Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
30-06-2020
Integrantes Número de Cuenta
Introducción ................................................................................................................................................. 1
Historia ......................................................................................................................................................... 4
Conclusiones .............................................................................................................................................. 10
Anexos ....................................................................................................................................................... 11
Bibliografía ................................................................................................................................................ 12
Introducción
En el presente trabajo explicamos las principales teorías de la desigualdad social, dando a conocer como
nacieron, gracias a quien fueron creadas, cuáles son sus fundamentos, en que se basan y cuál es su forma de
plantear los problemas sociales.
Sabiendo que las principales teorías son El Funcionalismo y La Teoría Del Conflicto, podemos dar un
pequeño concepto de ellas, siendo mejor explicado a lo largo de todo el informe.
Funcionalismo:
El funcionalismo es una teoría de la sociología bajo la premisa de que todos los aspectos de una sociedad
(instituciones, roles, normas, etc.) cumplen un propósito y son indispensables para la supervivencia de la
misma.
La teoría del conflicto es una de las grandes escuelas de la teoría sociológica moderna, es considerada como
desarrollo que se produjo en reacción a la estática del funcionalismo estructural.
1
Teoría funcionalista
El funcionalismo es una teoría de la sociología bajo la premisa de que todos los aspectos de una sociedad
(instituciones, roles, normas, etc.) cumplen un propósito y son indispensables para la supervivencia de la
misma. La teoría fue planteada por el francés Émile Durkheim en 1895 como parte de su publicación “Las
reglas del método sociológico” que intentaba explicar las necesidades de las diferentes estructuras sociales y
sus funciones. El funcionalismo es caracterizado por el utilitarismo otorgado a las acciones que deben
sostener el orden establecido en las sociedades. Es una corriente teórica surgida en Inglaterra en el año 1930
en las ciencias sociales, especialmente en sociología y antropología social. La teoría está asociada a Émile
Durkheim y, más recientemente, a Talcott Parsons, además de muchos otros autores como Herbert Spencer,
Bronislaw Malinowski y Robert Merton. El funcionalismo se caracteriza por un enfoque empirista que
preconiza las ventajas del trabajo de campo. En este sentido, los teóricos funcionalistas identifican en sus
textos comunicación con comunicación de masas, porque esa es la realidad de la sociedad moderna. Hasta el
siglo XIX, la mayoría de las labores se realizaban en un gabinete, mediante relatos sesgados de viajeros. El
funcionalismo abrió el camino de la antropología científica, desarrollándose luego con gran éxito en Estados
Unidos. La corriente funcionalista es la escuela más extendida; se ha llegado a naturalizar y estudiar el
paradigma de las ciencias de la comunicación. Esta circunstancia se ha entendido como lógica porque es la
perspectiva que mejor se identifica con la dinámica y los intereses del sistema audiovisual.
2
Objetivos del funcionalismo
La corriente del funcionalismo persigue dos objetivos fundamentales que están plasmados en el libro de
Durkheim “Las reglas del método sociológico”, considerado parte de la ciencia social positivista. El
sociólogo propone dos tesis centrales para llevar a cabo el método funcionalista:
El entorno es un factor que está fuera del sistema social pero que puede influirlo (como la naturaleza y los
mercados económicos mundiales) y obligarlo a cambiar o a adaptarse. Si un solo elemento de la sociedad es
alterado, repercute en el funcionamiento de todo el aparato.
Según Parsons, la teoría de sistemas, se basa en la teoría funcionalista, y establece que la sociedad se
organiza como un sistema social que debe resolver cuatro imperativos fundamentales para subsistir:
Adaptación al ambiente.
Conservación del modelo y control de tensiones.
Persecución de la finalidad.
Integración mediante las diferentes clases sociales.
De acuerdo al rol que asuman los subsistemas para resolver estos problemas fundamentales, actuarán como
funcionales o disfuncionales. Los funcionalistas tienen una visión biologicista de la sociedad, es decir,
entienden a la sociedad como una entidad orgánica cuya normalidad viene postulada por fenómenos que se
repiten regular y sistemáticamente. El pionero iniciador de la tendencia funcionalista en Latinoamérica fue
Gustavo Mendoza, quien adquirió sus conocimientos en el instituto humano-tecnológico.
