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Ediciones Jurisprudencia del Trabajo, C.A.

Jurisprudencia

JUBILACIONES Y PENSIONES DE LOS FUNCIONARIOS O EMPLEADOS DE LA


ADMINISTRACIÓN PÚBLICA NACIONAL, DE LOS ESTADOS Y LOS MUNICIPIOS.
LEY DEL ESTATUTO

1.- La interpretación realizada del artículo 27 de la indicada Ley,


establece que las estipulaciones que sobre jubilaciones y
pensiones se realicen en las convenciones colectivas, deberán
contar con la aprobación previa del Ejecutivo Nacional, cuando se
establezcan previsiones más favorables que las establecidas en la
Ley, salvo que se trate de convenios colectivos celebrados antes de
la entrada en vigencia de la Ley del Estatuto sobre el Régimen de
Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la
Administración Pública Nacional, de los Estados y los Municipios,
caso en el cual, para su validez, deberán establecer condiciones
sobre jubilación y pensión más favorables a las establecidas en la
señalada Ley.

TSJ-SPA 27-05-09

(Omissis)

INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 27 DE LA LEY DEL ESTATUTO SOBRE


EL RÉGIMEN DE JUBILACIONES Y PENSIONES DE LOS FUNCIONARIOS
O EMPLEADOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA NACIONAL, DE LOS
ESTADOS Y DE LOS MUNICIPIOS

Observa la Sala que la norma a interpretar es el artículo 27 de la Ley del


Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o
Empleados de la Administración Pública Nacional, de los Estados y de los
Municipios, publicada en la Gaceta Oficial N° 3.850 Extraordinario de fecha 18
de julio de 1986, reproducido en idénticos términos en el artículo 27 de la Ley
de Reforma Parcial de la Ley del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y
Pensiones de los Funcionarios o Funcionarias o Empleados o Empleadas de la
Administración Pública Nacional, publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela N° 38.501 de fecha 16 de agosto de 2006, el cual
consagra:

“Los regímenes de jubilaciones y pensiones establecidos a


través de convenios o contratos colectivos seguirán en plena
vigencia y en caso de que sus beneficios sean inferiores a lo
establecido en esta Ley, se equipararán a la misma. Estos
regímenes se harán contributivos en forma gradual y
progresiva en los términos que establezca el Reglamento, en
la oportunidad en que se discuten los convenios o contratos
colectivos. La ampliación futura de esos beneficios deberán
ser autorizados por el Ejecutivo Nacional. Las jubilaciones y
pensiones a que se refiere este artículo, seguirán siendo
pagadas por los respectivos organismos. Los beneficios
salariales obtenidos a través de la contratación colectiva para
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los trabajadores activos, se harán extensivos a los


pensionados y jubilados de los respectivos organismos.”

(...)

Cuando se interpretan textos jurídicos, usualmente, ellos son


susceptibles de generar diversas soluciones, la elección de una de ellas como
propuesta implica el darle al texto el carácter de norma, la cual se aplicará para
resolver el caso; en otras palabras, si el texto permite u ofrece varias
respuestas y diversas maneras de ser comprendido y varios sentidos
que puedan atribuírsele, cada uno de esos sentidos es una norma diferente; de
ahí se escoge una para la solución del caso. Dentro de esta interesante visión
cabe destacar que las normas no se interpretan, sino que ellas son los
resultados de la labor interpretativa.

(Omissis)

Se ha afirmado que en toda interpretación se deben tener en


consideración los cuatro elementos referidos; expresamente se ha señalado
que no son cuatro clases de interpretación entre las cuales puede escogerse
según el gusto o el capricho, sino cuatro operaciones distintas cuya reunión es
indispensable para interpretar la ley, por más que algunos de estos elementos
pueda tener más importancia y hacerse más de notar.

Así se colige, que en la labor interpretativa no podemos quedarnos sólo


con el elemento literal, gramatical o filológico.

Por último, debe destacarse que a estos cuatro elementos la doctrina le


ha añadido otros que se consideran relevantes, tales como: elemento
teleológico, es decir, entender que la ley se dicta para lograr finalidades
sociales dentro de la organización estadal; y el elemento sociológico o de la
realidad, el cual ayuda a entender el texto a partir de la comprensión de la
realidad social, económica, política y cultural donde el texto se va a aplicar.

Siguiendo tales premisas, advierte la Sala que de un análisis al


sentido evidente de los términos en que fue redactado el artículo 27 de la
Ley del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los
Funcionarios o Empleados de la Administración Pública Nacional,
conforme lo preceptuado en el artículo 4 del Código Civil, antes
transcrito, se desprende que inequívocamente los regímenes de jubilaciones y
pensiones establecidos a través de convenios o contratos colectivos antes de
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la entrada en vigencia de la Ley del Estatuto Sobre el Régimen de Jubilaciones


y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la Administración Pública
Nacional de los Estados y de los Municipios de 1986, mantienen su vigencia y
prevalecen sobre la ley siempre que dichos regímenes sean más beneficiosos
para los trabajadores, pues de lo contrario los beneficios establecidos en los
contratos o convenios colectivos deben ser equiparados a los de la ley.
(Negrillas Nuestras)

Ello en sintonía con los principios contenidos en nuestro Texto


Fundamental, pues si bien la Constitución de la República de Venezuela de
1961 consagraba en su artículo 94, el derecho a la seguridad social, es la
Constitución de 1999 la que ha instaurado una especial protección a los
derechos sociales de los ciudadanos, y a tal fin dirige una serie de mandatos a
los Poderes Públicos con el propósito de proteger estos derechos y crear un
sistema de seguridad social que tenga por objeto garantizar la salud de las
personas y la protección de las mismas en contingencias sociales y laborales.

