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INVESTIGACION NOVELA

EMOCIONES POST VIVENCIAS DE VIOLACION Y ULTRAJACION

PAGINA FUNDAMENTAL:

http://www.inocenciainterrumpida.net/index.htm

pesadillas,
miedo al maltrato,
odio de estar junto al sexo opuesto,
heridas,
daños,
recuerdos que no le permiten tener una vida sexual libre y llena de satisfacción.
criticadas y no apoyadas.
El dolor,
odio,
pesar,
recuerdo,
deseo de venganza,
inhabilidad a la entrega

resistencia a recordar,

la negación de los hechos,

tensión nerviosa profunda,

desconfianza,

inseguridad

pérdida de deseos de vivir,

desear la muerte

limitar sus expectativas de vida a la mera subsistencia.

se carga sobre la víctima una parte decisiva de la culpa por lo que le hicieron, y pasa a ser considerada
como una mujer "usada" o "desgastada".

el dolor,

el silencio,

la vergüenza,

la desconfianza,

la culpabilización,
el rechazo,

la humillación

la desvalorización.

efectos psicosomáticos,
dolores de cabeza crónicos, cefaleas:
estigma
ocultación de los hechos
aversión a la intimidad sexual
actividad sexual precoz,
prostitución,
disfunciones sexuales,
comportamientos sexuales autodestructivos, evitación a la intimidad sexual.
Traición
depresión,
desconfianza, enojo,
hostilidad,
daños en la habilidad para juzgar a otras personas
aferramiento,
vulnerabilidad a la victimización,
aislamiento.
Culpabilidad vergüenza,
pobre autoestima,
sensación de ser diferente.
aislamiento,
abuso de alcohol o drogas,
intentos suicidas,
miedo,
percepción del yo como víctima,
necesidad de control.
fobias,
problemas sexuales relacionados con el disfrute,
flashbacks durante el coito o el acercamiento sexual,
riesgo alto de vulnerabilidad ante futuras victimizaciones sexuales
autoestima pobre,
miedo a los hombres,
ataques de ansiedad,
problemas para dormir,
pesadillas frecuentes,
autoagresión,
Múltiples parejas sexuales
· Repentino comportamiento fóbico
3. Reducido contacto con el mundo
Miedo a estar a solas,
temor a los hombres,
problemas sexuales,
sentimientos de enojo, ,
vergüenza.
2. Negación: No desear hablar acerca de la experiencia, deseo de olvidar,
negar consecuencias,
3. Resolución: Se afrontan los sentimientos y los pensamientos asociados al
trauma. Recobrar el sentido de control sobre la vida propia. (TASSA)

Sentirme como "mercadería fallada", indigna del amor de otros


-Dificultad para aceptar el amor, cariño y preocupación de otros
-Atención excesiva de las necesidades de otros, ignorando las propias
-Miedo a adquirir compromisos
-Aferrarme a personas que parecen necesitarme
-Dificultad de sentirme emocionalmente cercana a los niños
-Incomodarme con la desnudez de los niños
-Sentirme fuera de control, con miedo, poco importante, deprimida y enrabiada al estar con mi
familia
-Sentir la necesidad de proteger a mi familia del conocimiento de mi experiencia
-Problemas de confianza: dificultad para confiar en la gente, evadir la intimidad por miedo de
que si las personas realmente me conocieran me rechazarían, "probar" a la gente
constantemente para "comprobar" que me aman
-Necesidad de agradar a los demás y juzgarme en base a qué tanto soy capaz de agradarlos
-Problemas para establecer límites: incapacidad de confrontar a las personas, incapacidad de
decir "no", necesidad de hacer lo que los otros me piden independientemente de mis propias
necesidades y deseos

Reprimir mi sexualidad, evadir el sexo, sentir que el sexo es algo de mal gusto y sucio, sentir
vergüenza por mis sentimientos sexuales
-Incapacidad de disfrutar de mi sexualidad
-Flashbacks durante el acto sexual
-Disociación durante el acto sexual

-Esconderme o protegerme usando ropa holgada


-Cargar con algunos kilos demás como modo de protección o, por el contrario, adelgazar a
niveles poco sanos para castigarme
-Lidiar con enfermedades físicas que sospecho pueden estar asociadas al abuso, tales como
problemas gastrointestinales
-Sentir disgusto y odio por mi propio cuerpo
-Sentir ciertas partes del cuerpo anestesiadas (especialmente las áreas usadas sexualmente)
-Tensión muscular (dolores de cabeza, de espalda)

