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UNIDAD I

LA ECLESIOLOGIA EN LA HISTORIA

Necesidad del recorrido histórico.


1. Historicidad de la teología.
2. Marco para el Vaticano II.
Etapas de la reflexión eclesiológica.
1. Epoca patrística.
2. Edad media.
3. Edad moderna.
4. Edad contemporánea.
Conclusión.
1. Historicidad, no relativismo.
2. Explicación dogmática.
dogmática.

Iniciemos este tema con una constatación sencilla: la Iglesia como comunidad
de los bautizados que creen en el Señor Jesús, y que al mismo tiempo se descubre a
sí misma como parte del designio divino revelado por Dios, está compuesta por 
hombres inmersos en la historia. Son, al mismo tiempo, protagonistas y reflejo del
devenir histórico. Esta historicidad afecta tanto al modo de vivir en la Iglesia, como al
modo de reflexionar sobre ella. Por tal motivo, es necesario analizar la relación que
existe
existe entre los acontecimie
acontecimientos
ntos históricos y las ideas eclesiológicas
eclesiológicas.. Lo haremos en
dos fases. Primero describiremos con brevedad el hecho mismo de la historicidad de
las ideas
ideas eclesi
eclesiológi
ológicas
cas,, y luego
luego lo estudi
estudiare
aremos
mos teológi
teológicam
camenente
te buscan
buscando
do su
fundamento y sus implicaciones.

La reflexión eclesiológica en la historia1

La visión que ofrecemos aquí no pretende ser exhaustiva. Solamente busca


mostrar los momentos significativos de la reflexión eclesiológica, y hacer ver cómo
está ligada a las circunstancias
circunstancias históricas y culturales.
culturales. Historia, Iglesia y Eclesiología
Eclesiología
están estrechamente unidas entre sí.

1. De la Escritura a la contemplación del misterio

a) Los Santos
Santos Padres no elaboran un tratado ‘de Ecclesia'.
Ecclesia'. Por lo general son
pastores que exponen la fe apostólica según lo piden las diversas necesidades, o que
frente a las herejías y problemas defienden la verdadera doctrina sobre la Trinidad,
sobre Cristo. No hacen, por tanto, una reflexión sistemática y orgánica, sino ocasional
1
Exposiciones extensas de la historia de la eclesiología pueden encontrarse en: B.C. BUTLER,  L'idée de
l'Eglise , Casterman 1965; Y.-M. CONGAR, L'église
 L'église de saint Agustin
Agustin à l'époque
l'époque moderne
moderne , Paris 1970, pp. 11-115;
J. COLLANTES,  La Iglesia de la Palabra
Palabra , vol. I, BAC, Madrid 1972, pp. 5-71; J. AUER,  La Iglesia, Herder,
Barcelona 1986, pp. 66-81; A. ANTON,  El misterio de la Iglesia.
Iglesia. Evolución histórica
histórica de las ideas eclesiológicas
eclesiológicas ,
BAC, Madrid 1986-1987 (2 vol.).
y parcial. Únicamente San Agustín logra dar una visión global del misterio de la Iglesia
pero en sus diversas obras 2.

b) Su reflexión tiene siempre como base la Sagrada Escritura, leída como


historia de la salvación que inicia en el Antiguo Testamento, y alcanza en el Evangelio
su plena realización. El AT es la figura de la realidad presente el NT. Su visión de la
Iglesia es, por tanto, mistérica; está ligada a toda la historia de la salvación, y
estrechamente al misterio de Cristo. Muestras de esta visión son la función que San
Ireneo atribuye a la Iglesia en la recapitulación de todas las cosas en Cristo, y el
papel que los padres griegos le asignan en la divinización del hombre.

c) Como medio para contemplar el misterio de la Iglesia prefieren las diversas


imágenes que de ella aparecen en la Escritura. La Iglesia es considerada como madre
por quien nos viene la gracia, en contraposición a Eva que introdujo el pecado en el
mundo. Es también el nuevo Israel, en quien se cumplen las promesas hechas al
antiguo pueblo elegido; es la esposa del Cantar de los Cantares, es el cuerpo de
Cristo, etc.

d) Aunque ven a la Iglesia como parte integrante del misterio salvífico, se


refieren no a una Iglesia meramente espiritual, sino a la Iglesia real, cuya puerta es el
bautismo y cuya unidad se funda en la comunión del cuerpo de Cristo. Es una Iglesia
en la que persiste la doctrina apostólica garantizada por la sucesión episcopal y por la
predicación de las sedes apostólicas, entre las cuales destaca Roma.

