntad externa que
modificada o alteraba la realidad y, por la omisión como aquel dejar de
hacer algo que se estaba obligado a efectuarlo de manera voluntaria, en
ambos casos de manera consciente.

Ahora, como sabemos la acción es la base sobre la cual descansa toda


la teoría del delito, por cuanto no existiría delito sino hay acción.

Sin embargo, es ampliamente conocido que en algunas situaciones si


bien existe una manifestación externa, es decir físicamente una
persona ha participado de un hecho (expresada en un hacer o un no
hacer), el mismo noes considerado delito porque se demostró la falta del
elemento esencial de la acción que es la ausencia de voluntad
consciente.

Esta ausencia de voluntad se encuentra divida para su


estudio en los siguientes tipos, en los que hay que mencionar que si

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se demuestra que el actor se puso con conciencia en cada situación
también sería responsable:

1.4.1. Fuerza física irresistible

Viene a ser aquella fuerza externa e independiente de la


voluntad de la persona pero que actúa sobre él convirtiéndolo en un
objeto para la comisión del delito, provocando que se mueva o
deje de hacerlo. Entre las características principales tenemos:

a. No hay voluntad al haber sido anulada completamente.

b. Puede provenir de la naturaleza o de otra persona.

c. Provoca que la persona actúe sin capacidad de control.

d. Es absoluta porque no permite que la persona pueda actuar de otra


manera.

e. Es aplicable tanto a delitos por comisión o por omisión.

Nuestro código penal lo contempla en su artículo 20° que dice “6. El que
obra por una fuerza física irresistible proveniente de un tercero o de la
naturaleza”.

Como ejemplo por omisión mencionaré el siguiente caso: Un banco es


asaltado y sus clientes atados de manos y pies -entre un médico-, el
gerente al ser obligado a abrir la bóveda por nerviosismo olvida la clave
y provoca que los asaltantes hieran mortalmente a un trabajador, el
médico no puede actuar por estar atado y el gerente por temor. En este
caso es aplicable la ausencia de voluntad por presentarse la fuerza
física irresistible al médico, pero no al gerente, pues a este último
no se le anuló completamente la voluntad sino parcialmente.

1.4.2. Movimientos reflejos

Los movimientos reflejos como pueden ser las producidas por la


epilepsia o como instintivo de defensa, no son considerados como

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acción toda vez que no son voluntarios sino, como su nombre lo indica
reacciones producidas por la enfermedad y en el segundo caso son
reacciones naturales sin que haya intervenido la conciencia y por
tanto el deseo de hacerlo. Este tipo de falta de voluntad no se encuentra
taxativamente preceptuado en nuestro código penal. Los movimientos
reflejos no deben de ser confundidos con las reacción es
primitivas, que se presentan por ejemplo con las personas
agresivas, por cuanto en ellas ha participado la voluntad, aunque sea
brevemente. Como ejemplo de movimientos reflejos propongo el
siguiente caso: el de aquella persona que no se percate que una
olla que iba a sujetar estaba caliente, por lo que al levantarlo le quema
ambas manos lo que provoca que rápidamente las retira y con su codo
golpea en la cabeza a otro cocinero, quien detrás de él se encontraba
agachado, quien sufre un traumatismo encéfalo craneano y muere.

1.4.3 Estados de inconsciencia

El estado de inconsciencia natural o inducido es aquel en donde no


existe conducta, toda vez que la persona no actúa con voluntad,
presentándose en los siguientes casos:

- Hipnotismo.

- Sonambulismo.

- Embriaguez letárgica (donde se produce una total anulación de la


conciencia, y paralización del cuerpo)

Como ejemplo propongo el siguiente caso: el de aquella persona que


sufre de sonambulismo y producto de ella al caminar desconecta un
equipo eléctrico de respiración artificial de otra persona

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CAPÍTULO II

LA TEORÍA DEL DELITO

A fines del siglo XIX y bajo la influencia de las ideas científicas,


imperantes por entonces, los juristas se preocuparon de identificar los
"elementos naturales" del delito. Las nociones utilizadas fueron de
naturaleza síquica o biológica.