3
Historia
El funcionalismo es una corriente que surge de numerosos estudios en Inglaterra (a mitad la década de 1930)
en las ciencias sociales, especialmente en sociología y antropología social. Su principal influencia es el
sociólogo francés Émile Durkheim, que piensa que los hechos sociales determinan los hechos culturales.
Otros autores de influencia son Talcott Parsons, Herbert Spencer y Robert Merton. Se caracteriza por el
utilitarismo otorgado a las acciones que deben sostener el orden establecido en las sociedades, y por un
enfoque empirista que preconiza las ventajas del trabajo de campo. El funcionalismo estudia la sociedad sin
tener en cuenta su historia, sino tal y como se la encuentra; intentando comprender, como cada elemento de
la sociedad se articula con los demás formando un todo, y ejerciendo una función dentro de esa sociedad.3
La corriente funcionalista es la escuela más extendida, se ha llegado a naturalizar y se estudia como
paradigma de las ciencias de la comunicación. La escuela propone una serie de teorías concretas con
continuidad basadas en distintas disciplinas: la teoría hipodérmica, la teoría de los efectos limitados, la teoría
matemática de la comunicación y otros enfoques más particulares.
El empirismo es una de las bases de la teoría funcionalista. Es una corriente filosófica del siglo XVIII que
busca conocer la realidad a través de la observación de los fenómenos observables. La explicación de los
acontecimientos se obtiene para los empiristas mediante la construcción de leyes generales y las relaciones
causales entre fenómenos observables.
Positivismo:
Otra doctrina filosófica que influyó en la construcción del pensamiento funcionalista es el positivismo. Una
escuela sobre teoría de la ciencia fundada por A. Comte que comprende una reforma en la sociedad y una
religión. Constituyendo una teoría del saber que no admite otra realidad que no sean los hechos, ni a
investigar otra cosa que no sean las relaciones entre los hechos.
Teoría liberal:
Aquella teoría normativa daba amplia libertad para poner en los medios lo que quisieran sus productores,
incluyendo la violencia. Esta teoría se había originado como reacción contra la tradición aristocrática (del
enfoque anterior alfabetizado), donde la institución pública aristocrática pretendía tener el monopolio sobre
la verdad. Se puede decir que de un extremo se pasó al otro. La teoría de liberación de los medios de control
4
productivos aparece en el s. XVII en los escritos Areopagitica (1644) del puritano rebelde John Milton.
Pronto se desarrolló, primero durante el período colonial de EE.UU.
Los receptores, por su parte, tienen un conjunto de necesidades que los medios deben satisfacer. La función
de esta institución tiene tres niveles. Por un lado se estandarizan los fenómenos sociales. Además esclarece
las condiciones de los modos de vida y, por último, analiza las funciones de las operaciones repetidas dentro
de una sociedad.
Respecto la influencia de los medios de comunicación en la sociedad, la teoría funcionalista habla de que los
medios son utilizados por el Estado (Gobierno) para vigilar el entorno, controlarlo y para transmitir la
herencia social, antes transmitida mediante la educación.
5
Teoría del conflicto
La teoría del conflicto es una de las grandes escuelas de la teoría sociológica moderna, es considerada como
desarrollo que se produjo en reacción a la estática del funcionalismo estructural. Durante las décadas de
1950 y 1960 la teoría del conflicto proporcionó una alternativa al funcionalismo estructural, pero ha sido
superada recientemente por las teorías neomarxianas. La teoría del conflicto está íntimamente vinculada a la
teoría de los juegos y a los estudios y escuelas sobre negociación.
Definen “conflicto social” como un proceso que se inicia cuando una parte percibe que otra la ha afectado de
manera negativa o que está a punto de afectar de manera negativa, alguno de sus intereses, también lo
definen como una lucha por los valores y por el estatus, el poder y los recursos escasos, en el curso de la
cual los oponentes desean neutralizar, dañar o eliminar a sus rivales. Un conflicto será social cuando
transciende lo individual y proceda de la propia estructura de la sociedad.
Características de un conflicto:
Más de un participante
Intereses opuestos
Sentir o percibir la oposición
Un objeto materia de la discordia.
Antes de la aparición de la Teoría del Conflicto, el conflicto era visto básicamente como una patología
social, o, en todo caso, el síntoma de una patología social. La sociedad perfecta era vista como una sociedad
sin conflictos y todas las utopías sociales sostenían la necesidad de constituir un modelo de sociedad sin
conflictos, de pura cooperación.5
La Teoría del Conflicto reevalúa la connotación negativa tradicional y postula el conflicto social como un
mecanismo -al menos potencialmente positivo- de innovación y cambio social. En sintonía con esa corriente,
el educador norteamericano John Dewey expresaba que "el conflicto es el tábano del pensamiento".