La Constitución actual es mucho más clara en cuanto al sistema social


se refiere, estableciendo en forma novedosa, la garantía y protección a la
ancianidad de la población.

En efecto, dispone el artículo 80 eiusdem, lo siguiente:

“El Estado garantizará a los ancianos y ancianas el pleno


ejercicio de sus derechos y garantías. El Estado, con la
participación solidaria de las familias y la sociedad, está
obligado a respetar su dignidad humana, su autonomía y
les garantizará atención integral y los beneficios de la
seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida.
Las pensiones y jubilaciones otorgadas mediante el sistema de
Seguridad Social no podrán ser inferiores al salario mínimo
urbano. A los ancianos y ancianas se les garantizará el derecho
a un trabajo acorde con aquellos y aquellas que manifiesten su
deseo y estén en capacidad para ello.”

Al respecto, la Sala señaló que:

“...Lo anterior evidencia que el constituyente de 1999 previó


una protección particular a la vejez y consagró en cabeza del
Estado la obligación de asegurar la efectividad de los derechos
que a tal efecto se establecen. Igualmente, recogió entre los
derechos inherentes a los ancianos el beneficio a la
jubilación, con el objeto de proporcionarles un medio de vida
digno a los trabajadores durante su vejez o incapacidad, y
así garantizarles un ingreso periódico tendiente a cubrir
sus gastos de subsistencia. (sic)
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En este contexto, el derecho a la jubilación nace de la


relación laboral entre el trabajador y el ente público o
privado para quien prestó el servicio y se obtiene una vez
cumplidos los requisitos de edad y tiempo de servicio en el
trabajo, establecidos en las leyes que regulan la materia.
Este derecho, si bien se origina en el ámbito de la relación
laboral, es considerado como un derecho social enmarcado
dentro de la Constitución y desarrollado por las leyes, que
puede ser objeto de regulación por parte del Estado, regulación
tendiente a garantizar la protección e integridad del individuo
que lo ostenta...” (Sentencia Nº 1556 de fecha 15 de octubre de
2003, caso Héctor Augusto Serpa Arcas vs. Fiscal General de
la República)

A su vez, el referido artículo 27 establece que “La ampliación futura de


esos beneficios deberán ser autorizados por el Ejecutivo Nacional”; es decir,
prevé la norma la posibilidad de que a futuro se pudiesen pactar a través de
convenios o contratos colectivos regímenes de jubilaciones y pensiones,
siempre que en dichos pactos se establezcan previsiones más favorables para
los trabajadores que las establecidas en la ley; haciendo la acotación el
legislador de que dichos beneficios, en todo caso, para tener validez deben ser
aprobados por el Ejecutivo Nacional.

En consecuencia, atendiendo al principio constitucional de


progresividad de los derechos laborales contenido en el artículo 89 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, según el cual, de
existir dudas acerca de la interpretación de una norma se aplicará el
criterio que resulte más favorable al trabajador, a los fines de no
desmejorar su situación jurídica, y en atención al sentido evidente de los
términos en que fue redactado el artículo 27 que nos ocupa, no existe
duda de que la disposición a interpretar permite la ampliación de los beneficios
en materia de pensiones y jubilaciones a través de contratos o convenios
colectivos, ello en armonía con lo dispuesto en la Ley Orgánica del Trabajo, la
cual en su artículo 396 promueve las relaciones colectivas entre trabajadores y
patronos, ello con el fin de la mejor realización de la persona del trabajador y
para mayor beneficio del mismo y de su familia, así como para el desarrollo
económico y social de la nación. (Destacado nuestro)

Del mismo modo, en el artículo 398 eiusdem se establece que las


convenciones colectivas del trabajo prevalecerán sobre toda otra norma,
contrato o acuerdo, en cuanto beneficien a los trabajadores.
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Ahora bien, como se determinó anteriormente en el caso de los


contratos o convenios colectivos suscritos en fecha posterior a la entrada
en vigencia de la Ley del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y
Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la Administración Pública
Nacional, de los Estados y de los Municipios, publicada en la Gaceta Oficial
N° 3.850 Extraordinario de fecha 18 de julio de 1986, y en los que se pacten
regímenes de jubilaciones y pensiones, para ser válidos y exigibles
deberán contar con la aprobación del Ejecutivo Nacional. (Negrillas
Nuestras)

Queda así interpretado por la Sala el artículo 27 de la Ley del Estatuto


sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o
Empleados de la Administración Pública Nacional, de los Estados y de los
Municipios, publicada en la Gaceta Oficial N° 3.850 Extraordinario de fecha 18
de julio de 1986, reproducido en idénticos términos en el artículo 27 de la de la
Ley de Reforma Parcial de la Ley del Estatuto sobre el Régimen de
Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Funcionarias o Empleados o
Empleadas de la Administración Pública Nacional, publicada en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.501 de fecha 16 de
agosto de 2006. Así se decide.

(Omissis)

DECISIÓN

Con base en las precedentes consideraciones, esta Sala Político-


Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la Ley, declara interpretado en los términos
expuestos en el Capítulo precedente, el artículo 27 de la Ley del Estatuto sobre el
Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la
Administración Pública Nacional, de los Estados y de los Municipios, publicada en
la Gaceta Oficial N° 3.850 Extraordinario de fecha 18 de julio de 1986, reproducido
en idénticos términos en el artículo 27 de la de la Ley de Reforma Parcial de la Ley
del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o
Funcionarias o Empleados o Empleadas de la Administración Pública Nacional,
publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.501
de fecha 16 de agosto de 2006.

(...)
Magistrado: Levis Ignacio Zerpa

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