De ser necesario fijar una fecha para indicar -más o menos


arbitrariamente- el origen de la "teoría del delito", debemos referirnos,
sin duda, a la publicación del Lehrbuch de Franz von Liszt, realizada
diez años después de la entrada en vigencia del Código Penal alemán
de 1871. En esa ocasión, el jurista germano formula la distinción entre
las nociones de culpabilidad y antijuricidad. En 1906, Ernest von
Beling propone, en su obra Lehre von Verbrechen, un tercer
elemento: la tipicidad. Desde entonces, el delito es concebido
como un comportamiento humano (controlado por la voluntad), típico,
ilícito y culpable. Por típico, se entiende de "conforme a la
descripción contenida en la disposición penal" (Tatbestand). Esta
última, llamada entre nosotros tipo legal, fue considerada un
descubrimiento revolucionario. La culpabilidad fue vista como el
aspecto subjetivo del comportamiento (evento físico exterior) que
consistía en la relación psicológica existente entre el autor y su acción.
El carácter ilícito del acto fue explicado recurriendo al positivismo jurídico
que reducía al derecho a un conjunto de normas edictadas por el
legislador. El acto realizado era, en consecuencia, considerado
ilícito cuando contradecía el derecho positivo.

La descripción naturalista de la infracción deviene -apoyada en el


sistema conceptual del positivismo jurídico- la base de las
investigaciones penales. Su esquema (acción, tipicidad, antijuricidad y
culpabilidad) ha sobrevivido hasta ahora.

Se puede sostener que esta concepción clásica del delito


proviene del positivismo que se caracteriza, en el ámbito del derecho y

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en la resolución de problemas penales, por la utilización exclusiva de
nociones jurídicas.

El inicio del presente siglo fue marcado, en el dominio penal por la


pérdida de crédito por parte de la concepción Liszt-Beling. El progresivo
abandono de sus ideas fue consecuencia de las críticas
formuladas, primero, desde la perspectiva filosófica. Esta fue
obra de la corriente de ideas denominada "teoría neokantiana del
conocimiento". La idea central consistía en separar, radicalmente, la
realidad (Sein) del mundo normativo (Sollen).

El primer efecto de esta idea fue la constatación que del análisis


empírico de la realidad no es posible extraer criterios normativos que
nos permitan apreciar axiológicamente esta realidad. La noción de delito
es, entonces, revisada de acuerdo a los fines axiológicos de derecho
penal que no son -contrariamente a lo admitido por el positivismo
jurídico- previsto completamente en la ley.

La nueva definición del delito, denominada neoclásica o teológica, se


funda entres "descubrimientos" esenciales: primero, en el dominio de la
tipicidad, aquel de la identificación de los elementos normativos del tipo
legal. Segundo, la constatación que la antijuricidad es tanto
material (violación de los bienes jurídicos) como formal (violación de
las normas). Tercero, el reconocimiento del carácter normativo de la
culpabilidad que consiste en un reproche formulado contra quien obra
libremente, contra el orden jurídico.

Las insuficiencias de la concepción neoclásica fueron criticadas por la


teoría finalista. A la idea de distinguir, con nitidez, el mundo normativo y
la realidad concreta (defendida por los neokantianos), Hans Welzel
opone, de un lado, la idea de las "estructuras lógico-objetivas" previas a
toda regulación jurídica y, de otro lado, la idea de la "naturaleza
de las cosas". Según Welzel, el comportamiento humano debe
ser comprendido desde una perspectiva ontológica.

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Este elemento fáctico no puede ser ignorado ni alterado por el legislador
al elaborar las normas legales. La base de la concepción de
Welzel es, precisamente, el comportamiento humano, caracterizado,
esencialmente, por su estructura finalista.

Esto presupone que el individuo tiene la capacidad de proponerse


diferentes objetivos y de orientar su comportamiento en función de uno
de estos fines. Su capacidad está en relación con las
posibilidades que tiene de prever las consecuencias de su
acción y del conocimiento que posee respecto a la causalidad.

La aceptación de los criterios de Welzel comporta una modificación


profunda de la sistemática del delito. La tipicidad no puede ser más
considerada como la descripción objetiva de la acción. Debe
comprender, igualmente, la estructura finalista del comportamiento.
Resulta así necesario, con la finalidad de tener en cuenta el aspecto
esencial del comportamiento, establecer al lado del tipo legal objetivo,
otro de naturaleza subjetiva. En las infracciones intencionales, la
finalidad de la acción -que no es diferente del dolo o intención-
constituye el elemento central del tipo subjetivo. Los elementos
subjetivos que caracterizan la finalidad de la acción y que eran
considerados extraños al tipo legal, se transforman en partes intrínsecas
de la tipicidad.

