1. La baja autoestima es en realidad un trastorno del
pensamiento en el cual un individuo se ve a sí mismo como inadecuado, indigno, no digno de amor, y/o incompetente. 2. La baja autoestima debería incluirse en el manual de diagnóstico (que todos los terapeutas utilizan para determinar un diagnóstico). En cambio, con frecuencia se menciona como síntoma de muchos otros trastornos, lo cual es al revés: la baja autoestima es el trastorno, no un simple síntoma. 3. La baja autoestima siempre se forma durante la niñez, cuando un individuo está desarrollando su visión básica de sí mismo y de sus atributos. Una vez formada, la baja autoestima no puede superarse sin atravesar un proceso de recuperación. 4. Una persona no puede simplemente “elevar” su baja autoestima y transformarla en una autoestima saludable. En cambio, una persona tiene que aprender a alterar su visión básica de sí misma y transformar sus pensamientos y actitudes, lo cual no es un proceso simple o una solución mágica. 5. La baja autoestima es un trastorno serio que afecta a millones de personas – tanto hombres como mujeres – destruyendo sus relaciones, paralizándolas por el miedo, y creando vidas que nunca alcanzarán su potencial completo, dejándolas desequilibradas, necesitadas, y frustradas. 6. Desafortunadamente, como el público en general, la mayoría de los terapeutas están mal informados sobre la baja autoestima y sus consecuencias y por lo tanto, no saben cómo tratarla. Muchas personas recurren a terapia por este problema y se van sintiéndose desesperadas sobre sus vidas y desilusionadas con respecto a la terapia.
El programa sumamente efectivo de la Dra. Sorensen para la
recuperación de la baja autoestima está disponible mediante estos tres recursos: Una vez que se forma la baja autoestima, sólo puede superarse mediante un proceso de recuperación. La Dra. Sorensen ha desarrollado el único programa conocido que lo hace: uno que es extremadamente efectivo y se explica en detalle en los tres libros que figuran anteriormente. La Dra. Sorensen ha hecho de la observación y el estudio de la baja autoestima el objetivo de su vida. Como resultado, ha sido capaz de reconocer las causas, síntomas, y los patrones autodestructivos que son comunes a todas las personas que sufren de baja autoestima. Leer sus libros les permitirá entender:
Cómo y cuándo se desarrolla la baja autoestima
Los síntomas específicos que acompañan a la baja autoestima Los absolutamente mal entendidos "ataques de autoestima" La profundidad del miedo y ansiedad que experimentan las personas que sufren de baja autoestima Los patrones de conducta autodestructiva que acompañan a la baja autoestima La devastadora conmoción emocional que provoca la baja autoestima Los patrones de pensamiento negativo e irracional de los que padecen de baja autoestima La manera en que la baja autoestima crea caos en, e incluso destruye, las relaciones La gravedad total de la baja autoestima y cómo reprime la creatividad, reduce las ambiciones, mata los sueños, y a menudo promueve una sensación de desesperanza e impotencia. La baja autoestima mal entendida y trivializada por la sociedad
Si sufre de baja autoestima es probable que se haya
sentido avergonzado por el modo negativo en que los demás han reaccionado a los comportamientos que resultan de su baja autoestima. Puede haber escuchado comentarios tales como “Simplemente supéralo” o “Tan sólo eres demasiado sensible”, comentarios que muestran lo mal que la sociedad interpreta a la baja autoestima. La verdad es que aquellos que tienen baja autoestima no la causaron, no desean tenerla, pero se sienten impotentes para cambiar cómo se sienten sin atravesar un proceso de recuperación. Desafortunadamente, no se entiende ampliamente esto.
