Hentai

La primera vez que me masturbé tenía quince años, era verano, estaba aburrida; acababa de
ver un vídeo de una mujer lamiendo sellos en un Youtube primitivo, con vídeos minúsculos y
pixelados. Recuerdo que el siguiente pensamiento se apareció en mi mente, como un cartel de
cine mudo: “Tengo quince años y creo que ya tengo edad para masturbarme”.

Mi primera tentativa de masturbación sucedió en la ducha y lo único que sabía del sexo era lo
que había escuchado en las películas y en la única clase de educación sexual que tuve en toda
la secundaria: el sexo es cuando el pene se introduce en la vagina.

Hasta ese momento el total de penes que yo había visto eran un total de tres (el de mi padre,
que siempre salía de la ducha desnudo, el de mi primo y el de mi hermano pequeño), lo cual
me daba la seguridad de saber con clase de objeto debía masturbarme. Esa noche, acostada en
la cama, cuando me penetré con un dedo, sentí un dolor horrible que, al retirarlo, se convirtió
en escozor. El siguiente pensamiento fue este: Soy frígida y jamás podré a disfrutar del sexo.
Creo que eso también lo escuché en una película. Lloré una hora contra la almohada y después
me quedé dormida, semiprivada de oxígeno por los mocos.

Además de dramática, también soy una persona determinada, por lo que decidí volver a
intentarlo una vez más, pero esta vez busqué antes en google “cómo masturbarse” y después
“cómo masturbarse mujer” y antes de irme a la cama borré el historial.