Los cambios en el dominio de las infracciones culposas han sido


también fundamentales. La nueva estructura de la tipicidad hace
necesario separar, claramente, las infracciones dolosas de las culposas.
El carácter ilícito de estas últimas no puede ser reducido al hecho de
causar un daño a terceros. Para corregir esta deficiencia, los finalistas
colocan en primer plano la violación del deber de cuidado destinado a
evitar dicho perjuicio.

De esta manera, el finalismo logra depurar a la culpabilidad de los


elementos psicológicos conservados por la concepción neokantiana. La
culpabilidad es, por tanto, definida como un puro reproche dirigido

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contra el autor del acto típico. De otra parte, el finalismo ha
conducido a explicar, separadamente, las infracciones o misivas;
pues, su peculiar estructura requiere un análisis especial. Así,
se afirma la diferencia substancial entre las infracciones de
comisión y las de omisión. Estas últimas constituyen siempre la no
realización de una acción exigida por el orden jurídico. Los elementos
del delito omisivo deben ser entonces revisados tomando en cuenta este
aspecto normativo Las "innovaciones" del finalismo han permitido
la rectificación global de las imprecisiones y contradicciones propias
al neoclasicismo.

En los últimos años, se ha producido una renovación de la teoría del


delito. Se caracteriza, principalmente, por el abandono del
procedimiento axiomático-deductivo del finalismo.

Autores -como Roxin- tratan de innovar el análisis del delito mediante


criterios que estarían en la base de un sistema, penal racional y liberal.
Con este objeto, recurre a los innegables aportes de los modernos
trabajos en el ámbito de la política criminal y de la criminología.

2.1. Definición de delito

De acuerdo al principio de la legalidad, nadie puede ser penado si


no ha cometido un acto descrito previamente en la ley. Se designa a tal
acción con el nombre de delito (lato sensu) y a la parte de la disciplina
jurídica que lo estudia se llama teoría del delito. Tradicionalmente, el
delito ha sido definido como la acción u omisión penada por la ley. Esta
definición puramente formal figura frecuentemente en los antiguos
códigos penales.

Como lo venimos de constatar, las diferentes concepciones doctrinales


hacen referencia a un esquema básico de la infracción acción típica,
ilícita y culpable. Estas ideas se encuentran en la base de nuestro
Código Penal. Así, en los arts. 1, 2 y 3 se exige la realización de una
acción, la adecuación de ésta a la descripción formulada en la ley:
tipicidad, y la existencia de una amenaza penal: punibilidad; los incs. 2,

20
3, 4 y 5 del art. 85 prevén que la pena será aplicada sólo cuando el acto
es contrario al orden jurídico: antijuricidad; los arts. 91, 93 y el inc. 1 del
art. 85 precisan las condiciones psiconormativas que impiden, total o
parcialmente, imputar un acto a una persona: inimputabilidad; por último,
los arts. 81 y 82 precisan las condiciones de culpabilidad.

Este concepto descriptivo-normativo del delito sirve a la criminología


sólo como un punto de partida para sus investigaciones, pero no es su
objeto exclusivo o el fin de sus actividades. Como fenómeno social, el
delito puede ser estudiado desde diferentes perspectivas. Puede
ser considerado como un hecho puramente jurídico u observado en
sus relaciones con la cultura, la religión y la moral. Por esto, no se puede
obtener unanimidad en la manera de definir el delito. El concepto
normativo debe, sin embargo, ser el punto de partida para las
investigaciones criminológicas.

2.2. Actos que dan lugar a la intervención de la justicia penal

La simple lectura de las disposiciones de la parte general de nuestro


Código, nos permite constatar que esta definición del delito no
comprende todos los actos que dan lugar a la intervención de la justicia
penal. Esto se explica por el hecho de que el legislador peruano
incorporó en el Código Penal las medidas de seguridad y de educación
contra los delincuentes socialmente peligrosos, y las medidas
disciplinarias y de tratamiento en lo que concierne a los menores (ahora
contenidas en el Código de Menores). Las condiciones necesarias para
la aplicación de una medida y la imposición de una pena
son diferentes. Cuando el legislador peruano trata de las medidas de
seguridad prefiere las expresiones: "hecho punible" (art. 85, inc. 1) o
"hecho reprimido como delito o contravención" (art. 137, 142, 143 y 145).
Esto ha permitido a algunos juristas hablar de delitos completos y
de delitos incompletos. en los primeros, es necesario la
presencia de todos los elementos constitutivos señalados en la
definición dogmática, mientras que, en los segundos, es suficiente que
una acción antijurídica pueda ser imputada al autor. Sólo los primeros

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darán lugar a una pena, los otros sólo motivarían la aplicación de
medidas de seguridad.