2. De la controversia a la defensa de la potestad

a) La inserción de la Iglesia en la estructura imperial a partir del edicto de Milán


(313), y siglos más tarde en las instituciones feudales, tiene grandes repercusiones.
Por un lado, provoca la progresiva injerencia de la autoridad civil en la vida doctrinal y
disciplinar de la Iglesia. Baste recordar el carácter sagrado con que se rodea a los
emperadores de Oriente y a los reyes de las recientes nacionalidades de Occidente,
cómo éstos convocan y presiden concilios y sínodos, y cómo reparten las dignidades
eclesiásticas según sus intereses. Por otro lado, los pastores comienzan a ser 
considerados y a considerarse como funcionarios imperiales o feudales: se distancian
cada vez más del pueblo cristiano y forman el ‘ordo clericorum', que se encierra en
los monasterios y universidades o forma parte del sistema feudal. El pueblo cristiano
no sólo va quedando debajo del clero, sino que cada vez cuenta menos. Abades y
obispos son señores feudales a pleno título; el mismo Papa se convierte en señor 
temporal, al recibir de Pipino el Breve las tierras arrebatadas a los longobardos y que
marcan el inicio de los estados pontificios.

b) En esa sociedad de cristiandad, en que Iglesia y estado se entremezclan,


Gregorio VII lanza (1075) su plan de reforma, cuyos dos grandes objetivos son la
renovación del clero mundanizado, y la supresión de las investiduras por parte del
poder regio. Tales pretensiones desatan la controversia a nivel político y jurídico, y
propician el nacimiento, primero entre los canonistas y después entre los teólogos, de
la teoría de «las dos espadas» o poderes: el espiritual y el temporal. Unos afirman
que el Papa recibe de Cristo ambos poderes, y que confía al rey el poder temporal en
2
P. FAYNEL,  La Iglesia I, Herder, Barcelona 1974. En las pp.182-193 ofrece una visión sucinta de su
teología, y defiende la tesis de que no es una teología de la pura interioridad de la Iglesia, sino que también
el momento en que lo corona. Otros, en cambio, defienden que el poder regio viene
directamente de Dios, aunque debe estar al servicio del poder espiritual. Durante esta
controversia, que llega a su culmen con la lucha entre Bonifacio VIII y Felipe el
Hermoso, nacen la famosa bulla Unam sanctam (1302) y los primeros tratados ‘de
Ecclesia’ propiamente dichos: De ecclesiastica sive de Summi Pontificis potestate de
Egidio Romano, De regimini christiano de Santiago de Viterbo, y De potestate regia et 
 papali de Juan de París.

c) La reflexión sobre la Iglesia en este periodo tiene algunas características


muy propias. En cuanto a la temática, casi toda ella está centrada en el tema de la
potestad, busca determinar si el poder del Sumo Pontífice está o no está por encima
del poder real. El carácter de la reflexión es más bien jurídico y canónico que
teológico. Y en cuanto al método de razonamiento es claramente lógico y formal; en
ello se pone de manifiesto el arraigo que alcanza en esa época la lógica aristotélica.
El contraste de este modo de pensar con el patrístico es manifiesto. Se fija más en la
dimensión visible de la Iglesia que en la invisible; deja, por tanto, en la penumbra el
carácter mistérico que era tan querido para los Padres. Además, ya no acude a la
Escritura como al suelo nutricio del cual se alimenta la reflexión, sino como a un texto
que sirve para probar las propias afirmaciones.