El impacto de la baja autoestima en la vida personal de un
individuo La baja autoestima es un trastorno del pensamiento basado en que la visión que tiene la persona de sí misma es inadecuada. A menos que, y hasta que esta visión básica de sí misma se altere, una persona no puede cambiar el pensamiento negativo que controla sus reacciones. Este proceso es algo complicado y no es una solución mágica, no es algo que una persona pueda cambiar simplemente porque quiera hacerlo. Una vez que se forma la baja autoestima, el temor y ansiedad que la acompañan afecta todo lo que la persona hace, dice y piensa. Muchos de los que tienen baja autoestima evitan buscar un nuevo trabajo, iniciar relaciones o aprender nuevas habilidades por miedo al rechazo o al fracaso. Muchos evitan situaciones sociales y se abstienen de compartir sus opiniones por las mismas razones. Algunos se aíslan, se convierten en complacientes con los demás, y permanecen pasivos. Otros se vuelven agresivos y provocan caos en sus relaciones. Todas las personas con baja autoestima sabotean sus vidas en alguna medida. Algunos se convierten en personas que no exceden las expectativas, logrando mucho menos de lo que son capaces porque están paralizados por el miedo. Otros, impulsados por el deseo de probarse a sí mismos y a los demás que son adecuados y merecedores, se convierten en personas que exceden las expectativas, probablemente teniendo más éxito que el que hubieran tenido de no haber sufrido de baja autoestima. Estas personas a menudo se convierten en adictas al trabajo, a veces en detrimento de sus familias, creando problemas en las relaciones. No necesariamente se puede saber que una persona tiene baja autoestima porque muchos que la sufren se convierten en expertos en esconder sus sentimientos y mantener una apariencia de control, aunque esto no sea lo que sienten internamente. De hecho, muchas personas exitosas en carreras profesionales importantes en realidad sufren de baja autoestima, aunque sólo quienes son cercanos a ellas saben que tienen baja autoestima. Cuando las personas con baja autoestima hacen algo que perciben como estúpido o inapropiado, inmediatamente se sienten humilladas y sufren de “ataques de autoestima”. En esos momentos desean con desesperación huir y esconderse, aunque a menudo no sea posible. Pueden hundirse en la depresión y devastación, episodios que pueden durar minutos, horas, días o incluso semanas. Luego se sienten incluso más avergonzadas para enfrentar a la gente que creen que saben de su problema.
La baja autoestima es la causa subyacente de la mayoría de
los casos que involucran: Trastornos de alimentación Violencia doméstica, adolescente y de pandillas Conductas adictivas Problemas de relación Abuso infantil Trastornos de ansiedad social Problemas de comunicación Disfunciones sexuales Promiscuidad sexual Adicción al trabajo
El impacto de la baja autoestima en las relaciones de una
persona Las relaciones se ven enormemente afectadas por la baja autoestima. Aquellos que tienen baja autoestima suelen volverse ya sea agresivos, pasivos o pasivo-agresivos cuando se ven amenazados. Se ponen a la defensiva y discutidores o se alejan y se aíslan, conductas que no contribuyen a una comunicación saludable. Además, los que tienen baja autoestima tienden a sentirse confundidos con respecto a en quién y cuándo confiar y a menudo hacen elecciones deficientes en cuanto a parejas. Resulta difícil lograr y mantener la intimidad debido a éstos y otros factores.
Prevenir la baja autoestima en los niños
La baja autoestima comienza en la niñez. Los mayores
contribuyentes a la baja autoestima son los padres, los maestros, educadores infantiles, abuelos, hermanos, pares, y otros familiares y autoridades en la vida del niño. Los padres, no obstante, tienen la mejor y más consistente oportunidad de influir en la visión que el niño tiene de sí mismo. La mayoría de los padres tratan de ser buenos padres. Desafortunadamente, sin embargo, la mayoría confían en su propia niñez, su intuición, y en su propio sentido de qué funciona para determinar cómo tratar a sus hijos; muchos simplemente repiten los errores que cometieron sus propios padres. Por esta misma razón y debido a muchos pedidos de asistencia para formar una autoestima saludable en los niños, la Dra. Sorensen ha escrito The Handbook for Building Healthy Self-Esteem in Children. Este libro es un recurso que utilizará una y otra vez para considerar si está haciendo lo mejor para inculcar una autoestima saludable en su hijo.