En nuestro ordenamiento esto es exacto en relación a los


irresponsables peligrosos, los niños y los adolescentes; pero, no en lo
que concierne a los delincuentes responsables peligrosos. A éstos es
posible imponerles, además o en remplazo de la pena, una medida de
seguridad cuando su estado personal peligroso lo exige.

2.3. Clases de infracciones

Ciertos juristas y legisladores han tratado siempre de clasificar las


infracciones según la naturaleza del bien jurídico atacado. Así se ha
llamado crimen al acto que daña los derechos naturales (vida, libertad,
honor, etc.); delito a la lesión de los derechos consagrados por el
contrato social; y, contravención, a la violación de una disposición
de policía o reglamentaria.

Sin embargo, la mayor parte de los legisladores han clasificado las


infracciones en función de su gravedad; así, el Código penal francés de
1810, en su art. 1, dispone: "la infracción que las leyes castigan
con pena de policía es una contravención. La infracción que las
leyes castigan con penas correccionales es un delito. La infracción que
las leyes castigan con una pena aflictiva e infamante es un crimen".
Esta fórmula fue tomada por el Código de Baviera de1813 y el Código
prusiano de 1851. Por el contrario, el Código penal toscano adoptó una
clasificación bipartita: "delitti e transgressioni" (delitos y
contravenciones), como el Código Penal italiano de 1889 y el Proyecto
de Código Penal suizo de 1918. El legislador peruano ha adoptado la
división bipartita: delitos y faltas. Los libros primero y segundo del
Código Penal tratan de los delitos y el libro tercero de las faltas.

En relación a la determinación de la competencia de los jueces, el D.L.


17110del 8 de noviembre de 1968, art. 1, contenía la siguiente
enumeración taxativa: delitos contra la vida, el cuerpo y la salud
cometidos por negligencia, abandono de familia, matrimonio ilegal,

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seducción, daños, usurpación, abigeato (la Ley10202 que reprimía este
delito fue derogada por el D.L. 20581 del 9 de abril de1974),
especulación, acaparamiento, agio y usura. De esta manera
en la práctica, resulta que en nuestro ordenamiento jurídico no es tan
rigurosa la clasificación bipartita de infracciones, admitida en principio de
nuestro Código Penal.

2.4. Faltas o contravenciones

Conforme a la opinión dominante, los delitos y las contravenciones


(faltas) no pueden ser ontológicamente diferentes. Carl Stooss ya había
afirmado que "no hay diferencia esencial absoluta entre las faltas
y los delitos" y que “generalmente, las disposiciones generales
establecidas para los delitos debenigualmente aplicarse a las faltas".
Esta opinión ha sido defendida por Zürcheren su remarcable Exposición
de Motivos del Anteproyecto suizo de 1908. "Es cierto - dice él- que una
frontera precisa, una diferencia esencial, no puede ser establecida entre
esas dos categorías de infracciones. Ni la diferencia en sus efectos (en
el sentido que las infracciones que implican un resultado o una puesta
en peligro serían ubicadas en la primera clase, mientras que
las infracciones de simple insumisión formarán la segunda); ni en su
relación con la moral (en el sentido que los actos moralmente
indiferentes serían faltas, mientras que los actos que comportasen una
reprobación moral serían delitos);ni por último la condición de
culpabilidad (en el sentido de que no habría delito sin culpabilidad,
mientras que esta condición no sería exigida en materia de faltas);
ninguno de estos criterios permite establecer una distinción fundada
sobre los caracteres esenciales". Zürcher estimaba, no obstante,
necesario tratar diferentemente estos dos tipos de infracciones, teniendo
en cuenta que hay entre ellas una simple diferencia cuantitativa. Sin
embargo, ciertos juristas estiman necesario hacer una distinción
de principio entre delitos y contravenciones, distinción que reside
en el valor moral ligado a la pena, que es la consecuencia; mientras que
la pena criminal implica una desaprobación

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ético-social; la pena de la falta no comporta juzgamiento reprobatorio.