-Miedo a quedar sola


-Miedo a ser abandonada
-Miedo a ser rechazada
-Miedo al cambio
-Miedo a ser expuesta
-Miedo al contacto físico
-Miedo a la intimidad
-Miedo de perder el control o volverme loca
-Miedo de mi sexualidad o de mis deseos sexuales
-Miedos inexplicables a ciertos lugares (ascensores, baños)
-Miedo a exámenes ginecológicos y doctores en general
-Miedos con respecto a mis posibles futuros hijos (sentimientos de incapacidad de criar,
obsesión por que no experimenten lo que yo experimenté)
-Trastornos alimenticios (largos períodos de ayuno, comer compulsivamente)
-Comportamientos compulsivos (comer, trabajar, etc.)
-Comportamientos autodestructivos (quemaduras, cortes, pensamientos suicidas)
-Sentimientos de odio a mí misma
-Desconectarme emocionalmente bajo ciertas circunstancias
-Rigidez conmigo misma
-Depresión
-Rabia
-Ansiedad
-Necesidad de sentirme en control de mí misma, de otros y de ciertas situaciones
-Necesidad de ser perfecta en todos los aspectos de mi vida
-Culpabilidad
-Necesidad de autovalidarme autoexigiéndome a niveles esclavizantes
-Baja autoestima
-Vergüenza (pensamientos recurrentes como: "Algo anda mal conmigo misma", "Yo me lo
busqué", "Estoy sucia y manchada para siempre", "Sólo sirvo para el sexo", "Sólo merezco
cosas malas")
-Sentirme loca o diferente a los demás
-Retraimiento y aislamiento
-Negación de lo sucedido
-Confusión y desorientación al tener que tomar decisiones
-Incapacidad de lidiar con sentimientos fuertes; miedo de perder el control de mis emociones
-Anestesiarme de mis propios sentimientos (comiendo, manteniéndome ocupada a niveles
anormales)
-Sentirme observada y juzgada
-Despersonalizarme (separarme de mí misma en ciertas situaciones, sentirme como llevando
vidas paralelas)
-Buscar paz y seguridad "a cualquier precio"
-Tener un sentimiento general de desesperanza, de mí misma y de la vida en general; sentirme
sin control sobre las circunstancias de mi vida
-Experienciar un miedo irracional u odio por ciertas personas
-Creer poder superar todos los pensamientos intrusivos sobre el abuso, pero ser incapaz de
hacerlo
-Sentir envidia de otras personas que tienen vidas "normales"
-Desconfianza de mis propios procesos mentales y sentimientos
-Temor a expresar mi enojo, de poder hacer algo peligroso o de no ser capaz de retomar el
control
-Humor inapropiado, especialmente en circunstancias difíciles

-Lagunas mentales de mis años de infancia


-Flashbacks: sensaciones, sonidos, olores, sueños, etc. de ciertos eventos sin necesariamente
entender el significado
-Pesadillas de incidentes del abuso y de ser perseguida
-Reprimir el recuerdo de ciertos eventos

Misandria
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La misandria es el odio a los varones. Proviene del griego μισανδρία misandría,
de μισεǐν miseín: ‘odio’ άνδρός andros, ‘hombre’. Por etimología es el directo
antónimo de misoginia. Sigmund Freud ya contemplaba desde sus análisis del
psiquismo humano un movimiento opuesto a la misoginia, descubierto al
estudiar un caso de homosexualidad femenina o lesbianismo, pero en su
tiempo aún no existía un nombre para definirlo: "Indignada y amargada ante
esta traición, la sujeto se apartó del padre y en general del hombre. Después de
este primer doloroso fracaso rechazó su femineidad y tendió a dar a su libido
otro destino. En todo esto se condujo nuestra sujeto como muchos hombres,
que después de un primer desengaño se apartan duraderamente del sexo
femenino infiel, haciéndose misóginos" (S.Freud Obras Completas. “Sobre la
psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina o lesbianismo”, 1920.
Ensayo CXII, pág.1516).

La Real Academia Española aun no la contempla como palabra española, y


como antónimo de "misoginia" (‘odio a la mujer’) utiliza "androfobia" (‘horror al
varón’), que en realidad es el antónimo de ginefobia (esta palabra sí aceptada
por la RAE). El griego fobos significa ‘fobia, miedo’, en cambio miseín significa
‘odio’. En la Wikipedia se encuentra la entrada inglesa [Misandry] palabra con
un uso más extendido que en el español, pero también de nueva acuñación e
impugnada por algunas corrientes feministas. También está en uso el vocablo
francés [Misandrie].