d) Al final de la edad media la afirmación del hierocratismo y de la suprema


potestad papal se acentúa. Surgen en esta época los grupos valdense y albigense
que buscan una iglesia compuesta únicamente por puros o cátaros y, más tarde,
aparece el movimiento espiritualista de Guillermo de Ockam (+ 1347), de Juan
Wycliff (+1384) y de Juan Hus (+1417), que propugnan también una iglesia más
interior y espiritual. Ambos fenómenos rechazan el sacerdocio jerárquico. En otro
orden de cosas, el cisma de Avignon (Francia) y la existencia simultánea de varios
papas, junto con la mentalidad corporativista de esta época dan vida al conciliarismo,
doctrina que pretende proclamar la superioridad del concilio sobre el Papa, al menos
en ciertos casos. Los concilios de Pisa, Constanza y Basilea son momentos de
intenso conciliarismo. Estos movimientos son en cierta medida comprensibles dada la
situación reinante, pero exageran tanto en sus pretensiones que se salen de la recta
doctrina, y provocan que los teólogos recalquen con mayor insistencia la dimensión
institucional de la Iglesia y sobre todo la función del papado.

3. De las disputas de fe a una teología apologética

Los anteriores movimientos van difundiendo el deseo de una urgente


renovación de la Iglesia, especialmente de su jerarquía (Papa y obispos); y van
sembrando el anhelo de una Iglesia cada vez más espiritual. En ese clima religioso,
unido a otras causas sociales y políticas que no podemos analizar aquí, nace la
reforma de Lutero y de Calvino principalmente 3.

a) Por no recalcar suficientemente el papel de la humanidad de Cristo en la


obra redentora, y por colocar la salvación en la ‘sola fides’, es decir, en la individual
adhesión a la Palabra de Dios, los padres de la Reforma conciben la Iglesia como una
comunidad de fe, o communio sanctorum. De esos presupuestos critológico y
sotereológico deducen importantes consecuencias para la Eclesiología.
Primeramente, en la Iglesia distinguen la «cristiandad espiritual» y la «cristiandad
3
H. JEDIN,  Manual de Historia de la Iglesia , vol.V, Herder, Barcelona 1972, pp. 315-319. Ofrece un breve
corporal». La primera es esencial, fundamental y divina; la segunda es externa y
meramente humana. Una segunda conclusión es que contraponen ambas realidades,
de forma que el único vínculo de unión entre los cristianos es la fe fiducial que cada
uno tiene en su corazón, y que es incompatible con cualquier mediación visible. De
ahí una tercera conclusión: en la Iglesia sólo existe el sacerdocio espiritual de Cristo,
del cual participan todos los cristianos. En ella, por tanto, se excluye toda estructura
sacramental: sacerdocio jerárquico, magisterio, autoridad de la tradición.

b) La reacción católica no se hace esperar. El Concilio de Trento (1545 -


1563), sin tocar expresamente el misterio de la Iglesia como tal, ofrece una respuesta
eclesiológica indirecta al definir los puntos negados por los protestantes. Estos son
los temas eclesiológicos tratados por el concilio: la Escritura y la Tradición son
principios y criterios del conocimiento teológico en la Iglesia; existe en la Iglesia, por 
disposición divina, una jerarquía y no todos son sacerdotes ‘ex aequo’; el ministerio
 jerárquico consta de obispos, presbíteros y diáconos. El concilio, sin embargo, por el
fuerte contraste de opiniones, no decide nada sobre el ‘ius divinum’ de los obispos, ni
sobre la relación del concilio con el Papa. Como se ve, al querer atajar la herejía, el
concilio no sólo adopta un talante polémico sino que reduce su enseñanza a los
puntos doctrinales que peligraban 4.