Toda distinción que se pretende hacer sólo será posible desde un punto
de vista cuantitativo o simplemente legal. La importancia
práctica de esta distinción obliga al legislador a emplear en la ley
fórmulas claras y precisas.

En la parte general del libro tercero del Código Penal, relativo a las
faltas, se dispone que a éstas les son aplicables las disposiciones
generales del libro primero, salvo disposición contraria. Una de estas era
el inc. 1 del art. 383 del mismo cuerpo de leyes, el cual estatuía que:
"Las faltas sólo se reprimirán en el caso de estar consumadas, sin
atender más que al hecho mismo, sin consideración a si hubo
intención o negligencia". Este era el factor distintivo más importante que
estableció nuestro legislador para diferenciar los delitos de las faltas.
Mientras en relación a los primeros impera el principio no hay pena sin
culpabilidad; en cuanto a las últimas, por el contrario, la responsabilidad
objetiva: sus autores son reprimidos por el solo hecho de haberlas
cometido.

Este mismo criterio fue seguido, por ejemplo, en el Código Tributario al


regular los delitos e infracciones (faltas) tributarias. Estas son
concebidas como incumplimientos a las formalidades impuestas por las
leyes fiscales en interés de la recaudación de impuestos, y sus autores
son castigados por el simple hecho de cometerlas; es decir, sin
determinar su culpabilidad Es de suponer que el legislador ha instituido
estas infracciones punibles independientemente de toda intención,
porque las acciones que él prohíbe y las omisiones que sanciona,
constituyen en ellas mismas obstáculos a la recaudación de los
impuestos, tal como los ha organizado. Así, la obligación de presentar
una declaración en los plazos fijados es sólo protegida
penalmente en la perspectiva de la organización de la recaudación de
impuestos sobre la base de la declaración suscrita del contribuyente.

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De esta manera, el legislador se alejó de la concepción del antiguo
Código Penal de 1863, que de acuerdo a su modelo español -Código
Penal de 1948-50- hacía de la culpabilidad un elemento constitutivo de
todas las infracciones (comprendidas las faltas). Esta concepción era
admitida por la mayor parte de los juristas de la época, quienes
criticaron acerbamente el Código Penal italiano de 1889 que en su
artículo 45 declaraba responsable al autor de una falta por el sólo hecho
de su acción u omisión).

La exposición de motivos del Código Penal peruano no contiene las


razones que determinaron al legislador a tratar de esta manera el
problema de las faltas. La doctrina no se ha pronunciado aún al
respecto. En nuestra opinión, el carácter dudoso (en el plano científico) e
injusto de este art. 383, inc. 1, de nuestro Código se planteaba
claramente en relación con algunas faltas; por ejemplo: las vías de
hecho, los pequeños robos y la obtención fraudulenta de una prestación,
previstas en los arts. 383, 384 y 386 respectivamente, y que tienen como
fuente directa de inspiración los arts. 295, 298 y 303 del Proyecto del
Código Penal suizo de 1918; en la actualidad arts. 126, 138 y 151 del
Código Penal suizo. Cómo castigar, sin contradecir el sano sentimiento
de justicia; por ejemplo, el autor de vías de hecho quien, a causa de un
error se cree víctima de una agresión ilegítima; o, aquel que de buena fe
sustrae cosas ajenas de poco valor, convencido de que son
suyas. Esto era aún más chocante si se tenía en cuenta la
naturaleza de estas infracciones y la manera cómo ellas eran
concebidas por el legislador. Este ejemplo muestra una peculiar
técnica legislativa utilizada por el legislador peruano:

Reproducir en el Código Penal (art. 383 inc 1) una


disposición general extranjera -en el caso analizado, el art. 399 del
Código Penal Uruguayo de 1889-, luego incorporar algunas
disposiciones contenidas en otras legislaciones.

-Proyecto suizo de 1918-, sin tener en consideración que son


incompatibles con la disposición general.