6
Las escuelas
Los científicos sociales están divididos en dos grandes escuelas para enfocar el conflicto social: la escuela
clásica (teorías macro) y la escuela conductista (teorías micro). El enfoque clásico se centra en el nivel
macro, específicamente en el análisis de las relaciones conscientes entre los grupos sociales. Los
conductistas se enfocan en el nivel micro, y su preocupación central es el individuo antes que el grupo. Los
conductistas prestan gran atención a los factores inconscientes en la generación de los conflictos.
Por otra parte la escuela clásica tiende a analizar gran número de variables para comprender un conflicto,
mientras que el método de la escuela conductista es aislar pocas variables y aplicarlas a un gran número de
conflictos para comprender el papel que desempeña cada variable. Las principales escuelas que han
estudiado el conflicto están:
El conflicto es parte natural de nuestra vida. Desde que el hombre apareció en la Tierra ha enfrentado el
conflicto y ha ideado formas de solución desde las formas más primitivas hasta las más elaboradas en los
tiempos actuales. Podríamos afirmar que a lo largo de toda la historia los conflictos se han resuelto
típicamente en dos formas: violenta y pacífica o amigable. Entre estos dos extremos se dan matices
intermedios que conjugan ambas formas.
1. Ejemplo de conflicto pacifico: el conflicto que enfrentaron Adán y Eva en el Paraíso Terrenal,
cuando Adán percibe que es tentado por su compañera y no desea comer el fruto del árbol de la
Ciencia del Bien y del Mal. Sin embargo, Eva deseaba que Adán comiera el fruto que estaba
prohibido. Definitivamente, sus intereses eran opuestos, lo cual pudo generar cierto nivel de
desavenencia. Esta comunidad de intereses entre Adán y Eva fue lo que permitió encontrar una vía
pacífica o amigable de solución: que Adán comiera la fruta prohibida.
2. Ejemplo de conflicto violento: cuando en las eras primitivas los hombres se organizan en familias y
posteriormente en clanes – como una necesidad de supervivencia -, demarcan sus territorios, en
donde sólo ellos podían cazar, pescar y recolectar. Cualquier intruso pagaba con su vida el intento de
invasión y posesión. Así en forma violenta se resolvía el conflicto, cuyo objeto de discordia era una
zona territorial anhelada en épocas de escasez. Esta circunstancia hacía que los enfrentamientos
7
fueran principalmente entre clanes, los cuales medían su poder en base al número, a la fortaleza de
sus miembros y a los elementos de defensa que poseían, triunfando el más fuerte.
La teoría moderna de los conflictos sostiene que éstos no son ni buenos ni malos en sí, sino que son sus
efectos o consecuencias los que determinan que un conflicto sea bueno o sea malo.
Conflictos Funcionales
Son aquellos conflictos que se presentan y son de intensidad moderada, que mantienen y, sobre todo,
mejoran el desempeño de las partes; por ejemplo, si promueven la creatividad, la solución de problemas, la
toma de decisiones, la adaptación al cambio, estimulan el trabajo en equipo, fomentan el replanteamiento de
metas, etc. Otro ejemplo podría ser cuando en una empresa se decide el otorgamiento de un bono económico
a la mejor idea que se presente para resolver un problema específico o para la creación de un lema para el
Programa de Calidad de la Empresa. Solo un trabajador o un grupo de trabajadores podrá obtener el bono
ofrecido si la propuesta es la más original y representa mejor los objetivos del Programa de Calidad.
Pertenecen a este grupo, los conflictos que posibilitan un medio para ventilar problemas y liberar tensiones,
fomentan un entorno de evaluación de uno mismo y de cambio
Conflictos Disfuncionales
Contrario a lo anterior, existen conflictos que tensionan las relaciones de las partes a tal nivel que pueden
afectarlas severamente limitando o impidiendo una relación armoniosa en el futuro. Generan estrés,
descontento, desconfianza, frustración, temores, deseos de agresión, etc., todo lo cual afecta el equilibrio
emocional y físico de las personas, reduciendo su capacidad creativa, y en general, su productividad
y eficacia personal. Si este tipo de conflictos afecta a un grupo le genera efectos nocivos que pueden llegar,
incluso a su autodestrucción. Como es fácil concluir, los conflictos disfuncionales o negativos, constituyen
el campo de acción del conciliador.