Paul Nathanson y Katherine K. Young son los autores del libro Spreading
Misandry: The Teaching of Contempt for Men in Popular Culture, publicado en
2001, con el que se convirtieron en los más recientes investigadores del
fenómeno. Según estos autores la misandria convierte a los hombres en los
chivos expiatorios de todos los males sociales y a las mujeres en las víctimas
oficiales responsables de todo lo bueno. Arguyen que el feminismo misándrico:
“es una ideología derivada del marxismo y del Romanticismo en la cual la clase
o la nación son remplazados por el sexo como concepto central”.

Otra investigadora del fenómeno, Judith Levine, en su libro de 1992 My Enemy,


My Love: Man-hating and Ambivalence in Women's Lives denomina la
misandria como “el odio que no se atreve a declinar su nombre”. Y añade: “el
odio al hombre es un problema emocional en la medida en que crea dolor y
hostilidad entre hombres y mujeres. Pero no es una neurosis individual… El odio
al hombre es un problema cultural… un fenómeno cultural… y los hombres, en
cuanto objetos de ese odio, son también parte de él”.

Entre una patología tratable y un fenómeno psicológico y sociocultural


[editar]La androfobia está considerada una patología mental tratable, a
diferencia de la misandria, que es desarrollada en paisajes formativos (ya sean
culturales o sociales).

Un ejemplo de Misandria es el Manifiesto de SCUM de 1967, escrito por la


feminista radical [Valerie Solanas], famosa por disparar contra Andy Warhol. El
Manifiesto ha sido traducido al castellano y comentado por Diego Luis San
Román en su trabajo SCUM, Cell 16 y la revolución hiperfeminsta.

La tesis fundamental del Feminismo de la Emancipación, que tiende a la


vindicación de la igualdad entre mujeres y hombres, tiende también a pretender
anular las diferencias de naturaleza entre los sexos (en contraposición al
Feminismo de la Diferencia[[1]]) bajo la hoy muy compartida y justa
reivindicación de la igualdad de derechos ciudadanos. Este posicionamiento
junto a la tesis central de que es el Hombre, como sexo (y no las condiciones
estructurales, sociales, psicológicas, económicas, biológicas, etcétera) el que
ha mantenido a lo largo de toda la Historia de la Humanidad a las mujeres
dominadas y sometidas, lo que se conoce como Patriarcalismo o
Falocentrismo, ha llevado a que en diversos grados se exprese, experimente y
cultive la misandria en el Feminismo Emancipatorio. Identificar al varón como el
sujeto del mal y la causa de los dolores y los sufrimientos de las mujeres de
todos los tiempos es, en cuanto punto de partida y nudo central de ciertos tipos
de feminismo, un posicionamiento misándrico o que puede generar misandria.