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Esta incongruencia ha sido eliminada mediante el D. Leg. 121, de 12 de
junio de 1981. En el art. 9 de esta norma legal, se dispone la derogación
del inciso 1 del art. 383 C.P., en la parte que establece la
represión de las faltas sin consideración a la culpabilidad

2.5. Elementos del Delito:

Los elementos del delito son los componentes y características, no


independientes, que constituyen el concepto del delito. A partir de la definición
usual de delito (acción típica, antijurídica y culpable), se ha estructurado la
teoría del delito, correspondiéndole a cada uno de los elementos de aquella un
capítulo en ésta. Así se divide esta teoría general en: acción o conducta,
tipicidad, antijuricidad y culpabilidad (aunque también algunos autores agregan
a lo anterior, la punibilidad). No obstante, aunque hay un cierto acuerdo
respecto de tal definición, no todos le atribuyen el mismo contenido. Así son
especialmente debatidas las relaciones entre sus diversos elementos y los
componentes de cada uno de ellos.

a. Elemento genérico:
Es el soporte del delito, es la base sobre lo que se construye todo el
concepto del delito.
b. Elemento específico:
El delito permite diferenciarlos, delito por delito, aunque son
inconstantes.
c. Elemento circunstancial:
Es la penalidad, que es el resultado del acto jurídico. No cambia la
naturaleza del delito, pero influye en la sanción.

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CONCLUSIONES

1. En conclusión, la teoría del delito viene a ser el estudio de las


características más comunes que debe tener cualquier conducta para
ser considerado un delito, este estudio del delito se refiere a un estudio
de sus elementos de manera general. El derecho penal tiene 2
divisiones: parte general y parte especial. La parte especial se ocupa de
los delitos y las penas o medidas de seguridad, y la parte general
comprende la teoría de la ley, la teoría de las penas y medidas de
seguridad.

2. Podemos afirmar que para llevarse a cabo una imputación es necesario


la presencia de la tipicidad, la antijuridicidad y la culpabilidad solo de
esta manera se puede imputar la conducta típica y antijurídica. Por otro
lado, tenemos que saber que existen causas que apartan la punibilidad y
estas también pueden ser exigidas por la ley; y que las infracciones
penales se interponen de acuerdo ala gravedad de la situación y las
clasificaciones que se dan son de grados diferentes y se aplican a todos
por igual.

3. Los cambios de la realidad social son causa de la evolución de la teoría


del delito, constituye el esfuerzo por relacionar la disciplina científica,
trayendo consigo la influencia por el Derecho Penal español y la teoría
del delito germánica que fueron fundamentales para nuestro país a partir
de los desarrollos que alcanzo la dogmática penal alemana.

4. Se trata de una ciencia cuyo método es la comprensión mas no la


verificación del contenido del delito, pero a medida que el tiempo avanzó
y se presentaron sistemas planteados que hacen posible el estudio del
delito tripartito a causa de ello se debe acudir a una definición exacta del
delito determinando la esencia con el conocimiento de la pena y la
consecuencia jurídica constituya un delito que se encuentre previsto en
la ley penal.

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5. En el intento de resolver problemas que se presentan en la sociedad en
cuanto a las conductas no deseables, las tendencias modernas en la
dogmática penal se manifestaron de dos formasen la búsqueda de
normativizar las categorías del derecho penal misma que ocasiono
excesos por otra parte tenemos al derecho liberal que tuvo como
propósito crear una política de seguridad

6. La teoría del delito tiene conceptos primarios como modernos, así


también la imputación penal presenta conceptos de puntos como el
hecho, la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad. En cuanto a la
evolución esta presento sistemas como el causalismo, finalismo,
funcionalismo, teologismo. También se habló de la teoría del delito
fundada en la persona y la teoría del delito de las personas jurídicas.

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BIBLIOGRAFÍA

1. Código Penal para el Estado Libre y Soberano de Jalisco

2. Código de Procedimientos Penales para el Estado de Jalisco

3. Lineamientos Elementales de Derecho Penal (Parte General). Autor:


Fernando Castellanos. Editorial Porrúa, S.A

4. Garcia Cavero, P. (2019). Derecho Penal Parte General . Lima: Editorial


Ideas Solución.

5. Meini, I. (2015). Lecciones de Derecho Penal Parte General . Lima:


Editorial de la Pontífica UniversidadCatólica del Perú.

6. Peña Gonzales, O., & Alamanza Altamirano, F. (2010). Teoria del Delito.
Lima: Editorial Nomos & Thesis.

7. Villa Stein , J. (2014). Derecho Penal Parte General. Lima: Ara Editores.

8. Villavicencio Terreros, F. (2006). Derecho Penal Parte General. Lima:


Editorial Grijley

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