c) La actitud polémica y el reduccionismo se acentúan en los teólogos de la


Contrarreforma. Sólo se preocupan de luchar contra la herejía protestante, e
insensiblemente van empobreciendo el campo de su reflexión y enconando el tono. La
Reforma rechaza el sacerdocio jerárquico; la Contrarreforma defiende la jerarquía y
especialmente la autoridad papal, hasta reducir en cierta forma todo el tratado ‘de
Ecclesia’ a una jerarquilogía 5. La Reforma pugna por una Iglesia entendida como
comunión espiritual de los santos; la Contrarreforma acentúa su dimensión social,
visible y jurídica, dejando casi en el olvido su dimensión espiritual. La Reforma afirma
que únicamente la predicación del evangelio permite ver dónde está la verdadera
Iglesia; la Contrarreforma enfatiza las «notas» del símbolo como signos de la
verdadera Iglesia de Cristo. Este tipo de Eclesiología queda reflejado, sin ánimo de
polémica, en los catecismos de la época tridentina: la Summa Doctrinae Christianae
(1555) de san Pedro Canisio, el Catechismo Cristiano (1558) de Bartolomé de
Carranza, y el Catechismus ex Decreto Concilii Tridentini ad Parochos Pii Quinti Pont.
Max. iussu (editado en 1566 y comúnmente llamado Catecismo Romano). Y sobre
todo, ya con finalidad abiertamente apologética, es desarrollada esta teología por los
controversistas: San Roberto Bellarmino con sus De Controversiis Christianae Fidei 
adversus huius temporis haereses (1620), Edmundo Augerio con su Cathechismus, id 
est, Catholica Christianae Iuventutis Institutio (1569).

d) Durante los siglos posteriores hasta el Concilio Vaticano I, esta tendencia es


la que predomina en la reflexión eclesiológica. Incluso se agrava paulatinamente
debido a los movimientos religioso-culturales que surgen. El jansenismo del siglo XVII,
por ejemplo, por estar aliado con el galicanismo episcopal y nacionalista, obliga a la
teología católica a acentuar los derechos y los poderes del Romano Pontífice dejando
4
A. Antón en su libro ya citado,  El misterio de la Iglesia. Evolución histórica de las ideas eclesiológicas I ,
 pp.752-754 hace un elenco de temas que el concilio tridentino legó a la eclesiología posterior, y que marcó la
reflexión teológica hasta nuestro siglo.

5
Término acuñado por Y. Congar en:  Jalones para una teología del laicado , Barcelona 1969, pp. 62-62: "El 
«De Ecclesia» fue principalmente, y a veces exclusivamente, una defensa y una afirmación de la realidad de la
sembraste trigo, que las reflexiones de todos los interesados en esta sementera
aumenten la claridad de visión, ensanchen los límites del contenido, acrecienten la
cosecha, pero sin substituir el trigo por otra semilla” 22.

Vocabulario

Jansenismo: Doctrina rigorista, difundida por el obispo holandés Cornelio Jansen


y abusivamente atribuida a san Agustín, que niega el libre albedrío del hombre y la
universalidad de la redención operada por Cristo Influyó en la dogmática, en la
moral y en la espiritualidad, y fue condenada por Inocencia X (1653).

Fe fiducial : Según Martín Lutero (1483-1546) el hombre ha sido corrompido hasta


tal grado por el pecado, que no puede tener mérito alguno. No se salva por sus
obras buenas, sino por la fe, entendida como confianza en la salvación realizada
por Cristo.

Ecumenismo: Por movimiento ecuménico se entienden las actividades e iniciativas


que se emprenden y organizan para fomento de la unidad de los cristianos, según
las diversas necesidades de la Iglesia y las diversas circunstancias temporales.

Autoevaluación

1. ¿Qué dos motivos recomiendan adquirir una visión histórica suficiente antes de
iniciar el estudio específicamente dogmático de la eclesiología?
2. ¿En el estudio de la eclesiología basta tener en cuenta los sucesos que se van
realizando a lo largo de la Historia de la Iglesia como meros eventos causados
por los hombres?
3. ¿Cuáles son los capítulos de la constitución dogmática Lumen gentium?
4. ¿Qué aspectos difieren en cada etapa de reflexión eclesiológica? Mencionar al
menos tres aspectos.
5. ¿Qué aspectos eclesiológicos fueron más criticados por la Reforma?
6. ¿Qué aspecto de la eclesiología se acentúa más en el concilio Vaticano I?
7. ¿Cuáles son las características por las cuales se distingue la constitución
dogmática Lumen gentium? Mencionar las tres principales.
8. ¿En qué sentido podemos afirmar que la fe de la Iglesia progresa?
9. ¿Cómo puede influir una cultura en la reflexión teológica?

Actividades

1. Leer los números del Catecismo de la Iglesia Católica que hacen mención de la
Iglesia.
2. Comparar el índice de los capítulos de estas dos constituciones: Pastor 
 Aeternus del Vaticano I y Lumen gentium del Vaticano II.

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