Las mujeres cuya identidad sexual se ha forjado en la dirección de buscar como


compañeras a otras mujeres, las lesbianas (nombre que procede de ser
frecuentes ese tipo de relaciones en la isla de Lesbos, de la antigua Grecia)
pueden caer en la misandria como consecuencia del proceso de reafirmación
dialéctica de su identidad. Así como el varón heterosexual se ha definido en
relación a su identidad sexual por oposición al homosexual (proceso que puede
conllevar a caer en la homofobia u odio a los homosexuales) la mujer lesbiana,
identificada con el padre y en rechazo de la madre que no es dominante
(considerada como sumisa, obediente y dominada) tiende a fortalecer su
identidad sexual en detrimento de la del varón y la mujer heterosexuales, ya
que el proceso edípico está cruzado y es el sujeto dominante (madre o padre)
que desempeña los roles tradicionalmente asumidos por el varón el que
determina la orientación sexual. Dicha forja de identidad lesbiana (y también la
homosexual) en la edad moderna o a partir de la llegada del cristianismo
(recuérdese que en la Grecia clásica la homosexualidad, la bisexualidad, el
lesbianismo y la heterosexualidad no entraban en conflicto y eran identidades
socialmente respetadas, admitidas y bien extendidas) fue vista como una
anomalía o enfermedad, pero hoy vuelve a ser admitida como un proceso
normal (entre otros) de constitución y desarrollo de la personalidad y la
identidad sexual. Esto nos aboca a un mundo multipolar y plural en el que debe
procurar evitarse que la reafirmación de la propia identidad tenga que lograrse
por negación de su contraria, al pluralismo político social en las democracias
del segundo milenio. En ese sentido la Misandria puede vincularse con
fenómenos como el Racismo y la Xenofobia, según se pretenda reafirmar la
identidad social en virtud del color de piel que se tenga (en detrimento de los
que son diferentes) o según se quiera reafirmar la identidad nacional en virtud
del nacimiento en un determinado lugar (en detrimento de los extranjeros). A
este respecto el Feminismo de la Diferencia, que aboga también por la igualdad
de derechos ciudadanos, adopta una posición más pluralista que el Feminismo
de la Emancipación, al no confundir la igualdad de derechos y libertades con la
supresión y rechazo de lo diferente, si bien en ocasiones incurre también en el
posicionamiento emancipatorio; en la focalización de los principios y las causas
de todo malestar de las mujeres en el Hombre, el sexo masculino y el varón
heterosexual, bajo la rúbrica de la existencia de un falocentrismo a lo largo de
la Historia. Toda identidad establece un afuera más allá de los límites que
constituyen su interioridad, un afuera por lo tanto constituyente, que contamina
desde el comienzo a dicha identidad, un referente polémico y un sistema de
exclusión del conjunto. El momento identitario piscogenético podrá ser discutido
en sus decursos y determinaciones pero es un momento estructural
ineliminable en el desarrollo humano. De cómo se desenvuelva este proceso a
distintos niveles de emergencia (biológico, psicológico, antropológico, social,
etc.) y de la estructuración y el entrelazamiento conjunto de todos ellos,
dependerá, la identidad sexual del individuo; por lo que puede decirse que tanto
la misandria como la misoginia son un fracaso dentro de un proceso de
desarrollo humano exitoso.

La misandria es un fenómeno que ya empezaba a explicar el fundador del


psicoanálisis, Sigmund Freud, en su estudio “Sobre la psicogénesis de un caso
de homosexualidad femenina” (1920), en el cual, investigó un caso de
lesbianismo: "Ya mucho antes del nacimiento de su hermano menor y, por
tanto, también de las primeras reprimendas paternas había mostrado un vivo
interés por algunas mujeres. Su libido seguía, pues, desde época muy
temprana dos distintos cursos, de los cuales el más superficial puede ser
considerado, desde luego, homosexual, constituyendo quizá la confirmación
directa e invariada de una fijación infantil a la madre. Nuestro análisis se ha
limitado a descubrir probablemente el proceso que en una ocasión favorable
condujo la corriente libidinosa heterosexual a una confluencia con la
homosexual manifiesta. El análisis descubrió también que la muchacha
integraba, desde sus años infantiles, un «complejo de masculinidad»
enérgicamente acentuado. Animada, traviesa, combativa y nada dispuesta a
dejarse superar por su hermano inmediatamente menor, desarrolló, desde la
fecha de su primera visión de los genitales del hermano, una intensa «envidia
del pene», cuyas ramificaciones llenaban aún su pensamiento. Era una
apasionada defensora de los derechos femeninos; encontraba injusto que las
muchachas no gozasen de las mismas libertades que los muchachos, y se
revelaba en general contra el destino de la mujer. En la época del análisis las
ideas del embarazo y del parto le eran especialmente desagradables, en gran
parte, a mi juicio, por la deformación física concomitante a tales estados"
(S.Freud Obras Completas. Ensayo CXII, pág.1521). En contra de lo que
muchas hiperfeministas piensan Sigmund Freud no compartía los prejuicios de
su época sobre la homosexualidad, como demuestra su famosa Carta del 9 de
abril de 1935 a la madre de un homosexual en la que dice: "La
homosexualidad, desde luego, no es necesariamente una ventaja, pero
tampoco es nada de lo que haya que avergonzarse. No es un vicio, ni un signo
de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad. Más bien la
considero una variación de la función sexual, originada en una detención del
desarrollo sexual". Sin embargo la psicogénesis de la homosexualidad y el
lesbianismo resultan de gran importancia para poder desentrañar y comprender
el surgimiento a nivel psicológico del fenómeno de la misandria, ya que se
conforma como la inversión de la misoginia, como el movimiento dialéctico de
sentido contrario.

Androfobia
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En psiquiatría, la androfobia es una fobia que produce un anormal y persistente
miedo a los varones. No debe ser confundido con la misandria, que es el odio a
los hombres. Las posibles causas de este trauma pueden tener origen en un
evento traumático en edad temprana con un hombre o un niño.

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