La baja autoestima se puede formar en la niñez como resultado de: Sentirse abandonado, insignificante o incompetente Abuso físico, verbal, sexual o emocional Negligencia de las necesidades básicas Críticas excesivas Falta de apoyo, estímulo o afirmación Enfermedad personal seria
Señales de confianza y autoestima saludable:
Mira hacia delante, estableciendo objetivos tanto a largo plazo como a corto plazo Establece objetivos que son razonables y que pueden alcanzarse No posterga/no es perfeccionista/es emprendedor Acepta sus propias debilidades y carencia de habilidades Está muy motivado y resuelto a tener éxito Se recupera luego de un contratiempo, y sale adelante nuevamente Confía en sus propias ideas, percepciones y opiniones Tiene el valor de decir lo que verdaderamente siente y cree Es capaz de escuchar y beneficiarse de las críticas constructivas Puede tomar decisiones oportunas luego de considerar todas las opciones Manifiesta buenas habilidades sociales Tiene un historial de muchos más éxitos que fracasos al alcanzar sus objetivos Sigue tratando de alcanzar sus objetivos en tiempos difíciles Está abierto tanto a comentarios positivos como negativos Aprende de errores del pasado en lugar de repetirlos Está dispuesto y es capaz de correr riesgos Está dispuesto a reducir costos cuando un proyecto está predestinado a fracasar Puede cambiar el rumbo cuando es necesario Es en general positivo, enérgico y asertivo
Síntomas de la baja autoestima:
Aquellos que sufren de baja autoestima experimentan:
1. Miedo y ansiedad— Sienten ansiedad extrema en casi todas las situaciones
nuevas en las que no saben qué se espera de ellos. Son reacios a compartir sus opiniones, especialmente si creen que pueden ser controversiales; pueden estar a la defensiva, y pueden prever un rechazo, desaprobación, fracaso, críticas, y pueden sentir temor de hacer el ridículo, de sentirse abandonados y de la intimidad. Temen correr riesgos, perder lo que tienen, lo que han logrado y de volver a tener un ataque de autoestima. 2. Ataques de autoestima— A menudo se los llama erróneamente ataques de pánico. Los ataques de autoestima a menudo llevan a la depresión, autoaversión y devastación. Tales ataques ocurren cuando una persona siente que ha hecho o dicho algo inapropiado, insensible, estúpido o ridículo. En el momento del ataque, es probable que la persona se ruborice, que se le acelere el corazón o que desee escapar o evaporarse, se siente avergonzada, humillada, devastada, incluso desesperada. Estos ataques pueden durar minutos, horas o días. 3. Depresión— En muchas personas la depresión es en realidad un síntoma de la baja autoestima, no al revés, de acuerdo a lo que nuestro manual del diagnóstico nos haría creer. No es poco frecuente que aquellos que sufren de baja autoestima sufran de depresión situacional en diferentes grados. 4. Alerta en extremo— Observan a los demás para encontrar indicios sobre cómo actuar, qué ropa vestir, qué decir y qué hacer. También observan la reacción de los demás, a menudo interpretando en forma errónea lo que ven o escuchan. 5. Hipersensibilidad— Extremadamente sensibles, a menudo sienten que se los hiere, se ofenden con facilidad, se enojan o se ponen a la defensiva con rapidez, se los provoca fácilmente. Tienden a estar sumamente centrados en sí mismos y pueden parecer insensibles a los sentimientos de los demás, o pueden parecer, en forma inexacta, narcisistas. 6. Historias— Quienes tienen baja autoestima sin darse cuenta inventan historias sobre el comportamiento, motivación, e intención de los demás, lo que están pensando, sintiendo los demás, lo que significa el comportamiento de los demás, lo que quieren decir sus palabras, sin comprobar primero sus percepciones. De este modo, personalizan de un modo negativo lo que otros hacen y creen que es cierto. Este proceso de distorsión cognitiva está presente en algún modo en todos los que sufren de baja autoestima, lo cual hace que actúen de manera inconsistente y/o irracional y que se sientan confundidos con respecto a quién y cuándo confiar. 7. A menudo la baja autoestima puede y es diagnosticada en forma errónea como trastorno de la personalidad, como narcisismo, como trastorno de déficit de atención, simplemente como un trastorno de ansiedad, o a menudo se lo pasa por alto como la causa de trastornos en la alimentación. Si a los terapeutas se les enseñaran las causas, síntomas reales y otros aspectos de la baja autoestima, reconocerían con rapidez que la baja autoestima es el problema central en la mayoría de sus pacientes. 8. Autosabotaje— Con frecuencia actúan de maneras que no son beneficiosas para ellos y caen dentro de tres categorías: Flotadores, Necesitados y Adictos al Trabajo. 9. Extremadamente críticos— Sin saberlo, tienden a ser sumamente críticos de sí mismos y de los demás. Esto proviene del filtro cognitivo negativo que han desarrollado y mediante el cual se examina toda la información. No son concientes de que son más críticos que los demás. 10. Expectativas irracionales— Con bajas o altas expectativas irracionales de los demás, algunos esperan demasiado y a menudo se decepcionan o enojan; otros esperan muy poco y renuncian a cualquier esperanza por un futuro más optimista. 11. Relaciones y habilidades sociales deficientes— Al haber evitado situaciones sociales, han reducido la posibilidad que tienen los demás de practicar estas habilidades, o de tener la suficiente confianza para relajarse y ser ellos mismos. Además, dado que los que sufren de baja autoestima tienden a sospechar y desconfiar del comportamiento de los demás, tienden a reaccionar de maneras que confunden y distancian a las personan importantes de sus vidas. 12. Límites deficientes— Toleran el comportamiento inapropiado, pueden ellos mismos actuar de manera abusiva, insensible o demandante; pueden no respetar el espacio, los diferentes intereses, o las necesidades individuales de los demás o pueden ser controladores o pueden sofocar a las personas importantes en sus vidas.