8
Concepciones del conflicto
Desde que el conflicto fue objeto de estudio sistémico y materia de investigación para analizar sus causas y
su naturaleza, y fundamentalmente, sus formas de resolución, hasta llegar al momento actual, se han
dado tres corrientes o enfoques: el tradicional, el de relaciones humanas y el interactivo.
Enfoque Tradicional:
Tuvo vigencia en las décadas de 1930 y 1940. Defendía la idea de que todo conflicto es malo, que es
sinónimo de violencia, destrucción e irracionalidad, y que por tanto había que evitarlo, porque afectaba
negativamente a las personas, grupos y organizaciones. Para resolverlo o prevenirlo, plantea que sólo hay
que atacar sus causas, que según este enfoque son la mala comunicación, la falta de franqueza y de
confianza, entre otros. Este enfoque es el que la gran mayoría de nosotros tiene acerca del conflicto. No
obstante, ya hemos visto que no es así y que existen evidencias demostrables que no siempre el conflicto es
negativo.
Este enfoque fue vigente desde fines de la década de 1940 hasta mediados de la década de 1970. Sostiene
que su presencia en las relaciones humanas es un proceso natural y que por tanto es inevitable y que
debemos aceptarlo como tal. Sin embargo, plantea que no siempre es malo o negativo y que puede ser
beneficioso para el desempeño de las personas y los grupos. Significó un avance en el manejo o gestión de
conflictos.
Enfoque Interactivo:
El enfoque interactivo acepta el conflicto como algo natural, pero además sostiene que es conveniente
fomentarlo. Sostiene “que un grupo armonioso, pacífico, tranquilo y cooperativo, tiende a ser estático,
apático y a no responder a las necesidades del cambio y la innovación”. Recomienda estimular el conflicto
en un grado manejable que incentive la creatividad, la reflexión, la forma más eficiente de tomar decisiones,
el trabajo en equipo, la disposición al cambio y el establecimiento de metas ambiciosas y alcanzables,
contribuyendo a un sentido de logro.
9
Conclusiones
Si bien siempre ha existido la desigualdad en los procesos de avance social, un hecho que separa a las
sociedades contemporáneas de sus predecesoras es la cada vez mayor distancia entre países desarrollados y
subdesarrollados. El sistema contemporáneo actúa como un inmenso motor generador de espirales, donde
los que están a cada extremo de ellas quedan cada vez más lejos del eje central. En estas circunstancias, el
desarrollo, entendido como el acceso a mejores sistemas de oportunidades, conforma hoy en día el objeto de
deseo entre muchos de los habitantes de la periferia y el tercer mundo.
Desiderátum contemporáneo por excelencia, la expectativa de una mejor calidad de vida empuja cada año a
millones de personas a los éxodos masivos, depositándolas lejos del polvo y la miseria de sus lugares de
origen. Las causas y condiciones de la huida son tantas como posibles: masacres étnicas, guerras fratricidas,
desplazamientos violentos, hambre, enfermedad, separatismos, fanatismos, pánicos morales...
Sin lugar a dudas las migraciones y los exilios son hoy una cuestión cotidiana, en dos sentidos distintos, a
ambos extremos de la espiral, y el mundo no puede permanecer ajeno a ello. Justamente, en este punto es
útil exponer que la imagen arquetípica del migrante ha respondido a un estereotipo vinculado a la más
extrema pauperización, aunque en nuestros días los tipos, formas y volúmenes migratorios son muy
diversos, amplios y dispares: hoy migran académicos y tecnólogos (el tristemente célebre brain drain),
mujeres jóvenes, clase medieras y preparadas que se convierten en babysiters. Migran artistas,
profesionistas, deportistas, intelectuales: no sólo se cambia el corral por la línea de ensamblaje, sino que
también se cambia la preparación calificada por la promesa de un seguro dental y una buena hipoteca.
En estas circunstancias debemos dar cuenta, desde la reflexión social y la práctica empírica, de los causes de
esta transformación; debemos voltear hacia los hechos y enfrentar el hecho de que la migración ya no es sólo
un problema de clase y procedencia que puede ser explicado en términos de flujos y remesas.
10
Anexos
11
Bibliografía
12